28
LOS POSIBLES CAMINOS DE NIETZSCHE EN EL MODERNISMO A la memoria de Luis Eyzaguirre Es común calificar al modernismo como un movimiento caren- te de compromiso social. Algunos críticos han alimentado esta idea, como Guido Rodríguez Alcalá, quien afirma que, por el "culto de la subjetividad", los modernistas no pudieron "hacer una crítica radical del sistema vigente" 1 . A su vez, John Beverle) y Marc Zimmerman sostienen que los modernistas rechazaron la idea de un arte y una literatura al servicio de la política 2 . Antonio Cornejo Polar coincide con esta observación cuandc describe la predilección finisecular p o r l a estética como uns tendencia elitista; para los modernistas, dice, su lenguaje er¿ "el que mejor podía representar a la nación o a su sector máí ilustrado" 3 . La búsqueda estética, me parece, no representa ne cesariamente una postura antisocial ni hegemónica, aunque s puede ser una reacción ingenua. Creo que es necesario, ante k confusión que provocan afirmaciones como las que revisamos indagar en el significado del modernismo. Gerard Aching opina que la estética puede exponer y deter minar alianzas políticas 4 , a esta expresión tendríamos que aña dir la crítica a las actitudes burguesas y al sistema económico 1 En torno al "Ariel" de Rodó, Criterio Ediciones, Asunción, 1990, p. 25; la cursivas son suyas. 2 Literature and politics in the Central American revolutions, University o Texas Press, Austin, 1990, p. 42. 3 Escribir en el aire. Ensayo sobre la heterogeneidad socio-cultural en las literati ras andinas, Editorial Horizonte, Lima, 1994, p. 160; las cursivas son suyas. 4 The politics of Spanish American "Modernismo": By exquisite design, Can bridge University Press, Cambridge, 1997, p. 3.

LOS POSIBLES CAMINO S DE NIETZSCHE EN EL …aleph.academica.mx/jspui/bitstream/56789/27444/1/... · Es común califica arl modernismo como un movimiento caren te de compromis socialo

  • Upload
    doanbao

  • View
    214

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: LOS POSIBLES CAMINO S DE NIETZSCHE EN EL …aleph.academica.mx/jspui/bitstream/56789/27444/1/... · Es común califica arl modernismo como un movimiento caren te de compromis socialo

L O S P O S I B L E S C A M I N O S D E N I E T Z S C H E E N E L M O D E R N I S M O

A la memoria de Luis Eyzaguirre

Es c o m ú n calificar al modernismo como u n movimiento caren­te de compromiso social. Algunos crí t icos han alimentado esta idea, como G u i d o R o d r í g u e z Alcalá, quien afirma que, por el "culto de la subjetividad", los modernistas no pudieron "hacer una crí t ica radical del sistema vigente" 1 . A su vez, J o h n Beverle) y Marc Z immerman sostienen que los modernistas rechazaron la idea de u n arte y una literatura al servicio de la pol í t ica 2 . A n t o n i o Cornejo Polar coincide con esta observac ión cuandc describe la p r ed i l ecc ión finisecular por la estét ica como uns tendencia elitista; para los modernistas, dice, su lenguaje er¿ "el que mejor p o d í a representar a la n a c i ó n o a su sector máí ilustrado" 3 . L a b ú s q u e d a estética, me parece, no representa ne cesariamente una postura antisocial n i h e g e m ó n i c a , aunque s puede ser una r eacc ión ingenua. Creo que es necesario, ante k confus ión que provocan afirmaciones como las que revisamos indagar en el significado del modernismo.

Gerard A c h i n g opina que la estét ica puede exponer y deter minar alianzas pol í t i cas 4 , a esta e x p r e s i ó n t e n d r í a m o s que aña di r la cr í t ica a las actitudes burguesas y al sistema e c o n ó m i c o

1 En torno al "Ariel" de Rodó, Criterio Ediciones, Asunción, 1990, p. 25; la cursivas son suyas.

2 Literature and politics in the Central American revolutions, University o Texas Press, Austin, 1990, p. 42.

3 Escribir en el aire. Ensayo sobre la heterogeneidad socio-cultural en las literati ras andinas, Editorial Horizonte, Lima, 1994, p. 160; las cursivas son suyas.

4 The politics of Spanish American "Modernismo": By exquisite design, Can bridge University Press, Cambridge, 1997, p. 3.

Page 2: LOS POSIBLES CAMINO S DE NIETZSCHE EN EL …aleph.academica.mx/jspui/bitstream/56789/27444/1/... · Es común califica arl modernismo como un movimiento caren te de compromis socialo

490 THOMAS WARD NRFH, L

E n cuentos tan esteticistas como " E l rey b u r g u é s " y " E l velo de la reina Mab", del joven R u b é n Dar ío , subyace una doctr ina abiertamente antimaterialista. Ser ía difícil sostener lo apol í t i co de sus poemas posteriores, como "Salutac ión del optimista" y " A Roosevelt"; tampoco podemos dejar de pensar en J o s é Mar t í y M a n u e l González Prada, quienes fueron abiertamente polí t i ­cos, n i en José Enr ique R o d ó , el polemista modernista por an­tonomasia; no tiene sentido generalizar lo "asocial" de estos autores. Aunque sus composiciones br i l lan de una manera nueva con sus abundantes i m á g e n e s atrevidas, ser ía u n error catalogarlos exclusivamente como estetizantes, y menos a ú n co­m o representantes de la o l iga rqu ía .

E l modernismo responde a la indus t r ia l izac ión de la socie­dad, cuyas caracter ís t icas fueron el auge de la b u r g u e s í a y la profes ional izac ión de las letras. Para los poetas, s egún precisa Alber to Ju l i án Pérez , el "modernismo es la clave para salir del atraso cultural, la m a r g i n a c i ó n del mundo neocolonial latino­americano, al menos, si no en la práct ica , en la so luc ión ima­ginaria que propone el arte a sus necesitados lectores" 5. Sin embargo, como explica Mar iá tegu i , "la b u r g u e s í a quiere del ar­tista u n arte que corteje y adule su gusto mediocre" 6 . Dado que el elogio de lo ordinario no tiene cabida en la grandeza artís­tica, los modernistas deciden encerrarse. Ivan A . Schulman ex­plica el resultado de la re lac ión entre aquella sociedad industrial y el artista idealista: "Debilitadas las normas y tradiciones anti­guas por el positivismo y las ideas de la nueva ciencia experi­mental, el artista se sen t ía aislado y marginado en una cultura burguesa que lo conver t í a en u n instrumento mediocre. . ." 7 .

E n u n ambiente hostil al arte, el escritor se esforzó por cul­tivar la belleza, atacada por ese mundo mecanizado, y expresar, de manera sutil, comentarios sociales. Tuvo que tomar ciertas precauciones para protegerse, c r e ó mundos imaginarios, pro­tegidos del comercialismo; a esta c o n d i c i ó n de alejamiento se p o d r í a l lamar elitismo o hedonismo sólo si se olvida que repre­sentaba, asimismo, una postura defensiva que guardaba los ideales artíst icos y filosóficos de u n mundo amenazante. Fue la

5 La poética de Rubén Darío. Crisis post-romántica y modelos literarios modernis­tas, Orígenes, Madrid, 1992, p. 74.

6 El artista y su época, 10 a ed., Empresa Editora Amauta, Lima, 1985, p. 13. 7 "Modernismo/modernidad: metamorfosis de un concepto", Nuevos

asedios al modernismo, ed. I. A . Schulman, Taurus, Madrid, 1987, p. 21.

Page 3: LOS POSIBLES CAMINO S DE NIETZSCHE EN EL …aleph.academica.mx/jspui/bitstream/56789/27444/1/... · Es común califica arl modernismo como un movimiento caren te de compromis socialo

NRFH, L NIETZSCHE EN EL MODERNISMO 491

r e a c c i ó n frente a una realidad que cada vez t en í a menos senti­do. A c h i n g seña la otro aspecto positivo de este "torremarfilis-mo": facilitaba cierta objetividad en el análisis de la sociedad 8 . E n u n ambiente modernista los escritores p o d í a n decir cosas que no se hubieran aceptado de otro modo.

N o es m i i n t e n c i ó n , sin embargo, insinuar u n modernismo ú n i c o . C o m ú n m e n t e se aceptan dos tendencias: una decaden­te, otra mundonovista, de acuerdo con J o s é M i g u e l Oviedo 9 ; una cosmopolita, otra americanista, s e g ú n Aníba l G o n z á l e z 1 0 . Tampoco existe u n modernismo puro, como reconoce M a x H e n r í q u e z U r e ñ a , "en el movimiento modernista cab ían todas las tendencias" 1 1: romanticismo, positivismo, realismo, naturalis­mo, krausismo, paganismo, cristianismo, p a n t e í s m o , renanismo, parnasianismo y s imbol i smo 1 2 . Entendemos así que el moder­nismo es complejo y, dadas sus diversas fuentes, se desar ro l ló en tendencias distintas.

Hasta é p o c a muy reciente se d i s t ingu ió a M a n u e l Machado, Juan R a m ó n J i m é n e z y el pr imer Val le-Inclán de escritores co­m o U n a m u n o , An ton io Machado, Baroja y A z o r í n 1 3 , es decir que se opuso el encismo al esteticismo. E n lo que toca a esta vi-

8 Op. cit., p. 16. 9 "The modern essay in Spanish America", The Cambridge history ofLatm

America, eds. R. González Echevarría 8c E. Pupo-Walker, Cambridge Univer-sity Press, Cambridge, 1996, t. 2, p. 366.

1 0 "Literary criticism in Spanish America", The Cambridge history of Latir America, t. 2, pp. 444-445.

11 Breve historia del modernismo, F.C.E., México, 1954, p. 17. A L L E N W PHILLIPS vuelve a repetir esta característica sintética del modernismo en "E] arte y el artista en algunas novelas modernistas", RHM, 34 (1968), p. 757.

1 2 Véanse, para el romanticismo, PÉREZ, op. cit.; positivismo, Luis EYZAGUI RRE, El héroe en la novela latinoamericana del siglo xx, Editorial Universitaria Santiago de Chile, 1973, p. 26; naturalismo, HENRÍQUEZ UREÑA, op. cit, p. 17 krausismo, RICHARD A. CARDWELL, "Juan Ramón, Ortega y los intelectuales" HR, 53 (1985), 329-350 y TOMÁS G. ORIA, Martí y el krausismo, Society of Span ish and Spanish-American Studies, Boulder, C O , 1987; panteísmo, T. WARD "El pensamiento religioso de Rubén Darío: un estudio de Prosas profanas) Cantos de vida y esperanza", Revlb, 146/147 (1989), 363-375; renanismo, G RODRÍGUEZ ALCALÁ, op. cit., pp. 59-63; y simbolismo, JOSÉ EMILIO PACHECO, "In t raducción", Antología del modernismo, 1884-1921, U N A M , México, 1970, t. 1 p, xviiL

1 3 Los estudios recientes se han liberado en algo de esta tendencia. Aho ra, cómodamente se incluye a Valle-Inclán en la Generación del 98. Véanse por ejemplo, los estudios recogidos en La Generación del 98 frente al nuevo fn de siglo, ed. J . Torrecilla, Editions Rodopi, Amsterdam-Atlanta, 2000.

Page 4: LOS POSIBLES CAMINO S DE NIETZSCHE EN EL …aleph.academica.mx/jspui/bitstream/56789/27444/1/... · Es común califica arl modernismo como un movimiento caren te de compromis socialo

492 THOMAS WARD NRFH, L

s ión, la actitud de Gui l l e rmo Díaz-Plaja es representativa: para él, lo ét ico representa "un instrumento de me jo r í a de la huma­nidad" mientras que el esteticismo se orienta "hacia la sen­s a c i ó n " 1 4 . E n esta l ínea , Beverley y Zirnmerman cuestionan el ca rác t e r elitista, formalista y apol í t i co del modernismo penin­sular con respecto a la G e n e r a c i ó n del 9 8 1 5 . Cons t i tu i r ía u n descuido, me parece, negar las ideo log ías sociales en los este­tas, pues es posible la es té t ica con ideo logía .

Los esfuerzos de ca t a logac ión y d i fe renc iac ión t ienden a negar las corrientes filosóficas y sociales que definen a las litera­turas. Desde el pr incipio , Federico de O n í s r echazó este tipo de división. Según él, el modernismo no fue una escuela n i u n mo­vimiento, sino una é p o c a "aná rqu ica , crí t ica e innovadora" que resu l tó de una "honda t r a n s f o r m a c i ó n his tór ica que se in ic ió en el mundo hacia 1885" 1 6 . A l concebir el modernismo como u n momento his tór ico , O n í s ofrece la ú n i c a forma de enten­derlo: u n conjunto de corrientes literarias, filosóficas, e c o n ó ­micas y sociales que estuvieron en boga durante el p e n ú l t i m o fin de s ig lo 1 7 . E n el presente estudio me c e n t r a r é en la r e l ac ión de l modernismo con la filosofía, y, más espec í f i camente , con la figura de Fr iedr ich Nietzsche.

A pesar de sus rasgos estetizantes, el modernismo fue capaz de tener una visión filosófica que se mani fes tó en u n lenguaje embellecido a r t í s t i camen te . Juana Sánchez-Gey observa que m o s t r ó u n "deseo de belleza" sin dejar de ser "convincente y

1 4 Modernismo frente a Noventa y Ocho, Espasa-Calpe, Madrid, 1951, p. 11. 15 Op. cit., p. 55. Las últimas aperturas en esta polémica (modernismo-

Generación del 98) se resumen en GONZALO SOBEJANO, "Auge y repudio del 98", La crisis española del fin de siglo y la Generación del 98. Actas del Simposio In­ternacional, eds. A. Villanueva y A. Sotelo, Universität de Barcelona, Barcelo­na, 1999, pp. 15-31. Importante en la reconceptualización del modernismo será N E L S O N ORRINGER, "Taming the swan: Redefining Hispanic modernism in the world context", Southeastern Quarterly Review, de próxima aparición; su "Introduction to Hispanic modernisms", BHS, 79 (2002), 133-148 tam­bién es útil.

1 6 "Contemporaneidad de González Prada", RHM, 4 (1938), 5-7; esp. pp. 5-6.

1 7 Otros escritores han adoptado esta postura. Véanse M A N U E L PEDRO GONZÁLEZ, Notas en torno al modernismo, U N A M , México, 1958; RICARDO G U -LLÓN, Direcciones del modernismo, Gredos, Madrid, 1963, e IVAN A. SCHULMAN, "Reflexiones en torno a la definición del modernismo", Martí, Darío y el modernismo, eds. I. A . Schulman y M . P. González, Gredos, Madrid, 1969, pp. 23-59.

Page 5: LOS POSIBLES CAMINO S DE NIETZSCHE EN EL …aleph.academica.mx/jspui/bitstream/56789/27444/1/... · Es común califica arl modernismo como un movimiento caren te de compromis socialo

NRFH, L NIETZSCHE EN EL MODERNISMO 493

profundo en las ideas" 1 8 . A l contrario de lo que sostiene Díaz-Pla ja 1 9 , entre todas las corrientes doctrinarias, el nihi l ismo es uno de los elementos primordiales en la ideo log ía modernista. T a l confluencia fue aparente en el a ñ o de 1905 cuando José de la Riva-Agüero u b i c ó el auge del simbolismo y el decadentismo "en p lena fiebre del nietzscheanisrno"20. N o sorprende entonces que para Gonzalo Sobejano la tendencia "que pervive en Dar ío con m á s consecuencia" sea el aristocratismo nietzscheano 2 1 . Seis a ñ o s antes de la muerte del filósofo, Da r ío i n t e n t ó corregir tal omi s ión , e l o g i á n d o l o en uno de los variados ar t ículos que a p o r t ó a La Nación de Buenos Aires. E l poeta n i ca ragüense ad­miraba al filósofo prusiano y lamentaba que no recibiera la a t e n c i ó n adecuada: "¡Triste suerte la de Nietzsche! Durante su vida —su vida moral—, sus trabajos no logran la boga y el triunfo que él ambicionaba. . , " 2 2 . Hue lga decir que el nietzscheanisrno de D a r í o no siempre es positivo pues desemboca en temor al final de Cantos de vida y esperanza, cuando el poeta, sufriendo de l Weltschmerz, pide a Dios que libere a la humanidad de los "superhombres de Nietzsche" 2 3 .

Esta vaci lación con respecto a la figura del filósofo se da en otros intelectuales modernistas, como por ejemplo en R o d ó y en Gonzá lez Prada. E l uruguayo, a pesar de dudar de ciertos elementos del nietzscheanisrno, reconoce el poderoso impacto del filósofo, "que tan profundo surco seña la en la que podr ía ­mos l lamar nuestra moderna « l i te ra tura de i d e a s » . . . " 2 4 . C o m o he d icho en otro lugar, el autor de Páginas libres muestra una

1 8 "E l modernismo filosófico en América", Cu A, 1993, núm. 41, p. 110. 1 9 Según el famoso crítico, "es evidente que Nietzsche interesa a la menta­

lidad intervencionista y pedagógica del Noventa y Ocho, tanto como repugna al modernismo". En el mismo lugar afirma que los modernistas prefieren a Ver-laine sobre el filósofo germánico (cf. G. DÍAZ-PLATA, op. cit, p. 175).

2 0 Carácter de la literatura del Perú independiente, Librería Francesa Científi­ca Galland, Lima, 1905, p. 234.

2 1 Nietzsche y España, Gredos, Madrid, 1967, p. 203. 2 2 "Los raros: Nietzsche", Escritos inéditos de Rubén Darío, ed. E. K. Mapes

Instituto de las Españas, New York, 1938, p. 54. Este ensayo no llegó a in cluirse en el libro Los raros.

2 3 R. DARÍO, Poesías completas, Editorial Claridad, Buenos Aires, 1987, t. 2 p. 576.

2 4 JOSÉ ENRIQUE RODÓ, Ariel con Calibán por Roberto Fernández Retamar ed. Abelardo Villegas, SEP-UNAM, México, 1982, pp. 46-47. En adelante, las re ferencias a este texto serán por autor y página entre paréntesis en el texto.

Page 6: LOS POSIBLES CAMINO S DE NIETZSCHE EN EL …aleph.academica.mx/jspui/bitstream/56789/27444/1/... · Es común califica arl modernismo como un movimiento caren te de compromis socialo

494 THOMAS WARD NRFH, L

r e l ac ión de a t racc ión y r e p u l s i ó n con respecto a Nietzsche 2 5 . A u n con la r e c e p c i ó n parcial del filósofo prusiano, su influen­cia fue sustancial porque cuando los modernistas no p a r t í a n de su filosofía, reaccionaban en contra suya.

E l impacto que Nietzsche tuvo en E s p a ñ a fue tan profundo que Sobejano d e d i c ó u n tomo grueso al tema, sin agotarlo. Co­mo he seña lado en otro momento , la estét ica modernista de la Sonata de otoño de Valle-Inclán organiza la filosofía nihil ista de Nietzsche 2 6 . Adelante c o m e n t a r é algunos pormenores de su re­c e p c i ó n en la Pen ínsu la aunque, como Sobejano deja a u n lado a todas las figuras hispanoamericanas (con la e x c e p c i ó n nota­ble de D a r í o ) , quisiera concentrarme en ciertos rumbos nietz-scheanos en las Amér icas , sin omit i r del todo a España , sobre todo cuando sirva de punto de c o m p a r a c i ó n .

Es conveniente preguntarnos, antes de continuar, c ó m o u n escritor a l e m á n pudo tener tanta influencia en H i s p a n o a m é r i ­ca, donde las primeras traducciones de su obra se publ icaron a ñ o s después de sus ediciones alemana, francesa y españo la . L a pr imera t r aducc ión , publ icada por el novelista Xavier Ica-za j r . 2 7 , en 1919, se encuentra en el n ú m e r o 1 del tomo 10 de la revista mexicana Cultura, y a p a r e c i ó con el t í tu lo Federico Nietz­sche. L a obra es una se lecc ión de los capí tu los de Así hablaba Zaratustra, t r a d u c c i ó n de u n tal Juan F e r n á n d e z (véase infra)28. E n seguida aparecieron dos traducciones en Argentina: Opinio­nes (1922) y Wagner: combatido por Nietzsche (1924) 2 9 .

Estas fechas, 1919-1924, son demasiado tardías para consi­derarlas como fuentes para l a m a y o r í a de l a p r o d u c c i ó n modernista hispanoamericana. L o que sí encontramos son ar­t ículos crít icos interpretando los libros publicados en Europa .

2 5 THOMAS WARD, La anarquía inmanentista de Manuel González Prada, Uni ­versidad Ricardo Palma-Editorial Horizonte, Lima, 2 0 0 1 , pp. 177-187 .

26 j W A R D, "La Sonata de otoño: un hito en el desarrollo hacia el nihilis­mo activo", NRFH, 3 4 ( 1 9 9 1 ) , 1 0 5 1 - 1 0 6 5 . Investigaciones posteriores pue­den encontrarse en R A M Ó N ESPEJO-SAAVEDRA, "Entre el mito y la desilusión: el discurso histórico simbolista de Águila de Blasón y Romance de lobos', Hecho Teatral, 1 ( 2 0 0 1 ) , 37-53 . U n nuevo acercamiento a Nietzsche y España se ofrece en GONZALO NAVAJAS, "La ética del 9 8 ante el siglo xxi: de Unamuno a Antonio Muñoz Molina", en La Generación del 98 frente...

2 7 Icaza fue autor de novelas psicológicas y regionalistas como Dilema ( 1 9 2 1 ) , Gente mexicana ( 1 9 2 4 ) y Panchito Chapopote ( 1 9 2 8 ) .

2 8 Federico Nietzsche, ed. Xavier Icaza, Jr., Editorial México, [México], 1919 . 2 9 Opiniones, Buenos Aires, 1 9 2 2 y Wagner, Claridad, Buenos Aires, 1 9 2 4

(Lospensadores, año 2 , núm. 7 8 ) .

Page 7: LOS POSIBLES CAMINO S DE NIETZSCHE EN EL …aleph.academica.mx/jspui/bitstream/56789/27444/1/... · Es común califica arl modernismo como un movimiento caren te de compromis socialo

NRFH, L NIETZSCHE EN EL MODERNISMO 495

Tanto Da r ío como R o d ó comentaron la obra de Nietzsche, el pr imero en el ya citado ensayo p o r t e ñ o (1894) y el segundo en su influyente Ariel (1900). E l "Nietzsche" de D a r í o refiere a "ensayos y estudios", "recuerdos y biograf ías" sobre el filósofo. A d e m á s , el poeta cita largamente a la hermana del filósofo, E l i -sabeth Fórs te r Nietzsche 3 0 , quien conc lu í a en aquel momento u n experimento socialista que d u r ó ocho a ñ o s en el Paraguay. E n este a r t ícu lo , que parece haberse escrito bajo las presiones de las fechas l ími te que caracterizan al periodismo, Dar ío re­produjo u n largo pár ra fo de Jorge Brandes y sugir ió a sus lecto­res que leyeran las versiones originales, o las traducciones, de Nietzsche. E n especial r e c o m e n d ó el estudio de H e n r i A lbe r t 3 1 . Dos a ñ o s más tarde apa rec ió De sobremesa, novela nietzscheana del colombiano J o s é A s u n c i ó n Silva, en la cual se e x p o n í a u n conocimiento, quizás u n tanto superficial, del superhombre, de la mora l más allá del b ien y del mal , y de Así hablaba Zaratus-traP2. E n esta novela se comenta e x p l í c i t a m e n t e la difusión de "la voz terrible de Nietzsche" (p. 168). E l peruano Riva-Agüero inc luyó los aforismos y las m á x i m a s de Nietzsche en su Carácter de la literatura del Perú independiente. O t ro l i m e ñ o , Ósca r Miró Quesada, compuso variados libros y ar t ícu los filosóficos, entre otros, " E l altruismo de Zaratustra" (1909) y " S a l o m ó n Nietz­sche" (1909) 3 3 .

Estas fechas resultan muy tardías ; de manera que el nietz-scheanismo en Ibe roamér i ca se r e m o n t a r í a a otras fuentes como E s p a ñ a y Francia. E n cuanto a la primera, L a t i n o a m é r i c a refleja lo que la crí t ica an t i c ipó de la lectura de los textos de Nietzs­che 3 4 . Los catalanes mostraron cierto in te rés hacia el filósofo, como se comprueba en autores como Pompeyo Gener y Joan

3 0 R . DARÍO, " L O S raros: Nietzsche", pp. 54 , 5 5 . 3 1 GEORG MORRIS C O H É N BRANDES, F. Nietzsche. Fine Abhandlung über Aristo-

kratischen Radikalis [ 1 8 8 8 ] , en Menschen und Werke, Literarische Anstalt, Frankfurt/M., 1895 ; HENRI ALBERT, "Friedrich Nietzsche", Mercure de France, 1 8 9 3 , núm. 7, 46-64.

3 2 De sobremesa, Ediciones del Sol y de la Luna, Bogotá, 1 9 6 5 , pp. 167 , 1 6 8 , 1 7 2 , 2 0 1 , 2 0 8 .

3 3 Los dos publicados en Contemporáneos, 1 9 0 9 , núm. 1, 2-6 y 338-340 , respectivamente.

3 4 En cuanto a este párrafo y el siguiente, en lo que toca a publicaciones en Madrid y Barcelona, tendrían forma muy distinta si no tuviéramos a ma­no el extenso libro de Gonzalo Sobejano, Nietzsche en España. Es interesante notar que el nietzscheanismo entró en España mayormente por Barcelona, lo mismo que el modernismo nativo.

Page 8: LOS POSIBLES CAMINO S DE NIETZSCHE EN EL …aleph.academica.mx/jspui/bitstream/56789/27444/1/... · Es común califica arl modernismo como un movimiento caren te de compromis socialo

496 THOMAS WARD NRFH, L

Maragall . E n el caso de Gener hubo plagios abiertos de la obra de Nietzsche en sus libros crít icos (1893-1900) 3 5. E n el de Mara­gall, entre sus varias tentativas, figuró su "Nietzsche" (1893) 3 6 .

E n la capital, mucho de este debate o c u r r i ó en las pág inas de La España Moderna, aunque no siempre. Salvador Canals pu­bl icó comentarios sobre Nietzsche en El Heraldo de Madrid en 1894. Dos años más tarde Eduardo G ó m e z de Baquero hizo observaciones sobre Nietzsche en La España Moderna3'7, publi­cac ión en la que Juan Valera e n t r e g ó su a r t ícu lo " E l superhom­bre" (1897). Entre los colaboradores de esta revista m a d r i l e ñ a figuraron Ramiro de Maeztu, quien a c u ñ ó su "Estudio sobre Sudermann" en 1898 3 8 , y Fernando Araujo, con su "Filosofía de Nietzsche", en el mismo a ñ o 3 9 . C o m o Valera, Francisco Gi -ner, en " L a moral del super-hombre" de 1898 4 0 , m o s t r ó una ac­ti tud negativa ante Nietzsche; t a m b i é n aportaron ideas al debate Baro ja 4 1 y C l a r í n 4 2 . Cabe decir que en 1910, muy tarde ya, se tradujo del f rancés la prestigiosa Filosofía de Nietzsche de H e n r i Lichtenberger (véase infrd) 4 3 .

E n cuanto a la obra de Nietzsche, Pedro Gonzá lez Blanco tradujo varios textos que d i fund ió en la casa editorial F. Sempe-re de Valencia, donde t a m b i é n p u b l i c ó la pr imera t r a d u c c i ó n de Nietzsche que encontramos en España : Más allá del bien y dei mal (1885). Tradujo Aurora: Meditación sobre los prejuicios mo­rales ( ¿1886?) , Humano, demasiado humano (1909), La gaya ciencia (1910), El caso Wagner, Nietzsche contra Wagner, Opiniones y sentencias diversas (¿ 1910?-¿ 1919?) y El anticristo44. Ot ra traduc-

3 5 Véase G. SOBEJANO, Nietzsche, pp. 37-45. 3 6 PAMPHILOS [Joan Maragall], "Nietzsche", LAvene, 15-31 de julio de

1893, núms. 13-14. Véase también SOBEJANO, Nietzsche, pp. 84-88. 3 7 "Crónica literaria", La España Moderna, 1896, núm. 88, 115-116. 3 8 En La España Moderna, 1898, núm. 113, 5-28. 3 9 La España Moderna, 1898, núm. 119. 4 0 En Obras completas, La España Moderna, Madrid, 1925, t. 11, pp. 277-

279. Sobre el mismo tema, también en Obras completas, "La acción moral de lajuventud", de 1899, p. 147.

4 1 "Nietzsche y la filosofía", de 1899, en Obras completas, Biblioteca Nue­va, Madrid, 1948, t. 8, pp. 853-856. También, "E l éxito de Nietzsche", en "El tablado de Arlequín" (1904), Obras completas, t. 5, pp. 18-19. Consúltese, asi­mismo, G. SOBEJANO, Nietzsche, pp. 62-65.

4 2 Véase Nietzsche, pp. 83-84. 4 3 Trad. por J . E. Matheu, Madrid, 1910. 4 4 De El anticristo se desconoce al traductor, como todos, apareció en F.

Sempere, Valencia-Madrid, ¿1900?-¿1930?

Page 9: LOS POSIBLES CAMINO S DE NIETZSCHE EN EL …aleph.academica.mx/jspui/bitstream/56789/27444/1/... · Es común califica arl modernismo como un movimiento caren te de compromis socialo

NRFH,L NIETZSCHE EN EL MODERNISMO 497

c ión que a p a rec i ó en Valencia de a u t o r í a dudosa es Así hablaba Zaratustra (1906) 4 5 . A J o a n Maragal l se debe la pr imera versión catalana de Així va parlar Zarathustra (1893) 4 6 . H u b o otros es­fuerzos en Barcelona: El anticristo y el ascetismo cristiano (1903), Así hablaba Zaratustra, Más allá del bien y del mal, y Humano, dema­siado humano, todos en 1905. Por su parte, La España Moderna en M a d r i d p u b l i c ó Así hablaba Zaratustra (1900), jun to con Más allá del bien y del mal (1901 o 1902), La genealogía de la moral (1902), Últimos opúsculos de Federico Nietzsche (1904), La gaya cien­cia (1905), y El viajero y su sombra (1907) 4 7 . E l pr imero es origi­nal de Juan F e r n á n d e z que, como ya mencionamos, t e r m i n ó p u b l i c á n d o s e en México . Sobejano dedica numerosas pág inas a resolver la identidad de esta figura misteriosa, sin conseguirlo del todo 4 8 .

Fuera de traducciones y comentarios en castellano, la ruta más probable de p e n e t r a c i ó n de las ideas de Nietzsche fue Fran­cia. Es una re lac ión espinosa la de Nietzsche y este país ya que coincide con los años posteriores a la guerra franco-prusiana (1870-1871). Sin embargo, unas sesenta ediciones de sus libros aparecieron en Francia entre 1880 y 1920, es decir los años que i m p a c t a r í a n en el modernismo. C o m o en H i s p a n o a m é r i c a y Es­p a ñ a , la influencia de Nietzsche en Francia a n t e c e d í a a la tra­d u c c i ó n de sus obras. Seña l emos algunas pautas.

Quizás los primeros intentos de difundir lo en Francia sean dos ar t ícu los a n ó n i m o s en la Revue Critique (1874), s egún los cuales el pensamiento juveni l de Nietzsche parece favorecer la cultura francesa sobre la a lemana 4 9 . Este temprano in te rés no se desa r ro l l a r í a mayormente hasta el final del siglo, cuando aparecieron ensayos en revistas como Revue Bleue (1891), Revue des Deux Mondes (1892), Mercure deFrance (1893) , L'Ermita-

4 5 Así hablaba Zaratustra. (Un libro para todos y para nadie), Prometeo, Va­lencia, 1906.

4 6 Se trata de limitados capítulos publicados en la revista L Avene, 1893, núms. 20/21.

4 7 Así hablaba Zaratustra, Más allá del bien y del mal, La genealogía de la mo­ral, Últimos opúsculos de Federico Nietzsche, La gaya ciencia, y El viajero y su som­bra, L a España Moderna, Madrid, 1900, 1901 o 1902, 1902, 1904, 1905, y 1907, respectivamente. Los traductores de estas obras son diferentes y algu­nos anónimos. No he podido hojear la traducción de Juan Fernández de As¿ hablaba Zaratustra, pero G. Sobejano ha visto una reimpresión del año 1906, consúltese Nietzsche, pp. 67-74.

4 8 Véase Nietzsche, pp. 67-74. 4 9 Núm. 39, p. 206, y núm. 46, pp. 318-319.

Page 10: LOS POSIBLES CAMINO S DE NIETZSCHE EN EL …aleph.academica.mx/jspui/bitstream/56789/27444/1/... · Es común califica arl modernismo como un movimiento caren te de compromis socialo

498 THOMAS WARD NRFH, L

ge (1898) y Les Études Religieuses ( 1899) 5 0 . Algunas de és tas como el Mercurio de Francia publ icaron múl t ip les ensayos sobre el filósofo germano. Entre los libros que tuvieron impacto es t án los Écrivains étrangers (1898) de Wyzéwa, La philosophie de Nietzsche (1898) de Lichtenberger, Les maîtres de la pensée contem­poraine (1904) de Bourdeau, Nietzsche et la réforme philosophique (1904) de Gaultier, En lisant Nietzsche (1904) de Faguet, Apollon ou Dionysos (1905) de Seil l ière, La philosophie de Frédéric Nietzsche (1917) de H u a n , y el copioso Nietzsche: sa vie et sa pensée (1920-1931) d e A n d l e r 5 1 .

Estos comentarios se publ icaban paralelamente con las obras de Nietzsche, aunque, como en otros lugares, l legaron con retraso respecto a las interpretaciones 5 2 . L a pr imera obra de Nietzsche que aparec ió en Francia fue Le cas Wagner (1892) 5 3 , la segunda, una ed i c ión de Paul Lauterbach y A d r i e n Wagnon , A travers Voeuvre de Frédéric Nietzsche (1893) 5 4 . H a b r í a que espe­rar m á s de u n lustro para que la Sociedad Mercur io de Francia publ icara la mayor í a de las obras del filósofo-poeta. Ofrec ió al

5 0 TEODOR DE WYZÉWA, "Frédéric Nietzsche, le dernier Métaphysicien", Revue Bleue, 1 8 9 1 , núm. 4 8 , 5 8 6 - 5 9 2 ; G . VALBERT, "Le Docteur Frédéric Nietzsche et ses griefs contre la société moderne", Revue des Deux Mondes, 1 8 9 2 , núm. 113 , 677-689 ; HENRI ALBERT, "Friedrich Nietzsche", Mercure de France, 1893 , núm. 7, 46-64; JACQUES MOR LAND, "Etude sur Nietzsche", L'Ermi­tage, 1898 , núm. 12, 394-402 ; y S. J . LÉONCE GRANDMAISON, "La religion de l 'égoïsme, étude sur Frédéric Nietzsche", Les Études Religieuses, 1899 , núm. 8 1 , 798-817 .

5 1 T . DE WYZÉWA, Écrivains étrangers, Perrin, Paris, 1898 ; HENRI LICHTENBER­GER, La philosophie de Nietzsche, Félix Alean, Paris, 1898 ; JEAN BOURDEAU, Les maîtres de la pensée contemporaine, Félix Alean, Paris, 1904 ; JULES DE GAULTIER, Nietzsche et la réforme philosophique, Mercure de France, Paris, 1904; EMILE FA­GUET, En lisant Nietzsche, Société Française d'Imprimerie, Paris, 1904 ; ERNEST SEILLIÈRE, Apollon ou Dionysos: étude critique sur Friedrich Nietzsche et l'utilitarisme impérialiste, Pion, Paris, 1905 ; GABRIEL H U A N , La philosophie de Frédéric Nietzsche, Bossard, Paris, 1917; CHARLES ANDLER, Nietzsche: sa vie et sa pensée, 6 ts., Bossard, Paris, 1 9 2 0 - 1 9 3 1 . Sobre estas primeras repercusiones se pueden consultar PIERRE BOUDOT, Nietzsche et les écrivains français, 1930 à 1960, Aubier-Montaig­ne, Paris, 1970 ; ERIC HOLLINGSWORTH D E U D O N , Nietzsche en France: Vantichristia­nisme et la critique, 1891-1915, University Press of America, Washington, 1982 , y DOUGLAS SMITH, Transvaluations: Nietzsche in France, 1872-1972, Clarendon Press, Oxford, 1996 .

5 2 D. SMITH hace la misma observación, op. cit., p. 38 . 5 3 Eds. Daniel Halévy et Robert Dreyfus, Paris, 1 8 9 2 . No he podido veri­

ficar este dato que encont ré en D. SMITH, op. cit., p. 3 9 . 5 4 Eds. Paul Lauterbach et Adrien Wagnon, A. Schulz, Paris, 1 8 9 3 .

Page 11: LOS POSIBLES CAMINO S DE NIETZSCHE EN EL …aleph.academica.mx/jspui/bitstream/56789/27444/1/... · Es común califica arl modernismo como un movimiento caren te de compromis socialo

NRFH, L NIETZSCHE EN EL MODERNISMO 499

p ú b l i c o Par delà le bien et le mal (1898), Humain, trop humain (1899), La généalogie de la moral (1901), Ainsi parlait Zarathous­tra (1901), L'origine de la tragédie ou héllénisme et pessimisme (1901), Le gai savoir (1901), Le voyageur et son ombre, opinions et sentences mêlées... (1902), La volonté de puissance (1903), Aurore: réflexions sur les préjugés moraux (1901), Le crépuscule des idoles (1904), Considérations inactuelles: David Strauss (1907), y Ecce Hommo: suivi de poésies (1909) 5 5 . Ci to sólo las primeras edicio­nes ya que la mayor í a de estas obras salieron en tirajes posterio­res, hasta 1919.

E n fin, es dudoso que los modernistas latinoamericanos le­yeran ediciones publicadas en el continente americano antes de 1919, pero sí pudieron leer y escribir sobre Nietzsche en las revistas y diarios. T a m b i é n diversas publicaciones de Alemania , Francia y España llegaron a La t inoamér ica , especialmente a Mé­xico y a Buenos Aires. Varios modernistas dominaban el fran­cés, entre ellos Gu t i é r r ez Nájera, Gonzá lez Prada, Silva y Casal. Y hablaban otros idiomas, como el caso de Gonzá lez Prada con el a l e m á n o Silva con el inglés . Ot ra posibi l idad, no muy estu­diada, es el influjo del nietzscheanista italiano, Gabr ie l D ' A n -n u n z i o 5 6 . Los modernistas que viajaban por E s p a ñ a o Francia pud ie ron acudir a las mismas fuentes disponibles para los espa­ño le s y franceses, éstos son los o r í g e n e s del nietzscheanismo que m á s impactaron.

C o n una e x c e p c i ó n me c o n c e n t r a r é en lo que se ha lla­mado la pr imera g e n e r a c i ó n modernista. M i p r o p ó s i t o no es probar e spec í f i camen te que uno u otro escritor de esta gene­r ac ión fue nietzscheano. Esta doctr ina finisecular no era mo­nol í t ica , pues cada modernista la a m o l d ó s e g ú n sus creencias personales. Tampoco quiero sugerir que estos artistas hayan sido lectores ávidos del filósofo, él no o r i g i n ó el nietzscheanis­mo, sólo o rgan izó y enfocó el Zeitgeist. Los modernistas compar­t ieron el mismo esp í r i tu de la é p o c a que Nietzsche glosó, y recordemos que el modernismo, tal como lo describe Federico de Onís , no es una escuela sino u n momento histórico. Se puede

5 5 De 1904 también Le cas Wagner-Nietzsche contre Wagner- L Antéchrist y de 1907, De Futilité et des inconvénients des études historiques. Todas estas obras se pu­blicaron en París por la "Société du Mercure de France" con diversos editores.

5 6 Para la relación extranietzscheana entre el escritor italiano y el moder­nismo consúltese SANDRO ABATE, "Darío y D'Annunzio: estudio comparativo de dos poemas", HiJ, 1999, núm. 20, 29-47.

Page 12: LOS POSIBLES CAMINO S DE NIETZSCHE EN EL …aleph.academica.mx/jspui/bitstream/56789/27444/1/... · Es común califica arl modernismo como un movimiento caren te de compromis socialo

500 THOMAS WARD NRFH,L

decir que tanto Azor ín como Val le-Inclán son escritores nietz-scheanos, sólo que esto es más evidente en el pr imero que en el segundo, se trata de una cues t ión de matices, no de absolutos.

Numerosos escritores de la l lamada pr imera g e n e r a c i ó n modernista expresan el pensamiento de Nietzsche sin haberlo l e í d o (aunque varios sí lo conocieron) porque sus ideas esta­ban en el aire, respondiendo a la creciente crisis que produjo la indus t r ia l izac ión global. E n general, la respuesta a este peli­gro puede reducirse a siete á reas temát icas : 1) una crisis moral ; 2) lo macabro; 3) el lujo; 4) la decadencia; 5) el arte como va­lo r supremo; 6) el artista y el r e b a ñ o y 7) lo espiritual. Veremos en seguida la complej idad de estos temas que son a la vez mo­dernistas y nietzscheanos.

La crisis moral Desde siempre el ser humano ha necesitado una doctr ina que le d é u n punto de referencia. Este ha sido el pa­pe l del cristianismo. Nietzsche expl ica el f e n ó m e n o . L a mora l cristiana "conced í a al hombre u n valor absoluto, por opos ic ión a su pequenez" 5 7 , pero con el ocaso de las religiones, la mora l se destruye (Nietzsche, p. 60). Es forzoso reconocer, entonces, que "toda lucha mora l contra el vicio, contra el lujo y el cri­men , incluso contra la enfermedad misma" es una lucha quijo­tesca (Nietzsche, p. 49). S in la mora l que lo encubre, surge la "veracidad" de la vida. Es u n proceso circular. L a posibil idad de ver la realidad, "se vuelve finalmente contra la moral , descubre su teología, su c o n s i d e r a c i ó n interesada" (Nietzsche, p. 34), nos vemos forzados a contemplar el m u n d o tal como es.

A l extinguirse la moral , la t eo log ía cristiana pierde su vigen­cia; sin ella, y frente a la desnudez de una vida sin sentido, se descubre la nada. Este es u n tema que los modernistas conside­ran. E n su poema más famoso, J o s é A s u n c i ó n Silva establece u n paralelo entre la tumba, la muerte y la nada: "Era el frío del se­pulcro , era el frío de la muerte / era el frío de la nada . . . " 5 8 . T a m b i é n J u l i á n del Casal recoge este motivo cuando descifra la s ensac ión de enfrentarse con la nada. A diferencia de Silva, la nada en Casal se experimenta antes de morir . E n su contro­vertido poema "Nihi l i smo", la vida se pinta como u n sendero

5 7 La voluntad del poderío, ed. D. Cas trillo Mirat, trad. A. Froufe, EDAF, Ma­drid, 1981, p. 33. En adelante, cito en el texto por autor seguido de página.

5 8 Spanish American modernista poets. A critical anthology, ed. Gordon Brothers ton, 2 n d ed., Bristol Classical Press, London, 1995, p. 65.

Page 13: LOS POSIBLES CAMINO S DE NIETZSCHE EN EL …aleph.academica.mx/jspui/bitstream/56789/27444/1/... · Es común califica arl modernismo como un movimiento caren te de compromis socialo

NRFH, L NIETZSCHE EN EL MODERNISMO 501

oscuro: "después de atravesar la selva obscura / Beatriz no ha de mostrarme el P a r a í s o " 5 9 . Sin la teología , la humanidad se ex­pulsa del E d é n para siempre; la tierra, entonces, es estéril: "mi vida . . . / es u n cielo que nunca tuvo estrellas, / es u n á rbo l que nunca tuvo flores" (Casal, t. 1, p. 201). E l "cielo" y el "árbol" re­presentan la divinidad y la tierra respectivamente. Los dos care­cen de sentido, tanto que "si miro al horizonte, todo es sombra, / si me inc l ino a la tierra, todo es cieno" (Casal, t. 1, p. 202). L a d e s t r u c c i ó n del cielo (el bien) y de la tierra (el mal) es eco de la filosofía nietzscheana en contra de la mora l cristiana que ex­pira cuando la fe se apaga. E n " L a urna", Casal documenta esta c o n d i c i ó n :

Muerta ya mi fe pasada y la pasión que sentía, veo, con mirada fría que está la urna sagrada como mi alma: vacía

(Casal, t. 1, p. 44).

Se pone de manifiesto una existencia sin sentido donde Dios ha abandonado al poeta. Casal, como recuerda Robert Jay G l i ckman , conserva numerosos elementos de l sistema catól ico de valores (véase Casal, t. 2, pp. 288-299), aunque coincide con Nietzsche, sin mencionarlo, cuando reconoce la crisis de la mo­ral en las sociedades modernas. L a r e l ac ión de Silva con el filó­sofo poeta es m á s clara en su novela De sobremesa: una amante ( ¡a lemana! ) dice a su hombre que le fascina "su desprecio por la mora l corriente" y le l lama u n Ubermensch. E n la p á g i n a ante­rior, el superhombre le h a b í a recomendado que viviera "más allá del b ien y del m a l " 6 0 . Destruido el dualismo cristiano, la fe y la moral , el individuo debe resignarse ante la nada, que existe dentro y fuera del alma.

A u n q u e Mar t í no se in t e r e só por la filosofía de Nietzsche, por lo menos no lo cita en su vasta obra, en su ensayo elegiaco a Emerson describe la ausencia de mora l en los norteamerica­nos y lo dibuja como superhombre nihilista: "No o b e d e c i ó a

5 9 The poetry of Julián del Casal: A critical edition, ed. R. J . Glickman, The University Presses of Florida, Gainsville, 1976, t. 1, p. 202. En adelante, cito en el texto por autor, tomo y página.

6 0 Op. d¿ . ,pp. 201,200.

Page 14: LOS POSIBLES CAMINO S DE NIETZSCHE EN EL …aleph.academica.mx/jspui/bitstream/56789/27444/1/... · Es común califica arl modernismo como un movimiento caren te de compromis socialo

502 THOMAS WARD NBFH,l

n i n g ú n sistema, lo que le p a r e c í a acto de ciego y de siervo; n¡ c r e ó ninguno, lo que le p a r e c í a acto de mente flaca, baja y envi diosa. Se s u m e r g i ó en la naturaleza, y surg ió de ella radiante Se sint ió hombre, y Dios, por ser lo" 6 1 . E l Emerson de Mar t í nie­ga todo r é g i m e n de valores y así cumple con las característ icas del nihi l ismo activo.

Liberado de la moral , el individuo entra en conflicto con la re l igión tradicional. Este antagonismo, en palabras de Nietzsche, "trae como resultado un proceso de desintegración" (Nietzsche, p. 34). Roto el dogma, la moral se pone en crisis, y "nos parece que el universo se desvaloriza[,] 'pierde su sentido'. . ." (Nietzsche. pp. 10-11). Aceptando u n mundo sin "sentido", los modernis­tas, como observa Octavio Paz, demuestran "indiferencia, aveces abierta hostilidad, ante el cristianismo" 6 2 . N o hay n i n g ú n escritor que ostente mejor esta acti tud que Gonzá l ez Prada cuando proc lama que "el catolicismo es el enemigo" 6 3 ; de manera pa­recida, Casal se opone al dogma cuando en Rimas el co razón se enamora más "de [una] regia pecadora" que "de una pastora" (Casal, 1.1, p. 251). Esta hostil idad se suaviza en otros modernis­tas y toma la forma de u n des in te rés frente al cristianismo/lo cris­tiano, lo que les dio la l ibertad de escribir obras con valores que para un creyente ser ían inmorales.

L a Sonata de otoño de R a m ó n del Valle-Inclán es ejemplo de esta tendencia. E n esta novela, el M a r q u é s de B r a d o m í n acude a las creencias ocultas (acepta el poder curativo de las yerbas), part icipa en una re l ac ión incestuosa (tiene relaciones con su pr ima) , e in ic ia nuevos amores inmediatamente d e s p u é s de mor i r su amada (con otra pr ima) . Tales acciones son suma­mente ofensivas al cristianismo, representan el rechazo de los valores cristianos. Este aristocratismo modernista intenta supe­rar el concepto b u r g u é s de la moral , u n eco débi l de los gran­des ideales del pasado.

L a compleja r e l ac ión entre la moral , el cristianismo y Nietzsche se aclara u n poco en u n contexto positivista. Gonzá-

6 1 J . MARTÍ , Obras completas, Editorial Nacional de Cuba, La Habana, 1963-1973, t. 13, p. 20. En adelante, las referencias a las Obras completas serán por autor, seguido de tomo y página.

6 2 "El caracol y la sirena", Cuadrivio, 5 a ed., Joaquín Mortiz, México, 1980, p. 28.

6 3 Páginas libres, en Obras, ed. L . A . Sánchez, PetroPerú, Lima, 1985, t. 4, p. 25. En adelante, las referencias a las Obras serán por tomo y página.

Page 15: LOS POSIBLES CAMINO S DE NIETZSCHE EN EL …aleph.academica.mx/jspui/bitstream/56789/27444/1/... · Es común califica arl modernismo como un movimiento caren te de compromis socialo

NRFH, L NIETZSCHE EN EL MODERNISMO 503

lez Prada, como el filósofo, representa una ruptura con la mo­ral cristiana, aunque a diferencia de aqué l , el peruano acepta la mora l si ésta se deriva de la ciencia: "no cabe d i fe renc iac ión entre Cienc ia y M o r a l desde que las reglas de moral idad se derivan de los principios sentados por la Ciencia" (González Prada, t. 1, p. 138). Aunque elogia a la figura de Jesucristo (t. 1, pp. 302-307), su postura frente a la Iglesia es n ih i l i s t a 6 4 . L a mo­ral modernista, entonces, puede ser anticlerical sin dejar de ser espiritual; la distancia que se mide entre el clero y el espír i tu t a m b i é n puede inspirar la crisis moral .

Lo macabro. Para Octavio Paz el modernismo es una "estética del lujo y de la muerte" 6 5 . L a inc l inac ión hacia lo l ú g u b r e se explica otra vez con Nietzsche. Sin la mora l que protege al indi­viduo, éste t e n d r á que enfrentarse directamente con la transi-toriedad de la vida. Para el cristianismo los seres humanos no tienen que pensar en la muerte sino como el pr inc ip io de la vida eterna; por él, como señala Nietzsche, "el hombre se ha l i ­berado de la muerte. . ." (p. 147). Desacreditado el cristianis­mo, una persona comienza a perder la fe al aceptar su propio fin como u n aspecto de la vida.

Hay dos modernistas que se preocupan por la muerte: José Mar t í , qu ien no le ía a Nietzsche, y Gonzá l ez Prada, para quien sí era familiar. C o m o éste, el pensador l i m e ñ o ve la vida come u n sendero transitorio por el que viajan los humanos, quienes no son m á s que "eternos caminantes, / Aves de paso"; esta tem­porada en la tierra engloba "mi l y m i l generaciones" (Gonzá­lez Prada, t. 5, p. 189). Este proceso se repite infinitas veces } cada alma, al conc lu i r su residencia temporal , se enfrenta con su p rop ia d e s t r u c c i ó n . E l poeta lo acepta, desea "mori r cons c í en t e y l ibre, en medio de frescas rosas" (Gonzá lez Prada, t. 5 p. 346).

L o macabro toma una forma menos arrogante en Casal, h voz p o é t i c a de quien, en " L a mayor tristeza", muere "sin creei en Dios n i en la mujer hermosa", sin poder liberarse del "azote de la humana suerte" (Casal, t. 1, p. 40). E n otro lugar, el poete ejerce su voluntad besando el cadáver de su "hermosa adora da", en este momento f ú n e b r e , el amor y la p a s i ó n son sustan

6 4 Véase T. W A R D , "E l poder protocristiano", en La anarquía inmanentü ta, pp. 153-176.

6 5 Op. cit., p. 23.

Page 16: LOS POSIBLES CAMINO S DE NIETZSCHE EN EL …aleph.academica.mx/jspui/bitstream/56789/27444/1/... · Es común califica arl modernismo como un movimiento caren te de compromis socialo

504 THOMAS WARD NRFH,L

cíales, tanto así que el amante se inc l ina sobre el "féretro lu­ciente", besando la "yerta boca" con tal e m o c i ó n que sufre con­vulsiones (Casal, t. 1, pp. 14-15). L o macabro es más intenso y perverso en otro poema, cuando recuerda con d e s d é n los amores de su juventud. Hab lando de aquellas mujeres afirma: "Hal lo siempre satánicos placeres / en disecar sus muertos co­razones" (Casal, t. 1, p. 49).

Esta necrofilia se asocia con el cristianismo en los dos poe­tas, el peruano y el cubano. E n el pr imero, el rechazo de los s ímbolos cristianos se relaciona con u n muerto: "llantos", "que­jas", "ayes", "rituales" y "cirios" (Gonzá lez Prada, t. 5, p. 346). E n el segundo, una "urna sagrada", adornada con "la imagen de María" , resulta u n objeto vacío de significado porque es la fe la que muere, no la persona (Casal, t. 1, p. 44). Las posturas an­ticristianas suponen la s u p e r a c i ó n del nihi l ismo pasivo (el cual, s e g ú n indica Nietzsche, se asocia con la re l ig ión tradicional), y demuestran que estos poetas han adoptado el nihi l ismo activo en sus b ú s q u e d a s .

El lujo. C o n la n e g a c i ó n de la mora l y el utilitarismo, el arte modernista a c e p t ó y glorificó la suntuosidad: "las letras se lle­na ron de lujos", como observa Ander son Imbert 6 6 . Cualquier lector de estas obras reconoce la p r e d i l e c c i ó n por los adornos. U n autor caracter ís t ico en este sentido es Dar ío . E n " E l velo de la reina M a b " hay "un carro hecho de una sola perla", "petos dorados", "alas de p e d r e r í a " , "oro", "trojes de riqueza", y "pie­dras preciosas" 6 7 . E n otro momento , la opulencia viene de las culturas i n d í g e n a s o se deriva de las orientales. U n buen ejem­plo de chinofi l ia aparece en otro de sus cuentos, " L a muerte de la emperatriz de la China" . Este relato presenta a una mujer "como una joya humana", cuya pareja es u n escultor que trabaja con finos m á r m o l e s que convierte en " japoner ías y chiner ías" . E n su estudio se describen artefactos asiáticos: cuchillos, pipas, másca ras , y enanitos; el objeto m á s majestuoso es la grandiosa "emperatriz" anunciada en el t í t u l o 6 8 . E n el poema "Marina" , de Casal, hay "un brazalete de oro, constelado / de diamantes,

6 6 Historia de la literatura hispanoamericana, F.C.E., México, 1982, t. 1, p. 398.

6 7 En Cuentos y poesías, ed. C. García Prada, Ediciones Iberoamericanas, Madrid, 1961, pp. 44-48.

6 8 En Cuentos y poesías, pp. 65-74.

Page 17: LOS POSIBLES CAMINO S DE NIETZSCHE EN EL …aleph.academica.mx/jspui/bitstream/56789/27444/1/... · Es común califica arl modernismo como un movimiento caren te de compromis socialo

NRFH, L NIETZSCHE EN EL MODERNISMO 505

rub í e s y zafiros" (t. 1, p. 203); estas i m á g e n e s lujosas son repre­sentativas de aquellos tiempos. A u n en una autora considerada "naturalista", como Clor inda Matto de Turner , existen imáge­nes netamente modernistas 6 9 , se habla de encaje, hadas, marfil, r ub íe s , zafiros y esmeraldas 7 0 . E n una escritora tan comprome­tida esta elegancia representa una belleza que refina y l ibera a la sociedad de los agravios de la pobreza.

E l lujo importa porque puede superar el fin de la existencia terrenal y preservar u n estado de belleza mientras la muerte in ic ia la etapa de descompos i c ión . E n Casal, por ejemplo, cuando presenta u n cadáver , este es "nacarado" (t. 1, p. 203); u n muerto desnudo se de s in t eg ra r á antes en el t iempo que uno opulento y adornado. Esta actitud se adelanta en una no­vela del segundo modernismo, La rosa muerta, de la peruana A u r o r a Cáceres . Antes de que la protagonista, Laura , muera de u n tumor uterino, va con u n pintor para que éste le conceda el lujo de preservar su belleza más allá de la muerte. Su retrato se­rá "la Venus más perfecta que queda del arte c o n t e m p o r á ­neo" 7 1 . E n general, los adornos r inden u n tributo inmemor ia l a la muerte, hermosean por igual la realidad burguesa de la que el artista quiere liberarse, y protegen contra la pobreza: "me abruma u n porvenir de miseria y de hambre", admite uno de los cuatro artistas del cuento de M a b 7 2 .

La decadencia. Entre la muerte y el lujo, la mora l se pone en duda. Sin la mora l que encubre la decadencia, ésta palpita visi­blemente. Es u n proceso mediante el cual, s e g ú n Mate i Cali-nescu, "modernity turns against itself and, by regarding itself as decadence, dramatizes its own deep sense of crisis" 7 3 . Es por este que la é p o c a modernista m o s t r ó gusto "por una realidad fea } enfermiza" 7 4 . Es q u i m é r i c o luchar contra la decadencia, dade

6 9 Boreales, miniaturas y porcelanas, Juan A. Alsina, Buenos Aires, 1902, p. 25 7 0 Véase "La equitativa", Leyendas y recortes, Lima, 1893, pp. 125-132. 7 1 Pról. de Amado Nervo, Casa Editorial Garnier Hermanos, París, 1914

cap. 17. 7 2 R . DARÍO, "E l velo de la reina Mab", p. 47. 7 3 Faces of modernity: Avant-Garde, décadence äf kitsch, Indiana Universit

Press, Bloomington, 1977. Calinescu dedica un capítulo al concepto de 1; decadencia en Nietzsche, desde una perspectiva diversa a la que aquí plan teo, pp. 178-195.

7 4 Cf. E. ANDERSON IMBERT, op. cit., t. 1, p. 399.

Page 18: LOS POSIBLES CAMINO S DE NIETZSCHE EN EL …aleph.academica.mx/jspui/bitstream/56789/27444/1/... · Es común califica arl modernismo como un movimiento caren te de compromis socialo

506 THOMAS WARD NRFH, L

que "es absolutamente necesaria y propia de todas las épocas , de todos los pueblos" (Nietzsche, p. 4 9 ) 7 5 , no se puede comba­tir contra ella porque es la hez de l esfuerzo humano: "Cuanto con m á s e n e r g í a y audacia vaya adelante m á s r ica será en fra­casos, en deformidades, y m á s cercana es ta rá de la c a í d a . . . " (Nietzsche, p. 49). E n una palabra, el mismo sobrepujamiento humano fomenta la decadencia en la sociedad y en el arte.

L a vida, por lo tanto, se revela sin encubrimientos. Da r ío re­presenta el Zeitgeist cuando, en el "Poema de o toño" , canta: "sen­timos la vida pura, clara, r ea l . . . " 7 6 . Por una vida transparente se verifican la muerte, el dolor , la enfermedad y la decadencia, no hay que temer a tales elementos sino aceptarlos. Los escrito­res de la é p o c a modernista aportaron esta manera innovadora de apreciar la vida.

E n España el modernismo tuvo u n carác ter particular. C o m o la sociedad europea desarrollaba su e c o n o m í a con más rapidez que la latinoamericana, a c e p t ó con m á s a h í n c o la idea del su­perhombre y su mundo decadente. Esta decadencia se asoció con el paso del feudalismo al capitalismo, cuando la aristocracia ced ió su poder a la burguesía . Mientras el sector burgués cobraba poder e c o n ó m i c o , la aristocracia caía en u n estado de abulia, enfermedades y deterioro. E n la Sonata de otoño de Valle-Inclán, el narrador deja ver este proceso, no lo cubre con n inguna mo­ral . E l simbolismo se manifiesta cuando presenta el "oloroso cementerio de San Clod io de Brandeso" 7 7 , lugar de entierro de sus antepasados ar is tocrát icos; la grandeza de la familia ha de­ca ído tanto que se preserva ú n i c a m e n t e en las lápidas que que­dan. Aunque el linaje de su famil ia se or igina en don Roldan, el h é r o e que aparece en el Cantar de Roncesvalles y la Chanson de Roland, el M a r q u é s de B r a d o m í n desconoce esta herencia (Valle-Inclán, p. 51). Cuando sus primas, C o n c h a e Isabel, sos­t ienen una larga conver sac ión sobre u n pasado nos tá lg ico que comparten, no evocan más que una "olvidada y luenga parente­la" (Valle-Inclán, p. 61). E n fin, que es tal la d e g e n e r a c i ó n que

7 5 Nietzsche no es el único escritor de aquellos años que se interesó por la decadencia. También fueron influyentes JORIS-KARL HUYSMANS, A rebours, Char­pentier, Paris, 1884, y M A X NORDAU, Dégénérescence, Félix Alean, Paris, 1894.

7 6 Poesías completas, t. 2, p. 650. 7 7 Sonata de otoño, Espasa Calpe, Madrid, 1969, p. 12. En adelante, cito por

autor y página.

Page 19: LOS POSIBLES CAMINO S DE NIETZSCHE EN EL …aleph.academica.mx/jspui/bitstream/56789/27444/1/... · Es común califica arl modernismo como un movimiento caren te de compromis socialo

NRFH, L NIETZSCHE EN EL MODERNISMO 507

las cuatro grandes familias han terminado estableciendo rela­ciones incestuosas entre los dos primos, el M a r q u é s y Concha .

L a a tmósfera decadente se da no sólo en actitudes y prácticas, sino t amb ién en elementos materiales, como las tumbas. E n el palacio aristocrát ico hay "una fragancia delicada y antigua", una "derruida escalinata" y algunos "arcones antiguos" (Valle-Inclán, pp. 16-17, 34, 35). Estos componentes descriptivos padecen los es­tragos del tiempo. Las condiciones económicas de la capilla tam­b i é n se van deteriorando, a ú n más durante la vida del Marqués , qu ien percibe el proceso de decaimiento y admite: "Yo a ú n recuerdo aquel t iempo cuando h a b í a c a p e l l á n en el Palacio" (Valle-Inclán, p. 74). C o n la decadencia, ya no se preservan los fondos económicos para mantener el palacio y su capilla, su de­g e n e r a c i ó n coincide con la supe rac ión de la moral cristiana.

Observamos otros elementos de este tipo en el j a r d í n . E l na­rrador dice que "las flores empezaban a marchitarse" y "parecía difundir por el j a r d í n u n s u e ñ o pacífico de vejez, de recogimien­to y de abandono". E n este triste contorno serpentea u n "sende­ro u m b r í o " (Valle-Inclán, p. 32), que simboliza la vida enferma de la pr inc ipa l residente del palacio: Concha . E n la Sonata de otoño, de este modo, se combinan a r m ó n i c a m e n t e la muerte, el lujo y el ocaso de las sociedades modernas; la obra es en esen­cia una vers ión novelada de la filosofía de Nietzsche, con una falta de valores ét icos. Nosotros t a m b i é n sabemos que el des­censo de la aristocracia, que Valle-Inclán reproduce en la nove­la, resulta del nuevo poder b u r g u é s .

T a m b i é n en las obras latinoamericanas podemos ver esa decadencia. E n "Desolación" , Casal presenta una capil la que anticipa la de Sonata, una " lóbrega capilla" en la cual "el incensa­rio" ya "no humea", su torre, "agrietada y amarilla", permanece en el silencio y el abandono (Casal, t. 1, p. 55). L a decadencia cobra u n valor preciso en A s u n c i ó n Silva, ya que,

Las cosas viejas, tristes, desteñidas, sin voz y sin color, saben secretos de las épocas muertas, de las vidas que ya nadie conserva en la memoria.. , 7 8

L o que tienen en c o m ú n los modernistas peninsulares y americanos es una nostalgia por los tiempos pasados y una tris-

G. BROTHERSTON, op. cit, p. 61.

Page 20: LOS POSIBLES CAMINO S DE NIETZSCHE EN EL …aleph.academica.mx/jspui/bitstream/56789/27444/1/... · Es común califica arl modernismo como un movimiento caren te de compromis socialo

508 THOMAS WARD NRFH, L

teza ante la ausencia de Dios, que el artista rectifica para dar otra vez sentido a la vida.

Ot ra novela modernista representa este tema de manera ejemplar. M e refiero a La rosa muerta de A u r o r a Cáceres , la cual indaga en este problema desde la perspectiva femenina. L a tra­m a consiste en una suces ión de visitas de Laura a varios g inecó­logos en Francia y Alemania , todas las salas de espera es tán atiborradas de enfermas. E l cuerpo achacoso de Laura recuer­da a las mujeres pál idas de Valle-Inclán. Los m é d i c o s son aven­tureros román t i cos (como el doctor Barrios), científicos fríos (como el doctor Blumen) o individuos sin ét ica profesional (el consultorio del doctor Castel se convierte en u n lecho de enca­jes donde Laura se entrega a é l ) . T o d a la a tmósfera de la novela se crea con trajes lujosos, especialmente los de la protagonista, con las enfermedades, y con la decadencia del ambiente y de los personajes. Dado que la autora es peruana, es significativo que la obra se publique en París , que tenga lugar en Francia y Alemania , y que la protagonista de la novela sea andaluza. N o obstante sus esfuerzos por curar la enfermedad, ella no puede liberarse de la decadencia de su cuerpo sino por el artificio.

El arte como valor supremo. C o n el apogeo del nuevo í m p e t u in­dustrial para los negocios, con su esp í r i tu p rác t i co para la vida, la medida por la que se juzga al arte es por su "utilidad"; si la c r e a c i ó n art íst ica no es út i l para el comercio, no tiene valor. Nietzsche comenta el f e n ó m e n o : cuando se obliga al arte a ser p rác t i co , pierde su grandeza, las creaciones padecen una "abso­luta falta de originalidad"; la c o n d i c i ó n del arte "en el mundo moderno" queda reducida a u n estado de "entenebrecimiento" (Nietzsche, p. 32). Los modernistas pretendieron resolver este problema a p a r t á n d o s e del e sp í r i tu b u r g u é s que, por su natura­leza, fomentaba la vulgaridad; el arte era su ú n i c o refugio, y es­ta idea la exp re só b ien Casal: "el a lma grande, solitaria y pura / que la mezquina realidad d e s d e ñ a , / halla en el Arte dichas ig­noradas" (t. 1, p. 45). L a b ú s q u e d a de la e levación del esp í r i tu fue una respuesta a la infeliz real idad de u n mundo que poco a poco iba indus t r i a l i zándose ; sólo exteriormente los modernis­tas adoraron la forma, debajo p e r m a n e c í a una honda crí t ica social. Vayamos de nuevo a Nietzsche.

E l filósofo expresamente rechaza la doctr ina del "arte por el arte". Para él, es u n "pr inc ip io peligroso" porque aparta el ideal de la realidad. L a actitud de Nietzsche frente al arte se

Page 21: LOS POSIBLES CAMINO S DE NIETZSCHE EN EL …aleph.academica.mx/jspui/bitstream/56789/27444/1/... · Es común califica arl modernismo como un movimiento caren te de compromis socialo

NRFH, L NIETZSCHE EN EL MODERNISMO 509

asemeja a su postura frente a la moral, n i el uno n i el otro pueden ser u n fin porque asumi r í an la forma de "Dios", a p a r t á n d o s e de la vida. L a c reac ión artística es y debe ser inseparable de la vida, de hecho, la func ión del arte es servir como u n medio para "hacer la vida m á s intensa", e l evándo la en el proceso (Nietz-sche, pp. 184-185). Esta idea nietzscheana t a m b i é n aparece en S u d a m é r i c a , pero con u n matiz distinto. Mercedes Cabello de Carbonera, escritora peruana catalogada como realista, pero t a m b i é n perteneciente a la é p o c a modernista, sigue al filósofo prusiano en su repudio al "arte por el arte", aboga por una l i ­teratura que sirva "a la moral y al progreso" 7 9 . Obviamente, Nietzsche no se hubiera expresado en estos t é r m i n o s . Sin em­bargo, el moralismo positivista de Cabel lo no constituye una actitud religiosa sino que, de acuerdo con las doctrinas del filó­sofo, representa u n medio para llegar a u n fin: la co r recc ión de la pu t r e f acc ión social. Vistos de esta manera, la mora l y el arte se conciben como medios, por lo que se puede establecer u n paralelo entre la tratadista y el autor de La voluntad del poderío.

Los modernistas abrazaron este ideal y lo combinaron con el aprecio de la belleza: los latinoamericanos protestando por su escasez, los e spaño les respondiendo a la crisis de 1898. E l iberoamericano que m á s se p r e o c u p ó por la belleza fue J o s é Enr ique R o d ó , pues co locó la moral , la hermosura y la vida en u n solo plano: "sería u n motivo superior de mora l idad el que au to r i za r í a a proponer la cultura de los sentimientos estéticos, como u n alto in t e rés de todos" ( R o d ó , p. 29). L a mora l en el uruguayo se l imita a la t r ans fo rmac ión cultural. C o m o recuerda Ot tmar Ette, lo é t ico y lo estét ico se unen en é l 8 0 , cons idé rese esta receta: " L a pe r fecc ión de la mora l idad humana consistir ía en infiltrar el esp í r i tu de la caridad en los moldes de la elegan­cia griega" ( R o d ó , p. 32). A l sintetizar la belleza y la caridad R o d ó reconoce la d i m e n s i ó n e c o n ó m i c a de los problemas so­ciales y el efecto que ésta produce en la estét ica. Este tipo de mora l s incré t ica no dista mucho de la de Nietzsche. Cuando una c reac ión art íst ica sirve de medio para una postura axiológi-ca, como el arte nietzscheano, puede "hacer la vida m á s inten-

7 9 La novela moderna. Estudio filosófico, ed. A. Tamayo Vargas, Ediciones Hora del Hombre, Lima, 1948, p. 34.

8 0 "«Así habló Próspero»: Nietzsche, Rodó y la modernidad filosófica de Rodó", CuH, 1994, núm. 528, 49-62; véase p. 53.

Page 22: LOS POSIBLES CAMINO S DE NIETZSCHE EN EL …aleph.academica.mx/jspui/bitstream/56789/27444/1/... · Es común califica arl modernismo como un movimiento caren te de compromis socialo

510 THOMAS WARD NRFH, L

sa". De la misma manera, la caridad como medio representa una actitud sociofilosófica ante la vida.

Para mejorar la c o n d i c i ó n humana de una manera agrada­ble y justa es preciso modificar la es té t ica y la ética, que inextri­cablemente se enlazan. Esta idea era tan de la é p o c a que aparece en el prenietzscheanismo de J o s é Mar t í , en el cual "la hermosura física" conduce a "la hermosura moral" (Mart í , t. 13, p. 23). Pero tal correspondencia es irrealizable cuando la miseria impide apreciar la elegancia. L a mora l modernista fre­cuentemente es una forma de perfeccionar la vida. C o m o dice Nietzsche, es u n "medio", porque existe una re lac ión r ec íp ro ­ca entre la mora l y la vida. E n fin, s e g ú n el ensayista cubano: " E l objeto de la vida es la satisfacción del anhelo de perfecta hermosura; porque como la vi r tud hace hermosos los lugares en que obra, así los lugares hermosos obran sobre la vir tud" (loe. cit.).

L a ética es imprescindible para lograr lajusticia e c o n ó m i c a , sin ésta, las condiciones obligatorias para gozar de la belleza son inalcanzables. Ot ra vez, la mora l modernista no es necesa­riamente teológica, con frecuencia encuentra su origen en la vida o en la ciencia.

C o m o con la moral , cuando el arte muestra las formas m á s exquisitas de la vida sirve de modelo para elevarla. Es paradig­m á t i c o que el Cí rcu lo Li terar io de Gonzá lez Prada se transfor­m a r a en u n par t ido p o l í t i c o rad ica l , l a U n i ó n N a c i o n a l ; l a es té t ica sirve así para u n fin é t ico . L a idea central de aquel mo­mento era que el arte p o d í a mejorar las condiciones sociales.

El rebaño y el artista. C o n el apogeo del industrialismo, las masas que se integraban a las fábricas no t e n í a n t iempo n i derecho a la e d u c a c i ó n . L a sociedad ca rec ía de es té t ica y las empresas de ét ica, como respuesta, los modernistas se concibieron como u n a m i n o r í a selecta de maestros que se levantaron sobre lo que Nietzsche l l amó "la especie inferior ( ' r e b a ñ o ' , 'masa', 'sociedad')" (Nietzsche, p. 43). E l filósofo d i r ía que la n o c i ó n de " r e b a ñ o " r e su l tó del cristianismo, para nosotros surg ió igualmente con la indus t r ia l izac ión r á p i d a del mundo . C o n el auge de la manu­factura, e x p l o t ó concomitantemente el i n t e ré s por las ciencias sociales. N o es coincidencia que Saint S i m ó n , filósofo del in ­dustrialismo, y su d i sc ípu lo Auguste Comte, inventaran la so­ciología . Nietzsche percibe con clar idad la r e l ac ión entre una sociedad m e c á n i c a sin a lma y el nacimiento de las ciencias

Page 23: LOS POSIBLES CAMINO S DE NIETZSCHE EN EL …aleph.academica.mx/jspui/bitstream/56789/27444/1/... · Es común califica arl modernismo como un movimiento caren te de compromis socialo

NRFH, L NIETZSCHE EN EL MODERNISMO 511

sociales: "toda nuestra sociología no conoce n i n g ú n otro instin­to que el del r e b a ñ o , es decir, el de la suma de los ceros, en que cualquier cero tiene los mismos derechos" (Nietzsche, p. 57). Los modernistas responden a esta realidad dudando de la fe en la sociología para regenerar la sociedad. V a n en contra de la so­ciedad para superar la mediocr idad inherente a las vidas comu­nes, carentes de significado.

Es preciso leer a R o d ó desde esta perspectiva. J . M . Oviedo ve como caracter ís t ica negativa la tendencia digresiva y abstrac­ta que R o d ó cultivó en su Ariel, porque omi t ió las realidades so­ciológicas, e c o n ó m i c a s o pol í t icas . L o distingue en este sentido del abiertamente social Gonzá lez P rada 8 1 . Su perspectiva, sin embargo, no puede ser e c o n ó m i c a n i pol í t ica en u n sentido co­tidiano porque es nietzscheana; su ideo log ía opera en u n nivel superior a la mera ciencia social, a la que Nietzsche desprecia, por esto parece "abstracto". Cuando R o d ó se lee en u n mismo contexto con Nietzsche (y Krause y R e n á n 8 2 , etc.), su ideo log ía (¿su filosofía?) resulta muy clara.

C o m o dije, los modernistas impulsaron al artista para elevar a las agrupaciones plebeyas. L a fuente de esta idea otra vez está en Nietzsche. Si el cristianismo favorecía la igualdad de todas las almas ante Dios, el nietzscheanismo, en cambio, d e f e n d í a a ciertos individuos capaces de sobrepujarse y crear u n arte selec­tivo (Nietzsche, p. 153). Ellos p o d r í a n crear pautas para resca­tar al resto de la humanidad de la mediocr idad industrial.

Los modernistas co inc id ie ron con Nietzsche en su lucha contra la insignificancia, como Mar t í en su crí t ica a las masas inertes. E n su ensayo sobre Emerson, sin referirse al filósofo poeta, hace la siguiente pregunta: " ¿Qué h a b í a n de parecer-le . . . esos perezosos u hombres de r e b a ñ o , que no usan de sus ojos, y ven por los de otro?" (t. 13, p. 20). R o d ó va m á s allá y abiertamente cita al filósofo nihilista, de esta manera: "Nietz­sche opone al ideal de una humanidad mediatizada, la apoteo­sis de las almas que se yerguen sobre el nivel de la humanidad como una viva marea" ( R o d ó , p. 43). Los artistas ofrecen u n

8 1 Véase J . M . OVIEDO, op. cit., p. 369. 8 2 Véanse, T. WARD, "E l concepto krausista de la belleza en el Ariel de Jo­

sé Enrique Rodó", Actas del XXIX Congreso del Instituto Internacional de Litera­tura Iberoamericana, ed. Joaqu ín Marco, Promociones y Publicaciones Universitarias, Barcelona, 1994, t. 2, v. 1, pp. 545-558 y G. RODRÍGUEZ ALCALÁ, op. cit., p. 75.

Page 24: LOS POSIBLES CAMINO S DE NIETZSCHE EN EL …aleph.academica.mx/jspui/bitstream/56789/27444/1/... · Es común califica arl modernismo como un movimiento caren te de compromis socialo

512 THOMAS WARD NRFH, L

medio por el cual este "hombre de r e b a ñ o " puede hallar nuevos caminos y forjar su propio destino. Por lo tanto, se acusa al mo­dernismo de ser esteticista por su tendencia frecuente a mos­trarnos c ó m o ver. Pero a d e m á s , los modernistas s e ñ a l a r o n q u é era lo que hab ía que ver, actitud que represen ta r ía asimismo una postura é t ica . De este m o d o , ofrecieron, al h o m b r e c o m ú n , una guía estét ico moral para que se liberara de lo rutinario. Por su estética paradigmát ica , los modernistas fueron educadores éti­cos que ejercieron su profes ión por medio de la palabra escrita.

N o es que estos escritores hayan rechazado la igualdad, la negaron cuando implicaba una fea circunstancia, sin altos idea­les, sin u n estilo elevado de la vida. Nietzsche la descarta por ser concepto cristiano y R o d ó porque anula la hermosura. Siendo catól ico y b u r g u é s , el uruguayo no puede seguir a Nietzsche al pie de la letra. Aduce que la democracia impide el cultivo de la belleza, la democracia es u n e n g a ñ o porque parte de "aquella falsa c o n c e p c i ó n de igualdad" que l imita al individuo (p. 42). R o d ó anticipa de esta manera los argumentos de La rebelión de las masas de Or tega 8 3 . L a igualdad en la miseria e c o n ó m i c a , cultural y espiritual no es mejor que las pautas elevadoras, por elitistas que parezcan, a pesar de las j e r a r q u í a s que establecen.

Pensando en los Estados Unidos , el autor de Ariel l lega a sus conclusiones sobre la democracia 8 4 : no funciona en N o r t e a m é ­rica porque "su personaje representativo se l lama 'Yo quiero ' , como el ' superhombre ' de Nietzsche". A l emparentar el ' Y o quiero" con el superhombre, R o d ó se aparta en algo de Nietz­sche. Esta divergencia se explica por la opos ic ión materia/es-p í r i tu . E l "superhombre" estadounidense se caracteriza por "la or iginal idad y la audacia" (Rodó , p. 55) en sus deseos ma­terialistas, pero no en los espirituales. R o d ó opina: "cuando la democrac ia no enaltece su e sp í r i t u po r la in f luenc ia de una fuerte p r e o c u p a c i ó n idea l que compar ta su i m p e r i o c o n la

8 3 Para la relación entre Nietzsche y Ortega y Gasset, en cuanto al con­cepto de artista, véase HOWARD GISKIN, "E l hombre selecto como artista en Ortega y Gasset y en Nietzsche", NRFH, 34 (1985-86), 181-193.

8 4 Muchos han comentado la actitud de Rodó frente a los Estados Uni­dos. Véanse, ALBERTO Z U M FELDE, índice crítico de la literatura hispanoamericana: los ensayistas, Editorial Guáranla, México, 1954, pp. 291-293; EMIR RODRÍGUEZ MONEGAL, "Sobre el anti-imperialismo de Rodó", Revlb, 38 (1972), 495-501; DAVID W. FOSTER, "Procesos de literaturización en Ariel de Rodó", Explicación de Textos Literarios, 1981-82, n ú m . 10, 5-14, esp. p. 10; y j . M . OVIEDO, op. cit, pp. 366-370.

Page 25: LOS POSIBLES CAMINO S DE NIETZSCHE EN EL …aleph.academica.mx/jspui/bitstream/56789/27444/1/... · Es común califica arl modernismo como un movimiento caren te de compromis socialo

NRFH, L NIETZSCHE EN EL MODERNISMO 513

p r e o c u p a c i ó n de los intereses materiales, ella conduce fatal­mente a la privanza de la mediocr idad" (Rodó , p. 38). C o m o Mar t í , R o d ó promueve la concomitancia de la mejora material y espiritual, no puede cultivarse la una sin la otra, hacerlo im­pl icar ía espiritualismo sin re lac ión con el mundo, o, de lo con­trario, materialismo sin ideales.

Se perciben diferencias y semejanzas entre Nietzsche y el ensayista modernista. Si el filósofo desprecia a la c lase- rebaño , R o d ó , por su cristianismo, debe abrazarla. N o obstante esta di­vergencia, los dos pensadores coinciden en el concepto de una j e r a r q u í a artística para guiar a los grupos menospreciados. ¿Có­mo determinar q u i é n e s son los artistas y d ó n d e deben encon­trarse en la j e r a r q u í a social? "Todo espí r i tu superior se debe a los d e m á s en igual p r o p o r c i ó n que los excede en capacidad de realizar el b ien" ( R o d ó , p. 46). Es decir existe una j e r a r q u í a innata que determina la pos ic ión de cada individuo en la socie­dad, esta postura positivista no tiene que ver con la sobreviven­cia del más apto, sino con u n impulso para "realizar el bien". Pero el b ien y la belleza son vulnerables en el m u n d o indus­trial, entonces la nobleza espiritual debe protegerse frente a la democracia igualitaria:

La selección espiritual, el enaltecimiento de la vida por la presen­cia de estímulos desinteresados, el gusto, el arte, la suavidad de las costumbres, el sentimiento de admiración por todo perseve­rante propósito ideal y de acatamiento a toda noble supremacía, serán como debilidades indefensas allí donde la igualdad social que ha destruido las jerarquías imperativas e infundadas, no las substituya con otras que tengan en la influencia moral su úni­co modo de dominio y su principio en una clasificación racional (Rodó, p. 38).

Para R o d ó , la mental idad de r e b a ñ o al imenta una psicolo­gía en que nadie puede expresar u n sentimiento elevado en la vida n i apreciar la finura, e impide que el artista ofrezca pautas estét icas y éticas cuando su func ión ideal es ser vocero de la moral . L a idea j e r á r q u i c a no representa a q u í u n desprecio a la plebe, no, el pensador aboga por la e levación de las masas populares, sólo que se opone a su estancamiento en una "igual­dad" que no se acerca a los encumbrados ideales de la belleza. L a postura de R o d ó coincide en esto con las de Gonzá lez Prada y Dar ío . Por ejemplo, en " E l velo de la reina M a b " traslada el problema a la ficción. E n este cuento de D a r í o no existe sino

Page 26: LOS POSIBLES CAMINO S DE NIETZSCHE EN EL …aleph.academica.mx/jspui/bitstream/56789/27444/1/... · Es común califica arl modernismo como un movimiento caren te de compromis socialo

514 THOMAS WARD NRFH, I

una "muchedumbre que befa", ante tal realidad, "los cuatrc hombres flacos, barbudos, e impertinentes", aun siendo dota dos de los poderes encantadores, necesitan del hada Mab p a n convertir su tristeza en felicidad, sólo de este modo son capace; de crear arte (pp. 47-48). E l hada, como las " jerarquías imperati vas" de R o d ó , es indispensable para infundir la per fecc ión , p r i mero en los artistas, quienes a su vez la i n c u l c a r á n en laí agrupaciones plebeyas.

Lo espiritual. U n producto del nihilismo activo es el esplritualismo A los modernistas, "cualquier esfuerzo espiritual les entusiasma ba" 8 5 . Este rasgo decisivo no viene al modernismo ún icamente por Nietzsche, entre sus varias raíces cuenta con el románt ic is m o 8 6 , el p a n t e í s m o oriental y el p a n t e í s m o krausista 8 7 . Resute t ambién del nuevo interés en Jesucristo el hombre, el Jesucristo in manen te, tendencia representada en importantes ensayos de Tolstoi, Proudhon, Renán , Strauss, Bakunin y González Prada. Pe ro el que repercute destacadamente en el concepto espiritual de los modernistas es el nietzscheanismo, u n concepto que no tenía nada que ver con la moral cristiana, una especie de euforia por pe­netrar en los misterios del cosmos. C o n Nietzsche se destaca la exi­gencia de instalar "un grado relativo de cultura espiritual" en la vida (Nietzsche, p. 61). Esta "cultura espiritual" aparece en Rodc como "la espiritualidad de la cultura" a la que, partiendo del filó-

8 5 E. ANDERSON IMBERT, op. cit., t. 1, p. 399. 8 6 Véanse, por ejemplo, T. WARD, "Nature and civilization in Sa£and the

Nineteenth-Century novel in Latin America", Hf 1999, núm. 126, 25-40. 8 7 E l racionalismo armónico se puede percibir en Alas (España), Rodc

(Uruguay), Martí (Cuba), Alejandro Deustúa (Perú) y Eugenio María de Hostos (Puerto Rico). Clarín figura aquí porque tenía contacto sustancial con los primeros escritos modernistas de Salvador Rueda, José Santos Cho-cano, Rubén Darío y Ramón del Valle-lnclán. U n buen resumen de sus ideas frente al incipiente modernismo se encuentra en MARÍA BÁEZ MARCO. "Consideraciones sobre la posición de Clarín ante el Modernismo", Las vela dones literarias entre España e Iberoamérica, Instituto de Cooperación Iberoa­mericana, Madrid, 1987, pp. 311-319. Para el krausismo en estos autores véanse T. W A R D , "E l krausismo como base de la relación literatura-vida en Le Regenta ULULA, 1986, núm. 2, 91-109 y "El concepto krausista de la belleza en el Ariel de José Enrique Rodó"; T. G. ORIA, op. a l ; JOSÉ LUIS ABELLÁN, "La dimensión krauso-positivista en Eugenio María de Hostos", CuA, 1989. núm. 16, 58-66; y aunque no menciona el krausismo, sí los conceptos funda­mentales, J A C K HIMELBLAU, "Alejandro O . Deustúa: A n aesthetic visión oí education", Revista Interamericana de Bibliografía, 1970, núm. 20, 417-426.

Page 27: LOS POSIBLES CAMINO S DE NIETZSCHE EN EL …aleph.academica.mx/jspui/bitstream/56789/27444/1/... · Es común califica arl modernismo como un movimiento caren te de compromis socialo

NRFH, L NIETZSCHE EN EL MODERNISMO 515

sofo, concibe como "el t é r m i n o ideal a que asciende la selección humana" (Rodó, p. 13), por esto tuvo que criticar países que no t e n í a n ideales espirituales n i estéticos. E l ideal rodoniano se re­presenta en el arte, el artista y el espiritualismo, j a m á s en el mate­rialismo o el utilitarismo. Esta espiritualidad nietzscheana toma forma en el culto a lo magistral en R o d ó , a la poes ía en Dar ío y a la mujer en Valle-Inclán.

A despecho de sus variados y desiguales contactos con Nietzsche, los modernistas Gonzá lez Prada, Mar t í , Casal, Silva, D a r í o , R o d ó , Valle-Inclán y Cáceres crearon u n arte n ih i l i s ta 8 8 , debido a ello "la palabra modernismo apunta una transitorie-d a d " 8 9 que destruye u n estado de cosas para avanzar hacia otro. H e a q u í u n tema toral en el modernismo: la sociedad contem­p o r á n e a es tan despreciable que no queda sino destruirla o ne­garla, éste fue el mensaje pr incipal de Gonzá lez Prada. Por ello, numerosos escritores finiseculares fueron nihilistas activos, no repudiaron todo, pero sí lo que i m p e d í a su b ú s q u e d a aristocrá­tico espiritual para regenerar la sociedad.

C o m o he s eña l ado , la prosa de los modernistas es filosófica. Adop ta ron una postura crí t ica ante lo que he l lamado nietzs-cheanismo, y de su sistema axio lógico seleccionaron diversos elementos. E l modernismo, por tanto, no p o d í a ser literatura de evasión; si por u n lado Gonzá lez Prada y Azor ín subordina­ron el arte a las ideas, por el otro D a r í o y Val le-Inclán some­tieron las ideas al arte, pero entre ét icos y estét icos no hubo diferencia absoluta, sólo relativa. De t rá s del arte modernista palpi taron ideas muy profundas, ideas que l legaron con fre­cuencia al nivel de Nietzsche; lo que h ic ie ron los modernistas fue ofrecer una respuesta refinada a la fealdad de la moderni­dad, con la esperanza de que fuese beneficiosa para el enrique­cimiento espiritual de las muchedumbres.

T H O M A S W A R D Loyola College

8 8 Con excepción de Cáceres, he concentrado la atención en el llamado primer modernismo. Existen otros "senderos posibles" en el segundo mo­dernismo, especialmente en Leopoldo Lugones y Amado Ñervo. Hacen fal­ta nuevos estudios sobre este tema.

8 9 E. ANDERSON IMBERT, op. cit., t. 1, p. 399.

Page 28: LOS POSIBLES CAMINO S DE NIETZSCHE EN EL …aleph.academica.mx/jspui/bitstream/56789/27444/1/... · Es común califica arl modernismo como un movimiento caren te de compromis socialo