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Los riesgos de una estricta dieta vegetariana en niños Cuando se piensa en imponer una dieta diferenciada a un niño, sea por motivos culturales, filosóficos o religiosos, es necesario tener en cuenta, como prioridad máxima, su salud y su crecimiento. De manera general, la Profesora Thayse Hanne Câmara Ribeiro, del Departamento de Nutrición de la UFRN (Universidad Federal de Río Grande do Norte, Brasil) alerta sobre el uso aleatorio de dietas no usuales que pueden causar serios daños en la salud, como por ejemplo deficiencia de vitaminas y minerales esenciales para las primeras funciones del organismo; baja ingesta de calorías, que ocasionan un déficit de crecimiento en los niños y adolescentes; restricción hídrica que puede favorecer la disfunción renal. De esta manera, la utilización de estas corrientes alimenticias debe ser objeto de reflexiones serias y contar con la asistencia de un profesional de nutrición. El nutricionista debe considerar todos los factores relacionados, incluso los valores religiosos y simbólicos atribuidos a los alimentos, y no se debe olvidar que su rol fundamental es orientar a los individuos sobre la selección de alimentos, al igual que destacar las consecuencias derivadas de excluir o valorar en exceso determinados nutrientes. La dieta vegetariana no se escapa a esta regla. Sin embargo, debemos diferenciar los distintos tipos de dietas vegetarianas que, de una manera general, se caracterizan por la exclusión del consumo de carnes: la estricta o pura, también conocida como “vegans” o “veggy” (con exclusión total de alimentos de origen animal, tanto provenientes de animales muertos como la explotación de animales vivos, incluyendo la grasa animal, gelatina y muchos productos industrializados que contienen aditivos provenientes de fuentes animales), lacto vegetariana (que incluye leche y lácteos) y la ovo-lacto-vegetariana (que incluye huevos, leche y derivados). También existen los semivegetarianos, que optan sólo por carnes blancas o pescado, y también los frugívoros, que comen sólo granos, nueces y frutas. Las actitudes con relación al uso o no de suplementos alimentarios, medicina convencional y otros temas también varían de acuerdo con la línea filosófica y sus convicciones, seguidas por cada vegetariano, lo que puede afectar la salud de los niños, objetivo principal de este artículo. De acuerdo con el sitio de la Sociedad Vegetariana Brasileña, se estima que 2.000 personas se hacen vegetarianas por cada semana. Opción arriesgada Según el Profesor Titular del Departamento de Clínica Médica de la Facultad de Medicina de UNESP, en Botucatu, San Pablo (Brasil), Roberto Carlos Burini, también Coordinador del Centro de Metabolismo y Nutrición de esa misma universidad, donde realizó una investigación al respecto hace algunos años, advierte que “el vegetarianismo, en su forma más pura, es absolutamente contraindicado para niños, debido a que se trata de una dieta incompatible con las necesidades de cualquier persona en desarrollo”, y agrega que la total

Los Riesgos de Una Estricta Dieta Vegetariana en Niños

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Dieta Vegetariana en Niños

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Los riesgos de una estricta dieta vegetariana en niños

Cuando se piensa en imponer una dieta diferenciada a un niño, sea por motivos culturales, filosóficos o religiosos, es necesario tener en cuenta, como prioridad máxima, su salud y su crecimiento.

De manera general, la Profesora Thayse Hanne Câmara Ribeiro, del Departamento de Nutrición de la UFRN (Universidad Federal de Río Grande do Norte, Brasil) alerta sobre el uso aleatorio de dietas no usuales que pueden causar serios daños en la salud, como por ejemplo deficiencia de vitaminas y minerales esenciales para las primeras funciones del organismo; baja ingesta de calorías, que ocasionan un déficit de crecimiento en los niños y adolescentes; restricción hídrica que puede favorecer la disfunción renal.

De esta manera, la utilización de estas corrientes alimenticias debe ser objeto de reflexiones serias y contar con la asistencia de un profesional de nutrición. El nutricionista debe considerar todos los factores relacionados, incluso los valores religiosos y simbólicos atribuidos a los alimentos, y no se debe olvidar que su rol fundamental es orientar a los individuos sobre la selección de alimentos, al igual que destacar las consecuencias derivadas de excluir o valorar en exceso determinados nutrientes.

La dieta vegetariana no se escapa a esta regla. Sin embargo, debemos diferenciar los distintos tipos de dietas vegetarianas que, de una manera general, se caracterizan por la exclusión del consumo de carnes: la estricta o pura, también conocida como “vegans” o “veggy” (con exclusión total de alimentos de origen animal, tanto provenientes de animales muertos como la explotación de animales vivos, incluyendo la grasa animal, gelatina y muchos productos industrializados que contienen aditivos provenientes de fuentes animales), lacto vegetariana (que incluye leche y lácteos) y la ovo-lacto-vegetariana (que incluye huevos, leche y derivados). También existen los semivegetarianos, que optan sólo por carnes blancas o pescado, y también los frugívoros, que comen sólo granos, nueces y frutas.

Las actitudes con relación al uso o no de suplementos alimentarios, medicina convencional y otros temas también varían de acuerdo con la línea filosófica y sus convicciones, seguidas por cada vegetariano, lo que puede afectar la salud de los niños, objetivo principal de este artículo. De acuerdo con el sitio de la Sociedad Vegetariana Brasileña, se estima que 2.000 personas se hacen vegetarianas por cada semana.

Opción arriesgada

Según el Profesor Titular del Departamento de Clínica Médica de la Facultad de Medicina de UNESP, en Botucatu, San Pablo (Brasil), Roberto Carlos Burini, también Coordinador del Centro de Metabolismo y Nutrición de esa misma universidad, donde realizó una investigación al respecto hace algunos años, advierte que “el vegetarianismo, en su forma más pura, es absolutamente contraindicado para niños, debido a que se trata de una dieta incompatible con las necesidades de cualquier persona en desarrollo”, y agrega que la total restricción de productos animales puede incluso ser perjudicial para el feto cuando es practicada por la embarazada. El profesor es muy claro cuando afirma que una dieta alimenticia que no incluya alguna fuente de proteínas animales, incluso puede ser catastrófica para un niño e incluso para un adolescente, ya que le causa atraso en el crecimiento, alteraciones graves de varios órganos, como el intestino, deficiencia inmunológica, anemia e incluso infertilidad. “Es irresponsable someter a un niño a una dieta como la veggy ”, dice. Ante la opción de una dieta vegetariana en la infancia, recomienda que se elija la menos restrictiva, la lacto-ovo-vegetariana, pero igualmente recomienda consultar a un nutricionista para informarse sobre las cantidades consideradas seguras para el desarrollo normal del niño.

Amamantamiento

En cualquier caso, se recomienda que el niño sea amamantado como mínimo entre 6 y 12 meses, y si es posible extender aún más este período, ya que la leche materna contiene todos los nutrientes necesarios para el desarrollo en la primer infancia. Según el Dietary Guidelines for Infants, publicado en 1989 y 1994, por Gerber Products Company, basado en las declaraciones del Comité de Nutrición de la American Academy of Pediatrics y preparado con la ayuda de diversos especialistas en nutrición.

Excepto el flúor y la vitamina D (en ausencia de luz del sol), la leche humana sola provee las vitaminas, sales minerales, carbohidratos, grasas y proteínas necesarias para el crecimiento y desarrollo normal durante el inicio de la infancia. Para Stephen Barrett, M.D, generalmente durante los primeros 6 meses, el niño que es amamantado no necesita agua, jugos u otros alimentos. Puede ser necesario darle vitamina D y hierro antes de los 6 meses de edad en grupos seleccionados de niños (vitamina para niños cuyas madres presentan deficiencia de vitamina D – común entre practicantes de la dieta

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vegan - o para los niños que no tienen una adecuada exposición a la luz solar; hierro para aquellos que tienen bajos depósitos de hierro o anemia). Los niños que han dejado de mamar antes de los 12 meses de edad, no deberían recibir leche de vaca, pero deberían recibir fórmulas infantiles enriquecidas con hierro.

A pesar de que las dietas pobres en grasa y colesterol son ampliamente recomendadas a los adultos, no son apropiadas para los niños menores de dos años de edad. “Los niños no son adultos pequeños”, dice el Dietary Guidelines for Infants. Las exigencias nutricionales son mayores durante la infancia que durante cualquier otro período. Al mismo tiempo, la capacidad del estómago es limitada, así las fuentes de alimentos deben proporcionar calorías y nutrientes suficientes en un pequeño volumen. Los niños necesitan grasa en las dietas para su crecimiento y desarrollo normal, al igual que hierro, calcio, magnesio y zinc, presentes en frutas, vegetales y granos. No se debe exagerar en los alimentos ricos en fibra, porque son pobres en calorías e interfieren en la absorción de estos nutrientes. Los azúcares también deben ser moderados, en especial en función de las caries, aunque puedan ser evitadas con una ingestión adecuada de flúor. De cualquier forma, se deben evitar los alimentos endulzados artificialmente (edulcorantes), porque carecen de las calorías necesarias para el crecimiento del bebé. También se debe evitar el exceso de sal, a pesar de que aumente el sabor de algunos alimentos.

Deficiencias

De acuerdo con la American Heart Association, la American Câncer Society, el National Cholesterol Education Program y el Comité para Dieta y Salud del National Research Council, a menos que los vegetarianos estrictos elijan un equilibrio apropiado de alimentos, corren el riesgo de diversas deficiencias, especialmente de vitamina B12, presente solamente en alimentos de origen animal y en un número muy limitado de alimentos especialmente enriquecidos. “Por lo tanto, sería recomendable que los adeptos a una dieta vegan tomen suplementos de vitamina B12 recetados por un médico, principalmente las mujeres que están dando de mamar”, explica el Comité para Dieta y Salud.

La restricción total de alimentos de origen animal también causa deficiencias de riboflavina, calcio, hierro y aminoácidos esenciales, como lisina e metionina. “Los niños, principalmente cuando no están expuestos a la luz solar, corren también el riesgo de tener deficiencia de vitamina D, que puede causar raquitismo secundario”, explican los organismos internacionales, que también aclaran que los vegans pueden presentar falta de zinc, porque el ácido fítico de los granos integrales se une al zinc y hay poco zinc en las frutas y vegetales. Además, se han detectado bajos niveles de ferritina en sangre (una medida sensible del estado de almacenamiento de hierro) en los adeptos a las dietas lacto-ovo vegetarianas, aclara el Comité, informando que en las mujeres este déficit es cinco veces mayor.

Según estos organismos internacionales, se ha notado un adelgazamiento excesivo y/o retardo en el crecimiento entre bebés y niños vegetarianos y vegans después del destete, lo que indica, especialmente en las dietas vegans que también hay una peligrosa baja ingesta de calorías, especialmente durante las etapas iniciales de la infancia. “Si no se satisfacen las necesidades energéticas, las proteínas del cuerpo son degradadas para producir energía y esto crea problemas adicionales. Por ese motivo, la ingesta adecuada de energía debería ser la principal consideración en la planificación dietética vegan”, defienden Susan Dingott, M.S., R.D., (integrante del equipo de nutrición del New England Memorial Hospital, en Stoneham, Massachusetts) y Johanna Dwyer, Sc.D., R.D. (directora del Centro de Nutrición Frances Stern del New England Medical Center Hospital y profesora de medicina (nutrición) y salud comunitaria en la facultad de medicina de la Tufts University, en un artículo publicado en el sitio Quackwatch (www.geocities.com/quackwatch).

Otro aspecto que debe ser considerado en una dieta vegetariana estricta es su baja digestibilidad y calidad proteica. La calidad de la proteína depende tanto de la digestibilidad como de la composición de aminoácidos”, explican las investigadoras. De acuerdo con el estudio divulgado en ese sitio de Internet, la digestibilidad de la proteína vegetal en una dieta vegan para un niño es de sólo el 86%. “Las proteínas de baja calidad son raramente vistas en las dietas vegetarianas americanas, excepto entre los vegans o los frugívoros, que comen básicamente pequeñas cantidades de un único tipo de vegetal, que generalmente tienen proteínas de una calidad menor que las que contienen los alimentos de origen animal, porque carecen de cantidades significativas de varios aminoácidos esenciales.

Recomendaciones

Susan y Johanna recomiendan que los alimentos vegetales pobres en ciertos aminoácidos se combinan con otros alimentos vegetales o de origen animal que los contienen, con el objeto de proporcionar una mezcla de todos los aminoácidos esenciales. “Estas combinaciones de proteínas “complementarias” compensan las cantidades limitadas de aminoácidos en las proteínas de plantas individuales”. Las legumbres (que son pobres en dos aminoácidos esenciales) pueden ser combinadas con cereales (que contienen grandes cantidades de dos aminoácidos pero que son pobres en otros

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tres), por ejemplo, para proporcionar una mezcla adecuada que satisfaga las necesidades del cuerpo.

De manera general, para asegurar que una dieta vegetariana sea adecuada en energía y otros nutrientes, Susan y Johanna sugieren que se sigan algunos principios, especialmente incluir alimentos que posean cantidades adecuadas de calorías y nutrientes, tales como legumbres cocidas, pan integral, cereales enriquecidos, semillas o pasta de semillas, como la de maní o castaña de caju. Es necesario, también, que se elijan alimentos que proporcionen cantidades suficientes de hierro, calcio y zinc, principalmente si la dieta es del tipo más estricta. Se debe tener en cuenta, sin embargo, que pequeñas cantidades de alimentos de origen animal, como leche y huevos, aumentan la biodisponibilidad del hierro de los alimentos vegetales ingeridos en la comida, siendo, por lo tanto, una dieta más equilibrada y saludable.

En cuanto al hierro, zinc y calcio, es importante saber que los niños nacen con hierro almacenado en cantidad suficiente para cuatro a seis meses de vida. En ese período, la leche humana o las fórmulas basadas en leche de vaca proveen cantidades suficientes de zinc y calcio. Después, sin embargo, es común que las dietas infantiles carezcan de hierro, haciéndose necesario suministrar suplementos adicionales de este elemento durante los dos primeros años. Como las mejores fuentes de hierro son las carnes rojas y el pollo, aquellos que opten por una dieta que excluya alimentos de origen animal, deben estar especialmente atentos a las fórmulas enriquecidas con hierro, principalmente los cereales infantiles. El zinc puede ser encontrado en las fórmulas dietéticas de cereales de avena, carnes rojas y pollo, germen de trigo, yema de huevo y queso Cheddar, mientras que el calcio es abundante en la leche y en los lácteos. Para satisfacer las necesidades de calcio de los que prefieren una línea más radical, es posible obtener calcio en alimentos como coliflor, brócolis, semillas de girasol, higos secos, cereales para desayuno enriquecidos con calcio (porciones de 48 mg), u otros productos enriquecidos con calcio, como los jugos.

De cualquier manera, si es inevitable imponer una dieta de ese tipo a un niño, para proveer la cantidad de hierro necesaria, se puede incluir en la alimentación higos secos, ciruelas secas y pasas de uva, semillas de zapallo, semillas de sésamo y soja. Es útil también consumir buenas fuentes de vitamina C, que garanticen que la ingesta de hierro sea satisfactoria. Para esto, se debe incluir en la alimentación tomate, brócolis, melón o naranja, u otros jugos cítricos, preferentemente con cada comida. Estos alimentos aumentan la absorción del hierro presente en legumbres y cereales, para hacerlo más soluble.

En el caso de la vitamina D, se hace necesario también aumentar la eficiencia de la absorción de calcio. “La leche enriquecida y los lácteos pueden proporcionar vitamina D, pero los vegans que no se exponen adecuadamente a la luz solar pueden necesitar tomar suplementos adicionales de vitamina D”, destacan las investigadoras Susan y Johanna.

En cuanto al zinc, aquellos que optan por una dieta más light, como la ovo lacto vegetariana, pueden encontrarlo en productos a base de huevo. En el caso de los vegans, es importante que incluyan en su alimentación porotos secos, lentejas, nueces y semillas, pues son buenas fuentes vegetales de zinc. Aún así, cabe alertar respecto del hecho de que el zinc presente en frutas y vegetales tiene menor biodisponibilidad que el zinc proveniente de fuentes animales. Los vegans y los lacto vegetarianos pueden preferir usar productos fermentados de cereales, para aumentar la biodisponibilidad del zinc en cereales integrales, pues la fermentación inactiva a los inhibidores del zinc.

Para el hierro, calcio y zinc, se recomienda limitar los alimentos ricos en fitatos (productos a base de cereales, salvado y soja) y oxalatos (espinaca, ruibarbo y chocolate), ya que los fitatos pueden inhibir la absorción de hierro, calcio y zinc.

Para concluir, el vegetarianismo, basado en principios sólidos de nutrición, puede ser una elección saludable, pero no la única. Beneficios semejantes para la salud se pueden obtener también en las dietas omnívoras bien seleccionadas. Bajo cualquier hipótesis, cuando hablamos de niños, la opción más saludable es aquella que incluye la mayor variedad de alimentos, con ninguna restricción. Los vegetarianos con problemas especiales de salud pueden necesitar ayuda especializada. El Diet Manual, Including a Vegetarian Meal Plan publicado por la Seventh-day Adventist Dietetic Association, P.O. Box 75, Loma Linda, CA 92354 – EE.UU., es una excelente referencia para los profesionales de la salud.

Vegetarianismo

Como componer una dieta balanceada para niños

Todas las comidas deben contener siempre un alimento de cada grupo de abajo:

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Grupo de los Energéticos: Alimentos que proveen “energía” para el niño. Por ejemplo: arroz, maíz, trigo, mandioca, patata, aceite, margarina. Grupo de los Consultores: Alimentos que proveen “proteínas” que ayudan en la construcción del cuerpo, músculos, sangre, cabellos, etc. Por ejemplo: carne, leche, huevos, queso, pescado, porotos o frijoles, pollo. Grupo de los Reguladores: alimentos que poseen vitaminas y minerales, que regularán las funciones del cuerpo como la digestión, respiración y circulación de la sangre. Por ejemplo: todas las frutas y legumbres/verduras.

Recomendaciones importantes: Provéale a su hijo una dieta variada con muchos alimentos frescos. Evite alimentos industrializados, ricos en grasa y azúcar. Prefiera los jugos de fruta naturales con agua a los concentrados.

No utilice bebidas dulces, pues pueden provocar caries.