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Manifiesto - La Fertilidad de la Tierra⎢Agricultura ... · Javier López-Cepero, Manejo de los agroecosistemas Rosa Barasoain, Experiencias De la tierra a la mesa ... • Asociación

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Manifiesto

3La fertilidad de la tierra n˚80

Los derechos de la Tierra y los nuestros

Son ya demasiados los daños que la agricultura industrial ha causado como para intentar ocul-tarlos. Podríamos llenar este manifiesto enu-

merando los efectos negativos que ha provocado, desde degradación de la tierra, del agua y de los ecosistemas, altas emisiones de gases de efecto in-vernadero, pérdida de biodiversidad, dificultades para los agricultores en todo el mundo, a la desa-parición de polinizadores que amenaza a la propia agricultura y a las cosechas futuras. Esa avariciosa búsqueda de la productividad y el mercado globa-lizado nos han llevado a pagar un precio demasia-do alto.

El pleno disfrute de los derechos humanos inclu-ye los derechos a la vida, a la salud, alimentación y agua, que son la abundancia que nos propor-cionan los ecosistemas. No podemos obtener un pleno disfrute de los derechos humanos con unos ecosistemas degradados y en colapso.

Nuestros derechos y los de la Tierra están en-tretejidos. Con las políticas tan beligerantes con la Tierra no sólo se está produciendo desde hace demasiado tiempo una manifiesta vulneración de los derechos que tenemos como humanos que la habitamos sino los de la propia Tierra, que tam-bién los tiene.

No basta con cambiar el tipo de agricultura y que elijamos una alimentación respetuosa con los ecosistemas que nos acogen. Hace falta una

nueva relación con la Naturaleza y esa nueva visión de cómo habitar la Tierra debe domi-nar en todos los estamentos de la sociedad. La agricultura industrial no debe continuar siendo el modelo dominante, debemos desterrarla y no puede haber una transición ecológica sin una transición agroecológica. Es el mercado globali-zado el que ha apuntado durante mucho tiempo hacia la industrialización, la especialización y la agricultura a gran escala como las vías para obtener un mayor beneficio. Y ahora no pode-mos ocultar que ese mercado va en contra de los ecosistemas, que son el corazón mismo de la vida. Por ello debemos articular también otro modelo de relaciones económicas desde una perspectiva ecológica.

Es cierto que muchas agricultoras y agricultores ecológicos y los consumidores de sus alimentos estamos en este camino desde hace tiempo y debe-mos sentirnos orgullosos, pero ahora nuestro tra-bajo es ser más activos, y con humildad hacer par-tícipes del mensaje a la gente de nuestro alrededor.

Cambiar uno mismo desde su espacio vital es primordial, pero exigir que se respeten nuestros derechos es recuperar nuestro lugar en el mundo, y reclamar que se respeten los derechos de la Madre Tierra no es sólo un acto de compasión. Nosotros y la Tierra estamos unidos inseparablemente. L

Neus Bruguera

Manifiesto

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4 La fertilidad de la tierra n˚80

Buenas laboresAbonos verdes,experiencias a pie de tierraArkaitz Martinez de Albeniz Lopez de Subijana

Entrevista“Quiero dedicarme a que las abejassientan seguridad y bienestar”Entrevista a Jacqueline FreemanFernando López

Apicultura respetuosaLa apicultura biodinámicaTomás Nevado Bernal

Cuaderno del huertoEl huerto en primaveraCERAI Aragón. Equipo de Dinamización Local Agroecológica

De la tierra a la mesa Actualidad 28Iniciativas 30Sembrando tempestades, por Gustavo Duch 31Saber y sabor, por Ismael Ferrer 32La verdura tiene corazón, por Laura Ibarra 33

Buena cocinaChalotas en dos texturasLuciano Villar

IniciativasEcotiendas, pioneras en acercarnoslos productos ecológicosSara Ancín

Cultivos alternativosEl cultivo del lino ecológicotiene una nueva oportunidadRosa Barasoain

Entre el rebañoCómo el pastoreo reduce los incendiosSidney Flament-Ortun y Bruno Macías

Cuaderno del vergelEl vergel en primavera Andreu Vila

Nuestros al iadosLas mariquitas, desconocido icono de la fauna auxiliarJesús Quintano Sánchez

Buenos al imentosLiberar al maíz de la codiciaRosa Barasoain

Boletín de pedidos y suscripciones 34

Redacción y suscripcionesLa Fertilidad de la TierraC/ Santa María 115. 31272 Artaza (Navarra) Tel. 948 53 92 16 [email protected] www.lafertilidaddelatierra.com

Sigue a La Fertilidad de la Tierra en Facebook, Twitter e Instagram

Jardín. Vincent van Gogh (1888)

Primavera. En esta estación...Sumarionº 80

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• La Fertilidad de la Tierra no se responsabiliza de las opiniones vertidas en los artículos por sus autores.• Se puede copiar y publicar artículos, siempre que se cite la procedencia y se avise con antelación a la propia revista.• Son bienvenidas todas aquellas opiniones, sugerencias o artículos que tengan

como fin la información y la difusión de cualquier tema relacionado con la agricultura ecológica. Serán publicados cuando LFDT lo estime oportuno, y con el consentimiento expreso del autor.

• La publicidad en LFDT deberá estar relacionada con la agricultura ecológica.• Este número ha sido fabricado en papel procedente de bosques sostenibles. La

impresión se realiza con tintas 100% vegetales y en una imprenta local (a 60 km).

PortadaCampos de lino en flor

EditaLa Fertilidad de la Tierra Ediciones

Coordinación y realizaciónRosa Barasoain y Fernando López

Consejo de RedacciónFernando López, Coordinador de contenidosJesús Quintano, Fauna auxiliar y biodiversidadAndreu Vila, Arboricultura ecológicaBorja Camí y Chema Alquézar, Horticultura y otros cultivosDaniel López, Soberanía Alimentaria y organización socialVicente Rodríguez-Estévez, Ganadería y recursos tradicionalesJavier López-Cepero, Manejo de los agroecosistemas Rosa Barasoain, Experiencias

De la tierra a la mesaSara Ancín

Diseño gráfico y maquetaciónMareavacía (www.mareavacia.com)

Administración y suscripcionesDaniela Felipe

Asesores y colaboradoresXabi Akizu, Julio Arroyo, Mariano Bueno, Alexei Cortina, Carlos Donoso, Javier González, Mary Anne Kunkel, Juan de Dios García, Vicent Marti, Tomás Larrañaga, Edorta Lezaun, Franco Malucelli, Carlos Nuño, Nicolás Olea, David Olmo, Antoni Orengo, Manuel Pajarón, Josep Roselló, Ramón Roselló, Antonio Ruiz, José Carlos Sainz, Trinidad Sánchez, José Miguel Sanz, Jesús Sanchis, Juan Senovilla, Alexandra Verdu-Bütikofer.

Imprenta y encuadernaciónGráficas Ulzama, Huarte (Navarra)DL: NA-2000-2000 ISSN-1576-625X

La Fertilidad de la TierraRevista trimestral de agricultura ecológica

nº 80 • Primavera 2020

C/ Espinosa, 8 despacho 206 • 46008 Valencia Tel. 963 512557 Fax: 963 524671

[email protected] www.interecoweb.com

• Asociación de Agricultura Biodinámica de EspañaSecretaría en: C/ Del sobrante, 20 portal 3 planta baja pta D, 28240 Hoyo de Manzanares (Madrid) Tel. 699 115 561 [email protected] www.biodinamica.es

• Bio Lur GipuzkoaUrteaga 23. 20570 Bergara (Gipuzkoa) Tel. 943 761 447 www.biolur.net

• EcopalmaApdo. 164. 38700 Sta. Cruz de la Palma (Tenerife) Tel. 636 874 [email protected]

• Ekolur BizkaiaGaraioltza 23. 48196 Lezama (Bizkaia) Tel. 944 555 063

• L’Era, Espai de recursos agroecològicsAvda. Universitat 4-6. 08242 BarcelonaTel. 93 878 70 35 [email protected] www.associaciolera.org

• Asociación de Productores de Agricultura Ecológica del Bajo AragónC/ Maestro Rebullida, 2044640 Torrecilla de Alcañiz (Teruel)Tel. 978 852 [email protected]

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Buenas labores

6 7La fertilidad de la tierra n˚80 La fertilidad de la tierra n˚80

Nuestros cinco protagonistas tienen un bagaje vital importante en la agricultura y su voz nos habla de la experiencia, de los ensayos y errores con esta antigua práctica que desde siempre la sabiduría

campesina ha sabido aprovechar y mejorar, tal y como nos cuentan estos agricultores.

Principalmente se utilizan tres familias de plantas: leguminosas (haba, guisante, veza…), crucíferas (coles, mostaza, rábano…) y gramíneas (cebada, avena, cente-no…). Añadiremos las melíferas (facelia…), como com-plemento interesante para garantizar la biodiversidad y la fertilidad de los ecosistemas.

Este reportaje nos muestra la experiencia práctica de cultivo de abonos verdes de diferentes personas, en diferentes climas, tierras, cultivos y necesidades, bus-cando una mirada amplia a las posibles funcionalidades y aplicaciones de los mismos. Y a la par, se destacan los nexos comunes que comparten prácticas y personas tan diversas. Todos coinciden, a la hora de cultivar abonos verdes, en remarcar la importancia de las rotaciones, la importancia de las variedades locales, adaptadas a cada ecosistema, y la importancia de reducir el laboreo para respetar el hábitat de los microorganismos.

Texto: Arkaitz Martinez de Albeniz Lopez de Subijana

El cuidado y regeneración de la tierra es uno de los fundamentos de la agricultura ecológica, y en esa dirección los abonos verdes constituyen una herramienta beneficiosa, entre otras bondades, para mantener y aumentar su fertilidad, para descompactarla y mejorar su estructura, ahorrar agua, apor-tar nutrientes mediante la vida microbiana, controlar adventicias... Son cultivos realizados expre-samente para cubrir y proteger una superficie y luego, o bien incorporarlos someramente, o bien emplearlos como acolchado. En este artículo hemos recogido distintas voces con las que reflejar la experiencia práctica de agricultores ecológicos que habitualmente emplean abonos verdes, cada uno con su modo y manera según sus circunstancias y los objetivos perseguidos

Abonos verdes, experiencias a pie de tierra

Espectacular abono verde de mostaza en la finca de Verdcamp Fruits

Una diversificada cubierta de invierno en un olivar

Oveja merina para el control de la altura de este campo de gramineas, leguminosas y veza en la finca Cortijo El Puerto

En su finca Cortijo El Puerto, Enrique De la Torre siembra abonos verdes en octubre con las prime-ras lluvias lo que nacerá con las segundas lluvias de noviembre. A medida que crecen las plantas entra en juego una de las actrices principales en el fomento de la biodiversidad: la oveja merina. “Las metemos durante todo el año. De manera rotativa van pasando de un corral a otro, y con ello vamos jugando para mantener la altura de la hierba sobre 30 o 40 cm; además, la misma oveja va cagando y abonando y distribuyendo las semillas”. Hacia finales de la primavera dejan que semille la plan-ta y la cortan con la desbrozadora. Lo hacen en junio porque “aquí hay codornices y perdices que se esconden entre las cubiertas”. También forman parte del ecosistema y respetan su ciclo.

Dejan la siega encima de la cubierta “porque si tocamos la tierra con los más de 40 ºC que tene-mos aquí en verano, estaríamos sacando todos los microorganismos fuera y exponiéndolos a una sola-rización en toda regla”. En las zonas de goteo del riego suelen brotar otras especies más propias del verano, como la alfalfa “que le encanta a la oveja”. Y una vez que comienza a crecer pueden volver a entrar las ovejas a pastar.

Abonos verdes y ganadería respetuosa

Cuidando la biodiversidad del ecosistemaEnrique De la Torre Liébana es el director de la fin-

ca Cortijo El Puerto. Es parte de una familia olivarera originaria de Jaén que, por circunstancias vitales, se trasladó a Sevilla y se instaló en Lora del Río, cercana al Guadalquivir. Aquí continúan la tradición olivarera aplicando un modelo diferente y novedoso, que pivota sobre la idea de cuidar y alimentar la biodiversidad.

En la finca de Lora del Río, de más de 100 hectáreas, trabajan 7 personas en el campo. En ella se producían cultivos anuales, como algodón o maíz, en una tierra marcada por el laboreo y los herbicidas. “Como venía-mos de tradición olivarera, principalmente nuestra idea era partir del olivar como base para construir un ecosis-tema y crear todos los componentes de biodiversidad” en los 3 niveles principales: hierbas, arbustos y árboles.

Hoy cultivan 11 variedades de oliva y 5 de almendra, que combinan con algunos cítricos, “con el policultivo cada variedad florece en momentos diferentes y atrae fauna diferente y se autogenera un control del ecosis-tema”. Los arbustos forman “autovías de diversidad”, interconectando toda la finca con más de 100.000 arbustos de más de 80 variedades. La lógica gira en el mismo sentido, “tenemos floración durante todo el año, y además son variedades locales adaptadas”. Y llegamos al tercer nivel, a una tierra cubierta por cerca de 60 variedades locales. “Hicimos un mapeo de sue-los y basándonos en las necesidades de cada parcela sembramos diferentes mezclas de variedades de abonos verdes; de este modo eliminamos las arvenses que no

aportaban gran cosa a la biodiversidad que queríamos implementar”.

Para esta heterogeneidad las asociaciones y mezclas son fundamentales, “para mí es interesante una combi-nación de cuatro familias: gramíneas, crucíferas, legu-minosas y melíferas”. Mientras la gramínea va a ayudar a evitar la erosión, la leguminosa aporta nitrógeno. Las crucíferas buscan nutrientes muy profundos y también van a ayudar a solventar algunas plagas como el temido hongo Verticillium, habitual en cultivos posteriores al algodón, que “se estaba cepillando olivos a revientacal-deras en Jaén; y para controlarlo hicimos una siembra de mostaza blanca (Sinapis alba). La integramos en la tierra y gracias al biogás que suelta la mostaza elimina-

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Buenas labores

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Abonos verdes, experiencias a pie de tierra

ba el hongo”. Finalmente, las melíferas “que proporcio-nan una floración escalonada, y atraen fauna auxiliar que nos va a dar mucha vida en la tierra”.

Una mezcla de abono verde que le gusta a Enrique es mostaza (crucífera), veza (leguminosa), bromus (gra-mínea “que te deja un tapiz”) y facelia (melífera que “además de ser preciosa, nos ha dado mucho juego”). La dosis que suelen utilizar es de 25 kg/ha.

Barbecho verde para bailar sobre el duro secanoDomingo Calvo Sevil, agricultor ecológico de dilatada

experiencia, cultiva principalmente cereal en tierras que lindan entre Teruel y Zaragoza. En los terrenos que la-borea en Lécera, Belchite, Hijar y Letux poco a poco va aumentando la parte frutícola del proyecto, con cerca de 40 ha de pistachos y 14 ha de viñedo joven.

En un clima árido y semidesértico las condiciones para la agricultura son duras y difíciles, los 250 o 300 litros de agua anuales son apreciados por las personas que cuidan el campo: “Estuve en la mili en Pontevedra y se pegó doce o trece días seguidos lloviendo, le escribí a mi padre una carta diciéndole ‘imagino que ahora lloverá’, y me contestó ‘aquí casi ni salir de casa de frío y cierzada todos los días’”. El Cierzo, viento frío y seco, es un factor de evaporación muy importante en esa an-siada y escasa precipitación.

La tierra sufre la sequía y le cuesta recuperarse entre cultivos, por eso el barbecho en este entorno es funda-mental. “Aquí el 50% es sembrado y el 50% barbecho, y en este barbecho es donde echamos el yero (Vicia ervilia), que es nuestro plan de abonado. Aquí sembra-mos año y vez”.

Domingo nos habla de la evolución que ha tenido con los abonos verdes: “Hace 20 años empezamos con la veza, y la sembrábamos en el rastrojo del cereal; pa-sábamos el cultivador a 3, 4 o 5 cm de labor y, una vez

Una de las mejoras emprendidas ha sido cultivar los generosos yeros como abono verde, una leguminosa anual con una parte radicular pivotante y además, rentable, “con menos simiente siembras más”. Sue-len utilizar entre 50 y 60 kg/ha de yeros para lo que llaman “barbecho semillado”. Este barbecho verde normalmente lo siembran en diciembre-enero, y luego en mayo y junio lo labran para incorporar su materia orgánica. Domingo también espera a la floración, “es el momento álgido, cuando mayor nitrógeno contiene la planta” y, por lo tanto, más humus producirá después. “Ahí hay que estar atento, a lo mejor tienes que ir 2 o 3 veces al campo a mirarlos”.

Equilibrio del abono verde e impacto de la maquinariaAdolfo Beltrán de Heredia es agricultor de toda la

vida, y hace unos 20 años hizo el cambio, “me metí en el plan piloto de producción integrada de 3 años y ahí me di cuenta de que la única alternativa era la ecoló-gica”. Hoy lleva cerca de 60 ha en la localidad alavesa de Heredia (Barrundia), donde produce sus conocidas patatas, cuatro variedades de alubias, lentejas, garban-zos, maíz para elaborar los sabrosos “talos” y diversos cereales que compran panaderías ecológicas cercanas.

Adolfo es un convencido de las virtudes que aportan los abonos verdes: “Se nota mucho, mucho. El abono verde mal hecho se nota mucho, y el bien hecho ya ni te cuento”, nos dice entre risas. Principalmente los utili-za para los cultivos de verano más exigentes en nutrien-tes, como el maíz y la patata.

“Con los abonos verdes empecé desde el principio y me he especializado un poco, y lo primero es que sean cultivos que se puedan producir aquí y hacer semilla. Hace tiempo que trabajo mostaza blanca y una veza que se me ha ido haciendo a las condiciones de aquí”. La mostaza, gracias a su rápido crecimiento “es como para hacer un golpe de abono verde en poco tiempo, en verano en un mes tienes un mostazal majo”.

Sobre las dosis que utiliza “voy al máximo que me permite el bolsillo, en veza-avena unos 200 kg/ha, de veza unos 80 kg y luego le meto avena y alguna vez también centeno”.

Una vez que la planta está en floración, la siega y la deja secar unos 15 o 20 días, momento en el que le da 2 o 3 pasadas con grada de discos de manera superficial; de este modo se entrecorta un poco, “sin picadora”. “Y si voy a echar compost lo echo ahí, sobre todo para la patata y el maíz. Eso lo incorporo con la grada de discos un poquito, y luego suelo meter el subsolador en estos cultivos de verano para no enterrar mucho el abono verde”.

Para él, “lo ideal sería casi hacer barbecho de abonos verdes un año sí y un año no. Meter abonos verdes o cultivos mucho menos exigentes, o incorporarlos; es que si no, es muy difícil mantener la tierra todos los años con cultivos exigentes”. En este punto pone de manifiesto una de las dificultades de trabajar con abo-nos verdes: “Ahí nos topamos con la Administración y su lógica. Al no considerarse productivo, no existen las subvenciones para estas prácticas. Entonces te quedas

con una finca durante un año que tiene gastos pero no beneficios productivos, y encima no cobras subven-ciones. Es una riqueza para la tierra, pero es un gasto. Si me dan la misma subvención por sembrar trigo que por un barbecho verde yo tendría una cuarta parte de la finca con abonos verdes; para ir rotando me veo más limitado”. Ha observado que con un abono verde bien hecho “la tierra está mucho más aireada y ves la tierra viva, ves ahí bichos a punta pala”. Y, al mismo tiempo, se muestra preocupado por el manejo habitual: “El problema es que mecanizamos mucho, tenemos las má-quinas y aperos tan grandes que compactas muchísimo. En eso tenemos que mejorar, porque lo que ganas con el abono verde lo destrozamos con la maquinaria”. Nos apunta otra observación: “Creo que tendríamos que buscar ese tipo de siembras directas, aprovechando to-do el abono verde, porque si metemos maquinaria para preparar la tierra, por muy bien que lo hayas hecho, muchas cosas las estás matando”.

Acolchar con abono verde, innovar la agriculturaErnest Mas, que nos responde con un rigor y una

visión muy amplia de los abonos verdes, es responsable técnico de campo de Verdcamp Fruits, empresa fami-liar de quinta generación de agricultores. Cultiva más de 100 ha de huerta ecológica en Cambrils (Tarrago-na), “a escasos kilómetros del mar Mediterráneo”.

Nos introduce en los abonos verdes de una mane-ra didáctica: “Para mí un abonado en verde es un complemento interesante en tu rotación, donde con la tierra cubierta movilizas o fijas nutrientes para el próximo cultivo, mientras mejoras la fertilidad”. Otra observación más: “Cuanto más tiempo tengas la tierra cubierta mucho mejor; si al finalizar un cultivo (perejil, brócoli…) le damos una gestión postcosecha, como dejarlo un tiempo extra para que rebrote y/o llegue a floración, potenciaremos la fauna benéfica con su flor y al estar más lignificado al incorporarlo mejoraremos la fertilidad potenciando la humificación”. De este modo logra una función sistémica completa, ya que “esta ges-

Domingo conoce bien la aridez de su tierra: “Aquí regar no regamos nada, ni tenemos río ni nada, esto es secano, secano, secano”. Con un factor limitan-te tan claro, el beneficio de los abonos verdes es exponencial y los resultados son innegables para él: “Cuando los yeros se ponen buenos, es mucha materia orgánica la que se deposita en la tierra, 1.500 y hasta 2.000 kg/ha han llegado a salir, y eso se nota mucho para guardar la humedad y la tierra más hueca está”.

“Si se me ponen buenos los yeros no hace falta echar abonado. A lo mejor la planta no tira tanto, pero cuando las otras plantas se secan, los yeros con menos agua salen y las cosechas son mejores”.

En las fincas de pistachos también siembran los yeros en las calles de los frutales. Además de fertili-zar la tierra consiguen un control de plagas del que inicialmente no eran conscientes: “Ahí me espero a que granen antes de pasarles la grada, porque hay unos gusanos que se llaman piltra que se comen las hojas de los pistachos, y hay una hierba que se llama ciennudos, que crea matas por en medio de los yeros y los gusanos se las comen. Se ve que esto les gusta más. Es algo que he ido aprendiendo sobre la mar-cha, y ya ves que no se termina de aprender nunca”.

Cuando ni llueve ni hay riego posible

crecida la veza, ibas a labrar con las vertederas y aque-llo estaba muy duro, parecía cemento armado. Con el tiempo te vas dando cuenta de las cosas, y ahora lo pri-mero es labrar el rastrojo con el chisel y luego sembrar el abono verde. Y cuando están en flor, incorporarlos a la tierra ya con una pasada de cultivador o incluso con el rulo o con gradas”.

Plantación de pistachos con cubierta de yeros de Domingo Calvo

Adolfo y Sento utilizan

habitualmente abonos verdes

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Buenas labores

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Abonos verdes, experiencias a pie de tierra

En Verdcamp Fruits son pioneros en diferentes ámbi-tos. Uno de ellos es la aplicación del roller crimper para aprovechar al máximo los efectos de los abonos verdes como acolchado, y poder controlar las arvenses. Con este apero tumban y “planchan” el abono verde que ha crecido generosamente y, una vez seco, plantan encima el siguiente cultivo, sin margen para las plantas que no interesan y pueden competir por nutrientes o agua (ver foto a la izquierda). Lo están desarrollando con diferentes abonados en verde como cubiertas vegetales para cultivos de verano. “Una técnica muy interesante para evitar el plástico polietileno que al final tiene un impacto grande y es poco sostenible”.

También hay que prestar atención a los rebrotes del propio abono verde: “Necesitas tener un buen rulo, con un buen denteado; necesitas que se quede segado todo el tallo, para que cuando vuelvas a poner agua ese cultivo no vuelva a levantarse; sobre todo cuando se va a floración y empieza a estar lignificado, para evitar el rebrote”.

Estos acolchados también son buenos captadores de agua “si tú tienes la tierra cubierta es una buena protección a nivel de humedad; para mí es mejor trocearlos que un laboreo en un calabacín. Hay que tenerlo en cuenta porque el agua va a ser uno de los factores más limitantes en el futuro”.

Roller crimper: controlar arvenses

y ahorrar agua

tión postcosecha entra en simbiosis con el conjunto del ecosistema. Un mismo cultivo puede ser un fantástico abonado en verde”.

Además de los citados beneficios también busca con-trolar las arvenses gracias al acolchado de abonos ver-des. “Con este cultivo de cobertura a las arvenses les va a costar germinar, y a medida que pasen los días se va a ir degradando y va a ser beneficioso para la tierra”.

En invierno es habitual que utilicen mezcla de ave-na y veza con habones y también diferentes tipos de Brassicas, como rábano o mostaza, que son plantas que crecen y tapizan rápidamente. Cuando la mostaza crece con altura y suficiente biomasa, “nos puede fa-vorecer de acolchado vegetal”. En el caso de un nabo forrajero “lo que nos va a ofrecer es una raíz pivotante, mucho más profunda, nos va a descompactar la tierra y va a tener una acción biocida importante”.

Utilizan los abonos verdes de dos modos diferentes: integrándolos en la tierra o como acolchado. En el caso de enterrarlo, una vez segado y antes de enterrarlo le aportan el compost y lo entierran todo junto, y de este modo el compost será útil para degradar ese abono verde. Ernest nos cuenta una exitosa experiencia de acolchado y trasplante directo: “Sembramos la mostaza blanca en abril, y en junio le pasamos el roller crimper para plancharlo, cuando tenía dos metros de altura. Buscábamos conseguir máxima biomasa, y así tener más tapiz”. Los datos de esta experiencia son espec-taculares, aportaron 51 toneladas de planta más 30

toneladas de raíces: 81 t/ha de materia orgánica fresca, lo que supone más de 8 t/ha en seco. “Sembramos 80 kg/ha de mostaza, el doble de una dosis normal, para generar más biomasa lo más rápido posible, ya que teníamos dos meses hasta plantar el calabacín encima”. Después de pasar el roller crimper “lo dejamos una se-mana para que se secara completamente y entonces trasplantamos ahí mismo el calabacín, sin quitar el acolchado conseguido”.

En su finca es importante el momento de la siega o el “planchado” del abono verde: “Si llegamos a la flora-ción todos esos tejidos se lignifican y crean una biomasa más dura, con más celulosa y, por tanto, más carbono; y así estamos más cerca de la humificación”. Señala la importancia de minimizar laboreos para ir regenerando la tierra, “hacemos más laboreos de los que nos gusta-ría para controlar las arvenses, y es un tema que esta-mos trabajando con la grada de púas flexibles y otros aperos de menor impacto”.

Los acolchados también ayudan, “ya de entrada, es un menor laboreo y a nivel de costes es un ahorro por el gasto de maquinaria, aunque bien es cierto que te exige una mayor elaboración de diseño y planificación, y por ejemplo en el calabacín nos produce una semana más tarde que con plástico”.

Para cuidar la huerta mediterráneaEl bancal de Sento Borrull está en Els Marenys de

Rafalcaid, pedanía de Gandía, localidad con amplia tradición hortícola que linda con el río Serpis, pegando al mar Mediterráneo. En este escenario Sento cultiva más de 1 ha de huerta todo el año y algunos cítricos. La huerta es su gran pasión, “es una manera de estar co-nectado a los ciclos naturales durante todo el año”. Lle-va más de 15 años cultivando hortalizas, pero reconoce y pone en valor la tradición campesina que ha recibido. “Te das cuenta de que lo que sabemos ahora, nos viene de antes. Claro que ha evolucionado, pero esto de los abonos verdes se aplicaba desde hace mucho tiempo. La primera vez que puse un abono verde fueron habas y hedros (veza en valenciano), y cuando ya estaba creci-do un señor de 80 y pico años me dice: ‘Esto cuando yo era pequeño nuestros padres lo ponían, y los chavales iban con las hoces por delante segando, y detrás iba una cuadrilla de hombres con la azada tapándolo’”.

Para Sento la aplicación de abonos verdes tiene mu-cho que ver con las rotaciones. “Tenemos que ver qué queremos conseguir con los abonos verdes, y basándo-nos en eso ver cómo hacemos las rotaciones”. En parce-las que ha cultivado crucíferas incorpora facelia, habas y veza, o incluso avena; y donde ha sembrado legumi-nosas siembra mostaza, en la lógica de lo que sembrará después. Ha probado diferentes plantas a modo de abono verde: “Me gustó mucho la facelia, después de pasarle la desbrozadora y enterrarla quedaban trocitos del caño de la facelia; dejaba la tierra muy esponjosa y no permitía que se apelmazara, además atraía mucha fauna útil, y sus flores son preciosas”.

El ritmo de la huerta implica desarrollar la obser-vación con cierta calma. “La sorpresa con la mostaza

fue un año más tarde de haberla incorporado, no fue inmediata. Las habas y la veza tienen un resultado más inmediato, porque hay un aporte de nitrógeno. Con la mostaza blanca fue algo más lento, pero muy muy eficaz”. La mostaza la ha probado tanto en agosto co-mo en primavera. “En agosto, cuando he terminado el tomate, pimiento y sandía, inmediatamente hemos sembrado la mostaza”. En invierno, nos indica que “a partir de enero va bien también”; después la siega la realiza en marzo-abril, en el momento en que está la planta en flor. “Me gusta dejarla florecer porque atrae a muchísima fauna útil”.

Normalmente utilizan la desbrozadora, y dejan unos días en la tierra para que se seque un poco, y después pasan el rotavator. “Antes teníamos el caballo y dejá-bamos que comiera en la parcela". Y añade: "La mejor experiencia que he tenido, con diferencia, es dejar que los animales pasten el abono verde sin necesidad de se-garlo ni esperar para que seque, porque claro, cada vez que mea y caga te está aportando fertilidad”.

Sento también tiene claro que “un abono verde es complementario, hay que utilizar los dos. Un abono verde, por sí solo, no nos va a solucionar la papeleta, hay que complementarlo con otro abonado”. Y conclu-ye con rotundidad: “Todos los abonos verdes me han dado un buen resultado sabiendo qué busco con cada uno de ellos”.

Enrique, Domingo, Adolfo, Ernest y Sento han expe-rimentado mucho con abonos verdes y generosamente nos han mostrado que los beneficios son muchos y diversos. Nos enseñan que la tierra, los cultivos y el ecosistema agradecen estas prácticas y, en especial, la visión que hay de fondo: alimentar la fertilidad de la tierra. Les agradecemos que no hayan escondido sus éxitos ni sus dificultades, y que cada uno de ellos nos haya enseñado las ganas de seguir aprendiendo. L

Rodillo (roller crimper) para tumbar y aplastar el abono verde y que quede como acolchado seco

Trasplante del calabacin tras haber roleado la mostaza

A Sento le gusta trabajar

con tracción animal

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Entrevista

12 13La fertilidad de la tierra n˚80 La fertilidad de la tierra n˚80

Jacqueline y su esposo Joseph viven y trabajan en un espacio natural cercano a grandes montañas y lagos cuyos nombres guardan todavía el eco de la cultura amerindia que no sobrevivió a la presión de los co-

lonos blancos. Seguramente admiraban ya la forma de vivir de los antiguos pobladores de estos bellos y fuertes parajes, por eso vinieron aquí y por eso su granja es ab-solutamente respetuosa con todos los animales, inclui-das las abejas, que siempre le habían atraído pero con las que no había llegado a tener vínculos. Su sensibili-

dad y sus dotes intuitivas irían desarrollándose con los años, pero cuando empezó con la apicultura no podía ni soñar la estrecha relación que llegaría a mantener con estos seres que viven de manera colectiva como si fueran un organismo único, ni la sabiduría que descu-briría en ellas al observarlas de cerca y durante horas, hasta el punto de cambiarle la vida.

“Vivo en el Noroeste del Pacífico de EE. UU., en un área rural a los pies de la Cordillera de las Cascadas. Mi marido y yo tenemos nuestra propia granja biodiná-

Texto: Fernando López

Ha necesitado narrar sus intuiciones, sus descubrimientos a base de observar y de escuchar lo que ella llama cantos, sus casi diríamos diálogos en una comunicación absolutamente sin vuelta atrás con las abejas, criaturas con las que la humanidad ha compartido espacios desde hace milenios, y en las que percibe son unas maestras para una evolución que continúa. Desde su página en internet, con sus artículos y su libro El Canto de las Abejas, que seguramente no será el último, quiere expandir este respeto, este formar parte de la vida de las abejas. Es así como han ido surgiendo vínculos a nivel internacional con otros “cuidadores de abejas”, porque es lo que quieren ser tras percibir este llamado a hacer del mundo un lugar mejor para las abejas y para la Naturaleza

“Quiero dedicarme a que las abejas sientan seguridad y bienestar”

mica. Durante los últimos veinte años hemos pasado la mayor parte de nuestro tiempo en ella. Criamos vacas lecheras y cabras, un pequeño rebaño de vacas para carne, patos, gallinas y abejas. Tenemos un vergel de árboles frutales e invernaderos, y muchos jardines de plantas y flores para las abejas. Una vez que mi libro se publicó, recibí muchas invitaciones para viajar. Por esta razón vendimos o donamos nuestros animales e inicia-mos una nueva actividad en la finca. Esto me ha dado más tiempo para investigar y trabajar en futuros libros y proyectos”.

Es así como aparece en el documental Queen of the Sun (Reina del Sol), una mirada profunda y alternativa a la crisis mundial de las abejas, en el que muestran su trabajo benévolo como "salvadora de enjambres" junto a apicultores, científicos y filósofos de todo el mundo, incluidos Michael Pollan, Gunther Hauk y Vandana Shiva.

Además del libro El Canto de las Abejas, publicado en varios idiomas y ahora también en castellano, ha escri-to numerosos artículos en revistas y es conferenciante habitual sobre apicultura ecológica, permacultura y agricultura ecológica. Cada año organiza una confe-rencia en su casa, abierta a los apicultores alternativos. Uno de los últimos encuentros fue una formación para construir colmenas de tronco.

Jacqueline Freeman nos explica que su trabajo prin-cipal es escuchar a las abejas y practicar una apicultura consciente. “La gente a menudo pregunta si pueden vi-sitar nuestra granja para verme trabajar con las abejas. ¿Y qué verían?, me pregunto. La mayoría de las veces me encontrarán sentada junto a una colmena haciendo un poco lo que en realidad parece un ‘trabajo’. Sin em-bargo, lo que estoy presenciando es glorioso”.

¿Cuál fue tu primer contacto con las abejas? ¿Cómo te atrajeron?

“Mi historia con las abejas comienza en 1983 cuan-do, durante unos meses, asistí a un curso de otros temas en el norte de California. Cada día comía cerca de una piscina. Un día percibí que una abeja se había caído al agua. Encontré una rama, cogí con ella a la abeja y la dejé en la hierba. Vi que otra abeja caía al agua e hice lo mismo. Y otra y otra… Una a una rescaté del agua a cada pequeña abeja. Rescatar estas pequeñas abejas me hizo feliz. Al día siguiente lo hice otra vez. Creo que rescaté miles de abejas esa primavera, sacando del agua abejas mojadas hasta que cada una quedaba a salvo. Entonces no tenía ninguna experiencia con las abejas, pero esto fue una poderosa llamada que no podía ig-norar y se convirtió en una tarea diaria que necesitaba completar.

Empecé a cuidar abejas en nuestra granja en 2004. Quería cuidarlas bien, así que asistí a cursos, leí libros sobre abejas, me uní a grupos de internet y aprendí mirando mis colmenas, intentando imaginar cómo acceder al interior de su mundo. Intenté dar lo mejor para ser una buena apicultora, siempre de manera eco-lógica y eventualmente biodinámica, pero había mucho más que conocer y a veces lloré a causa de mi propia

ignorancia e ineptitud. Cometí errores que pagaron las abejas y esto me causó, al igual que a ellas, gran dolor.

Pasado un tiempo, comencé a hacer progresos. Em-pecé viendo sutilezas en sus acciones y a comprender importantes lecciones de las colmenas. Aprendí a estar quieta y escuchar. Me sentaba cerca de mis colmenas y las observaba una hora o más tiempo, preguntándome cómo cuidarlas de la manera que más prosperaran. Es-cribí sobre ellas en mis diarios, las dibujé y pinté, y recé fuera de la colmena para que continuaran con buena salud”.

Jacqueline permanece junto a las colmenas en un estado tranquilo, meditativo, en el que llega a discernir diferentes cantos de las abejas. “En parte es un sonido e incluso si tú no lo has escuchado antes, puedes decir que en él hay comodidad y confort por la vibración. Es también un sentimiento de pertenencia y bienestar que entra dentro de nosotros. Pongo atención donde va mi mente y puedo fácilmente ‘escuchar’ la diferencia entre una colmena que está preocupada y con dificultades, como la falta de alimento, o encontrarme a mí misma oyendo y sintiendo la alegría en mi corazón”.

Rescatadora de enjambresJacqueline Freeman nos describe una realidad en su

país que ya es muy común en todo el mundo, la desa-parición de las abejas silvestres y su sustitución por lo que ella ha dado en llamar “fábricas de abejas”. “En Estados Unidos, el 95% de las abejas pertenecen sólo a siete compañías. No sé cuál es el porcentaje en Euro-pa, pero sé que mucha gente compra abejas en vez de criarlas en la Naturaleza. Definitivamente esto es una limitación genética. Además, instintivamente sabía que comprar abejas no me iba a dar la clase de abejas que quería a mi alrededor. Yo quería abejas silvestres, abe-

Jacqueline Freeman

mostrando un enjambre

silvestre

Entrevista a Jacqueline Freeman

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jas con genes fuertes, llenas de saludable vitalidad, abe-jas con su propia libertad. Pero, ¿dónde encontrarlas?”.

Fue así como en su segundo año como apicultora pidió a su marido que le ayudara a coger unos pocos enjambres y con esto su vida en relación con las abejas cambió y se convirtió también en recogedora de enjam-bres. “Desde entonces sólo trabajo con abejas silvestres. Cuando hablo de abejas en mi libro El Canto de las Abejas, me estoy refiriendo a abejas que tienen acceso

a todo lo que las abejas silvestres necesitan para desa-rrollarse. Creo que el futuro de las abejas melíferas está ligado a la resistencia de las abejas silvestres y en esto me centro. Como cuidadores de abejas necesitamos dar lo mejor para recrear las condiciones de ‘abeja silvestre’ con la menor interferencia posible”.

En estos años ha desarrollado y aplicado su habilidad para coger o más bien rescatar enjambres silvestres: “Requiere paciencia, amabilidad y compasión. Las abejas saben cuándo llegas con estas cualidades en el corazón. Además de coger enjambres colgados de las ramas de los árboles, también hemos rescatado colme-nas que estaban en graneros, iglesias y muros de casas, bajo grandes balcones, dentro de chimeneas y dentro de huecos de árboles. Mi experiencia de recolectar abejas silvestres casi siempre ha sido gratificante. Llevo el enjambre a mi conocimiento y me introduzco en él: ‘Hola, estoy muy feliz de conoceros’. Les abro mi cora-zón y permito que los sentimientos de alegría y deleite giren alrededor de nosotras”.

Pero hay otras actividades tan importantes o más que recoger enjambres y es preservar la integridad de los que se han alojado en lugares no deseados. “A menudo son difíciles de alcanzar y cortar, y trasladar el panal es un arte en sí mismo”. Esta labor le ha permitido descubrir cómo las abejas se han hecho resistentes a algunas plagas y son autónomas, sin ayuda ni inter-vención humana. “A menudo a estas abejas fuertes y vitales les va bien en colmenas que no son explotadas y que, por tanto, están centradas en ellas, sin intervención humana. Vale la pena aprender a manejarlas para que sobrevivan al traslado”. Por eso insiste: “Asegúrate de tener suficiente conocimiento y experiencia sobre las abejas para poder moverte con seguridad sin dañar a estas preciosas abejas”. En cuanto a si son silvestres o no, afirma: “A menos que las veas partir de su colmena anterior, no hay garantías de saber si el enjambre que estás viendo es silvestre o es uno que se ha escapado de un apiario convencional cercano. Con suerte consegui-rás unas abejas silvestres, pero si no es así, críalas como abejas silvestres y ellas, en sucesivas generaciones, se convertirán en silvestres. Sé consciente, sin embargo, de que traer abejas silvestres a casa y cuidarlas convencio-nalmente les quitará la vida silvestre. No lo hagas”.

Al cuidado de las abejas y su entornoSu trabajo como apicultora le ha llevado a recorrer

diferentes caminos hacia lo que ella llama “apicultura natural”. En estos momentos desarrolla una visión ho-lística de las abejas. “Quiero dedicarme a que las abejas sientan seguridad y bienestar”. Para acogerlas tiene en su finca “colmenas de troncos, colmenas de paja y barro y colmenas Warré”. Como nos recuerda Jacque-line, las que tienen el interior redondeado (mejor que cuadrado) son más saludables para las abejas. “No todo el mundo querrá criar abejas como yo lo hago porque, siempre que puedo, pongo primero las necesidades de las abejas en todos los sentidos”.

“Hace seis años dejé de coger miel porque con el cambio climático no creo, honestamente, que podamos

“Quiero dedicarme a que las abejas sientan seguridad y bienestar” NUEVO LIBRONUEVO LIBRO

Jacqueline Freeman era ya granjera biodinámica cuando un vecino le llevó una pequeña colmena. Cuenta que recibió el regalo como si fuera sumar un ganado más a la finca, y para ello adquirió el equipo protector. Pero su curiosidad fue en aumento hasta el punto de prescindir no sólo de máscara y protecciones, sino también de prejuicios, observándolas con un interés y una intuición que le permitieron una comunicación mutua e

El Canto de las AbejasEscuchar la sabiduría de las abejas para una apicultura respetuosa y un mundo mejor16 x 22,5 cm / 232 páginas / Rústica, cosido y con solapasPVP: 18,50 €

inigualable. Fue así como su experiencia de años con las abejas cambió su concepto de ellas, su manera de cuidarlas y también su vida. Coherente, lúcida, asombrosa, apicultura de vanguardia, nos trae un mensaje holístico que brota como un canto de las propias abejas. De hecho su libro, definido por algunos críticos de prestigio como “un tesoro de la filosofía apícola”, ha supuesto una asombrosa revelación internacional, traducido a numerosos idiomas (inglés, francés, alemán, sueco). Ahora, por fin, en castellano para que podamos comprender y seguramente compartir un conocimiento que ha despertado tanta emoción y admiración, no sólo entre apicultores sino para cualquier persona que sienta interés por la Naturaleza de la que en definitiva formamos parte.

En árboles viejos construyen colmenas de troncos

imaginar que cada año haya las condiciones óptimas para buscar comida como lo hemos hecho en el pasa-do. Ahora dejo toda la miel para las abejas. Sin embar-go, no me falta miel porque a veces las colmenas mue-ren. Cuando esto ocurre, cosecho la miel. Con todas las colonias permito que las abejas decidan lo que quieren hacer con la miel que colectan. Creo que esto asegura su longevidad”.

Jacqueline mantiene en su interior una visión espe-ranzada de la vida y de las abejas en particular. Está en contacto con el movimiento mundial de apicultura alternativa. A la pregunta de si cree que se está ges-tando algún tipo de cambio importante su respuesta es categórica: “¡Absolutamente! He conocido a mucha gente de muchos países. Sentimos la llamada de hacer del mundo un lugar mejor para las abejas y para la Naturaleza. En Estados Unidos soy la cofundadora de la organización benéfica https://preservationbeekee-ping.com. Hay muchas más organizaciones y personas que sienten la llamada de los beneficios de las abejas como www.learningfromthebees.com, también https://oxnatbees.wordpress.com/about/ o mi página www.spiritbee.com”.

Pide a los apicultores que se transformen en jardi-neros, centrados en conseguir abundancia de flores y de plantas melíferas en todas las estaciones del año. Y a los agricultores les señala que los pasos más de-cisivos para proteger a las abejas son “dejar de usar sustancias químicas tóxicas que dañan a las plantas, a los insectos y a los animales, y conectar con la gente que está criando abejas de manera natural y aprender

de los apicultores que defienden a las abejas y que no aplican tratamientos”.

El canto de las abejas“El sonido de las abejas hace a mi corazón cantar”,

repite en su mensaje de comunión con las abejas. El libro El Canto de las Abejas fue un reto y la culminación de un trabajo introspectivo con las abejas que continúa. “Abundan los libros sobre las realidades y la ciencia de las abejas y la apicultura, pero no hay muchos sobre el arte más amable de cuidar a las abejas conscientemen-te, que es lo que más disfruto. Yo quiero proveerles de una casa y un entorno que deleite a las abejas. Quiero encargarme de ellas para que sientan tranquilidad so-bre su seguridad y bienestar. Escribí este libro porque era difícil aprender el cuidado consciente de las abejas e imagino que también puede ser el camino para otros. Había cometido muchos errores en el camino apren-diendo cómo ser sensible con sus necesidades y quizás este libro pueda prevenir errores similares para felici-dad de otros apicultores.

Este ha sido un libro cambiante a la hora de escribir-lo porque la sabiduría que las abejas compartieron con-migo es global, no lineal. Las abejas tienen una estruc-tura cognitiva diferente a como los humanos pensaban y especialmente diferente a mis propios pensamientos”.

Nos interesamos en saber qué significado tienen para ella las abejas en nuestro mundo y qué podemos apren-der de ellas como sociedad: “De todo lo que conozco so-bre las abejas, lo más importante para mí es que ellas tra-bajan como Una, todo es para el bien de la colmena”. L

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Apicultura respetuosa

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Los problemas a los que se enfrenta hoy día la abeja melífera tienen su origen, además de en la degrada-ción del medioambiente, en la gestión antinatural que del organismo colmena hace la apicultura ex-

tractiva actual. Cuando nació la apicultura “moderna” el principal objetivo de todas las modificaciones era aumentar sin fin la cosecha de productos de la colmena (miel, polen, reinas, etc.). Como consecuencia se ha ido desnaturalizando a la abeja hasta tal punto que en la actualidad es incapaz de sobrevivir sin la "ayuda" del ser humano.

Apicultura natural, apicultura sostenible, apicultura holística, apicultura centrada en las necesidades de la abeja, apicultura alternativa, etc. Todas abogan por

un enfoque diametralmente opuesto al de la apicultura extractiva. De entre todas, la apicultura biodinámica destaca por la completa atención a todas las necesida-des vitales de la abeja y su entorno.

Aclarar conceptos para hacerse entenderQuienes practicamos la Biodinámica nos encontra-

mos muchas veces con la incredulidad de quienes nos interrogan por los fundamentos del método biodinámi-co. A mi modo de ver el lenguaje tiene mucha culpa de ello. Y es que la terminología que emplea es en cierta forma cercana a disciplinas oscurantistas (ciencia es-piritual, antroposofía, ritmos siderales, preparados de plantas, etc.). Todo esto constituye en muchos casos una

Texto y fotografías: Tomás Nevado Bernal

El maravilloso mundo de las abejas nos regala infinidad de satisfacciones. Sin embargo, una sensa-ción de pesadumbre y dificultad se extiende por los colmenares. Su estado actual nos demuestra sobradamente que no podemos continuar la senda de explotación iniciada a mediados del siglo XIX y que Rudolf Steiner ya preconizó era un callejón sin salida. Solos o formando grupos de trabajo conectados, las experiencias alternativas se van sucediendo y los resultados son alentadores. Aquí destacamos la apicultura biodinámica, basada fundamentalmente en respetar las necesidades vitales de la abeja incluido su entorno, olvidándose del beneficio económico directo

La apicultura biodinámica Abeja en plena recolección de polen y néctar de una Cosmos bipinnatus

Cazaenjambres colocado a 5 m

de altura

infranqueable barrera de entrada para personas bien-intencionadas que no encuentran en la agricultura y la apicultura actuales su lugar, pero que tampoco com-prenden la Biodinámica. A esto se suma que los autores más esclarecedores no hayan publicado casi ninguna de sus obras en español (Horst Kornberger, Gunther Hauk, Erik Verrevoets, Thierry Bordage, Johannes Wirz, etc.). Por esto creo conveniente una breve reseña a modo de introducción al método biodinámico.

Orígenes de la BiodinámicaSe considera al "Curso de Agricultura" impartido por

Rudolf Steiner en 1924 (luego publicado con el título de “Curso sobre Agricultura Biológico Dinámica”) el punto de partida del método biodinámico. No obstante, la manera de pensar que lleva a descubrir los factores implicados en este método la había establecido el escri-tor, investigador y poeta alemán Johann Wolfgang von Goethe (1749-1842).

Siendo Goethe reconocido como uno de los gigantes de la Literatura, era sin embargo un hombre con inte-reses universales. Su pasión por el conocimiento le llevó por caminos innovadores que no eran explorados por la ciencia convencional. En su época estaba en pleno apo-geo el método científico inaugurado 25 siglos antes por Pitágoras: dividir y aislar las partes de la Naturaleza pa-ra encontrar sus secretos. Sin embargo, y sin menospre-ciar los beneficios que para la humanidad había aporta-do el método científico, entendió que los problemas que ya surgían entonces quedaban fuera del alcance de este. Él encontraba que el análisis de las partes (microscopio) no permitía una clara visión global y, sin esta, no era posible el conocimiento verdadero, el que permitiría solventar las crecientes dificultades.

Goethe buscaba el principio que daba unidad a las partes, explorando pacientemente y absteniéndose de juzgar hasta que la observación daba sus frutos. Para ello, necesitaba entrenar profundamente su ima-ginación, de manera que esta pudiera completar la totalidad donde sólo había fragmentos de realidad. La planta que vemos en un momento dado sólo es una re-presentación temporal de la planta real, que únicamen-te revela su totalidad a lo largo del tiempo. Para llegar a la comprensión, observaba el crecimiento de la planta desde la semilla, cotiledón, hojas. Continuaba obser-vando la formación de las flores, el polen y la madu-ración del fruto, para volver al final a la semilla nueva-mente. Al unir todas esas fases en su imaginación com-pletaba la totalidad de lo que en principio se presenta de manera separada. A través de este entrenamiento pudo llegar a comprender íntimamente el crecimiento orgánico de las plantas, sus etapas, como un conjunto dinámico. Aplicando este método al cuerpo humano, por ejemplo, fue capaz de demostrar la existencia del hueso intermaxilar, hasta entonces desconocido.

Rudolf Steiner (1861-1925) tuvo acceso a los archi-vos de Goethe en Weimar y pudo familiarizarse con su método. Perfeccionándolo, Steiner concibió su acerca-miento a los procesos naturales y llegó a conclusiones que por entonces eran totalmente desconocidas. Hoy

en día, muchas de sus aportaciones se han demostrado muy útiles en nuestra relación con la Naturaleza. Ejem-plo de estas son los estudios de las influencias celestes en el crecimiento de los cultivos, la mejora de la fertili-dad de la tierra con el uso de preparados biodinámicos, etc.

De la misma forma que Pitágoras se encontró con el rechazo de sus coetáneos, entregados a la visión mitoló-gica de la Naturaleza que imperaba entonces, Goethe y Steiner proponen en nuestro mundo científico un avan-ce en principio incomprendido, que parece no estar al alcance de todos, pero que está dando resultados en la aplicación práctica, tanto en agricultura como en lo que nos ocupa aquí, en apicultura.

Orígenes y fundamentos de la apicultura biodinámicaRudolf Steiner fijó sus bases tanto a nivel de conte-

nido como a nivel espiritual en las "Charlas sobre las abejas" que impartió en 1923 en el Goetheanum. Sin embargo, las descripciones del enjambre como muerte inminente, de la construcción de panales con la cera como esqueleto de la colmena, y de la reina como órgano de unidad interna de la colonia eran de difícil aplicación práctica.

No sería hasta los años ochenta del siglo pasado cuando un grupo de apicultores germanos comenzaron a experimentar con prácticas novedosas basadas en los principios que promulgó Steiner en esas charlas. Des-pués de más de 10 años de trabajo finalmente pudieron

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Apicultura respetuosa

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La apicultura biodinámica

"traducir" sus propuestas y fijar lo que se conoce como "prácticas respetuosas de la naturaleza de la abeja" (me refiero a su inclusión en la Certificación Demeter en 1995).

Hoy la apicultura biodinámica mantiene como ob-jetivo no sólo evitar los residuos químicos en la miel, el própolis o la cera, sino cuidar a las abejas de acuerdo con su naturaleza. Esta es la única manera de asegurar la productividad y vitalidad de las colonias de abejas a largo plazo.

Multiplicación a través de enjambresEl proceso que lleva a una colonia a enjambrar es

una muestra plena de su prosperidad. En primavera, cuando las condiciones son buenas, las colonias expe-rimentan un fuerte impulso de crecimiento. Las abejas se lanzan a los campos, plenos ahora de flores, y en la colmena se comienzan a construir más panales para las nuevas reservas y para los miles de huevos que pone cada día la reina. Llegado el momento en que se ocupa todo el espacio disponible la colonia se prepara para enjambrar. Una parte importante de las obreras junto a la reina saldrán de su colmena –repleta de reservas, con el nido y con varias reinas por nacer–, y se lanzará a la aventura de fundar una nueva colonia en algún lu-gar que todavía no han descubierto. Es un proceso que comienza dos semanas antes de la partida del enjam-bre, en el que dentro de la colmena ya se produce una separación real de la mitad de la colonia. Por eso es tan contraproducente interrumpir este proceso una vez ini-ciado. La mitad de las abejas, las que se quedarán en la colmena, pierden poco a poco el vínculo con su reina a la espera de que nazca la nueva.

Un enjambre no puede ser visto nunca como una pérdida, sino que es una muestra de abundancia. De una colonia surgen dos, o a veces más, lo que redunda-

rá en más abejas en nuestros campos (estén en nuestras colmenas o en colmenas silvestres).

Durante el enjambrado la reina renueva su fecundi-dad. La luz del sol estimula su potencial reproductor a través de la reactivación de sus secreciones hormonales, lo que le permite reiniciar la puesta con más vitalidad. De hecho, las colonias que enjambran pueden man-tener la misma reina durante varios años, incluso ser protagonista de enjambres en años sucesivos.

Al apicultor interesado en aumentar el número de sus colmenas sólo le quedará estar muy atento al colmenar durante la primavera y, por si acaso, instalar cazaen-jambres en los lugares que prefieren las abejas. Estos suelen estar en altura, entre dos y cinco metros, en un árbol, un poste, una terraza, etc. que esté al borde de un camino o en el filo de un bosque. Hay que procurar que sea visible, pero que a la vez esté a la sombra para evitar sobrecalentamientos. Las abejas, en su búsqueda de un nuevo hogar, prefieren alejarse de su colmena madre para no competir por el mismo alimento. Por ello, lo ideal es colocar los cazaenjambres al menos a 300 m de distancia del colmenar.

Reinas naturalesSi en lugar de llamarlas reinas las llamásemos madres

(que es realmente su función), entenderíamos mucho mejor los perjuicios de su consideración por la apicultu-ra actual como una mera pieza de repuesto.

La reina tiene un vínculo íntimo y profundo con el resto de la colonia. Todos los miembros de esta son su descendencia y ella es la que les proporciona el senti-miento de pertenencia, el “olor” de la colmena. El aro-ma de la reina impregna cada rincón y es el distintivo de cada uno de sus miembros. Es el que permite a las abejas guardianas de la piquera franquear la entrada o no a la colmena de las abejas que buscan entrar en

esta. Es la disminución de este aroma, por la pérdida de vitalidad de la reina, lo que hace que las obreras inicien la construcción de las realeras, donde pondrá huevos preparando su propia sustitución.

A través de sus observaciones, además de lo anterior Rudolf Steiner nos anticipó la crisis actual, por la de-gradación de la especie que se produciría al alumbrar reinas artificiales criadas sin las mismas condiciones que las naturales. Nos avisó de que la forma del alveolo y la alimentación que se les proporciona a las larvas de reinas desde el primer día son fundamentales para que la futura madre de la colmena tenga las mejores con-diciones para su función. Injertar huevos de obrera de dos o tres días en realeras produce reinas incompletas, dado que las fuerzas formativas asociadas a la forma y la distinta posición de los huevos en los alveolos hexagonales de las obreras son muy diferentes a los redondos de las reinas. Por ello ocurre que las reinas de emergencia que cría una colmena ante la pérdida de su reina original son sustituidas rápidamente por la propia colmena en cuanto es posible. También se puentea la selección natural cuando damos salida a todas las rei-nas que nacen, cuando en una colmena lo normal es que la primera en hacerlo, la más fuerte, elimina a las demás en las mismas realeras antes de que salgan.

Igualmente, la inseminación artificial de las reinas comercializadas empobrece la riqueza genética que se consigue con la fecundación natural de las reinas (hasta 20 zánganos pueden aparearse con una reina en su vuelo nupcial). Según experimentos llevados a cabo estos últimos años, un aumento en la riqueza genética de la colmena mejora, entre otras, la salida del invierno, el mayor tamaño del nido, mayor superficie de panales

Cuidar a las abejas de acuerdo con su naturaleza es la única manera de asegurar la productividad y vitalidad de las colonias a largo plazo

construida, mejor regulación de la temperatura del nido, mayor intensidad de la danza de las abejas, y por tanto de su comunicación, y un mayor radio de pecoreo.

Por ello, la cría artificial, aunque guiada para dar lugar a las que nos interesan por ciertas características, da lugar a reinas desnaturalizadas y con menos diversi-dad genética y menos posibilidades de engendrar colo-nias fuertes y autosuficientes.

La cuestión de la ceraCuando Rudolf Steiner consideraba la cera como el

esqueleto de la colmena, expresaba una similitud con los huesos del ser humano más allá del mero soporte fí-sico. De la misma forma que nuestros huesos surgen del torrente sanguíneo para luego endurecerse y constituir el soporte de nuestro cuerpo, la cera de las abejas surge

Colmenas Warré en una finca biodinámica

Vemos el estado de la colonia por

la ventana de observación de

una colmena keniana

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La apicultura biodinámica

de ellas mismas y es utilizada para construir el soporte de todas las actividades dentro de la colmena. La simili-tud continúa al comprobar que al igual que de los hue-sos surgen nuestras células sanguíneas, en los panales de cera se cría la descendencia de la colonia, auténtico torrente de esta. Por tanto, los panales forman parte indisoluble del organismo colmena.

La cera es realmente una sustancia preciosa y muy especial, que ha sido usada con gran reverencia por muchas religiones. Con ella las abejas fabrican los panales donde crece la vida, donde tiene lugar la co-municación de la colonia (la danza de las abejas) y donde además se guardan las reservas alimenticias que aseguran su supervivencia. Los panales, cuando están habitados y calentados por las abejas, son flexibles y tienen cierta vivacidad y resplandor. Su frescura garan-tiza higiene y buena comunicación. Cuando envejecen por su uso se vuelven oscuros y se cargan de patógenos. Al final la colonia los desecha, ayudándose de la polilla de la cera o destruyéndolos, para garantizar la sanidad dentro de la colmena.

En aras del beneficio económico el apicultor moder-no ha decidido "ahorrarle" este trabajo a la abeja. Este proceder plantea, sin embargo, varios inconvenientes. El principal es que, al ser un material graso, retiene en

ella todas las sustancias químicas que puedan entrar en la colmena, al igual que las esporas de ciertas enferme-dades. Estas últimas se pueden eliminar al calentar la cera para derretirla y formar las hojas de cera impresa, pero las sustancias químicas, los “-cidas” que abundan desgraciadamente en la agricultura convencional, no se eliminan y se van acumulando reciclado tras reciclado. En un entorno tan cargado de sustancias nocivas será difícil que podamos garantizar la salud de las abejas. Por otro lado, quitar a las abejas la posibilidad de exu-dar su propia cera empeora su salud. Hoy por hoy está claro que muchas de las enfermedades y problemas que afectan tanto al ser humano como a muchos animales proceden de la estrategia de "ahorrar trabajo" al cuer-po. Trabajo que sirve al sistema metabólico para per-manecer saludable y productivo.

La gestión de los panales por mi parte se limita a cosechar los excedentes de miel a la salida del invierno, sin reutilizar la cera dentro de la colmena, de manera que así se van renovando en un período aproximado de tres años.

Buenas prácticasTodo lo anterior conlleva un respeto profundo por

la abeja que hará que nos replanteemos cada tarea en el colmenar, llevándola a cabo sólo si es en beneficio del organismo colmena. No abriremos las colmenas más que en caso de necesidad, y ofreceremos de pre-ferencia los modelos de colmena horizontal o colmena Warré con ventana de control descritos en esta revista en los nº 77 y 79. No aportaremos nunca azúcar como alimento de sustitución, y no haremos trashumancia. Y por supuesto, nos olvidamos de cualquier sustancia química en nuestras colmenas.

El uso de los preparados de la agricultura biodiná-mica en la finca donde se asienta el colmenar será tan beneficioso para la fertilidad de la tierra como para la salud de las abejas que en ella pecorean. Incrementarán la calidad del polen y el néctar de las plantas, mejoran-do así la fortaleza de las colonias. La miel resultante de su trabajo tendrá mayores cualidades medicinales.

Nuestro principal objetivo al acompañar a las abejas no puede ser el beneficio económico, aunque se puede esperar que los excedentes de las colonias satisfagan de sobra nuestras necesidades.

¡Muévete!En la encrucijada en la que nos encontramos como

especie, tan perjudicial es seguir por el sendero equivo-cado como no hacer nada por cambiarlo. La apicultura biodinámica ofrece una visión radicalmente diferente a la que se ha tenido de nuestra relación con la abeja en los dos últimos siglos. Sin embargo, sus propuestas encuentran fácil acomodo en nuestras convicciones en cuanto ponemos sus necesidades por delante de las nuestras.

Recobremos nuestra alianza con las abejas para recu-perar su vitalidad y de esa manera poder seguir alimen-tándonos con su regalo primordial: la polinización de los campos. L

Enjambre colgado de un olivo

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Cuaderno del huerto

Texto y fotos: CERAI Aragón. Equipo de Dinamización Local Agroecológica

Cuaderno del huerto

Texto y fotos: CERAI Aragón. Equipo de Dinamización Local Agroecológica

La primavera se acerca, se puede oler en el aire, ver en la luz o saborear en el plato. A medida que nos adentramos en ella vamos sumando olores y sabores que se relacionan con aquellos compuestos que se encuentran en los alimentos que cultivamos en el huerto, con las nuevas propiedades necesarias para el resurgimiento de la Naturaleza.

El florecimiento de las plantas silvestres de invierno junto con el cuajado de las flores de los frutales nos invita a adentrarnos, de nuevo, en la estación de la vida por excelencia. Expansión de las flores, resurgir de las mariposas de sus capullos invernantes y exuberancia del verdor de los vege-tales son muestras de que la vida ha renacido y la Naturaleza lo celebra exhibiendo sus mejores secre-tos a través de colores vistosos y formas diversas.

En la Naturaleza en primavera pasamos de un movimiento contractivo, de recogimiento, de quie-tud, de silencio acogido por días de niebla, a un movimiento de expansión, colores, olores, sabores, y bullicio que se adueñan del paisaje que nos rodea. La primavera todo lo mueve.

Este movimiento también lo vemos reflejado en las tareas de nuestro huerto y especialmente en el banco de semillas que tenemos en la tierra de labor. En este sentido podríamos llamarlo explosión, más que expansión, y su fuerza dependerá de la veloci-dad a la que va aumentando la temperatura del aire y, con ello, de la tierra. Por eso debemos tenerlo en cuenta, especialmente si sembramos directamente, ya que las plantas adventicias ejercerán una com-petencia importante. Muchas raíces, verduras y leguminosas se pueden comenzar a sembrar en este período. Recomendamos realizar falsas siembras e idear sistemas de siembra y plantación que nos faciliten las labores de escardado, especialmente en los cultivos de los que aprovechamos las raíces, ya que la siembra directa mejora su calidad.

Y, por supuesto, no debemos centrarnos en cul-tivar sólo aquellas plantas que nos comemos, sino también poner atención en plantas que alimentan otros sentidos.

Esta es nuestra tarea y este nuestro tiempo. Os deseamos un buen despertar.

Las labores de primavera

Los sírfidos, controladores de plagasSon insectos de gran interés pertenecientes a la familia de dípteros, y poseen una característica morfológica de la denominada mimetización batesiana. Es decir, que para su defensa buscan un notable parecido con abejas y avispas sin pre-sentar ningún tipo de amenaza real. Para diferenciarlos de estas hay que fijarse principalmente en los ojos, ya que en los sírfidos son considerablemente más grandes.

Existen cerca de 5.400 especies de sírfidos, agrupadas en 180 géneros y 3 sub-familias. En su estado adulto los sírfidos se alimentan principalmente del néctar y polen de las flores contribuyendo a la polinización, es por esto que se les cono-ce también como mosca de las flores. Su vuelo es muy característico, poseen una increíble capacidad de suspenderse en el aire totalmente y avanzar en cualquier dirección sin la necesidad de girar su cuerpo.

A nivel agronómico su mayor ventaja es la capacidad que tienen las larvas de la subfamilia Syrphinae de alimentarse de distintos insectos plaga como pulgón, mosquitas blancas, cochinillas y trips. Una larva de sírfido es capaz de consumir hasta 700 pulgones en 10 días. Estos insectos si no fueran controlados por las larvas de sírfidos además de causar un daño físico, podrían también ser vectores de transmisión de virus entre las hortalizas.

Los sírfidos controladores de plagas pueden estar en diferentes fases de desa-rrollo:

Huevos: son de color blanco y forma oval de 1 mm de largo y 0,25 mm de an-cho con la superficie cubierta por un reticulado característico. Las hembras de-positan sus huevos en las zonas protegidas más cercanas a sus presas existiendo una correlación entre el número de huevos depositados y número de pulgones presentes.

Larvas: son de coloración verde a crema, con forma de gusano en el que sólo se distingue una boca. Cuando alcanzan su máximo desarrollo dejan de alimentarse y se transforman en una pupa de 5 mm. Al cabo de 5 días emerge el adulto.

Existen empresas que se dedican a la comercialización de especies de sírfidos depredadores de plagas, principalmente de la especie Sphaerophoria rueppellii. De todas formas, lo más recomendable es favorecer las condiciones adecuadas en la huerta para el establecimiento de sírfidos depredadores nativos. Para ello lo mejor es mantener el máximo número de flores de diferentes colores y alturas durante el mayor tiempo posible del año. Por ejemplo, flores de lobularia maríti-ma, hinojo, caléndulas, jaramagos, romeros, madreselva, etc. Es muy importante que dentro del diseño de nuestra huerta dejemos que plantas cultivadas se vayan a flor, así como incluir plantas biodiversas que florezcan en distintas épocas del año en función de la climatología y del tipo de tierra de nuestras huertas.

Generosa acelgaNuestra tradicional acelga está considerada uno de los alimentos básicos en nuestra región. Es prima de la re-molacha y sus semillas se confunden con facilidad.

Existe una gran cantidad de variedades distintas: con pencas de distinto tamaño (más anchas o más finas) y de distinto color (blancas, rojas, amarillas); también presentan hojas con distintas tonalidades de verdes y amarillos.

Se adapta bien a cualquier clima y, si se sigue una buena planificación, se puede cosechar durante prác-ticamente todo el año. Aunque es bastante rústica sus hojas pueden “quemarse” con las heladas. En zonas frías se debe proteger el cultivo, ya sea cultivando en invernadero, con microtúneles o utilizando mantas tér-micas o paja. En zonas con viento es mejor plantarlas al resguardo de cortavientos para que no se deprecien las hojas.

Para conseguir una buena producción, y que la acel-ga forme hojas de buen tamaño, hay que nutrir la tie-rra generosamente (preferiblemente con compost ma-duro) antes de la siembra o plantación. Sin embargo, es recomendable no excederse en el abonado de cultivos que van a sufrir fríos intensos, ya que crecerán hojas demasiado grandes y débiles.

La acelga se adapta bien tanto a la siembra directa como a la realización de plantero. Si se siembra se puede realizar en hilera para un posterior aclareo con marco de plantación de 0,3 m x 0,5 m. Con la siem-bra directa el cultivo crece más fuerte y suele ser más duradero, ya que si se realizan plantones se rompe la raíz pivotante, necesaria para una óptima exploración de la tierra. Con la siembra directa habrá que tener más cuidado con las hierbas durante la primera fase del cultivo.

Para controlar las hierbas adventicias se pueden realizar binas o escardas mecánicas con regularidad, o preparar acolchados. Se debe prestar especial atención en las primeras fases de cultivo, hasta que la planta sea grande y las hojas sombreen gran parte del espacio.

Para la recolección, por norma general, se cortan las hojas más grandes conforme se necesiten, empezando por las periféricas y las que comienzan a amarillear; eso sí, se deben cosechar periódicamente para que las hojas nuevas crezcan con buen vigor. De esta forma el cultivo puede llegar a durar hasta más de 6 meses, cortándolo totalmente una vez comience la floración o con la llega-da del frío.

Las enfermedades más comunes son el mildiu y el oídio, las cuales podemos prevenir con una tierra fértil y equilibrada, espaciando más el marco de plantación o realizando tratamientos preventivos como el extracto de cola de caballo. Las plagas más comunes son los li-macos (babosas y caracoles) dañinas cuando las plantas son todavía pequeñas. En ese caso podemos controlar-las aplicando antilimacos ecológicos basados en fosfato de hierro. Luego será suficiente con vigilar y retirar el acolchado y si hay mucha humedad colocar pequeñas trampas (tejas bocabajo) y retirarlas a mano.

Conforme aumenta la temperatura se pueden sufrir daños producidos por la pulguilla (Chaetocnema tibialis), un pequeño coleóptero que en forma adulta alcanza los 2 mm de longitud y que presenta un color negro-verdoso con brillo metálico. Durante el día, al mover las hojas, se puede observar cómo salta el insecto, con-firiéndole su nombre común de pulguilla. Pasa la noche enterrado en la tierra y en días de calor se torna muy activo, realizando pequeños orificios en las hojas de la acelga. Estos daños pueden ser muy graves en las pri-meras fases del cultivo, incluso pueden obligar a resem-brar. Es difícil controlarlo con insecticidas ecológicos, por lo que hay que prestar especial atención a la pre-vención. Se deben eliminar las hierbas adventicias de la familia de las Brasicáceas (como la mostaza silvestre), ya que se alimentan de estas plantas y sirven de refugio. Regar a manta o por aspersión refresca el ambiente y ralentiza su actividad diurna. Y, por supuesto, se deben aumentar los niveles de fauna auxiliar.

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Acelgas en asociación con caléndulas

“Las flores son mariposas atrapadas por la tierra y las mariposas son flores atrapadas por el aire”

Johann W. von Goethe

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24 25La fertilidad de la tierra n˚80 La fertilidad de la tierra n˚80

Cuaderno del huerto

Las lombrices consiguen mejorar hasta el más alto nivel una tecnología ya de por sí magnífica. Añaden, sobre los beneficios y nutrientes del compost “convencional”, unas piezas clave que convierten al lombricompost (también llamado vermicompost y humus de lombriz) en una opción perfecta si queremos asegurar unos buenos resultados. Esta ingeniería que nos ofrecen las lombrices puede paliar problemas de acceso a materia orgánica de calidad.

La complejidad que puede presentar para las perso-nas entender la fertilidad la llevan estas maestras en sus genes tras millones de años coevolucionando con plan-tas y tierras diferentes. Al fin y al cabo, ellas dependen de la biomasa que producen plantas sanas, el interés es mutuo, no manda la competencia monofactorial.

Si nos atenemos exclusivamente al contenido numé-rico de nutrientes, que depende en gran medida de los materiales compostados, estamos perdiendo de vista detalles que hacen la diferencia. Los números no ali-mentan la planta sin ayuda de quien cocina, que son los microorganismos. Aquí está una de las claves del lom-bricompost o humus de lombriz y es que las lombrices saben cómo incluir en la receta hasta 10.000 millones de bacterias por gramo; entre ellas abundan fijadoras de nitrógeno atmosférico y solubilizadoras de fósforo que ponen a disposición nutrientes adicionales a los que aporta el humus de por sí. También abundan las bacte-rias nitrificantes (en consecuencia aporta nitrógeno en formas nítricas) que transforman picos de amonio que podrían quedar en nuestro compost y que el calor pri-maveral podría liberar bruscamente.

Por si fuera poco, incluso mejora la salud de nuestros cultivos protegiendo su entorno radicular porque, y una vez más, lo hacen combinando varios mecanismos de acción. Los ácidos húmicos, presentes en cualquier compost, estimulan el desarrollo radicular de las plan-tas y por tanto su salud integral. Las ingenieras de la fertilidad, en este caso, mejoran este efecto inoculando esa zona radicular con actinomicetos que protegen las raíces de parásitos oportunistas como Phytium y Fusa-rium. Completa este círculo virtuoso una dosis de hon-gos micorrícicos aderezados con azúcares y polímeros codiciados por microorganismos cada vez más arriba en la cadena trófica como hongos descomponedores.

A efectos prácticos esta combinación convierte al lombricompost en el fertilizante más fácil de usar. Po-demos aplicarlo en primavera sin miedo a que retrase los crecimientos o disponibilidades excesivas. Además, aportará a la tierra los ingredientes para un arranque primaveral sano y vigoroso.

Lombricompost, una combinación virtuosa

Elaboración y usos de las trampas de arroz

Trampa correctamente colonizada

Tierra muy diversa

Colocación de las trampas de arroz. Por debajo de la tapa asoma la malla

Las llamadas trampas de arroz las utilizamos princi-palmente para conocer la cantidad y diversidad de hongos que tenemos en un terreno. La identificación de la microbiología edáfica es un proceso complejo que requiere experiencia y formación específica. Cada vez hay más bibliografía y más formaciones específicas para adentrarnos en este apasionante mundo. Aunque, de una manera sencilla y general, cuanto más diversa sea la microbiología de nuestra tierra, es decir, cuantos más colores y formas aparezcan en nuestras trampas, más rica es nuestra tierra y, por tanto, más equilibrio y salud para la huerta. Es interesante ir conociendo los cam-bios en la microbiología de nuestra huerta a lo largo del tiempo, e ir observando cómo evoluciona y relacionarlo con las prácticas que realizamos, la productividad y la sanidad de nuestros cultivos.

¿Cómo se elaboran?1. En un recipiente metálico con capacidad para 2

litros, idealmente más ancho que alto, se pone a hervir una taza de agua y una taza de arroz agregándole dos cucharadas de azúcar blanco hasta que el arroz quede “al dente”, es decir, que se haya evaporado toda el agua pero que el grano de arroz continúe estando duro. Este proceso se emplea para disolver incompletamente la amilosa y la amilopectina, que son las dos cadenas largas de polisacáridos constituyentes de la molécula de almidón.

2. Una vez que el arroz está listo se deposita en un re-cipiente de vidrio o de plástico transparente de manera que cubra unos 2 cm del fondo. Lo tapamos inmedia-tamente para aprovechar la temperatura como método de eliminación de patógenos del recipiente.

3. Para la colocación de la trampa se prepara un tro-zo de malla mosquitera, de un tamaño mayor a la boca del recipiente, que se colocará por debajo de la tapa, y se sujeta con una goma asegurándonos de que la malla quede bien sujeta bajo la tapa.

4. La trampa se debe enterrar 5 cm por debajo de la superficie de la tierra a diagnosticar y marcar con una señal para su fácil identificación posterior.

5. Al cabo de 3 a 7 días, dependiendo de la tempera-tura y humedad del terreno, se extrae la trampa para ver el grado y diversidad de colonización.

Usos de la trampa de arroz1. Conocer la diversidad microbiológica de nuestra

tierra. Una vez terminada la fase de colonización (3 a 7 días, en función de la época del año), dependiendo de la diversidad de coloraciones y formas del micelio, podemos conocer la diversidad microbiológica que tiene esa tierra. A mayor diversidad de formas y colores mayor es la diversidad. Por lo tanto, es más resistente al desequilibrio de algún microorganismo específico.

2. Reproducir microorganismos benéficos de las zo-nas más saludables de la huerta, matorrales o bosques. Si conocemos zonas de nuestra huerta en las que el desarrollo de los cultivos es mejor que en otras pode-mos establecer una trampa de arroz para capturar esa microbiología y, posteriormente, multiplicarla para es-tablecerla en las zonas más pobres de la huerta o donde tengamos mayor problema de enfermedades. También podemos hacerlo en una zona arbustiva, matorral o bosque cercana a la finca donde no exista intervención humana y en la que los árboles se vean saludables. Una vez que se ha colonizado la trampa, cubriendo toda la superficie del arroz, se procede de la siguiente manera:

a) Si la superficie de la huerta no es muy grande (hasta 1.000 m2) se esparcen directamente los granos de arroz colonizados enterrándolos 5 cm por debajo de la superficie de la tierra sobre las zonas de cultivo deseadas.

b) Si la superficie de la huerta es entre 1.000 m2 y 5.000 m2 se vuelve a realizar la misma operación, pero como inóculo se utilizan directamente los granos de arroz colonizados de la trampa inicial. Estas trampas nuevas se almacenarán en oscuridad y entre 18 y 25 ºC de temperatura.

c) Si la superficie es mayor a 1 hectárea, la trampa de arroz inicial, con la microbiología deseada, se introduce en un recipiente de plástico con 100 litros de agua libre de cloro, añadiéndole 5 kilos de azúcar, 5 litros de leche UHT y medio kilo de ceniza de madera. Se oxigena con una bomba de pecera durante 24 horas, se filtra y se aplica vía riego por la noche diluido al 20%.

3. Identificar la fauna microbiológica que está dañan-do a nuestros cultivos. Si tenemos plantas en nuestra huerta que sufren de marchitamiento, manchas de co-lor marrón o presencia de zonas más oscuras podemos utilizar una trampa de arroz como diagnóstico para saber qué tipo de hongo les está afectando. Con un microscopio básico se puede identificar a través de las estructuras del micelio el hongo que esté afectando a nuestro cultivo.

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27La fertilidad de la tierra n˚80

de LaTIERRAa laMESA

INFORMACIONES EN TORNO AL MOVIMIENTO DE AGRICULTURA ECOLÓGICA

La construcción es sencilla y sólida, con piedra del lugar y su tejado de arcilla amasada y cocida cerca, todo ello ensam-blado entre personas vecinas, entrelazadas por la necesidad

mutua de ayudarse. Se mantiene en su honestidad vertical por el saber hacer del constructor que eligió el momento, y la forma y altura, asi como la posición exacta para que el sol ilumine su interior cada mañana. Nada es casual, y menos los fresnos plan-tados de manera que nunca se han sentido solos. Arquitectura hecha para durar en la belleza, con esa economia de medios que reclama la vuelta del ganado que nunca debió ser recluido, y las

bondades de su presencia y su estiércol. Sabiduria y dignidad rural a la espera de que la agricultura vuelva a ser presencial y consciente. Hasta la piedras reclaman el regreso de jóvenes ganaderos y ganaderas ecológicas que retoman la identidad y el norte de sus abuelos para venirse con su bagaje de conocimien-tos técnicos a la práctica de lo que les atrae y es la base de todo. Piedras talladas que ven más cerca el fruto de la generosa tierra sembrada de nuevo con consciencia y respeto, asentados los pies en ella y con los ojos abiertos al presente y al futuro, con otra mirada.

Con otra mirada

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Ven y cambia el mundo: consume bio y local

BARCELONA Palau St. Jordi 7-10 de mayo www.biocultura.org

Organiza

ASOCIACIÓNVIDASANA

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28 29La fertilidad de la tierra n˚80 La fertilidad de la tierra n˚80

ACTUALIDADSegún un estudio del Centro Nacional de Investigación Científica francésLos fungicidas utilizados en numerosos cultivos son tóxicos para la salud humana

Un grupo de médicos e investigadores franceses ha pu-blicado un estudio en el que confirman la toxicidad para las personas de los fungicidas Inhibidores del Succinato

Deshidrogenasa (SDHI). Este tipo de plaguicidas, autorizados por Europa desde la pasada década, se emplean para eliminar los hongos y se utiliza masivamente en diferentes cultivos (cereales, colza, espárragos, hortalizas, frutales, viñedos…). El informe ha sido publicado en noviembre en la revista cientifica PLOS One.

Los SDHI bloquean la respiración de las células fúngicas, in-hibiendo la actividad de la enzima SDH, pero “también la de las abejas, las lombrices o los seres humanos”, advierten los investi-gadores, para quienes una disfunción de la SDH “está asociado a graves patologias” porque los SDHI provocan “un estrés oxi-dativo de las células humanas, llevándolas a morir”. El informe determina que, si bien los SDHI de última generación –que se acaban de lanzar al mercado– no bloquean la enzima SDH, si que lo hacen con otros elementos de las mitocondrias (estruc-turas intracelulares responsables de la producción de energia de las células), lo que les vuelve peligrosos. “La alteración de mito-condrias conlleva un sinfin de enfermedades oculares, cardiomio-patias, encefalopatias, párkinson, alzhéimer, enfermedades en los niños… Pueden aparecer a cualquier edad y afectar a todos lo órganos. Se manifiestan de manera diferente en cada persona y su evolución es imprevisible”, alertan.

Muy resistentes y muy tóxicosEstos fungicidas son fabricados por las grandes empresas

agroquimicas, posicionadas en este mercado “que parece ser financieramente atractivo”. En esta tesis, los cientificos han ana-lizado los efectos de ocho SDI “utilizados en todos los cultivos” –los comúnmente conocidos flutolanil, fluopyram, boscalida, fluxapyroxad, penflufen, pentiopirad, isopirazam y bixafen– en la actividad mitocondrial de cuatro materiales biológicos, es decir, en células cultivadas en humanos, lombrices de tierra, abejas y hongos.

De estos ocho productos, en el Estado español están todos autorizados y en uso, excepto el penflufen. Y la salida al merca-do de nuevos plaguicidas basados en estas sustancias es cons-tante. Por ejemplo, una de las grandes compañias del mercado presentó en el Campus de Fungicidas de Cereal –celebrado en Valladolid y Vitoria en 2018–, ante más de 200 técnicos y agri-cultores, su último fungicida “estrella” formulado con Benzovin-diflupir, otro SDHI permitido en nuestro pais.

El uso de estos plaguicidas no exige utilizar grandes canti-dades porque “son muy resistentes y muy tóxicos” y sus efectos no son especificos del objetivo pretendido, sino que “provoca una catástrofe ecológica y sanitaria ya que matan todo, no solamente los hongos”, como declara Pierre Rustin, director del Centro Nacional de Investigación Cientifica (CNRS) de Francia, en una entrevista concedida en noviembre al periódico francés

Libération. Rustin añade que “los fabricantes conocen que estos plaguicidas tienen una aplicación más general porque los ven-den para matar los nematodos (es decir, se registran también como nematicidas), como los gusanos blancos que infectan los campos de fútbol o golf” y, además, revela “que se utilizan de forma preventiva”. “Se tratan campos con altas dosis sin saber si son útiles o no. Nadie trata a sus hijos con antibióticos todos los dias, pero en los cultivos si se permite. ¡Es increible!”, denuncia.

Llamada a vigilar su usoPara Rustin, la Agencia Nacional de Seguridad Sanitaria

francesa (ANSES) tenia que ser consciente que desde 1976 los cientificos vienen describiendo los SDHI como “hipertóxicos para los mamiferos”. En las declaraciones al diario francés Rustin recuerda que "cuando se pone en circulación una molécula tóxica, siempre se verifica qué efectos tiene en los humanos. Esta es la base”. Por tanto, los investigadores demandan una reacción inmediata por parte de la ANSES, para quien estos datos “no aportan elementos suficientes para activar una alerta sanitaria por la salud humana y del medioambiente”, aunque si hace una llamada “a vigilar el nivel europeo e internacional de su uso”.

La Agencia señala también la necesidad, a raiz de este estudio, “de reforzar la investigación sobre los potenciales efectos toxi-cológicos para las personas”. Para ello, se ha comprometido a seguir los trabajos “para documentar mejor las exposiciones a través de los alimentos, el aire y la tierra, y para detectar posi-bles efectos sobre la salud en el campo a través de los sistemas de vigilancia existentes”. La ANSES dará a conocer los resultados de esta investigación en el primer semestre de 2020. Para el director del CNRS, “afirmar que no hay peligro es inaguantable” y como cientifico hace una advertencia, “la ANSES debe tener en cuenta de inmediato esta situación clara y evidente, en la que no cabe ninguna ambigüedad, y prohibir el uso de estos fungici-das inmediatamente”, exige Rustin. L

ACTUALIDAD

Crece con fuerza el movimiento social ¡Ya basta! 27.000 personas defienden una reforma agraria europeaPor noveno año con-

secutivo, activistas pertenecientes al mo-

vimiento Wir haben es satt! (¡Ya basta!) –que aglutina a defensores de los agricultores, de la buena alimentación y del medioambiente– reivindi-caron reformas en el sis-tema agricola de la Unión Europea con el objetivo de proteger la biodiversidad y el clima, y de apoyar a las granjas en esta transición.

En esta ocasión fueron 27.000 personas las que tomaron las calles de Berlin mientras representantes de la agroindustria celebraban la inauguración de la mayor feria internacional de agricultura, la Internationale Grüne Woche (Semana Verde Internacional de Berlin). Entre los manifestantes se encontraban cientos de pequeños agriculto-res, tanto ecológicos como convencionales, con sus tractores, y personas de toda Alemania y de otros 12 paises de la UE. Entre otras consignas, los manifestantes pidieron un veto al acuerdo comercial UE-Mercosur, y exigieron un comercio internacional

justo y la implementación de los derechos de los campesinos para proteger a los pequeños agriculto-res de todo el mundo.

Para Wir haben es satt!, los ciudadanos y los agri-cultores tienen que unir fuerzas para pedir el fin de la pérdida de las comu-nidades agricolas y de la naturaleza. Añaden que las politicas agricolas adecua-das para las generaciones futuras deben apoyar in-gresos justos para los agri-

cultores, defender el bienestar animal y la protección de los insectos y proporcionar alimentos saludables.

Este movimiento, que promueve alternativas para un sistema agricola más ecológico y comunitario, cada año crece con más fuerza. Sobre todo gracias a la cooperación con la campaña Good Food Good Farming, una alianza de la sociedad civil que nació en 2012 para movilizar a los ciudadanos europeos a favor de una Europa más sostenible y un sistema alimentario sustenta-do en los pequeños agricultores. L

Se busca reducir las emisiones producidas por el sistema alimentario actualCentros de innovación para un sistema alimentario sostenibleTransformar los sistemas europeos alimentarios mediante

mecanismos que combinen, amplien y multipliquen las in-novaciones para conseguir sistemas alimentarios sostenibles

es el objetivo del nuevo proyecto Horizonte 2020 de la Unión Europea, el FoodSHIFT2030. Iniciado el 1 de enero de 2020, este proyecto lanza una ambiciosa transición impulsada por los ciu-dadanos “hacia un futuro circular bajo en carbono que incluye un menor consumo de carne y más dietas basadas en vegetales”.

El proyecto FoodSHIFT2030 consiste en la creación de los llamados Laboratorios Aceleradores FoodSHIFT en nueve paises, entre ellos el Estado español. Cada uno de estos centros tiene su propio enfoque de innovación desarrollado, desde la base, por los actores implicados en el sistema alimentario local –de los ámbitos privado, público, académico y voluntariado–. Algunos de estos centros buscan convertir a las escuelas en sistemas de transformación alimentaria, integrar a los productores tradicio-nales y locales en el cambio hacia un innovador sistema regional alimentario, lograr que la compra pública y las cocinas profesio-nales encabecen un sistema alimentario sostenible o desarrollar soluciones para la producción local en las ciudades del futuro.

Durante los próximos cuatro años se espera que los centros aumenten los niveles de preparación tecnológica y social de

las innovaciones existentes en el sistema alimentario para maxi-mizar su impacto entre los ciudadanos. Este conocimiento se intercambiará entre los nueve paises y después se extenderá a 27 ciudades a través de la creación de Laboratorios Facilitadores FoodSHIFT. “Con esta conexión la transferencia de conocimiento continuará más allá de la vida útil del proyecto y contribuirá a la rápida transición que requiere el sistema alimentario para 2030", explican desde la Universidad de Copenhague, coordinadora del proyecto. También se organizará una conferencia sobre Innova-ción del Sistema Alimentario en Barcelona abierta al público.

La UE, añaden, está liderando el camino con su compromiso de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en-tre el 50% y 55% para 2030. Este proyecto “contribuirá a reducir las emisiones” producidas por el sistema alimentario actual, que representan entre un 20% y un 30% del total.

FoodSHIFT2030 nace del compromiso de la UE con los Objeti-vos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas. También participan 6 ONG, 6 institutos de investigación, 11 pymes y 7 municipios de once paises. “Necesitamos trabajar juntos en este camino de transición hacia un sistema alimentario. Necesitamos fortalecer la cohesión entre lo urbano y lo rural consiguiendo unas ciudades y áreas rurales más habitables”, declaran. L

En las pancartas principales se podian leer: Abordar el cambio agricola. Agricultura y socie-dad mano a mano. Foto: Alexander Puell/www.wir-haben-es-satt.de

www.foodshift2030.eu

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30 31La fertilidad de la tierra n˚80 La fertilidad de la tierra n˚80

INICIATIVASDonde más proveen de alimentos ecológicos es en los comedores infantilesCentro de acopio de alimentos ecológicos Ekoalde

Ayudar a los productores a comercializar sus productos y llegar a más clientes es el objetivo de la asociación Ekoal-de a través del Centro de Acopio de Alimentos Ecológicos

Ekoalde. Inaugurado el año pasado, este centro es el resultado de un análisis de INTIA y CPAEN sobre las necesidades del primer sector en el ámbito ecológico en el que quedó palpable la difi-cultad existente en la comercialización. “Los productores tienen vocación para la producción de alimentos de calidad, pero todas las demás actividades adheridas a la comercialización resultan una gran carga”, explica Aitor Pinillos, coordinador de Ekoalde.

Ekoalde cuenta con 57 productores asociados y se define co-mo una asociación sin ánimo de lucro, participativa, asociativa y democrática. Sus pilares los marcó un grupo de trabajo formado por algunos de estos productores que decidió qué forma darle y cómo organizarse. Asi, se acordó que el centro era la herramien-ta necesaria para disminuir su carga de trabajo ocupándose de la gestión de los pedidos, la logistica, el transporte e, incluso, de la facturación. Además, les ofrece nuevas vias de comercializa-ción como los comedores escolares y otras colectividades a las que individualmente seria muy complicado acceder. “Se trata de aunar fuerzas y ser más eficientes y esto tiene un valor, tanto en el tiempo como en el servicio”.

El centro de acopio puede confundirse con una distribuidora de productos al uso, pero desde Ekoalde quieren dejar claro que ellos son una prestadora de servicios cuyo objetivo es ayudar a los mismos productores. “Ekoalde no busca lucrarse de la comer-cialización, sino ser una herramienta útil para el agricultor. Por ello, los márgenes aplicados son muy reducidos, lo necesario para cubrir la actividad de la asociación”, aclara Aitor. A nivel operati-vo, el centro no compra stock, sino que pone a disposición de los socios un espacio para guardar sus productos y, a medida que se van vendiendo, se va facturando. Y en el caso del fresco, se tra-baja sobre pedido. “Somos una herramienta”, recalca.

Referencia para el consumo ecológico y local Para el cliente, Ekoalde quiere ser una referencia para aquellos

que quieran conseguir producto ecológico y local, e impulsar su consumo. Operan en Navarra y en Gipuzkoa, van a empezar en Iparralde (Francia) y hay “predisposición e interés” en Álava; trabajan con asociaciones de consumidores, grupos de consumo, bares y restaurantes, comedores escolares, tiendas, catering… “Los sectores donde movemos más producto son las escuelas y las tiendas”, comenta Aitor, pero, añade, al ser una asociación tan reciente “es pronto para sacar conclusiones sobre qué publi-co objetivo es el más interesado o dónde hay mayor demanda. Hay que ver los siguientes meses cómo va todo”.

En los primeros meses de trabajo se dio prioridad a poner en marcha el proyecto, dar forma a las ideas, la búsqueda del local y el desarrollo de la página web, el programa de gestión… Fue una etapa de probar, ver cómo funcionaban y adaptarse lo mejor posible a lo que querian hacer, precisa Aitor, en la que contaron con el apoyo de las instituciones públicas CPAEN, INTIA y AEN. Hoy en dia Ekoalde es independiente y autosuficiente.

Se quiere incorporar una tercera persona, incluir un segundo dia de entrega de pedidos y buscar más productores que se su-men a la asociación. “Ahora, por el aumento del negocio y de la actividad, estamos haciendo un acercamiento a más producto-res, sobre todo en aquellas familias de productos en los que hay menor oferta”. Otro de los retos futuros es el de “programar cul-tivos y organizar la oferta”, y seguir utilizando cajas plegables y reciclables, “detalles auxiliares, pero directamente relacionados con la conciencia y el mundo ecológico. Tratamos de hacer circulos más eficientes y respetuosos con el medioambiente y válidos para el dia a dia”, concluye. L

www.ekoalde.org

Ekol

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Un sector donde Ekoalde más provee de alimentos ecoló-gicos es el de los comedores infantiles. En Pamplona, el ayuntamiento sacó a licitación el comedor de las Escuelas Infantiles Municipales, que incluye 11 centros de 0 a 3 años, Ekoalde se presentó y resultó adjudicataria del servi-cio de gestión logistica y transporte.

Este proyecto, denominado Hemengoak-De aqui, tiene un coste de 650.605 euros, de los que 562.696 se destinan a la compra de alimentos. Ofrece 1.106 menús diarios y la totalidad de carne, lácteos, pan, aceite, huevos, legumbres y arroz son ecológicos. Las frutas y hortalizas son frescas y de temporada, superando el 60% en ecológico. En total, se suministra un 80% de alimentos ecológicos. El 53% se compra directamente a personas productoras de Navarra y el 80% se compra en circuito corto, es decir, sólo intervie-ne un intermediario.

Además, Ekoalde está trabajando con otras tres escue-las, tienen tres proyectos piloto en marcha y hay “interés en más centros”. “Al llevar tan poco tiempo, no podemos abarcar todo y vamos poco a poco. Pero cada vez hay más interés y conciencia por los alimentos ecológicos en este ámbito”, afirma Aitor.

1.106 menús diarios en once escuelas infantiles

Seminario Estatal de Agrocompostaje y experienciasAgrocompostaje para mejorar la fertilidad orgánica de la tierra

El agrocompostaje es una modalidad de compostaje muni-cipal realizado en fincas agrarias en las que se procesan residuos sólidos urbanos generando con ellos un compost

que, después, aplican a sus cultivos. En el Estado español uno de los precursores de esta modalidad es el grupo CAM Agro-composta –Comunidades Agrocopostadoras de Madrid–, que en noviembre organizó el Seminario Estatal de Agrocompostaje y Gestión de Biorresiduos Urbanos. El objetivo fue tratar el reto que supone descentralizar la gestión de la fracción orgánica de los residuos sólidos urbanos (RSU) –la UE ha marcado que para 2035 el 65% de los RSU deben ser recuperados–, asi co-mo la economia circular de la materia orgánica, y el enfoque agroecológico.

Desde CAM Agrocomposta defienden que este modelo opti-miza la eficiencia económica, social y ambiental en la gestión de los biorresiduos municipales, proporciona mayor calidad del pro-ducto final, menores costes y menos emisiones de gas de efecto invernadero, “y se mejora la fertilidad de las fincas y se palia la erosión de la tierra”. Los RSU recogidos o bien se llevan a unas plantas diseñadas para el agrocompostaje o bien se llevan di-rectamente a fincas agricolas y ganaderas de proximidad donde son los propios agricultores quienes realizan el compost.

Un ejemplo es el proyecto municipal Madrid Agrocomposta de educación ambiental. En este proyecto, diferentes comedores escolares y de empresas disponen de bidones donde echar los residuos orgánicos. Estos bidones se recogen y se llevan a dos huertas agroecológicas de proximidad para que hagan compost que luego aplican a la tierra.

Asimismo, durante el Seminario se expusieron diferentes proyectos en agrocompostaje y gestión de biorresiduos urbanos en varias Comunidades Autónomas, mediante zoocompostaje, composteras comunitarias, recogida en quinto contenedor y/o puerta a puerta. L

www.agrocomposta.org

SEMBRANDO TEMPESTADESTexto:

Gustavo Duch

Discurso ante la Asamblea de las Naciones Unidas *Señoras, señores, les agradezco su invitación para intervenir en

este foro y como ya no hay tiempo para darle más vueltas ni alargar los debates, les contaré aqui, sin puntos donde dete-

nerme y pocas comas donde respirar –que también se nos agota el aire– la breve historia del porqué del fin de la humanidad a la que nos estamos conduciendo, con la acientifica esperanza que acontecimientos impredecibles o imprevisibles aprendizajes sensatos nos permitan orillar a tiempo, y empiezo por el principio para señalar que todo empezó cuando... estábanse los banqueros en una comida de negocios pensando cómo hacer negocios con la comida cuando, después de muchos platos derribados y vinos ingeridos –¡eureka!– encadenaron la secuencia perfecta que llenaria sus bolsillos de cheques de lingotes de oro puro, “cubri-remos las mejores tierras fértiles con varios palmos de asfalto, haremos que esas madres infinitas queden secas para siempre y les llamaremos ciudades”, resolvieron, “y posteriormente saldre-mos a la captura de aquellas personas que poseen, cual magas o meigas, la sabiduria de cultivar alimentos y, camuflado bajo una manta de lamentos de éxodo rural, tejeremos un proceso de deportación colectiva de sus pueblos a dichas ciudades de manera que sólo tendremos que ocupar sus campos e insta-lar alli factorias de alimentos que acelerados con venenos se producirán en cantidades tan ingentes que a precios ridiculos facilitarán el engordamiento y la reproducción de los citadinos, que se multiplicarán al mismo ritmo que nuestros negocios de suministros alimentarios, es decir, daremos lugar a una explosión demográfica de seres sin acceso a los bienes que garantizan la vida desprovistos de los conocimientos básicos para su vida en libertad” y, como advirtió un comensal, “sin riesgo de revuelta pues habremos finiquitado –¡carambola!– las fórmulas de auto-gobierno popular”, y como todo esto es cierto, es bastante obvio, señores y señoras, que ustedes desde sus respectivos gobiernos deben dejar de lado sus falsas soluciones y sus castillos en los aires para apoyar, apoyar y apoyar el retorno a la vida rural en pequeñas comunidades sabiamente autoadministradas y sobria-mente autosuficientes, gracias.

(*) Por si nunca me invitan, diganme previsor. Versión integra.

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33La fertilidad de la tierra n˚8032

SABER Y SABOR

Texto: Ismael Ferrer Pérez

La sabiduría hortelana

La Verdura Tiene CorazónTexto: Laura

Ibarra Telenti

Algunos dias hago milagros. Me levanto temprano y, antes de que asomen las fieras la nariz, ya tengo la lavadora puesta con sus ropas llenas de barro asturiano y escrito el texto semanal

que lanzo con el pedido de verdura.Mientras ellos ven no sé qué cosa rara en YouTube, distraida voy

echando un puerro, una zanahoria... y al poco empieza a girar el pitorro de la olla, con fabitas negras que tan feliz pelaba mi abuela cada verano.

Salimos dando voces, corriendo para la escuela, 500 m de pregun-tas, gritos, canciones, riñas –según el dia–, a veces hasta caidas, y de nuevo las ropas llenas de barro y vuelta para casa y luego la maestra, ¡qué rigida puntualidad exige! Y nosotras que nos amoldamos como podemos.

Vuelvo tranquila mirando el mismo paisaje tan cambiante que llevo viendo quince años y que nunca me cansa. Desde el año pasado ya no recordaba los colores del otoño, ni cada mañana la luz que asoma cuando se aparta la niebla.

Luego las tareas, la casa, la ropa, mientras sale poco a poco la sidra dulce y lavo las botellas, y las hiervo, y despacio voy envasando porque todo lleva su tiempo, y luego bajo a colgar la lana que llevo un par de dias lavando en la fuente. Porque resulta que otra vez me dio por hilar, aunque no tenga ningún sentido.

Empiezo a estresarme porque aún tengo 800 cebolletas por plantar. Menos mal que este año puse papel de ese antihierbas tan estupendo y ya tengo preparados los bancales. A ver si para enero se puede arar y echar algo de escanda, un poco para mi y el resto para los pájaros…

Y asi discurren rápido las cuatro horas libres que me deja el bendito colegio. Voy acabando el tema de las botellas de zumo de manzana, tengo la lana secando, la ropa tendida, la comida lista, los animales atendidos, las cebolletas plantadas, la casa aparentemente limpia. Las visitas que vienen a mi casa por suerte también tienen polvo en sus casas porque dedican el dia a múltiples tareas carentes de sentido a primera vista, pero en el fondo indispensables para estar sana mentalmente, como por ejemplo hilar lana –¡que además no veas la de polvo que sale!– o escoger fabas, o pelar un palo y conver-tirlo en una espada.

A las dos y media en punto consigo estar en la puerta de la escue-la que resiste viva con sus ocho niños, duchada y con ropa limpia. Un milagro…

Sobre la autoraEs agricultora ecológica de la montaña asturiana, donde hace venta directa.

Algunos días hago milagros

La palabra humildad viene de humus, de esa tierra negra, fértil, que es la base y sustento para producir alimentos. Si la semilla es la humildad, el fruto es la sabiduría.

Sólo los hortelanos conscientes, aquellos que obser-van la huerta como una parte de ellos mismos, que a la vez se sienten parte del todo, que se nutren de la verdadera sustancia que ofrece la tierra a través de sus alimentos, sólo ellos tienen la capacidad de reco-nocer la sabiduría, una comprensión que va más allá del conocimiento individual, como discernimiento en-tre lo justo, lo sagrado y el amor a la vida.

Renovar y edificar la cultura hortícola en la socie-dad moderna es una tarea que concierne a todos. La sabiduría hortelana es la auténtica valedora de ese maná que nutre los estómagos y las células, que con-juga conocimiento, biodiversidad, adaptación, innova-ción, sostenibilidad y transversalidad, es una obra de creación que forma parte de cada ser humano. No comprender esto es involucionar.

La sabiduría hortelana no se enseña ni se trasmite, es acceder a espacios donde la verdad tiene su reino, hay que vivirla y experimentarla para poder expre-sarla fuera. Es la siembra de consciencia, el actor principal de los ingredientes que conforman un plato. Cuando no se entiende esta verdad ocurre la reali-dad que acontece en el recién inaugurado siglo XXI, que el vínculo tierra-mesa se destruye y se polariza.

La sabiduría hortelana no contempla una cocina de estrellas y otra sin estrellas, una cocina a base de alimentos lejanos y adulterados, ni una cocina de ricos y otra de pobres, ni tampoco un mundo con

hambre. La cocina inicia su carácter efímero unos meses antes, y por ello la labor de los sabios horte-lanos es pieza clave e irreemplazable en la confor-mación de la cultura gastronómica identitaria de un territorio.

Ella convive con el latido de la Naturaleza, surte a las mesas de lo que produce la tierra de manera sostenible, no está bajo las necesidades impuestas por mercados, modas de la sociedad y apetencias de los cocineros. Es heredera de las civilizaciones que se hicieron sedentarias, el resultado de la confluencia de muchas variables y de la intuición del ser humano por sacar lo mejor de sí para ofrecerlo a los demás. Representa armonía, equilibrio, belleza, orden, sa-bor, identidad, humildad y amor en la huerta y en el planeta; se entristece ante la inconsciencia y pér-dida de identidad de quienes sólo atisban a ver una ínfima parte del alimento y se quedan con una sola cualidad de todas las que posee: “rendimiento econó-mico”, sin ver la totalidad donde se encuentra la ver-dad y la vía para el cambio de modelo alimentario.

Es la capacidad que uno tiene de cambiar, de adaptarse, de reconocer la gran verdad, para tomar las decisiones más justas con uno mismo, con el co-lectivo y con los demás reinos de la Naturaleza. Pro-mover el valor material que representa la sabiduría hortelana en la sociedad es un papel de primer or-den. Recuperar el propósito que esta profesión signi-fica para el mantenimiento de la biodiversidad local será una victoria para el mundo actual.

Ya lo dijo Lao-Tse: “Conocer a otros es Inteligen-cia, conocerse a uno mismo es Sabiduría”. L

Se celebra del 14 al 17 de octubre en Palma de MallorcaSoberanía alimentaria y Emergencia climática, tema del XIV Congreso de SEAE

La Sociedad Española de Agricultura Ecológica (SEAE) celebra su XIV Congreso Bienal en Palma de Mallorca, del 14 al 17 de octubre, con el titulo Soberanía alimentaria y Emergencia

climática, como una “oportunidad única” para abordar ambas cuestiones, imprescindibles, para la transición agroecológica de nuestro sistema agroalimentario. La situación de emergencia climática y ambiental, subraya la SEAE, reclama respuestas ur-gentes por parte de todos los ámbitos de la sociedad “que vayan más allá de los compromisos en papel y los grandes acuerdos con objetivos a largo plazo”.

Los impactos del cambio climático son ya una realidad que afecta especialmente a la producción y al acceso de alimentos y pone en peligro nuestra seguridad alimentaria y nutricional. Como contrapartida, “la producción ecológica y la agroecologia se sitúan como los mejores garantes del derecho a una alimen-tación sana y segura, además de una estrategia demostrada de mitigación y adaptación al cambio climático”, recuerda la SEAE. Se ha escogido Palma de Mallorca como sede, añaden, porque posee “una potente red de productores ecológicos que suponen un modelo para otros territorios” y además es la Comunidad Autónoma “con mayor porcentaje de crecimiento en superficie ecológica que mantiene su aumento en estos años tanto en su-perficie como en operadores”.

Está previsto que el Congreso reúna a más de 200 personas entre investigadores, técnicos, asesores, elaboradores, distri-buidores, ambientalistas y consumidores. Por ello, desde SEAE estudian cómo compensar las emisiones de carbono de los desplazamientos peninsulares e internacionales previstos para que reviertan en acciones de producción ecológica. Para su or-ganización se contará con la colaboración, entre otras entidades, de la Universidad de las Islas Baleares (UIB), sede del evento, la consejeria de Agricultura y Alimentación del Gobierno autonó-mico y diferentes consejos y asociaciones locales de producción ecológica. L

www.agroecologia.net

La “Judia del Sancho” –sin hilos, verde, con rayas rojas o moradas– la cultiva Félix Yus Burriel en Muniesa (Teruel) a 780 m de altitud en secano, a 45 ºC por el dia y 14 ºC por la noche. Para fresca o ensartada para secar. Se come hervida y aliñada con un ajo crudo y una raya de aceite (http://alimentaciondelpresente.com).

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36 La fertilidad de la tierra n˚80

LA BUENA COCINA

Texto y fotografía: Luciano Villar

Chalotas en dos texturas Las chalotas o Allium ascalonicum son parientes directos de la cebolla, el ajo y el puerro y son ori-ginarias del Turkestán, en Asia Central. Con las migraciones humanas llegaron por el este a Asia y por el oeste al Mediterráneo. Su fuerte aroma y su sabor, a medio camino entre la cebolla y el ajo, las ha hecho muy apreciadas en la cocina desde hace milenios. Especialmente en la cocina francesa, donde no puede faltar en las salsas de carne. Se dice que los cruzados las trajeron a ese país desde la ciudad de Ascalón, en la actual Israel, y que incluso antes, en el s. IX ya se cultivaban en los jardines de Carlomagno. Su buen comportamiento durante el cultivo y sus cualidades gastronómicas las han extendido por todo el planeta

B6, B9, C, fósforo, magnesio, potasio, cobre, manganeso y en especial el hierro. Y especialmente en flavonoides y compuestos polifenólicos con acciones antioxidantes, así como algunas enzimas, cuyos contenidos son superiores a los de las cebollas o los ajos, como la quercetina, el kemferol, la alicina o el furostanol saponina.

Especialmente si se consume cruda, todas esas sustan-cias confieren a las chalotas efectos beneficiosos sobre la digestión, diuréticos, como fluidificante sanguíneo, hipoglucemiante, como regulador del colesterol malo, para reducir la retención de líquidos, como antiséptico y antibiótico, y como ayuda para reducir la presión san-guínea. Algunos extractos se han estudiado también por su efecto antiinflamatorio en algunos tipos de tumores.

En la cocina resulta chocante que, siendo tan peque-ñas, huelan tan fuerte al pelarlas y hagan llorar con facilidad. Por lo demás, comparte todos los usos de la

Hay tres grupos de variedades, las “Pequeñas” o comunes, las “Gruesas de Alençón” y las “Jersey”. Entre ellas, hay cultivares de color morado, mora-do verdoso, rojo rosado, marrón rojizo, amarillo,

blanco y gris, estas últimas muy apreciadas por su aro-ma y sabor.

A diferencia de la cebolla, que cría un único bulbo, las chalotas producen entre 2 y 10 bulbos de 5 a 25 g por cada uno que se plante. Dependiendo de lo cálido del clima, lo harán entre 3 y 5 meses después de la siembra, que puede hacerse a finales del invierno y del verano, si el clima es cálido. Soportan bien el calor y el frío pero no el exceso de humedad.

En cuanto a su aporte nutritivo no destaca por ningún macronutriente y es muy baja en calorías. El halo sagra-do y curativo que tuvo en la antigüedad está respaldado por su contenido en micronutrientes como la vitamina A,

cebolla, aportando su sabor característico. En Francia es imprescindible en las salsas de carne, pero la usan con todo. Son un clásico las chalotas confitadas con azúcar o miel, aceite o mantequilla, algún vino o champán y algo de vinagre o especias. Preparadas así se utilizan a menudo como guarnición. Picadas en una vinagreta, la transformarán con su olor después de unos minutos de reposo. En crudo se suelen añadir picadas al queso fresco, a las ensaladas, como terminación de una sopa, en las legumbres, sobre pescados y carnes. Y sofritas pueden formar parte de cualquier receta.

Si en ensalada resultan algo fuertes, pueden mari-narse, como hemos hecho en nuestra receta, con agua u otro líquido, sal, azúcar y limón o vinagre. Después de 15 minutos se habrán suavizado. Aumentando la cantidad de esos ingredientes, pueden encurtirse y nos durarán meses en la nevera, listas para acompañar cual-quier plato.

A la hora de comprarlas debemos elegir piezas duras y firmes, sin manchas de mohos, que les atacan con cierta facilidad. Deben conservarse en un lugar fresco y seco, si es posible protegidas de la luz. Pero, si aún así brotaran, los brotes verdes pueden usarse como el cebollino, y la chalota estará en perfectas condiciones de consumo.

ENSALADA VERDE CON NARANJA, POMELO Y CHALOTA EN DOS TEXTURAS

Ingredientes para 4 personas• 150 g de hojas verdes: rúcula, espinacas, escarola, lechuga, etc.• 1 pomelo rosa grande• 2 naranjas de mesa grandes• 8 champiñones crudos• 4 alcachofas, cocidas y a la plancha, en trozos• 4 chalotas• Media cucharadita de sal• Media cucharada de azúcar moreno o panela• 1 cucharadita de vinagre• 4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra

Preparación Se exprime una naranja. Se pelan y cortan las chalotas en rodajas. Los aros grandes se reservan. El resto de trozos más pequeños se marinan con el zumo de esa naranja, la mitad de la sal, el azúcar y el vinagre.

Se pelan y cortan la otra naranja, el pomelo y los champiñones.

Se pasan por harina los aros grandes de chalota reser-vados y se fríen en aceite fuerte. Se reservan.

Se monta la ensalada. De base las hojas verdes; des-pués la naranja y el pomelo troceados; los champiñones laminados; las alcachofas y la chalota marinada. Se aliña con el jugo de la marinada y el aceite y se corona con los aros fritos. L

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INTERECO informa - PRIMAVERA 2020(Normativa de producción ecológica y otros asuntos relacionados, publicado en el número 80 de La Fertilidad de la Tierra)

Documentación disponible en CIRCABC: https://circabc.europa.eu/ui/group/b93fcca8-8933-43da-9800-ab9694a94978

Consultad siempre las dudas con vuestra autoridad de controlEl Reglamento también es vuestra referencia.

En nuestra web (www.interecoweb.com) encontraréis más información.

C/ Espinosa nº 8 - despacho 206 • 46008 Valencia • Tel. 963 512557 [email protected] www.interecoweb.com

INTERECO Asociación sin ánimo de lucro de las Autoridades de Control de la Producción Ecológica

NUEVO REGLAMENTO DE PRODUCCIÓN ECOLÓGICA (PE) – R(UE) 2018/848

NORMATIVA DE INTERÉS

¿Tienes controladas las últimas modificaciones de la normativa europea? A 17/02/2020 son:

Última modificación desde su entrada en vigor

R 834/2007 R 967/2008

R 889/2008 R 2019/2164 (17/12/2019) – DOL328)

R 1235/2008 R 2020/25 (13/01/2020 – DOL8)

R 2018/848 Entra en aplicación el 01/01/2021

Últimas noticias de BIOFACH:• Normas de producción casi listas para publicación (votación-marzo).• Quieren tener todo en verano, a falta sólo de traducción.• Posibles aplazamientos de entrada en aplicación: sustancias limpieza y desinfección de industrias de producción vegetal.

• 30/06/2020 último día para presentar nuevas solicitudes de reconocimiento de OC y AC. • El OC/AC debe expedir el certificado de control al abandonar la remesa el país de exportación. • Modifica OC/AC autorizados en 3os países.

R 2020/25: cambios en Importaciones

Brexit

Sin cambios hasta el 31/12/2020, en que acaba el período transitorio. Actualizaciones en https://www.soilassociation.org/preparing-your-organic-business-for-brexit/

R 2019/2164: cambios en 889/2008

• Fertilizantes. Añaden: o Residuos moluscos. o Cáscaras de huevo. o Ácidos húmicos y fúlvicos. o Biocarbón. • Fitosanitarios. Añaden: o Piretrinas de origen natural (no sólo de Chrysanthemum cinerariaefolium). o Maltodextrina. o Terpenos (eugenol, geraniol y timol). o Cerevisane. o Peróxido de hidrógeno. o Cloruro de sodio. • Alimentación animal (Anexo VI). Incluyen: o Goma guar - aditivo piensos. o Extracto de castaño - aditivo organoléptico. o Betaína anhidra para monogástricos (origen natural o ecológico). • Transformación alimentos (Anexo VIII). Incluyen: o Glicerol - humectante en cápsulas de gel y comprimidos. o Bentonia - coadyuvante tecnológico. o Ácido L(+) Láctico e hidróxido de sodio - coadyuvantes tecnológicos (extracción prot. vegetales). o Goma tara en polvo - espesante. o Extracto de lúpulo y extracto de colofonia utilizados en la producción de azúcar. o Goma tara en polvo, lecitinas, glicerol, goma garrofín, goma gellan, goma arábiga, goma guar y cera carnauba deberán producirse de manera ecológica (transición 3 años).

Varios

FAO ha lanzado el Año Internacional de la Sanidad Vegetal para 2020. Invita a agricultores a adoptar métodos respetuosos con el medioambiente y a legisladores a fomentar su uso.

Último informe EGTOP: Acuicultura IV y alimentos VI-alimentación animal IV.

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Iniciativas

40 41La fertilidad de la tierra n˚80 La fertilidad de la tierra n˚80

Cada vez hay más productos ecológicos accesibles a cualquier persona. Una mayor oferta de puntos de venta para unos consumidores que, aunque también han crecido, no lo han hecho al mismo

ritmo que las alternativas de compra. Los consumi-dores se han diversificado y esto para muchas eco-tiendas significa la pérdida de clientes y, por tanto, que su supervivencia peligre. La última encuesta de la empresa IRI –publicada en 2017– sobre la tenden-

cia en el consumo de productos ecológicos muestran que el principal canal de compra son los hipermer-cados y supermercados, a los que acuden el 72% de los consumidores. Les siguen las tiendas ecológicas (30%), tiendas ecológicas en internet (9%), farmacias (5%), mercadillos (5%), granjas (5%) y otro tipo de tiendas (4%).

El camino para cambiar esta tendencia se presenta intenso. Las ecotiendas necesitan la “reconversión”

Texto: Sara Ancín

Las ecotiendas han sido el estandarte de los productos ecológicos desde hace décadas. Un trabajo arduo y complicado el de difundir los beneficios de lo ecológico cuando este concepto se percibía como algo “raro” en sus inicios. Con esfuerzo, dedicación, ilusión y, sobre todo, con mucha conciencia de sus valores y de su trabajo por un mundo mejor, lo han ido normalizando a lo largo de los años. Ahora, con el aumento de establecimientos que venden productos ecológicos, grupos de consumo, compras online y, en especial, por la competencia de las grandes superficies, estas pioneras ven ame-nazada su subsistencia, como les pasó en su día a las tiendas de barrio

Ecotiendas, pioneras en acercarnos los productos ecológicos

Alberto, uno de los fundadores de Economato Macabeo

de muchos consumidores y la manera de conseguirlo puede tener diferentes medios, pero un mismo fin: que las personas comprendan los valores intrínsecos de la producción ecológica. Para Alberto López, gerente de Economato Macabeo, la gran superficie “no va mal porque ofrece el producto eco a más gente” y además “no somos capaces de doblegarnos a esa realidad. Lo que tenemos que hacer las ecotiendas es clarificar al consumidor qué significa comprar en la gran superficie, en la que su estrategia única es el beneficio. Vende a precios bajos porque vende millones de euros a diario, y a sus proveedores les paga mal, las condiciones de sus trabajadores son malas, los sueldos bajos, no cuidan los envases…”, recuerda Alberto.

Miguel Ángel Argaiz es uno de los socios de Eco-tienda Naturista –abierta en Arnedo hace 35 años y con una segunda en Calahorra (La Rioja)–, también cree que a la clientela “le falta ese punto de conciencia sobre la ecología”. “Para mí, sólo un porcentaje muy pequeño realmente está concienciado de comer ecoló-gico como parte de su vida. La mayoría se mueven por modas, por lo que han leído o escuchado en la radio, por publicidad…, no por convencimiento. Tienden a ir a las grandes superficies a comprar. El ser humano en general y el consumidor en particular necesitamos elevar el listón de la consciencia y ser exigentes a la hora de consumir, si no será muy complicado…”. La sociedad debe cuidar lo que compra en la gran superfi-cie, comenta Alberto, “porque la producción ecológica no es sólo sacar un producto con una certificación, es que además tenga una responsabilidad social, sea res-petuoso con el medioambiente, que los envases estén correctos, que se pague correctamente a la gente que lo fabrica, lo distribuye y lo vende… y esto no está tan claro que se haga en una gran superficie”.

Economato Macabeo abrió su primera tienda en el año 2000 –ahora tiene cinco situadas en Moralzarzal, Collado Villalba, Aravaca, Majadahonda y Alcalá de Henares– y cuenta con 35 trabajadores. En estas eco-tiendas intentan hacer un “autocontrol” de la situación visitando los campos y granjas de sus elaboradores. Así conocen cómo trabajan, cómo cuidan su producto, cómo se relacionan con sus trabajadores, qué envases utilizan, la calidad de la tierra… “Nuestro cliente tiene esa garantía de que todo es ecológico y que hay detrás un trabajo que él se ahorra”, añade. “Nosotros como tienda tenemos un grado de exigencia a la hora de traer un producto que no lo tiene una gran superficie”, corrobora Miguel Ángel.

“Es importante esa filosofía de cercanía, el trato con los proveedores, conocer la historia de los produc-tos…”, ratifica Pepa Lekunberri, propietaria de Eko-denda Ekia, con 21 años de vida en Pamplona-Iruña. En su caso, además, la cercanía también se refleja en la procedencia de los productos que vende ya que intenta traerlos todos de la zona. “Para mí es importante ha-cer patria aquí. Es normal que las grandes superficies vendan productos ecológicos y que los acerquen a todo el mundo. Pero todos estos valores no los encuentras”, añade.

El producto fresco marca la diferenciaLos productos frescos, frutas y verduras, por su con-

dición de tal, marcan la diferencia cualitativa con res-pecto a los convencionales y casi siempre suelen ser los más demandados. Su venta fue la primera baza de Eko-denda Ekia y lo trabajan mucho por “interés personal” de sus propietarias ya que, como pregunta Pepa, ¿qué sentido tiene que vendamos una mermelada de mango traída de fuera y no productos de aquí y de temporada? “Hemos puesto y seguimos poniendo mucho esfuerzo en disponer muchos productos frescos, comprar a gente diferente y lo mejor en cada caso. Vendemos mucho fresco, aunque lo que más se demanda quizás sea el pan”.

En Economato Macabeo mueven un volumen de 25.000-30.000 kilos de fruta y verdura a la semana. Disponen de una hectárea de terreno de cultivo con la que sólo llegan al 5% de lo que venden, por lo que el resto lo proveen de diferentes productores, aunque no descartan ampliar ese terreno ya que les encantaría aumentar la producción. “Ese conocimiento te permite luego trabajar con los proveedores de una forma muy especial porque sabes cuáles son sus problemas y sus inquietudes; los tienes tú y los valoras de otra forma distinta, y sabes darles el respeto que se merecen”, de-termina Alberto.

Economato Macabeo habilitó hace poco una sección de bioinsumos y ofrece cursos de formación y asesora-miento en agricultura ecológica. Diversifican para que “los riesgos sean los menos posibles” y también para adaptarse a las necesidades de sus clientes. Alberto re-conoce que a lo largo de estos 20 años de recorrido el comportamiento del consumidor respecto al consumo de productos ecológicos ha variado. Él distingue entre

Ecotienda Naturista abrió

hace 35 años en Arnedo

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el consumidor de conciencia, “que siempre es el mismo, practica el consumo responsable día a día, cocina mu-cho, lee las etiquetas, las composiciones, quiere saber cuál es la procedencia del producto...”; y el que compra por diferentes circunstancias “como una enfermedad, intolerancia o alergia, quiere que se respeten los valores del comercio, se paguen precios justos, se cuiden los envases, que busca la proximidad, respetar el medioam-biente…”.

En el consumo diario o semanal las personas com-pran fresco “porque ven más clara la diferencia con el producto convencional y el precio no difiere tanto”. Para Alberto, es cuestión de sentido común “porque tú les ofreces la fruta y verdura a granel para que se lleven lo que necesiten” y, en cambio, en la gran superficie la “tienen envasada porque comparten espacio con un producto convencional”. “De poco sirve un producto ecológico envuelto en 3 o 4 capas de plástico y que está en un lineal con plástico sin control. Son incongruen-cias que hay que cuidar porque se pierde el valor del producto ecológico”, recuerda. Las grandes superficies destacan de los productos ecológicos para su venta, pre-cisa, que son de proximidad y buenos para el medioam-biente. “¿Por qué no ponen en valor otras cualidades como las organolépticas, alimenticias, vitaminas…? Porque están vendiendo producto convencional y si el ecológico es tan bueno, ¿entonces el convencional no lo es? No pueden destacarlas”, aclara Alberto.

Unir fuerzas para afrontar los cambiosSi ha quedado claro que las grandes superficies son

las mayores competidoras en la venta de productos ecológicos para las ecotiendas, no son las únicas. Para estas pioneras, a la ecuación se suman otros jugadores, algunos de ellos, inesperados. Cada una tiene su piedra en el zapato pero que, en el fondo, afectan a todas. Mi-guel Ángel comenta que, por ejemplo, las cooperativas “igual ya no están cumpliendo la función que deberían de concienciar a los consumidores” porque antes “ha-bía más movimiento de charlas, cursos, talleres…”. “Ahora se juntan un grupo de amigos para comprar conjuntamente y no pisan las tiendas. Unido a las gran-des superficies, las compras por internet… es un ataque por tierra, mar y aire a las tiendas pequeñas que nos dificulta la subsistencia”.

Sobre el auge de las compras online y el efecto negati-vo que tienen en su venta, así como el poder que están tomando grandes empresas como Amazon en la venta de productos ecológicos, también está de acuerdo Pepa. Para ella se deberían “utilizar los recursos que tenemos de una manera más inteligente”, es decir, “evitar utili-zar el transporte y lo que conlleva (innumerables trans-portistas circulando que trabajan para empresas que los contratan con unas condiciones pésimas)”. “Mucha gente lo hace porque le sale más barato, pero si no lo gastas aquí, lo vas a gastar en otro lado y te puede salir más caro”, asegura.

Pero lo que más sorprende en esta lucha por mante-ner las ecotiendas en el mercado son los “elaboradores y productores en ecológico que luego no consumen en ecológico”, como ha evidenciado Alberto. ¿Cómo puede ser? “Si les preguntas, te reproducen los mismos tópicos que la gente de la calle: que son difíciles de encontrar, que son caros… Y claro, así no acaban de despegar. ¿Realmente te lo estás creyendo o es una for-ma de negocio?”, cuestiona Alberto. En un momento “en que lo ecológico tiene mucha más difusión y ha au-mentado su consumo, las tiendas pequeñas que hemos tirado del carro cuando apenas se hablaba de ecología estamos siendo las paganas. Vienen otras que se han su-bido al carro porque funciona y recogen los beneficios, pero es lo que hay”, lamenta Miguel Ángel.

¿Cómo se puede conseguir que cambie esta tenden-cia y el consumidor se decante por las ecotiendas para comprar? ¿Qué se puede hacer para que las personas entiendan y compartan esos valores intrínsecos que conlleva la producción ecológica? Una solución pasa por que “las tiendas pequeñas unan fuerzas y hacer más pedagogía”, como reflexiona Miguel Ángel, para buscar mecanismos con lo que afrontar esta situación, idea que comparte Alberto. De hecho, Alberto es el presidente de AESECO, la Asociación de Empresarios y Supermerca-dos Ecológicos, que surgió con este fin. “Necesitamos juntarnos y trabajar codo con codo. El que no lo vea va a ser arrollado porque es imposible competir con las gran-des superficies en cuanto a precio. Nuestra estrategia es ofrecer todos esos valores y que el consumidor luego elija. Y tenemos que ser lo suficientemente buenos para que nos elija a nosotros”, concluye. L

Ecotiendas, pioneras en acercarnos los productos ecológicos

Ekodenda Ekia, pionera en Pamplona-Iruña

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Cultivos alternativos

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Su cultivo no es muy exigente en agua, ni en nitró-geno –de hecho el estiércol y el compost pueden retrasar la madurez de la cosecha– y tiene pocos depredadores. Sí requiere la elección de una bue-

na rotación porque no puede convivir con las adven-ticias, de ahí que en agricultura convencional se le apliquen plaguicidas químicos, aunque muchísimos menos que al algodón convencional. Además, retiene los gases de efecto invernadero: cada año su cultivo en

Europa –más bien escaso– ya permite retener 250 000 toneladas de CO2.

Es una planta herbácea anual de la familia de las lináceas, que se siembra en líneas, y puede crecer entre los 60-80 cm de alto en variedades oleaginosas y los 120 cm en variedades textiles seleccionadas para obte-ner fibras largas.

En los últimos diez años se han hecho estudios eu-ropeos comparativos de rendimiento entre producción

Texto: Rosa Barasoain

El lino es un cultivo antiquísimo al que no fuimos ajenos en otras épocas, pero hoy lo tenemos en el olvido. Puede volver de la mano de la agricultura ecológica como alternativa en la rotación de cereales, o como protección de tierras en invierno. Su semilla es alimento y medicina, y es básico en cosmética, pero lo importamos cuando podría ser un polivalente recurso en agricultura y ganadería; su fibra, excelente materia prima en la industria textil, también la importamos. ¿Por qué no lo cul-tivamos? Podría hacerse tanto en pequeños cultivos a nivel particular como en extensivo, y así, el lino ecológico sustituiría a las fibras procedentes de la agricultura industrial y a las fibras sintéticas, ambas dependientes de plaguicidas y del petróleo. En otros países europeos ya se están dando pasos, aquí se van alumbrando proyectos y movimientos ciudadanos a favor de una economía circular que elige el lino por sus prestaciones

El cultivo del lino ecológico tiene una nueva oportunidad

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en ecológico y en convencional en la misma región y el resultado medio es similar (en paja de 3,5 a 8 t/ha y en tasa de fibra 20 a 28%) pero el precio que se paga al agricultor ecológico es superior, hasta un 30% más. Para ser ecológico primero debe cultivarse según el Regla-mento europeo de agricultura ecológica y en una tierra certificada como ecológica. Luego, las fibras obtenidas pasarán por controles como las GOTS (Global Organic Textile Standard) que certifican un tejido ecológico a partir de fibra de lino ecológico (u orgánico como se lee habitualmente por proceder casi siempre de la im-portación), desde las materias primas hasta el producto terminado.

Desde 2013 en Alemania va aumentando la produc-ción ecológica de lino para fibra textil y en Francia ese mismo año se creó una sectorial del lino y el cáñamo ecológicos. Aquí se ha ido al paso de las subvenciones, esto explicaría que en 2015 hubiera un pico de produc-

Así lo definieron los botánicos al clasificarlo. Del lino silvestre o Linum bienne Mill. procede el lino domesticado o cultivado, el Linum usitatissimum L. que significa “utilísimo lino”. De él se aprove-cha prácticamente toda la planta. El lino textil es cultivado por su fibra ligera, impermeable, sólida y termoreguladora. Una vez arrancado seguirá dife-rentes procesos en los cuales la fibra irá destinada a la industria textil para la confección, la fabricación de ropa de hogar o la decoración. La paja y los restos se podrán reciclar como acolchado, o en los establos como camas, muy cotizado, por ejemplo, para las caballerizas por su absorción. En cuanto a la semilla del lino ha revolucionado las tiendas dietéticas, como podemos ver más adelante en el apartado sobre el lino como alimento.

El lino puede cultivarse en extensivo pero tam-bién en pequeños huertos o jardines privados. Por ejemplo, en el País Vasco se está experimentando con pequeñas zonas de cultivo para obtener fibra y también semilla de lino, muy preciada como alimento-medicina. Al ser pequeños cultivos per-mite cuidar el desherbado, de manera mecánica o incluso manual, y se puede entutorar para obtener fibras más largas.

Sin pretender ser exactos, en condiciones ideales el lino cultivado en 1 m2 de tierra daría para 1 m2 de tela. Una hectárea daría para la confección de 2.200 camisas. Obtendríamos 6.400 Kg de paja en bruto, 1.300 kg de fibras largas agramadas, 650 kg de fibras cortas o estopa, 3.200 kg de briznas e impurezas; 640 kg de semillas y 320 kg de pajillas y fibras no hilables pero perfectas como acolchado de otros cultivos.

Del lino nada se pierde. Si el aceite se oxida puede seguir siendo útil para pinturas, como secante, o en la fabricación de aceite de linaza y de revestimientos como el popular Linoleum, de más calidad que una moqueta o plancha de plás-tico. El linóleo fue invención del escocés Frederick Walton (1834-1928) que consiguió solidificar el maleable aceite de lino mediante calor. El aceite de lino es también ingrediente de la masilla de cristalero, jabones, barnices, tintas, tizas, y antes de la aparición del plástico en la impermeabilización de las telas… incluso se usó hace tiempo para la iluminación.

Las fibras largas y de calidad serán tan sólo un 9% de la planta, pero son un material excelente para telas de una calidad inigualable. Se obtiene también un 7% de fibra corta para la producción de hilos más gruesos, interesantes, por ejemplo, para la producción de geotextiles, forros polares, filtros, papeles especiales como el papel “de Biblia” o incluso el papel moneda o billetes. También se está aplicando en vez del amianto, así como en materiales ligeros para la automoción e industria aeroespacial.

El “utilísimo lino”, de la tierra a la Luna

Hay una oportunidad para relanzar el cultivo, esta vez en ecológico. Campo de experimentación de lino del INTIA en Navarra

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Cultivos alternativos

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ción con 59 ha inscritas en cultivo ecológico de lino co-mo oleaginosas, de ellas 57 ha en Andalucía y 1,2 ha en Aragón, pero en 2018 sólo 4 ha, la mayor parte en Ca-talunya y menos de una hectárea en el País Vasco. Ni siquiera en convencional se está cultivando lino, apenas 13 ha en 2017 como oleaginoso y de textil sólo peque-ñas iniciativas sin registrar. Estamos importando esta materia prima tanto para fibra como para oleaginosas.

El cultivo del lino es corto en tiempoCuando el clima es frío el lino se cultiva en las regio-

nes costeras. Así lo hacen en Inglaterra, Francia, Bélgi-ca, Holanda… aunque todavía en pequeñas extensio-nes. También puede crecer en clima templado siempre que no se dé ni un exceso de humedad ni un exceso de sequía. Le gusta una tierra arcillosa-silícea, pero con buen drenaje.

Donde se están volcando en su cultivo es en Norman-día (Francia) –en donde se produce el 80% del lino tex-til europeo y 50% del lino mundial– porque se adapta a su clima marítimo, y es tal la popularidad alcanzada que celebran un Festival del Lino, este año los días 3, 4 y 5 de julio (www.festivaldulin.org).

El cultivo de primavera dura apenas 100-125 días. Requiere poco riego y una tierra limpia de adventicias, por eso se suele hacer previamente una falsa siembra, o se le incluye en las rotaciones de cereal, porque al no estar relacionado con las mismas familias tienen dife-rentes adventicias y se benefician mutuamente. Otra ventaja es que se puede utilizar la misma maquinaria que para obtener los cereales. Después no conviene re-petir cultivo hasta pasados 6-8 años, por la lineína que segregan sus raíces. Por ejemplo, en Bélgica alternan trigo, avena, lino, trébol y patata. En Holanda lo rotan también con la colza.

Por experiencia se sabe que influyen más las técnicas agrícolas y las condiciones climáticas que la variedad a sembrar. No obstante, en Francia están comparando variedades antiguas y otras nuevas y, como no hay sufi-ciente oferta de semilla ecológica, se solicitan permisos para sembrar semilla convencional y hacer el cultivo en ecológico.

Cuándo se siembra el linoDurante generaciones se obtuvieron variedades que,

según su necesidad de agua, se clasificaron entre linos de invierno y linos de verano, con variedades distintas según queramos obtener semilla oleaginosa o fibra textil.

En Normandía siembran la planta a mediados de marzo y alrededor del 15 de junio las plantas se llenan de sus efímeras florecillas azules que sólo duran unas horas, después la planta se concentra en la semilla, ma-durando las cápsulas que contienen hasta 10 semillas cada una. Para el 15 de julio lo arrancan y lo dejan tendido sobre la tierra durante varias semanas, bajo el rocío, vigilantes de que la microfauna trabaje en des-pegar la dura corteza y la fibra. Y luego se entrega a la cooperativa para el secado y extracción de la fibra.

Los linos de invierno se sembraban en otoño (sep-tiembre u octubre) época de lluvias en las zonas cálidas donde no hay heladas invernales. La mayoría de estas variedades eran precisamente originarias de España y daban mucha fibra, a veces más basta y ruda, con la ventaja de formar rodales densos que sofocan las hier-bas no deseadas del cereal. Para fibra textil la variedad “Galicia” era una de las más apreciadas según Bernard Bertrand, y crecía bien en clima español, portugués o norteafricano dando una fibra de las más finas.

El lino de primavera se siembra en Europa entre me-diados de marzo y finales de abril. No se recomienda la siembra tardía porque no tolera la sequía de verano, cuando está en flor. También ayudará a sofocar ma-lezas, no tendrá los riesgos de pasar el invierno en la tierra y dará un forraje temprano. Se cosecha después del cereal, lo que también evita dificultades en el turno de maquinaria en los centros de recolección.

El lino como alimento y medicinaSi el lino ha vuelto es principalmente por su interés

en la nutrición preventiva y terapéutica por su riqueza en Omega 3, que el organismo es incapaz de sintetizar, y por los mucílagos que desprende y que son emolien-

El cultivo del lino ecológico tiene una nueva oportunidad

El lino tiene una honda tradición de cultivo en Galicia, tanta que dio nombre a una variedad de lino de calidad excelente y, de hecho, es una zona privilegiada climáticamente para su producción, por lo que podría volver a cultivarse no sólo a pequeña escala sino también a nivel industrial y en ecológico. Conociendo las iniciativas que están en marcha en otros países, el aumento de la demanda y sus diversas aplicaciones, el lino en Galicia tiene una oportunidad de oro.

Era tal la raigambre que todavía surgen peque-ñas producciones artesanales, testimoniales, que se resisten a perder esta rica tradición. Un ejemplo lo encontramos en la Asociación Mulleres de Insúa, de San Bartolomé de Insúa, Ayuntamiento de Villalba (Lugo), en la cual varias mujeres hace 11 años que cultivan lino y hacen todo el ciclo de manera arte-sanal, desde la siembra hasta la confección de las telas. Cultivan poco, “medio ferrado”, poco más de 200 m2.

Hablamos con Lourdes Otero, presidenta de la asociación. “Somos unas 12 mulleres las que tra-bajamos el lino. Lo aprendimos de las socias más ancianas, de 84-85 años. Ellas recordaban haberlo visto trabajar de niñas, recordaban la manera de cultivarlo, de recolectarlo y luego conseguir la fibra, y también la fiesta y las canciones que se cantaban en esta labor que siempre se hacía de manera colectiva”. El lino gallego era muy fino, nada com-parable a otros que se importaban, es lo que explica un refrán que han recuperado: “Lino de Holanda, pesa pero no anda”.

Esta localidad lucense es especialmente apta para el cultivo del lino porque se encuentra entre dos ríos de buen caudal. Pero no queda huella de esta rica economía, ni siquiera semillas de variedad autóctona aunque la han solicitado a distintos bancos de semillas. Por este motivo “comenzamos comprando lino dorado en una herboristería y una vecina trajo también lino de color tostado, pero tampoco saben ni la variedad ni el origen. Hemos resucitado el cultivo y aperos que estaban en desu-so. El Ayuntamiento nos regaló un telar antiguo que estaba allí abandonado y ahora lo usamos con otros dos más que han traído otras personas. Otras herramientas las hemos copiado fidedignamente de modelos antiguos”.

Es tal el entusiasmo despertado que Lourdes abrió su propio taller artesanal, el Obradoiro Fuxaiola y ha motivado a su propia familia. Su hija, Miriam Fernández Otero, ha publicado el libro en gallego As mulleres de Insua e o liño: Dez anos dun proxecto de recuperación etnográfica (Instituto de Estudios Chairegos, 2019).

De larga tradición en Galicia, hoy está de actualidad

Ya sea en pequeños campos de manera artesanal o en grandes extensiones con maquinaria, el lino debe ser arrancado y puesto a secar sobre la tierra. Aqui en Galicia

Hay un movimiento en toda Europa en la via de la autosuficiencia que promueve el cultivo del lino en el huerto

Desgranado artesano para separar las cabezuelas que contienen las semillas

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tes, es decir ablandan, y también calmantes, tanto en uso externo como interno. De ahí que fuera de gran interés tanto en la medicina de la Grecia clásica como para la ayurvédica. En Europa siempre se le ha teni-do a mano para inflamaciones de garganta o como cataplasma para quemaduras de la piel. Hoy día es inigualable para el extendido estreñimiento que causa la comida con harinas refinadas y falta de fibra, pero también es un ingrediente muy valioso para la cosméti-

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Cultivos alternativos

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El cultivo del lino ecológico tiene una nueva oportunidad

ca natural porque da elasticidad a la piel y protege con sus mucílagos tanto el cabello como el cuero cabelludo.

Entonces, ¿por qué había desaparecido en el merca-do convencional? Porque el aceite de lino se degrada con la luz y el calor, tiene una caducidad de menos de 9 meses, luego puede ser tóxico, y esto era difícil de asimilar para la industria alimentaria. Después de la 2ª Guerra Mundial con la galopante globalización del mercado de alimentos se le fue sustituyendo por el acei-te de cacahuete o el aceite de palma.

Antiguamente las familias cultivaban lino y lo molían en pequeñas cantidades para su uso inmediato, con lo cual el aceite no perdía cualidades y no había riesgo de oxidación. Hoy podemos tomarlo en panes y galletas o

podemos encontrar en el mercado pequeños molinos caseros, eléctricos, para obtener el valioso aceite, y la pulpa restante añadirla como ingrediente de diversos platos, o con zumos naturales, siempre con un gran po-der limpiador en el interior del organismo. Una investi-gadora nueve veces nominada a los Nobel, la Dra. Bud-wig, recomienda a sus pacientes enfermos de cáncer que tomen el aceite de lino recién exprimido mezclado con requesón, de esta manera aportan oxígeno en los intestinos y así debilitar o destruir tumores.

Al ser tan mucilaginoso, puede sustituir a la goma arábiga, es un gelificante, aglutinante y estabilizante en la industria alimentaria. En Rumanía, el mayor fabri-cante de cápsulas de gelatina para uso farmacológico, Biofarm, está anunciando en la prensa Europea su de-manda de lino ecológico, lo cual puede sumar incenti-vos para los agricultores europeos.

El grano o el aceite de lino también ha tenido siem-pre sus aplicaciones en ganadería. Los granos de lino cocidos en preparaciones a base de cereales, o con el heno, con paja picada… son, por ejemplo, un re-constituyente para caballos cuyo sistema digestivo está irritado por la avena, así como para jumentos a los que se quiera poner en forma. Es asimismo un nutritivo alimento para los bovinos, que al comerlo recuperan un pelaje brillante. Las tortas de lino resultantes de extraer el aceite son un recurso excelente en la alimentación del ganado, y así se enriquecen también con Omega 3 los alimentos derivados como carne, huevos y leche.

El proceso para obtener fibra textilEl lino se arranca en el momento adecuado, más o

menos a los 120-130 días de su siembra y aquí comien-za todo un proceso de preparación. Según nos explicó Birte Kurth: “Para obtener la mejor fibra, hay que arrancar las plantas antes de la madurez de las semillas, lo cual quiere decir que si quieres tener buenas semillas para sembrar el año siguiente necesitas dejar algunas plantas para ese fin y no arrancarlas para la fibra”. Para obtener la semilla, que es también alimento, ar-tesanalmente se quitaban las cápsulas donde están las semillas en unos bancos provistos de púas, colocados sobre unas amplias telas (ver imagen pág. 47). Luego la semilla se recogía y se cribaba.

En el proceso de obtener fibra la planta entera jun-to con sus raíces se pone a remojo, o bien en un pozo preparado para esta labor o bien bajo el rocío entre 2 o 3 semanas, depende de la climatología del lugar, o se somete a unas “duchas” periódicas. Antiguamente se hacía en el río, de ahí el nombre de enriar, o enriado, pero no puede hacerse si el caudal es pequeño porque la sustancia que desprende el lino es tóxica para los pe-ces. En este proceso la microfauna se come la sustancia pegajosa que une la fibra interior con la piel exterior del tallo.

Los haces se someten al masticado, antiguamente un apaleado, al que se llama agramado. Esto en plan industrial se hace con grandes rodillos que separan por un lado la corteza e impurezas y por otro la fibra textil. Sea manual o industrial lo que se persigue es cuartear

Las fibras largas se cardan y se hilan. Luego este hilo obtenido puede “doblarse”, es decir, hacerlo el doble de grueso o triple o lo que se necesite para después teñirlo o directamente llevarlo al telar.

El lino textil a lo largo de la historiaNo es un tópico, el lino como fibra también acompa-

ña a los humanos desde la noche de los tiempos, desde las telas que envolvían a las momias egipcias a partir de la 4ª dinastía, a las cuerdas y velas de los barcos… o las sábanas de lino que guardaban las abuelas en el armario y que resultaban un tanto ordinarias pero eternas. Nada que ver con las extraordinarias telas de calidad que se conseguían con los linos de fibra larga. Se pueden ver en algunos museos etnográficos los to-cados medievales que vestían las mujeres vascas (según Joxe Miguel de Barandiaran fue en el Neolítico, hace 4.500 años cuando nos llegó del Cáucaso). En Europa del norte las calidades que obtuvieron algunos telares de lino serían memorables. En el siglo XIII uno de es-tos tejedores, Baptiste Cambray, daría su nombre hoy legendario a las telas de batista, que los ingleses llaman cambric.

Lo cierto es que el lino permite una ropa de un confort y frescura inigualables. Incluso de cultivo con-vencional el lino siempre habrá recibido muchos me-nos tratamientos y habrá empleado mucha menos agua que el algodón (que además lleva blanqueadores, aprestos…). Pero el algodón desde el siglo XVIII lo im-puso en el comercio mundial el lobby del algodón ame-ricano, después vinieron las fibras sintéticas y ya gran parte de la ropa procede del petróleo. Este será otro avance del mercado ecológico, reintroducir a través del comercio ecológico las fibras naturales, lino, cáñamo, lana, seda... que proceden de la ganadería y la agricul-tura ecológicas. L

A finales del año pasado se celebró en Artaza (Navarra) lo que se llama una fiesta del trabajo comunal del lino (Liho azulan jaia), un encuentro demostrativo y cultural organizado por Ttikiola, grupo de Economía Circular dentro de Impac Hub, interesados en saber cómo crear nuevos negocios con industrias sostenibles y que el valor generado revierta localmente. Uno de los organizadores del encuentro fue Yerezko Lozano y la también miembro de este grupo, Mia Rissanen, hilandera y tejedora, quien aportó un pequeño telar horizontal de mesa y pequeños telares de cintura de estilo nórdico. Aitor Martin facilitó pequeños ingenios en madera que diseña recreando las antiguas máquinas artesanales como las agramadoras y los peines y que pueden ayudar a trabajos artesanos. Angela Goyoaga expli-có su experiencia en la búsqueda de alternativas al algodón para su empresa de fabricación de fouto-nes, y para elaborar aceite de linaza para las impri-maciones que hacen a las camas de madera. “En esta búsqueda dimos con el lino, un cultivo que ya se hacía en el País Vasco antiguamente, y del que se aprovecha todo, tanto se obtiene aceite alimenticio como el aceite de linaza que se aplica para tratar la madera”. También participó Birte Kurth, que trabaja la lana, el hilado y el teñido, y en 2016 –con oca-sión del Donostia capital de la emprendeduría de la Cultura– pudo poner en marcha un proyecto sobre el lino y cómo hilar la fibra de lino. Su labor se unió al proyecto vecinal Parque de Los Viveros de Ulia “donde sembramos lino en un terreno municipal para reivindicarlo como espacio verde”. Birte, que es autodidacta, explicó que aprendió la técnica a partir del libro Anleitung zum Flachsanbau–Vom Leinsamen zum Leinenfaden de la autora suiza Ruth Läng, y nos mostró el Spinning kit (o kit de hilatu-ra) (www.shopping-for-linen.co.uk/fibre.html) que incluye semillas para cultivar en nuestro propio huerto y herramientas básicas para procesar el lino.

El lino que se trabajó en las jornadas de Artaza procedía de un ensayo de cultivo del INTIA, centro adscrito a Desarrollo Rural y Medio Ambiente del Gobierno de Navarra dentro del proyecto PANACEA. Coordinado por Amaia Caballero, el ensayo se enca-minaba a experimentar cultivos no alimentarios. “No se inscribió como ecológico porque la finca todavía no estaba inscrita como tal, pero el cultivo desde la siembra de semilla francesa, de la variedad ‘Jade’, a la recolección, se hizo de manera totalmente ecológica. Se sembraron unos 400 m2 a dosis de siembra diferentes y no se apreciaron diferencias en los resultados”.

El lino en la economía circular

Los tallos se machacan de manera artesanal o industrial, la finalidad será siempre dejar fuera la fibra que contienen, que puede ser más o menos larga

Muestrario de diferentes fibras largas ya peinadas,

listas para ser hiladas y con el

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la envoltura del tallo y dejar a la vista la fibra que es-taba en el interior y que puede ser más o menos larga. Esta fibra se peina una y otra vez hasta limpiarla bien de restos de cascarilla, separando las fibras cortas o es-topa (ver imágenes página anterior).

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Entre el rebaño

50 51La fertilidad de la tierra n˚80 La fertilidad de la tierra n˚80

La respuesta al número creciente de incendios ha sido generalmente fortalecer la capacidad de ex-tinción. En el Estado español se dedica un 60% del presupuesto anual de lucha contra los incendios

forestales a cubrir los gastos de extinción, mientras que en prevención se invierte el 40%. La mejora y el desa-rrollo de los medios de extinción ha permitido reducir la superficie forestal quemada anualmente. Pero, para-dójicamente, el limitar la acción del fuego ha favoreci-

do la acumulación de biomasa vegetal inflamable. En paralelo, la cantidad de ganado en los pastizales ha dis-minuido drásticamente en los últimos años, provocando aún más acumulación de pastos y otros combustibles finos.

La abundancia de biomasa aumenta el riesgo de que se produzcan nuevos incendios y que estos sean más virulentos. La eficacia de los medios de extinción está llegando a un límite por encima del cual el incremento

Texto y fotografías: Sidney Flament-Ortun y Bruno Macías

La frecuencia de los incendios forestales en el Estado español ha crecido considerablemente en las últimas décadas. En parte se debe al cambio socioeconómico caracterizado por la escasez de pobla-ción y de actividad agroganadera en las zonas rurales y el menor uso y valor del recurso forestal. A todo ello se suma que con el cambio de las condiciones climáticas la combustibilidad es mayor y, en caso de accidente, el fuego se extiende con más rapidez y es menos controlable. Así pues, el declive generalizado del pastoreo ha contribuido al incremento de incendios. Por eso ahora son los propios programas de prevención quienes incentivan la recuperación de un pastoreo ecológico profesionali-zado y controlado como herramienta complementaria para el mantenimiento de áreas estratégicas

Cómo el pastoreo reduce los incendios

en presupuesto y medios dedicados a la lucha contra incendios no produce mejoras significativas en la reduc-ción de la superficie quemada. Los expertos coinciden en señalar la necesidad de fomentar las actuaciones preventivas y de considerar un enfoque diferente para abordar el problema de los incendios forestales, para pasar de una política a corto plazo basada en la extin-ción a una política preventiva a largo plazo sustentada en reducir la incidencia de los fuegos en el territorio.

Pastoreo y prevención de incendios El objetivo principal es reducir el riesgo de incendios

y minimizar su propagación. Hay que construir infraes-tructuras como carreteras, cisternas de agua, cortafue-gos y sistemas de detección que faciliten la intervención de los equipos, y por otra gestionar con precisión la carga de combustible. Una de las medidas preventivas principales es modificar la estructura de la masa forestal con la instalación de cortafuegos y otra clave es elimi-nar la continuidad vertical y horizontal de la vegetación para impedir a la vez la progresión de las llamas de la superficie a los laterales y a la cima y la propagación de copa en copa.

En Albiol (Catalunya) hubo cuatro incendios en los últimos años. Por lo tanto, los bomberos declara-ron la zona como estratégica para la prevención. Después del último, en 2012, los propietarios de una finca de 60 ha querían encontrar a pastores para gestionarla. Pere y Anna estaban buscando tierras para desarrollar un proyecto de ganadería con producción de queso de cabra, dejaron sus trabajos y se instalaron como socios a medias para crear La Segalla en ganadería ecológica.

En total gestionan 100 ha con la ayuda de unas 120 cabras: 60 ha de monte en zona prioritaria a la que sólo dejan de ir en pleno verano porque está todo seco, y una finca de 20 ha de mucha mejor calidad de pasto que les permite incrementar un 20% la producción de leche cuando van en invierno, además de otras fincas de calidad intermedia. Sus cabras son de raza “Payoya”, originarias de la sierra andaluza. Tienen las ubres altas lo que les permite adaptarse bien al monte sin herirse. Son muy longe-vas, con lactación que dura bastantes años, y llegan a la madurez al cabo de unos 4 años. Su leche tiene una tasa de grasa del 5%. También tienen alguna cabra “Malagueña”.

Anna, Pere y Pol –contratado a tiempo completo– empiezan su jornada con el ordeño, de las 9 a las 14 h, y obtienen un promedio de 300 litros de leche por cabra y año. Luego las cabras descansan en su corral y durante las cuatro últimas horas del día las llevan al monte a una distancia máxima de 2 km.

La calidad de la comida en este monte no es ópti-ma. Las cabras seleccionan lo que les apetece, los pequeños robles por ejemplo. Consiguen la mitad de su alimentación directamente del pastoreo pero es imprescindible suplementar con forrajes (80% avena para la fibra, 20% veza para proteínas y a veces alfalfa para aumentar la tasa de grasa, pero es cara) y granos (mezcla de avena, cebada y gui-santes) para producir leche en suficiente cantidad y de calidad. Procuran darles el complemento por la mañana porque lo importante es que el animal no ingiera el grano concentrado sin tener antes una buena cantidad de fibra en el rumen: les sumi-nistran primero el forraje y el concentrado más tarde una vez el rumen está activado con el forraje. También es clave respetar una pausa a mediodía para que puedan rumear el forraje ingerido por la mañana.

Con este pastoreo controlado han conseguido que la zona sea mucho más resistente al fuego, de hecho no se ha vuelto a repetir el incendio. Han conseguido valorizar la poca comida disponible en estos montes a la vez que han creado empleo y están dando productos de calidad ecológica.

La Segalla, pastores ecológicos frente a incendios

Las cabras son idóneas para reducir

el impacto de los incendios en lugares de dificil acceso

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Entre el rebaño

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El mantenimiento periódico de los cortafuegos se suele hacer con medios mecánicos (segar, talar, des-brozar...) algo muy costoso y por lo tanto difícilmente aplicables a nivel nacional. Las quemas controladas también son eficaces para reducir el riesgo de incen-dios, pero la población teme la propagación del fuego. Además, requieren la intervención de personas perfec-tamente formadas.

La necesidad de buscar otras herramientas ha llevado al pastoreo controlado con ganado doméstico a ser una alternativa válida que, combinada con la maquinaria, permite reducir biomasa vegetal potencialmente com-bustible, reducir los costes de mantenimiento e interve-nir en superficies mayores. Pero cuando la vegetación es

muy alta o con tallos y ramas muy gruesos, el ganado no la puede controlar. Por lo tanto, la mejor estrategia es combinar métodos mecánicos y pastoreo. Primero se eliminan con desbrozadoras/sierras o con quemas con-troladas las plantas que el ganado no logra consumir y luego se introduce a los animales para controlar el re-brote o transformar la vegetación hacia una dominante herbácea.

Tipos de fuego y de combustibleLos diversos combustibles se clasifican en cuatro ti-

pos: hierbas, arbustos, talas y madera. Los dos primeros producen fuegos de baja intensidad porque prenden fácilmente y se queman rápido, pero plantas como la artemisa y el enebro contienen compuestos volátiles fácilmente inflamables que pueden acelerar la propaga-ción del incendio. Los otros dos tipos de combustible se inflaman con menos facilidad pero durante más tiem-po, lo que aumenta el impacto ecológico del fuego.

También hay que limitar la presencia de arbustos que permiten la propagación vertical del fuego hacia las copas de los árboles. Esto facilita el control de ciertos incendios, como ayuda también evitar las grandes ex-tensiones con una única especie de vegetación y crear parches con distintos niveles de combustibilidad para perturbar el trayecto de las llamas.

Complejo pero ecológico y económicoEl pastoreo puede disminuir la frecuencia y la in-

tensidad del fuego al eliminar los combustibles finos y aumentar la heterogeneidad de combustibles. Además, ayudará a la diversificación de la flora con un aumento de especies menos productivas y más efímeras lo cual lleva a ralentizar la propagación y la intensidad del incendio. Es una medida que a corto plazo disminuye la vegetación combustible y a largo plazo provoca el cambio de ser vegetación arbustiva a ser predominante-mente herbácea.

Es un método complejo, no basta con soltar a los animales en una zona. Como las quemas controladas, requiere una organización precisa y objetivos definidos según variables claves: desde variedad de especies de ganado herbívoro con comportamientos y preferencias alimenticias variadas a la estación del año adecuada para el nivel de desarrollo de la vegetación y su compo-sición nutricional, la duración de pastoreo, la densidad de ganado, los compuestos secundarios de las plantas, el estado fisiológico del animal y tipos de cercado.

En las zonas mediterráneas suele dominar la vegeta-ción arbustiva. Por lo tanto, es interesante un pastoreo combinado de cabras, ovejas, vacas y caballos. Las pri-meras consumen los arbustos y los tres últimos consu-men sobre todo hierba, lo que permite reducir aún más la carga combustible.

Más allá de ser ecológico, el pastoreo intensivo para controlar los matorrales en las zonas de cortafuegos es el método menos costoso. Puede hacerse además en las zonas de difícil acceso y eliminan la vegetación sin dañar las raíces ni fomentar la erosión. El dinero aho-rrado puede emplearse en extender y mejorar el man-

tenimiento de las zonas estratégicas para la prevención de los incendios. Además, la presencia de pastores con sus perros puede permitir detectar antes un incendio.

El pastoreo con cabrasSe conoce a las cabras como “destroza bosques” y

uno se las imagina comiéndose la menor hojita tierna. Es cierto que si se les deja sin control pueden tener un efecto dañino en un bosque con alta densidad de árbo-les y sin vegetación arbustiva. Sin embargo, las cabras tienen el comportamiento alimenticio idóneo para reducir el impacto de los incendios consumiendo vege-tación específica y también pisoteándola.

La forma de su boca y de su lengua les permite co-mer hierbas muy cortas y hojas que no suelen comer las otras especies de ganado. Además, estos nutrientes los convierten de manera eficiente en leche (un 45%).

Suelen moverse de una planta a otra, escogiendo porciones específicas según sus necesidades proteínicas y energéticas, y serán más selectivas que si están en un cercado, donde comerán abundantemente árboles, ar-bustos, etc. En extensivo aprecian diversos arbustos que otras especies domésticas no consumen, de hecho son la especie mejor adaptada para consumir arbustos medi-terráneos, excepto los que contienen aceites aromáticos

como el romero o la lavanda. Son tolerantes a niveles altos de taninos siempre que puedan variar su alimen-tación y pueden también alcanzar alimentos hasta dos metros de altura.

Su dieta es muy variable, comen aproximadamente un 60% de arbustos, un 30% de hierba y un 10% de flores silvestres y consumen una proporción elevada de compuestos leñosos (62-94%). Es así cómo la cabra re-duce la carga de combustibles muertos con un diámetro inferior a 2,5 cm y la cantidad de pequeños combusti-bles vivos como las ramitas de las extremidades de las plantas leñosas, por ejemplo, los arbustos o árboles que más propagan el fuego.

Hacen falta pastores experimentados y formadosEl pastoreo para la prevención de incendios requiere

la intervención de pastores formados, que sepan mane-jar un ganado que en áreas precisas y localizadas ingie-ren y pisotean la mayor cantidad posible de biomasa vegetal. Son pastores que ponen en valor los servicios ecosistémicos que realizan.

En ciertas comunidades autónomas se han firmado convenios de colaboración con los pastores para la prestación del servicio de mantenimiento de áreas y lí-neas cortafuegos. En la Red de Áreas Pasto Cortafuegos

Cómo el pastoreo reduce los incendios

Carteles de aviso de zona de pasto para prevención de incendios

Dieciséis entidades de España, Portugal, Francia y Alemania, entre ellas cinco escuelas de pas-tores, participan en el proyecto europeo de Erasmus+FireShepherds cuyo objetivo principal es mejorar la profesionalización del pastoreo a través de adquirir determinadas habilidades y competen-cias en relación a la gestión de los rebaños en un contexto de riesgo de incendios forestales y cambios de paisaje que requieren nuevas fórmulas de ges-tión público-privada del territorio.

Se trabaja principalmente desde dos grandes objetivos. Por un lado, crean contenidos de forma-ción profesional específicos para escuelas de pasto-res sobre silvopastoralismo y gestión de incendios. Por otro lado, fomentan el intercambio de experien-cias entre los socios del proyecto. A lo largo de los tres años que dura el proyecto (2019-2021) se pre-vén cinco intercambios y tres eventos importantes para poder difundir resultados.

En definitiva, este proyecto europeo propone formar a los pastores del siglo XXI para que puedan cambiar la filosofía del silvopastoralismo y crear nuevos métodos para prevenir los incendios foresta-les. Sumado a que el silvopastoralismo es beneficio-so para las administraciones públicas se ofrece una estabilidad económica al oficio de pastor.

El proyecto FireShepherds: pastores del siglo XXI

Pol pastorea con ayuda de

su mastin

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54 La fertilidad de la tierra n˚80

Cómo el pastoreo reduce los incendios

de Andalucía la remuneración correspondiente a cada pastor por dicho servicio se calcula en función de la ex-tensión y de la dificultad del pastoreo que posee el área tratada y del grado de cumplimiento de los objetivos de consumo de la biomasa combustible por parte del ganado. Existe en otras una pequeña línea de subven-ción para el mantenimiento de zonas prioritarias con ganadería extensiva (por ejemplo, en Catalunya puede llegar a unos 140 €/ha/año con las condición de pastar el 90% de la vegetación herbácea y el 60% de la vege-tación arbustiva) pero suele ser insuficiente.

Es la clave en la prevención de incendios La conclusión que se extrae de todo esto es que el

pastoreo controlado y con parámetros adecuados es una herramienta clave para la prevención de incen-dios. A pesar de que no evite sistemáticamente la ne-cesidad de realizar desbroces mecánicos, sí disminuye su frecuencia, pudiéndose dedicar el dinero ahorrado al pago a los pastores o a tratamientos preventivos alternativos. El pastoreo preventivo reduce la car-

La Fundación Pau Costa ha creado la marca Ramats de Foc (rebaños del fuego) para potenciar la contri-bución de los rebaños a la prevención de incendios. Este sello de calidad favorece la continuidad de la actividad ganadera en el territorio por su doble tarea: alimentaria y paisajística.

Este proyecto surgió de la colaboración entre agentes públicos y privados: propietarios, agentes rurales, cuerpos de bomberos, pastores y ganaderos y gremios de carniceros y establecimientos locales que ofrecen productos agroalimentarios. Se ha construido una cadena de producción y consumo de alimentos procedentes de los rebaños participantes que aportan como valor añadido la prevención de incendios en áreas forestales estratégicas definidas por los bomberos y/o ingenieros forestales del Departamento de Agricultura. La Fundación Pau Costa contacta a los propietarios forestales de las fincas situadas en el área prioritaria cerca de un pastor y les propone firmar un contrato de pasto por 5 años por el que ceden gratuitamente sus terrenos para que los gestione un pastor. Este contrato es fir-mado por los propietarios, la fundación y el ganade-ro. Hoy son 18 pastores/ganaderos los que gestionan unas 500 ha. Aunque casi todos los pastores hacen prácticas ecológicas no todos tienen certificación, algo que estaría bien que tuviera en cuenta el Departamento de Agricultura para unificar criterios y apoyar la agroecología. En Navarra y en la Isla del Hierro, entre otros ejemplos, fue el Gobierno el que inscribió algunos montes comunales en agricultura ecológica, precisamente para fomentar la ganadería extensiva ecológica local.

Los cuerpos de gestión de incendios describen para cada zona los resultados esperados mediante el pastoreo para que sean efectivas para el control del comportamiento del fuego. A partir de ahí se define un Plan de Pasto que siguen los pastores implicados cuando llevan sus rebaños (caprino, ovino o bovino) a zonas forestales para controlar el sotobosque.

Marca “Rebaños del fuego”

Anna en la queseria de La Segalla

ga combustible vegetal del sotobosque a la vez que incrementa la renta del monte y de los pastores, al incrementar la producción de carne y de productos lácteos, que complementa la de madera, y generar externalidades positivas para la sociedad: se conserva el paisaje y se hace más transitable el monte, a la vez que se preserva un patrimonio cultural como es la ganadería extensiva y ecológica. L

Sobre los autoresSon consultores en desarrollo rural y cofundadores de la asociación franco-española Neo-Agri (www.neo-agri.org) para el fomento de una transición agrícola y el apoyo a nuevos campesinos.

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56 57La fertilidad de la tierra n˚80 La fertilidad de la tierra n˚80

Cuaderno del vergelTexto y fotografías: Andreu Vila

Tal y como hemos apuntado, la primavera es una época cla-ve para la sanidad de los frutales. Llegar a final de primavera con el árbol sano nos garantiza una probabilidad muy alta de éxito en la recolección.

Frutales de pepita. Importante controlar el moteado. Hay que tener protegidos perales y manzanos desde antes de la floración. Utilizaremos cobre prefloral y azufre/poli-sulfuro o bicarbonato a partir de floración. Estos productos los podemos acompañar con extractos vegetales y/o sustan-cias minerales (tipo caolín). Al ser productos de contacto es importante tener en cuenta que debemos intervenir antes de que hayan pasado 24 horas de la infección; esto hace que, en muchas ocasiones, sea aconsejable tratar antes y después de un período de lluvias. El moteado en manzano es la en-fermedad que más tratamientos suele exigir, por esta razón muchos productores ecológicos están tendiendo a plantar variedades resistentes al moteado (actualmente hay un gran abanico de variedades de alta calidad). También hay que prevenir en zonas con humedades ambientales altas el oídio, que se controla con tratamientos a base de azufre, bicarbo-nato o extractos vegetales. En algunas zonas hay problemas en peral y manzano de bacteriosis como Pseudomonas o Erwinia (fuego bacteriano) ante las cuales el único bacteri-cida autorizado son los compuestos cúpricos. También para el control de bacteriosis se anuncian productos vegetales que pueden tener cierto efecto (no comprobado).

En cuanto a plagas, el pulgón en el peral no suele ser tan problemático y se suele dejar que actúe la fauna auxiliar. En el manzano se puede realizar de forma preventiva un trata-miento con azadiractina prefloral. El control de carpocapsa suele ser la plaga más complicada, lo realizaremos a base de tratamientos (virus granulosis y/o spinosad) en función de capturas o control de puesta; también podemos optar por medidas físicas (embolsado o mallas tipo Alt’carpo).

Frutales de hueso. En caso de enfermedad (abolladura del melocotonero, monilia en ciruelo, cerezo...) podemos realizar los tratamientos con cobre en prefloración y los

Curiosidades del vergelBiochar y formiguers

tratamientos con azufres y arcillas a partir de la floración. Se puede utilizar cobre para problemas de bacteriosis (muy presentes en caso de primaveras frías y húmedas). Pero recor-dad que el cobre no deja de ser un metal pesado y, por tanto debemos restringir su utilización a los momentos en los que no haya alternativa.

En cuanto a plagas, para los pulgones aplicaremos control biológico (los productos a base de jabones potásicos sólo ra-lentizan poblaciones). Es básica la gestión de la flora asociada a la parcela. Debemos colocar trampas de feromonas para el seguimiento de las poblaciones de microlepidópteros (grafolita y anarsia en melocotonero y funebrana en ciruelo). A partir de las capturas podemos decidir si intervenir con Bacillus thurin-giensis. En caso de daños en la anterior temporada utilizaremos puntualmente el spinosad (lo limitamos al máximo porque lleva asociado efectos negativos sobre la fauna auxiliar).

En los cítricos tardíos es bueno protegerlos con trampas y/o tratamientos cebo (spinosad + atrayente alimentario) de los daños de mosca.

En los olivos proteged con derivados cúpricos del repilo primaveral y vigilad capturas de prays por si cabe actuar en junio con bacillus o caolín.

En el viñedo proteged del oídio con azufre y del mildiu con derivados cúpricos.

Trabajos de primavera

El vergel en primavera

Las floraciones de almendros, ciruelos y melocotoneros ya llevan semanas avisándonos del despertar de los frutales. La acumulación de horas de calor y el aumento de las ho-ras de luz diurna van activando de forma escalonada a las diferentes especies de frutal. Acabamos una época de pasos lentos para ir cogiendo paulatinamente un paso más alegre.

Las flores avisan: debemos tener los “deberes hechos”: - El riego debe estar revisado y haber empezado el perío-

do de riego 15 días antes de floración. Buen momento para instalar sondas de riego para poder gestionar mejor el agua.

- Los tratamientos de invierno deberían estar al día. Los tratamientos desde febrero hasta abril suelen ser los más importantes para garantizar una buena cosecha.

- El abonado realizado. Recordad que febrero-marzo es un buen momento para la aplicación de abonos orgánicos ricos en nitrógeno (8-10% de nitrógeno) si fueran necesa-rios (según el vigor del frutal). Su curva de mineralización nos da unas 14-18 semanas de aportación paulatina.

- La línea de los árboles (o la zona de sombra en frutales aislados) removida superficialmente. Sobre todo si quere-mos dar vigor en tierras pobres y/o faltas de agua.

- Ramas de poda trituradas.- Primeras líneas de bandas florales a punto. Muy impor-

tante reservar una zona de la finca con mostazas, jarama-gos, alyssums, etc. en flor para asegurar la rápida actuación de la fauna auxiliar.

Siempre insisto en que el desarrollo vegetativo y produc-tivo del frutal dependen en un porcentaje elevado de los tres meses primaverales. El desarrollo del fruto depende de un buen equilibrio entre los hidratos de carbono que van a la brotación y los que van al fruto. Un período de floración con buena insolación y sin lluvia nos dará más posibilida-des de buen cuajado. Importante asegurar el trabajo de las abejas y otros insectos polinizadores (evitando labrar la tierra en este momento y limitando el número y tipo de productos a aplicar como tratamiento).

Para el crecimiento de la fruta es importante hacer el aclareo lo más pronto posible. En manzano y melocotonero (ambos suelen tener un buen cuajado) se prioriza intervenir ya en floración. En el manzano con tratamientos con el po-lisulfuro o con medios mecánicos (tipo latiguillos Darwin).

En el caso del melocotonero también se puede hacer me-cánicamente si la estructura es plana, pero se suele hacer a mano (muñir flores extremas de los ramos mixtos). En albaricoque, ciruelo y peral esperaremos unas semanas a ver cómo ha ido el cuajado. A partir de mitad de abril nos plantearemos aclareo manual en función de la carga. En el caso del níspero se suele pasar a hacer un último aclareo unas semanas antes de la cosecha, en función del calibre de fruto que se quiera obtener. En olivos y cerezo (excepcionalmente alguna finca entra a mano) el aclareo sólo se puede hacer con la poda –que debe ser más fuerte en los años que la cosecha se prevé mayor y muy suave los años que no se prevé cosecha (para reducir vecería).

La primavera es el tiempo tradicional para injertar olivos (marzo), algarrobos (abril-mayo) y cítricos (mayo-junio).

En mayo y junio es importante podar los árboles qui-tando los chupones y marcando las guías. Recordad que ahora será un buen momento para podar aquellos árboles que tengan mucho vigor (no tocar en invierno y marcar fuerte en primavera reduce el vigor).

Durante la primavera es importante alternar las siegas en las calles de los frutales para asegurar un escalonado en las floraciones. Aparte, sería interesante mantener limpia la línea debajo de los árboles y cubrirla de cara a junio (cuando se seque la mayor parte de la cubierta en la calle).

En caso de estar en un secano y haber realizado un abono verde (sea espontáneo o sea sembrado) durante el invierno cabe incorporarlo a la tierra en marzo-abril (si la pluviometría ha sido baja en invierno y/o se prevé pri-mavera más bien seca) o abril-mayo (si la pluviometría ha sido alta y/o se prevé primavera lluviosa).

Por el contrario, con un abono verde en una finca de re-gadío y con un nivel de nutrientes más bien alta, dejaremos que el abono verde haga semilla, se resiembre y no cortare-mos hasta que el color de la cubierta vire a color paja.

En general, no soy partidario de aplicar abonos foliares a no ser que haya una justificación clara: un estrés fuerte por daños de heladas, pedrisco... En cambio, veo intere-sante acompañar los tratamientos biocidas (sobre todo cuando utilizamos productos como el cobre, polisulfuro...) con extractos vegetales (ortiga, salvia, cola de caballo...).

La búsqueda de fuentes de materia orgánica para la ferti-lización del vergel ha sido siempre uno de los objetivos del agricultor. Actualmente, en algunas zonas, poder encontrar fuentes de materia orgánica económicas es muy difícil. A veces por la baja población de ganado, otras veces por la competencia con el controvertido uso energético de algunas biomasas.

Me gusta recalcar que la prioridad tiene que ser aumen-tar la materia orgánica con la propia gestión del frutal y su respectiva cubierta vegetal/abono verde. En todo caso, en algunas parcelas los niveles son tan bajos que es necesario recurrir a fuentes externas.

Hace tiempo que diferentes técnicos están trabajando y promocionando la utilización de biochar. Se trata de un carbón vegetal producido a partir de restos vegetales trans-formados en carbón a través de una pirolisis a bajo oxígeno. El biochar se utiliza en forma de polvo o pequeñas partículas

La salud de nuestros árboles

que se aplican en la tierra para mejorar la fertilidad de esta. Se trata de una materia orgánica con un nivel de carbono alto y estable. Los resultados de diferentes ensayos muestran que es una buena alternativa como fuente de carbono en al-gunos sistemas de producción.

Buscando el origen de esta técnica se habla de los produc-tores precolombinos del Amazonas. Sin ir tan lejos, de mane-ra tradicional, en Baleares, Catalunya, Valencia se hacían los formiguers (hormiguero en catalán). Recogían restos vegetales (normalmente madera que no se aprovechaba para construc-ción, puntales u hornos de cal), se amontonaban, se cubrían de tierra (en forma de hormiguero) y se quemaba la madera lentamente (con bajo oxígeno). De esta manera se obtenía un material orgánico para fertilizar los frutales, viñedos o huer-tos antes de la siembra.

En este afán por los anglicismos los formiguers serán, digo yo, uno de los precedentes del biochar moderno.

Hora de pisar el acelerador Manzanos en floración, cubierta en floración

Oidio en manzano

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58 La fertilidad de la tierra n˚80

Cuaderno del vergel

¿Por qué los viñedos no llegan, ahora, a los cien años?Un amante de la viticultura me planteaba hace unas sema-nas esta pregunta. Lleva años como “cuidador de viñas” y, entre otras actividades, se ha centrado en la poda. Difunde unos conceptos básicos de poda que, en demasiadas ocasio-nes, se han olvidado. Recomiendo que miréis el documental “Las podas olvidadas” (www.laspodasolvidadas.com), una pequeña joya que apunta a uno de los pilares básicos para conseguir viñedos longevos.

En el Cuaderno del Vergel de la pasada primavera hablá-bamos de las enfermedades de madera en la vid. Apuntába-mos, a modo de conclusión, que una convivencia con estas enfermedades pasa por dos medidas principales: una buena gestión de las técnicas culturales y usar medidas profilácti-cas durante la poda. Añadiría, sin lugar a dudas, los princi-pios de respeto a los flujos de sabia que se recomiendan en el citado documental.

Querría centrarme en otro aspecto que también es un pilar básico para la longevidad de las cepas: el cambio en la gestión de la tierra. Leíamos en el pasado número de invier-no una entrevista muy buena a Allan Savory en la que nos decía: “Todos los científicos del mundo deberían saber que si la tierra está desnuda, el ecosistema al completo deja de funcionar”. Es habitual ver los viñedos sin cubierta vegetal aparte de las propias cepas. Sobre todo en zonas de secano. Este manejo tradicional que evita la competencia entre cepas y vegetación espontánea es una herencia histórica de la agronomía de nuestro país. Ya Columela, hace 2000 años, apuntaba la importancia de cavar el viñedo, pero también apuntaba la necesidad de restituir los nutrientes en el cultivo de la vid. Todos los viejos manuales del siglo XIX, e inicios del XX, sobre el cultivo de la vid que he leído a lo largo de mi carrera coinciden en dar las pautas de escarda a modo de itinerario de cultivo. ¿Se equivocaban nuestros antepasados al arar la tierra?

La respuesta es no. En nuestras condiciones climáticas la pluviometría es muy inferior (en gran parte del país excepto en la zona norte) a la evapotranspiración. Por tanto, hay un déficit hídrico que no permite tener una mínima produc-ción rentable si combinamos el cultivo de la vid con una cubierta vegetal permanente. En este sentido está justificado pensar en que, al menos en un período del año, se debe ha-cer un control de la hierba.

¿Se equivocan pues los agroecólogos cuando proponen diversificar los sistemas con las cubiertas?

La respuesta es no. En nuestras condiciones climáticas, remover continuamente la tierra es mineralizar y, por tanto, perder materia orgánica. La materia orgánica es necesaria para estructurar la tierra y tener poros donde poder al-macenar el agua. También esta diversificación es la única herramienta que tenemos para convivir con las plagas y las

enfermedades (incluso con las enfermedades de madera). ¿Cómo se puede, entonces, salir de este callejón?

La respuesta pasa por encontrar el equilibrio vegetativo-productivo (crecimiento/defensa) a corto (mineralización) y a largo plazo (humificación). Se debe pasar de una ges-tión con balance positivo de mineralización a una gestión con balance neutro o positivo de humificación. Es nece-sario hacer un balance nutricional del oxígeno (visto en el Cuaderno del Vergel del anterior número), del carbono, del hidrógeno y, en un segundo nivel, del nitrógeno. Para restituir el carbono en parcelas que se labran hay dife-rentes posibilidades: desde la aplicación de estiércol a la gestión de la cubierta vegetal (ver artículo “Mejora de la fertilidad en secano” en número 64-65).

¿Qué rescatar de toda esta experiencia ancestral sobre el cultivo de vid en secano?

1. Cuando hablaban de 3 o 4 pases de labranza, se re-ferían a aperos tirados por animales con una profundidad de trabajo somera. Esto implicaba menos mineralización (incluso poca) en la zona de raíces.

2. En muchos casos (incluso Columela con el altramuz) se recomendaba siembras de legumbres durante el invier-no. Esto implicaba restitución en el balance de carbono y nitrógeno.

3. Se aplicaban diferentes materias orgánicas (restos vegetales, estiércol o desechos de zonas urbanas). Esto implicaba restitución en el balance de carbono y otros nutrientes.

Por tanto, lo que cabe rescatar es que si se quieren vides de 100 años se debe enfocar el cultivo desde el punto de vista de un sistema complejo.

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Nuestros al iados

60 61La fertilidad de la tierra n˚80 La fertilidad de la tierra n˚80

Cuando escuchamos la palabra “mariquita” o pen-samos en ella, automáticamente nos viene a la mente la mariquita de los siete puntos, la Coccinella septempunctata. Tanto es así que la Real Academia

de la Lengua Española (RAE) define mariquita como “insecto coleóptero del suborden de los trímeros, de pe-queño tamaño, cuerpo semiesférico y alas de color rojo o anaranjado con puntos negros”. Dejando a un lado la imprecisión sobre la morfología de los coleópteros o escarabajos,1 limita la denominación de mariquita al color rojo o anaranjado con puntos negros. Puede que los académicos de la RAE hayan considerado este tér-

mino para referirse de forma específica a la mariquita de siete puntos y otras que puedan parecérsele como la mariquita de Adonis (Adonia variegata) o la mariquita de dos puntos (Adalia bipunctata). Pero ¿qué hay de las numerosas mariquitas poco llamativas, sin puntos y de colores oscuros? Veamos si la definición de la RAE de Coccinélido es más completa: “Dicho de un insecto: del grupo de los coleópteros, trímero, de pequeño tamaño y cuerpo hemisférico, cuyos élitros, lisos y de colores vivos, tienen varios puntos negros, y se alimenta, en la mayoría de los casos, de pulgones, por lo cual es útil a la agricultura”. Sigue el árbol no dejando ver el bosque,

Texto y fotografías: Jesús Quintano Sánchez

Nadie puede discutir que las mariquitas son el icono del control biológico. Personalizado en la imagen de la mariquita roja de puntos negros, este icono puede verse por todo el mundo, no sólo asociándose con el control biológico sino también con lo natural, lo verde y lo ecológico. Por ello no son pocas las asociaciones, cooperativas o empresas que la usan en su publicidad, folletos, revistas, webs, incluso en los distintivos de frutas y hortalizas, se hayan cultivado de forma ecológica o no. Es un insecto que, a diferencia de la gran mayoría, despierta simpatía. No es poca la bibliografía e información digital disponible sobre las mariquitas. Pero hay especies que no están resultando tan beneficiosas para la agricultura como podría pensarse, de ahí la importancia de conocer a fondo esta apreciada familia

Las mariquitas, desconocido icono de la fauna auxiliar

Adulto de mariquita de coloretes (Exochomus nigromaculatus)

secundaria, complementando la dieta. Esta versatilidad en algunos casos puede suponer no morir de inanición, pero no poder completar su ciclo. Por ejemplo, el Cryp-tolaemus montrouzieri, al cual he podido observar ali-mentándose de pulgón de la adelfa (Aphis nerii).2 Pero en ausencia de cochinilla algodonosa (cotonet), su presa principal, no puede desarrollarse de forma plena por lo que esos adultos no llegarían a reproducirse.

También las hay vegetarianas, como la mariquita de las cucurbitáceas. Se trata del género Henosepilachna del cual tenemos 3 especies en la península ibérica. De color naranja con puntos negros muy similares entre sí, la más frecuente y fácil de observar es la Henosepilachna elaterii, asidua de los pepinillos del diablo (Eccballium elaterium). Todas se alimentan también sobre la nueza negra (Bryonia dioica). Sobre cucurbitáceas cultivadas es muy raro que cause problemas y su presencia suele ser anecdótica. El polen es un recurso alimenticio fun-damental para la familia de los coccinélidos.3

Acorazados y con defensas secretasLos coccinélidos son pequeños escarabajos de tama-

ño variable que miden de 1 mm a 1 cm aproximada-mente, en función de la especie. Vistos desde arriba tienen forma redondeada u ovalada, pero de perfil son semiesféricos en mayor o menor medida, siendo la parte inferior completamente plana. Esta forma la aprovechan para defenderse en primera instancia de los ataques de algunos enemigos como son las hormigas. Sus patas son cortas y, cuando se sienten en peligro, las pliegan bajo su cuerpo aferrándose al sustrato donde se encuentren. Como las antenas de las mariquitas son también pequeñas, pueden resguardarlas igualmente a

Especie Tipo de alimentoAdalia bipunctata PulgonesAdonia variegata PulgonesCoccinella septempunctata PulgonesHippodamia variegata PulgonesOenoplia doublieri PulgonesPlatynaspis luteorubra Pulgones

Scymnus sp Pulgones, mosca blanca

Clistotemus arcuatus Mosca blancaCryptolaemus montrouzieri CochinillasHyperaspis reppensis CochinillasRhyzobius lophantae CochinillasRodolia cardinalis CochinillasChilocorus bipustulatus Cochinillas, ácarosStethorus pusillus ÁcarosPsyllobora vigintiduopunctata Hongos

Henosepilachna elateri Cucurbitáceas (hojas y polen)

Algunas mariquitas y su alimento principal

pues mariquitas hay muchas, muchísimas, más allá de los colores vivos y puntos negros. La RAE no es una institución científica, por lo que no le podemos exigir tal grado de profundidad, pero sí de regularización lin-güística que refleja el lenguaje castellano de la sociedad general. Y estas definiciones son un ejemplo perfecto del desconocimiento que tenemos sobre uno de los in-sectos más comunes, con una gran importancia en los ecosistemas agrícolas, forestales y urbanos, eclipsados por la mariquita de siete puntos, emblema de esta gran familia.

Alimentación diversaEn una familia tan variopinta como la de las mari-

quitas, la alimentación no podía ser menos. Pulgones, cochinillas, ácaros y moscas blancas son sus presas prin-cipales según los géneros y especies. Algunos ejemplos pueden verse en el cuadro de arriba. Son depredadoras tanto cuando son larvas como cuando son adultos y eso las ha hecho valiosas para el control biológico. Pero no todas depredan insectos y ácaros, pues las hay que se alimentan de hongos, como la mariquita amarilla de 22 puntos (Psyllobora vigintiduopunctata) que tiene prefe-rencia por los oídios, especialmente del género Sphae-rotheca. Este es muy común y afecta a cultivos como las cucurbitáceas y frutales del género Prunus, además de ornamentales como los rosales, pero no tienen ca-pacidad de control sobre ellos. Su presencia es bioin-dicadora de baja toxicidad en el medio y en diversidad de hábitats en caso de que el cultivo no sea susceptible a este hongo. Aunque según las circunstancias (escasez) pueden alimentarse de otros grupos de alimento ya que, también puede alimentarse de pulgón de forma

La mariquita negra (Scymnus apetzi) se refugia en verano sobre la hierba de Santiago (Senecio jacobaea)

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62 63La fertilidad de la tierra n˚80 La fertilidad de la tierra n˚80

los lados de su encajada cabeza. De este modo si una hormiga u otro insecto similar quiere pegarle un boca-do, será como querer coger la ensaladera al revés a pe-llizcos. Lo cual le da tiempo para huir en un descuido o dejarse caer en caso de insistencia sin sufrir daño.

Pero la estrategia de defensa es más compleja. La coloración de los coccinélidos gira en torno a colores cálidos (rojo, naranja, amarillo, rosado, marrón…) el blanco y negro como contraste, aunque en muchos casos el negro es el color dominante o único. Estos colores cálidos se presentan de forma llamativa y bri-llante, lo que suele significar en la Naturaleza “no me comas que te vas a arrepentir” por mal sabor, veneno, toxinas… Es lo que se conoce como aposematismo. En efecto, la mayoría de los coccinélidos tienen alcaloides en su hemolinfa (la sangre de los insectos). Los adultos la excretan por una glándula en la articulación que une el fémur con la tibia, aunque también la poseen larvas, pupas y huevos. Podemos hacer la prueba manipulan-do con cuidado a una mariquita de siete puntos, por ejemplo, y veremos cómo nos mancha los dedos con

Las mariquitas, desconocido icono de la fauna auxiliar

Por su parecido razonable algunas especies de la familia Crisomelidae pueden ser confundidas con coccinélidos si no estamos muy familiarizados con ellos. Se trata de una familia fitófaga que en muchos casos genera problemas en algunos culti-vos. Por ejemplo, la galeruca en pistacho y otros árboles (Labidostomis lusitanica) o en ornamentales como el defoliador del olmo (Chysomela populi). Una serie de rasgos nos ayudarán a diferenciarlos de forma rápida a simple vista. Las antenas de los crisomélidos son largas, más gruesas, y les llegan a los élitros, mientras que las de las mariquitas son cortas y pueden esconderlas a los lados de la cabeza sin que sobresalgan. Los crisomélidos pue-den presentar colores metalizados y dibujos a rayas mientras que los coccinélidos nunca. Por último, los crisomélidos presentan barriga, su perfil inferior no es plano.

No confundir con...

un líquido amarillento. Estos alcaloides de mal olor y sabor son tóxicos, especialmente para aves y mamíferos. Se han identificado alrededor de 50 tipos diferentes de alcaloides en la familia de los coccinélidos y suelen ser específicos por género, por ejemplo la coccinelina (gé-nero Coccinela), la hippodilina (género Hippodamia) o la adalina (género Adalia).

Larvas variopintasA pesar de su voracidad no se les aprecian las mandí-

bulas a simple vista. Su coloración es muy variable, sien-do más llamativa en las especies más conocidas y menos en otras. Como las de mariquita negra enana (Sthetorus pusillus) de color gris azulado o las de la mariquita de herradura (Clistotethus arcuatus) de color blanco. Las larvas están cubiertas de verrugas y protuberancias que les dan un aspecto rugoso, incluso espinoso en algunos casos como el de la mariquita de coloretes (Exochomus nigromaculatus) o de la mariquita de las cucurbitáceas (Henosepilachna argus). Aunque hay géneros cuyas larvas despistan, como los conocidos Scymnus y Cryptolae-mus. Sus larvas segregan proyecciones céreas de color blanco por todo su cuerpo, creando una cobertura pro-tectora que las asemeja a cochinillas algodonosas. Su movilidad y aspecto desgarbado, como si de unas rastas se tratara, las delata. Se trata de una estrategia defensi-va ante enemigos como las hormigas pues, en caso de morder, muerden cera filamentosa que además queda pegada a sus mandíbulas. No obstante, las larvas de al-gunas especies de mariquitas negras (Scymnus), al igual que ocurre con auxiliares como los sírfidos, presentan camuflaje químico. Segregan un olor que confunde a las hormigas y no les atacan. Pero, sin duda, la reina de esta técnica es la extraña larva de la Platynaspis luteorubra. Mientras el resto de la familia de los coccinélidos pre-sentan larvas alargadas, la de esta especie es rechoncha y

aplastada sin cobertura de protección, como una lenteja, porque no le hace falta. Puede observársele campando a sus anchas entre pulgones custodiados por hormigas y comiéndoselos sin que estas les hagan daño.

El caso de la perfecta invasoraLa mariquita arlequín (Harmonia axyridis), también

conocida como asiática, procede de dicho continente aunque actualmente se encuentra en todos. Su expan-sión se debe principalmente a su introducción mediante programas de control biológico para pulgón. Está con-siderada como invasora y sus características biológicas hacen que no sea bienvenida. Presenta una alta vora-cidad y practica la depredación intragremial. Esto sig-nifica que no sólo se alimenta de áfidos, también de las mariquitas que van tras ellos, en especial de sus huevos, larvas y pupas. Son resistentes a sus alcaloides, incluso los incorporan a su hemolinfa. Hay estudios realizados en Inglaterra que muestran cómo años después de su introducción, y en las zonas donde se ha establecido, han disminuido su presencia mariquitas autóctonas o nativas como la Adalia bipunctata, Adalia decempunctata o Coccinella septempunctata. Pero la depredación in-tragremial se produce en ambas direcciones, es decir, que las mariquitas nativas también depredan huevos y larvas de la mariquita arlequín. Entonces, ¿cuál es el se-creto de esta perfecta invasora? Ha sido descubierto no hace muchos años en Alemania por un grupo de inves-tigadores. Su hemolinfa contiene esporas de un hongo parásito mortal (microsporidios parasíticos) al que es in-mune, pero no así las demás mariquitas. De modo que, cuando las demás se alimentan de sus huevos o larvas, quedan infectadas terminando por morir. Siempre y cuando no lo hagan antes por los alcaloides que contie-nen, como la harmonina cuya alta concentración en los adultos supone una defensa infalible para sus depreda-dores. También contienen derivados de la pirazina co-mo metoxipyrazina (3-isopropyl-2-metyhoxypyrazina) cuyo contenido es 100 veces mayor que en la mariquita de 7 puntos. Esto también nos puede traer problemas a nosotros. Y es que la mariquita asiática, previa llegada de los meses fríos, tiende a agruparse en grupos nume-rosos para hibernar. Son conocidos los casos de grandes congregaciones en el interior de casas y edificios lle-gando a causar alergias a las personas que allí habitan. Aunque esto sea más anecdótico que relevante. Sin embargo, está causando perjuicios en la vitivinicultura. En su alimentación incluye la fruta madura rica en azú-cares y los racimos de uva, especialmente los dañados por hongos o polilla del racimo suponen un punto de reunión y alimentación de esta mariquita. Coincidien-do esto con la época de vendimia bastaría, por ejemplo, con unos 3 ejemplares de este coccinélido por kilo de uva “Pinot noir” para alterar las cualidades del caldo producido y, por lo tanto, mermar la calidad del mismo por la metoxipyrazina que desprenden las mariquitas en el proceso de vendimia y prensado. Son numerosos los estudios que se están realizando en zonas vitícolas de EE. UU., Sudáfrica o Centroeuropa con el objetivo de paliar su efecto.

La Oenopia doublieri frecuenta árboles como frutales y citricos Larva de Exochomus nigromaculatus depredando cochinilla (Kermes vermillio) sobre coscoja

Larva de mariquita negra (Scymnus sp) depredando pulgón en madroño (Wahlgreniella nervata)

Larva de la mariquita Platynaspis luteorubra depredando pulgón en granado y en presencia de hormigas

Propylea quatuordecimpunctata comiendo pulgón (Aphis spicaecola)

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En la península ibérica se cita su presencia en 2007, por primera vez en País Vasco, continuando posterior-mente hacia Soria y Zaragoza. También hay abun-dancia de citas en Catalunya y norte de la Comunidad Valenciana. En el sur hay una cita en el Algarve portu-gués en 2018, pero aún no se observa en Andalucía o Extremadura, mientras que sí está presente en Cana-rias. Veamos qué nos depara el futuro en relación a esta especie invasora, un reto más ante la globalización de especies favorecidas por el cambio climático y la impru-dencia humana.

¿Qué podemos hacer?Como hemos visto, las mariquitas son una gran fa-

milia, con una alimentación variada y multitud de pre-ferencias en cuanto a hábitats. Es por ello que forman parte de nuestro entorno con mayor o menor abundan-cia según las características de este. Las especies más frecuentes son las que se alimentan de pulgones, las

comunidad vegetal de las cubiertas, por ejemplo con el jaramago blanco (Diplotaxis erucoides). Pero no todo son hierbas, pues hay especies vinculadas a los árboles y arbustos. Mientras que hay especies que frecuentan ambos estratos como la mariquita de 7 puntos, de 14 puntos (Propylea quadripustulatus), la adonis, la mariqui-ta negra enana o la mariquita negra Scymnus frontalis. Otras especies prefieren la arboleda, por ejemplo la mariquita de dos puntos, la de 10 puntos (Adalia decep-tunctata), Oenopia doublieri, Exochomus quadripustulatus o Rodolia cardinalis.

Hay arbustos que son una elección clásica para setos como son las adelfas. Pero los pulgones amarillos de la adelfa (Aphis nerii) contienen alcaloides que evitan que los coccinélidos se alimenten de ellos, salvo la adonis y la de coloretes. Como ocurre con las hierbas, será necesario disponer de baterías de plantación con di-versas especies para evitar disminuir probabilidades de existencia. En campos de cultivo de cítricos rodeados de riberas arbóreas bien conservadas a base de álamos, fresnos y nogales, entre otros árboles, suelen estar presentes con relativa abundancia la mariquita negra enana y Oenopia doublieri. Si esas riberas contienen además sauces e higueras puede mantenerse presencia de la mariquita australiana depredadora de piojos Rhizobius lophanthae como he podido comprobar en la provincia de Sevilla, en Lora del Río o Dos Hermanas. También en ornamentales como las palmeras Cicas

Las mariquitas, desconocido icono de la fauna auxiliar

Hace ya varias décadas, en la península ibérica se introdujeron en los agroecosistemas citrícolas tres especies de mariquitas de origen australiano para el control de plagas. Fueron referencia en su cría y suelta los insectarios del Servicio de Sanidad Vegetal de la Comunidad Valenciana. Se trata de Cryptolaemus montrouzieri para el control de cotonet (Pseudococcus citri). Esta mariquita no se adapta bien a las condiciones climatológicas de la Península por lo que se suelen realizar sueltas para que se establezcan durante la temporada mediante su compra en casas comerciales. También la mariquita Rodolia cardinalis para el control de cochinilla acanalada (Icerya purchasi), cuya efec-tividad es muy alta. En zonas templadas del sur y este peninsular puede ir movilizándose de un año a otro entre los cultivos de cítricos y zonas forestales u ornamentales donde encuentre a su presa, por lo que suele aparecer de forma esporádica en los culti-vos. Por último, Rhizobius lophantae para el control de piojo rojo (Anodiella aurantii) y blanco (Aspidiotus nerii). Es menos abundante y frecuente que la anterior en el sur peninsular aunque fácilmente observable en Baleares sobre frutales (Prunus spp) y Canarias sobre ornamentales y plataneras que tengan algo de piojo.

Foráneos que se quedaron

más apreciadas por hortelanos y fruticultores. Suelen alimentarse de diferentes especies de áfidos, pero es importante que cuenten con un entorno diverso que se traduzca en una mayor disponibilidad de especies. Por ejemplo, si la mariquita de 7 puntos se alimenta de pulgones del melocotón (Myzus persicae), del haba (Aphis fabae) o de las leguminosas (Acyrthosiphon pisum), se desarrolla en menos tiempo, adquiere más peso y sobreviven mayor número de larvas que si se alimenta del pulgón de las crucíferas (Brevicoryne brassicae) o del saúco (Aphis sambuci). Y dentro de los pulgones que se alimentan de la misma familia de plantas, por ejemplo leguminosas, la mariquita de dos puntos (Adalia bi-punctata) pone casi la mitad de huevos alimentándose de Megoura viciae que si se alimenta de Acyrthosiphon pisum o Aphis fabae, además de aumentar la mortalidad de larvas. Por ello, el mantenimiento de cubiertas y lin-des con vegetación variada asegurará un menú adecua-do y a gusto de las mariquitas.

Las cubiertas de vegetación arvense variada son las más valiosas, aunque también se suelen sembrar cereales como la cebada que atraen pulgones como Rhopalosiphum padi, Sitobion avenae o Schinzaphis gra-minum. Como es frecuente, puede añadírsele alguna leguminosa para contar con pulgones de esta familia. Se colonizan mejor si tienen contacto cercano con zo-nas naturales y lindes. Si tenemos en cuenta el polen como un recurso necesario, las cubiertas de crucíferas son una buena opción cuando haya que reforzar la

Adulto y larva de mariquita de herrradura (Clistotethus arcuatus) sobre mosca blanca del olivo (Siphoninus phyllireae)

(Cyca revoluta). Los espacios ornamentales pueden ser también una fuente y reservorio de estos insectos auxiliares. Es frecuente encontrar en jardines donde haya azahar de China (Pittosporum sp) grandes grupos de la mariquita Rodolia cardinalis alimentándose de la cochinilla acanalada (Icerya purchasi) que tanta afinidad tiene con esta planta. En los campos de cítricos de los alrededores aparecerá de forma espontánea ante la presencia de esta cochinilla, y habiendo Rodolia, no habrá ningún problema. Está claro que el entorno donde se desarrolle nuestra actividad debe hacer honor a esta familia, con diversidad de especies, recuperan-do y restaurando las lindes, taludes, ribazos, riberas, caminos, zonas no cultivadas, jardines, buscando la funcionalidad que se traducirá en rica comunidad de mariquitas. L

Notas(1) Indica alas de color cuando debería indicarse élitros de color, que son las dos cubiertas endurecidas que en los coléopteros o escara-bajos cubren y protegen a las alas membranosas que quedan bajo ellos. Por lo tanto, la parte externa que se ve, que está coloreada y que caracteriza la imagen de las diferentes mariquitas, son los élitros y no las alas. (2) Ver “La Adelfa y sus habitantes” en La Fertilidad de la Tierra, nº 48.(3) Ver “El poder de atracción de las plantas sobre los auxiliares” en La Fertilidad de la Tierra, nº 70

Mariquita amarilla come hongos (Psyllobora vigintiduopunctata) Rodolia cardinalis sobre arándano, donde ejerce un buen control de cochinilla acanalada (Icerya purchasi)

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LOS BUENOS ALIMENTOS

Texto: Rosa Barasoain Fotografía: Fernando López

Liberar al maíz de la codicia Hay muchas teorías sobre el origen de esta gramínea –que si Perú, que si México– lo cierto es que se domesticó como cultivo en la llanura central mexicana hace 7.000 años y llegó a

formar parte de numerosos rituales amerindios –como en la fiesta inca del Sol, donde se comía un pan sagrado de maíz– y de diferentes mitologías: para los Navajo, para los Creeks… Hasta que el afán materialista y globalizador lo llevó al extremo opuesto, a olvidar que es un alimento y a sacralizar la productividad, de manera que los lobbies del maíz pudieron saturar el mercado de semillas híbridas y, más recientemente, intentar el monopolio mundial con los transgénicos a la vez que se frenaba la producción más interesante, libre y equilibrada: la ecológica

En Latinoamérica, hoy todavía encuentras maíces de granos blancos, amarillos, púrpuras, marrones, morados, azu-

les casi negros… Es tan diverso que se tardó en poder ordenar las variedades, lo hizo en 1899 Sturtevant quien, basándose en la textura y estructura del endos-permo, consideró siete grupos: los envueltos en su propia bráctea o Zea mays var. tunicata, para co-merlo verde y entero, pero poco comercial; los reventones o var. everta, especiales para obtener pa-lomitas; los var. indurata, de grano duro, translúcido, que resisten al frío, los primeros que se trajeron y fueron cultivados para ensilado; los var. amilácea, con origen en Perú, de endospermo blando, suave, harinoso, especial para nutrición humana y que aquí se destina a fabricar almidón y alcohol; los var. aorista, granos con la forma característica de diente, fruto de la mejora varietal; los var. indentata de origen mexicano, con un tallo por planta y una mazorca por tallo, pero grandes y de gran rendimiento, especial para la alimentación animal; los var. saccharata, dulces y que se toman como hortaliza; y los var. ceratina, de aspecto ceroso, que aparecieron por mutación en China y Asia, tan digestivos que con ellos se obtiene un sucedáneo de la tapioca.

El polivalente maíz nos lo trajo Colón ya en su primer viaje, en 1492, y tuvo rápida aceptación. En lugares mon-tañosos y con cierta humedad se adaptó tan bien –tanto para la alimentación humana como para el ganado– que se diría que llevaba toda la vida cultivándose. Hoy en estas zonas de Asturias, Galicia, País Vasco, Catalunya… la dificultad estriba en no ser contaminados por transgé-nicos –afortunadamente cada vez menos cultivados– por la facilidad que tiene de hibridarse pues el polen del maíz viaja con el viento. Por eso los agricultores ecológicos se han visto en tal dificultad que se tiene que importar, con el consiguiente coste a todos los niveles. Si en 2017 la producción ecológica española de maíz fue de 3.818,56 toneladas (1.620 t en Navarra, 769 en Castilla-La Man-cha, 608 Catalunya, 399 Aragón) tranquilamente podría

centuplicarse si se optara por dar el paso a la agricultura ecológica y liberar el maíz.

Así podríamos beneficiarnos de un maíz ecológico interesante por su fibra, su proteína, sus hidratos de carbono, potasio y fósforo, tan-ta vitamina A que lo hace antiin-feccioso (y su cabellera o estigmas son un potente diurético) así como de vitaminas K, B2 y B3... Cocido o tostado pierde 1/3 de la proteína pero se predigieren los hidratos de carbono y se conservan la grasa y el 60% de las sales minerales. Es algo acidificante pero en general

es digestivo incluso para ancianos y niños, aunque no deben comerlo en exceso las personas delicadas de estó-mago e intestinos.

Las palomitas ya se conocían en México, como las pequeñas y tiernas panochas cocidas o asadas, pero sin añadirles mantequilla tan del agrado de la cultu-ra yankee, como el sirope endulzante que se extrae por hidrólisis. El pan de maíz (polenta italiana, o broa por-tuguesa) necesita combinarse con otros alimentos, pe-ro el pan de millo, que lleva algo de trigo, es perfecto. Tenemos los copos, la maicena para cremas y repos-tería… o la harina gruesa para hacer tortillas cocidas sobre una plancha caliente, como los talos vascos (tan ricos y alternativa para celíacos) que se pueden rellenar de legumbres o de carne y así se convierten en tacos o enchilada, o dejarlos secar para trocearlos en la sopa. La harina mezclada con verduras o carne y cocida al vapor dentro de una hoja –de banano o de la propia hoja del maíz– son los ricos tamales. En cuanto a bebi-das de maíz, sólo en México había más de 60 diferentes, como el atole o la chicha… o desde el s. XVII el whisky de Kentucky o bourbon del rudo Oeste. Pero lo esencial es que sea maíz ecológico con sus múltiples variedades locales, para consumo humano y animal, ¡porque de la ganadería proceden muchos de nuestros alimentos!, y si somos consecuentes debemos exigir tanto la soberanía alimentaria como el bienestar animal, posible solamente si ganadería y agricultura vuelven a estar unidas y son ecológicas. No hay otra. L

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