Literatura/Arte Urbano

LOS POETAS DE LOS MUROS

Siguiendo la lógica del mensaje publicitario, Acción Poética pinta versos en las paredes en busca de que la poesía también forme del paisaje urbano. Ya se encuentran en nuestra provincia e invitan a que los vecinos se involucren en cada una de las “acciones”.

Alguna vez Eduardo Galeano afirmó que “las paredes son la imprenta del pueblo”. Esa parece ser la premisa de Acción Poética, un movimiento que plasma versos en los muros de diversas ciudades de Latinoamérica. Son grupos de personas que se organizan sin distinción de edad, sexo, formación o profesión con el objetivo de intervenir el paisaje urbano con fragmentos de la poesía de escritores populares (y no tanto).

El mentor de esta iniciativa fue Armando Alanis Pulido, un docente de la Universidad Autónoma de Nuevo León, en Monterrey (México). Licenciado en Administración, según su título formal y autor de más de quince libros de poesía, Alanis no ha trascendido tanto por estos méritos, sino por las más de tres mil paredes que desde 1996 ha pintado, con fragmentos que recuperan lo mejor de la lírica de America Latina.

La primera sede en Argentina fue fundada en Tucumán en septiembre de 2012. Con el reconocimiento oficial de su creador, los miembros de este grupo son quienes se encargan de coordinar el inicio de todas las “acciones” en el país. De esta manera, con ayuda de las redes sociales compartiendo imágenes del trabajo realizado solo cuatro meses han viralizado el movimiento hacia otras provincias.

Con permiso para “hacer” el verso

En nuestra ciudad, Acción Poética Santiago Del Estero se encuentra activa desde hace poco más de un mes. El formato que emplean es sencillo y se asemeja a las técnicas utilizadas por los mensajes publicitarios o propagandísticos: frases cortas, de no más de ocho palabras, en letras mayúsculas negras, sobre fondo blanco, sin colores ni dibujos. Así, la frase puede captarse rápidamente tanto por quien la observa detenidamente, como por el transeúnte que está de paso.

Pero diferencia de estas intervenciones, no hay ningún mandato ni imperativo que busque persuadir sobre la compra o adquisición de un producto, ni que trate convencer sobre una ideología. Luciana, una de las integrantes del grupo local, nos explica que su tarea “básicamente es accionar en las paredes, causar una buena impresión en las personas que pasen, que lean, que se vayan con un buen pensamiento, con una idea para mejorar su día, su cotidianeidad”.

Algunas frases que ya se encuentran en las paredes de varios puntos de la ciudad son, “Sin poesía no hay ciudad”, “Solo basta corazón” y “Ella me quiso, a veces yo también la quería”.

Otra de las premisas fundamentales de Acción Poética es contar con la autorización de los dueños de los muros; literalmente piden permiso para “hacer” el verso: “No queremos caer de sorpresa en la ciudad. Pidiendo permiso la gente se suma. Quizás no en forma constante, pero en el momento al menos pregunta qué es. Y realmente eso es bueno, porque no somos un movimiento político, que irrumpe en las paredes, este bien o mal, les guste o les guste a los dueños. Nosotros tratamos de hacer todo lo contrario, queremos que las personas se sientan a gusto con lo que vamos a pintar y no que dentro de una semana este pintado nuevamente”, cuenta Luciana.

Efectivamente, las convocatorias, que se realizan los domingos a la siesta en un punto previsto, generan una atmósfera muy particular. No solo se reúnen a pintar los jóvenes de entre 15 y 30 años que conforman el movimiento, sino que también se suman vecinos de la zona o curiosos ocasionales. Mientras las paredes se van llenando de poesía, casi siempre hay mates y una guitarra acompañando la intervención. Los versos también se eligen colectivamente. A través de su grupo en Facebook proponen a sus seguidores la próxima frase para pintar. Generalmente pertenecen a escritores reconocidos como Pablo Neruda, Mario Benedetti, Antonio Machado o García Lorca, pero también existe la posibilidad de que cualquier persona proponga poesías de su autoría o de escritores locales.

Todo este trabajo se sostiene con el aporte de los voluntarios: “No somos un grupo cerrado, necesitamos de todo: gente, pintura, pinceles. Todo el que quiera venir aquí a compartir mates, una botella de agua, puede hacerlo. Todo suma. Que estén aquí, para sentirnos acompañados es muy importante, realmente es hermoso lo que se genera con esto”.