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Manejo técnico para el establecimiento de viveros

de chontaduro (Bactris gasipaes Kunth)

BOLETÍN TÉCNICO

PrOyECTO COrPOICa OLa INvErNaL – aNdÉN PaCÍfICO

Director General de Proyectos Corpoica Ola Invernal

diego aristizábal QuinteroIng. Agrónomo. M. Sc.

Director Operativo de Proyectos Corpoica Ola Invernal

Julián Mateus rodríguezIng. Agrónomo. M. Sc.

Director Regional de Proyectos Corpoica Ola Invernal – Zona Suroccidente

arturo Carabalí Muñoz Ing. Agrónomo, Ph. D.

Profesional de Apoyo Administrativo de Proyectos Corpoica Ola Invernal – Zona Suroccidente

Paola Mosquera Micolta

Eduardo a. Peña rojasIng. Agrónomo M.Sc.Corpoica C.I. Palmira

[email protected]

William Tolosa MontañoIng. Agrónomo

Corpoica C. I. El Mira, [email protected]

Hugo Mario reyesIng. Agrónomo

Corpoica C.I. [email protected]

Édgar Mauricio QuinteroIng. Agrónomo

Corpoica C. I. [email protected]

alejandro Jaramillo LaverdeIng. Agrónomo

Corpoica C.I. [email protected]

arturo Carabalí MuñozIng. Agrónomo Ph.D.Corpoica C.I. Palmira

[email protected]

Programa:

Ola Invernal II. Acción 5. Producción y distribución de semilla de especies de interés agrícola para resolver los problemas de seguridad alimentaria

de pequeños productores afectados por la ola invernal en Colombia.

Entrega de plántulas de chontaduro a familias del Andén Pacífico afectadas por la ola invernal

Peña Rojas Eduardo A., Tolosa Montaño William, Reyes Hugo Mario, Quintero Édgar Mauricio, Jaramillo Laverde Alejandro, Carabalí Muñoz Arturo / Manejo técnico para el

establecimiento de viveros de chontaduro (Bactris gasipaes Kunth): boletín técnico.

Palmira, Colombia: Corpoica, 2014. 24 p.

Palabras claves: Bactris gasipaes, botánica, propagación de plantas, viveros, región pacífica (Colombia).

diseño&diagramación

Oficina Asesora de Comunicaciones, Identidad y Relaciones Corporativas // Corpoica

Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria - Corpoica - Línea de atención al cliente: [email protected]

www.corpoica.org.co

ISBN: 978-958-740-189-9Primera edición: Diciembre 2014Tiraje: 5000Editora: Susana Nivia Gil

Impreso por Carvajal Soluciones de Comunicación S.A.S. Impreso en ColombiaPrinted in Colombia

CONTENIDO

chontaduro Bactris gasipaes Kunth

Introducción 6

Generalidades botánicas 7

Partes del fruto 8 Propagación 10 Propagación sexual 10 Propagación asexual 13 Germinación de las semillas 14

Establecimiento y manejo de viveros 16

a) Sistemas de eras o camas 16 b) Sistema de bolsas 16

Localización 17 Número de semillas y área necesaria 18 Siembra de las semillas 18 Riego 18 Sombrío 18 Control de plagas y enfermedades 19 Control de malezas 19 Fertilización 19 Selección de plántulas aptas para la siembra 21

rEfErENCIaS 22

Corpoica Manejo técnico para el establecimiento de viveros de chontaduro (Bactris gasipaes Kunth)

6 7

introducción

El Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, durante el período comprendido entre los años 2006 y 2010, revela estadísticas que muestran que el cultivo del chontaduro (Bactris gasipaes Kunth), como cultivo productivo, mantuvo en promedio un área estable de cosecha de 9.457 ha, distribuida en 11 departamentos. En 2010, la región Pacífica concentró el 66,8% de esta área, siendo el departamento del Valle del Cauca el de mayor extensión con 3.492 ha, seguido de Cauca con 2.504 ha, mientras que Chocó y Nariño registraron 1.098 y 489 ha, respectivamente.

En la región Pacífica el chontaduro es una especie de alta importancia económica, a pesar de representar, dentro del grupo de frutas y hortalizas cultivadas en Colombia, solo 3,9% del total nacional de área cosechada. En esta región su producción contribuye de manera significativa a la seguridad alimentaria y al beneficio económico de las familias productoras. Sin embargo, en los últimos años, el efecto del cambio climático, que se reflejó en el país con el fenómeno de La Niña, denominado Ola invernal del período 2010-2011, afectó los cultivos de chontaduro establecidos, con la consecuente pérdida de unidades de cultivo por efecto de la caída de palmas, por los daños ocasionados por el insecto barrenador del estípite, Rhynchophorus palmarum, y por el aceleramiento de la pérdida de capacidad productiva, al disminuir la emisión de inflorescencias, debido al progresivo envejecimiento de los cultivos que no habían sido renovados.

Entre las acciones a tomar para solucionar la pérdida de palmas en los cultivos afectados, se destaca el repoblamiento de las áreas de producción mediante la siembra de plantas jóvenes. Como contribución a esta medida, el equipo de trabajo de Ola Invernal de la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria, Corpoica, C.I. Palmira, gracias al apoyo brindado por el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural y a los recursos de Colombia Humanitaria, sintetiza y presenta en esta publicación los principales avances tecnológicos en el cultivo, que los productores deben tener en cuenta para la propagación de la especie, la germinación de las semillas y la obtención de material de siembra en viveros.

Diego Aristizábal Quintero Coordinador Nacional del Proyecto Ola Invernal

Corpoica

chontaduro Bactris gasipaes Kunth

Generalidades botánicas

El chontaduro Bactris gasipaes K. (Arecacea) es una planta monoica, es decir, en la misma inflorescencia de una palma se presentan flores masculinas y femeninas (figura 1). Sin embargo, generalmente la flor femenina requiere para su fecundación del polen de una flor masculina situada en otra palma, proceso conocido como polinización cruzada.

Una vez han sido polinizadas, las flores femeninas se transforman en frutos y las inflorescencias pasan a conformar el racimo en el que se agrupan los frutos (figura 2). La característica de la polinización cruzada explica en parte la variabilidad resultante en cuanto a color y tamaño de los frutos, además de otros aspectos morfológicos de la palma, como la presencia y densidad de espinas en su tallo y hojas.

Figura 1. Inflorescencia de chontaduro abierta


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Un racimo normal (figura 3) puede contener entre 50 y 100 frutos y presentar un peso entre 4 y 7 kg, en promedio, aunque se ha llegado a encontrar racimos con un peso superior a los 25 kg.

Figura 2. (a) Inflorescencia polinizada, pérdida de las flores masculinas y permanencia de las flores femeninas, que se transformarán en frutos. (b) Racimo formado a partir de una inflorescencia polinizada cuatro meses antes

• Pericarpio o exocarpio: epidermis, piel o cáscara.

• Mesocarpio o pulpa: constituye entre el 65% y el 80% del peso del fruto.

• Semilla: se clasifica como una nuez. Su tamaño varía y mide entre 2 y 3 cm. Tarda entre 45 y 90 días para germinar, con un peso entre 1,5 y 4,0 g. Presenta un periodo de latencia o reposo que varía entre 1 y 12 meses.

La semilla, se obtiene mediante la remoción del mesocarpio y consta de las siguientes partes (figura 5):

• Endospermo o almendra: es cartilaginoso, contiene cantidades variables de aceite, es duro y de color blanco, rodeado por un tegumento delgado de color amarillento. Constituye el reservorio alimenticio del cual se nutren, en los primeros estados de desarrollo, las plántulas.

• Embrión: es la futura planta; está rodeado de sustancias de reserva y recubierto por un solo cotiledón. El conjunto está incrustado en el endospermo, justo detrás del poro germinativo funcional; es totalmente independiente. Mide entre 1 y 3 mm de longitud.

Figura 3. Racimos de chontaduro con un peso promedio de cinco kilos

El fruto se clasifica como una drupa, cuya forma, color y tamaño varían dependiendo del ecotipo. En promedio, cada fruto puede pesar entre 15 y 200 g y medir entre 2,5 y 4,5 cm de ancho.

Partes del fruto

El fruto (figura 4) está conformado por tres partes que son:

Figura 4. Partes de un fruto de chontaduro


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• Endocarpio o cuesco: es la cubierta externa que protege al endospermo de daños. Posee tres poros, uno de los cuales tiene una posición superior predominante y está colocado sobre el embrión de la semilla, poro por donde se produce la emergencia de la plántula, por lo cual se denomina poro germinal.

• Madurez de los frutos

Los frutos que se utilizan para extraer la semilla se deben cosechar cuando hayan completado su madurez, esto es: 3 a 4 meses después de la polinización natural.

• Recolección o cosecha de frutos

Después de seleccionar cierto número de palmas progenitoras se procede a la selección y recolección escalonada de frutos. Es aconsejable cosechar oportunamente los racimos, para proceder a la extracción de las semillas en el menor tiempo posible, para así evitar largos períodos de almacenamiento y la pérdida de viabilidad o vigor germinativo.

• Método de cosecha

Aunque es común cortar el racimo y que caiga al piso, no es lo recomendado cuando se trata de cosechar frutos para obtener semillas. Lo mejor es bajar con cuidado el racimo para evitar daños y golpes innecesarios a los frutos. En este caso se tienden hojas o lonas para amortiguar la caída del racimo.

• Selección de frutos para la obtención de semillas

El desarrollo de los frutos no es uniforme en el racimo, por lo cual se recomienda seleccionar las semillas de los frutos de la parte central del racimo (figura 6), descartando las provenientes de aquellos frutos delgados o de coloración diferente al resto de los frutos del racimo. Existen casos en que la mayoría de los frutos del racimo ha alcanzado un perfecto desarrollo y el número de frutos descartados es mínimo. También se presentan racimos con frutos desarrollados que mantienen una coloración verde, pero que no presentan semillas, los cuales no se deben utilizar para ese fin, ya que son partenocárpicos y que el agricultor denomina como frutos “machos” .

Figura 5. Semilla de chontaduro y sus partes

Propagación

El chontaduro es una palmácea que se puede reproducir en forma sexual por semilla o de manera asexual mediante hijuelos y cultivo de tejidos. En el chontaduro existen ecotipos, que son materiales caracterizados principalmente por la forma, la coloración, el tamaño del fruto y por la presencia o ausencia de espinas en el estípite, el raquis, los folíolos y en los pedúnculos de las inflorescencias. En Colombia aún no se dispone de materiales mejorados resultantes de un proceso de selección genética.

Propagación sexual

La propagación por semilla es el medio más empleado. Presenta el inconveniente de la gran variabilidad y desuniformidad del material obtenido. La ausencia de materiales mejorados ha conducido a la utilización de semillas procedentes de frutos de plantaciones o de plantas aisladas que existen a escala de huerto familiar o se encuentran en estado semisilvestre.

• Selección de frutos para semilla

En la actualidad, cuando se va a establecer un cultivo de chontaduro se emplea toda la semilla disponible; lo más aconsejable es realizar lo que se indica a continuación:

• Selección de palmas progenitoras

Los frutos de donde se extraen las semillas deben ser de palmas seleccionadas según las características requeridas para la producción de fruto: rápido crecimiento, tallo largo y de buen diámetro, así como una adecuada adaptabilidad a las condiciones locales de clima, suelo y libres de plagas y enfermedades.

Figura 6. Los frutos de la parte central del racimo son los adecuados para la obtención de semillas para propagación


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Propagación asexual

La reproducción asexual puede hacerse mediante hijuelos o retoños basales y cultivo de tejidos.

• Hijuelos o retoños basales

El chontaduro es una de las pocas palmáceas que emite hijuelos basales en cantidades que oscilan entre 4 y 12 (figura 9). Este sistema presenta una baja capacidad de enraizamiento de los hijuelos, aunque se usen sustancias que estimulen este proceso; además, su crecimiento es muy lento. Esto ocasiona un bajo prendimiento (10%), lo que ha originado que sea un método ineficiente y poco usado.

Figura 7. Extracción de la semilla del fruto del chontaduro: a. Partir cuidadosamente el fruto. b. Abrir el fruto cuidadosamente. c. Extraer la semilla sin ocasionarle daño mecánico

Se debe tener especial atención en eliminar la pulpa que queda en la depresión que presentan los tres poros que tiene cada semilla. Al final del proceso se lava la semilla con agua limpia.

Una vez la semilla está libre de pulpa se realiza un pretratamiento que consiste en sumergirla en una solución de hipoclorito de sodio al 15%, durante cinco minutos. Posteriormente, se deja secar durante 24 horas sobre una superficie limpia y a la sombra (figura 8).

En el establecimiento de viveros para cultivos de chontaduro se utilizan general-mente semillas germinadas. Lo aconsejable es poner a germinar la semilla des-pués de terminado el proceso de extracción y limpieza, porque la prolongación del período de almacenamiento puede disminuir el porcentaje de germinación. En caso de ser necesario almacenar la semilla, se puede hacer en bodegas bajo sombra, por un período no superior a cuatro meses.

Figura 8. Pasos para remover el mesocarpio o pulpa y obtener la semilla de chontaduro apta para la germinación: a, b y c. Retirar el exceso de pulpa. d. Tratamiento con una solución de hipoclorito de sodio. e y f. Secado de la semilla

• Extracción, tratamiento y germinación de la semilla

Seleccionados los frutos, se procede a abrirlos utilizando una navaja o cuchillo cortante para facilitar la extracción de cada semilla (figura 7) y la utilización de la pulpa para fines alimenticios. Una vez extraída la semilla, se sumerge en agua limpia para descartar las que floten y queden sobre la superficie. Como la semilla tiene pulpa adherida, esta se le debe retirar; para ello se somete a un proceso de fermentación que consiste en sumergirla en agua durante dos a tres días, periodo en el cual la pulpa se fermenta y suaviza, y puede ser retirada manualmente utilizando un cepillo de cerdas duras. Para eliminar los olores de la fermentación de la pulpa y la acción de bacterias, se recomienda que por cada litro del agua utilizada para dicho proceso se le adicionen 15 a 20 cm3 de hipoclorito de sodio comercial.


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Germinación de las semillas

Los métodos de germinación más empleados son la germinación en bolsas plásticas y la germinación en camas de arena o suelo; incluso, se pueden usar invernaderos en los cuales dicho proceso puede durar entre 30 y 120 días.

Las plántulas utilizadas para el esta-blecimiento de viveros para cultivos de chontaduro son preferiblemente aquellas provenientes de semillas que germinan entre los 30 y los 90 días (figura 10).

• Germinación en bolsas plásticas

La germinación en bolsas plásticas consiste en colocar las semillas en bolsas de polietileno transparente calibre 4, de 30 cm de base y 45 cm de alto; también se pueden utilizar bolsas de polietileno de color negro, con las

dimensiones y calibre ya anotados. En estas bolsas se colocan 500 semillas ligeramente humedecidas (entre 5 y 10 ml de agua por kg de semilla), luego aquellas se cierran dejando aire dentro y se ponen a la sombra (figura 11).

Figura 9. Palma de chontaduro adulta con más de cuatro hijuelos basales

Figura 10. Semilla de chontaduro en óptimo estado de germinación

Figura 11. Proceso de germinación de semillas de chontaduro: a. Semillas. b. Semillas en bolsas de polietileno transparentes, y c. Semillas en bolsas de color negro

Dentro de la bolsa debe permanecer aire y el endocarpio debe estar húmedo, pero sin película de agua. Para ello se efectúan aplicaciones periódicas de agua con aspersores manuales y se le introduce aire. El agua que se aplique puede tener diluido un fungicida. Las bolsas deben ser inspeccionadas periódicamente para corregir su contenido de humedad y para eliminar las semillas que se encuentren afectadas por hongos saprófitos.

La germinación se inicia después de 30 días de colocadas las semillas y de obtener una germinación superior al 80%. El síntoma de inicio de la germinación es la aparición del hinchamiento del poro germinal, donde se observará a los pocos días un “punto blanco” y posteriormente saldrá el embrión. Cuando aparece la radícula, la semilla debe ser colocada en otra bolsa, conjuntamente con otras en el mismo estado de desarrollo. Esto permitirá un mejor manejo, al tratarse de lotes homogéneos de semillas dentro y entre las bolsas. Después de iniciar la germinación, las semillas deben permanecer durante un período de 45 a 60 días en las bolsas plásticas.

• Germinación en camas

Las camas son eras que tienen una dimensión de 1,20 m de ancho por 0,15 m a 0,25 m de alto y 10 m de largo. Se utilizan diversos sustratos, principalmente arena y suelo.

La distancia de siembra de la semilla depende de si la etapa de vivero se llevará a cabo en bolsas plásticas o transcurrirá en la cama, caso en el que se utiliza para obtener plantas para trasplante a raíz desnuda.


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Para el primer caso, la etapa de cama se considerará como una etapa de previvero y se emplean distancias de 3 cm entre semillas y de 7 a 8 cm entre hileras, para una capacidad de 400 semillas/m2, retirándose las plantas para ser sembradas en bolsas cuando presenten dos hojas.

Para el segundo caso, la distancia de siembra empleada es de 20 cm entre hileras y de 10 cm entre plantas. Con esta opción, al cabo de cinco meses se obtienen plantas de buen desarrollo, adecuadas para el trasplante a raíz desnuda.

En las camas se puede obtener un porcentaje de germinación mayor al 70%. La etapa de germinación se inicia, en promedio, a los 45 días después de sembradas las semillas y continúa luego en forma escalonada. La cama se puede mantener a libre exposición, con buena humedad y, en lo posible, la zona donde se encuentra sembrada la semilla se debe cubrir con material vegetal, como las hojas de plátano. Se deben efectuar inspeccio nes periódicas para tapar la semilla que se descubra con el riego o la lluvia. Al recubrirlas se debe tener cuidado de no utilizar hojas de palmas nativas, ya que pueden estar afectadas por hongos (i.g. Curvularia sp.), que a su vez afectan a las plántulas de chontaduro.

Establecimiento y manejo de viveros

La etapa de vivero es la base fundamental de un cultivo perenne, porque en ella se obtiene el material adecuado que permanecerá durante un largo período de tiempo en el sitio definitivo. En general, se utilizan dos sistemas para el estable-cimiento de viveros de chontaduro:

a) Sistemas de eras o camas

Dependiendo de la cantidad de semillas a sembrar, se trazan eras de 1,20 m de ancho, por el largo que se requiera y de 10 a 12 cm de alto. Entre cada era se deja un espacio de 30 a 40 cm y cada 25 m o 10 camas se deja un camino de 1 m a 2 m de ancho, con el fin de facilitar el desplazamiento de los operarios que ejecutarán las labores de mantenimiento. Cada era se puede delimitar con guaduas, formando un marco. Posteriormente se repica el fondo de la era a una profundidad de 20 a 25 cm, dejando el suelo suelto (figura 12). Para llenar la era se pueden usar los siguientes sustratos: a) 100% de suelo; b) 50% de suelo y 50% arena; c) 50% de suelo y 50% de cisco o aserrín de madera, y d) 100% de arena.

b) Sistema de bolsas

En este sistema se utilizan bolsas de polietileno negro de 15 cm x 20 cm, con capacidad para un kilogramo de suelo (figura 13). El sustrato para el llenado de las bolsas debe ser suelto, sin terrones y procedente de suelo franco arenoso o de mezcla en partes iguales con arena. Algunos agricultores de la región de Tumaco incorporan un bulto de 50 kg de Fosforita Huila por cada 4 m3 de sustrato, con el propósito de enriquecerlo.

Figura 12. Sistema de vivero en eras o camas en construcción

Figura 13. Sistema de vivero en bolsas

Para cualquiera de los dos sistemas se siguen los siguientes pasos:

Localización

El vivero debe estar localizado cerca a una fuente de agua permanente, preferiblemente cerca al sitio de siembra definitiva. Además es conveniente que el terreno sea plano, libre de obstáculos y malezas, no presentar problemas de encharcamientos y tener facilidad de acceso. Debe estar protegido de animales silvestres y domésticos. En caso de presentarse problemas de nivel freático, se deben trazar y construir drenajes para evacuar el agua en exceso que se pueda acumular después de fuertes lluvias.


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Control de plagas y enfermedades

Se debe revisar el vivero, como mínimo una vez por semana, para detectar a tiempo plagas (hormiga arriera, insectos comedores o raspadores de hoja, escamas, chupadores, ácaros, roedores) y enfermedades producidas por hongos del suelo (Phytophthora sp., Pythium sp. y Rhizoctonia sp.) o foliares (Curvularia sp., Cercospora sp.) que pueden reducir considerablemente el número de palmas aptas para el trasplante. Como método preventivo se debe eliminar del área de vivero los posibles focos de infección, tales como malezas, palmas enfermas y desechos que pueden servir de hospederos a plagas y enfermedades. En la zona de Tumaco, en algunos viveros se ha observado la afectación por Curvularia sp. en hojas. Si el vivero ha sido manejado de una forma adecuada, esta incidencia no se considera de importancia económica.

Entre los factores que favorecen la incidencia de disturbios que afectan a las palmas de vivero se encuentran la ubicación de viveros en áreas de mal drenaje, las bolsas plásticas de vivero con mal drenaje y los desbalances nutricionales de las plantas. Además, algunas especies de roedores silvestres causan problemas de importancia cuando se alimentan de las semillas en germinación y del tallo al nivel del cuello de las plantas jóvenes, ocasionando su muerte. Para prevenir y controlar su ataque se debe emplear cebos o trampas.

Control de malezas

El control de malezas debe efectuarse dentro de las eras, en las calles y alrededor del vivero. Estos controles pueden ser manuales, mecánicos o con herbicidas. Se pueden utilizar presentaciones comerciales de glifosato (4 l/ha), teniendo las precauciones para su aplicación.

Fertilización

El manejo adecuado de la fertilización en la etapa de vivero debe garantizar la producción de plantas sanas, vigorosas, con un buen sistema radicular y un follaje verde y bien desarrollado. La etapa de vivero empieza con la selección de un suelo con buenas características físicas (textura franco a franco arenosa, suelto, friable, poroso) y de alta fertilidad (buen contenido de materia orgánica y sin problemas de acidez), como sustrato. La incorporación de residuos orgánicos (gallinaza, lombricompuesto, residuos de palmas) puede mejorar las características físicas y químicas del suelo utilizado para el vivero.

Durante la etapa de vivero, el nitrógeno y el fósforo son los elementos más importantes para garantizar el buen crecimiento de las plantas. El nitrógeno permite un crecimiento vegetativo rápido, mientras que el fósforo favorece el incremento de las raíces.

Número de semillas y área necesaria

Para el caso de plantaciones con destino a la producción de fruto, por cada hectárea a sembrar se debe disponer de 10% a 15% más de la semilla requerida. Por ejemplo, para sembrar 400 palmas/ha (5,0 m entre plantas y 5,0 m entre líneas) se debe disponer, mínimo, de 440 a 460 semillas germinadas, lo que permite cubrir faltantes por descarte, por mal desarrollo de plántulas, por ataque de plagas y enfermedades, por descarte antes de la siembra y por reserva para la resiembra.

Si el vivero se hace en camas, el área requerida es mínima. En una era de 1,20 de ancho por 10 m de largo se pueden sembrar 5.000 semillas a 5 cm de sepa-ración entre semillas. En el caso de las bolsas, se pueden agrupar en hileras de 10 bolsas por el largo que se requiera, así, por ejemplo, un área de 1,20 m de ancho y 10 m puede albergar aproximadamente 1.000 bolsas de vivero de 10 cm de ancho x 20 cm de altura.

Siembra de las semillas

Cuando se utiliza semilla germinada, se siembra teniendo cuidado de que la raíz primaria quede hacia abajo y la plúmula hacia arriba. Cuando el vivero se realiza en camas, las semillas se colocan sobre el sustrato, una a una, a 2,0 cm de profundidad y posteriormente se cubren. En este caso, es importante que todas queden en la misma dirección, para un mejor desarrollo de las plántulas. Se continúa haciendo surcos hasta terminar la siembra, procurando mantener una distancia entre semillas de 3,0 a 5,0 cm. Cuando el vivero se realiza con bolsas, se siembra una semilla germinada por bolsa, previo humedecimiento del sustrato. Los hoyos de siembra se hacen con el dedo o utilizando una estaca de madera.

Riego

Durante los primeros días después de la siembra o germinación de las semillas o plántulas y dependiendo de las lluvias, es necesario regar diariamente para conservar una buena humedad. Después de esta etapa de establecimiento, el vivero se debe mantener suficientemente húmedo, sin que esto signifique que se deba regar a diario. En verano, la aplicación de riego debe ser más frecuente (hasta dos veces por día). Es importante conocer la calidad del agua con que se riega el vivero. Aguas con alto contenido de sales solubles o contaminadas con residuos industriales, particularmente con metales pesados, no se deben utilizar.

Sombrío

El área donde se establecerá el vivero puede ser cubierta por un sistema de sombrío construido con material vegetal (guadua y hojas de palmeras) o con material sintético (malla de polipropileno). El objetivo es manejar la incidencia de la luz solar, de tal manera que a medida que las plántulas se desarrollan, disminuya el sombrío y estas reciban la cantidad de luz que requieren, de acuerdo con su necesidad fisiológica.


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Durante varias semanas después de la germinación o siembra de la semilla, la plántula se alimenta únicamente del endospermo, aunque poco después de la germinación las raíces tienen la capacidad de absorber los elementos nutritivos del suelo. A pesar del relativo corto tiempo que permanece en el vivero una plántula de chontaduro antes de su siembra en sitio definitivo (4 a 6 meses), se puede programar un adecuado plan de fertilización aplicable a las plántulas en desarrollo. De acuerdo con las características físico-químicas del suelo o sustrato utilizado en la siembra de la semilla, los asistentes técnicos pueden recomendar a los agricultores las fuentes y las dosis de fertilizantes a aplicar, previa evaluación. Son útiles los fertilizantes sintéticos que incorporan varios elementos en su formulación, como 15-15-15 o 17-6-18-2, iniciando con dosis bajas (1 a 2 g/plántula) cuando las plántulas tengan una edad de dos meses e incrementando la dosis con la edad (1 g/mes), para terminar con 4,0 a 6,0 g/planta al cabo de 4 a 6 meses. El abono se debe aplicar en corona si la plántula se siembra en bolsas o en bandas si el vivero está sobre eras. Para evitar la quemazón foliar se debe tener la precaución de que el abono no quede en contacto con las hojas de las plántulas.

Igualmente, se han obtenido buenos resultados con la fertilización foliar, aplicando semanalmente la formula 30-7-6 en dosis de 10 g/l de agua e iniciando las aplicaciones dos meses después de la siembra. Con 20 litros de solución se pueden asperjar, dependiendo de su edad, entre 1.800 plantas, dos meses después de siembra, y 750 plantas, cinco meses después de la siembra. De igual forma, se deben efectuar evaluaciones previas para ajustar la formulación y evitar la quemazón foliar por un inadecuado manejo de este tipo de fertilización. Estas mismas recomendaciones aplican si se desea utilizar productos biológicos u otras fuentes orgánicas.

Entre otros tratamientos que han dado buenos resultados se destaca el uso en las bolsas del vivero de un sustrato del 50% de estiércol de equino compostado + 50% de suelo o de 50% de lombricompuesto + 50% de suelo.

Figura 14. Plántulas de chontaduro desarrolladas en viveros en bolsas aptas para su siembra en sitio definitivo (de 4 a 6 meses de edad)

Selección de plántulas aptas para la siembra

Cuatro o seis meses después de la germinación y transcurrida la etapa de vivero, las palmas están listas para el trasplante a sitio definitivo y debe hacerse la selección final de las mejores (figura 14). Estas deben poseer hojas de lámina de color verde intenso y con la base del tallo gruesa.

Se recomienda para el establecimiento de viveros, escoger plántulas sembradas en bolsas, porque permiten un mejor desarrollo de la plántula, la selección y descarte de plántulas no óptimas, el menor estrés de trasplante y obtener un mejor crecimiento durante el primer año de cultivo en sitio definitivo.

Impresión y encuadernación:Carvajal Soluciones de Comunicación S.A.S.

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Diciembre de 2014, Bogotá, DC, Colombia

reFerencias

Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural. (2010). Anuario estadístico de frutas y hortalizas 2006 – 2010 y sus calendarios de siembras y cosechas. Bogotá, Dirección de Política Sectorial – Grupo Sistemas de Información. 307 p.

Reyes R, Bastidas S, Peña E. 2002. Recursos genéticos de chontaduro (Bactris gasipaes K.) en Colombia. En: ICA Informa 29(3):49-51.

Reyes R, Peña E, Soto J (editores). 2000. El cultivo del chontaduro para palmito. Manual Técnico No. 4. Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria, Corpoica. 140 p.

Reyes R, Bastidas S, Peña E. 2000. Caracterización de frutos de chontaduro (Bactris gasipaes) de la región de Tumaco, Colombia. En: Revista de Ciencias Agrícolas XVII (1):45-61.

Reyes R, Ramírez G, Peña E, Arcila B. 2000. Manejo de viveros de chontaduro (Bactris gasipaes K.) para la producción de palmito. Corporación Colombiana de

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