Magos, Celtas o Normandos en La Pirmera Cronica General

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CELTAS, MAGOS O NORMANDOS EN LA

PRIMERA CRNICA GENERAL14 de la Primera crnica general del rey Alfonso el Sabio habla de una invasin de Espaa de parte de un pueblo del norte de Europa que se llamaba los "Almuiuces". Esta palabra es aparentemente de origen rabe, pero el asunto se refiere a un ataque martimo a la pennsula ibrica antes de la llegada de los griegos. Comencemos este estudio al examinar la Primera crnica con ms detencin. Esta extensa obra de Alfonso X el Sabio se redact en la ltima mitad del siglo xm; cada captulo ocupa apenas una pgina y aun menos en la edicin actual.1 Los primeros quince captulos narran la historia ibrica desde los orgenes peninsulares hasta las guerras pnicas, en una mezcla de historia bblica, de mitologa griega y explicaciones curiosas de geografa: el nombre de Bretaa proviene de Bruto; encontramos a tres personajes llamados Hrcules; Julio Csar funda a Sevilla; mientras en el captulo 7, el tercer Hrcules mata al rey Gerin y cambia el nombre de la pennsula de Esperia a "Espanna". Los captulos 11, 12 y 13 narran principalmente la vida de dos hombres, Tharcus y Rocas. El captulo que sigue nos ofrece la invasin de los Almuiuces, y nos hace pensar que se trata de una leyenda ms, o quizs de un incidente medio histrico. Esta tentativa de reconstituir la prehistoria ibrica fue naturalmente difcil y hasta presumida, porque los historiadores espaoles del siglo xm no disponan de suficientes conocimientos de la arqueologa ni de la antropologa para describir las civilizaciones primitivas de su patria con tanta firmeza. Slo con el captulo 8 empezamos a caminar sobre terreno de autntica historia con las guerras pnicas y el surgimiento de Roma, cuyos historiadores se conocan en la Castilla del siglo xm.EL CAPTULO

Con este resumen, nos podemos dirigir al captulo 14. ste principia con la invasin del noroeste de Espaa por unas gentes del norte de Europa. Nos cuentan que estos Almuiuces eran oriundos de Caldea, de donde el rey Nabucodonosor y el rey Jerjes les obligaron a huir porque

1 Alfonso el Sabio, Primera crnica general, ed. Ramn Menndez Pidal. Madrid, igo6. 461

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estos monarcas consideraban su adoracin del fuego tan loco como blasfema; as se explica en parte su vinculacin con los Magos de Oriente y la Persia antigua.2 La tribu procedi luego hacia las "islas fras" de Noruega, Dinamarca y Prusia, donde prosperaron, construyeron barcos y procedieron a conquistar las islas Britnicas. La Crnica menciona a Inglaterra, Escocia, Irlanda y Gales especficamente, casi como un nacionalista celta de hoy. De all se embarcaron para Espaa, adonde entraron por va de Bayona; disfrazando sus barcos con ramos verdes, los. Almuiuces atacaron a los naturales iberos por sorpresa, y as se apoderaron de la Corua, Lisboa y Cdiz.3 Destruyeron a algunos habitantes mientras otros los aceptaron como soberanos. Entonces se establecieron en el pas, pero su mando dur slo cuarenta aos; construyeron templos para adorar el fuego en las ciudades recin fundadas de Pamplona, Sigenza, Crdoba y Toledo. Un rito de su religin ordenaba el bautizo de los nios pasndolos sobre una llama brillante producida por la combustin de lea muy seca, santigundolos durante esta ceremonia; y en otro rito, colocaban a los ancianos agotados en una pira fnebre de donde se dirigiran directamente al paraso. El captulo 15 habla luego del fin de la hegemona de los Almuiuces a raz de otra invasin de Espaa desde Inglaterra y Flandes; el ttulo de este captulo nos informa claramente "De cuerno los de Flandes e Inglaterra destruyeron a Espanna". Estos nuevos guerreros haban odo hablar de las hazaas de sus parientes y partieron para repetirlas; parecen miembros de otra raza misteriosa que adivinamos ser belgas o pictos, con mayor probabilidad los primeros. Entraron a Espaa por cuatro caminos y "mataron quantos fallaron y de los almuiuces; e los de Espanna, que morauan y antes, fincaron cuerno por siervos". Estas lneas explican bien que los nuevos invasores no eran Almuiuces. No se menciona despus a este segundo pueblo, porque el captulo 16 se

2 Vase Rafael Altamira y Crevea, Historia de Espaa y de la civilizacin espaola, 4 tomos, Barcelona, 1909, t. I, p. 61, donde dice que los mismos iberos podran venir de Caldea y Asira, y los quiere vincular con los sumerios; aunque afirma que llegaban por va de frica. Hay un deseo muy serio de parte de los historiadores espaoles para vincular a los iberos primitivos con un pueblo oriental pero no "sarraceno". Altamira (t. I, pp. 240-241) habla tambin de los "madjus", pero la ortografa indica que sac sus informes de fuentes francesas ms que rabes directas, probablemente las Recherches de Dozy (Pars, 3* ed., 1881), t. II, pp. 250-271. 3 Debemos recordar que Cdiz fue la principal ciudad de Espaa fundada por los fenicios.

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dedica ms bien al surgimiento de Cartago y la entrada de los fenicios bajo Hamlcar cerca del ao 270 A. C. NO obstante un dato del captulo 14 merece mencin: la captura de "Ythalica" (el nombre romano para la metrpoli de la regin sevillana); a este respecto, la invasin se asemeja a otra efectuada por los normandos en el ao 844 que vamos a estudiar cuando analicemos los documentos rabes ms tarde. Aqu tambin salieron los ciudadanos a pelear contra los invasores, pero sufrieron una derrota tal como se la infligieron los Mays posteriores. Siguiendo la cronologa establecida, podemos colocar la llegada de los Almuiuces entre los captulos 13 y 16 de la Primera crnica general. Aquel captulo nos dice que el rey Pirro fortific los Pirineos, de quien recibieron el nombre, y termina con la llegada de los griegos a la Espaa mediterrnea. Apoyndonos en los captulos 15 y 16, podemos suponer que el desembarco de los Almuiuces ocurriera entre los aos 600 y 400 A. c, cuando se sabe que los navegantes griegos vinieron a Espaa. A base de esta fecha, miremos otras migraciones europeas de la misma poca. Al final de la poca neoltica, hubo una vasta incursin de tribus clticas por todo el norte de Europa. Estos grupos se habran separado de sus compaeros indoeuropeos a mediados del segundo milenio A. C. Seguan los cultos indoeuropeos tales como la incineracin de sus muertos y la construccin de monumentos funerarios para ellos. Se cree que esta primera expansin ocurri entre los aos goo y 600 A. C, cuando la fabricacin y el diestro empleo de las armas de bronce y de hierro les garantiz una superioridad declarada en las batallas; durante aquella poca se supone que emigraron del centro de Europa a los pases modernos de Blgica, Francia y las islas Britnicas; del sur de Francia pasaran a Espaa. Una primera ola cltica haba llegado a la pennsula por va de los puertos de los Pirineos entre 900 y 800 A. C; otras olas llegaron hasta el centro de Espaa, a Galicia y a Portugal entre 700 y 600. Algunos invasores se establecieron en la parte oriental de la meseta de Castilla, donde se mezclaron con los naturales ibricos y cuyos descendientes se llamaban despus los "celtberos".4

4 Pedro Bosch Gimpera, "Elementos de formacin de Europa: los celtas", en Revue de l'Institut Franfais de l'Amrique Latine (30 septembre 1945), pp. 36-61; "El mundo espaol", Revista del Museo Nacional (Guatemala, 1946), III, IV, pp. 138-165; "Les mouvements celtiques", tudes Celtiques (1951), IV, pp. 352-400; (1952), IV, pp. 71-126; (1953-54), VI, pp. 328-355; 1955 VI, pp. 147-183; "Ibres, Basques, Celtes",

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El culto cltico que llamamos el druidismo fue un culto de la naturaleza, sobre todo de plantas como el roble y el murdago. Levantaban hogueras para sus muertos, y a menudo los acompaaban deudos y esclavos en su ltimo viaje si se trataba de un caudillo importante. Algunas fiestas se enfocaban en una enorme hoguera que representaba al sol, alrededor de la cual bailaba la gente.5 Se llevaban una brasa de esta fogata a cada hogar. Este baile sigue hasta la fecha en las fiestas del da de San Juan, el 24 de junio. El leo de la Nochebuena y las velitas del rbol de Navidad, as como los festejos del da de Santa Luca en Suecia, son otros smbolos contemporneos del deseo de que los das se alarguen alrededor del solsticio de invierno, aunque estos rasgos son ms bien escandinavos que clticos (los celtas tenan ms parentesco con los latinos que con los germanos, aunque no se podan ufanar de ser una raza muy pura), y as se referira ms bien a los normandos que vamos a discutir adelante. Aun en la Persia moderna o el Irn, se celebra el Ao Nuevo con la fiesta de Norz durante el equinoccio primaveral a fines de marzo con una hoguera alrededor de la cual bailan los jvenes. Se han heredado tambin algunas prcticas preclticas de la Europa occidental que llegaron a mezclarse con las de los celtas conquistadores de los pases que hoy se llaman Francia e Inglaterra: se menciona a Stonehenge como un monumento drudico cuando en realidad era neoltico y por eso precltico. Sin embargo no hemos explicado la invasin martima que se menciona en la Crnica. Los celtas no gozaban fama de ser marineros a pesar de su invasin de las islas Britnicas que demuestra que supieron atravesar el canal de la Mancha, probablemente en las barquillas de mimbre y cuero observadas por Julio Csar.* Despus de formular estas preguntas, dirijmonos a las fuentes arbigas para aprovechar lo que nos ofrezcan acerca de la invasin de Espaa por gente del Norte. Sus crnicas s hablan de varias incursiones,

Orbis (Louvain 1956-57), V, 11, pp. 329-338; VI, 1, pp. 26-134; and "Two Celtic Waves in Spain", Proceedings of the British Academy, 1939, XXVI, pp. 1-126. 5 Vase bajo la rbrica de "Celtas" en la Enciclopedia of Religin and Ethics (artculo por el profesor J. A. MacCulloch). Consltese tambin a Henri Hubert, Greatness and Decline of the Celts (Londres, Kegan Paul, 1934), pp. 226 ss., sobre su religin, y, sobre todo, la pgina 241 acerca de la fiesta de la hoguera el 1? de mayo. 6 G. J. Marcus, "Factors in Early Celtic Navigation", Eludes Celtiques (1955), VI, pp. 312-327.

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pero stas ocurrieron durante los siglos ix y x de la poca cristiana, y los invasores eran normandos. Los rabes confundieron la religin de los vikingos con la adoracin del fuego que acababan de observar entre los persas de Oriente, porque los primeros normandos que conocieron todava no se haban convertido al cristianismo y su religin tena parentesco con el culto indoeuropeo que haban conocido los rabes en Persia; de modo que los llamaron Mays, una palabra que conocemos ms bien como Magos. Los historiadores rabes, notablemente el espaol nativo del siglo x ibn-al-Qutiyya,7 en su Historia de la conquista de Espaa8 habla de unos ataques de los vikingos que comenzaron a mediados del siglo ix durante el reinado del amir cAbdurrahmn II, quien rein del ao 822 a 852. El perodo de catorce o quince siglos entre esta invasin y la cltica es tan grande que a primera vista nos parece difcil ajustar los dos relatos. Segn los conocimientos antropolgicos, los celtas eran los nicos invasores posibles de Espaa durante la poca establecida en la Crnica alfonsina; cmo, pues, se meti el trmino "Almuiuces" en la crnica castellana con su posible vinculacin con los Mays referidos por los rabes? El motivo ms razonable sera que los cronistas alfonsinos haban prestado el trmino arbigo de Mays, que parecen haber conocido como sinnimo de "adoradores del fuego", para describir a estos indoeuropeos cuya ltima ola cltica, la de los belgas, llegara alrededor del ao 600 A. c. Se entenda poco acerca de sus orgenes durante la Edad Media europea, y como el cronista que se serva de este trmino no saba muy bien el rabe, adopt la misma palabra junto con su artculo definido, como pasaba casi siempre con los prstamos al castellano, y entonces le agreg un plural innecesario, ya que el mismo trmino arbigo es un sustantivo colectivo. El historiador alfons confundi as dos invasiones de indoeuropeos que se inclinaban a adorar las fuerzas de la naturaleza, un pueblo celta y otro escandinavo. La conquista rabe de Espaa a principios del siglo vm haba sido una campaa terrestre en su mayor parte, porque el paso del Estrecho de Gibraltar no haba ocasionado ninguna dificultad a los invasores; y durante ms de un siglo, su nico peligro martimo haba sido la ame-

7 "Hijo de la Goda", o sea de la princesa Sara renombrada por su empresa en el siglo vm, y amiga del primer amir cAbdurrahmn. 8 Ab-Bakr Muhammad bin-eUmar bin-al-Qutiyya, Ta'j Iftith al-Andalus, ed. Julin Ribera, Madrid, 1926, pp. 62-67.

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naza de los cAbbsidas desde el Norte de frica que se perfil al mismo tiempo en el desastre de Roncesvalles en el ao 778.a Por consiguiente, las principales bases navales de los rabes espaoles estaban en la costa del Mediterrneo, de modo que la aparicin de un nuevo enemigo martimo que se asomaba en la costa del Atlntico, los encontr desprevenidos. Tal ataque vino a fines del verano en 844, y la campaa dur ms de tres meses; esto ocurri milenio y medio despus de las invasiones clticas, pero cuatrocientos aos antes de que Alfonso ordenara la redaccin de su Crnica monumental. Se describe este suceso en ibn-alAthir, ibn-cIdhri y en el "hijo de la Goda", ibn-al-Qutiyya; cuyas sendas narraciones difieren algo en sus detalles a medida que tratan de describir las vacilantes maniobras terrestres, pero podemos reconstituir las lneas generales de la campaa sin preocuparnos de cada detalle. Los vikingos acababan de efectuar correras por la costa occidental de Francia y haban establecido una base en la desembocadura del Loira. 10 Invadieron el valle del Garona casi hasta la ciudad de Tolosa, y en el norte de Espaa atacaron a Gijn y la Corua con ciento cincuenta navios; pero los asturianos y los gallegos haban sabido rechazarlos. Despus de este contratiempo se dirigieron a la Espaa musulmana, navegando frente a Lisboa y llegando hasta el Guadalquivir, donde saquearon e incendiaron a Sevilla de un modo muy parecido al desastre descrito en el captulo 15 de la Primera crnica general. Ibn-al-Athlr11 cuenta con toda exactitud que haban llegado "desde la parte ms lejana de Espaa hasta la tierra de los musulmanes"; pero cul era su origen y quines eran, no lo saban los rabes. Cuando se dio cuenta de que los normandos estaban cerca de Lisboa, el comandante de aquel puerto dio parte de esto al amlr Abdurrahmn II, quien despach un aviso general a todos los comandantes de la costa para que tomaran precauciones.12 No parece que los comandantes ha-

9 Vase mi Halcn de Espaa (separata de la Revista de la Universidad de San Carlos. Guatemala, 1951' (1947, VI, pp. 13-72; VII, pp. 9-56; y VIII, pp. 7-69), sobre todo los captulos 16 y 17, y VIII; pp. 10-16; o vase la 2* edicin en ingls, Falcon of Spain (Lahore, M. Ashraf, 1962), los mismos captulos y las pginas 137-140. 10 Thomas D. Kendrick, A History of the Vikings. Nueva York-Londres, 1930, pp. 193 s. 11 cAli bin-al-Athlr, Al-Kamil fl at-Ta'rij, ed. C. J. Tornberg. 14 tomos, Leiden, 1867-74, VII, p. 11. 12 Ibn-cidhn al-Marrkushi, Kitab al-Bayan al-Maghrib fl Ajbr al-Andalus w-al-Gharb, ed. R. Dozy. rev. G. S. Colin y E. Lvi-Provencal. 2 tomos, Leiden, Brill, 1948, II, p. 87.

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yan tenido barcos disponibles, porque no pudieron impedir que los Mays desembarcaran en Lisboa (donde se narra que los Almuiuces de la Crnica alfonsina pelearon del mismo modo), y emprendieran batallas terrestres con los musulmanes durante trece das.13 Entonces prosiguieron por la costa, atacando a Cdiz y la ciudad vecina de Medina Sidonia, y aun mandaron unos barcos hasta la costa de frica all cerca. Subieron por el Guadalquivir, derrotaron a las fuerzas musulmanas que se opusieron a ellos, capturaron a Sevilla, y asolaron la regin sevillana antes de que los andaluces juntaran fuerzas suficientes para ahuyentarlos. No se atrevieron a subir por el Guadalquivir ms all de Sevilla porque se dieron cuenta del peligro que esto supona. Las fuerzas armadas y el gabinete de la Espaa musulmana se reunieron en la ciudad de Carmona, al Oriente y no muy lejos de Sevilla, para deliberar. Al principio los rabes demostraron su falta de preparacin ante una invasin de la costa del Atlntico, porque hasta entonces sus problemas martimos haban surgido en el Mediterrneo; pero una vez ante la urgencia de organizarse, lograron encararse con la crisis, aunque el saqueo de Sevilla debi de haber sido un golpe muy serio tanto a su prestigio como a su economa. Despus de reorganizar las fuerzas armadas, tomaron la iniciativa y mataron a cada normando que podan localizar, y volvieron a entrar en la metrpoli del Sur. Se indica que el jefe visigodo y musulmn de Zaragoza, Ms bin-Qs!, trajo sus fuerzas al apoyo de cAbdurrahmn.14 Cuando el amir cAbdurrahmn II hubo derrotado a los normandos en la batalla de Tablada,15 pueblo a tres kilmetros en la vega al sur de Sevilla, reunieron- los normandos sobrevivientes sus fuerzas y bajaron por el Guadalquivir en sus barcos, canjeando a algunos de sus prisioneros por ganado y provisiones.16 Emprendieron la retirada por va de Niebla y Lisboa, haciendo incursiones por la costa y peleando con las tropas musulmanas hasta que perdieron algunos navios; ibn-cldhrl17 da el nmero de treinta barcos mientras que ibn-al-Athr18 dice que

13 Ibn-al-Athr, loe. cit. 1* Ibn-cldhri, loe. cit. 15 Se da este nombre como Talyta en los documentos rabes, quizs por una puntuacin equivocada o deficiente de las consonantes arbigas en el texto. 16 Consltese tambin a Lvi-Provencel, Histoire de l'Espagne Musulmane, 2 tomos. Pars, G. P. Maisonneuve, 1953, t. I, pp. 218-225: "Les Descentes Normandes de 844 en Espagne Musulmane"; en el tomo I, p. 221, se ofrece un mapa excelente de esta campaa. 17 P- 918 Loe. cit.

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eran slo cuatro, aunque se puede referir a otra ocasin y no a la presente. Algunos normandos se quedaron atrs y se establecieron como ganaderos, convirtindose en musulmanes; ms tarde tenan fama por los ricos quesos que fabricaban. Ibn-al-Qutiyya dice tambin que los vikingos penetraron en el Mediterrneo, pero su relacin de un ataque a Nakr en la costa marroqu al este de Ceuta y cerca de Alhucema se habr trasladado de los informes acerca de la expedicin de 858 que mencionaremos luego. Su aserto de que "llegaron al pas de Bizanci y Alejandra en aquella expedicin, que dur catorce aos" es una fbula; todo lo dems indica que los vikingos en su primera incursin a Espaa no navegaron ms all del Estrecho de Gibraltar. Pero s ocuparon la isla Cristina en la desembocadura del Guadiana durante una temporada. Encontramos una referencia a esta invasin en la Primera crnica general, pero con unos detalles curiosos. El captulo 632 de la Crnica se titula: "De como corrieron a Sevilla unas yentes extrannas et se fueran end por miedo de Abderrahman rey de Cordoua." Este captulo nos ofrece una excelente narracin del saqueo de Sevilla junto con la matanza de sus ciudadanos y de la batalla posterior de Tablada; pero a pesar del relato fidedigno, el cronista alfons no sabe identificar a estos invasores. Es posible que los historiadores del siglo xm no se dieran cuenta de que estos guerreros eran normandos? Este captulo fija la batalla de Tablada en el tercer ao del reinado del rey Ramiro I, quien gobern a Asturias del ao 842 al 850. Estos sucesos estimularon una nueva poltica en la capital omeya de Crdoba, que trajo la renovacin de la flota del primer cAbdurrahmn; el segundo omeya homnimo mand construir una base naval en el Guadalquivir y levant atalayas al sur de Sevilla. Alist marineros de la Costa andaluza y los provey de equipo, incluso nafta o fuego griego que les sirvi bien ms tarde.19 Veremos despus el buen servicio que prest esta flota en el Atlntico a los andaluces. Adems, cAbdurrahmn II mand al poeta Yahy bin-al-Hakam al-Ghazl en una embajada para mejorar las relaciones con el rey de los normandos. El viaje de este embajador fue descrito con todos sus detalles por cUmar bin-Hasan binDihy en su libro Al-Mutrib min Ashear Ah al-Andalus.30 La misin de Ghazl lo llev del puerto de Silves en la provincia de Algarve21

19 Ibn-al-Qutiyya, p. 67. 20 Cairo, Ministerio de Instruccin Pblica, 1953, pp. 132-151. 21 Al-Gharb o "el Poniente" (de la capital de Crdoba) en rabe.

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hasta una gran isla o pennsula (la palabra vazlra describe ambas cosas en rabe) en el Ocano Atlntico que distaba tres das de la costa de Francia. Se ausent veinte meses, y a pesar de su edad avanzada, cay bien a la reina normanda. Ghazl se prestaba a tal embajada por su don de gentes y su experiencia anterior en Oriente.22 Dijo que los normandos que conoci all ya eran cristianos, lo cual podra explicar en algo que la Primera crnica haya perdido el aspecto pagano acerca de sus creencias. Las medidas ya mencionadas se justificaron cuando los normandos atacaron a Espaa en varias ocasiones comenzando en el ao 858 bajo el heredero de cAbdurrahmn, Mahoma I (852-886). Esta vez incendiaron la Gran Mezquita de Algeciras en el Estrecho de Gibraltar, y prosiguieron por la costa suroriental de Espaa hasta Orihuela en la regin de Tadmir o Murcia.23 Volvieron a tomar a Sevilla y penetraron por el Ro Tinto hasta Niebla por segunda vez; y asimismo sufrieron la expulsin, porque las fuerzas del amlr Mahoma I les incendiaron los barcos. Durante esta retirada, algunos navios naufragaron en la costa marroqu en el mismo lugar donde haban atacado durante la campaa anterior; y aqu se construy un ribt o fortaleza que form el ncleo para el puerto posterior de Asila o Arcila. En 859 partieron desde el Sena en Francia para emprender otra expedicin hasta Galicia. Al ao siguiente atacaron a Navarra, donde ocuparon a Pamplona, que queda bastante lejos del mar, y que es adems una ciudad mencionada durante la primera invasin de los almuiuces o celtas. Volvieron tambin en 862. Ahora bien, el cronista Alfons cuenta esta invasin y por primera vez identifica a los invasores como normandos; este dato se encuentra en el captulo 641. Dice que navegaron hasta Algeciras en "lx naves"; tambin llegaron a "Nacoze" (Nakr?) en frica, y hasta las islas Baleares (y a Grecia, si podemos creer esto tambin). Esto ocurri durante el reinado del rey Ordoo quien muri en el ao 866, de modo que est de acuerdo con las crnicas rabes.

22 Por ejemplo, la entrada al saln del trono en el palacio normando se haba construido tan baja que cualquier embajador tendra que hacer una inclinacin hacia el rey durante su entrada; pero Ghazl se desliz de modo que evit tal homenaje. Se recuerda un incidente parecido con el gobernador de Espaa Abd al-cAzz binMs bin-Nuayr poco despus de la conquista cuando entr en la capilla de su esposa la reina Egilona vase mi Halcn de Espaa, VI, p. 35 (o Falcon of Spain, p. 28). 23 Ibn-cldhr, II, pp. 96-97, relata que tenan 62 navios y que en aquella ocasin se llevaron oro y plata.

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Un ltimo ataque normando a Espaa se menciona en el ao 966, durante el reinado del califa Hakam II (961-976); aunque la Primera crnica en el captulo 726 dice que esto ocurri el ao en que muri su padre, el gran cAbdurrehmn III, lo que lo fechara cinco aos antes y bajo el reinado de Ramiro III de Len. Este captulo se titula "De como una yente de los normanos ueno a Espana et robaron Galizia, et de la muerte de Abderrahman rey de Cordoua". El cronista castellano tena mejor conocimiento del rabe en este pasaje, porque nos dice que Hakam escogi el nombre ceremonial de almuztencirbilla (al-Mnstanir bi-Llh), el que traduce correctamente como "omne que se defiende con Dios". El orientalista francs Lvi-Proven^al llama esta invasin "une tentative de dbarquement des Madjus; cette fois c'taiant des Danois pai'ens que le duc de Normandie, Richard, icr. avait diriges vers l'Espagne fin de dbarrasser ses territoires de leur encumbrante prsence".24 Esta flota de los Mays fue destrozada cerca de Silves, el mismo puerto del sur de Portugal de donde haba partido la embajada de Ghazl. Navegaron bajo el mando de su rey "Gunderedo". De estos relatos, se puede ver tanto la estrategia de los vikingos como la reaccin de los musulmanes con igual certeza. La fuerza de los normandos provena de su capacidad de sorpresa, y su nico propsito fue enriquecerse por medio del botn y de los prisioneros. Su problema principal era el de abastecerse de comestibles, tal como se nota en su insistencia en canjear a sus presos por provisiones (mita0), miestras que su ventaja principal fue su control del mar; por tierra sus fuerzas sufrieron una derrota fcil a manos de un buen ejrcito rabe, y su temeridad acarre prdidas serias a menudo. Notamos sin embargo la facilidad con que penetraron en Inglaterra y Francia, hasta el punto de fundar estados propios en aquellos pases; mientras que los rabes de Espaa los ahuyentaron luego.25 Con esto llegamos al final de nuestra segunda exploracin del trmino Mays o Almuiuces y las invasiones relacionadas con este pueblo; pero nos quedan dos preguntas ms. Cmo es que los historiadores castellanos del siglo xm no se haban fijado en el nombre al-Mays que podan ver en los relatos de la invasin del 844 que deban de encontrar

24 op. cit., 11, p. i6g. 25 Vase la resea de Osear G. Darlington sobre el libro Les Normanas en Mditerrane en la American Historical Review, julio 1952, LVII, p. 948.

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en las crnicas rabes? Y con qu motivo hablaran de una invasin martima debida a los celtas? Mi hiptesis sera que los investigadores que se ocupaban de la poca precristiana en la corte de Alfonso X no saban muy bien el idioma rabe, como vemos en el plural que dieron al nombre de los Mays; mientras que los que trabajaban en los captulos posteriores s saban el significado del nombre ceremonial del califa Hakam, pero no emplearon el trmino de Mays porque no sentan que los normandos fueran paganos y no cristianos. Los invasores durante el reinado de este califa s eran paganos de Dinamarca, pero un siglo antes el embajador Ghazl haba dicho que el cristianismo se extenda entre ellos. De este modo los historiadores de Castilla fecharon a los invasores paganos en una poca cuando saban muy bien que no era posible que fueran cristianos, y para efectuar esto, recogieron algunos datos de las leyendas y otros de la historia rabe. El captulo J4 de la Crnica se refiere sin duda alguna a la poca precristiana, porque menciona la fundacin de ciudades, la construccin de templos para adorar el fuego, y una invasin de los griegos. Los redactores alfonsinos habran odo hablar de una invasin de adoradores del fuego, sea por el folklore o sea por las leyendas, quienes provenan de las islas del Norte durante el milenio anterior, pero parece que ignoraban el nombre de este pueblo. Por esto prestaron el trmino de Mays, que describe a los fieles.de aquel culto, a las fuentes rabes que les servan en parte para redactar su crnica, pero que en ellos se refera ms bien a los invasores normandos de Espaa.26 Para terminar y resumir, los testimonios parecen indicar^que la presunta invasin martima de Espaa que ocurri a mediados del milenio inmediatamente anterior a Jess fue de origen cltico, mientras los Mays autnticos de las historias hispanoarbigas eran los normandos quienes atacaron a Espaa quince o diecisis siglos despus. Notamos que las invasiones de los normandos durante los siglos ix y x de nuestra

26 La Crnica abreviada del infante don Juan Manuel deletrea la palabra Almuiuces como 'Almonces' en el captulo 12, lo que demuestra una prdida de conocimiento de las fuentes originales. Esta Crnica fue impresa privadamente por el Dr. R. L. Grismer (Minneapolis 1957). Un reciente artculo del profesor Stig Wikander, "Los 'Almuiuces' en la Primera Crnica General" en el Boletn de la Asociacin Espaola de Orientalistas 1966, II, pp. 109-116, desarrolla el uso del trmino en las crnicas posteriores, y su deformacin consiguiente. Habla tambin de los normandos al-Majs en Rusia y la parte oriental del mundo rabe.

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era llegaron ms o menos por las mismas rutas y as se habran podido confundir ms con la colonizacin cltica de Pamplona, la Corua y Lisboa; pero debemos tener presente que la ciudad de Cdiz fue de fundacin fenicia. Como cosa curiosa, Pamplona figur tanto durante las invasiones de los celtas como de los normandos. No obstante leemos una historia repleta de problemas: es confusa, como si buscramos por medio de un vago recuerdo popular que corra a lo largo de los cuatro siglos que pasaron entre la fecha de la primera invasin de los normandos de Espaa y la redaccin de la Crnica alfonsina.T . B. IRVING

Universidad de Tennessee, Knoxville

AIH. Actas III (1968). Celtas, magos o normandos en la Primera crnica general 461. T. B. IRVING