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Teorías psicoanalíticas II: Los Afectos en la enseñanza de J. Lacan. Versión no revisada por la autoraDoctora Diana Rabinovich Clase N° 7 – Martes 01 de Noviembre de 2011
Los Afectos en la enseñanza de J. Lacan1.
Clase Nº7.
Vamos a empezar entonces. Seguimos donde habíamos dejado, donde Lacan,
recuerdan, en la lección del 12 de diciembre, la V, donde luego de hablar del lugar
de la Angustia, se acuerdan de la función estructurante del vacío. Lacan habla, se
acuerdan, de la demanda del Otro, del goce del Otro y esta vez dice deseo del
Otro para articularlo inmediatamente con el deseo del analista.
Lacan sigue diciendo:
No haremos lo que le reprochamos a todos los demás, a saber, elidirnos del texto
de la experiencia que interrogamos. Como ven la insistencia sobre la referencia a
la experiencia analítica es permanente en estas clases. Dice:
La angustia a la que tenemos que aportar aquí una fórmula, es una angustia que
nos responde. Primer punto. Es una angustia que provocamos, es una angustia
con la que, a veces tenemos, una relación determinante.
Entonces observen porque Lacan acá, va a jugar permanentemente con una
oscilación entre el Otro y el lugar del analista, porque después de decir esto: una
angustia, como él lo dice acá, que nos responde, se refiere al lugar del analista y a
la experiencia. Fíjense: Una Angustia que es una respuesta al Otro, sea el analista
o el Otro. Es una Angustia provocada por el Otro, es exactamente lo mismo y
vuelve a otra formulación: Es una Angustia con la que a veces tenemos una
relación determinante.
1 Para el castellano y teniendo en cuenta las sugerencias y correcciones de la doctora Diana se seguirá la versión establecida por Jacques- Alain Miller de la editorial Paidós, que es la de más común circulación. La versión para el idioma francés corresponde a staferla.
Teorías psicoanalíticas II: Los Afectos en la enseñanza de J. Lacan. Versión no revisada por la autoraDoctora Diana Rabinovich Clase N° 7 – Martes 01 de Noviembre de 2011
Entonces, esa Angustia es, de entrada, no ubicada en términos de peligro real o
de situaciones de peligro, sino remitida, esencialmente, estructuralmente al Otro. Y
sigue diciendo:
Esa dimensión del Otro en la que nosotros encontramos nuestro lugar, está
hablando de los analistas, nuestro lugar eficaz, en la medida justamente en que
sabemos no achicarla, no disminuirla, lo que es el motivo de la pregunta que
planteo, a saber: en qué medida nuestro deseo no debe achicarla, esa dimensión
del Otro, y quisiera hacerles sentir que ella no está ausente de ninguno de los
modos bajo los cuales, hasta hoy, se pudo tratar de delimitar, de definir ese
fenómeno de la angustia. Alguna duda acá?. Creo que está claro en lo que viene
diciendo al respecto. Y agrega:
Luego viene un desarrollo sobre Pavlov que no es nuestro punto central, sino que
está haciendo jugar el deseo del investigador como lo hará siempre, el deseo
humano organizando la experiencia, que es lo que busca en última instancia más
allá, y lo que quiere marcar es la dimensión del Otro, a través del deseo de quien
estructura la investigación, como está presente en la experiencia. Un poco más
adelante cuando termina de decir: que no es una experiencia primitiva, que lejos
de estar alejado de la nuestra, ese organismo, en las experiencias pavlovianas ya
que se trata de perros, en ello la dimensión del Otro está presente. Dice:
[Retoma el párrafo que venía leyendo] No es desde ayer que, al intervenir, por
ejemplo, en el curso de una de nuestras sesiones científicas, sobre algunos
fenómenos que nos eran informados, no puedo volver a decirlo hoy, concerniendo
a la creación de la neurosis experimental, observé, al que comunicaba esas
investigaciones, que su presencia, en la experiencia, como personaje humano,
manipulador de cierto número de cosas alrededor del animal, debía ser, en tal o
cual momento de la experiencia, cuestionada y contada.
Teorías psicoanalíticas II: Los Afectos en la enseñanza de J. Lacan. Versión no revisada por la autoraDoctora Diana Rabinovich Clase N° 7 – Martes 01 de Noviembre de 2011
[Retoma el párrafo que venía leyendo] Cuando se sabe cómo se comporta un pe-
rro respecto de aquél al que se llama, o que no se llama, su amo, se sabe que la
dimensión del Otro cuenta, en todo caso, para un perro. Pero no sería un perro,
así fuese una langosta o una sanguijuela, de ese hecho hay montaje de aparatos,
la dimensión del Otro está presente.
[Retoma el párrafo que venía leyendo Me dirán que: “¿una langosta, o una
sanguijuela, son organismo pacientes de la experiencia, que no saben nada de
esa dimensión del Otro?”. Estoy absolutamente de acuerdo y es por eso que
durante un cierto tiempo, me ví llevado a demostrarles la amplitud del nivel donde,
en nosotros, sujetos, tales como aprendemos a manejarlo, a determinarlo, como
sujetos que somos, hay todo un campo donde, es acá donde entra en otra
dimensión, donde lo que constituimos como campo, no sabemos nada, y que la
autoconciencia, la Selbstbewusstsein, que les enseñé a llamar el sujeto supuesto
saber, es una ilusión engañosa. La autoconciencia es considerada como
constitutiva del sujeto que conoce, es una ilusión, una fuente de error, pues la
dimensión del sujeto supuesto saber transparente en su propio acto de
conocimiento, sólo comienza a partir de la entrada en juego de un objeto
especificado, que es aquel que intento delimitar en el estadio del espejo, a saber,
de la imagen del cuerpo propio, en la medida en que el sujeto, de manera
jubilatoria, tiene el sentimiento de estar, ante un objeto que lo vuelve, a él, sujeto,
transparente a él mismo. Alguna duda con este párrafo o seguimos?. Repite cosas
que ya ha dicho antes. Y luego dice:
La extensión de esta ilusión, se refiere al sujeto supuesto saber, que constituye
radicalmente, en ella misma, la ilusión de la conciencia, a toda especie de
conocimiento, motivado por el hecho de que el objeto del conocimiento será en lo
sucesivo construido, modelado según la imagen de esa relación con la imagen
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especular, y es precisamente en lo cual ese objeto del conocimiento es
insuficiente.
Y no existiría el psicoanálisis, existe en los momentos de aparición del objeto que
nos arrojan en una dimensión muy diferente, dimensión que merece, porque estar
dada en la experiencia, ser delimitada y separada como tal, como primitiva en la
experiencia, que es justamente la dimensión de lo extraño, de algo que de ninguna
manera podría dejarse captar como dejando, frente al sujeto, el sujeto
transparente frente a su conciencia, frente a su conocimiento
Delante de esto nuevo, el sujeto, lateralmente, vacila, y todo lo puesto en cuestión,
de esa relación que se dice primordial del sujeto con todo efecto de conocimiento,
sigue con lo que había empezado la clase, si recuerdan la vez pasada, el sábado,
sigue con la crítica a la teoría del conocimiento, para dar cuenta tanto del objeto
como de la Angustia. Eso no lo convence a Lacan en este punto. Y él va a
empezar poco a poco a plantear a qué se refiere con lo ajeno y lo extraño, que nos
saca de la dimensión especular y del conocimiento. Recuerden que es lo que él
llamaba en la época del estadio del espejo conocimiento paranoico, término que
Dalí tomó. Entonces dice:
Este surgimiento de algo en el campo del objeto, que plantea su problema como el
de una estructuración irreductible, como surgimiento de algo desconocido como
experimentado, no es una pregunta que se planteen los analistas, porque, como lo
que es dado en la experiencia, se trata de todos modos de tratar de explicar por
qué los niños tienen miedo de la oscuridad, y uno se percata al mismo tiempo que
no siempre tienen miedo de la oscuridad, y entonces se hace psicología y se
compromete justamente, los llamados experimentadores, en teorías bajo el efecto
de una reacción heredada, ancestral, primordial de un pensamiento, ya que
parece que el pensamiento siempre hay que conservarlo, el término, de un
pensamiento estructurado de otra manera que el pensamiento lógico, racional.
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Desde ya que está colocando la Angustia en un nivel diferente, en un nivel otro,
que el nivel del miedo a la oscuridad, como una experiencia justamente otra. Dice:
Esta forma, ahora, perdón, antes una aclaración. Yo no sé si ustedes se dan
cuenta de cómo Lacan está armando la clase, porque empezó hablando del deseo
del Otro, a menos que lo aclare es el Otro con mayúscula, y del lugar del analista
en relación a ese deseo del Otro. Ahora, de repente está haciendo un vuelco y vía
la crítica reiterada, que es más o menos la misma a través de los años, a la teoría
del conocimiento, y a la ilusión de la transparencia de la autoconciencia, introduce
el objeto. Es decir, que del A mayúscula pasamos al minúscula. Entonces, la
pregunta que de algún modo, la forma en que Lacan organiza la clase que hay
que hacerse es, que lo Lacan está planteando es la relación entre el A mayúscula
y al minúscula, cómo se articulan los dos, porque aparentemente arranca de uno
y luego termina en otro. Entonces, no es una casualidad, eso es preguntarse en
última instancia, que va hacer uno de los temas del Seminario, cuál es la relación
entre A mayúscula y el pequeño , el minúscula, el objeto en última instancia.
Y fíjense que por ahora, siempre, desde la perspectiva de la experiencia del
análisis. Entonces sigue con el objeto y dice:
Esta forma que les doy, es concebible, consiste en percatarse que si, en la
constitución de un objeto que es el objeto correlativo de un primer modo de
abordaje, aquel que es parte del reconocimiento de nuestra propia forma, y si ese
conocimiento es limitado en sí mismo, deja escapar algo de ese investimiento
primitiva de nuestro ser que es dado por el hecho de existir como cuerpo, ¿no
quiere esto decir algo, no solo razonable, sino controlable, decir que es ese resto,
ese residuo no imaginado del cuerpo, el que llega, por algún rodeo, y aquí
nosotros sabemos ese rodeo, designarlo, aquí ver manifestarse, en ese lugar
previsto para la falta, manifestarse de esa manera que nos interesa y de la
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manera, que para nosotros no es especular, y que deviene entonces insituable...
Cómo lo tradujeron?
Auditorio: Imposible de situar.
D.R: Imposible de situar está bien….insituable? Es una dimensión de la angustia,
efectivamente, ese defecto, esa falta de ciertos puntos de referencia.
Ahora, observen ustedes cómo Lacan acá haciendo la articulación con lo que dijo,
en las clases anteriores, sobre ese residuo autoerótico del cuerpo. Vuelve a ese
punto y dice: Ese resto, residuo no imaginado, no imaginarizado del cuerpo, que
por un rodeo viene en el lugar previsto para la falta, manifestándose de una
manera que nos interesa, en tanto que analistas, y que nos interesa porque en ese
lugar de la falta, ese residuo no imaginarizado, que no es especular dice Lacan,
por no ser imaginarizado, y por no ser especular es insituable. Es decir no puede
ser situable. Si lo queremos decir, para entender algunos de los desarrollos que
Lacan va a ir haciendo y que retoma en el Seminario IX, justamente lo que él
quiere decir, no es situable en términos del espacio tridimensional. Va a hacer
situable en términos del espacio bidimensional de la topología, no en el espacio de
la tridimensión que es el espacio de nuestra representación ocular, o como dirá
Lacan, propia del campo de la visión y no del campo de la mirada, por ejemplo, si
vamos a hablar de eso.
Entonces, hace una acotación, que lo insituable lo que nos permite articularlo con
que la Angustia muchas veces se caracteriza por esa falta de punto de referencia;
lo insituable y la falta de puntos de referencia son dos formas de decir lo mismo.
Cuando yo tengo puntos de referencia, digamos, tengo una brújula, me puedo
ubicar, pero en el espacio chato de la topología los puntos de referencia que me
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permiten situarme como imagen y representación dejan de operar, no me son
útiles, no me sirven para nada.
Se refiere a Goldstein, salteo el desarrollo sobre Goldstein, porque no es la...
Bueno, veámoslo para ver el desarrollo de Lacan en su detalle. Dice:
No estaremos desde esta perspectiva en desacuerdo como a la manera en que
abordará ese fenómeno, un Kurt Goldstein, por ejemplo cuando nos habla de la
angustia, de la que habla con mucha pertinencia. Toda la fenomenología de los
fenómenos lesionales en la que Goldstein sigue, esta experiencia que nos
interesa, a la huella, cómo se articula sino de la manera, sino a partir del
comentario de la observación previa de que el organismo, en todos sus efectos
relacionales, funciona como totalidad.
En realidad porque hay que ver que parece que Lacan está haciendo. Digamos la
teoría de Goldstein estaba muy en boga en esa época, hoy en día, podríamos
decir que con los desarrollos más actuales de la neurociencia, es un poquito
anticuada, pertenece finalmente, de los 60´s a ahora tenemos casi medio siglo de
desarrollos cognitivos y neurológicos que superan en mucho la posición de
Goldstein, pero a dónde apunta Lacan, porque él siempre hace un poco de
trampita. Esta idea, que él dice acá, donde dice: Los efectos relacionales del
organismo en todos sus efectos relacionales funcionan como totalidad. Esta idea
de totalidad lo que va a criticar, más allá de la pertinencia o no de algunos de los
desarrollos de Goldstein hoy, el punto que a él le interesa, en ese momento, es la
idea de totalidad, y vamos a ver que tiene que ver, evidentemente, con que si
entramos en una dimensión no representacional, no tridimensional, vamos a entrar
en una dimensión donde la noción misma de todo no es la misma. La noción de
todo, es desde esta perspectiva que Lacan está tomando aquí, es solidaria de las
tres dimensiones. Solidaria, como de vuelta dirá él, lo encontraran muchas veces
como expresión que sepan siempre vuelve a lo mismo, la psicología de la esfera,
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porque nada más concreto como idea del todo que el redondel de una esfera.
Entonces sigue diciendo:
No hay ninguno de nuestros músculos que no esté involucrado en la inclinación de
nuestra cabeza, toda reacción a una situación implica la totalidad de la respuesta
del organismo, y, si lo seguimos, vemos surgir dos términos estrechamente
trenzados o articulados, el uno con el otro, el término de reacción catastrófica, y,
en su fenómeno, en el interior del campo de esa reacción catastrófica, la
delimitación como tal de los fenómenos de angustia. Dice, remite a textos de
Goldstein porque dice:
Esa clave que les aporta Goldstein, si siguen su texto, verán la diferencia que hay
para él, de la reacción del desorden por la que el sujeto responde a su
inoperancia, al hecho de estar ante una situación como tal insuperable, sin duda a
causa de su déficit, déficit neurológico dado el caso. Es después de todo, una
manera que no tiene nada de ajeno con lo que puede producirse, incluso para un
sujeto no deficitario, o sea sin ningún problema neurológico, ante una situación de
peligro insuperable. Entonces trae el desamparo freudiano, hilflosigkeit. También
es una cierta trampita, porque el desamparo freudiano, que en realidad viene de
una serie de trabajos que se vienen haciendo y que ustedes van a encontrar
reivindicado, de un modo muy particular incluso en el sentido en que lo usa Freud,
por el gran biológico Jay Gould, no sé si lo han oído nombrar, alguien lo ha leído
porque tiene libros de difusión muy buenos. Se los escribo:
En el pizarrón: Jay Gould.
Esta traducido al castellano. Es un tipo muy genial. Por qué les digo Jay Gould?.
Jay Gould es uno de los grandes intérpretes y renovadores de la teoría de la
evolución. La versión que se tiene de la teoría de la evolución de Darwin, que es la
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versión de Spencer, es pobre. Y justamente una de las cosas más interesantes si
uno lee a Gould, es el énfasis que él pone en las especies, según, incluso en lo
que hace a su evolución, según tengan un largo período de dependencia y estén
desamparadas largo tiempo, del cual el ejemplo más importante somos los seres
humanos, y las especies en las cuales ese tiempo es muy pequeño y que a mayor
tiempo de dependencia en general, también tiene que ver con especies que viven
mucho más tiempo, mientras que las que tiene el menos son las que tienen una
alta rotación de individuos como puede ser por ejemplo, que sé yo, las moscas o
los mosquitos o cualquiera otra de esas. Ahora, todos los desarrollos que él hace
sobre la importancia del desamparo, muestran que el desamparo es uno de los
términos en los cuales hoy en día se piensa la teoría de la evolución,
especialmente en lo que tiene que ver con los seres humanos. Y que sustituye una
parte importante de la transmisión puramente genética, por la transmisión de lo
que se llama habitualmente aprendizaje, etc. Él tiene un hermoso libro, se los
recomiendo, que estaba en una versión, en una editorial española hace un tiempo,
con una traducción que no era muy buena, pero no hay forma de traducirlo sino,
en inglés se llama The Mismeasure of Man, la mala medida del hombre, la
desmedida del hombre, porque está jugando con un término clásicamente
shakespeariano, donde él demuestra, nos interesa a nosotros por esto, cómo
todos los experimentos que se hicieron en la época de Gall, sobre la capacidad
craneana, etc, y todo lo que hacía por ejemplo, él analiza todas las formas en que
se les aplicaba test a la entrada a Estados Unidos a extranjeros, donde pasaban
cosas tan absurdas como que le preguntaban a alguien que recién llegaba: quién
era una estrella de beisbol. Además que, fíjense, esto a mitad del siglo XIX, es
decir, no había que todo el mundo conoce a Maradona o a Messi, no había esa
dimensión de la información globalizada. Y es muy interesante cómo él muestra
toda la tergiversación del concepto mismo de inteligencia. Se los aconsejo que lo
lean porque está escrito por un biólogo y que es un tipo indiscutido en el campo de
la ciencia, además murió hace unos pocos años, relativamente joven de un
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cáncer, porque realmente dice cosas sumamente interesantes para que nosotros
pensemos, incluso su gran libro sobre la evolución, que han sido todos traducidos
al castellano, creo que el último lo tradujo Paidós, me parece, y algún otro lo
tradujo (Editorial Crítica), si les interesa el tema les aconsejo que lo lean. Han
salido recientemente, para quienes le interese el tema, les aconsejo que lo lean.
Entonces digamos, porque el desamparo, hilflosigkeit, no ha perdido importancia
teórica, al revés, ha aumentado cierta importancia teórica y Lacan cuando está
haciendo este juego en el cual compara alguien con un déficit neurológico, con el
desamparo, es un juego teórico evidentemente, porque no podemos hablar del
desamparo como de un deterioro o un déficit patológico, sino como en todo caso
un déficit inaugural con el que todos nacemos, por lo tanto, en sí no es patológico,
es la norma, por lo tanto es normal. Y sigue diciendo:
Para que la reacción de angustia se produzca, como tal, hacen falta siempre dos
condiciones y podrán verlo en los casos concretos evocados:
(1) Que el efecto deficitario sea suficientemente limitado como para que el su-
jeto pueda discernirlo en la experiencia en la que está colocado y que
debido a ese límite, la laguna, aparezca como tal en el campo objetivo. Es
este surgimiento de la falta, bajo una forma positiva, que es fuente de
angustia, con esta salvedad,
(2) que tampoco allí, aún, hay que omitir que es bajo el efecto de una
demanda, de una experiencia organizada, en el hecho de que el sujeto
tiene frente a él a Goldstein o a cualquier otra persona de su laboratorio,
que lo somete a un test organizado, que se produce ese campo de la falta y
se plantea la posición en ese campo. Estos términos, que si no cabe omitir,
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como ustedes saben cuando las investigaciones lo encuentra, lo
encuentran sin duda siempre si es necesario
Fíjense porque lo que está diciendo que es cuando alguien no está
suficientemente afectado, es una experiencia común, ustedes habrán tenido gente
cercana que ha tenido algunos de estos problemas, es que cuando en una de
esas experiencias el sujeto, se percata de que no puede, se Angustia. Pero
también, Lacan marca, se Angustia porque aparece la falta, pero aparece la falta
porque alguien se lo pide, es decir, alguien se lo demanda. Si la estructura no
estuviera organizada en función de la demanda, no habría para esa persona
experiencia de la falta del mismo modo. A veces el mismo sujeto puede pedirse a
él mismo, hacer algo que antes hacía y que no logra hacer y en ese momento,
evidentemente, aparece también la Angustia. Entonces dice:
Para saltar a la algo totalmente diferente, y vuelve al campo del psicoanálisis, lo
que haría allí la experiencia más masiva, no reconstituida, ancestral, rechazada en
la oscuridad de los años antiguos a las cuales habríamos pretendidamente
escapado: de una necesidad que nos une a esas épocas, que es siempre actual,
y que muy curiosamente, de la que no hablamos más que muy raramente, es la
experiencia de la pesadilla.
Entonces tenemos el Unheimlich y la pesadilla. Fíjense que no es lo mismo el
Unheimlich que la pesadilla, porque en el Unheimlich tenemos el heim que se
vuelve familiar, en la pesadilla a veces, en algunos sueños, vemos, que una
situación familiar cambia de sentido, creo que todo el mundo lo ha experimentado
alguna vez, y adquiere algo de Unheimlich, pero Lacan va a enfatizar,
específicamente, la pesadilla con lo que ella implica como tal, además de agregar
que uno tendría que preguntarse por qué los analistas se interesan tan poco en las
pesadillas. Y dice:
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Lo introduzco aquí porque tendremos de todos modos, que dedicar a ello durante
un tiempo, y les diré por qué. Hay una literatura ya constituida y de las más
notables, al respecto de la pesadilla y entonces remite a un libro de Jones sobre la
pesadilla, libro de una riqueza incomparable y les recuerdo la fenomenología
fundamental. No pienso por un momento eludir su dimensión principal, que es la
angustia de pesadilla, es experimentada, hablando propiamente como la del goce
del Otro. El correlativo de la pesadilla es el íncubo, o el súcubo, es decir formas de
demonio, para que lo sepan, íncubo y súcubo son formas de demonios, así como
hay muchos ángeles, hay muchos demonios diferentes, es ese ser que pesa con
todo su peso opaco de goce ajeno sobre vuestro pecho, que los aplasta con su
goce.
Esta definición que Lacan da acá de la pesadilla, definición de la opresión
pectoral, digamos así, del goce del Otro, la reitera muchas veces también. No la
modifica. Y sigue diciendo:
Pues bien, para introducirnos, por este sesgo mayor, en lo que entrega la temática
de la pesadilla, lo primero, que en todo caso, aparece, que aparece en el mito,
pero también en la fenomenología de la pesadilla, de la pesadilla de lo vivido, es
que ese ser que pesa por su goce es también un ser preguntador. No sé cómo lo
tradujeron.
Auditorio: “Que interroga”2.
D.R: Si está bien. Correcto…e incluso, hablando estrictamente que se manifiesta,
se despliega, en esa dimensión completa, desarrollada, de la pregunta como tal,
que se llama el enigma.
2 LACAN, Jacques. (1962- 1963) Seminario X. La Angustia. Paidós: Buenos Aires. Pag. 73.
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La esfinge, que es referencia obligada acá si vamos a hablar del enigma en
psicoanálisis, que no lo olviden, es la entrada en juego que precede a todo el
drama del Edipo, es una figura de pesadilla y una figura interrogadora al mismo
tiempo. Volveremos a ello. Dice.
Entonces observen porque Lacan, ahora si uno mira, esto es mucho más marcado
en los Escritos que en las clases, pero también está en las clases, pasó de la
pregunta del investigador, qué hace que el sujeto se sienta deficitario cuando no
puede responder a una tarea o un dato que le piden, alguien con un problema
neurológico, pasa de esa experiencia y la pregunta, experiencia en que se lo pone
a la pregunta en general y la pregunta vinculada al goce. Se mando un salto
importante, no sencillo tampoco, porque sostener que es este ser interrogador,
que pregunta, que interroga, articularlo por un lado con el goce y por otro ponerlo
en el eje de la pesadilla, yo no sé si ustedes se dan cuenta que es sacarle a la
pesadilla su dimensión imaginaria. No es lo terrible de la imagen el eje de la
interpretación de la pesadilla, sino lo terrible de la pregunta, es muy distinto. Digo
por, casi diría por la forma en que la pregnancia de la estructura imaginaria tiene
sobre nosotros, cuando escuchamos una pesadilla, uno diría que la gente, nuestra
gente analista, entre nosotros, pregunta cómo era esa figura. Es una pregunta
para perderse a menos que aparezca algún rasgo que esa persona considere
especialmente importante. Por qué lo digo?. Porque hay una tendencia a
perderse, cuando se piensa desde esta perspectiva, en lo imaginario de aquel que
pesa en la pesadilla y lo que Lacan está diciendo, olvídense del aspecto
imaginario, olvídense de la imago, de cómo se presenta, recuerden que angustia
por el peso de lo que pregunta. Si no, no nos sirve como para acceder a ese otro
espacio donde no hay imagen, es decir, si la pesadilla no sirve, es justamente,
Lacan trata de pensarla, más allá de la imagen y de los horrores de la imagen. Si
vemos como él sigue…
Teorías psicoanalíticas II: Los Afectos en la enseñanza de J. Lacan. Versión no revisada por la autoraDoctora Diana Rabinovich Clase N° 7 – Martes 01 de Noviembre de 2011
Esta pregunta da la forma más primordial de lo que llamé la dimensión de la
demanda. Aquella, lo verán, que nombramos habitualmente la demanda, en el
sentido de exigencia pretendidamente instintiva, no es más, entonces, que una de
sus forma más reducidas.
Hay que hacer una aclaración, porque Lacan no lo aclara, aunque si lo aclara
porque va a discutir incluso la traducción, alguna traducción que hace Strachey de
términos. No hay que olvidar que está la demanda del Otro, pero está la demanda
de la fórmula de la pulsión, aquí parece referirse más bien a la demanda pulsional,
porque si no, no se entiende lo que quiere decir: Esta pregunta dando la forma
más primordial de lo que llamé la dimensión de la demanda. Aquella, verán, que
nombramos habitualmente como la demanda, en el sentido de la exigencia
pretendidamente instintiva, es decir, que si estamos hablando de la demanda
pretendidamente instintiva, estamos hablando de la demanda a nivel de la fórmula
de la pulsión: ◊D (S barrado rombo D Mayúscula). Que no se da más que en una
forma reducida. Entonces si volvemos para atrás, ese enfrentamiento en la
pesadilla, con una pregunta, con un ser interrogador, que va a dar la demanda
más básica, más importante, evidentemente ubica la pesadilla en el nivel de una
articulación con la pulsión, con una cierta emergencia de lo pulsional. Entonces
sigue diciendo Lacan:
Nos vemos así, pues, llevados, a una cuestión que se articula en el sentido de
interrogar, una vez más, de volver sobre la relación de una experiencia que, en el
sentido corriente del término “sujeto”, puede ser llamada pre-subjetiva con el
término de la pregunta, de la pregunta bajo su forma, la más formada, bajo la
forma de un significante que se propone él mismo como opaco, lo que es la
posición del enigma como tal.
Teorías psicoanalíticas II: Los Afectos en la enseñanza de J. Lacan. Versión no revisada por la autoraDoctora Diana Rabinovich Clase N° 7 – Martes 01 de Noviembre de 2011
Yo no sé si ustedes perciben a dónde está apuntando Lacan acá, dice luego de
decir la pretendidamente instintiva, dice […] volver a la relación de una experiencia
que, en el sentido corriente del término “sujeto”, puede llamarse pre-subjetiva con
el término de la pregunta. Acá si uno, si han leído los Seminarios, se da cuenta de
que esta misma forma pre-subjetiva es como Lacan calificará a la pulsión en el
Seminario XI, como estructura pre-subjetiva. Es decir, que la pesadilla nos plantea
un espacio del sujeto antes de que haya sujeto, es decir, nos lleva a ese primer
tiempo mítico, si queremos, de constitución misma del sujeto, en que eso que va a
devenir sujeto se enfrenta con la pregunta, como dice Lacan, bajo su forma más
formada, bajo la forma de un significante que se propone como opaco. ¿Qué es un
significante que se propone como opaco?.
Auditorio: Una palabra que uno no sabe qué quiere decir, que tiene que ver
conmigo pero que no sé…
El enigma
D.R: Lo opaco porque es un sin un . Es decir, cuando yo tengo una palabra que
no sé qué quiere decir, cualquiera, y que voy al diccionario a buscar significados,
me vienen que lo ubican. La pregunta de la pesadilla es del orden del . Opaco.
No da ninguna significación. Entonces fíjense que así como Lacan nos alerta: la
pesadilla no es la de la dimensión de la imagen, no se pierdan por el lado de la
imagen, nos está diciendo la pesadilla también es sin significación, porque
aparece el enigma que es el significante, opaco, es el significante como tal antes
de hacer cadena y el significante antes de hacer cadena me interroga porque no
sé qué quiere decir. Esta es la posición del enigma como tal y simplemente, lo voy
a tomar más adelante, y recuerden que en un Seminario como el XVII, el de los
cuatro discursos, Lacan da, articula dos formas con la interpretación, el enigma y
la cita. Después volvemos a ello, pero quiero decir, hay que empezar a tenerlos,
Teorías psicoanalíticas II: Los Afectos en la enseñanza de J. Lacan. Versión no revisada por la autoraDoctora Diana Rabinovich Clase N° 7 – Martes 01 de Noviembre de 2011
diría, las piecitas del curso de Lacan, para saber cómo reaparecen en distintos
lugares, en distintos rompecabezas, ubicadas de distintas maneras, pero que a
veces la piecita es la misma. Entonces sigue diciendo:
Esto nos lleva a los términos que creo perfectamente articulados, quiero decir, que
nos ponen en situación a cada instante de llevar al pie de mi propio muro, es decir
de hacerme precisar…
Auditorio: Le puedo hacer una pregunta. No termino de entender por qué lo
propone como pregunta, porque la formulación de pregunta me suena más a -.
D.R: No.
Auditorio: El enigma si me queda más claro por su opacidad, pero la dimensión
de la pregunta…
D.R: Eso es porque nos quedamos con una dimensión de la pregunta de la
conciencia. Es decir, la primera pregunta cuando estoy ante un solo, que no dice
nada y qué diablos querrá decir. Pensar que la pregunta es siempre el che vuoi,
que Lacan da en el grafo, es limitar la dimensión de la pregunta.
Auditorio: El che vuoi sería la falta respecto de la conciencia?.
D.R: No, no. El che vuoi tiene la estructura de -, entonces, es la pregunta en el
sentido en que cualquiera puede hacerla, no en el sentido del enigma. Lacan nos
está recordando que no toda pregunta es che vuoi, que la pregunta a veces, y que
incluso el che vuoi, puede ser tomado como un significante único, sin separar
entre los dos, porque la unidad significante en psicoanálisis, ojo, no es la palabra,
recuerden eso. La unidad significante puede ser un dato en psicoanálisis, no
seguimos las unidades lingüísticas, entonces, en lo que Lacan está recordando es
Teorías psicoanalíticas II: Los Afectos en la enseñanza de J. Lacan. Versión no revisada por la autoraDoctora Diana Rabinovich Clase N° 7 – Martes 01 de Noviembre de 2011
la pregunta más fundante que tiene que ver con el hilflosigkeit, con el desamparo,
con estar a merced de ese Otro, esa pregunta es un enigma, no es una pregunta,
ya el que che vuoi es una elaboración del enigma. Está claro.
Y fíjense que Lacan se toma el trabajo de aclarar en el texto, en la lección, que
creo que coincide con lo que dice en el Seminario publicado. Dice:
La relación con una experiencia pre-subjetiva, es decir, que ese aparece antes
de que haya sujeto, entonces, es algo que él desarrollará con más detalle y con
más rigor, cuando trabaje el yo no pienso o yo no soy, en Seminarios posteriores,
esto va a estar mucho más claramente formulado, acá está como esbozado, pero
el punto que ustedes tiene que tener en cuenta, es que hay muchas variantes de
la forma interrogativa, no podemos pensar la forma interrogativa como una sola
forma. Por el ejemplo, el che vuoi hace sentido, pero un suelto, doy ejemplos,
porque puede ser cualquiera para cualquiera, además son absolutamente
particulares en este caso, no sabemos cuál puede ser, y el enigma es
básicamente justamente un que nos deja…, cuál es la función del enigma?.
Dejar que el Otro interprete.
Para responder al enigma lo que hacemos es interpretar en el sentido común, ni
siquiera psicoanalítico de la palabra. Si alguien nos pone una adivinanza y nos
pone una palabra que no tenga ningún sentido, podemos dar, son las experiencias
que hacían los surrealistas que a Lacan siempre le gustaron tanto, evidentemente
podemos dar una serie de interpretaciones, razonables o dilatadas, pero se pone
en juego frente al enigma la función interpretativa. Ahora, tenemos que pensar
que en la pesadilla, como Lacan la describe acá, la función interpretativa aún no
funciona, estamos en una dimensión pre-subjetiva, lo que aparece es la sensación
de peso, el peso de algo que me pide y no sé que es. No sé qué es lo que me
pide, ni sé quién me pide, ni sé quién soy, los no sé son mayores que los sé,
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porque en el ejemplo que vos me preguntabas supones un yo justamente, y acá
esa pregunta sale del monstruo de la esfinge, digamos así, pero en todo caso, no
importa como dibuje al monstruo, lo que importa es la sensación de que me pide
algo a nivel pulsional que yo ya no puedo responder, porque no me está pidiendo
a nivel de demanda de amor, tengámoslo claro, no estamos con la demanda de
amor acá, estamos con la demanda pulsional, no estamos con la demanda de
amor. Esto queda más o menos claro?.
Auditorio: Yo tengo una pregunta en relación a esto. No sé si es para responder
ahora, va a haber un correlato de esto pre-subjetivo que va a aparecer en la
experiencia analítica, por esta cuestión de que el analista interviene con el enigma
en el lugar de la Angustia.
D.R: Perdón, pero antes de eso, en la experiencia de la pesadilla, quedémonos
con lo que Lacan está diciendo acá: experiencia de la pesadilla. En la experiencia
de la pesadilla aparece una interrogación opaca, de cuyo significado yo no sé, y
que me lleva al máximo de la Angustia, por ahora quedémonos ahí, después
cuando hablamos de otras cosas, o cuando hablamos más de la experiencia
analítica que yo hice una referencia ocho años después del [Seminario X]
Seminario, entonces, bueno obviamente podemos ubicarlo de otra manera, pero
acá el enigma está jugando así. Y fíjense que Lacan dice: bajo la forma de un
significante que se propone él mismo como opaco, es la posición misma del
enigma como tal. La definición de enigma en el Seminario X, es un significante
opaco, cuya significación no aparece y el significante cuya significación no
aparece por excelencia es el . Y no por nada, inmediatamente, vamos a ver en lo
que sigue y ahí hacemos un pequeño corte.
Esto no remite a los términos que creo haber articulado perfectamente, quiero
decirles, que nos ponen en situación de llevar a cada instante al pie de mi propio
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muro, al propio Lacan, de explicitar definiciones ya propuestas y de ponerlas a
prueba en el uso que hago con ustedes. Este significante, les dije, en tal giro, es
una huella, pero es una huella borrada. Seminario IX Las huellas borradas que él
da con el ejemplo de Robinson Crusoe cuando desarrolla el Seminario IX. El
significante, les dije en otro momento, se distingue del signo en tanto que el signo
es lo que representa algo para alguien, y el significante, es lo que representa un
sujeto para otro significante.
Quiere decir que este significante, por ahora, representa a un sujeto, pero no
sabemos cuál es el otro significante. Hay una suspensión, un corte de la cadena
en la pesadilla. Fíjense que no es casual que Lacan vuelva a esta definición con la
que va a insistir hasta el cansancio siempre, y dice: Un significante es lo que
representa un sujeto para otro significante, bueno, el enigma es el primer
significante y nada más, o pongan significante tres, cuatro, cinco, no importa,
porque acá lo que importa es el carácter de aislado, porque incluso pueden
sacarlo de la mitad de una cadena y dejarlo solo, no tiene porqué ser el uno, en el
sentido de no quedarse prendido del uno de la serie de los números. Es el uno en
el sentido de la huella borrada, es el significante Unario en todo caso, como lo
llamará Lacan en el Seminario IX.
Bueno, interrumpimos un minuto. Les dejó tomar un café y seguimos.
SEGUNDA PARTE.
Bueno, entonces, Lacan pasa a poner a prueba, dice:
Aquello de lo que se trata, que es nuestra relación angustiada con ese objeto
perdido, pero que seguramente no está, de todos modos, perdido para todo el
mundo, a saber, como lo verán, como se los mostraré: ¿acaso uno lo vuelve a
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encontrar? Pues, sin duda, no basta olvidar algo para que no continúe estando allí,
pero está allí y no sabemos ya reconocerlo. Para volverlo a encontrar, convendría
volver sobre el tema de la huella, huella borrada, no cierto, para darles términos
destinados a animar para ustedes el interés de esta investigación, voy a darles
dos flashes sobre el sujeto de nuestra experiencia más común. Entonces da uno
relacionado con la histeria y otro con la neurosis obsesiva. Dice lo siguiente:
1. ¿Es que no les parece que la correlación es evidente entre lo que intento
esbozar para ustedes y la fenomenología del síntoma histérico, el síntoma
histérico, en su sentido más amplio. Entonces, observen que lo que dice es
intento dibujar para ustedes, una correlación entre, él describe y la
fenomenología del síntoma histérico en su sentido más amplio. No
olvidemos que no sólo hay pequeñas histerias, también hay las grandes:
hay anestesias, hay parálisis, hay escotomas, hay limitaciones del campo
visual. La angustia no aparece en la histeria, exactamente en la medida en
que esas faltas son desconocidas.
Esto ha sido trabajado largamente, porque la histeria es menos susceptible a la
Angustia que la neurosis obsesiva y la fobia, y que la Angustia no aparece en la
histeria en la medida, en que puede desconocer, negar la falta.
2. Es claro el primero. El comportamiento del obsesivo, les doy esta clave, yo
hago rodeo, dice: El obsesivo en su manera tan particular de tratar al
significante, a saber, el ponerlo en duda, el desarmarlo, borrarlo, triturarlo,
transformarlo en migajas, a saber, el comportarse él mismo como Lady
Macbeth con esa maldita huella de sangre, que no podía borrar, el
obsesivo, por una vía, sin duda sin salida, sin duda, pero cuya meta no es
dudosa, opera, en el sentido de reeencontrar, bajo el significante, el signo.
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Es decir, lo que quiere decir algo para alguien y aparece una búsqueda
incesante de significación.
Es volver no advenido la inscripción de la historia. Acá la referencia es a las
descripciones de Freud del hombre de las ratas. Pasó así, pero no es seguro. No
es seguro porque eso no es más que significante, la historia es un truco,
entonces, invención, en lo cual tiene razón el obsesivo, captó algo, quiere llegar al
origen, a la etapa anterior, a la del signo, que ahora intentaré hacerles recorrer en
sentido contrario. No es por nada que partí hoy de nuestros animales de
laboratorio. Después de todo, no sólo hay animales en los laboratorios: podríamos
abrir las puertas y ver lo que hacen, ellos, los animales, con la huella o las trazas
según las traducciones. No es solamente la propiedad del hombre el borrar las
trazas, el operar con las huellas: se ve que hay animales que borran sus huellas.
Se ven, también, comportamientos complejos que consisten en enterrar cierto
número de huellas, por ejemplo de deyecciones. Es conocido en los gatos.
Una parte del comportamiento animal, consiste en estructurar un cierto campo de
su Umwelt, de su medio ambiente, por huellas que lo puntúan y que definen sus
límites de su territorio. Es lo que se llama la constitución del territorio. Los
hipopótamos hacen eso con sus deyecciones, y también con el producto de ciertas
glándulas que son, que están, si mi recuerdo es correcto, son, perianales. El
ciervo va a frotar sus cuernos contra la corteza de algunos árboles: esto tiene
también el alcance de una delimitación de las huellas.
No voy a extenderme en la infinita variedad de la zoología. Lo que me importa,
que es lo que quiero decirles respecto al borramiento de las huellas. El animal, les
dije, borra sus huellas y hace huellas falsas. ¿Hace, falta para ello, significantes?
Hay algo que el animal no hace... Acá está retomando todo un desarrollo del
Seminario de la Identificación donde describe todo esto. […] no hace huellas
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falsamente falsas, lo que es un comportamiento, no diré esencialmente humano,
pero si esencialmente, significante. Aquí está el límite. Entienden bien, huellas
hechas para que se las crea falsas y que son, sin embargo, las huellas de mi
verdadero paso. Y es lo que quiero decir diciendo que ahí se presentifica un
sujeto. Cuando una huella fue hecha para que se la tome como una falsa huella,
ahí sabemos que hay, como tal, un sujeto hablante.
Y ahí sabemos que hay un sujeto como causa: la noción misma de la causa no
tiene otro soporte que éste.
Lo de las huellas falsas, falsamente falsas, creo que es claro, no necesita mucha
explicación y que implica como tal al significante mismo, lo importante es lo que
Lacan agrega acá: Estas huellas falsamente falsas implican la existencia de un
sujeto que habla y sabemos que hay un sujeto como causa, como causa de qué?
De las huellas. Pero para ello tienen que ser huellas falsamente falsas. Es lo que
se dice comúnmente: falsas pistas.
Fíjense que es muy interesante porque en toda la literatura inglesa sobre todo, de
misterio, esto se dice con un término muy particular, que son red herring, que
serían arenques rojos, no hay arenques rojos, se llaman red herring, cuando en
una novela a alguien le ponen pistas falsamente falsas para que no pesque quién
es finalmente el asesino. Esta idea, por ejemplo, es una de las fascinaciones que
los sujetos hablantes podemos tener con ese género tan raro que es el misterio,
justamente desarmar, las huellas falsamente falsas y llegar a estructurar cuáles
son las verdaderas, pero para eso tiene que a haber un sujeto como causa de
estas huellas falsamente falsas. Fíjense porque decir que el sujeto es la causa de
las huellas falsamente falsas no es hablar todavía de la causa del deseo. Está
hablando simplemente, que indica que ya operó, que un significante representa a
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un sujeto para otro significante y que ese efecto sujeto puede dar huellas
falsamente falsas de su paso y por lo tanto hacernos perder.
Intentaremos después, de extenderlo al universo, pero la causa original es la
causa, como tal, de una huella que se presenta como vacía, que quiere que se la
tome por una falsa huella. ¿Y qué es lo que esto quiere decir? Esto quiere decir,
indisolublemente, que el sujeto, allí, donde nace, se dirige ¿a qué? Se dirige a lo
que, brevemente, llamaré la forma más radical de la racionalidad del Otro, pues
ese comportamiento no tiene ningún otro alcance posible que el asumir un lugar,
una rango en el lugar del Otro, en una cadena de significantes, de significantes
que tienen o no tienen el mismo origen, pero que constituyen el único término de
referencia posible para la huella devenida significante.
De tal suerte que ustedes captarán allí, que en el origen, lo que nutre la
emergencia del significante, es la meta de lo que el Otro, el Otro real, no sepa.
Porque si justamente va a hacer huellas falsamente falsas es para que el Otro no
sepa. Y dice:
Allá él no lo sabía, del sueño de Freud, se acuerdan, él no sabía que estaba
muerto, se arraiga en un él no debe saberlo. El significante sin duda revela al
sujeto, pero borrando su huella. Volvamos a este párrafo que es complicado.
Primero. La causa en Lacan y Lacan es claro, lo dirá en distintos momentos de su
enseñanza, incluyendo, por ejemplo, la ciencia y la verdad, si tomamos en cuenta
los Escritos, está desarrollado también en el artículo, el que está basado en el
Seminario XI…
Auditorio: Posición del inconsciente
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D.R: Si. Ahí vuelve a decir esto. La causa en sentido estricto es el significante y el
sistema significante. Sin esa causa que es el sistema significante, no habría la otra
causa que es el objeto. La causa primera, digamos, en términos lógicos, es la
causa significante y luego vendrá el objeto como causa. Por eso Lacan ubica
primero la causa en relación al significante, retomando o anticipando, bien, cosas
que va a desarrollar con bastante detalle tanto en Posición del Inconsciente y el
Seminario XI, no cierto, como en otros textos posteriores. Entonces qué es lo que
dice Lacan acá?. Primero. La causa original es la causa como tal de una huella
que se presenta como vacio. Esta huella que se presenta como vacio, que es el
significante que se borra, pero que opera porque está borrado, porque no es su
materialidad de cosa, sino en su materialidad de significante mismo, también
marca otra cosa en Lacan, que ustedes tienen que tener presente siempre, porque
él nunca lo deja de enfatizar, digamos así, que es la idea, que él dice aquí, que el
expresaba en Instancia de la letra, como un significante es lo que los otros
significantes no son. De modo tal que es una definición en última instancia
negativa. Un significante es todo lo que los otros significantes no son, sólo por su
diferencia con otros significante, podemos atribuirle alguna forma de positividad al
significante.
Ese borramiento de toda cualidad, es también el borramiento de la huella. Lo que
Lacan está apuntando al insistir tanto en borramiento de la huella, es que el
significante no es una experiencia empírica, sino que el significante es una
experiencia de un sistema que en sí es un sistema de puras diferencias, donde yo
sé que lo que un significante es por la negativa, por lo se diferencia con los otros.
Entonces quiere decir esto indisolublemente que el sujeto allí donde nace, y
fíjense que ahora hicimos un paso: De lo pre-subjetivo que él venía describiendo
antes cuando habló de la pesadilla, pasamos a otra dimensión que es la
dimensión de esto que él llama el nacimiento del sujeto, es decir, hay un momento
en que el sujeto aparece, ese momento en que un significante representa a ese
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sujeto ante otro significante, lo que el llamará operación de alienación al comienzo
del Seminario XI, -. Dice:
El sujeto, allí, donde nace, se dirige ¿a qué?: A lo que llamaré, brevemente, la
forma más radical de la racionalidad del Otro. Cuál es la forma más radical del
Otro?. Todavía no lo ha dicho, lo dice después. Dice: porque ese comportamiento,
el de borrar las huellas, no tiene ningún otro alcance posible más que el de
adquirir un rango, un lugar, en el lugar del Otro, en una cadena de significantes.
Es decir que el sujeto encuentra su lugar en la cadena del Otro, por eso dice un
rango, un lugar, un punto en la cadena del Otro. Si logra eso, los significantes, que
tiene o no tienen el mismo origen. Qué quiere decir esto?. Que la cadena puede
venir de diversos otros concretos, no de un solo Otro desde ya, […] pero que
constituyen el único término de referencia posible a la huella devenida significante.
Es decir que a lo que da su lugar al sujeto, a lo que el nacimiento del sujeto se
dirige es su lugar en la cadena estructural del significante en el Otro. Y eso implica
todo borramiento de la implicidad de la huella posible. Dice:
De modo tal que si ustedes captan ahí, que en el origen, lo que nutre la
emergencia del significante, es algo que apunta a lo que en el Otro, el Otro real,
no sepa, que el Otro real no sepa, qué quiere decir?. Que es inconsciente, por eso
Lacan, un ejemplo sobre el cual yo insisto por lo claro que es, Lacan en los
Seminario V y VI, volverá sobre ello. Cuando Lacan afirma que sí podemos seguir
un momento en que el niño, para darlo con su más graso aspecto fenoménico,
empírico y evolutivo, se da cuenta que el Otro no adivina sus pensamientos, que si
rompió algo y lo esconde bien, el Otro no sabe que él sabe que rompió; esconder
la huella, en ese momento se percata de que el Otro también está barrado, de que
esa omnipotencia del Otro que es la primera omnipotencia que funciona, para
Lacan, la omnipotencia es primero del Otro, no del niño. El niño es omnipotente
porque se identifica con el Otro omnipotente, Lacan insiste mucho esto, la famosa
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omnipotencia del pensamiento infantil, no es más que un reflejo para Lacan, en el
niño especular de la omnipotencia del Otro que sabe todo, además, es común,
que los padres hasta el momento en que el niño empieza a poder mentir, a
mentirles bien, no mal, no con cara culpa, sino cuando sabe que el Otro no puede
adivinar lo que piensa, en ese momento recién aparece el Otro constituido como
inconsciencia también, en ese no sabe, y no sólo, por eso dice: Él no lo sabe, dice
Lacan, se transforma en un no debe saberlo, lo cual es evidente en el ejemplo que
doy. Dice:
El significante sin duda revela el sujeto pero borrando su huella, porque ese sujeto
es el sujeto del inconsciente, no es el ego, no es el yo, no es el moi, que habla, es
el sujeto del inconsciente que habla que a partir de ahí se relaciona con un Otro, ,
como un Otro que también está barrado, Queda claro. Es decir, ese borramiento
tiene que ver con la estructuración misma del inconsciente. Y Lacan sigue
diciendo:
Hay entonces, primero un , le da vuelta al , es un paso por el hecho de la causa,
como siendo básicamente el sistema significante y ahora vuelve al objeto. Y dice:
[Retoma el párrafo que venía leyendo] El objeto de la caza, que todavía, fíjense
Lacan habló nada más que de objeto de deseo, no habló de otra cosa […] y un A
mayúscula, en el intervalo del cual el sujeto, ese aparece con el nacimiento del
significante, pero como barrado, como no sabido, como tal. Toda la ubicación
ulterior del sujeto, reposa sobre la necesidad de una reconquista de ese no sabido
original.
Ese no sabido original tiene que ver con el Otro como inconsciente, con lo que el
Otro como inconsciente, como barrado, no sabe. Y Lacan dice:
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Entiendan entonces, allí, ese algo que ya, yo les hice aparecer la relación
verdaderamente radical en lo que concierne al ser, a reconquistar, de ese sujeto,
con ese agrupamiento del , del objeto de la caza, con esa primera aparición del
sujeto como no-sabido, lo que quiere decir inconsciente, unbewusste, justificado
por la tradición filosófica que confundió el bewusst de la conciencia con el saber
absoluto, y que no puede a nosotros bastarnos, en la medida en que sabemos que
ese saber y la conciencia no se confunden, pero que Freud dejó así abierta la
cuestión de saber de dónde puede efectivamente provenir la existencia de ese
campo definido como campo de la conciencia.
Observen lo que está haciendo Lacan acá. Primero. Está empezando a esbozar lo
que en este Seminario van a hacer las dos operaciones de la división subjetiva. No
sé si tienen idea, pero hay dos operaciones de la división subjetiva, una donde
aparece primero el , y otra donde aparece primero el . Digamos que son, habría
que pensarlo así, no es que una sea anterior a la otra, sino son dos lógicas
diferentes. Están vistas desde una perspectiva lógica que no es equivalente, por
eso Lacan dice acá:
…algo que ya les hice aparecer la relación verdaderamente radical en lo que
concierne al ser, a reconquistar, de ese sujeto, con ese agrupamiento del , con
esa primera aparición del sujeto como no-sabido. Qué es la agrupación del con
el sujeto como no sabido?. El fantasma: y . Si ustedes lo piensan, la clase
pasada, vino hablando del fantasma, entonces es lógico que lo retome aunque no
lo mencione como tal. Pero a diferencia de la filosofía tradicional, para Lacan, el
problema no es saber cómo se constituye el inconsciente, sino el problema es
saber cómo a partir de la existencia del inconsciente puede haber conciencia. Da
vuelta la interrogación habitual de la filosofía. Y dice:
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[Retoma el párrafo que venía leyendo] Y al respecto, después de todo, puedo
reivindicar que el estadio del espejo, articulado como lo está, tal como es aportado
al respecto aporta un comienzo de solución, a como se puede constituir la
conciencia. Pues sé bien qué insatisfacción puede dejar en ciertos espíritus
formados en la meditación cartesiana. Pienso que, este año, podremos hacer un
paso más, que les permita captar cómo ese sistema, llamado de la conciencia, el
origen real de ese sistema, el objeto original que está en la base de la conciencia.
Y aquí es donde vamos a ver algo que va a estar muy desarrollado cuando Lacan
trabaje en el Seminario XI, mirada y visión, y en el XIII, la estructura de la mirada,
que es que el es condición de la conciencia. No es que el es lo que queda
cuando le sacamos la conciencia, sino que para que haya, para que quede más
claro quizá en estos términos, la conciencia, la bewusst, en su tradición filosófica,
es inseparable del campo de la visión, ya el mismo Heidegger lo trabajó como
inseparable del campo de la representación. Es decir, el cogito cartesiano exige el
campo de la representación, pero lo dice Heidegger muy claramente en el artículo
que se llama las concepciones del mundo, pero justamente, lo que Lacan quiere
decir acá es otra cosa, quiere decir, para que haya visión, para que haya
especularidad, para que haya tres dimensiones tiene que estar el . Se dan
cuenta?. No es que el es lo que devela y se forma al margen de eso que se
llama la conciencia, sino que el sostiene la conciencia. Es unos de los sentidos
de los capítulos, de los desarrollos de Lacan en el Seminario XI, este punto,
bueno, justamente, cómo pensar el campo de la visión que nos parece como lo
más inmediato, lo más dado, eso que antecede al desarrollo de la motricidad en su
racionamiento sobre el estadio del espejo, como eso tiene como condición, no
como consecuencia, es decir, en verdad es la consecuencia de la existencia
objeto del como tal.
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Este es el vuelco, en un punto de profundo anti-cartesianismo de Lacan, por
decirlo así, decir que lo que veo, depende de lo que me mira, lo pueden poner en
términos de objeto mirada, es una inversión filosófica fuerte, por eso, yo siempre
comento que si ustedes leen a algunos filósofos contemporáneos que han
entendido muy bien a Lacan y que se consideran discípulos de Lacan, me refiero a
alguien como Badiou, no dice prácticamente nada sobre el objeto . Habla de todo
menos del objeto . Le pregunté varias veces personalmente sobre el objeto ,
nunca me contestó. Cómo ubica al objeto. Cero respuesta. Este objeto se hace un
problema a los filósofos, enorme, porque este objeto que es causa del deseo, que
es recuperación de goce, que es el gran consuelo del sujeto como lo llamará
Lacan en algún lado, ese objeto escapa tanto y condiciona el campo de la
racionalidad para Lacan, de un modo tal que sólo desde la perspectiva muy
interna de la experiencia analítica podemos entenderlo.
Sólo, a través, casi diría, de la propia experiencia de la determinación por el
objeto, es que podemos entender algo de ese orden. No sé si queda claro. Y
justamente toda está introducción que está haciendo acá Lacan es para mostrar
que va a haber una inversión fundamental en la cual la conciencia va a estar
condicionada, el verme- verse, que Valéry usará en el Cementerio Marino, por
ejemplo, está condicionada, es lo que Lacan cita en el Seminario XI, está
condicionada por el objeto mirada, entre otros, pero por la posición del objeto .
Diría que esto es lo que da también un sentido, dada la relación que hay entre el
objeto y la Angustia, le da un sentido muy particular a la Angustia de Lacan, que
no es comparable con la preocupación, con ninguna de los matices que
filosóficamente, con una cierta riqueza de descripción que muchos autores han
hecho.
Y entonces, fíjense cómo reformula, repito la última frasecita: Freud deja abierta la
cuestión de saber de dónde puede venir efectivamente la existencia de ese campo
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definido como campo de la conciencia, como si fuera algo que queda sin aclarar
en Freud. Y la percepción-conciencia para establecerse, en sentido estricto para
Lacan, exige al . En esto, reconozcámosle algunas intuiciones psicoanalíticas
útiles, Melanie Klein lo vio. Melanie Klein a su modo, con su imaginarización
incluso del objeto, lo vio, porque para ella el objeto era condición de la percepción,
no la percepción condición del objeto. Para ella los trastornos de aprendizaje
dependían de esa relación con los objetos y no eran simplemente una alteración
del principio de realidad, sino dependían de la constitución misma del campo en el
cual se pueden crear el sujeto del conocimiento. Está diciendo una cosa
fundamental, que el sujeto del conocimiento no es primero, sino que es después
de que se crea y Es secundario desde la perspectiva del psicoanálisis a lo que
comúnmente se llama el conocimiento. Si seguimos leyendo, veremos que dice.
Reivindica el objeto original y dice:
Pues no estaremos satisfechos de haber refutado las perspectivas de la
conciencia, más que cuando al fin, sabremos, que ella se vincula ella misma a un
objeto aislable, a un objeto especifico en la en la estructura. Es decir el objeto .
Les indiqué recién la posición de la neurosis en esta dialéctica. No tengo la
intención de dejarlos tan en suspenso. De inmediato voy a volver a ello. Si ustedes
han captado lo incisivo de aquello de lo que se trata, concerniendo a la
emergencia del significante como tal, esto nos permitirá comprender
inmediatamente en qué pendiente deslizante nos vemos ofrecido, en lo que
concierne a lo que sucede en las neurosis.
Quiero decir que, la demanda del neurótico, todas las trampas en las que se
compromete la dialéctica analítica dependen de esto, de que haya sido
desconocida el lugar originario de lo falso en esa demanda.
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Lo falso en el sentido que borra la huella. Es decir, la huella falsamente falsa. Y
un punto que tenemos que ver, es que una de las formas de la huella falsamente
falsa, es la demanda misma, porque o si no, no se entiende lo que está diciendo
Lacan acá. Lacan dice:
Quiero decir que, la demanda del neurótico, todas las trampas en las cuales se
compromete la dialéctica analítica dependen de esto, que se ha desconocido, el
lugar originario de lo falso en esa demanda.
Por un lado tenemos esto y por vamos a otro punto que es a lo Freud vio también
en el Proyecto y Lacan comentó, los que estuvieron en el Seminario VII, que es la
función de la primera mentira, protonpseudos, en el Proyecto. Es decir, Freud de
algún modo avizoró algo de esto, de la falsedad de ciertas demandas, de la
falsedad estructural de ciertas demandas como tal y Lacan lo irá desarrollando
más. Y dice:
La existencia de la Angustia está vinculada con lo siguiente: que toda demanda,
así fuese la más arcaica y más primitiva, siempre tuvo algo de engañoso respecto
a lo que preserva el lugar del deseo, que él insistió, por ejemplo en significación
del falo, la diferencia de la época demanda, deseo, necesidad; necesidad,
demanda, deseo en realidad. Y el deseo como lo que queda entre la demanda y la
necesidad. Y dice:
La demanda tuvo algo siempre engañoso en lo que hace a preservar el lugar del
deseo. Y que esto es lo que explica también el contexto angustiante de lo que, fue
esa falsa demanda, cuando a esa falsa demanda se le da una respuesta que
colma. Vuelve a criticar directamente la idea frustración, agresión, regresión. La
idea de que es la frustración del pedido, de la necesidad, de lo que fuera, lo que
es el motor del desarrollo del sujeto. Entonces dice:
Teorías psicoanalíticas II: Los Afectos en la enseñanza de J. Lacan. Versión no revisada por la autoraDoctora Diana Rabinovich Clase N° 7 – Martes 01 de Noviembre de 2011
Lo que hace que la madre, que, como yo lo veía surgir, no hace mucho tiempo, en
el discurso de una de mis pacientes, nunca dejó hasta tal edad, a su hijo en un
mínimo lugar, no dio a esa demanda más que una falsa respuesta, una respuesta
verdaderamente al costado, una pararespuesta seria, porque si la demanda es
algo que está estructurado como les dije porque el significante es lo que él es, ella
no ha de ser tomada, la demanda, al pie de la letra. Lo que el niño demanda a su
madre, de su demanda, es algo que, para él, está destinado a estructurar esa
relación presencia-ausencia que el juego original del fort-da estructura y que es un
primer ejercicio de dominio.
Es el colmar totalmente un cierto vacío a preservar, que no tiene nada que ver con
el contenido, ni positivo ni negativo, de la demanda, es allí que surge la
perturbación en que se manifiesta la angustia.
Volvemos a este punto: Es me falta la falta. Es decir, taponar la falta vía la
satisfacción o el colmar la demanda es siempre engañoso por estructura y es dejar
fuera el lugar del deseo en la medida en que el lugar del deseo, y Lacan acá no
cambia jamás, es inseparable del mantenimiento de un vacio.
Bueno seguimos con esto mismo el sábado. La próxima semana nos tocaría el
jueves diez. Bueno, hasta el sábado.