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Breve Manual de Supervivencia del Becario. La profesión de arquitecto ha tenido, desde siempre, una amplia tradición en lo que se refiere a la relación maestro-aprendiz. No es ningún secreto que todos los grandes maestros empezaron trabajando en el estudio de algún gran arquitecto de su época. Podrían citarse aquí ejemplos como Frank Lloyd Wright y Sullivan, al que llama su Lieber Maister, o el caso de Mies van de Rohe cuando trabajó para Peter Behrens. Aunque no es necesario irse ni tan lejos ni tan atrás en el tiempo; en nuestro país tenemos ejemplos como Tuñón y Mansilla, quienes trabajaron para Moneo una temporada y este a su vez para Sáenz de Oíza. Así pues, la figura del becario lleva con nosotros mucho tiempo y difícilmente va a desaparecer. El problema viene cuando se asocia becario a explotación. El hecho de ser becario implica, en la misma palabra, algún tipo de remuneración o beca que ayude a la manutención del aprendiz. La normalización en nuestra profesión de las becas no remuneradas es un tema realmente preocupante por diversos motivos. Aparte de ser una práctica sin ningún tipo de ética es ilegal, por no hablar de que devalúa el trabajo del resto. Por esta misma razón, y ante el crecimiento de esta práctica en nuestro país, pretendemos elaborar un catálogo de ideas para que la realización de prácticas incurra en un beneficio para el becario y este no solo cobre con la "experiencia recibida". 1.- El beneficio académico: En muchos de los planes de estudio, especialmente los de Grado, es posible la realización de prácticas en empresa. En este caso, el estudiante puede beneficiarse de obtener créditos para completar su expediente académico además de complementar su formación en la universidad dando sus primeros pasos en el mundo profesional. Por supuesto, hay que estudiar detenidamente el número de horas, los horarios y las tareas que se van a realizar. 2.- El refuerzo del estudio: La situación actual ha hecho muchos estudios hayan tenido que variar significativamente su esquema de trabajo. Es por eso, que puntualmente son necesarios refuerzos en la plantilla para proyectos concretos. Esto

Manual de Supervivencia del Becario

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Qué hacer a la como estudiantes a la hora de trabajar en estudios de arquitectura.

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Page 1: Manual de Supervivencia del Becario

Breve Manual de Supervivencia del Becario.

La profesión de arquitecto ha tenido, desde siempre, una amplia tradición en

lo que se refiere a la relación maestro-aprendiz. No es ningún secreto que todos los

grandes maestros empezaron trabajando en el estudio de algún gran arquitecto de

su época. Podrían citarse aquí ejemplos como Frank Lloyd Wright y Sullivan, al que

llama su Lieber Maister, o el caso de Mies van de Rohe cuando trabajó para Peter

Behrens. Aunque no es necesario irse ni tan lejos ni tan atrás en el tiempo; en

nuestro país tenemos ejemplos como Tuñón y Mansilla, quienes trabajaron para

Moneo una temporada y este a su vez para Sáenz de Oíza.

Así pues, la figura del becario lleva con nosotros mucho tiempo y difícilmente

va a desaparecer. El problema viene cuando se asocia becario a explotación. El

hecho de ser becario implica, en la misma palabra, algún tipo de remuneración o

beca que ayude a la manutención del aprendiz.

La normalización en nuestra profesión de las becas no remuneradas es un

tema realmente preocupante por diversos motivos. Aparte de ser una práctica sin

ningún tipo de ética es ilegal, por no hablar de que devalúa el trabajo del resto. Por

esta misma razón, y ante el crecimiento de esta práctica en nuestro país,

pretendemos elaborar un catálogo de ideas para que la realización de prácticas

incurra en un beneficio para el becario y este no solo cobre con la "experiencia

recibida".

1.- El beneficio académico: En muchos de los planes de estudio,

especialmente los de Grado, es posible la realización de prácticas en empresa. En

este caso, el estudiante puede beneficiarse de obtener créditos para completar su

expediente académico además de complementar su formación en la universidad

dando sus primeros pasos en el mundo profesional. Por supuesto, hay que estudiar

detenidamente el número de horas, los horarios y las tareas que se van a realizar.

2.- El refuerzo del estudio: La situación actual ha hecho muchos estudios

hayan tenido que variar significativamente su esquema de trabajo. Es por eso, que

puntualmente son necesarios refuerzos en la plantilla para proyectos concretos. Esto

Page 2: Manual de Supervivencia del Becario

puede ser una oportunidad para los primeros empleos de los recién titulados,

pudiendo ser contratados mediante el sistema de "obra y servicio".

3.- Los porcentajes y los concursos: Otro de las grandes puertas de entrada

al mundo profesional son los concursos de arquitectura. En este sentido, una buena

fórmula de colaboración puede ser pactar un porcentaje respecto al premio, puesto

que se arriesga el tiempo invertido por ambas partes. Así si se gana o se pierde

conjuntamente.

4.- Los freelances: seguramente este es el más interesante. Muchos recién

titulados colaboran con diferentes estudios con la realización de pequeños encargos

y apoyos puntuales en los estudios. Esto a veces supone un problema a la hora de la

facturación, ya que los gastos que conlleva darse de alta como autónomo suelen

hacer inviable esta forma de trabajo. Existe una posibilidad de poder facturar sin

darse de alta como autónomo, la solución es darse de alta en Hacienda, acudiendo a

la Sección de Censos de cualquier Administración de Hacienda y cumplimentando el

modelo 036 o el 037, según corresponda. El límite a este tipo de práctica está en no

sobrepasar el salario mínimo interprofesional mensualmente en nuestros ingresos

(ojo, ingresos, no beneficios) y por supuesto presentar trimestralmente nuestras

cuentas en hacienda además de aplicar el IVA y el IRPF correspondiente.