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REVISTA DIGITAL DE ACEM - Nº 50 - DICIEMBRE 2015 M LINUM ® Tecnología hidráulica en abadías

M LINUM...3 MOLINUM es un elemento de difusión de ACEM, la Asociación para la Conservación y Estudio de los Molinos. Con esta revista digital, de carácter divulgativo, científico

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  • REVISTA DIGITAL DE ACEM - Nº 50 - DICIEMBRE 2015M LINUM®

    Tecnología hidráulica en abadías

  • 22

    www.molinosacem.com

    [email protected]

  • 3

    MOLINUM es un elemento de difusión de ACEM, la Asociación parala Conservación y Estudio de los Molinos. Con esta revista digital, decarácter divulgativo, científico y cultural, queremos fomentar nuestralabor de conservación, estudio, protección y difusión del patrimonioformado por los ingenios tradicionales y la cultura y el paisaje que losrodea.

    Edita:ACEM. Asociación para la Conservación y Estudio de los Molinos.

    Director:Pedro Jesús Fernández Ruiz

    Consejo Editorial:Koldo LizarraldeLuis AzurmendiJosé María Izaga

    Descarga de la revista:www.molinosacem.comContacto y envío de trabajos:[email protected]

    Depósito Legal: ZA-186/2013 ISSN:2255-5188

    MOLINUM no se identifica necesariamente con las opiniones y co-mentarios de los respectivos autores. La reproducción del contenidode la presente revista necesitará el permiso de los autores.

    Imagen de portada: Palacio Abacial - Monasterio de Santes Creus,José Reyes Belzunce.

  • 44

    Leopoldo Medida en El EscorialFotografía: Francisco García Avilés

  • 5

    SUMARIO

    Editorial ....................................................... 7Carta del Director ....................................... 8Artículos

    Las abadías y el agua, Javier Ibargüen Soler 9

    Querellas por los molinos en los dominios delMonasterio de Poblet, siglos XVI-XVIII, ClaudiaCastillo ...................................................... 25

    El sistema de abastecimiento de agua del mo-nasterio de Yuste hasta la muerte del EmperadorCarlos V; Javier Goicolea Zala y García RuedaMuñoz de San Pedro, traducción de José Goicolea.................................................................... 29

    El molino de marea Pasaduiro y el conventode San Idelfonso de Ajo, Luis de Escallada Gonzá-lez ............................................................... 41

    Reportaje fotográfico del abastecimiento deagua al Monasterio de Guadalupe, David Fernán-dez Ordoñez ............................................... 45

  • 66

    Monasterios propietarios de Ingenios hi-dráulicos en Elgoibar, Koldo Lizarralde Elberdin....................................................................... 49

    El acueducto del Monasterio de San Jeró-nimo de Cotalba, patrimonio escondido, DianaSánchez Mustieles ........................................ 59

    Espacios: Molino museo de Ataun ............. 65

    Sección ACEMX Congreso Internacional de Molinología

    Segovia 2016 .................................................. 67Carta a los socios de ACEM .................. 70

    Noticias ...................................................... 73

    Publicaciones ............................................. 77

    Recordando MOLINUM ........................... 79

  • 7

    Estimados lectores:

    En esta editorial queremos re-cordar al compañero y amigo que nosha dejado y que siempre tendrá un re-cuerdo muy especial entre aquellossocios que hemos podido tener la oca-sión de compartir experiencias y amis-tad, Leopoldo Medina del Cerro.

    Desde su aparición en el III Con-greso celebrado en Cartagena, dondepresentó la investigación “Evoluciónde la Utilización y Conservación delparque Molinar de la Zona Norte deMadrid”, su compromiso con nuestraAsociación, ha sido constante, defen-diendo la protección de los ingenioshidráulicos y eólicos, con sus presas yazudes, así como el paisaje que losrodea. Supo contactar con todo aquelque se le acercaba cuando necesitabauna orientación, del mismo modo queestuvo dispuesto a escuchar sobretodo lo que le contase el contertulio.

    Todos recordamos sus esfuerzospor iniciar y llevar a cabo la continui-dad de aquella revista Molinum que sepublicaba en papel, que fue dirigidapor el recordado García Rueda. Mástarde cuando empezamos a publicarlaen nuestra Web, apoyó y asumió su di-rección, que nos ha servido para uni-

    ficar criterios y dar a conocer las in-vestigaciones en las que estamos in-mersos. La nueva manera de prepararla revista, en la que también ha cola-borado Leopoldo, ha servido para ac-tualizarnos y nos encontramos enestos momentos haciéndolo como lasAsociaciones que están en nuestralínea. Es de agradecer su compromisoasumido y todo el esfuerzo que realizóen vida para que esta Asociación parael Estudio y la Conservación de losMolinos, tuviera la continuidad pre-sente.

    Es por ello que le dedicamos estarevista, con el compromiso de prepa-rar el siguiente número como home-naje y dar la posibilidad a todo aquelsocio o no socio, que quiera dedicarleunas líneas lo pueda hacer.

    Leopoldo allá donde estés, gra-cias por tu amistad y compromiso, unfuerte abrazo a tu familia y muy espe-cialmente a tu esposa Mari Paz, con laque también hemos compartido mara-villosas jornadas molineras.

    MOLINUM.

    Editorial

  • Estimados lectores:

    Como Director de la revista MOLI-NUM, os escribo estas líneas paratransmitiros, en primer lugar, mis dis-culpas en nombre de la publicaciónpor el retraso que ha sufrido este nú-mero.

    La complejidad del mismo, sumada a laextensión que ha llevado, ha alargadoen exceso el tiempo hasta que ha vistola luz. Además, la falta de respuestapor parte de más socios de ACEM ensumarse al equipo que edita MOLI-NUM, ha demostrado que la revistatiene algunos problemas que solucio-nar.

    Ello hace necesaria reiterar la disculpatanto a los autores de los artículos, quehan esperado pacientemente a que sustextos sean publicados, como a todoslos lectores, que no han recibido pun-tualmente el número cuando tenía quehaberse remitido. Como Director,debo asumir esta responsabilidad, yrendir cuentas ante todos.

    Trabajaremos, desde la directiva deACEM, en poner solución, buscandonuevas fórmulas y realizando de nuevoun llamamiento a todos. En la próxima

    reunión de la Junta, abierta comosiempre a todos los socios, se acorda-rán aquellas medidas que sean necesa-rias para encaminar MOLINUM por sumejor camino.

    Al igual que otras circunstancias suce-didas antes, como fue en su día con loscongresos o después con el inventario,que sigue atascado a falta de la parti-cipación de todos, si deseamos mante-ner una revista como ésta, conartículos y contenidos de calidad, y re-alizada desde la aportación desintere-sada de lectores y socios de ACEM,debemos comprometernos formandoun equipo amplio que pueda mante-ner el ritmo que MOLINUM necesita.

    Os esperamos, os necesitamos, y osofrecemos este número, que comotodos los anteriores, ha sido el fruto dela aportación de diversos estudiosos yamantes de los molinos. Sirva tambiénde homenaje a nuestro añorado Leo-poldo, que siempre estuvo dispuesto aparticipar y colaborar en las activida-des molinológicas que hemos compar-tido en el tiempo.

    Pedro J. Fernández

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    Carta del director

  • Las abadías y el agua.

    Javier Ibargüen Soler Arquitecto.

    La necesidad de conducir, almacenar, elevary aprovechar el agua surge desde el mismoorigen de los asentamientos humanos. Con-secuentemente, su aplicación en la arquitec-tura, ha tenido que desarrollar, a través delos tiempos, el perfeccionamiento de las téc-nicas en función de los territorios y el sabertransmitido.

    Ya en el siglo I a.C, Marco Vitruvio Polión ensu tratado “De Architectura”, describe el es-tado de la cuestión en aquellos momentossobre el conocimiento recogido desde laantigüedad en relación con la arquitecturay la tecnología relacionada con el agua, yque el mundo romano tan eficazmente supoaplicar, desde la escala urbana, con el abas-tecimiento a las ciudades, al más concretoen sus construcciones, baños, fuentes, etc.La civilización islámica, proveniente dezonas desérticas, consideraba al agua comoun don divino y supo recoger los conoci-mientos recibidos y perfeccionarlos para sumáximo aprovechamiento, creando una im-portante cultura agrícola basada en el desa-rrollo del regadío, y trasladando a lapenínsula tecnologías que perdurarían enlos territorios reconquistados.

    En el Renacimiento, Andrea Palladio en sutratado “Los cuatro Libros de la Arquitec-tura”, analiza la relación intrínseca delpapel del agua en los edificios, sus sistemasde abastecimiento, recorridos, orientacio-nes y aplicaciones domésticas y recreativas.Los primeros monjes cristianos eran en granparte ascetas solitarios, que provenían deEgipto y Siria. Estos anacoretas, a partir del

    s.IV pasaron a vivir en comunidad por razo-nes de supervivencia. Así fueron creandocongregaciones hasta establecer determina-das reglas monásticas que asegurasen la con-vivencia y surgen las primeras “reglas” parasu organización, como la “Regla del Maes-tro” donde ya se mencionan ciertas disposi-ciones relativas al agua.

    Pero será Benito de Nursia (480-547) quienpuede considerarse el iniciador de la orga-nización de la vida monacal en Occidente, através de la perdurable hasta nuestros días“Regla de San Benito”, en parte inspirada enla anterior, pero mucho más práctica y con-creta.

    En ella se crean los conceptos fundamenta-les de organización de un monasterio, siem-pre a partir de la Iglesia y el claustro comoelementos básicos alrededor de los que seimplantarán el resto de dependencias. Tam-bién se adentra la regla en las consideracio-nes sobre las necesidades del entorno, demodo que se disponga en el interior del re-cinto de todo lo necesario, fundamental-mente el agua, con el fin de evitar elcontacto con el mundo exterior.

    Aunque gran parte del texto está extraído,de la Regla del Maestro, de las Escrituras yde otras fuentes, fue la Regla de San Benito,y no ninguno de esos documentos de losque tomó el material, la que se impuso entodos los monasterios de la Europa occiden-tal y la que hoy día siguen miles de monjesen todo el mundo, debido a que trata la ma-yoría los aspectos que se precisan para la ac-tividad monástica de cualquier clase demonjes y de cualquier edad.

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  • A San Benito se le atribuye un mi-lagro, según el cual, debido a la di-ficultad de obtener agua en tres delos monasterios que construyó enladeras montañosas, y tener quebajar a por agua al lago cada díapor caminos peligrosos, y ante elclamor de los monjes para su tras-lado a otro lugar, una noche Be-nito ascendió a la montaña a orar,tras lo cual, puso tres piedras enaquel lugar como señal, regre-sando después al monasterio. Aldía siguiente, Benito les dijo a losmonjes: "Id y cavad un poco en la rocadonde encontréis tres piedras superpuestas.Porque poderoso es Dios para hacer brotaragua aun de la cima de la montaña, y así aho-rraros la fatiga de tan largo camino". Unavez allí, encontraron goteando la roca, hi-cieron un hoyo en ella y se llenó de agua,brotando de tal modo que hasta hoy siguemanando caudalosamente desde la cimahasta el pie de aquella montaña.

    El primer plano conocido acerca de laorganización de un monasterio, se realiza entorno al año 825, y corresponde al Monaste-rio de Saint Gall (Sankt Gallen), en Suiza, elcual se considera el plano de arquitecturamás antiguo de los conservados. En él semuestra un monasterio ideal. Numerosasinscripciones identifican unos cuarenta edi-ficios y sus usos, entre ellos la iglesia, scrip-torium, dormitorio, refectorio, cocina, casade huéspedes, residencia del Abad y una en-fermería y numerosos campos, jardines ydependencias industriales.

    Dibujado sobre cinco trozos de per-gamino cosidos juntos, el plano mide112 cmx 77,5 cm. Tres siglos después de haberse di-bujado el Plano, el reverso del documentofue utilizado por un amanuense transcri-biendo una versión de la vida de san Martín

    Fig.1 y 2.

    de Tours circunstancia gracias a la cual per-mitió la conservación de este verdadero te-soro medieval.

    Sin embargo, este plano no parece aden-trarse en las infraestructuras hidráulicasprecisas para los edificios, salvo en la cohe-rencia de ubicación de los usos domésticos.Sin embargo, el plano del monasterio deChrist Church, en Canterbury, nos propor-ciona una visión global del sistema hidráu-lico del siglo XII del complejo monástico.Muestra cómo el agua fue traída por unaserie de tuberías y tanques de asentamiento,a través de campos de maíz, vides y manza-nos, hasta el perímetro amurallado del mo-nasterio. Una vez dentro de las murallas, sebombea el agua para abastecer las numero-sas piezas que lo requieran. Los edificiosaparecen dibujados con cierta grado de de-talle, perefectamente orientados, y con losflujos de agua entre ellos. Para diferenciar yclasificar las canalizaciones, se emplean di-ferentes colores, el verde para el agua lim-pia, el rojo anaranjado es el agua que hapasado a través del depósito central, en elclaustro; rojo fuerte para las aguas residua-les, y marrón para el drenaje de agua de llu-via.

    1010

  • EL AGUA EN LOS MONASTERIOS CISTER-CIENSES

    A finales del s. XI, comienza a surgir un rá-pido desarrollo de la orden cisterciense,que se ha venido interpre¬tando como unareacción frente al modelo de monacato do-minante represen¬tado por Cluny, bus-cando una mayor pobreza, apartamiento delmundo y una vuelta a una espiritualidadmás acorde con la regla de S. Benito. En estepro¬ceso, la figura indiscutible fue Ber-nardo de Claraval, aunque el origen de la re-forma cisterciense haya que situarlo algunosaños antes.

    El afán de rechazo al modelo cluniacenselleva al monje Roberto y a otros 7 monjes deS. Michèle de Tonnere en 1075 a retirarse albosque de Molesme, pero ya en 1089 venque este lugar es insuficiente para ocultarsedel mundo y huyen a los cenagales de Ci-teaux.

    En este momento se configura una primerabase teórica y doctrinal que va a regir lavida de los monasterios cistercienses enaños posteriores. Frente a la autonomía delas abadías cluniacenses habrá una subordi-nación a los capítulos generales, en una di-námica que se reflejará incluso en lapresencia de un modelo arquitectónicoúnico.

    El segundo paso en el proceso de desarrollode la nueva orden será el traslado en 1112 deBernardo (1091-1053) con 30 nobles desdeFontaines a Citeaux; luego él mismo con 12hermanos fundará Clairvaux, en un modelode gran dinamismo que será recordado enlas fundaciones posteriores.

    Esta filosofía de la vida se plasmará tambiénen las teorías de S. Bernardo sobre el arte.En un sentido estricto, Bernardo no teorizó

    sobre el arte, pero a través de sus escritoscontra el lujo de la ornamentación arquitec-tónica cluniacense acabó favoreciendo elarte desornamentado de los primeros mo-nasterios cistercienses, que en modo algunoserán sinónimo de pobreza, tras los prime-ros intentos de purismo.

    Tras la muerte de S. Bernardo y con el pro-gresivo crecimiento de la orden, las premi-sas sobre la pobreza constructiva se iránviendo abandonadas progresivamente.

    Durante el siglo XII, en plena fase de expan-sión económica del mundo medieval se fun-darán 525 conventos y 169 en el XIII,posteriormente el movimiento va per-diendo fuerza y en el XIV sólo se fundarán18 y 20 en el XV.

    La mayoría de estos establecimientos corres-ponden al territorio francés (246) seguidospor Italia con 95, Inglaterra con 76 y, encuarto lugar España con 59.

    Del monasterio de Citeaux, surgirán 4 filia-les más antiguas: La Ferté (1113), Pontigny(1114), Morimond y Clairvaux (1115, losdos) de aquí surge toda la ramificación defundaciones: Clairvaux tendrá 355, Mori-mond 193, Citeaux 109, Pontigny 43 y LaFerté 17. Todos ellos mediante el sistema deenviar un nuevo abad con 12 compañeroscomo en su momento había hecho Ber-nardo. Al margen quedan las fundacionesfemeninas peor conocidas.

    La Península Ibérica no está entre los inte-reses primeros de San Bernardo, puescuando el abad Artaud de Preully hacia1127/1129 le comunica su interés por reali-zar fundaciones en España, San Bernardo leechará en cara que resulta más fácil llenar elespacio más próximo, donde los esfuerzosson menores. La primera fundación

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  • cisterciense en España fue Fitero, en 1140,pero en realidad no se hace efectiva en estelugar hasta 1152. El caso de Fitero es el deuna fundación de tercera generación (Mo-rimond-EscalaDei-Fitero) lo mismo que lasgrandes fundaciones catalanas (Claraval-Gran Selva-Santes Creus). Poblet inclusoserá de la cuarta generación, situación quees generalizable para toda la Corona de Ara-gón, donde además Santes Creus y Pobletgozarán de la condición de palacios y pan-teones reales. Algo similar se produjo enCastilla.

    La elección de un emplazamiento adecuadoera una labor de muchos años, pues habíaque garantizar la eficiencia del entorno, enla que como veremos, la disposición de re-cursos hídricos suficientes resulta un con-dicionante básico. Junto con otros factorescomo los climáticos, la proximidad a redesviarias y las relaciones con las poblacionescercanas, motivaban que en la mayoría delos casos, tardaban una media de veinte añosen decidir una implantación definitiva. Porello, las primeras construcciones, antes deacometer la fábrica definitiva, tenían un ca-rácter provisional, mucho más endeble. Enel acto de colonización que suponía unanueva fundación, había que sumar al propionúcleo edificado, la construcción de granjaspróximas, controlando un amplio territorioproductivo, las cuales se debían ubicar a unadistancia que permitiera a los monjes ir yvolver en el mismo día.

    La planificación constructiva de los monas-terios cistercienses tiene unas invariantesmuy definidas, que han llegado a crear una“planta tipo”, que permite identificar conclaridad sus dependencias, en cualquier ce-nobio conservado. Partiendo de la orienta-ción canónica Este-Oeste de la iglesia en lazona más elevada, hacia el mediodía seadosa el claustro y las dependencias anejas

    FIgs. 3 y 4.

    a su alrededor, quedando el ala doméstica(calefactorio, refectorio, cocina) en la zonaopuesta a la iglesia. Esta invariante, se rompeen algunos casos con la única modificaciónde la simetría con respecto a la iglesia, de-bido a la orografía del terreno y sobre todo,a las cuestiones hidráulicas.

    1212

  • LOS ORIGENES HISTORICOS DE LA FUN-DACION DE RUEDA.

    En Aragón, la primera fundación cister-ciense es la de Veruela, en 1146, dependiendode Scala Dei, siendo, de las tres fundacionesmasculinas aragonesas, la única que no sigueel característico peregrinaje de un lugar aotro hasta encontrar su emplazamiento de-finitivo. Así los monjes de Pie-dra estarán primero enPeralejos, Teruel, en 1164; des-pués en 1186 se trasladaránhasta Piedra Vieja y, en 1218 seproduce el traslado hasta suemplazamiento definitivo,mientras que las obras parecendesarrollarse con intensidad enla primera década del siglo XIII.El origen del Monasterio deRueda comienza en 1152 con lafundación de la abadía de Nª Sªde Saltz por los monjes de Gi-mont, que a su vez procedían dela casa madre Morimond. En 1162 con la ce-sión de tierras en Burjazud (Villanueva deGállego), se fundó la abadía de Juncería,precedente inmediato de Rueda.

    Ya en 1182, es donada por el rey Alfonso IIla propiedad y el castillo de Escatrón, juntoal río Ebro, para que allí se construya unmonasterio "secundum formam et institu-tionem sancte religionis Cisterciensis ordi-nis", donde diez sacerdotes celebren misaspor el rey Al¬fonso perpetuamente, aun-que, hasta que tenga lugar el traslado de losmonjes al nuevo monasterio, bastará conque sean cuatro los celebrantes en Juncería.Con la terminación de la primitiva Capillade San Pedro en 1202 se puede considerarinaugurado el monasterio de Rueda. La ac-tividad constructiva se desarrolla a lo largode los siglos XIII y XIV, quedando configu-rado el núcleo fundamental medieval hacia

    1248, que incluía todas las dependenciasprevistas en la organización arquitectónicade los monasterios cistercienses. De estemodo se construyen la iglesia, la sacristía, elclaustro, el armarium, la sala capitular, el lo-cutorio, el paso a la huerta, el scriptorium,el calefactorio, el refectorio, la cocina y lacilla ligeramente separada, en este caso, desu habitual ubicación en el ala occidental

    del claustro. Sobre el ala capitular se sitúa eldormitorio medieval, con sus dos escalerasde comunicación, hacia la iglesia y al claus-tro.

    Figs 5 y 6.

    13

  • A finales del siglo XIV comenzó en el mo-nasterio una época de decadencia que seprolongó hasta 1558 cuando, con el nom-bramiento del abad Fray Miguel Rubio ycon el saneamiento de la economía del mo-nasterio, se inició una importante renova-ción que se prolongaría durante los siglosXVI y XVII, configurándose los edificios dela monumental Plaza de San Pedro, enmar-cada por el propio monasterio medieval, elnuevo palacio abacial, la galería porticadaque comunicaba el palacio del abad con elconjunto medieval, y la hospedería.

    También se construye al final de este pe-riodo, la gran nave de dormitorios situadaal otro lado del conjunto medieval, con elque se conectaba al claustro por un pasoabierto en el espacio ocupado por el cale-factorio.

    La exclaustración de los monjes de Ruedacon motivo del decreto desamortizador delministro Mendizábal tuvo lugar el 16 de no-viembre de 1835, en un momento en el quela comunidad estaba compuesta de treintamonjes, veinte legos y veinte criados. Elloimplicará el abandono del Monasterio y laalteración de todas las funcio-nes que se desarrollaban en él,iniciándose un proceso de de-cadencia arquitectónica quelo llevó a una situación degrave riesgo de ruina hastaque a finales del s.XX se aco-metieron las principales obrasde restauración, que han per-mitido recuperar gran partedel conjunto monástico, cons-tituyendo, hoy día uno de losmonasterios cisterciensesmejor conservados de Europa.

    Las infraestructuras hidráuli-cas del monasterio que se

    construyeron desde el comienzo de la im-plantación constituyen un aspecto de graninterés, no sólo por su singularidad, sino porla integridad de su estado de conservación.Comienzan con el azud construido en el ríoEbro, que desviaba el agua por un canalhasta su elevación por la noria que estuvoen funcionamiento hasta las primeras déca-das del siglo XX y que probablemente dionombre al monasterio. Ésta arrojaba el aguapor medio de sus canjilones al acueducto defábrica de sillería, a través del cual se efec-tuaba la distribución por el monasterio, yapor canalizaciones subterráneas.

    Figs 7 y 8.

    1414

  • LAS INFRAESTRUCTURAS HIDRÁULICASDE LOS MONASTERIOS

    Como se ha señalado, los cistercienses ele-gían el emplazamiento de sus monasteriosen lugares donde estuviera garantizado concarácter permanente un caudal de agua su-ficiente para los usos necesarios para unaautosuficiencia económica. Los usos a losque se habría de destinar el agua, podemosclasificarlo en dos grandes grupos:

    -Usos domésticos: alimentación (bebida, co-cinar), higiene (limpieza, colada, afeitado,tonsura, letrinas, lavatorio) y otros como ca-lefactorio, enfermería y litúrgicos (bendi-ción, abluciones, lavado de pies“mandatum”). Incluso podemos considerarotros aspectos como el diluir la tinta, o lautilización de de clepsidras (reloj de aguapara las horas en que los relojes de sol no re-sultan útiles).

    -Usos productivos: Además de los usos agrí-colas, fundamentales en la economía de losmonasterios, otros usos “industriales”, for-maban parte de las construcciones en losmonasterios, como molinos de harina, alma-zaras, forjas, batanes, incluso la piscicultura,que constituía una de las bases de la alimen-tación.

    En consecuencia, las fuentes de abasteci-miento requerían distintas características,en unos casos se precisaba la pureza delagua, en otros caudales que arrastraran re-siduos, y en los usos pro-ductivos suficiente fuerzadel agua para movilizar lasmaquinarias correspon-dientes, bien con saltos deagua, corrientes, balsas,etc.

    Las infraestructuras hi-

    dráulicas abarcan desde la captación, consistemas muy variados, habitualmente desdeacequias próximas derivadas de ríos concaudal suficiente; el transporte, general-mente por gravedad; el almacenamiento (al-jibes, pozos); la distribución (conduccionesde enlosados de piedra, cerámicas, conduc-tos de sillería cerrados, tuberías de plomopara conductos de presión, y la evacuación,ya por acequias abiertas.

    LOS SISTEMAS HIDRÁULICOS DEL MO-NASTERIO DE RUEDA

    Al tratarse en la mayoría de los casos de ele-mentos ocultos en el subsuelo, y en muchoscasos han desaparecido por reformas poste-riores, en pocos monasterios han podido serestudiadas estas infraestructuras de formaprofunda. En nuestro caso, gracias a los tra-bajos de restauración en el Monasterio deRueda que se han venido realizando desdela redacción del Plan director en 1990,hemos podido ir recuperando gran parte deestas canalizaciones, que presentaban buenestado de conservación, debido al totalabandono de la zona medieval del monaste-rio tras la desamortización. La ausencia dereutilización de estos espacios ha permitidosu mantenimiento intacto; de este modo, elrepertorio de canalizaciones, tuberías depresión del lavatorio realizadas con plomosobre talla de piedra, tuberías cerámicas,etc, pueden observarse hoy en los espaciospor donde transitaba la corriente de agua.Asimismo, la ubicación junto a un gran río,

    les confiere peculiarida-des que tienen su in-fluencia en un amplioterritorio donde el cursofluvial tiene característi-cas comunes

    Fig 9.

    15

  • Figs 10, 11 a b c d y e.

    Pero la singularidad propia de Rueda, laconstituye sin duda las complejas caracte-rísticas de las infraestructuras necesariaspara dotar al monasterio de un elementoimprescindible, como es el agua, que nece-sariamente debía circular por el ala domés-tica del claustro. Así, el agua circulaba bajoel calefactorio, refectorio y cocina, con suderivación al pabellón de la fuente o lavato-rio, además de abastecer a otros elementosauxiliares como la almazara. Su atarjea ge-

    neral interior también debió disponer deconexiones con la nevera y las letrinas.

    Figs 12 y 13.

    1616

  • En la mayoría de los monasterios, el origendel abastecimiento de agua lo constituyenpequeñas acequias provenientes de ríos cer-canos. En el caso de Rueda, era preciso ob-tenerla desde un río caudaloso aunque conun régimen muy variable a lo largo del año,y además era preciso elevar el agua desdeuna cota notablemente inferior. De ahí elorigen del actual norial y todas las estruc-turas asociadas imprescindibles realizadas,como el azud, canal, acueducto, y el molinoharinero adosado para un mayor aprovecha-miento de la corriente de agua.

    Aunque disponemos de escasos datos histó-ricos, la obra de cantería, su acueducto gó-tico y sobre todo su necesidad para elfuncionamiento de la vida monacal, la si-túan entre las primeras fábricas del monas-terio, es decir en la primera mitad del sigloXIII. Aunque hemos de suponer que la es-tructura de la noria y acueducto están en elorigen del proyecto monástico, las excava-ciones arqueológicas demuestran que el al-jibe del claustro y su pozo, tuvierondebieron funcionar como sistema de abas-tecimiento de agua, en tanto se realizó laconstrucción del lavatorio, el cual se cons-truyó a la vez que las estructuras claustralesdel lado del refectorio.

    Figs 14 a b y c.

    No hay constancia documental acerca delorigen del topónimo Rueda, pero lo ciertoes que la noria o rueda ha sido sin duda elelemento que más carácter ha dado al mo-nasterio, plasmándose como motivo herál-dico y auténtico símbolo del mismo(siempre concebida como una rueda consencillos radios al eje central). De estemodo, la noria figura en el todos los escudosabaciales que perviven en las edificaciones,en forma escultórica o en pintura mural.

    Fig 15 y 16.

    17

  • Asimismo, esta misma fuente de abasteci-miento, aunque sólo con fines agrícolas,existió en toda la comarca próxima y desdeel tramo del río Ebro situado entre Pina,Quinto, Gelsa, Velilla de Ebro, La Zaida, Al-borge, Alforque, Cinco Olivas, Sástago, Esca-trón, Chiprana, y hasta Caspe, donde susnoriales quedaron inundados por el pan-tano de Mequinenza, se desarrollaron nu-merosos conjuntos hidráulicos,habitualmente compuestos de azud, noria ymolino harinero, cuyas características sonmuy similares a las que luego describiré enel Monasterio de Rueda, aunque con ruedasde menores dimensiones, que van desde los14,50 metros de la triple noria de Gelsa, a losaproximadamente 9 metros de Velilla deEbro.

    Figs 17 y 18.

    Hay escasas noticias documentales sobre lanoria del Monasterio de Rueda, pero entreellas, tenemos la del viajero Labaña, que enabril de 1611 visitó la zona, describiendoque había una huerta regada con agua delEbro que sube 58 palmos, elevada con unaNoria.

    La noria de Rueda tiene el clásico sistema demachones de cantería para sustentar su ejey los cajones de madera para la recogida delagua en la zona más elevada denominadosañaquiles, situados uno a cada lado, puestoque estamos ante una noria de doble juegode machones, que arroja agua a los dos cos-tados.

    Figs 19 y 20.

    1818

  • La estructura principal está formada porcuatro radios en forma de cruceta, denomi-nados “cruces”, que van anclados a las co-ronas de madera y al eje. Próximo a ésteexistía una pieza de rigidización, el “ataba-que”, de forma cuadrada, del que partíantodos los radios hacia las coronas. La estruc-tura radial resultante disponía de 28 ele-mentos en cada lado (24 radios + 4 cruces),y se arriostraban con dos estructuras cua-dradas (“cabezas”) concéntricas al ataba-que, en cuyos ángulos se interseccionan lascruces.

    Los radios de ambas coronas sujetaban yarriostraban en su extremo las paletas o ála-bes, sobre las que el empuje del agua hacemover la noria. Por último, entre los radios,se ubicaban dos cangilones de madera suje-tos a la corona por tres simples palos de ma-dera, para lo cual tenían lascorrespondientes perforaciones.

    Figs 21.

    Pero como en todos los noriales, para que elagua llegue a su emplazamiento, es impor-tante tener en cuenta las infraestructurasprecisas para ello. En este caso, el azud obli-cuo construido en el Ebro, se conserva enaceptable estado. La estructura originaldebió ser a base de empalizada y mampos-tería, pero hoy día se encuentra recubiertode hormigón. Este azud desvía el agua delrío hacia el canal de derivación, cuya cota

    se mantiene uniforme gracias a otra presarealizada con sillería y empalizada de ma-dera, para que el agua se dirija hacia la cajade la noria, protegida por una reja y regu-lada por una compuerta.

    Fig 22.

    También en este caso la estructura lleva aso-ciada un molino harinero, cuya boca de en-trada al cárcavo es contigua a la compuertade la noria. No existían datos sobre las ca-racterísticas del molino debido a su estadoruinoso, pero los trabajos de restauraciónnos han permitido recuperar entre todos loselementos ocultos por las tierras de arrastre,de un molino de en excelente estado deconservación. Se trata de un molino de losdenominados “de regolfo”, con su caracte-rístico alojamiento de cantería para el ro-dezno situado a la salida del cárcavo a modode un pozo, de un metro de altura, cuyo in-terior siempre es cilíndrico. El agua acumu-lada en el “pozo” sale por una estrechaabertura hacia el rodezno, que trabaja amayor presión que la atmosférica, como lasturbinas.

    La disposición de la toma de agua hace quese reparta de forma uniforme por todos losálabes. Debido a la forma del rodete y su po-sición en el cubete, el agua, además de ejer-cer un empuje perpendicular sobre lasuperficie de los álabes, ejerce una fuerza

    19

  • axial por su peso. De esta presión se apro-vecha el efecto de reacción producido alevacuar el agua, de tal forma que la veloci-dad de salida del agua es casi nula, premisaque también cumplen las turbinas.

    El molino de Rueda constituye un ejemplarde los que mejor se conservan, y la fecha desu construcción queda reflejada en una losade piedra justo detrás del cubete de sillería,donde se lee claramente “1576 septbre”. Ellocoincide además con la documentación deque disponíamos según la cual, “En 1565, elabad Rubio hizo varias obras y fábricas enlos 19 años que gobernó, entre ellas el mo-lino de harina que está junto a la noria; tam-bién consta que “reparó muchas veces losazudes, e hizo las norias de nuevo”.

    Figs 23, 24 y 25.

    Estado inicial del molino y restos descubier-tos tras el desescombro

    Junto a la noria y el molino harineroarranca el acueducto de sillería, uno de losmejores ejemplos aragoneses de acueductogótico existentes, que salva la altura entre elpunto de elevación máximo que marcaría lanoria y el de distribución hacia el monaste-rio. El sistema estructural consiste en unaarquería, sobre la que discurría un para-mento mural que alberga el canal, tambiénde piezas de sillería por el que se conduceel agua. En su inicio se compone de 5 arcosapuntados y un sexto vano, estrecho y másalto, que se cierra mediante un sis¬tema deaproximación de sencillos modillones, quese correspondía con el frente de la rueda. El

    canalillo superior se encuentra re-alizado por grandes sillares vacia-dos interiormente paraconformarlo.

    Tras la parte elevada del acue-ducto, el seguimiento arqueoló-gico ha permitido reconstruir elrecorrido del mismo: desde lanoria, rodeando el actual palacioabacial (que quizás pudo modifi-car su trazado) se dirige hacia laentrada de la Puerta Real, pasando

    a estar excavado en la roca arenisca, paravolver a entrar al monasterio, transcu-rriendo junto a la fachada lateral de la igle-sia, en dirección a la almazara de aceite,derivando el agua necesaria para el procesode prensado del aceite. Después de untramo oculto hasta la fecha, vuelve a apare-cer en la Sala de los monjes o scriptorium,aunque previamente se desgaja una canali-zación con tubería de plomo sobre sillar la-brado de cantería, que lleva el agua hasta ellavatorio.

    2020

  • El ramal principal continúa su curso atrave-sando las dependencias del ala domésticadel claustro, como son el calefactorio, refec-torio (donde recoge el desagüe del lavato-rio) y cocina, para luego desviarse junto aun costado de la cilla hasta su definitiva eva-cuación en el río. Todo el recorrido está re-alizado con piedra de sillería perfectamentelabrada y cubierto con gruesas losas en granparte desaparecidas, con la excepción de laconducción de desagüe del lavatorio, reali-zada con conductos cerámicos.

    El recorrido de la atarjea general de agua,conecta asimismo con otras dos estructuras“industriales” del monasterio. La nevera, seencuentra situada fuera del recinto peromuy próxima a la entrada por el PalacioAbacial, en el monte contiguo junto al ca-mino, ligeramente elevada respecto al mo-nasterio, y presenta la característica plantacircular, revestida de mampostería de are-nisca, en toda la parte subterránea; la cú-pula de cierre está realizada en ladrillo. Esen esta parte superior donde se localizan losdos accesos, uno en la parte superior, en eleje de la cúpula, de planta circular, reves-tido de sillería y otro lateral, de mediopunto, que permitiría llegar a pie hasta elacceso. Aunque está pendiente de excava-ción, el desvío del acueducto subterráneohacia su proximidad, hace suponer una co-nexión de desagüe con el mismo.

    En principio el acceso superior podría serpara la carga de la nevera, mientras que ellateral lo sería para la descarga. La nevera deRueda, es una más de las estructuras de au-toabastecimiento del conjunto monástico,con los fines habituales (conservación dealimentos, refresco y usos medicinales y te-rapéuticos). La existencia de neveras asocia-das a monasterios, no es algo extraño, comodemuestran algunas referencias documen-tales sobre el uso de la nieve procedan de

    comunidades monásticas.

    En el interior del recinto del monasterio deRueda, y en el extremo posterior, tras laiglesia, se encuentran las ruinas del molinoaceitero, hacia el que también se dirige laatarjea general de distribución de agua, de-bido a la necesidad de su utilización en estainstalación.

    Figs 26 y 27.

    21

  • Corresponde a la tipología denominada de“viga y quintal”, que si bien no es una tipo-logía exclusiva del prensado de la oliva, po-demos decir que desde la Antigüedad yhasta la llegada de las prensas hidráulicas hasido la tecnología fundamental para estetipo de tareas.

    El proceso para la producción de aceite enestas almazaras, puede resumirse del si-guiente modo: una vez recogida la cosechade olivas, se trasladaba en caballerías al mo-lino, donde se almacenaban en los algorines,pequeños recipientes en compartimentosadosados a una de las paredes del edificioDe allí eran transportadas en capazos parala molienda a la balsa o rueda de moler,pieza circular de piedra, donde una ruedatroncocónica superior trituraba las olivas,movida por la fuerza de una caballería.

    La pasta obtenida era colocada en columnasde capazos circulares de esparto sobre unapiedra, en una cantidad aproximada de 5Kg. por capa, sometiéndola a la presión deuna gran viga de madera de pino, en cuyoextremo colgaba la libra, piedra cilíndricade contrapeso, maniobrada con un husillopor los trabajadores. Conforme se ejercía lapresión contrarrestada en el castillete depiedra, se iba liberando el aceite, que se ibadepositando en pilas de decantación. Para sacar más provecho de la pasta, en lacaldera que existía en el recinto, se calen-taba agua obtenida en este caso de la ace-quia del subsuelo, escaldando la pasta paranuevas operaciones de prensado. El líquidoobtenido se iba decantando en pilas circu-lares decrecientes, quedando el aceite en lacapa superior debido a su menor densidad.Desde donde finalmente era transportado agrandes pilas de piedra.

    En el de Rueda se conservan los dos grandesbloques verticales de piedra que servían de

    apoyo a la gigantesca palanca (viga), quemediante el torno “de libra” ejercía la pre-sión sobre las esteras llenas de pasta deoliva. Asociados con esta estructura se intu-yeron los restos de las estructuras de reco-gida del aceite virgen, todavía pendientesde una excavación en detalle. En el centrode la estructura dos pilares servían de apoyoal madero que sustentaba el eje de unamuela “de sangre” encargada de preparar lapasta del la oliva.

    Con estos elementos hemos de suponer quenos encontramos con un molino de la tipo-logía habitual, una viga en el eje principaldel edificio, con sus sistemas de decantación(es de suponer que aparecerán las zonas de-dicadas a mantener el fuego); el agua nece-saria para el proceso, la proporciona elacueducto y queda por definir el funciona-miento de la pequeña prensa anexa.

    Finalmente, procede señalar que los trabajosde restauración realizados hasta ahora elMonasterio de Rueda, han permitido la re-cuperación de los aspectos más significati-vos de sus infraestructuras hidráulicas,como son el conjunto del norial, molino ha-rinero y acueducto, así como las conduccio-nes interiores que atraviesan lasdependencias del núcleo medieval. Quedapendiente el seguimiento del tramo de laatarjea general, entre el molino de aceite ysu entrada por la Sala de los monjes, asícomo su bifurcación en la conducción haciael lavatorio.

    A falta de los elementos mencionados,puede concluirse la importancia que estasinfraestructuras cobran en la planificacióny desarrollo de un monasterio de estas ca-racterísticas, y que en el caso de Rueda,añade la singularidad de un norial de gran-des dimensiones, y que hoy puede conside-rase el mayor de los conservados en Europa.

    2222

  • Figs 28, 29 y 30.

    Todas estas consideraciones nos llevaron aplantear la reconstrucción de la noria con

    la máxima similitud en forma y dimensiona-miento de todos sus elementos, según la do-cumentación fotográfica conservada de laúltima rueda que existió, así como del restode norias de la comarca, cuyas característi-cas eran prácticamente idénticas, pero en laque dadas sus grandes dimensiones y con elfin de garantizar su estabilidad estructurala corto y medio plazo, se ha realizado conacero cortén la estructura básica (eje, cru-ces, radios y corona), cuya textura y color es

    similar a la madera tra-tada para su conserva-ción.

    Las palas o álabes, y loscangilones, son de ma-dera de iroko, así comoel añaquil o cajón demadera que recibe elagua arrojada por loscangilones en su primertramo. El peso de larueda con los nuevosmateriales, se ha equili-brado con el que ten-dría originalmenteconstruida íntegra-mente en madera, de

    modo que su movimiento de giro, que porotra parte se puede regular con la com-puerta previa, sea el adecuado para su fun-cionamiento.

    23

  • Figs 31.

    Con estos planteamientos, se ha obtenido lamayor fidelidad a la última rueda existenteen el monasterio, posibilitando una mayorgarantía de funcionamiento a largo plazo,con el mínimo mantenimiento posible. El ejede cojinetes axiales lubricados, facilita laconservación de su verticalidad, tradicionalproblema de mantenimiento en estas in-fraestructuras. No obstante, hay que teneren cuenta que en algunos periodos de riadasse inundará parte del conjunto, y se parali-zará su funcionamiento. Asimismo, otra di-ficultad temporal la constituirá el pantanode Mequinenza, cuya cola coincide prácti-camente con el norial, y que en los escasosperiodos en los que se mantiene en su má-xima capacidad, produce un efecto de re-torno del agua del río, impidiendo el girode la rueda.

    En cualquier caso, creo que puede conside-rarse que el conjunto de las infraestructurashidráulicas de este monasterio, gracias a suestado de conservación, constituyen unclaro ejemplo de la disposición de métodosde abastecimiento, usos, sistemas de distri-bución, almacenamiento y evacuación, quese produjeron desde el comienzo de la cons-trucción de los grandes conjuntos monásti-cos en la edad media, y que perdurarondurante siglos, siendo incluso reutilizados alo largo de su historia en sus reformas y am-pliaciones hasta su abandono a raíz de lasexclaustraciones de comienzos del s. XIX.Ello constituye un claro ejemplo de sosteni-bilidad y aprovechamiento de los recursosnaturales, que tanto se reclama como nove-dad en los tiempos actuales.

    2424

  • Querellas por los molinos en los dominios del Monasterio dePoblet, siglos XVI-XVIII.

    25

    Claudia Castillo.Máster en Estudios Históricos.

    Introducción

    El estudio revisa los molinos de harina yaceite vinculados al Monasterio de Pobletentre los siglos XVI y XIX desde la perspec-tiva de los conflictos que generaban en lavida económica de sus usuarios. Se trata deun análisis de una de las principales cons-trucciones preindustriales de la época, perolos abordaremos en relación a los puntos enque se convertían en factor de conflictotanto para habitantes aledaños como parasus dueños, los monjes de Poblet. Los moli-nos, a la vez que útiles en la producción dedos ingredientes esenciales de la dieta espa-ñola (harina/aceite), se transformaron enobjeto de numerosas disputas ya fuese por-que podrían funcionar en desmedro de laagricultura, porque existía un control porparte de Poblet en su uso, por los desechosque generaban y por el valor intrínseco queéstos tenían como bienes inmuebles que sepodían arrendar.

    Existe bastante bibliografía en el campo dela historia de los molinos en España, enfo-que esencialmente patrimonial, arqueoló-gico, técnico y descriptivo. Pensamos queeste enfoque es fundamental, pero la contri-bución a ese catastro no es tanto nuestro in-terés como la construcción de la historiaque se forjó en relación al uso de los moli-nos en los territorios de Poblet. Pensamos

    que la existencia de molinos provocaba be-neficios, sabemos que inspiraba poemas yera fundamental para la producción de pany aceite, alimentos esenciales en la economíacotidiana. Proponemos un estudio distinto,puesto que la vida que se generaba en tornoa estos ingenios nos arroja conocimientosde diversas prácticas económicas y sociales. Así, veremos que su existencia no estuvoexenta de cuantiosos conflictos relaciona-dos con quién era el propietario del molino,quiénes lo usaban, quiénes recibían los be-neficios y por conflictos con la propiedad yuso del agua que se requería para su funcio-namiento. La instalación de un molino noera una decisión que alegrara a todos los ha-bitantes o que pudiera realizarse sin per-miso de nadie. Más bien, se trataba de unaconstrucción que siempre despertaba res-quemores y querellas para ser receptor desus bienes o alejar sus males. Así, “Tal era elprecio en que se valoraban los molinos queen el año 1114, el conde [de Berenguer] no

    Es indudable el socorro que prestaban en la molienda detrigo, olivas y diversos granos. Gracias a su existencia se fa-cilitó y aumentó la producción de harina y aceite. Debemosrecordar que los molinos también se ocupaban para otras fae-nas (papeleros, moledores de pimientos rojos) por lo que seamplía el campo de utilización.

    Existe bibliografía vinculada a poemas, mitos, leyendas yromances en que el molino sirve de fuente de inspiración.Ver Isidoro Jiménez Rodríguez, “Los molinos de viento enlos refranes, dichos y canciones” en Varios Autores, V Con-greso Internacional, pp. 329-342; Iván Mayayo, “Molinos ymolineros en los cuentos de tradición oral” en Varios Autores,V Congreso Internacional, pp. 357-362. Félix Pinto, “Acer-camiento al alma del molino. El molino en la poesía y la poe-sía en el molino” en Molinum, Cuarta Época,Noviembre-Diciembre 2010, ACEM,www.molinosacem.com, pp. 3-6.

    Máster en Estudios Históricos, Universidad de Barcelona.Versión íntegra de este estudio, con la correspondiente bi-bliografía y fuentes, en la página web de la Asociación enwww.molinosacem.com

  • dudó en pedir un préstamo de 100 morabe-tinos de oro puro, por dos molinos que teníaen el Besos, para ayudar a la expedición aMallorca”.

    Veremos, a partir del análisis de nuestrasfuentes, que los conflictos por los molinosse generaron por el derecho señorial querige sobre ellos. Ahora bien, el derechoexiste precisamente porque no es irrele-vante lo que está en juego. Muy por el con-trario, los molinos tienen el rol principal enla producción de harina y aceite en formaeficiente para la época. Era la máquinapreindustrial por excelencia, aun con mé-todos rústicos, pero sin duda incomparablea la hora de decidir utilizar el trabajo ma-nual. Cada campesino debía acudir al mo-lino a moler sus granos y sus olivas. Debíapagar por su uso. Estaba obligado a hacerlo.Podía tener el propio, pero seguramenteque ello estaría reservado para los campesi-nos más pudientes. Aún así, si tuviese uno ensus dominios, no se libraba de todos los pro-blemas. Debía pagar igualmente su diezmoy si el molino ocupaba el agua de los moli-nos del monasterio, tenía asegurada una dis-puta por dirimir si el molino debíaeliminarse.

    En cuanto al valor concreto, en cifras, solopodemos referir algunas notas que nos pue-den llevar a generar consideraciones res-pecto de la importancia económica de losmolinos. En los documentos encontramostambién numerosas acotaciones a que losmolinos podían arrendarse, con lo cual alseñor feudal le correspondería recibir unpago anual en metálico y en especies. Losmontos variaban según la calidad del mo-

    lino. El señor feudal otorgaba así otra víapara provocar un desvinculamiento de losvecinos hacia él y un camino para el fraude.Al entregar los molinos en arrendamientose exponía a no llevar un control directosobre la producción y también a que no sele pagara lo acordado. Sin embargo, el sis-tema parecía rendirles más réditos a losmonjes de esa manera, con lo cual se ahorra-ban el trabajo de construcción y manten-ción del molino, aunque estos últimospuntos variaban según cada contrato.

    Podemos ver también que los monjes lleva-ban cuenta acuciosa de los derechos que de-bían recibir por el uso del molino, lo quellamamos derecho de molienda. No es elcaso hacer un análisis cuantitativo al res-pecto, pero sí mencionar que para los seño-res feudales significaba un ingreso deimportancia lo que explica, ciertamente, laproliferación de diversos conflictos a lahora en que dejaban de percibirlos.

    Junto a ello, una vez revisados los documen-tos en relación a Poblet y sus vínculos consus vecinos y vasallos, nos encontramos conla idea de que existió una profunda incon-formidad con los deberes y derechos quecada uno esperaba para sí. El señor feudal,como ya hemos indicado, tenía numerososprivilegios. No obstante, en los hechos y enla práctica, esos privilegios no bastaban paraotorgarle el poder de hacer sentir que susvasallos los debían cumplir sin transgresio-nes. Muy por el contrario, el señor feudaldebía estar siempre vigilante, enterándosede lo que sucedía aquí y por allá porque sustributarios y vecinos no siempre se acorda-ban del deber con su señor. En Poblet en-contramos múltiples ejemplos de estosconstantes forcejeos entre vecinos y señorfeudal y entre vasallos y señor feudal. Losderechos de Poblet se extendían a diversosámbitos: tierras, granjas, hierbas, bosques,

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    Assumpta Serra i Clota, “Los molinos medievales en la Ca-taluña cristiana, estudio y evolución (ss. XI-XVI)”, Actas delQuinto Congreso de Historia de la Construcción, Burgos,7-9 de septiembre de 2007, Madrid, I. Juan de Herrera,2007.

  • aguas además de los derechos censales y demolienda.

    No obstante, los vecinos y vasallos mante-nían largas disputas por apropiarse de leña,dejar pastorear a los animales, desviar elagua de los ríos, etc. También se generabandisputas entre señores, conflictos entrequién tenía derechos más antiguos sobre unterritorio o propiedad. Se mezclará ademásel conflicto con las propiedades reales, queno habían sido cedidas a señor feudal al-guno y cuyos beneficios recibiría directa-mente el Estado.

    Así, la conclusión más evidente es que lavida feudal estaba muy lejos de ser pacífica.Por el contrario, persiste a pesar de nume-rosos conflictos, querellas y exposición derazones, pero también con fuertes grados deviolencia.

    En cuanto a nuestra temática, la conclusiónprincipal es que el problema de fondo en re-lación a los molinos se encontraba en el de-recho de molienda del señor feudal. P o réste, Poblet debía recibir una parte del pro-ducto que se generara por el uso de sus mo-linos, ya sea aceite o harina. Tenía el derechode otorgar permisos para el establecimientode molinos o impedir que se levantaranaquellos que consideraban que les perjudi-caría. Ahora, si bien los particulares podíantener su propio molino, quedaba totalmentefuera de su derecho poder dejar que otrosvecinos molieran sus olivas o sus granos.Aún así, si el territorio estaba dentro de lajurisdicción del señor feudal, de todas for-mas debían pagar lo que correspondía porla producción.

    Debido a la existencia de ese privilegio segeneraban diversos problemas: disputas porconsiderar que Poblet no tenía jurisdicciónsobre el territorio donde se levantaría un

    nuevo molino; desinterés en moler en losmolinos señoriales –para que no se contro-lara la cantidad, puesto que se debía contri-buir en forma proporcional a laproducción-; levantar conflictos con otrosseñores para dirimir a quién corresponde lajurisdicción; vecinos que prestaban sus mo-linos e indeterminación de la cantidad engranos y aceite que le correspondía recibira Poblet. La justificación, en ocasiones, eraque los molinos de Poblet se encontrabandemasiado lejos para acudir a ellos.

    En segundo lugar, un derecho que se encon-traba vinculado profundamenta con la acti-vidad molinera era el de aguas. Pobletcontaba con concesión real para usar elagua de los territorios en los que tenía ju-risdicción, tanto las de ríos como las subte-rráneas. Los molinos hidráulicosnecesitaban el agua para su funcionamiento.El conflicto se generaba en múltiples senti-dos: los vecinos reclamaban porque utilizarel agua para los molino impedía regar lasplantaciones; porque el agua acumulada enlas acequias y que después se dejaba correrestaba convertida en agua maloliente y da-ñina, incluso mortal si se mezclaba con aguade las fuentes; sentenciaban que el derechode uso del agua podía no corresponder a Po-blet. Por otro lado, Poblet también acudía alas autoridades para recordar sus derechoso impedir la construcción de molinos. Im-ploraba que era “amo de las aigües” y tam-bién que si se construía un molino en algúnterritorio, aunque él no fuera el señor feu-dal, pero cuyas aguas pasaban por sus terri-torios, estarían empobreciendo suproducción o la de sus vasallos.

    En todos los casos, el resultado eran largasquerellas en las que no siempre estaba ase-gurado el triunfo del señor feudal. Más aún,cuando el tiempo entre una y otra diligenciaera excesivo se zanjaba el problema

    27

  • mediante concordias en las que se limitabael derecho del señor. Por tanto, se constataque el mero hecho de ser un señor feudal nogarantizaba en absoluto el cumplimientofiel de los deberes que recaían en los vasa-llos por lo que constantemente el señordebía vigilar si se cumplían o no. La situa-ción era similar para el cumplimiento de losdiezmos, los cuales Poblet en numerosasocasiones debía estar recordando o recla-mando. Así, el caso de los molinos, permiteobservar cómo los vecinos y vasallos, utili-zando estrategias legales, lograban vencer oal menos forcejear con los privilegios delseñor feudal.

    El estudio, finalmente, da cuenta de la am-plitud de investigaciones que se pueden re-alizar en torno a los molinos, como objetoscolmados de historia tanto técnica, como delos diferentes aspectos sociales que su pre-sencia forjó en las comunidades.

    Nota:

    La versión completa de este trabajo, asícomo de otras diversas investigaciones re-mitidas a ACEM y MOLINUM, se encuentradisponible en la sección TRABAJOS de laweb de la asociación, accesible aquíhttp://molinosacem.com/?page_id=68

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    http://molinosacem.com/?page_id=68

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    El sistema de abastecimiento de agua del monasterio de Yustehasta la muerte del Emperador Carlos V

    Javier Goicolea Zala y García Rueda Muñoz de San Pedro.Traducción de José Goicolea.Fundación Juanelo Turriano.

    Nota de redacción.Reproducimos aquí el texto de Javier GoicoleaZala y de García Rueda y Muñoz de San Pedro,autores de la ponencia sobre el monasterio deYuste en el Congreso de Arrábida-1991-. ACEMrinde así merecido homenaje y reconocimiento aestos dos autores que dedicaron sus esfuerzos adescubrir y divulgar este patrimonio cultural. Ynos parece más oportuno hoy, cuando el Consejode Europa declara el itinerario del emperadorCarlos I como de interés europeo, cuyo destinofinal es el Monasterio de Yuste.

    Resumen

    El monasterio de Yuste se encuentra en la re-gión de la Vera, que se sitúa en las proximi-dades de la Sierra de Tormantos que escontinuación de la de Gredos, en el noroestede la provincia de Cáceres, cercano a lospueblos de Cuacos y Jarandilla.A comienzos del siglo XV dos ermitañosprocedentes de las cercanías de Plasenciasolicitaron a su propietario, Sancho Martín,el terreno necesario para construir una er-mita. Esta donación se otorgó el 24 de agostode 1402. Una vez construida la ermita se leañadieron algunos compañeros más, entreellos Juan de Robledillo. Tras diversas vici-situdes el Papa les concedió una Bula en laque les daba licencia para fundar un monas-terio de la Orden de San jerónimo. Apoya-dos por los Condes de Oropesa y pordistintos monarcas se comenzaron las obrasen el año de 1409.

    En un principio, la única agua que teníanera la que procedía de los arroyos cercanos.Estos no tenían un curso constante pueseran muy irregulares, muy abundantescuando llovía, lo que a veces originó gravesdestrozos y muy escaso en los días de ve-rano.

    Juan de Robledillo siendo prior recorriómonte arriba donde notó señales de aguaentre las peñas y zarzales. Ayudado por losdemás hermanos del convento cavaronhasta que les salió una rica vena de agua conla que se acopian las fuentes de ambos claus-tros y otras instalaciones. El 17 de noviembrede 1410 se les concedió no solo el manantial,sino también el terreno que lo circundabapara que pudieran cercarlo y tuvieran seguras las aguas.

    Así, el año de 1411 empezaron a hacer unacerca para delimitar este terrno, además deconstruir una fuente y el arca que se en-cuentra cercana al nacimiento del manan-tial, desde aquí trajeron el agua encañadapor debajo de tierra hasta el monasterio.Además se realizaron las obras necesariaspara los correspondientes conductos que laconducían a sus distintas dependencias.Para ampliar el abastecimiento de aguas,cuando vivió Carlos V en este monasterio sehicieron estructuras hidráulicas, probable-mente obra del famoso ingeniero cremonésJuanelo Turriano.

    Introducción

    El monasterio de Yuste se llama así por unarroyo cercano situado en la ladera sur dela sierra de Tormantos, también llamada Ja-randa, y continuación de la cadena

  • 3030

    montañosa de Gredos. Los pueblos más cer-canos son Jarandilla y Cuacos. La villa de Ja-randilla tenía un convento y un hospitalaunque el sitio de mayor interés es su casti-llo, construido entre los siglos catorce yquince, donde Carlos V permaneció hastaque pudo retirarse al monasterio de Yuste.Cuacos es un pequeño pueblo sencillodonde estuvo Juan de Austria en 1557 y 1558a la edad de 12 y 13 años. Este marco con lostres sitios tan relacionados con la personade Carlos V se encuentra al norte de uno delos tributarios del río Tajo llamado el Tiétar,cuyo valle forma una región conocida comoLa Vera al nordeste de la provincia de Cáce-res.

    Consideraciones ambientales

    La Vera es una región montañosa, desde suspendientes rocosas fluyen violentamentehacia abajo afluentes del Tiétar tales comoArroyo de la Fuente, Rizales y Del Moro,abundantes en truchas.La zona es la más húmeda en toda Extrema-dura con precipitaciones anuales normal-mente por encima de 1000 mm. En inviernolas precipitaciones son en forma de nieveque permanece en las montañas hasta quese derrite en primavera. Las temperaturas eninvierno son frías (debido a la altitud) y losveranos son frescos, la variación térmica portanto no es demasiado grande. Por estarazón, se puede decir que la población esalta en comparación con el resto de Extre-madura.Sus terrenos graníticos hacen a sus aguaspoco salinas y por tanto un suelo relativa-mente fértil. Aquí se encuentra una diversi-dad de especies típica de los bosques detierras altas: alcornoques, castaños y enci-nas, también se encuentran viñedos, olivaresy frutales entre los que los más comunes sonciruelos, cerezos, albaricoques e higueras.Además hay grandes cantidades de pimen-

    tón, por el cual es famoso, y últimamentehan surgido muchas plantaciones de tabaco.

    La Vera es una región montañosa, desde suspendientes rocosas fluyen violentamentehacia abajo afluentes del Tiétar tales comoArroyo de la Fuente, Rizales y Del Moro,abundantes en truchas.

    La zona es la más húmeda en toda Extrema-dura con precipitaciones anuales normal-mente por encima de 1000 mm. En inviernolas precipitaciones son en forma de nieveque permanece en las montañas hasta quese derrite en primavera. Las temperaturas eninvierno son frías (debido a la altitud) y losveranos son frescos, la variación térmica portanto no es demasiado grande. Por estarazón, se puede decir que la población esalta en comparación con el resto de Extre-madura.

    Sus terrenos graníticos hacen a sus aguaspoco salinas y por tanto un suelo relativa-mente fértil. Aquí se encuentra una diversi-dad de especies típica de los bosques detierras altas: alcornoques, castaños y enci-nas, también se encuentran viñedos, olivaresy frutales entre los que los más comunes sonciruelos, cerezos, albaricoques e higueras.Además hay grandes cantidades de pimen-tón, por el cual es famoso, y últimamentehan surgido muchas plantaciones de tabaco.

    Evolución histórica

    El origen del monasterio está en la ermita deSan Salvador, que estuvo situado en una delas colinas entre Cuacos y Garganta de laOlla en la región de La Vera. Aquí en agostode 1402 se retiraron a vivir dos ermitañosllamados Pedro Brañes y Domingo Castella-nos. Se dieron cuenta de que esto no era po-sible en invierno debido a la altitud y elacceso difícil. Buscaron por encima del

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    emplazamiento actual del monasterio al piede la montaña, en la proximidad del arroyode Yuste y a escasa distancia de Cuacos cuyopropietario era Sancho Martín. El 24 deagosto y en presencia del notario MartínFernández de Plasencia donó el terreno. Lacomunidad religiosa se estableció entoncescomo los Ermitaños de la Pobre Vida.

    Una vez en posesión del terreno construye-ron una pequeña ermita con dos celdas paravivir. Progresivamente más personas seunieron a la comunidad, entre los que des-tacamos Juan Robledillo, Andrés de Plasen-cia y Juan Toledo. Con esta pequeñacongregación constituida edificaron un edi-ficio más adecuado. En los dominios habíauna herrería y una zapatería donde trabaja-ban algunos de los hermanos. El resto culti-vaba la tierra y plantaba árboles (castaños ycerezos) y sembraba el huerto.

    En 1407 el Papa Benedicto XIII les dio la bulapor la que tenían licencia para construir eneste terreno una capilla dedicada a SanPablo “con campanas pequeñas y una cam-pana grande y un cementerio1”.

    En octubre de 1408 compraron a Juan Sán-chez nuevas tierras aguas abajo, a las que lla-maron Del Castañar y por las que pagaron450 maravedíes2.

    Con el paso del tiempo la congregación sehizo próspera. Los miembros de la comuni-dad decidieron adherirse a la orden de SanJerónimo y para hacerlo pidieron ayuda apríncipe Fernando de Antequera, que

    accedió a obtener del Papa Benedicto XIIIla bula y licencia para construir el monaste-rio de San Jerónimo. En 1409, después demuchas vicisitudes se les otorgó la licenciapara el monasterio, una iglesia dedicada alsanto, con campanas pequeñas, un cemen-terio, un claustro, un huerto, y otros localespara su mantenimiento. Estaban entoncesbajo el dominio del monasterio superior deSan Jerónimo de Guisando, que eligió comonuevo responsable de la comunidad de Yustea Juan Robledillo. Estaba autorizado a acep-tar más hermanos en la comunidad en la me-dida en que lo permitieran los recursos delmonasterio. La riqueza, tierras y edificios sevaloraban entonces en 20000 maravedíes3.

    El capítulo de la orden de San Jerónimo, alcual asistieron todos los priores de la ordenen 1415, aceptaron que la orden del Monas-terio de Yuste cambiase de nombre por SanJerónimo de Yuste. En los primeros años desu existencia el monasterio dependía delmonasterio más antiguo de Guisando. El ca-pítulo de Guadalupe no habría aceptado laentrada en la orden del monasterio si no hu-biera sido por la generosidad de García Ál-varez de Toledo, Conde de Oropesa, cuyocastillo de Jarandilla estaba en las cercaníasdel monasterio y que garantizaba los recur-sos para el mantenimiento del prior y de losdoce hermanos con la aceptación de la reglaque les impedía pedir. Se construyeron losnuevos edificios, también fundamental-mente a sus expensas y en consecuencia fuenombrado protector del convento. Una dis-tinción que fue transmitida a sus herederos.El monasterio de Yuste se convirtió en el nú-mero 17 de las casas religiosas de la orden enEspaña. El primero que tuvo el papel deprior del monasterio fue el fraile Franciscode Madrid.

    El monasterio de Yuste creció y se hizo máspróspero gracias a los donativos que

    1 ALBORAYA, Domingo de G. María de, Historia del Mo-nasterio de Yuste, Sucesores de Ribadeneyra, Madrid, 1906,p. 34.2 ALBORAYA, Domingo de G. De María, op. cit., nota 1,p. 37.3 ALBORAYA, Domingo de G. De María, op. cit., nota 1,p. 55.

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    recibió. Embellecieron el huerto y los oliva-res y también plantaron cereales y viñedos.Las habitaciones, el dispensario y otros lo-cales del convento eran modelos de orden yadecuación monástica.

    Durante el siglo 15 el monasterio no solo fuefavorecido económicamente por distintosreyes como Juan II (que les otorgó el privi-legio de ser capaces de pastar doscientas ca-bezas de ovejas y cabras en las zonas deCuacos, Jaraiz, Collado, Aldeanueva, el Losary en los terrenos de Plasencia), Enrique IV(que otorgó al convento el privilegio de notener que pagar impuestos por los terrenosque poseía en Trujillo), los Reyes Católicos(que hicieron saber por decreto a todos lossúbditos de su reino que no tenían derechoa interferir con las riquezas o posesiones delmonasterio en Trujillo o sus alrededores),pero había también otros nobles en la zonacomo los condes de Oropesa, muchos de loscuales están enterrados en la iglesia.Fue en el siglo dieciséis, después de haberrecibido numerosas limosnas y donativosde, entre otros, Fernando Álvarez de Toledoy su esposa, Condes de Plasencia, que losmonjes abordaron un proyecto ambicioso,construir prácticamente un nuevo monaste-rio y un claustro en estilo gótico, de propor-ciones no excesivamente grandes pero degran belleza.

    Así en 1508, siendo Fernando de Trujillo elprior, comenzaron a construir la nueva igle-sia que se mantiene en pie hasta nuestrosdías. Sin embargo las limosnas y donativosno eran suficientes, el convento tuvo quevender su ganado, casas y tierras poseídas envarios lugares de La Vera. La construcción seterminó en 1525 y en julio de ese mismo añofue bendecida y abierta al público.

    El obispo de Plasencia, Don Gómez de Solísy Toledo pagó la mayor parte de los asientos

    del coro y, también a sus expensas, erigió laermita de Belén, siendo el coste total 12316maravedíes4.

    Para el alojamiento de sus sirvientes y unacocina donde preparar la comida (el obispopasaba largas temporadas en Yuste) hizoconstruir lo que se llamó “La casa delobispo” de la cual hay aún algunos restos.

    Más adelante y cuando los recursos econó-micos lo permitieron, se construyó unnuevo claustro a una escala más grande queel antiguo, que se había quedado pequeño.Primero el lado norte, donde en el piso in-ferior situaron el refectorio y en los dospisos superiores 14 celdas. Después constru-yeron el muro y la galería del lado este. Pos-teriormente los del sur y finalmente los deloeste. En estas construcciones había muchotrabajo del fraile Juan de la Fuente, maestroconstructor. El portal, que existe aún en laactualidad, y las entradas principales al mo-nasterio son también suyas.

    Después de abdicar el 24 de octubre de 1555en Bruselas Carlos V decidió retirarse al mo-nasterio de Yuste. No se conoce el motivoexacto por el cual Carlos V eligió este lugarpara su retiro. La opinión generalizada pordistintos historiadores es que aunque nuncalo había visto, lo hizo por las referencias he-chas del mismo por el conde de Oropesa ytambién porque estuvo en la zona compro-bando su adecuación para su padre el prín-cipe Don Felipe en una visita que hizo el 24de mayo de 1554. Sin embargo, hay algunoshistoriadores, como W.H. Prescott5 que afir-man que el emperador residió aquí un parde veces antes de retirarse.

    74 ALBORAYA, Domingo de G. De María, op. cit., nota 1,p. 73.5 PRESCOTT, W.H., Vie de Charles V a Yuste. Brussels,1861, A. Lacroix, P. 8.

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    La construcción de las habitaciones para laresidencia imperial comenzó poco despuésde su visita. A cargo de ello se puso al Padrefray Juan de Ortega, con la asistencia delFraile Melchor de Pie de Concha. Sin em-bargo la persona que intervino más en el de-sarrollo fue el fraile Antonio de Villacastín,que fue designado alarife. En años posterio-res su presencia se notó también en la cons-trucción de El Escorial. En estasconstrucciones solo participaron artistas ymano de obra de los pueblos cercanos deCuacos, Jarandilla, Aldeanueva, Plasenciaetc. Hacia finales de 1555 estaban termina-das las habitaciones principales, pero no fuehasta el final de 1558 que se terminaron loscuartos de los sirvientes. El coste total de laedificación fue de 14026 ducados y 418 ma-ravedíes6.

    Lo que se llamaba erróneamente “palacio”consistía de 8 habitaciones construidas pararesidencia del emperador, adyacentes a laiglesia e independientes del monasterio.Para alcanzar el piso superior se construyóuna rampa, con un porche que sobresalía opatio que más tarde se cubrió y tenía unapequeña fuente instalada. El tejado fue re-alizado por Gaspar Hernández al que ayu-daron otros maestros constructores comoPedro Sánchez. El diseño de la fuente fueobra de un artista especializado de Plasenciay su construcción fue hecha por Agustín dela Vega y Lope de Anturia. Desde esta terrazase accedía a las cuatro habitaciones que seusaban en invierno, las cuatro restantes enla planta baja se usaban en verano. Cada unode los cuartos tenía 20 pies de ancho por 25pies de largo, cada uno de los cuartos supe-riores tenía chimeneas de piedra, pero únicamente el cuarto que era el más fre-cuentado por el emperador en la planta bajatenía también una.

    La habitación más importante de todas erael cuarto en el que dormía su alteza. Desdeesta habitación se podía pasar al presbiterioa través de una portezuela. El altar, que es-taba situado a gran altura, se podía ver portanto desde la cama. Este cuarto, como losdemás, estaba decorado con pinturas y tapi-ces. El suelo, sin embargo, era de losetas ce-rámicas bastas.

    Alrededor de los aposentos del emperadorhabía jardines decorativos y huertos de losque estaba a cargo el Padre Fray Marcos.Cuando el 3 de Febrero Carlos V llegó al mo-nasterio expresó su deseo de hacer el lugarmás alegre y placentero con nuevas planta-ciones. Como resultado se crearon nuevosjardines. Algunos tenían pavimento de pie-dra para hacer más cómodos los paseos delrey.

    Los aposentos de los criados estaban situa-dos lejos de la residencia del emperador, ad-yacentes al claustro. En el lado sur estabanlos cuartos de los camareros, el barbero yJuanelo Turriano. Alrededor por el este es-taban la mayor parte de las oficinas. De estaforma todos los cuartos situados alrededordel nuevo claustro tenían acceso a través delmismo. Prácticamente todos eran de nuevaconstrucción, excepto unos pocos cuartosque eran parte del antiguo monasterio. Unose destinó a bodega, otro como farmacia yel tercero lo empleaba el médico, los cerve-ceros y panaderos y Juanelo Turriano, relo-jero e ingeniero del emperador.

    En marzo de 1557 comenzó la construcciónde lasa cocinas; En la parte superior derechadel claustro pero no sobre los aposentos del

    6 MARTÍN, J.J., “El palacio de Carlos V en Yuste”, Archivoespañol de Arte XXIII, Madrid 1950, pp. 46-48, se haceuna descripción detallada de los costes y de las cuentas decuando se construyó el edificio.

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    emperador7: despensa y otros. Fueron ter-minados en agosto de 1558. En su construc-ción participaron, entre otros, el maestro deobras Rodrigo de la Piedra y el carpinteroAlonso Muñoz.

    Como se puede ver Carlos V vivió en el mo-nasterio de Yuste sin que los edificios de ofi-cinas estuvieran totalmente terminadoshasta cerca de su muerte.

    Una vez fallecido el 21 de septiembre de1558, Carlos fue enterrado en el monasteriohasta que se terminó el panteón real de ElEscorial y su cuerpo colocado en su cripta.Todos los sirvientes fueron despedidos delmonasterio dejándolo de nuevo en so sole-dad inicial.

    En memoria de la estancia de su padre allíFelipe II distinguió al monasterio con el tí-tulo de Real8, confirmó sus privilegios y lohonró con una visita de dos días en 1570.

    Hacia 15829 se hicieron numerosas mejorasen el presbiterio con dinero real.

    En noviembre de 1616 el muro contiguo alrefectorio del nuevo claustro se derrumbócon todos sus arcos. Fue necesario construirun nuevo piso que los condes de Oropesaayudaron a reconstruir con una limosna de200 ducados. En gratitud los monjes escul-pieron su escudo en los antepechos situadosentre los arcos alternándolo con el de SanJerónimo.

    En 1630 los aposentos de Carlos V fueroncompletamente reparados, bajo petición deFelipe IV, con un coste de 6000 ducados10.

    Hasta agosto de 1809 no hay otros aconteci-mientos dignos de mención. Fue entoncesque una columna de soldados de Napoleón,bajo las órdenes del mariscal Soult profanóla iglesia, expolió el monasterio y lo incen-dió. Sus obras más monumentales y bellasfueron totalmente destruidas. Solamente laiglesia, los cuartos de los novicios y los apo-sentos de Carlos V se salvaron del fuego. En1820 los pocos frailes que todavía vivían enlos restos del monasterio fueron expulsa-dos. Sus posesiones fueron vendidas a unhombre apellidado Tarrius, que mantuvo laposesión hasta 1823 en que se anuló la venta.En 1835, con una ley que expropiaba a losmonjes y los expulsaba del monasterio Ta-rrius recuperó su propiedad del nuevo go-bierno. En los años posteriores elmonasterio fue sacado a subasta y compradopor el marqués de Miravel por 400 000 re-ales. En 1941 sus herederos entregaron lapropiedad del monasterio al estado. La res-tauración del monasterio fue acometida porla Dirección General de Bellas Artes. JoséMaría Gonzáles-Valcárcel fue encargado delos trabajos. El orden en que fueron llevadosa cabo comenzó con el claustro de los novi-cios, reconstruir los muros y restaurar losarcos, techos y suelos, luego el artesonadodel techo de la Sacristía y el suelo de la bi-blioteca, situada entre los claustros, asícomo su tejado.

    El Claustro Plateresco del que apenas que-daba en pie uno de sus lados inferiores y al-gunos arcos restantes necesitó muchotrabajo difícil para componer de nuevo suscolumnas, capiteles, bases y la preciosapuerta de entrada al jardín. La fuente cen-tral fue restaurada. Los arbustos de boj enlos cuadrados del jardín que habían crecidohasta convertirse en árboles de 12 metros dealto, fueron cortados y replantados, aunquealgunos de los cedros originales se conser-varon.

    6 MARTÍN, J.J., op. Cit., p. 45.STIRLING-MAXWELL, W., The Cloister Life of the Em-peror Charles fifth, London, John C. Nimma, 1841, p. 464.ALBORAYA, Domingo de G. De María, op. cit., p. 216.

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    El refectorio y la cocina fueron restauradoscompletamente, así como el artesonado, si-guiendo las guías de los restos y las cuentas,el púlpito fue construido con mineral decreta auténtica.

    La iglesia, cuya entrada estaba ahora com-pletamente cubierta con matorrales y rui-nas, de forma que era imposible ver lapuerta, fue limpiada y el muro de piedraque simbolizada la vida de reclusión fue re-construido.

    Dentro las bóvedas sobre el coro mostrabanseñales de una reconstrucción difícil. Huboque colocar unos tirantes de acero para re-forzar la parte superior de los muros, Se re-forzaron los cimientos de los contrafuertesy también fueron restaurados los restos delas bóvedas y ventanas. En el presbiterio laescalera de piedra artificial fue sustituidapor una de granito con anclada con abraza-deras metálicas a las rocas que habían suje-tado la piedra artificial.

    Todas las columnas, capiteles, bases, arcos,bóvedas y muros que se restauraron a su si-tuación inicial fueron limpiados de los en-lucidos de yeso que los cubrieron en sumomento, levantando andamios y platafor-mas para ello.

    Con objeto de seguir los deseos del empera-dor de que sus cuartos en el palacio no fue-ran usados después de su muerte el edificiode visitantes externo fue restaurado asícomo sus columnas de granito.

    La totalidad del tajado del palacio fue res-taurado desvelando la estructura de maderadel tejado que cubría la terraza.

    El artesonado de este tejado y de los cuartosfue restaurado y sustituido en las zonas enlas que estaba dañado o caído.

    La restauración de los balcones y ventanastenía los paneles originales de plomo y vi-drio, para lo cual se produjo un vidrio espe-cial en un horno para que tuviera la calidadadecuada. Las rejas de hierro forjado de lasventanas y los alféizares fueron reconstrui-dos en talleres metálicos en Toledo y algunosde los elementos originales reproducidos.

    Las chimeneas de piedra, así como las pan-tallas fueron restauradas con el escudo delemperador tal como estaba descrito en losdocumentos e inventarios de Simancas.

    El claustro abierto, denominado del empe-rador, estaba también en ruinas y con árbo-les crecidos. Tenía pasillos con arcos quecuando fueron restaurados revelaron laexistencia de cuartos que empleaban losasistentes de la corte y como conexión al pa-lacio. En una carta de Fray Juan Ortega alemperador, menciona esta galería este delpalacio, construida para que su majestadpudiera ir de pie o a caballo a la ermita deBelén. Asimismo, menciona como se usabapara subir la comida a los cuartos.

    A partir de esta información y de la que seha encontrado en el sitio se han recons-truido los cuartos, y también la escalera enespiral de la habitación que ocupaba Luis deQuijada (que tenía también casa en Cuacos,“la Casa de Jeromín”). Se encontró que laconstrucción se hizo en dos fases, como unaextensión hecha con una logia de dos pisosde arcos de granito y uno ciego en su pisoinferior11.

    A partir de 1988 los arquitectos Alberto Ba-llarín y Enrique Azpilicueta Astorlo, comi-sionados por la Junta de Extremadura, hanllevado a cabo la notable reconstrucción y

    11 GONZÁLEZ-VALCÁRCEL, J.M., El Monasterio deYuste y su restauración, S.L. Egraf, S.A., 1983, pp. 33-34.

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    restauración del monasterio. Han hechoplanos detallados de todas los locales y noshan permitido amablemente utilizarlos.En 1958 los monjes de la Orden de San Jeró-nimo volvieron a habitar en el monasteriode Yuste.

    Figura 1: Conducto principal

    Descripción del abastecimiento de agua

    Hemos estudiado la importante descripciónhecha del sistema por el padre Fray Luis deSanta María en el siglo XVII. Hemos em-pleado también la información contenidaen el Anónimo de Yuste, una descripciónhecha por un monje en el tiempo de CarlosV. Además, hemos seguido las versiones he-chas por viajeros de los siglos dieciocho ydiecinueve que visitaron el monasteriocomo fueron Ponz, Ford y Stirling-Maxwell.Como resultado del fuego en el monasteriopor las tropas francesas en 1809 los archivosdel monasterio fueron destruidos y esto nosha impedido obtener más informaciónsobre el sistema de abastecimiento de agua.El único manuscrito que sobrevivió el fuegofue el del padre Fray Luis de Santa María, yaque cuando los franceses prendieron fuegoal monasterio el prior lo estaba leyendo ypudo salvarlo tirándolo en unos arbustos.La expropiación del monasterio por el es-

    tado profundizó aún más el estado de ruinadel monasterio debido a su abandono.

    Sin embargo, con su restauración en el sigloveinte, partes del sistema de abastecimientode agua se han perdido y alterado por loque hemos tenido una tarea difícil.

    En una descripción citada por González-Valcárcel12 (aunque no se sabe de donde lasacó), dice: “las cascadas abundantes que ba-jaban de las montañas se introducían en elsistema que Juanelo Turriano (el famoso

    ingeniero y también autor del célebre arti-ficio en Toledo empleado para subir el aguadel río Tajo al alcázar) diseñó y también creóla fuente central y el abastecimiento deagua”. Aunque esta descripción es proba-blemente algo exagerada parece evidenteque Juanelo Turriano hubiera tenido algunaparte en el diseño del abastecimiento deagua a los aposentos de Carlos V.

    Ahora procederemos a describir los distin-tos sistemas de agua en el monasterio deYuste.

    Abastecimiento de agua principal

    La fuente más antigua en el monasterio es lallamada fuente del Agorador. Juan de Roble-dillo, con la ayuda de otros frailes descubriósu origen, al norte del convento en el te-rreno que Sancho Martín donó en 1402. Unavez que encontraron el manantial fueron alpueblo cercano de Cuacos a dar noticia ypedir una licencia para incorporarlo a susposesiones, que fue otorgada en diciembrede 1410.

    12 GONZÁLEZ-VALCÁRCEL, J.M., op. cit., p. 28.

    13 Arca de agua es una cámara o tanque principalmentesubterráneo y hecho, generalmente, de mampostería.

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    En 1411 comenzaron las preparaciones parala fuente y se hizo un arca en la fuente. Elfiltro o efluente es ciertamente curioso. Estálabrado en una piedra en la cual se hanhecho aperturas curvas de forma que, su-puestamente, reduzcan la velocidad delagua. Un poco más abajo se usa un gran ma-cizo de piedra para crear un pequeño em-balse. Se ha dado forma a la masa de formaque retiene el agua convexamente en lugarde cóncavamente lo que habría sido másadecuado. Sin embargo esto es de poca im-portancia si se considera su profundidad yel flujo de agua. En la parte superior del blo-que hay un aliviadero con forma de canalrectangular irregular pendiente (ver figura)a través del cual fluye el agua hasta queentra en los conductos subterráneos queconducen al monasterio y los huertos.

    Figura 2: Fuentes de los claustros nuevo yviejoFigura 3: Conductos segundo y tercero

    Todo el esquema parece haber contado conuna mano experta como era la de JuaneloTurriano aunque no tenemos prueba deello. Sin embargo esto se ha afirmado por elarquitecto que llevó a cabo la restauracióndel monasterio en 1941. Si esto fuera así, elsistema anterior fue reemplazado en eltiempo de Carlos V a partir de las arcas ori-ginales hechas en 1411. El agua fue canali-zada y salía de una fuente llamada en honor

    a San Juan, construida cuando el padre SanJuan Medellín era prior. El agua descendíade un gran depósito a otro más pequeño através de tuberías, hechas de tierra cocida yque ahora se han sustituido por otras deplástico. Estas fluían a otro arca pequeña si-tuada al fondo del segundo patio. De aquí elagua era conducida a otro depósito en eltercer patio de donde fluía a otro en el pri-mer patio dejándolo a través de un paso alhuerto junto a la casa del obispo donde eraalmacenado en un arca grande del centro dela cual salían tres conductos de distribu-ción.

    1. El conducto de la derecha conduce aotro arca pequeña de la cual salen dos con-ductos, el de la izquierda lleva a la fuentedel antiguo claustro y el de la derecha llevaal nuevo claustro.

    1.1. El conducto que lleva al antiguoclaustro pasa por una apertura pequeña, enel muro de la bodega, hacia dentro delclaustro y brota de la fuente.

    1.1.1. El sobrante de la fuente se usa paraalimentar la fuente en el muro de la iglesia.Este remanente fluye por un tubo situado enuna piscina enfrente de la escalera del reloj,continúa lateralmente a la puerta de la casade hospedaje, cruza el refectorio, a travésdel almacén de trigo a un jardín pequeñodonde brota como una fuente. El sobrantede esta fuente sale a un arca cerca de la es-calera y sale a la esquina de la iglesia, ca-yendo hasta el estanque inferior.

    1.2. El conducto que lleva al nuevo claus-tro pasa a un arca pequeña y sale de lamisma a través de una tubería que cruza ladel claustro antiguo, llega a la esquina de laCasa del Obispo, separándose de los otrosconductos y dirigido a la bodega de dondecontinúa a través del patio de la cocina hasta

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    a el centro de un pasillo donde a través deuna apertura pequeña alimenta la fuente su-perior, que era un lavabo. De allí conduce ala celda del cocinero y llega al refectorio através de la mitad del claustro y entra juntoa una columna, da a un bloque de piedraque se convierte en tubería, su vertido caea un sistema grande de alcantarillado que sehalla por debajo del centro del claustro,pero el resto fluye a lo largo de la piedra auna fuente de donde vierte.

    1.2.1. El sobrante de la fuente se canaliza através de la puerta de Belén, a un arca pe-queña en el huerto de donde alcanza el re-fectorio y de donde fluye a las alcantarillas.

    2. Del centro del arca que se encuentraarriba de la Casa del Obispo parte un con-ducto hacia las habitaciones del rey. Pasapor una apertura en la Procuración bajandopor un tubo junto a las escaleras que llevana los aposentos, a través de él pasa al lado delmuro de la iglesia hasta la esquina que con-duce al patio en frente de los cuartos deCarlos V y donde brota la fuente. En 1606 fuesometido a reparaciones ya que no había sa-lido agua del mismo en veinte años. El di-bujo de la posición del sistema de tuberíases hipotético en algunas de sus partes debido a la confusión en las descripcionesde los documentos y la restitución llevada acabo hace cincuenta años.

    3. Del mismo depósito en el huerto másallá de la Casa del Obispo fluye el tercerconducto que lleva el agua a lo que era laherrería pero más tarde se convirtió en elestablo de las mulas. No hay ninguna infor-mación sobre donde exactamente se colocóel sistema de tuberías. Los remanentes de lafuente se recolectaban en un tubo se usabanpara los baños de los sirvientes de Carlos V.Su posición es también hipotética debido alos datos disponibles y la restauración reali-

    zada en los años 1940.

    Figura 4: Dispositivo de distribución en lacaptación

    Segundo abastecimiento de agua

    Otros abastecimientos de agua del monaste-rio tenían su origen en el cercano Arroyo dela Madroñera. De este origen surgían cuatrofuentes.

    1. La fuente de la cocina del emperadorse hizo tomando el agua del arroyo cercanoa un arca junto a la puerta de Belén desdedonde fluía a través de un conducto en lapuerta de la cocina. El 11 de noviembremanó por primera vez agua de la fuente.

    2. Lo que se llamaba fuente de Guarda-mangier, también conocida como la fuentede la despensa, que más adelante fue el

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    guardarropa, también origina de estearroyo, venía canalizada desde el mismo aun pilón en el frente del cuarto.

    3. La fuente que se denominaba FuenteNueva por el padre Santamaría originaba dedonde el arroyo se encontraba con la verjade un campo. Cuando se hizo fue otorgadoel permiso por las autoridades del pueblocercano de Cuacos así como la propiedad delas tierras comunales que estaban sin culti-var. Carecemos de datos sobre la localiza-ción del conducto de la fuente.

    4. La fuente conocida como la FuenteVieja conducía al gallinero de la cocina. Eraempleada por los reposteros cuando sehacía pan en el monasterio. El agua bajaba ala cocina y por debajo del refectorio.

    Tercer abastecimiento de agua

    La tercera fuente que proporcionaba aguaal monasterio a través de cuatro fuentes es-taba al norte del mismo y el agua se tomabadesde dos puntos.

    1. La conocida como Fuente del Obisposituada a la entrada de la casa edificada porDon Gómez de Solís y Toledo. El agua de estafuente se empleaba también en los claustrosviejo y nuevo.

    1.1. El padre fray Luis de Santa María des-cribe que en tiempos de Carlos V había unafuente junto a la ventana en la Procuración.Manaba de un sistema de conductos desdela Casa del Obispo. Se empleaba para hor-near pasteles y pan y para la bodega de sumajestad. Fue quitada cuando el emperadormurió y los sirvientes fueron despedidos.

    2. Desde la misma fuente al norte delmonasterio, se tomaba agua para un arca yluego se dirigía hacia la cocina donde se re-

    colectaba en un arca pequeña y se distribuíaen dos conductos. El de la izquierda condu-cía a una fuente usada para lavar los platos.El de la derecha conducía a un grifo que re-cogía el agua en un pilón en la cocina.

    2.1. Desde el pilón de la cocina el agua secanalizaba a un depósito en el refectorioque tenía tres conductos.

    2.1.1. El primero se dirigía por el medio delrefe