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1 Configuraciones estéticas del campesino en Tipacoque y Siervo sin Tierra de Eduardo Caballero Calderón Luis Roberto Rincón Vargas Requisito parcial para optar al título de Magister en Literatura Director de Tesis Juan Alberto Blanco Puentes Pontificia Universidad Javeriana Facultad de Ciencias Sociales Maestría en Literatura 2013

Luis Vargas

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    Configuraciones estticas del campesino en Tipacoque y Siervo sin Tierra de Eduardo

    Caballero Caldern

    Luis Roberto Rincn Vargas

    Requisito parcial para optar al ttulo de

    Magister en Literatura

    Director de Tesis

    Juan Alberto Blanco Puentes

    Pontificia Universidad Javeriana

    Facultad de Ciencias Sociales

    Maestra en Literatura

    2013

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    Artculo 23 de la resolucin N 13 de julio de 1946

    La universidad no se hace responsable por los conceptos emitidos por sus alumnos en sus

    trabajos de tesis, slo velar porque no se publique nada contrario al Dogma y a la Moral

    Catlica, y porque las tesis no contengan ataques o polmicas puramente personales, antes

    bien se vea en ellas el anhelo de buscar la verdad y la justicia

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    CERTIFICADO

    Yo, LUIS ROBERTO RINCN VARGAS, declaro que este trabajo de grado, elaborado

    como requisito parcial para obtener el ttulo de Maestra en Literatura en la facultad de

    Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Javeriana, es de mi entera autora excepto

    donde se indique lo contrario. Este documento no ha sido sometido para su calificacin en

    ninguna otra institucin acadmica.

    LUIS ROBERTO RINCN VARGAS

    ENERO DE 2013

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    AGRADECIMIENTOS

    A Dios y a todos sus ngeles, quienes con su energa creadora e inspiradora guiaron mis

    pasos y me dieron la fortaleza para no desfallecer en momentos de cansancio fsico, moral y

    mental.

    A la memoria de mi madre, MARTHA LUCY VARGAS, quien a pesar de su exigua

    educacin, me hered su imaginacin y la particular manera de ver y afrontar el mundo;

    lamento que haya dejado este mundo tan pronto ya que no solo dej un corazn vacio (El

    mo por supuesto) sino que el da de la ceremonia su silla tambin lo estar. Donde quiera

    que ests se que intercediste para que este sueo se hiciera realidad; estoy seguro que

    hubieras entregado tu vida tan slo para que yo alcanzar mis metas.

    A mi hija, Laura Alejandra Rincn Martnez, motor de mis acciones para procurarme un

    futuro mejor mediante la formacin de mi intelecto; por ella me muevo en este mundo y

    espero poder transmitirle una veta de conocimiento que pueda aplicar en su vida.

    A Marco Fidel Novoa Montero, su amistad incondicional y desinteresada permitieron

    que depositara un voto de confianza en mi capacidad intelectual, lealtad y disciplina,

    apoyndome no solo econmicamente sino tambin moralmente para culminar con este

    triunfo; su nobleza y carisma lo hacen nico, por tal razn lo considero mi hermano.

    A Juan Alberto Blanco Puentes, sus conocimientos, indicaciones y correcciones

    posibilitaron el desarrollo de este trabajo que culmin a buen trmino y en el tiempo

    previsto. Sin su ayuda no hubiera sido posible llegar a esta meta con sabor a gloria.

    A la Pontificia Universidad Javeriana por posibilitar este programa que facilita

    profundizar y apropiarse de un conocimiento digno de exaltar gracias a todos los maestros

    que componen el equipo de trabajo de la Maestra; su capacidad intelectual permite que se

    sienta la calidad de lo que transmiten en cada una de sus ctedras.

    A mis amigos y compaeros de la Maestra; compartir espacios acadmicos y personales

    permitieron que el riguroso paso acadmico en muchas ocasiones se tornara relajado;

    igualmente su capacidad intelectual permiti que mi conocimiento y el modo de percibir la

    literatura se expandieran y buscara otros matices tericos y estticos.

    A todos los escritores que han construido con ese universo nico, riguroso, hermoso y

    rebelde, aquello que me permite soar y refugiarme en otros mundos paralelos a mi propia

    realidad; ellos son fuente de inspiracin para creer que no hay imposibles y que la gloria e

    inmortalidad son posibles por medio de ese arte que se llama LITERATURA.

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    CONTENIDO

    INTRODUCCIN 3

    1. Periodismo, literatura y ensayo, vnculos personales en el escritor 7

    1.1 Consideraciones acerca del periodismo y la literatura 8

    1.2 Asociacin entre literatura y periodismo 13

    1.3 Periodismo, gnesis de la obra de Eduardo Caballero Caldern 15

    1.4 Caballero Caldern, la visin de un ensayista 25

    1.5 La mirada del ensayista al problema rural 29

    2. Tipacoque, una realidad a travs de la literatura 34

    2.1 Tipacoque en la narrativa de Eduardo Caballero Caldern 35

    2.2 Configuracin de un universo literario a partir de la vida cotidiana 37

    2.3 Configuracin del campesino tipacoque 40

    2.4 Configuracin femenina en Tipacoque 42

    2.4.1 Configuracin masculina en Tipacoque 44

    2.5 Tradicin agraria en Tipacoque 50

    2.6 Representacin del problema agrario en Tipacoque 52

    2.7 El campo, vctima de la modernidad 54

    3. Siervo sin Tierra representacin del problema agrario 59

    3.1 Siervo Joya esttica social del campesino boyacense 60

    3.2 La funcin poltica y arbitraria de los administradores de la tierra 64

    3.3 Problema agrario en Siervo sin Tierra 66

    3.4 Siervo Joya ante la sociedad y el despotismo econmico 67

    3.5 Utopa agraria para Siervo Joya 72

    3.6 La poltica y la tierra 76

    3.7 Poltica: un sistema que manipula al campesino 77

    Conclusin 80

    Bibliografa 86

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    Para ser escritor hay que torcerle el cuello al periodista, y para escribir novelas es menester resistir la tentacin del peridico. Al escritor lo asaltan tentaciones semejantes a las que despus de cuarenta das de

    ayuno en el desierto se le presentaron a Cristo. Si el escritor cede a la tentacin del milagro que es la

    improvisacin, y se tira de cabeza desde el pinculo del Templo para que los ngeles lo recojan por el aire; si

    cede a la tentacin de la poltica, que es el poder y los halagos del mando; si flaquea ante la tentacin de

    convertir piedras en panes haciendo de la verdad una mentira y de sta una verdad aparente, est

    irremediablemente perdido en cuanto escritor de novelas

    Eduardo Caballero Caldern.

    Introduccin

    Cuando hablamos de guerra y poltica en Colombia es necesario aclarar que hay un

    concepto que ha permanecido ligado a lo largo de la historia de nuestro pas: Violencia

    un trmino que todos comprendemos pero en diversas formas y magnitudes. Lo que hace

    que la Violencia se piense y se viva en diferentes formas est relacionado con el momento

    histrico y los intereses de los habitantes de un pas, ya que mientras en un tiempo se

    presenciaban las masacres en zonas rurales, tambin esta se evidencia en contextos urbanos

    permeando todas las capas sociales de la nacin. Lo que ha permitido que esta saga de

    acontecimientos violentos forme parte de nuestra historia es la tenencia de poder a

    cualquier precio; esta actividad apoyada por diversas ideologas con el objetivo de

    apropiarse de los hilos conductores de la Nacin es lo que generalmente se define como

    poltica, concepto que ha sido sinnimo de guerra a lo largo de nuestra historia, pero que

    esencialmente tuvo una caracterstica particular , la guerra territorial, convirtindose la

    lucha por la posesin de un espacio, en uno de los temas sociales ms recurrentes en la

    historia de los campesinos del pas; fenmeno que se presenta a causa de los sucesos

    polticos y econmicos ocurridos desde inicios del siglo XX. El conflicto por la lucha de la

    tenencia de tierra y la incompetencia del sistema jurdico, son algunas causas de la

    violencia que se presenta en el mbito rural, sin que el gobierno tenga presencia en estos

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    sectores para evitar la violacin de los derechos y el xodo de los campesinos que viven y

    trabajan en estas tierras.

    El presente trabajo tiene como objetivo principal determinar cmo se representa el

    campesino y el problema agrario desde el aspecto esttico y socio-histrico en las novelas

    Tipacoque (1940) y Siervo sin Tierra (1955) de Eduardo Caballero Caldern. Esta labor

    surge del inters por la problemtica mencionada; as como tambin, del gusto por la

    literatura colombiana, ms especficamente de aquella que se conoce como Literatura de la

    Violencia, ya que sta expone temas sociales relevantes para la historia del pas y retrata de

    forma esttica los conflictos presentados en diversas regiones del territorio nacional, que

    tuvo sus inicios como sociedad rural, por lo tanto el principal protagonista es el campesino

    olvidado hoy por una sociedad que se ha consolidado como urbana; adems me complace

    revisitar a este admirable periodista, ensayista y literato colombiano, identificndolo como

    uno de los novelistas que tiene como eje central en sus libros, el problema agrario, la

    preocupacin por el campesino y el amor por la tierra de sus ancestros, espacio que se

    convirti en la inspiracin para manifestar la condicin infrahumana del habitante rural,

    resaltando los aspectos ms significativos de la identidad y autenticidad de la regin

    boyacense.

    Para lograr nuestro objetivo se indag en aquellos estudios que se relacionan con la obra

    del autor para examinar sus logros, dificultades y aportes realizados al estudio de su

    narrativa y se determin que aquellos que se han realizado de las novelas Tipacoque y

    Siervo sin Tierra, no evidencian aspectos que determinen ampliamente la representacin

    del campesino y el problema agrario; su imagen es tratada superficialmente o desde un

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    marco exclusivamente social; la presencia y anlisis del campesino es superflua y en

    ocasiones nula, se habla de la problemtica social que este afronta, pero no se examina la

    representacin y relacin literaria construida en la obra de Caballero Caldern; por tal

    motivo se hacen aportes sociolgicos, histricos y literarios presentes en la produccin

    periodstica, ensaystica y literaria del autor, donde se enuncie el problema del campesino

    frente al sistema econmico, poltico y social, sin descuidar el aspecto esttico en el que se

    identifican dichas representaciones, considerando que las novelas Tipacoque y Siervo sin

    Tierra, enuncian el fracaso del habitante rural frente al sistema agrario en Colombia y su

    exclusin del sistema poltico y econmico a mediados del siglo XX en nuestro pas.

    Los personajes que presenta Caballero Caldern evidencian la necesidad de un sistema

    agrario que les permita ser beneficiarios del sistema productivo y de esta forma ser

    propietarios de la tierra por la que han trabajado durante toda su vida, ya que el sistema

    econmico y poltico presentes en sus novelas demuestran que el campesino ha sido la

    principal vctima de todos los procesos en la construccin de la estructura social del pas,

    relegndolo a un ltimo plano donde contina la persistente inequidad entre el hacendatario

    y el trabajador rural, pues es el que tiene menos opcin de acceder a la propiedad de un

    terreno, justificando con ello la constante frustracin e infortunio del campesino ante el

    sistema agrcola que se evidencia como un modelo conflictivo, desigual y excluyente.

    En este sentido la intencin principal es determinar cmo se presentan las imgenes del

    campesino, su figuracin esttica y el problema agrario desde el aspecto literario y socio-

    histrico en Tipacoque y Siervo sin Tierra, evidenciando el inminente fracaso del

    campesino ante las estructuras sociales presentes dentro de la narrativa que presenta

    Caballero Caldern; sin embargo, para llegar a ello se realiza un breve recorrido por la

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    labor periodstica y ensaystica del escritor bogotano anterior a su primera novela,

    Tipacoque en la que el autor hace referencia a problemticas sociales, econmicas o

    polticas, considerando que estos temas y su prctica laboral fueron el punto de partida,

    para la construccin del mundo literario que le permiti dar a conocer su permanente

    preocupacin por la gente del campo. Esta exploracin tiene como objetivo examinar y

    relacionar el origen de la funcin literaria y realista presente en su obra, ya que esta expone

    aspectos sociolgicos y polticos y las consecuencias generadas a partir de la crisis social

    que presentaba el pas.

    Posteriormente se analizar la novela Tipacoque y se relacionar con Diario de Tipacoque

    (1950) para establecer la visin que el autor expone acerca de la problemtica agraria,

    presente en la regin del norte de Boyac en las dcadas del cuarenta y cincuenta. Se

    realizar una lectura minuciosa de las novelas con el objetivo de registrar las posibles

    relaciones entre poltica, sociedad, la vida del escritor y su creacin literaria. Se pretende

    encontrar aspectos relevantes que determinen la figuracin del campesino dentro del relato

    y la funcin de ste, con relacin al sistema agrario, poltico y social, temas recurrentes a

    lo largo de la narrativa de Caballero Caldern.

    Finalmente, se determinar la imagen del campesino en la novela Siervo sin Tierra,

    describiendo las relaciones sociales y estticas del personaje principal, Siervo Joya y su

    reaccin frente al sistema agrario de la poca. Para esto se realizar el anlisis del sistema

    econmico reinante durante la primera mitad del siglo XX en Colombia; el supuesto alivio

    que trajo al campesino la reforma agraria, la tenencia de tierra y la mentalidad del personaje

    frente a los fenmenos econmicos, polticos y sociales, expuestos en la novela. Este

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    anlisis determinar la resistencia o aceptacin del campesino frente al sistema rural, as

    mismo se evidenciar el xito o el fracaso del campesino frente al sistema agrario.

    1 Periodismo, literatura y ensayo vnculos personales en el escritor

    En este captulo se realiza a grosso modo un acercamiento a los conceptos de periodismo y

    literatura para comprender los vnculos y motivos por los cuales as, como varios escritores

    pasaron del periodismo a la literatura, igualmente lo hizo Eduardo Caballero Caldern

    (1910-1993), trazando un camino literario que tuvo su origen e influencia en la tierra de sus

    ancestros y en las columnas escritas en el peridico El Tiempo, donde resalt el drama y la

    solidaridad por la gente de la ciudad, as como tambin lo hizo con los campesinos, de

    quienes exalt su cultura y se dio a la tarea de denunciar los procesos burocrticos que

    atentaron contra la preservacin y el desarrollo del campo, especialmente con los habitantes

    de Boyac y Santander quienes se convirtieron en los referentes de su trabajo novelstico.

    Igualmente se traza un breve recorrido por el origen de su actividad periodstica, anterior a

    su obra ensaystica y literaria en la que es posible evidenciar aspectos culturales, sociales y

    polticos, los cuales influenciaron lo que sera posteriormente el desarrollo de varios de los

    temas tratados de forma esttica en sus novelas Tipacoque y Siervo sin tierra.

    Por otra parte se complementa el anlisis de la influencia novelstica del autor mediante el

    estudio de los ensayos realizados entre (1942-1949) periodo previo al desarrollo de su

    novela Siervo sin tierra. Se realiza el cotejo de sus ensayos en general; sin embargo, la

    intencin primordial es analizar con ms detenimiento aquellos donde se evidencie la

    naturaleza del campesino boyacense y santandereano, ya que es ste el personaje central de

    sus novelas y el motivo por el que Caballero Caldern extrajo su profundo y desinteresado

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    sentido humano por el habitante del campo; resaltando los problemas sociales y

    econmicos que aquejaron a estos seres marginados y atacados por una burocracia que se

    mostraba indiferente ante la precaria condicin humana de aquellos trabajadores

    incansables, que empricamente se convertan en la base de la economa boyacense.

    1.1. Consideraciones acerca del periodismo y la literatura

    Para algunos resulta incorrecto hablar de periodismo en el mbito literario, ya que la

    literatura es la encargada de preservar, enaltecer y darle esplendor al lenguaje; la gramtica

    en este sentido adquiere un carcter dogmtico y las palabras adquieren una conformacin

    casi moral, donde llegan a ser clasificadas como puras o ilegtimas.

    Aparentemente no hay nada tan reido como lo presente entre literatura y periodismo; el

    periodista no se detiene ante consideraciones estticas, que s preocupan al literato, quin

    no slo desea expresar su pensamiento sino que adems lo depura y embellece. El

    periodista no tiene tiempo para estas observaciones, sin que ello indique que su trabajo no

    requiere elaboracin; en su afn por informar, escribe con la inmediatez de la noticia,

    persiguiendo la brevedad, claridad y precisin con sus palabras, vindose obligado a

    sacrificar la esttica del lenguaje que reclama la literatura, por una trillada o inculta

    expresin que pueda comprender hasta el menos erudito de los lectores.

    Debemos entender que ambos trabajan con palabras pero que sus necesidades y condiciones

    no son las mismas. El literato escribe en el ambiente apacible de su estudio o biblioteca, sin

    presiones o afanes, dedicando el tiempo suficiente para pulir una frase, logrando la

    exactitud deseada, bien sea producto de su imaginacin o de una consulta textual, que le

    ayude a complementar su objetivo. Sealaba Caballero Caldern en cuanto al escritor que

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    ste: No escribe por escribir, sino para hacerlo bien. Escribe para s mismo en primer

    lugar, para un yo crtico y exigente que no tiene las complacencias de los lectores del

    peridico (1963:506). Al ser proclamado como miembro de la Real Academia de La

    Lengua (1944) en su discurso de posesin haca un llamado a los periodistas por considerar

    que eran ellos, los llamados a ser los herederos directos de Cervantes:

    Porque a lugares menos limpios seores acadmicos, fue Quevedo y Villegas en

    busca de palabras; de la cocina del convento Santa Teresa extrajo mucha miel para

    sus Moradas; y Mateo Alemn salpic de picardas su lenguaje, y dio carta de

    naturaleza a voces de germana que en su tiempo debieron ser no slo impropias

    sino tan poco aseadas como hoy nos parecen. Sin contar con que Boscn y

    Garcilaso, y el propio Manco de Lepanto, se trajeron de Italia a la Pennsula

    modismos y palabras que eran extraas al paladar y al gusto castellanos y eran gotas

    de elixir en aquel licor fuerte y espeso del siglo de oro (1963: 507).

    Sin olvidar la diferencia sustancial entre periodismo y literatura, no es justo demeritar una

    labor con respecto a la otra, ya que como lo ejemplific Caballero Caldern, histricamente

    los clsicos de nuestra literatura se construyeron con un bajo perfil, con la cotidianidad y lo

    popular de la vida, sin desdear las locuciones vulgares, el refrn inculto pero sabio, la

    expresin viva aunque incorrecta y todas aquellas palabras del ciudadano comn, que le

    sirvieron a Cervantes para erigir el monumento ms ilustre del Castellano.

    Sin embargo, a pesar de todas las comparaciones en cuanto a semejanza o diferencia de las

    dos ocupaciones, es necesario consultar libros de periodismo para determinar una

    definicin precisa o por lo menos que nos acerque al significado del trmino, ya que da la

    impresin, en ocasiones, que se est hablando de conceptos diferentes, puesto que el

    periodista lo define segn su punto de vista o experiencia.

    En esencia, la palabra periodismo nos remite a todas las formas en que las noticias llegan al

    pblico; el mensaje periodstico se inscribe bsicamente en un proceso comunicativo entre

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    diversos grupos humanos de cuanto ocurre en el mundo, siendo acontecimientos de

    conocimiento pblico junto con los pensamientos que provoquen, convirtindose en el

    material fundamental del periodista.

    Para quienes estamos alejados de este oficio, el periodismo es sencillamente una labor que

    consiste en escribir sobre asuntos de inters general, con el nico objetivo de informar

    sobre sucesos actuales, mientras que para el profesional es una responsabilidad y por

    consiguiente un privilegio; Eric Hodgins, de la revista Time, citado por Bond lo define

    como: Periodismo es llevar informacin de aqu y de all, con precisin, perspicacia y

    rapidez, y en forma tal que se respete la verdad y lo justo de las cosas, y as, lenta, aunque

    no inmediatamente, se vuelva ms evidente. (1965:17).Ambas nociones se sostienen bajo

    un concepto de libertad, el primero sustenta: Da al pblico lo que el pblico quiere; el otro

    dice: Da al pblico la verdad, que es la que debe saber.La funcin social del periodismo es

    la de recopilar, procesar y difundir por cualquier medio de comunicacin (prensa, radio,

    televisin, digital) una informacin de inters pblico, con la finalidad de informar y

    formar, as como tambin, de entretener.

    El periodismo, entendido nicamente como el acto de comunicar informacin, es

    minimizar su funcin, trascendencia e importancia. El mensaje periodstico, aparte de ser

    un hecho comunicable en el ms amplio sentido, cumple otras finalidades.

    As, pues, el periodismo incluye comunicacin por esencia, informacin por necesidad;

    formacin por deseo de orientar; entretenimiento por naturaleza; y todo ello dentro de una

    rea envolvente que incluye estilo, tcnica y representacin adecuada (Acosta, 1973:54).

  • 14

    Realmente hay que reconocer que el periodismo adems de ser un oficio tcnico y prctico

    caracterizado por capturar la realidad y la inmediatez de acontecimientos que transcurren en

    nuestra sociedad, es una profesin intelectual que se nutre e invoca saberes crticos y

    culturales de disciplinas ya consolidadas como las ciencias sociales, la sociologa, la

    historiografa, la politologa y todas las humanidades, estableciendo caminos de unin entre

    saberes sociales y humansticos, hasta desarrollar mtodos y perspectivas que enriquecen

    variados campos de reflexin e investigacin en la bsqueda de una escritura cultivada, de

    calidad y excelencia para representar la realidad.

    A diferencia del periodista, al literato la necesidad de perfeccin y originalidad lo inquieta,

    obligndole a una constante superacin, por tal motivo no es de extraar que reconocidos

    hombres de letras inviertan gran tiempo en culminar sus obras, pero tienen la fortuna de

    escribir lo que nace de su pasin o raciocinio; aquellas cosas que le apasionan o dejaron

    huella en su interior, se convierten en el tema que atrae a numerosos lectores; tiene la

    oportunidad de escribir para su propia complacencia, pero debe ser cuidadoso en la

    construccin y armona del lenguaje ya que sus lectores son exigentes.

    La literatura y en especial la novela es una forma de prosa artstica para aprender y expresar

    lingsticamente las caractersticas de la vida y la experiencia humana. Este gnero literario

    se ha encargado de asimilar y transformar estilos y gneros histricamente anteriores a su

    existencia, para incorporar toda clase de manifestaciones sociales, culturales e histricas.

    Aun con toda la jerarqua que se le otorga al lenguaje literario, no podemos olvidar que la

    novela representa la pluralidad social, organizando estticamente el lenguaje colectivo o

    individual sin que ello implique el desconocimiento de la existencia de una infinidad

    lingstica que impregna todas las formas y estratos sociales, de hecho:

  • 15

    La novela es la diversidad social, organizada artsticamente, del lenguaje; y a veces,

    de lenguas y voces individuales. La estratificacin interna de una lengua nacional en

    dialectos sociales, en grupos, en argots profesionales, lenguajes de gnero; lenguajes

    de generaciones, de edades, de corrientes; lenguajes de autoridades, de crculos y

    modas pasajeros; lenguajes de los das, e incluso de las horas; social-polticos

    (Bajtin, 1989:81).

    Segn Bajtin, la estratificacin interna de una lengua, en determinado momento de la

    historia, compone la premisa necesaria para el desarrollo del gnero novelesco; por medio

    de los mltiples sonidos y expresiones sociales, la novela ambienta todos sus temas, todo

    el universo semntico que expresa o se representa tiene su punto de sustento en el lenguaje

    sin excluir a nadie. La lengua es la materia prima, el medio vital de cognicin y

    comunicacin que permea todas las formas de existencia humana, es la forma efectiva de

    existencia histrica y social del lenguaje.

    De esto se deduce que la novela se nutre de la diversidad social del lenguaje para

    representar el mundo. Para Bajtin el lenguaje literario no puede ser concebido como un

    mtodo nico o especfico, un sistema desviado, cerrado o especial que aristocrticamente

    diferencia los usos coloquiales de los formales y de las mltiples y cambiantes hablas

    sociales, sino como: la unidad, muy especfica, de lenguajes que han entrado en contacto y

    se han entendido recprocamente (112).

    El prosista novelista y en general casi todos los escritores, admiten en sus textos el

    plurifonismo y el plurilingismo literario y extraliterario, sin que ello implique la

    disminucin de las cualidades estticas de la obra, sino por el contrario, esto contribuye a

    su profundizacin, ya que con base a la estratificacin del lenguaje, a su diversidad y a la

    variedad de lenguas, construye su estilo, conservando al mismo tiempo la unidad de su

    estilo y de su personalidad creadora.

  • 16

    El prosista no destruye ni depura las palabras o expresiones sociales, sino que dispone de

    todas ellas para elaborar su propio ncleo semntico, aquel que identifica y hace nica su

    obra, asumiendo con total resolucin la voluntad de representar literariamente la realidad

    social de su poca.

    1.2 Asociacin entre literatura y periodismo

    Para Eduardo Caballero Caldern la diferencia fundamental entre literatura y periodismo es

    el ritmo: la primera es lenta y cuidadosa y es por el contrario rpido y despreocupado el

    segundo; el periodista escribe en medio del ruido, en cualquier lugar y sobre cualquier cosa.

    Habla el lenguaje corriente y cotidiano de todos los ciudadanos. El periodista no tiene estilo

    aparente. Su oficio se basa en la concisin, la claridad, la objetividad y la rapidez (1963:

    506).

    La literatura y el periodismo tienen en comn muchos aspectos, sin embargo, se ha

    mantenido una pugna para separar los dos gneros debido a sus relaciones evidentemente

    disimiles en cuanto a estructura, contenido y lenguaje que es donde radica su principal

    diferencia; no obstante Jos Acosta Montoro justifica la relacin entre literatura y

    periodismo afirmando que son como la rama y el tronco, que no pueden vivir por

    separado (1953:51), ya que los orgenes del periodismo y su desarrollo fueron a travs del

    mundo de la literatura.

    La aparicin de la novela realista est estrechamente ligada a la aparicin de las primeras

    formas de periodismo entre las dcadas de 1830 y 1840, precursor directo del periodismo

    de masas que se producira durante el transcurso de los siglos XIX y XX en Francia y el

    Reino Unido. Segn Arnold Hauser, la conexin de la literatura con la nueva prensa diaria

  • 17

    caus un efecto tan revolucionario como el uso de la mquina de vapor en la industria;

    toda la produccin literaria cambi su carcter (1980:19).

    De esta forma, por primera vez, la nueva economa capitalista uni la produccin y el

    consumo literario en masa, para atraer lectores se bajaron los precios y empezaron a

    publicarse junto con las noticias, relatos de viajes, historias escandalosas y toda clase de

    sucesos de inters general, pero el ms grandioso recurso para atrapar al pblico lector

    fueron las novelas de folletn las cuales alcanzaron gran xito en un breve tiempo cuando la

    gente se fue incorporando a la cultura escrita. Grandes novelistas como Dickens, Hugo,

    Dumas y Balzac publicaron sus grandes obras mediante este sistema.

    Hoy en da no tiene sentido seguir polemizando si la literatura est por encima del

    periodismo o viceversa, son dos gneros distintos que comparten el mismo elemento de

    trabajo, el lenguaje, sin olvidar que mientras el periodista presenta la realidad, el literato la

    deforma o construye una nueva buscando intencionadamente la belleza, sin que ello indique

    que el lenguaje periodstico sea ordinario; el periodista trabaja simultneamente con el

    tiempo, la realidad, la objetividad y con el uso de estructuras tcnicas especficas

    enmarcadas dentro de su profesin, para que el mensaje interese al pblico en general

    utilizando un lenguaje ms comprensible, fcil, til y directo; por tal motivo en muchas

    ocasiones el periodista puede pasar a ser novelista y viceversa; sus relaciones y diferencias

    son las que han permitido que grandes escritores como Gabriel Garca Mrquez, Germn

    Castro Caycedo, Laura Restrepo, lvaro Cepeda Samudio y Eduardo Caballero Caldern,

    por slo nombrar algunos, hayan transitado de un oficio a otro, demostrando que esa brecha

    delgada o abismal se puede saltar sin ningn problema manteniendo el oficio de la palabra

    estrechamente ligado.

  • 18

    Para entender las verdaderas relaciones y diferencias entre periodismo y literatura sera

    necesario que nosotros mismos, transitramos por ambos caminos como lo han hecho

    grandes escritores, quienes gracias a su sensibilidad experimentaron una necesidad de

    conocer realidades sociales emergentes, para configurarlas de acuerdo a su experiencia

    individual, pasando de la incipiente prosa periodstica al amplio espectro literario, el cual

    sin duda es el ms verstil, difundido, importante y difcil de caracterizar.

    Tal como lo expres Caballero Caldern, en su discurso de posesin como miembro de la

    Real Academia de la Lengua (1946) al decir que es consciente de la diferencia sustancial

    que existe entre el periodismo y la literatura, ya que el medio y el pblico para el que

    escriben no son los mismos. Los mtodos de trabajo son diferentes, sus fines y

    preocupaciones muy distintas y aunque uno alimenta al otro, el literato escribe para la

    eternidad mientras que el periodista lo hace para el da que transcurre; por tal motivo busc

    expresar sus pensamientos, nutrindolos con cada da que vivi y con cada palabra que

    escribi.

    1.3 Periodismo, gnesis de la obra de Eduardo Caballero Caldern

    Periodista, ensayista, traductor, diplomtico, editor y novelista, fueron las ocupaciones de

    Eduardo Caballero Caldern quien se destac como uno de los escritores ms importantes

    del siglo XX en Colombia y aunque se tiende a reconocer ms ampliamente al literato que

    al periodista, en este apartado se procura abordar brevemente la gnesis del escritor

    bogotano, ya que al igual que muchos literatos, Caballero Caldern se inici en el

    periodismo, oficio que le permiti no solo hacerse a un nombre propio y ser reconocido en

    el campo de la informacin, sino que tambin lo llev a construir un estilo y mundo

    literario nico, caractersticas que le permitieron alcanzar el reconocimiento, del gran

  • 19

    novelista que retrat estticamente problemticas sociales de nuestra realidad colombiana

    en pocas de violencia.

    Melanclico y sentimental como los pramos tristes de Boyac; as se defina Eduardo

    Caballero Caldern, fue un escritor cuya influencia periodstica estuvo marcada por su

    padre y donde a su vez encontr inspiracin para elaborar novelas gracias a la tradicin oral

    proveniente de los campesinos durante su niez, aquellos que habitaron desde 1560 la

    Hacienda Tipacoque, propiedad de sus abuelos, y que con el tiempo se convirti en un

    municipio que recibe el mismo nombre al norte de Boyac (1968). El paisaje, su gente y la

    problemtica que acompa al habitante de estas tierras se plasmaron en varias obras

    literarias, cuyo periodo de gestacin inici entre sus millares de columnas en los peridicos,

    El Espectador y El Tiempo a los que estuvo vinculado formalmente desde el 18 de mayo

    de 1938 hasta 1977.

    El 17 de junio de 1927, meses antes de obtener el ttulo de bachiller, public en el peridico

    El Espectador El sueo de los sueos artculo que pretenda realizar un homenaje al

    escritor Marco Fidel Surez con motivo de su muerte, mediante un concurso realizado por

    su maestro Toms Rueda Vargas entre los alumnos del Gimnasio Moderno, colegio

    fundado por su to Agustn Nieto Caballero. En ese mismo ao cre la revista El Aguilucho

    y estuvo vinculado a El Espectador y El Tiempo durante casi toda su vida, firmando sus

    columnas con el seudnimo de Swann, en honor a Marcel Proust, uno de sus escritores

    favoritos.

    Sus columnas periodsticas son una antologa de los problemas del pas en general, sin

    olvidar especialmente la tierras boyacenses; desde sus inicios en el peridico El Tiempo

  • 20

    retrat la vida y los conflictos contemporneos, ya que segn afirmaba, era ms fcil hablar

    de eventos pasados consignados en la historia, que escribir un diario de sucesos que

    afectaran una generacin presente que viva y senta las injusticias del momento. Desde

    aquellos aos vivi contemplando los personajes que reclamaban atencin inmediata y qu

    mejor forma que la prontitud e inmediatez del peridico para solidarizarse con aquellos

    desvalidos? Su obra es de tono personal desde lo periodstico hasta lo novelesco, pero fue

    lo informativo lo que le permiti expresar su punto de vista a una realidad que quedara

    plasmada posteriormente en la historia por medio de sus novelas. La actividad periodstica

    le permiti enfrentar la realidad que lo rodeaba y sumergirse en los conflictos internos de su

    pas sin dejar de resaltar la belleza de su paisaje y sus gentes.

    El mircoles 18 de mayo de 1938 se estren como escritor de El Tiempo en la columna

    Cosas del da con el artculo La muerte de la Victoria y aqu ya se vislumbraba el

    carcter de su estilo, en el que desnudaba su propio sentir, la fraternidad por la gente del

    comn y la miseria a la que vivan expuestas las clases sociales menos favorecidas:

    Esta maana al pasar por la Avenida de la Repblica, fui testigo de un espectculo

    que me llen de tristeza. En direccin a la capilla San Diego se diriga la humilde

    comitiva de un entierro de tercera clase. Apenas iban acompaando al muerto, unas

    veinte personas de su parentela (Swann, 1938: 5).

    En este artculo el escritor concluye con la claridad y elegancia prosstica que ya lo

    empezaba a identificar, el deseo de extender su narrativa e intentar perfeccionar

    estticamente su nota periodstica con algo que podra parecer una breve y solemne elega,

    un hecho cotidiano de manera melanclica y sentimental:

  • 21

    As la vi pasar, y, tal vez porque tengo el alma demasiado ingenua, sent un gran

    desfallecimiento de angustia. Hubiera hecho una frase, si supiera hacer frases como

    las gentes que ven la vida por entre la gramtica; pero no s hacer frases. Apenas

    pens que es un espectculo muy triste el de todas las victorias muertas que todava

    se arrastran por las calles (5).

    En otro de sus artculos perpetuaba las palabras de su abuelo, reseando el amor por

    aquellos componentes geogrficos, que le heredaran sus antepasados y que ciertamente se

    convertiran en sus tierras y su gente, un universo literario que aos despus se patentizara

    en la prosa de Caballero Caldern, mediante los paisajes y personajes de sus novelas

    extrados de todos los rincones boyacenses:

    Mi abuelo que pas largos periodos de su vida en la ciudad devota, tena los ojos tristes

    cuando hablaba de ella. Me deca:

    - Tunja es una ciudad donde no corre el tiempo. Es una ciudad situada al margen de la vida. Si algn da tienes la angustia de vivir, que te exaspera el nimo y te corrompe

    la sangre, vete a Tunja donde la vida es dulce porque no se siente vivirla, Sabes

    qu es Tunja?

    - Y cerrando los ojos como para aprisionar las imgenes y retener los recuerdos, me deca: Tunja es la ciudad donde ms dulcemente se podra uno morir (Swann, 1938: 5).

    Se evidencia el amor heredado e inalterable por la tierra de sus ancestros y del mismo modo

    sus notas periodsticas transitaban entre las memorias del nio que creci entre la Bogot de

    1920 y los paisajes imborrables de la evocacin de una niez enmarcada entre lo rural y lo

    urbano. Durante sus aos de infancia Caballero Caldern cultiv un mosaico de colores y

    vivencias en medio de un crculo de gentes que se movan entre la poltica y la cultura, y

    otras que oscilaban entre la injusticia y la pobreza extrema, un pas agobiado por las guerras

    y la gran influencia eclesistica marcaran el pensamiento de un nio con el afn de

    responderse as mismo, inquietudes que iban formando poco a poco al escritor.

    Es natural que al llegar a la adultez, Caballero Caldern hubiese nutrido su intelecto y las

    influencias de otros escritores se hicieran notar, mientras buscaba la forma de construir

  • 22

    aquel mundo literario en el que no se agotaran o se tuvieran que economizar las palabras,

    como suceda en sus habituales columnas con las que fue armando, Tipacoque y Diario de

    Tipacoque. Caballero Caldern se senta un hombre de campo y asuma sus problemticas

    como propias, exaltando el campo como lo hizo en el peridico El Tiempo durante ms de

    treinta aos. Una muestra de ello se puede observar en un artculo publicado el domingo 23

    de febrero de 1953, y que titul Un espaol por siempre. La vejez de Azorn donde en

    pleno furor de la novela existencialista, el escritor espaol apelaba a pedagogos en mula y

    caminantes por las rutas de Castilla:

    Azorn recorre a pie los pueblos de la llanura castellana, sus murallas vencidas, sus

    plazas desiertas, sus casinos donde an conspiran cura y hacendado, notario y

    alcalde, los pasos del Quijote, siglos despus, y nos ofrece as un mundo inmvil.

    Sencillez, claridad, minuciosidad y la perla inesperada de un vocablo viejo y

    sabroso que brilla entere las palabras comunes y corrientes (Swann, 1953:1).

    Caballero Caldern concluye: La prosa de Azorn tiene, como la capa de polvo que se

    adhiere a las cosas, el poder de levantarse de pronto e irisarse al sol de la poesa, creando

    una ilusin admirable que raras veces podemos encontrar tan lograda en otros estilistas de

    Espaa (Swann, 1953:4). Jos Ortega y Gasset, en 1912, citado por Juan Gustavo Cobo

    Borda comenta sobre un libro de Azorn:

    El arte de Azorn consiste en suspender el movimiento de las cosas haciendo que la

    postura en que las sorprende se perpete indefinidamente como en un perenne eco

    sentimental. De este modo, lo pasado no pasa totalmente. De este modo se desvirta

    el poder corruptor del tiempo (2004:536).

    Es posible que la mirada de Azorn haya influenciado a Caballero Caldern para ver a

    Boyac de ese mismo modo; un mundo que se vena abajo, corrupcin, falta de

    oportunidades y un conjunto de habitantes que se degradan a causa del capitalismo y la

    ignorancia como comn denominador, ya que la pedagoga no estaba al alcance de los

  • 23

    jvenes de clase humilde, en especial los campesinos quienes mximo alcanzaran a ser

    conductores de autobs intermunicipal.

    La influencia eclesistica es una constante en sus obras y en sus artculos periodsticos, ya

    que sta era una figura predominante en el destino de los habitantes de la nacin y su papel

    frente a los nuevos tiempos tomara un protagonismo relevante. En sus artculos, Caballero

    Caldern da cuenta de la condicin religiosa frente a los nuevos tiempos y la creciente

    marginacin de la religin, especialmente de la fe catlica, en la ciudad, debido a la

    modernidad. En un artculo publicado el 13 de febrero de 1939 titulado, El sentimiento

    religioso entre lneas expone la queja de un escritor liberal a causa de la indiferencia de

    los catlicos por no guardar el respectivo luto como consecuencia de la muerte del Papa Pio

    XI. El afectado dice que el sentimiento religioso se ha entibiado y an, resfriado, a tal punto

    que en la capital de la Repblica no hubo un solo habitante que no dejara de asistir al cine o

    estar pendiente del ftbol mientras el Sumo Pontfice agonizaba, de igual modo protesta por

    la importancia que se le dio a una noticia poltica al extenderse en un diario local a ocho

    columnas, mientras la noticia del Papa, transcurri sin que la vida de los habitantes de la

    ciudad se alterara en lo ms mnimo. Frente a esto Caballero Caldern responde que la gran

    reserva religiosa no se encuentra en las ciudades sino en el campo, resalta el poder de la

    iglesia en las zonas rurales donde sus habitantes aun conservan intacta su tradicin

    religiosa, una prueba de ello es el paisaje (tema recurrente en sus posteriores escritos)

    donde la iglesia se divisa a lo lejos del pueblo resaltando su importancia e imponencia

    sobre las condiciones materiales y sociales para la vida cristiana. No se concibe otra idea de

    relacionarse con Dios en este mundo, si no es por medio de un templo o de un hombre

    considerado ministro de los cielos aqu en la tierra: Cuando sus campanas se echan a

  • 24

    vuelo, los campos parecen recogerse por la oracin de la tarde. Y en los domingos y das de

    fiesta, los caminos embarrados del monte se llenan de viajeros endomingados que van a la

    misa mayor, a veces arriando una cabra para el seor cura (Swann, 1939:5).

    Estos aspectos se evidencian claramente en las novelas, El Cristo de espaldas (1952) y

    Siervo sin tierra (1955) donde la figura eclesistica est en armona con la fe y la razn de

    sus habitantes, cumpliendo con un factor decisivo para humanizar al hombre y enaltecer su

    dignidad.

    Es completamente normal que en el transcurso de nuestra historia la iglesia haya cumplido

    un papel social y cultural del cual Caballero Caldern se percat expresando la prdida de

    significacin que las doctrinas religiosas sufran con el tiempo, especialmente con el

    hombre de la ciudad, muy por el contrario con el hombre de campo cuya caracterstica se

    observa no slo en sus artculos periodsticos sino tambin en sus novelas. La iglesia posee

    un carcter social visible, la creencia de la religin catlica es una de las piezas ms

    importantes de la estructura colonial, ya que adems del peso institucional, la iglesia

    adquiere un gran influjo de masas, sobre todo campesinas por el papel que juega la

    aculturacin y evangelizacin de esta poblacin tpicamente colonial, donde el sistema de

    cristianizacin y los modelos econmicos sustentados en el trabajo de la tierra, llevaban

    consigo una marcada estratificacin social basada en la raza y en la posicin econmica de

    sus habitantes, sin que la fe catlica se desarraigara por completo del pas o de las clases

    altas; un hecho social es el reconocimiento de la religin por parte de todos los habitantes

    del pas y en especial del gobierno a quien no le convena estar en guerra con su pueblo por

    lo ms comn y caracterstico que posea: El sentimiento religioso como titul un artculo

    Caballero Caldern y en el que concluye con una pequea historia en la que unos

  • 25

    campesinos se niegan a que el sacerdote del pueblo cambie la figura de una virgen

    deteriorada por una nueva porque segn ellos la virgen vieja es la que hace milagros:

    Y esa es la fe popular, el sentimiento religioso en su estado ms puro, en su etapa

    ms simple. A tiempo que los contados campesinos de una aldea, defienden su vieja

    virgen de la virgen nueva que va a usurparle su dominio. Los ciudadanos de la

    capital no conceden la menor importancia a que en Roma un Papa nuevo vaya a

    sustituir, Dios sabe en qu forma, al viejo Papa de la Paz (Swann, 1939:5).

    El escritor retrata la fe cristiana propia de los catlicos de las zonas rurales, quienes asumen

    la religin como un compromiso, un servicio de bien comn tal como lo es la manifestacin

    del amor al prjimo, y la adoracin de smbolos religiosos tradicionales que se fueron

    perdiendo con el paso del tiempo y los cambios sociales que se experimentaron durante el

    siglo XX. La iglesia inicialmente est presente en diferentes artculos de Caballero

    Caldern y posteriormente en sus novelas, cumpliendo una funcin educadora de las

    conciencias, incluso en el terreno social y poltico, ya que la iglesia posee no solamente el

    derecho de defender los principios morales y religiosos, sino que tambin interviene con

    gran autoridad en el orden temporal de diversos acontecimientos sociales. En nombre de su

    misin espiritual interviene para proteger a los ms necesitados, ya que no puede

    permanecer indiferente ante las condiciones y necesidades ms concretas de la existencia

    humana sin que ello impida que adems, su intervencin est ligada a la poltica.

    En su habitual columna de El Tiempo Cosas del da, el jueves 2 de febrero de 1939

    demostrara su desilusin para con los polticos, arremetiendo de la siguiente manera en un

    artculo titulado Polticos por dentro y por fuera:

  • 26

    Cuando el que esto escribe tena tan solo quince aos que hacen del mundo

    una esfera milagrosa que navega al azar en una atmsfera de milagro, los

    polticos constituan su admiracin ms vehemente. El poltico era un seor

    vestido de oscuro, con cuello de punta vuelta que suba las gradas del

    capitolio con la frente oscurecida por los problemas nacionales. Era el seor

    que llevaba entre su cartera, bajo el brazo, el destino de la repblica. Haba

    nacido para pensar por la numerosa e insignificante tribu de los electores, y

    por ello, tena derecho a que el Estado lo sostuviera y mantuviera ante todo y

    por sobre todo.

    Aos ms tarde, cuando el autor de este comentario se encontraba en la

    universidad y tena entre sus profesores muchos polticos de alto bordo,

    muchos ministros de despacho y otros pjaros por el estilo, su visin del

    poltico se redujo extraordinariamente. Lleg a convertirse en un seor que

    deca tonteras como cualquier seor que no fuera poltico, y nicamente

    gozaba del privilegio de que los diarios le publicaran el retrato con una

    desagradable frecuencia y los gobiernos le nombraran de vez en cuando, o

    bien ministro, o bien cnsul, o bien jefe de aduanas (Swann, 1939).

    Despus de expresar el sentimiento que le generaban los polticos, Caballero Caldern

    concluye que cualquier persona puede ocupar un cargo pblico, solo que quienes no se

    atreven a hacerlo es porque: evidentemente existe gente buena y trabajadora en el mundo,

    que tiene cosas ms importantes en qu pensar, que no sea exclusivamente en s misma

    (Swann, 1939).

    Esta realidad retratada en el contexto periodstico, se fue convirtiendo en una posibilidad

    esttica e histrica partiendo de un panorama que le presentaba los conflictos tradicionales

    del pas, y mediante la produccin periodstica su obsesin por el campo se fue

    convirtiendo en el hilo conductor de su obra; esta idea fue el objeto de denuncia para que

    los estamentos gubernamentales tomaran conciencia de los profundos y autnticos

    problemas de la poblacin rural. Sus notas periodsticas son un inventario de los problemas

    de la poca y que hoy en da se aprecian con mayor claridad. De acuerdo a lo expresado por

    Caballero en su extensa narrativa, la abrumadora ignorancia del pas no permiti que

  • 27

    Colombia fuera una nacin compacta, culturalmente homognea, moralmente unnime y

    racialmente conexa.

    Los das de Caballero Caldern transcurrieron observando como la violencia poltica

    destrua la escala de valores morales de los individuos, a causa de la obsesin por el dinero,

    la constante impunidad con los campesinos y la incapacidad de construir un Estado

    equilibrado en el que los mejores hombres ocuparan los puestos que determinaran el

    crecimiento de las zonas rurales. Dichos fenmenos respaldaron la mirada irreverente que

    el escritor ejerci sobre la poltica. A pesar de sus cargos pblicos: Asamblea, Diplomacia,

    Cmara y Alcalda no impidieron que trabajara por el pas y por sus gentes; en sus

    artculos, ensayos y novelas estn registrados los sentimientos del escritor frente a los

    fenmenos polticos.

    Treinta y nueve aos de vinculacin con el peridico El Tiempo, se fragmentan cuando se

    retira del diario, por solidaridad con su hermano Klim (Lucas Caballero Caldern) quien es

    apartado de su labor, como consecuencia de las stiras lanzadas en sus columnas, contra el

    gobierno de Lpez Michelsen. Las constantes crticas, acompaadas de un excelente

    sentido del humor por parte del escritor, generaron malestar en el mandatario, al punto de

    pedir su renuncia aduciendo que sus columnas desestabilizaban al gobierno. Estos

    acontecimientos no eran extraos en los hermanos Caballero Caldern, especialmente por

    parte de Eduardo, quien en varias ocasiones haba arremetido contra Laureano Gmez y

    Rojas Pinilla, adems de declararse amigo y admirador de Jorge Eliecer Gaitn.

    No es casualidad que reconocidos literatos hayan cultivado el periodismo antes de ser

    reconocidos como grandes escritores, Defoe, Addison, Steele, Swift, Twain, Hemingway,

  • 28

    Garca Mrquez y muchos ms, evidenciando un estrecho vnculo entre literatura y

    periodismo, dos gneros aparentemente disimiles pero que como vimos, uno es el

    encargado de alimentar al otro, por tal motivo se hizo necesario trazar una panormica de

    relaciones afines entre el escritor y el periodista, comprendiendo que a este ltimo se le ha

    clasificado dentro de un aspecto rigurosamente profesional, pero que precisamente este

    oficio es el que le ha ejercitado y permitido desarrollar un mundo novelado a partir de un

    hecho social, histrico y autentico. Como periodista se mostr satisfecho porque lo

    siguieron mediante sus columnas, pero esto no sera suficiente, ya que su objetivo era

    escribir para el futuro y que se apreciara el valor esttico de su obra, objetivo primordial de

    cualquier escritor, aunque no fuera inmediato, ya que a veces transcurren aos o siglos para

    que la humanidad otorgue valor y mritos al literato; sin embargo, se puede apreciar cmo

    se fue cultivando el tema y el estilo que permitieron identificar e inmortalizar al novelista,

    que dio sus primeros pasos como periodista.

    1.4 Caballero Caldern la visin de un ensayista

    Se reconoce a Michel de Montaigne como el creador del ensayo, cuya influencia sobre los

    posteriores ensayistas ha sido muy fuerte, constante y continua. Prueba de ello es el mismo

    trmino que puso en circulacin con Les Essais (1580- 1588). Con ellos instaur un estilo

    precursor de prosa testimonial y reflexiva, basada en la innovacin progresiva y en el

    examen minucioso de la propia identidad. De la mano de Montaigne, el gnero ensaystico

    durante el siglo XVII, se convirti en uno de los rasgos que definan el nuevo espritu

    humanstico; con esto se evidenci la exploracin de s mismo, una nueva manera de

    conducir el pensamiento, impulsado por un propsito de aspecto axiolgico, en busca de los

    nuevos valores que el Renacimiento atribua a la condicin humana.

  • 29

    En el siglo XX, el ensayo se ha extendido y diversificado. Textos fundamentales de la

    cultura contempornea se han escrito en forma de ensayo, abarcando reas tan importantes

    del conocimiento como la sociologa, la filosofa, la historia, la poltica, el periodismo y la

    lingstica, solo por citar algunas. El ensayo puede reconocerse como una de las ms

    importantes herramientas de expresin del pensamiento en nuestra poca.

    Eduardo Caballero Caldern adems de periodista y novelista tambin escribi ensayos,

    utilizando la prosa para elaborar juicios acerca de los ms intrincados problemas

    ideolgicos y sociales del continente as como del pas, aprovechando que el ensayo es un

    gnero donde se pueden concentrar libremente las ms profundas pasiones humanas y

    puntos de vista particulares.

    El ensayo es un quehacer intelectual y literario donde se compenetra el sentido crtico desde

    una perspectiva muy personal y cuidadosamente elaborada, en el que Caballero Caldern se

    deleit escribiendo sobre aquello que le interesaba y le preocupaba. Aunque sus ensayos

    surgieron como necesidad de un desahogo, estos se originaron de dos fuentes principales: la

    primera, de su experiencia periodstica; y la segunda, de sus viajes por Amrica y Europa.

    De sus primeros viajes surgieron dos libros de ensayo, Suramrica tierra del hombre

    (1942) y Latinoamrica un mundo por hacer (1944). En estos ensayos hace referencia a los

    problemas hispanoamericanos en general, resaltando las similitudes y diferencias entre los

    pases del continente americano, especialmente la ignorancia y el desconocimiento del

    norteamericano por la cultura del sur, resaltando desde ese entonces el paisaje, tema que

    cumplira un punto de referencia en sus novelas; exaltando las bellezas geogrficas y

    culturales del continente.

  • 30

    Del mismo modo que el extranjero se sorprende cuando recorre Suramrica, el autor

    presenta las etapas ms sobresalientes del paisaje americano: la selva, la aldea incaica, la

    ciudad del siglo XVII, la ciudad mestiza, la ciudad mulata, la ciudad virreinal, la ciudad

    republicana y la ciudad cosmopolita; esta ltima es la que determina la diferencia de

    nuestras ciudades, con las ciudades europeas ya que estas se han independizado del campo,

    las relaciones humanas se multiplican y se fortalecen econmicamente desvinculndose

    espiritualmente del agro, el paisaje europeo se ha ido urbanizando aceleradamente mientras

    que segn el escritor la geografa primaria se encuentra en Suramrica: donde todava

    existen intactos el campo y la vida campesina, y donde hasta las grandes capitales como

    Buenos Aires, Santiago y Rio son rurales como enormes aldeas (Caballero, 1963:401).

    Es un viaje del escritor no solo a travs del tiempo sino tambin a travs de la historia y el

    paisaje suramericano1. As mismo, deja ver su preocupacin por los problemas sociales y

    econmicos que presentan todos los pases, como consecuencia de las guerras, sin que ello

    impida, como l mismo lo afirma, seguir creyendo en el porvenir de Suramrica a pesar de

    los diversos fenmenos que la agobian: gobiernos ineficaces y personalistas, caos social y

    poltico, la falta de preparacin de las clases dirigentes y todos los peligros que atentan

    contra su desarrollo.

    La belleza y extensin de su prosa van reflejando un discurso autobiogrfico de todo lo

    presenciado, ya que para el autor el drama humano es parte de su paisaje. A lo largo de sus

    pginas va reflejando su gran amor por la patria y su frecuente preocupacin por el

    1 Segn Caballero Caldern: Entre el hombre del Viejo Mundo y el de Amrica la diferencia consiste, en que

    el primero es un ciudadano, mientras que el segundo no es ms que un campesino, un aldeano. Como el paisaje suramericano dista mucho de estar exhausto y por el contrario es una reserva inagotable de fuentes econmicas y sugestiones espirituales, seguiremos siendo campesinos, y nuestras ciudades tendrn alma de aldeas (1963:403).

  • 31

    industrialismo, las comunicaciones, las revoluciones, las democracias, las dictaduras, las

    guerras mundiales, los conflictos nacionales y el caos ideolgico y econmico que se

    presenta como consecuencia de la sed de poder.

    En cuanto a las razas se permita enaltecer a aquellas manos fuertes y trabajadoras que

    fueron construyendo nuestra pas, pero que para la historia pasaron desapercibidas o

    retratadas de forma insignificante como lo sucedido con los negros esclavos que edificaron

    Cartagena: El negro es un tipo humano elemental, que est ms cerca de la tierra que el

    blanco. Su espritu se confunde con el paisaje y se entrega a l sin presentarle la resistencia

    espiritual que le pone el blanco (Caballero, 1956: 332).

    Eduardo Caballero Caldern es un escritor sumergido en sus races, en su tierra, en los

    seres que la edificaron con la permanente inquietud en sus inicios como ensayista por las

    dificultades que presentaba el pas, hasta llegar con el tiempo a puntualizar en su prosa las

    inconformidades, el amor, el paisaje, la melancola, los problemas sociales y econmicos de

    la tierra colombiana. Estos vnculos no solo estuvieron presentes en su prosa sino tambin

    en su vida como poltico y periodista la cual permiti que Caballero Caldern realizara

    innumerables viajes no solo por las ciudades, sino tambin por los pueblos colombianos

    que dejaron como resultado una serie de reflexiones consignadas en ensayos dirigidos a

    poblaciones correspondientes a La Guajira, Nario y, por supuesto, Boyac y Santander,

    que constituyen el punto de partida de sus relatos y novelas.

  • 32

    1.5 La mirada del ensayista al problema rural

    John Skirius en su, Ensayo hispanoamericano del siglo XX, afirma que: El ensayo es una

    meditacin escrita en estilo literario; es la literatura de ideas y, muy a menudo, lleva la

    impronta personal del autor (2004:9).

    A lo largo de su vida, Eduardo Caballero Caldern publicara diversos ensayos

    encaminados a retratar los problemas sociales y econmicos de Latinoamrica, sin embargo

    no dejara a un lado el sentimiento nacional, razn por la cual es preciso referenciar

    aquellos que evidencian la subjetiva mirada del escritor en cuanto a la problemtica del

    campesino boyacense, quien sera la fuente de inspiracin e identidad para el desarrollo de

    la construccin literaria del novelista bogotano, especialmente en las novelas y relatos

    objeto de estudio para este trabajo, Tipacoque y Siervo sin tierra.

    Cartas colombianas, publicado por primera vez en 1949, es una antologa de ensayos

    cuya principal caracterstica es la denuncia epistolar de problemas polticos y sociales, sin

    tapujos ni adornos como el mismo lo describe, para que con suerte el gobierno se entere

    de lo que sucede especialmente en regiones como La Guajira, Santander y Boyac.

    Asimismo, la intencin del ensayista, es lograr que la poblacin nacional en general, se d

    por enterada de la realidad de los habitantes de estas regiones y que por lo menos, el

    gobierno analice la gravedad que representa el xodo de estos compatriotas a otras

    regiones, a causa de la violencia y la indiferencia burocrtica.

    En este ensayo se percibe el prembulo del autor para la concepcin esttica de lo que

    llegara a convertirse en, Siervo sin tierra. En estas epstolas se evidencian las

    preocupaciones del intelectual, en cuanto a la formacin y desarrollo de las tierras

  • 33

    santandereanas y boyacenses, que aunque como afirma el mismo Caballero Caldern, no le

    duele recorrer estos territorios a pesar que se encuentren ensangrentados, porque de todas

    las tierras colombianas son estas las que prefiere. Tengo como quien dice, una pierna en

    las montaas de Suaita y otra en las peas de Bavat (1949:139).

    Para referirse especialmente a estas tierras el escritor nos presenta en su ensayo Cartas

    Colombianas (1949) un captulo titulado, Cartas de Santander y Boyac once cartas

    dirigidas de modo personal a un destinatario que no precisa, ya que su intencin es apelar al

    habitante colombiano en general, ante el desconocimiento de la problemtica que presentan

    las regiones a las que hace referencia, si se observa que la intencin primordial de estas

    cartas es denunciar directamente ante los organismos gubernamentales, quienes miran de

    lejos y de manera impersonal los problemas que aquejan a las regiones de Boyac y

    Santander, cuando son ellos quienes se han encargado de fomentar la violencia:

    En una y otra tierra prospera hoy la semilla del odio. El espritu de la represalia y de

    la venganza personal ha envenenado esas regiones bellas y amables, que son las

    yugulares de Colombia. La poltica encubre, y protege, y estimula un vandalaje

    atroz, por lo cual no me cansar de decir que si por mi fuera enviara a los

    politicastros de Colombia a trabajos forzados en Araracuara (1949:85).

    En este fragmento tomado de la primera carta, Entre Boyac y Santander, el escritor acusa

    directamente al gobierno de permitir la violencia en estas regiones en las que segn

    recuerda, habitaban hombres nobles trabajadores y valientes pero que a causa del rencor

    poltico entre partidos se fue transformando en una regin donde solo habitaban hombres

    llenos de odio, sumidos en la miseria y el terror, una tierra envenenada por la burocracia, la

    poltica que encubra a los asesinos y condenaba a los ms dbiles; a los campesinos,

    quienes sufren el deterioro de su cultura y su tierra, los caaverales que ocupan las laderas

    del Surez, los tabacales que se doran al sol en la vereda del Chicamocha, los maizales, el

  • 34

    trigo y toda la riqueza del campo se encontraba en extincin. En Santander las gentes

    atemorizadas, no se atrevan a ordear sus vacas y en Boyac se les negaba a los pobres

    campesinos el agua y la sal por ser estos liberales o conservadores.

    Es un escrito sincero y desgarrador vivido por el mismo escritor en las tierras que lo vieron

    crecer y que a pesar de su destacada figura intelectual no olvid, sino que fue consignando

    en su memoria y en sus ensayos problemas reales de una poca de violencia, que

    posteriormente plasmara en la novela colombiana que retrata al campesino que se mueve

    por estas tierras; Siervo Joya, personaje que se va cultivando en la mente del poltico,

    periodista y ensayista con deseos de novelar la realidad del pas con la intencin que no se

    olvidar lo ocurrido en esos aos de violencia bipartidista, donde pareciera estar

    ejercitndose mediante su oficio de ensayista, ya que de todos los gneros de carcter

    discursivo, el ensayo es el que mejor se adapta a los diversos sectores y estratos de la

    cultura en general.

    Todas las cartas las inicia dirigidas a Mi querido amigo haciendo un llamado al pueblo

    colombiano que ignora la sed y el hambre con que viven otras zonas del pas, resaltando las

    grandes bondades humanas y naturales presentes en la historia boyacense y santandereana;

    aqu vale la pena recordar que la cercana y los limites de estas dos regiones permiten al

    escritor configurar un espacio geogrfico y cultural presente en sus obras, donde el

    desconsuelo por la situacin de estos territorios en ocasiones le hace pensar en desistir de

    escribir sobre la vida, la familia, la honra y la tierra de estas gentes que parecen no merecer

    ya ningn respeto, la barbarie primitiva se ha vuelto a apoderar de las personas que haba

    admirado como influencia de sus antepasados; la espiritualidad ha pasado a un segundo

    plano porque hasta los sacerdotes ya no hablan del cielo, sino que la salvacin y el infierno

  • 35

    estn en el partido liberal o el conservador. La gente ilustrada de la capital ya no viene a

    ensearle al campesino como sembrar, sino que su nica enseanza es cmo o por quin se

    debe votar y el insumo primordial es un tarro de tinta, motivo por el que lgicamente se

    est empobreciendo la tierra, pero ni los ms ilustres personajes que han gobernado la

    nacin se han percatado de aquello:

    Mi querido amigo, he tenido la tentacin de abandonarlo todo y encerrarme en

    Tipacoque como en un castillo, a leer y a olvidarme de que estoy viviendo. Para

    qu escribo libros, si aqu a nadie le importa lo que no se refiere a candidatos,

    congresos, polticos y elecciones? Para qu preocuparme por cosas que al pas no

    le importan? Por qu he de emplear mi tiempo en describir este cadver de ciudad,

    que es Vlez, cuando tengo todava en las retinas la imagen del Ponte Vecchio que

    salta sobre las amarillas aguas del Arno? Acaso los polticos han de leer estas

    lneas? Y los gobiernos: acaso leen cosa distinta de lo que les conviene pescar

    entre lneas de los telegramas de los alcaldes? Nada, mi amigo, que a veces me entra

    la tentacin de largarme y me atormenta el dolor de no poder hacerlo (1949:100).

    En la agona de los pueblos santandereanos y boyacenses a causa de la violencia, Caballero

    Caldern no culpa al campesino, ya que ste no es ms que un instrumento de la

    maquinaria poltica que se aprovecha de su ignorancia, es una sociedad en la que renunci

    la autoridad, la justicia es corrupta y la desprestigian hasta las fuerzas pblicas como la

    polica, que en su mayora est compuesta por chulavitas2 cuya filosofa radicaba en la

    poltica, protegiendo a los de un bando y hostigando y persiguiendo a los del otro. Los

    campesinos no se pueden dividir en buenos o malos, liberales o conservadores ya que solo

    basta conversar con ellos para darse cuenta que no son ms que hombres pertenecientes a

    alguna de las dos caras, porque hasta ellos mismos ignoraban cuales eran los principios que

    presidian a su partido, los motivos para pertenecer a uno de los dos bandos era la regin o

    2 Se denomin chulavitas, a un grupo armado de campesinos conservadores, procedentes de la vereda de

    Chulavita, en el departamento de Boyac, quienes estaban respaldados por la polica y el gobierno de turno con el fin de restablecer inicialmente, el orden con motivo de la muerte de Jorge Eliecer Gaitn; Posteriormente fueron utilizados para llevar a cabo masacres en contra de las guerrillas y el partido liberal. (Guerrero, 1991: 256).

  • 36

    la descendencia. El autor afirma que hasta la polica era una fiel muestra de aquello:

    Converse usted con ellos dos palabras y se convencer de que son, para usar el trmino

    ms benvolo, brutos en uniforme (112).

    Para finalizar este apartado, se evidencia que los ensayos preliminares a la novela Siervo

    sin tierra son una muestra de que para Caballero Caldern, el campesino es la parte

    esencial de su preocupacin y que el bienestar de ste estuvo dentro de sus prioridades; por

    tal motivo, estos constituyen una denuncia y reflexin ante la indiferencia de un pas que

    olvida que fueron ellos quienes construyeron el pas, as como tambin al mismo tiempo

    eran vctimas de una violencia ejercida y amparada por el gobierno.

    El carcter asistemtico de la prosa ensaystica, explica su presencia en la cultura

    contempornea, se escriben ensayos de varios tipos y temas, en los que se observa el ms

    complejo lenguaje filosfico hasta el ms ligero y digerible para toda clase de pblico, sin

    olvidar la hibridacin occidental entre novela y ensayo, como la presentada por Milan

    Kundera y Umberto Eco.

    Caballero Caldern nos present su obra periodstica y ensaystica reflejando sus amores y

    odios, su prosa evidencia el modelo de un trabajo a conciencia y sin escrpulos, ocupando

    un reconocido lugar entre los gneros testimoniales, que fueron alimentando poco a poco

    una forma de escritura realista, que configurara ms adelante, mediante una serie de

    ingredientes sociales de la poca su universo literario, captando escenas y situaciones de la

    vida rural con una tcnica y temtica relativamente rudimentaria pero muy eficaz, en

    sintona con su sensibilidad fomentada a travs del periodismo y el ensayo.

  • 37

    2. Tipacoque una realidad a travs de la literatura

    En palabras de Eduardo Caballero Caldern: Tipacoque es la deformacin de la palabra:

    ZIPACOQUE, que en lengua Muisca significa: dependencia del ZIPA. Se dice que all

    reinaba una cacica cuyo principado cobijaba toda la antigua Hacienda, en sus aledaos

    desde el Chicamocha, hasta las montaas de Sativanorte y la Vega del vecino Onzaga;

    cuando vino la conquista un grupo de frailes Dominicos la despojaron de su propiedad y

    edificaron un convento (1964:21).

    En 1600 la propiedad pas a manos de la familia Tejada, luego a los Caldern Tejada y de

    estos a sus descendientes; hechos que transcurrieron durante ms de dos siglos. A partir de

    1852, cuando se aboli la esclavitud, los campesinos continuaron pagando una obligacin a

    la Hacienda, que consista en un jornal semanal y la mayor parte de la produccin por el

    derecho a vivir en tierras de sus amos. En la dcada de los 30, con la reforma agraria, se

    inici la parcelacin de la hacienda y los dueos vendieron las tierras a precios cmodos.

    Cuando se cre el Municipio de Soat, Tipacoque fue integrado a este como una vereda,

    ms tarde, se convirti en inspeccin de polica, subdividida en tres veredas: Tipacoque,

    Ovachia y La Carrera. Tipacoque fue creado como municipio, mediante la ordenanza N 17

    del 28 de Noviembre de 1968, siendo sus gestores Elvia Sandoval de Rojas y el Insigne

    escritor Eduardo Caballero Caldern, quien fue su primer alcalde (1969).

  • 38

    2.1 Tipacoque en la narrativa de Eduardo Caballero Caldern

    De acuerdo a las dolorosas experiencias del campesino colombiano observamos lo que

    fuimos y lo que somos hoy en da, ya que hay una estrecha relacin entre la urbe y la zona

    rural a pesar que nos encontramos en un pas complejo y heterogneo en cuanto a

    costumbres y razas. Sera pretencioso que un solo escritor abarcara toda la historia del

    campesinado colombiano; motivo por el que Eduardo Caballero Caldern traz una lnea

    divisoria del campesino en su literatura; fue un escritor marcado por la tierra que habit su

    familia desde 1560 y que redujo su hacienda de 10.000 hectreas a una casa distinguida y

    unos terrenos ridos que se convirtieron en el municipio de Tipacoque (1968). Aunque

    Caballero Caldern naci en Bogot, sus padres, el General Lucas Caballero y doa Mara

    del Carmen Caldern, traan consigo races boyacenses y santandereanas, motivo por el que

    estas tierras marcaran el horizonte ancestral, que aos ms tarde mitificara en su obra.

    Sus novelas constituyen la mentalidad colectiva de un pueblo que tuvo que soportar los

    signos sociales y comerciales del siglo XIX y XX oscilando entre las guerras y las

    reformas nacionales a causa de la poltica. Caballero publica Tipacoque y decide publicar

    lo que l consider como su segunda parte diez aos despus, Diario de Tipacoque (1950).

    Segn lo dicho por el propio escritor: la primera fue escrita de memoria y sobre recuerdos,

    muy lejos de Colombia; la segunda fue redactada en su propia tierra como quien toma

    apuntes del natural, y a la vista del modelo: y en esto est la principal diferencia entre

    Tipacoque y el Diario (1963: 147).

    La principal caracterstica de estas obras, es que reflejan la mirada previa del escritor sobre

    un paisaje natural y espiritual conformado por sus campesinos, que no tardara en ser

  • 39

    destruido, a raz de las consecuencias sociales y polticas, puesto que los cambios

    econmicos no tardaran en hacerse visibles; el fenmeno de la violencia cuyas causas

    estuvieron ligadas con los procesos de formacin social en el pas, junto con los rpidos

    cambios socioeconmicos y polticos resultantes del proceso de industrializacin,

    produjeron una lucha de bandos que conform los partidos polticos tradicionales,

    acentuando las diferencias sociales y econmicas que terminaran explotando y desterrando

    al campesino.

    En Colombia las verdaderas bases de la vida social y econmica estaban en el campo, desde

    donde las haciendas y los campesinos abastecan los mercados regionales como parte de su

    modo tradicional de produccin agrcola. La formacin de haciendas y del campesinado fue

    el resultado de un prolongado proceso; de ah que las principales races de sus escritos se

    remonten a la evolucin del rgimen agrario colonial, del que las familias Caballero y

    Caldern fueron protagonistas.

    Siguiendo este orden de ideas: los recuerdos, apuntes, artculos y ensayos de la realidad del

    pueblo boyacense que Caballero Caldern recopil durante varios aos, fueron el punto de

    partida para la gnesis de una narrativa de quien observaba y detestaba la escabrosa falta

    de sensibilidad social, el arbitrario sistema de una organizacin anticuada y obsoleta de la

    vida, cuando existan patrones, arrendatarios, amos y criados, como era la vida real de ese

    entonces y no la vida inventada que retrataban y cultivaban los polticos sobre el ignorante

    campesino.

  • 40

    2.2 Configuracin de un universo literario a partir de la vida cotidiana

    Recordar la infancia es recordar un sueo. Por ser el mundo del nio un sueo muy largo,

    las cosas concretas y tal como son apenas le impresionan. De ah que cueste tanto trabajo

    recordarlas. Si las viramos otra vez con nuestros ojos de hombres maduros, seguramente

    no las reconoceramos (Caballero, 1964:17-18).

    Como se mencion, Diario de Tipacoque es la continuacin de Tipacoque, cuya diferencia

    es que la primera que se public, radica en la memoria del nio que fue cultivando

    recuerdos de su infancia entre la vida que transcurri en la capital y la gran hacienda de sus

    abuelos al norte de Boyac, ms exactamente en Soat uno de los municipios ms grandes

    del departamento. La hacienda era propiedad de su abuelo materno Arstides Caldern de

    quien el escritor no tena recuerdos, por morir ste, antes de que l naciera, motivo por el

    que sus memorias se centran en la figura matriarcal de su abuela Ana Rosa, a quien

    describe en sus relatos como una persona recia, distinguida e inteligente pero tambin

    arbitraria y caprichosa, especialmente con sus criados los tipacoques a quienes trajo a

    vivir y a servir a la capital en su casa quinta, sta reciba el nombre de Santa Ana y

    Caballero Caldern la recuerda con especial afecto porque fue all donde escuch por

    primera vez el nombre Tipacoque.

    La casa de su abuela y sus criados representaron para l la apertura al estereotipo de las

    costumbres boyacenses que se fueron impregnando durante su niez y que se convertiran

    aos ms tarde en referentes para elaborar los personajes de su universo literario:

  • 41

    Mam Toya era un chorote boyacense curtido por el aguamiel y el sol, Emilia Arce

    un alfeique de los que hacen las monjas con azcar blanca, Felipa un alfandoque

    perforado por las viruelas, y doa Isabel Uribe, la artfice de las brevas rellenas y los

    bocadillos de cidra, era verde como las brevas, pegajosa como el ariquipe y

    agridulce como la cidra. Isabel, verde, cidra; Rafael, miel; Ana Rosa, seora Santa

    Ana por qu llora el nio, por una manzana que se le ha perdido.

    Y la quinta de mi abuela se llamaba Santa Ana, y ella guardaba en sus armarios

    manzanas canelas para perfumar la ropa Pues anda a la huerta y cgete dos, una para el nio y otra para vos El nio era yo y vos era Mama Toya, a quien mi abuela para distinguirla de

    nosotros, le deca vos (Caballero 1964:18).

    El escritor se dio a la tarea de retratar la tierra de su corazn en varios libros, debido no

    slo a su tradicin familiar sino tambin a los recuerdos y el misterio que le generaron las

    costumbres implantadas en su hogar desde que tuvo uso de razn. Los relatos en primera

    persona constituyen la identidad propia de la personalidad del novelista, al expresar su

    profundo sentido humano y social mediante la descripcin que realiza de los personajes y

    los problemas pronunciados en sus novelas y relatos. Caballero Caldern los dota de

    indudable naturalidad y espontaneidad; sera imposible no crear en el lector ese sentido de

    solidaridad y compenetracin con el campesino, aspectos indispensables para presentir que

    el escritor era una persona con gran sensibilidad social y humana siempre dispuesto a

    mantener relaciones fraternas y altruistas con sus semejantes, especialmente con la gente

    del campo a quienes consideraba los ms necesitados y atropellados por el sistema

    burocrtico.

    Algo que despert gran inters por las tierras Boyacenses en el escritor fue la tradicin oral

    que trajo consigo mama Toya desde Tipacoque; Caballero Caldern recuerda los cuentos

    que narraba aquella criada nacida en Tipacoque, que sin pena ni remordimiento abandon

    su familia, para dirigir el servicio domstico a disposicin de la abuela del escritor en la

    capital. Las historias en un comienzo eran las tpicas narraciones fantasiosas que

  • 42

    empezaban con un: erase y concluan con Colorn colorao, este cuento se ha acabao y

    entonces se casaron y tuvieron muchos hijos, o se acab el cuento y se lo llev el viento

    (1940: 13).

    Segn el escritor, cuando mama Toya agotaba su repertorio ficticio, iniciaba con historias

    de Tipacoque donde retrataba bandidos que recorran sus caminos, almas en pena que

    transitaban de un lugar a otro, cazadores de venados que perseguan a sus presas en la

    montaa de Onzaga, remedando sonidos que ambientaban el relato y le impriman una

    veracidad que permitan viajar en el tiempo; era un continuo transito por caminos

    polvorientos, pramos que helaban el alma y ocultaban a sus bandidos entre la niebla, se

    escuchaban los ladridos de los perros y se retrataba el paisaje de tiempos inmemorables

    cuando su abuela era joven y realizaba viajes a la provincia a finales del siglo XIX, viajes

    que segn como los relataba la criada parecan una odisea por lo lentos, la dificultad que

    presentaba la geografa de ese entonces y los caprichos de su abuela quien daba la orden de

    continuar o detenerse segn su antojo, mientras dos tipacoques a paso lento la llevaban

    cargada en su silla de manos. El paisaje era descrito de una forma tan visceral que pareca

    inventado por la vieja mama Toya, mientras en Bogot granizaba, all en Tipacoque

    pareca que siempre sala el sol:

    Un da cualquiera al llegar a la cumbre de Guantiva, las rocas se abran en un balcn

    que mira al valle del Chicamocha y en la atmsfera cada vez ms espesa y ms tibia,

    comenzaba a flotar el olor de los trapiches y de los naranjos (olor de panela y de

    azahar), y contra las piedras del cauce galopaba el rio, en cuyas slabas ruidosas, se

    enreda toda mi infancia. -Cuenta ms mama Toya, le decamos nosotros (Caballero,

    1963: 15-16).

  • 43

    La apertura a un mundo real que se manifest inicialmente mediante relatos, permiti que

    el escritor un da cualquiera de su niez iniciara la travesa de llegar a esa fabulosa tierra

    donde se contrastaban los helados pramos de Boyac con el descenso haca las vegas del

    norte, lmites con Santander donde se poda observar el imponente y maravilloso Can del

    Chicamocha que se ofreca como un espectculo excepcional. El famoso camino real por el

    que se transitaba desde pocas de la Colonia, el tiempo y la modernidad lo fueron borrando,

    sin que ello impidiera recordar los empedrados trechos y las gentes que fueron alimentando

    el misticismo de la regin y a su vez comprender que sus habitantes eran seres de carne y

    hueso, muy distintos de la vida quimrica que atribuyen los relatos, novelas y personas del

    gobierno.

    El propio escritor pudo comprobar cmo nacan, vivan y moran los tipacoques, por tal

    motivo deca Cmo poda yo dejar de escribir esta historia? Estos dos libros, Tipacoque y

    Diario de Tipacoque, son el resultado no solo de su habilidad creadora y narrativa sino que

    constituyen el inicio de una contribucin a la causa por la que siempre luch, los problemas

    del campesino, una causa real donde se comprenden no slo sus costumbres sino tambin

    sus necesidades en la voz de un interlocutor que siempre demostr autentica preocupacin

    por el campesino.

    2.3 Configuracin del campesino tipacoque

    El ser humano a travs de la historia ha construido un conocimiento que le ha permitido

    sobreponerse a la realidad de su destino, superando obstculos de toda ndole, esto puede

    interpretarse como un sntoma de supervivencia mediante el cual ha tenido que buscar su

    propio bienestar, pero tambin ha sido l mismo quien se ha encargado de ser un

  • 44

    instrumento que impide la estabilidad y el bienestar de sus semejantes, convirtiendo el

    territorio nacional en un escenario segmentado cultural y econmicamente que se evidencia

    claramente en el mbito rural.

    Tipacoque es el espacio donde se inicia la configuracin de un mundo literario

    protagonizado por los campesinos de la regin; es una mezcla cultural, racial y territorial

    entre los boyacenses y los santandereanos, entre los pramos y las ridas y calurosas tierras

    bajas del norte de Boyac, que limitan con el departamento de Santander; estas

    caractersticas conforman un personaje que es consecuencia de una ubicacin geogrfica y

    la amalgama que se ha ido configurando a travs del tiempo para formar una sola raza,

    identificando al habitante de este espacio territorial como resultado del mestizaje producido

    en el devenir de los aos; as mismo, la facilidad del hombre para fusionarse y adaptarse

    rpidamente a una serie de leyes y costumbres que identifican a una cultura en especial,

    impide que en Colombia se pueda hablar de una raza homognea nacional, pero si de varias

    y muy particulares, una de ellas, la que nos estampa Eduardo Caballero Caldern en sus

    libros.

    La memoria de Caballero Caldern le permiti recopilar cientos de detalles que

    constituiran una visin propia de la realidad de las gentes que habitaron durante siglos, las

    agrestes tierras del norte de Boyac; en sus narraciones se nota la influencia de una

    tradicin oral transmitida por los tipacoques que llegaron a servir a la casa de su abuela en

    la capital y a los que posteriormente conocera en su propia regin, convirtindolos en los

    protagonistas de sus relatos, mediante la personificacin de sus personajes literarios;

    precisamente Tipacoque, inicia con el siguiente homenaje a los moradores de la regin:

  • 45

    Dedico a mi comadre Santos este libro cuyos nicos lectores posibles, que seran los

    tipacoques, excepcin hecha de Marcos Lizarazo y de Siervo Joya no saben leer (1963:

    11).

    2.4 Configuracin femenina en Tipacoque

    A las mujeres las toma como la columna vertebral en la que se articulan los primeros

    acercamientos a esta regin; la primera, mama Toya se lo retrat mediante palabras como

    ya lo vimos; y la segunda, La comadre Santos es el ejemplo tangible y la configuracin

    esttica de la sabidura campesina frente al nativo o forastero que transita por las tierras del

    norte de Boyac.

    Yo creo que Santos ha existido siempre. Sera imposible determinar su edad, que ella

    misma, como el Padre Eterno, no sabe cuando comienza (Caballero, 1964: 44). La

    Comadre Santos es la representacin del papel que juega la mujer dentro de la sociedad

    campesina, ella es la identidad colectiva del gnero femenino en la regin; generalmente se

    identifica a estas mujeres como personas carentes de importancia por su bajo nivel

    educativo, que no es comparable al de una persona de la ciudad a quien se tiene en el

    concepto de individuo civilizado. Esta mujer no suea con la ciudad porque en el campo

    ella lo tiene todo para vivir y solucionar sus necesidades bsicas, ella es el ejemplo del

    campesino que ama su tierra y no concibe la posibilidad de marcharse; es el ciudadano

    quien necesita de la mujer campesina como lo deja ver Caballero Caldern cuando reviste

    de total sabidura a esta mujer; si alguien necesita andar por los duros caminos de la regin,

    alimentarse de cualquier animal tpico de las montaas o curar cualquier dolencia fsica,

    ella tiene la solucin, sin siquiera haber cursado el ms elemental de los niveles educativos

  • 46

    que otorgan las academias. Si desea cultura o entretenimiento no hay mujer que no sepa

    historias de terror o violencia, que recorran a travs de sus palabras los caminos y montaas

    de la zona donde ella ha sido fiel testigo de la vida de los tipacoques, la belleza de la

    regin la enaltece junto con la humildad, la valenta y el sufrimiento de sus habitantes. Es

    un fenmeno de bondad como la describe Caballero Caldern, pues no conoce la envidia,

    su humildad radica en poner su sabidura al servicio de sus semejantes, la agudeza

    instintiva de su inteligencia y su rstico don proftico:

    Dice al ver un hombrecito que pasa por el camino arreando su yunta de bueyes, o

    con un cerdo en las costillas: Ese hombre lleva la muerte en la cara. No terminar el mes.

    - Pero, tiene algo? Est enfermo?- No, mi amo.

    - Entonces, cmo lo sabes? Yo no s, mi amo. Pero es lo cierto que el hombrecito, que pareca bueno y sano, estira la pata a los

    quince das (1964:45).

    Caballero Caldern describe a la mujer de esta regin, con unas caractersticas especficas

    propias de la poblacin rural, quien posee una significacin social de acuerdo a las

    caractersticas fsicas o rasgos ms evidentes de su contextura como: la pigmentacin de la

    piel, su baja estatura, la textura del cabello, los ojos y su cuerpo en general, constituyen el

    criterio propio del autor sobre el cual se basa la configuracin fsica, consecuencia de una

    mezcla fsica, social y cultural que ha dejado el tiempo:

    El pellejo de su rostro est literalmente surcado de arruguitas, y es un cuero seco,

    amarillo, que parece amasado con tierra del lugar: en la que se modelan tambin los

    chorotes, la