Los neochilenos - Roberto Bolaño

8/14/2019 Los neochilenos - Roberto Bolao

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LOS NEOCHILENOS

a Rodrigo Lira

El viaje comenz un feliz da de noviembrePero de alguna manera el viaje ya haba

terminadoCuando lo empezamos.Todos los tiempos conviven, dijo PanchoFerri,El vocalista. O confluyen,Vaya uno a saber.Los prolegmenos, no obstante,Fueron sencillos:Abordamos con gesto resignadoLa camionetaQue nuestro mnager en un raptoDe locuraNos haba obsequiado

Y enfilamos hacia el norte,El norte que imanta los sueosY las canciones sin sentidoAparenteDe los Neochilenos,Un norte, cmo te dira?,Presentido en el pauelo blancoQue a veces cubraComo un sudarioMi rostro.Un pauelo blanco impolutoO noEn donde se proyectaban

Mis pesadillas nmadasY mis pesadillas sedentarias.Y Pancho FerriPreguntSi sabamos la historiaDel CaraculoY el JetachanchoAsiendo con ambas manosEl volanteY haciendo vibrar la camionetaMientras buscbamos la salidaDe Santiago,Hacindola vibrar como si fueraEl pechoDel CaraculoQue soportaba un peso terriblePara cualquier humano.Y record entonces que el daAnterior a nuestra partidaHabimos estadoEn el Parque ForestalDe visita en el monumentoA Rubn Daro.


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Adis, Rubn, dijimos borrachosY drogados.Ahora los hechos banalesSe confundenCon los gritos anunciadoresDe sueos verdaderos.Pero as ramos los Neochilenos,Pura inspiracinY nada de mtodo.Y al da siguiente rodamosHasta Pilpilco y Llay LlayY pasamos sin detenernosPor La Ligua y Los VilosY cruzamos el ro PetorcaY el roQuilimariY el Choapa hasta llegarA La SerenaY el ro ElquiY finalmente Copiap

Y el ro CopiapEn donde nos detuvimosPara comer empanadasFrasY Pancho FerriVolvi con las aventurasIntercontinentalesDel Caraculo y del Jetachancho,Dos msicos de ValparasoPerdidosEn el barrio chino de Barcelona.Y el pobre Caraculo, dijoEl vocalista,

Estaba casado y tena queConseguir plataPara su mujer y sus hijosDe la estirpe Caraculo,De tal forma que se puso a traficarCon heronaY un poco de cocanaY los viernes algo de xtasisPara los sbditos de Venus.Y poco a poco, obstinadamente,Empez a progresar.Y mientras el JetachanchoAcompaaba a Aldo Di Pietro

Lo recuerdan?En el Caf Puerto RicoEl Caraculo vea crecerSu cuenta corrienteY su autoestima.Y qu leccin podamosSacar los NeochilenosDe la vida criminalDe aquellos dos sudamericanosPeregrinos?


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Ninguna, salvo que los lmitesSon tenues, los lmitesSon relativos: grfilasDe una realidad acuadaEn el vaco.El horror de PascalMismamente.Ese horror geomtricoY oscuroY FroDijo Pancho FerriAl volante de nuestro blido,Siempre hacia elNorte, hastaTocoEn donde descargamosLa megafonaY dos horas despusEstbamos listos para actuar:Pancho Relmpago

Y los Neochilenos.Un fracaso pequeoComo una nuez.Aunque algunos adolescentesNos ayudaronA volver a meter en la camionetaLos instrumentos: niosDe TocoTransparentes comoLas figuras geomtricas

de Blaise Pascal.Y despus de Toco, Quillagua,

Hilaricos, Soledad, Ramaditas,Pintados y Humberstone,Actuando en salas de fiestas vacasY burdeles reconvertidosEn hospitales de Liliput,Algo muy raro, muy raro que tuvieranElectricidad, muyRaro que las paredesFueran semi slidas, en fin,Locales que nos dabanUn poco de miedoY en donde los clientesEstaban encaprichados con

El fist-fucking y elFeet-fucking,Y los gritos que salanDe las ventanas yRecorran el patio encementadoY las letrinas al aire libre,Entre almacenes llenosDe herramientas oxidadasY galpones que parecanRecoger toda la luz lunar,


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Nos ponan los pelosDe punta.Cmo puede existirTanta maldadEn un pas tan nuevo,Tan poquita cosa?Acaso es steEl Infierno de las Putas?Se preguntaba en voz alta,Pancho FerriY los Neochilenos no sabamosQu responder.Yo ms bien reflexionabaCmo podan progresarEsas variantes neoyorquinas del sexoEn aquellos andurrialesProvincianos.Y con los bolsillos peladosSeguimos subiendo:Mapocho, Negreiros, Santa

Catalina, Tana,Cuya yArica,En donde tuvimosAlgo de reposo -e indignidades.Y tres noches de trabajoEn el Camafeo deDon Luis Snchez Morales, oficialRetirado.Un lugar lleno de mesitas redondasY lamparitas barrigonasPintadas a manoPor la mam de Don Luis,

Supongo.Y la nica cosaVerdaderamente divertidaQue vimos en AricaFue el sol de Arica:Un sol como una estela dePolvo.Un sol como arenaO como calArrojada ladinamenteAl aire inmvil.El resto: rutina.Asesinos y conversos

Mezclados en la misma discusinDe sordos y de mudos,De imbciles sueltosPor el Purgatorio.Y el abogado Vivanco,un amigo de don Luis Snchez,Pregunt qu mierdas queramos decircon esa huevada de los Neochilenos.Nuevos patriotas, dijo Pancho,Mientras se levantaba


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De la reuninY se encerraba en el bao.Y el abogado VivancoVolvi a enfundar la pistolaEn una sobaqueraDe cuero italiano,Un fino detalle de los chicosDe Ordine Nuovo,Repujada con primor y pericia.Blanco como la lunaEsa noche tuvimos que meterEntre todosA Pancho Ferri en la cama.Con cuarenta de fiebreEmpez a delirar:Ya no quera que nuestro grupoSe llamara Pancho RelmpagoY los Neochilenos,sino Pancho MisterioY los Neochilenos:

El terror de Pascal,El terror de los vocalistasEl terror de los viajeros,Pero jams el terrorDe los nios.Y un amanecer,Como una banda de ladrones,Salimos de AricaY cruzamos la FronteraDe la Repblica.Por nuestros semblantesHubirase dicho que cruzbamosLa frontera de la Razn.

Y el Per legendarioSe abri ante nuestra camionetaCubierta de polvoE inmundiciasComo una fruta sin cscara,Como una fruta quimricaExpuesta a las inclemenciasY a las afrentas.Una fruta sin pielComo una adolescente desollada.Y Pancho Ferri, desdeEntonces llamado PanchoMisterio, no sala

De la fiebre,Musitando como un curaEn la parte de atrsDe la camionetaLos avatares -palabra india-Del Caraculo y del Jetachancho.Una vida delgada y duraComo soga y sopa de ahorcado,La del Jetachancho y suAfortunado hermano siams:


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Una vida o un EstudioDe los Caprichos del Viento.Y los NeochilenosActuaron en Tacna,En Mollendo y ArequipaBajo el patrocinio de la SociedadPara el Fomento del ArteY la Juventud.Sin vocalista, tarareandoNosotros mismos las cancionesO haciendo mmm, mmm, mmmmh,Mientras Pancho se fundaEn el fondo de la camioneta,Devorado por las quimerasY por las adolescentes desolladas.Nadir y cnit de un anheloQue el Caraculo supo intuirA travs de las lunasDe los narcotraficantesDe Barcelona: un fulgor

Engaoso,Un espacio diminuto y vacoQue nada significa,Que nada vale, y queSin embargo se te ofreceGratis.Y si no estuviramosEn el Per?, nosPreguntamos una nocheLos Neochilenos.Y si este espacioInmensoQue nos instruye

Y limitaFuera una nave intergalctica,Un objeto voladorNo identificado?Y si la fiebreDe Pancho MisterioFuera nuestro combustibleO nuestro aparato de navegacin?Y despus de trabajarSalamos a caminar porlas calles del Per:Entre patrullas militares, vendedoresAmbulantes y desocupados,

OteandoEn las colinasLas hogueras de Sendero Luminoso,Pero nada vimos.La oscuridad que rodeaba losNcleos UrbanosEra total.Esto es como una estelaEscapada de la SegundaGuerra Mundial


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Dijo Pancho acostadoEn el fondo de la camioneta.Dijo: filamentosDe generales nazis comoReichenau o ModelEvadidos en esprituY de forma involuntariaHacia las Tierras VrgenesDe Latinoamrica:Un hinterland de espectrosY fantasmas.Nuestra casaInstalada en la geometraDe los crmenes imposibles.Y por las noches solamosRecorrer algunos cabaretuchos:Las putas quinceaerasDescendientes de aquellos bravosDe la Guerra del PacficoGustaban escucharnos hablar

Como ametralladoras.Pero sobre todoLes gustaba ver a PanchoEnvuelto en varias y coloridas mantasY con un gorro de lanaDel altiplanoEncasquetado hasta las cejasAparecer y desaparecerComo el caballeroQue siempre fue,Un tipo con suerte,El gran amante enfermo del Sur de Chile,El padre de los Neochilenos

Y la madre del Caraculo y el Jetachancho,Dos pobres msicos de Valparaso,Como todo el mundo sabe.Y el amanecer sola encontrarnosEn una mesa del fondoHablando del kilo y medio de materia grisDel cerebro de una personaAdulta.Mensajes qumicos, decaPancho Misterio ardiendo de fiebre,Neuronas que se activanY neuronas que se inhibenEn las vastedades de un anhelo.

Y las putitas decanQue un kilo y medio de materiaGrisEra bastante, era suficiente, para quPedir ms.Y a Pancho se le caanLas lgrimas cuando las escuchaba.Y luego lleg el diluvioY la lluvia trajo el silencioSobre las calles de Mollendo,


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Y sobre las colinas,Y sobre las calles del barrioDe las putas,Y la lluvia era el nicoInterlocutor.Extrao fenmeno: los NeochilenosDejamos de hablarnosY cada uno por su ladoVisitamos los basurales deLa Filosofa, las arcas, losColores americanos, el estilo inconfundiblede Nacer y Renacer.Y una noche nuestra camionetaEnfil hacia Lima, con PanchoFerri al volante, como enLos viejos tiempos,Salvo que ahora una putaLo acompaaba.Una puta delgada y jovenDe nombre Margarita,

Una adolescente sin par,Habitante de la tormentaPermanente.Sombra delgada y gil,La ramada oscuraDonde curar sus heridasPancho pudiera.Y en Lima lemos a los poetasPeruanos:Vallejo, Martn Adn y Jorge PimentelY Pancho Misterio saliAl escenario y fue convincenteY verstil.

Y luego, an temblorososY sudorososNos cont una novelaLlamada Kundalini,De un viejo escritor chileno.Un tragado por el olvidoDe nombre Dlano, alias Coke,Como la Coca-Cola o algo as,Dijimos los NeochilenosY Margarita.Y el fantasma de la Coca-ColaEscribi -parece ser-Una novela llamada Kundalini,

Y Pancho apenas la recordaba,Haca esfuerzos, sus palabrasHurgaban en una infancia atrozLlena de amnesia, de pruebasGimnsticas y mentiras,Y as nos la iba contando,Fragmentada,El grito Kundalini,El grito de una yegua turfistaY la muerte colectiva en el hipdromo.


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Un hipdromo que ya no existe.Un hueco ancladoEn un Chile inexistenteY feliz.Y aquella historia tuvoLa virtud de iluminarComo un paisajista inglsNuestro miedo y nuestros sueosQue marchaban de Este a OesteY de Oeste a Este,Mientras nosotros, los NeochilenosRealesViajbamos de SurA Norte.Y tan lentosQue pareca que no nos movamos.Y Lima fue un instanteDe felicidad,Breve pero eficaz.Y cul es la relacin, dijo Pancho,

Entre Morfeo, diosDel sueoY morfar, vulgoComer?S, eso dijo,Abrazado por la cinturaDe la bella Margarita,Flaca y casi desnudaEn un bar de Lince, una nocheLeda y partida yPosedaPor los relampagosDe la quimera.

Nuestra necesidad.Nuestra boca abiertaPor la que entraLa papaY por la que salenLos sueos: estelasFsilesColoreadas con la paletaDel apocalipsis.Sobrevivientes, dijo PanchoFerri.Latinoamericanos con suerte.Eso es todo.

Y una noche antes de partirVimos a PanchoY a MargaritaDe pie en medio de un lodazalInfinito.Y entonces supimosQue los NeochilenosEstaran para siempreGobernadosPor el azar.


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La monedaSalt como un insectoMetlicoDe entre sus dedos:Cara, al sur,Cruz, al norte,Y luego nos subimos todosA la camionetaY la ciudadDe las leyendasY del miedoQued atrs.Un da feliz de eneroCruzamosComo hijos del Fro,Del fro InestableO del Ecce Homo,La frontera con Ecuador.Por entonces Pancho tena28 29 aos

Y pronto morira.Y 17 Margarita.Y ninguno de los NeochilenosPasaba de los 22.

Buenos Aires -mayo de 1993

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