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M E N S A J E R A D E L S E O R
El ministerio proftico de Elena G. de White
En mi temprana juventud
se me pregunt varias veces:
Es usted profetisa? Siempre he
respondido: Soy la mensajera
del Seor Mi Salvador me
declar que era su mensajera.
Mensajes selectos,
tomo 1, p. 36.
Pacific Press Publishing Association
Nampa, IdahoOshawa, Ontario, Canad
Herbert E. Douglass
El Ministerio
Proftico de
Elena G. de White
MensajeradelSeor
Ttulo del original en ingls: Messenger of the Lord
Traduccin: Tulio N. Peverini
Diseado por Bryan Gray/Genesis Design
Portada: Gary Holland
Redaccin: Miguel Valdivia
A no ser que se indique de otra manera, todas las citas de las Sagradas Escrituras
estn tomadas de la Versin Reina-Valera, revisin 1960.
Derechos reservados 2000 por
Pacific Press Publishing Association
Se prohbe la reproduccin total o parcial de esta obra
sin el permiso de los editores.
Copublicado por:
Asociacin Casa Editora Sudamericana
Av. San Martn 4555, 1602 Florida
Buenos Aires, Argentina
Asociacin Publicadora Interamericana
2905 NW 87 Ave.
Miami, FL 33172
Pacific Press Publishing Association
P. O. Box 5353
Nampa, Idaho 83653, EE. UU. de N. A.
Primera edicin: 2000
ISBN 0-8163-9441-5
00 01 02 03 4 3 2 1
M E N S A J E R A D E L S E O R
El ministerio proftico de Elena G. de White
D E D I C A T O R I A
A Kenneth H. Wood
Ilustre estadista
Consumado editor
Agudo observador y pensador
Hbil presidente de juntas directivas
Amigo leal y probado
Esposo modelo, afectuoso y solcito
M E N S A J E R A D E L S E O R
El ministerio proftico de Elena G. de White
v
Tabla de Contenido
C A P I T U L O El Sistema de Comunicacin de Dios
SE
CC
IO
N
I
PAGINA
ixxi
xiii
PrefacioReconocimientosUn vistazo general por el autor
SE
CC
IO
N
IILa Verdadera Elena G. de White
IIILa Mensajera que Escucha
SE
CC
IO
N
123
El Revelador y el ReveladoDios habla mediante los profetasCaractersticas de los profetas
28
26
456789
101112
La persona y su pocaMensajera, esposa y madreSalud fsicaCaractersticas personalesComo la conocieron otrosHumor, sentido comn y una consejera prcticaLa pionera americana y la mujer victorianaLa escritora prolficaLa oradora en demanda
445262688094
102108124
13141516
Entregando el mensaje de DiosConfirmando la confianzaInstrucciones y predicciones oportunasElena G. de White se considera a s misma una mensajera
134144150170
vi
C A P I T U L OS
EC
CIO
N
IVLa Voz de un Movimiento
22232425262728
293031
El tema en derredor del cual gira el pensamiento adventistaAclarando las principales doctrinasPrincipios de salud/1: Surgimiento de un mensaje de saludPrincipios de salud/2: Relacin de la salud con una misin espiritualPrincipios de salud/3: Mejoramiento de la calidad en la salud adventistaPrincipios de salud/4: Principios y normasPrincipios de salud/5: Repasando un siglo de principios de la reforma
pro saludEducacin/1: Principios y filosofaEducacin/2: Estableciendo instituciones educativasPublicaciones, temperancia y principios sociales
256268278288300310
320344354362
17181920
2121a
Organizacin, unidad y desarrollo institucionalCrisis teolgicasEvangelismo local y global, y relaciones entre las razasMayordoma, relaciones con el gobierno y participacin en
proyectos humanitariosDisidentes de adentro y de afueraQuin es quin en el mundo adventista de Elena G. de White
(seccin de fotos)
182194210
220228
239
SE
CC
IO
N
VFomentando Conceptos Inspirados
SE
CC
IO
N
VICmo Escuchar a la Mensajera
32333435
3637
38
3940
Hermenutica/1: Principios bsicosHermenutica/2: Reglas bsicas de interpretacinInternasHermenutica/3: Reglas bsicas de interpretacinExternasHermenutica/4: Caractersticas compartidas por los escritores
bblicos y Elena G. de WhiteHermenutica/5: Autoridad y relacin con la BibliaHermenutica/6: Cmo entendieron los contemporneos la
autoridad de Elena G. de WhiteHermenutica/7: Conferencia bblica/Concilio de maestros
de historia de 1919Comprendiendo cmo fueron escritos los librosComprendiendo cmo fueron preparados los libros
372386394
408416
426
434444456
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El ministerio proftico de Elena G. de White
vii
C A P I T U L O
Continua Relevancia de la Mensajera de Dios
SE
CC
IO
N
VIII
41424344
La verdad todava liberaLas crticas que involucran relaciones con otras personasPredicciones, observaciones cientficas y declaraciones inusualesLa puerta cerrada: el estudio de un caso
468478486500
454647
Se eleva Elena G. de White a la altura de su investidura?Todava hablaEl mensajero y el mensaje son inseparables
514528534
Apndice A Campestres a comienzos del siglo XIXApndice B Trasfondo del intercambio de cartas entre
Jaime y Elena White en 1874Apndice C Extractos de Across the Plains (1892), (A travs de las
praderas), de Robert Louis StevensonApndice D Lista parcial de las visiones de Elena G. de WhiteApndice E Presuposiciones bsicas compartidas por la mayora de los
crticos de la puerta cerradaApndice F Condicionada por el tiempo o relacionada con el tiempo?Apndice G Creciente comprensin de Elena de White de sus propias
visionesApndice H Elena de White enriqueci el trmino puerta cerradaApndice I Elena de White marc el rumbo para desarrollar un
mensaje bblicamente orientado para el mundoApndice J Respuesta a la eliminacin de la frase mundo impoApndice K Por qu Elena de White pareca buscar el contacto
slo de los partidarios de la doctrina de la puertacerrada
Apndice L Principales acusaciones contra Elena de White respectoa la cuestin de la puerta cerrada y las respuestas atravs de los aos
Apndice M La carta del 13 de julio de 1847 a Jos BatesApndice N Ultimo testamento de Elena G. de WhiteApndice O Comentarios de dirigentes nacionales a comienzos de la
dcada de 1860 respecto a la crisis de la esclavitudApndice P La elipse de la verdad de la salvacin
542
543
544546
549550
552554
555557
559
561567570
573574
SE
CC
IO
NVII
Cmo Evaluar las Crticas
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El ministerio proftico de Elena G. de White
Prefaciomediados de la dcada de 1950, T. Housel Jemison, un director asociado del
Centro White, escribi un libro titulado A Prophet Among You (Una profetisa entre
vosotros). Esta abarcante obra sobre el don de profeca se concentr especficamente
en la vida y ministerio de Elena G. de White. Por muchos aos se la us en los colegios
adventistas como el libro de texto autorizado sobre el don de profeca.
Pero en dcadas recientes, se ha aprendido mucho en cuanto al tema de inspiracin/reve-
lacin, de ah que en 1989 la Junta Directiva del Centro White autoriz la produccin de un
nuevo libro. Los patrocinadores de esto no slo incluan al Centro White sino al Departamen-
to de Educacin de la Asociacin General y a la Junta de Educacin Superior de la Iglesia
Adventista.
Herbert E. Douglass fue escogido como el autor. El Dr. Douglass, que ense cursos de
Espritu de profeca a nivel de colegio, tambin prest servicios como presidente de colegio,
director asociado de la Adventist Review y redactor de libros de la Pacific Press. El comenz
a trabajar inmediatamente en el proyecto, investigando el tema cabalmente.
Su familiaridad con una galaxia de eruditos e ideas se refleja en las referencias y en las
extensas notas que aparecen a lo largo del libro, pero el hecho de que se cita a un autor sobre
un punto determinado no debiera considerarse como un respaldo a esa persona o a todas las
ideas y la posicin sustentadas por dicha persona.
Creemos que este libro presenta el ministerio proftico de Elena G. de White en una forma
tal que lo hace atractivo tanto a los jvenes como a las personas de ms edad. En vez de
abordar el tema desde lo abstracto a lo personal, gua desde lo personal a lo abstracto. Como
resultado, los lectores se familiarizarn con el don de profeca al familiarizarse personalmen-
te con la Sra. de White. Ms an, sern atrados ms cerca del Dios personal a quien ella
sirvi; admirarn la manera sabia y cuidadosa en la que l comunicaba sus mensajes a su
mensajera; y se sentirn pasmados al observar la manera en que la condujo a travs de los
campos minados de las dificultades teolgicas, mdicas y sociales de su poca.
Al trmino de cada captulo, los lectores encontrarn una serie de preguntas de estudio
que los guiarn a un estudio ms amplio y ms profundo del tema cubierto por el captulo.
Las preguntas pueden servir como un repaso del captulo, y para estimular la investigacin
que ampliar la comprensin de los lectores del tema presentado en el captulo.
Creemos que todos aquellos que lean este libro comprendern mejor cmo Dios obra
mediante sus profetas, y sentirn la profunda conviccin de que Elena de White fue llamada
divinamente al oficio proftico. Tambin enfrentarn el futuro con nueva confianza y fe ro-
bustecida, exclamando con la mensajera de Dios: No tenemos nada que temer del futuro, a
menos que olvidemos la manera en que el Seor nos ha conducido, y lo que nos ha enseado
en nuestra historia pasada (Notas biogrficas de Elena G. de White, p. 216).
La Junta Directiva del Centro White
Silver Spring, Maryland
A
ix
M E N S A J E R A D E L S E O R
El ministerio proftico de Elena G. de White
xi
os libros no surgen en un vaco. Una
vida entera de influencias diversas
se vuelca en la mente de un autor,
y todas esas personas, libros y maes-
tros del pasado de uno le dan un cmulo de
conocimiento que gua al autor en el desa-
rrollo de su manuscrito. Reconocer todas
esas contribuciones sera imposible porque
se han vuelto pensamientos sin rostro, pero
este autor est agudamente consciente de
este inmenso depsito que otros han llenado
para l.
Pero respecto a la tarea especfica de res-
ponder al pedido de la Junta Directiva de
Educacin Superior de la iglesia y del Cen-
tro White, este autor desea dar crdito a
aquellos que han hecho posible este libro un
tanto tcnico.
Sin la enorme visin y las habilidades edi-
toriales de Kenneth H. Wood, este libro no
habra sido concebido ni completado en su
estado actual. Su enftico mensaje de aliento
y sus claros conceptos sobre el tema compar-
tidos por ms de tres aos, durante la investi-
gacin y redaccin del texto, proveyeron el
ambiente para pensar en reas que para mu-
chos haban estado en penumbra.
Los dos directores del Centro White bajo
quienes este libro fue encargado y luego ter-
minado, Paul Gordon y Juan Carlos Viera, no
slo me han alentado sino que me han pro-
visto de conceptos valiosos en puntos crucia-
les. Nora Collins, la incansable y eficiente di-
rectora asociada, animosamente introdujo en
la copia final de la computadora las muchas
sugerencias y comentarios del autor frecuen-
temente revisados.
El Centro White tiene la fortuna de con-
tar con dos experimentados eruditos en sus
especialidades particulares: Jim Nix en his-
toria adventista y enseanza, y Tim Poirier,
archivista y artfice tcnico de los materia-
les de Elena de White. Aunque ellos no son
responsables de ningn error u omisin que
se haya deslizado, han contribuido mucho
Reconocimientos
L al nivel de exactitud logrado en este libro.Adems de estos dos eruditos, debo muchoa los doctores Robert Olson y Roger Coon,quienes en aos pasados han investigado cui-dadosamente muchos temas tratados en el
libro.
Entre muchos otros que han provisto ayu-
da oportuna y sugerencias estn mi hermano
Melvyn, que sirvi como mi recopilador de
datos en el misterioso mundo del Internet, en-
contrando, en muchas ocasiones, informacin
muy huidiza casi inmediatamente; los docto-
res John Scharffenberg y Gary Fraser, que
pacientemente leyeron los captulos sobre
salud e hicieron contribuciones a los mismos;
el Dr. Richard Schwarz, que us su micr-
metro historiogrfico al revisar las pginas
finales; y Francis Wernick, Neal Wilson y
Rowena Rick, miembros de la junta directi-
va del Centro White, que leyeron y criticaron
el manuscrito.
Tambin deseo expresar mi aprecio espe-
cial a eruditos y especialistas talentosos, como
P. Gerard Damsteegt, Fritz Guy, Bert
Haloviak, Roland Hegstad, Robert Johnston,
Mervyn Maxwell y Alden Thompson, quie-
nes compartieron valiosas ideas sobre cier-
tos puntos del texto.
Ningn autor puede ir muy lejos sin una
casa publicadora que brinde comprensin
y aliento. Robert Kyte y Russell Holt pro-
veyeron el toque necesario en los momen-
tos apropiados, lo que mantuvo abierta y
luminosa la ventana hacia el futuro; esta-
ban decididos a que el producto que salie-
se de sus manos fuese digno del tema del
libro.
Y a todo esto deseo aadir la contribu-
cin de mi comprensiva compaera, mi que-
rida Norma, quien continuamente reajust
prioridades durante tres aos y medio, al
captar las dimensiones de esta tarea. A Dios
sea la gloria!
Herbert E. Douglass
M E N S A J E R A D E L S E O R
El ministerio proftico de Elena G. de White
ste libro fue escrito con dos propsi-
tos en mente: (1) proveer a los adven-
tistas del sptimo da una nueva apre-
ciacin de la vida y el testimonio de
Elena G. de White, y (2) ofrecer material de
investigacin para cursos de colegios y se-
minarios sobre el don de profeca, especial-
mente segn se manifest en la vida y el mi-
nisterio de esta inspirada mensajera de Dios.
Algunas personas, careciendo de una cla-
ra comprensin de cmo funciona la revela-
cin/inspiracin, han permitido que proble-
mas y crticas debiliten o destruyan su con-
fianza en el singular ministerio de setenta aos
de la Sra. White. Con todo, millones de per-
sonas alrededor del mundo la consideran una
dirigente religiosa inspirada, que marc po-
ca. Han encontrado que su amor por Jess se
ha profundizado al dirigir ella sus mentes
hacia la Biblia, su principal fuente de ilumi-
nacin y gozo. Han descubierto que sus es-
critos proveen ideas claras, altamente moti-
vadoras y precisas para llevar una vida salu-
dable y disciplinada. Ms importante an,
han encontrado en sus escritos percepciones
coherentes de la historia bblica de la salva-
cin.
As, en adicin al doble propsito men-
cionado antes, este libro est escrito al me-
nos para dos grupos: (1) aquellos que estn
inmensamente agradecidos por la pluma de
Elena de White y desean aprender ms acer-
ca de ella, y (2) aquellos que tienen pregun-
tas no resueltas sobre ciertos aspectos de su
largo ministerio. Este libro expone abundan-
Un Vistazo Generalpor el Autor
E tes razones para afirmar el aserto de ella deque es la mensajera de Dios; provee ampliasevidencias como para satisfacer la mente msinquisitiva.Certeza, autoridad y confianza
Este libro trata de cmo los jvenes y los
adultos encuentran certidumbre. Hay algu-
na autoridad en algn lugar que pueda ha-
blar con claridad, satisfaciendo la cabeza
como tambin el corazn?
Los adventistas del sptimo da contes-
tan, S!; hay una Autoridad. Sealamos a
Aquel que nos hizo, y lo llamamos Dios, el
Dios que se comunica. Ms an, nos hizo
capaces de responderle. Maravilloso pensa-
miento: fuimos hechos para escuchar a
nuestro amigable Hacedor! Y cuando escu-
chamos, omos la verdad sobre quines so-
mos, por qu existimos, y qu clase de futu-
ro sin fin ha planeado l para nosotros, si
seguimos escuchando.
Cmo habla Dios a los seres humanos?
Muchas veces y de muchas maneras, escri-
bi Pablo en Hebreos 1:1. Por ejemplo:
A travs de sus obras creadas, las que
nosotros llamamos naturaleza.
A travs del Espritu Santo, que esta-
blece contacto con la conciencia de cada per-
sona.
A travs de Jesucristo, quien era Dios
mismo.
Pero Dios hizo aun algo ms. Saba que
miles de aos antes de que Jess viniese comohombre, los hombres y las mujeres necesita-
xiii
ran or el lado divino de la historia del gran
conflicto entre el bien y el mal.
El sistema de comunicacin de DiosAun despus de que Dios se hizo hombre,
no poda estar en todas partes al mismo tiem-
po. Ni Jess poda estar fsicamente presente
en todas partes despus de su ascensin. De
modo que para transmitir su mensaje, Dios
aadi a su sistema de comunicarse a s mis-
mo un plan orientado muy humanamente:
habl muchas veces y de muchas maneras
por los profetas (Heb. 1:1).
Este sistema de comunicacin por los pro-
fetas fue bien reconocido a lo largo de los
tiempos bblicos. El pueblo de Dios aprendi
por experiencia que les iba [mucho] mejor
cuando escuchaban a los profetas: Creed en
Jehov vuestro Dios, y estaris seguros; creed
a sus profetas, y seris prosperados (2 Crn.
20:20). Ms an, saban por experiencia que
Dios no les permitira marchar ciegamente
hacia el futuro. Porque no har nada Jehov
el Seor, sin que revele su secreto a sus sier-
vos los profetas (Ams 3:7).
La comunicacin divina mediante los pro-
fetas no estuvo confinada a los tiempos del
Antiguo Testamento. Durante las ltimas ho-
ras de nuestro Seor en la tierra, l prometi
que esta lnea de comunicacin entre el cielo y
la tierra siempre se mantendra abierta, me-
diante el Espritu Santo, el Espritu de verdad,
su representante personal. Hoy, lo mismo que
en los tiempos del Antiguo Testamento, el Es-
pritu Santo contina hablando, no slo a la
conciencia de cada persona, sino mediante los
profetas: Y yo rogar al Padre, y os dar otro
Consolador, para que est con vosotros para
siempre: el Espritu de verdad (Juan 14:16-
17). Y l mismo constituy a unos, apsto-
les; a otros, profetas (Efe. 4:11; ver tambin
1 Cor. 12:28).
El Espritu de verdad es tambin el Espri-
tu de profeca! Esto significa que estos hom-
bres y mujeres especialmente seleccionados,
movidos del Espritu Santo, hablaron (de par-
te) de Dios (2 Ped. 1:21, Ncar-Colunga). Se
le dijo a la iglesia que esperase que este siste-
ma de comunicacin de la verdad funcionara
hasta el regreso de Jess.
Esta resea bblica ensea que Dios nun-
ca quiso que los hombres y las mujeres estu-
viesen sin una certeza clara respecto al pro-
psito de la vida. Especialmente durante las
tensiones sin paralelo de los ltimos das, nos
asegur que podamos conocer la verdad so-
bre el futuro. Toda vez que los hombres y
mujeres escuchan cuidadosamente a los pro-
fetas de Dios, saben que estn escuchando
la verdad. La verdad lleva su propia auto-
ridad porque apela y satisface nuestro anhelo
de una certeza objetiva y una certeza subjeti-
va: el enlace de la cabeza con el corazn.
Este libro ayudar a contestar las siguien-
tes preguntas: Rene Elena de White las ca-
ractersticas de un profeta? Sobre qu base
puede uno considerarla como autoridad en su
papel de mensajera de Dios? Al examinar su
ministerio activo de setenta aos, qu dife-
rencia produjo su consejo en la determina-
cin del curso y el desarrollo de la iglesia?
Cul fue el efecto de su consejo dado a una
serie de individuos? Manifest ella las ca-
ractersticas de coherencia y confiabilidad y,
consecuentemente, pas la prueba de autori-
dad?
Consideraremos el peso de la evidencia.
Su largo ministerio y el fruto de sus labores
constituyen un libro abierto. No se necesita
una evidencia o un argumento artificial
para apoyar su aseveracin de que es una
mensajera de Dios.
El propio principio permanente de Elena
de White gobernar el viaje que hagamos jun-
tos: Los temas que presentamos al mundo
deben ser para nosotros una realidad vivien-
te. Es importante que al defender las doctri-
nas que consideramos como artculos de fe
fundamentales, nunca nos permitamos em-
plear argumentos que no sean completamen-
te plausibles. Los que no lo sean pueden ser-
vir para reducir al silencio a un oponente, pero
no hacen honor a la verdad. Debemos pre-
sentar argumentos cabales, que no slo aca-
llen a nuestros oponentes, sino que puedan
soportar el examen ms detenido y escruta-
dor (Obreros evanglicos, p. 314).En el corazn mismo de la gran contro-
versia entre Dios y Satans, entre el bien y el
mal, se encuentra el conflicto sobre la ver-
xiv
I N T R O D U C C I O NUN VISTAZO GENERALPOR EL AUTOR
M E N S A J E R A D E L S E O R
El ministerio proftico de Elena G. de White
dad, esto es, quin tiene la razn sobre cmo
administrar el universo, Dios o Satans? La
posicin de Dios es que la verdad no necesita
defensa, simplemente necesita ser vista y de-
mostrada. Satans, un mentiroso, y padre de
mentira (Juan 8:44), presenta sus argumen-
tos mediante el engao.
Polemista ingenioso e insinuador taima-
do, Satans apela al corazn egocntrico para
que sea el rbitro final de la verdad. Una
de sus herramientas ms efectivas es suscitar
dudas, haciendo que la persona vacile y pos-
tergue su entrega espiritual a Dios. Por esta
razn, la alteracin de la verdad en cualquier
manera, proyectando sombras injustificadas
sobre lo que pudiera no estar totalmente cla-
ro, es un acto inmoral. Es parte de un intento
csmico por oscurecer la verdad y contrariar
a Dios.
Elena de White no podra ser ms clara
que cuando exhorta a ser francos y rechazar
el temor al separar los hechos de las opinio-
nes. Saba que la fe est en peligro si uno fija
lmites a la investigacin, temiendo que nue-
vos descubrimientos podran inquietar la fe.
Pero a menudo hizo claro el hecho de que la
fe de uno tambin corre riesgo cuando se per-
mite que la razn o los sentimientos marquen
los lmites de la fe. Para ella, la verdad debe
honrarse a todo costo.
Cmo est organizado el libroEste libro se divide en ocho secciones:
I. El Sistema de Comunicacin de Dios
(caps. 1 al 3).
II. La Verdadera Elena G. de White (caps.
4 al 12).
III. La Mensajera que Escucha (caps. 13
al 16).
IV. La Voz de un Movimiento (caps. 17 al
21).
V. Fomentando Conceptos Inspirados
(caps. 22 al 31).
VI. Cmo Escuchar a la Mensajera (caps.
32 al 40).
VII. Cmo Evaluar las Crticas (caps. 41
al 44).
VIII. Continua Relevancia de la Mensaje-
ra de Dios (caps. 45 al 47).
Los captulos 1 al 3 exploran brevemente
la enseanza bblica sobre cmo Dios ha es-
tado revelando las buenas nuevas (el Evan-
gelio) de salvacin a los habitantes de este
mundo. Las buenas nuevas son la verdad
acerca de Dios y de su manera de administrar
el universo: un cuadro que contrasta aguda-
mente con las mentiras y calumnias de Sata-
ns. Dios es revelado mediante Jesucristo, el
Revelador. El Espritu Santo, mediante el
don de profeca, transmite la verdad como
es revelada en Jess.
Los captulos 4 al 12 se concentrarn pri-
meramente en las experiencias de la infan-
cia y la adolescencia de Elena Harmon.
Luego en su papel como la Sra. Elena G.
de White esposa, madre, vecina, gana-
dora de almas y personalidad pblica,
examinando su vida en base a sus propios
escritos como tambin considerando el pun-
to de vista de aquellos que mejor la cono-
cieron. Debido a que el pensamiento de uno
al igual que el temperamento se determi-
nan en gran medida por las influencias so-
ciales, econmicas y filosficas de la po-
ca, notaremos brevemente las circunstan-
cias prevalecientes entonces en el noreste
de los Estados Unidos, y luego los factores
nacionales que muy probablemente la afec-
taron mientras desarrollaba su asignacin
divina. Tambin se estudiar su fascinante
fusin de mujer victoriana y vigorosa pio-
nera americana.
Los captulos 13 al 16 observarn cmo el
don proftico funcion en el ministerio de
Elena de White. El trasfondo histrico de las
dcadas de 1840 y 1850 nos ayudar a com-
prender el clima desfavorable que exista para
cualquiera que pretendiese tener visiones. No
obstante, el fenmeno de las visiones de Ele-
na de White proporcion claridad y certeza a
aquellos que queran una explicacin bblica
de la experiencia de 1844.
Estudiaremos a Elena de White como una
escritora y oradora,
notando su desarrollo en materia de esti-
lo y contenido mientras ella responda a las
circunstancias cambiantes y a una ilumina-
cin intensificada durante su ministerio de
setenta aos;
indagando cmo ella emple materiales
xv
de investigacin al igual que cualquier es-
critor lo hara y lo hace, para ampliar y
hacer ms especfico el mensaje central que
se le haba comisionado que comunicase;
notando la impresionante recepcin que
no adventistas le daban a sus palabras habla-
das y escritas.
recordando su inslita habilidad de ora-
toria, a menudo sobrellevando circunstancias
fsicas que abrumaran a sus contemporneos,
o aun a cualquier persona hoy.
Los captulos 17 al 21 explorarn la rela-
cin extraordinaria entre Elena de White y la
iglesia con la cual lleg a estar tan ntima-
mente involucrada durante setenta aos. Nin-
guna otra persona ha afectado tan directamen-
te el crecimiento y la configuracin de la Igle-
sia Adventista del Sptimo Da, teolgica e
institucionalmente. Ella tuvo mucho que ver
con la planificacin estratgica de la iglesia.
Su consejo era buscado desde Australia a
Europa y a travs de los Estados Unidos res-
pecto al establecimiento de escuelas, institu-
ciones de salud y casas publicadoras. Sus es-
critos llegaron a ser fanales de luz para ser
vidamente estudiados en generaciones pos-
teriores.
Los captulos 22 al 31 examinarn el pa-
pel de Elena de White como una formadora
de conceptos. Tena una habilidad nica para
sintetizar el claro mensaje proftico con la
experiencia humana y las ideas de otros. En
base a esta sntesis desarroll un cuerpo de
pensamiento claramente integrado y coheren-
te, con un fundamento bblico firme y slido.
Esta integracin unific su vasta contribucin
a principios prcticos de educacin, evange-
lismo, organizacin y salud, por los cuales
los adventistas del sptimo da han llegado a
ser bien conocidos.
El tema del Gran ConflictoNotaremos cmo ella us ciertos princi-
pios de investigacin mientras procesaba y
transmita la verdad. Su introduccin a El con-flicto de los siglos es instructiva: Los gran-des acontecimientos que marcaron los pasos
de reforma que se dieron en siglos pasados,
son hechos histricos harto conocidos y uni-
versalmente aceptados, que nadie puede ne-
gar. Esa historia la he presentado brevemen-
te, de acuerdo con el fin y objeto de este libro
y con la concisin que necesariamente debe
observarse, condensando los hechos en for-
ma compatible con una clara inteligencia de
las enseanzas consiguientes.
En algunos casos cuando he encontrado
que un historiador haba reunido los hechos
y presentado en pocas lneas un claro con-
junto del asunto, o agrupado los detalles en
forma conveniente, he reproducido sus pala-
bras, no tanto para citar a esos escritores como
autoridades, sino porque sus palabras resu-
man adecuadamente el asunto. Y al referir
los casos y puntos de vista de quienes siguen
adelante con la obra de reforma en nuestro
tiempo, me he valido en forma similar de las
obras que han publicado (p. 14).
El principio organizador que reuni este
material como un imn en su sntesis es el
tema del Gran Conflicto. Viendo la Biblia
como un todo y la relacin de sus partes, Ele-
na de White ilumin claramente los asuntos
bsicos referentes al carcter de Dios, la na-
turaleza del hombre, el surgimiento del peca-
do, y cmo Dios planea en ltima instancia
tratar con este planeta rebelde.
La comprensin de Elena de White del
tema del Gran Conflicto provey notable
estabilidad y armona durante el tiempo
cuando la Iglesia Adventista desarrollaba
su teologa y estructura denominacional.
Estableci el pensamiento central para ella
para proveer aliento personal y correccin
teolgica en esas encrucijadas donde otros
cuerpos religiosos generalmente se han
fragmentado.
Bajo la seccin 6, Cmo Escuchar a la
Mensajera, los captulos 32 al 38 destacan
cmo los hombres y mujeres debieran orel mensaje de Elena de White. Cualquier es-
tudio de documentos escritos, ya sean
sonetos de Shakespeare o la Santa Escritu-
ra, implica una hermenutica, esto es, usar
principios de interpretacin que ayudarn al
lector en la comprensin del autor. Exami-
naremos reglas de interpretacin que nos
ayudarn a determinar qu signific Elena
de White para aquellos que la oyeron, y qu
significan esos mismos escritos en tiempos
I N T R O D U C C I O NUN VISTAZO GENERALPOR EL AUTOR
xvi
M E N S A J E R A D E L S E O R
El ministerio proftico de Elena G. de White
modernos. Por ejemplo, una regla es consi-
derar el tiempo, el lugar y las circunstancias
cuando aplicamos sus consejos hoy. Los
principios permanecen, pero su aplicacin
puede ser diferente al seguir esta regla her-
menutica.
Fundamental para comprender a Elena de
White es nuestra necesidad mayor de compren-
der cmo Dios da sus mensajes a su pueblo
mediante sus mensajeros. En aos pasados,
aquellos que haban credo que las palabras
mismas son inspiradas, se han visto grande-
mente turbados por aparentes errores y con-
tradicciones bblicos. Esta misma confusin
entre inspiracin mecnica o dictado (cada
palabra es precisamente como Dios la habl
al profeta) e inspiracin de pensamiento (Dios
inspir a los profetas, no sus palabras) ha tur-
bado a muchos cuando leen los escritos de Ele-
na de White. Notaremos cmo esta compren-
sin errnea del proceso de la revelacin/ins-
piracin ha creado dudas y crticas injustifica-
das contra Elena de White.
Un asunto igualmente importante es la re-
lacin entre los escritos de Elena de White y
la Biblia. Procuraremos comprender trminos
tales como niveles de inspiracin, revela-
cin progresiva, autoridad cannica y luz
menor, luz mayor.
Los captulos 39 y 40 considerarn cmo
Elena de White escribi sus libros. Notare-
mos cmo se relacion con sus ayudantes edi-
toriales, y el papel de ellos en la produccin
de El camino a Cristo, El Deseado de todaslas gentes y El conflicto de los siglos.
En los captulos 41 al 43 evaluaremos las
crticas de las que fue objeto Elena de White.
Inevitablemente, los profetas sern critica-
dos por sus contemporneos, primariamen-
te porque estn muy a la vanguardia en la
controversia de Dios con el mal. Ningn pro-
feta bblico tuvo una vida fcil al cumplir la
tarea que se le haba asignado. Este triste
hecho ha conducido a la observacin de que
una generacin mata a sus profetas, slo para
que la prxima levante monumentos en su
honor.
Algunas crticas encuentran su fuente en
la reaccin perenne de aquellos que objetan
la verdad que va en contra de su inclinacin
personal o del orgullo de su propia opinin.
Ejemplos de tal rechazo se encuentran en las
crticas sufridas por Jess, Jeremas, Pablo y
Elena de White.
Estos captulos no intentan contestar cada
alegato o crtica que ha sido dirigido contra
Elena de White, pero notaremos varios tipos
generales. Despus de evaluar esas crticas,
el lector ser capaz de diferenciar entre el
aspecto humano del recipiente terrenal y la
autoridad del mensaje llevado por el recipien-
te (ver 2 Cor. 4:7).
El captulo 44 estudia el problema de la
puerta cerrada, una fuente mayor de con-
tencin durante ms de un siglo.
Cmo se evala a Elena de WhiteEn la seccin final, Continua Relevancia
de la Mensajera de Dios, plantearemos las
siguientes preguntas: Es Elena de White con-
siderada como una mensajera que lleva el
mensaje de Dios en los tiempos modernos?
Su ministerio de setenta aos, establece sus
credenciales como una mensajera divina? No-
taremos cmo realiz ella su obra, tanto pri-
vada como pblicamente, y considerare-
mos la relacin virtualmente inseparable en-
tre su ministerio y el desarrollo de la Iglesia
Adventista del Sptimo Da.
Los adventistas generalmente han credo
que Elena de White fue una mensajera de Dios.
Por qu los adventistas de sus das llegaron a
esa conclusin, y por qu los adventistas des-
de su muerte han arribado a lo mismo?
En nuestras pginas finales preguntare-
mos: Cun relevante es Elena de White hoy
en da? Ella muri en 1915. Puede hablar
en una forma significativa a una villa global
transistorizada, en la que la informacin por
el Internet va instantneamente a operado-
res de computadoras en todo el planeta; don-
de la ciencia siempre parece tener una solu-
cin ms, en el momento oportuno, para las
necesidades del mundo? Aunque las circuns-
tancias han cambiado drsticamente, y el
mundo sociopoltico es marcadamente dife-
rente, notaremos que los escritos de Elena
de White hablan categricamente a nuestros
das y son crecientemente relevantes en este
tiempo del fin.
xvii
1
M E N S A J E R A D E L S E O R
El ministerio proftico de Elena G. de WhiteIC A P I T U L O
SE
CC
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El Sistema deComunicacin de Dios
El Revelador y el Revelado
Dios Habla Mediante los Profetas
Caractersticas de los Profetas
1
2
3
2
S E C C I O N I
El Sistema de Comunicacin de DiosCAPITULO 1El Revelador yel Revelado
l Evangelio no es acerca de Jess; elEvangelio es Jess y lo que l ense-. Las enseanzas acerca de Jessproveen el armazn para proclamar
las buenas nuevas, pero Jess mismo cons-
tituye las buenas nuevas. Jess y sus ense-
anzas no son el preludio del Evangelio, ellos
son el Evangelio!1
Las buenas nuevas son de que en la
maravillosa mente de Dios, uno de los miem-
bros de la Deidad eligi venir a este planeta
rebelde con sus manos extendidas, invitando
a los hombres y mujeres de todas partes a re-
gresar a la familia de Dios. Las buenas nue-
vas son que el Dios-que-lleg-a ser-hombre
se dio a la familia humana para siempre,
limitado eternamente por el tiempo y el espa-
cio. Con qu propsito? Para mostrarnos
cmo es Dios! (Juan 14:7).
Tal como lo veremos, al Revelador lo lla-
mamos Jess; al Revelado lo llamamos
Dios; y la Persona mediante la cual la Dei-
dad escogi revelar al Revelador a la raza
humana es el Espritu Santo.
Jess hizo esto claro unas pocas horas an-
tes de Getseman: Y yo rogar al Padre, y os
dar otro Consolador, que estar con voso-
tros para siempre. El es el Espritu, que reve-
la la verdad acerca de Dios (Juan 14:16-17,
TEV). Y ms adelante: El Consolador, el
Espritu Santo, a quien el Padre enviar en
mi nombre, l os ensear todas las cosas, y
os recordar todo lo que yo os he dicho (Juan
14:26).
Cuando venga el Consolador, a quien yo os enviar del Padre, el Espritu de verdad, el cual procede del
Padre, l dar testimonio acerca de m (Juan 15:26).
Y para asegurarse de que el punto era cla-
ro, aadi: Cuando venga el Consolador, a
quien yo os enviar del Padre, el Espritu de
verdad, el cual procede del Padre, l dar tes-
timonio acerca de m (Juan 15:26).
Jess dijo ms adelante: Pero cuando ven-
ga el Espritu de verdad, l os guiar a toda la
verdad; porque no hablar por su propia cuen-
ta, sino que hablar todo lo que oyere, y os
har saber las cosas que habrn de venir. El
me glorificar; porque tomar de lo mo, y os
lo har saber. Todo lo que tiene el Padre es
mo; por eso dije que tomar de lo mo, y os
lo har saber (Juan 16:13-15).
El Espritu Santo es la contraparte de nues-
tro Seor. El Espritu dir y har exactamente
lo que Jess dira y hara si estuviese presen-
te hoy!
Cmo funciona todo esto? El Espritu
Santo le da a cada cristiano algn don espe-
cial: Los dones son variados, pero el Espri-
tu es el mismo La manifestacin particular
del Espritu se le da a cada uno para el bien
comn (1 Cor. 12:4, 7, Nueva Biblia Espa-
ola).
El don de profecaUno de esos dones especiales es el don de
profeca (1 Cor. 12:10; Efe. 4:11). Mediante
el don de profeca el Espritu Santo se vincu-
la con ciertos hombres y mujeres, quienes
luego comunican a otros la verdad acerca de
Jess. Esta es la descripcin de trabajo del
Espritu: hablar acerca de Jess mediante
E
El Reveladory el Revelado
1S E C C I O N I
El Sistema de Comunicacin de Dios
CA
PIT
UL
O
3
M E N S A J E R A D E L S E O R
El ministerio proftico de Elena G. de White
hombres y mujeres ungidos con este don lla-
mados profetas. Conocer a Jess y qu pue-
de l decirnos acerca de Dios, es la informa-
cin ms esencial que necesita la familia hu-
mana, porque conocer a Jesucristo es la
vida eterna (Juan 17:3).
En el libro de Apocalipsis, el profeta Juan
escribi sobre cmo este don estaba obrando
en su propia vida: La revelacin de Jesucris-
to, que Dios le dio, para manifestar a su
siervo Juan, que ha dado testimonio de la pa-
labra de Dios, y del testimonio de Jesucristo
(Apoc. 1:1-2).
Aqu vemos en accin el sistema divino
de comunicacin: El Revelador obrando me-
diante el Espritu para revelar la verdad acer-
ca de Dios a travs de su profeta. En el cap-
tulo 19 de dicho libro, el ngel que visit a
Juan le record que el testimonio de Jess
es el espritu de la profeca (vers. 10).
El propsito del don de profeca es contar
la historia de Jess. El Agente motivador que
inspira al profeta humano a contar la verdad
sobre Jess es el Espritu Santo. En la taqui-
grafa bblica, el espritu de profeca es el tes-
timonio de Jess.
Pedro comprendi el sistema divino de
comunicacin: Ustedes no lo vieron [a Je-
sucristo], pero lo aman; ahora, creyendo en
l sin verlo, sienten un gozo indecible, radian-
tes de alegra, porque obtienen el resultado
de su fe, la salvacin personal. Por esta sal-
vacin empezaron a interesarse y a investi-
gar ciertos profetas que haban predicho la
gracia destinada a ustedes. El Espritu de Cris-
to que estaba en ellos les declaraba por anti-
cipado los sufrimientos por Cristo y los triun-
fos que seguiran. Indagaban ellos queriendo
saber para cundo y para qu circunstancia
lo indicaba, y se les revel que aquel minis-
terio proftico no miraba a ellos, sino a uste-
des. Ahora, por medio de los que les trajeron
la buena noticia [Evangelio], se lo ha comu-
nicado el Espritu Santo enviado del cielo. Los
ngeles se asoman deseosos de verlo (1 Ped.
1:8-12, Nueva Biblia Espaola).
Los genuinos profetas no estn motivados
por un capricho personal o por el afn de re-
cibir una recompensa sino por el directo im-
pulso del Espritu de Cristo, el Espritu San-
to enviado del cielo. En un sentido, el esp-
ritu de profeca es el Espritu de Cristo a tra-
vs de su divino Ayudante, el Espritu Santo,
dado a conocer a los hombres y las mujeres
mediante el profeta humano. En otro sentido,
el espritu de profeca es tambin el testi-
monio acerca de Cristo, el principal propsi-
to del don de profeca.
Desde que Jess regres al cielo, esta fr-
mula simple y de dos filos es una de las prue-
bas ms claras y seguras en cuanto a la
genuinidad del reclamo de un profeta. Dice
l o ella la verdad acerca de Jess? Lo hace
en el espritu de Jess?
Por qu el nombre mismo de Jess, a tra-
vs de los aos, ha suavizado la voz y calma-
do el corazn de gente de todos los continen-
tes? Porque las personas recuerdan cmo han
recobrado el valor y reavivado la esperanza,
y cmo recibieron una nueva oleada de fuer-
za para asumir de nuevo los desafos de la
vida, y tienen presente de cunto valor son
para Jess, quien dijo mediante el espritu de
profeca: No temas, porque yo estoy conti-
go (Isa. 41:10); No te desamparar, ni te
dejar (Heb. 13:5). Han aprendido por ex-
periencia qu quiso decir l cuando declar:
No los voy a dejar abandonados; volver
para estar con ustedes (Juan 14:18, Versin
Dios Habla Hoy).
Diciendo la verdad sobre DiosPor qu tal confianza en un Hombre lla-
mado Jess que vivi durante slo treinta y
tres aos en la antigua Palestina? Porque los
hombres y las mujeres llegaron a conocerlo
como su Creador que se hizo hombre. Por
qu? Porque l era el nico en el universo
que en forma convincente poda decir la ver-
dad sobre Dios, el que haba sido extremada-
mente mal representado por el gran rebelde y
por muchos de los ms grandes pensadores
del mundo. Dios no era severo, arbitrario,
implacable, como haba sido retratado. Cuan-
do les pidi a los seres humanos una lealtad
voluntaria, asimismo les mostr que l tam-
bin, por naturaleza, era abnegado, y que el
amor significa hacer por otros lo que ellos no
pueden hacer por s mismos, o lo que ni si-
quiera merecen.
4
S E C C I O N I
El Sistema de Comunicacin de DiosCAPITULO 1El Revelador yel Revelado
Cmo fue revelado esto? Pablo contem-
pl la magnfica revelacin de Cristo como
un vaciamiento de sus prerrogativas divi-
nas cuando ingres en la familia humana (Fil.
2). No lo hizo repentinamente, como un prn-
cipe valiente que esgrime la espada de la jus-
ticia, sino lentamente en el seno de una mu-
jer. No para ser honrado como un husped
especial, sino para ser mal comprendido y
difamado debido a su integridad inequvoca
y a su entrega absoluta a su misin.
Cmo puede explicarse que la nica es-
peranza de la tierra lleg a ser el blanco del
abuso vergonzoso de este planeta? Vino a
los suyos, pero los suyos no le recibieron
(Juan 1:11, Ncar-Colunga). Los cristianos no
slo estn pasmados por esta monstruosa in-
gratitud, sino que se sienten extraamente
embargados de tristeza y decididos a que l
encontrar una sincera acogida en sus vidas.
Los cristianos estn asombrados ante la con-
descendencia del Dios-Hombre, y este asom-
bro se convierte en parte de una razn diaria
para honrarlo en todo lo que hagan.
Tanto Sacrificio como Sumo SacerdoteCuando ellos contemplan a Jess, lo ven
al mismo tiempo como el Sacrificio y el Sumo
Sacerdote.2 En el Calvario, l hizo algo para
destruir la paga del pecado que cambi para
siempre nuestra relacin con Dios: l mu-
ri! Jess es la nica Persona que alguna vez
realmente ha muerto! Todos los dems seres
humanos que han fallecido estn ahora dur-miendo,3 excepto aquellos pocos que han sidoresucitados o trasladados al cielo y que ahora
estn all.4 Solamente Jess ha gustado la
muerte, de modo que todos los que lo con-
vierten en el Seor de sus vidas jams ten-
drn que morir. Porque la paga del peca-
do es muerte, mas la ddiva de Dios es vida
eterna en Cristo Jess Seor nuestro (Rom.
6:23). Qu ddiva! Mediante l nos escapa-
mos de lo que merecemos!
Pero an hay algo ms! El vive ahora
como nuestro Sumo Sacerdote. Qu signifi-
ca esto? El se yergue ante los seres celestia-
les y los mundos no cados como un Hombre
cuya alegre obediencia prob que Dios no
haba sido injusto al pedir de sus seres crea-
dos un acatamiento voluntario. Satans esta-
ba equivocado! Y ellos vieron a este heroico
Vencedor que pas por la angustia inexpresa-
ble de ser abandonado por Dios en el Calva-
rio, probando que Dios mismo se interesaba
por su creacin, que l era abnegado y la esen-
cia del amor genuino. Todo el universo (ms
all de los confines de la tierra) ve a Jess de
pie en el lugar santsimo del cielo como la res-
puesta de Dios a las mentiras de Satans en
cuanto a la Divinidad.
Qu vemos nosotros cuando pensamosen Jess como nuestro Sumo Sacerdote? Lo
vemos como el Mediador entre Dios y la hu-
manidad pecadora. Lo vemos como nuestro
Abogado que unifica la justicia y la miseri-
cordia, interceptando todas las acusaciones
contra Dios y los creyentes (1 Juan 2:1). El
es nuestro Intercesor, no slo representn-
donos ante el Padre sino tambin interce-
diendo entre nosotros y el maligno (Heb.
4:16).5
El apstol Pablo lo expres de esta mane-
ra: Por tanto, teniendo un gran sumo sacer-
dote que traspas los cielos, Jess el Hijo de
Dios, retengamos nuestra profesin. Porque
no tenemos un sumo sacerdote que no pueda
compadecerse de nuestras debilidades, sino
uno que fue tentado en todo segn nuestra
semejanza, pero sin pecado. Acerqumonos,
pues, confiadamente al trono de la gracia, para
alcanzar misericordia y hallar gracia para el
oportuno socorro (Heb. 4:14-16).
Toda persona necesita cada da esta cla-
se de intercesin: la paz del perdn y el po-
der de la gracia intercesora. La presencia
poderosa de Cristo, mediante el Espritu
Santo y los ngeles, llega a cada persona
consagrada a l. Jess se abre paso a travs
del poder con que Satans ha mantenido
cautiva a cada persona. Llega a las vas de
su sistema nervioso. Fortalece la fuerza de
voluntad del creyente. Est siempre listo
para ayudar a los seres humanos a resistir
el pecado, tanto los que vienen de adentro
como los que proceden de afuera. Jess sim-
plemente comparte con nosotros el sistema
de defensa por el cual l venci la tenta-
cin (Apoc. 3:21).
Demasiado a menudo, despus de contem-
5
M E N S A J E R A D E L S E O R
El ministerio proftico de Elena G. de White
plar la condescendencia de Cristo como un
Hombre acosado y finalmente crucificado, los
creyentes consideran que su ddiva a la tie-
rra ha terminado. Pero Dios no dio a su Hijounignito (Juan 3:16) sobre la base de un
prstamo y arriendo temporario. El Creador
de centenares de billones de nsulas de
galaxias, que camin entre las estrellas e hizo
girar universos en su rbita, se aprision den-
tro de su propia creacin, no por apenas nue-
ve meses, ni slo por treinta y tres aos, sino
para siempre!
Esta clase de amor despierta amor. Y un
reconocimiento que brota del corazn. Y una
enorme consagracin a este gran Amante, por
encima de las ms seductoras atracciones de
este mundo.
Antes de que el profeta pueda decir la ver-
dad acerca de Dios, como es conocida median-
te Jess, el profeta debe conocer a Jess per-
sonalmente. La charla teolgica es barata; la
experiencia personal viene con un precio.
La devocin de Elena G. de White a JessElena de White respondi de todo corazn
a este amor, e hizo de esto un tema sobresa-
liente en sus escritos. Doquiera uno se detiene
en sus voluminosos libros y cartas a la fami-
lia, los amigos y los colaboradores, uno ve
evidencias de su profundo amor por el Salva-
dor. Muchos de aquellos cuyo primer contac-
to con los adventistas fue a travs de los escri-
tos de Elena de White han expresado asombro
ante su clara conciencia y su profundo aprecio
hacia las dimensiones del Don de nuestro
Dios a este planeta rebelde.
Sus percepciones espirituales comenzaron
temprano. En sus primeros aos de la adoles-
cencia, afectada profundamente por la predi-
cacin de Guillermo Miller, ella anhelaba una
experiencia espiritual ms profunda: Mien-
tras oraba, me abandonaron la carga y la ago-
na que durante tanto tiempo me haban opri-
mido, y la bendicin de Dios descendi so-
bre m como suave roco. Di gloria a Dios
por lo que senta, pero deseaba ms. Slo la
plenitud de Dios poda satisfacerme. Llena-
ba mi alma con un amor inefable hacia el
Seor Jess.6
Sobre todas las cosas, Elena de White fue
una persona espiritual, llena de aprecio por
su Salvador y Seor. Este sentido personal
de la presencia de Dios la puso en contacto
directo con Dios, permitindole a la Divini-
dad revelar mucho ms de s y de sus planes
para este mundo. Su experiencia personal al
responder al simple Evangelio precedi a la
teologa; Jess fue la mdula y el centro de
todo su pensamiento teolgico.
He aqu un ejemplo de cmo en ella el tema
de exaltar a Jess lo domina todo: Ser be-
neficioso contemplar la divina condescenden-
cia, el sacrificio, la abnegacin, la humilla-
cin, la resistencia que el Hijo de Dios en-
contr al hacer su trabajo por los hombres
cados. Al contemplar sus sufrimientos, bien
podramos adelantarnos y exclamar: Asom-
brosa condescendencia! Los ngeles se ma-
ravillan, mientras con intenso inters obser-
van al Hijo de Dios descendiendo paso a paso
por el sendero de la humillacin. Es el miste-
rio de la piedad. Es la gloria de Dios encu-
brirse a s mismo y sus caminos, no mante-
niendo a los hombres en ignorancia de la luz
y el conocimiento celestiales, sino sobrepu-
jando la ms elevada capacidad de los hom-
bres de conocer. La humanidad puede com-
prender en parte, pero eso es todo lo que el
hombre puede llevar. El amor de Cristo so-
brepasa el conocimiento. El misterio de la
redencin continuar siendo el misterio, la
ciencia inagotable y el canto perdurable por
la eternidad. Bien puede la humanidad excla-
mar: Quin puede conocer a Dios? Podra-
mos, como hizo Elas, envolvernos en nues-
tro manto y prestar atencin a la suave y pe-
quea voz de Dios.7
Elena de White camin con Jess en los
tiempos buenos y en los malos. Escribiendo
a su hijo William y a su joven esposa, Mary,
habl del compaerismo que tuvo con su es-
poso Jaime y de su viaje juntos por la vida:
Estamos tratando de seguir humildemente
en las huellas de nuestro querido Salvador.
Necesitamos su Espritu y su gracia a cada
hora, o si no cometeremos errores crasos y
perjudicaremos [a otros].8
Unas pocas semanas ms tarde, durante un
viaje muy penoso en un carruaje cubierto,
desde Texas hasta Kansas, le escribi nueva-
6
S E C C I O N I
El Sistema de Comunicacin de DiosCAPITULO 1El Revelador yel Revelado
mente a Mary: Estoy agotada y me siento
como si tuviese 100 aos de edad Mi am-
bicin ha desaparecido; mi fuerza se ha aca-
bado, pero esto no durar Espero que por
la luz animadora del rostro de mi Salvador,
tendr la capacidad de rehacerme.9
Contemplando la Navidad en 1880, ahora
con 53 aos, le escribi a una amiga: La
Navidad ser dedicada a buscar a Jess para
que sea un husped bienvenido en mi cora-
zn. Su presencia alejar todas las sombras.10
Elena de White escribi centenares de ar-
tculos tanto para la Review and Herald comopara Signs of the Times. Casi cada artculocontena alguna referencia a su Seor, quien
haba llegado a ser no slo su fortaleza sino
el gozo de su vida. A los 69 aos, escribi:
Me encanta hablar de Jess y de su incom-
parable amor S que l es capaz de salvar
a lo sumo a todos los que acuden a l. Su pre-
cioso amor es una realidad para m, y las du-
das expresadas por aquellos que no conocen
al Seor Jesucristo, no tienen efecto sobre
m Cree usted que Jess es su Salvador, y
que l ha manifestado su amor por usted dan-
do su preciosa vida para su salvacin? Af-
rrese a Jess como su Salvador personal. Acu-
da a l tal como usted est; entrguese a l;
acjase a su promesa por la fe viviente, y l
ser para usted todo lo que usted desea.11
Elena de White consideraba a Jess como
su Salvador y su mejor Amigo.12 Pero ms que
eso, l era su Seor. En Europa se le dijo que
la gente sera ms receptiva al mensaje
adventista, si nos explayamos en el amor de
Jess. Advirtieron que haba peligro de per-
der nuestras congregaciones si nos extende-
mos en las cuestiones ms estrictas del deber
y la ley de Dios.
Habiendo odo antes ese tipo de pltica,
escribi as en sus notas de viaje: Hay una
experiencia espria que prevalece por todas
partes. Muchos estn diciendo continuamen-
te, Todo lo que tenemos que hacer es creer
en Cristo. Aseveran que la fe es todo lo que
necesitamos. En su sentido ms pleno, esto
es cierto; pero ellos no lo toman en el senti-
do ms pleno. Creer en Jess es considerar-
lo como nuestro Redentor y nuestro Mode-
lo. Si moramos en l y l mora en nosotros,
somos participantes de su naturaleza divina
y hacedores de su palabra. El amor de Jess
en el corazn nos conducir a la obediencia
de todos sus mandamientos. Pero el amor
que no va ms all de las palabras, es un
engao; no salvar a ningn alma. Muchos
rechazan las verdades de la Biblia, a la par
que profesan gran amor por Jess; pero el
apstol Juan declara: El que dice: Yo le co-
nozco, y no guarda sus mandamientos, el tal
es mentiroso, y la verdad no est en l.
Mientras Jess ha hecho todo en lo que res-
pecta a mritos, nosotros tenemos algo que
hacer en lo que respecta a cumplir con las
condiciones.13
El tema del Gran ConflictoEn su instruccin teolgica, la compren-
sin de Elena de White del tema predomi-
nante de la Biblia, el del Gran Conflicto,14
ilumin la razn por la que Jess se hizo hom-
bre. Esta comprensin fundamental perme
todos sus escritos. Por ejemplo: A fin de cre-
cer en la gracia y en el conocimiento de Cris-
to, es esencial que meditis mucho en los
grandes temas de la redencin. Debierais
preguntaros por qu Cristo ha asumido la
humanidad, por qu sufri en la cruz, por qu
llev los pecados de los hombres, por qu fue
hecho pecado y justicia para nosotros. De-
bierais estudiar para saber por qu ascendi
al cielo en la naturaleza del hombre, y cul es
su trabajo para nosotros hoy Pensamos que
estamos familiarizados con el carcter de
Cristo, y no comprendemos cunto debe
ganarse mediante el estudio de nuestro glo-
rioso Modelo. Damos por sentado que sabe-
mos todo sobre l, y sin embargo no com-
prendemos su carcter o misin.15
Escuchar a Elena de White es como or
El Mesas de Hndel, pgina tras pgina. ElEspritu de Cristo satura su ministerio. Con-
sistencia, claridad y coherencia distinguen su
devocin hacia su mejor Amigo. Ms que todo
lo dems, pareciera que Elena de White ayu-
da a satisfacer nuestra ansia humana de la gra-
cia de Dios. En cartas personales, en artcu-
los para revistas, y hablando a grandes audi-
torios, sus mensajes orientados hacia el tema
de la gracia ensancharon el abrazo divino de
7
M E N S A J E R A D E L S E O R
El ministerio proftico de Elena G. de White
gracia a los corazones necesitados y fatiga-
dos. Para aquellos que escuchan, Elena de
1. Por qu es un error distinguir entre Jess y el Evangelio?
2. Si el Espritu Santo es la Persona que revela los mensajes de Dios a los profetas, por
qu se habla de Jess como el Revelador?
3. Cul es el propsito primario del don de profeca?
4. Qu textos del Nuevo Testamento ensean que Dios contina hablando en los tiempos
postapostlicos?
5. Qu doble papel desempea Cristo como nuestro Sumo Sacerdote?
6. Seleccione un captulo ya sea de El camino a Cristo o de El Deseado de todas lasgentes, y haga una lista de algunas cosas que le dice a usted en cuanto a Jess.
1. El Evangelio es glorioso porque est constituido por la jus-
ticia de Cristo. El Evangelio es Cristo desplegado, y Cristo
es el Evangelio encarnado No debemos ensalzar el Evan-
gelio, sino ensalzar a Cristo. No debemos rendir culto al
Evangelio, sino al Seor del Evangelio (Manuscrito 44,
1898, citado en Comentario bblico adventista del sptimoda [CBASD], t. 7, p. 919).
2. Los hechos de los apstoles, p. 27.3. La Biblia habla de la primera muerte como un sueo. Ver
Juan 11:11-14; 1 Tes. 4:13-16; 5:10. La segunda muerte est
reservada para los pecadores que rechazaron la invitacin
del Evangelio. Ver Apoc. 20:6, 14; 21:8.
4. Enoc (Gn. 5:24), Elas (2 Rey. 2:11), Moiss (Jud. 9), los
que resucitaron con Jess (Mat. 27:52-53).
5. Todo el que desee librarse de la esclavitud y del servicio de
Satans y quiera estar bajo la bandera ensangrentada del Prn-
cipe Emanuel, ser protegido por las intercesiones de Cris-
to. Cristo, como nuestro Mediador a la diestra del Padre,
siempre nos tiene en cuenta, pues es tan necesario que nos
guarde mediante su intercesin como que nos haya redimi-
do con su sangre. Si l deja de sostenernos por slo un mo-
mento, Satans est listo para destruirnos. A los que han sido
comprados con su sangre los guarda ahora mediante su in-
tercesin (Manuscrito 73, 1893, en CBASD, t. 6, comenta-
rios sobre Rom. 8:34, p. 1078; tambin Manuscript Releases[MR], t. 15, p. 104).
6. Primeros escritos, p. 12.7. Bible Echo, 30 de abril, 1894.8. Carta 18, 1879, citada en Arthur White, Ellen G. White
Biography, t. 3 (Washington, D.C.: Review and HeraldPublishing Association, 1984), p. 105. De aqu en adelante
las referencias a la biografa de Arthur White sobre Elena de
White, seis tomos, se harn con la abreviatura Bio., seguidapor el nmero de tomo y las pginas.
9. Carta 20, 1879, citada en Id., p. 117.10. Carta 51, 1880, citada en Id., p. 149.11. Review and Herald, 23 de junio, 1896.12. Ver James Nix, Oh, Jesus, How I Love You!, Adventist
Review, 30 de mayo, 1996, pp. 10-14.13. Historical Sketches of the Foreign Missions of the Seventh-
day Adventists (Basilea, Suiza: Imprimerie Polyglotte, 1886),p. 188; ver tambin Bio., t. 3, p. 320.
14. Ver pp. 256-263.
15. Signs of the Times, 1.o de diciembre, 1890.
Referencias
White posee la marca ms segura del espri-
tu de profeca: ella testific de Jess.
Preguntas de estudio
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El Sistema de Comunicacin de DiosCAPITULO 2Dios HablaMediante los Profetas
ios se ha estado comunicando siem-pre con los seres humanos desdeque cre a Adn y Eva.1 Los sereshumanos fueron creados como con-
trapartes de Dios, hechos a su imagen (Gn.1:27). Los hizo responsables, esto es, capa-ces de responder a Dios y a otras personas.Dios provey todo lo que poda imaginarsepara la felicidad de nuestros padres. Plantun huerto (Gn. 2:8) ya en floracin, llenode plantas adecuadas para proveer alimento.Nuestra primera pareja no tuvo que luchar porla existencia ni valerse de tanteos a fin de so-brevivir.
Ms an, Dios hizo a los hombres y lasmujeres con la capacidad de producir hijos ala imagen de ellos, aunque Adn y Eva fue-ron creados a la imagen de Dios. Nada fueomitido; todo lo que los seres humanos nece-sitaban estaba en su lugar apropiado: la clasecorrecta de comida, el gozo de trabajar, unadeslumbrante exhibicin diaria de flores y jar-dines, no llova ni nada se enmoheca, y ha-ba un perfecto compaerismo mutuo y conDios. El plan de Dios para nuestros primerospadres permanece como un anteproyecto fac-tible para nosotros hoy, mientras buscamospaz y salud en medio de un triste colapso delo que el Seor haba planeado para la fami-lia humana.
Comunicacin antes del pecadoAntes de que nuestros primeros padres pe-
caran, estaban en constante comunicacin con
Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profe-
tas (Heb. 1:1). Cuando haya entre vosotros profeta de Jehov, le aparecer en visin, en sueos hablar
con l (Nm. 12:6).
Dios y sus ngeles. De esta manera apren-dan cmo cuidar de todas las criaturas vi-vientes y de qu manera proveer a sus pro-pias necesidades como mayordomos de estefantstico paraso llamado el Planeta Tierra.Quizs cada da tenan un culto con Dios a lapuesta del sol, al aire del da (Gn. 3:8). Ydescubrieron que no todo era seguridad, aunen el Edn! El mal acechaba en la sombradel rbol de la ciencia del bien y del mal(Gn. 2:17).
Pero cuando Adn y Eva pecaron, ocu-rrieron cambios terribles. Ya no podan ha-blar con Dios cara a cara. No porque Dioshubiese cambiado, sino porque la primerapareja lo haba hecho: el pecado reconfigursu mente y sus emociones. Isaas describiseveramente esta nueva situacin: Vuestrasiniquidades han hecho divisin entre voso-tros y vuestro Dios, y vuestros pecados hanhecho ocultar de vosotros su rostro para noor (Isa. 59:2).
El pecado estropea las vas neurales. Na-die vuelve a ser el mismo despus que ha pe-cado: se forman nuevos surcos en los cami-nos neurales que hacen que el pecado sea msfcil de repetir. Pensar nuevamente en formaclara requiere ayuda especial de Dios. Poresto, cuando nuestros primeros padres peca-ron, Dios tuvo que cambiar su sistema de co-municacin con los seres humanos. No todoslos deplorables resultados del pecado les ocu-rrieron a Adn y Eva en forma inmediata, perola triste degeneracin de la raza humana co-
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El ministerio proftico de Elena G. de White
menz ese da cuando cedieron a los deseosde la carne, los deseos de los ojos, y la vana-gloria de la vida (1 Juan 2:16).
Cmo cubri Dios la brecha del pecadoCmo poda cubrirse la sima del peca-
do? Dios siempre tiene una solucin. El sabecmo adaptarse a las circunstancias cambian-tes. Por ejemplo, en vez de la comunicacincara a cara, l habla a todo ser humanomediante la conciencia (ver Juan 1:9; Rom.2:15). En una forma significativa, el EsprituSanto llama a la gente dotada de razn a queelijan el bien en lugar del mal, cualquiera seasu situacin. Ms an, a aquellos queespecficamente piden la ayuda divina, aun-que no conozcan mucho acerca de Dios, seles extiende la promesa abierta como a todoslos dems: Reconcelo en todos tus cami-nos, y l enderezar tus veredas (Prov. 3:6).2
El tambin se revela a s mismo mediantelos ngeles: No son todos espritus minis-tradores, enviados para servicio a favor de losque sern herederos de la salvacin? (Heb.1:14).3
Aunque malogrado por los resultados delpecado, el mundo fsico todava revela mu-cho de la naturaleza y el carcter de Dios:Porque las cosas invisibles de l, su eternopoder y deidad, se hacen claramente visiblesdesde la creacin del mundo, siendo entendi-das por medio de las cosas hechas, de modoque no tienen excusa (Rom. 1:20). La gentede todos los continentes y a lo largo de todala historia han asociado a Dios con atribu-tos tales como orden, belleza, predictibilidady diseo inteligente que han visto en los cuer-pos celestes o en las maravillas de la tierra,tanto animadas como inanimadas.4
Antes de que Moiss guiara a los israeli-tas fuera de Egipto, Dios se haba estado co-municando con los seres humanos mediantepatriarcas como No (Gn. 5-9), Abrahn(Gn. 12-24), Isaac (Gn. 26:2-5) y Jacob(Gn. 32:24-30). Moiss fue el ejemplo des-tacado de un ser humano con quien Dios con-vers (Exo. 3, etc.).
Al relacionarse con la nacin de Israel ensus primeros aos, Dios habl mediante elUrim y el Tumim, dos piedras preciosas co-
locadas en el pectoral (unido al efod) del sumosacerdote de Israel. Cuando los dirigentes dela nacin queran conocer la voluntad de Dios,el sumo sacerdote formulaba preguntas es-pecficas que eran contestadas por la luz quedescansaba ya sea sobre el Urim o el Tumim.5
Para una nacin joven que acababa de salirdel cautiverio y an no haba recibido la Pa-labra escrita, este dramtico mtodo de co-municacin era decisivo y afirmador.
Dios tambin habl mediante sueos. Pen-semos en los sueos de Jos que tuvieron unsignificado proftico (Gn. 37), los sueos delcopero y el panadero de Faran (Gn. 40),los sueos de Faran (Gn. 41), el sueo delsoldado madianita (Juec. 7), y los sueos deNabucodonosor (Dan. 2, 4).
Sin la menor duda, la revelacin ms cla-ra de Dios y de su voluntad hacia los sereshumanos ha sido dada mediante Jesucristo:Dios, habiendo hablado muchas veces y demuchas maneras en otro tiempo a los padrespor los profetas, en estos postreros das nosha hablado por el Hijo (Heb. 1:1-2). Jessfue explcito: El que me ha visto a m, havisto al Padre (Juan 14:9). Pero Cristo noseal a Dios como todos los profetas lo ha-ban estado haciendo; l era Aquel a quienellos haban estado sealando.
Los profetas: la forma ms reconocidade revelacin divina
Aunque Dios us muchos mtodos, elprofeta fue la forma ms reconocida decomunicacin divina. Los sacerdotes en Is-rael eran los representantes del pueblo anteDios; los profetas eran los representantes ofi-ciales de Dios ante su pueblo. La vocacinsacerdotal era hereditaria; el profeta eraespecficamente llamado por Dios.6
Los profetas han sido el canal ms visibleen el sistema de comunicacin de Dios. Por-que no har nada Jehov el Seor, sin querevele su secreto a sus siervos los profetas(Ams 3:7). Jehov el Dios de sus padresenvi constantemente palabra a ellos pormedio de sus mensajeros, porque l tenamisericordia de su pueblo y de su habitacin(2 Crn. 36:15).
Dios dijo muy claramente que si el pueblo
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El Sistema de Comunicacin de DiosCAPITULO 2Dios HablaMediante los Profetas
no escuchase a sus profetas, l no tena otroremedio para ayudarles en sus problemas per-sonales o nacionales: Mas ellos hacan es-carnio de los mensajeros de Dios, y menos-preciaban sus palabras, burlndose de susprofetas, hasta que no hubo ya remedio(2 Crn. 36:16).
En el libro A Prophet Among You (Un pro-feta entre vosotros),7 T. Housel Jemison enu-mer ocho razones por las que Dios us pro-fetas en vez de algn recurso dramtico queatrajese la atencin, como escribir en las nu-bes o proclamar estruendosamente su volun-tad cada maana al amanecer:
1. Los profetas prepararon el camino parael primer advenimiento de Cristo.
2. Como representantes del Seor, losprofetas mostraron al pueblo que Dios valo-raba a los seres humanos lo suficiente comopara elegir entre ellos hombres y mujeres quelo representasen.
3. Los profetas eran un continuo recorda-tivo de la cercana y la accesibilidad de lainstruccin de Dios.
4. Los mensajes a travs de los profetascumplan los mismos propsitos que una co-municacin personal del Creador.
5. Los profetas eran una demostracin deltipo de compaerismo con Dios y de la gra-cia transformadora del Espritu Santo que po-dan experimentarse en la vida de un ser hu-mano.
6. La presencia de los profetas pona alpueblo a prueba en cuanto a su actitud haciaDios.
7. Los profetas ayudaron en el plan de sal-vacin, porque Dios ha usado consistente-mente una combinacin de lo humano y delo divino como su medio ms efectivo paraalcanzar a la humanidad perdida.
8. El producto sobresaliente de los pro-fetas es su contribucin a la Palabra Escrita.
La obra del profetaLa obra del profeta era doble: recibir el
mensaje divino y entregar ese mensaje fiel-mente. Estos aspectos se reflejan en las trespalabras hebreas para profeta. Para desta-car el papel de los profetas en escuchar lavoluntad de Dios como sta les era revelada,
el escritor hebreo usaba chozeh o roeh, tra-ducido como vidente. La palabra hebreanabi (la palabra hebrea que ms frecuente-mente se usa para profeta) describe a los pro-fetas como comunicando su mensaje en for-ma hablada o por escrito.
En 1 Samuel 9:9 se indican ambos pape-les: Antiguamente en Israel cualquiera queiba a consultar a Dios, deca as: Venid y va-mos al vidente [roeh]; porque al que hoy sellama profeta [nabi], entonces se le llamabavidente [roeh].
La palabra chozeh, derivada de la mismaraz hebrea de la que obtenemos la palabraespaola visin, destaca el hecho de que elprofeta recibe mensajes mediante visionesdivinamente iniciadas.
Cada uno de los tres trminos hebreospara profeta subrayan el oficio profticocomo el lado humano del plan divino de co-municacin.
En el Nuevo Testamento, la palabra griegaprophetes, correspondiente al vocablo nabi delAntiguo Testamento, se la translitera profe-ta en el idioma espaol. Su significado bsi-co es hablar, declarar [o hacer una declara-cin]. El genuino profeta habla por Dios.
Largo linaje de esplendorEl primero (hasta tanto sepamos) de este
asombroso linaje de valientes, fieles y lumi-nosos profetas mediante los cuales Dios ma-nifest su pensamiento fue Enoc, sptimodesde Adn (Jud. 14). Ms tarde estuvieronAbrahn (Gn. 20:7) y Moiss (Deut. 18:15).Mara fue la primera mujer designada comouna profetisa (Exo. 15:20).
Con el transcurso del tiempo, la nacin deIsrael perdi su visin espiritual y lleg a sercomo sus vecinos en la adoracin de otrosdioses. Durante el largo y deprimente pero-do de los jueces, Israel fue oprimido y humi-llado por sus vecinos. Cuando Samuel fue lla-mado a su funcin proftica, los filisteos do-minaban con dureza a Israel. El, el sumo sa-cerdote, era anciano e inefectivo. Sus dos hi-jos, Ofni y Finees, aunque se les haba con-fiado el liderazgo tanto del gobierno comodel sacerdocio, eran impos, y no tenan co-nocimiento de Jehov (1 Sam. 2:12). No es
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El ministerio proftico de Elena G. de White
de sorprenderse que la palabra de Jehovescaseaba en aquellos das; no haba visincon frecuencia (1 Sam. 3:1).8
La palabra de Jehov escaseaba en Is-rael porque eran escasos los hombres y mu-jeres a quienes se les podan confiar los men-sajes del Cielo. Dios estaba dispuesto a guiara su pueblo, pero careca de personas median-te quienes pudiese impartir con seguridad supalabra. Cuando las visiones eran escasas, lascircunstancias espirituales y polticas de Is-rael se hallaban en un nivel de decadencia. Elbienestar de Israel fue restaurado slo cuan-do se restaur el oficio proftico.
Por ejemplo, la restauracin de Israel comouna nacin libre y bendecida coincidi con elministerio proftico de Samuel. La larga vidade Samuel es un registro asombroso de cmoun hombre puede cambiar el curso de todauna nacin. Sus primeros aos, despus quesu madre lo hubo entregado al Seor, son bienconocidos: Y el joven Samuel iba crecien-do, y era acepto delante de Dios y delante delos hombres (1 Sam. 2:26). Al madurar, suliderazgo espiritual lleg a ser evidente: YSamuel creci, y Jehov estaba con l, y nodej caer a tierra ninguna de sus palabras. Ytodo Israel, desde Dan hasta Beerseba, cono-ci que Samuel era fiel profeta de Jehov (1Sam. 3:19-20). Eventualmente, Jehov semanifest a Samuel en Silo Y Samuel ha-bl a todo Israel (1 Sam. 3:21-4:1).
La fidelidad de Samuel como mensajerode Dios permiti que Dios revertiese la mise-ria de Israel. El ejemplo espiritual del profe-ta, su exhortacin y su liderazgo nacional fue-ron tan efectivos que el registro declara: Asfueron sometidos los filisteos, y no volvie-ron ms a entrar en el territorio de Israel; y lamano de Jehov estuvo contra los filisteostodos los das de Samuel (1 Sam. 7:13).
La vida de Samuel es una ilustracin claray profunda de cun efectivo puede ser el es-pritu de profeca para establecer el progra-ma de Dios en la tierra. Quin puede imagi-nar lo que puede lograrse en estos ltimos dasal prestar atencin al espritu de profeca!
Cuando Samuel envejeci, ocurri algocasi inexplicable. Los dirigentes israelitasacudieron a l y le pidieron que nombrase un
rey que nos juzgue, como tienen todas lasnaciones (1 Sam. 8:5). Olvidaron que su so-berana restaurada y sus circunstancias pla-centeras se deban al liderazgo proftico deSamuel.
Dios les advirti a los dirigentes que un reyle traera problemas y dificultades a su tierra,pero ellos persistieron: Nosotros seremos tam-bin como todas las naciones, y nuestro reynos gobernar, y saldr delante de nosotros, yhar nuestras guerras (vers. 20).
Pero, aunque Israel rechaz el plan de Diospara la conduccin de su pueblo (teocracia),Dios no rechaz a Israel. No retir el don pro-ftico. Desde el tiempo de Sal, el primer reyde Israel, hasta los das sombros cuando tan-to Israel como Jud fueron llevados en cauti-verio por Asiria y Babilonia, treinta profetasse mencionan por nombre en la Biblia. Ade-ms, junto con los hijos de los profetas ha-ba tambin profetas cuyos nombres no semencionan.
Bajo ndice de xitoCun exitosos fueron los profetas? Slo
en forma mnima, para gran detrimento deaquellos dirigentes nacionales que los recha-zaron. Notemos a Joacim (Jer. 36), para quienel profeta Jeremas, por orden divina, debaescribir palabras de condenacin y esperan-za. Baruc, el ayudante editorial de Jeremas,ley el mensaje a odos del pueblo (vers.10). El rollo pronto estuvo en las manos delos consejeros de la corte, quienes tambinse sintieron grandemente impresionados. Ins-taron al rey Joacim a que tambin leyese elmensaje de Jeremas. El rey le pidi a Jehudque lo leyese en voz alta.
Pero cuando el ministro de confianza delrey hubo ledo slo tres o cuatro planas, lorasg el rey con un cortaplumas de escriba, ylo ech en el fuego que haba en el brasero,hasta que todo el rollo se consumi sobre elfuego Y no tuvieron temor ni rasgaron susvestidos (Jer. 36:23-24).
Desafortunadamente, Joacim fue un sm-bolo de muchos dirigentes espirituales, aunde dirigentes cristianos de nuestro tiempo, quesi pudiesen, destruiran completamente elmensaje de Dios y a sus mensajeros. Muchos
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El Sistema de Comunicacin de DiosCAPITULO 2Dios HablaMediante los Profetas
han tratado a travs de los aos, ya sea conun cortaplumas de escriba o mediante eldescuido benigno, de anular la efectividadde un profeta, pero el mensaje de Dios sobre-vive para aquellos que procuran conocer suvoluntad.
David es otro ejemplo de un dirigente is-raelita que recibi un mensaje de reproche departe de un profeta. Pero el resultado fue elopuesto a la experiencia de Joacim. Despusque el rey David hubo matado a Uras, de modoque pudiese casarse con Betsab, la esposa deUras, Dios le dijo al profeta Natn que en-frentase al rey. Sin tratar de velar sus palabrascon simpata o con concesiones, Natn apun-t con su ndice a David y pronunci el men-saje de condenacin de Dios: T eres aquelhombre (2 Sam. 12:7). David acept la pala-bra del Seor y capitul: He pecado contrael Seor! (2 Sam. 12:13, Nueva Biblia Espa-ola; ver tambin Sal. 51). David es uno delos ejemplos ms excelentes de aquellos quehan prestado atencin a las palabras condena-torias del Seor, cambiando de ese modo sufuturo para bien. Su ejemplo ha sido repetidomuchas veces en la historia de la iglesia.
Nombres aplicados a los mensajesprofticos
En la Biblia se usan diversos trminos paradescribir los mensajes dados por los profe-tas: consejo (Isa. 44:26); mensaje del Seor(Hag. 1:13, Nueva Biblia Espaola); profe-ca o profecas (2 Crn. 9:29; 15:8; 1 Cor.13:8); testimonios (1 Rey. 2:3; 2 Rey. 11:12;17:15; 23:3; tambin muchos versculos enel Salmo 119); y Palabra de Dios o de Jehov(1 Sam. 9:27; 1 Rey. 12:22).
Cada trmino, aunque fcilmente inter-cambiable, subraya un aspecto particular delsistema de comunicacin de Dios. Testimo-nios, por ejemplo, sugiere mensajes. Elpensamiento incluido en la frase el testimo-nio de Jess (Apoc. 12:17 y 19:10) es quelos mensajes o la voluntad de Jess son reve-lados cuando un profeta habla o escribe.
Cmo interactan Dios y los profetasLos profetas reconocen claramente la pre-
sencia y el poder del Espritu Santo en su pa-
pel como mensajeros de Dios. Pedro com-prendi bien esta relacin: Porque nunca laprofeca fue trada por voluntad humana, sinoque los santos hombres de Dios hablaron sien-do inspirados por el Espritu Santo (2 Ped.1:21).
Notemos la experiencia de Sal: Y cuan-do llegaron all al collado, he aqu la compa-a de los profetas que vena a encontrarsecon l; y el Espritu de Dios vino sobre l[Sal] con poder, y profetiz entre ellos (1Sam. 10:10).
Ezequiel se refiri a menudo a la presen-cia del Espritu Santo: Y luego que me ha-bl, entr el Espritu en m y me afirm so-bre mis pies, y o al que me hablaba (Eze.2:2; ver tambin 3:12, 14, 24; 8:3; 11:5; 37:1).
Cmo reconoci el profeta la presenciay el poder del Espritu? Mediante visiones ysueos fuera de lo ordinario, y a travs de losfenmenos fsicos que los acompaan. Mu-chos de ellos han sido el cumplimiento de lapromesa de Dios, de que cuando haya entrevosotros profeta de Jehov, le aparecer envisin, en sueos hablar con l (Nm. 12:6).(El registro bblico no hace una clara distin-cin entre una visin proftica y un sueoproftico; a menudo los trminos se han usa-do en forma intercambiable.)
En Daniel 10, el profeta describi algunosde los fenmenos fsicos que acompaaron aesta gran visin (vers. 8). Aunque cay so-bre su rostro en un profundo sueo, pudoor el sonido de sus palabras (vers. 9). Otrosse encontraban con Daniel cuando estaba envisin, pero slo yo, Daniel, vi aquella vi-sin (vers. 7).
Daniel cambi fsicamente mientras esta-ba en visin: No qued fuerza en m, antesmi fuerza se cambi en desfallecimiento, yno tuve vigor alguno (vers. 8).
Cualesquiera puedan haber sido los fen-menos particulares que acompaaban a unavisin o un sueo, los profetas saban queDios les estaba hablando.
Lo que sabemos sobre los mensajes de losprofetas y cmo los daban, se encuentra re-gistrado en la Biblia. Originalmente, no to-dos los mensajes tal como los tenemos ac-tualmente estuvieron en forma escrita. Algu-
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El ministerio proftico de Elena G. de White
nos fueron sermones pblicos, otros fueroncartas a amigos o a grupos de la iglesia, yotros fueron anuncios oficiales que reyes ha-can a su pueblo. Algunos de los escritosprofticos inspirados ni siquiera se origina-ron con los profetas.
A partir de los abundantes mensajesprofticos presentados a lo largo de variosmiles de aos, Dios supervis una compila-cin que llamamos la Biblia. Esta muestra seha preservado con un propsito: Y estas co-sas les acontecieron como ejemplo, y estnescritas para amonestarnos a nosotros, a quie-nes han alcanzado los fines de los siglos (1Cor. 10:11).
Cmo entregaron los profetas susmensajes
A lo largo de la historia el espritu de pro-feca ha usado tres mtodos para dar los men-sajes de Dios: en forma oral, escrita o drama-tizada.
Oral. La presentacin regular, tipo sermn,es quizs la forma mejor conocida del traba-jo de un profeta. Pensamos inmediatamenteen Jess dando su sermn sobre el Monte delas Bienaventuranzas (Mat. 5-7), o en el ser-mn de Pedro el da de Pentecosts (Hech.2). Todo el libro de Deuteronomio fue un dis-curso oral en el cual Moiss recapitul loscuarenta aos previos de la historia israelita.Muchos de los profetas menores entregaronprimero sus mensajes oralmente.
Adems de estas presentaciones ms for-males, los profetas registraron por escrito susconsejos dados antes a dirigentes individua-les o a grupos de personas. Isaas escribi suentrevista con Ezequas (Isa. 37). La mayorparte del libro de Jeremas es un resumen es-crito de sus mensajes pblicos. Ezequieltranscribi sus conversaciones anteriores conlos dirigentes de Israel. Por ejemplo: En elsexto ao, en el mes sexto, a los cinco dasdel mes, aconteci que estaba yo sentado enmi casa, y los ancianos de Jud estaban sen-tados delante de m, y all se pos sobre m lamano de Jehov el Seor (Eze. 8:1; ver 20:1).
Estas entrevistas privadas como las deNatn con David (2 Sam. 12:1-7); Jeremascon Sedequas (Jer. 38:14-19); y Jess con
Nicodemo (Juan 3), fueron tambin conside-radas dignas por el espritu de profeca de unaaplicacin ms amplia.
Adems de sus deberes ms oficiales ypblicos, los profetas escribieron cartas per-sonales a personas que tenan necesidadesespeciales.
Por escrito. Los mensajes escritos tienenventajas sobre otras formas de comunicacin.Pueden ser ledos y reledos. En comparacincon una presentacin oral, son menos suscep-tibles de una mala interpretacin. El Seor ledijo a Jeremas que escribiese un libro quecontuviese las palabras que l le dara. Jere-mas le pidi a Baruc que fuese su ayudanteeditorial, y el libro eventualmente fue ledoal pueblo de Jerusaln y al rey. Aos ms tar-de, el profeta Daniel (9:2) habla de su lecturade los mensajes de Jeremas y de cmo Jere-mas haba prometido liberacin para el pue-blo de Dios despus de la cautividad de se-tenta aos. Al mismo Daniel se le dijo queescribiese un libro especialmente para quie-nes viviesen en el tiempo del fin (12:4).
El apstol Pablo escribi catorce libros delNuevo Testamento, y todos ellos menos unofueron cartas a varias iglesias o a sus pasto-res. Algunas de sus cartas no se incluyeronen la Biblia, como la carta a la iglesia deLaodicea (Col. 4:16).
Pedro tambin escribi cartas a varios gru-pos de iglesia: Amados, esta es la segundacarta que os escribo, y en ambas despiertocon exhortacin vuestro limpio entendimien-to (2 Ped. 3:1). Tambin escribi cartas pri-vadas, tal como a Silvano (1 Ped. 5:12).
Juan escribi por lo menos tres cartas ade-ms de su Evangelio y el libro de Apocalip-sis: Estas cosas os escribimos, para que vues-tro gozo sea cumplido (1 Juan 1:4).
Las cartas llevan autoridadLas cartas de los profetas llevaban el mis-
mo peso de autoridad que sus sermones for-males. En algunos casos, las cartas seran mstiles que un sermn porque estaban escritasa personas especficas con problemas espe-cficos. Las cartas escritas a una persona o auna iglesia llegaron a ser igualmente benefi-ciosas a otros, en la medida que dichas cartas
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El Sistema de Comunicacin de DiosCAPITULO 2Dios HablaMediante los Profetas
(y sermones) se copiaron y distribuyeronampliamente. Personas de todas partes a lolargo del tiempo se han identificado con es-tas aplicaciones inspiradas y prcticas de prin-cipios divinos a los detalles de la vida.
Dramatizacin. Parbolas en palabras o enacciones son recursos didcticos frecuente-mente usados a lo largo de la Biblia. Jessus parbolas generosamente a fin de hacerclaro el valor de los principios divinos.
El ministerio de Jeremas us a menudo laparbola de la accin y el ejemplo. Dios lepidi que no se casase (16:1-2), de modo quefuese un recordativo viviente para los judosde los sufrimientos que se avecinaban duran-te la destruccin de Jerusaln. Pensemos enlos recursos didcticos contenidos en la va-sija de barro del alfarero (Jer. 19) que debaser rota como una seal de la cada de Jerusa-ln; o las coyundas y yugos (Jer. 27) quepresagiaban el yugo venidero bajo Babilonia.
Como Jeremas, Ezequiel expres a me-nudo sus mensajes profticos en la forma deparbolas. Ejemplos de ello incluyen el rolloque se le pidi que comiese (Eze. 3:1-3); lanavaja para cortar el cabello y la barba (Eze.5:1); la olla para cocinar (Eze. 24:3-4); y elvalle de huesos secos (Eze. 37). Los mensa-jes mediante parbolas captaban la atenciny se los recordaba fcilmente.
Al repasar estos diferentes mtodos paraatraer la atencin, a uno le impresiona el he-cho de que Dios escoga cualquier mtodo quemejor se adecuase a la ocasin. Dios es adap-table y persistente. Todos los mtodos sonautnticos porque proceden de la mismaFuente. El sermn deuteronmico de Moiss,las entrevistas personales de Isaas, los ser-mones transcriptos de Jeremas, las cartas dePablo, las dramatizaciones parablicas deEzequiel, los libros de Daniel, el sermn dePedro en Pentecosts, la entrevista de Jesscon Nicodemo, todos fueron inspirados porel Espritu. Los santos hombres de Dios ha-blaron siendo inspirados por el Espritu San-to (2 Ped. 1:21).
Ayudantes literariosConocemos muy poco sobre cmo prepa-
raron sus materiales la mayora de los auto-
res bblicos. Slo sabemos lo que ellos noshan dicho. Jeremas explic de qu maneraus a Baruc como su ayudante literario: Yllam Jeremas a Baruc hijo de Neras, y es-cribi Baruc de boca de Jeremas, en un rollode libro, todas las palabras que Jehov le ha-ba hablado (36:4). Cuando los oficiales delrey oyeron a Baruc que lea estos mensajes,le preguntaron: Cuntanos ahora cmo es-cribiste de boca de Jeremas todas estas pala-bras. Baruc les contest: El me dictaba desu boca todas estas palabras, y yo escriba continta en el libro (36:17-18).
Baruc, conocido como un escriba (36:26),tena una buena educacin. Jeremas emplelas habilidades literarias de este hombre parapreparar en forma escrita sus mensajes dadosoralmente: Y tom Jeremas otro rollo y lodio a Baruc hijo de Neras escriba; y escribien l de boca de Jeremas todas las palabrasdel libro que quem en el fuego Joacim reyde Jud; y aun fueron aadidas sobre ellasmuchas otras palabras semejantes (36:32).
Varios ayudantes de PabloEn el Nuevo Testamento, Pablo emple
varios ayudantes editoriales. Tercio ayud apreparar el manuscrito a los Romanos (16:22).Aparentemente Sste