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LOS PROJIMOS LOS PROJIMOS Dde Carlos gorostiza – Version de Sergio D’angelo - Maria Romano – Analia Malvido ESCENA I: LITA -HUGO LITA: No querés terminarlo? HUGO: No. LITA: Hugo, sacate ese palito de la boca, por favor! HUGO: Qué tiene. Es para no fumar. LITA: Te hace ordinario; ya te lo dije. HUGO: Está bien. Bueno, dejá el vaso, ya que está. LITA: Quien te entiende a vos. HUGO: Cómo tarda Tito hoy, eh? … Cómo tarda Tito hoy, eh? LITA: Tan tarde no es. HUGO: Las nueve pasadas. LITA: Qué harías vos si un día no viniera Tito, Dios mío. HUGO: Bah! Me iba a morir. LITA: No sé. HUGO: Qué. Estás celosa, ahora? LITA: Salí, sali. ¿No ibas a arreglar el calefón después de cenar? … No me oís che? HUGO: Qué? LITA: No ibas a arreglar el calefón después de cenar? HUGO: Sí. Pero hace mucho calor. Otro día. LITA: Otro día. Ya hace una semana que estamos sin calefón. HUGO: Y bueno. No hace falta, ahora. Con este calor. 1

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LOS PROJIMOS

LOS PROJIMOS

Dde Carlos gorostiza – Version de Sergio D’angelo - Maria Romano – Analia Malvido

ESCENA I: LITA -HUGO

LITA: No querés terminarlo?

HUGO: No.

LITA: Hugo, sacate ese palito de la boca, por favor!

HUGO: Qué tiene. Es para no fumar.

LITA: Te hace ordinario; ya te lo dije.

HUGO: Está bien. Bueno, dejá el vaso, ya que está.

LITA: Quien te entiende a vos.

HUGO: Cómo tarda Tito hoy, eh? … Cómo tarda Tito hoy, eh?

LITA: Tan tarde no es.

HUGO: Las nueve pasadas.

LITA: Qué harías vos si un día no viniera Tito, Dios mío.

HUGO: Bah! Me iba a morir.

LITA: No sé.

HUGO: Qué. Estás celosa, ahora?

LITA: Salí, sali. ¿No ibas a arreglar el calefón después de cenar? … No me oís che?

HUGO: Qué?

LITA: No ibas a arreglar el calefón después de cenar?

HUGO: Sí. Pero hace mucho calor. Otro día.

LITA: Otro día. Ya hace una semana que estamos sin calefón.

HUGO: Y bueno. No hace falta, ahora. Con este calor.

LITA: Claro. Porque vos no tenés que lavar los platos.

HUGO: Bueno, está bien. Mañana lo arreglo.

LITA: Mañana! Vos siempre mañana! Y mientras tanto yo que me embrome!

HUGO: Lita! Me parece que no es para tanto, no?

LITA: Pero todavía sos capaz de discutir?

HUGO: Quién discute. Lo que yo digo es que…

LITA: Está bien! Hacé lo que quieras, total vos siempre te salís con la tuya!

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HUGO: Ya está! Se veía que tenías ganas de pelear, desde hoy!

LITA: Qué dijiste?

HUGO: Nada.

LITA: Sos capaz de decirme que era yo la que tenía ganas de pelear?

HUGO: Si oiste para qué preguntás entonces.

LITA: Desde que llegaste no hiciste más que protestar… y decís que soy yo la que tiene ganas de

pelear?

HUGO: Bueno basta, por favor.

LITA: Claro! “basta”, no? Primero me largás la patada y después tengo que callarme! El único

que aquí tiene derecho a hablar sos vos. Que la comida está fría, que la soda está caliente,

que el café está muy cargado… O es que no te oís? Desde que llegaste no hiciste más que

rezongar! Y cuando yo te pregunto por el calefón…

HUGO: Es que a cada rato me hablás del calefón!

LITA: Y que querés? Que lave los platos con agua fría?

HUGO: Lavá los platos como quieras, pero dejame tranquilo!

LITA: Vas a ir al dentista mañana?

HUGO: Si.

LITA: Yo también voy a tener que ir uno de estos días. Me está molestando una muela.

HUGO: Querés que le pida hora para vos?

LITA: No. Voy a esperar un tiempito más.

HUGO: Después va a ser peor, ya sabés.

LITA: Sí. Pero con este calar, meterse ahí en el torno…

HUGO: Hacé como quieras. Pero después no te quejés. Ahí viene Tito. Jaaa.

LITA: Qué pasa?

HUGO: Tenés que ver el saludo que le hizo a la gorda de la planta baja.

LITA: Qué. Está otra vez en el balcón, esa.

HUGO: Y cuándo no está? Jaa. Este Tito!

LITA: Van a salir hoy?

HUGO: No sé. Con este tiempo uno no tiene ganas de nada.

LITA: Anoche dormiste poco. Acordate.

HUGO: Es que uno no tiene ganas de dormir, tampoco.

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LITA: Pero mañana tenés que trabajar.

HUGO: Pasado es sábado.

LITA: Bueno; salí si querés.

HUGO: Además… no sé; vamos a ver qué dice Tito.

LITA: Yo me voy a la cama temprano, eh?

HUGO: Andá quién te dice algo

ESCENA II: LITA – HUGO - TITO

HUGO: Tito, Tito!

TITO: Que tal, que calor, eh? Hola, Lita.

LITA: Buenas.

HUGO: Que saludo le hiciste a la gorda, eh?

TITO: A propósito, estaba espiando a una pareja que está parada ahí, a la entrada del pasaje. . . y

cuando pasé se hizo la distraída. Por eso le mandé la gran reverencia. El festín que se debe

estar dando ahora, no?

LITA: Qué pasa?

TITO: La pareja.

LITA: Si ya sé , pero qué hacen?

TITO: Qué pregunta.

HUGO: Ah, están ahí, no los había visto por la sombra. De veras. Je. Cómo debe estar la gorda.

Desde aquí no se la ve. Qué lástima.

TITO: Está medio escondida detrás de la persiana para que no la vean. Pero ella ve, perdé

cuidado.

LITA: Ustedes también. . . después hablan de la gorda.

TITO: Dios me libre.

HUGO: Que circo.

TITO: Hay agua fresca para tomar ché?

HUGO: Sí, allá en la heladera.

TITO: Permiso.

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LITA: No me digas que no es una vergüenza, se podrían ir a otro lado.

HUGO: Vos te crees que si tuvieran otro lado a donde ir se iban a quedar ahí contra la pared?

LITA: No seas guaso, querés.

HUGO: (gesto)

TITO: Qué vaso agarro, uno verde?

LITA: El que quiera, Tito. Uf, qué calor (HUGO Va al balcón) Hugo, Ya está bien, no?

HUGO: Si no se ve nada.

LITA: Ah, no? Y entonces para qué mirás?

TITO: Tenía sed

HUGO: Y cuanto más tomás es peor

TITO: Está rica el agua.

HUGO: Todavía no se inventó nada mejor que el agua contra la sed.

TITO: Sobre todo cuando está fresquita. Y en vaso verde parece más fresquita todavía. A vos no

te pasa?

HUGO: En vaso verde?

TITO: Es como si el agua estuviera más fresca. . . el color . .

HUGO: Ah, sí?

TITO: A vos no te pasa?

HUGO: No, a mi no.

TITO: Y cuando el cristal es grueso. . . no encontrás diferencia, tampoco?

HUGO: Cómo diferencia?

TITO: Sí, como el champán, no viste que se toma en copas finitas?

HUGO: Ah, sí, el champán sí.

TITO: Y buen. Por eso.

LITA: Ustedes salen ahora? (gestos entre HUGO: y TITO: ) No estaría mal que un día se

acostaran temprano.

HUGO: Con este calor te vas a acostar temprano?

LITA: El calor te molesta para todo a vos.

HUGO: Es que en verano vos estás toda pegajosa, LITA: .

LITA: Hugo! (se va al balcón dolida y murmurando) Y esos siguen ahí, todavía. No sé cómo no

les da vergüenza.

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TITO: Qué, se ve algo, ahora?

LITA: Se van a pasar toda la noche pegados a la pared? Alguien tendría que decirles que se

fueran.

HUGO: Vamos, Lita. Ahora vas a decir que no te gustaba cuando te llevaba a Palermo?

LITA: No seas impertinente, querés? Ya sabés que no me gustan esos chistes.

TITO: Dios me libre, cómo se pelean.

HUGO: Entonces no querés que te lleve a Palermo, una de estas noches, para recordar, eh?

LITA: Bueno, basta, HUGO: , por favor

HUGO: Está bien, no se me enoje; deme un beso y no se me enoje. Vamos.

LITA: Sí, sos un rico tipo, vos. Cuando tenés ganas de bromear hay que bromea Rosa: Pero

cuando no tenés ganas. . .

HUGO: Bueno, te perdono.

LITA: Pavote. Van a salir hoy?

HUGO: Por?

LITA: Decía.

HUGO: Si querés que nos quedemos, nos quedamos.

LITA: No pensás acostarte temprano?

HUGO: Vos querés?

LITA: Y. . .

HUGO: Está Tito.

LITA: Si, ya sé.

HUGO: No lo podemos echar.

Timbre

LITA: Quien será ahora?

HUGO: Tu vecina, quién va a ser.

LITA: Bueno: no le pongas cara fea, eh.

HUGO: Viene todas las noches a hablar por teléfono.

LITA: Shhh. Todas las noches no. Desde hace dos o tres días, nada más. Quién es?

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ESCENA III LITA – HUGO – TITO - ROSA

ROSA: Rosa! Buenas noches, señora. La vengo a molestar otra vez.

LITA: Usted dice por el teléfono?

ROSA: Si.

LITA: No, no es molestia. Pase no más.

ROSA: Gracias. Ah. Buenas noches. No sabía que... Si molesto puedo hablar en otro momento. No

es nada urgente.

LITA: No, no. Hable nomás. No molesta.

ROSA: Bueno. Disculpen, eh.

HUGO: No es nada, señora. No es nada.

LITA: Y como está su mamá?

ROSA: Espero que bien, ahora voy a preguntar. Oy! Me perdí.

ROSA: Hola! Quien habla? Susi? Ah... Habla tía Rosa. Querés llamar a tu mamá, por favor?

Bueno, gracias. Tiene que ver esta chica, mi sobrinita, una la deja de ver una semana y ya

no la reconoce. Hay que ver cómo crecen estos chicos.

LITA : Si, claro. También cuando una era chica...

ROSA: Chela! Si, como te va? Aprovecho ahora, que Felipe está comiendo, sabés! Si, comiendo!

No, yo no como a la noche ahora. Voy a ver si adelgazo un poco. Si, claro. Al mediodía

como bien. Y después tomo la leche. Tomo la leche! Si, claro... Decime, cómo sigue

mamá? Ah, si, Ah, si. Y que dijo el doctor? Ah si, ah si. Bueno, que se cuide entonces.

Qué se cuide! Y nosotros aquí andamos como siempre. Con calor. Con calor! Si. Viste que

día? Hizo 35 grados. No, si llueve es peor, después hace más calor. No te acordás la

semana pasada, después de la lluvia, que no se podía estar por la humedad? Claro, lo que

tiene que venir es un cambio de aire, entonces sí. Pero con esta humedad... Y vos sabés qué

mal le hace este tiempo a Felipe, no? Si, mejor está. Con el régimen le fue bastante bien.

Pero se tiene que cuidar. Esta humedad no lo ayuda nada. El doctor ya le anticipó que hasta

que se le fuera el dolor iba a pasar un tiempo, sabés? Y, se le va y viene, se le va y viene,

pero cada vez menos. Y eso es un buen síntoma. Que es un buen síntoma! Claro. Claro. Es

que es tan nervioso que no sabés que hacer con él. Y cuanto más nervioso se pone, peor es.

Por eso, más vale no decirle nada. Que más vale no decirle nada! Chela, cómo estás hoy!

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Y, si. Pero no nos quejemos. Otros cargan con una cruz más pesada. Claro que sí. Claro

que sí. Bueno, Chela, te dejo. Estoy hablando desde lo de la vecina, sabés? No puede

abusar. Bueno. Chau. Decile a mamá que se cuide, eh? Si, mañana vuelvo a llamar para ver

como sigue, si aquí me dejan... Chau entonces, saludos. (Cuelga)

Menos mal, parece que ya está mejor.

LITA: No le dije yo? Era un aire.

ROSA: Si, felizmente parece que sí. Pero cuando se tiene esa edad... puede ser cualquier cosa... Y

una piensa.

LITA: Qué edad tiene su mamá?

ROSA: Va a cumplir 66

LITA: Y le parece que es vieja con 66 años?

ROSA: Y... joven no es.

HUGO: Señora, el promedio de vida ahora es de setenta y pico.

ROSA: Si, será el promedio. Pero de cualquier modo, a los 66 no es lo mismo que a los 20.

HUGO: Me imagino.

LITA: Hoy en día, a los 66 años, todavía se es joven.

TITO: Si. Vaya a conseguir trabajo a los 66 años. Va a ver lo que le dicen.

ROSA: Eso.

TITO: Que no pase los 40. Después es peligroso.

ROSA: Eso.

HUGO: Vamos, no exagerés, che!

TITO: Vos viste alguna vez que tomaran en el banco a alguien con más de 40?

HUGO: El gerente.

TITO: El gerente. El gerente puede tener 120, mirá con lo que me venis.

HUGO: Querés decir que la gente de más de cuarenta años ya no tiene más nada que hacer?

TITO: Quién dijo eso? Tienen mucho que hacer. Lo que yo digo es que no los dejan.

HUGO: No los dejan! Bah, bah, bah, bah, bah.

ROSA: Parece que armé un lindo lío yo, no?

LITA: No. No se preocupe. Les gusta discutir. Se pasan todo el día así.

ROSA: Ah, bueno, menos mal.

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(VOZ DE HOMBRE: me parece que ya es hora de que se manden a mudar de acá! O no se dan cuenta de

que esta es una casa de familia?

ROSA: Y eso?

LITA: Seguro que es por una pareja que estaba ahí, en la entrada del pasaje.

ROSA: Y quién gritó?

HUGO: Debe haber sido el del perro.

ROSA: Qué raro. Que tipo raro ese eh, no es raro.

LITA: Claro que es raro, y cuando se la da por poner esa música.

HUGO: Dios me libre.

LITA: Música clásica, sabe, y a todo lo que da.

ROSA: A lo mejor es sordo pobre.

LITA: Sí, bueno. Pero nosotros no.

ROSA: Así que hay una pareja ahí

LITA: Siempre hay parejas ahí. Habría que poner una luz.

TITO: Para qué. Si ellos ven igual.

ROSA: No, ella dice para que no se paren más ahí.

TITO: Ahh!

ROSA: Es contra la columna, no, sí, siempre hay parejas ahí. Claro desde aquí se ve lo más bien

TITO: Mirá, se asomó la gorda. Se acabó el espectáculo.

ROSA: Quién es la gorda, la señora de la P.B. A.

HUGO: Y quién va ser.

ROSA: De veras. Hay que ver esa mujer... Cada día está más gorda. Yo no sé por qué no se cuida.

TITO: Debe ser glandular.

ROSA: Sí, no es cierto. Dicen que hay mucha gente que aunque no coma igual engorda. Por las

glándulas.

HUGO: A lo mejor si se moviera un poco adelgazaría. Se la pasa todo el santo día ahí, sentada

detrás de la persiana, espiando lo que pasa afuera. Cómo no va a engordar.

ROSA: Y sin embargo... lo que son las cosas: el marido es joven; y bastante buen mozo, no es

cierto.

LITA: Más o menos.

ROSA: Quiero decir para ella.

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LITA: Eso sí.

HUGO: Que macana me quede sin cigarrillos. Vos no tenés.

TITO: No sabés que dejé de fumar?.

HUGO: Las ideas que se te ocurren, a vos, también. Vamos, acompañame a comprar, entonces.

TITO: Qué querés. Tenía una tos todas las mañanas!

HUGO: Vamos.

LITA: Qué? Van a salir?

HUGO: Hasta el quiosco a comprar cigarrillos. Querés que te traiga un helado?

LITA: No, che. Que engorda.

ESCENA IV LITA - ROSA

ROSA: Así que usted tampoco quiere engordar?

LITA: No, que esperanza. El mes pasado aumenté dos kilos. Tengo que cuidarme.

ROSA: Pero a usted no le queda mal. Al contrario.

LITA: No, por favor. Apenas tengo unos kilitos de más yo ya me siento incómoda.

ROSA: Qué tengo que decir yo, entonces.

LITA: Usted no es gorda.

ROSA: Si hubiera visto cómo era cuando me casé. Una figurita.

LITA: Todos engordamos un poco al casarnos.

ROSA: Y después cuando lo tuve a Eduardito. Ahí fue peor. Nunca más pude rebajar los kilos que

aumenté. Y la cintura.

LITA: Qué tiene su cintura? Si está lo más bien...

ROSA: Por favor, fíjese en la suya. Ni comparación. Pero espere que tenga chicos y va a ver.

Todavía no piensa, no?

LITA: No. Todavía no.

ROSA: Hace bien. Todavía es joven. Goce bien de la vida, primero. No haga como yo que a los

veinte años… Tiene tiempo para tener hijos.

LITA: Pensamos… el año que viene.

ROSA: Ah, si?

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LITA: Por el escalafón de Hugo.

ROSA: Ah, claro. Aunque si puede esperar otro añito más… Porque una los tiene; pero después

crecen y en la casa están para comer y dormir, nada más. Y yo con Felipe no puedo contar,

por el trabajo de noche. En cualquier imprenta podría trabajar de día, si quisiera, pero

ganando mucho menos. Y no es lo mismo que el diario. Es otra categoría.

LITA: Bueno, pero… de cualquier modo… no es tan grave; igual se ven.

ROSA: Si, de día

LITA: Y no es lo mismo? Digo yo. Supongo que una con el tiempo se acostumbra.

ROSA: No, lo mismo no es.

LITA: Ah, no.

ROSA: Bueno, Mejor me voy. Felipe debe haber terminado de cenar. Tengo que hacerle el boldo.

LITA: Cómo? Y usted no cena con el?

ROSA: No, yo no ceno. Y cuando él cena yo trato de no estar, porque empiezo a picar un poco

aquí, un poco allá… y adiós régimen.

LITA: Ah, claro.

ROSA: Bueno, ya la molesté bastante; así que me voy.

LITA: Señora, por favor, cómo dice eso!

ROSA: Bueno, entonces no me llame señora. Yo me llamo Rosa.

LITA: Yo me llamo Isabel.

ROSA: Si alguna noche su marido sale… y si tiene ganas… llámeme. Podríamos conversar. Es una

vergüenza, no?, que vivamos al lado y que apenas nos conozcamos.

LITA: De veras.

ROSA: Y también podríamos reunirnos todos, alguna noche. Un lunes, por ejemplo que es el día

franco de Felipe. Digo yo. Si ustedes tienen ganas.

LITA: Si, como no. Me parece buena idea. Cuando venga Hugo se lo voy a decir.

ROSA: Bueno… Yo siempre le di mucha importancia a… en fin… a eso de las relaciones sexuales.

No sé si usted piensa como yo.

LITA: Bueno… sí.

ROSA: Yo pienso que es fundamental. Cuando un hombre y una mujer no se llevan bien ahí… no

le parece?

LITA: Sí, claro.

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ROSA: Y yo siempre traté… Bueno; no es que le quiera dar consejos, ahora. Pero a los hombres no

hay que darles oportunidad para que vayan por ahí, usted sabe. Por eso yo siempre traté de

tenerlo contento. No sé si soy clara.

LITA: Si, como no va a ser clara.

ROSA: pero no sé; después… poco a poco… El tiempo pasa, no han nada que hacer./

LITA: Quiere decir que ahora…

ROSA: Bueno, del todo no, pero… No es que una pretenda que sea como el primer día, pero

igual… Por ejemplo, ustedes, ahora… Cuántas veces… cómo podríamos decir… Cada

cuánto tiempo usted y su marido…

LITA: Ah. y… depende

ROSA: Más o menos.

LITA: Bueno… Digamos dos o tres veces por semana.

ROSA: Y siempre fue así?

LITA: Cómo.

ROSA: De recién casados también?

LITA: Ah, bueno… No. De recién casados más. Por lo menos día por medio.

ROSA: Ha visto! No hay nada que hacer; poco a poco… Es lo que nos pasó a nosotros. Al

principio todos los días; y más también, porque Felipe era uno antes! … Pero ahora… Ya

no pido que sea como al principio; además éramos más jóvenes; pero… Estoy preocupada,

sabe? Eso es lo peor que le puede pasar a un matrimonio.

LITA: Bueno. A lo mejor es pasajero.

ROSA: No, no, no. No es pasajero. Esto viene de lejos. Hace años ya. Al principio, cuando él

empezó a cambiar, yo también pensé que era pasajero. Creí que era por el nene; usted sabe,

cuando una está así… Pero después el chico nació, y empezó a crecer… Y Felipe siguió

igual; o peor.

LITA: Ah, sí.

ROSA: Uff. Tantas cosas pensé. Pensé que podría ser el horario, también. Aunque una no lo crea la

noche es la noche. Después pensé que era su enfermedad; porque él tiene úlcera, sabe?

Pero la verdad es que no es nada de eso. Qué se yo; no sé qué es. Los años, a lo mejor.

Perdóneme que le hable de esto, pero… Para mí es importante, sabe? Y por eso yo quería

saber…

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LITA: Por favor. Si los vecinos no estamos para eso, para que estamos.

ROSA: Es que hasta hoy habíamos hablado tan poco, nosotras, que…

LITA: Pero podemos empezar a hablar, no le parece? Usted dijo, hace un rato, que deberíamos

vernos más a menudo, no es así?

ROSA: Sí.

LITA: Bueno, y entonces?

ROSA: Hay tan poca gente con la que uno puede conversar.

LITA: Ya lo creo.

ROSA: Gracias.

LITA: Ya están de vuelta.

ROSA: Uy. Cómo hago. No quiero que me vean así.

LITA: Métase en el baño y arréglese ahí. Venga.

ESCENA V LITA – HUGO – TITO - ROSA

TITO: Vio que la gorda está otra vez de vigía.

HUGO: ¿Se fue la vecina? Yo pensé que...

LITA: Gestos.

TITO: Sí, parece que se está poniendo de moda esa columna.

HUGO: Cuando vuelva el del perro... La que se va a armar.

LITA: ¿Qué hacen?

TITO: El tipo la metió ahí casi a los empujones. Machito.

LITA: Pobre mujer.

TITO: Es una flaca. No sé qué le habrá visto el tipo. No tiene ni de dónde agarrarse.

LITA: ¡Tito!

HUGO: Y él qué. Es un cabecita negra.

TITO: Ella también. Los dos son cabecitas.

LITA: ¿Y eso qué tiene que ver? ¿ No son seres humanos, acaso?

TITO: Claro. Quién dice algo.

HUGO: ¿Pero no te pareció que era medio rubia, ella?

TITO: Teñida

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HUGO: Ah. Eso sí puede ser.

TITO: ¿Y quién no se tiñe ahora?

LITA: Algunas no nos teñimos.

TITO: Ya sé que usted no se tiñe. Yo no hablo de usted. Si fuera por mí prohibiría que las mujeres

se tiñeran.

LITA: No le digo eso. Al lado hay una que se tiñe y a Hugo le gusta.

HUGO: Vamos, Lita.

TITO: ¿Ah, sí? ¿Quién es?

LITA: La del departamento de al lado. No me diga que no la conoce.

TITO: No. Nunca la vi.

HUGO: No ves y es una rubia que no vale nada.

LITA: Claro. Por eso la saludas como la saludas.

HUGO: Y qué querés. ¿Qué sea un maleducado? (Llantos entrecortados)

HUGO: ¡Le está pegando el tipo!

LITA: A ver.

HUGO: Ya no le pega más. Le daba cada una recién.

LITA: Que cretino. (Gritos)

TITO: Sí. Pobre tipa.

ROSA: Qué. ¿Empezaron otra vez?

LITA: Sí es una vergüenza.

TITO: Ahora la largó. Cling. Terminó el primer round.

LITA: Yo no sé como puede hacer chistes con eso. (Llantos)

HUGO: Ahí está otra vez.

ROSA: ¿Se puede ver?

HUGO: Sí. Vea nomás.

ROSA: Qué barbaridad. ¿Qué hace? ¿Le pega?

HUGO: No ahora no. La tiene de los brazos.

ROSA: Yo no puedo mirar. Cuándo la gente sufre siento una cosa aquí, que... Voy a decirle a

Felipe que venga, ¿No es cierto? Digo yo. Si ustedes no... En fin... Porque si le cuento

después es capaz que...

LITA: Sí, si vaya, vaya. No faltaba más. Encantados.

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LOS PROJIMOS

ROSA: Bueno gracias. Porque si le cuento después...

HUGO: Encantados?

LITA: Encantados, ¿Por qué? Pobre.

HUGO: Pobre!

LITA: ¿No pretenderás que la eche?

HUGO: No. Qué voy a pretender. Menos mal ya se tranquilizaron de nuevo.

LITA: Y no se va el calor.

HUGO: Qué se va ir. Nos espera una noche.

LITA: No te enojaste por eso, ¿No?

HUGO: ¿Por qué?

LITA: Por lo de los vecinos.

HUGO: No.

LITA: ¿Nos vamos a acostar temprano?

HUGO: Y... Ahora con estos... ¿Se quedarán mucho?

TIMBRE

HUGO: Andá, atendé que son tus invitados

LITA: Pero los convido con café, eh. Adelante, pasen!

ESCENA VI LITA – HUGO – TITO – ROSA - FELIPE

ROSA: Permiso. ¿Ustedes se conocen?

HUGO: Sí. Como no. Cómo le va.

FELIPE: Qué tal.

HUGO: (Señalando a Tito): Un amigo.

FELIPE: Mucho gusto.

TITO: Mayor gusto.

ROSA: Vení.vení; mirá, acercate

FELIPE: Permiso.

HUGO: Vaya, vaya.

FELIPE: No se ve nada.

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LOS PROJIMOS

HUGO: Allá, ¿No ve? Bien en lo oscuro. Justo antes de la columna.

FELIPE: ¡ Ah, sí! Allá están. De espaldas contra la pared. Claro. Pero están quietos los dos.

HUGO: Sí, ahora sí.

ROSA: Pero tenías que oír hace un rato. Cómo lloraba. ¿No es cierto que era impresionante cómo

lloraba?

HUGO: Sí.

LITA: Claro que era impresionante.

HUGO: Las mujeres siempre que lloran son impresionantes.

FELIPE: Ahí tiene razón.

LITA: Perdón. ¿No se tomarían un cafecito?

FELIPE: No; yo no, gracias. No tomo café.

ROSA: Por la úlcera, ¿sabe?

LITA: ¡Ah, claro!

ROSA: Ahora cuando volvamos a casa yo le preparo un boldo. Eso siempre le cae bien después de

cenar.

LITA: Boldo no tengo. Si quiere tilo.

ROSA: No, el que le hace bien es el boldo. Gracias igual.

LITA: ¿Y usted no quiere?

ROSA: Bueno. Voy a tomar uno sin azúcar. Pero yo le ayudo. ¿Podes esperar un ratito el boldo,

viejo?

FELIPE: Claro.

LITA: Venga, venga.

ESCENA VII (DE LOS TRES HOMBRES) HUGO – TITO - FELIPE

FELIPE: Piensa que si no tomo el boldo enseguida de comer me muero. (Tito y Hugo se miran)

HUGO: Y, cómo va esa úlcera?

TITO: Usted se tiene que tranquilizar, mi amigo porque no anda nada bien ; Si usted se pone muy

nervioso... Dios no lo quiera...

HUGO: No nos va a hacer pasar un mal momento.

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LOS PROJIMOS

FELIPE: Quédese tranquilo, esto es algo menor.

TITO: Es menor hasta que se hace mayor...

HUGO: Usted debe comer todo deglutido.

FELIPE: No... un poco más suave la comida nomás. Pero hay que seguir el regimen a muerte. (Tito

y Hugo se miran)

HUGO: ¿Tiene tomados los pulmones?

FELIPE: Muy poco.

TITO: Qué fragilidad el cuerpo humano, No?

HUGO: Qué maquinaria! (Felipe se duerme) Se murió. Felipe!

FELIPE: (despierta) Después de comer me da somnolencia.

TITO: Le falta el aire?

FELIPE: El médico me dijo que tenía que hacer respiración abdominal.

HUGO: No le habrá dicho artificial?

TITO: Cómo lo deben estar explotando los médicos, no?

HUGO: Le estarán sacando un dineral...

TITO: Por qué no renuncia, amigo.

HUGO: Le puedo hacer una pregunta de amigo? Tiene sentido vivir así?

FELIPE: Qué quiere decir con eso? Yo lo disfruto ; cada uno con su desgracia.

TITO: Sabe que pasa, usted no puede arruinarle la vida a todo el mundo.

HUGO: No, Tito, tiene razón; él no se tiene que preocupar por nada.

FELIPE: Ojo que hay presonas qie se ven muy saludables y de un momento para el otro...

HUGO: Es preferible antes que ir muriendose de a poco como es su caso.

TITO: Usted es creyente?

FELIPE: Soy muy creyente.

TITO: (a Hugo) Ves? No hay ser humano que cerca de la muerte, no crea en algo.

FELIPE: La vida de Dios es algo de lo que uno no puede estar afuera.

HUGO: Usted tiene que aferrarse a lo terrenal lo más que pueda.

TITO: Aférrese a un hospital.

FELIPE: Estoy asociado.

TITO: El dinero para usted ya no tiene valor.

HUGO: Juega con su hijo, Felipe?

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Page 17: Los Prójimos texto

LOS PROJIMOS

TITO: Lo importante es que le deje un buen recuerdo.

HUGO: Sabe que nos está dando una gran lección? Acá como lo ves , Tito, este hombre es

linotipista.

TITO: Un gran ejemplo.

ESCENA VIII HUGO – TITO – FELIPE – ROSA - LITA

(Gritos en el balcón Tito y Hugo se acercan)

HUGO: Después de lo que acabamos de ver nada me causa impresión.

FELIPE: Se puede ver?

HUGO: Si venga, venga. (Felipe se acomoda, huele mal, los dos se corren)

FELIPE: No se ve nada!

ROSA: Cafecito!

HUGO: Gracias

ROSA: ¿Qué están otra vez?

HUGO: Si, ya es el cuento de la buena pipa

FELIPE: No se ve bien está muy oscuro

ROSA: De veras. Antes se veía de bien. Que lástima.

HUGO: Se corrieron

LITA: Así que están de nuevo. Aquí tiene su café. Se le va a enfriar.

ROSA: Ah, gracias.

LITA: Y nadie hace nada para echarlos de ahí.

HUGO: El del perro seguro que está espiando.

LITA: Y los del Citroen también. Todos miran pero nadie hace nada.

ROSA: Ya no tienen más el Citroen. Ahora tienen un Peugeot

LITA: Ah si? Desde cuando?

ROSA: Desde la semana pasada. Uno cremita. No lo vio?

LITA: No, mira vos. Cómo progresa la gente no?

TITO: Ahora está todo el mundo espiando. Mira los balcones.

HUGO: Mira hasta los viejitos están espiando. Mira.

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Page 18: Los Prójimos texto

LOS PROJIMOS

LITA: Quienes, los jubilados?

HUGO: Si.

LITA: Y, pobres. No salen a ninguna parte.

COMEN EN SILENCIO: GRITOS

ROSA: Yo no puedo mirar.

LITA: Hay que ser bruto.

ROSA: De veras.

TITO: La va a matar si sigue así.

LITA: Y nadie dice nada?

TITO: Parece que no.

ROSA: Que horror pobre mujer.

FELIPE: Salí. No mires más.

ROSA: Si. De veras, no puedo mirar.

HUGO: Está loco ese tipo.

LITA: Hugo, no miremos más por favor.

FELIPE: Bueno, vamos a tomar el boldo, vieja?

ROSA: Si querido, como no, vamos.

FELIPE: Otro día la seguimos. Si le parece

TITO: Bueno.

TIMBRE:

ESCENA IX LITA - HUGO – TITO – ROSA – FELIPE - VECINA

LITA: Quien será? Quién es?

VECINA: La vecina de al lado.

LITA: Buenas noches.

VECINA: Buenas noches. Perdonen, pero… ustedes estan viendo, también, no es cierto?

TODOS: No.

LITA: Viendo qué?

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Page 19: Los Prójimos texto

LOS PROJIMOS

VECINA: La pareja esa, ahí abajo

LITA: Ah, sí. Algo vimos, sí.

VECINA: Es horrible, no es cierto? Yo estaba por acostarme, pero… como para descansar. así.

LITA: Y lo peor es que no se puede hacer nada.

VECINA: Si, claro.

HUGO: Pase, señorita, pase.

VECINA: Gracias. Es tremendo, no es cierto? Pensar que eso puede pasar entre seres humanos.

HUGO: Si. Es tremendo, sí.

VECINA: Una no sabe qué hacer.

TITO: Y qué se puede hacer.

VECINA: Porque… avisar por teléfono a alguien… a la policía por ejemplo… No sé si una tiene

derecho. Después de todo…

HUGO: No sé si convendría. En casos así…

TITO: Qué va a convenir. Uno no los conoce y al final el que sale perjudicado es uno.

FELIPE: Bueno… Vamos vieja?

ROSA: Sí, vamos. Bueno, entonces…

FELIPE: Buenas noches, eh?

HUGO: Buenas noches.

TITO: Buenas.

LITA: Y no se pierdan, ahora que conocen el camino.

ROSA: No, qué esperanza. Usted después me cuenta, no?

LITA: Si, claro.

ROSA: Bueno, hasta luego. Después vuelvo.

LITA: Hasta luego.

VECINA: Entonces… no se puede hacer nada, no es cierto?

TITO: Y qué se puede hacer.

VECINA: Dios mío.

LITA: Además, fue ella quien se lo buscó, así que…

VECINA: Bueno; pero esa no es una razón.

HUGO: Claro que no es una razón.

LITA: Ah, no? Y entonces por qué no bajás a defenderla?

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Page 20: Los Prójimos texto

LOS PROJIMOS

HUGO: Aquí no es cuestión de defender o no defender a alguien; sino de no meterse en donde a

uno no lo llamaron.

TITO: Claro, la vida de los demás es la vida de los demás.

VECINA: Si, pero… de cualquier modo… esa pobre mujer… A ustedes les parece que?…

TITO: Ya le dije. Al final el que sale perjudicado es el que se mete

HUGO: Es triste pero es así.

TITO: Además… no van a estar ahí toda la noche. En una de esas se van.

HUGO: Más que seguro.

VECINA: Bueno… Ustedes me tranquilizan.

HUGO: Claro que sí. No se preocupe. Descanse tranquila, nomás.

VECINA: Si. Voy a tratar.

TITO: Y qué se puede hacer.

VECINA: Claro. Bueno. gracias. Y perdonen.

HUGO: Qué es lo que tenemos que perdonar. Por favor!

VECINA: Y… los nervios, sabe?

HUGO: Bah! Nervios, nervios! Todos tenemos nervios!

TITO: Si. Están de moda.

VECINA: Bueno. Buenas noches, señora.

HUGO: Buenas Noches

TITO Buenas Noches.

LITA: Buenas.

HUGO: Pobre, eh? Cómo está

LITA: Claro, por eso vos le das la razón a ella en contra mía, no?

HUGO: Vamos Lita, quién le da la razón!

LITA: Vos! O me vas a negar, ahora, que recién le diste la razón?

HUGO: Yo no te niego nada! Lo que yo te…!

(VOZ DE MUJER)

LITA: Cerrá ese balcón de una vez, por favor! Ya no soporto más a esa mujer!

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Page 21: Los Prójimos texto

LOS PROJIMOS

ESCENA X LITA – HUGO - TITO

TITO:: Está bastante buena la de al lado, la rubia.

HUGO: Shhht

TITO: Así que entonces vos?

LITA: Pasa algo?

TITO: Calor.

LITA: Hola. Mamá? Sí. Rulito habla. rulitoo! Ya no me conocés la voz?

HUGO: (a TITO, con una sonrisa)¡Rulito!

LITA: (apenas lo mira de reojo y sigue): ¿Quién creías que era? Ah. Ahhh.

HUGO: (a TITO): suerte que conseguí que nos mudáramos lejos, que si no... (señala a Lita) esto era

"en vivo".

LITA: (a Hugo) ¡Callate, querés! (Rápido al teléfono.) No, a vos no. A Hugo, que está haciendo

chistes.

HUGO: Otro que chistes.

LITA: (bajo tapando el tubo): Te vas a callar? (Al telefono.) Sí, sí te òigo. No, qué voy a dormir.

Con lo que está pasando aquí. Aquí abajo, en la puerta, a la entrada del pasaje. Una pareja..

Hace como média hora que están ahí; y el hombre parece que le está pegando, o algo así.

Sí, hace como media hora; es increíble. Si nò lo estuviera viendò no lo crecría. Llora, qué

va a hacer. ¿Y como se va á defender? Además es una esmirriadita, pobre. Sí, claro; pero

cómo se va a defender. (Escucha.) Ajá..: ajá... Pero qué es un aerosol? Ah, en Estados

Unidos…

HUGO: (a TITO) Mirá. Ya le está dando consejos: "Cómo defenderse en la oscuridad."

LITA: (Molesta): Esperá; mamá. Voy a cambiar de enchufe. ¿Cortá que te llamo de nuevo? Sí; sí,

en seguida. (Corta, desenchufa. Violentamente, a Hugo.) ¿Cuando hablás vos no querés

que te moleste, no?

HUGO: (Se acerca. Cariñoso): Bueno... no se me enoje, ahora.

LITA: Idiota. (Va hacia el dormitorio con el teléfono.)

HUGO: (la retiene, abrazándola): ¡Venga, venga! no ve que son celos que tengo de su mamá?

(Intenta darle un beso.)

LITA: (forcejeando): ;Soltame, querés! Que mamá está esperando.

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Page 22: Los Prójimos texto

LOS PROJIMOS

HUGO: Venga... deme un besito, primero.

LITA: Soltame, te digo. ; no tengo Ganas de besitos, ahora!

(Comienzan un forcejeo que termina en una lucha sexual bajo la mesa. TITO es testigo de esto y de los

gritos deseperados de la mujer de abajo.)

ESCENA XI . LITA – HUGO – TITO – ROSA - FEIPE

ROSA: ¿Molestamos?

LITA: No, al contrario adelante.

ROSA: Vio a esos dos, están ahí, en plena entrada, yo lo acompañaba a Felipe, siempre bajo a

despedirlo cuando se va a trabajar. Pero hoy con ese loco ahí.

TITO: Qué, tiene miedo que les haga algo.

ROSA: No, miedo no. Pero capaz que le dice algo, y yo lo conozco a este, que por cualquier cosa

se pone hecho una furia.

FELIPE: ¡Rosa!

LITA: Su mujer tiene razón, para que se van a arriesgar. Quédense aquí, desde aquí pueden ver lo

más bien.

FELIPE: Bueno, si total todavía tiempo tengo.

HUGO: Ahora se está moviendo.

ROSA: ¿Quién?

HUGO: La mujer

ROSA: ¿Y él?

HUGO: El no

ROSA: ¿Contra la reja siempre?

HUGO: Sí

ROSA: Nosotros los vimos desde abajo; desde la escalera. Están en una posición más rara. El está

quieto... parece una estatua. Y la pobre como si estuviera aplastada contra la reja. ¡Me da

una impresión!

LITA: Y claro, lo que pasa es que hoy es una noche de nervios para todos. Con esa gente ahí.

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Page 23: Los Prójimos texto

LOS PROJIMOS

ROSA: Es lo que digo yo. Abría que tener el corazón de piedra para no preocuparse. No creo que

haya nadie en la casa que no este preocupado, o algo así. Cuando bajamos en la escalera

estaba la mamá de ese chico rubio... bueno del albino...

LITA: Ah sí.

ROSA: Sí, bueno vio que ella nunca se da con nadie, y que apenas saluda... como si tener un hijo

albino fuera algo malo, bueno en fin... allá ella... bueno, le decía estuvimos hablando, ahí

abajo, ella también está preocupada.

LITA: Claro que sí. No es para menos. Como usted dijo habría que tener el corazón de piedra

ROSA: Para no preocuparse.

Timbre

LITA: Y hasta la vecina de al lado, usted vio

ROSA: Sí, me extrañó. Yo no sabia que se trataba con ustedes.

LITA: No. Si nunca nos tratamos. Nos saludamos, eso sí. Para eso somos vecinos. Y lo cortés no

quita lo valiente. Pero de ahí a tener una relación...

ROSA: Yo pensé. Como apareció así, de repente, como si hubiera estado acostumbrada a

visitarlos...

LITA: No. Nunca había venido antes. Y la verdad... a mí también me extrañó que viniera.

HUGO: Y... está ahí al lado, sola...

LITA: No tan sola. Bien que recibe visitas.

HUGO: ¡Y eso que tiene que ver!

ROSA: ¿Ah, sí? ¿Recibe visitas? No me diga.

LITA: ¿Cómo? ¿Usted no sabe?

ROSA: Bueno... algo así, no sé a quién le oí decir. Pero no sabía que era cierto. Si una va a creer en todo

lo que le dicen.

LITA: Claro que es cierto. Lo hace con mucha discreción, pero recibe visitas.

HUGO: Todo el mundo recibe visitas, eso no es un pecado. Además si vive sola...

LITA: Ya sabés a que visitas me refiero. Y no sé porque la defendés tanto.

HUGO: ¿Yo la defiendo? (A Tito) Mirá las cosas que dice: que yo la defiendo. Je. Qué te parece

TITO: Je.

ROSA: ¿Pero que clases de visitas son? Ya me despertaron la curiosidad.

LITA: Y... usted se imagina.

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Page 24: Los Prójimos texto

LOS PROJIMOS

ROSA: Sí, claro. Pero... ¿Son varios?

LITA: No, es uno solo. Pero eso no cambia nada. Viene todos los lunes, miércoles, y viernes, a la

tardecita; y a la hora de cenar se va. Debe ser casado, ¿sabe?

ROSA: Claro. Si viene a esa hora... ¿Y es buen mozo?

LITA: No, qué va ser. Es un tipo insignificante. Pero usted sabe: tendrá plata.

ROSA: ¡Puaj! Yo no entiendo a esas mujeres que por plata... ¿no es cierto, viejo?

TITO: ¿Y por qué tiene que ser por plata? A lo mejor es por amor.

LITA: Vamos, Tito, por favor. No se haga el inocente. Ahora.

TITO: Yo no me hago el inocente. Pero tampoco se puede pensar siempre lo peor. A lo mejor el tipo le

gusta. ¿Por qué no?

LITA: ese hombre es casado. Y seguro que tiene hijos.

TITO: ¡Eh, usted ya está escribiendo una novela! ¿Quién le dijo que es casado, y que tiene hijos?

LITA: No me diga que usted también se va a poner a defenderla, ahora. ¿No?

HUGO: Aquí nadie defiende a nadie, Lita. ¿De dónde sacás eso?

ROSA: Es que hay cosas que no se pueden defender de ningún modo. Por lo menos es lo que me parece a

mí. Nosotros somos muy católicos, que quier que le diga. ¿No es cierto, viejo?

TITO: ¿Y qué tiene que ver el catolicismo, aquí?

ROSA: ¿Cómo qué tiene que ver. ¿Y la moral?

LITA: Eso. La moral.

HUGO: Uyyyyyy. Se armó. Por favor, hablemos de otra cosa, mejor.

LITA: Vos callate ateo.

ROSA: Qué. ¿Es ateo?

LITA: No. Yo le digo, nomás.

HUGO: Todo porque no le dejé poner aquí el retrato de la primera comunión.

ROSA: ¿Y por qué no se lo dejo poner?

HUGO: Porque no se parece en nada. Tenia unos mofletes que Dios me libre.

LITA: Y con ocho años que querés.

ROSA: Pobre. Debe estar encantadora en esa foto. ¿No es cierto?

LITA: No sé. Según él parece que no.

HUGO: Y qué. Shirley Temple no eras ¿no?

LITA: Pero era mucho más linda que vos, seguramente, que tenias la cara llena de granos.

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Page 25: Los Prójimos texto

LOS PROJIMOS

ROSA: ¿Por qué no me muestra esa foto? ¿No la tiene a mano?

LITA: Sí. Está aquí en el dormitorio. Venga, pase; para que vea que no era tan espantosa, cómo dicen.

ROSA: ¿No querés ver viejo?

FELIPE: No, no. Andá nomás.

ESCENA XII HUGO – TITO - FELIPE

HUGO: ¡Estas mujeres!

FELIPE: (muy lentamente) : Y... qué le va a hacer. (Se acerca al balcón a espiar)

TITO: No la tragan a la rubia, eh.

HUGO: Claro. Miedo a la competencia. (mira a Felipe, que está en el balcón) ¿Y? ¿Siguen ahí?.

FELIPE: Sí. (mira su reloj) Pero yo me voy a tener que ir igual.

TITO: Entonces tiene miedo.

FELIPE: Miedo de que

TITO: De pasar por ahí, como tampoco quiso quedarse en la puerta con su mujer.

FELIPE: La que no quiso fue ella, no yo. Ella quería venir a palpitársela desde aquí. ¿O no se dio cuenta?

HUGO: (A Tito) Je, conoces poco a las mujeres, vos, eh.

TITO: Y vos las conoces mucho.

HUGO: Viejito. Lo único que hizo el amigo aquí, fue no llevarle la contraria. ¿No es cierto?

FELIPE: Claro.

TITO: Bueno. Pero tampoco conviene seguirles siempre la corriente. Hasta cierto punto si, si no puede ser

peligroso.

FELIPE: Sí claro.

TITO: Como ese asunto de la moral... Es un arma de doble filo.

FELIPE: Bueno ahí sí que yo también.

TITO: Qué. No me va a decir que usted piensa igual que ellas.

FELIPE: Yo no digo que piense igual. Pero esta mujer de al lado...

TITO: Un momentito. Ahora su señora no está; no tiene qué mandarse la parte con nosotros.

FELIPE: Yo no me mando la parte. Yo lo único que digo es que esa mujer de al lado...

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Page 26: Los Prójimos texto

LOS PROJIMOS

TITO: ¡ Vamos! ¡No me diga que a usted no le gustaría, también, como a cualquiera...! ¿eh? Si fuera un

loro todavía. No se lo iba a contar a su señora... pero aprovechar lo iba a aprovechar. (A Hugo) ¿Eh?

HUGO: Je.

FELIPE: Bueno... son puntos de vista.

TITO: Qué. ¿Me va a decir que no está bastante bien

FELIPE: Sí está bastante bien. Quién está hablando de eso.

TITO: Ah. Menos mal. Me estaba asustando ya.

FELIPE: De lo que estabamos hablando era de esa mujer, no de mi. Y esa mujer aquí en la casa...

TITO: Qué mal le hace.

FELIPE: A usted no, porque no vive acá.

TITO: Hugo vive acá.

FELIPE: Bueno... será porque él no tiene hijos. Pero yo tengo uno de quince. Y eso no es un ejemplo para

ningún pibe, que yo sepa.

TITO: Y qué. Sí hablamos de ejemplos es un lindo ejemplo.

FELIPE: No. Yo no digo que hay que echarla. Pero si se habla de moral... se habla de moral.

TITO: Bueno, acábela de una vez con eso de la moral. Con todo lo que uno ve.

HUGO: ¡Vamos Tito!

FELIPE: (a Hugo): Perdóneme, pero... me tengo que ir. Mi señora...

HUGO: No, por favor. No le haga caso a Tito. Es jorobón, nada más; no lo tome en serio.

TITO: ¡No lo tome en serio!

HUGO: ¡Y bueno, viejo; controlate, entonces! ¡Qué querés!

FELIPE: ¡Rosa!

HUGO: Por favor, no se vaya. No es para tomarlo así.

FELIPE: No, si... es que se hizo tarde, ya.

ESCENA XIII HUGO – TITO – FELIPE – ROSA - LITA

ROSA: Viejo, mira que nena más hermosa era la sra. Isabel

FELIPE: Sí, de veras.

ROSA: Qué fina es, no es cierto? Y que linda ropita...

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Page 27: Los Prójimos texto

LOS PROJIMOS

LITA: Si, mamá me cuidaba mucho

(Voz de mujer)

LITA: No vayas! Qué no te vean!

HUGO: Pero por qué!...

LITA: Por las dudas

(Voz de mujer)

ROSA: Me mata, dice, no?

LITA: Si... es un modo de decir...

ROSA: Pero qué horror, no es cierto? Cómo pue...

(Voz de mujer)

(Voz de hombre: Deje en paz a esa mujer de una buena vez o llamo a la policía!)

LITA: Quién fue?

HUGO: El del perro, seguro. Tiene el balcón entornado. Seguro que fue él.

ROSA: A lo mejor la deja tranquila ahora, no le parece?

(Voz de mujer)

LITA: No. Sigue igual. Qué espanto!

ROSA: Ahora no te vas a ir no? Ahora espera.

(Música clásica)

HUGO: Viste? Era el del perro. Puso música ahora...

LITA: Hizo bien. Así no se la oye tanto. Es tremendo.

ROSA: Y qué cosa eh? Los echó y ellos siguen ahí lo más campantes.

HUGO: Mira como espían los del Citroen.

ROSA: Los del Peugeot dirá. Ahora tienen un Peugeot.

FELIPE: Bueno Rosa...

ROSA: Espera querés!

HUGO: El que abrió fue el de la aduana.

ROSA: Desde que tienen ese aire acondicionado no se los ve nunca...

TITO: Eso sí es inmoralidad.

HUGO: Qué, no pueden tener un aire acondicionado?

TITO: No ves que trabaja en la aduana, preguntale cómo lo compró. Eso sí es inmoralidad.

FELIPE: Eh! Habrá algunos que trabajan en la aduana y no tendrán rebusques.

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Page 28: Los Prójimos texto

LOS PROJIMOS

TITO: Si, los ratones.

HUGO: Vamos, Tito. Todos los que trabajan en la aduana son pistoleros, ahora?

TITO: Todos son pistoleros, los que trabajan en la aduana y los que no trabajan en la aduana.

FELIPE: De acuerdo a su moral...

TITO: Qué tiene mi moral?

FELIPE: Que a lo mejor no es como la de los demás.

TITO: La moral es una sola, señor mío! No me venga ahora con que cada uno tiene su propia moral. O se

cree que la moral es un cepillo de dientes?

FELIPE: No sé. No hago como muchos que hablan sin saber de qué hablan.

TITO: Qué quiere decir con eso? Que yo no sé de lo que hablo?

FELIPE: Hace rato que no quiero decir nada y usted me hace hablar. No se queje si no le gusta lo que le

digo.

ROSA: No te pongas nervioso Felipe que después...

TITO: Ustedes lo que están buscando es que la moral se las inculquen a radiotransistores. Eso es lo que

están buscando, que los gobiernen a radiotransistores! Eso, a radiotransistores!

HUGO: Bueno, Tito, acabala....

ROSA: Y vas a dejar que te diga todo eso?...

FELIPE: Y qué querés, si no deja hablar a nadie...

TITO: Eso! que los gobiernen a radiotransistores! Eso es lo que están buscando! A radiotransistores! Eso!

A radiotransistores!

ROSA: Le parece bonito aprovecharse de un hombre que tiene úlcera? Le parece bonito?

(Voz de mujer)

LITA: No Hugo! No vayas! Esperá!

HUGO: No está más el tipo. Ella está sola en el suelo. No se mueve, está como si... Mirá vos...

TITO: De veras, el tipo no está.

LITA: Pero, y ella?

TITO: En el suelo. No se mueve. Desmayada.

ROSA: Qué habrá pasado?

HUGO: Y, vaya a saber...

LITA: No mires más!

HUGO: Habría que hacer algo, no?

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Page 29: Los Prójimos texto

LOS PROJIMOS

TITO: Y, qué se puede hacer?

ROSA: Bueno nosotros...

FELIPE: Si, ya es hora de... (TIMBRE)

ESCENA XIV HUGO – TITO – FELIPE – ROSA – LITA - VECINA

VECINA: Disculpen, pero... Uds. Vieron, no?

HUGO: No. Nosotros...

VECINA: Pero uds. ... ¡De veras que no vieron cómo..?

LITA: No, nosotros oímos un grito, nada más.

VECINA: Esa pobre mujer... Yo ví todo. Estaba ahí, sola, mirando y ... fue terrible. Como si...

LITA: Si, parece que se desmayó, pero ahora el hombre se fue. Así que ya no va a sufrir más.

ROSA: Claro. Ahora va a estar tranquila.

VECINA: Pero no se mueve... yo no sé si....

LITA: Y bueno, porque está desmayada.

ROSA: Claro.

VECINA: No sé. El hombre le pegó de un modo... Fue tan raro... estaba quieto, ahí, un rato largo. Y de

repente... primero le dio un golpe que... fue cuando ella gritó. Y después, en seguida, se acercó a ella y...

apenas dio tiempo para ver, de repente salió corriendo ¿ por qué salió corriendo, así, si no le hizo nada? Y

vió cómo está la mujer, tirada, como si...? Oh!!! Fue terrible. La culpa es mía por ponerme a mirar.

Perdónenme. Es que...

HUGO: No se ponga así... quiere tomar algo? Ahí hay cognac, no, Lita?

LITA: Sí, siéntese.

VECINA: No, deje. No se moleste.

LITA: No, si no es molestia. Siéntese.

VECINA: Bueno, gracias.

HUGO: Un cognac le va a hacer bien.

VECINA: Disculpen, me cayó tan mal ver esto, no habría querido molestarlos, pero...

HUGO: No, si no es molestia.

LITA: Tome, esto le va a hacer bien.

VECINA: Disculpen. Yo no quería molestar, simplemente vine porque...

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Page 30: Los Prójimos texto

LOS PROJIMOS

LITA: Por favor que va a molestar. Tome.

VECINA: Gracias. Es fuerte.

LITA: Y, es cognac.

VECINA: Como yo nunca tomo, sabe.

LITA: Ah, claro.

ROSA: Seguro.

HUGO: Y? Se levantó?

FELIPE: No, sigue igual.

HUGO: A ver...

LITA: Hugo!

HUGO: Ahora cerraron todos las persianas.

LITA: Viste, cerrá esta también, no vaya a ser que...

HUGO: Pero y que puede pasar.

LITA: Uno nunca sabe.

VECINA: Uds. creen que... no deberíamos... en fin, está sola, pobre.

TITO: Y ahora que se puede hacer, ya es tarde.

HUGO: Cómo ya es tarde?

TITO: Quiero decir que antes, cuando estaba el tipo todavía, pero ahora...

VECINA: Usted cree?

TITO: Claro.

VECINA: Qué horror, no me lo puedo quitar de la cabeza.

LITA: También...

ROSA: Perdóneme pero...

LITA: a quién se le ocurre...

ROSA: quedarse ahí mirando todo ese tiempo...

VECINA: No podía dejar de mirar, esa pobre muchacha... Y, está ahí todavía?

HUGO: Supongo que sí. Sí.

VECINA: Se puede ver?

HUGO: Acérquese.

VECINA: Está igual. Pobre mujer. Dios mío.

TITO: No te parece que a lo mejor conviene llamar a alguien?

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Page 31: Los Prójimos texto

LOS PROJIMOS

HUGO: A quién?

TITO: No se... al hospital o a la policía.

FELIPE: Yo tengo un amigo que es sargento de la 41, a lo mejor...

ROSA: claro, métanse en líos ustedes ahora.

TITO: No, yo digo un anónimo.

HUGO: Claro, un anónimo, se trata de avisar nada más.

FELIPE: Bueno, hablemos entonces.

LITA: Hugo, por favor no te metas en líos.

HUGO: Hablamos y colgamos, nada más. Bueno, dale, habla.

TITO: A dónde hablamos, al hospital o a la comisaría?

LITA: Y, ya que hablan, hablen al hospital, la policía no la va a curar.

TITO: Vos conocés el teléfono de algún hospital?

HUGO: No.

TITO: Dónde tenés la guía?

HUGO: No tenemos.

LITA: Siempre la van a traer, siempre la van a traer, pero nunca la traen, y ya reclamamos como veinte

veces.

ROSA: Reclame otra vez porque yo vi hace poco que la estaban repartiendo.

TITO: y entonces que hacemos?

FELIPE: Quieren que llame al diario y pregunte?

HUGO: No, a ver si se dan cuenta que fuimos nosotros los que llamamos.

VECINA: Yo tengo guía, quieren que la vaya a buscar?

TITO: A bueno, si no es molestia.

VECINA: Claro que no, enseguida la traigo.

LITA: Si ella tiene guía, no sé por qué no llamó directamente en vez de venir aquí y...

ROSA: Es lo que digo yo.

HUGO: Tenía miedo, pobre.

ROSA: Ustedes vieron, no? Mucho sentirse mal y morderse los labios y suspirar pero no se olvidó de

pintarse. Cuando vino hace un rato no estaba tan pintada.

FELIPE: A vos te habrá parecido que antes no estaba tan pintada. Pero a lo mejor no te fijaste bien.

ROSA: Perdé cuidado que yo me fijo bien en algunas mujeres. ¡Aunque a lo mejor no tan bien como vos!

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Page 32: Los Prójimos texto

LOS PROJIMOS

VECINA: Aquí está. Tome.

HUGO: Dónde busco? En hospitales?

TITO: Busca en asistencia pública mejor.

FELIPE: Mejor en el Fernández, que está más cerca, así vienen más rápido.

HUGO: ¿Pero ahí tienen ambulancias?

FELIPE: Yo creo que sí.

TITO: En todos lados tienen ambulancias.

HUGO: En todos lados no.

TITO: Te digo que sí

HUGO: Bueno, pero en algunos lados tendrán más que en otros.

TITO: eso sí.

FELIPE: Por eso yo digo llamar al Fernández. Porque está cerca. Siempre es más fácil.

HUGO: ¿Y a vos que te parece?

TITO: No sé. Yo...

ROSA: ¡Ahí vinieron!

LITA: Quienes?

ROSA: ¡La policia! ¿No ve?

LITA: Es cierto ahí están.

HUGO: Dejame, a ver.

LITA: ¿Y cómo pudo ser tan rápido?

ROSA: Alguien habrá avisado. Si no...

LITA: ¿Quién habrá avisado?

HUGO: Seguro que fue el del perro.

LITA: Bueno. Nosotros hicimos todo lo posible. Dios lo sabe.

TITO: No la tocaron para nada.

VECINA: ¿Quiere decir a la mujer?

TITO: Sí no la tocaron para nada. Esta en el suelo, en la misma posición. ¿Voy?

HUGO: ¿Adónde?

TITO: A ver. Tanto como para enterarnos. Total...

HUGO: Bueno. Andá. Oíme. Ojo, ¿eh?

TITO: Sí, claro.

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Page 33: Los Prójimos texto

LOS PROJIMOS

HUGO: Así nos enteramos de lo que paso.

VECINA: Ya sabemos lo que pasó

HUGO: Como?

VECINA: La mataron

LITA: Que?

ROSA: Por qué dice eso?

VECINA: Ese hombre la mató ahí delante de nosotros

LITA: Bueno, ese es un modo de ver, nosotros estabamos aquí y ellos allí

VECINA: Nosotros oíamos y veíamos.

LITA: Nosotros oímos solamente Una oye tantas cosas y no por eso tiene que meterse en todas

ROSA: Además, vaya a saber quién es esa mujer, si anda por ahí de noche contra las paredes

LITA: Muy decente no ha de ser

VECINA: Pobre…

HUGO: (Desde el balcón) Ahí está Tito

FELIPE: Mire, mire.

ROSA: Ahora no es cuestión de sentirse culpable

HUGO: Qué pasa?

FELIPE: Aquel oficial señala para acá

VECINA: Ya lo se, por supuesto que no. A lo mejor soy yo que. No se como explicarles… Es como si

fuera yo misma que…

HUGO: Para acá no, señala a todos los departamentos

FELIPE: Y por que será?

HUGO: Deben pensar que alguno de ellos vivía en la casa, o algo así

FELIPE: A lo mejor vienen a preguntar

HUGO: (A todos) Lo mejor es hacerse los zonzos. No se le ocurra a nadie decir lo que estaba

pasando.

LITA: Claro que no, si no lindo lío nos espera!

ROSA: Sí, porque nosotros…

VECINA: Nosotros qué?

LITA: Esto no es algo simple, es una responsabilidad.

ROSA: Eso es lo que quise decir

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Page 34: Los Prójimos texto

LOS PROJIMOS

FELIPE: Además, si se ganara algo todavía. Qué, no está de acuerdo?

VECINA: Perdonen, no debería haber venido aquí a molestarlos, pero fue tan grande la impresión

que… Porque esa muchacha pudo haber sido cualquiera de nosotras, sabe? Y yo…

ROSA: Ah, perdóneme, eh. Pero eso sí que no. No hagamos ese tipo de comparación. Yo creo

que entre la gente hay diferencias .

LITA: Por supuesto. La gente no es toda igual ; no confundamos.

VECINA: No... Lo que yo quise decir es que... No sé cómo explicar, pero yo...

HUGO: (a TITO) Y?...

TITO: Pobre.

FELIPE: Qué.

TITO: La mató el tipo, nomás.

FELIPE: La vió?

TITO: No, me contó el peluquero. Qué bárbaro. Vos sabés que la agarró del cuello y...

LITA: Quiere callarse, por favor, Tito? No tenemoos por qué enterarnos de cómo pasó todo!

VECINA: Yo sabía.

HUGO: Buenas noches. (sale la vecina)

ESCENA XV HUGO – TITO – FELIPE – ROSA - LITA

HUGO: Te contó algo el peluquero?

TITO: Sí, parece que alguien llamó a la comisaría. No se sabe quien.

HUGO: El del perro, seguro.

TITO: Sí. Perro igual fue tarde.

FELIPE: Hablando de hacerse tarde...

ROSA: Sí viejo. Vamos

(saliendo)

ROSA: Qué. Te duele?

FELIPE: Molesta un poco.

ROSA: También... con todos estos nervios.

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Page 35: Los Prójimos texto

LOS PROJIMOS

FELIPE: No te preocupes. Después se me pasa.

ROSA: Pobre viejo...

(Salen)

TITO: Tenés un cigarrillo, ahí?

HUGO: Cómo? No habías dejado?

TITO: Acabala, tenés o no?

LITA: Buena gente, no es cierto?

HUGO: Sí.

LITA: Vamos a ver si nos reunimos más a menudo, ahora, no te parece?

HUGO: Bueno.

LITA: Porque eso de vivir al lado y no verse nunca... Para algo somos vecinos, no?

HUGO: Si, claro.

LITA: Te parece que van a venir a preguntar?

HUGO: Y... a lo mejor.

LITA: Qué vas a decir si vienen?

HUGO: No sé.

LITA: Nosotros no hicimos mal a nadie, no es cierto?

HUGO: No. Claro que no.

LITA: Bueno... van a salir ahora? (Hugo no contesta)

LITA: Hasta mañana Tito.

TITO: Hasta mañana Lita.

LITA: Yo me voy a la cama, eh?

(Se quedan Hugo y Tito fumando)

FIN

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