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1.INTRODUCCIÓN Para llegar a una distinción o explicación de lo que se define como “no lugar” es indispensable primero centrar nuestra concentración en lo que es “el lugar”; y entonces así poder delimitar de manera meramente teórica y lógica al “no lugar”, como el espacio que no cumple con las cualidades propias que convierten a un espacio en lugar propiamente hablando. 2. El LUGAR DETERMINADO POR SU IDENTIDAD Hablamos que si un “lugar” puede limitarse a concep- tos como identidad, relacional e histórico; un espacio que no puede definirse ni como espacio de identidad ni como rela- cional, ni como histórico, entonces determinaría un “no lugar”. El “lugar” encuentra identidad cuando se entiende desde un contexto histórico-ideológico, o geográfico- material, sin embargo aqui hablaremos más profundamente del lugar histórico-ideológico, que encuentra su identidad en el momento en que percibe una relación entre el tiempo y el espacio. Es aquí donde Michel de Certeau define al espacio en un “lugar” practicado, un cruce de elementos en movimiento, en donde el “lugar” geométricamente definido es transformado en espacio en el momento en que es tran- sitado o habitado. Es indispensable que hablemos de una separación entre los momentos ideológicos que ocupa el “lugar” para referirnos a él objeto de estudio, en el que toma TEORÍÁ DE LA ARQUITECTURA II CARLOS LARIOS “LOS NO LUGARES” 18 DE OCTUBRE DE 2011 UNIVERSIDAD ANÁHUAC MÉXICO NORTE PAGE 1

Los no lugares

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Ensayo sobre el libro de Los No Lugares de Marc Augé

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1.INTRODUCCIÓN

Para llegar a una distinción o explicación de lo que se define como “no lugar” es indispensable primero centrar nuestra concentración en lo que es “el lugar”; y entonces así poder delimitar de manera meramente teórica y lógica al “no lugar”, como el espacio que no cumple con las cualidades propias que convierten a un espacio en lugar propiamente hablando.

2. El LUGAR DETERMINADO POR SU IDENTIDAD

Hablamos que si un “lugar” puede limitarse a concep-tos como identidad, relacional e histórico; un espacio que no puede definirse ni como espacio de identidad ni como rela-cional, ni como histórico, entonces determinaría un “no lugar”.

El “lugar” encuentra identidad cuando se entiende desde un contexto histórico-ideológico, o geográfico-material, sin embargo aqui hablaremos más profundamente del lugar histórico-ideológico, que encuentra su identidad en el momento en que percibe una relación entre el tiempo y el espacio.

Es aquí donde Michel de Certeau define al espacio en un “lugar” practicado, un cruce de elementos en movimiento, en donde el “lugar” geométricamente definido es transformado en espacio en el momento en que es tran-sitado o habitado. Es indispensable que hablemos de una separación entre los momentos ideológicos que ocupa el “lugar” para referirnos a él objeto de estudio, en el que toma

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sentido si la figura geométrica, la palabra muda y el estado, son puestos en practica, es decir, que es necesario que la figura tenga movimiento, la palabra muda se vuelva hablada y que el estado inmóvil sea haga recorrido. Sin embargo no nos basaremos en estas ideas en las que Certeau define al “lugar”, puesto que es importante que el “lugar” sea deter-minado por una identidad.

El “espacio” es un término en sí más abstracto al de “lugar” puesto que al usarlo nos referimos al menos a un acontecimiento que ha tenído un “lugar” en la historia (tiempo).

Sabemos pues que tanto el “lugar” como el “no lugar” tienen una existencia tanto material como teórica, y que es necesario reafirmar su existencia, no podemos negar que existen; es indispensable entender que el término de “no lugar” no disminuye la existencia del “lugar”, no es una ne-gación, es una delimitación, son determinados en cuanto al sentido de identidad del espacio, en tanto existan relaciones puras entre el sujeto o individuo y espacio, entonces es-taríamos hablando de identidad.

Es interesante abundar en este tema de la identidad en cuanto a que se cree que un espacio puede adquirir identidad por sí mismo, sin embargo, sería imposible en-tender esa identidad meramente material si no se com-prende desde la perspectiva sensorial inmaterial con la que el hombre percibe el espacio, puesto que el individuo eleva la materialidad del objeto a una trascendencia infinita. Es aqui donde hablamos de relación interpersonal con el espa-cio, en donde se atribuye la identidad intrinsecamente par-ticular.

Entonces podemos definir a un “no lugar” como aquel espacio que el viajero utiliza para transitar, es decir, aquel que no cumple más que una función totalmente temporal e incluso que tiene una conotación de ausencia, en cuanto a que la persona es la que determina la función del espacio y por tanto la delimita como “lugar” o “no lugar”.

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3. CONCLUCIÓN

Como conclusión podríamos decir que el “lugar” es siempre determinado por la identidad que ejerce en sí mismo, la cual es atribuida por la persona misma, en cuanto a que la ausencia de esta relación particular sería la presen-cia del “no lugar”.

Bibliografía:

-Augé, Marc. Los no lugares (espacios del anonimato). GEDISA.

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