Luis Oviedo, El Cordobazo (1999)

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    1969 - 1999: El Cordobazo

    Luis Oviedo

    El prximo 29 de mayo se cumplir el 30 aniversario del Cordobazo. Qu fue, en esencia,

    este acontecimiento que marc a fuego una etapa decisiva de la historia reciente de la

    Argentina y que dej huellas imborrables en toda una generacin de militantes obreros y

    juveniles?

    El Cordobazo fue una huelga poltica de masas, la ms importante de la historia argentina.

    En el Cordobazo, la clase obrera se opuso de un modo activo, como clase, a la burguesa

    en su conjunto, es decir al Estado que la unifica para el ejercicio de su dominacin poltica

    y su explotacin econmica. A travs de esta accin histrica, la clase obrera puso de

    manifiesto su propia tendencia a la toma del poder.

    En un momento determinado, la huelga poltica se transform en una semi-insurreccin,

    cuando los obreros, que abandonaron las fbricas para salir en manifestacin, junto a los

    estudiantes, derrotaron a la polica en un enfrentamiento directo y ocuparon el centro de

    la ciudad. Hacia la tarde del 29 de mayo, 150 manzanas de la ciudad estaban en manos de

    los manifestantes (1). El aparato del Estado fue parcialmente desarticulado: para apagar

    los incendios, los bomberos deban contar con la aprobacin (y el control) de los

    manifestantes (2).

    La consigna del da entr en la historia: "luche, luche, luche, y no deje de luchar, por un

    gobierno obrero, obrero y popular". Como haca notar inmediatamente despus de loshechos el peridico Poltica Obrera (antecesor de Prensa Obrera), "lo que todos los

    militantes deben retener como dato fundamental es que el 60% de las consignas de

    poder que se vivaron en las calles se concentraron en gobierno obrero y popular; un

    30% en "gobierno popular"; pero casi ninguna de ellas hizo referencia a Pern" (3).

    El Cordobazo marc un completo viraje poltico. Hiri de muerte a la dictadura de

    Ongana. Dio un golpe al monopolio de la burocracia sobre los sindicatos. Abri una etapa

    de ascenso de las luchas obreras y juveniles. Una amplia tendencia clasista irrumpi en

    todo el pas, con epicentro en el Smata-Crdoba y, luego, en los sindicatos clasistas de

    Fiat, el Sitrac-Sitram. "La huelga poltica de las masas cordobesas ha puesto a la luz el

    fenmeno fundamental de todo el proceso poltico y social futuro del pas: el

    surgimiento de una vanguardia revolucionaria obrera" (4). Esto le plante a la burguesa

    y al imperialismo, por primera vez, la necesidad de traer de vuelta a Pern para quebrar el

    ascenso obrero iniciado por el Cordobazo. El fracaso del peronismo en esta tarea

    expresado en la propia huelga poltica de masas de junio y julio de 1975, contra el

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    gobierno de Isabel y Lpez Regallev a la burguesa y al imperialismo a montar el golpe

    ms sanguinario de la historia argentina, cuyo principal blanco fueron las decenas de

    miles de delegados combativos y antiburocrticos que se haban formado en la Argentina

    al calor del Cordobazo.

    El onganiato

    El Cordobazo fue una gigantesca rebelin popular, acaudillada por la clase obrera

    cordobesa, que dej en estado de agona al rgimen ms antiobrero y proimperialista del

    ciclo gorila abierto en 1955.

    En junio de 1966, Ongana derroc al gobierno minoritario de Illia con el objetivo de cerrar

    el ciclo de alternancia de gobiernos seudo-constitucionales y golpes mediante una

    dictadura que pusiera fin al rgimen representativo constitucional. Ongana recibi el

    apoyo de la Iglesia, de la burguesa nacional y del imperialismo y cont con la colaboracin

    de la burocracia sindical peronista. Desde Madrid, Pern declar que reciba el golpe con

    una "esperanzada expectativa" y los principales burcratas sindicales de la poca

    (Augusto Vandor, de la UOM; Juan Jos Taccone, de Luz y Fuerza; Jos Alonso, del Vestido)

    concurrieron al acto de asuncin del dictador.

    Como hace notar Brennan, el apoyo de la burocracia sindical al nuevo rgimen inclua a

    sus fracciones ms izquierdistas. "Luego del golpe, (Agustn) Tosco regres brevemente a

    Crdoba (era representante de Luz y Fuerza de Crdoba en la Federacin Nacional) (...) en

    una reunin imprevista, Tosco urgi a actuar con cautela y pidi un perodo de gracia

    para ver qu tipo de polticas iba a seguir realmente Ongana"(5).

    La poltica de Ongana no tard en verse: proscribi a los partidos, conculc las libertades

    pblicas, intervino las universidades, desat una brutal persecucin contra la izquierda y

    atac sistemticamente las condiciones de vida y trabajo de los explotados. Reprimi

    duramente las primeras manifestaciones de resistencia obrera: las huelgas de los

    ferroviarios, de la Fotia tucumana y de los portuarios de fines de 1966.

    Apoyndose en estas derrotas y en la traicin a la huelga general del 1 de marzo de 1967,

    Ongana acentu la represin: intervino sindicatos, suspendi la personera de otros

    (entre ellos, la UOM) y lanz un dursimo paquetazo fondomonetarista: devaluacin,congelamiento salarial, cesantas masivas, impuestazo. Los hombres de la banca

    extranjera coparon los principales cargos: Krieger Vasena en Economa y Alvaro Alsogaray

    la embajada en los Estados Unidos.

    La dictadura haba alentado la formacin de un bloque sindical propio, los llamados

    participacionistas, con los cuales pretendi montar un Congreso normalizador de la

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    CGTa fines de marzo de 1968. Pero, para esa fecha, las divergencias entre la burguesa y

    en el propio ejrcito haban modificado parcialmente el panorama inicial: ante la

    evidencia de que seran minora, los participacionistasno concurrieron al Congreso y la

    conduccin fue asumida por un bloque democratizante que responda al cambio de la

    poltica de Pern frente a la dictadura, con Raimundo Ongaro, del gremio grfico, como

    secretario general. La CGT surgida de este Congreso pas a denominarse CGT de los

    Argentinos y contaba con el apoyo de Pern, del radicalismo, del PC y de la naciente

    izquierda foquista. Los vandoristas, en minora en el Congreso, se retiraron para formar la

    CGT de Azopardo, junto con los participacionistas.

    La descomposicin de la dictadura: la crisis por arriba

    A fines de 1968, eran evidentes los signos de agotamiento de la dictadura.

    Sin inversiones de significacin (que se dirigieron principalmente a Brasil), la penetracin

    imperialista se apropi de las industrias ya instaladas y se acentu la centralizacin de los

    capitales. La devaluacin de 1967 haba agotado sus efectos reactivadores, en especial en

    el campo. La recesin haca intolerable el peso de una deuda externa creciente. Todo esto

    llev a un sector de la burguesa a oponerse a la poltica econmica de la dictadura:

    aparecieron pronunciamientos de Frondizi, de la UIA, de Frigerio y de las asociaciones

    rurales. Hacia fines de agosto, Ongana relev anticipadamente a la cpula de las tres

    FF.AA. y comenzaron a escucharse crticas de la Iglesia y de hombres como Isaac Rojas. A

    fines de octubre, Alsogaray rompi pblicamente con el gobierno.

    Otra expresin de la crisis de la dictadura fue el giro de Pern (el apoyo a la CGT de losArgentinos) y, poco despus, el realineamiento de la burocracia vandorista con Pern.

    Vandor y Pern se reunieron en Madrid en octubre de 1968 y ste dio la orden de

    "reconstituir las 62". La consecuencia de este acuerdo fue la incesante sangra de

    sindicatos de la CGT-A: decenas de gremios la abandonaron entre fines de 1968 y

    principios de 1969. Se alejan incluso las dos seccionales antivandoristas de la UOM, La

    Matanza y Crdoba.

    A principios de 1969, es decir en vsperas del Cordobazo, la central ongarista haba

    quedado reducida a un puado de sindicatos. La CGT-A, que luego y sin que nada lo

    justifique, fue presentada como uno de los motoresdel Cordobazo, se desinflaba de la

    misma manera en que haba nacido: como parte de una maniobra de Pern y de la

    oposicin burguesa.

    La crisis de la dictadura se orientaba hacia un recambio ministerial y hacia una salida

    poltica. Analizando la situacin, Poltica Obrera caracterizaba que "estos hechos (las

    crticas de la burguesa y los choques dentro del gobierno y las FF.AA.) significan que la

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    burguesa est comprendiendo que la poltica actual est llegando a sus lmites (...) y

    que quizs convenga un recambio para preservar lo alcanzado (...) En una palabra, que

    es urgente un plan de institucionalizacin que permita el recambio pacfico del poder

    conservando todas las conquistasobtenidas por Ongana. Aqu aparecen los ataques al

    participacionismo, los planteos de reformar la constitucin y, luego, un llamado a

    elecciones. Todo este programa es de inspiracin burguesa proimperialista y su jefatura

    se la disputan Lanusse y Ongana" (6).

    Las crticas de la burguesa a la dictadura y las pretensiones de sus distintas fracciones

    incluidas las fracciones de la burocracia sindical por primar en el recambio

    constitucional tenan un carcter enteramente palaciego. Fue la necesidad de enfrentar el

    ascenso obrero desatado por el Cordobazo lo que puso a la institucionalizacin en el

    primer plano de la poltica de la burguesa y el imperialismo.

    El proletariado entra en accin

    El verdadero motor de la crisis de la dictadura fue el reanimamiento obrero que comienza

    a mediados de 1968.

    En septiembre, se declararon en huelga contra los despidos los petroleros de Ensenada y

    la flota de YPF. La huelga dur dos meses y se convirti en una causa nacional. Luego, en

    seguidilla, estallaron las huelgas de Good Year, Citroen y, a principios de 1969, la larga

    huelga de la grfica Fabril Financiera.

    La burocracia boicote descaradamente estas huelgas, que se sostuvieron por la lucha

    tenaz de un nuevo activismo de base. Aunque los petroleros de Ensenada estaban

    enrolados en la CGT-A y la regional platense de la CGT se encontraba bajo su liderazgo, el

    ongarismo no tom ninguna medida prctica para llevar la lucha a la victoria. Lo mismo

    sucedi con la huelga de Fabril Financiera, en el gremio del propio Ongaro: la huelga dur

    dos meses, durante los cuales, en contra de toda la tradicin combativa del gremio

    grfico, las publicaciones de Fabril fueron impresas en otros talleres.

    Desde el punto de vista reivindicativo, todas estas huelgas terminaron en derrotas, pero

    fueron dejando mojones de la recuperacin combativa de la clase obrera y de la aparicin

    de un nuevo activismo de base. Fueron, por sobre todo, un punto de apoyo para lamaduracin poltica de su vanguardia en la idea de la necesidad de un enfrentamiento

    general contra la dictadura. "Salir todos juntos y al mismo tiempo"fue la conclusin que

    se fue abriendo paso en la vanguardia obrera a la luz de estas luchas.

    NOTAS

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    1. Brennan, James P., "El Cordobazo. Las guerras obreras en Crdoba 1955/1976" ,

    Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1996.

    2. Federico Cerro, "De Pern al Cordobazo en la Argentina", Centro Editor de Amrica

    Latina.

    3. Poltica Obrera, 4 de junio de 1969.

    4. Idem.

    5. Brennan, Op. Cit.

    6. Poltica Obrera, 21 de mayo de 1969.

    Crdoba en las vsperas

    A comienzos de 1969, se haban concentrado en Crdoba un conjunto de luchas ycontradicciones polticas y sociales potencialmente explosivas.

    En el curso de los dos aos del onganiato, los salarios haban cado el 8% y la desocupacin

    superaba el 10%; en el mismo perodo, la productividaden las plantas automotrices (que

    ocupaban al 50% de la mano de obra industrial de Crdoba) haba aumentado, segn las

    propias patronales, entre un 60 y un 80%.

    La clase media y el pequeo comercio, golpeados por la cada del mercado interno,

    estaban agobiados por los impuestazos. La rebelin de la pequeoburguesa encontraba

    su expresin ms combativa en la lucha de los estudiantes universitarios, queprotagonizaban sistemticas movilizaciones callejeras. El aumento del transporte y de los

    artculos de primera necesidad, decretado por la dictadura a principios de mayo, termin

    de poner a la poblacin en virtual estado de sublevacin.

    Tambin en Crdoba, las luchas obreras venan en ascenso. Desde diciembre de 1968, la

    UOM vena con una serie de exitosas huelgas por la derogacin de las quitas zonales,

    una disposicin que permita la reduccin de los salarios en el interior del pas. El

    protagonismo del bloque vandorista en este movimiento le permiti retomar el control de

    la rebelde seccional cordobesa de la UOM; tambin la UTA y el Smata-Crdoba estaban

    enrolados en el vandorismo. A principios de mayo, despus de aos de retroceso y

    debilidad gremial, la UTA cordobesa sorprendicon un muy masivo paro de transportes

    por el reconocimiento de la antigedad y las categoras de los choferes.

    El laboratoriodel Cordobazo

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    El laboratoriode la huelga poltica que alterara la historia argentina se encontraba, sin

    embargo, en las fbricas automotrices, en Santa Isabel, Perdriel, Transax, Ilasa.

    Varios hitos revelan la evolucin de este activismo. El 28 de junio de 1968, en el

    aniversario del ascenso de Ongana, los obreros de Perdriel abandonaron la planta, se

    movilizaron junto a los estudiantes y sostuvieron enfrentamientos callejeros con la polica

    en el barrio Clnicas. Dos meses despus, el 16 de agosto, durante un paro del Smata, los

    obreros de Santa Isabel se defendieron valientemente contra la represin policial. En

    octubre, esos mismos obreros ovacionaron en un acto de mil personas la propuesta de la

    agrupacin clasista Vanguardia Obrera Mecnica (VOM, orientada por Poltica Obrera) de

    convocar un paro regional en solidaridad con la huelga petrolera de Ensenada. Las

    patronales tenan planes para despedir a mil compaeros, lo que llev a que desde

    principios de mayo comenzaran sistemticos paros, quites de colaboracin y petitorios.

    Durante todo 1968, los activistas mecnicos cordobeses discutieron la necesidad deuna

    movilizacin poltica general contra la dictadura y los medios organizativos para

    garantizarla.

    "La prueba clara de la madurez (de esta vanguardia) afirmaba Poltica Obrera una

    semana antes del Cordobazo es la gigantesca influencia que ha alcanzado la

    agrupacin clasista VOM en los ltimos cuatro meses. Las principales secciones de la

    fbrica han seguido las orientaciones prcticas de los volantes de la agrupacin en el

    90% de los conflictos, en especial en la lucha contra la racionalizacin. Pero esta

    influencia no es sindical solamente sino tambin poltica. Para construir la agrupacin se

    discutieron los problemas tcticos del movimiento obrero y revolucionario, la lucha

    contra la represin, la unificacin con el resto de las luchas proletarias y la construccin

    del partido"(1).

    El Cordobazo fue concebido y protagonizado por esta vanguardia. La direccin ongarista

    de la CGT-A, cuyo principal representante en Crdoba era Agustn Tosco, no hizo nada

    para favorecer esta evolucin poltica. Al contrario, los ongaristas de Crdoba siguieron

    durante los movimientos de lucha de 1968/69 una cuidadosa poltica de no injerenciaen

    los asuntos internosdel Smata.

    El Cordobazo empez el 14 de mayo

    El proceso poltico que desemboc en la huelga general del 29 de mayo comenz dos

    semanas antes, con la histrica asamblea del Smata en el desaparecido Crdoba Sport.

    Dos das antes, la dictadura haba derogado por decreto el sbado inglsque rega en

    cinco provincias, entre ellas Crdoba. Esta antigua conquista obrera estableca que se

    trabajaban semanalmente 44 horas, pero se pagaban 48 horas. El decretazoque

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    estableca un alargamiento gratuito de la semana laboral del 10%desat una rebelin

    en las fbricas mecnicas y en todo el proletariado cordobs.

    Para el da 14, el Smata convoc a una asamblea general para discutir un plan de lucha

    contra la derogacin del sbado ingls, que fue prohibida por el gobierno provincial. A

    pesar de la prohibicin, 5.000 mecnicos entraron al Crdoba Sport y otros mil debieron

    quedar afuera. Desde el vamos, el activismo impuls el paro y la manifestacin callejera.

    Pero antes de que concluyera la asamblea, la polica empez a reprimir a los trabajadores

    que estaban fuera del estadio y, poco despus que Elpidio Torres el secretario general

    del gremioplanteara un paro general de 48 horas para el 15 y 16 de mayo, la masa de

    mecnicos que estaba dentro sali a la calle a defender a sus compaeros que luchaban

    con la polica. Desde los techos, los trabajadores arrojaban a la polica todo lo que

    encontraban a mano; en la calle, la lucha dur varias horas. La actitud de los trabajadores,

    que no retrocedieron frente a la represin, prenunciaba lo que sucedera apenas quince

    das despus.

    Al da siguiente, pararon el Smata, la UOM y la UTA, gremios vandoristas, pero no la CGT-A

    de Ongaro-Tosco. Durante el da, bajo la intensa presin de abajo, fueron parando

    distintos gremios y fbricas. Recin al otro da, y ante la evidencia de que la ciudad sera

    paralizada por los trabajadores, la regional Crdoba de la CGT-A decret la huelga

    provincial.

    La lucha estudiantil en el interior

    La lucha de los obreros cordobeses empalm con un agudsimo movimiento de luchaestudiantil del interior del pas. El 15 de mayo, en Corrientes, miles de universitarios

    manifestaron contra el aumento de los precios del comedor universitario y chocaron con

    la polica. Cae muerto el estudiante Juan Jos Cabral. Tres das despus, la bronca

    estudiantil estalla en Rosario, donde cae asesinado Adolfo Bello. A su entierro

    concurrieron ms de 10.000 manifestantes.

    Lejos de atemorizar, la represin exacerb la lucha. El 21 se declara la "huelga

    universitaria" en Rosario y cae un nuevo mrtir, el estudiante y aprendiz metalrgico

    Norberto Blanco. La combatividad de los manifestantes obliga a la polica a retroceder,

    por segunda vez en dos das. Se trata de una enorme victoria popular.

    La dictadura acusa el golpe: pone a Rosario bajo mando militar. La CGT regional, a

    instancias de la UOM vandorista, responde con un paro general que es cumplido

    masivamente. Las manifestaciones estudiantiles y los choques con la polica se repiten el

    24 en el barrio Clnicas de Crdoba y el 27 en Tucumn. El 28, en las vsperas del

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    Cordobazo, la dictadura establece Consejos de Guerra para juzgar a los huelguistas y a los

    manifestantes.

    Pocos das antes, el 21, un plenario de delegados con barra del Smata haba votado un

    paro de 48 horas con movilizacin para la semana siguiente. "Los activistas de Kaiser

    arrancaron esta lnea contra las vacilaciones de Torres, lo que luego fue aceptado por el

    conjunto de la burocracia sindical, en especial A. Tosco"(2). Tambin la UOM de Crdoba

    vota un paro de 48 horas, en un plenario en el que juegan un papel destacado los

    delegados de Vanguardia Metalrgica.

    Es muy interesante observar cmo recibieron los activistas mecnicos de base la

    resolucin del paro de 48 horas con movilizacin que arrancaron la barra y los delegados

    clasistas el da 21. "Aprobado este curso de accin, el entusiasmo cundi entre la gran

    masa de obreros, al mismo tiempo que se discuta ahora qu clase de gobierno deba

    reemplazar a la dictadura derrocada. No se esperaba derrocarla con una manifestacin,pero la perspectiva poltica era claramente discutida, aunque confusamente resuelta"

    (3). Resulta evidente que la consigna de "un gobierno obrero y popular"que domin el

    Cordobazo no fue un slogan de circunstancia sino que formaba parte de una maduracin

    poltica de conjunto de la vanguardia mecnica y obrera de Crdoba.

    En funcin de las resoluciones del Smata y la UOM, Vandor se entrevist con Tosco,

    Torres, Sim (UOM Crdoba) y Atilio Lpez (UTA Crdoba). Fue entonces que la CGT

    vandorista, seguida por la de Ongaro, declar un paro nacional para el 30 de mayo. En

    Crdoba, el paro comenzara un da antes, el 29 de mayo. El Cordobazo estaba en marcha.

    La histrica jornada del 29 de mayo

    A las once de la maana, las primeras columnas obreras comenzaron a convergir sobre el

    centro de la ciudad. Las ms numerosas y aguerridas, las del Smata y, en particular, la de

    Santa Isabel, sostiene los primeros choques con la polica y cae el obrero mecnico

    Mximo Mena, el primer mrtir del Cordobazo.

    Los obreros van preparados con gomeras y bulones, botellas con combustible y

    miguelitospara enfrentar a la polica; se levantan las veredas para arrojar las baldosas a

    los represores y se construyen barricadas. La lucha es sin cuartel. Ante la inusitadaresistencia que oponen los trabajadores, la polica retrocede y desertan 400 efectivos. "La

    polica de Crdobadeca entonces Poltica Obrera, en menos de un ao, apale a

    todas las clases sociales de la ciudad; el 29 de mayo, la casi totalidad de la ciudad apale

    a la polica"(4).

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    A media tarde, la ciudad est en manos de los huelguistas que demuestran una

    abnegacin, un herosmo y una disciplina que la prensa reaccionaria de la poca, contra su

    voluntad, se ve obligada a reconocer.

    La jornada del 29 de mayo super las previsiones de todos los sectores, quienes se

    encontraron con que los trabajadores haban derrotado a la polica y haban ocupado el

    centro de la ciudad. Ninguna direccin sindical haba previsto esta posibilidad ni, una vez

    producida, le dio una respuesta. Al contrario, en las primeras horas de la tarde comienzan

    a percibirse sntomas de que las direcciones sindicales, tanto la vandorista como la tosco-

    ongarista, intentan frenar la lucha.

    Breenan da una muestra fsica del abismo que separaba por esas horas a los

    trabajadores mecnicos de la burocracia sindical: "La dirigencia de la UOM se retir a su

    sede central en la ms segura zona este de la capital y dej de participar por completo

    en el levantamiento. Juan Carlos Toledo, un periodista local (...)visit la sede de la CGT,donde haban buscado refugio Correa y otros lderes gremiales. All encontr

    trabajadores asustados y dirigentes aturdidos, una visin que contrastaba con el desafo

    y la ira que haba advertido en los rostros de los obreros de la columna del Smata en la

    Plaza Vlez Sarsfield. (Elpidio)Torres haba estado en su sede sindical desde las primeras

    horas de la tarde y pasado de la euforia a la petulancia y de sta al abatimiento. Desde

    el comienzo de los incendios en la avenida Coln, se haba sumido en un sombro

    malhumor y cortado temporariamente las comunicaciones con Tosco, apartndose

    durante un perodo de varias horas de la participacin directa en el levantamiento" (5).

    En un fuerte contraste con el abandono de la movilizacin por parte de la burocracia

    sindical, a las 17 horas, el Comit Regional Crdoba de Poltica Obrera emite un

    comunicado "dado en territorio cordobs ocupado por el pueblo". All se plantea toda

    una perspectiva estratgica para la lucha: "Comits de barrio y de barricada que junto a

    las CGTs se constituyan en gobierno provisional, obrero y popular de Crdoba. Por el

    inmediato desarme de todas las fuerzas de represin, por el levantamiento inmediato

    del estado de emergencia en todo el pas, por el armamento de los trabajadores,

    estudiantes y el pueblo. Por el derrocamiento revolucionario de la dictadura y por la

    implantacin de un gobierno obrero y popular de las CGTs apoyado en la formacin de

    comits de accin por fbricas, barrios y barricadas en todo el pas"(6).

    Por la noche, la resistencia se traslad del centro a los barrios estudiantiles Alberdi y

    Clnicas. El Ejrcito hizo su entrada con demora en la ciudad, de modo de sacar tajada de

    la crisis a favor de la fraccin de Lanusse. "Alrededor de las once de la noche, piquetes de

    trabajadores de Luz y Fuerza entraron en la planta elctrica de Villa Revol y produjeron

    un apagn en la ciudad. El apagn desorient temporariamente a las tropas del ejrcito,

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    permitiendo que los manifestantes recuperaran la iniciativa. Los incendios y los

    combates duraron toda la noche. Cuando la infantera se moviliz para el asalto final al

    barrio Clnicas, las marchas de protesta previamente planificadas para la huelga general

    de ese da atrajeron a gran parte del pueblo y obstruyeron las calles cntricas, obligando

    a los jefes militares a posponer su ataque" (7). El ejrcito slo logr normalizar la

    situacin en los primeros das de junio.

    El 30 de mayo, el paro general decretado por las dos CGTs fue de una excepcional

    masividad, reflejando el respaldo de la Argentina obrera y popular a los huelguistas

    cordobeses.

    Despus del 29

    Cuando todo el activismo cordobs y del interior esperaba la continuidad de las medidas

    de lucha, la CGT-A se reuni el 3 de junio y resolvi pasar a un cuarto intermedio hasta el

    11. Tambin la regional cordobesa dej pasar el tiempo y slo ante una presin

    descomunal de su base, el Smata declar un paro general para el 16 y 17 de junio.

    Mientras tanto, la dictadura haba reorganizado su gabinete. Dagnino Pastore haba

    reemplazado a Krieger Vasena y el general Carcagno, un hombre de Lanusse, fue

    designado interventor en Crdoba.

    Carcagno decret feriado para el 16, ante lo cual la CGT regional levant el acto que deba

    seguir al paro. De cualquier manera, miles de trabajadores se movilizaron en

    concentraciones improvisadas por el activismo en los barrios. El 1 de julio, la CGT-A lanz

    por la suya un paro nacional de 24 horas, que fue cumplido por muchos trabajadores a

    pesar de la desercin del 90% de la burocracia. Pero se fue el canto del cisne del

    ongarismo.

    La reorganizacin de las 62 ordenada por Pern progres rpidamente. Vandor no

    alcanz a verla porque fue asesinado el 30 de junio, pero el vandorismo, ahora aliado a

    Pern, retom el control de las regionales cegetistas. En Crdoba, el vandorismo obtuvo

    por primera vez la mayora en un plenario realizado el 25 de julio; pocos meses despus,

    Elpidio Torres fue designado secretario general de la regional.

    La reunificacin de la burocracia alrededor de las 62 tena un carcter defensivo frente a la

    irrupcin antiburocrtica que se multiplicaba a medida que nuevos contingentes de

    trabajadores se iban sumando a la lucha. En el seno de la vanguardia obrera, en Crdoba y

    en todo el pas, la experiencia comenzada por el Cordobazo estaba lejos de haber

    terminado.

  • 7/26/2019 Luis Oviedo, El Cordobazo (1999)

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    La CGT-A se agot rpidamente. Estuvo a la cabeza de la CGT en oportunidad de un

    movimiento de envergadura histrica, pero esto no le hizo superar sus limitaciones. Se

    mantuvo de espaldas a las masas que revolucionaban al pas. Decir que fue incapaz de

    superar su letargo pese al soplo de vida y la renovacin sindical que signific el Cordobazo

    es escribir su definitivo epitafio.

    Quin dirigi el Cordobazo

    La gigantesca movilizacin nacional que tuvo su epicentro en Crdoba no fue un desborde

    espontneo de una masa hambrienta y enardecida. Lo demuestran los mtodos de lucha

    empleados y la actitud consciente de los manifestantes en la calle que no retrocedieron

    frente a la polica y buscaron por todos los medios extender su dominacin territorial.

    "Algunas de las caractersticas distintivas de la destruccin que rode al Cordobazo

    fueron la baja incidencia del pillaje y la preferencia por blancos de algn simbolismo

    poltico e ideolgico (como el incendio de las oficinas de la empresa Xerox)"(8).

    Lo demuestra tambin la alianza combativa entre el proletariado y los estudiantes

    conscientemente promovida por la vanguardia obreray el lugar dirigente ocupado por

    sta en el curso de toda la movilizacin. "Las radios cordobesas no vacilaban en decir

    (que)los estudiantes siguen en todas partes las iniciativas de los obreros..." (9).

    La consistencia del movimiento y su sostenido crescendodesde la asamblea del 14 de

    mayo en el Crdoba Sport hasta la jornada del 29 durante casi tres semanas, a pesar de

    no tener una direccin poltica reconocida y las consignas coreadas por los

    manifestantes

    de lejos, la mayoritaria fue de la de "por un gobierno obrero ypopular" confirman que el Cordobazo estuvo lejos de ser un acto de espontanesmo.

    Fue largamente preparado por el debate y la actividad de la vanguardia obrera mecnica.

    1. Poltica Obrera, 21 de mayo de 1969.

    2. Poltica Obrera, 4 de junio de 1969.

    3. Idem anterior.

    4. Idem anterior.

    5. Brennan, James P., "El Cordobazo. Las guerras obreras en Crdoba 1955/1976" ,

    Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1996.

    6. Reproducido en Poltica Obrera, 4 de junio de 1969.

    7. Brennan, Op. Cit.

  • 7/26/2019 Luis Oviedo, El Cordobazo (1999)

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    8. Breenan, Op. Cit.

    9. Poltica Obrera, 4 de junio de 1969.