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Lucha Social N 1

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Primera edicion de la revista de nuestra organizacion

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/ 1 / Editorial Revista Lucha Social N°1

ÍNDICE

Como estudiantes este año presenciamos lo que correspondería a una etapa de reflujo social, en el cual tanto organizaciones, sujetos

como movimiento en su conjunto, se concentraron en la introspección frente a lo vivenciado durante la álgida batalla del 2011. Nuestros ba-lances pueden ser positivos o negativos de acuerdo al carácter pro-

ductivo de este proceso, sin embargo lo que nos interesa observar son los efectos de este período: los avances en materia de demandas, las apuestas orgánicas y políticas, las nuevas herramientas de acción directa, sin dejar de lado las arremetidas de la clase política y el complejo escenario que se nos enfrenta para poder ejercer la libre manifestación y protesta.

Iniciamos un segundo semestre con la activación de nuestros compañeros secundarios, radicalizando inmediatamente sus formas de lucha, situación que no sólo nos hace reflexionar sobre la capacidad con-vocante y movilizante de la organización estudiantil secundaria, sino que también pone en entredicho la lenta reacción y organización del sector universitario. Las demandas apuntan hacia una dirección en términos de reforma, de carácter y estructura del sistema educativo, sin embargo, como propuesta, los secundarios llevan la delantera al proponer iniciativas como control comunitario, ejercicio territorial de contenido y gestión del proceso educativo. Tales proyecciones son posibles sólo a partir de la experien-cia que vivenciaron el año pasado (Liceos autogestionados), logrando consolidar niveles de autogestión que rompieron con la lógica del estudiante cliente, ciudadano y mero demandante, posicionándose entonces como un sujeto transformador de su realidad, capaz no sólo de exigir socialmente, sino que de articular salidas revolucionarias, que rompan con los modelos a la vez que cimentan nuevas relaciones, ideas y perspectivas de acción.

Por nuestra parte, aun respondemos a la vuelta de la ola, sin anteponernos al propio cuerpo y dina-mismo del movimiento social. Puede corresponder a una ceguera política, a un síntoma propio de la modernidad paralizante, o incluso a una pérdida de memoria a corto plazo, pero lo que sí nos debe preocupar frente al advenimiento del homus spectator, es la sobrevivencia pública y gratuita de una dirigencia mediática que no responde a ese tejido directo (las bases) que debiera estar articulado para darle función. Vivenciamos esta de-vuelta con menos cimientos que antes, con menos certezas, pero con más oportunidades de revestirnos de contenido y propuestas de mediano y largo alcance. Hay que entender que el camino a una educación de carácter social, producida, recreada y mantenida por el pue-blo, es una batalla que no sólo se agita en la movilización y con demandas concretas, sino que debiera traducirse también en proyectos de alcance transversal, social y político, que nos despeguen de nuestra trinchera gremial y nos hagan destruir las categorías estructurantes como lo estudiantil, de manera de permitirnos pelear en conjunto como clase explotada, y ser todos constructores y partícipes de un mis-mo proyecto de autogestión educativa.

EDITORIAL

• Presentación • Una educación socializada • Reflexiones sobre la lucha por la educación • Ley Hinzpeter, la arremetida del bloque en el poder • La lucha de los pescadores artesanales contra la Ley Longueira • Análisis del movimiento estudiantil: A impulsar la lucha!

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Revista Lucha Social N°1 Presentación / 2 /

¿Quiénes somos?

Somos una organización de estudiantes de tendencia liberta-ria, conformada por compañeros y compañeras de diversos centros de estudio de la región de Valparaíso, tanto estatales como privados.

Entendemos la organización de tendencia como una agrupación político-social, ya que se encuentra en un nivel intermedio entre ambos espacios, militando directamente en las organizaciones sociales de base, y a la vez organizados políticamente por afinidad a los métodos y objetivos libertarios, para pla-nificar nuestro accionar en el plano estudiantil. Pretendemos avanzar desde el movimiento estudiantil hacia una convergencia social, para así aportar concretamente a la construcción de un movimiento popular fuerte y organizado, pues creemos que sólo mediante la unidad en la lucha se alcanzan objetivos de fondo.

Nuestra organización es autónoma de partidos políticos, crea sus propias líneas políticas de acción y se estructura por bases estudiantiles unificadas mediante federalismo y democracia directa, rechazando la centralización del poder en un órgano directivo.

¿Qué buscamos?

En primer lugar apuntamos a socializar el conflicto por la educación, para que esta lucha deje de ser estrictamente gremial, y se transforme en una lucha social amplia, puesto que la educación no compete sólo a quienes están inmersos en el sistema educativo formal, sino que es un bien producido social y colectivamente, que refleja el desarrollo, contenidos, experiencias, acuerdos y desacuerdos de la socie-dad en su conjunto; además es un proceso que va más allá de la institución que la encarna, sino que está presente, de diversas formas, en todos los espacios de la vida.

La educación formal hoy en día es un instrumento de reproducción de la desigualdad a favor de las cla-ses dominantes, quienes además de lucrar con ésta, determinan sus contenidos y estructura para generar sujetos dóciles y útiles para el sistema de acumulación capitalista. De esta manera, entendemos que la educación debe ser defendida como un derecho social, puesto que no debe ser un privilegio de unos po-cos, y articulada por el pueblo en su conjunto, para que no siga siendo una correa de transmisión ideo-

lógica que legitime el actual sistema de dominación y explotación.

Pero para que las organizaciones del movimiento estudiantil se relacionen y coordinen con organi-zaciones de otros sectores sociales, éstas han de ser legítimas, democráticas, en el sentido directo y no representativo, y dispuestas a la solidaridad activa en la lucha. Es por esto que nuestra tarea más inme-diata es, además de agitar y propagar la necesidad de la socialización del conflicto, aportar con todas

nuestras energías a la cualificación de la organización

PRESENTACIÓN

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Para caminar hacia la idea de una educación socializada debemos cimentar primero un ca-

mino de lucha, organización y generación de pro-yectos que nos den la posibilidad de avanzar co-lectivamente desde la realidad actual. Este camino estará atravesado por la contradicción material y subjetiva entre educación/mercado/Estado y de-berá instalar con fuerza la necesidad de transver-salizar el conflicto, para sacarlo del ámbito gremial estudiantil y desarrollarlo dentro de un marco más amplio, en el cual trabajadores y pobladores parti-cipen activamente.

En el ámbito práctico, esta tarea requiere incen-tivar una organización no gremialista, provocar instancias de participación, confluencia y articula-ción entre diversos sectores sociales, puesto que se comprende que el sentido de la educación es completamente social.

El conocimiento es producido y adquirido social-

mente, lo que quiere decir que no es propiedad absoluta de alguien, o de alguna institución. La educación se plantea como el ejercicio que posi-bilita la difusión, comprensión y práctica de un de-terminado tipo de conocimientos y competencias. A través de la historia, desde el nacimiento del Estado, la educación ha sido un órgano definido y estructurado por éste, donde tanto el currículum como su prolongación laboral, han sido pensados estratégicamente para cumplir los objetivos y ro-les funcionales al mantenimiento de la estructura, acumulación del capital y dominación ideológica y económica. De esta forma se reproduce la legiti-mación a un modelo y norma social que no ofrece oportunidades de cambio y mejoras.

Hoy en día se observa un protagonismo más mar-cado de las empresas privadas en la definición de los contenidos y directrices de la educación, con la finalidad de que ésta sea la herramienta perfec-ta para crear sujetos dóciles y productivos para el

Una Educación SOCIALIZADA.

estudiantil en general, organizando las carreras de las diversas instituciones bajo democracia directa y con amplia participación, para que la federación de éstas sea realmente una orgánica federada y no un equipo de dirigentes.

Como objetivo de fondo, apuntamos a que no sólo se debe luchar socialmente por la educación, sino que se debe levantar un proyecto educativo entre diversos sectores sociales, para que ésta no sea contro-lada ni por el mercado ni por el Estado, sino desde abajo mediante una comunidad organizada. Es esta educación gratuita y gestionada comunitariamente lo que llamamos Educación Socializada, cobijada por un marco de ideas de central importancia en el pensamiento libertario, la Autogestión.

Salud, lucha y organización!

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ejercicio eficiente de las competencias laborales, las cuales apuntan directamente al lucro y bene-ficio de las empresas en detrimento del bienestar social.

La educación en los últimos años, desde que se instala la desregulación y libertad del mercado, promoviéndose políticas que desplazan la labor del Estado Docente, no sólo se ha destinado como la vía para la creación de estos sujetos aptos para el mercado, sino que también se ha transformado en un negocio atractivo con el pretexto de la movi-lidad social. El negocio de la educación se intenta justificar con que “es mejor medio para superar la pobreza”, por lo cual invertir en ella resulta razona-blemente “ético”.

El enfoque de desarrollo promovido por el Estado ha posibilitado percibir a la educación con criterios idealistas, económicos, técnicos e ideologizados, lo que ha tenido como consecuencia que ella sea considerada como un “servicio” que los gobiernos brindan a la población para que sus miembros “se superen”, movilizándose hacia un estado ideal de características personales. En este marco, se abso-lutiza la educación, se la enajena de su contexto y capacidad emancipatoria, y se busca su calidad al margen de los fines sociales para los que debe ser-vir. Su calidad se mide en función de los objetivos de avance económico nacional, evaluada a través de índices y escalas que se centran en las respues-tas correctas, rapidez, memoria y capacidad de re-producción de los datos, motivando la producción de sujetos uniformes en sus áreas, formados para responder a las necesidades del actual medio téc-nico comercial.

Esta preocupación nos ha llevado a absurdos tales como que tengamos que aprender temas o con-tenidos totalmente ajenos a nuestras realidades e inútiles para fines sociales, pues los contenidos establecidos por las autoridades educacionales en los documentos curriculares, determinan que cuanto más sepamos seremos mejores educandos y, por ende, mejores personas. Éste corresponde a

un criterio de eficiencia ligado plenamente al ren-dimiento económico de un país, que se funda en principios desarrollistas europeizantes, desligados de sus contextos latinoamericanos.

Es a partir de la comprensión del significado social e instrumental de la educación que consideramos trascendental otor-garle un contenido y prácticas que vayan en beneficio real de la población. Para nosotros la educa-ción cumple un rol de cambio, de avan-ce, de desarrollo in-dividual y colectivo, que no se imparte descontextualiza-damente, sino que debiera correspon-der a los intereses y proyectos que cada espacio (población territorial, región, país), cada unidad territorial, cada grupo organizado, pudieran definir. La edu-cación no debiera ser un mero vínculo integrador, sino que debiera otorgar las capacidades críticas, creativas y propositivas para que el nuevo sujeto que se forma pudiera alcanzar una cierta calidad de autonomía en su manera de ver el mundo, en sus formas de contribuir o accionar en él. La edu-cación socializada otorga pautas, metas y proyec-tos, pero es constructiva y dialéctica, se configu-ra en la medida en que sus actores (la sociedad) aportan a este proceso. Una educación socializada no puede estar ajena a su medio, puesto que es éste el que le otorga los parámetros necesarios, su vinculación con la realidad. Los sujetos que partici-pan del proceso educativo comprenden el mundo a partir de su realidad: barrial, familiar, organiza-cional, productiva, ambiental, etc; de esta forma no se puede pretender formar sujetos críticos, que aporten a su medio, si no se construyen a partir de sus primeros sentidos de pertenencia, de identi-

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Reflexiones sobre la lucha por la educación

El año 2011 tuvimos un movimiento estudiantil y social que sobrepasó con creces todas las

expectativas, y que marcó un punto de inflexión en el desarrollo de la lucha social post-dictadura, tanto por su masividad, su diversidad en cuanto a las formas de lucha y expresión, y su profundización en la crítica hacia el modelo neoliberal mismo, estructura sostenida ideológicamente por ideas como el lucro, la competencia, el emprendimiento empresarial y la propiedad privada, entre otras.

A pesar de la gran fuerza desarrollada durante el año pasado, ninguno de los ejes centrales del petitorio del movimiento lograron traspasar la barrera del bloque dominante, dispuesto a profundizar su proyecto económico-político-ideológico a cualquier precio, por sobre cualquier reivindicación representativa del pueblo de esta región llamada Chile.

Aquí es necesario realizar algunos análisis sobre

dad, de relaciones sociales y ambientales.

Es así que consideramos que bajo este estado de las cosas, la construcción de un proyecto social de educación está mediada por una necesidad de clase, por un conflicto entre historias, proyectos y necesidades distintas. Siendo la educación hoy un privilegio económico, reestructurado de acuerdo a las lógicas de mercado y potenciado por un Estado que prioriza los tratados internacionales, la estan-darización de los planes curriculares, de acuerdo a las orientaciones profesionales que requiere el Capital y sus empresas, y en función a una pers-pectiva de desarrollo que regule a la sociedad civil hacia estándares establecidos por las grandes cor-poraciones, es que consideramos que no es ésta la educación que deseamos fortalecer, ni tampoco sus metodologías y pedagogías, menos su adminis-tración, estratificación y sistemas evaluativos. Sin embargo, porque somos actores sociales, insertos en un espacio capaz de ser organizado de acuerdo a demandas y necesidades que puedan ir apuntan-do a un nuevo modelo de educación, proyectado en una nueva sociedad, es que nos dedicamos a fortalecer las luchas actuales, participando desde su seno, intentando promover el debate crítico y reflexivo en cuanto a los contenidos políticos de las demandas, a sus propuestas de largo alcance, posicionándonos a través de prácticas libertarias que abogan por una construcción horizontal de las organizaciones y discusiones, influyendo a través de la democracia directa, sin intermediarios.

Creemos en una educación generada por el pueblo y para el pueblo, pero esa educación sólo se consi-gue organizándose, aprendiendo a través de la lu-cha y las pequeñas victorias, no dejándose aplacar por los periodos de reflujo del movimiento o por las derrotas temporales. Para eso es preciso estar al interior de las casas de estudio, como agentes de cambio, y fuera de ellas, visionando mayores articulaciones que logren dar una salida social al conflicto estudiantil. Porque la educación no es un derecho sólo de los estudiantes, sino que es un producto, recurso y bien social; porque la educa-ción no debería reproducir los privilegios que la clase dominante utiliza para perpetuar este esta-do de desigualdad y explotación, sino que debiera ser una herramienta y recurso para lograr un me-jor estado social, la abolición de las desigualdades y de la explotación de clase; porque la educación es un bien que nos permite ir abriendo nuevas al-ternativas de vida, de conocimiento, de formas de hacer y de construir… es que debiera ser un bien defendido socialmente, integrando en su lucha a la clase explotada en su conjunto, lo que potenciará la presión y fuerza del movimiento, haciéndolo ca-paz de conseguir una educación gratuita, pero que también en su despliegue, en su proyecto continuo y transformador, alcance una educación socializa-da, controlada comunitariamente, arrebatando su gestión al Estado y al mundo privado, abriéndose paso hacia la autogestión.

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esta cuestión, intentando acercarnos a las causas de la imposibilidad de romper la barrera neoliberal y conseguir algún avance sustancial en las demandas del movimiento. En esta línea se pueden, entre muchos otros, nombrar los siguientes factores importantes:

- La falta de madurez política de las diversas organizaciones políticas y político-sociales, que muchas veces provocaron la fragmentación del movimiento en diversas organizaciones contrarias con tal de visibilizar su hegemonía en un espacio cualquiera, aunque sea atomizado y sin importancia. En este punto, remarcamos que somos de la opinión de que la lucha ideológico-programática se debe dar dentro del movimiento estudiantil unido orgánicamente, y no creando organizaciones paralelas anti-confech que en vez de influir dentro del movimiento, lo debilitan. Deseamos influir para que todo el movimiento unido tenga un proyecto de ruptura y un carácter antiautoritario, y no pequeñas fracciones separadas del resto.

- La falta de planificación táctica en las formas de presión directa del movimiento en su conjunto. Esto porque las tomas de los establecimientos educacionales y las marchas han demostrado que a pesar de su gran importancia como formas de lucha, encuentro, discusión y construcción, no generan una presión que pueda realmente poner en jaque al enemigo. Así, la paralización de sectores productivos y extractivos de importancia para el país, el corte de rutas estratégicas para el flujo de productos y materias primas, y la participación masiva de los estudiantes técnico-superiores

en el movimiento social son algunos puntos que debiésemos discutir. Con respecto a esto último, es importante saber que las dos instituciones de educación superior con mayor concentración de estudiantes son INACAP y DUOC-UC, los principales centros de formación técnica y -profesional no universitaria- del país. Contar con estos estudiantes supone un avance cuantitativo y cualitativo en la lucha por la educación.

- La demora, durante el año 2011, en el establecimiento de una demanda común de todo el movimiento, ya que la confrontación entre educación gratuita y arancel diferenciado como puntos centrales ocupó buena parte del año.

- La falta de entendimiento por una parte importante del estudiantado movilizado sobre la naturaleza y profundidad de la demanda de Educación gratuita, ya que muchos no comprenden que no se trata de una demanda que el Estado neoliberal pueda aceptar porque la mayoría del pueblo la desee. Es algo que debe imponerse mediante un movimiento popular fuerte y organizado, para lo cual se requiere que este movimiento comprenda a la burguesía y la clase política como un bloque con intereses opuestos a las clases explotadas y oprimidas.

La solución a una parte importante de los puntos recién expuestos pasa por lo que denominamos la Socialización del Conflicto, idea que apunta a eliminar el carácter gremial de la lucha y promover un carácter social, con prioridad en el mundo de las y los trabajadores, tanto desde el espacio sindical como territorial-poblacional. Somos de la idea de

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que por las condiciones de la estructura económica y política de Chile, todo cambio profundo que contradiga las lógicas neoliberales requiere de una gran lucha, mucho más poderosa que la vista el año 2011, para la cual el estudiantado es una fuerza insuficiente. Se necesita de la acción de la clase trabajadora explotada, quienes pueden poner en tensión la estabilidad económica.

Esta Socialización del Conflicto es la base para avanzar en un proyecto de Socialización de la Educación, que quiere decir que al luchar por una educación pública “gratuita”, se apunte en primer lugar a frenar la arremetida del Estado y el Mercado por privatizar los bienes sociales, y en segundo lugar construir un proyecto educativo desde abajo, de forma que esta educación pública no sea dirigida y administrada ni por el mercado ni por el Estado, y sí mediante una comunidad organizada, creando un espacio público popular que desafíe tanto a la propiedad privada como a la hegemonía estatal. En esta dirección, vemos con muy buenos ojos la realización del Congreso Social por un Proyecto Educativo en algunas ciudades como Concepción y Santiago. En esta instancia participaron organizaciones sociales estudiantiles y sindicales principalmente, discutiendo sobre el rol de la educación y el levantamiento de un proyecto educativo sin poner en el eje de la solución la

tan manoseada Asamblea Constituyente, lo que nos parece muy positivo, puesto que apuntar a una solución de ese tipo es seguir alimentando la autonomización del poder político en una figura suprasocial, lo que va en dirección contraria a lo que entendemos por poder popular y autogestión. Por otra parte, en el plano de la generación práctica de experiencias autogestionarias y socializadoras en educación, tenemos el caso de los liceos

autogestionados, que lograron realizar clases y talleres en sus espacios tomados, lo que conlleva construir sus propias líneas de contenido para dichas materias, organizarse con gente de otros sectores sociales, incluir en el proceso a padres y apoderados, y administrar y abrir los espacios de los liceos para que se forjaran otro tipo de iniciativas en beneficio de sus comunidades.

A su vez, para socializar el conflicto y tejer redes con otros sectores sociales, una tarea primordial es profundizar la democracia directa y el federalismo en las orgánicas estudiantiles, generando la

mayor participación posible, de forma de que las federaciones estudiantiles funcionen realmente como federaciones y no cómo un equipo de dirigentes.

Como convencidos de la revolución social, no sólo nos interesa la unidad en la lucha de los diversos sectores sociales de las clases explotadas para el conflicto educacional, sino que la vemos como una necesidad permanente para avanzar en la lucha contra la dominación y la injusticia, a partir de las reivindicaciones más inmediatas y sentidas. Los estudiantes solemos decir que queremos el apoyo de la sociedad en la lucha por la educación, pero cuando otros sectores sociales tienen conflictos, poco y nada hacemos para apoyarlos; El apoyo mutuo y la solidaridad activa, en la lucha y la acción directa, debe comenzar ahora ya si deseamos contribuir a la concreción de un movimiento popular fuerte y organizado para el futuro.

¡NI ESTATAL NI PRIVADA! ¡PÚBLICA Y AUTOGESTIONADA!

¡A SOCIALIZAR LA EDUCACIÓN!

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Ley Hinzpeter, la arremetida del bloque en el poder

Es sabido por todos que ha existido un des-pertar de los movimientos sociales en nues-

tro país, los que tuvieron una distinta matriz de reivindicaciones. Entre ellos podemos recordar las masivas marchas que se generaron entor-no a Hidroaysén, las demandas que levantaron trabajadores de la construcción, call center, del cobre, los pobladores con la ficha de protec-ción social, en Freirina , Aysén y Calama , y so-bre todo los estudiantes con las demandas de educación gratuita, democrática y de calidad.

Fuimos los estudiantes los que protagonizamos marchas que tenían una convocatoria impensada y no sólo en la capital, sino que en todas las re-giones. Este movimiento se ha caracterizado por su transversalidad, puesto que las problemáticas que se trataban afectaban a cada uno y a todos los estudiantes del sistema mercantil de educa-ción, incluyendo en esta adhesión a las familias, trabajadores de la educación y población en gene-ral, entendiendo que el conflicto de la educación es un malestar social y no plenamente gremial.Fuimos partícipes de movilizaciones que comen-zaron a utilizar la violencia como método de pre-sión para que las demandas fueran atendidas, y a la vez como mecanismo de autodefensa frente a la arremetida de los aparatos represivos del Es-tado, logrando así que esta forma de manifesta-ción fuera entendida y validada no sólo por las bases de nuestras diferentes casas de estudio, sino también por una parte de la sociedad chile-na. Es decir, validamos un método con el cual el

pueblo históricamente ha conquistado sus ob-jetivos, en consecuencia, dimos un salto cuali-tativo en el cual la madurez de los postulados sólo podía reforzarse por medio de esas armas.Lo anterior es algo que preocupa al bloque en el poder, puesto que el nivel de aceptación de las demandas y las consecuentes manifestacio-nes en torno a ellas, han alcanzado ribetes im-pensados, movilizando a su paso a un sinfín de otros actores que permanecían dormidos o ex-pectantes al desarrollo de alguna chispa social.

Esta preocupación se ha reflejado en la desacredi-tación que han intentado hacer del movimiento en los medios de comunicación, la cual no ha sido del todo efectiva, llegando incluso a generar rechazos populares a las formas de actuar del Gobierno. En otras palabras el fracaso mediático por desacre-ditar el movimiento (llegando a mostrar las veces que fuera necesario el incendio de un auto o micro en las noticias) fue patente ante tan altos índices de aprobación (que llegaron a un histórico 81,9%) .Sin embargo, este ejercicio sistemático de criminalización fue el caldo de cultivo per-fecto para la creación de un freno a las mo-vilizaciones, no sólo estudiantiles, ya que la arre-metida de la clase dominante es en contra de cualquier sector del pueblo que se alce en lucha.

De esta manera se comienza a gestar un proyec-to de resguardo del orden público, con claras in-tenciones coyunturales de recobrar el control, utilizando a la violencia popular como justificati-

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vo para la aplicación de una mayor violencia esta-tal, militar y judicial. Este proyecto está figurado por el Ministro del Interior, por lo cual mediáti-camente es conocido como ley “Hinzpeter”, y fue desplegado bajo el contexto de movilización que convocó a 100.000 personas en Santiago.Bien sabemos que la clase dominante busca-rá bajo todos los métodos necesarios validar la sociedad de clases, el capitalismo y el Estado, en consecuencia, cuando existe un movimien-to que pone en jaque no sólo la aprobación de un gobierno sino que comienza a cuestionar el modelo capitalista, ella hará todo lo que se en-cuentra bajo su alcance para establecer su orden

Entre otras cosas la ley establece como delito los siguientes actos:

• Paralizar o interrumpir algún servicio públi-co (como los hospitalarios, de transporte, educa-cionales o cualquier otro). Es decir, un golpe a la movilización de los trabajadores. • Invadir, ocupar o saquear viviendas, ofici-nas, establecimientos comerciales, industriales, educacionales, (…) sean estos fiscales, privados o municipales. En otras palabras, un ataque a las to-mas, paros o la movilización en general. • Invadir o alterar la libre circulación de per-sonas o vehículos por puentes, calles, caminos u otros bienes de uso público semejantes, es decir, se prohibirán y serán penalizadas las marchas, to-mas de calles, marchas no autorizadas, etc.• Atentar en contra de la autoridad o sus agentes (carabineros), lo que incluye insultos o respuestas de defensa ante las agresiones policia-les.

Podemos decir que el bloque en el poder, en con-junto con su aparato político y militar, lograron po-ner en el debate público cómo frenar las crecien-tes movilizaciones de diferentes actores sociales. En otras palabras, esta ley no está dirigida de ma-nera directa en contra de los estudiantes, sino que de las luchas reivindicativas del pueblo en general. La clase dominante logró algo de suma importan-

cia, ya que trasnversalizó la represión. Las víctimas de persecución, acoso, hostigamiento, no sólo se-rán los estudiantes, sino que cualquier sector de la clase que levante reinvidicaciones en contra del sistema establecido.

En la actualidad y frente a la ley nos quedan dos cosas, por un lado cuestionarla y debatirla públi-camente en nuestros espacios, barrios, universi-dades, sindicatos, etc, ya que sólo de esta forma podemos comenzar a tener un poder consciente e informado que logre oponerse masivamente a este tipo de iniciativas. En segundo lugar, es nece-sario volver a recordar que es mediante la lucha, organización y movilización, como el pueblo ha conseguido alcanzar sus objetivos, y demostrar el nivel de injusticia y desigualdad con el que se ali-menta el privilegio de unos pocos.

Esta arremetida es el intento de poner un tope al avance y concreción del movimiento popular, por lo cual si la clase dominante logró realizar esta ley estratégica para mantener el orden del cual son dueños, nosotros, en respuesta, debemos comen-zar a generar alianzas con otros sectores de la clase trabajadora. Es mediante este hecho que lograre-mos transverzalizar no sólo el conflicto educacio-nal, sino que también el cuestionamiento y lucha en contra del Estado y el capital.

Esta ley es estratégica para la clase dominante, puesto que desmoviliza y frena todo el avance y logros que se han conseguido en este último tiem-po, es decir, el camino de la organización y lucha de los distintos sectores del pueblo que se alzan en contra del capitalismo y del orden burgués que lo sustenta. Como ya veníamos diciendo, nuestro trabajo como estudiantes es comenzar a estrechar lazos con los distintos sectores que se organizan (trabajadores, pobladores, etc.) y así comenzar a cuestionar no sólo el modelo educativo mercantil, sino que el sistema que lo sostiene. Es de esta for-ma en la cual trabajadores, pobladores y estudian-tes comenzaremos un nuevo período marcado por la organización y la lucha.

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La lucha de los pescadores artesanales contra la “Ley Longueira”

“Estamos luchando contra un monstruo”

Esta es la expresión que utilizó el pescador de Caleta Portales, Don

Rafael Labbé, para referirse a la lucha que hoy en día están dando los pescadores artesanales en contra de la Ley Longueira (ley de pesca) la cual tiene completo beneficio para los "poderosos". Don Rafael nos explica que la lucha

que están llevando es por las millas que necesitan para pescar, 5 millas de las 200 que existen para la pesca (artesanal e industrial) en el territorio chileno. Estas 5 millas empezarían a contar desde la punta más saliente de la costa. Dicha propuesta fue aprobada en la cámara de diputados en Julio del presente año tras la lucha que los pescadores dieron en todo el país, pero exactamente hoy 22 de agosto, mientras se desarrollaba la entrevista, llegó a manos de los pescadores un comunicado que expresaba que esta propuesta no se aprobó en la cámara del senado y que los mismos sujetos que en un principio apoyaron las demandas de los pescadores, "se dieron vuelta la chaqueta", argumentando que esa repartición de las millas traería un impacto económico y social negativo para Chile. "Esto es lo más injusto de todo, ya que los dueños de las grandes empresas pesqueras son las 5 familias mas adineradas del país, y producto de esta ley ellos se quedarían con el 85% de la pesca total, 5% para nosotros y 10% para la investigación".- Expresa Don Rafael Labbé.

Los pescadores no tienen color político -afirma el entrevistado-, su lucha es por lo que ellos ven como "propio", un pedazo de mar para seguir con el trabajo de toda su vida y la de sus antecesores, el que se ve hoy amenazado por la pesca indiscriminada de las grandes empresas pesqueras, que no se conforman con 195 millas de

mar para pescar. Es por esto que tienen claro que no pueden confiar en los parlamentarios después de ver en Internet a "diputados abrazados con los dueños de las grandes pesqueras" - nos cuenta don Rafael.

En estos momentos los pescadores se vuelven a ver en cero ya que lo que creían haber logrado se derrumbó en la cámara del senado. Frente a esto, ven como única solución la manifestación en las calles, ya que como en todo conflicto social donde los más débiles se ven afectados, la salida siempre será "la lucha" para llamar la atención de "los de arriba" y así lograr respuestas positivas a sus demandas.De esta manera podemos ver como una vez más el Estado Chileno por medio de sus instituciones beneficia a la gran industria dueña del capital, precarizando la vida de miles de pescadores artesanales que ven como su fuente de trabajo queda en manos de los poderosos.

Don Rafael Labbé (40 años) y sus compañeros, toda su vida pescadores artesanales de la caleta portales.

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Análisis del Movimiento Estudiantil: ¡A impulsar la Lucha!

A partir del resurgimiento del movimiento estu-diantil en el 2011, los estudiantes en conjunto

con otros sectores de la sociedad chilena comien-zan a cuestionar el sistema neoliberal, modelo económico y social que determina gran parte de las decisiones políticas del país, incluyendo todas las materias específicas de los servicios públicos y bienes asociados. Este enfoque ha profundizado la mercantilización de las condiciones de vida, lo que deriva en la sustentación de una educación des-igual, y ciertamente, que se pueda lucrar con todo, además de una imposición ideológica mercanti-lizada e individualista. Tales efectos hoy en día, a partir del levantamiento de los estudiantes, se han puesto en entredicho, reflexionando no tan sólo sobre las repercusiones en materia del proceso de privatización, fin de la educación pública, instala-ción de una orientación desarrollista en función de los requerimientos del mercado, entre otros, sino que llegando a develar la profunda contradicción de una estructura sustentada en un modelo que perpetúa las desigualdades a partir del endeuda-miento y precarización de la clase trabajadora para atraer a los capitalistas a que inviertan en estas tie-rras y así elevar los índices macroeconómicos.

Es a partir de la crítica y análisis de la estructura dominante que se origina la llamada “crisis de re-presentatividad”, principalmente dirigencial, insti-tucional, de poder político partidario, y militar o policial. Sectores sociales de distinta índole, como trabajadores y pobladores, se levantan con orga-nización y lucha reivindicativa frente a las indignas

condiciones económicas, ambientales y sociales, dando pelea en Aysén y Freirina, lo que hace que el gobierno comience a sentirse vulnerado, situa-ción que lo hará desencadenar toda su estrategia de represión y manipulación mediática, dándole hincapié a otros temas poco relevantes y refor-zando sus argumentos para deslegitimar la auto-defensa, caracterizada como “terrorismo y violen-cia”, en conjunto con la preparación de proyectos de ley que constituyan un nuevo tejido de control y “orden” social.

Al inicio de este año, en el plano estudiantil, las formas de presión a las y los estudiantes se hacen evidentes y se barajan entre: discusiones de cie-rres de año académico y financieros, persecución política, pérdidas de año escolar y universitario, y expulsiones. Todo esto acentúa el desgaste en los distintos recintos educacionales, además de que sólo se logra la simpatía de otros actores sociales, y no su participación directa en lo que se necesita para lograr una nueva educación. Es importante sumarle al desmantelamiento organizativo de los estudiantes, el hecho de que muchos de los dis-tintos grupos políticos al interior del movimiento siguieron la lógica de priorizar a la interna de sus partidos y colectivos, para de esta forma figurar por la vía institucional o por darle proyección a sus líneas políticas y hegemonizar los espacios por so-bre el proceso social mismo.

Este año, fue proyectado como el año de “replie-gue y organización”, pero ¿qué tanto nos hemos

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replegado, en el sentido de reagruparse para re-flexionar y nutrir nuestras posiciones, en el ámbi-to universitario? Si analizamos dentro del ámbito de los grupos movilizados, vemos que se ampara la lógica sectaria de organización (crecimiento de colectivos y organizaciones políticas sin impor-tar el movimiento social), su repliegue claro que es evidente. Pero a nivel de bases no ha sucedi-do lo mismo, pues no hemos logrado un nivel de reflexividad del movimiento que permita dotarnos de nuevas tácticas para reencausar la lucha. De esta forma lo que se produce es un freno a la mo-vilización, con los discursos de que las tomas no son una herramienta válida, rechazando las armas que tiene el pueblo para visibilizar y apuntalar sus demandas. Por último, el discurso de que “las con-diciones no están dadas”, siendo que aspiramos a socializar nuestras demandas en la construcción de un proyecto educativo con otros sectores so-ciales, hace que cuando estos se sectores se levan-tan, el movimiento estudiantil parece hacer oídos sordos, desentenderse de los conflictos de la clase trabajadora y priorizar por fortalecer burocracias internas que sólo desmovilizan la capacidad soli-daria, de apoyo mutuo y proyección articuladora del movimiento estudiantil.

Volvemos a repetir que mientras el reflujo sigue su curso alimentándose de nuestra complacencia, de que es normal que suceda la desmovilización después de coyunturas tan largas, los secundarios vuelven a salir para dar la cara, para proponer nue-vas salidas y ejercicios de lucha directa, recibiendo

en respuesta toda la represión vestida de demo-cracia, llena de abusos a menores y mujeres con elementos machistas y misóginos.

Frente al contexto de violencia:

Vemos que el argumento que el gobierno ha me-diatizado frente al tema de la “violencia” es ahora el argumento de la concertación y otros sectores políticos, intentando generar un clima de mayor estabilidad para el diálogo con los representantes políticos de la burguesía nacional. En conjunto con este elemento, utilizar este argumento anti-violen-cia le hace juego a la instalación de la ley hinzpeter, al ver estas expresiones como un problema para el normal desarrollo de la sociedad.

Hoy en día se ocupa la frase de vinculación social o que la universidad debe trabajar para la comuni-dad, escondiendo un carácter paternalista y asis-tencialista, homologable al concepto de “respon-sabilidad social empresarial”. La vinculación que buscamos es una totalmente distinta. Queremos crear una vinculación que aporte a la construcción de conocimiento desde el medio, desde nuestros barrios y lugares de trabajo en conjunto con el es-pacio educativo “formal”, y que principalmente genere una unidad para la lucha, comprendiendo que los diversos sectores populares, con nuestras diferencias y todo, conformamos, aunque hete-rogéneamente, una clase explotada y dominada para satisfacer los intereses de los grandes empre-sarios capitalistas, dueños de la tierra, los medios de producción y nuestras vidas.

¡Arriba lxs que Luchan!

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“No queremos ricos, no queremos sacerdotes ni gobernantes; no

queremos bribones que exploten las fuerzas de los trabajadores; no queremos bandidos que sos-tengan con ley a esos bribones, ni malvados que en nombre de

cualquier religión hagan del pobre un cordero que se deje devorar de los lobos sin resistencia y sin pro-testa. Porque cualquiera que esté

una pulgada arriba de nosotros es enemigo”

Ricardo Flores Magon

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