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gramatical que hace concordar con el masculino nombres de género femenino, por ejemplo, en frases como: «luán y María están dormidos». Esta es una regla nunca analizada en los manuales o gramáticas: se describe, se pres- cribe su uso, pero no se explican sus razones, si es que las hay. He encontrado pocas referencias a ella, la primera en una obra de 1647, Remarques sur la langue francaise, donde el gramático francés Vaugelas escribe que «el género mascu- lino es más noble», opinión repetida por las hermanas Felipa Máxima y María Paula de Ca- beza en su obra La señorita instruida o sea Manual del be/lo sexo del siglo XIX (la segunda edición del libro es de I 8S5), donde dicen: «Si fueren dos substantivos, el adjetivo se pondrá en plural con la terminación peculiar del género más noble, esto es, el masculino». Es la única vez que he encontrado la nobleza como fundamento y razón de una regla gra- matical; a mi entender, razón de poco fundamento. No es raro pues que a la vista de todo lo expuesto, en clase de lengua las alurnnas y los alumnos hagan frases casi siempre con protagonismo masculino. En una clase de COU donde sólo había chicas (chicas perfectamente inteligentes y despiertas, por cierto), la respuesta a un ejercicio tan simple como elaborar frases con verbos atributivos fue escribir frases con un protagonista masculino habitualmente acompañado de una cualidad positiva, las pocas frases que tenían protagonistas femeninas fueron todas del tipo: «María se puso histérica», no hubo ni una referida a una mujer que fuese positiva. La razón me parece simple y perfectamente explicable y es la misma razón que ha he- cho que yo misma, por ejemplo, hasta hace poco, siempre que ponía una frase en la pizarra utilizaba frases con protagonismo masculino. La utilización generalizada de un masculino que no es un genérico real como si realmente lo fuera, el uso de las palabras «hombre» y «hombres» englobando a éstos y a las mujeres, ai margen de provocar frecuentemente ambigüedades en la interpretación o comprensión de un texto, son dos usos que refuerzan el punto de vista androcéntrico, comportan la invlsibilidad de las mujeres y su uso reiterado ocasiona que se interiorice la inexistencia de las mujeres, como se puede comprobar con los resultados que se obtienen al utilizar el enigma citado anteriormente.. „„__ Notas 1. LÁZARO, F.; TUSÓN, V. (I 989): Lengua española. Bachillerato I. Anaya, Madrid, pp. 138-139. 2. LÁZARO, F.; TUSÓN, V. (1 988): Literatura española. Bachillerato 2. Madrid, Anaya, pp. 414-415. 3. Ibídem, p. 367. 4. CÁTALA GONZÁLVEZ, AV.; GARCÍA PASCUAL, E. (1987): Una mirada otra. Generalitat Valenciana, Valencia. Otras ejemplos de este articulo son de mi libro: (1992) El sex/smo y el androcentrismo en la lengua: análisis y propuestas de cambio. ICE de la Universitat Autónoma de Barcelona, Barcelona. 5. «Elementos», en El País, 21 -1Ó-1994,.p. 30. ¿. «El mercader de Veneda», en .El País. 2'5-1 1 -1994, p. 41. ! Dirección de contacto ! Eulalia Lledo. IBNarcis MomurioL Harmonía, s/n. 08035 Barcelona. Tel: 93/428 12 50 LINGÜÍSTICOS Y DIVERSIDAD SOCIOCULTUKÁL | Escuela y diversidad lingüística: el derecho a la diferencia Luisa Martín Rojo Universidad Autónoma de Madrid Este artículo presenta una reflexión acerca de las funciones y valores que para sus hablantes tienen las variedades sociales del habla. La consideración de estas funciones no sólo nos petmiürá explicar tnejot la apatición de tos procesos de diferenciación lingüística, sino que contribuye, además, a determinar cuál puede ser su tratamiento más adecuado en el aula. School and language diversity. The right to be different This arricie discusses ihe íunctions and valúes [fíat different social speech varleties have for their users. An examination these functions not only enables us to provide a better explanation of the appeatance of processes of linguistic differentiatlon, but also helps to determine what is likely to be the most suitable way to apptoach this In the classroom. El desarrollo de la sociolingüística ha supuesto un replanteamiento de algunas de las asunciones tradicionales del estudio lingüístico, especialmente, la reconsideración de la variación lingüistica, que no se concibe ya corno un fenómeno individual o asistemático sino constante e inherente al uso lingüístico. De la misma manera que la sociedad no es homogénea, ya que existen distintos grupos, clases, etnias y géneros, tampoco lo es la lengua. La sociolingüística, al demostrar la existencia de una correlación entre distintas variables sociales (edad, género, clase social, status, etc.), y la aparición de unoi rasgos lin- güísticos, ha modificado nuestra visión y consideración de las variedades sociales del habla. Éstas han dejado de entenderse como procesos de degradación o socavamiento de las lenguas, lo que ha supuesto abrir un debate acerca de Cuál puede ser el tratamiento más adecuado de estas variedades en distintos contextos, especialmente en d aula. El artículo que presentamos se sitúa en este marco de discusión y reflexión, tomando en consideración 35

Luisa Martín Rojo Rep 47

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Page 1: Luisa Martín Rojo Rep 47

gramatical que hace concordar con el masculino nombres de género femenino, por ejemplo,

en frases como: «luán y María están dormidos».Esta es una regla nunca analizada en los manuales o gramáticas: se describe, se pres-

cribe su uso, pero no se explican sus razones, si es que las hay.He encontrado pocas referencias a ella, la primera en una obra de 1647, Remarques

sur la langue francaise, donde el gramático francés Vaugelas escribe que «el género mascu-

lino es más noble», opinión repetida por las hermanas Felipa Máxima y María Paula de Ca-beza en su obra La señorita instruida o sea Manual del be/lo sexo del siglo XIX (la segunda

edición del libro es de I 8S5), donde dicen: «Si fueren dos substantivos, el adjetivo se

pondrá en plural con la terminación peculiar del género más noble, esto es, el masculino».

Es la única vez que he encontrado la nobleza como fundamento y razón de una regla gra-

matical; a mi entender, razón de poco fundamento.No es raro pues que a la vista de todo lo expuesto, en clase de lengua las alurnnas y

los alumnos hagan frases casi siempre con protagonismo masculino. En una clase de COUdonde sólo había chicas (chicas perfectamente inteligentes y despiertas, por cierto), larespuesta a un ejercicio tan simple como elaborar frases con verbos atributivos fue escribirfrases con un protagonista masculino habitualmente acompañado de una cualidad positiva,

las pocas frases que tenían protagonistas femeninas fueron todas del tipo: «María se puso

histérica», no hubo ni una referida a una mujer que fuese positiva.La razón me parece simple y perfectamente explicable y es la misma razón que ha he-

cho que yo misma, por ejemplo, hasta hace poco, siempre que ponía una frase en la pizarra

utilizaba frases con protagonismo masculino.La utilización generalizada de un masculino que no es un genérico real como si realmente lo

fuera, el uso de las palabras «hombre» y «hombres» englobando a éstos y a las mujeres, ai margende provocar frecuentemente ambigüedades en la interpretación o comprensión de un texto, sondos usos que refuerzan el punto de vista androcéntrico, comportan la invlsibilidad de las mujeres y

su uso reiterado ocasiona que se interiorice la inexistencia de las mujeres, como se puede

comprobar con los resultados que se obtienen al utilizar el enigma citado anteriormente.. „„__

Notas1. LÁZARO, F.; TUSÓN, V. (I 989): Lengua española. Bachillerato I. Anaya, Madrid, pp. 138-139.

2. LÁZARO, F.; TUSÓN, V. (1 988): Literatura española. Bachillerato 2. Madrid, Anaya, pp. 414-415.

3. Ibídem, p. 367.4. CÁTALA GONZÁLVEZ, AV.; GARCÍA PASCUAL, E. (1987): Una mirada otra. Generalitat

Valenciana, Valencia.Otras ejemplos de este articulo son de mi libro: (1992) El sex/smo y el androcentrismo en la lengua:análisis y propuestas de cambio. ICE de la Universitat Autónoma de Barcelona, Barcelona.

5. «Elementos», en El País, 21 -1 Ó-1994,.p. 30.

¿. «El mercader de Veneda», en .El País. 2'5-1 1 -1994, p. 41.

! Dirección de contacto! Eulalia Lledo. IB Narcis MomurioL Harmonía, s/n. 08035 Barcelona. Tel: 93/428 12 50

LINGÜÍSTICOS Y DIVERSIDAD SOCIOCULTUKÁL

| Escuela y diversidadlingüística: el derecho a ladiferencia

Luisa Martín RojoUniversidad Autónoma de Madrid

Este artículo presenta una reflexión acerca de las funciones y valores que para sus hablantes tienenlas variedades sociales del habla. La consideración de estas funciones no sólo nos petmiürá explicar tnejotla apatición de tos procesos de diferenciación lingüística, sino que contribuye, además, a determinar cuálpuede ser su tratamiento más adecuado en el aula.

School and language diversity. The right to be differentThis arricie discusses ihe íunctions and valúes [fíat different social speech varleties have for their

users. An examination oí these functions not only enables us to provide a better explanation of theappeatance of processes of linguistic differentiatlon, but also helps to determine what is likely to be themost suitable way to apptoach this In the classroom.

El desarrollo de la sociolingüística ha supuesto un replanteamiento de algunas de las

asunciones tradicionales del estudio lingüístico, especialmente, la reconsideración de lavariación lingüistica, que no se concibe ya corno un fenómeno individual o asistemático

sino constante e inherente al uso lingüístico. De la misma manera que la sociedad no es

homogénea, ya que existen distintos grupos, clases, etnias y géneros, tampoco lo es lalengua. La sociolingüística, al demostrar la existencia de una correlación entre distintas

variables sociales (edad, género, clase social, status, etc.), y la aparición de unoi rasgos lin-güísticos, ha modificado nuestra visión y consideración de las variedades sociales del habla.Éstas han dejado de entenderse como procesos de degradación o socavamiento de las

lenguas, lo que ha supuesto abrir un debate acerca de Cuál puede ser el tratamiento másadecuado de estas variedades en distintos contextos, especialmente en d aula. El artículo

que presentamos se sitúa en este marco de discusión y reflexión, tomando en consideración

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dos tipos de variedades: las variedades o argots juveniles y las variedades marginales del

habla, como la ¡erga (véase el apartado I). Ambas están presentes con mayor o menorfrecuencia en el aula, donde coexisten con la variedad estándar y con algunos registros,

como el registro académico escrito.La sociolingüistica ha puesto así de manifiesto la profundidad del saber lingüístico de

los hablantes, capaces de reconocer y de seleccionar e intercambiar distintas variedades. Elindividuo utilizará unas u otras dependiendo de la situación, de sus intenciones, de la ima-gen que tiene de sf mismo y de su interlocutor, de su voluntad de unirse a unos individuosy de distanciarse de otros. Para ello, tendrá que conjugar dos tendencias de signo contrario:por un lado la tendencia a homogeneizarse lingüísticamente y a establecer o, al menos,asumir la existencia de una o varias normas, y, por otro, la tendencia y la voluntad dediferenciarse lingüísticamente. Las variedades surgen como una consecuencia de lasdiferencias sociales, pero responden también a este deseo de mostrar, afirmar y consolidarlas diferencias. Los prejuicios lingüísticos desempeñan un papel clave en este proceso,atribuyendo un valor diferente a cada una de estas variedades. El individuo que opta poruna forma de habla, con la que afirmará su pertenencia a un grupo, tendrá que afrontar losjuicios que de ella se hagan, especialmente aquellos que provengan de los gruposdominantes. Así, las variedades de prestigio son, precisamente, aquellas que utilizan losgrupos y clases sociales con mayor poder social y económico, mientras que las variedades,consideradas vulgares, empobrecedoras, carentes de lógica o de riqueza expresiva, sonaquellas que ostentan los grupos y clases sociales que carecen de tales recursos. De manera

que, si bien la existencia de variedades reafirma las diferencias sociales, los prejuicioslingüísticos que llevan a admitir e imponer algunas de ellas y a rechazar otras no sóloconsolidan estas diferencias, sino que preconizan la desigualdad y la exclusión social. Cabepreguntarse porqué hablantes que son conscientes de la existencia de una norma lingüísticay de que son juzgados negativamente por su forma de habla no renuncian a ella paraadoptar variedades de prestigio. La respuesta que ha dado la sociolingüistica a esta pregunta,en concreto, la sodolingüística cualitativa', señala cómo la diversidad no atañe únicamentea los usos lingüísticos, sino a los propios criterios de valoración. De la misma manera queexisten distintas variedades, existen distintas valoraciones y escalas de prestigio. Asf, lavariedad de origen permite la expresión de la identidad y actúa como signo de alianza -delealtad grupal- con los otros miembros de su grupo o clase. Por el contrario, la variedadestándar y otras variedades de prestigio, a menudo, son consideradas como un ejemplo másde la selección y de la imposición social, como una manifestación de unos valores y deunas aspiraciones sociales que no se comparten.

Nuestro objetivo es profundizar en las funciones y valores que para los hablantes

tienen las variedades que les son propias (véase el apartado 2). La existencia de estasfunciones explica la aparición de distintas actitudes que tendrán una incidencia clave en los

procesos de aprendizaje (véase el apartado 3). Este fenómeno es muy similar al que tienelugar cuando coexisten varias lenguas. Como señaló Lambert (1981 ; Lambert y Taylor1 986), cuando se produce una situación de competencia entre lenguas o, en este caso,entre variedades, se generan actitudes negativas que frenan el aprendizaje. La competenciase establece desde el. momento en que una de las variedades es ¡uzgada negativamente o setrata de eliminarla, de manera que el conocimiento de una determinada variedad supone

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Usos LINGÜÍSTICOS Y DIVERSIDAD SOCIOCULTURAL

una amenaza para otra. Por el contrario, la percepción de que éstas pueden,coexistir sinproblemas permite la aparición de actitudes favorables al aprendizaje. La escuela puede ydebe, por tanto, incidir en este proceso, de manera qué se permití la pcrvivencia devariedades y valores sociales distintos, y, paralelamente, se fomente el uso de la variedadestándar, puesto que de lo contrario se impediría la movilidad social y se cerrarían laspuertas de la educación.

i 1. ARGOT JUVENIL Y VARIEDADES MARGINALES DELHABLA

Siguiendo la clasificación de Halliday (1978), consideraremos a ambos fenómenosdialectos sociales o sociolectos. Para Halliday, los registros lingüísticos son variedades quese establecen en virtud de la multiplicidad de actividades sociales («lo que usted habla, deacuerdo con la actividad que desempeñe»), mientras que los dialectos sociales o sociolectosson variedades que se establecen de acuerdo con las diferencias que existen entre losusuarios («lo que usted habla, en virtud de lo que usted es»). Mientras que los registrosexpresan la diversidad de actividades y ámbitos sociales (división social del trabajo), siendoel ejemplo paradigmático las jergas profesionales, los dialectos sociales expresan la diver-sidad social, las diferencias de clase, el género, la edad, etc. Los ejemplos que trataremos son

claros ejemplos de este último fenómeno: los argots juveniles, dada la presencia de un com-ponente generacional y de un componente subcultural, en el que es relevante la adscripcióna un grupo u otro dependiendo de las distintas «tribus» urbanas, no pueden ser conside-rados registros; la ¡erga de los delincuentes o caló ¡ergal, y otras variedades marginales,donde a las diferencias subcullurales vienen a sumarse un componente de clase, en estecaso de clase «baja-baja», la marginación y un cierto grado de aislamiento social, que se ma-terializa en la localización en áreas urbanas marginales, se considera un caso extremo dedialecto social.

En este caso, como en el de las demás variedades sociales, estos fenómenos no sepresentan claramente delimitados, ni social ni lingüísticamente, sino que a menudo coexis-ten y se fusionan. En el habla de un mismo individuo pueden conjugarse elementos propiosde los argots juveniles, con elementos propios de las jergas marginales e, incluso, de la ¡ergacarcelaria o de la lengua de los gitanos espartóles, cuya presencia aumentará a medida quese acentúa la marginación y la exclusión social (véase Martín Rojo, 1993).

Las variedades no conforman, entonces, un racimo de departamentos estancos; alcontrario, se presentan como un continuum en el que es difícil establecer fronteras claras.Como señala Fowler (I 990: 35 y sg.), a un texto puede asignársele un modelo de registro,dialecto o modo sobre la base de segmentos muy pequeños. Estos elementos, por los valo-res que se les asocian, actúan como marcas de la variedad.

A partir de este momento, nos centraremos en cuáles pueden ser las funciones deestas y otras variedades sociales. Profundizar en este aspecto nos permitirá comprendermejor cuáles son las razones de su aparición, pero también determinar cómo deben ser tra-tadas en el aula.

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1 2. RASGOS LINGÜÍSTICOS Y FUNCIONESSOGOLI1NGÜISTICAS2

i El PRINCIPIO DE VARIACIÓN

Uno de los rasgos más relevantes del argot juvenil y de las variedades marginales

corno la ¡erga es la creación de nuevas unidades léxicas y, por otro lado, la modificación

de las unidades ya existentes en la lengua común (por medio de metáforas y metonimias;

alteraciones fonéticas y morfológicas; cambios semánticos; préstamos lingüísticos, etc.). Se

crean así unidades en todos los dominios del significado, como las relaciones de

parentesco («bato/a», en lugar de padre/madre), los alimentos («birra» o «garinba», por

cerveza), la ropa («calcos», zapatos; «jelares», pantalones), las partes del cuerpo («pinreles»,

pies; «bastas», manos), etc. Se produce, además, una proliferación de variantes (la sinonimiacobra una dimensión y frecuencia sorprendentes) y se modifican las unidades de la lengua

común, mediante la adición de sufiios jergales o de origen caló, o bien se produce una

derivación paronímica (así, por ejemplo, el término caló da lugar a «calostro», «caliente»,

«caligrafía»). Mediante estos y otros procedimientos se conforma una variedad cuya

utilización permitirá al individuo distinguirse de otros individuos, a los grupos separarse,

marcar la separación y excluir a otros grupos. En estas acciones se revelan las primeras

funciones de las variedades:

• Fundón idenlificadoraLa utilización de una determinada variedad de habla permite al individuo

distinguirse de otros individuos por su forma de habla y, paralelamente, asemejarse a

aquellos que se consideran integrantes del mismo grupo: los jóvenes, los jóvenes

marginales, en este caso, pero también los estudiantes frente a los profesores, las personas

de clase alta frente a los de clase ba¡a, las mujeres frente a los varones. Las variedades

lingüísticas permiten adscribirse e identificarse con un grupo social, situarse dentro del

continuum social. Actúan, así, como símbolos de pertenencia a un grupo y, por ello,desempeñan un papel clave en la construcción de la identidad. A través de distintas

identificaciones, el individuo construye su Identidad: ser joven y no viejo, mujer y no

varón, «bacaladero» y no «heavy», ser «niño bien» y no «macarra», ser de clase media y no

de clase baja.

• Fundón delimitadoraLa variedad lingüística permite al hablante reconocer y delimitar su grupo social. La

existencia de unos rasgos y usos lingüísticos peculiares que caracterizan a los distintos gru-

pos sociales permiten el reconocimiento de estas unidades sociales tanto desde el interior

como desde el exterior. Estas unidades, cuya definición a partir de un conjunto de rasgoscomunes y precisos es siempre difícil, resultan, en cambio, para los hablantes perfectec-

tamente reconocibles, separables, distintas: jóvenes y adultos, jóvenes de barrio y de clase

media y alta, marginales y delincuentes,, homosexuales, etc.

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UsOS LINGÜÍSTICOS Y DIVERSIDAD SOCIOCULTURAL

• Fundón de confrontadón o exclusión

Las variedades permiten así la expresión de las diferencias, encarnan lo que los in-

dividuos creen que tienen en común y de diferente. Aquellos que no participan de un dia-

lecto social se sentirán excluidos cuando sus hablantes lo utilicen, y no sólo por las difi-cultades de intercomprensión. Este sentimiento de exclusión explica la aparición de reaccio-nes de rechazo y, entre ellas, de juicios evaluativos o prejuicios lingüísticos. Los prejuiciosson el exponente del efecto retroactivo de desencadena toda variedad, al que llamaré

fundón esi/gmatizadora, porque señala y excluye a sus hablantes, proyectando una imagennegativa tanto de la variedad como de sus hablantes.

1 LA GESTIÓN DE LA INFORMACIÓN

Las variedades permiten la designación de las realidades comunes o que tienen una

especial transcendencia para el grupo, entrando en este apartado las distinciones que son

relevantes, por ejemplo, los tipos de individuos, propios y ajenos al grupo (por ejemplo, enla cárcel, la separación entre «tíos legales»/«hombres» y «chivatos» o «chotones», o «pu-

cabetas», etc.); el léxico que se refiere a la actividad, sea éste profesional o no (por ejemplo,

las diferencias que existen entre «hacerse un tequi», robar un coche, o «hacerse un loro», ro-

bar un aparato de radio, «trabajarse un determinado palo», tener una especialidad de robo,

etc.). Las conversaciones jergales muestran con claridad cómo esta variedad favorece al

máximo la comunicación interior, es decir, las posibilidades de intercomprensión, y obsta-

culizan la comprensión desde el exterior. Las variedades aparecen así vinculadas al deseo dedefender y consolidar las unidades sociales.

• Fundón privatizadora

La creación de unidades léxicas que permiten referirse a aquellas realidades que son

relevantes para el grupo y que conforman su universo propio permite la designación de lo

propio y la coordinación de la acción grupal. Los valores crípticos que suelen atribuirse a estas

variedades pueden, así, entenderse como una subfunción dentro de este valor particularizador.

1 LA CONSTRUCCIÓN DE UNA REALIDAD PROPIA

Las variedades permiten la expresión de significados desconocidos para la lengua

estándar, dotan a las unidades ya existentes de una connotación distinta y entrañan unaregulación distinta del significado. Así, la visión de la sociedad que transmite la jerga de losdelincuentes es la del marginado, del perseguido, que señala, precisamente, la hipocresía y lainjusticia social. Los términos con los que se designa a los, para otros, «defensores del orden

público» transmiten esta visión de quien se sabe perseguido, precisamente por su falta de

defensas sociales. De la misma manera, el léxico carcelario muestra una visión distinta de la

cárcel que la que transmite la Administración, con el uso de términos, asépticos si se quiere,

como la «institución», para la cárcel, los «funcionarios» y los «internos». La jerga acuña sus

propios contratérminos que ponen de manifiesto cuál es la visión de esta «institución» (en

jerga, «maco», «talego» o «botellón»), en la que el individuo «se va pa dentro». Lo que la jergamuestra con claridad es que hay una visión diferente de la justicia y del poder que sostiene

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UsOS LINGÜÍSTICOS Y DIVERSIDAD SOCIOCULTURAL

al individuo y le permite mantener su autoestima. Ejemplos equivalentes los encontramos entodas las variedades, (basta pensar cómo se designa en los argots juveniles a las personas deedad, «carrozas» o «puretas», o las designaciones de los profesores en los centros de

enseñanza), permitiendo a los individuos no sólo expresar cuál es su sistema de valores sinotambién oponerse y liberarse de ios valores normativos y de la acción de la norma.

• Fundón liberadoraSi las variedades permiten la expresión de una realidad distinta, de unos valores

sociales y culturales alternativos, si conforman y organizan las creencias y valores de los in-dividuos, la imposición de una variedad distinta supone mucho más que la modificación deun hábito lingüístico. Ante esta imposición se generan actitudes de rechazo y de resistencia.Sin embargo, el mantenimiento de estas variedades, asociadas a su contexto social y cultural,puede ser compatible con el uso de otras variedades en otros contextos, siempre que lasprimeras sean tomadas como base y sobre ellas no se proyecten los prejuicios que poseen

otros sectores de la sociedad,.casi siempre dominantes. La existencia de variedades pone de

manifiesto tanto la diversidad social como los conflictos sociales.Las actitudes de los hablantes'se proyectan sobre ia lengua, actuando así como esla-

bones entre los factores sociolingüísticos -como la pertenencia a una determinada clasesocial, generación, género, grupo profesiona, o subcultura- y los factores lingüísticos. Entrelas actitudes que explican las funciones antes examinadas figuran: ia actitud anémica o deruptura de la norma lingüistica, la actitud defensiva o de protección del grupo, y la actitud

liberadora o de emancipación con respecto a la presión de la norma. Todas ellas se proyec-tan sobre la lengua, estableciendo un principio de variación, una detetminada gestión de lainformación y una construcción de un universo particular. Son estos tres principios ios quedan lugar a los procesos de diferenciación lingüística y a las distintas variedades (dialectossociales, jergas profesionales, argots, etc.), de manera que los juicios evaluativos o losintentos de sustitución de una variedad por otra, no sólo van en contra de determinados

hábitos lingüísticos, como pueden ser la pronunciación de un sonido, la utilización de unasunidades léxicas o de unos sufijos derivativos o la preferencia por unas determinadasconstrucciones sintácticas, sino que chocan con las actitudes de los individuos, con lavoluntad de diferenciarse lingüísticamente y de expresar su diferencia.

Por todo ello, la proyección de una imagen negativa de estas variedades o de formas

lingüísticas, como puede ser el laísmo, la aspiración del sonido A/ o algunas formasléxicas, contradice la imagen positiva que se posee de los miembros del propio grupo,familiares, compañeros, vecinos. Esta labor de homogeneización lingüística se realiza,además, desde una posición de dominación y de poder, por lo que puede generaractitudes de rechazo hacia la lengua de la mayoría, que tendrían como consecuencia lareafirmación del llamado círculo de la pobreza, es decir, el reforzamiento de la posición demarginación. Privar a un individuo de su forma de habla equivale, por tanto, a cuestionar suidentidad y a obligarlo a replantearse sus valores culturales, sus referencias, sus modelos.Mientras que no instruirlo en el uso de la variedad estándar o de los registros cultossignifica, igualmente, consolidar su posición de marginación. Este es el dilema que seplantea en la escuela y ante el que se abren distintas posibilidades que estudiaremos en elapartado siguiente.

i 3. VARIEDADES LINGÜÍSTICAS Y FRACASO ESCOLARSon muchos los pedagogos y lingüistas que consideran que, entre las razones que

explican el fracaso escolar, ocupa un lugar preeminente la diversidad lingüística. La formaparticular de expresarse de los jóvenes pertenecientes a clases bajas (fiernstein, I 97 I) o aminorías étnicas (Labov, 1985) choca con la forma de habla que se exige en la escuela(véase el artículo de V. Unamuno en esta misma Monografía). Por el contrario, la forma deexpresión de las clases medias y altas está muy próxima a las formas de habla de la escuela.La no utilización de las variedades exigidas, bien por ser menos habituales en el ámbitosocial de estos jóvenes, bien por el rechazo que se produce como consecuencia de laimposición de otras variedades y de los prejuicios lingüísticos, no sólo conduce a peoresresultados académicos sino que, al ser «corregidas» en el aula, se cuestiona la propia valíadel individuo, lo que está en juego es su propia autoestima

Si bien la consideración del fracaso escolar como un problema lingüístico está hoy

admitida, las respuestas que se han dado a este problema son distintas. Para algunos autores,agrupados bajo la teoría de! déficit, los integrantes de estos grupos presentan una carencia,

un déficit lingüístico, que es el correlato de su déficit cultural. Lo que estos jóvenes precisanes, por tanto, una «inyección cultural y lingüística» que les adiestre en el uso de la variedadestándar y en los registros cultos, empleados en la escuela, especialmente en el registroescrito académico. Se pide así al individuo que modifique sus hábitos lingüísticos y para ellose diseñan cursos de apoyo que les señalan como incompetentes frente a sus compañeros

de clase media y alta. La responsabilidad del cambio recae sobre el individuo, que deberomper con el llamado «círculo de la pobreza», mientras que no se cuestiona el ordenestablecido ni funcionamiento de la sociedad.

En cambio, desde la teoría de la diferencia, son los prejuicios lingüísticos y la compe-tencia que se establece entre variedades lo que inhibe el aprendizaje y el uso de aquellas

variedades que se precisan en la escuela. En la aparición de actitudes que favorecen o

inhiben la alternancia de variedades o el biligüismo inciden antes los valores de la subcul-tura adolescente que el hogar o la escuela. Atributos individuales como el género, la edad ola habilidad, a la hora de aprender o usar una determinada variedad o una segunda lengua,parecen tener menos influencia que factores exteriores al individuo, como las diferencias deprestigio, el rechazo de la comunidad de acogida o los prejuicios lingüísticos. No se trata,

por tanto, de sumar una lengua a la otra, sino de lograr una coexistencia y una fusión armó-nicas. Para lograr esta fusión, deben incorporarse, evitarse los prejuicios, pero sobre todo,partir de las formas que son propias para, posteriormente, conseguir la incorporación deotras variedades. El proceso de aprendizaje de otras variedades es similar al proceso deincorporación de otras lenguas, de manera que la variedad de origen puede servir de basepara un mejor conocimiento de otras variedades y para un mejor conocimiento de las nor-mas que regulan la alternancia. Determinadas formas pueden y deben mantenerse en deter-minados contextos. No se trataría de erradicar determinadas formas, ya sean éstas propiasde la clase baja o de grupos marginales, ya que son formas lingüisticas, posibilidades de lalengua y no evidencias de la mayor o menor capacidad lógica y de razonamiento de los

individuos sino que, como señalan Lomas, Osoro y Tusón (1993: 14 y IS), el objetivo de-seable de la enseñanza sería «dotar al alumno de los recursos de la expresión y com-

I

§I

I

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prensión, y reflexión sobre los LISOS lingüísticos y comunicativos que le permitan una utiliza-ción adecuada de los diversos códigos lingüísticos y no lingüísticos disponibles en situa-

ciones y contextos variados, con diferente grado de formalización o planificación en sus

producciones orales y escritas» ___ —___

Notas

1. El uso de dos metodologías distintas en sociolingülstica, cualitativa y cuantitativa, encubre distintasconcepciones de la sociedad. Bajo la metodología cuantitativa subyace un modelo de estratificaciónsocial gradual, mientras que la corriente cualitativa suele adoptar una visión de la sociedad basada enla teoría sociológica del conflicto que pone su énfasis en los enfrentamiemos y diferencias de valoresque existen entre los distintos grupos y clases sociales.

2. En este apartado se reúnen algunas de las funciones señaladas por la sociolingülstica, asi comootras que se pusieron de manifiesto en mi estudio de la ¡erga delincuente. Para una descripción másdetallada de estas funciones y de su correlación con actitudes y componentes sociales, véase MartínRojo (1989 y 1991).

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MARTÍN ROIO, L (1993): «De la excepción al paradigma: análisis de los fenómenos lingüísticos de lajerga delincuente». En: M. TORR1ONE (ed.): La lengua libertad vigilada. CRIC/Ophrys, Toulouse-LeMirail/París, pp. 159-199.

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Luisa Martín Rojo. Departamento de Lingüística. Facultad de Filosofía y Letras. Universidad Autónomade Madrid. Carretera de Colmenar, Km. 15. 28049 Madrid. Tel: 91/397 8707.

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UsOS LINGÜÍSTICOS Ir DIVERSIDAD SOCIOCULTURAL

| Léxico, cultura y prejuiciolingüístico

Jesús TusónProfesor de Lingüística. Universitat Barcelona

El léxico es el nivel más aparente o superficial de todo el sistema lingüístico. Por esta razónfundamental, el vocabulario permite designar todos los elementos significativos del entorno físico y aludir alas estructuras culturales propias de cada pueblo. Además, los intercambios léxicos son presentados comoun indicador elocuente de las influencias e interferencias del estatuto geopolítico mundial (desigualdad delos préstamos). Por último, se insiste en la posibilidad de manipulación de este nivel lingüístico, a causaprecisamente de su condición de accesible.

Lexis, culture and linguistic prejudice

Lexis is the molt obvious or superficial level of every linguistic system. For this fundamental reason,vocabulary allows us to ñame all the significan! elements of our physical sorroundings and allude to thecultural structures of every people. In addition, lexical exchanges are presented as an eloquent indicator oflanguages' world geopolitical status and the influence and intetference exerted by them (¡nequaliry of theloan words). Flnally, the possibüity of having an effecí on this level of tanguage is stressed precisely onaccoum of ¡ts accessibilíty.

I LA ACCESIBILIDAD DEL LÉXICO

«Lo tengo en la punta de la lengua» es una expresión corriente que todos hemos em-

pleado en alguna ocasión cuando nuestros mecanismos cerebrales para la evocación depalabras no funcionan a nuestra plena satisfacción. Nombres de personas, de lugares y, con

menor fre-cuenda, de objetos que no son compañeros cotidianos y reiterados se nos

escapan a veces, justamente cuando más los necesitamos, y reaparecen en el momento más

inoportuno gracias a alguna asociación difícil de justificar por las vías de la conciencia.

Otras palabras, sin embargo, jamás se nos escurren por los recovecos corticales (salvo en loscasos de las afasias anómicas) y son nuestras herramientas habituales en las tareas de

denominación.

Pero lo que nunca nos ha sucedido (ni hemos visto que suceda) en el uso cotidiano

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