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1. El Cine es un Arte Manifiesto de las Siete Artes Ricciotto Canudo ' El nombre de Ricciotto Canudo ha pasado a la historia de la cultura como el del primer crítico cinematográfico y au- tor del primer texto teórico importante. Canudo nació en Barí (Italia) en 1879, emigró a París en 1902, frecuentó ambientes intelectuales, se conectó con ar- tistas de diversas tendencias y se sintió influido en particular por las obras y las teorías de Wagner, de Marinetti, de D'An- nunzio. Su interés por el recién nacido arte del cine le llevó a escribir en 1911 el Manifiesto de las Siete Artes, texto que se publicó inicialmente en enero de 1914. El Manifiesto fue des- pués recogido en un volumen al cuidado de Fernand Divoire, L'Usine aux images (Office Central d'Édition, Ginebra; Étienne Chiron, París, 1927), que agrupa diversos artículos escritos por Canudo entre 1907 y 1923, año en que falleció en París. A Canudo se debe el difundido término «Séptimo Arte», como corolario de un postulado suyo, porque creyó ver en el cine un epicentro y una posible culminación de pintura, arqui- tectura, escultura, poesía, danza y música. También se le deben otros escritos en los que propone o intuye el concepto de «fo- togenia», el porvenir del cine hablado y del cine en color, la en- señanza del cine. Fundó el primer cine-club conocido (el Club des Amis du Septiéme Art) y las revistas Montjoie y La Gazette des Sept Arts. 12 . La Teoría de las Siete Artes ha ganado rápidamente te- rreno, extendiéndose por todo el mundo. Ha aportado una cla- rificación a la total confusión de géneros e ideas, como una fuente de nuevo reencontrada. No voy a hacer alarde de dicho descubrimiento, porque toda teoría implica el descubrimiento de un principio fundamental. Me limito a comprobar su difu- sión; de la misma forma que, al enunciarla, hacía constar su necesidad. Si bien los muchos y nefastos tenderos del cine han creído poderse apropiar del término «Séptimo Arte» que da prestigio a su industria y a su comercio, no han aceptado em- pero la responsabilidad impuesta por la palabra «arte». Su in- dustria sigue siendo la misma, más o menos bien organizada desde el punto de vista técnico; su comercio se mantiene flore- ciente o en decadencia, según los altibajos de la emotividad uní- &/ versal. Su «arte», salvo algún raro ejemplo en el que el cineasta '^ es capaz de exigir e imponer su propia voluntad, sigue siendo i f" prácticamente el mismo que inspiraba a Xavier de Montépin. Pero este arte de síntesis total que es el Cine, este prodigioso recién nacido de la Máquina y del Sentimiento, está empezando a dejar de balbucear para entrar en la infancia. Y muy pronto llegará la adolescencia a despertar su intelecto y a multiplicar sus manifestaciones; nosotros le pediremos que acelere el desarrollo, que adelante el advenimiento de su ju- ventud. Necesitamos al Cine para crear el arte total al que, desde siempre, han tendido todas las artes. ¿ 13

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  • 1. El Cine es un Arte Manifiesto de las Siete ArtesRicciotto Canudo

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    El nombre de Ricciotto Canudo ha pasado a la historiade la cultura como el del primer crtico cinematogrfico y au-tor del primer texto terico importante.

    Canudo naci en Bar (Italia) en 1879, emigr a Parsen 1902, frecuent ambientes intelectuales, se conect con ar-tistas de diversas tendencias y se sinti influido en particularpor las obras y las teoras de Wagner, de Marinetti, de D'An-nunzio. Su inters por el recin nacido arte del cine le lleva escribir en 1911 el Manifiesto de las Siete Artes, texto que sepublic inicialmente en enero de 1914. El Manifiesto fue des-pus recogido en un volumen al cuidado de Fernand Divoire,L'Usine aux images (Office Central d'dition, Ginebra; tienneChiron, Pars, 1927), que agrupa diversos artculos escritos porCanudo entre 1907 y 1923, ao en que falleci en Pars.

    A Canudo se debe el difundido trmino Sptimo Arte,como corolario de un postulado suyo, porque crey ver en elcine un epicentro y una posible culminacin de pintura, arqui-tectura, escultura, poesa, danza y msica. Tambin se le debenotros escritos en los que propone o intuye el concepto de fo-togenia, el porvenir del cine hablado y del cine en color, la en-seanza del cine. Fund el primer cine-club conocido (el Clubdes Amis du Septime Art) y las revistas Montjoie y La Gazettedes Sept Arts.

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    La Teora de las Siete Artes ha ganado rpidamente te-rreno, extendindose por todo el mundo. Ha aportado una cla-rificacin a la total confusin de gneros e ideas, como unafuente de nuevo reencontrada. No voy a hacer alarde de dichodescubrimiento, porque toda teora implica el descubrimientode un principio fundamental. Me limito a comprobar su difu-sin; de la misma forma que, al enunciarla, haca constar sunecesidad.

    Si bien los muchos y nefastos tenderos del cine hancredo poderse apropiar del trmino Sptimo Arte que daprestigio a su industria y a su comercio, no han aceptado em-pero la responsabilidad impuesta por la palabra arte. Su in-dustria sigue siendo la misma, ms o menos bien organizadadesde el punto de vista tcnico; su comercio se mantiene flore-ciente o en decadencia, segn los altibajos de la emotividad un- &/versal. Su arte, salvo algn raro ejemplo en el que el cineasta '^es capaz de exigir e imponer su propia voluntad, sigue siendo i f"prcticamente el mismo que inspiraba a Xavier de Montpin.

    Pero este arte de sntesis total que es el Cine, esteprodigioso recin nacido de la Mquina y del Sentimiento, estempezando a dejar de balbucear para entrar en la infancia.Y muy pronto llegar la adolescencia a despertar su intelectoy a multiplicar sus manifestaciones; nosotros le pediremos queacelere el desarrollo, que adelante el advenimiento de su ju-ventud. Necesitamos al Cine para crear el arte total al que,desde siempre, han tendido todas las artes.

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  • IIY aqu va a ser necesario explicar una vez ms, rpi-

    damente, aquella teora ya conocida en los crculos ms inicia-dos como la Teora de las Siete Artes. La fuente que hemosencontrado nos la revela en toda su claridad. Descubrimos que,en realidad, dos de estas artes surgieron originariamente delcerebro humano para permitirle fijar todo lo efmero de lavida, en lucha contra la muerte de las apariencias y de las for-mas, enriqueciendo a las generaciones con la experiencia es-ttica. Se trataba, en los albores de la humanidad, de algo quecompletase la vida, elevndola por encima de las realidades fu-gaces, afirmando la eternidad de las cosas ante las que loshombres experimentaban una emocin. As se crearon los pri-meros focos de emocin, capaces de irradiar sobre todas lasgeneraciones lo que un filsofo italiano llama el olvido est-tico, es decir, el goce de una vida superior a la vida, de unapersonalidad mltiple que cada uno puede crearse al margen ypor encima de la propia.

    En mi Psychologie musicale des CivilisationsJ ya se-al que la Arquitectura y la Msica haban expresado inme-diatamente esta' necesidad ineluctable del hombre primitivo,que intentaba retener para s mismo todas las fuerzas pls-ticas y rtmicas de su existencia sentimental. Al construir laprimera cabana, al bailar la primera danza con el mero acom-paamiento de la voz como pauta para mover los pies sobre elsuelo, ya haba descubierto la Arquitectura y la Msica. Mstarde embelleci a la primera con la representacin de los se-res y de las cosas cuyo recuerdo deseaba perpetuar, mientrasaada a la danza la expresin articulada de sus movimientos:la palabra. De esta forma haba inventado la Escultura, la Pin-tura y la Poesa; haba concretado su sueo de inmortalidaden el espacio y en el tiempo. A partir de aquel momento elngulo esttico haba aparecido ante su espritu.

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    Querra sealar ya ahora que si bien la Arquitectura,surgida de la necesidad material de protegerse, se afirm neta-mente individualizada frente a sus complementarias, la Escul-tura y la Pintura, la Msica, en cambio, ha seguido a travs delos siglos un proceso completamente inverso. Surgida de unanecesidad enteramente espiritual de elevacin y de superior ol-vido, la Msica es realmente la intuicin y la organizacin delos ritmos que rigen toda la naturaleza. Pero primero se ma-

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    nifest en sus complementarias, la Danza y la Poesa, hastallegar miles de aos despus a la liberacin individual, a laMsica sin danza y sin canto, a la Sinfona. Como entidad de-terminante de toda la coreografa del lirismo, exista ya antesde convertirse en lo que nosotros llamamos Msica pura, pre-cediendo a la Danza y a la Poesa.

    As como las formas en el Espacio son fundamental-mente Arquitectura, los ritmos en el Tiempo, no son sobretodo Msica?

    Finalmente el crculo en movimiento de la estticase cierra hoy triunfalmente en esta fusin total de las artes quese llama Cinematgrafo. Si tomamos a la elipsis como imagenperfecta de la vida, o sea, del movimiento del movimientode nuestra esfera achatada por los polos, y la proyectamossobre el plano horizontal del papel, el arte, todo el arte, apa-rece claramente ante nosotros.

    Centenares de siglos humanos han proyectado sobreesta elipsis en movimiento su mayor aspiracin comn, mante-nida siempre por encima del tumulto de los siglos y de las al-teraciones del nimo individual. Todos los hombres, bajo cual-quier clima histrico, geogrfico, tnico o tico, han hallado elplacer ms profundo, que consiste simplemente en el msprofundo olvido de s mismos, dejndose envolver por lastenaces espirales del olvido esttico. Este sublime olvido esreconocible en el gesto del pastor, blanco, negro o amarillo,que esculpe una rama de rbol en la desolacin de su soledad.Pero, a lo largo de todos estos siglos hasta el nuestro, entretodos los pueblos de la tierra, las dos Artes y sus cuatro com-plementarias, han seguido siendo siempre las mismas. Lo quecontingentes internacionales de pedantes han credo poder lla-mar la evolucin de las artes no es ms que logomaquia.

    Nuestra poca es incomparable desde el punto de vistade la fuerza interior y exterior, de la nueva creacin de unmundo interior y exterior, del descubrimiento de energashasta ahora insospechadas: interiores y exteriores, fsicas yreligiosas.

    Nuestro tiempo ha sintetizado en un impulso divinolas mltiples experiencias del hombre. Y hemos sacado todas lasconclusiones de la vida prctica y de la vida sentimental. He-mos casado a la Ciencia con el Arte, quiero decir, los descu-brimientos y las incgnitas de la Ciencia con el ideal del Arte,aplicando la primera al ltimo para captar y fijar los ritmos dela luz. Es el Cine.

    El Sptimo Arte concilia de esta forma a todos los de-ms. Cuadros en movimiento. Arte Plstica que se desarrollasegn las leyes del Arte Rtmica.

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  • Ese es su lugar en el prodigioso xtasis que la con-ciencia de la propia perpetuidad regala al hombre moderno.Las formas y los ritmos, lo que conocemos como la Vida, nacende las vueltas de manivela de un aparato de proyeccin.

    Nos ha tocado vivir las primeras horas de la nuevaDanza de las Musas en torno a la nueva juventud de Apolo. Laronda de las luces y de los sonidos en torno a una incompara-ble hoguera: nuestro nuevo espritu moderno.

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    Nota

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    1. L'Homme. Psychologie musicale des Civilisations, Sansot,Pars, 1908.

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    2. La aportacin de los futuristas

    El futurismo fue no slo una teora, sino tambin unadoctrina que procur abarcar pintura, literatura, msica, tea-tro y otras artes, proponiendo una vanguardia artstica, unarenovacin de los valores admitidos. Su comienzo queda p-blicamente fijado en 1909, con la publicacin (en Le Figaro dePars) del primer Manifiesto del Futurismo, refrendado pocosdas despus por el Discorso di Triestini, que pronunci suidelogo y promotor, Filippo Tomasso Marinetti (nacido enEgipto en 1876, fallecido en Italia en 1944).

    Tras diversas manifestaciones sobre las otras artes, elmovimiento se ocup pblicamente del cine con su manifiestoLa Cinematografa futurista, que apareci en setiembre de 1916en el nmero 9 de la revista L'Italia futurista. El texto aparecefirmado por Marinetti, Bruno Corra, Emilio Settimelli, Arnal-do Ginna, Giacomo Baila y Remo Chiti; varios de ellos habrande colaborar en un cortometraje, Vita futurista, que fuera ro-dado durante 1916-1917 en Miln y Florencia.

    En 1938, Marinetti y Ginna ofrecieron un nuevo texto,La Cinematografa, que afirma y actualiza sus ideas de 1916.Ambos artculos se incluyen a continuacin. Cabe sealar queel segundo fue publicado en pleno apogeo del fascismo italia-no, al que Marinetti y Ginna se adhieren en sus primeraslneas.

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