Los Villancicos de Negro y El Teatro Breve

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    LOS VILLANCICOS DE NEGRO Y EL TEATRO BREVEUN PRIMER ACERCAMIENTO

    GLENN SWIADON MARTNEZ(Eastern Connecticut State University)

    L

    AS COMPOSICIONES puestas en boca de los esclavos negros queaparecen en los juegos de villancicos de los siglosXVIIyXVIII tienenvarios puntos en comn con las piezas dramticas breves del Siglo de

    Oro que incluyen personajes de color. Entre otros paralelos podemosmencionar el hecho de que la ejecucin de las piezas dramticas entre lasjornadas de una comedia recuerda la incorporacin de los villancicosjocosos durante la liturgia. Tambin hay que tener presente el contrasteestilstico y de tono que exista entre las piezas breves y las comedias a lasque acompaaban, por un lado, y los villancicos de negro y los poemasgraves de la misma serie de villancicos, por el otro. En los dos casos, la inten-

    cin era divertir a los espectadores con el cambio de estilo y de tono; dealguna manera podra pensarse que ese contraste funga como una especiede dilogo, que opona el tono y el tema elevados de las obras creadasen castellano estndar a los elementos satricos, a menudo compuestos enhabla de negro, el dialecto literario del personaje de color de la literaturaurea. En este trabajo me propongo examinar algunos de los aspectosque vinculan los villancicos de negro con el teatro breve del Siglo de Oro.

    Los gneros que nos ocupan tambin muestran diferencias. Al respecto

    hay que decir que el entrems se colocaba entre las jornadas de unacomedia y, al final, segua a la ltima jornada de la comedia un fin de fiestao mojiganga, con lo cual se estableca una suerte de alternancia entre elregistro serio y el jocoso. En cambio, en los juegos de villancicos, las

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    composiciones de estilo serio solan ponerse al principio de la serie ylas ms jocosas se guardaban para el final del espectculo. Los entremesesinsertos en las jornadas de la comedia colindaban con ellas sin integrarse

    temticamente. En los juegos de villancicos los poemas jocosos y los seriostrataban el mismo tema de diferente manera; como veremos en este trabajo,los villancicos jocosos convertan el discurso cannigo en una stira, querecapitulaba el mensaje del canon.

    La mayora de los villancicos de negro contiene parodias de pasajes omotivos tomados de la Biblia o de los evangelios apcrifos. Por ejemplo, ladescripcin de la reina de Saba, nigra sum sed fermosa, que encontramosen el Cantar de los Cantares, se convierte en aunque negro gente somo en

    un sinfn de villancicos. En un poema compuesto por Gngora en 1609,para la fiesta de Corpus Cristi, la esclava Juana consuela as a su amiga Clara:

    Pongamo fustana,y bailemo alegre,que, aunque samo negra,sa hermosa t1.

    En muchos entremeses y villancicos los negros reivindican la igualdadque en el mundo coetneo los blancos no estaban dispuestos a conce-derles. El teatro breve del siglo XVI expone los insultos, las pullas y lasgroseras entre negros y pastores que terminaban normalmente en peleasy palizas: Call, negro majadero []. Sultame, negro mohno, grita elpastor en laFarsa de Moysn de Snchez de Badajoz2.

    En los villancicos la bsqueda de aceptacin del negro se diviniza.En un villancico de 1676, sor Juana Ins de la Cruz asocia el color blanco

    con la pureza del alma:

    Aunque neglo, blancosomo, lela, lela,que il alma rivotablanca s, no prieta3.

    1. Una transcripcin en castellano estndar dira: Pongamos fustaos y bailemos

    alegres, que, aunque somos negras, eres hermosa t (Luis de Gngora,En la fiesta del Sant-simo Sacramento, enLetrillas, edicin de Robert Jammes, Madrid: Castalia, 1980, pg. 154).

    2. Diego Snchez de Badajoz, Farsa de Moysn, en Recopilacin en metro (Sevilla,1554), edicin de Frida Weber de Kurlat, Buenos Aires: Universidad de Buenos Aires, 1968,pgs. 418-419.

    3. En castellano estndar: Aunque negros, blancos | somos, lela, lela, que el almadevota blanca es, no prieta (Sor Juana Ins de la Cruz, Villancicos que se cantaron en la

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    Uno de los tpicos comunes al teatro breve y a los villancicos reli-giosos es la insistencia del personaje de color en la posicin que tena ensu lugar de origen, frica, y el contraste con la posicin humilde que

    ocupa en la sociedad espaola de la poca. Lo que era fuente de orgullopara el negro provocaba la risa de los espectadores. En Los engaados,de Lope de Rueda, la esclava Guiomar afirma: Mira, mira, fija, ya saberDios y tora lo mundo que sar yo sabrina na reina Berbasina, cuados dela marqus de Cucuruc, por an mar y por a tierras4. Y uno de los villan-cicos marianos compuestos por sor Juana, en 1679, califica satricamentea dos esclavas negras de princesas de Guinea con bultos azabachados5;un poco antes, en 1668, un villancico navideo de Manuel de LenMerchante haba usado el eufemismo rimbombante los azabaches deAngola para referirse a los esclavos africanos6.

    Los negros de los villancicos atribuyen orgenes africanos a los santos,a Jesucristo y al resto de la Sagrada Familia. Son parodias bblicas quedestacan el valor de los apstoles y las pretensiones de los negros de sercomo ellos o, por lo menos, ser sus descendientes. El espectador podaapreciar la comicidad de estas escenas y, al mismo tiempo, escuchar una

    leccin edificante puesta en boca de los protagonistas negros7

    . As empiezaun villancico compuesto por Gaspar Fernndez:

    Dame albriia, mano Antn,que Jis nae en Guinea.Quin lo par? Una luneyay un viejo su pagre son8.

    S. I. metropolitana de Mjico en los maitines de la Pursima Concepcin de Nuestra Seora,ao de 1676, en que se imprimieron, en Obras completas. 2. Villancicos y letras sacras,edicin de Alfonso Mndez Plancarte, Mxico: Fondo de Cultura Econmica, 1994, pg. 262).

    4. En castellano estndar: Mira, mira, hija, ya sabe Dios y todo el mundo que yosoy sobrina de la reina Berbasina, cuada del marqus de Cucuruc, por el mar y por latierra (Lope de Rueda,Los engaados. Medora, edicin de Fernando Gonzlez Oll, Madrid:Espasa-Calpe, 1973, pg. 28).

    5. Sor Juana Ins de la Cruz, Villancicos que se cantaron en la santa iglesia metro-politana de Mjico, en honor de Mara Santsima, madre de Dios, en su asuncin triunfante,

    y se imprimieron ao de 1679, en Obras completas, edicin de A. Mndez Plancarte, pg. 72.6. Manuel de Len Merchante, Para la capilla real de su magestad, en los maytines

    de Navidad, ao de 1668, en Obras poticas pstumas tomo segundo, Madrid: Gabrieldel Barrio, 1733, pg. 63.

    7. Alfonso Mndez Plancarte usa la frmula preciosa leccin; vase su estudio intro-ductorio a Sor J. I. de la Cruz, Obras completas. I, pg. 396.

    8. En castellano estndar: Dame albricias, hermano Antn, que Jess naci en Guinea,Quin lo pari? Una doncella y un viejo sus padres son (Gaspar Ferndez, Cancionero

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    En el teatro breve de los siglos XVIy XVII el esclavo africano suele serun personaje secundario, subordinado al personaje principal, el amo blanco;su papel consiste casi siempre en enojar a su amo, haciendo que ste

    pierda el control sobre s mismo. Por ejemplo, el asunto de El negritohablador, y sin color anda la nia, de Quiones de Benavente, se reducea que la glosomana del negrito exaspera al personaje blanco, quien loconmina a callar repetidas veces: Calla, demonio; hay tal cosa! Belceblleve tu lengua9. Por el contrario, en los villancicos el negro dominacompletamente la escena. La mayora de los villancicos no presentan perso-najes blancos y, en los pocos que lo hacen, la interaccin entre blanco ynegro se limita a una contienda de tipo entremesil, de la que muchasveces el negro sale ganando.

    Vale la pena examinar el papel de la msica y el baile en los dos gnerosque nos interesan. Gaspar, el esclavo deLos negrosde Simn Aguado, salede apuros con su amo cuando empieza a bailar y cantar: Plimo, siolo vaenojaro. Toquemo y cantemo, que desa manera le habemon de aplacar laclicos10. Cuando los amos deciden casar a Gaspar y a su novia, le pidenuna cancin al negro y ste se pone ms contento de poder cantar que de

    casarse; dice: Que vamo taendo? [] Vamo mucho noranbuena plimo11

    .Al tocar la msica el personaje del esclavo se entrega a un acto creativo quele da la oportunidad de desempear un papel protagnico y, al mismotiempo, complacer a sus amos. Con frecuencia los villancicos repiten esamisma estructura. Los blancos se mencionan como receptores del espect-culo de baile y msica que los negros montan en la celebracin. La acti-vidad musical se valora en la medida en que brinda diversin al Nio Diosen el pesebre o entretenimiento a los blancos que escuchan. Simn Aguado

    espera el momento del desenlace para rematar su entrems con el consa-bido canto y baile, pero en muchos villancicos la creacin musical y dancs-tica es el verdadero punto de partida.

    Por otra parte, como los villancicos de negro, el teatro breve del sigloXVII muestra gran inters por los estribillos populares que acompaanciertos bailes afro-hispnicos, como el zarambeque. Un entrems de Jermino

    musical de Gaspar Fernndez [Puebla-Oaxaca], edicin de Margit Frenk, fols. 100vb-101ra

    [en preparacin]).9. Luis de Quiones de Benavente,El negrito hablador, y sin color anda la nia, en

    Coleccin de entremeses, loas, bailes, jcaras y mojigangas. I, edicin de Emilio Cotarelo yMori, Madrid: Bailly y Baillire, 1911, pg. 606.

    10. Simn Aguado,El entrems de Los Negros, en Coleccin de entremeses. I, edicinde E. Cotarelo y Mori, pg. 232.

    11. S. Aguado,El entrems de Los Negros, pg. 234.

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    de Cncer, El portugus, termina con el tpico estribillo del zarambeque:Teque, teque, teque, vaya de zarambeque12. El Sainete del matemtico(c. 1663), contiene el mismo estribillo: Teque, teque teque, vaya de zaram-

    beque, y la acotacin: Repiten todos bailando y da fin13.De la misma manera que la mojiganga dramtica deriva de la moji-

    ganga callejera14, algunas de las cuales incluan una gran variedad dedanzas exticas15, los villancicos de negros cantados en las iglesias ycatedrales de la Pennsula y al otro lado del Atlntico se definen por larelacin que tienen con el espectculo callejero de la procesin religiosa.Frida Weber de Kurlat dice que muchos villancicos annimos se compo-

    nan a imitacin de los que cantaran las cofradas de negros en las festi-vidades religiosas16. Aunque la inclusin de canciones y bailes folclricosde los africanos radicados en tierras espaolas es una caracterstica comna los dos gneros que nos ocupan, tengo la impresin de que dicho rasgotiene un lugar ms importante en los villancicos.

    Volvemos a encontrar el zarambeque en un villancico navideo deLen Marchante, escrito en 1676, en el que unas morenitas bailan y

    cantan, acompandose con castaetas:

    Y al sonecillo indiano del zarambeque,anden las mudanzas, firmes y alegres,teque, teque, reteque, reteque,vaya, plima, de zalambeque17.

    12. ApudE. Cotarelo y Mori, Coleccin de entremeses, I, pg. CCLXXII.13. El sainete del matemtico, enLivro de Bayles de los mejores que hasta agora se han

    visto(el manuscrito de Sequeira), en Teatro breve y de carnaval en el Madrid de los siglosXVII y XVIII, edicin de Luis Estepa, Madrid: Comunidad de Madrid, 1994, pg. 107.

    14. Para Catalina Buezo, en definitiva, la mojiganga dramtica nace de su homnimaparateatral (La mojiganga dramtica. De la fiesta al teatro. I. Estudio, Kassel: Reichenberger,1991, pg. 90).

    15. Norman D. Shergold y John E. Varey nos dan el ejemplo de una mojiganga parala fiesta de Corpus Christi en 1669 que contiene danzas de moros, gitanas, negros y gallegos,enLos autos sacramentales en Madrid en la poca de Caldern. 1637-1681. Estudio y docu-

    mentos, Madrid: Ediciones de Historia, Geografa y Arte, S. L., 1961, pg. 207.16. Frida Weber de Kurlat, El tipo del negro en el teatro de Lope de Vega: Tradicin

    y creacin, enActas del Segundo Congreso Internacional de Hispanistas, edicin de NorbertPoulussen & Antonio Snchez Romeralo, Nimega: Asociacin Internacional de Hispanistas& Instituto Espaol de la Universidad de Nimega, 1967, pg. 695.

    17. M. de Len Merchante, Para la capilla real de su majestad, que se cantaron enlos maytines de los Santos Reyes, del ao 1676, Obras poticas pstumas, pgs. 230-231.

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    Otros villancicos incluyen un vocabulario ms extenso y cuyo uso deafricanismos no se circunscribe al lxico de los bailes. Una cancin navi-dea de Julin de Conteras, titulada Negro zulumba, contiene los siguientes

    versos:

    Teque-leque, toco-loto []zarangun gun []salandanga mandinga,surunga suramba []tunba tamba, catunb []surunga surumbaque18.

    El zanguangu es un baile que encontramos en muchsimos villan-cicos aunque no lo menciona Cotarelo en su registro de bailes. Encon-tramos la palabra sansavaguya en La negrina, una ensalada de MateoFlecha el Viejo19. El baile toma su nombre del adjetivo kisangusanguque, traducido del kimbundu, quiere decir alegre20. El estribillo de unvillancico cantado por primera vez en 1673, en Puebla de los ngeles,dice: Sanguangu, sanguangu, que turulo neglo leglndose va21.

    En la Mojiganga del Mundi Nuevo, de Vicente Surez de Deza, seincluye una danza de negros que puede ser el zanguangu, aunque enuna forma algo distorsionada. La letra remeda un villancico de negros.Las acotaciones dicen:

    Salen dos negros y dos negras; ridculos con sus tamborilillos los negros.Y despus de haber bailado solos, prense en las puntas del tablado,

    y cantan lo que sigue:Y gun, gun, guy guan guan gua

    18. Julin de Contreras, Villancico a 4 de Navidad. Negro zulumba, en El ArchivoMusical de la Catedral de Bogot, edicin de Jos Perdomo Escobar, Bogot: Instituto Caroy Cuervo, 1976, pgs. 508-510.

    19. Mateo Flecha el Viejo,Las ensaladas, edicin de Higinio Angls, Barcelona: Dipu-

    tacin Provincial, 1954, pg. 47.20. Antonio Da Silva Maia,Diccionrio complementar. Portugus-Kimbundu-Kikongo

    (Linguas nativas do centro e norte de Angola), Vila da Feira: Grf. Feirense, 1964,s.v. alegre.21. Villancicos que se cantaron en la cathedral de la Puebla de los ngeles, en los

    maytines de la Natividad de Christo Nuestro Seor, este ao de 1673, Puebla: Viuda deJuan Borja, en la coleccin de pliegos de villancicos de la Biblioteca John Carter Brown,en Providence, RI (Estados Unidos).

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    La palabra arrer se repite despus de cada verso de las coplas, creandoas un ritmo similar al que los cargadores usaban para coordinar los movi-mientos de sus cuerpos al levantar una carga pesada26:

    Plimo de mi vida, arrer,vamo, pue, calgando, arrer,que a esso vene e Nio, arrer,pol nuestros pecaros vamo a calg.

    Prez de Montoro usa la homonimia de arrer y arre ac para haceruna broma que alude a un tema navideo muy antiguo: los asnos que

    llevan a los pastores a Beln27. El juego fontico entre arrer y arre acsugiere una comparacin poco halagadora para los esclavos: ellos cargancomo los asnos.

    En conclusin, el teatro breve satiriza las relaciones entre los negros ylos blancos y usa los bailes y las canciones de los negros para divertir alos espectadores. En los villancicos se agregan descripciones de la vidalaboral y la recreacin potico-musical de las procesiones, es decir,elementos costumbristas y realistas que complementan a los elementos

    satricos. El villancico introduce una dimensin humana ms amplia en larepresentacin del esclavo africano que corresponde a una imagen delpersonaje negro ms matizado que la que encontramos en el teatro breve.La divinizacin de lo satrico, en un contexto carnavalesco, obedece a unfin distinto: intenta edificar al pblico.

    26. Para una descripcin de la vida laboral de los cargadores negros en las coloniasamericanas, vase Roger Bastide, Les Amriques noires, Paris: Payot, 1967, pg. 99; haytraduccin espaola:Las Amricas negras. Las civilizaciones africanas en el Nuevo Mundo,Madrid: Alianza Editorial, 1969.

    27. En una obra dramtica paralitrgica del siglo XII hay un estribillo que reza Arre,arre (El procesional del asno, cuando se le trae, en Dramas litrgicos del occidentemedieval, edicin de Luis Astey, Mxico: El Colegio de Mxico, 1992, pgs. 587-592).

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