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MANIFESTACIONES ESCOLARES DE DISCRIMINACIÓN A LA MUJER EN LA ESCUELA
RURAL
MARÍA MERCEDES ESCOBAR GONZÁLEZ
CIUDAD DEL CARMEN, CAMPECHE, 2012
SECRETARÍA DE EDUCACIÓN UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL
UNIDAD UPN 042
2
MANIFESTACIONES ESCOLARES DE DISCRIMINACIÓN A LA MUJER EN LA ESCUELA
RURAL
TESINA
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE
LICENCIADA EN EDUCACIÓN
PLAN 94
PRESENTA:
MARÍA MERCEDES ESCOBAR GONZÁLEZ
CIUDAD DEL CARMEN, CAMPECHE, 2012
SECRETARÍA DE EDUCACIÓN UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL
UNIDAD UPN 042
3
ÍNDICE
Pág.
INTRODUCCIÓN…………………………………………………………………….. 4
CAPÍTULO I: EL MEDIO RURAL Y SUS COSTUMBRES
1.1 El medio rural……………………………………………………………………... 10
1.2 Costumbres y tradiciones……………………………………………………….. 12
1.3 La familia rural……………………………………………………………………. 14
1.4 Los valores en la familia rural…………………………………………………… 17
1.5 La autoridad de los padres en el medio rural…………………………………. 19
1.6 La mujer en el medio rural………………………………………………………. 21
CAPÍTULO II: LA DISCRIMINACIÓN ESCOLAR A NIÑAS EN EL MEDIO
RURAL
2.1La condición de ser niña…………………………………………………………. 26
2.2La educación de las niñas……………………………………………………….. 27
2.3Los juegos y las niñas……………………………………...…………………..... 30
2.4La socialización de las niñas…………………………………………………..... 31
2.5Los derechos de las niñas………………………………………………………. 33
CAPÍTULO III: LOS EFECTOS DE LA DISCRIMINACIÓN ESCOLAR EN
LAS NIÑAS DEL CONTEXTO RURAL
3.1La autoestima en las niñas……………………………………………………… 36
3.2Discriminación de género………………………………………………………... 38
3.3La deserción escolar de las niñas………………………………………………. 41
3.4La escolaridad de la mujer rural actual………………………………………… 42
CONCLUSIÓN……………………………………………………………………….. 45
BIBLIOGRAFÍA………………………………………………………………………. 49
4
INTRODUCCIÓN
El tema de la mujer es muy controversial que siempre dará de qué hablar, por la
profundidad del problema que la implica.
Desde tiempos inmemoriales la mujer siempre ha sufrido vejaciones y no se le ha
puesto en el lugar que le corresponde.
Se tiene que reconocer la importancia que tiene la mujer, en las faenas domésticas,
el cuidado de la casa, de los hijos y de los mayores. Ante la ausencia de reparto de
responsabilidades domésticas que aún en el medio rural existe, es el varón que
representa a la explotación públicamente, de la necesidad de su presencia que le da
un toque hogareño, bajo la transparencia de un rostro sutil que engalana cada rincón
donde se ubica.
La mujer en el medio rural estudia sin descuidar su compromiso en el hogar, lo que le
permite revalorizar su esencia pura. Es por ello que en el medio rural es digna de ser
reconocida y darle el lugar que desde hace mucho tiempo debió haber ocupado.
Sin embargo, reconocer la importancia de la mujer en el medio rural nos permite
valorar cada día más el papel tan importante que tiene en la familia, en la escuela y
en la sociedad. La mujer en el medio rural se manifiesta de diversas formas
actualmente, por la libertad que ejerce; aunque se tiene que reconocer que aún
persisten ciertas limitaciones por las condiciones en que fueron enseñadas, sujetas a
ciertas costumbres que siguen respetando. Se considera que el primer paso está
dado y la mujer en el medio rural tiene la confianza de sentirse con los mismos
derechos que el hombre. Por lo tanto, la equidad de género está proporcionando a la
mujer en el medio rural, una plena seguridad que le permite exigir sus derechos e
imponer su condición en la escuela.
La condición que juega la mujer en el medio rural es determinante para su cónyuge y
los hijos, y se definen posiciones siempre bajo el dominio del hombre; funge como
5
madre, como esposa y como hija. Bajo esas circunstancias se encierra la
complacencia de la mujer; pues como madre es abnegada, sacrificada y obediente;
como esposa se rige a las decisiones que el esposo impone y como hija a la voluntad
del padre. Como hemos visto las condiciones de la presencia de la mujer siempre
está presente en cualquier papel; la figura del hombre siempre está primero y es
quien pone las reglas que hay que seguir, según su santa voluntad.
Por lo que las imposiciones en las niñas son más drásticas que en los niños que son
vistos como “redituables” porque pueden trascender, en comparación con las niñas
que se les tiene sentenciadas a la atadura del hogar. De ahí por las costumbres
establecidas y por las falsas creencias se les discrimina escolarmente de manera
injusta a las niñas; pasando por alto sus derechos, haciendo que pierdan la confianza
y seguridad fomentando un deterioro en su autoestima, lo que por presión, tanto
familiar como escolarmente acabará desertando.
Es común observar este tipo de situaciones en el medio rural en la que están
repartidas las labores; la niña con la madre en los quehaceres del hogar y los hijos
como brazo derecho de los padres en las faenas del campo.
Por ello es vital reconocer las manifestaciones de la discriminación en las niñas para
poder modificar viejas costumbres arraigadas; que aunque no es fácil, puede
plantear alternativas para cambiar las conductas de los padres y así condicionar una
equidad de género que permita de ahora en adelante darle su lugar a la mujer, a las
niña, que por mucho tiempo estuvieron marginadas drásticamente.
La discriminación en las escuelas rurales, está directamente más asociada a la
lengua, al lugar de su origen y a la mujer, además, no se da sólo entre los profesores
y alumnos, es una práctica común entre los diferentes actores. Así por ejemplo, los
docentes se pueden burlar de otros docentes o incluso de un director debido por su
acento, su castellano provinciano. Igualmente, las burlas y otras formas de
6
discriminación entre niñas y niños son frecuentes y muy difíciles de manejar por parte
de docentes a menudo poco interesados en trabajar esto en sus propias relaciones.
En las comunidades rurales más lejanas de la ciudad todavía hay mucha
discriminación hacia la mujer, esto influye mucho en la creación de la autoestima
como una característica positiva de la formación de su personalidad de ella misma, la
misma que toman bases en la familia y la escuela principalmente porqué va hacer
parte de su vida cotidiana.
Es por ello qué es importante erradicar las manifestaciones escolares de
discriminación de la mujer, lenguaje, condición social, religión, racismo, etc.
Permitiéndonos así posibles cambios en la gestión pedagógica e institucional;
Pedagógica al adoptar estrategias de trabajo en el aula, que permitan enfrentar la
discriminación en forma adecuada, orientada a la formación de una elevada
autoestima formando al futuro ciudadano para desarrollarse con éxito en la difícil
realidad, de la vida cotidiana. En lo institucional, afianzando métodos estratégicos de
manera que junto con la labor pedagógica se disminuyan los índices de
discriminación.
La presente tesina está estructurada en tres capítulos. Que se describen brevemente
de la siguiente manera:
El capítulo I, El medio rural; en el se hablará de las costumbres y tradiciones, donde
se intenta asegurar que las jóvenes generaciones den continuidad a los valores e
intereses que los distinguen; como la familia rural; así como los valores en esta
misma.
La autoridad de los padres empieza a ser considerada como una relación
consensuada que sirve a los intereses de todos los que participan en ella. Los padres
7
de medio rural e implementan su autonomía sin disponer de los sentimientos y
decisiones de los demás.
Es por ello que el papel de la mujer en el medio rural usualmente está sujeto a las
disposiciones del hombre, ya sea del esposo o del padre cuando son menores.
En el capítulo II, se menciona la discriminación escolar hacia niñas en el medio rural;
en éste capítulo se analiza y se describe la condición de ser niña, donde todavía se
considera que es un deber el ayudar a las madres en los quehaceres y lo hacen sin
protesta.
En casa la educación de las niñas depende de las madres y las de los niños del
padre; por lo que la discriminación es inevitable, así como en los juegos, ya que los
niños prefieren jugar con sus mismos compañeros, evitando con ello la socialización
de las niñas.
Y posteriormente los derechos de las niñas donde es fundamental. Enseñarles que
tienen protección contra cualquier forma de abuso.
El capítulo III, refiere los efectos de la discriminación escolar en las niñas del
contexto rural; en el se contempla también la autoestima en las niñas; donde es
importante conocer la conducta de cada niña, para poder hablar con ellas de acuerdo
su contexto y brindarles el apoyo y la orientación. Con el fin de evitar la
discriminación de género.
La deserción escolar de las niñas, por una o otras razones es inevitable, ya sea por
lo económico, la mentalidad que tiene la familia, las pautas de crianza, entendiendo
que es más útil en casa.
Además se expone la escolaridad de la mujer actual, como se ha ido involucrando
poco a poco con la sociedad.
8
Finalmente en la conclusión se incluye una reflexión sobre los aspectos más
relevantes del trabajo de investigación.
9
CAPÍTULO I
EL MEDIO RURAL Y SUS COSTUMBRES
10
1.1. El medio rural.
Podemos hablar del medio rural como un espacio rural, el territorio no urbano de la
superficie terrestre o parte de un municipio que no está clasificada como un área
urbana.
El medio rural ofrece una gran variedad de actividades, mayor números de objetos
que se encuentran en el medio, amplitud y variedad de espacios y, todo esto hace
que su esquema espacial se a mucho más ágil y dinámico, que descubran por si
solos y que experimenten ya desde edades muy tempranas con todas las
posibilidades que el medio ofrece.
“En definitiva hay escuelas rurales emplazadas en pueblecitos donde la mayoría de
la población se dedica a tareas agrícolas o ganaderas utilizando una tecnología muy
poca desarrollada y valiéndose de unos valores y un universo simbólico propiamente
rurales (pueblos rurales tradicionales)”. (Feu,J,2003:90).
Dicho esto, no se trata de buscar una definición exacta, sino de ubicar una escuela
en las coordenadas actuales. Por ello podemos decir que la escuela rural es aquella
que está lógicamente en el medio rural y se caracteriza por:
a. La diversidad, en función del contexto demográfico, físico, cultural, económico, de
comunidades, etc. Si en el medio urbano cada escuela es un mundo, en el medio
rural no solamente no hay escuelas iguales sino que tampoco existen contextos
similares. Por otra parte, se puede decir que la escuela rural es la que mejor
permite esta integración y relación con el medio o con su contexto.
b. La escasa densidad de población y su distribución, por el territorio que
provoca un servicio educativo casi en su totalidad prestado por la enseñanza
pública y que sea mucho más caro y difícil de gestionar que en aquellas otras con
la mayor parte de la población escolar en grandes centros.
11
c. Profesorado, no solamente poco preparado para las especiales circunstancias de
procesos de enseñanza-aprendizaje, diferentes niños a la vez de distintos cursos
etc. Muchos maestros no tienen más visión de la escuela rural que como un
camino imprescindible para llegar a un puesto de trabajo en la ciudad, se podría
destacar su escasa estabilidad en este medio.
d. Escasez de niños y un cierto aislamiento, por el déficit en las comunicaciones.
Esto último va cambiando por la llegada de inmigrantes y la implantación de
nuevas tecnologías.
“El aislamiento del medio rural es algo tópico del siglo XX, pero no tendrá
sentido en el siglo XXI. La escuela rural debe explotar todas las
potencialidades de las tecnologías de la información y la comunicación. Ello
exige investigar y buscar nuevas formas, y posibilidades de trabajo en
ámbitos distintos. La comunicación y la navegación por la “red” deben
aportar soluciones y propuestas en el ámbito de la enseñanza-aprendizaje
(nuevos entornos de aprendizaje), pero también en el ámbito de la gestión,
el intercambio de información, la formación y la interrelación de la escuela
rural con el exterior”. (Soler Mata,2001:87).
e. La participación y el asociamiento de las familias, no suele ser significativo y
su implicación en la escuela es mínimo, algo extensible a la escuela urbana,
aunque no por ello deja de ser relevante. Así mismo la relación con los padres es
más estrecha y cercana.
Todas estas características que configuran en el medio rural no las debemos ver
desde un punto de vista negativo, como algo a mejorar o cambiar, sino todo lo
contrario, las debemos entender como las condiciones en las que se mueve esta
escuela para buscar lo mejor desde y con esas características. Deberíamos afrontar
siempre las diferencias desde un enfoque positivo. En primer lugar debemos
entenderlas, después interiorizarlas y, en la práctica de cada día, tenerlas presentes.
Y, lógicamente, aprovechar especialmente algunas de ellas, como la cercanía o la
implicación en el medio rural.
12
1.2. Costumbres y tradiciones.
Los seres humanos creamos cultura. Nuestras formas de pensar, de sentir y de
actuar, la lengua que hablamos, nuestras creencias, la comida, el arte, son algunas
expresiones de nuestra cultura.
Este conjunto de saberes y experiencias se transmiten de generación en generación
por diferentes medios. Los niños aprenden de los adultos y los adultos de los
ancianos.
Aprenden de lo que oyen y de lo que leen; aprenden también de lo que lo ven y
experimentan por sí mismos en la convivencia cotidiana. Así se recuerdan las
tradiciones.
Mediante la transmisión de sus costumbres y tradiciones, un grupo social intenta
asegurar que las jóvenes generaciones den continuidad a los conocimientos, valores
e intereses que los distinguen como grupo y los hace diferentes a otros. Conservar
las tradiciones de una comunidad, de un país significa practicar las costumbres,
hábitos, formas de ser y modos de comportamientos de las personas.
Por ejemplo en muchos lugares se conservan tradiciones viejas, tales como el culto a
los muertos. Las tradiciones y costumbres cambian con el paso del tiempo, como
resultado de las nuevas experiencias y conocimientos de la sociedad, a causas de
sus necesidades de adaptación a la naturaleza y por la influencia de otros grupos
sociales con quienes establecen contacto.
La fuerza de las costumbres y tradiciones no radica en la frecuencia con que la gente
los practique, sino en que la gente comparta auténticamente las ideas y creencias
que originaron a estas mismas; que pierden fuerza cuando la gente cambia sus
creencias y prácticas, que formarán con el tiempo otras costumbres y tradiciones.
13
Al parecer, entre los grupos humanos siempre hay personas que apoyan los cambios
y otras que se resisten a ellos; esto ha sido causa de disgustos y desacuerdos.
Quienes se oponen a dejar atrás su cultura, consideran que las costumbres y
tradiciones no son prácticas sin sentido, sino repuestas y soluciones que les han
ayudado a entender y enfrentar el mundo y la vida. Ante la incertidumbre de lo
nuevo, lo conocido representa y ofrece seguridad.
Es conocido que desde hace varios años y generaciones pasadas se tiene la grave y
equivocada creencia de que los individuos son diferentes en capacidades, aptitudes
y desempeño dependiendo de su género.
En el espacio social y cultural ese problema es identificado como inequidad entre dos
seres creados por la misma naturaleza sin que uno sea mejor que el otro. Hombre y
mujer son distintos biológicamente, pero ello no hace superior o inferior a uno frente
otro.
El problema no solo es histórico e injusto, sino que carece de fundamento y validez.
La mujer es sobajada y apartada del todo del cual forma parte, y no ha sido tomada
en cuenta en tantas cosas que se le prohíben, dejando su voz apagada y sin poder
defender sus ideales.
“El hombre tomó partido en este agravio para continuar con una costumbre injusta,
no es extraño saber que valiéndose del apoyo y autoridad en diversas civilizaciones y
culturas se adjudica ese derecho de someter a la mujer porque así fue criado, así se
la formó el concepto de estar encima de la mujer”.(Alcocer,2004:51).
Las costumbres y tradiciones pueden ser reformadas si existe la disposición de
hacerlo, ya que esto permitirá renovar las viejas concepciones adaptadas a los
tiempos actuales.
Sabemos de antemano que la diversidad y el respeto a sus antepasados se impone;
pero siendo la mujer una de las más afectadas dentro del contexto tradicional en ella
14
está responder a las imposiciones y establecer su permisividad para actuar, porque
ella es igual al hombre y la cobijan sus derechos.
1.3. La familia rural.
“El desempeño de la familia rural está sustentado en satisfacer las
necesidades afectivas (amor, compresión, solidaridad), económicas
(alimentación y vivienda) y social (educación y salud) de sus miembros.
Lograr la armonía familiar no es lago fácil de mantener debido al hecho de
que está compuesta por personas con diferentes intereses, motivaciones y
necesidades. Además estas necesidades son innumerables y muchas veces
los recursos para satisfacerlas son muy escasos. Así observamos que la
familia en el medio rural es un conjunto de personas que comparten un
mismo espacio físico y afectivo, que mantienen intereses en común como la
seguridad, el afecto y que debido a ello están en constante negociación
entre las necesidades y los recursos que disponen”. (Alvarez,2006:22).
En el medio rural las condiciones de vida de la familia suelen ser más precarias que
en el urbano, pero con más oportunidad de satisfacer sus necesidades de
alimentación pues las principales actividades del medio rural son la agricultura, la
ganadería y la pesca, por lo que en la mayoría de ellas participa toda la familia.
La familia en el medio rural suele estar más unida pero las condiciones las dirige en
su mayoría el padre y es notorio observar que aunque la mujer tiene más libertad que
en otros tiempos, sigue con “la obediencia ciega” de seguir sometida; sin embargo
no todas, pero aún persiste la desigualdad porque así lo sigue permitiendo la mujer.
La familia en el medio rural sigue fiel a sus costumbres y tradiciones estableciendo
formas que a veces resultan humillantes hoy en día.
La mujer en el medio rural tiene la disposición de orden de la casa, de los
quehaceres, de acompañar al esposo a las faenas del campo; de criar a sus
animales, imperando siempre el respeto inculcado a los hijos de responder con
respeto al llamado del padre, aunque en realidad el padre de familia sigue siendo el
15
que manda en casa y dispone del desarrollo y crecimiento social, cultural y educativo
de sus hijos.
Aunque se tiene que reconocer que la familia en este medio rural sigue conservando
la esencia que los tiene juntos y no es más que el núcleo familiar, que sirve a la
sociedad en muchas formas, dentro los contextos sociales y culturales de las que se
nutre.
En fin en la vida diaria de las familias rurales se lleva a cabo un trabajo intenso y
cotidiano que no se nota a simple vista, un trabajo que se realiza diariamente y en
muchos casos.
En muchos hogares siguen siendo las mujeres quienes realizan el trabajo “invisible”
de las casas. Con mucha frecuencia los varones no participan en el quehacer
domestico cotidiano.
Aun cuando las mujeres trabajan fuera de la casa para producir con su esfuerzo
parte de los recursos necesarios, muchas familias esperan a que ellas regresen al
hogar y realicen por si solas los quehaceres diarios o en su caso ponen a las hijas a
hacerlo.
Como personas, todas y todos tenemos una idea de lo que significa la palabra
familia. Porque nacimos y crecemos ahí. Cuando pensamos en nuestra familia se
nos llena la mente con ideas, imágenes nombres y sensaciones. Cuando pensamos
en la idea “familia” a cada uno o una de nosotros se nos ocurre algo diferente porque
en la realidad, existen muchos tipos de familia, cada una formada por diferentes
miembros que se relacionan de maneras diferentes. Basta con mirar a través de la
ventana para encontrar a nuestro alrededor dos o tres tipos distintos de familia.
Las familias rurales están formadas por personas que tienen la misma sangre:
padres, hermanos, primos, abuelos. A ellos se les llama parientes consanguíneos.
16
También están formados por familiares que no tienen la misma sangre: suegro,
suegras, cuñado ó cuñada, hijastros, padrastros. Cuando decimos “las familias”
también recordamos que no existe una composición o un arreglo mejor que otro.
Todas las familias rurales son valiosas, si responden a las distintas necesidades y
posibilidades de los diversos grupos de personas. La intimidad y la frecuencia
permiten el que, al interior de las familias, se establezcan reglas, costumbres y
valores diversos, propios, específicos. Cada familia tiene sus propias maneras de
relacionarse, y de manifestar su orden. Cada grupo familiar piensa y es distinto, tiene
y desarrolla proyectos diferentes, hace de su hogar un espacio irrepetible, único y
privado.
Los miembros de las familias rurales con frecuencia se ofrecen cariño, protección y
cuidados mutuos; comparten un espacio, un techo, un fogón, un abrigo; reúnen los
recursos que entre todos logran conseguir para su ahorro y su sustento diario;
comparten con solidaridad proyectos, tareas, triunfos y problemas. Sin embargo, esto
no siempre ocurre así.
Como el espacio familiar es intimo y está alejado de la vista de “los otros”, en
ocasiones, al interior de la familia pueden darse casos de abuso, injusticia o de
violencia. Esta se da sin que nadie la note desde el exterior, sin que nadie lo impida.
La intimidad, la privacidad, puede ser una trampa, o puede convertirse en uno más
de los privilegios sociales.
En la familia se relacionan personas y todos sabemos que las relaciones entre las
personas son gratificantes y enriquecedoras, pero también sabemos que son
difíciles. En familia, la armonía no surge de la nada, no aparece por decreto, tiene
que construirse con el interés, el respeto, el afecto y la participación de todos y cada
uno de los miembros que la forman: niños y adultos, jóvenes y ancianos.
Más aún, una vez lograda la armonía tiene que conservarse y reconstruirse día tras
día a lo largo de los años. “Las familias como están formadas por seres vivos,
17
también cambian. Así que, con el paso del tiempo y a lo largo del curso de la vida de
sus miembros, las familias cambian sus arreglos y composiciones”.
(CONAPO,1999:10).
En el medio rural, la familia es más unida y fiel a sus costumbres que la caracterizan
y por ello cimientan su valor acorde con sus acciones. En fin, la familia en el medio
rural es compartida aunque sigue siendo autoritaria paternalmente, pues el padre
sigue siendo la voz de mando.
1.4. Los valores en la familia rural.
Para algunas personas ser padres, ser madres es la experiencia más importante que
han tenido en su vida y encuentran una gran satisfacción y felicidad al desempeñar
estas funciones. Para otras es una constante preocupación y una limitación en su
desarrollo como personas.
El estilo de crianza es la manera como madres y padres se relacionan con cada hijo
ó hija en diferentes aspectos. Es decir se refiere a la manera en que se demuestran
afecto, la forma de establecer límites, el estilo de comunicación que predomina, el
tipo de disciplina, la manera en que le transmiten idea o valores y el tipo de
actividades que comparten con sus hijos e hijas.
Es importante resaltar que la manera de relacionarse con los niños o las niñas no
depende solamente de las características de los padres y las madres, ya que las
características del menor en relación a su temperamento, nivel de desarrollo, lugar
que ocupa en la familia, etcétera, también determinan de manera importante el tipo
de relación que establece con su madre y su padre.
Las personas ajustan o modifican su escala de valores a partir del proceso de
socialización y por influencias intelectuales, amistosas, culturales, etcétera. Sin
embargo, queda una estructura básica que se comparte con los demás y que permite
extenderse y funcionar socialmente. Los padres en una familia tienen que distinguir
18
entre valores éticos y valores culturales; por el respeto a los demás es un valor ético
y tener un modo autoritario es un valor cultural por que así le fue transmitido.
Es importante resaltar y comprender que, mientras que para algunas personas los
valores culturales o valores religiosos, por ejemplo, son sus valores y no los
cuestionan, otras personas eligen tomar sus valores de diferentes lugares o
diferentes personas.
“El conocimiento de los propios valores permite tomar decisiones acordes
con las creencias, el grado en que se vive de acuerdo con los valores que se
encuentran implicados en la familia delinean la calidad de vida que decidan
llevar. Vivir en concordancia con lo valores personales ayudará a resistir la
presión de otros, a evitar los sentimientos de culpabilidad y de frustración
que actual mente suceden cuando se actúa en función de los valores de los
demás”. (Vargas,1995:74).
Algunos padres utilizan el chantaje emocional o tratan de manejar los afectos de las
personas presionándolas a hacer cosas que ellos no necesariamente quieren hacer.
El tener una conciencia clara de los valores servirá para defenderse y hacer frente a
la presión y chantaje que los demás desean ejercer sobre los demás integrantes de
la familia, especialmente cuando se es niña o niño.
En toda la familia, los padres tienen que entender que actuar de manera congruente
con los valores, los hará manifestarse racionalmente y hacerlos sentir bien. En el
medio rural, los padres son fieles a sus costumbres y eso los encierra en su
autoritarismo, pensando en su propio “yo”, sin considerar que lesionan a los demás
de su familia.
Por ello actúan discriminatoriamente delimitando y ubicando a la mujer, a las niñas
en el lugar que según ellos les corresponde. Los padres en el medio rural justifican
sus valores aduciendo que ellos actúan así por que de esa forma los enseñaron y
llegan a ser difíciles al cambio.
19
Claro está que los valores que asume un padre en el medio rural, los constituye a su
manera, reacondicionando a los niños a su forma de ser, relegando siempre a las
niñas sin tomar en cuenta si sus valores están bien fundamentados o no.
1.5. La autoridad de los padres en el medio rural.
En el medio rural las circunstancias que se presentan manifiestan formas de
convivencia más arraigadas; por lo que las familias son más apegadas a sus
costumbres y tradiciones; por lo que hace imperante la autoridad del padre,
quedando relegada la autoridad materna que se rige bajo la sombra del jefe del
hogar que es el padre.
Es común observar que las condiciones permiten que el jefe de la familia, en este
caso el padre, es el que tiene a su disposición decidir el futuro de su familia; pues él
dice lo que se va hacer, decide quien va a estudiar y quien no. Todo esto se procede
bajo la formación que ellos mismo recibieron y le dan seguimiento para continuar con
la costumbre y tradición heredada.
En la familia rural durante mucho tiempo las mujeres han tenido a su cargo el
cuidado y crianza de los niños y esto ha expuesto que tanto los niños como las niñas
vivan sus primeras relaciones sociales con una mujer; para las niñas con un miembro
de su mismo sexo; para otros el sexo opuesto.
Estas diferencias en las primeras relaciones y experiencias sociales se encuentran
en la base de una orientación moral. Sin embargo, cuando surge la orientación justa,
ésta asume que los intereses de las diferentes personas son: en muchos casos
coincidentes y eso es a causa de conflictos interpersonales.
Las niñas y niños viven de forma diferente su conexión con la madre durante los
primeros meses y años de su vida. Las niñas crecen con un sentido profundo de
20
conexión con el otro, en tanto que los niños, al identificarse con los padres deben
vivenciar un proceso de individualización y separación de la madre.
“Los niños aprenden pronto que los padres tienen algo más que la fuerza y el
tamaño, y a pesar de su niñez son consientes de otras virtudes paternas que
legitiman su autoridad. Los niños obedecen porque consideran la obediencia como
un valor recíproco como gesto necesario de respeto pero también como repuesta a la
protección y cuidados de los padres”. (Ramírez, y Anzaljua,1998:108).
Para los niños existe un creciente sentimiento de que obedecer a la autoridad
paterna es uno de los mejores intereses, porque los padres los cuidan y poseen una
más amplia y profunda experiencia pero se inicia también un acontecimiento de
igualdad en sus relaciones con ellos.
La autoridad empieza a ser considerada como una relación consensurada que sirve
a los intereses de todos los que participan en ella. Los padres en el medio rural
establecen sus propios intereses e implementan su autonomía sin disponer de los
sentimientos y decisiones de los demás; por ello se ajustan plenamente a las
circunstancias en que viven y son prácticos autoritariamente bajo el servilismo de la
madre que lo complace y permite su imposición de manera sutil.
En esta situación existe algo muy importante que no pasa desapercibido; se recuerda
que el niño o la niña observan modelos en los padres; por ello resulta convincente
que los niños sigan la misma línea de conducción familiar y las niñas tomen las
condiciones de la madre. Como hemos visto, la autoridad del padre en el medio rural
es totalitaria por ser considerado el jefe de la familia y muy a pesar de los cambios
drásticos y protección a la mujer; ella sigue fiel a las pautas de crianza que le
inculcaron, por lo que las niñas le siguen los pasos en obediencia al padre quien es
el que decidirá su futuro.
21
1.6. La mujer en el medio rural.
Hablar de la mujer en el medio rural nos enfoca hablar de la mujer indígena,
sometida por su propio pueblo, por sus costumbres y tradiciones añejas que se
someten.
¿Qué está pasando? ¿Será que las condiciones de las mujeres indígenas, son muy
diferentes a la del resto de las otras mujeres? ¿De las mujeres españolizadas?, esto
se puede responder aduciendo que no necesariamente, la mujer en todas sus
condiciones siempre es producto de la humillación.
“Aunque la discriminación hacia los indígenas ha disminuido, podemos decir que
todavía se da en cierto grado. Lamentablemente en nuestro país siempre se ha
menospreciado y discriminado a los indígenas”. (Stanvehagen,2003:15).
Su cultura es su asunto. Todavía se tiene la soberbia de suponer que, a partir del
estado, se puede rescatar una cultura. La cultura no se rescata más que a sí misma.
Entonces la mujer indígena es sometida por su propia cultura y por otras, siendo
unas de las más violentas.
Por otro lado la mujer mestiza, que vive en los medios rurales parece estar en
mejores condiciones; pues llega a tener cierta libertad aunque su función primordial
es realizar los quehaceres del hogar, la búsqueda de leña, de criar a los animales y
son más favorecidas en ir a la escuela.
La mujer en el medio rural usualmente está sujeta a las disposiciones del hombre, ya
sea del esposo o del padre cuando son menores.
“En las comunidades rurales vive la tercera parte de la población del país, en ellas
las personas se dedican sobre todo a las actividades agrícolas, ganaderas, forestales
y artesanales. Sin embargo, a pesar de carecer de muchos servicios, conservan una
22
gran riqueza de costumbres y tradiciones”. (SEP,2000:16). Razón por la cual la
condición de la mujer rural es condicionada.
Por ser más tradicionalista y por las condiciones del medio rural, la mujer tiende a
sujetarse a las disposiciones del hombre del hogar y acepta sus decisiones sin
oponerse. Los medios de comunicación, los programas sociales, como el de
“oportunidades” vinculados con los derechos humanos han ido reformando vicios
arraigados que sometían a la mujer; por lo que poco a poco se está defendiendo e
imponiendo el lugar que le corresponde en la comunidad, por lo que poco a poco se
ha ido observando que la mujer del medio rural comienza a decidir al igual que el
esposo o el padre.
Actualmente la mujer rural es más dinámica y participativa, demostrando así la valía
de la equidad de género. Aunque cabe señalar que aun persisten mujeres que
siguen fieles a sus costumbres y tradiciones.
Cada persona tiene cualidades que la hacen única e irrepetible y todas,
absolutamente todas las personas son valiosas, independientemente de lo que las
hace diferentes. De acuerdo con las características y la forma de relacionarse, cada
uno de los integrantes de la familia ocupa un papel diferente. Este papel hace que se
tengan obligaciones y derechos dentro del grupo familiar.
La madre en la familia a pesar de tener el peso del cuidado de los hijos, así como el
quehacer domesticas, en que recae una mayor responsabilidad por el trabajo que
desempeña, suele tener una autoridad secundaria en la que funge como
intermediaria entre sus hijos y el padre; pues en las decisiones tomadas por el padre,
ella interviene y trata de suavizar la situación abogando por sus hijos. La madre
tradicional, en un afán de admiración ha permanecido al lado de sus hijos en las
buenas y en las malas.
En el medio rural hay lugares donde aún existe la creencia de que mientras más hijos
se tengan habrá más brazos para trabajar. Esta equivocada idea no hace más que
23
cargarle la mano a la madre rural quien recibe más responsabilidad y trabajo.
Aunque se tiene que reconocer que la madre es el pilar de la familia, ya que con su
ausencia se derrumba la familia.
Sin embargo, una madre siempre velará por los intereses de sus hijos. Es por ello
que la función de una madre en la familia es vital para mantenerla unida, ya que a
pesar de la discriminación o violencia que se ejerce en ella en muchas ocasiones,
sigue siendo la pieza importante en la familia.
“Ahora bien como esposa la mujer en el medio rural tiene el compromiso
más tradicional, ya que responde a las formas añejas de las actividades
propias del hogar: de preparar la comida, de hacer la limpieza de la casa, de
estar pendiente de la ropa del esposo, manteniéndola limpia y realizar una
serie de tareas cotidianas propias de la convivencia, así como atenderse el
uno al otro, recibir el dinero para la alimentación entre otras más que
satisfacen necesidades dentro del núcleo del hogar. La identidad de pareja,
de esposa se adquiere poco a poco. Sentirse como parte de una pareja y
vivir una vida de pareja. Asumir el papel de esposa, varía de acuerdo al lugar
en que se vive, a las tradiciones que tiene el grupo o la comunidad a la que
pertenece”. (Moreno,1999:52).
Sin embargo, otro papel que limita a la mujer en el medio rural es la de esposa
abnegada y sumisa. Cuando la esposa vive en armonía, se comunica entre sí,
encuentra sus intereses comunes, acepta las reglas y se apoya mutuamente. Lograr
todo esto implica un conocimiento y aceptación mutua, así como establecer
actividades de trabajo, de hogar, recreativas, los gustos en la comida, los horarios,
las amistades comunes, cumple un compromiso de mutuo acuerdo en las relaciones
sexuales.
Por lo que la esposa del medio rural es una mujer hacendosa que acostumbra a
moler y hacer su tortillas, de preparar el pozole para el gusto del esposo; algo muy
característico en este ambiente es que la esposa acostumbra acompañar a su pareja
24
a las faenas agrícolas o ganaderas; pues sabe que es un patrimonio que contribuye
al beneficio de la familia.
Uno de los aspectos que mantiene unido a una esposa de su esposo es la
preferencia del uno por el otro, tener ideales en común, el crear cosas, el producir
juntos.
En fin la esposa vive sus relaciones de bienestar, afectivas, sexuales e intimas de
acuerdo con sus principios, sus valores y sus normas de conducta.
Sin embargo, aún en el medio rural se puede observar que la mujer sigue siendo
sumisa hasta cierto grado, y quien lleva las riendas de la familia sigue siendo el
esposo; pero eso no los encasilla para ser absolutos, sino que son más accesibles
con su pareja, ya que la toman en cuenta y su convivencia resulta armoniosa.
25
CAPÍTULO II
LA DISCRIMINACIÓN ESCOLAR HACIA NIÑAS EN
EL MEDIO RURAL
26
2.1. La condición de ser niña.
En una familia cada uno de los integrantes se desempeña y actúa de acuerdo a su
condición dentro de ella.
Desde tiempo atrás por factores culturales y por costumbres se condicionó que los
padres tenían más predominio sobre los hijos en forma directa, que en las hijas
dejando que las madres se ocupen de ellas. Esto se arraigó y así se ha venido
haciendo en las comunidades rurales.
Considerando que los tiempos cambian y surgen los derechos humanos
afianzándose la equidad de género la relación comienza a ser más frecuente con las
hijas. El ser niña en una familia la lleva aun a verla todavía como la “delicadez”
dentro de ésta.
Una hija funge como apoyo de la madre, quien la aconseja, la orienta, le compra su
vestimenta, está pendiente de su asistencia a la escuela. Aunque tenemos que hacer
la diferencia entre un medio geográfico (urbano o rural) y otro para delimitar
posiciones.
Las niñas en el medio urbano suelen ser más despiertas por los medios de
comunicación a su alcance; ellas son más liberales contraponiéndose a la disciplina
impuesta por sus padres, pero aun así son más sobreprotegidas que los hijos, sus
gastos son más y suelen ser rebeldes.
En el medio rural las niñas en cambio todavía consideran que es su deber ayudar a
la madre en los quehaceres y lo hacen sin protestas; son hacendosas, son
estudiosas ya que asisten a la escuela. Pero siempre habrá hijas con decisiones bien
definidas que respetan las decisiones de los padres y otras, pero muy contadas, son
más despiertas y suelen ser divertidas, sublevándose a la disciplina impuesta en el
27
hogar. Para los padres una hija es una bendición, es el tesoro de la casa, por eso se
les cuida mucho.
Las hijas saben que tienen derechos y los ocupan con gusto y también asumen con
respeto sus obligaciones, como las del medio rural, que suelen ser más abnegadas.
Conviene recalcar que el proceso de sentimiento y desarrollo de las hijas e hijos es
un reto para la sensibilidad y la inteligencia de los padres. Cuando son niños tienen
la visión de lo que les inculcan y lo aceptan porque están aprendiendo; al entrar a la
adolescencia, las hijas e hijos comienzan una nueva etapa, ponen aprueba su
capacidad y cambia su percepción del mundo y avanzan a descubrirse a sí mismos,
porque cuestionan las creencias, costumbres que les inculcaron y requieren de más
libertad para establecer relaciones y compromisos nuevos. Esta etapa los hace
sublevarse y ser más rebeldes.
Actualmente se puede observar que las hijas tienen la misma preferencia que los
hijos, asisten más a la escuela y los padres aceptan sus decisiones, que de la noche
a la mañana no pueden dejar sus costumbres y puede, identificarse que a las niñas
en algunos casos se les niega la oportunidad de seguir estudiando, tomando como
pretexto su economía precaria; algo inverosímil, ya que el medio rural es más
beneficiado con diversos programas sociales que solventan la economía.
2.2. La educación de las niñas.
Las niñas en el medio rural, en su mayoría en las familias, por las circunstancias en
que viven consideran que un niño es más redituable que una niña y todavía persiste
la creencia que por su fragilidad no responde a las faenas pesadas típicas del campo
que actúa siempre de apoyo.
En casa la educación y la enseñanza de las niñas depende de la madre, y la de los
niños del padre; por lo que la discriminación siempre es inevitable. Por lo tanto, el
interés por mandarla a la escuela, no es tan persistente como en los niños.
28
Los padres tienen la plena consciencia que cuando sea grande; será él quien lleve
las riendas de su familia y es por ello que su superación es necesaria y en las niñas
alguien las tendrá que mantener y seguir siendo la figura central de los quehaceres
del hogar.
La mentalidad que por generaciones fluye siendo tradiciones permanece en las
familias como un condicionador permanente que no permite abrirse a la reforma.
Como se dijo anteriormente la mujer indígena es una de las más golpeadas en estas
situaciones, ya que prevalece en ella la marginación patriarcal.
Antiguamente las comunidades rurales estaban más cobijadas por tradiciones y
costumbres ancestrales en las que las mujeres no asistían a la escuela, ya que su
destino era la servidumbre para mantener unida a la familia, la limpieza del hogar y
como obligación necesaria estar calladas y humildes ante todos.
“La familia es el núcleo donde se arraigan los valores de los hijos e hijas, pero dentro
del aula y la escuela, los maestros y maestras al practicar los valores de la sociedad
que queremos, transformamos a nuestros alumnos y alumnas en mujeres y hombres
distintos”. (Rojas,2007:23).
Algunos padres siguen pensando que rinde más un hijo que una hija y siguen
erróneamente confusos ante situaciones de marginación, respecto a sus hijas. Las
niñas por lo regular se iniciaban en la escuela hasta un tope escolar siendo su
culminación con la primaria y esto enfrascado bajo ideas absurdas: la primera que el
lugar de la mujer es sin duda alguna en los quehaceres domésticos, y la otra idea en
que el gasto de la secundaria es más costoso y es más redituable que estudie un
hijo.
La mayoría de las mujeres que sufren la falta de equidad de género se conforman
con lo que la sociedad les dicta, se van quedando atrapadas en este remolino de
29
ignorancia y actitudes retrógradas que hacen de ellas simples objetos, seres
inferiores.
Los maestros tienen una enorme responsabilidad con la tarea de concientizar a los
padres sobre todo, ya que las madres no se revelan o son sumisas a estas
situaciones; para que comprendan que esa absurda idea de que las mujeres son
intelectualmente diferentes a los hombres, eso es cosa del pasado.
Probablemente la mejor semilla que se puede sembrar en los niños y niñas, es que
conozcan sus derechos y los defiendan. “Esto lleva la convicción de que para
enseñarle el concepto de equidad de género en las niñas y niños, no basta con una
fría lección; es preciso enseñar con el ejemplo y que los padres asuman esa
responsabilidad”. (Garza,2003:180).
Existen padres que impiden el avance escolar de los hijos, también los hay con
soberbia tajante de no permitirles estudiar. Algunas frases comunes que se pueden
escuchar en los padres son: “tu eres mujercita y solo sirves para tener familia”, “el
estudio sólo es para los hombres”, “hasta aquí llegaste, tu lugar es la cocina”, “para
qué quieres estudiar”… frases como estas hieren el orgullo de las niñas y jovencitas
con el ímpetu de estudiar.
Los padres del medio rural suelen ser más cerrados respecto a sus ideas y eso no
les permite ver la realidad.
Uno de los pretextos que ponen los padres es porque así los enseñaron a ellos; no
se dan cuenta de su entorno, del tiempo en que viven.
Aunque podemos deducir que en el medio rural existen también padres con ideas
más vanguardistas, la influencia del contexto en donde han estado los envuelve con
ideas innovadoras y actuales que los hace ser más comprensibles y entender que la
30
verdadera felicidad de los hijos está en que los padres los apoyen y los dejen ser
ellos mismos.
Actualmente podemos decir que esas ideas malogradas que heredaron poco a poco
se irán disolviendo hasta plantear las nuevas perspectivas; aunque se sabe que
existen personas sujetas por las costumbres y tradiciones de sus antepasados y no
quieren cambiar; porque no quieren ver más allá, y aceptar las mismas condiciones
para la mujer; sobre todo para las niñas que forjarán las nuevas generaciones.
2.3. Los juegos y las niñas.
“Los juegos infantiles son parte de la vida de las niñas y es irremediable negárselos,
ya que seria como quitarle las comida y el oxigeno que respiran”. (SEP:2005:2).
“El juego satisface muchas necesidades en la vida de las niñas (o), como ser
estimulado y divertirse, satisfacer la curiosidad y explorar, favorecer el crecimiento de
las capacidades sensoriales- perceptuales y habilidades físicas que a su vez ofrece
oportunidades de ejercitar y ampliar las habilidades intelectuales, promueve el
desarrollo social y mejora la relatividad y la convivencia entre los niños”.
(SEP:2005:11).
El juego es un fenómeno multifacético de la vida infantil. La utilización del juego
como medio de educación puede resultar exitosa si se tiene en cuenta que es la
actividad principal del niño y que la independencia en él es necesaria conservarla y
estimularla.
Posibilitar el acceso de los juegos a las niñas y niños es un derecho establecido en la
convención sobre los derechos del niño.
El problema está en que todavía se tiene la falsa y absurda idea de lo delicado que
puede ser una niña y que por lo consiguiente, no puede realizar juegos de niños.
31
Claro que en la propia escuela se fomenta la exclusión y marginación de niñas que
no tienen la fortaleza para poder jugar estos juegos; sin embargo, la razón que
plantea es errónea y es de considerarse que los niños por tomar modelos de los
adultos, hacen lo mismo.
“Desde edad temprana las relaciones escolares entre niños y niñas deben ser
abrigadas por la igualdad, esto los llevará a mantener una hegemonía de par y poder
definir que aunque haya diferencias físicas, las habilidades y destrezas, pueden salir
a relucir más en las niñas que en los niños; esto es que no sólo hay niños superiores
en los juegos, sino que también existen niñas que lo son”. (Calderón:2000:13).
Por lo tanto, el juego es parte de la vida armoniosa de las niñas en el medio rural; el
cual es un lugar propicio para tener relaciones interpersonales más estrechas.
2.4. La socialización de las niñas.
Las niñas por naturaleza son un ser social, cuando nacen se les considera un ser
indefenso, que dependen de las personas, sobre todo de sus padres. “De alguna
manera se dice que la niña viene programada para ser parte de una sociedad, así
que al involucrarse en ello, no le es difícil, ya que trae consigo una dotación genética
que le favorece y le da la capacidad de aprendizaje”. (Sanchez,2003:22).
En la socialización participa la niña y su entorno, las interacciones que se propicien
dependerán de las características que tengan los agentes, pues cada sociedad
desarrolla una forma de educación que refleja sus valores culturales, en gran parte la
familia es la que proporciona que el niño tenga enriquecedoras experiencias, donde
este sea estimulado para conocer su entorno y participar en él.
Los vínculos afectivos que la niña establece con sus padres, sus hermanos y
compañeros, representa la base de su desarrollo social y de acuerdo a estas
relaciones, la niña irá construyendo su personalidad. “Por eso es importante que los
32
padres tengan buenas relaciones con sus hijos, así le brindarán un modelo positivo
de trato para las relaciones que la niña tenga posteriormente; además de darle
protección, seguridad, confianza y enseñarles como comportarse dentro de la
sociedad”. (Cordero,2003:103).
Se ha observado que el comportamiento y las actitudes de los padres principalmente
hacia los hijos, es muy variada, y abarca desde la educación más estricta hasta la
extrema permisividad, de la calidez a la hostilidad o de la implicación ansiosa a la
más serena despreocupación. Estas variaciones en las actitudes originan muy
distintos tipos de relaciones familiares, la hostilidad paterna hacia las niñas suele
generar problemas.
Las relaciones sociales infantiles, suponen interacción y coordinación de los
intereses mutuos, en las que la niña adquirirá pautas de comportamiento social, a
través de un trato digno. La socialización va muy ligada al establecimiento de las
buenas y sanas relaciones interpersonales, así la timidez en las niñas puede deberse
a problemas autoritarios del padre.
El concepto de socialización se define como: el proceso por el cual se aprende a
integrar en la sociedad en que toca vivir, a relacionarse con los demás, a respetar
sus normas y valores. En realidad, se considera que logran una buena adaptación
social, es uno de los aprendizajes más importantes y como niña así debe ser; pero
contrario a esto, ¿Cómo una niña llegar a ser social cuando un padre toma las
decisiones por ella?, esa pregunta nos lleva a establecer que la autoridad que
ejercen los padres en el medio rural es un factor determinante que obstaculiza la
formación.
Por ello cuando un padre margina por sus creencias equivocadas, contribuye a
excluirla de un círculo de relaciones interpersonales y la aísla lo que las convierte en
niñas carentes de una autonomía.
Las niñas en el medio rural ven afectadas su socialización cuando están
encadenadas a un padre que ejerce su voluntad, por ello es muy importante que los
33
padres cambien su actitud, no olvidando sus costumbres heredadas, sino que las
adapten a la actualidad y así entender que su hija también tiene los mismos
derechos que los hijos.
2.5. Los derechos de las niñas.
En 1989, la asamblea general de las Naciones Unidas aprobó la convención sobre
los derechos del niño y la niña. ¿Pero cómo se puede garantizar el cumplimiento de
esos derechos, si no se sabe cuáles son?.
Los derechos de las niñas son los que a continuación se plantean:
Las niñas tienen derecho al juego.
Tienen derechos a la libertad de asociación y a compartir sus puntos de vista con
otros.
Las niñas tienen derecho a dar a conocer sus opiniones.
Todos los niños tienen derecho a una familia.
Las niñas tienen derechos a la protección durante los conflictos armados.
Tienen derecho a la libertad de conciencia.
Tienen derecho a la protección contra el descuido o trato negligente.
Tienen derecho a la protección contra el trabajo infantil.
Las niñas tienen derecho a la libertad de expresión.
Tienen derecho a la protección a la trata y el secuestro.
Tienen derecho a conocer y disfrutar de la cultura.
Tienen derecho a la educación.
Tienen derecho al cuidado de sus progenitores.
Las niñas tienen derecho a una atención de la salud adecuada.
Tienen derecho a protegerse de cualquier trabajo que entorpezca su educación.
Tienen derechos a adquirir conocimientos sobre el medio ambiente natural.
Tienen derecho a que se les respete sus valores.
Tienen derecho a vivir libre de cualquier discriminación.
Tienen derecho a vivir en armonía”. (Hermandez,1982:19).
34
Todas las niñas tienen la protección contra cualquier forma de abuso.”Cuando la niña
conoce sus derechos alega su respeto y se llena de confianza para tomar
decisiones”. (Barreiro,2000:28).
Por ello, cuando un padre en el medio rural impone su autoridad y no respeta la
igualdad de las niñas, incurre en la violación de sus derechos; claro que el
desconocimiento de las mismas implanta la aceptación sumisa de una autoridad
exigente que muchas de las veces le proporciona el padre a las niñas en el medio
rural.
35
CAPÍTULO III
LOS EFECTOS DE LA DISCRIMINACIÓN
ESCOLAR EN LAS NIÑAS DEL CONTEXTO
RURAL
36
3.1. La autoestima en las niñas.
El sentimiento de valor propio se aprende desde la infancia. Desde pequeños se
interactúa con otras personas; se sienten apoyadas en menor o mayor grado, se
reciben palabras de aliento o desaliento, directa o indirectamente de los padres y de
otras personas. De las experiencias con otras personas se comienzan a formar una
imagen de si mismos, se adquiere una especie de “balanza” en la que se compara el
propio valor y eso comienza a dar confianza.
En el ámbito infantil o juvenil, para hacer más manejable el concepto de autoestima,
podemos hablar de cinco áreas: área social (sentimientos del niño o adolescente
sobre las relaciones con sus amigos), área académica (qué piensa de su faceta
como estudiante), familiar (cómo se siente como parte integrante de su familia),
imagen corporal (cómo ve su aspecto físico o sus capacidades físicas) y autoestima
global (valoración general que hace de sí mismo.
Es a partir de los 5-6 años cuando empezamos a formarnos un concepto de cómo
nos ven nuestros mayores (padres, maestros, compañeros, amigos, etcétera) y las
experiencias que vamos adquiriendo. “Según como se encuentre nuestra autoestima,
ésta es responsable de muchos fracasos y éxitos, ya que una autoestima adecuada,
vinculada a un concepto positivo de mí mismo, potenciara la capacidad de las
personas para desarrollar sus habilidades y aumentará el nivel de seguridad
personal, mientras que una autoestima baja enfocará a la persona hacia la derrota y
el fracaso” (Madrazo,1998:8).
Es fundamental que los padres y maestros o docentes en quienes los padres
confíen, sean capaces de transmitir valores claros. Es muy importante que se les
enseñe a los niños, el significado de esos valores. Los maestros deben conocer el
ambiente y aceptarlo si quieren ayudar a los niños a que vean estos dentro del
mismo.
37
En todos los ambientes el niño tiene las mismas necesidades básicas de amor y
seguridad, el derecho de ser una persona de valor y tener la oportunidad de triunfar.
Los educadores deben estar conscientes de los distintos ritmos de desarrollo de
cada niño, para que el mismo se sienta cómodo con el propio y capacidad de
desarrollo.
También podemos decir que los maestros pueden favorecer u obstaculizar el
proceso por el cual uno puede encontrarse así mismo. Su comprensión o la ausencia
de la misma, pueden favorecer o hacer la personalidad que se desarrolla y está en
vías de manifestarse. Es por esto que el educador tiene mucha responsabilidad en
este tema tan importante o en esta cuestión del tiempo necesario para que uno se
encuentre a sí mismo.
Es necesario saber que la mente de cada niño está llena de imágenes. Estas
imágenes son de tres dimensiones.
En primer lugar, se relaciona con la imagen que tiene de sí mismo. Puede imaginarse
a sí mismo como una persona que puede llegar a triunfar. Por el contrario, el niño
puede tener la impresión de ser una persona de poco valor, con escasa capacidad y
pocas posibilidades de lograr éxitos en algún área de su actividad.
El segundo grupo de imágenes se vincula con la opinión que el niño tiene de sí
mismo en relación con otras personas. Puede considerar que sus valores, sus
actitudes, su hogar, sus padres, el color de su piel o su religión, son la causa de que
se lo mire con temor, desconfianza y disgusto, o que se lo trate con interés. La
imagen que cada niño tiene de sí mismo se forma a través del reflejo de las
opiniones de los demás.
El tercer juego de imágenes se vincula con la imagen de sí mismo, tal como desearía
que fuera. Si la distancia entre estas dos imágenes, como se ve realmente y la
imagen idealizada, no es grande, de modo que a media que crece y madura pueda
38
alcanzar la asimilación de estas dos imágenes, se puede decir que se acepta a sí
mismo como persona.
Por todo lo mencionado es muy importante que la escuela del niño ayude al mismo a
descubrir y aprender a ser las personas que siempre quisieron ser, respetándole sus
tiempos, sus conflictos y sus confusiones.
Cuando la estima es alta, se envuelve en un ambiente, lleno de energía y
entusiasmo, se siente la sensación de sentirse capaz de todo, se propaga en si, y
está consiente de sus cambios, crea su propia escalera de valores y desarrolla sus
capacidades. Cuando la autoestima es baja, se está cansado, no hay entusiasmo,
prevalece la inseguridad y abriga el sentimiento de valer poco.
Una persona con autoestima baja piensa que es insignificante. Se pasa la vida
esperando que le ocurran las peores catástrofes, hasta que ocurren, se vive con el
temor de ser pisoteada, menospreciada, abandonada, engañada. Vive sus días
aisladas del mundo y la comunicación se le dificulta.
La autoestima de una persona es muy importante por que puede ser el motor que la
impulse. Cuando los padres ejercen presión en las niñas, las lesionan con la falta de
afecto y eso deteriora su autoestima, lo que las conduce al desinterés, a la apatía y
las hace rendirse esperando que se les dirija. Por ello es importante que los padres
cambien actitudes negativas y propongan nuevas formas de autoridad sin excluir y
diferenciar a sus hijos de sus hijas para mantener fortalecida la autoestima de las
niñas que es el motor de su existencia.
3.2. Discriminación de género.
La causa principal que subyace al acto de discriminación es una cuestión de poder;
es el afán de dominio y control sobre otras personas. Ciertamente no hay mejor
forma para justificar el dominio que se ejerce sobre otras personas que presentarlas
39
como intrínsecamente inferiores, portadoras de una diferencia amenazante que es
preciso someter.
Otra de las causas que propician la discriminación tiene que ver con esquemas de
representación socialmente construidos que condicionan la forma como nos miramos
unos a otros, y en consecuencia, los términos de la interacción.
Ahora bien, basta señalar que una parte muy significativa de la discriminación se
funda en prejuicios y estereotipos profundamente arraigados y por lo general
asimilados en forma muy temprana en los procesos de socialización (en la familia,
en la comunidad, etcétera), los cuales se reproducen de manera inercial de
generación en generación.
“La discriminación induce a concebir las desigualdades como resultado de la
naturaleza y no como construcción cultural. Por esa vía, la discriminación busca, y
mucha veces consigue, su aceptación y su legitimidad”. (Gutierrez,2007:78).
“¿Qué lleva a los seres humanos a discriminar, esto es, a tratar a sus semejantes
como desiguales, como inferiores, como objetos de desprecio, de maltrato, de odio?
¿Qué los conduce a negar que son iguales a ellos en derecho, que por eso pueden e
incluso deben ser agregados”. (Carrión,2006:71).
La discriminación que suele darse en la familia por parte del padre, puede traer
repercusiones al fomentar una baja autoestima en las niñas, lo que más tarde sería
un problema de tomar en cuenta. Desafortunadamente los actos de discriminación de
género se presentan día a día en la escuela y que no encuentran respuestas por
parte de la comunidad educativa tienen efectos devastadores, en primer lugar, las y
los alumnos aprenden a ver la discriminación como un comportamiento social
legítimo.
Por otra parte, quien sufre la discriminación puede terminar de perder la confianza en
si mismo y por lo tanto en sus capacidades para tener un desempeño escolar
40
adecuado. Y ese proceso se acentúa si buena parte de su energía se orienta, no al
aprendizaje, sino a protegerse de las agresiones de un entorno hostil,
predisponiéndolo para el ausentismo, el fracaso y la deserción escolar.
La discriminación en contra de las niñas en el medio rural se infunde en
pensamientos contradictorios que no aceptan la igualdad; pues como tenemos visto
esto se debe a la imposición de autoridad.
La autoridad de los padres en el medio rural es tangible al poder, ya que su palabra
es una orden y la decisión es propia de ellos, de acuerdo a sus necesidades
familiares. Se sabe que la idea de lo femenino y masculino se ha construido a través
del tiempo y de las diferentes culturas y a eso se le llama género.
Un estereotipo de género no solo obliga, a los ojos de otros y en función de un
modelo social, a ser de alguna manera femenino o masculino pero también asigna un
lugar, una función, un papel que desempeñar así la mujer, la niña se debe al espacio
doméstico, como se le sigue asignando la casa como el sitio donde debe estar
principalmente.
Los estereotipos de género y sus consecuencias podrían dejarse a un lado más
fácilmente si aquellos no implicaran cierta desigualdad y diferencias jerarquizadas de
determinados atributos. Sin embargo las caracterizaciones de género persisten de
una época a otra y en un mismo lapso se reproducen para caracterizar a las clases
sociales.
Por ello en el medio rural se observa que por ideas transmitidas y conservadas
desde hace mucho tiempo, la discriminación de género familiar sigue persistiendo y a
las niñas se le asigna o señala su posición a la atención de la madre.
Es difícil que un padre deje fácilmente sus viejas costumbres y se someta a
actualizarse; por ello la mujer en el medio rural seguirá con su papel en el hogar,
41
consintiendo la imposición en contra de las niñas de la familia quienes serán
manejadas a voluntad del padre, quien decidirá el futuro de las mismas de acuerdo a
sus creencias.
3.3. La deserción escolar de las niñas.
En los medios rurales se observa que las pautas de crianza influyen de manera
diferente cobijada por las tradiciones y costumbres que pregonan las familias de la
religión.
En las pautas de crianza, se observa que las niñas en común desempeñan
actividades vinculados con las tareas necesarias para el desenvolvimiento y la
subsistencia familiar. Por ejemplo, actividades de ayuda en la casa, como limpieza,
lavado de ropa, acarreo de agua, búsqueda de leña, cuidado y atención de hermanos
menores, preparación de comida, mandados.
“Todos estos elementos inherentes a la crianza se implican en distintas
formas en la deserción escolar. Se pone en juego además el manejo de
pautas culturales distintas entre el contexto socio-familiar y el contexto
escolar, profundizando la brecha que separa las dimensiones culturales de la
familia, los hábitos, las costumbres y las tradiciones propician con su
influencia la marginación escolar por parte de los padres”.
(Figueroa,1997:62).
No se puede decir que la mujer en el medio rural se ausenta de la escuela por la
economía precaria que absorbe a su familia, ya que cuenta con programas federales
que le proporcionan la oportunidad de seguir estudiando y desarrollarse
educativamente y a la vez reciben una incentivación monetaria; no se puede
justificar que ya no asista a la escuela porque no cuenta con los útiles escolares o
porque no tiene la capacidad cognitiva de estudiar.
42
Las condiciones son otras; la mentalidad en la familia de que más manos son más
productivas, los antepone a llevarlos a sembrar, atender el ganado, arrear a los
borregos, hasta a buscar leña para contrarrestar la necesidad del hogar.
La razón, como se dijo anteriormente, se antepone por las formas culturales que se
han desarrollado y que fueron bien aceptados hace tiempo. Pensar que el lugar de la
mujer está en la cocina, considerando su inutilidad y que la escolaridad no le sirve
para nada, origina una especie de discriminación escolar hacia ella cortando sus
aspiraciones y proponiendo su deserción en contra de su voluntad.
3.4. La escolaridad de la mujer rural actual.
A pesar de tener ciertas facilidades la mujer rural en el ámbito escolar, todavía se
persiste en mantenerla relegada y discriminada. Las manifestaciones escolares que
proyecta la mujer en la escuela rural por la discriminación se dan de manera externas
por los prejuicios de los padres, entendiendo que es más útil en las labores
domésticas, para ser ama de casa, casarse y tener quien las mantenga.
Por los que estas ideas oprimen la autoestima de la mujer rural en la escuela y
comienza a reflejar un bajo aprovechamiento escolar que después la hace
desinteresarse para terminar por salirse de la escuela. O en otro caso presenta
problemas de conducta vinculado con una rebeldía originada por la frustración de
que le cortan sus aspiraciones y deseos de seguir estudiando. De esta forma, las
manifestaciones escolares de la mujer en este medio rural se hacen presente,
aunque las cosas están cambiando; en el medio rural estas acciones aún se siguen
haciendo notar.
No obstante, la insistente difusión de los derechos humanos ha sembrado conciencia
en todas las personas de todos los niveles, pero aun así la violencia sigue imperando
justificando causas absurdas.
43
Las oportunidades escolares en pleno progreso de siglo XXI abren las posibilidades
a todos por igual y el trato tiene que ser justo y equitativo sobre todo para la
condición de la mujer quien viene acarreando el yugo que la sometía desde épocas
anteriores en la que se le consideraba insignificante, una mujer que por su perfil era
devaluada y sometida a las más bajas acciones.
Todo esto parece haber quedado en el pasado y hoy en día la situación presenta un
panorama diferente que se traduce en igualdad de género; se está viviendo tanto en
el hogar, como en la escuela y la sociedad poco a poco los roles están cambiando.
En la escuelas, la división de género tanto en las actividades cómo su estancia
dentro del aula, es cosa del olvido y se puede observar que todos conjuntamente,
sentados juntos opinan, hacen la tarea y las actividades que se les proponen.
La mujer rural hoy en día es más social, es más participativa ya que se involucra en
acciones de participación de su comunidad y poco a poco va asumiendo cargos
relevantes.
La mujer en el medio rural tiene la misma oportunidad que los hombres, de estudiar
preescolar, la primaria, la secundaria (telesecundaria) y salir para estudiar una
carrera técnica o profesional. Su condición ha cambiado y ahora le es permitido
elegir y disponer, qué es lo que quiere estudiar.
Es común que observemos que las mujeres ahora son parte esencial no sólo para la
familia, sino para la comunidad, pues es más notoria su presencia.
Los padres que antes asumían posiciones autoritarias, ahora les dan libertades, claro
siempre bajo el respeto de su autoridad que actualmente ya no es unitaria sino mas
bien compartida.
La lucha que por siglos venía haciendo la mujer parece haber rendido frutos y poco a
poco se les está dando el lugar privilegiado dentro de la familia, escuela y sociedad.
44
La mujer rural hoy en día es más libre; aunque por contradicción especificaremos
que la mujer indígena todavía lucha contra esa maraña ideológica de las costumbres
y tradiciones, es por eso que aún sigue sometida a la discriminación pero ya no como
antes. En fin la mujer rural y su escolaridad es una verdad real en el siglo XXI.
45
CONCLUSIÓN
La condición de la mujer en el umbral del siglo XXI ha cambiado drásticamente
ofreciéndole nuevas oportunidades de ocupar el lugar que en épocas anteriores le
fue negado. Actualmente se escucha que la mujer va ganando terreno en todos los
ámbitos, aunque los obstáculos parecen entorpecer ese goce que viene viviendo
pues una mujer preparada tiende a obtener un mejor escalón bien remunerado. Esto
quiere decir que el perfil de la mujer actual se enfrasca en la escolaridad.
Las exigencias de una nueva sociedad que vive en el siglo XXI, en la que el progreso
y la tecnología hacen mella de las que no están preparadas para enfrentar un mundo
competitivo… El siglo XXI es un tiempo en que las sociedades exigen la superación
escolar para ser competitivas en un mundo globalizado, en el que el mejor preparado
tendrá las mejores oportunidades.
Los cambios ideológicos, el respeto a los derechos humanos ha convertido a las
sociedades en espacios de libertad en la que los individuos se defienden ya que
conocen sus derechos y obligaciones, lo que les ha permitido soltarse de la opresión
de la que han sido víctimas del propio hombre.
Es notorio que la mujer en el medio rural se ubica en dos condiciones: la mujer
indígena y la mujer españolizada o mestiza; esta última goza de los alcances de los
logros de la liberación femenina, mientras que la mujer indígena lucha contra sus
creencias asumidas y sigue aceptando las normas y costumbres de su pueblo y por
lo consiguiente de su familia.
Esto se puede constatar en estados como Chiapas, Oaxaca, Guerrero y otros del
norte del país, que cuentan con un gran número de grupos étnicos. Como ejemplo,
se puede mencionar a los grupos choles en Chiapas, en los que sigue predominando
la ley del hombre (género) ya que sólo los jefes o autoridades toman
determinaciones.
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Por otro lado, la mujer que no es indígena (legitima), en el medio rural tiende a ser
más comunicativa y con mejores oportunidades, ya que a pesar de que obedece y le
debe respeto al padre o al esposo tiene la dicha de gozar de libertad para
expresarse, de ir a la escuela, de divertirse, de convivir plenamente.
La mujer en el medio rural asiste a la escuela hoy en día, tiene las mismas
oportunidades de superación que el hombre y comparte con sus padres estas ideas
de superación.
Se puede decir que la mujer rural sigue hundida en el abismo de la negación escolar,
pues está visto que las causas de su discriminación hoy en día son por los motivos
siguientes: por costumbres arraigadas como el machismo, o por ideas mal
fundamentadas como que los hijos rinden más que las hijas.
Ahora bien, por autoridad impuesta por el padre se da de manera casual, cuando
existen todavía padres “cerrados” fieles a lo que a ellos les enseñaron y no quieren
cambiar de idea. Pero estas situaciones se dan a raíz de que la mujer lo sigue
permitiendo.
Se debe recordar que la ignorancia es la peor ceguera y tal parece que la mujer rural
se está quitando esa venda de los ojos y está colocando cada cosa en su lugar; es
libre, pero respeta sus costumbres, las sigue asumiendo pero bajo nuevos cambios.
Es por ello que la escolaridad en la mujer rural es muy importante para que ella
establezca nuevas actitudes que le darán el gozo de ser una persona libre.
Por ser una mujer desplazada de la igualdad del hombre; las niñas son las que
resienten el rechazo de la discriminación con más potencialidad, puesto que siempre
son desplazadas de sus decisiones, de lo que a ellas les gusta, de lo que quieren
ser.
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La sociedad tradicional ha establecido que mujeres y hombres tengan diferentes
funciones, tareas, responsabilidades, gustos e intereses. Pues. Como hemos visto a
las mujeres se les ha signado y etiquetado las funciones del hogar; mientras que a
los hombres les ha correspondido trabajar y ser los que mantengan, los que decidan
y sobre todo los que lleven las riendas de la familia.
Aunque hay diferencias biológicas, hoy sabemos que la mayoría de formas de actuar
de hombres y mujeres, de los niños y de las niñas son factibles para ambos; ya que
tanto puede hacer uno como el otro. Esto ha llevado a pensar que la desigualdad en
las posibilidades que tienen las mujeres y los hombres para desarrollar destrezas y
habilidades, pueden ser superadas.
Afortunadamente, las sociedades avanzan y cada vez es más claro que los
comportamientos no pueden ser exclusivos de un género a otro. Sin embargo, a
muchas personas todavía les cuesta trabajo entender y aceptar, cambiar los modelos
tradicionales y por lo tanto, educar a mujeres y hombres; comenzando con los niños
y las niñas que serán las venideras generaciones que expresen por igual su ternura,
logren su autonomía, acepten y confirmen las necesarias participaciones de tanto
hombres como mujeres por igual.
El padre y la madre al ser más equitativos en la vida diaria de las niñas y niños que
conforman su familia; pueden brindar oportunidades equivalentes de desarrollo, tanto
a niños como a niñas. Se debe recordar que las acciones son producto de la forma
en que se conducen hacía ellas, y aprender a respetar es uno de los valores que se
deben inculcar con plena seguridad.
La escolaridad en las niñas ha dejado mucho que desear; por otra parte las ideas
mal cimentadas de los padres y sus costumbres arraigadas han sido un obstáculo
para su desenvolvimiento en el medio rural; por otro lado en la escuela unos de los
más grandes errores del pasado, era la forma en que se trataba a las niñas
(alumnas), ya que se les consideraba como el sexo débil y por su fragilidad se
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atribuían actividades que se desarrollaban en segundo lugar, atrás de los niños; se
les sentaba separados y eso seguía fomentado las diferencias.
La persistencia de la discriminación de la mujer es devastadora Las diferentes
formas de discriminación y violencia, basadas en el género causan a diario más
muertes de mujeres y niñas que ningún otro tipo de abuso contra los derechos
humanos.
La discriminación contra la mujer viola el principio de igualdad de derechos y el
respeto a la dignidad humana, constituye un obstáculo para la participación de la
mujer en pie de igualdad con los hombres en la vida política, social, económica y
cultural de sus países e impide que aumente la prosperidad social y familiar. Sin
embargo, en todo el mundo, las mujeres y las niñas sufren tratos discriminatorios de
motivación política que tienen como consecuencia la violación de los derechos
humanos de las mujeres.
Por lo tanto, al no haber tanta discriminación a una mejor sociedad, ya que posible
mente no habrá tanta violencia, maltratos ni muertes. De modo que esta tesina esta
abierta a una investigación empírica, sirviendo de ayuda a las personas interesadas
en las manifestaciones escolares de discriminación de la mujer en la escuela rural.
Aunque actualmente esas falsas creencias se han ido corrigiendo y hay avances en
el desarrollo social de la mujer aun persiste la discriminación.
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