Manejo de la ira y situaciones emocionales adversas con PNL.

Por Fernando Rodríguez Cervantes fundador de Brain Reset technics.

Con profundo agradecimiento a mi esposa Andrea y mi Nuera Mónica, quienes me han inspirado a escribir este trabajo de superación personal, seguro que ayudará a todo aquel que lo practique.

Una de las emociones más frecuentes en el ser humano es el del enojo. Existen personas que parece que viven constantemente en este estado, y por supuesto son con las cuales no quisiéramos estar y les sacamos la vuelta o evitamos el dialogo con ellas. Pero la verdad es que todos nos enojamos en ocasiones por algo que alguien nos hace, según nuestra percepción, por algo que no nos hacen, o por algo que nosotros mismos hicimos o dejamos de hacer.

El sentir enojo es normal. Lo que no es normal es permitir que esa emoción nos domine convirtiéndose en ataque de ira. Alguna vez te has preguntado ¿si tu dominas tus emociones o estas dominan tu mente y por lo tanto te dominan a ti, dejando de ser tu quien lleva el control?. La respuesta que le damos a este sentimiento de enojo es lo que marca la gran diferencia. Aquí el gran problema puede ser que cada vez que nos enojamos, nos dejemos llevar en automático por este sentimiento y no seamos capaces de ver más allá de nuestras narices, pues le damos el poder a algún hecho ocurrido en nuestro entorno, que nos empieza a hacer sentir como una olla a presión a punto de explotar, lo cual nos está impidiendo actuar con dominio de la situación. Muy a menudo, el enojo convertido en ira se acompaña de pensamientos de venganza y esto nos puede llevar a humillar, criticar, juzgar peyorativamente, ofender, fastidiar y hasta a odiar a otra persona, sintiendo posteriormente culpa por ello, o haciéndonos cada vez menos humanos e incapaces de convivir en el mundo, pues nos vamos encasillando en un caparazón blindado donde no dejamos penetrar a nadie y nos empezamos a aislar de la realidad y a vivir en el infierno. Incluso, lo que sucede a menudo, es que explotamos con las personas que más amamos.

En lo personal quisiera dar especial distinción a la ira, a la que catalogo como un enojo fuera de control, enojarnos y actuar en consecuencia ante situaciones de injusticia, es algo que debemos considerar normal. Nos impulsa incluso a tener la energía para defendernos de tal injusticia, por ejemplo hoy sucedió un hecho interesante; Una cuñada mía, choco al salir de un estacionamiento de una tienda de conveniencia (oxo), al darse en reversa en su vehículo se impactó contra un vehículo que estaba llegando. Llamaron al agente de tránsito y cuando este llego, en vez de levantar la infracción y hacer la cita correspondiente para acudir a la delegación y que el juez calificador determinara la culpabilidad correspondiente en el percance, se puso a decir que tenía que detener a los dos conductores y llevar los vehículos a resguardo. Ante esta situación mi hermano, que ya había llegado al lugar, y que fue quien llamó por teléfono a las autoridades de tránsito, obviamente se enojó al percibir que lo que estaba haciendo el agente era asustar a su esposa y al otro conductor para extorsionarlos. Ante esa situación mi hermano le dijo al agente que sabía perfectamente que estaba tratando de extorsionarlos, porque él ya sabía el procedimiento a seguir y le dijo al

agente que no le iba a dar ni un quinto y que si quería, iban a la delegación pero que lo acusaría ante sus superiores. Acto seguido el agente se retiró y les dijo “mejor arréglense entre ustedes yo ya me voy”. Mi hermano opto por pagarle al conductor del otro vehículo en ese momento lo que convinieron según los daños ocasionados.

El enojo es una emoción normal. ¡Imaginen lo que hubiese hecho una persona irascible ante esta situación!. Las posibilidades son enormes y desastrosas, según las circunstancias y elementos al alcance.

Las consecuencias de nuestra ira, dependiendo del grado que manejemos, pueden llegar a ser muy importantes. Por ejemplo, si en el trabajo el jefe, la secretaria o algún empleado hace algo que me molesta y me causa enoj; si yo no soy capaz de manejarlo, puedo trasladar este sentimiento a mi casa y convertirlo en ira con mis hijos, mi espos@, mi madre, etc., causando un deterioro en las relaciones familiares, y organizando una guerra donde no hay necesidad, ya que estoy haciendo que paguen justos por pecadores. O al revés, si el enojo es en casa, me lo llevo al trabajo, y ahí es donde yo lo exteriorizo en ira, provocando conflictos con mis compañeros, mi jefe o mis subalternos y no va a llegar a nada bueno. La emoción del enojo no desahogado es como un caldero de presión que estalla en ira tomando el control de nuestra mente.

En el ámbito de la salud, la ira, al igual que cualquier otro sentimiento negativo nos hace daño repercutiendo en nuestro bienestar físico ya que la química de nuestro organismo pierde el equilibrio, y nuestro cuerpo empieza a descargar adrenalina y cortisol para recuperarlo. Las descargas frecuentes de estas substancias deterioran el sistema inmunológico entre otras cosas, por lo que somos presas fáciles de enfermedades tales como gastritis, dermatitis, colitis, infecciones por sistema inmunológico debilitado o síntomas desagradables como dolor de cabeza que puede convertirse a la larga en migraña. Igualmente cuando nos convertimos en costal de papas de una persona cercana que es irascible nos vemos igualmente afectados. ¿Conoces a alguien que está constantemente enfermo? Observa qué clase de carácter tiene, seguramente no ha podido manejar algún sentimiento negativo en su vida, no necesariamente es la ira, o un costal de papas de una persona colérica (como dice una amiga), pero es el tema que nos ocupa por ahora.

La cuestión es…. ¿qué puedo hacer yo contra la ira? …..Aprender a manejarlo, ya que muchas veces a lo largo de nuestra vida puede hacerse presente, pues como decíamos arriba, no es malo sentir enojo, sino lo importante es la respuesta que le demos en ese momento y en los siguientes.

Se han hecho investigaciones científicas que indican que la propensión a la ira tiene antecedentes genéticos sin embargo yo te digo que eso tiene solución, porque incluso además de genes tenemos neuronas y si nosotros tomamos el control de nuestra mente podemos enseñar a nuestra mente a que actué en automático tomando el control y a que proceda sensatamente ante situaciones de enojo, sin permitir que la ira asome la cabeza.

Cuando somos irascibles, caemos en el extremo de encontrar situaciones de ira donde no las hay, llegando incluso a hacer sentir mal a los que nos acompañan y que bajo nuestra percepción son causantes de nuestra ira, cayendo en la auto conmiseración de sentirnos víctimas de los seres cercanos a nosotros y que son CULPABLES de que perdamos el control.

Basta de verborreo y palabrerías de algo que tú conoces perfectamente, una vez que has reconocido que eres una persona irascible o colérica (por darle su lugar a mi amiga).

Puede parecerte un poco largo lo que vamos a hacer, pero aunque no creas o tengas duda, hazlo, será de grandes beneficios para ti, reestructuraremos y resetearemos los circuitos neuronales de la ira para que sea nuestro Ser quien toma el control y no el Ego.

Antes que nada, empezamos por respirar profundamente 3 veces y cerrando los ojos pensamos y reflexionamos un par de minutos. “a donde nos ha conducido el ser irascible, por qué queremos cambiar, motivos personales de interés propio, siempre por nosotros mismos, no por los demás, los demás se beneficiaran con nuestro cambio, pero nuestros motivos vienen de lo profundo de nuestro ser, del buscar ser más felices y mejores personas “.

Ya tenemos identificado perfectamente nuestros motivos, ahora nos imaginamos que estamos frente a un espejo y si lo hacemos, mejor aún. Y nos repetimos, tres veces en voz alta, los motivos que tenemos para cambiar y controlar las situaciones de enojo.

Ahora usaremos técnicas de anclaje de Programación Neuro Lingüística para reprogramar nuestras actuaciones en automático, frente al enojo. Yo sé que alguien pensará “esto es imposible” ¿Cómo tener la sangre fría de pensar así? Bueno pues quiero decirte que es posible. Si queremos y estamos convencidos que el enojo no nos sirve y solo nos ha acarreado problemas en la vida, o que quizá nuestra salud se ha deteriorado.

Es necesario que lo hagas conforme lo vas leyendo, no le des oportunidad a tu personalidad rebelde o ego el cuestionar este procedimiento, sobre advertencia no hay engaño, así que

hagámoslo juntos.

1-a.- Estando de pie, imaginamos un círculo blanco en el piso delante de nosotros y a la derecha, como de 70 centímetros de diámetro.

1-b.- respiramos profundamente 3 veces con los ojos cerrados y procedemos a recordar un momento de fortaleza en que resolvimos una situación con recursos de serenidad cordura y raciocinio, y lo bien que nos resultó esta vivencia. Damos un paso adelante a la derecha y nos metemos a nuestro círculo blanco. Estando aquí vivimos la experiencia plenamente, sintiéndola, recordando lo que nos dijeron, lo que dijimos como estábamos vestidos. Le ponemos mucho color, muy intenso, sobre todo el enojo que sentimos y como lo resolvimos favorablemente, recordamos la calma y el sosiego que vino después, nos damos cuenta que nosotros tomamos el control y lo resolvimos. Nos damos un momento para auto felicitarnos de ese comportamiento. Si no recordamos alguna vivencia propia podemos tomar alguna experiencia de un ser querido e imaginarla como si nos hubiese sucedido a nosotros. Después de esto da un paso atrás a tu izquierda saliendo del círculo blanco.

1-c.- imaginamos una situación difícil en nuestra vida que supimos sortear con sabiduría y cordura que incluso nos salvó de una situación de enojo y tal vez de ira.

1-d.- nos metemos de nuevo al círculo blanco y recordamos con mucha claridad esta vivencia, con mucho color y volumen y sobre todo las emociones. ¡Somos mucha pieza, sabemos actuar con cordura!. Después de esto da un paso atrás a tu izquierda saliendo del círculo blanco.

1-e.- ahora recordamos la situación de ira de algún ser cercano y como nosotros aconsejamos a esa persona, ¡ha porque para eso nos pintamos solos y somos muy buenos!

1-f.- de nuevo un paso adelante a la derecha dentro del circulo blanco, y vivenciamos de nuevo la experiencia, con sonido elevado mucho color y sentimiento. ¡Que buenos observadores de situaciones irascibles somos!. Si no nos entrometimos en la situación de todos modos imaginamos que lo hacemos y aconsejamos con mucha sabiduría¡.

Sentimos como al estar en este círculo nos teñimos de blanco, nos impregnamos de blanco y adquirimos mucha cordura, serenidad y sabiduría.

Muy bien hemos anclado en este círculo blanco la serenidad, la cordura y la sabiduría.

Ahora procederemos a hacer lo que llamaremos un doble anclaje.

2-a.- aún de pie fuera del circulo blanco, cerramos el puño izquierdo metiendo el dedo pulgar entre los dedos medio y anular, algo que regularmente no hacemos, nos hacemos consientes de esto, apretamos el puño y damos un paso adelante a la derecha, metiéndonos en nuestro circulo blanco. Respiramos profundamente y con los ojos cerrados nos teñimos de blanco y solo sentimos la paz la tranquilidad, la cordura y sobre todo la sabiduría de nuestro ser. Abrimos la mano y damos un paso atrás a la izquierda.

2-b.-repetimos un par de veces más el punto anterior.

¡Ahora viene lo mejor!, vamos a reprogramar nuestros impulsos ante el enojo

3-a.- de pie en nuestra postura inicial, imaginamos un círculo negro delante de nosotros a nuestra izquierda. El circulo de la ira.

Ahora imaginamos que donde estamos, atrás de nosotros hay un elevador de cristal, la puerta se abre, pero antes de entrar vamos a nuestro circulo blanco, cerramos el puño y nos llenamos de tranquilidad cordura y sabiduría, nos ponemos blancos como si fuéramos lámparas de neón incandescente y nos llenamos de mucha paz, respiramos tranquila y profundamente tres veces mientras nos recargamos y encendemos. Sin soltar el puño regresamos a nuestra posición inicial, damos un paso atrás y entramos al elevador de cristal. La puerta de cristal se cierra y nos damos cuenta que el elevador tiene cristales que repelen toda emoción ajena a nuestro estado de paz, cordura y tranquilidad. El elevador sube como 5 metros y se detiene.

Estando en el elevador en el círculo negro se proyecta una experiencia de ira en la cual somos el protagonista.

3-c.- En el elevador, como espectadores, en el círculo negro vemos como en una película holográfica es decir realista, la experiencia, observándonos a nosotros mismos como mero espectador, la ira que sentimos como se corta la respiración, como nos dominó, como perdimos el control, como dijimos estupideces y lastimamos a quien nos acompaña en esta experiencia, como nos dolió y como estábamos seguros que los otros tenían la culpa de nuestras emociones. Observamos la experiencia desde nuestro elevador y continuamos tranquilos, serenos y con mucha cordura y sabiduria.

Traemos otro par de experiencias al círculo negro y las observamos desde nuestra cabina de cristal sin dejar de apretar el puño, completamente iluminados de blanco y en perfecta armonía y auto juicio, mientras observamos respiramos profundamente y nos damos cuenta que el poder sobre los sentimientos lo tenemos nosotros, vivenciamos las experiencias a nuestro propio ritmo, como meros espectadores

respirando tranquilamente.

3-d.- el elevador de cristal baja, se abre la puerta y acudimos a nuestra posición inicial dando un paso al frente fuera del elevador. En este momento nos sacudimos como si trajésemos pulgas, damos patadas sacudiendo las experiencias que vivimos y nos acordamos de por qué nos gusta que nos hagan cosquillas, je je je…. sonríe.

3-e.- damos un paso adelante a la izquierda al círculo negro. Recordamos de nuevo el enojo de la primera experiencia negativa que observamos e inmediatamente cerramos el puño izquierdo con el pulgar entre el índice y el medio, apretamos y abrimos la pierna derecha y la metemos en el círculo blanco he inmediatamente nos inunda la paz la cordura y la tranquilidad y ante esa experiencia respiramos profundamente 3 después de darnos cuenta que estamos enojad@s nos decimos “sé que estoy enojad@ pero yo tengo el control y puedo manejar esto con cordura y esto impedirá que la tensión se acumule dentro de mi” exteriorizamos nuestro sentimiento a los que nos rodean pidiendo nos den un minuto para tranquilizarnos, recuperando la armonía y mientras decimos esto pasamos el pie izquierdo al círculo blanco recordando la experiencia de enojo y como actuamos con sabiduría, para solucionar la situación; estando tranquil@s nos salimos dando un paso atrás a nuestra posición central. Nos sacudimos de nuevo recordamos una experiencia chusca de mucha risa,

3-f.- hacemos lo mismo del paso anterior con las otras 2 experiencias de enojo sin dejar que se conviertan en ira.

3-g.- ¡Muy bien! A probar nuestro disparador de anclaje se ha dicho. Si tienes una situación que te disgusta con alguien es momento de probarnos.

Ve y hazle el reclamo correspondiente, en cuanto sientas que llega el enojo se dispara nuestro recurso, inmediatamente aprieta el puño izquierdo y da un paso adelante a la derecha el circulo blanco siempre estará un paso a la derecha de ti. Siempre te acompaña, respira profundamente e imagina que te dices “sé que estoy enojad@ pero yo tengo el control y puedo manejar esto con cordura y esto impedirá que la tensión se acumule dentro de mi” exterioriza tu sentimiento de disgusto a los que te rodean pidiendo te den un minuto para tranquilizarte, recuperando la armonía, actúa con cordura según la causa de tu enojo si es que hay una injusticia real de por medio.

Aprendamos a pedir perdón, siempre que nos enojemos no llevemos nuestro enojo a otro lado, practica esta experiencia del circulo blanco siente como sale el enojo, la respiración es para llenarnos de paz cordura y sabiduría y liberándonos en cada exhalación saliendo como humo denso de la nariz.

Programación Neurolingüística nos dice que todos tenemos los recursos necesarios a cada momento. Esto quiere decir, que si somos conscientes de esto, somos capaces de manejar situaciones y sentimientos que nos afectan negativamente.

Ante un enojo que no puedes manejar, haz lo siguiente:

1. Respira profundamente 2 o 3 veces cerrando tus ojos, metete a tu circulo blanco.

2. Explora tu cuerpo y date cuenta en qué parte se encuentra básicamente este enojo, generalmente se encuentra en pecho, plexo solar, o vientre

3. Ahora que lo tienes localizado, ponle un color negro, como si fuera un humo negro que se instaló en ese lugar

4.- Empieza a respirar profundamente, dándote cuenta cómo va saliendo cada vez que exhalas

5. Continúa hasta que este sentimiento se haya calmado o desaparecido de tu cuerpo

6. Ahora siente la tranquilidad y la paz en tu cuerpo por unos segundos, llénate de blanco y date cuenta de que tú puedes tener el control sobre tus sentimientos

7. Abre tus ojos y observa al mundo que te rodea desde otro punto de vista más amable, aceptando el hecho de que ninguna persona puede hacerte enojar

Después de haber hecho este ejercicio, que es muy fácil ya que se puede hacer en cuestión de pocos minutos, por ejemplo retirándote al baño o a algún lugar donde puedas estar sól@, regresa a la persona que te hizo enojar y, si es buen momento, en el que la otra persona esté calmada, dile qué te enojó o enfadó de su actitud o comentario. Explícale el por qué y probablemente te sorprenderás de la respuesta, ya que lo más seguro fue que percibiste e interpretaste mal su actitud y sus motivos, o quizás ella está arrepentida por haber sido tan intempestiva y agradece la oportunidad de poder disculparse.

Finalmente, repito una reflexión que me dijo mi amigo Gamaliel, “una persona irascible pide amor a gritos, regularmente son personas que no saben ni recibir ni dar amor y donde no hay amor subyace el miedo, sin embargo frecuentemente son personas altamente nobles y que ayudan incondicionalmente”.