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Ha pasado un día desde el debut de la selección de fútbol en el Mundial femeni- no —que perdió 0-2 contra Sue- cia— y Manuel Pellegrini no tiene una opinión al respecto. Se podría suponer que vio el encuentro, pero no. Sin mucho entusiasmo dice que no pudo, porque tenía otras cosas que hacer. —¿No le gusta el fútbol fe- menino? —Sí, me gusta. Pero creo que está empezando y que falta un tiempo para que sea masiva- mente seguido en un nivel si- milar que el fútbol masculino. Estoy seguro de que se desarro- llará. Es un problema de tiem- po, lo mismo que el fútbol en China, que también se está em- pezando a desarrollar. Manuel Pellegrini, el técnico chileno más importante en la actualidad, está terminando sus vacaciones en Chile, hasta donde llegó luego de finalizar una regular temporada a cargo del West Ham, en la liga ingle- sa. Han sido meses de reflexión, dice, porque este año cumple dos décadas desde que decidió dejar Chile para iniciar su exi- tosa carrera internacional, cuando en 1999 asumió la di- rección de Liga Deportiva Uni- versitaria de Quito. —He estado los últimos 20 años trabajando seguido, sin te- ner nunca un período sin club. He podido ir a los países que he querido. Pellegrini se fue tras haber dejado la banca de Universidad Católica y luego de Palestino, con meses entremedio fuera del fútbol. Acá quedaron su es- “LAS CRÍTICAS NO TIENEN LA MÁS MÍNIMA CAPACIDAD DE DEMOLERME” El DT cumple 20 años fuera de Chile, en el periplo más exitoso que haya tenido un entrenador nacional. Aquí repasa su carrera, revela el conflicto familiar que significó irse y habla de cómo ha domado su carácter explosivo. También entrega su método para mantener la disciplina en el equipo, defiende a la “generación dorada” y fustiga el rol de los representantes. POR ESTELA CABEZAS A. REUTERS Manuel Pellegrini: 6 Operator: mdislm01 Jobname: Cyan Magenta Yellow Black Desc: 1083 Time: // ::

Manuel Pellegrini: “LAS CRÍTICAS NO TIENEN LA MÁS MÍNIMA ... · cuando en 1999 asumió la di-rección de Liga Deportiva Uni-versitaria de Quito. —He estado los últimos 20

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Page 1: Manuel Pellegrini: “LAS CRÍTICAS NO TIENEN LA MÁS MÍNIMA ... · cuando en 1999 asumió la di-rección de Liga Deportiva Uni-versitaria de Quito. —He estado los últimos 20

Ha pasado un díadesde el debut de la selecciónde fútbol en el Mundial femeni-no —que perdió 0-2 contra Sue-cia— y Manuel Pellegrini notiene una opinión al respecto.Se podría suponer que vio elencuentro, pero no. Sin muchoentusiasmo dice que no pudo,porque tenía otras cosas quehacer.

—¿No le gusta el fútbol fe-

menino?—Sí, me gusta. Pero creo que

está empezando y que falta untiempo para que sea masiva-mente seguido en un nivel si-milar que el fútbol masculino.Estoy seguro de que se desarro-llará. Es un problema de tiem-po, lo mismo que el fútbol enChina, que también se está em-pezando a desarrollar.

Manuel Pellegrini, el técnico

chileno más importante en laactualidad, está terminandosus vacaciones en Chile, hastadonde llegó luego de finalizaruna regular temporada a cargodel West Ham, en la liga ingle-sa. Han sido meses de reflexión,dice, porque este año cumpledos décadas desde que decidiódejar Chile para iniciar su exi-tosa carrera internacional,cuando en 1999 asumió la di-

rección de Liga Deportiva Uni-versitaria de Quito.

—He estado los últimos 20años trabajando seguido, sin te-ner nunca un período sin club.He podido ir a los países que hequerido.

Pellegrini se fue tras haberdejado la banca de UniversidadCatólica y luego de Palestino,con meses entremedio fueradel fútbol. Acá quedaron su es-

“LAS CRÍTICASNO TIENEN LAMÁS MÍNIMACAPACIDAD DEDEMOLERME”El DT cumple 20 años fuera de Chile, en el periplo más exitoso quehaya tenido un entrenador nacional. Aquí repasa su carrera, revelael conflicto familiar que significó irse y habla de cómo ha domadosu carácter explosivo. También entrega su método para mantener

la disciplina en el equipo, defiende a la “generación dorada” yfustiga el rol de los representantes.

POR ESTELA CABEZAS A.

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posa y sus tres hijos. —Mis hijos tenían 17, 16 y 11

años. Fue una decisión doloro-sa, complicada, pero decisivapara lo que yo tenía que hacer.Lo hice así por varias razones:primero, porque mi señora, quees ingeniera civil, tenía unpuesto bastante importante enMetrogas, todavía sigue siendodirectora de Gasco, y yo no po-día sacarla de su trabajo para ir-me a Ecuador a una aventuraen la que, a lo mejor, estaba devuelta en tres meses. Tampocopodía dejar a mi hijo Manuel,que ese año entraba a Medici-na, que había sido mejor alum-no de su colegio, en el aire. Creoque hubiera sido egoísta deci-dir partir con ellos. Para mí eraevidente que si yo quería tomarun riesgo tan grande como este,debía hacerlo solo.

Mientras fue entrenador enChile, Manuel Pellegrini nuncadejó su profesión de ingenieroy participó en diferentes pro-yectos. Solo el período en queestuvo en Universidad Católicase dedicó completamente a lodeportivo.

—El 98 yo había tomado unrol en una empresa constructo-ra, porque tenía que vivir. Y de-jé todo botado, incluido a mihermano arquitecto, para par-tir a Ecuador. No es que no megustara la ingeniería, pero noiba a ser el mejor ingeniero. Mipasión era el fútbol. Uno debeencontrar su vocación, no te-ner miedo. Hay mucha genteque vive su vida con miedo. Poreso te digo que lo más impor-tante fue atreverme.

—En su último período enChile, cuando no tenía club niofertas, ¿pensó en dejar de serentrenador?

—No, nunca lo pensé. Yo sa-bía que había tenido una muybuena pasada por la Católica,que había dirigido a jugadoresimportantes y que ellos esta-ban hablando mucho de míafuera.

—¿Nunca tuvo una duda?—No, la única duda la tuve

cuando comencé mi carrera de

DT. Fue en el 88, cuando me fuemal con Universidad de Chile(el club bajó a segunda divi-sión), así que el 89 y 90 partíotra vez trabajando en la cons-trucción. Pero más que duda,era pensar que en esta profe-sión es posible que no te lleguela oportunidad; entonces, unono puede estar sentado miran-do al frente.

Dice que cuando decidió irseno fue fácil para su familia: suesposa no estaba de acuerdo.

—Ella se enojó mucho. Cuan-do me fui a Ecuador, le dejé uncheque por si acaso pasaba algoen los primeros meses, y fue yse gastó toda la plata en unarriendo de una casa en Cacha-gua. Al principio estaba picadí-sima, pero luego lo entendió.

—¿Se siente en deuda con sufamilia por dejarlos?

—No, porque yo creo queellos han valorizado lo que he-mos hecho juntos (…) Yo siem-pre digo que tengo una gran se-ñora. Ella se hizo cargo de laadolescencia de mis hijos (…)Yo tuve una manera distinta deeducar. Ellos tuvieron un padrelejano, pero con una imagenconstante a través de la televi-sión y la prensa. Ha sido duro;por ejemplo, en dos o tres naci-mientos de mis nietos, no estu-ve. En todo hay costos.

Mientras toma su café en unlocal de Vitacura, accede sinproblemas a sacarse fotos conlas personas que se acercan alreconocerlo. Saluda con amabi-lidad a todos. A sus 65 años, nohay un atisbo de ese mal genioque, se dice, tiene.

Tras sacar campeón a la LigaDeportiva Universitaria deQuito, tuvo un brillante pasopor Argentina, a cargo de SanLorenzo de Almagro y luego Ri-ver Plate. Los buenos resulta-dos le abrieron las puertas enEuropa, cuando lo contrató elVillarreal y más tarde el RealMadrid, desde donde salióabruptamente sin conseguirningún título.

—Cuando me fui del RealMadrid tuve muchísimas ofer-

tas, pero ninguna que realmen-te me interesara, hasta que lle-gó el Málaga. Eso me llena mu-cho más. A mí me habría encan-tado salir campeón con el Real,pero muchos han salido cam-peones con ese club. Lo que hi-ce con el Málaga para mí tienemucho más valor (…) Eso de lle-var a un equipo a un estándarque nunca antes tuvo. Me pasócon el Villarreal, con el Málagao con el equipo chino, que sali-mos cuartos y ahora están últi-mos. Es una de las cosas querealmente me motiva.

Pellegrini se detiene unosminutos para seguir hablandodel Málaga, ciudad donde aúnse acuerdan de él e incluso bau-tizaron una rotonda con sunombre.

—Uno de los grandes logrosde mi carrera fue haber ido alMálaga (salvó al club del des-censo y lo llevó a disputar la Li-ga de Campeones de la UEFA).Siempre estuvo la frase deMourinho: “Si el Real Madridme echa, no me voy a ir al Mála-ga, sino a uno grande”. Pero yo

fui al Málaga porque yo quise. —¿No le da lástima ahora que

están en segunda división?—A mí me pidieron que me

fuera; el jeque no quería seguircolocando dinero. Vendieron atodos los jugadores, el proyectoya no era el que me ofrecieron amí. Por supuesto, me duele enel alma, es una ciudad a la queyo quiero mucho, yo siemprevuelvo a Málaga.

De hecho, Manuel Pellegrinise compró una casa en esa ciu-dad.

—¿Nunca ha pensado en re-gresar a dirigir ese equipo?

—Me costaría mucho volver adirigir un equipo que ya dirigí,porque ya está hecho, es partede una etapa de la vida que yapasó. Y como no queda muchotiempo de esta carrera, me gus-ta hacer siempre cosas nuevas.Adoro Marbella, adoro Málaga,el club, su gente, pero no, novolvería a ser técnico de ningúnclub que ya dirigí.

—¿Cómo se lleva con la de-rrota?

—Mal. Las siguientes 48 ho-ras después de una derrota sonterribles para mí. No como, noduermo, no quiero que nadieme hable; o sea, lo mínimo po-sible. Claro que lo peor se da ala mañana siguiente, porquedespués del partido aún te que-dan algunas gotas de adrenali-na, enojado, revisando, eva-luando, pero después se te vie-nen las consecuencias: mirarteen la tabla de posiciones, ver lacrítica de la prensa, enfrentartea los jugadores, los que lo hicie-ron mal, los que no jugaron, lagente que está en desacuerdocontigo.

“Yo trato de ser exactamenteigual con los jugadores en la vic-toria y en la derrota, porqueuno tiene que hacer la crítica delo que se hizo mal, pero siemprehay cosas que se hicieron bien,aunque se perdió. Muchas ve-ces jugaste fenómeno, pero se tefueron tres goles solos y al finalte hicieron un gol de córner”.

—¿Qué es más difícil, lidiarcon su parte anímica o con la

(Mi esposa) seenojó mucho.

Cuando me fui aEcuador, le dejéun cheque por si

acaso pasabaalgo en los

primeros meses,y fue y se gastótoda la plata enun arriendo de

una casa enCachagua

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de los jugadores?—Yo, la siguiente vez que es-

toy frente a un jugador, tengoque estar recuperado, porqueno se les puede seguir bajone-ando. Y si ganaron, también,porque cuando ganaste no pue-des creer que lo hiciste todobien, porque muchas veces ga-naste, pero lo hiciste pésimo.Además, a veces ganar produceun relajo del grupo que es con-traproducente, porque ya en elpróximo partido no son tancompetitivos. Sobre todo enequipos que no están tan acos-tumbrados a ganar todas las se-manas para salir campeones.Me pasaba en el Málaga, en elVillarreal, en el West Ham.

Manuel Pellegrini acaba decumplir 65 años. Dice que nohay ningún técnico importanteque sea mayor que él.

—Ya se fue el del Arsenal, quees mayor que yo, Ranieri, Fer-guson, que duró hasta los 70,quedan pocos, pero ningunoimportante.

—Está en edad de jubilar. ¿Sesiente listo?

—Estoy en edad, probable-mente, pero voy a seguir pe-leando contra la jubilación (…)Yo lucho físicamente, trato deir al gimnasio cuatro veces a lasemana y mantenerme en for-ma, en actividad.

—¿Ha pensado qué le gusta-ría hacer cuando no esté en elfútbol?

—Me encantaría hacer unmontón de cosas, me gusta leer,hacer deportes, viajar. A lo me-

jor llenarían un tiempo, peroquedarían espacios vacíos; poreso, mientras pueda trabajar, loharé.

Para su retiro, dice, solo pien-sa en Chile.

—Pero cuando venga el in-vierno me voy a ir a España. Deseptiembre a marzo en Chile, yde marzo a septiembre, Espa-ña. La idea es ir combinando.Es que no aguanto el frío.

—¿Por qué ha rechazado tan-tas veces dirigir la selección?

—Cuatro o cinco veces he re-chazado dirigir la selección. Letuve que decir que no a mi ami-go de la vida, Arturo Salah. Y larazón es que me gusta trabajaren la semana y estar todos losdomingos en cancha. Cuandoya no tenga alternativa de ha-cer eso y venga a Chile, y si aúnme quieren, yo feliz aceptaré.No quiero que se entienda queyo pongo a otros equipos porsobre Chile.

—¿Qué jugador chileno le ha-bría gustado tener en su nómi-na? Se habló de conversacionesdel West Ham con GuillermoMaripán.

—No voy a hablar de conver-saciones, pero te puedo decirque me habría encantado tenera muchos jugadores chilenosque han sido figuras a nivelmundial. En el pasado me llevéa muchos: Salas, Rojas, MatíasFernández, Iturra, Morales, hellevado a 7 u 8 jugadores chile-nos. Traté de llevar a Aránguizal West Ham, pero no quiso.

Pellegrini habla de la situa-ción por la que atraviesa Clau-dio Bravo, de quien ha tenido

elogiosos comentarios en el pa-sado.

—Ha hecho una carrera comootros jugadores chilenos queson valorados, pero tambiénson muy criticados, porque enChile como que se salen un po-quito de la realidad. Tú fuistedos veces campeón de Américacon ese equipo y a la tercera nopudiste, y ya creen que eres unfracaso.

—¿Por qué cree que pasaeso?

—Nosotros estamos muchomás atentos a los defectos delos chilenos que a los defectosde los demás (…) A lo mejor elproblema es que los chilenostenemos una exigencia noacorde a la realidad.

—¿Cómo hubiera evitadolas rencillas internas en la se-lección?

—Esas cosas hay que vivirlaspara dar una solución, no es fá-cil hablarlas (…) En todas par-tes hay conflictos dentro de losplanteles, son 25 personalida-des distintas.

—¿Había visto un conflictoasí, donde salieran los familia-res de los jugadores a criticar?

—El mundo ha evolucionadoy esto de las redes sociales escomplejo, hay que saber mane-jarlas. Y no estoy hablando solode fútbol.

—¿Y qué les recomendaría alos futbolistas?, ¿que aprendana usarlas?

—No tienes cómo controlar-lo, porque no eres dueño de lavida privada de ningún jugador.Lo puedes hablar con el grupoen la mañana, puedes dar tu

opinión y ellos pueden tomarla,pero ves que detrás de los juga-dores hay una industria tam-bién, porque el que más likestiene recibe más plata, y es algoque recién se está empezando adesarrollar.

—Luka Tudor dijo en una en-trevista que nunca se había olvi-dado de lo que usted le dijocuando se compró un BMW:“Nunca dejes de ser sencillo,porque estas cosas no impor-tan”.

—Yo creo que, como en todaslas actividades, hay jugadoresmás inteligentes y menos inte-ligentes. Unos son capaces dealumbrarse ante la menoroportunidad que te da la vida,que da muchas, y cada vez ma-yor, porque los ingresos sonmás grandes, y otros no.

—¿Le ha pasado que algún ju-gador haya llegado a entrenartras haber bebido la noche ante-rior?

—Que lleguen pasados a tra-go es más grave, pero sabes queen la semana van a trasnochar,porque tienen 22 años. Tú nopuedes pedir que dejen toda sujuventud de lado para ser fut-bolistas. Pero todo tiene lími-tes. Yo puedo trasnochar y notomarme una botella de pisco(…) Si sales hasta la una y te to-mas un trago y lo pasas bien,perfecto. Pero si te tomas seistragos y te acuestas a las seis dela mañana, es un problema. Esaes la diferencia que tratas dehacer entender a jugadores de22 años.

—Bielsa y Borghi tenían dosestilos distintos: uno los ence-

2002River Plate,Argentina.

2001San Lorenzode Almagro,Argentina.

1999 LDU deQuito,

Ecuador.

2009 Real Madrid,

España.

2004Villarreal,

España.

2013Manchester

City,Inglaterra.

2010Málaga,España.

2016 Hebei

Fortune,China.

2018West Ham,Inglaterra.

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NUEVE VECES PELLEGRINI

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rraba y el otro les daba permisopara salir incluso el día antes delpartido. ¿Cuál es su manera?

—Mi manera es entregarle algrupo ciertas cosas que para míson intransables. El respeto atodo: a tus compañeros, a tustécnicos, a los fans, al periodis-mo, a la actividad. Segundo, elcompromiso, y ese compromi-so lo agarras con distintos téc-nicos de diferentes maneras. Ytú necesitas conseguir el com-promiso del jugador con esesistema. Y después, el rendi-miento. Tú puedes ser el másrespetuoso, el más comprome-tido, pero si andas mal, te voy asacar. Las tres cosas van unidas.Los caminos para conseguirlasson distintos.

—Entonces, si un futbolistajuega muy bien, pero es irrespe-tuoso…

—No juega.“Un jugador que no tiene res-

peto por la profesión, por suscompañeros, por el club, por eltécnico, puede ser el mejor, pe-ro conmigo no juega, porqueese te va a echar (…) Te estánmirando y te van a juzgar. Esaautoridad no la puedes perdernunca. El primer día que pier-

des autoridad, jodiste comotécnico”.

—Le tiene que haber pasadomás de una vez.

—Me ha pasado muchas ve-ces y con grandes jugadores,con nombres tremendos. Perouno tiene que llevar su formade ser hasta las últimas.

“Una vez llegó a la prácticaun jugador muy importante undía sábado, que hacíamos balóndetenido. Yo sabía que había sa-lido; entonces, él dijo que le do-lía una pierna y que no entre-naba para poder jugar el do-mingo. Pero lo que realmentehabía pasado es que había lle-gado trasnochado”.

—¿Y jugó?—No. Era un jugador top, pe-

ro para mí lo más importantefue lo que luego dijo otro juga-dor: “Este mañana no juega.Porque Pellegrini tendría quehaber cambiado mucho comopara que mañana jugara”. Y nojugó.

“Otro jugador importante,después del partido se fue sinhacer el trabajo final que debía.Veníamos ganando todos losencuentros y al siguiente no ju-gó. Y perdimos”.

—¿Y lo miraron con cara de“lo hubiera dejado jugar”?

—Obviamente. Pero yo notranso (…) Hay distintas mane-ras de llevar los grupos, y tú ne-cesitas el compromiso del juga-dor con tu manera. Y tu maneratiene que ser clarísima y notransarla; con criterio, por su-puesto.

—A propósito de la disciplina,¿cuál cree que fue el punto deinflexión de la “generación do-rada” del fútbol chileno?

—La “generación dorada” delfutbol chileno va a quedar parasiempre; no porque no fueron aun mundial dejará de ser la “ge-neración dorada”. Dime, ¿quées eterno? Nada. Hoy, los juga-dores de la selección tienenmás de 30 años, por supuestoque pasaron su peak, y en su pe-ak ganaron dos Copas América.Nada va a borrar esto. No se ol-vida.

—Pero aquí se ha reconocidoque no clasificaron al Mundialde Rusia por un tema de disci-plina y un desgaste en la rela-ción entre algunos de ellos. Nopor problemas futbolísticos.

—Sí, tiene que ver con el fút-bol. Si ya tienen 31, 32 años. A

esto va unido la relación grupal,el exceso de confianza. ¿Se lle-vó mal o bien el grupo? En teo-ría, se llevó mal porque no cla-sificaste, pero muchas veceshay traspiés y lo que tienes quehacer es seguir creciendo, y nohundirte porque tuviste unproblema.

—Muchos de ellos son re-presentados por Fernando Fe-licevich. ¿Qué opina de las de-nuncias contra él por influen-ciar y manejar el mercado depases de jugadores con prácti-cas mafiosas?

—No voy a hablar de nadieen particular, porque no co-rresponde, pero sí voy a hablarde los representantes del fút-bol mundial que están aga-rrando un rol y una trascen-dencia que hay que comenzara manejar, porque si no, eso vaa explotar (…) Este es un pro-blema que veo desde hace mu-cho tiempo no solo en Chile,sino también en todo el mun-do. Lo veo día a día con los ju-gadores de mi equipo, de otrosequipos, con jugadores top: elrepresentante no puede tenerinfluencia sobre el técnico.Ahora está lleno de negocios elmundo, en que el técnico sololleva jugadores de su repre-sentante. Eso tiene que parar.

Tras su paso por España, Pe-llegrini llegó al fútbol inglés adirigir al Manchester City, conel que logró tres títulos en tresaños antes de ser reemplazadopor Josep Guardiola, en unode los episodios más duros queha vivido el DT en su carrera.

Hoy, sin embargo, las esta-dísticas demuestran que el es-pañol no ha superado la pro-ductividad que dejó el chileno.

—Cuando yo firmé por elManchester City, supe quedesde hacía cinco años quequerían a Guardiola. Enton-ces, cuando salimos campeo-nes, yo sabía que él iba a venirdespués. Yo sabía que cuandoGuardiola quisiera ir, iba a ir(…) Yo lo confirmé pública-

“Yo sabía que cuando Guardiola quisiera ir, iba a ir (…) Yo lo confirmé públicamente, porque no queríaque se viera que yo estaba ahí como tonto. Había gente que decía que viene Guardiola, y creen que unoes tonto”. En la foto, la barra del Manchester City homenajeando a Pellegrini.

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mente, porque no quería que seviera que yo estaba ahí comotonto. Había gente que decíaque viene Guardiola, y creenque uno es tonto.

—¿Este ha sido el episodiomás duro de su carrera?

—He vivido muchas amargu-ras, no sabes lo que es perder…perder como perdí con el Mála-ga, perder como perdí la ligacon el Real Madrid, con el Villa-rreal, por un penal que se fue.Hay que vivirlo, son amarguras.Pero uno tiene que ser capaz desuperarlo.

—Tal vez por eso usted se vetranquilo en momentos difíci-les. ¿Es por su formación de in-geniero?

—Yo soy mucho más apasio-nado que cuadrado, pero es unapasión que sé cómo llevarla yno quiero reflejarla. Está llenode técnicos vende humo, losque se tiran al suelo en la pan-talla, y pareciera que tuvieranuna gran pasión. A lo mejor esverdad, pero te aseguro que lapasión que yo siento es igual ala de ellos. Pero yo trato de daruna imagen de tranquilidad yconfianza al equipo, porquecreo que esa es la forma.

Manuel Pellegrini cuenta quemanejar las emociones es algoque le cuesta, pero que se diocuenta de que era indispensa-ble para ser un técnico exitoso.

—Yo de futbolista era pelea-dor, me agarraba con todo elmundo en la calle, en la cancha.No es que fuera agresivo, peroreaccionaba a todo.

—¿Era de pelear a combos enla calle?

—Sí, muchas veces me agarréa combos en la calle. Y en elfondo no he cambiado tanto.Por ejemplo, el año pasado measaltaron acá en Vitacura y mefui encima del tipo a pegarle nocomo valentía, sino como unareacción instantánea. El tipo seecha para atrás y saca una pis-tola. Yo me quedé quieto. Elque lo acompañaba le dijo: “No,dijimos que así no”; entonces,pegó el tiro hacia un edificio.Arrancaron porque venían ca-

rabineros corriendo, y eso fue. “Al otro día como que reac-

cioné y me di cuenta de lo querealmente pudo haber pasado.Pero ese es mi carácter, desdesiempre. Desde que partí en es-ta profesión, y como técnicotambién, me agarraba con losjugadores juveniles en la U, contodo el mundo”.

—¿Y cuándo decidió que de-bía cambiar?

—Cuando me fui a Ecuador.Llevaba diez años de técnico enChile: con Palestino, fenome-nal; la Católica, muy bueno; laU que fue un comienzo pésimo;O’Higgins, normal, pero nadaimportante en mi carrera. En-tonces dije: “Algo está mal”. Hi-ce un análisis y me di cuenta deque debía desarrollar la inteli-gencia emocional, que justo sehabía puesto de moda.

“Yo sabía que trabajaba bien,que le dedicaba una cantidadde horas importante al fútbol,que tenía una preparación, queera inteligente, ingeniero, quehablaba idiomas, pero algo te-nía que hacer de una maneradistinta para que me fuerabien”.

Explica que para poder ha-cerlo fueron muy importanteslas horas de soledad que tuvoen Ecuador.

—Entraba por primera vez aun país extranjero, con jugado-res de distinta idiosincrasia,que no me conocían. Era unaoportunidad.

—¿Era la posibilidad de partirde cero?

—Claro, y con la experienciaque tenía como técnico. Porsuerte ganamos la liga (…) y losjugadores comenzaron a hablarbien de mí. Cambié mi perso-nalidad, cambié mi imagen, yese cambio para mí fue decisi-vo. Comencé a tener más em-patía con los jugadores; hay di-ferentes tipos de inteligencia, yfaltaba la inteligencia grupal.

—Si tuviera que hacer un cua-dro de honor del fútbol chileno,¿quién no debería faltar?

—Fernando Riera, que tieneuna gran influencia (…) De épo-cas distintas, Leonel Sánchez,toda la gente del Mundial del62. Después, gente de otra ge-neración como Marcelo Salas eIván Zamorano, que abrieronlas puertas de Europa a muchosjugadores. Me hubiera gustadopoder incluir a la clase directi-va, pero no hay. Acá faltó unapersona como las que forma-ron en Inglaterra la Premier(…) Hay muchos técnicos im-portantes, creo que Bielsa mar-có también mucho en el fútbolchileno por un cambio de men-talidad, una exigencia mayor.

—Si hubiera dependido de us-ted, ¿a cuál de los últimos en-trenadores de la selección ha-bría mantenido? ¿Bielsa, Sam-paoli o Pizzi?

—Bielsa. Sampaoli ganó, Pizziganó, pero no estoy hablandode triunfos. Exteriormente,creo que Bielsa fue el que tuvomás influencia en el fútbol chi-leno en atreverse a hacer más.Sampaoli hizo cosas importan-tes con Universidad de Chile ycon la selección, pero a lo mejorno tengo los mismos conceptosde él por la manera que tiene deactuar en su profesión.

—La crítica a la selección y los

directores técnicos suele serdemoledora. ¿Le pasa eso a us-ted?

—Si las criticas tienen la ca-pacidad de demolerte, estásmuerto, no tienes ni una posi-bilidad de ser una persona im-portante. No tienen ni la másmínima capacidad de demoler-me (…) La mitad de las cosas nolas leo. Leo más las de gentecercana. Yo entiendo que laprofesión de ustedes es vender,unos con mas ética, otros conmenos ética. Pero si no puedesaguantar tanta crítica, no pue-des estar en un nivel top.

“Yo elegí una manera de ser,entonces no me comparo. Nosé si soy el mejor técnico delmundo, o si lo fui. Yo elegí unacarrera y la desarrollé de unamanera, y estoy feliz con lo quehice. Si me hubieses dichocuando partí que iba a estar 20años trabajando afuera, que ibaa jugar siete Champions Lea-gue, que iba a ser campeón enArgentina con dos equipos, enEcuador, en el Real Madrid,¡habría estado feliz!”.

Manuel Pellegrini dice queahora le cuesta más ir al gimna-sio, que ha tenido que acomo-dar sus rutinas, pero que seobliga a ir aunque esté cansado.

No juega fútbol hace 20 años,por problemas de rodilla, perohace un par de años descubrióel golf.

—Me encanta. Es el único de-porte en el que puedes compe-tir con gente más joven. Es undesafío tremendo, yo juego golfsolo y me exijo al máximo. “Elotro golpe lo voy a pegar bien”,me digo y sufro. Y voy con el es-tómago apretado, casi más quecuando entro a la cancha.

—¿Hay algo que le quede porhacer?

—No lo sé; sí te digo que si tu-viera otra vida, no haría nada delo que hice en esta.

—¿No sería entrenador?—No.—¿Ni ingeniero?—No.—¿Qué sería?—Músico.

No sabes lo quees perder…perder comoperdí con el

Málaga, comoperdí la liga conel Real Madrid.

Hay que vivirlo,son amarguras

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