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Los primeros americanos ¿Cómo se adaptaron los primeros americanos al medioambiente? Introducción Mientras afuera aúllan los vientos del frío invierno, los niños se refugian debajo de las gruesas mantas de pieles. Escuchan la voz tranquilizadora de la abuela hablar acerca del Gran Espíritu que gobierna a un mundo de cielo y agua desde el comienzo de los tiempos. Luego, el Gran Espíritu, dice la abuela, creó la tierra, las plantas y los animales. Finalmente, de la madera viviente, el Gran Espíritu esculpió a las personas para el nuevo mundo. Estos niños abenaki de Nueva Inglaterra están aprendiendo una historia tradicional acerca del comienzo de sus pueblos. La mayoría de los grupos tienen creencias acerca de dónde provienen. Quizás hayas escuchado historias acerca de cómo nuestros propios parientes llegaron a los Estados Unidos. ¿Pero sabes cómo nuestros ancestros vivían hace 10,000 años? Solo si eres un indígena norteamericano tenías parientes en los Estados Unidos en aquel tiempo. Los europeos y otros grupos no establecieron asentamientos permanentes en América del Norte hasta hace apenas algo más de 500 años. Durante miles de años, los primeros americanos tuvieron los continentes americanos para ellos solos. En esta lección, aprenderás acerca de estos hábiles pueblos y las maneras creativas en las que se adaptaron al medioambiente. Incluso en el presente, los científicos aún intentan descubrir más acerca de los primeros americanos. Estos primeros pueblos dejaron pocos registros escritos, por lo que los investigadores estudian otros artículos que dejaron atrás. No ha sobrevivido mucho, a excepción de algunos huesos humanos y de animales, algunas herramientas de piedra y metal, y trozos de cerámica. Los científicos examinan estas pistas para intentar imaginar cómo vivieron y cómo sus vidas cambiaron con el transcurso del tiempo. Elaboran ideas acerca de cómo los indígenas norteamericanos se adaptaron a sus entornos físicos. Cuando los científicos encuentran un nuevo objeto, intentan averiguar si esto respalda sus ideas actuales o si sugiere nuevas ideas. En, el futuro cercano probablemente aprenderemos mucho más acerca de cómo los primeros americanos se adaptaron a sus medioambientes y quizás revisemos varias de nuestras conclusiones. 1. Rutas migratorias de los primeros americanos Los científicos creen que los primeros americanos migraron a pie desde Siberia, en Asia, hasta lo que hoy se conoce como Alaska. En el presente, una franja de océano

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Los primeros americanos ¿Cómo se adaptaron los primeros americanos al

medioambiente? Introducción  

Mientras  afuera  aúllan  los  vientos  del  frío  invierno,  los  niños  se  refugian  debajo  de  las  gruesas  mantas  de  pieles.  Escuchan  la  voz  tranquilizadora  de  la  abuela  hablar  acerca  del  Gran  Espíritu  que  gobierna  a  un  mundo  de  cielo  y  agua  desde  el  comienzo  de  los  tiempos.  Luego,  el  Gran  Espíritu,  dice  la  abuela,  creó  la  tierra,  las  plantas  y  los  animales.  Finalmente,  de  la  madera  viviente,  el  Gran  Espíritu  esculpió  a  las  personas  para  el  nuevo  mundo.  

Estos  niños  abenaki  de  Nueva  Inglaterra  están  aprendiendo  una  historia  tradicional  acerca  del  comienzo  de  sus  pueblos.  La  mayoría  de  los  grupos  tienen  creencias  acerca  de  dónde  provienen.  Quizás  hayas  escuchado  historias  acerca  de  cómo  nuestros  propios  

parientes  llegaron  a  los  Estados  Unidos.  ¿Pero  sabes  cómo  nuestros  ancestros  vivían  hace  10,000  años?  

Solo  si  eres  un  indígena  norteamericano  tenías  parientes  en  los  Estados  Unidos  en  aquel  tiempo.  Los  europeos  y  otros  grupos  no  establecieron  asentamientos  permanentes  en  América  del  Norte  hasta  hace  apenas  algo  más  de  500  años.  Durante  miles  de  años,  los  primeros  americanos  tuvieron  los  continentes  americanos  para  ellos  solos.  En  esta  lección,  aprenderás  acerca  de  estos  hábiles  pueblos  y  las  maneras  creativas  en  las  que  se  adaptaron  al  medioambiente.  

Incluso  en  el  presente,  los  científicos  aún  intentan  descubrir  más  acerca  de  los  primeros  americanos.  Estos  primeros  pueblos  dejaron  pocos  registros  escritos,  por  lo  que  los  investigadores  estudian  otros  artículos  que  dejaron  atrás.  No  ha  sobrevivido  mucho,  a  excepción  de  algunos  huesos  humanos  y  de  animales,  algunas  herramientas  de  piedra  y  metal,  y  trozos  de  cerámica.  Los  científicos  examinan  estas  pistas  para  intentar  imaginar  cómo  vivieron  y  cómo  sus  vidas  cambiaron  con  el  transcurso  del  tiempo.  Elaboran  ideas  acerca  de  cómo  los  indígenas  norteamericanos  se  adaptaron  a  sus  entornos  físicos.  Cuando  los  científicos  encuentran  un  nuevo  objeto,  intentan  averiguar  si  esto  respalda  sus  ideas  actuales  o  si  sugiere  nuevas  ideas.  En,  el  futuro  cercano  probablemente  aprenderemos  mucho  más  acerca  de  cómo  los  primeros  americanos  se  adaptaron  a  sus  medioambientes  y  quizás  revisemos  varias  de  nuestras  conclusiones.  1.  Rutas  migratorias  de  los  primeros  americanos  Los  científicos  creen  que  los  primeros  americanos  migraron  a  pie  desde  Siberia,  en  

Asia,  hasta  lo  que  hoy  se  conoce  como  Alaska.  En  el  presente,  una  franja  de  océano  

denominada  el  Estrecho  de  Bering  separa  Alaska  de  Asia.  Pero  hubo  una  época  en  el  que  un  puente  terrestre  los  conectaba.    A  través  del  puente  terrestre  Hace  alrededor  de  30,000  años,  durante  la  última  edad  de  hielo,  las  temperaturas  descendieron  y  gran  parte  de  la  Tierra  se  cubrió  de  glaciares,  placas  de  hielo  que  llegaron  a  tener  una  milla  de  espesor.  Con  el  agua  encerrada  en  los  glaciares,  se  estima  que  el  nivel  de  los  océanos  descendió  hasta  300  pies.  Esto  descubrió  un  puente  ancho  de  tierra  entre  Asia  y  América  del  Norte  que  los  científicos  llaman  Beringia.  En  verano,  el  pastizal  de  

Beringia  atrajo  a  grandes  mamíferos  de  Asia,  como  los  mamuts,  que  son  los  primos  de  pelo  largo  de  los  elefantes.  Durante  miles  de  años,  los  animales  lentamente  se  desplazaron  hacia  el  este,  y  pronto  los  siguieron  generaciones  de  familias  de  cazadores  de  Siberia.  Armados  solo  con  lanzas  con  puntas  de  piedra,  mataron  a  estos  enormes  y  poderosos  animales  para  obtener  alimento.  Con  el  tiempo,  hace  quizás  entre  10,000  y  20,000  años,  algunos  de  estos  cazadores  llegaron  a  América.  Otros  migrantes  quizás  viajaron  a  lo  largo  de  la  costa  de  Beringia  en  bote  para  cazar  peces,  focas  y  otros  mamíferos  marinos.  Migración  al  este  y  al  su  Una  vez  que  estuvieron  en  América,  los  cazadores  siguieron  a  los  animales  hacia  el  sur,  donde  la  primavera  hacía  crecer  pastos  frescos.  Luego,  hace  alrededor  de  10,000  años  Al  derretirse,  la  Tierra  se  calentó  nuevamente.  Al  derretirse  los  glaciares  se  derretían  y  subir  los  océanos,  el  puente  terrestre  desapareció.  Los  mamuts  y  otras  presas  tradicionales  comenzaron  a  morir,  quizás  por  el  exceso  de  caza,  el  cambio  climático  o  una  combinación  de  ambas.  Los  descendientes  de  los  cazadores  de  Siberia  tenían  que  encontrar  nuevas  

fuentes  para  obtener  alimento  y  nuevos  materiales  para  fabricar  vestimenta  y  vivienda.  Estos  pueblos,  que  ahora  conocemos  como  indígenas,  se  convirtieron  en  cazadores  y  recolectores,  cazaban  animales  más  pequeños,  pescaban  más,  y  recolectaban  semillas  y  plantas  comestibles.  Durante  miles  de  años,  se  dispersaron  por  los  dos  continentes  americanos,  desde  el  Pacífico  hasta  el  Atlántico  y  desde  Alaska  hasta  la  punta  de  América  del  Sur.  2.  Los  primeros  americanos  se  adaptan  al  medioambiente  

Los  indígenas  vivieron,  y  continúan  viviendo,  en  diversos  lugares,  desde  bosques  nevados  hasta  desiertos  secos  y  vastos  pastizales.  Cada  uno  de  estos  tipos  de  lugares  es  un  medioambiente.  Un  medioambiente  incluye  todo  lo  que  nos  rodea:  tierra,  agua,  animales  y  plantas.  Cada  medioambiente  también  tiene  un  clima  o  un  patrón  del  estado  

del  tiempo  a  largo  plazo.  Los  grupos  de  los  primeros  indígenas  sobrevivieron  por  medio  de  la  adaptación,  o  del  cambio  de  sus  estilos  de  vida  para  adaptarse  a  cada  medioambiente,  a  su  clima  y  a  sus  recursos  naturales.  

Utilización  de  los  recursos  naturales                Los  indígenas  tenían  una  fuerte  conexión  con  sus  alrededores  y  se  veían  a  ellos  mismos  como  parte  de  la  comunidad  de  plantas,  animales  y  otros  objetos  naturales.  Aprendieron  a  usar  los  recursos  naturales  en  sus  medioambientes  para  obtener  alimentos,  vestimentas  y  viviendas.  Al  utilizar  la  mayoría  o  todas  las  partes  de  las  plantas  y  de  los  animales  que  conseguían,  los  indígenas  tenían  cuidado  de  no  desperdiciar  nada.    

Los  indígenas  también  aprendieron  a  cambiar  la  tierra  para  adaptarla  a  sus  

necesidades.  Por  ejemplo,  las  tribus  que  vivían  en  las  zonas  boscosas  junto  al  océano  Atlántico  a  menudo  provocaban  incendios  para  limpiar  densos  crecimientos  forestales,  que  los  venados  pudieran  establecerse  y  que  las  bayas  pudieran  crecer.  Los  indígenas  agricultores  del  desierto  construyeron  canales  para  llevar  el  agua  a  los  campos  secos.  

En  las  regiones  gélidas  del  norte,  los  indígenas  fabricaban  hogares  con  pieles  de  animales  para  protegerse  de  los  vientos  helados.  En  los  climas  más  cálidos,  los  indígenas  recolectaban  plantas  salvajes  o  aprendían  a  cosechar  cultivos  como  calabazas,  chiles,  frijoles  y  maíz.  Cultivar  sus  propios  alimentos  les  permitió  establecerse  en  un  lugar  en  vez  de  perseguir  animales  o  buscar  plantas  comestibles  en  la  naturaleza.  Estos  antiguos  agricultores  construyeron  los  primeros  asentamientos  y  pueblos  en  América.  Regiones  culturales  de  los  indígenas  norteamericanos    

Durante  generaciones,  los  grupos  de  indígenas  desarrollaron  sus  propias  culturas,  o  modos  de  vida.  Varios  se  volvieron  parte  de  grupos  mayores  que  se  organizaban  bajo  líderes  compartidos.  

Los  grupos  que  vivían  en  la  misma  clase  de  medioambiente  a  menudo  se  adaptaban  de  maneras  similares.  Los  habitantes  del  bosque  a  menudo  vivían  en  casas  cubiertas  con  cortezas  de  árboles,  y  muchas  poblaciones  del  desierto  construían  viviendas  con  ramas  cubiertas  con  broza.  

Por  medio  del  estudio  de  los  artefactos  (artículos  fabricados  por  personas)  como  las  viviendas  de  los  indígenas,  los  historiadores  han  agrupado  a  las  poblaciones  de  indígenas  en  regiones  culturales.  Una  región  cultural  está  formada  por  poblaciones  que  comparten  un  estilo  de  vida  y  un  idioma  similar.    

En  el  siglo  XV,  millones  de  indígenas  norteamericanos  vivían  en  10  regiones  culturales  importantes  al  norte  de  México.  En  esta  lección,  vas  a  poder  ver  con  más  atención  nueve  de  estas  regiones.  Estas  incluyen  el  Ártico,  la  costa  del  Noroeste,  California,  la  Gran  Cuenca,  la  meseta,  el  Suroeste,  las  Grandes  Llanuras,  la  zona  boscosa  del  Este  y  el  Sureste.  

   

 

   

 3.  Indígenas  norteamericanos  del  Ártico  

La  región  cultural  ártica  se  extiende  por  todas  las  regiones  más  septentrionales  de  Canadá  y  Alaska.  Una  gran  parte  de  la  región  ártica  está  conformada  por  tundra,  un  tipo  de  zona  climática  con  temperaturas  frías  y  sin  árboles.  

En  el  invierno,  las  temperaturas  de  la  región  ártica  están  por  debajo  de  la  temperatura  de  congelamiento  y  normalmente  van  acompañadas  de  tormentas  de  nieve.  Durante  el  verano,  la  temperatura  es  aun  fría,  pero  el  sol  raramente  se  oculta  de  manera  completa,  por  lo  que  aún  hay  luz  incluso  durante  la  noche.  Debido  a  estas  condiciones  extremas,  pocos  pueblos  se  instalaron  en  la  región  cultural  ártica.  Encontrar  alimentos    

El  clima  frío  a  menudo  dificulta  encontrar  alimentos  en  la  tundra  ya  que  son  pocas  las  plantas  capaces  de  sobrevivir  a  este  duro  medioambiente.  A  lo  largo  de  la  mayor  parte  del  año,  la  tundra  se  cubre  de  una  gruesa  capa  de  suelo  congelado,  lo  que  (en  combinación  con  la  luz  solar  continua  en  verano  y  los  fuertes  vientos  durante  todo  el  año)  evitaba  que  muchas  plantas  sobrevivieran  en  esta  región.  La  vegetación  que  era  suficientemente  fuerte  para  sobrevivir  a  las  duras  condiciones  normalmente  no  era  apta  para  consumo  humano.  Sin  alimentos  consumibles  que  encontrar  o  cultivar,  los  pueblos  de  la  región  no  podían  confiar  en  la  agricultura  para  sobrevivir.  

La  vegetación,  sin  embargo,  sí  atrajo  manadas  de  caribú  y  otros  animales  a  la  región.  Durante  los  meses  de  verano,  los  pueblos  del  Ártico  siguieron  al  caribú  hacia  la  tundra  para  obtener  alimento.  Al  acercarse  el  invierno,  migraban  hacia  la  costa  del  océano  Glacial  Ártico  y  buscaban  peces  y  mamíferos  marinos.  

Establecimiento  en  el  Ártico    A  pesar  de  que  algunas  poblaciones  del  Ártico  crearon  grandes  establecimientos  

permanentes  junto  a  la  costa,  muchas  otras  migraron  entre  la  costa  y  la  tundra  en  busca  de  alimentos.  Mientras  lo  hacían,  cambiaron  los  requisitos  de  sus  viviendas.  Los  escasos  recursos  a  menudo  también  influían  en  qué  tipo  de  vivienda  podían  construir.  

Durante  los  meses  de  verano,  mientras  perseguían  al  caribú  a  través  de  la  tundra,  las  poblaciones  del  Ártico  construían  carpas  movibles  con  pieles  de  animales.  Estas  carpas  proporcionaban  protección  contra  el  frío  y  los  fuertes  vientos,  pero  también  les  permitía  a  las  poblaciones  seguir  fácilmente  las  manadas  de  caribú.  En  los  meses  de  invierno,  estas  tribus  no  necesitaban  moverse  tan  seguido  para  buscar  alimentos.  Sin  embargo,  sin  árboles,  se  limitaban  las  opciones  para  construir  una  vivienda.  Muchos  construían  viviendas  temporales  que  se  denominaban  iglús  con  bloques  de  nieve  u  hogares  parcialmente  enterrados  construidos  con  piedra  o  suelo.  Estas  viviendas  los  conservaban  calientes  durante  los  inviernos  gélidos.  

 4.  Indígenas  norteamericanos  de  la  costa  del  Noroeste  

La  región  cultural  de  la  costa  del  Noroeste  se  extiende  desde  el  sur  de  Oregón  hasta  Canadá.  Los  inviernos  junto  al  océano  son  fríos  pero  no  helados  y  los  veranos  son  frescos.  Hacia  el  este,  un  espeso  bosque  de  abetos,  piceos  y  cedros  cubre  las  accidentadas  montañas.  Las  montañas  atrapan  las  tormentas  del  Pacífico,  por  lo  que  se  producen  fuertes  lluvias  gran  parte  del  año.  Alimento  abundante    

Las  poblaciones  del  noroeste  encontraron  mucho  alimento,  en  particular  alimento  que  provenía  del  mar.  Construyeron  sus  aldeas  junto  a  las  angostas  playas  y  bahías  de  la  costa  y  en  islas  cercanas  de  donde  recolectaban  almejas,  otros  mariscos  y  algas  marinas  de  aguas  poco  profundas.  Se  aventuraron  hacia  mar  adentro  en  canoas  para  cazar  focas,  leones  marinos  y  ballenas,  así  como  halibut  y  otros  peces.  La  vegetación  proporcionaba  venados,  alces,  osos,  castores  y  cabras  montesas.  

Para  cada  tipo  de  criatura,  los  cazadores  desarrollaron  armas  especiales.  Para  cazar  focas,  por  ejemplo,  fabricaron  largos  arpones  de  madera  o  lanzas.  El  arpón  tenía  un  extremo  de  púa  hecha  con  hueso  que  se  agarraba  firmemente  a  la  piel  de  la  foca  una  vez  que  penetraba,  y  del  otro  lado,  los  cazadores  sostenían  una  cuerda  larga  para  no  perder  el  arma  ni  la  presa.  

Apenas  comenzaba  el  verano,  masas  de  salmón  nadaban  desde  el  océano  hacia  los  ríos  para  colocar  sus  huevos.  Los  hombres  construían  vallas  de  madera  a  través  de  los  ríos  para  bloquear  a  los  peces  y  hacer  que  fuera  más  fácil  capturarlos.  Las  mujeres  

secaban  la  carne  del  salmón  para  que  se  pudiera  comer  durante  todo  el  año.  Constructores  y  escultores    

Los  bosques  del  Noroeste  proporcionaban  materiales  para  las  viviendas  y  para  varios  objetos  útiles.  Con  cuñas  y  mazos  con  cabeza  de  piedra,  los  hombres  cortaban  tablas  finas  y  largas  de  los  troncos  y  árboles  vivos.  Luego,  las  juntaban  para  construir  viviendas  grandes  y  resistentes.  Para  refugiarse  de  la  lluvia,  fabricaban  tejados  hechos  con  grandes  hojas  de  corteza  de  cedro.  

Las  mujeres  cortaban  tiras  de  la  corteza  interior  blanda  y  las  usaban  para  fabricar  canastas,  alfombras,  cuerdas  y  mantas.  Incluso  pudieron  haber  tejido  las  tiras  de  corteza  para  fabricar  capas  impermeables.  

Con  abundante  comida  a  su  alcance,  los  pueblos  del  Noroeste  tenían  tiempo  para  practicar  sus  artesanías.  Las  mujeres  fabricaban  botones  decorativos  con  carcasas  marinas  y  las  cosían  en  sus  ropas  con  agujas  de  marfil.  Los  hombres  usaban  herramientas  como  cuñas  de  madera,  barrenos  de  huesos,  cinceles  de  piedra  y  cuchillos  de  piedra  para  esculpir  minuciosas  máscaras  de  animales  y  tazones  de  madera.  

                                       

5.  Indígenas  norteamericanos  de  California  La  región  cultural  de  California  se  extiende  desde  el  sur  de  Oregón  hasta  Baja  

California.  Las  tormentas  del  océano  traen  lluvias  de  invierno  hasta  esta  región.  Los  veranos  son  calurosos  y  secos,  particularmente  tierra  adentro.  

La  región  de  California  incluye  no  solo  la  costa  sino  también  las  estribaciones  costeras,  un  valle  tierra  adentro,  desiertos  y  el  lado  occidental  de  la  cordillera  de  Sierra  Nevada.  Más  de  100  grupos  diferentes  establecieron  sus  hogares  en  estos  diversos  

medioambientes,  más  que  en  cualquier  otra  región  cultural.    Muchas  fuentes  de  alimento    

Los  grupos  que  vivían  junto  a  la  costa  de  California  del  norte  dependían  mucho  del  salmón  para  alimentarse,  mientras  que  más  al  sur,  las  poblaciones  costeras  confiaban  

más  en  los  mariscos.  Alejados  de  la  costa,  los  grupos  cazaban  venados  con  arcos  y  flechas,  colocaban  trampas  para  atrapar  conejos  y  usaban  redes  para  atrapar  patos.  La  población  de  California  también  recolectaba  raíces,  bayas  y  nueces.  

La  mayoría  de  los  pueblos  de  la  región  confiaban  en  las  bellotas  de  los  robles  como  un  alimento  básico.  En  el  otoño,  las  mujeres  recolectaban  las  bellotas,  las  descascaraban  y  molían  los  frutos  secos  hasta  lograr  una  harina.  Se  lavaba  la  harina  con  agua  para  quitar  el  gusto  amargo.  Las  mujeres  cocinaban  la  harina  mezclándola  con  agua  en  canastas  bien  ceñidas  y  luego  tiraban  piedras  calientes  dentro  de  la  mezcla  para  cocinar.  Vestimenta,  viviendas  y  canastas  Mientras  trabajaban,  las  mujeres  vestían  delantales  o  faldas  fabricadas  con  pastos  u  otras  plantas,  o  a  veces  con  tiras  de  cuero.  En  los  meses  más  fríos,  los  hombres  y  las  mujeres  se  envolvían  en  pieles  de  animales.  

Los  pueblos  de  California  construían  diferentes  tipos  de  viviendas  según  el  lugar  donde  vivían.  En  áreas  arboladas,  los  hombres  usaban  herramientas  hechas  con  astas  de  venado  y  alce  para  cortar  grandes  capas  de  corteza  de  secuoya.  Las  colocaban  con  forma  de  cono  para  formar  una  vivienda.  En  las  áreas  pantanosas,  la  gente  tejía  alfombrillas  gruesas  de  caña  

para  cubrir  una  estructura  de  postes  con  forma  de  cono.  El  pueblo  de  California  tejía  materiales  silvestres  para  fabricar  varios  artículos  

útiles.  Fabricaban  canastas  para  cocinar,  canastas  para  almacenar,  coladores  y  trampas  para  peces.  Las  mujeres  usaban  tejido  fino  y  patrones  elegantes  para  fabricar  hermosas  canastas,  y  decoraban  sus  trabajos  con  carcasas  de  almejas  y  plumas  de  aves.  

 6.  Indígenas  norteamericanos  de  la  Gran  Cuenca  

Hacia  el  este  de  California  se  encuentra  la  Gran  Cuenca,  un  área  baja  entre  la  Sierra  Nevada  y  las  Montañas  Rocosas.  Las  montañas  de  ambos  lados  de  esta  región  

bloquean  las  lluvias,  lo  que  hace  que  esta  área  sea  en  su  mayoría  desértica.  Los  tipos  de  plantas  que  crecen  en  esta  área  son  las  que  necesitan  poca  agua  

para  crecer,  tales  como  pastos  bajos,  artemisa  y  pinos  piñoneros  en  terrenos  escarpados.  Muchos  animales  pequeños,  como  los  conejos  y  lagartos,  viven  en  esta  dura  región.  

Con  comida  y  bebida  limitada,  solo  unas  pocas  familias  pueden  vivir  en  un  lugar  al  mismo  tiempo.  Por  esta  razón,  el  pueblo  de  la  Gran  Cuenca  viajó  en  pequeños  grupos  e  invirtió  la  mayor  parte  del  tiempo  en  buscar  alimentos.  Frío  y  calor  extremo    

Donde  fuera  que  las  personas  acampaban,  fabricaban  viviendas  temporales  con  postes  de  sauces  en  forma  de  cono  y  cubiertos  con  broza  o  caña.  Casi  todo  el  año,  transportaban  agua  en  canastas  revestidas  con  savia  de  los  pinos.  

Cuando  llegaba  el  invierno,  las  temperaturas  bajaban  más  que  la  temperatura  de  congelamiento.  Para  mantenerse  calientes,  las  personas  hacían  mantos  con  cueros  de  conejos  enroscando  largas  tiras  de  cuero  de  tal  forma  que  solo  se  viera  el  pelaje.  Luego  tejían  estas  tiras  sobre  un  telar.  Cada  manto  adulto  necesitaba  entre  50  y  100  pieles  de  conejo.  Buscar  alimentos    

En  este  medioambiente  árido  (seco),  la  mayoría  de  los  pueblos  siguieron  a  las  fuentes  de  alimentos  de  estación  en  estación.  En  primavera,  acampaban  cerca  de  los  lagos  de  los  valles  y  arroyos  que  crecían  con  la  nieve  derretida.  Los  hombres  atraían  a  los  patos  que  migraban  con  señuelos  flotantes  fabricados  con  cañas  y,  cuando  las  aves  bajaban,  las  cazaban  con  redes.  Mientras  tanto,  las  mujeres  recolectaban  huevos  de  patos  y  los  brotes  tiernos  de  las  totoras.  

Cuando  los  arroyos  se  secaban  en  el  verano,  algunos  pueblos  de  la  Gran  Cuenca  disfrutaban  de  las  serpientes  y  de  los  saltamontes  como  delicias.  Pero  en  general  comían  plantas.  Las  mujeres  usaban  palillos  filosos  para  desenterrar  raíces.  Los  usaban  para  tejer  canastas  planas  denominadas  batidoras  de  semillas,  con  las  que  golpeaban  plantas  para  que  se  soltaran  las  semillas.  De  las  laderas  de  las  montañas  recogían  bayas  maduras.  

En  otoño,  los  grupos  cosechaban  frutos  secos  y  cazaban  conejos.  Cuando  llegaba  el  invierno,  la  mayoría  de  los  pueblos  de  la  Gran  Cuenca  se  cubrían  con  sus  mantos  de  conejos  en  las  colinas  más  cálidas.  En  chozas  y  cuevas,  vivían  de  la  comida  que  habían  secado  anteriormente,  esperando  el  regreso  de  los  patos  en  la  primavera.  

 

7.  Indígenas  norteamericanos  de  la  Meseta  Al  norte  de  la  Gran  Cuenca  se  encuentra  la  región  cultural  de  la  Meseta.  Esta  

región  se  encuentra  limitada  por  la  cordillera  de  las  Cascadas  al  oeste,  las  Rocosas  al  este  y  el  río  Fraser  al  norte,  en  lo  que  hoy  es  Canadá.  

En  esta  área,  las  montañas  tienen  bosques  densos.  La  llanura,  la  parte  central  de  la  región,  es  seca  y  está  cubierta  de  pastos  y  artemisa.  Los  inviernos  son  largos  y  fríos,  mientras  que  los  veranos  se  mantienen  agradables.  

El  pueblo  de  la  Meseta  cazaba  y  recolectaba  según  las  estaciones  del  año.  El  clima  húmedo  y  fresco  hacía  que  encontrar  suficiente  alimento  fuera  bastante  sencillo.  Además,  los  dos  sistemas  de  ríos  caudalosos,  el  Columbia  y  el  Fraser,  ayudaban  a  proporcionarles  alimento.  Vestimenta  y  viviendas  robustas    

El  pueblo  de  la  Meseta  construyó  sus  aldeas  junto  a  los  ríos  más  importantes,  lo  que  les  proporcionaba  agua  potable,  peces  y  madera  flotante  para  construir  viviendas  y  para  usar  como  leña.  

La  comida  era  tan  abundante  que  algunos  grupos  podían  vivir  en  sus  aldeas  durante  todo  el  año.  Para  mantenerse  frescos  en  verano  y  calientes  en  invierno,  construían  sus  viviendas  parcialmente  enterradas.  Cavaban  una  zanja,  la  revestían  con  una  estructura  de  troncos  y  cubrían  todo  con  arbolitos,  juncos  y  lodo.  

El  pueblo  de  la  meseta  usaba  sus  habilidades  para  tejer  para  fabricar  varios  tipos  de  canastas  y  también  para  elaborar  sombreros.  Cuando  se  acercaban  los  meses  fríos,  pasaban  más  tiempo  fabricando  ropas.  En  el  otoño,  los  hombres  cazaban  antílopes  y  

venados.  Luego  las  mujeres  limpiaban  y  ablandaban  los  cueros  para  usarlos  como  vestidos,  calcetas  y  camisetas.  Decoraban  sus  trabajos  con  diseños  de  semillas,  carcasas  marinas  y  otros  materiales.  Camasia  y  salmón    

Aunque  la  caza  normalmente  proporcionaba  mucha  carne  durante  el  otoño,  la  mayor  parte  del  tiempo  el  pueblo  de  la  meseta  contaba  con  los  peces  y  las  plantas  para  alimentarse.  En  la  primavera,  recolectaban  brotes  de  cebollas  silvestres  y  zanahorias  de  los  pastizales  bajos.  Su  comida  favorita  era  la  camasia,  una  raíz  

almidonada  de  la  familia  de  los  lirios.  Las  mujeres  las  desenterraban  con  varillas  para  cavar  y  las  comían  crudas,  asadas  o  molidas  como  harina.  

La  comida  más  importante  para  la  población  de  la  meseta  era  el  salmón.  Cuando  el  salmón  migraba  corriente  arriba,  los  hombres  se  paraban  sobre  plataformas  de  madera  construidas  sobre  el  agua.  Desde  allí,  podían  cazar  con  lanzas  o  pescar  con  redes  fácilmente.  

8.  Indígenas  americanos  del  Suroeste  La  región  cultural  del  Suroeste  incluye  la  actual  Arizona,  Nuevo  México,  el  sur  de  

Utah  y  Colorado,  y  partes  de  Texas,  Oklahoma  y  California.  Esta  región  tiene  varios  medioambientes:  cañones,  montañas,  desiertos  y  mesas  de  cimas  planas.  Incluso  tiene  dos  ríos  importantes,  el  Colorado  y  el  Río  Grande.  Sin  embargo,  las  precipitaciones  son  poco  frecuentes  en  cualquier  parte  de  esta  región.  

El  calor  y  la  falta  de  agua  hacían  que  vivir  en  el  Suroeste  fuera  un  desafío.  A  pesar  de  esto,  algunos  indígenas  aprendieron  a  amar  estas  tierras  áridas.  Una  vieja  canción  indígena  dice:  “Todo  el  Suroeste  era  un  hogar  hecho  con  amaneceres.  Había  muchos  colores  en  las  colinas  y  en  las  llanuras,  y  había  un  oscuro  páramo  más  allá  de  las  montañas”.  Pueblo  de  la  Mesa    

Diferentes  grupos  encontraron  diferentes  formas  de  sobrevivir  en  el  Suroeste.  Algunos  vivían  como  cazadores  nómadas  del  desierto  (moviéndose).  Junto  al  río  Colorado,  grupos  pequeños  cazaban,  recolectaban  y  practicaban  la  agricultura.  Otros  sembraban  campos  con  maíz,  frijoles  y  calabazas  en  las  partes  superiores  de  las  áreas  altas  y  planas  denominadas  mesas.  El  pueblo  de  la  Mesa  no  tenían  árboles  para  construir  viviendas.  En  cambio,  construían  viviendas  con  la  tierra  misma.  Con  ladrillos  de  adobe  (arcilla  horneada  al  sol),  construían  hogares  con  paredes  gruesas  que  los  protegían  del  calor  del  verano  y  del  frío  del  invierno.  Sus  aldeas  se  veían  como  edificios  de  departamentos  que  llegaban  a  tener  hasta  cinco  pisos  de  alto  y  podían  tener  varios  cientos  de  habitaciones.  Una  única  aldea,  denominada  un  pueblo,  podía  albergar  a  1,000  personas.  

Para  proteger  sus  cuerpos  del  sol,  el  pueblo  de  la  Mesa  vestía  ropas  hechas  de  algodón  que  cultivaban,  hilaban  y  tejían  para  fabricar  ropa.  Con  plantas  y  minerales,  coloreaban  las  telas  con  colores  brillantes.  Cultura  del  maíz    

A  pesar  de  vivir  en  el  desierto,  el  antiguo  pueblo  de  la  Mesa  cultivaba  maíz,  frijoles  y  calabazas.  El  maíz  era  de  lejos  el  cultivo  más  importante  que  tenían  el  pueblo  de  la  Mesa.  

Para  sacarle  el  máximo  provecho  a  las  escasas  lluvias,  los  agricultores  plantaban  en  lugares  cercanos  a  las  áreas  naturalmente  inundables  como  las  bocas  de  los  lechos  de  arroyos  o  en  las  bases  de  las  mesas,  donde  fluía  la  escorrentía  de  la  lluvia.  Los  hombres  cavaban  zanjas  de  irrigación  desde  los  arroyos  hasta  los  campos  y  construían  pequeñas  represas  para  contener  la  lluvia  de  verano.  

Las  mujeres  pasaban  muchas  horas  al  día  moliendo  las  semillas  de  maíz  para  hacer  harina.  Cocinaban  la  harina  de  maíz  en  hornos  de  arcilla  para  hacer  pan.  En  vasijas  de  barro,  cocinaban  guisos  de  maíz,  carne  de  conejo  y  chiles.  

 9.  Indígenas  norteamericanos  de  las  Grandes  Llanuras  

La  región  cultural  de  las  Grandes  Llanuras  es  un  área  vasta  de  pastizales  sin  árboles.  En  los  Estados  Unidos,  las  Grandes  Llanuras  se  extienden  unas  2,000  millas  desde  las  Montañas  Rocosas  hasta  el  Valle  del  Mississippi,  y  desde  Canadá  hasta  el  golfo  de  México.  La  parte  este  de  esta  región  tiene  más  agua  y  un  suelo  más  blando  que  la  parte  oeste.  En  el  seco  oeste,  los  pastos  densos  y  cortos  proporcionan  un  pastizal  perfecto  para  millones  de  bisontes.  Cazadores  de  bisontes  

 En  el  este  de  las  Grandes  Llanuras,  varios  grupos  comenzaron  a  cultivar  y  solo  hacían  viajes  de  cacería  de  bisontes  algunos  meses  al  año.  Al  oeste  de  las  Grandes  Llanuras,  los  indígenas  seguían  a  las  manadas  de  bisontes  durante  gran  parte  del  año.  

Durante  la  primavera  y  al  comienzo  del  verano,  pequeños  grupos  formaban  una  emboscada  en  los  lugares  a  los  que  iban  los  bisontes.  Los  cazadores  portaban  arcos  de  maderas  duras,  reforzados  con  tiras  de  tendón  de  bisonte.  Al  tomar  un  objetivo,  cada  hombre  dejaba  suelta  una  flecha  de  madera  que  en  la  punta  tenía  una  piedra  filosa  y  plumas  a  los  costados  para  hacer  que  vuele  de  forma  derecha.  

En  otoño,  se  juntaban  enormes  manadas  de  bisontes  y  el  pueblo  de  las  Llanuras  viajaba  en  grupos  más  grandes.  Los  hombres  a  veces  atrapaban  al  bisonte  encerrando  a  la  manada  mientras  cabalgaban.  Los  hombres  obligaban  a  que  los  bisontes  se  agruparan  bien  juntos  al  acercarse  a  un  acantilado.  A  veces  las  personas  incendiaban  los  pastos  y  hacían  fuertes  ruidos  para  asustar  al  bisonte  hasta  que  los  animales  se  precipitaban  por  el  borde  del  acantilado.  Abajo,  los  cazadores  que  los  esperaban  los  terminaban  de  matar  con  lanzas  o  arcos  y  flechas.  Utilización  del  bisonte    

El  bisonte  proporcionaba  el  alimento  principal  de  las  personas  de  las  Llanuras.  Las  mujeres  y  las  jovencitas  cortaban  el  bisonte  con  cuchillos  hechos  con  huesos  y  una  

parte  de  la  carne  se  secaba  y  se  guardaba  para  el  invierno.  Las  personas  de  las  Llanuras  usaban  todas  las  partes  del  bisonte.  Con  los  cueros  

de  los  bisontes  se  hacían  escudos,  recipientes  impermeables,  mantos  cálidos  y  ropa  de  cama.  Para  las  vestimentas  y  los  bolsos,  las  mujeres  ablandaban  los  cueros  con  raspadores  y  frotaban  la  grasa  y  el  cerebro  del  bisonte.  Los  tendones  y  el  pelo  del  bisonte  (cuerdas  duras  fabricadas  con  los  tendones  de  los  bisontes)  eran  entrelazados  para  hacer  las  cuerdas  de  los  arcos  y  sogas.  Con  los  cuernos  y  las  pezuñas  se  hacían  cucharas  y  tazones,  y  se  los  reducía  para  fabricar  pegamento.  El  estiércol  del  bisonte  proporcionaba  combustible  para  las  fogatas.  

El  bisonte  también  proporcionaba  materiales  para  las  viviendas.  Usando  los  tendones  como  hilo,  las  mujeres  cosían  varios  cueros  de  bisonte  juntos.  Las  pieles  se  sujetaban  luego  alrededor  de  un  cono  alto  de  postes  para  construir  un  tipi,  una  palabra  de  la  Llanura  que  significa  “vivienda”.  

Las  personas  de  las  Llanuras  se  volvieron  cazadores  aún  más  exitosos  cuando  los  exploradores  españoles  introdujeron  caballos  en  la  región.  Con  los  caballos,  ellos  pudieron  matar  más  bisontes,  moverse  más  rápido  y  de  manera  más  cómoda  hacia  nuevas  tierras  de  cacería.  

 10.  Indígenas  norteamericanos  de  la  zona  boscosa  del  Este  

La  región  cultural  de  la  zona  boscosa  del  Este  se  extiende  desde  el  río  Mississippi  hacia  el  este  hasta  el  océano  Atlántico  y  desde  Canadá  hasta  Carolina  del  Norte.  La  nieve  del  invierno  y  la  lluvia  del  verano  producían  mucha  vegetación,  lagos  y  arroyos.  

Dos  grupos  importantes  de  idiomas  emergieron  en  esta  región  cultural.  En  la  mayor  parte  del  territorio,  las  personas  hablaban  idiomas  algonquinos.  En  Nueva  York  y  alrededor  del  sur  de  los  Grandes  Lagos  vivían  los  grupos  que  hablaban  iroqués.  Vegetación  abundante  

 La  vegetación  proporcionaba  la  mayor  parte  de  lo  que  los  haudenosaunee,  comúnmente  llamados  iroqueses,  necesitaban  para  vivir.  Para  conseguir  alimento,  los  cazadores  caminaban  a  través  de  los  bosques  para  rastrear  venados.  Los  hombres  también  cazaban  osos,  atrapaban  castores,  y  agarraban  aves  y  peces.  Las  mujeres  recolectaban  vegetales,  frutos  secos  y  bayas.  Hacían  jugos  hirviendo  la  savia  de  los  árboles  de  arce.  

En  lugar  de  caminar  a  través  de  la  espesa  vegetación,  los  iroqueses  a  menudo  

remaban  sobre  troncos  y  canoas  de  corteza  sobre  lagos  y  ríos.  Debido  a  que  las  vías  de  navegación  también  proporcionaban  peces  y  agua  potable,  los  iroqueses  construyeron  sus  aldeas  cerca  de  estas.  

Cada  asentamiento  podía  tener  docenas  de  viviendas  robustas  construidas  con  estructura  de  troncos  y  cubiertas  con  corteza  de  olmo.  Estas  viviendas  comunales  tenían  aproximadamente  20  pies  de  ancho  y  hasta  400  pies  de  largo.  Muchas  familias  vivían  en  secciones  de  la  vivienda  comunal.  Mujeres  agricultoras    

Para  limpiar  un  espacio  para  la  agricultura,  los  hombres  iroqueses  quemaban  los  árboles  y  la  maleza.  Las  mujeres  se  encargaban  del  resto  de  la  agricultura.  Después  de  la  escarda  del  suelo,  plantaban  maíz,  a  veces  de  muchas  variedades.  Alrededor  de  los  tallos  de  maíz,  dejaban  que  se  entrelacen  frijoles.  Las  calabazas  crecían  cerca  de  la  tierra,  lo  que  hacía  que  la  maleza  permanezca  corta  y  manteniendo  la  humedad  en  el  suelo.  

Después  de  la  plantación,  las  mujeres  curtían  los  cueros  de  los  venados  para  hacer  faldas,  capas  y  mocasines  (calzado  liviano).  A  veces  raspaban  la  semilla  del  maíz  con  herramientas  de  hueso  y  enterraban  el  maíz  entre  piedras.  En  el  otoño,  almacenaban  la  cosecha,  normalmente  dentro  de  grandes  barriles  de  corteza  en  las  viviendas  comunales.  Las  cosechas  de  los  iroqueses  incluían  girasol,  tabaco  y  muchos  vegetales  que  aún  se  cultivan  en  los  jardines  en  la  actualidad.  

 11.  Indígenas  norteamericanos  del  Sureste  

La  región  cultural  del  Sureste  se  extiende  desde  la  parte  sur  del  valle  de  Ohio  hasta  el  golfo  de  México  y  desde  Texas  hasta  el  océano  Atlántico.  Las  llanuras  costeras  fértiles  de  esta  región,  los  valles  fluviales,  las  montañas  y  los  pantanos  tienen  veranos  largos,  húmedos  y  cálidos  e  inviernos  templados.  En  este  campo  verde,  el  pueblo  del  Sureste  descubrió  que  el  crecimiento  de  los  cultivos  era  bastante  fácil.  Pueblos  construidos  alrededor  de  montículos    

Algunas  poblaciones  del  Sureste  construyeron  pueblos  dominados  por  grandes  montículos  de  tierra.  Los  primeros  montículos  fueron  probablemente  lugares  de  sepultura.  Siglos  más  tarde,  las  poblaciones  hacían  montículos  de  varios  pisos  de  alto  y  los  usaban  como  plataforma  para  los  templos.  

Construir  estos  montículos  les  tomaba  meses,  incluso  años,  ya  que  las  personas  tenían  que  mover  la  tierra  de  a  una  canasta  por  vez.  Los  trabajadores  que  construían  los  montículos  tenían  menos  tiempo  para  ayudar  a  cosechar  o  a  buscar  alimentos.  Sin  embargo,  los  grupos  del  Sureste  desarrollaron  un  tipo  de  maíz  que  crecía  tan  rápido  que  podían  cosechar  varios  cultivos  por  año.  Los  agricultores  recolectaban  suficiente  alimento  para  alimentar  a  las  personas  que  construían  los  montículos.  

Un  único  pueblo  del  Sureste  pudo  haber  tenido  de  2  a  12  montículos  distribuidos  alrededor  de  una  plaza  central  del  pueblo.  Las  personas  agrupaban  sus  casas  alrededor  de  estos  montículos.  Construían  sus  hogares  con  postes  de  árboles  jóvenes  diseñados  con  una  estructura  rectangular  y  cubiertos  con  lodo.  Los  techos  eran  puntiagudos  y  estaban  hechos  de  hojas.  

Una  región  fértil          Más  allá  de  sus  

hogares,  los  campos  se  encontraban  en  todas  las  direcciones.  Con  la  estación  de  gran  crecimiento  de  la  región,  las  personas  del  sureste  confiaban  en  el  maíz,  los  frijoles,  las  calabazas  y  el  girasol  para  obtener  la  mayor  parte  de  sus  alimentos.  

Las  mujeres  trabajaban  los  campos  con  azadas  hechas  con  piedras,  carcasas  u  omóplatos  de  animales  sujetadas  a  mangos  de  madera.  Los  hombres  a  veces  cazaban,  usando  tubos  sopladores  para  las  ardillas,  los  conejos  y  los  pavos,  y  arcos  y  flechas  para  los  animales  más  grandes  como  los  venados.  A  veces  incluso  traían  a  casa  caimanes  y  tortugas.  

Para  completar  una  dieta  variada,  las  mujeres  recolectaban  plantas  comestibles  como  camotes  y  caquis.  Vestían  faldas  cortas  hechas  de  cuero  de  venado  por  lo  que  no  pasaban  mucho  tiempo  fabricando  ropa.  En  cambio,  tenían  tiempo  para  fabricar  anillos,  pendientes,  pulseras  y  horquillas  para  el  pelo  hechos  con  piedras,  carcasas  marinas,  huesos  y  otros  materiales  naturales.  

 Resumen  de  la  lección  En  esta  lección,  leíste  acerca  de  los  primeros  pueblos  que  se  asentaron  en  América  del  Norte  y  de  las  adaptaciones  que  realizaron  a  los  medioambientes  que  encontraron  allí.  Rutas  migratorias  de  los  primeros  americanos  Los  científicos  creen  que  los  ancestros  de  los  indígenas  migraron  hasta  América  desde  Asia  a  través  de  un  puente  terrestre  durante  la  última  edad  de  hielo.  Como  sus  descendientes  viajaron  hacia  el  este  y  hacia  el  oeste,  se  adaptaron  a  los  desafíos  de  vivir  en  varios  medioambientes  diferentes.  Cómo  veían  el  medioambiente  los  indígenas  norteamericanos  Donde  fuera  que  se  asentaran,  los  indígenas  tenían  una  relación  especial  con  el  mundo  que  los  rodeaba.  Creían  que  eran  parte  de  la  naturaleza  y  trataban  al  medioambiente  con  respeto.  Adaptaciones  al  medioambiente  local  Según  el  lugar  en  donde  vivían,  los  indígenas  comían  diferentes  comidas,  construían  diferentes  tipos  de  casas  y  vestían  de  diferentes  formas.  También  

hacían  muchos  tipos  de  artesanías,  como  joyería,  finas  canastas  y  máscaras  de  animales.  Los  indígenas  norteamericanos  construyeron  los  primeros  pueblos  y  aldeas  en  América  del  Norte  y  fueron  los  primeros  agricultores  del  continente.  Idiomas  y  estilos  de  vida  Los  indígenas  que  vivieron  en  diferentes  regiones  culturales  desarrollaron  modos  de  vida  característicos  que  se  adaptaron  al  clima  y  a  los  recursos  naturales  del  entorno.  Los  científicos  estudian  estos  antiguos  modos  de  vida  examinando  los  artefactos  de  las  primeras  poblaciones.