600
“En mi temprana juventud se me preguntó varias veces: ¿Es usted profetisa? Siempre he respondido: Soy la mensajera del Señor… Mi Salvador me declaró que era su mensajera”. Mensajes selectos, tomo 1, p. 36. Pacific Press ® Publishing Association Nampa, Idaho Oshawa, Ontario, Canadá Herbert E. Douglass El Ministerio Profético de Elena G. de White Mensajera del Señor

M E N S A J E R A D E L S E Ñ O R Mensajera delSeñor · Elena G. de White se considera a sí misma una mensajera 134 144 150 170. vi ... sirvió; admirarán la manera sabia y cuidadosa

Embed Size (px)

Citation preview

  • M E N S A J E R A D E L S E O R

    El ministerio proftico de Elena G. de White

    En mi temprana juventud

    se me pregunt varias veces:

    Es usted profetisa? Siempre he

    respondido: Soy la mensajera

    del Seor Mi Salvador me

    declar que era su mensajera.

    Mensajes selectos,

    tomo 1, p. 36.

    Pacific Press Publishing Association

    Nampa, IdahoOshawa, Ontario, Canad

    Herbert E. Douglass

    El Ministerio

    Proftico de

    Elena G. de White

    MensajeradelSeor

  • Ttulo del original en ingls: Messenger of the Lord

    Traduccin: Tulio N. Peverini

    Diseado por Bryan Gray/Genesis Design

    Portada: Gary Holland

    Redaccin: Miguel Valdivia

    A no ser que se indique de otra manera, todas las citas de las Sagradas Escrituras

    estn tomadas de la Versin Reina-Valera, revisin 1960.

    Derechos reservados 2000 por

    Pacific Press Publishing Association

    Se prohbe la reproduccin total o parcial de esta obra

    sin el permiso de los editores.

    Copublicado por:

    Asociacin Casa Editora Sudamericana

    Av. San Martn 4555, 1602 Florida

    Buenos Aires, Argentina

    Asociacin Publicadora Interamericana

    2905 NW 87 Ave.

    Miami, FL 33172

    Pacific Press Publishing Association

    P. O. Box 5353

    Nampa, Idaho 83653, EE. UU. de N. A.

    Primera edicin: 2000

    ISBN 0-8163-9441-5

    00 01 02 03 4 3 2 1

  • M E N S A J E R A D E L S E O R

    El ministerio proftico de Elena G. de White

    D E D I C A T O R I A

    A Kenneth H. Wood

    Ilustre estadista

    Consumado editor

    Agudo observador y pensador

    Hbil presidente de juntas directivas

    Amigo leal y probado

    Esposo modelo, afectuoso y solcito

  • M E N S A J E R A D E L S E O R

    El ministerio proftico de Elena G. de White

    v

    Tabla de Contenido

    C A P I T U L O El Sistema de Comunicacin de Dios

    SE

    CC

    IO

    N

    I

    PAGINA

    ixxi

    xiii

    PrefacioReconocimientosUn vistazo general por el autor

    SE

    CC

    IO

    N

    IILa Verdadera Elena G. de White

    IIILa Mensajera que Escucha

    SE

    CC

    IO

    N

    123

    El Revelador y el ReveladoDios habla mediante los profetasCaractersticas de los profetas

    28

    26

    456789

    101112

    La persona y su pocaMensajera, esposa y madreSalud fsicaCaractersticas personalesComo la conocieron otrosHumor, sentido comn y una consejera prcticaLa pionera americana y la mujer victorianaLa escritora prolficaLa oradora en demanda

    445262688094

    102108124

    13141516

    Entregando el mensaje de DiosConfirmando la confianzaInstrucciones y predicciones oportunasElena G. de White se considera a s misma una mensajera

    134144150170

  • vi

    C A P I T U L OS

    EC

    CIO

    N

    IVLa Voz de un Movimiento

    22232425262728

    293031

    El tema en derredor del cual gira el pensamiento adventistaAclarando las principales doctrinasPrincipios de salud/1: Surgimiento de un mensaje de saludPrincipios de salud/2: Relacin de la salud con una misin espiritualPrincipios de salud/3: Mejoramiento de la calidad en la salud adventistaPrincipios de salud/4: Principios y normasPrincipios de salud/5: Repasando un siglo de principios de la reforma

    pro saludEducacin/1: Principios y filosofaEducacin/2: Estableciendo instituciones educativasPublicaciones, temperancia y principios sociales

    256268278288300310

    320344354362

    17181920

    2121a

    Organizacin, unidad y desarrollo institucionalCrisis teolgicasEvangelismo local y global, y relaciones entre las razasMayordoma, relaciones con el gobierno y participacin en

    proyectos humanitariosDisidentes de adentro y de afueraQuin es quin en el mundo adventista de Elena G. de White

    (seccin de fotos)

    182194210

    220228

    239

    SE

    CC

    IO

    N

    VFomentando Conceptos Inspirados

    SE

    CC

    IO

    N

    VICmo Escuchar a la Mensajera

    32333435

    3637

    38

    3940

    Hermenutica/1: Principios bsicosHermenutica/2: Reglas bsicas de interpretacinInternasHermenutica/3: Reglas bsicas de interpretacinExternasHermenutica/4: Caractersticas compartidas por los escritores

    bblicos y Elena G. de WhiteHermenutica/5: Autoridad y relacin con la BibliaHermenutica/6: Cmo entendieron los contemporneos la

    autoridad de Elena G. de WhiteHermenutica/7: Conferencia bblica/Concilio de maestros

    de historia de 1919Comprendiendo cmo fueron escritos los librosComprendiendo cmo fueron preparados los libros

    372386394

    408416

    426

    434444456

  • M E N S A J E R A D E L S E O R

    El ministerio proftico de Elena G. de White

    vii

    C A P I T U L O

    Continua Relevancia de la Mensajera de Dios

    SE

    CC

    IO

    N

    VIII

    41424344

    La verdad todava liberaLas crticas que involucran relaciones con otras personasPredicciones, observaciones cientficas y declaraciones inusualesLa puerta cerrada: el estudio de un caso

    468478486500

    454647

    Se eleva Elena G. de White a la altura de su investidura?Todava hablaEl mensajero y el mensaje son inseparables

    514528534

    Apndice A Campestres a comienzos del siglo XIXApndice B Trasfondo del intercambio de cartas entre

    Jaime y Elena White en 1874Apndice C Extractos de Across the Plains (1892), (A travs de las

    praderas), de Robert Louis StevensonApndice D Lista parcial de las visiones de Elena G. de WhiteApndice E Presuposiciones bsicas compartidas por la mayora de los

    crticos de la puerta cerradaApndice F Condicionada por el tiempo o relacionada con el tiempo?Apndice G Creciente comprensin de Elena de White de sus propias

    visionesApndice H Elena de White enriqueci el trmino puerta cerradaApndice I Elena de White marc el rumbo para desarrollar un

    mensaje bblicamente orientado para el mundoApndice J Respuesta a la eliminacin de la frase mundo impoApndice K Por qu Elena de White pareca buscar el contacto

    slo de los partidarios de la doctrina de la puertacerrada

    Apndice L Principales acusaciones contra Elena de White respectoa la cuestin de la puerta cerrada y las respuestas atravs de los aos

    Apndice M La carta del 13 de julio de 1847 a Jos BatesApndice N Ultimo testamento de Elena G. de WhiteApndice O Comentarios de dirigentes nacionales a comienzos de la

    dcada de 1860 respecto a la crisis de la esclavitudApndice P La elipse de la verdad de la salvacin

    542

    543

    544546

    549550

    552554

    555557

    559

    561567570

    573574

    SE

    CC

    IO

    NVII

    Cmo Evaluar las Crticas

  • M E N S A J E R A D E L S E O R

    El ministerio proftico de Elena G. de White

    Prefaciomediados de la dcada de 1950, T. Housel Jemison, un director asociado del

    Centro White, escribi un libro titulado A Prophet Among You (Una profetisa entre

    vosotros). Esta abarcante obra sobre el don de profeca se concentr especficamente

    en la vida y ministerio de Elena G. de White. Por muchos aos se la us en los colegios

    adventistas como el libro de texto autorizado sobre el don de profeca.

    Pero en dcadas recientes, se ha aprendido mucho en cuanto al tema de inspiracin/reve-

    lacin, de ah que en 1989 la Junta Directiva del Centro White autoriz la produccin de un

    nuevo libro. Los patrocinadores de esto no slo incluan al Centro White sino al Departamen-

    to de Educacin de la Asociacin General y a la Junta de Educacin Superior de la Iglesia

    Adventista.

    Herbert E. Douglass fue escogido como el autor. El Dr. Douglass, que ense cursos de

    Espritu de profeca a nivel de colegio, tambin prest servicios como presidente de colegio,

    director asociado de la Adventist Review y redactor de libros de la Pacific Press. El comenz

    a trabajar inmediatamente en el proyecto, investigando el tema cabalmente.

    Su familiaridad con una galaxia de eruditos e ideas se refleja en las referencias y en las

    extensas notas que aparecen a lo largo del libro, pero el hecho de que se cita a un autor sobre

    un punto determinado no debiera considerarse como un respaldo a esa persona o a todas las

    ideas y la posicin sustentadas por dicha persona.

    Creemos que este libro presenta el ministerio proftico de Elena G. de White en una forma

    tal que lo hace atractivo tanto a los jvenes como a las personas de ms edad. En vez de

    abordar el tema desde lo abstracto a lo personal, gua desde lo personal a lo abstracto. Como

    resultado, los lectores se familiarizarn con el don de profeca al familiarizarse personalmen-

    te con la Sra. de White. Ms an, sern atrados ms cerca del Dios personal a quien ella

    sirvi; admirarn la manera sabia y cuidadosa en la que l comunicaba sus mensajes a su

    mensajera; y se sentirn pasmados al observar la manera en que la condujo a travs de los

    campos minados de las dificultades teolgicas, mdicas y sociales de su poca.

    Al trmino de cada captulo, los lectores encontrarn una serie de preguntas de estudio

    que los guiarn a un estudio ms amplio y ms profundo del tema cubierto por el captulo.

    Las preguntas pueden servir como un repaso del captulo, y para estimular la investigacin

    que ampliar la comprensin de los lectores del tema presentado en el captulo.

    Creemos que todos aquellos que lean este libro comprendern mejor cmo Dios obra

    mediante sus profetas, y sentirn la profunda conviccin de que Elena de White fue llamada

    divinamente al oficio proftico. Tambin enfrentarn el futuro con nueva confianza y fe ro-

    bustecida, exclamando con la mensajera de Dios: No tenemos nada que temer del futuro, a

    menos que olvidemos la manera en que el Seor nos ha conducido, y lo que nos ha enseado

    en nuestra historia pasada (Notas biogrficas de Elena G. de White, p. 216).

    La Junta Directiva del Centro White

    Silver Spring, Maryland

    A

    ix

  • M E N S A J E R A D E L S E O R

    El ministerio proftico de Elena G. de White

    xi

    os libros no surgen en un vaco. Una

    vida entera de influencias diversas

    se vuelca en la mente de un autor,

    y todas esas personas, libros y maes-

    tros del pasado de uno le dan un cmulo de

    conocimiento que gua al autor en el desa-

    rrollo de su manuscrito. Reconocer todas

    esas contribuciones sera imposible porque

    se han vuelto pensamientos sin rostro, pero

    este autor est agudamente consciente de

    este inmenso depsito que otros han llenado

    para l.

    Pero respecto a la tarea especfica de res-

    ponder al pedido de la Junta Directiva de

    Educacin Superior de la iglesia y del Cen-

    tro White, este autor desea dar crdito a

    aquellos que han hecho posible este libro un

    tanto tcnico.

    Sin la enorme visin y las habilidades edi-

    toriales de Kenneth H. Wood, este libro no

    habra sido concebido ni completado en su

    estado actual. Su enftico mensaje de aliento

    y sus claros conceptos sobre el tema compar-

    tidos por ms de tres aos, durante la investi-

    gacin y redaccin del texto, proveyeron el

    ambiente para pensar en reas que para mu-

    chos haban estado en penumbra.

    Los dos directores del Centro White bajo

    quienes este libro fue encargado y luego ter-

    minado, Paul Gordon y Juan Carlos Viera, no

    slo me han alentado sino que me han pro-

    visto de conceptos valiosos en puntos crucia-

    les. Nora Collins, la incansable y eficiente di-

    rectora asociada, animosamente introdujo en

    la copia final de la computadora las muchas

    sugerencias y comentarios del autor frecuen-

    temente revisados.

    El Centro White tiene la fortuna de con-

    tar con dos experimentados eruditos en sus

    especialidades particulares: Jim Nix en his-

    toria adventista y enseanza, y Tim Poirier,

    archivista y artfice tcnico de los materia-

    les de Elena de White. Aunque ellos no son

    responsables de ningn error u omisin que

    se haya deslizado, han contribuido mucho

    Reconocimientos

    L al nivel de exactitud logrado en este libro.Adems de estos dos eruditos, debo muchoa los doctores Robert Olson y Roger Coon,quienes en aos pasados han investigado cui-dadosamente muchos temas tratados en el

    libro.

    Entre muchos otros que han provisto ayu-

    da oportuna y sugerencias estn mi hermano

    Melvyn, que sirvi como mi recopilador de

    datos en el misterioso mundo del Internet, en-

    contrando, en muchas ocasiones, informacin

    muy huidiza casi inmediatamente; los docto-

    res John Scharffenberg y Gary Fraser, que

    pacientemente leyeron los captulos sobre

    salud e hicieron contribuciones a los mismos;

    el Dr. Richard Schwarz, que us su micr-

    metro historiogrfico al revisar las pginas

    finales; y Francis Wernick, Neal Wilson y

    Rowena Rick, miembros de la junta directi-

    va del Centro White, que leyeron y criticaron

    el manuscrito.

    Tambin deseo expresar mi aprecio espe-

    cial a eruditos y especialistas talentosos, como

    P. Gerard Damsteegt, Fritz Guy, Bert

    Haloviak, Roland Hegstad, Robert Johnston,

    Mervyn Maxwell y Alden Thompson, quie-

    nes compartieron valiosas ideas sobre cier-

    tos puntos del texto.

    Ningn autor puede ir muy lejos sin una

    casa publicadora que brinde comprensin

    y aliento. Robert Kyte y Russell Holt pro-

    veyeron el toque necesario en los momen-

    tos apropiados, lo que mantuvo abierta y

    luminosa la ventana hacia el futuro; esta-

    ban decididos a que el producto que salie-

    se de sus manos fuese digno del tema del

    libro.

    Y a todo esto deseo aadir la contribu-

    cin de mi comprensiva compaera, mi que-

    rida Norma, quien continuamente reajust

    prioridades durante tres aos y medio, al

    captar las dimensiones de esta tarea. A Dios

    sea la gloria!

    Herbert E. Douglass

  • M E N S A J E R A D E L S E O R

    El ministerio proftico de Elena G. de White

    ste libro fue escrito con dos propsi-

    tos en mente: (1) proveer a los adven-

    tistas del sptimo da una nueva apre-

    ciacin de la vida y el testimonio de

    Elena G. de White, y (2) ofrecer material de

    investigacin para cursos de colegios y se-

    minarios sobre el don de profeca, especial-

    mente segn se manifest en la vida y el mi-

    nisterio de esta inspirada mensajera de Dios.

    Algunas personas, careciendo de una cla-

    ra comprensin de cmo funciona la revela-

    cin/inspiracin, han permitido que proble-

    mas y crticas debiliten o destruyan su con-

    fianza en el singular ministerio de setenta aos

    de la Sra. White. Con todo, millones de per-

    sonas alrededor del mundo la consideran una

    dirigente religiosa inspirada, que marc po-

    ca. Han encontrado que su amor por Jess se

    ha profundizado al dirigir ella sus mentes

    hacia la Biblia, su principal fuente de ilumi-

    nacin y gozo. Han descubierto que sus es-

    critos proveen ideas claras, altamente moti-

    vadoras y precisas para llevar una vida salu-

    dable y disciplinada. Ms importante an,

    han encontrado en sus escritos percepciones

    coherentes de la historia bblica de la salva-

    cin.

    As, en adicin al doble propsito men-

    cionado antes, este libro est escrito al me-

    nos para dos grupos: (1) aquellos que estn

    inmensamente agradecidos por la pluma de

    Elena de White y desean aprender ms acer-

    ca de ella, y (2) aquellos que tienen pregun-

    tas no resueltas sobre ciertos aspectos de su

    largo ministerio. Este libro expone abundan-

    Un Vistazo Generalpor el Autor

    E tes razones para afirmar el aserto de ella deque es la mensajera de Dios; provee ampliasevidencias como para satisfacer la mente msinquisitiva.Certeza, autoridad y confianza

    Este libro trata de cmo los jvenes y los

    adultos encuentran certidumbre. Hay algu-

    na autoridad en algn lugar que pueda ha-

    blar con claridad, satisfaciendo la cabeza

    como tambin el corazn?

    Los adventistas del sptimo da contes-

    tan, S!; hay una Autoridad. Sealamos a

    Aquel que nos hizo, y lo llamamos Dios, el

    Dios que se comunica. Ms an, nos hizo

    capaces de responderle. Maravilloso pensa-

    miento: fuimos hechos para escuchar a

    nuestro amigable Hacedor! Y cuando escu-

    chamos, omos la verdad sobre quines so-

    mos, por qu existimos, y qu clase de futu-

    ro sin fin ha planeado l para nosotros, si

    seguimos escuchando.

    Cmo habla Dios a los seres humanos?

    Muchas veces y de muchas maneras, escri-

    bi Pablo en Hebreos 1:1. Por ejemplo:

    A travs de sus obras creadas, las que

    nosotros llamamos naturaleza.

    A travs del Espritu Santo, que esta-

    blece contacto con la conciencia de cada per-

    sona.

    A travs de Jesucristo, quien era Dios

    mismo.

    Pero Dios hizo aun algo ms. Saba que

    miles de aos antes de que Jess viniese comohombre, los hombres y las mujeres necesita-

    xiii

  • ran or el lado divino de la historia del gran

    conflicto entre el bien y el mal.

    El sistema de comunicacin de DiosAun despus de que Dios se hizo hombre,

    no poda estar en todas partes al mismo tiem-

    po. Ni Jess poda estar fsicamente presente

    en todas partes despus de su ascensin. De

    modo que para transmitir su mensaje, Dios

    aadi a su sistema de comunicarse a s mis-

    mo un plan orientado muy humanamente:

    habl muchas veces y de muchas maneras

    por los profetas (Heb. 1:1).

    Este sistema de comunicacin por los pro-

    fetas fue bien reconocido a lo largo de los

    tiempos bblicos. El pueblo de Dios aprendi

    por experiencia que les iba [mucho] mejor

    cuando escuchaban a los profetas: Creed en

    Jehov vuestro Dios, y estaris seguros; creed

    a sus profetas, y seris prosperados (2 Crn.

    20:20). Ms an, saban por experiencia que

    Dios no les permitira marchar ciegamente

    hacia el futuro. Porque no har nada Jehov

    el Seor, sin que revele su secreto a sus sier-

    vos los profetas (Ams 3:7).

    La comunicacin divina mediante los pro-

    fetas no estuvo confinada a los tiempos del

    Antiguo Testamento. Durante las ltimas ho-

    ras de nuestro Seor en la tierra, l prometi

    que esta lnea de comunicacin entre el cielo y

    la tierra siempre se mantendra abierta, me-

    diante el Espritu Santo, el Espritu de verdad,

    su representante personal. Hoy, lo mismo que

    en los tiempos del Antiguo Testamento, el Es-

    pritu Santo contina hablando, no slo a la

    conciencia de cada persona, sino mediante los

    profetas: Y yo rogar al Padre, y os dar otro

    Consolador, para que est con vosotros para

    siempre: el Espritu de verdad (Juan 14:16-

    17). Y l mismo constituy a unos, apsto-

    les; a otros, profetas (Efe. 4:11; ver tambin

    1 Cor. 12:28).

    El Espritu de verdad es tambin el Espri-

    tu de profeca! Esto significa que estos hom-

    bres y mujeres especialmente seleccionados,

    movidos del Espritu Santo, hablaron (de par-

    te) de Dios (2 Ped. 1:21, Ncar-Colunga). Se

    le dijo a la iglesia que esperase que este siste-

    ma de comunicacin de la verdad funcionara

    hasta el regreso de Jess.

    Esta resea bblica ensea que Dios nun-

    ca quiso que los hombres y las mujeres estu-

    viesen sin una certeza clara respecto al pro-

    psito de la vida. Especialmente durante las

    tensiones sin paralelo de los ltimos das, nos

    asegur que podamos conocer la verdad so-

    bre el futuro. Toda vez que los hombres y

    mujeres escuchan cuidadosamente a los pro-

    fetas de Dios, saben que estn escuchando

    la verdad. La verdad lleva su propia auto-

    ridad porque apela y satisface nuestro anhelo

    de una certeza objetiva y una certeza subjeti-

    va: el enlace de la cabeza con el corazn.

    Este libro ayudar a contestar las siguien-

    tes preguntas: Rene Elena de White las ca-

    ractersticas de un profeta? Sobre qu base

    puede uno considerarla como autoridad en su

    papel de mensajera de Dios? Al examinar su

    ministerio activo de setenta aos, qu dife-

    rencia produjo su consejo en la determina-

    cin del curso y el desarrollo de la iglesia?

    Cul fue el efecto de su consejo dado a una

    serie de individuos? Manifest ella las ca-

    ractersticas de coherencia y confiabilidad y,

    consecuentemente, pas la prueba de autori-

    dad?

    Consideraremos el peso de la evidencia.

    Su largo ministerio y el fruto de sus labores

    constituyen un libro abierto. No se necesita

    una evidencia o un argumento artificial

    para apoyar su aseveracin de que es una

    mensajera de Dios.

    El propio principio permanente de Elena

    de White gobernar el viaje que hagamos jun-

    tos: Los temas que presentamos al mundo

    deben ser para nosotros una realidad vivien-

    te. Es importante que al defender las doctri-

    nas que consideramos como artculos de fe

    fundamentales, nunca nos permitamos em-

    plear argumentos que no sean completamen-

    te plausibles. Los que no lo sean pueden ser-

    vir para reducir al silencio a un oponente, pero

    no hacen honor a la verdad. Debemos pre-

    sentar argumentos cabales, que no slo aca-

    llen a nuestros oponentes, sino que puedan

    soportar el examen ms detenido y escruta-

    dor (Obreros evanglicos, p. 314).En el corazn mismo de la gran contro-

    versia entre Dios y Satans, entre el bien y el

    mal, se encuentra el conflicto sobre la ver-

    xiv

    I N T R O D U C C I O NUN VISTAZO GENERALPOR EL AUTOR

  • M E N S A J E R A D E L S E O R

    El ministerio proftico de Elena G. de White

    dad, esto es, quin tiene la razn sobre cmo

    administrar el universo, Dios o Satans? La

    posicin de Dios es que la verdad no necesita

    defensa, simplemente necesita ser vista y de-

    mostrada. Satans, un mentiroso, y padre de

    mentira (Juan 8:44), presenta sus argumen-

    tos mediante el engao.

    Polemista ingenioso e insinuador taima-

    do, Satans apela al corazn egocntrico para

    que sea el rbitro final de la verdad. Una

    de sus herramientas ms efectivas es suscitar

    dudas, haciendo que la persona vacile y pos-

    tergue su entrega espiritual a Dios. Por esta

    razn, la alteracin de la verdad en cualquier

    manera, proyectando sombras injustificadas

    sobre lo que pudiera no estar totalmente cla-

    ro, es un acto inmoral. Es parte de un intento

    csmico por oscurecer la verdad y contrariar

    a Dios.

    Elena de White no podra ser ms clara

    que cuando exhorta a ser francos y rechazar

    el temor al separar los hechos de las opinio-

    nes. Saba que la fe est en peligro si uno fija

    lmites a la investigacin, temiendo que nue-

    vos descubrimientos podran inquietar la fe.

    Pero a menudo hizo claro el hecho de que la

    fe de uno tambin corre riesgo cuando se per-

    mite que la razn o los sentimientos marquen

    los lmites de la fe. Para ella, la verdad debe

    honrarse a todo costo.

    Cmo est organizado el libroEste libro se divide en ocho secciones:

    I. El Sistema de Comunicacin de Dios

    (caps. 1 al 3).

    II. La Verdadera Elena G. de White (caps.

    4 al 12).

    III. La Mensajera que Escucha (caps. 13

    al 16).

    IV. La Voz de un Movimiento (caps. 17 al

    21).

    V. Fomentando Conceptos Inspirados

    (caps. 22 al 31).

    VI. Cmo Escuchar a la Mensajera (caps.

    32 al 40).

    VII. Cmo Evaluar las Crticas (caps. 41

    al 44).

    VIII. Continua Relevancia de la Mensaje-

    ra de Dios (caps. 45 al 47).

    Los captulos 1 al 3 exploran brevemente

    la enseanza bblica sobre cmo Dios ha es-

    tado revelando las buenas nuevas (el Evan-

    gelio) de salvacin a los habitantes de este

    mundo. Las buenas nuevas son la verdad

    acerca de Dios y de su manera de administrar

    el universo: un cuadro que contrasta aguda-

    mente con las mentiras y calumnias de Sata-

    ns. Dios es revelado mediante Jesucristo, el

    Revelador. El Espritu Santo, mediante el

    don de profeca, transmite la verdad como

    es revelada en Jess.

    Los captulos 4 al 12 se concentrarn pri-

    meramente en las experiencias de la infan-

    cia y la adolescencia de Elena Harmon.

    Luego en su papel como la Sra. Elena G.

    de White esposa, madre, vecina, gana-

    dora de almas y personalidad pblica,

    examinando su vida en base a sus propios

    escritos como tambin considerando el pun-

    to de vista de aquellos que mejor la cono-

    cieron. Debido a que el pensamiento de uno

    al igual que el temperamento se determi-

    nan en gran medida por las influencias so-

    ciales, econmicas y filosficas de la po-

    ca, notaremos brevemente las circunstan-

    cias prevalecientes entonces en el noreste

    de los Estados Unidos, y luego los factores

    nacionales que muy probablemente la afec-

    taron mientras desarrollaba su asignacin

    divina. Tambin se estudiar su fascinante

    fusin de mujer victoriana y vigorosa pio-

    nera americana.

    Los captulos 13 al 16 observarn cmo el

    don proftico funcion en el ministerio de

    Elena de White. El trasfondo histrico de las

    dcadas de 1840 y 1850 nos ayudar a com-

    prender el clima desfavorable que exista para

    cualquiera que pretendiese tener visiones. No

    obstante, el fenmeno de las visiones de Ele-

    na de White proporcion claridad y certeza a

    aquellos que queran una explicacin bblica

    de la experiencia de 1844.

    Estudiaremos a Elena de White como una

    escritora y oradora,

    notando su desarrollo en materia de esti-

    lo y contenido mientras ella responda a las

    circunstancias cambiantes y a una ilumina-

    cin intensificada durante su ministerio de

    setenta aos;

    indagando cmo ella emple materiales

    xv

  • de investigacin al igual que cualquier es-

    critor lo hara y lo hace, para ampliar y

    hacer ms especfico el mensaje central que

    se le haba comisionado que comunicase;

    notando la impresionante recepcin que

    no adventistas le daban a sus palabras habla-

    das y escritas.

    recordando su inslita habilidad de ora-

    toria, a menudo sobrellevando circunstancias

    fsicas que abrumaran a sus contemporneos,

    o aun a cualquier persona hoy.

    Los captulos 17 al 21 explorarn la rela-

    cin extraordinaria entre Elena de White y la

    iglesia con la cual lleg a estar tan ntima-

    mente involucrada durante setenta aos. Nin-

    guna otra persona ha afectado tan directamen-

    te el crecimiento y la configuracin de la Igle-

    sia Adventista del Sptimo Da, teolgica e

    institucionalmente. Ella tuvo mucho que ver

    con la planificacin estratgica de la iglesia.

    Su consejo era buscado desde Australia a

    Europa y a travs de los Estados Unidos res-

    pecto al establecimiento de escuelas, institu-

    ciones de salud y casas publicadoras. Sus es-

    critos llegaron a ser fanales de luz para ser

    vidamente estudiados en generaciones pos-

    teriores.

    Los captulos 22 al 31 examinarn el pa-

    pel de Elena de White como una formadora

    de conceptos. Tena una habilidad nica para

    sintetizar el claro mensaje proftico con la

    experiencia humana y las ideas de otros. En

    base a esta sntesis desarroll un cuerpo de

    pensamiento claramente integrado y coheren-

    te, con un fundamento bblico firme y slido.

    Esta integracin unific su vasta contribucin

    a principios prcticos de educacin, evange-

    lismo, organizacin y salud, por los cuales

    los adventistas del sptimo da han llegado a

    ser bien conocidos.

    El tema del Gran ConflictoNotaremos cmo ella us ciertos princi-

    pios de investigacin mientras procesaba y

    transmita la verdad. Su introduccin a El con-flicto de los siglos es instructiva: Los gran-des acontecimientos que marcaron los pasos

    de reforma que se dieron en siglos pasados,

    son hechos histricos harto conocidos y uni-

    versalmente aceptados, que nadie puede ne-

    gar. Esa historia la he presentado brevemen-

    te, de acuerdo con el fin y objeto de este libro

    y con la concisin que necesariamente debe

    observarse, condensando los hechos en for-

    ma compatible con una clara inteligencia de

    las enseanzas consiguientes.

    En algunos casos cuando he encontrado

    que un historiador haba reunido los hechos

    y presentado en pocas lneas un claro con-

    junto del asunto, o agrupado los detalles en

    forma conveniente, he reproducido sus pala-

    bras, no tanto para citar a esos escritores como

    autoridades, sino porque sus palabras resu-

    man adecuadamente el asunto. Y al referir

    los casos y puntos de vista de quienes siguen

    adelante con la obra de reforma en nuestro

    tiempo, me he valido en forma similar de las

    obras que han publicado (p. 14).

    El principio organizador que reuni este

    material como un imn en su sntesis es el

    tema del Gran Conflicto. Viendo la Biblia

    como un todo y la relacin de sus partes, Ele-

    na de White ilumin claramente los asuntos

    bsicos referentes al carcter de Dios, la na-

    turaleza del hombre, el surgimiento del peca-

    do, y cmo Dios planea en ltima instancia

    tratar con este planeta rebelde.

    La comprensin de Elena de White del

    tema del Gran Conflicto provey notable

    estabilidad y armona durante el tiempo

    cuando la Iglesia Adventista desarrollaba

    su teologa y estructura denominacional.

    Estableci el pensamiento central para ella

    para proveer aliento personal y correccin

    teolgica en esas encrucijadas donde otros

    cuerpos religiosos generalmente se han

    fragmentado.

    Bajo la seccin 6, Cmo Escuchar a la

    Mensajera, los captulos 32 al 38 destacan

    cmo los hombres y mujeres debieran orel mensaje de Elena de White. Cualquier es-

    tudio de documentos escritos, ya sean

    sonetos de Shakespeare o la Santa Escritu-

    ra, implica una hermenutica, esto es, usar

    principios de interpretacin que ayudarn al

    lector en la comprensin del autor. Exami-

    naremos reglas de interpretacin que nos

    ayudarn a determinar qu signific Elena

    de White para aquellos que la oyeron, y qu

    significan esos mismos escritos en tiempos

    I N T R O D U C C I O NUN VISTAZO GENERALPOR EL AUTOR

    xvi

  • M E N S A J E R A D E L S E O R

    El ministerio proftico de Elena G. de White

    modernos. Por ejemplo, una regla es consi-

    derar el tiempo, el lugar y las circunstancias

    cuando aplicamos sus consejos hoy. Los

    principios permanecen, pero su aplicacin

    puede ser diferente al seguir esta regla her-

    menutica.

    Fundamental para comprender a Elena de

    White es nuestra necesidad mayor de compren-

    der cmo Dios da sus mensajes a su pueblo

    mediante sus mensajeros. En aos pasados,

    aquellos que haban credo que las palabras

    mismas son inspiradas, se han visto grande-

    mente turbados por aparentes errores y con-

    tradicciones bblicos. Esta misma confusin

    entre inspiracin mecnica o dictado (cada

    palabra es precisamente como Dios la habl

    al profeta) e inspiracin de pensamiento (Dios

    inspir a los profetas, no sus palabras) ha tur-

    bado a muchos cuando leen los escritos de Ele-

    na de White. Notaremos cmo esta compren-

    sin errnea del proceso de la revelacin/ins-

    piracin ha creado dudas y crticas injustifica-

    das contra Elena de White.

    Un asunto igualmente importante es la re-

    lacin entre los escritos de Elena de White y

    la Biblia. Procuraremos comprender trminos

    tales como niveles de inspiracin, revela-

    cin progresiva, autoridad cannica y luz

    menor, luz mayor.

    Los captulos 39 y 40 considerarn cmo

    Elena de White escribi sus libros. Notare-

    mos cmo se relacion con sus ayudantes edi-

    toriales, y el papel de ellos en la produccin

    de El camino a Cristo, El Deseado de todaslas gentes y El conflicto de los siglos.

    En los captulos 41 al 43 evaluaremos las

    crticas de las que fue objeto Elena de White.

    Inevitablemente, los profetas sern critica-

    dos por sus contemporneos, primariamen-

    te porque estn muy a la vanguardia en la

    controversia de Dios con el mal. Ningn pro-

    feta bblico tuvo una vida fcil al cumplir la

    tarea que se le haba asignado. Este triste

    hecho ha conducido a la observacin de que

    una generacin mata a sus profetas, slo para

    que la prxima levante monumentos en su

    honor.

    Algunas crticas encuentran su fuente en

    la reaccin perenne de aquellos que objetan

    la verdad que va en contra de su inclinacin

    personal o del orgullo de su propia opinin.

    Ejemplos de tal rechazo se encuentran en las

    crticas sufridas por Jess, Jeremas, Pablo y

    Elena de White.

    Estos captulos no intentan contestar cada

    alegato o crtica que ha sido dirigido contra

    Elena de White, pero notaremos varios tipos

    generales. Despus de evaluar esas crticas,

    el lector ser capaz de diferenciar entre el

    aspecto humano del recipiente terrenal y la

    autoridad del mensaje llevado por el recipien-

    te (ver 2 Cor. 4:7).

    El captulo 44 estudia el problema de la

    puerta cerrada, una fuente mayor de con-

    tencin durante ms de un siglo.

    Cmo se evala a Elena de WhiteEn la seccin final, Continua Relevancia

    de la Mensajera de Dios, plantearemos las

    siguientes preguntas: Es Elena de White con-

    siderada como una mensajera que lleva el

    mensaje de Dios en los tiempos modernos?

    Su ministerio de setenta aos, establece sus

    credenciales como una mensajera divina? No-

    taremos cmo realiz ella su obra, tanto pri-

    vada como pblicamente, y considerare-

    mos la relacin virtualmente inseparable en-

    tre su ministerio y el desarrollo de la Iglesia

    Adventista del Sptimo Da.

    Los adventistas generalmente han credo

    que Elena de White fue una mensajera de Dios.

    Por qu los adventistas de sus das llegaron a

    esa conclusin, y por qu los adventistas des-

    de su muerte han arribado a lo mismo?

    En nuestras pginas finales preguntare-

    mos: Cun relevante es Elena de White hoy

    en da? Ella muri en 1915. Puede hablar

    en una forma significativa a una villa global

    transistorizada, en la que la informacin por

    el Internet va instantneamente a operado-

    res de computadoras en todo el planeta; don-

    de la ciencia siempre parece tener una solu-

    cin ms, en el momento oportuno, para las

    necesidades del mundo? Aunque las circuns-

    tancias han cambiado drsticamente, y el

    mundo sociopoltico es marcadamente dife-

    rente, notaremos que los escritos de Elena

    de White hablan categricamente a nuestros

    das y son crecientemente relevantes en este

    tiempo del fin.

    xvii

  • 1

    M E N S A J E R A D E L S E O R

    El ministerio proftico de Elena G. de WhiteIC A P I T U L O

    SE

    CC

    IO

    N

    El Sistema deComunicacin de Dios

    El Revelador y el Revelado

    Dios Habla Mediante los Profetas

    Caractersticas de los Profetas

    1

    2

    3

  • 2

    S E C C I O N I

    El Sistema de Comunicacin de DiosCAPITULO 1El Revelador yel Revelado

    l Evangelio no es acerca de Jess; elEvangelio es Jess y lo que l ense-. Las enseanzas acerca de Jessproveen el armazn para proclamar

    las buenas nuevas, pero Jess mismo cons-

    tituye las buenas nuevas. Jess y sus ense-

    anzas no son el preludio del Evangelio, ellos

    son el Evangelio!1

    Las buenas nuevas son de que en la

    maravillosa mente de Dios, uno de los miem-

    bros de la Deidad eligi venir a este planeta

    rebelde con sus manos extendidas, invitando

    a los hombres y mujeres de todas partes a re-

    gresar a la familia de Dios. Las buenas nue-

    vas son que el Dios-que-lleg-a ser-hombre

    se dio a la familia humana para siempre,

    limitado eternamente por el tiempo y el espa-

    cio. Con qu propsito? Para mostrarnos

    cmo es Dios! (Juan 14:7).

    Tal como lo veremos, al Revelador lo lla-

    mamos Jess; al Revelado lo llamamos

    Dios; y la Persona mediante la cual la Dei-

    dad escogi revelar al Revelador a la raza

    humana es el Espritu Santo.

    Jess hizo esto claro unas pocas horas an-

    tes de Getseman: Y yo rogar al Padre, y os

    dar otro Consolador, que estar con voso-

    tros para siempre. El es el Espritu, que reve-

    la la verdad acerca de Dios (Juan 14:16-17,

    TEV). Y ms adelante: El Consolador, el

    Espritu Santo, a quien el Padre enviar en

    mi nombre, l os ensear todas las cosas, y

    os recordar todo lo que yo os he dicho (Juan

    14:26).

    Cuando venga el Consolador, a quien yo os enviar del Padre, el Espritu de verdad, el cual procede del

    Padre, l dar testimonio acerca de m (Juan 15:26).

    Y para asegurarse de que el punto era cla-

    ro, aadi: Cuando venga el Consolador, a

    quien yo os enviar del Padre, el Espritu de

    verdad, el cual procede del Padre, l dar tes-

    timonio acerca de m (Juan 15:26).

    Jess dijo ms adelante: Pero cuando ven-

    ga el Espritu de verdad, l os guiar a toda la

    verdad; porque no hablar por su propia cuen-

    ta, sino que hablar todo lo que oyere, y os

    har saber las cosas que habrn de venir. El

    me glorificar; porque tomar de lo mo, y os

    lo har saber. Todo lo que tiene el Padre es

    mo; por eso dije que tomar de lo mo, y os

    lo har saber (Juan 16:13-15).

    El Espritu Santo es la contraparte de nues-

    tro Seor. El Espritu dir y har exactamente

    lo que Jess dira y hara si estuviese presen-

    te hoy!

    Cmo funciona todo esto? El Espritu

    Santo le da a cada cristiano algn don espe-

    cial: Los dones son variados, pero el Espri-

    tu es el mismo La manifestacin particular

    del Espritu se le da a cada uno para el bien

    comn (1 Cor. 12:4, 7, Nueva Biblia Espa-

    ola).

    El don de profecaUno de esos dones especiales es el don de

    profeca (1 Cor. 12:10; Efe. 4:11). Mediante

    el don de profeca el Espritu Santo se vincu-

    la con ciertos hombres y mujeres, quienes

    luego comunican a otros la verdad acerca de

    Jess. Esta es la descripcin de trabajo del

    Espritu: hablar acerca de Jess mediante

    E

    El Reveladory el Revelado

    1S E C C I O N I

    El Sistema de Comunicacin de Dios

    CA

    PIT

    UL

    O

  • 3

    M E N S A J E R A D E L S E O R

    El ministerio proftico de Elena G. de White

    hombres y mujeres ungidos con este don lla-

    mados profetas. Conocer a Jess y qu pue-

    de l decirnos acerca de Dios, es la informa-

    cin ms esencial que necesita la familia hu-

    mana, porque conocer a Jesucristo es la

    vida eterna (Juan 17:3).

    En el libro de Apocalipsis, el profeta Juan

    escribi sobre cmo este don estaba obrando

    en su propia vida: La revelacin de Jesucris-

    to, que Dios le dio, para manifestar a su

    siervo Juan, que ha dado testimonio de la pa-

    labra de Dios, y del testimonio de Jesucristo

    (Apoc. 1:1-2).

    Aqu vemos en accin el sistema divino

    de comunicacin: El Revelador obrando me-

    diante el Espritu para revelar la verdad acer-

    ca de Dios a travs de su profeta. En el cap-

    tulo 19 de dicho libro, el ngel que visit a

    Juan le record que el testimonio de Jess

    es el espritu de la profeca (vers. 10).

    El propsito del don de profeca es contar

    la historia de Jess. El Agente motivador que

    inspira al profeta humano a contar la verdad

    sobre Jess es el Espritu Santo. En la taqui-

    grafa bblica, el espritu de profeca es el tes-

    timonio de Jess.

    Pedro comprendi el sistema divino de

    comunicacin: Ustedes no lo vieron [a Je-

    sucristo], pero lo aman; ahora, creyendo en

    l sin verlo, sienten un gozo indecible, radian-

    tes de alegra, porque obtienen el resultado

    de su fe, la salvacin personal. Por esta sal-

    vacin empezaron a interesarse y a investi-

    gar ciertos profetas que haban predicho la

    gracia destinada a ustedes. El Espritu de Cris-

    to que estaba en ellos les declaraba por anti-

    cipado los sufrimientos por Cristo y los triun-

    fos que seguiran. Indagaban ellos queriendo

    saber para cundo y para qu circunstancia

    lo indicaba, y se les revel que aquel minis-

    terio proftico no miraba a ellos, sino a uste-

    des. Ahora, por medio de los que les trajeron

    la buena noticia [Evangelio], se lo ha comu-

    nicado el Espritu Santo enviado del cielo. Los

    ngeles se asoman deseosos de verlo (1 Ped.

    1:8-12, Nueva Biblia Espaola).

    Los genuinos profetas no estn motivados

    por un capricho personal o por el afn de re-

    cibir una recompensa sino por el directo im-

    pulso del Espritu de Cristo, el Espritu San-

    to enviado del cielo. En un sentido, el esp-

    ritu de profeca es el Espritu de Cristo a tra-

    vs de su divino Ayudante, el Espritu Santo,

    dado a conocer a los hombres y las mujeres

    mediante el profeta humano. En otro sentido,

    el espritu de profeca es tambin el testi-

    monio acerca de Cristo, el principal propsi-

    to del don de profeca.

    Desde que Jess regres al cielo, esta fr-

    mula simple y de dos filos es una de las prue-

    bas ms claras y seguras en cuanto a la

    genuinidad del reclamo de un profeta. Dice

    l o ella la verdad acerca de Jess? Lo hace

    en el espritu de Jess?

    Por qu el nombre mismo de Jess, a tra-

    vs de los aos, ha suavizado la voz y calma-

    do el corazn de gente de todos los continen-

    tes? Porque las personas recuerdan cmo han

    recobrado el valor y reavivado la esperanza,

    y cmo recibieron una nueva oleada de fuer-

    za para asumir de nuevo los desafos de la

    vida, y tienen presente de cunto valor son

    para Jess, quien dijo mediante el espritu de

    profeca: No temas, porque yo estoy conti-

    go (Isa. 41:10); No te desamparar, ni te

    dejar (Heb. 13:5). Han aprendido por ex-

    periencia qu quiso decir l cuando declar:

    No los voy a dejar abandonados; volver

    para estar con ustedes (Juan 14:18, Versin

    Dios Habla Hoy).

    Diciendo la verdad sobre DiosPor qu tal confianza en un Hombre lla-

    mado Jess que vivi durante slo treinta y

    tres aos en la antigua Palestina? Porque los

    hombres y las mujeres llegaron a conocerlo

    como su Creador que se hizo hombre. Por

    qu? Porque l era el nico en el universo

    que en forma convincente poda decir la ver-

    dad sobre Dios, el que haba sido extremada-

    mente mal representado por el gran rebelde y

    por muchos de los ms grandes pensadores

    del mundo. Dios no era severo, arbitrario,

    implacable, como haba sido retratado. Cuan-

    do les pidi a los seres humanos una lealtad

    voluntaria, asimismo les mostr que l tam-

    bin, por naturaleza, era abnegado, y que el

    amor significa hacer por otros lo que ellos no

    pueden hacer por s mismos, o lo que ni si-

    quiera merecen.

  • 4

    S E C C I O N I

    El Sistema de Comunicacin de DiosCAPITULO 1El Revelador yel Revelado

    Cmo fue revelado esto? Pablo contem-

    pl la magnfica revelacin de Cristo como

    un vaciamiento de sus prerrogativas divi-

    nas cuando ingres en la familia humana (Fil.

    2). No lo hizo repentinamente, como un prn-

    cipe valiente que esgrime la espada de la jus-

    ticia, sino lentamente en el seno de una mu-

    jer. No para ser honrado como un husped

    especial, sino para ser mal comprendido y

    difamado debido a su integridad inequvoca

    y a su entrega absoluta a su misin.

    Cmo puede explicarse que la nica es-

    peranza de la tierra lleg a ser el blanco del

    abuso vergonzoso de este planeta? Vino a

    los suyos, pero los suyos no le recibieron

    (Juan 1:11, Ncar-Colunga). Los cristianos no

    slo estn pasmados por esta monstruosa in-

    gratitud, sino que se sienten extraamente

    embargados de tristeza y decididos a que l

    encontrar una sincera acogida en sus vidas.

    Los cristianos estn asombrados ante la con-

    descendencia del Dios-Hombre, y este asom-

    bro se convierte en parte de una razn diaria

    para honrarlo en todo lo que hagan.

    Tanto Sacrificio como Sumo SacerdoteCuando ellos contemplan a Jess, lo ven

    al mismo tiempo como el Sacrificio y el Sumo

    Sacerdote.2 En el Calvario, l hizo algo para

    destruir la paga del pecado que cambi para

    siempre nuestra relacin con Dios: l mu-

    ri! Jess es la nica Persona que alguna vez

    realmente ha muerto! Todos los dems seres

    humanos que han fallecido estn ahora dur-miendo,3 excepto aquellos pocos que han sidoresucitados o trasladados al cielo y que ahora

    estn all.4 Solamente Jess ha gustado la

    muerte, de modo que todos los que lo con-

    vierten en el Seor de sus vidas jams ten-

    drn que morir. Porque la paga del peca-

    do es muerte, mas la ddiva de Dios es vida

    eterna en Cristo Jess Seor nuestro (Rom.

    6:23). Qu ddiva! Mediante l nos escapa-

    mos de lo que merecemos!

    Pero an hay algo ms! El vive ahora

    como nuestro Sumo Sacerdote. Qu signifi-

    ca esto? El se yergue ante los seres celestia-

    les y los mundos no cados como un Hombre

    cuya alegre obediencia prob que Dios no

    haba sido injusto al pedir de sus seres crea-

    dos un acatamiento voluntario. Satans esta-

    ba equivocado! Y ellos vieron a este heroico

    Vencedor que pas por la angustia inexpresa-

    ble de ser abandonado por Dios en el Calva-

    rio, probando que Dios mismo se interesaba

    por su creacin, que l era abnegado y la esen-

    cia del amor genuino. Todo el universo (ms

    all de los confines de la tierra) ve a Jess de

    pie en el lugar santsimo del cielo como la res-

    puesta de Dios a las mentiras de Satans en

    cuanto a la Divinidad.

    Qu vemos nosotros cuando pensamosen Jess como nuestro Sumo Sacerdote? Lo

    vemos como el Mediador entre Dios y la hu-

    manidad pecadora. Lo vemos como nuestro

    Abogado que unifica la justicia y la miseri-

    cordia, interceptando todas las acusaciones

    contra Dios y los creyentes (1 Juan 2:1). El

    es nuestro Intercesor, no slo representn-

    donos ante el Padre sino tambin interce-

    diendo entre nosotros y el maligno (Heb.

    4:16).5

    El apstol Pablo lo expres de esta mane-

    ra: Por tanto, teniendo un gran sumo sacer-

    dote que traspas los cielos, Jess el Hijo de

    Dios, retengamos nuestra profesin. Porque

    no tenemos un sumo sacerdote que no pueda

    compadecerse de nuestras debilidades, sino

    uno que fue tentado en todo segn nuestra

    semejanza, pero sin pecado. Acerqumonos,

    pues, confiadamente al trono de la gracia, para

    alcanzar misericordia y hallar gracia para el

    oportuno socorro (Heb. 4:14-16).

    Toda persona necesita cada da esta cla-

    se de intercesin: la paz del perdn y el po-

    der de la gracia intercesora. La presencia

    poderosa de Cristo, mediante el Espritu

    Santo y los ngeles, llega a cada persona

    consagrada a l. Jess se abre paso a travs

    del poder con que Satans ha mantenido

    cautiva a cada persona. Llega a las vas de

    su sistema nervioso. Fortalece la fuerza de

    voluntad del creyente. Est siempre listo

    para ayudar a los seres humanos a resistir

    el pecado, tanto los que vienen de adentro

    como los que proceden de afuera. Jess sim-

    plemente comparte con nosotros el sistema

    de defensa por el cual l venci la tenta-

    cin (Apoc. 3:21).

    Demasiado a menudo, despus de contem-

  • 5

    M E N S A J E R A D E L S E O R

    El ministerio proftico de Elena G. de White

    plar la condescendencia de Cristo como un

    Hombre acosado y finalmente crucificado, los

    creyentes consideran que su ddiva a la tie-

    rra ha terminado. Pero Dios no dio a su Hijounignito (Juan 3:16) sobre la base de un

    prstamo y arriendo temporario. El Creador

    de centenares de billones de nsulas de

    galaxias, que camin entre las estrellas e hizo

    girar universos en su rbita, se aprision den-

    tro de su propia creacin, no por apenas nue-

    ve meses, ni slo por treinta y tres aos, sino

    para siempre!

    Esta clase de amor despierta amor. Y un

    reconocimiento que brota del corazn. Y una

    enorme consagracin a este gran Amante, por

    encima de las ms seductoras atracciones de

    este mundo.

    Antes de que el profeta pueda decir la ver-

    dad acerca de Dios, como es conocida median-

    te Jess, el profeta debe conocer a Jess per-

    sonalmente. La charla teolgica es barata; la

    experiencia personal viene con un precio.

    La devocin de Elena G. de White a JessElena de White respondi de todo corazn

    a este amor, e hizo de esto un tema sobresa-

    liente en sus escritos. Doquiera uno se detiene

    en sus voluminosos libros y cartas a la fami-

    lia, los amigos y los colaboradores, uno ve

    evidencias de su profundo amor por el Salva-

    dor. Muchos de aquellos cuyo primer contac-

    to con los adventistas fue a travs de los escri-

    tos de Elena de White han expresado asombro

    ante su clara conciencia y su profundo aprecio

    hacia las dimensiones del Don de nuestro

    Dios a este planeta rebelde.

    Sus percepciones espirituales comenzaron

    temprano. En sus primeros aos de la adoles-

    cencia, afectada profundamente por la predi-

    cacin de Guillermo Miller, ella anhelaba una

    experiencia espiritual ms profunda: Mien-

    tras oraba, me abandonaron la carga y la ago-

    na que durante tanto tiempo me haban opri-

    mido, y la bendicin de Dios descendi so-

    bre m como suave roco. Di gloria a Dios

    por lo que senta, pero deseaba ms. Slo la

    plenitud de Dios poda satisfacerme. Llena-

    ba mi alma con un amor inefable hacia el

    Seor Jess.6

    Sobre todas las cosas, Elena de White fue

    una persona espiritual, llena de aprecio por

    su Salvador y Seor. Este sentido personal

    de la presencia de Dios la puso en contacto

    directo con Dios, permitindole a la Divini-

    dad revelar mucho ms de s y de sus planes

    para este mundo. Su experiencia personal al

    responder al simple Evangelio precedi a la

    teologa; Jess fue la mdula y el centro de

    todo su pensamiento teolgico.

    He aqu un ejemplo de cmo en ella el tema

    de exaltar a Jess lo domina todo: Ser be-

    neficioso contemplar la divina condescenden-

    cia, el sacrificio, la abnegacin, la humilla-

    cin, la resistencia que el Hijo de Dios en-

    contr al hacer su trabajo por los hombres

    cados. Al contemplar sus sufrimientos, bien

    podramos adelantarnos y exclamar: Asom-

    brosa condescendencia! Los ngeles se ma-

    ravillan, mientras con intenso inters obser-

    van al Hijo de Dios descendiendo paso a paso

    por el sendero de la humillacin. Es el miste-

    rio de la piedad. Es la gloria de Dios encu-

    brirse a s mismo y sus caminos, no mante-

    niendo a los hombres en ignorancia de la luz

    y el conocimiento celestiales, sino sobrepu-

    jando la ms elevada capacidad de los hom-

    bres de conocer. La humanidad puede com-

    prender en parte, pero eso es todo lo que el

    hombre puede llevar. El amor de Cristo so-

    brepasa el conocimiento. El misterio de la

    redencin continuar siendo el misterio, la

    ciencia inagotable y el canto perdurable por

    la eternidad. Bien puede la humanidad excla-

    mar: Quin puede conocer a Dios? Podra-

    mos, como hizo Elas, envolvernos en nues-

    tro manto y prestar atencin a la suave y pe-

    quea voz de Dios.7

    Elena de White camin con Jess en los

    tiempos buenos y en los malos. Escribiendo

    a su hijo William y a su joven esposa, Mary,

    habl del compaerismo que tuvo con su es-

    poso Jaime y de su viaje juntos por la vida:

    Estamos tratando de seguir humildemente

    en las huellas de nuestro querido Salvador.

    Necesitamos su Espritu y su gracia a cada

    hora, o si no cometeremos errores crasos y

    perjudicaremos [a otros].8

    Unas pocas semanas ms tarde, durante un

    viaje muy penoso en un carruaje cubierto,

    desde Texas hasta Kansas, le escribi nueva-

  • 6

    S E C C I O N I

    El Sistema de Comunicacin de DiosCAPITULO 1El Revelador yel Revelado

    mente a Mary: Estoy agotada y me siento

    como si tuviese 100 aos de edad Mi am-

    bicin ha desaparecido; mi fuerza se ha aca-

    bado, pero esto no durar Espero que por

    la luz animadora del rostro de mi Salvador,

    tendr la capacidad de rehacerme.9

    Contemplando la Navidad en 1880, ahora

    con 53 aos, le escribi a una amiga: La

    Navidad ser dedicada a buscar a Jess para

    que sea un husped bienvenido en mi cora-

    zn. Su presencia alejar todas las sombras.10

    Elena de White escribi centenares de ar-

    tculos tanto para la Review and Herald comopara Signs of the Times. Casi cada artculocontena alguna referencia a su Seor, quien

    haba llegado a ser no slo su fortaleza sino

    el gozo de su vida. A los 69 aos, escribi:

    Me encanta hablar de Jess y de su incom-

    parable amor S que l es capaz de salvar

    a lo sumo a todos los que acuden a l. Su pre-

    cioso amor es una realidad para m, y las du-

    das expresadas por aquellos que no conocen

    al Seor Jesucristo, no tienen efecto sobre

    m Cree usted que Jess es su Salvador, y

    que l ha manifestado su amor por usted dan-

    do su preciosa vida para su salvacin? Af-

    rrese a Jess como su Salvador personal. Acu-

    da a l tal como usted est; entrguese a l;

    acjase a su promesa por la fe viviente, y l

    ser para usted todo lo que usted desea.11

    Elena de White consideraba a Jess como

    su Salvador y su mejor Amigo.12 Pero ms que

    eso, l era su Seor. En Europa se le dijo que

    la gente sera ms receptiva al mensaje

    adventista, si nos explayamos en el amor de

    Jess. Advirtieron que haba peligro de per-

    der nuestras congregaciones si nos extende-

    mos en las cuestiones ms estrictas del deber

    y la ley de Dios.

    Habiendo odo antes ese tipo de pltica,

    escribi as en sus notas de viaje: Hay una

    experiencia espria que prevalece por todas

    partes. Muchos estn diciendo continuamen-

    te, Todo lo que tenemos que hacer es creer

    en Cristo. Aseveran que la fe es todo lo que

    necesitamos. En su sentido ms pleno, esto

    es cierto; pero ellos no lo toman en el senti-

    do ms pleno. Creer en Jess es considerar-

    lo como nuestro Redentor y nuestro Mode-

    lo. Si moramos en l y l mora en nosotros,

    somos participantes de su naturaleza divina

    y hacedores de su palabra. El amor de Jess

    en el corazn nos conducir a la obediencia

    de todos sus mandamientos. Pero el amor

    que no va ms all de las palabras, es un

    engao; no salvar a ningn alma. Muchos

    rechazan las verdades de la Biblia, a la par

    que profesan gran amor por Jess; pero el

    apstol Juan declara: El que dice: Yo le co-

    nozco, y no guarda sus mandamientos, el tal

    es mentiroso, y la verdad no est en l.

    Mientras Jess ha hecho todo en lo que res-

    pecta a mritos, nosotros tenemos algo que

    hacer en lo que respecta a cumplir con las

    condiciones.13

    El tema del Gran ConflictoEn su instruccin teolgica, la compren-

    sin de Elena de White del tema predomi-

    nante de la Biblia, el del Gran Conflicto,14

    ilumin la razn por la que Jess se hizo hom-

    bre. Esta comprensin fundamental perme

    todos sus escritos. Por ejemplo: A fin de cre-

    cer en la gracia y en el conocimiento de Cris-

    to, es esencial que meditis mucho en los

    grandes temas de la redencin. Debierais

    preguntaros por qu Cristo ha asumido la

    humanidad, por qu sufri en la cruz, por qu

    llev los pecados de los hombres, por qu fue

    hecho pecado y justicia para nosotros. De-

    bierais estudiar para saber por qu ascendi

    al cielo en la naturaleza del hombre, y cul es

    su trabajo para nosotros hoy Pensamos que

    estamos familiarizados con el carcter de

    Cristo, y no comprendemos cunto debe

    ganarse mediante el estudio de nuestro glo-

    rioso Modelo. Damos por sentado que sabe-

    mos todo sobre l, y sin embargo no com-

    prendemos su carcter o misin.15

    Escuchar a Elena de White es como or

    El Mesas de Hndel, pgina tras pgina. ElEspritu de Cristo satura su ministerio. Con-

    sistencia, claridad y coherencia distinguen su

    devocin hacia su mejor Amigo. Ms que todo

    lo dems, pareciera que Elena de White ayu-

    da a satisfacer nuestra ansia humana de la gra-

    cia de Dios. En cartas personales, en artcu-

    los para revistas, y hablando a grandes audi-

    torios, sus mensajes orientados hacia el tema

    de la gracia ensancharon el abrazo divino de

  • 7

    M E N S A J E R A D E L S E O R

    El ministerio proftico de Elena G. de White

    gracia a los corazones necesitados y fatiga-

    dos. Para aquellos que escuchan, Elena de

    1. Por qu es un error distinguir entre Jess y el Evangelio?

    2. Si el Espritu Santo es la Persona que revela los mensajes de Dios a los profetas, por

    qu se habla de Jess como el Revelador?

    3. Cul es el propsito primario del don de profeca?

    4. Qu textos del Nuevo Testamento ensean que Dios contina hablando en los tiempos

    postapostlicos?

    5. Qu doble papel desempea Cristo como nuestro Sumo Sacerdote?

    6. Seleccione un captulo ya sea de El camino a Cristo o de El Deseado de todas lasgentes, y haga una lista de algunas cosas que le dice a usted en cuanto a Jess.

    1. El Evangelio es glorioso porque est constituido por la jus-

    ticia de Cristo. El Evangelio es Cristo desplegado, y Cristo

    es el Evangelio encarnado No debemos ensalzar el Evan-

    gelio, sino ensalzar a Cristo. No debemos rendir culto al

    Evangelio, sino al Seor del Evangelio (Manuscrito 44,

    1898, citado en Comentario bblico adventista del sptimoda [CBASD], t. 7, p. 919).

    2. Los hechos de los apstoles, p. 27.3. La Biblia habla de la primera muerte como un sueo. Ver

    Juan 11:11-14; 1 Tes. 4:13-16; 5:10. La segunda muerte est

    reservada para los pecadores que rechazaron la invitacin

    del Evangelio. Ver Apoc. 20:6, 14; 21:8.

    4. Enoc (Gn. 5:24), Elas (2 Rey. 2:11), Moiss (Jud. 9), los

    que resucitaron con Jess (Mat. 27:52-53).

    5. Todo el que desee librarse de la esclavitud y del servicio de

    Satans y quiera estar bajo la bandera ensangrentada del Prn-

    cipe Emanuel, ser protegido por las intercesiones de Cris-

    to. Cristo, como nuestro Mediador a la diestra del Padre,

    siempre nos tiene en cuenta, pues es tan necesario que nos

    guarde mediante su intercesin como que nos haya redimi-

    do con su sangre. Si l deja de sostenernos por slo un mo-

    mento, Satans est listo para destruirnos. A los que han sido

    comprados con su sangre los guarda ahora mediante su in-

    tercesin (Manuscrito 73, 1893, en CBASD, t. 6, comenta-

    rios sobre Rom. 8:34, p. 1078; tambin Manuscript Releases[MR], t. 15, p. 104).

    6. Primeros escritos, p. 12.7. Bible Echo, 30 de abril, 1894.8. Carta 18, 1879, citada en Arthur White, Ellen G. White

    Biography, t. 3 (Washington, D.C.: Review and HeraldPublishing Association, 1984), p. 105. De aqu en adelante

    las referencias a la biografa de Arthur White sobre Elena de

    White, seis tomos, se harn con la abreviatura Bio., seguidapor el nmero de tomo y las pginas.

    9. Carta 20, 1879, citada en Id., p. 117.10. Carta 51, 1880, citada en Id., p. 149.11. Review and Herald, 23 de junio, 1896.12. Ver James Nix, Oh, Jesus, How I Love You!, Adventist

    Review, 30 de mayo, 1996, pp. 10-14.13. Historical Sketches of the Foreign Missions of the Seventh-

    day Adventists (Basilea, Suiza: Imprimerie Polyglotte, 1886),p. 188; ver tambin Bio., t. 3, p. 320.

    14. Ver pp. 256-263.

    15. Signs of the Times, 1.o de diciembre, 1890.

    Referencias

    White posee la marca ms segura del espri-

    tu de profeca: ella testific de Jess.

    Preguntas de estudio

  • 8

    S E C C I O N I

    El Sistema de Comunicacin de DiosCAPITULO 2Dios HablaMediante los Profetas

    ios se ha estado comunicando siem-pre con los seres humanos desdeque cre a Adn y Eva.1 Los sereshumanos fueron creados como con-

    trapartes de Dios, hechos a su imagen (Gn.1:27). Los hizo responsables, esto es, capa-ces de responder a Dios y a otras personas.Dios provey todo lo que poda imaginarsepara la felicidad de nuestros padres. Plantun huerto (Gn. 2:8) ya en floracin, llenode plantas adecuadas para proveer alimento.Nuestra primera pareja no tuvo que luchar porla existencia ni valerse de tanteos a fin de so-brevivir.

    Ms an, Dios hizo a los hombres y lasmujeres con la capacidad de producir hijos ala imagen de ellos, aunque Adn y Eva fue-ron creados a la imagen de Dios. Nada fueomitido; todo lo que los seres humanos nece-sitaban estaba en su lugar apropiado: la clasecorrecta de comida, el gozo de trabajar, unadeslumbrante exhibicin diaria de flores y jar-dines, no llova ni nada se enmoheca, y ha-ba un perfecto compaerismo mutuo y conDios. El plan de Dios para nuestros primerospadres permanece como un anteproyecto fac-tible para nosotros hoy, mientras buscamospaz y salud en medio de un triste colapso delo que el Seor haba planeado para la fami-lia humana.

    Comunicacin antes del pecadoAntes de que nuestros primeros padres pe-

    caran, estaban en constante comunicacin con

    Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profe-

    tas (Heb. 1:1). Cuando haya entre vosotros profeta de Jehov, le aparecer en visin, en sueos hablar

    con l (Nm. 12:6).

    Dios y sus ngeles. De esta manera apren-dan cmo cuidar de todas las criaturas vi-vientes y de qu manera proveer a sus pro-pias necesidades como mayordomos de estefantstico paraso llamado el Planeta Tierra.Quizs cada da tenan un culto con Dios a lapuesta del sol, al aire del da (Gn. 3:8). Ydescubrieron que no todo era seguridad, aunen el Edn! El mal acechaba en la sombradel rbol de la ciencia del bien y del mal(Gn. 2:17).

    Pero cuando Adn y Eva pecaron, ocu-rrieron cambios terribles. Ya no podan ha-blar con Dios cara a cara. No porque Dioshubiese cambiado, sino porque la primerapareja lo haba hecho: el pecado reconfigursu mente y sus emociones. Isaas describiseveramente esta nueva situacin: Vuestrasiniquidades han hecho divisin entre voso-tros y vuestro Dios, y vuestros pecados hanhecho ocultar de vosotros su rostro para noor (Isa. 59:2).

    El pecado estropea las vas neurales. Na-die vuelve a ser el mismo despus que ha pe-cado: se forman nuevos surcos en los cami-nos neurales que hacen que el pecado sea msfcil de repetir. Pensar nuevamente en formaclara requiere ayuda especial de Dios. Poresto, cuando nuestros primeros padres peca-ron, Dios tuvo que cambiar su sistema de co-municacin con los seres humanos. No todoslos deplorables resultados del pecado les ocu-rrieron a Adn y Eva en forma inmediata, perola triste degeneracin de la raza humana co-

    D

    Dios HablaMediantelos Profetas

    2S E C C I O N I

    El Sistema de Comunicacin de Dios

    CA

    PIT

    UL

    O

  • 9

    M E N S A J E R A D E L S E O R

    El ministerio proftico de Elena G. de White

    menz ese da cuando cedieron a los deseosde la carne, los deseos de los ojos, y la vana-gloria de la vida (1 Juan 2:16).

    Cmo cubri Dios la brecha del pecadoCmo poda cubrirse la sima del peca-

    do? Dios siempre tiene una solucin. El sabecmo adaptarse a las circunstancias cambian-tes. Por ejemplo, en vez de la comunicacincara a cara, l habla a todo ser humanomediante la conciencia (ver Juan 1:9; Rom.2:15). En una forma significativa, el EsprituSanto llama a la gente dotada de razn a queelijan el bien en lugar del mal, cualquiera seasu situacin. Ms an, a aquellos queespecficamente piden la ayuda divina, aun-que no conozcan mucho acerca de Dios, seles extiende la promesa abierta como a todoslos dems: Reconcelo en todos tus cami-nos, y l enderezar tus veredas (Prov. 3:6).2

    El tambin se revela a s mismo mediantelos ngeles: No son todos espritus minis-tradores, enviados para servicio a favor de losque sern herederos de la salvacin? (Heb.1:14).3

    Aunque malogrado por los resultados delpecado, el mundo fsico todava revela mu-cho de la naturaleza y el carcter de Dios:Porque las cosas invisibles de l, su eternopoder y deidad, se hacen claramente visiblesdesde la creacin del mundo, siendo entendi-das por medio de las cosas hechas, de modoque no tienen excusa (Rom. 1:20). La gentede todos los continentes y a lo largo de todala historia han asociado a Dios con atribu-tos tales como orden, belleza, predictibilidady diseo inteligente que han visto en los cuer-pos celestes o en las maravillas de la tierra,tanto animadas como inanimadas.4

    Antes de que Moiss guiara a los israeli-tas fuera de Egipto, Dios se haba estado co-municando con los seres humanos mediantepatriarcas como No (Gn. 5-9), Abrahn(Gn. 12-24), Isaac (Gn. 26:2-5) y Jacob(Gn. 32:24-30). Moiss fue el ejemplo des-tacado de un ser humano con quien Dios con-vers (Exo. 3, etc.).

    Al relacionarse con la nacin de Israel ensus primeros aos, Dios habl mediante elUrim y el Tumim, dos piedras preciosas co-

    locadas en el pectoral (unido al efod) del sumosacerdote de Israel. Cuando los dirigentes dela nacin queran conocer la voluntad de Dios,el sumo sacerdote formulaba preguntas es-pecficas que eran contestadas por la luz quedescansaba ya sea sobre el Urim o el Tumim.5

    Para una nacin joven que acababa de salirdel cautiverio y an no haba recibido la Pa-labra escrita, este dramtico mtodo de co-municacin era decisivo y afirmador.

    Dios tambin habl mediante sueos. Pen-semos en los sueos de Jos que tuvieron unsignificado proftico (Gn. 37), los sueos delcopero y el panadero de Faran (Gn. 40),los sueos de Faran (Gn. 41), el sueo delsoldado madianita (Juec. 7), y los sueos deNabucodonosor (Dan. 2, 4).

    Sin la menor duda, la revelacin ms cla-ra de Dios y de su voluntad hacia los sereshumanos ha sido dada mediante Jesucristo:Dios, habiendo hablado muchas veces y demuchas maneras en otro tiempo a los padrespor los profetas, en estos postreros das nosha hablado por el Hijo (Heb. 1:1-2). Jessfue explcito: El que me ha visto a m, havisto al Padre (Juan 14:9). Pero Cristo noseal a Dios como todos los profetas lo ha-ban estado haciendo; l era Aquel a quienellos haban estado sealando.

    Los profetas: la forma ms reconocidade revelacin divina

    Aunque Dios us muchos mtodos, elprofeta fue la forma ms reconocida decomunicacin divina. Los sacerdotes en Is-rael eran los representantes del pueblo anteDios; los profetas eran los representantes ofi-ciales de Dios ante su pueblo. La vocacinsacerdotal era hereditaria; el profeta eraespecficamente llamado por Dios.6

    Los profetas han sido el canal ms visibleen el sistema de comunicacin de Dios. Por-que no har nada Jehov el Seor, sin querevele su secreto a sus siervos los profetas(Ams 3:7). Jehov el Dios de sus padresenvi constantemente palabra a ellos pormedio de sus mensajeros, porque l tenamisericordia de su pueblo y de su habitacin(2 Crn. 36:15).

    Dios dijo muy claramente que si el pueblo

  • 10

    S E C C I O N I

    El Sistema de Comunicacin de DiosCAPITULO 2Dios HablaMediante los Profetas

    no escuchase a sus profetas, l no tena otroremedio para ayudarles en sus problemas per-sonales o nacionales: Mas ellos hacan es-carnio de los mensajeros de Dios, y menos-preciaban sus palabras, burlndose de susprofetas, hasta que no hubo ya remedio(2 Crn. 36:16).

    En el libro A Prophet Among You (Un pro-feta entre vosotros),7 T. Housel Jemison enu-mer ocho razones por las que Dios us pro-fetas en vez de algn recurso dramtico queatrajese la atencin, como escribir en las nu-bes o proclamar estruendosamente su volun-tad cada maana al amanecer:

    1. Los profetas prepararon el camino parael primer advenimiento de Cristo.

    2. Como representantes del Seor, losprofetas mostraron al pueblo que Dios valo-raba a los seres humanos lo suficiente comopara elegir entre ellos hombres y mujeres quelo representasen.

    3. Los profetas eran un continuo recorda-tivo de la cercana y la accesibilidad de lainstruccin de Dios.

    4. Los mensajes a travs de los profetascumplan los mismos propsitos que una co-municacin personal del Creador.

    5. Los profetas eran una demostracin deltipo de compaerismo con Dios y de la gra-cia transformadora del Espritu Santo que po-dan experimentarse en la vida de un ser hu-mano.

    6. La presencia de los profetas pona alpueblo a prueba en cuanto a su actitud haciaDios.

    7. Los profetas ayudaron en el plan de sal-vacin, porque Dios ha usado consistente-mente una combinacin de lo humano y delo divino como su medio ms efectivo paraalcanzar a la humanidad perdida.

    8. El producto sobresaliente de los pro-fetas es su contribucin a la Palabra Escrita.

    La obra del profetaLa obra del profeta era doble: recibir el

    mensaje divino y entregar ese mensaje fiel-mente. Estos aspectos se reflejan en las trespalabras hebreas para profeta. Para desta-car el papel de los profetas en escuchar lavoluntad de Dios como sta les era revelada,

    el escritor hebreo usaba chozeh o roeh, tra-ducido como vidente. La palabra hebreanabi (la palabra hebrea que ms frecuente-mente se usa para profeta) describe a los pro-fetas como comunicando su mensaje en for-ma hablada o por escrito.

    En 1 Samuel 9:9 se indican ambos pape-les: Antiguamente en Israel cualquiera queiba a consultar a Dios, deca as: Venid y va-mos al vidente [roeh]; porque al que hoy sellama profeta [nabi], entonces se le llamabavidente [roeh].

    La palabra chozeh, derivada de la mismaraz hebrea de la que obtenemos la palabraespaola visin, destaca el hecho de que elprofeta recibe mensajes mediante visionesdivinamente iniciadas.

    Cada uno de los tres trminos hebreospara profeta subrayan el oficio profticocomo el lado humano del plan divino de co-municacin.

    En el Nuevo Testamento, la palabra griegaprophetes, correspondiente al vocablo nabi delAntiguo Testamento, se la translitera profe-ta en el idioma espaol. Su significado bsi-co es hablar, declarar [o hacer una declara-cin]. El genuino profeta habla por Dios.

    Largo linaje de esplendorEl primero (hasta tanto sepamos) de este

    asombroso linaje de valientes, fieles y lumi-nosos profetas mediante los cuales Dios ma-nifest su pensamiento fue Enoc, sptimodesde Adn (Jud. 14). Ms tarde estuvieronAbrahn (Gn. 20:7) y Moiss (Deut. 18:15).Mara fue la primera mujer designada comouna profetisa (Exo. 15:20).

    Con el transcurso del tiempo, la nacin deIsrael perdi su visin espiritual y lleg a sercomo sus vecinos en la adoracin de otrosdioses. Durante el largo y deprimente pero-do de los jueces, Israel fue oprimido y humi-llado por sus vecinos. Cuando Samuel fue lla-mado a su funcin proftica, los filisteos do-minaban con dureza a Israel. El, el sumo sa-cerdote, era anciano e inefectivo. Sus dos hi-jos, Ofni y Finees, aunque se les haba con-fiado el liderazgo tanto del gobierno comodel sacerdocio, eran impos, y no tenan co-nocimiento de Jehov (1 Sam. 2:12). No es

  • 11

    M E N S A J E R A D E L S E O R

    El ministerio proftico de Elena G. de White

    de sorprenderse que la palabra de Jehovescaseaba en aquellos das; no haba visincon frecuencia (1 Sam. 3:1).8

    La palabra de Jehov escaseaba en Is-rael porque eran escasos los hombres y mu-jeres a quienes se les podan confiar los men-sajes del Cielo. Dios estaba dispuesto a guiara su pueblo, pero careca de personas median-te quienes pudiese impartir con seguridad supalabra. Cuando las visiones eran escasas, lascircunstancias espirituales y polticas de Is-rael se hallaban en un nivel de decadencia. Elbienestar de Israel fue restaurado slo cuan-do se restaur el oficio proftico.

    Por ejemplo, la restauracin de Israel comouna nacin libre y bendecida coincidi con elministerio proftico de Samuel. La larga vidade Samuel es un registro asombroso de cmoun hombre puede cambiar el curso de todauna nacin. Sus primeros aos, despus quesu madre lo hubo entregado al Seor, son bienconocidos: Y el joven Samuel iba crecien-do, y era acepto delante de Dios y delante delos hombres (1 Sam. 2:26). Al madurar, suliderazgo espiritual lleg a ser evidente: YSamuel creci, y Jehov estaba con l, y nodej caer a tierra ninguna de sus palabras. Ytodo Israel, desde Dan hasta Beerseba, cono-ci que Samuel era fiel profeta de Jehov (1Sam. 3:19-20). Eventualmente, Jehov semanifest a Samuel en Silo Y Samuel ha-bl a todo Israel (1 Sam. 3:21-4:1).

    La fidelidad de Samuel como mensajerode Dios permiti que Dios revertiese la mise-ria de Israel. El ejemplo espiritual del profe-ta, su exhortacin y su liderazgo nacional fue-ron tan efectivos que el registro declara: Asfueron sometidos los filisteos, y no volvie-ron ms a entrar en el territorio de Israel; y lamano de Jehov estuvo contra los filisteostodos los das de Samuel (1 Sam. 7:13).

    La vida de Samuel es una ilustracin claray profunda de cun efectivo puede ser el es-pritu de profeca para establecer el progra-ma de Dios en la tierra. Quin puede imagi-nar lo que puede lograrse en estos ltimos dasal prestar atencin al espritu de profeca!

    Cuando Samuel envejeci, ocurri algocasi inexplicable. Los dirigentes israelitasacudieron a l y le pidieron que nombrase un

    rey que nos juzgue, como tienen todas lasnaciones (1 Sam. 8:5). Olvidaron que su so-berana restaurada y sus circunstancias pla-centeras se deban al liderazgo proftico deSamuel.

    Dios les advirti a los dirigentes que un reyle traera problemas y dificultades a su tierra,pero ellos persistieron: Nosotros seremos tam-bin como todas las naciones, y nuestro reynos gobernar, y saldr delante de nosotros, yhar nuestras guerras (vers. 20).

    Pero, aunque Israel rechaz el plan de Diospara la conduccin de su pueblo (teocracia),Dios no rechaz a Israel. No retir el don pro-ftico. Desde el tiempo de Sal, el primer reyde Israel, hasta los das sombros cuando tan-to Israel como Jud fueron llevados en cauti-verio por Asiria y Babilonia, treinta profetasse mencionan por nombre en la Biblia. Ade-ms, junto con los hijos de los profetas ha-ba tambin profetas cuyos nombres no semencionan.

    Bajo ndice de xitoCun exitosos fueron los profetas? Slo

    en forma mnima, para gran detrimento deaquellos dirigentes nacionales que los recha-zaron. Notemos a Joacim (Jer. 36), para quienel profeta Jeremas, por orden divina, debaescribir palabras de condenacin y esperan-za. Baruc, el ayudante editorial de Jeremas,ley el mensaje a odos del pueblo (vers.10). El rollo pronto estuvo en las manos delos consejeros de la corte, quienes tambinse sintieron grandemente impresionados. Ins-taron al rey Joacim a que tambin leyese elmensaje de Jeremas. El rey le pidi a Jehudque lo leyese en voz alta.

    Pero cuando el ministro de confianza delrey hubo ledo slo tres o cuatro planas, lorasg el rey con un cortaplumas de escriba, ylo ech en el fuego que haba en el brasero,hasta que todo el rollo se consumi sobre elfuego Y no tuvieron temor ni rasgaron susvestidos (Jer. 36:23-24).

    Desafortunadamente, Joacim fue un sm-bolo de muchos dirigentes espirituales, aunde dirigentes cristianos de nuestro tiempo, quesi pudiesen, destruiran completamente elmensaje de Dios y a sus mensajeros. Muchos

  • 12

    S E C C I O N I

    El Sistema de Comunicacin de DiosCAPITULO 2Dios HablaMediante los Profetas

    han tratado a travs de los aos, ya sea conun cortaplumas de escriba o mediante eldescuido benigno, de anular la efectividadde un profeta, pero el mensaje de Dios sobre-vive para aquellos que procuran conocer suvoluntad.

    David es otro ejemplo de un dirigente is-raelita que recibi un mensaje de reproche departe de un profeta. Pero el resultado fue elopuesto a la experiencia de Joacim. Despusque el rey David hubo matado a Uras, de modoque pudiese casarse con Betsab, la esposa deUras, Dios le dijo al profeta Natn que en-frentase al rey. Sin tratar de velar sus palabrascon simpata o con concesiones, Natn apun-t con su ndice a David y pronunci el men-saje de condenacin de Dios: T eres aquelhombre (2 Sam. 12:7). David acept la pala-bra del Seor y capitul: He pecado contrael Seor! (2 Sam. 12:13, Nueva Biblia Espa-ola; ver tambin Sal. 51). David es uno delos ejemplos ms excelentes de aquellos quehan prestado atencin a las palabras condena-torias del Seor, cambiando de ese modo sufuturo para bien. Su ejemplo ha sido repetidomuchas veces en la historia de la iglesia.

    Nombres aplicados a los mensajesprofticos

    En la Biblia se usan diversos trminos paradescribir los mensajes dados por los profe-tas: consejo (Isa. 44:26); mensaje del Seor(Hag. 1:13, Nueva Biblia Espaola); profe-ca o profecas (2 Crn. 9:29; 15:8; 1 Cor.13:8); testimonios (1 Rey. 2:3; 2 Rey. 11:12;17:15; 23:3; tambin muchos versculos enel Salmo 119); y Palabra de Dios o de Jehov(1 Sam. 9:27; 1 Rey. 12:22).

    Cada trmino, aunque fcilmente inter-cambiable, subraya un aspecto particular delsistema de comunicacin de Dios. Testimo-nios, por ejemplo, sugiere mensajes. Elpensamiento incluido en la frase el testimo-nio de Jess (Apoc. 12:17 y 19:10) es quelos mensajes o la voluntad de Jess son reve-lados cuando un profeta habla o escribe.

    Cmo interactan Dios y los profetasLos profetas reconocen claramente la pre-

    sencia y el poder del Espritu Santo en su pa-

    pel como mensajeros de Dios. Pedro com-prendi bien esta relacin: Porque nunca laprofeca fue trada por voluntad humana, sinoque los santos hombres de Dios hablaron sien-do inspirados por el Espritu Santo (2 Ped.1:21).

    Notemos la experiencia de Sal: Y cuan-do llegaron all al collado, he aqu la compa-a de los profetas que vena a encontrarsecon l; y el Espritu de Dios vino sobre l[Sal] con poder, y profetiz entre ellos (1Sam. 10:10).

    Ezequiel se refiri a menudo a la presen-cia del Espritu Santo: Y luego que me ha-bl, entr el Espritu en m y me afirm so-bre mis pies, y o al que me hablaba (Eze.2:2; ver tambin 3:12, 14, 24; 8:3; 11:5; 37:1).

    Cmo reconoci el profeta la presenciay el poder del Espritu? Mediante visiones ysueos fuera de lo ordinario, y a travs de losfenmenos fsicos que los acompaan. Mu-chos de ellos han sido el cumplimiento de lapromesa de Dios, de que cuando haya entrevosotros profeta de Jehov, le aparecer envisin, en sueos hablar con l (Nm. 12:6).(El registro bblico no hace una clara distin-cin entre una visin proftica y un sueoproftico; a menudo los trminos se han usa-do en forma intercambiable.)

    En Daniel 10, el profeta describi algunosde los fenmenos fsicos que acompaaron aesta gran visin (vers. 8). Aunque cay so-bre su rostro en un profundo sueo, pudoor el sonido de sus palabras (vers. 9). Otrosse encontraban con Daniel cuando estaba envisin, pero slo yo, Daniel, vi aquella vi-sin (vers. 7).

    Daniel cambi fsicamente mientras esta-ba en visin: No qued fuerza en m, antesmi fuerza se cambi en desfallecimiento, yno tuve vigor alguno (vers. 8).

    Cualesquiera puedan haber sido los fen-menos particulares que acompaaban a unavisin o un sueo, los profetas saban queDios les estaba hablando.

    Lo que sabemos sobre los mensajes de losprofetas y cmo los daban, se encuentra re-gistrado en la Biblia. Originalmente, no to-dos los mensajes tal como los tenemos ac-tualmente estuvieron en forma escrita. Algu-

  • 13

    M E N S A J E R A D E L S E O R

    El ministerio proftico de Elena G. de White

    nos fueron sermones pblicos, otros fueroncartas a amigos o a grupos de la iglesia, yotros fueron anuncios oficiales que reyes ha-can a su pueblo. Algunos de los escritosprofticos inspirados ni siquiera se origina-ron con los profetas.

    A partir de los abundantes mensajesprofticos presentados a lo largo de variosmiles de aos, Dios supervis una compila-cin que llamamos la Biblia. Esta muestra seha preservado con un propsito: Y estas co-sas les acontecieron como ejemplo, y estnescritas para amonestarnos a nosotros, a quie-nes han alcanzado los fines de los siglos (1Cor. 10:11).

    Cmo entregaron los profetas susmensajes

    A lo largo de la historia el espritu de pro-feca ha usado tres mtodos para dar los men-sajes de Dios: en forma oral, escrita o drama-tizada.

    Oral. La presentacin regular, tipo sermn,es quizs la forma mejor conocida del traba-jo de un profeta. Pensamos inmediatamenteen Jess dando su sermn sobre el Monte delas Bienaventuranzas (Mat. 5-7), o en el ser-mn de Pedro el da de Pentecosts (Hech.2). Todo el libro de Deuteronomio fue un dis-curso oral en el cual Moiss recapitul loscuarenta aos previos de la historia israelita.Muchos de los profetas menores entregaronprimero sus mensajes oralmente.

    Adems de estas presentaciones ms for-males, los profetas registraron por escrito susconsejos dados antes a dirigentes individua-les o a grupos de personas. Isaas escribi suentrevista con Ezequas (Isa. 37). La mayorparte del libro de Jeremas es un resumen es-crito de sus mensajes pblicos. Ezequieltranscribi sus conversaciones anteriores conlos dirigentes de Israel. Por ejemplo: En elsexto ao, en el mes sexto, a los cinco dasdel mes, aconteci que estaba yo sentado enmi casa, y los ancianos de Jud estaban sen-tados delante de m, y all se pos sobre m lamano de Jehov el Seor (Eze. 8:1; ver 20:1).

    Estas entrevistas privadas como las deNatn con David (2 Sam. 12:1-7); Jeremascon Sedequas (Jer. 38:14-19); y Jess con

    Nicodemo (Juan 3), fueron tambin conside-radas dignas por el espritu de profeca de unaaplicacin ms amplia.

    Adems de sus deberes ms oficiales ypblicos, los profetas escribieron cartas per-sonales a personas que tenan necesidadesespeciales.

    Por escrito. Los mensajes escritos tienenventajas sobre otras formas de comunicacin.Pueden ser ledos y reledos. En comparacincon una presentacin oral, son menos suscep-tibles de una mala interpretacin. El Seor ledijo a Jeremas que escribiese un libro quecontuviese las palabras que l le dara. Jere-mas le pidi a Baruc que fuese su ayudanteeditorial, y el libro eventualmente fue ledoal pueblo de Jerusaln y al rey. Aos ms tar-de, el profeta Daniel (9:2) habla de su lecturade los mensajes de Jeremas y de cmo Jere-mas haba prometido liberacin para el pue-blo de Dios despus de la cautividad de se-tenta aos. Al mismo Daniel se le dijo queescribiese un libro especialmente para quie-nes viviesen en el tiempo del fin (12:4).

    El apstol Pablo escribi catorce libros delNuevo Testamento, y todos ellos menos unofueron cartas a varias iglesias o a sus pasto-res. Algunas de sus cartas no se incluyeronen la Biblia, como la carta a la iglesia deLaodicea (Col. 4:16).

    Pedro tambin escribi cartas a varios gru-pos de iglesia: Amados, esta es la segundacarta que os escribo, y en ambas despiertocon exhortacin vuestro limpio entendimien-to (2 Ped. 3:1). Tambin escribi cartas pri-vadas, tal como a Silvano (1 Ped. 5:12).

    Juan escribi por lo menos tres cartas ade-ms de su Evangelio y el libro de Apocalip-sis: Estas cosas os escribimos, para que vues-tro gozo sea cumplido (1 Juan 1:4).

    Las cartas llevan autoridadLas cartas de los profetas llevaban el mis-

    mo peso de autoridad que sus sermones for-males. En algunos casos, las cartas seran mstiles que un sermn porque estaban escritasa personas especficas con problemas espe-cficos. Las cartas escritas a una persona o auna iglesia llegaron a ser igualmente benefi-ciosas a otros, en la medida que dichas cartas

  • 14

    S E C C I O N I

    El Sistema de Comunicacin de DiosCAPITULO 2Dios HablaMediante los Profetas

    (y sermones) se copiaron y distribuyeronampliamente. Personas de todas partes a lolargo del tiempo se han identificado con es-tas aplicaciones inspiradas y prcticas de prin-cipios divinos a los detalles de la vida.

    Dramatizacin. Parbolas en palabras o enacciones son recursos didcticos frecuente-mente usados a lo largo de la Biblia. Jessus parbolas generosamente a fin de hacerclaro el valor de los principios divinos.

    El ministerio de Jeremas us a menudo laparbola de la accin y el ejemplo. Dios lepidi que no se casase (16:1-2), de modo quefuese un recordativo viviente para los judosde los sufrimientos que se avecinaban duran-te la destruccin de Jerusaln. Pensemos enlos recursos didcticos contenidos en la va-sija de barro del alfarero (Jer. 19) que debaser rota como una seal de la cada de Jerusa-ln; o las coyundas y yugos (Jer. 27) quepresagiaban el yugo venidero bajo Babilonia.

    Como Jeremas, Ezequiel expres a me-nudo sus mensajes profticos en la forma deparbolas. Ejemplos de ello incluyen el rolloque se le pidi que comiese (Eze. 3:1-3); lanavaja para cortar el cabello y la barba (Eze.5:1); la olla para cocinar (Eze. 24:3-4); y elvalle de huesos secos (Eze. 37). Los mensa-jes mediante parbolas captaban la atenciny se los recordaba fcilmente.

    Al repasar estos diferentes mtodos paraatraer la atencin, a uno le impresiona el he-cho de que Dios escoga cualquier mtodo quemejor se adecuase a la ocasin. Dios es adap-table y persistente. Todos los mtodos sonautnticos porque proceden de la mismaFuente. El sermn deuteronmico de Moiss,las entrevistas personales de Isaas, los ser-mones transcriptos de Jeremas, las cartas dePablo, las dramatizaciones parablicas deEzequiel, los libros de Daniel, el sermn dePedro en Pentecosts, la entrevista de Jesscon Nicodemo, todos fueron inspirados porel Espritu. Los santos hombres de Dios ha-blaron siendo inspirados por el Espritu San-to (2 Ped. 1:21).

    Ayudantes literariosConocemos muy poco sobre cmo prepa-

    raron sus materiales la mayora de los auto-

    res bblicos. Slo sabemos lo que ellos noshan dicho. Jeremas explic de qu maneraus a Baruc como su ayudante literario: Yllam Jeremas a Baruc hijo de Neras, y es-cribi Baruc de boca de Jeremas, en un rollode libro, todas las palabras que Jehov le ha-ba hablado (36:4). Cuando los oficiales delrey oyeron a Baruc que lea estos mensajes,le preguntaron: Cuntanos ahora cmo es-cribiste de boca de Jeremas todas estas pala-bras. Baruc les contest: El me dictaba desu boca todas estas palabras, y yo escriba continta en el libro (36:17-18).

    Baruc, conocido como un escriba (36:26),tena una buena educacin. Jeremas emplelas habilidades literarias de este hombre parapreparar en forma escrita sus mensajes dadosoralmente: Y tom Jeremas otro rollo y lodio a Baruc hijo de Neras escriba; y escribien l de boca de Jeremas todas las palabrasdel libro que quem en el fuego Joacim reyde Jud; y aun fueron aadidas sobre ellasmuchas otras palabras semejantes (36:32).

    Varios ayudantes de PabloEn el Nuevo Testamento, Pablo emple

    varios ayudantes editoriales. Tercio ayud apreparar el manuscrito a los Romanos (16:22).Aparentemente Sste