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1 Manipulación de las masas y propaganda en la Alemania nazi Artículo publicado en las Actas del V Congreso de la Asociación de Historia Contemporánea, celebrado en Valencia en Mayo de 2000 Julián Echazarreta Carrión Guillermo López García Universitat de València 1) Principales causas del auge del nazismo Las causas del ascenso del poder del partido nazi es una de las cuestiones más abordadas por los historiadores a lo largo del siglo XX. Numerosos son los factores que se tienen en cuenta a la hora de intentar dar explicación a lo que luego devendría uno de los regímenes políticos más sanguinarios del siglo, provocando más o menos directamente la muerte de unos 60 millones de personas, entre víctimas de guerra y prisioneros ajusticiados en los infames campos de exterminio nazis; con el agravante de que toda esta cultura de la muerte tuvo lugar en el corazón de Europa, en uno de los países más cultos y respetados del viejo Continente, el cual, durante unos años, pareció abocado a un tipo de barbarie que se creía ya superada en la Europa occidental. Como no es nuestra intención hacer un estudio detallado de los orígenes del régimen nazi, sólo vamos a centrar nuestra atención en aquellos elementos que relacionan los inicios del nazismo con el mayor o menor apoyo popular con el que contaron, un apoyo que les llevó a convencer a un 37% del electorado en julio de 1932, lo cual no está nada mal para lo que empezó siendo un grupúsculo de nacionalistas minoritario que tenía su principal argumento en la reivindicación patriótica frente a la humillación que supuso el Tratado de Versalles y su principal instrumento de actuación en la violencia callejera. En primer lugar, no se entendería el partido nazi sin el que fue su líder carismático que no fundadorhasta el mismo declive: Adolf Hitler. Sin entrar en factores como la aparente mediocridad de este aspirante a pintor fracasado, lo que nadie parece dudar es que entre sus virtudes políticas se encontraba una sobresaliente capacidad oratoria, que convirtió casi en un arte, al ser capaz de llevar a buena parte del público que le oía a un estado que rozaba la hipnosis. Hitler en persona fue el principal elemento propagandístico del régimen, y los discursos que pronunció durante la segunda mitad de los años 20 y principios de los 30 fueron los culpables, en buena parte, del auge del nazismo en Alemania. Hitler supo adaptar su discurso al avance de los tiempos: pasó de las reivindicaciones de guerra a la crítica de la República de Weimar. Según Evans: “A pesar de su complejidad y modernidad, la propaganda nazi tampoco logró

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  • 1Manipulacin de las masas y propaganda en la Alemania naziArtculo publicado en las Actas del V Congreso de la Asociacin de Historia Contempornea, celebrado en Valencia

    en Mayo de 2000

    Julin Echazarreta CarrinGuillermo Lpez GarcaUniversitat de Valncia

    1) Principales causas del auge del nazismoLas causas del ascenso del poder del partido nazi es una de las cuestiones ms abordadas por los historiadoresa lo largo del siglo XX. Numerosos son los factores que se tienen en cuenta a la hora de intentar darexplicacin a lo que luego devendra uno de los regmenes polticos ms sanguinarios del siglo, provocandoms o menos directamente la muerte de unos 60 millones de personas, entre vctimas de guerra y prisionerosajusticiados en los infames campos de exterminio nazis; con el agravante de que toda esta cultura de la muertetuvo lugar en el corazn de Europa, en uno de los pases ms cultos y respetados del viejo Continente, elcual, durante unos aos, pareci abocado a un tipo de barbarie que se crea ya superada en la Europaoccidental. Como no es nuestra intencin hacer un estudio detallado de los orgenes del rgimen nazi, slo vamos acentrar nuestra atencin en aquellos elementos que relacionan los inicios del nazismo con el mayor o menorapoyo popular con el que contaron, un apoyo que les llev a convencer a un 37% del electorado en julio de1932, lo cual no est nada mal para lo que empez siendo un grupsculo de nacionalistas minoritario quetena su principal argumento en la reivindicacin patritica frente a la humillacin que supuso el Tratado deVersalles y su principal instrumento de actuacin en la violencia callejera. En primer lugar, no se entendera el partido nazi sin el que fue su lder carismtico que no fundador hastael mismo declive: Adolf Hitler. Sin entrar en factores como la aparente mediocridad de este aspirante a pintorfracasado, lo que nadie parece dudar es que entre sus virtudes polticas se encontraba una sobresalientecapacidad oratoria, que convirti casi en un arte, al ser capaz de llevar a buena parte del pblico que le oa aun estado que rozaba la hipnosis. Hitler en persona fue el principal elemento propagandstico del rgimen, ylos discursos que pronunci durante la segunda mitad de los aos 20 y principios de los 30 fueron losculpables, en buena parte, del auge del nazismo en Alemania. Hitler supo adaptar su discurso al avance de lostiempos: pas de las reivindicaciones de guerra a la crtica de la Repblica de Weimar. Segn Evans:

    A pesar de su complejidad y modernidad, la propaganda nazi tampoco logr

  • 2todo lo que se propuso. Parece obvio, por ejemplo, que ni el anticapitalismo niel antisemitismo fueron elementos suficientemente atractivos de la poltica naziantes de 1933, pero la propaganda s se apunt tantos en su ataque contra laRepblica de Weimar y todo lo que esta representaba. Consigui apoy, enparte, porque pareca la fuerza que contaba con ms probabilidades de terminarcon las instituciones polticas de la primera democracia de Alemania.

    Y encontramos, precisamente aqu, otra de las causas evidentes que propiciaron el triunfo del nazismo: lapropaganda nazi aprovech el descontento general producido por las decisiones del Tratado de Versalles,para convencer a muchos de que el carcter democrtico de la Repblica de Weimar estaba asociado con lahumillacin nacional y, en efecto, durante la dcada de los 20 se fue instaurando en la sociedad alemana uncierto sentimiento antidemocrtico, originado, principalmente por los dos extremos del espectro poltico.Alemania era un pas sin tradicin democrtica y a pesar o precisamente por ello de lo avanzado a supoca de la Rpublica de Weimar, esta acab resintindose, debido sobre todo a la inestabilidad queoriginaban los constantes cambios y las frgiles coaliciones de gobierno que se formaban. A ello hay queaadir algunos factores de ndole internacional: la inflacin, la injerencia de ideologas extranjeras y sobretodo el crack econmico de 1929 que sumergi a Alemania en la ms grave crisis econmica, poltica y socialde su existencia con un nivel de paro en 1932 que alcanz los 7 millones. Todos los votantes que noconsigui el partido nazi durante la dcada de los 20 le llegaron de repente en forma de masa socialfragmentada y escarmentada de la nefasta experiencia democrtica capitalista. Las arengas antidemocrticas deHitler cobraban ahora sentido y actualidad.

    2) Una nueva disciplina cientficaComo es sabido, los orgenes ms inmediatos del nazismo se sitan en la derrota de Alemania en la PrimeraGuerra Mundial. La Gran Guerra supone el fin de las guerras romnticas y la aplicacin sistemtica del nuevopoder de los medios de comunicacin de masas (especialmente la prensa, la propaganda poltica a travs depanfletos, carteles y octavillas y los nuevos medios recin aparecidos, el cine y la radio). Entre las variadas ymltiples consecuencias de la guerra, resulta de particular inters para nosotros en este momento la aparicinde una nueva disciplina cientfica: la Teora de la Comunicacin de masas.Aunque el estudio de los medios de comunicacin y de la propaganda poltica tiene races enormementeantiguas, la investigacin se haba producido a travs del filtro de las ms variadas disciplinas (especialmentela sociologa y la psicologa de las masas); la I Guerra Mundial supone un claro punto de inflexin en esteproceso, segn el cual la comunicacin de masas comienza a emanciparse paulatinamente, bebiendo todava,como es obvio, de disciplinas a ella asociadas.La observacin de los estragos causados en la opinin pblica por la manipulacin propagandstica, as comoel shock que supuso para los investigadores el xito de la Revolucin Rusa, deriv en una concepcin

  • 3totalmente negativa de la sociedad de masas, en cuanto formada por individuos aislados y totalmente carentesde raciocinio, fcil pasto de la manipulacin de los nuevos medios masivos. El xito de sucesivostotalitarismos en los aos veinte y treinta, entre ellos el nazismo, impulsados y fortalecidos por el usoindiscriminado de los medios de masas para asegurarse el apoyo popular, contribuy poderosamente a que laprimera teora de la comunicacin de masas, conocida como Teora hipodrmica o Teora de la bala,estableciera un modelo unidireccional de la comunicacin, en el que todo el poder est en manos de losmedios de masas y de las elites que se sitan detrs de ellos. El modelo de la Teora Hipodrmica, segn lodefine Mauro Wolf, sera el siguiente:

    Habra que hablar de una teora de la accin, la elaborada por la psicologaconductista. Su objetivo es estudiar el comportamiento humano con los mtodosdel experimento y de la observacin tpicos de las ciencias naturales ybiolgicas. El sistema de accin que distingue al comportamiento humano debeser descompuesto, por la ciencia psicolgica, en unidades comprensibles,diferenciables y observables (...) Estrechamente vinculada a los temoressuscitados por el arte de influenciar a las masas (...), la teora hipodrmica (...)mantena por tanto una conexin directa entre exposicin a los mensajes ycomportamientos: si una persona es alcanzada por la propaganda, puede sercontrolada, manipulada, inducida a actuar. (1991: 27-29)

    El sistema propuesto por la teora hipodrmica est enraizado con una corriente filosfica de carcterconservador que observa con pesimismo los resultados de la sociedad industrial, que tiende a atomizar elcuerpo social en individuos particulares e inconexos, fcil pasto de los mensajes centralizados de los mediosde comunicacin. Asimismo, en el contexto europeo se vive una poca de incertidumbre provocada por lahecatombe de la guerra y por la constatacin de que Europa est perdiendo a marchas forzadas el liderazgomundial. Se alzan voces que exigen una reaccin, explicitada en trminos de lucha. Por ejemplo, OswaldSpengler advierte de que La historia de esta poca ya no es un juego ingenioso en buenas formas, con el finde obtener ms o menos, y del que cabe retirarse siempre. Resistir o morir: no hay otro trmino. La nicamoral que la lgica de las cosas nos permite hoy es la de un alpinista en la cresta empinada. Un instante dedebilidad, y todo perece. La filosofa no es hoy ms que interno abandono y la esperanza cobarde de eludirlos hechos merced al misticismo (...) Se trata de la poca ms difcil que conoce la historia de una grancultura. La ltima raza en forma, la ltima tradicin viva, el ltimo jefe que tenga ambas cosas tras de s,pasar vencedor y llegar a la meta. (1998: 665-666).La bsqueda de una reaccin a escala europea es, obviamente, mucho ms acentuada en el caso alemn,donde la exigencia de un hombre providencial se convierte en razn de ser de una buena parte de lapoblacin, acuciada por los problemas econmicos y la humillacin de la derrota, dispuesta a seguir acualquier hbil manipulador de la propaganda. Esto es lo que ofreca Hitler, propaganda, movilizacin.

  • 4Influido por tratados de psicologa de las masas como el de Gustave Le Bon, por la experiencia de la GranGuerra y la concepcin negativa de los medios de masas, y muy especialmente por su experiencia personalcomo agitador de cervecera, Hitler edificar un partido nazi y un Estado alemn inseparables y basados en elculto al lder, impregnando la propaganda todos los resortes de la sociedad.

    3) Estrategias de propaganda durante el nazismo:3.1) La prioridad de la propaganda en el Estado naziLas estrategias de propaganda que vamos a relatar aqu ya estn presentes en el partido nazi desde sus inicios,pero hemos escogido el periodo 1933-1939, es decir, desde la llegada de los nazis al poder hasta el inicio de laSegunda Guerra Mundial, como poca histrica en la que la utilizacin de la propaganda es ms sistemtica yalcanza a un mayor porcentaje de la poblacin. El Estado nazi se configura como Estado autoritario desde elprincipio, y la propaganda ser el sistema de mantenerse en el poder. Los nazis centralizan todo el poder delos medios de comunicacin y los ponen a su servicio, estableciendo un frreo control y censura sobre suscontenidos. El ministerio ms importante durante el nazismo, al que se le dedican ms recursos, no es, comopudiera parecer, el de la Guerra, sino el nuevo ministerio de la Propaganda, encabezado por Joseph Goebbels.Desde este ministerio, Goebbels har extensivo a la inmensa mayora de los alemanes el culto a lapersonalidad reportado a Hitler entre los nazis, y los delirantes objetivos de stos se convertirn en losobjetivos de todo un pas.

    3.2) Importancia de los smbolos: las bases mitolgicasLa compleja simbologa nazi va a beber de fuentes variadas, que generalmente remiten al pasado (como es elcaso de la esvstica). El rgimen nazi es un rgimen milenarista, influido por diversos antecedentes, muchosde ellos de carcter mtico. Como indica Adrin Huici, el III Reich incluye el milenarismo con su propiomito de las tres edades, combina las antiguas mitologas germnicas con las reflexiones de Carlyle sobre elhroe carismtico y las de Sorel y Nietzsche sobre la necesidad de una violencia redentora. Apela a laimaginera del romanticismo alemn (...) para revitalizar la idea de los buenos tiempos antiguos (y sagrados), elespritu de la nacin germana y, naturalmente, se inventa el mito de la superioridad de la raza aria. (1996:180)Los desfiles, las grandes manifestaciones pblicas, los discursos de Hitler estn investidos de una simbologaencaminada a impresionar a las masas, a dotar de una especie de liturgia mstica a lo que no es sino merapropaganda poltica. La combinacin de la capacidad oratoria de Hitler con la parafernalia mtica que lorodeaba en sus discursos contribua a crear en el pblico un estado de receptividad especial.

    3.3) Deificacin del lderTodos los regmenes fascistas se basan en una persona, un lder que focalice todas las pasiones de las masas ytodos los objetivos del rgimen. Los sistemas no democrticos (incluso, en ocasiones, los democrticos)

  • 5acaban cayendo inevitablemente en el culto a la personalidad, algo que en algunos casos (como en elestalinismo) es una degeneracin de los postulados ideolgicos originales, pero que en el caso del fascismoest en la misma raz del sistema poltico. El lder ha de ser un hombre carismtico, dotado aparentemente detodas las virtudes y, en consecuencia, de una especie de infalibilidad papal. Los que crean en la necesidad deun hombre providencial, que eran muchos en la Alemania de posguerra, eran fcil pasto de la propagandahitleriana. La fidelidad ciega al Fhrer, como contrapartida a sus supuestas virtudes nicas, era exigida no sloa los miembros del Partido sino a la totalidad de los alemanes, una vez que Estado y Partido quedaronfundidos en una misma entidad.De esta manera, los recursos del ministerio de la Propaganda se lanzaron a la creacin de un mito ms, elmito del Fhrer o caudillo del pueblo alemn, destinado a aliviar a los alemanes de la humillacin de laderrota, primero, y a instaurar un Reich eterno basado en la supremaca racial, despus. El liderazgo de Hitler,indiscutido en el partido nazi desde la noche de los cuchillos largos, fue elevado por Goebbels, a travs delos medios de comunicacin, a la categora de lo divino.Sin embargo, todos los estudios referidos a Hitler coinciden en una cosa: la mediocridad del personaje. Esto,que en un principio causa perplejidad, se entiende mejor si tenemos presente que se trataba de una personacon una virtud (la oratoria) y una obsesin (la propaganda) que, juntas, producan un poderoso efecto desugestin en las masas. Lo importante de los discursos de Hitler no eran sus contenidos, perfectamentebanales y reiterativos, sino su puesta en escena, esto es, las estrategias retricas utilizadas por l y lasimbologa que lo rodeaba. Como destaca Alejandro Pizarroso:

    La tcnica oratoria de Hitler era algo perfectamente elaborado. No era un oradorespontneo. Preparaba sus discursos con antelacin aprendindolos de memoria,pues lea mal en alta voz. La simple lectura de sus textos es insuficiente paracomprender el efecto que consegua en su audiencia. Estos discursos eran de largaduracin. Se vala de la tcnica del crescendo. Comenzaba lentamente con unavoz montona, comunicando casi indiferencia a sus oyentes, con una actitudrelajada. Llegado un punto, acompaado de gestos de su mano derecha, eldiscurso se converta en un torrente incontenible de palabras, vibrando su vozenfebrecida y concluyendo en un brusco final para volver a comenzar el proceso.(1993: 334)

    3.4) Creacin de enemigos interiores y exterioresEl objetivo del nazismo es instaurar un nuevo Reich, el Tercer Reich, que durar mil aos y que se constituirsobre la base de la raza. Para conseguirlo, el nazismo observa la presencia de una necesidad (el espacio vital) yde dos doctrinas contrapuestas a sus objetivos: el marxismo y el sionismo. En palabras de Kershaw: Eldarwinismo social, la interpretacin racista de la historia, brindaba la justificacin. La poltica no es ms quela lucha de un pueblo por su existencia. Es un principio de hierro, proclama: El ms dbil cae para que el

  • 6fuerte gane vida. Tres valores determinaban el destino de un pueblo: valor de raza o de sangre, el valor depersonalidad y el sentido de lucha (Kampsfsinn) o impulso de supervivencia (Selbsterhaltungstrieb). Estosvalores, encarnados en la raza aria, estaban amenazados por los tres vicios (democracia, pacifismo einternacionalismo) que constituan la obra del marxismo judo . (1999: 294)De la misma manera que los nazis aprovecharon la Depresin de 1929 y la hiperinflacin de principios de losaos 20 para desatar su verborrea contra la dbil repblica de Weimar, la doctrina del Lebensraum y lanecesidad de una lucha final, de carcter militar y mitolgico al mismo tiempo, contra el sionismointernacional, son los centros neurlgicos de la propaganda nazi en el poder, apoyos que sirven paraentusiasmar a la poblacin, ocultarles los eventuales problemas aparecidos durante el gobierno nazi y, sobretodo, descargar las iras y frustraciones de los alemanes sobre un chivo expiatorio, la comunidad juda,culpable de todos los males.La sociedad nazi est estructurada como un organismo del que todos forman parte, como corresponde a unEstado racial. Todos sern felices porque, por el mero hecho de pertenecer a la raza aria, forman parte de unconjunto; ya no estn aislados. La propaganda nazi toca hbilmente el miedo al aislamiento de los individuosen las sociedades de masas, que no dudan en formar parte del proyecto, fascinados por el gigantismo de lapuesta en escena hitleriana y manipulados por la eficacia de los mensajes propagandsticos de los mediosmasivos controlados por el Estado. En este cuerpo social, los judos constituyen un cuerpo extrao, unasociedad ajena al proyecto del Tercer Reich y, por tanto, sospechosa y susceptible de ser eliminada. Comomuy bien resaltan Adorno y Horkheimer:

    El fascismo es totalitario incluso en el hecho de que trata de poner la rebelinde la naturaleza oprimida contra el dominio directamente al servicio de esteltimo. Este mecanismo necesita de los judos. La visibilidad artificialmentepotenciada de stos obra como un campo magntico sobre el hijo legtimo de lacivilizacin pagana. El arraigado, al advertir en su diferencia respecto al judo laigualdad, lo humano, siente brotar en l el sentimiento de la oposicin, de laextraeza. De este modo, los impulsos prohibidos, incompatibles con el trabajoen su ordenamiento actual, son traducidos en idiosincrasias conformistas. Laposicin econmica de los judos, ltimos estafadores estafados de la ideologaliberal, no proporciona ninguna proteccin segura contra este riesgo. Al serellos tan aptos para producir dichas corrientes de induccin anmica, se losprepara pasivamente para tales funciones. Ellos comparten el destino de lanaturaleza rebelde, con la cual son identificados por el fascismo: son utilizadosciega y perspicazmente. (1997: 229)

    3.5) Uso de los nuevos medios de masas: el caso del cineEntre 1919 y 1933 se desarroll en Alemania lo que ha sido conocido con posterioridad como cine

  • 7expresionista, casi un quinquenio que aglutina buena parte de las obras maestras con las que el cine alemn hacontribuido a la historia del cine. El esplendor de este modelo de cine acaba, en efecto, en 1933, coincidiendono por casualidad con el ascenso al poder de los nazis. En los primeros aos de la dcada de los 30 todava serealizaron unas pocas obras maestras que alargaron el periodo de esplendor cinematogrfico superando larmora que supuso para este tipo de arte la abrupta irrupcin del sonido all por el ao 29: El ngel azul (1930)de Stemberg; Cuatro de infantera (1930) de G.W.Pabst; M, el vampiro de Dusseldorf, de Fritz Lang; Vientres Helados(1932) de Slatan Dudow,; La luz azul de Leni Riefenstahl, y ya en 1933 El testamento del doctor Mabuse, de FritzLang. Vale la pena que nos detengamos mnimamente en esta pelcula, ya que, no en vano, podra serconsiderada algo as como la ltima pelcula expresionista realizada en la Repblica de Weimar y que sirvi degozne para calibrar las diferencias entre los dos regmenes, hasta tal punto que el filme no lleg a estrenarse,pues fue prohibida por el Ministerio de Propaganda nazi.Tal hecho no es de extraar si hacemos caso a lo que el propio Lang confiesa sobre su cinta: que elargumento de la misma era un pretexto para poder hacer una crtica al partido nazi, que en el momento de laelaboracin del filme no gobernaba todava, pero que ya empezaba a evidenciar rasgos de en lo que luego seconvertira. Siempre segn Lang, con este filme pudo poner algunas frases que se podan or en los mtinesnazis en boca de un loco, a la sazn protagonista de El testamento del doctor Mabuse. La pelcula fue prohibidapor Goebbels porque constitua una amenaza a la ley, el orden y la seguridad pblica, aunque la versinoficial que esgrima el ministro de Propaganda eran siempre unos escuetos motivos polticos.En cualquier caso, Lang es representativo de una buena serie de directores germanos que durante aquellapoca abandonaron Alemania para unirse normalmente a la todopoderosa industria hollywoodiense, desdedonde en ms de un caso hicieron todo lo posible para desprestigiar el rgimen nazi. Sin detenernos en todoslos que se marcharon en la poca s citaremos a unos pocos de los ms representativos: Murnau, Billy Wilder,Robert Siodmack, William Dieterle, Ernest Lubitsch, Josef Von Stemberg, Fred Zinneman, Douglas Sirk Algunos de ellos huyeron por motivos polticos, eran contrarios al rgimen de Hitler y a lo que estesignificaba y otros tantos lo hicieron por motivos artsticos, indisolublemente asociados a los anteriores: lacensura impuesta por los nazis acababa con la libertad artstica con la que contaban en el perodo de laRepblica de Weimar. No slo haba censura, sino que adems desde el partido se dieron unas consignas quese deban seguir a la hora de realizar pelculas acordes con el espritu del nuevo rgimen.

    El 16 de Febrero de 1934 se dict un nuevo reglamento cinematogrfico queintrodujo la censura previa de guiones y proyectos de nuevos filmes y endurecila censura a posteriori, para controlar los contenidos ideolgicos de los mismos:se prohibieron de una manera especial los guiones que fuesen contra el espritude los tiempos o contra la sensibilidad nacionalista() se cuidaba que estosfilmes reflejasen el espritu nazi que sus productores perteneciesen a la razaaria.

  • 8Con todo, el resultado de este tipo de normas impuestas a las pelculas alemanas de la poca dist de seroriginal, en realidad tiene pocas cosas propias. Desde el punto de vista esttico no crea un estilo novedoso,sino que se limita a adoptar gneros y temas del cine del rgimen anterior, reforzados convenientemente conuna dosis de nacionalismo, a menudo demasiado evidente y simplista en sus planteamientos.El cine alemn pasar en estos aos de ser privado a estar enteramente controlado por el rgimen; mencinespecial merece la principal productora de la dcada anterior, la UFA, que vera como esta adquisicin ycontrol por parte estatal se convertira en un mero instrumento de propaganda del rgimen.Goebbels confiaba en el valor de los mensajes flmicos para ganar el corazn del pueblo y conservarlo; legustaba tanto el cine como la radio, considerndolos a ambos los dos instrumentos ms efectivos detransmisin ideolgica, ya que ambos le permitan llegar a la audiencia de una forma amplia y directa. Unaprueba de la astucia del ministro de Propaganda se evidencia en su decisin de no hacer propaganda directa atravs de la ficcin, sabedor de que el pblico abandonara en ese caso las salas de cine. Fue el cineinformativo el destinado a la propaganda, mientras que el de ficcin se destin a ser un simple elemento deevasin, de huida de la realidad, sin dejar de ser, por supuesto un vehculo para la ideologa social, moral oracial nazi. En este sentido, demostr ms dominio de los mtodos de persuasin que Hitler, quien preferalas pelculas propagandsticas, los documentales de guerra que, segn su opinin conseguan ser mucho msdirectos y efectivos.Una vez situada la cuestin de las caractersticas del cine alemn de la poca, en el que ya decimos, la granmayora eran historias simples de evasin, pasamos a continuacin a detallar (por orden cronolgico) algunasde las excepciones, pelculas importantes dentro de lo que podramos llamar cine ideologizado y que servan deuna manera ms o menos sutil a los intereses propagandsticos del partido.El flecha Quex (1933) filmada por Konstantin Tschet, en la que se nos muestra a un joven militante hitlerianoque es apualado por un comunista, sin embargo su muerte sirve de redencin para sus dems compaerosque lo toman como ejemplo. La pelcula promulga la lucha entre clases, denostando en especial a loscomunistas y tiene un final que es toda una invitacin a adherirse a las juventudes hitlerianas.Ms peculiar es el caso de Morgenrot, estrenada apenas un da despus del nombramiento de Hitler comocanciller, quien asisti a su estreno y lo bautiz como el primer filme del partido. El tema obsesivo de lapelcula es la exaltacin de la muerte heroica: cuando para los diez ocupantes de un submarino que se esthundiendo slo hay equipo de salvamiento para ocho, dos de ellos se suicidan para salvar la vida de suscamaradas. El capitn ms tarde dir: Tal vez los alemanes no sepamos mucho de la vida, pero somosgrandes a la hora de la muerte. Segn Kracauer: Morgenrot no es un filme nazi. Pertenece ms bien a la seriede pelculas de guerra que precisamente a travs de su imparcialidad elevan la guerra al rango de unainstitucin inobjetable. Con todo, Kracauer establece un paralelismo entre Hitler y el capitn alemn y alfilme como un presagio de lo que luego sera el rgimen.

  • 9El triunfo de la voluntad (1935) de Leni Riefenstahl es junto con Olimpiada (1936) una de las pelculas msfamosas del cine nazi. En ambas el mensaje es muy contundente: la primera es una exaltacin de laConvencin del Partido celebrada en Munich en 1934; mientras la segunda se basa en los Juegos Olmpicosque organiz Berln en 1936, siendo estos una excusa por parte de la directora para hacer una brillanteexposicin visual sobre la perfeccin del cuerpo y el ideal de belleza asociado con la ideologanacionalsocialista. El truinfo de la voluntad fue un encargo del propio Fhrer, quien haba conocidopersonalmente a la realizadora, quedando fascinado con alguna de sus interpretaciones. El ttulo hace alusina la voluntad popular que se funde con la voluntad suprema del Fhrer y este sentimiento de unin casimstica entre pueblo y lder/ dios es lo que se intenta expresar durante el filme.Riefenstahl se encontr con el problema de convertir en movimiento el estado de estupefaccin en el que seencontraban las masas reunidas en el campo, lo cual consigui merced al montaje, disciplina en la que era unaautntica entendida.Para dar cuerpo a esta transfiguracin de la realidad la pelcula se dedica a enfatizar el movimiento incesantetanto de los objetos (llamas, banderas, estandartes) como de las cmaras que a travs de numerosos travellings ypanormicas consiguen dotar de gran dinamismo al escenario, a la vez que logran que el espectador se veaenvuelto por el espectculo.El triunfo de la voluntad representa la transformacin completa de la realidad, su completa absorcin dentro dela estructura artificial de la Convencin del Partido. No en vano los preparativos para la Convencin delPartido se realizaron paralelamente a los trabajos de filmacin. Es decir, la manifestacin en s ya era acto depropaganda que tena como principal objetivo el filme de la directora germana.Por ltimo, una pelcula ms tarda, El judo Juss (1940), ao que supuso un viraje antisemita en los contenidosde algunas pelculas nazis. La pelcula tuvo un xito clamoroso y fue vista por 20 millones de alemanes. En lasindicaciones de prensa no se poda hacer mencin alguna a su antisemitismo. Con todo, el argumento erahistrico (lo que provocaba una metfora sutil pero evidente) y nos relataba la vida de un consejero judo delconde Karl Alexander von Wrttembertg quien es condenado a morir, no por intentar usurpar el poder delestado, sino porque se acerca como hombre judo a una doncella alemana prometida con un honradoescribiente.Todava de un antisemitismo ms flagrante fue El judo eterno (1940), un hipottico documental que enrealidad no hace ms que construir al enemigo, enfrentando el idealismo alemn al egosmo judo. En el filmela raza juda es difamada en trminos de criminalidad internacional, parsitos y gorreros, siendocomparados visualmente en una escena con unas ratas. Sin duda ambas pelculas manifestaban y expresabanuna animadversin haca los judos que debera haber sido interpretada como lo que era, una declaracin deintenciones de lo que luego dejara de ser una ficcin para convertirse en una vergonzosa realidad.

    5) Bibliografa:- T. ADORNO y M. HORKHEIMER, Dialctica de la Ilustracin, Madrid, Trotta, 1997.

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