Manejo de Vicuñas en Argentina

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Se sugiere citar este libro como: Bolkovic, M. L. y D. Ramadori (eds.). 2006. "Manejo de Fauna Silvestre en la Argentina. Programas de uso sustentable". Direccin de Fauna Silvestre, Secretara de Ambiente y Desarrollo Sustentable, Buenos Aires. 168 pgs. + 8 ilust.

Manejo de vicuas en la ArgentinaExperiencias en las provincias de Salta y Jujuy

Bibiana Vil y Gabriela LichtensteinResumenEn este trabajo se presentan dos alternativas de manejo de vicuas actualmente vigentes en la Argentina: el sistema de criadero fomentado por el INTA en las provincias de Jujuy y Salta, y la experiencia reciente de manejo en silvestra realizada en Cieneguillas, en la provincia de Jujuy. En primer lugar, se describen en funcin de aspectos biolgicos y socioeconmicos con una perspectiva comparativa. Luego, se analiza el impacto de estas dos modalidades de manejo sobre la conservacin de las vicuas. Palabras clave: vicuas, uso en cautiverio, uso en silvestra, Puna argentina, Salta, Jujuy.

Vicuna management in ArgentinaExperiences in Salta and Jujuy Provinces

AbstractIn this work, we present two alternatives for vicuna management currently undertaken in Argentina: a ranching system promoted by INTA in Salta and Jujuy Provinces, and a recent wild management experience carried out in Cieneguillas in Jujuy Province. In the first place, they are described in terms of biological and socio-economic aspects from a comparative perspective. Then, we discuss the impact of both management types on vicuna conservation. Key words: vicuna, captive breeding, wild management, Argentinean Puna, Salta, Jujuy.

IntroduccinEl manejo de fauna es un tema netamente ambiental y no exclusivamente biolgico como se lo suele tratar, entendiendo al ambiente como una compleja trama de interacciones biofsicas y socioculturales. Las problemticas ambientales tienen una complejidad intrnseca que indica que deben ser abordadas con un nuevo estilo de ciencia. Se las podra definir como situaciones en las que: 1) existen riesgos e incertidumbre; 2) hay diversos intere-

ses y valores en juego, y 3) las decisiones son urgentes (Funtowicz et al., 1998). Las metas de la investigacin ambiental ya no estn exclusivamente orientadas por la curiosidad, sino tambin incluyen demandas de la sociedad no cientfica, y se basan principalmente en paradigmas orientados por problemas. Las situaciones de manejo de fauna cumplen con los enunciados anteriores, por lo tanto se necesita ciencia de calidad, pero adems que la evaluacin para la toma de decisiones sea realizada no solo por expertos, sino por una comunidad de pares extendida que incluye a los pobladores

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locales, ya que muchas veces distintas formas de conocimiento (por ejemplo, la indgena o religiosa) son relevantes para un dilogo exploratorio tendiente a resolver un problema (Funtowicz et al., 1998). En este trabajo se renen dos lneas de investigacin llevadas a cabo por sendas autoras, una de ellas referida al anlisis del manejo de vicuas (Vicugna vicugna) en cautiverio y la otra al uso en silvestra; por ello, parte de la informacin puede tambin leerse en los trabajos especficos. Los datos de los criaderos aqu presentados corresponden al perodo 2001-2003, mientras que la informacin sobre Cieneguillas se refiere a los aos 2001-2005. El objetivo de este captulo es ofrecer, a travs de una visin comparativa y crtica, una descripcin de los dos tipos de manejo que coexisten en nuestro pas.

excesivos solapamientos alimentarios ni agresiones interespecficas. Historia del uso La vicua ha sido utilizada por los habitantes andinos desde tiempos prehistricos (Bonavia, 1996; Yacobaccio, 2003). En pocas del incanato, la tcnica de captura se denominaba chaku y fue extensamente aplicada. Cada tres o cuatro aos se capturaban los animales, se esquilaba la mayora y luego se los liberaba (Custred, 1979). Se calcula que a la llegada de los espaoles haba 2 millones de vicuas en Per (Wheeler y Hoces, 1997). Luego de la conquista, la caza no controlada con armas de fuego provoc una disminucin drstica de las poblaciones de vicuas (Yacobaccio et al., en prensa) y la especie qued en peligro de extincin, situacin mantenida hasta mediados del siglo XX. En la dcada de 1960, la poblacin mundial se calculaba en unos 10.000 animales segn Hofman et al. (1983), y unos 6.000 de acuerdo con Nowak (1991). Tal situacin fue revertida gracias a intensos esfuerzos internacionales, nacionales y regionales de conservacin. En 1969, Bolivia y Per firmaron el Convenio sobre Conservacin de la Vicua y de este modo toda la comercializacin referida a la vicua fue prohibida. A dicho convenio, posteriormente adhirieron Chile y la Argentina, y se crearon reservas y parques nacionales en el rea de distribucin de esta especie. Tales medidas se vieron reforzadas con la prohibicin de la comercializacin dentro de los Estados Unidos de Amrica, donde la especie fue listada en el ESA (Endangered Species Act) en junio de 1970, y por la aplicacin de la prohibicin de la comercializacin internacional de la fibra por la Convencin sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) en el ao 1975. Tras una primera etapa de proteccin absoluta, se entendi la importancia de involucrar a las comunidades locales en la conservacin de las vicuas. Dichas comunidades estaban mostrando no solo desinters, sino hasta cierta animosidad, por considerarlas competidoras de su ganado domstico por agua y pasturas. As es como se busc modificar comportamientos y prcticas de los pobladores locales mediante la aplicacin de incentivos econmicos y sociales. Se lleg entonces a la firma de un convenio donde se promova el aprovechamiento econmico de la especie en beneficio de los pobladores andinos (Convenio para la Conservacin y Manejo de la Vicua, artculo 1, 1979).

La vicuaLas vicuas son un excelente modelo para el manejo sustentable, ya que poseen caractersticas biolgicas que permiten su captura, manipulacin, esquila e inmediata liberacin. Si esta intervencin se realiza con un criterio adecuado de bienestar animal, las consecuencias negativas para las vicuas pueden ser minimizadas notablemente. Este camlido silvestre posee una de las fibras ms finas del mundo (alrededor de 12,5 micrones) y ms cotizada en el mercado internacional (U$S 300 a 650/kg), cuyo nico competidor en finura es la fibra obtenida del chiru (Pantholops hodgosonii) que ostenta 10-12 micrones (Schaller, 1998). La vicua, junto con los otros camlidos sudamericanos, es una especie adaptada a la Puna y ofrece las siguientes ventajas sobre las especies introducidas: Es pastoreadora de bajo impacto ambiental, con adaptaciones fisiolgicas, anatmicas y conductuales, que le permiten un buen aprovechamiento de las pasturas de la estepa nativa y no ejerce un impacto por pisoteo sobre los suelos. Habita en zonas marginales, donde otro tipo de ganado tiene problemas de disponibilidad de pastura; es tolerante a condiciones climticas extremas. No requiere tratamientos sanitarios ni alimentacin suplementaria, dada su condicin de animal silvestre. Pastorea en campos con presencia de camlidos domsticos y otro tipo de ganado, sin generar

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Los pases andinos han desarrollado distintas modalidades de manejo de acuerdo con sus particularidades, tales como: organizacin social, idiosincrasia, sistemas de produccin, sistema de tenencia de la tierra y recursos naturales, y legislacin (Lichtenstein y Vil, 2003). En el caso de Per y Bolivia, los planes de manejo fueron diseados inicialmente para que comunidades territoriales hicieran uso de las vicuas que se encontraran en sus tierras comunales mediante capturas temporales seguidas de su liberacin. Desde 1995, en Per tambin se utilizan mdulos de cautiverio1, mientras que en Bolivia el uso de vicuas es exclusivamente en silvestra. En Chile existe un sistema mixto de manejo, cuyos principales beneficiarios son pobladores de origen aymara, que combina el manejo en silvestra con manejo en grandes corrales. En el caso de la Argentina, donde las estructuras comunales asociadas a la propiedad de la tierra estn muy poco difundidas y los ncleos de produccin econmica son las unidades domsticas, se dise un sistema de manejo en cautiverio llevado a cabo por pequeos productores. Un modelo alternativo surgi a partir de la iniciativa asociativa en la provincia de Jujuy, que se describe en este texto.

En 1997, la Argentina presenta una propuesta a la Convencin CITES para el pasaje del Apndice I al Apndice II de las poblaciones de vicuas de la provincia de Jujuy y de los ejemplares en cautiverio de criaderos fundados con vicuas procedentes del Instituto Nacional de Tecnologa Agropecuaria (INTA), con el exclusivo propsito de permitir la comercializacin de fibra de esta especie proveniente de la esquila en vivo. Dicha propuesta fue aprobada en la Conferencia de las Partes realizada en ese ao en Harare, Zimbabue. En el ao 2002, una propuesta similar fue aprobada en Santiago de Chile para las poblaciones de vicuas de la provincia de Catamarca. El resto de las poblaciones de vicuas de Argentina contina en Apndice I.

El sistema de criaderosEn 1965, el INTA comenz un programa de manejo de vicuas en su Campo Experimental de Altura de Abra Pampa, Jujuy, con un plantel de 16 animales (Rebuffi, 1998). Para fines de 2002, se estimaba que haba 1.700 animales en produccin (INTA Abra Pampa, 2002). Para el ao 2004, el sistema de criaderos estaba integrado por 15 criaderos localizados en las provincias de Salta y Jujuy (Lichtenstein, 2004). Si bien el total de criaderos habilitados durante el perodo de estudio fue de 26 (5 en la provincia de Salta y 21 en la provincia de Jujuy), 3 (el 11,5%) fueron clausurados por alta mortandad de vicuas, y 7 (el 27%) fueron cerrados por voluntad de sus dueos, quienes adujeron alta predacin, falta de agua o pasturas (Lichtenstein, 2004). Pese a que se habilitaron alrededor de dos criaderos por ao, como otros tantos cerraron, el nmero se mantuvo estable (Valbuena, 2002; DFS, 2002). En este sistema, la Cooperadora del INTA Abra Pampa cede a los productores, en calidad de prstamo, entre 12 y 36 vicuas y se compromete a brindar asistencia tcnica (INTA Abra Pampa, 2002). Por su parte, el criador debe brindar la atencin necesaria a los animales (agua y alimento) y asistencia veterinaria. Tambin tiene que restituir la totalidad de los animales recibidos del INTA (en cras de 6 meses a 2 aos de edad), en un plazo de entre 7 y 12 aos (INTA Abra Pampa, 1999). Adems, el productor se compromete a intercambiar reproductores macho padres del plantel con otros criaderos y/o con el INTA a fin

Marco legal argentinoEl marco legal referente a la vicua est constituido por normas internacionales, nacionales y provinciales. En lo que concierne al comercio internacional de la especie, la Argentina ratific la Convencin CITES (Ley 22344) con la Direccin Nacional de Fauna y Flora Silvestres como autoridad de aplicacin. Se ratificaron tambin el Convenio para la Conservacin y Manejo de la Vicua (Ley 23582) y el Convenio sobre la Diversidad Biolgica (Ley 24375). A nivel nacional, la Ley 22421, de Proteccin y Conservacin de la Fauna Silvestre, regula el trnsito interprovincial, comercializacin en jurisdiccin federal, exportacin e importacin de animales vivos, productos y subproductos de la fauna silvestre. Si bien la fauna silvestre es considerada res nullius (sin dueo) por el Cdigo Civil, la Constitucin Nacional otorga a las provincias el dominio originario de sus recursos naturales. Por ende, las cinco provincias que cuentan con poblaciones de vicuas (Jujuy, Salta, Catamarca, La Rioja y San Juan) manejan el recurso dentro de sus territorios en forma autnoma, de acuerdo con su legislacin.

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Un anlisis comparativo de estas dos situaciones ha sido publicado por Lichtenstein et al. (2002).

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de mitigar la endogamia2. El INTA requiere que el productor construya un cerco con una divisoria con el fin de apartar a los capones, un bebedero y un sector con piso de cemento para realizar la esquila. Estos cercos son mucho ms costosos que los tradicionales de 5 hilos de alambre. La dimensin de los corrales es en promedio de 10 has, pero vara entre 8 y 48 has, aunque algunos productores tienen corrales de 3/4 de ha (G.L., obs. pers.). El INTA ha definido tres categoras de productores: pequeos reciben 10 hembras, 2 machos y 12 capones, medianos reciben 15 hembras, 3 machos y 18 capones y empresariales reciben 100 animales (INTA Abra Pampa, 2002). En la prctica no existen productores empresariales, pero s una cuarta categora de productores que son quienes recibieron solo 12 vicuas: 2 hembras y 10 machos, o solo 12 capones. De los 26 criaderos abiertos, 30,77% (N = 8) comenz con 12 vicuas; 53,85% (N = 14), con 24 vicuas y 15,38% (N = 4), con 36 animales. Algunos planteles luego fueron ampliados mediante la cesin de ms ejemplares, aunque no existi buena informacin de carcter pblico al respecto. Las vicuas que mueren durante el primer ao son restituidas por el INTA. Si el productor no cuenta con capital para comprar la infraestructura, el INTA lo contacta con una empresa privada exportadora de fibra, que financia los materiales para construir el corral. Al momento de pactar el prstamo3, el importe se traduce a kilogramos de velln4 (INTA Abra Pampa, 2002). El productor asume el compromiso de entregar el 50% del velln obtenido en cada esquila como parte de pago hasta cancelar la deuda, pudiendo vender el otro 50% de la fibra a la misma empresa o negociarla por separado. Usualmente el resto de lo producido es vendido a la misma empresa en el momento de la esquila para contar con dinero en efectivo. Los dueos de los criaderos entrevistados consideraron que los volmenes de fibra producidos eran muy bajos como para atraer a otras empresas, y preferan no arriesgar la posibilidad de tener un comprador seguro pese a ser menos redituable

que los otros. El 77% (N = 20) de los criaderos habilitados pidi financiamiento a la empresa exportadora de fibra, probablemente debido a la dificultad de conseguir fuentes alternativas de crdito (Lichtenstein, 2004).

Quines son los beneficiarios?De acuerdo con el INTA, los principales beneficiarios del uso de vicuas en criaderos seran pequeos productores de origen coya de escasos ingresos (INTA Informa, 2002; INTA Abra Pampa, 2002). Sin embargo, la mayora de los productores son en realidad personas con cierta influencia y jerarqua dentro de sus comunidades (como profesionales o empleados municipales) que claramente no tienen una economa de subsistencia. De los 15 criaderos en funcionamiento al momento de realizar el estudio, el 87,5% (N = 13) no era artesano, lo que impeda que pudieran dar valor agregado a la fibra, y su nica opcin era vender fibra bruta a la empresa compradora.

Algunas consideraciones sobre la rentabilidadLa rentabilidad de los criaderos est relacionada con la produccin de fibra, el costo del corral, los gastos operativos, el nmero de vicuas otorgado y las condiciones estipuladas en la Carta Acuerdo con el INTA. El estudio de la rentabilidad anual, llevado a cabo con cifras proporcionadas por el INTA y los productores, y vigente hasta el ao 2001 mientras rega la Ley de Convertibilidad, indicaba que los costos anuales excedan los ingresos, con excepcin del caso de los criaderos, donde no haca falta suplementar con alimento, agua, ni pagar a un puestero (McNeill y Lichtenstein, 2003). Aun en el mejor de los escenarios, la rentabilidad era baja ($ 290 anuales), y disminua si se incluan el costo del suplemento de alimento (prdida de $ 782 anuales) y el pago al puestero (prdida de $ 3.782 anuales)5. Tomando en cuenta estos resultados, es imposible concordar

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El efecto de este manejo es relativo, dado que todas las vicuas provienen del mismo plantel original de 16 animales. Los prstamos en el ao 2001 oscilaban entre los $ 2.800 y $ 3.600 donde, por la Ley de Convertibilidad, un peso ($) argentino equivala a un dlar (U$S) estadounidense. Por ejemplo, en el ao 2001 el precio del kg de velln se cotizaba en $ 250. La rentabilidad debe haber aumentado a partir de la devaluacin, ya que el precio del dlar se triplic y el valor de los corrales, sueldos e insumos no se increment en el mismo orden. Este nuevo escenario es favorable para el exportador de fibra y para los productores. Sin embargo es importante recalcar que el sistema fue diseado en un escenario de economa estable en el que haba un muy pequeo margen de ganancia para los productores.

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con la afirmacin sobre la importancia de la incidencia de la venta de fibra de vicua en los ingresos anuales de los pequeos productores de la Puna (INTA Abra Pampa, 2002) y supuestos beneficiarios del proyecto. Esto era percibido por varios dueos de criaderos, que coincidieron en que era necesario un plantel de al menos 120 animales para que el emprendimiento fuera rentable (Lichtenstein, 2004). La rentabilidad podra aumentar al obtener ms ingresos por la venta de la fibra. Pero dada la deuda contrada con la empresa que financiaba los cercos, los productores deban entregar entre el 50 y 100% de su produccin a dicha empresa, a un precio estipulado de antemano y menor al que se paga la fibra a nivel internacional. La baja o nula rentabilidad probablemente desincentiva a pequeos productores con economa de subsistencia a participar en estos emprendimientos. Por otro lado, es poco probable que, en una economa con estrategias de aversin al riesgo y diversificacin de actividades productivas (Browman,1987), se reemplacen las especies domsticas por vicuas (como se sugiere en los objetivos de este proyecto) a menos que estas provean un marcado beneficio. La situacin se agrava si se recuerda que los productores se comprometieron a devolver al INTA el total de los animales que les fueran cedidos en un perodo de 7 a 12 aos. Las poblaciones de vicuas de los criaderos estn presentando un crecimiento muy bajo, e incluso negativo, debido a la baja tasa de reproduccin y alta predacin de cras y adultos por parte de zorros, pumas y perros (DFS, 2002). Si el crecimiento de las poblaciones de los criaderos contina con esta tendencia y se llevan a cabo las devoluciones, los productores habrn trabajado por 7-10 aos solo para pagar la infraestructura y al cabo de ese perodo se quedarn con pocas o ninguna vicua. Este resultado coincide con estudios anteriores (Pul de Ortiz, 1998).

fiesta en el pedido de cambio de Apndice CITES de la Repblica Argentina, habra que esperar que este se viera reflejado en una disminucin de la presin por caza furtiva, en un reemplazo de especies domsticas por vicuas o mayor tolerancia a la presencia de vicuas en campos privados, as como en un cambio en la percepcin sobre el animal en estado silvestre que dejara de ser considerado daino y en el cuidado del hbitat para aumentar las tierras de pastoreo disponibles. Estas condiciones parecen no cumplirse: en ningn momento los productores manifestaron que el poseer un criadero haya influido favorablemente sobre sus actitudes hacia los animales que estn afuera de los cercos: Para qu vamos a cuidar a las vicuas de afuera, si no nos dan nada?. Por el contrario, todos los productores coinciden en que les gustara ampliar sus planteles para tener ms rentabilidad6. Aquellos que tienen vicuas silvestres en sus campos esperan obtener un permiso para poder capturarlas y armar nuevos cercos. Otros productores proponen hacer rodeos para capturar vicuas silvestres que se encuentran en tierras fiscales. Esto permitira realizar control sanitario7 y tener ms vicuas disponibles para los criaderos. Los pobladores en cuyos campos hay vicuas silvestres, con y sin criadero, no demostraron diferencias respecto de su percepcin de las vicuas como animal daino ya que coinciden en sealar que: a) rompen alambrados; b) se enferman y contagian a las llamas y ovejas, y c) comen los mejores pastos (Renaudeau dArc y Lichtenstein, 2003). Muchas de estas afirmaciones no concuerdan con datos objetivos de observaciones de dicha especie (B.V., obs. pers. y trabajos en curso) y muestran que, pese a haberse implementado este tipo de manejo, contina una percepcin negativa hacia las vicuas. De las entrevistas a los dueos de los criaderos se desprende que ellos tienen una mentalidad productivista y no conservacionista. Algunos hasta definen su actividad como ganadera intensiva de vicuas. Esto se manifiesta en la forma de manejo del recurso: en algunos criaderos se castra a los machos suponiendo que esta prctica mejorar el rendimiento de fibra, o se suministran hormonas para prolongar el perodo de estro de las hembras. Se llevan adelante prcticas caractersticas de la ganadera tradicional, como rotacin entre corrales y el

Actitudes de los dueos de criaderos hacia la conservacinLos grandes riesgos para la conservacin de la vicua en la Argentina son la caza furtiva, el deterioro del hbitat y la competencia con el ganado domstico por pasturas (FWS, 2002). Si el manejo en cautiverio tuviera algn impacto positivo hacia la conservacin de las vicuas silvestres como se mani-

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Fuente: entrevistas y el artculo Criadores piden ms rodeos para la esquila de vicuas. Diario El Tribuno, dic. 2001. Se suele acusar a la vicua de contagiar sarna al ganado domstico.

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suplemento con maz y alfalfa. El pasar por alto que se est trabajando con un animal silvestre y frgil lleva a que se produzca mucha mortandad de animales, tanto por mal manejo (por ejemplo, falta de pasturas, esquila en poca inadecuada), como por predacin en los corrales (DFS, 2002). Un hecho que se repite es que la alta predacin de cras y adultos por parte de pumas y zorros conduce a que algunos de los dueos de los criaderos salgan a cazarlos, con consecuencias negativas para la conservacin de estos carnvoros.

tiempos prehispnicos. El rea de investigacin y manejo corresponde a campos privados de la Asociacin de Productores Los Pioneros de Cieneguillas. En el ao 2000, los miembros de la Asociacin se contactaron con especialistas para iniciar una serie de estudios que determinaran la potencialidad del rea para el uso de las vicuas (Vil, 2001). Al ser esta la primera experiencia de captura y esquila en silvestra, se puso nfasis en la obtencin de datos que permitieran su evaluacin tanto desde el aspecto productivo como desde las esferas cientficas. Cronolgicamente las etapas se pueden resumir en: Aos 2000-2001: la Asociacin Los Pioneros de Cienguillas financia dos viajes a la zona a los responsables del proyecto y ofrece facilidades de infraestructura para el inicio de investigaciones cientficas de las poblaciones de vicuas del rea. Se articula el proyecto sobre Manejo de Camlidos Silvestres (MACS) y se presenta a la convocatoria del 5 Marco de Cooperacin Internacional de la Unin Europea (INCO-UE). MACSArg. decide priorizar el trabajo en Cieneguillas. Los pobladores locales de Cieneguillas remarcan las externalidades que les producen las vicuas y el lucro cesante por tenerlas pastoreando en sus campos y piden asesoramiento para solucionar el problema de las vicuas (Vil, 2001). Se trabaja con la comunidad para cambiar el concepto de problema por el de oportunidad, y a fines de 2001 el proyecto MACS es aprobado por la UE. Se firman cartas de colaboracin entre el proyecto MACS y la Direccin de Medio Ambiente y Recursos Naturales (DPMAyRN) de la provincia de Jujuy, el grupo de Ecologa Regional (PER) del Instituto de Biologa de Altura (INBIAL) y la Asociacin Los Pioneros. En el ao 2002, se inicia el trabajo de investigacin de pre-manejo en funcin de la realizacin de una tesis doctoral relacionada con los efectos del manejo sobre la etoecologa de la especie (un ao antes de la primera captura). Se trabaja en el asesoramiento a la comunidad escolar para la denominacin de la Escuela 29 de Cieneguillas (que no tena nombre) como Escuela Puna Argentina y se comienza all el trabajo en educacin ambiental. Se inicia la investigacin tendiente a la presentacin del Plan de Manejo de Vicuas en Cieneguillas, realizado en forma conjunta entre MACSArg. y la Asociacin Los Pioneros de Cienegui-

Efecto sobre la caza furtivaUna de las justificaciones del manejo en cautiverio se basa en que este tendra el potencial de disminuir la presin de la caza furtiva al cubrir la demanda local de fibra para artesanas. Lamentablemente, esto parece no cumplirse. Si tomamos en cuenta que en el ao 2001 se pagaba entre $ 10 y $ 15 por cuero de vicua cazada (G.L., obs. pers.), resultaba ms econmico procesar fibra de origen ilegal que fibra procedente de un criadero. Por lo tanto, en la medida en que no se instrumenten eficientes mecanismos de control y campaas de educacin ambiental, seguirn existiendo incentivos para vender prendas realizadas con fibra ilegal. De acuerdo con estadsticas presentadas por Gendarmera Nacional, la caza furtiva de esta especie est aumentando notablemente en la especie (Gendarmera Nacional, indito). Si bien existe una multiplicidad de factores que genera esta situacin (Barbarn, en prensa), incluida la devaluacin que triplic el precio de la fibra, lo cierto es que la caza furtiva no ha disminuido a raz de la presencia de los criaderos.

Manejo de vicuas en silvestraProyecto CieneguillasCieneguillas es un pueblo de la provincia de Jujuy de unos 200 habitantes, donde se realizan actividades tanto administrativas como sanitarias, educativas, comerciales, religiosas y festivas. Se halla ubicado en la llanura de piedemonte, en el sector nororiental de la cuenca de la Laguna de Pozuelos, a una altura de 3.700 msnm (Cendrero et al., 1993). Se trata de un rea donde el pastoreo es intensivo, con ganado de llamas, ovinos y con presencia de vicuas silvestres. El pueblo se ubica en un cruce de caminos, algunos de los cuales tienen su origen en

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llas. Ms adelante se decide trabajar en conjunto con el equipo MACS-Chile, que tiene experiencia en captura en silvestra y, especialmente, en la temtica relacionada con bienestar animal. Reconociendo el valor de la conservacin realizada, se presenta una solicitud, con documentos respaldatorios, a la Honorable Cmara de Diputados de la Nacin para la declaracin de Cieneguillas como Pueblo Protector de las Vicuas (Orden del da 481, 05/06/02, aprobado por exp. 3072-D-02). En septiembre de 2002, los integrantes de MACS-Arg., MACS-Chile y Los Pioneros de Cieneguillas, en conjunto, realizan un recorrido por la zona y discuten sobre los posibles lugares de emplazamiento del corral y mangas de captura. Se lleva a cabo la discusin sobre borrador del Plan de Manejo. Se elabora el Plan de Manejo y se presenta a las autoridades de la DPMAyRN. Luego, es autorizado mediante la Resolucin N 038/03 de esa reparticin. Desde septiembre de 2002 a mayo de 2003, se toman y ejecutan todas las decisiones acerca del emplazamiento, materiales y construccin del corral, mangas y redes. En mayo de 2003, se realiza un curso de capacitacin en arreo y captura de vicuas. Se lleva a cabo la primera captura de vicuas (sin esquila) y se realizan observaciones para investigar el efecto de la captura en los animales. En noviembre de 2003, se hace la primera captura con esquila y posterior liberacin de vicuas silvestres en la Argentina. Luego, se continan las investigaciones con el estudio del efecto de la captura y esquila en los animales por medio del anlisis de laboratorio de las muestras obtenidas en el perodo de manipulacin de la poblacin silvestre. Noviembre de 2004. Se realiza la segunda serie de capturas y esquilas de vicuas en un campo de Cieneguillas no utilizado en el ao 2003 y en un nuevo sitio, el campo de la seora Mara Domnguez ubicado 8 km al sur de Cieneguillas, en Pasajes. Ao 2005. Continan investigaciones y en noviembre se realizaron nuevas capturas con esquila en dos sitios en Cieneguillas (campos de Nicols Maidana y de Benito Martnez).

Resultados de la primera etapaA continuacin resumimos la informacin obtenida a partir de este proyecto, que permiti realizar un anlisis de factibilidad de utilizacin de la vicua y donde la investigacin previa constituy la base para la redaccin del Plan de Manejo de Vicuas Silvestres en Cieneguillas.

Biologa, ecologa y comportamientoEn primer lugar, se estim el nmero de animales factible de utilizacin y la densidad, factores que, sumados a la topografa del terreno, permitieron definir la posibilidad de la captura de las vicuas del rea. Se iniciaron censos anuales para determinar tendencias y evaluar si el manejo generaba emigracin. Se describieron las comunidades vegetales principales y su uso por las vicuas. En el censo realizado en la zona, previo a las capturas (2002), se contabilizaron unas 980 vicuas en 10.700 ha, lo que representa un poco ms de 9 vicuas/km2. Este nmero se consider adecuado para la planificacin de capturas en silvestra. Mientras que el censo realizado en el ao 2004 (luego de la primera intervencin de las poblaciones para la esquila) indic tambin que esta densidad se mantena estable. Los datos de dicho censo fueron utilizados para la decisin del armado de facilidades de captura en dos reas diferentes para el ao 2004. En segundo lugar, en cuanto a los rasgos fsicos del ambiente, se caracterizaron la topografa, los suelos, la geomorfologa, las fuentes de agua, las vegas y los pastizales como recurso para la vicua y se analiz la situacin de la tenencia de la tierra. Asimismo, se analizaron variables climticas para estimar los mejores momentos para la realizacin de capturas y esquilas. Adems, los estudios comportamentales de vicuas incluyeron observaciones sobre ritmos diarios de actividad, comportamiento diferencial de machos y hembras, presencia de tropas de solteros, recambio de machos territoriales y la interaccin con animales domsticos. Luego de terminadas las operaciones de captura, se realizaron registros del reagrupamiento de los grupos familiares y del regreso, o no, al rea de origen.

Estudio de impacto ambientalEn la redaccin del Plan de Manejo, se incorpor un detallado anlisis de impacto de la actividad. La metodologa incluy la identificacin de los efectos (Dalmeier et al., 2000) que se derivan del manejo

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en silvestra por medio de la metodologa de lista de chequeo, complementada con la identificacin y cuantificacin de los impactos a travs de matrices de causa-efecto. En la lista de chequeo se identificaron los factores ambientales susceptibles de sufrir impactos, como tambin aquellas acciones del proyecto que pudieran afectar al ambiente. En los casos que exista un impacto, este fue calificado y se analizaron su signo e intensidad. La valoracin cualitativa de los impactos se realiz con una matriz de Leopold modificada, donde cada casilla de cruce representa el efecto que la accin impactante provocar sobre cada factor ambiental impactado (las matrices se presentan en el Plan). Como en el proyecto se llevan a cabo actividades susceptibles de ejercer un impacto, tanto negativo como positivo sobre los distintos factores, este anlisis permiti planificar de antemano acciones para mitigar los efectos negativos de la actividad.

La manga de acceso al corral constaba de dos brazos uno de 800 m y el otro de 1000 m de longitud, abiertos en un ngulo de 30 aproximadamente, que formaban un extenso cono de captura. Para su construccin se utilizaron postes de 2 metros de altura sobre los que iban montadas redes de polietileno de malla cuadrada, tejidas especialmente para este fin. Las redes eran de color negro, con tratamiento UV y constaban de tramos de 100 metros de largo por 2 metros de altura. En los ltimos 500 metros previos a la entrada del corral, se reforz la tensin de las redes por medio de sogas una central, una superior y una inferior. En el interior del cono de captura se colocaron dos redes adicionales en forma transversal a la direccin de acceso. Inicialmente estas redes permanecan enterradas en el suelo, y eran levantadas a medida que los animales pasaban por el sitio donde haban sido emplazadas, para de esa forma cerrarles el paso y evitar su retroceso. Para la primera captura, en mayo de 2003, se haba establecido toda la infraestructura y, para la captura de noviembre de ese mismo ao, se realizaron las modificaciones necesarias. Para las capturas del ao 2004, dos corrales se montaron en dos campos diferentes; las redes fueron el nico elemento comn que se transport de una manga de captura a la otra. Sobre la base de la infraestructura montada para llevar a cabo las capturas de 2003 (donde se compraron todos los implementos), se realizaron las estimaciones de los costos y se registraron todos los datos de construccin del corral, la manga de captura, infraestructura en general, movilidad, alojamiento y comida; el resultado del costo total fue de $ 33.360, de los cuales $ 23.000 correspondieron a infraestructura (Vila et al., 2004).

Diseo e instalacin de corrales y mangas Sobre la base de los datos obtenidos se dise un corral con subdivisiones internas y un sistema que permita el desplazamiento de los animales (Figura 1). En l se delimitaron una zona de entrada, seguida por un subcorral de premanipulacin con techo de tela de camo y revestido de madera terciada, que impeda a los animales visualizar hacia el exterior, un rea central de manipulacin y un corral de preliberacin, tambin revestido en tela de camo, donde se rene a los individuos antes de ser liberados, y as se evita alterar la conformacin grupal que posean al momento de la captura.

Zona de premanipulacin Zona de entrada al corral Zona de manipulacin y esquila

Redes transversales Manga

Zona de preliberacin

Figura 1: Esquema de corral (adaptado de Bonacic y Macdonald, 2001) y manga de captura.

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Captura y manipulacin de animalesPara las capturas se trabaj sobre la base de la informacin compilada (Bonacic et al., 2001) de experiencias de reduccin de mortalidad y estrs de captura en ungulados silvestres y vicuas, realizadas con metodologas de manipulacin con estndares estrictos de bienestar animal y gracias a la colaboracin de un colega referente en estos temas (Dr. Bonacic). Se trabaj con un equipo formado por miembros del Grupo Cieneguillas del MACS-Arg. (10 investigadores), investigadores del MACS-Chile, miembros de la Asociacin Los Pioneros de Cieneguillas (18 personas), pobladores locales y profesionales de apoyo (director y tcnicos de la DPMAyRN). Adems, se cont con la colaboracin de motoristas del escuadrn La Quiaca de Gendarmera Nacional, la Comunidad Aborigen de Tafna y la Cooperativa de la Cuenca del Ro Grande de San Juan. As, durante las capturas con esquila, llegaron a participar ms de 100 personas en el campo. Para los arreos del ao 2003 se utilizaron dos tcnicas diferentes, dependiendo de la ubicacin de los animales a capturar: a) con motos y gente; b) con gente exclusivamente. En ambos mtodos, luego de que las vicuas alcanzaran cierto punto en el cono de captura, se procedi a aumentar la presin solo con lneas de gente, que estuvieron conformadas principalmente por pobladores que sostenan sogas con cintas de colores y arreaban a los animales que caminaban por delante hacia el corral. Las distintas lneas se mantenan comunicadas por las personas de los extremos, quienes llevaban aparatos intercomunicadores. El comportamiento de las vicuas cuando se acercaban al corral y se vean atrapadas era la tpica carrera errtica (respuesta antipredatoria), por lo tanto el levantamiento de las redes transversales de la manga contribua a asegurar la captura. Por otra parte, el arreo con motos se realiz de modo tal que estas presionaban desde una distancia de 20 a 30 m a los grupos, sin embestirlos ni apurarlos, para evitar su fragmentacin, puesto que el objetivo era conducir y no correr al grupo hacia la manga. Las condiciones en 2004 y 2005 fueron apropiadas para evitar el uso de motos, por lo que en esos aos se decidi trabajar exclusivamente con personas para las capturas. Las motos permiten el arreo de animales ms distantes, pero en esta ocasin no fue necesario, dada la alta densidad local

que presentaban las poblaciones. La cantidad de personas involucradas en los tres aos fue similar. Durante las experiencias de captura se realizaron observaciones sobre la tcnica de mantenimiento de los animales, previa a la manipulacin individual y sobre los tiempos de manipulacin, sujecin, toma de muestras y esquila. Una vez capturada, la vicua pasaba inmediatamente al corral de premanipulacin, donde dos personas ingresaban, la sujetaban y le colocaban un capuchn de gnero para anular su visin, pero dejando los orificios nasales y el hocico descubiertos. La sujecin se realizaba tomando la cabeza de manera tal que no pudiera sacudir el cuello, y evitando tomarla de las orejas y la cola. Se la trasladaba luego hacia la zona de manipulacin, donde comenzaba la obtencin de datos y muestras, el marcado individual y la esquila8. En 2003 y 2004 se tomaron muestras de todos los animales capturados para estudiar parmetros fisiolgicos, sanitarios, morfomtricos y etarios; de las vicuas esquiladas se tomaron muestras para anlisis lanimtricos. Cabe destacar que la mortalidad durante estas experiencias fue muy baja (1/435 animales, lo que determina un porcentaje de 0,2%) y, adems, las lastimaduras que se registraron resultaron ser leves. Finalmente, previo a la liberacin, todos los animales fueron marcados con collares y caravanas.

Esquila, rendimiento y comercializacin de la fibraEn mayo de 2003 se capturaron 43 animales en un da y medio de trabajo, mientras que en noviembre de ese mismo ao se realizaron 8 arreos exitosos en 4 das de trabajo, en los que se capturaron 114 animales. En las capturas de 2004 la eficiencia fue mayor, ya que con solo un intento de captura por da la cantidad de vicuas atrapadas era la suficiente para el trabajo de todo el da (Tabla 1). El tiempo de manipulacin por animal fue disminuyendo (Tabla 1) a medida que se fue desarrollando destreza a partir de la prctica. En 2005, cuando no se realizaron mediciones, el promedio fue de 5 minutos/animal. La comercializacin de la fibra se autoriz por Resolucin N 146/2003 de la DPMAyRN y se otorg a la Asociacin Los Pioneros de Cieneguillas la propiedad del 80% de la fibra obtenida, mientras que el 20% restante se consign al Fondo de

8

El detalle de los resultados obtenidos a partir de los animales capturados se presentan en otros trabajos (Vil et al., en prensa).

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Tabla 1. Resultados de las esquilas de los aos 2003 a 2005 en Cieneguillas, Jujuy. N vic/gr. = N de vicuas por grupo; N esq. = N de vicuas esquiladas; Tiempo (min.) = tiempo de manipulacin (en minutos) (a) promedio 2003 y 2004, (b) promedio 2005; Fibra (g) = gramos de fibra total obtenida. Fecha N vic/gr. N esq. Tiempo (min) Fibra (g)

dina (por ejemplo, pedido a la Pachamama) y la organizacin local para la manutencin de los participantes de la actividad. Finalmente, se procedi a realizar una compilacin de material histrico sobre el uso de la vicua en la zona durante el pasado, para revalorizar la informacin sobre si fueron utilizadas, y cmo y cundo se las usaba.

6/11 7/112003

21 9 9 5

19 7 8 3 2 9 11 16 63 61 5 82 35 321

18 22 22 19 23 18 6 9 8 8 11 5 5 14,9 5(a) (b)

4.659 1.837 1.608 581 320 2.194 2.018 3.086 14.684 11.732 1.076 16.125 7.200 67.120

Beneficio vs. costos de infraestructuraSi se toma como precio de fibra el promedio de los precios de las ltimas compras internacionales (U$S 360/kg)9 y se asume un cambio como el vigente desde el ao 2002, de U$S 1 por cada $ 3, se necesitan unos 22 kilos de fibra para cubrir los gastos de infraestructura. Con nuestra media de esquila parcial (220g/animal), esto significara un total de 100 vicuas esquiladas. Si se realiza este mismo clculo pero suponiendo que se descerda la fibra, y que se puede llegar a comercializar a U$S 650/kg, la cantidad de vicuas a esquilarse que pagaran estos costos disminuye a poco ms de 54 (ya que habra que incorporar el costo del descerdado y la disminucin de volumen de la fibra luego del proceso). Un tema importante al considerar la infraestructura es que el elemento ms costoso, que son las redes, aporta el 76% de la inversin. Sin embargo, dado que estas pueden ser transportables de un lugar de captura a otro, como fue realizado en los aos 2004 y 2005, podran ser compartidas por diversas comunidades.

8/11

2 11 14

9/11 18/112004

43 82 77 9 108 45 435

19/11 18/11 19/11

2005

TOTAL

Proteccin y Fomento de la Fauna Silvestre, existente en el marco de la Ley Provincial 3014/73 y su Decreto Reglamentario N 5096, para ser destinado al manejo, investigacin y proteccin de la vicua. Para la venta de la fibra, la Asociacin debe llamar a licitacin pblica, y la DRMAyRN actuar en ese caso como veedora.

Aspectos econmicos, sociales y culturales del sistemaSe realizaron estudios sobre la economa regional y las posibilidades de utilizacin de la vicua a esa escala. Se comenz a caracterizar la poblacin humana del rea en cuanto a aspectos socioculturales y educativos, y se detectaron los potenciales beneficiarios del uso del recurso vicua. Adems, se estudi la percepcin sobre el animal, tanto de los adultos como de los nios de la escuela, y la relacin con prcticas mticas. Durante las capturas se identificaron los actores sociales involucrados, ya sea instituciones y/o personas individuales y se observ el tipo de compromiso de los pobladores locales con la actividad, el protagonismo en las acciones y los diferentes roles en funcin del gnero, edad y jerarqua en las organizaciones locales. Por otro lado, se registraron las acciones de la cosmovisin an-

DiscusinComparacin entre los dos sistemas de manejoLos modelos presentados en este trabajo difieren en su gnesis. Mientras que en el caso de Cieneguillas, el manejo se origin a partir de un pedido de la comunidad (bottom-up), en el caso de los criaderos del INTA, la iniciativa provino de una institucin estatal y fue implementada por los pobladores, quienes tuvieron escasa participacin en las decisiones (top-down). Tambin difieren en fuentes de financiacin, actores intervinientes y potencial impacto econmico y social. Estas diferencias redundaran, en un muy distinto impacto, sobre la conservacin de las vicuas. El nmero de beneficiarios potenciales es mucho mayor en Cieneguillas, donde entre estos se encuentran los miembros de la Asociacin y

9

Este valor medio estaba depreciado debido al bajo costo de compra a los criaderos, que debera ser ms alto.

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de la comunidad, as como jornaleros de comunidades vecinas. En el caso de los criaderos, los beneficiarios potenciales son solo los dueos de los criaderos. En el caso de Cieneguillas se le puede dar valor agregado a la fibra a nivel local (descerdado, artesanas), mientras que para los criaderos, dado que sus propietarios no son artesanos y que tienen una deuda por saldar, solo venden fibra en bruto. El manejo en silvestra, por otro lado, fomenta las actitudes positivas hacia la conservacin del recurso (cuanto ms densa la poblacin y habituados los animales, mejor capturabilidad), mientras que en el manejo en cautiverio no existe relacin entre el manejo y la conservacin de la especie. Un resumen de otros puntos importantes a considerar sobre la base de las experiencias expuestas puede observarse en la Tabla 2.

Puede la experiencia de Los Pioneros ser extrapolada a otras reas?La iniciativa de Cieneguillas tuvo elementos clave que la ayudaron a ser exitosa: 1) capital social: una asociacin muy organizada y con mucha experiencia de trabajo conjunto en acopio de fibra de llama; 2) asistencia tcnica, donde la capacitacin corri por cuenta de especialistas en el tema; 3) apoyo financiero: para la infraestructura inicial (proyecto MACS); 4) inversin: por parte de Los Pioneros en las capturas del 2004 y 2005; 5) alta densidad de vicuas, y 6) topografa adecuada. Si bien es cierto que en algunos casos puede ser difcil reunir todos estos elementos, consideramos que la experiencia podra ser extrapolable a otras cooperativas o comunidades. Un tema a considerar es que, si bien se transfiri en propiedad toda la

Tabla 2. Comparacin del manejo en cautiverio y en silvestra de vicuas, en cuanto a las dimensiones biolgica, socioeconmica y de conservacin, segn las experiencias realizadas en la Argentina.

Dimensin Biolgica

Variable Dispersin y uso del hbitat Seleccin natural (SN) y sexual (SX) Seleccin artificial

Cautiverio Alteracin permanente Ambas se modifican. Reduccin de eleccin de pareja de apareamiento S. Generalmente, castracin y separacin de machos. En algunos casos, seleccin direccional para finura de fibra Muy alto, especialmente cuando hay seleccin de machos Alto, por aislamiento de poblaciones Sostenido Prdida de respuesta antipredatoria Amansamiento Mayor agresin entre machos enteros (sin castrar) Facilitada por lmites fsicos Alta, es un manejo intensivo

Silvestra Alteracin temporaria durante la captura No se modifican los mecanismos No

Riesgos de alteraciones genticas Impacto gentico Estrs. Comportamiento

Bajo, al no afectar mecanismos de SN y SX Neutro Agudo y corto Respuesta antipredatoria en la captura Reordenamiento de grupos poscaptura Se necesita densidad mnima de vicuas Media/baja. Puede disminuir dependiendo del nmero de vicuas capturadas en sucesivas capturas Alto Alto, las densidades poblacionales deben ser altas Se basa en mantener reas de hbitat natural

SocioEconmica

Capturabilidad Inversin/vicua a esquilar

Nmero de beneficiarios potenciales Conservacin Valor de conservacin de la especie Contribucin para la conservacin del hbitat

Bajo Negativo Nula

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Manejo de Fauna Silvestre en la Argentina. Programas de uso sustentable

infraestructura plantada al piso (corral y postes de las mangas), los elementos de infraestructura movibles (redes y herramientas) que conforman el gasto mayor son propiedad del Proyecto MACS, por lo que armando un cronograma de capturas, como se expuso anteriormente, pueden ser compartidos por diversas comunidades. Modalidades de manejo y sustentabilidad La modalidad de cautiverio ha sido cuestionada por acadmicos (Vil, 2002; Sarno et al., 2003) que sealan las irreversibles consecuencias biolgicas de este manejo. Agencias internacionales, como el Servicio de Caza y Pesca de Estados Unidos (FWS, 2002) y TRAFFIC (2002), expresaron sus dudas sobre la efectividad de dicho sistema como una herramienta de conservacin para las poblaciones de vicuas silvestres, principalmente teniendo en cuenta consideraciones biolgicas. En la propuesta de reclasificacin de poblaciones de vicuas de la Argentina, Chile y Per, FWS propuso una serie de indicadores objetivos para evaluar el impacto de la cra en cautiverio sobre la conservacin de las poblaciones de vicuas silvestres: 1) reduccin de la caza furtiva en reas con criaderos; 2) mejoramiento de la calidad del hbitat por remocin de ganado domstico; 3) disminucin de ganado domstico en las inmediaciones de poblaciones cautivas; 4) inversin de fondos generados por la venta de fibra de criaderos para la conservacin de vicuas silvestres. De acuerdo con los resultados obtenidos en esta investigacin, ninguno de los puntos mencionados est siendo satisfecho, ya que los principales resultados demuestran que los criaderos no seran rentables, por lo menos en el corto o mediano trmino, que no promueven actitudes positivas hacia la conservacin de vicuas silvestres, ni disminuyen la caza furtiva. La mayora de los beneficiarios del sistema no son pequeos productores con restricciones econmicas, y el programa est haciendo ganadera de una especie silvestre, que no es sinnimo de uso sustentable. El trmino uso sustentable puede ser tan poco especfico que ha sido utilizado para describir cualquier actividad econmica basada en la explotacin de algn recurso renovable. Sin embargo, el uso por

s solo no es una herramienta de conservacin (Milner-Gulland y Mace, 1998). Cuando la potencial o real explotacin de una especie se superpone con polticas de conservacin, el uso dentro de su tasa de renovacin es el nico posible, y esto es sustentable desde la perspectiva biolgica (Robinson, 2001). Sin embargo, para un adecuado manejo de la fauna silvestre, el aspecto exclusivamente biolgico no es suficiente y resulta imprescindible una visin ecosistmica y sociocultural, que considere a las interrelaciones activas y pasivas que pertenecen al mbito de lo ambiental (Mace y Hudson, 1991). El manejo sustentable del ambiente plantea la necesidad de normar los procesos econmicos y tecnolgicos que, sujetos a la lgica del mercado, han degradado tanto el ambiente como la calidad de vida humana. Esta conciencia ambiental introduce nuevos principios valorativos y estrategias de manejo para reorientar el proceso de desarrollo y conservacin. Los datos cientficos interdisciplinarios resultan claves para poder determinar qu manejos son realmente sustentables, cules simplemente racionales o de produccin econmica, y cules no se sostienen ni desde los aspectos biolgicos ni sociales (Lichtenstein et al., 2002; Lichtenstein y Vil, 2003). No creemos que sea cierto que cualquier tipo de uso promueva actitudes positivas hacia la conservacin de un recurso natural. Por qu un productor dueo de un corral con 24 vicuas que quiere maximizar sus ganancias colaborara con la conservacin de los animales que estn fuera de su corral? Se podra postular que, para conservar poblaciones silvestres, no es suficiente con que un nmero pequeo de pobladores se beneficie del manejo en cautiverio, sino que se necesita que un importante nmero de pobladores locales tenga incentivos econmicos derivados del uso en silvestra. Sin embargo, la utilizacin en silvestra est condicionada, ya que depende de factores especficos como la densidad local, topografa y la habituacin de los animales a la presencia humana. Es imprescindible para este manejo una planificacin detallada de las actividades previas y sobre todo de las responsabilidades y liderazgos en las distintas etapas y procesos. Y es fundamental trabajar bajo estrictas normas de bienestar animal10. Paradjicamente, una de las fibras ms codiciadas para la produccin textil de alta calidad no es pro-

10

N. de los E.: en la Argentina, poco despus de la primera de las experiencias expuestas, se han realizado otras experiencias de captura en silvestra, donde se pudo observar que al no tomarse en cuenta todos los estndares relacionados con garantizar el bienestar animal, el xito puede resultar dudoso (ver por ejemplo, UICN, 2004). Sin embargo, en las ltimas capturas esta situacin pudo comenzar a revertirse (Fra et al., 2005).

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ducto de la manipulacin humana sobre la naturaleza, sino de la naturaleza misma. La vicua al ser silvestre se halla bajo los procesos de seleccin natural y sexual (Darwin, 1859). Las poblaciones en silvestra de la especie estn sometidas a presiones de seleccin natural (enfermedades, parsitos, acceso a los recursos, predacin) y a presiones de seleccin sexual (presencia y hostigamiento de las tropas de solteros) para la reproduccin. El manejo en silvestra de alguna manera opera generando una presin de seleccin de origen antrpico y es parte de nuestras tcnicas hacer lo necesario para que sea de la menor intensidad posible. En algunos manejos de vicuas, se realizan aplicaciones de antibiticos, vitaminas y antiparasitarios como manejo sanitario tpico de rodeo. Uno de los postulados del marco de la Medicina de la Conservacin con el que se trabaj en Cieneguillas es el de la manutencin de las fortalezas propias de una poblacin silvestre. Por ello, no se interfiri con los mecanismos de resistencia a enfermedades de los animales: no se medic preventivamente ni se dieron suplementos con vitaminas de ningn tipo. El objetivo premeditado de esta no-intervencin es que las poblaciones de vicuas mantengan su resistencia natural a patgenos y esta siga siendo una caracterstica sometida a la seleccin, lo que nos brinda una poblacin saludable y resistente. En el momento de la esquila existe una situacin de compromiso entre maximizar la produccin econmica y contemplar el bienestar de los animales: la esquila realizada fue parcial (lomo y flancos) y se les dej a los animales pelaje en el cuello y en la zona anterior, reas importantes para la termorregulacin.

la y fomentar el desarrollo local a travs del uso sostenible con esquila de vicuas silvestres, donde las propias vicuas pagan su conservacin e inician una especie de retroalimentacin positiva del tipo situacin ganar-ganar (win-win segn Arzamendia et al., en prensa). Si los pobladores locales conservan vicuas en sus campos de pastoreo se benefician de su uso y las vicuas se beneficiarn con mayor disponibilidad de espacio (pasturas y campos) y menor intolerancia. Esta situacin depende en forma esencial del tipo de manejo y cuidados que se tengan con la especie (Vil et al., 2004). Creemos errneo, y hasta peligroso, que se trate de convencer a las comunidades andinas de que las vicuas son una especie de animal salvador debido al altsimo valor de su fibra. Dadas las condiciones de Puna seca y salada de la Argentina (sumamente diferentes a la Puna hmeda peruana con densidades de hasta 25 vicuas por km2), pensar en la utilizacin de las vicuas como nica alternativa sera un error. La utilizacin silvestre de esta especie debe encararse como una actividad complementaria a las otras desplegadas por las comunidades. Cuando las vicuas estn tranquilas y no son corridas por la gente o sus perros, logran habituarse a la presencia humana y sus animales domsticos, lo cual facilita su captura. Creemos, entonces, que la base de este manejo consiste en que las comunidades respeten y conserven las vicuas, as como que exista un marco legal adecuado para su utilizacin. Solo de esta manera se lograr una fusin que incluya el ambiente y los valores humanos como una manera de lograr una visin integrada y por lo tanto poder ser optimistas acerca de la relacin de las vicuas y los pobladores puneos que conviven con ellas.

ConclusionesLa misma fibra de vicua que puso en riesgo de extincin a la especie tiene el potencial de recuperar-

AgradecimientosB. Vil quiere agradecer a Los Pioneros de Cieneguillas, a la comunidad que trabaj en las capturas y a los investigadores del MACS-Arg. (Yanina Arzamendia, Hugo Yacobaccio, Hugo Lamas, Gisela Marcoppido, Jorge Baldo, Ana Wawrzyk, Mariela Borgnia, Viviana Parreo y Marcelo Morales) y MACS-Chile (Cristian Bonacic). A las instituciones jujeas que la apoyaron: DPMAyRN (Sandra Romero y Juan Pablo Villafae) y Escuadrn La Quiaca de Gendarmera. G. Lichtenstein agradece a Yanina Arzamendia, Hugo Lamas, la Direccin de Fauna Silvestre (Alejandro Gonzlez, Daniel Ramadori) y sus colegas del WP2 (MACS), Desmond McNeill, Kristi Anne Stolen y Nadine Renaudeau D Arc, por la colaboracin en distintas etapas de la investigacin. Este trabajo ha sido realizado con fondos del Proyecto Utilizacin Econmica Sustentable de Camlidos Silvestres Sudamericanos: Estrategias para el mejoramiento de la productividad rural en las comunidades pastoriles de Latinoamrica (MACS). 5to. programa INCO-DEV, Unin Europea DG Research. ICA4-CT-2001-10044 y CONICET.

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B. Vil y G. Lichtenstein - Manejo de vicuas en Argentina

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Entrada de vicuas al corral de manipulacin (izquierda) para la esquila (derecha) durante las capturas en silvestra. (Fotos: Izq., Jerry Laker; Der., Bibiana Vil).

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