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Edición N° 9 - agosto 1995 (invierno para el hemisferio sur) La implicancia de la investigación social en la práctica del Trabajo Social Por: Estela Grassi * (Datos sobre la autora) INTRODUCCION El presente artículo reconoce mútiples motivaciones: en primer lugar es la expresión organizada y sistemática de mi reiterada preocupación por la contradictoria relación del trabajo social con las ciencias sociales (que son su base de sustención teórica) (Grassi, 1983; 1988; 1989). Relación contradictoria que dio lugar a las más disparatadas propuestas en la historia reciente de la profesión: desde querer "probar" que el trabajo social era "una ciencia", a pretender su condición de "arte". Más recientemente, las necesarias reflexiones a que obliga el trabajo docente en un seminano de investigación -1-; y, finalmente, la circunstancia fortuita de haber sido requerida a exponer sobre el tema de la "investigación y el trabajo social" en distintas oportunidades -2-, me obligaron, también, a sistematizar mis reflexiones respecto de tales problemas. Pero hay dos cuestiones de fondo que en realidad dan sentido a mi preocupación por el desarrollo del campo del trabajo social. Una es de carácter ético y tiene que ver con la participación como docente en la formación de trabajadores sociales: los "problemas de formación" que se expresan como reclamos de manera reiterada, necesariamente me interpelan como tal. -3- La otra cuestión de fondo es de carácter ideológico: los trabajadores sociales ocupan espacios institucionales estratégicos; en tanto intelectual con pretensión de ser "crítica" no me parece políticamente táctico desestimar la posibilidad de contribuir a construir una práctica profesional también crítica. No adhiero a una pretendida distinción radical entre intelectual crítico / técnico neutro. Uno y otro son, de hecho (y no sólo por opción) un intelectual orgánico. Sobre este transfondo (donde lo expuesto por último es, en realidad, lo primordial), hay que leer las reflexiones siguientes acerca de la producción de conocimientos y la práctica profesional de los trabajadores sociales. La tesis que voy a desarrollar es la siguiente: en lo concerniente al campo del trabajo social -4-, la investigación (en tanto producción de conocimiento) está implicada en la constitución misma de una práctica profesional relativamente autónoma. Su fundamentación requiere primero explicitar algunos supuestos básicos respecto de la "construcción del conocimiento en ciencias sociales, pues las históricas oposiciones planteadas entre los trabajadores sociales (teoría/realidad; conocimiento/sentimientos; objetividad/subjetividad, etc.) están lejos de ser originales de este campo, aunque hayan sido potenciadas en su interior. (Danani, 1993) Se verá en lo que sigue que estas reflexiones quedan fuera de los enfoques positivistas (y neo- positvistas en boga), que presuponen una relación de externalidad sujeto-objeto de conocimiento, tanto como de aquellos de carácter subjetivista, que reiteran una histórica complicidad inconciente con el positivismo, al reemplazar el "dato duro" por lo "sensible" como prueba, pues aceptan acríticamente el postulado empirista de una realidad inmediata, en este caso accesible por lo "vivencia"; en el otro, por el dato como lo dado.

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ARTICULO SOBRE INVESTIGACION Y TRABAJO SOCIAL

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    Edicin N 9 - agosto 1995 (invierno para el hemisferio sur)

    La implicancia de la investigacin social en la prcticadel Trabajo Social

    Por: Estela Grassi * (Datos sobre la autora)

    INTRODUCCION

    El presente artculo reconoce mtiples motivaciones: en primer lugar es la expresin organizaday sistemtica de mi reiterada preocupacin por la contradictoria relacin del trabajo social conlas ciencias sociales (que son su base de sustencin terica) (Grassi, 1983; 1988; 1989). Relacin contradictoria que dio lugar a las ms disparatadas propuestas en la historia recientede la profesin: desde querer "probar" que el trabajo social era "una ciencia", a pretender sucondicin de "arte".

    Ms recientemente, las necesarias reflexiones a que obliga el trabajo docente en un seminanode investigacin -1-; y, finalmente, la circunstancia fortuita de haber sido requerida a exponersobre el tema de la "investigacin y el trabajo social" en distintas oportunidades -2-, meobligaron, tambin, a sistematizar mis reflexiones respecto de tales problemas.

    Pero hay dos cuestiones de fondo que en realidad dan sentido a mi preocupacin por eldesarrollo del campo del trabajo social. Una es de carcter tico y tiene que ver con laparticipacin como docente en la formacin de trabajadores sociales: los "problemas deformacin" que se expresan como reclamos de manera reiterada, necesariamente me interpelancomo tal. -3-

    La otra cuestin de fondo es de carcter ideolgico: los trabajadores sociales ocupan espaciosinstitucionales estratgicos; en tanto intelectual con pretensin de ser "crtica" no me parecepolticamente tctico desestimar la posibilidad de contribuir a construir una prctica profesionaltambin crtica. No adhiero a una pretendida distincin radical entre intelectual crtico / tcniconeutro. Uno y otro son, de hecho (y no slo por opcin) un intelectual orgnico.

    Sobre este transfondo (donde lo expuesto por ltimo es, en realidad, lo primordial), hay que leerlas reflexiones siguientes acerca de la produccin de conocimientos y la prctica profesional delos trabajadores sociales. La tesis que voy a desarrollar es la siguiente: en lo concerniente alcampo del trabajo social -4-, la investigacin (en tanto produccin de conocimiento) estimplicada en la constitucin misma de una prctica profesional relativamente autnoma.

    Su fundamentacin requiere primero explicitar algunos supuestos bsicos respecto de la"construccin del conocimiento en ciencias sociales, pues las histricas oposicionesplanteadas entre los trabajadores sociales (teora/realidad; conocimiento/sentimientos;objetividad/subjetividad, etc.) estn lejos de ser originales de este campo, aunque hayan sidopotenciadas en su interior. (Danani, 1993) Se ver en lo que sigue que estas reflexiones quedan fuera de los enfoques positivistas (y neo-positvistas en boga), que presuponen una relacin de externalidad sujeto-objeto deconocimiento, tanto como de aquellos de carcter subjetivista, que reiteran una histricacomplicidad inconciente con el positivismo, al reemplazar el "dato duro" por lo "sensible" comoprueba, pues aceptan acrticamente el postulado empirista de una realidad inmediata, en estecaso accesible por lo "vivencia"; en el otro, por el dato como lo dado.

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    Asimismo, se apartan de la crtica que relativiza al extremo el discurso terico, la que haceestril todo esfuerzo investigativo al reducir ste a la mera transcripcin de las voces de losactores.

    Ni la teora social refleja un objeto preconstituido, con independencia del sujeto; ni la subjetividades esencialidad ahistnca, ni lo real es mera virtualidad. Pero en el propio proceso deconocimiento (de construccin de interpretaciones vlidas acerca de "la realidad") se transformael objeto, por cuanto elementos de las teoras se integran a los esquemas de interpretacin (de"la realidad") vigentes en una sociedad. Parto, entonces, de reconocer al objeto de Ias ciencias sociales como de una naturaleza propia,lo que obliga a formular metodologas de abordaje adecuadas; pero simultneamente entiendoque las sociedades humanas y los diversos acontecimientos, procesos y problemas sociales,pueden ser comprendidos y explicados y que estas dos alternativas no son imcompatibles,aunque se deriven de tradiciones epistemolgicas desarrolladas en oposicin. Es ms, creo que en ciencias sociales se puede explicar si se comprende y como seala PaulaMontero parafraseando a E. Wolf -"la fuerza de un pensamiento est en su intencin deexplicar alguna cosa" (Montero, 1991). Sobre estos supuestos bsicos, el artculo desarrollauna hiptesis posible para comprender cmo se construy la "conflictiva relacin del trabajosocial con la produccin de conocimientos" (Danani,1993).

    Y, finalmente, a partir de esclarecer la relacin entre teora, conocimiento cotidiano yexperiencia, busco resolver el planteo dualista fuerte en trabajo social, que dicotomizaconocimiento terico y prctica y que obstruye la consolidacin de un campo profesionalrelativamente autnomo.

    Precisar el problema en su generalidad (Ia relacin teora- realidad; o sujeto-objeto deconocimiento, en las ciencias sociales) y en su particularidad (el conocimiento en la prctica deltrabajo social), permite plantear la cuestin de la "investigacin y el trabajo social" en unostrminos que van ms all de una moda circunstancial o de otra riesgosa pretensin desuplantacin del rol, como peridicamente ocurre, fruto de una constitucin inacabada del

    campo, ms que de las "crisis" de la profesin.

    EL LUGAR DEL CONOCIMIENTO EN LA CONSTITUCION DEL CAMPOPROFESIONAL Una revisin rpida

    El desarrollo del tema obliga a plantearse una pregunta inicial, respecto de la afirmacin quecompartimos con Danani (la "relacin conflictiva del trabajo social con la produccin deconocimientos").La pregunta es por qu, tratndose de un campo profesional cuyo objeto son las diversasmanifestaciones del conflicto y la contradiccin de relaciones sociales, expresadas (oconceptualizadas) como "problemas sociales", hay, sin embargo, tan poco (o nada) de aportepor parte de los trabajadores sociales, en el conocimiento de su propio objeto. Pero adems porqu dentro del campo del trabajo social "se potencian (y al mismo tiernpo se resuelven porla va de la simplificacin) las dicotomas caractersticas de la confrontacin entreparadigmas en las ciencias sociales" (Danani, 1994).

    La confrontacin entre la "interpretacin de la realidad" (la teora) y lo que se entiende como losdatos empricos", se remonta al momento en que comienzan a cuestionarse los sistemasmetafsicos autosuficientes dominantes haset el siglo XVII (a partir de los cuales la Verdad serevelaba o se deduca) y a plantearse la crtica a las instituciones, basada en una concepcinque -inspirada en los avances de las ciencias fsico-naturales- Ilevaba a los filsofos iluministasa sostener que la Razn y la observacin, constituan el medio de descubrimiento de la verdad,y por lo tanto, de "subordinar las institucioncs a las necesidades humanas" (Zeitlin, 1986),hacindolas "racionales" (es decir, adecuando su funcionamiento a las leyes del movimientouniversal).

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    La observacin de la realidad y la razn (instrumento para el conocimiento), constituyeron -entonces- los pilares del mtodo (como en las ciencias fisico-naturales) para descubrr las leyesdel mundo social. Los filsofos iluministas se propusieron la tarea de conocer verdaderamenteeste mundo, por medio de un mtodo objetivo. El contexto de crtica y ruptura con elpensamiento de los siglos precedentes y los avances de las ciencias de la naturaleza, explicanel modelo y la fe puesta en la empiria (la observacin). (Zeitlin, 1986).

    Este proceso de ruptura con el pensamiento religioso, no es ajeno para comprender la historiade las formas de accin social: la evolucin de la filantropa desde el siglo XVIII se articula a esteproceso, en tanto su prctica rompe con la modalidad tpica de Ia caridad cristiana (basada en elmandato de la Fe) y se propone como una accin dirigida a orientar comportamientos"racionales", en base a "diagnsticos" sobre la sociedad, las instituciones, la vida familiar, etc. En la accin de los filntropos se advierte una constante bsqueda de eficiencia y de economade recursos y permanentes reelaboraciones de las estrategias polticas, sobre la base de laevaluacin de las propias acciones. Las instituciones asilares devinieron, en este marco, enverdaderos "laboratorios de observacin" de las conductas. (Donzelot, 1979).

    Se trat -entonces- de una accin "coherente" con lo que se iba definiendo como posibilidad delconocimiento de la sociedad, en pugna con aquellos sistemas metafsicos; no haba activismociego, sino propuestas de intervencin fundadas en "el estado del conocimien to y delmtodo" por entonces.

    Pero si las ciencias sociales se fueron definiendo como tales a partir de esta ruptura yevolucionando en el sentido de una complejizacin de su cuerpo terico y metodolgico (encuyo interior la "tensin teora / empiria" se manifestaba en la confontacin entreparadigmas), en lo que se constituye como el campo de la "asistencia social" (hacia finales delsiglo XIX), la cuestin no est presente como confrontacin interna, en la medida en que sta nose desarrolla articulada a Ias ciencias sociales, sino en estrecha vinculacin con la medicina, lapsiquiatra y el derecho. A partir de all, la asistitencia social define su intervencin como la puesta en ''prctica" de lospnncipios y normas derivadas de aquellas disciplinas y dirigidas a ajustar los comportamientos(individuales y familiares) a una normalidad predefinida desde estos campos.

    Mujeres munidas de estos principios tuvieron a su cargo lo difcil tarea de normatizacin,normalizacin, control y policiamiento de individuos y familias, sostenida en una visinnaturalizada y acrtica de las relaciones e instituciones sociales. (Donzelot, 1979).

    De ms est recordar que el proceso de constitucin del campo de la asistencia y el trabajosocial ha tenido particularidades en los diversos pases y, en buena medida, el trabajo socialnorteamericano se alej de este paradigma, al mantener una vinculacin ms estrecha con lasciencias sociales y humanas (el psicoanlisis y las teoras funcionalistas), dando lugar a unaprofesin de mayor autonoma, de lo que es un buen ejemplo el clsico "Social Diagnosis" deMary Richmond. -5-

    a. En el caso de la Argentina, el campo de la asistencia social profesionalizada seestructur de la mano de los mdicos filntropos (Alayn, 1992; Grassi, 1989) y con unafuerte divisin del trabajo en su interior: aqullos (varones del campo de la medicinahigienista) eran los portadores del saber "cientfico", de donde derivaban los modos deaccin correcta;` las visitadoras y asistentes sociales, instrumentadas por stos, debanIlevar a la prctica las tareas pre-establecidas. -6- -7-

    De alguna manera, aquella tensin clsica teora / empiria (expresada en el trabajo socialcomo la dicotoma "pensada" teora / prctica) se materializ en esta "divisin del trabajo"en el interior del campo profesional.

    Materializacin que se impuso -tambin- cuando la profesin inici su despegue de loscampos mdico y jurdico y se acerc a las ciencias sociales, como consecuencia de

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    nuevas demandas planteadas por el modelo poltico econmico desarrollista, ya en losaos 60, que deriv en la creacin de un Insituto de Servicio Social que cont con elasesoramiento tcnico de Naciones Unidas, fuera de las Carreras existentes en laUniversidad.

    La ''divisin del trabajo" volvi a reiterarse, ahora con otros "productores de conocimiento"(los tcnicos de las agencias internacionales) y nuevas funciones a ser ejecutadas (laspropias de un "agente de cambio"). Esto se reiter simultaneamente a la significativaincorporacin de varones a la profesin (va dicho Instituto), como consecuencia de unapoltica explcita de sus inspiradores y de la definicin de un perfil profesional que sealejaba de la imagen de mujer entregada a la caridad y al amor, para hacer pi en untcnico con protagonismo a nivel de los procesos de cambio en las comunidades.

    No obstante, estas nuevas condiciones dieron lugar al Movimiento deReconceptuaIizacin local, desde el cual se produjeron los primeras manifestaciones endireccin a redefinir el objeto del trabajo social, desde dentro mismo del campoprofesional.

    b. A aquel origen fuertemente marcado por esta divisin del trabajo, hay que sumar la

    marginacin de la formacin de los/as asistentes y trabajadores sociales de los centros

    acadmicos de las ciencias sociales -8-, como otra manifestacin (y reforzamiento) de

    esta separacin; a su vez la proliferacin (que an se mantiene) de institutos terciarios de

    formacin y titulacin, alejados de mbitos de produccin de conocimiento, tambin

    condicionan la estrategia de reproduccin del campo, en direccin del activismo.

    Aunque en diferentes momentos de la historia de la profesin se fueron dando distintos

    niveles de acercamientos con las ciencias sociales, ste estuvo "marcado" por este

    rasgo bsico de la dicotomizacin de la prctica -9- de los trabajadores sociales.

    Tanto en el perodo '"desarrollista" de la profesin (cuando se produce una primera gran rupturacon el modelo "tradicional" de la asistencia social) como durante el auge del movimiento dereconceptualizacin, puede afirmarse que por lo menos un sector de los profesionales -quedefinieron lneas internas claramente identificables- apuntaron a contextuar su quehacer en elmarco de procesos histricos de los que dan cuenta las ciencias sociales. No obstante, an encondiciones potencialmente ms productivas, la concepcin dicotmica de la realidad (a niveldel pensamiento) y la "divisin del trabajo", como manifestacin, condicionaron esteacercamiento, a pesar de que en ambos casos, la crtica social y la crtica del rol fueran rasgosdefinitorios.

    Ya hice referencia al rol de agentes de cambio a nivel de la comunidad demandado al trabajadorsocial en el marco de la poltica desarrollista. Entonces eran comunes los "manuales paratrabajadores sociales", de "texto sencillo", con el objetivo de instrumentar a stos en su accin.

    Con el Movimiento de Reconceptualizacin los trabajadores sociales de esta corrienteasumieron para s -de la manera ms activa a lo largo de su historia- la tarea de conceptualizartanto el objeto de su intervencin como su prctica.

    El marco general de la reconceptualizacin estuvo dado por:

    a. una fuerte politizacin de la sociedad en general;

    b. el desarrollo de corrientes crticas en las ciencias sociales, fundamentalmente deinspiracin marxista o de lo que se denomin en nuestro pas el "pensamiento nacional"(en el que se hicieron confluir categoras marxistas con el ideario peronista); y

    c. el establecimiento de una relacin ms estrecha de estas corrientes con la prcticapoltica.

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    Paradjicamente, estas circunstancias -de hecho movilizadoras de los cambios en el interior dela profesin- al combinarse con aquella tradicin de activismo, no dieron lugar a la consolidacinde una corriente crtica tericamcnte slida dentro de la profesin. Tales tendencias se expresaron, por el contrario, en la subsuncin de la prctica profesional"reconceptualizada'' con el compromiso militante; la dbil (por joven) formacin terica de lostrabajadores sociales reconceptuaiizados los Ilev a asumir como bandera el postulado de quela "vivencia sensible'' es fuente y corroboracin de todo conocimiento y manifestacin de lo realsin mediaciones; y a confundir la nocin de "praxis" con las acciones comunitarias propuestascomo modelo de prctica profesional. El resultado fue que no se logr problematizar el viejoconflicto teora / accin en la prctica de los trabajadores sociales, sino que la combinacin deestas condiciones favoreci nuevamente la dicotomizacin.

    En este marco, la "investigacin-accin" y la "investigacin participante" -entendidas cumomodelo del compromiso vivencial y como medio de recuperar una verdad esencial contenida enel saber del "pueblo"- fueron asumidas por los trabajadores sociales como metodologas propiasde su prctica y como "vanguardia metodolgica". De ah, stos devinieron en "vanguardistas" de la investigacin por esta va, que se pretendienfrentada al "teoricismo" de los "investigadores tradicionales", suponindose a la teora comomera formaizacin sin sustento emprico y a la investigacin social en general (de cualquierorientacin terico- epistemolgica) como "tradicional". Complicidad no deseada con el empirismo positivista, al que simultneamente se acusaba detodas las desviaciones de la teora social.

    El advenimiento de la dictadura militar en el pas (en 1976) bloque finalmente un eventualdesarrollo crtico del movimiento de reconceptualizacin y diluy su potencialidad; y el reiniciodel debate (ya en democracia) se dio a partir de sta y otras tantas dicotomas. (Danani, 1993 y1994; Grassi, 1988)

    Creo que slo a condicin de empezar seriamente a poner en cuestin las confusiones ysimplificaciones que estructuran el campo profesional de los trabajadores sociales, respecto dela produccin de conocimiento, se podr realmente repensar la prctica del trabajo social comoprctica profesionat y no como pura actividad. Hasta ahora, como analiza con propiedad Danani:"... se opt por los `fenmenos', renunciando a conocer sus fundamentos, con lo cual laprctica devino `actividad' y la intervencin, pragmatismo. "... la prctica fueconcebida, en el ejercicio profesional, como puro 'hacer' y el mandato de laintervencin se torn en una 'alianza' con la realidad inmediata, frente a la cual no hayduda 'autntica', sino convocatoria a la modificacin, con independencia de susentido". (Danani, 1994)

    Estas son cuestiones que todava deben debatirse en el trabajo social, ms cuando, comoadvierte Teresa Matus, parece haber un "...uso acentuado de una oposicin del conceptode razn con 'lo otro' que sera la emocin. De all que exista una amplia literatura,talleres, asignaturas, formas de supervisin y seminarios destinados a conocer cmo esque cada trabajador social `siente'." (Matus, 1992).

    Y antes, tambin, de hacer de la investigacin social otra moda pasajera, va de escape (no decomprensin y explicacin) de los procesos histricos que son el marco de anlisis de su

    intervencin.

    EL PROBLEMA DE LA CONSTRUCCION DEL OBJETO

    Hay otra particularidad de la relacin entre trabajo social e investigacin, que tiene que ver con"el objeto". Lo que define al trabajo social es que su objeto es, primero (en trminos Igicos, notemporales) objeto de ntervencin, en tanto que su prctica est explcitamente dirigida aproducir alguna modificacin en la situacin problemtica puntual en relacin a la cual esIlamado a actuar. -10-

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    Y su objeto de intervencin inmediato o emprico son aquellas situaciones puntuales en las queestn involucrados actores diversos y que se enmarcan en lo que -en un plano ms abstracto-una sociedad (o un sector de ella con capacidad de hacer hegemnico su criterio) define comoproblemas sociales. Esta es su especificidad, a partir de la cual se define su profesionalidad yrecorta su campo. Poner en claro esta especificidad, es ineludible para plantear la cuestin de la investigacin enel trabajo social, evitando transformar el tema en una moda pasajera, en la bsqueda de un"nuevo rol" socialmente valorado (como remedio al "malestar" que acompaa a buena parte delejercicio profesional) y -entonces- querer transformar a los trabajadores sociales eninvestigadores.

    Entiendo que el problema se plantea a la inversa: la investigacin necesariamente debe estarimplicada en el campo del trabajo social, como constitutiva de su prctica (y esto no quieredecir que cada trabajador social haga investigacin en su trabajo cotidiano o que lostrabajadores sociales devengan todos investigadores); pero ese trabajo cotidiano debe ser lamanifestacin y el ejercicio de una prctica profesional, colectivamente constituida como tal. Y esto tiene como requisito previo la posibilidad de construccin autnoma de aquello enrelacin a lo cual se interviene, es decir, del objeto. Construccin autnoma no quiere decir conindependencia o al margen de los procesos sociales por los cuales se definen aquellosproblemas, sino su problematizacin, como forma de hacer de la intervencin una prcticaprofesional orientada por Ias categoras -11- con las que un tal campo profesional defineactivamente los problemas en relacin a los cuales su profesionalidad misma se define ylegitima. Una prctica profesional no puede reclamar antonoma si su intervencin est guiadapor los "supuestos implcitos" -12- contenidos en la definicin ya dada. -13-

    Podemos poner en paralelo este problema, con la preocupacin de Bourdieu por el oficio delsocilogo: "la primera urgencia [...] ser tomar por objeto el trabajo colectivo deconstruccin del objeto preconstruido" (Bourdieu, 1989)

    Desde este punto de vista, la investigacin deviene en un elemento inescindible, en un requisitode constitucin de una prctica profesonal, entendiendo entonces por tal, el dominio, laapropiacin y la aprehensin del propio quehacer. Citando nuevamente a Danani, se trata del desarrollo de "la capacidad de dominio sobrenuestras condiciones de trabajo (como) parte del trnsito de la heteronoma a laautonoma". (Danani, 1994)

    Ahora bien, los problemas sociales (de vivienda, de alimentacin, de salud, de violencia, demarginalidad, etc....) no son, a-priori, "problemas de investigacin", como no son por s"problemas sociales", sino a partir de haber sido constituidos como tales y de ello depende elreconocimiento y la constitucin de situaciones puntuales (que son, mayormente, el objetoinmediato de intervencin de los trabajadores sociales) como situaciones problemticas quedemandan acciones acordes con la definicin adoptada del problema que las enmarca -14-.

    El objeto del trabajo sociai es, entonces, un objeto histrico y disputado en su definicin. -15-

    De ah que la prctica profesional (en el sentido de "dominio del propio quehacer") implica enprimer lugar, la desnaturalizacin del objeto (el o los problemas puntuales) y su reconstruccincomo objeto de la prctica. Y parte del proceso de esta reconstruccin crtica (reconocimientode su historicidad y de los sentidos que conlleva su definicin), es constituirlo como un objetode conocimiento. Y esto no es un "segundo paso" en un supuesto proceso lineal de complejizacin: estnecesariamente implcito en la construccin del objeto de la prctica profesional, porque no haytal objeto de la prctica profesional, si no se constituye simultneamente como objeto deconocimiento. Sin esta desnaturalizacin (problematizacin) no hay "dominio del propio quehacer", sino unhacer aquello, dnde, cundo y cmo se define enteramente desde fuera del campo.

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    Problematizar el "problema" que viene dado al trabajo social (para constituirlo en el objeto de laprctica profesional), quiere decir formularse preguntas, buscar las mltiples definiciones yreconocer los sujetos de stas y los argumentos que sostienen (explcitos o implcitos), buscarrelaciones entre fenmenos, etc. a partir de los cuales un acontecimiento o conjunto deacontecirnientos deviene "problema" que demanda algn tipo de intervencin (o solucin). Eimplica redefinirlo -16-

    Slo en esta direccin puede constituirse la relativa autonoma de un campo profesional -17-.

    De ah que la investigacin (produccin de conocimiento) para el trabajo social no es slo unaherramienta en el proceso de intervencin, sino que se inscribe en la posibilidad misma deconstituir la prctica profesional. Por eso, la problematizacin de situaciones que no conducende manera inmediata a un diagnstico para la accin, no slo no estn vedadas a lostrabajadores sociales, sino que constituyen una apuesta estratgica en direccin a sustentaruna prctica crtica. En el mismo sentido,el propio proceso de intervencin puede devenir enobjeto de investigacin. Cada uno de estos tipos de investigacin corresponden a niveles diferentes, con objetivos eintereses distintos, pero igualmente legtimos.

    "El arte, en ciencias sociales, est sin duda en ser capaz de poner en juego "cuestionestericas" muy importantes, respecto a objetos "empricos" muy precisos,frecuentemente menores en apariencia [...] Lo que cuenta, en realidad, es la construccin del objeto, y la eficacia de un mtodo depensar nunca se manifiesta tan bien, como en su capacidad de constituir objetossocialmente insignificantes en objetos cientficos o reconstruir I...] objetos socialmente

    importantes, aprehendidos desde un ngulo imprevisto..." (Bourdieu, 1989)

    Experiencia o prctica profesional

    Ahora bien, acord antes con Danani que el trabajo social ha tenido una reaccin conflictiva conel conocimiento, del cual la teora es la expresin sistemtica. Esta conflictividad se expresa,entre otras cuestiones, en que se ha Ilevado al extremo una forma dicotmica de pensar laactualidad, que separa radicalmente, realidad / teora; discurso / accin; etc. Pretendocuestionar primero esta dualizacin, para poder avanzar en la idea de la implicancia de lainvestigacin (produccin de conocimientos) en la prctica profesional.

    Es posible hacer una primera afirmacin: la teora es una interpretacin (fundada) de la realidad.Es decir, un cuerpo coherente de supuestos y conceptos fundamentales que inspiranobservaciones e hiptesis pertinentes de los fenmenos. Simultneamente, se puede afirmar que lo que definimos como realidad, es siempre unaexprexin mediatizada de la misma, por esquemas de percepcin e interpretacinhistricamente construidos. Dicho de otro modo: lo que afirmamos que es la realidad, esnecesariamente aquello que pensamos que es la realidad, porque no hay realidad accesible parael sujeto humano, sino por medio de sus propias construcciones mentales. Y esto vale tambin para el mundo fsico-natural, por lo que las ciencias correspondientes sonigualmence apriorstica los modelos tericos, las hiptesis, las clasificaciones y conceptos,son aprendidas por los especialistas, socializados en un campo determinado, que desde ahpueden hacer avanzar la investigacin, cuestionar un paradigma, etc. (Alexander, 1991).

    Si la teora es (tambin) interpretacin de sta, hasta aqu -tal como otras interpretacionesposibles: las ideologas, el conocimiento corriente- "la teora social no es una cosa extraa yexterna a los sujetos" (Castaeda, 1987), sino tambin, mediacin de la realidad.

    Cul es, entonces, la particularidad de la teora (o del conocimiento construido en el marco deIa ciencia)? La teora pretende ser una interpretacin vlida de los fenmenos y de los procesossociales que stos expresan; es decir, de aquello que trasciende lo inmediato, lo evidente, lo

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    concreto sensible, para ubicarlos en estructuras histricas. Es decir, en aquel entramado derelaciones sociales y de prcticas de los actores. De ah que la teora es una interpretacin reflexiva, una "accin del pensamiento que seorganiza a s mismo en relacin con la realidad" (Prada, 1987); es decir, "del fundamentode los fenmenos", no slo de sus formas, inmediatamente perceptibles (Danani, 1994).

    Por eso la teora est obligada a explicitar y validar sus supuestos y sus proposiciones sobre larealidad. Esto nos coloca en el plano epistemolgico, en el cual hay que discutir acerca de loscriterios de validacin del conocimiento en ciencias sociales.

    No pretendo entrar en este plano, sino slo para aludir -por necesidad de la argumentacin- a loque NO puede ser un criterio de validacin de la teora social. Slo como referencia general, conviene recordar que, desde una perspectiva positivista lavalidacin se da por contrastacin con observaciones empricas o experimentales. En cambio, desde lo que algunos autores definen como pospositivismo (Alexander, 1991), ladistincin teora / dato emprico es analtica, no ontolgica; tales datos se construyenanalticamente y se sustentan en aquellos cuerpos tericos que consideramos que poseenmayor certeza por "su coherencia lgica, amplitud de visin, perspicacia interpretativa,relevancia valorativa, fuerza retrica y consistencia argumentativa" (Alexander, 1991).

    La validacin depende, entonces, del consenso intersubjetivo acerca de "cmo debe Ilegarsea la verdad y en qu consiste sta" (Alexander, 1991) y la puesta en cuestin de una teoraimplica el debate acerca de sus presupuestos fundamentales. La validacin es dependiente, entonces, de "los efectos de la crtica mutua entre losmiembros de la comunidad" cientfica y del debate acerca "de las pruebas y de laestructura lgica de los argumentos" (Giddens, 1993).

    Afirmamos antes que el acceso del sujeto a su mundo (la realidad) es siempre un accesomediado por esquemas de percepcin e nterpretacin y que stos, a su vez, son histricamenteconstruidos. Esto es, tales interpretaciones no son pura subjetividad, no expresan una esencialidad delsujeto (particular o colectivo), sino que son la expresin subjetivada de estructuras histricas depercepcin y ordenamiento de la realidad, simultneamente construidas por la propia accin derepresentacin y ordenamiento (categorizaciacin) del mundo por parte de sujetosdiferencialmente ubicados (y tambin categorizados) en esas estructuras; y capaces deconstruir categoras y ordenamientos alternativos, como qued visto al hacer referencia a losproblemas sociales.

    Estos esquemas (constitutivos de toda accin humana), conforman a su vez nuestroconocimiento cotidiano de aquellas porciones de la realidad que nos involucran, que formanparte de nuestra experiencia (realidad experimentada), que se constituye en aquel ordenamientoque (reitero, an a riesgo de ser redundante) tambin construimos en el curso de esaexperiencia.

    Tal experiencia es el modo en que vivimos la realidad, (una parte de ella) mediatizadasocialmente; y esos esquemas interpretativos con que nos manejamos en la experiencia denuestra vida cotidiana, conforman un conocimiento inmediato no terico (aunque en lintegremos cada vez lms elementos de teoras de diferentes campos cientficos), cuyaveracidad se deriva de su eficacia en la resolucin de problemas cotidianos, no de la puesta encuestin de sus supuestos tericos o filosficos ni de los caminos seguidos para alcanzarlo.-18-

    Como dice A. Heller (1977), "en nuestra vida cotidiana verdadero y correcto [...]coinciden. ]...] si mis cogniciones sobre un instrumento bastan para manejarlocorrectamente [...] son verdaderas; si mis cogniciones sobre la sociedad bastan paramoverme adecuadamente, tambin son verdaderas". -19-

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    A partir de esta distincin entre conocimiento cotidiano / conocimiento terico y experiencia,puede resolverse el planteo dualista en el trabajo social y, al mismo tiempo, puede repensarse ellugar desde dnde constituir una prctica profesional. Lo que estoy insinuando es que la prctica profesional de los trabajadores sociales, permanecien el nivel de la experiencia -20-: es decir, de la accin sostenida en el conocimiento inmediato,cuyo criterio de validez parafraseando a Heller (1977), es el "xito de la accin" en la resolucinde un problema inmediato. Al mismo tiempo, los esquemas de percepcin e interpretacin (intrnsecos a toda accinhumana y, consecuentemente, intrnsecos tambin en la experiencia de los trabajadoressociales) se asimilaron (acrticamente) a teora y sta a realidad (por asimilacin, tambinacrtica, de aquellos postulados positivistas) y las acciones respectivas, a prctica profesional.

    Al mismo tiempo, ese conocimiento inmediato, cotidiano y prctico de los trabajadores sociales(que, efectivamente, ha integrado elementos de las teoras contenidas en las currculas de suformacin), y su experiencia de intervencin cotidiana, han devenido en criterio de validacin delconocimiento terico -21-

    Esta reaccion de externalidad teora / realidad, llev tambin a que se tenga la expectativa deque toda conceptualizacin terica tenga que coincidir "bis a bis" con las manifestaciones delos ms variados fenmenos y con las interpretaciones cotidianas de los mismos o con elconocimiento cotidiano y prctico de los sujetos con los que interactan los trabajadoressociales, en la presuncin de que stos son la manifestacin de la realidad. Presuncin que bloquea la constitucin de esas expresiones en objeto de conocimiento. Es decir, que bloquea la posibilidad de autonomizar la propia prctica de aquello que se impone,enconces, como lo ya constituido.

    Es esta misma relacin de externalidad la que est en la base de las "crisis" de alumnos oprofesionales, cuando se plantea que la "formacin recibida es muy terica": lo que estimplcito en esta afirmacin, es que esa teora (o teoras, que no se entienden como marcosinterpretativos posibles y por lo tanto sometidos a crtica acerca de su validez, sino asimiladasa-priori a lo real) es invlida, porque no cubre el requisito de "reflejar" los problemas cotidianos ono aporta los conocimientos a los cules "echar mano" de manera inmediata para "aplicarlos" ala solucin de un problema dado. Obviamente, est implcito tambin, la "ilusin de latransparencia", de que es posible "ir a las cosas mismas" (Bourdieu, 1989). No se ponen encuestin ni los supuestos de las teoras, ni Ios supuestos a partir de los cuales se define unproblema y se acta en consecuencia -22-.

    Es que, finalmente, los elementos de teoras se asimilan en la forma de conocimiento cotidianoy -por lo tanto- se invalidan en la accin, cuando no culminan en el xito inmediato.

    En sntesis, sostengo que buena parte de la problemtica de las crisis y frustraciones -cIsicasya en el trabajo social- tienen que ver con un proceso inacabado que requiere pasar de laexperiencia de intervencin, a la constitucin de una prctica profesional, la que por definicinest necesitada de problematizar sus propios supuestos, sus proposiciones, su instrumental yque -por definicin tambin- construye (y transforma) su objeto en relacin a la realidad. De estacapacidad de construir / transformar el objeto depende su autonoma como campo profesional. Sin esa capacidad, se acepta como dado un objeto preconstituido (en ese trabajoso esfuerzocolectivo, al que refiere Bourdieu: no hay entonces autonoma de la profesin.

    Esto implica superar el planteo bien-intencionado pero ineficaz (por tautolgico), de la "bsquedade articulacin teora / prctica". Este se mantiene en un marco dualista de interpretacin,porque presupone mbitos que deben hacerse coincidir, como en un calco, a partir de lo cual "laintervencin en la realidad" sera ms eficiente porque se tendra "ms a mano lo quecorresponde hacer ante cada fenmeno que se presenta". Es posible lograr mayor eficiencia en las acciones, sin por ello constituir una prcticaprofesional: esto es, una prctica autnoma. Porque la "eficiencia" es, tambin, un concepcoconstrudo que supone un conjunto de presupuestos implcitos que merecen problematizarse.

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    Es desde esta preocupacin que la cuestin de la investigacin (que es el medio de produccinde conocimiento) cobra verdaderamente sentido. No como excepcionalidad, no como unaactividad complementaria, como "hobby" de algunos o como medio de lograr un status diferente,sino como proceso implcito de la prctica profesional.

    Y esto no significa -insisto- que cada trabajador social deba ser un investigador, sino unprofesional que opera a partir de un instrumental producido colectivamente y socializado en elmarco de un campo autnomamente constituido.

    Porque, como dice Bourdieu, se trata, ante todo, de un "mtodo de pensar".

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    NOTAS -1- Me refiero al Seminario-Taller para la Elaboracin del Proyecto de Investigacin, quedesarrollamos en la Carrera de Trabajo Social de la Universidad de Buenos Aires. Elmismo est a cargo del Equipo de Ctedra de 1a Matcria Antropologa Social II de laCarrera de Trabajo Social de la que soy su Titular, y que integran adems, las profcsorasAna Domnguez Mon y Silvana Campanini y la Ayudante Alumna Mara Carman. Delequipo del Seminario aludido forma parte tambin la alumna de la carrera y (comoCarman) becaria de tnvestigacin de la UBA, Stella Cabral. Su objetivo prctico esfacilitar la elaboracin de proyectos de investigacin que purdan ser presentados a losllamados anuales a concurso de becas de investigacin de la UBA. El objetivoestratgico es, obviamente, incentivar la formacin de investigadores en el campo deltrabajo social. COmo se desprende, la rica participacin de este equipo en el trabajo deSeminario interno y con los alumnos, alimenta las ideas aqu contenidas.

    -2- Me refiero al Panel sobre "La investigacin en el Trabajo Social", organizado por laSecretara de Investigacin de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la

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    Universidad Nacional de La Matanza en julio de 1994, la conferencia a mi cargo estuvoreferida al tema de este artculo

    -3- Suelo escuchar, con cierta desazn, que se reiteran reelamos que hace ms de 20aos hacamos quienes entonces ramos alumnos y advertamos que no es la formalidaddel ttulo profesional lo que acredita al desempeo profesional. Entonces recibamos porrespuesta un reproche: "quieren recetas", con lo que la crtica quedaba neutralizada. Hoyexiste la posibilidad del debate, pero exige el compromiso de todos con una dedicacinseria al estudio.

    -4- En Bourdieu, el campo es "un espacio social de relaciones objetivas [...] entre lasposiciones ocupadas por los agentes que determinan la forma de tales interacciones"...."Siempre que se instituye uno de estos universos relativamente autnomos -el campoartstico, el campo cientfico o esta o aquella de sus especificaciones- el procesohistrico ah instaurado desempea el mismo papel abstractor de la quinta-esencia [delcampo]. De ah que el anlisis de la historia del campo es, en s misma, la nica formalegtima de anlisis de esa esencia".

    [Nota del autor en este punto]: "As, el anlisis de la actitud esttica pura, quederecho, de la historia historia social de la ciencia". .."La teora general de la economa de los campos permite describir y definir la formaespecfica de que se revisten, en cada campo, los mecanismos y los conceptos msgenerales (capital, poder) evitando as todas las esepecies de reduccionismos..." [de unanota del autor en este punto]: ..."las estrategias de las operaciones [de los agentes delcampo] dependen de su posicin en el campo de produccin, quiere decir, de laestructura de distribucin del capital especfico..." (Bourdieu, 1989)

    -5- Resulta acertada la observacin de Danani acerca de que el protestantismopredominante en ese pas puede constituir un marco de referencia respecto de laparticularidad en la constitucin del campo del trabajo social en Estados Unidos.

    -6- "En 1924 se implement el primer curso de Visitadoras de Higiene Social en laCarrera de Ciencias Mdicas de la Universidad de Buenos AIres. Este estaba dirigido amujeres, para desempearse como 'auxiliares mdicos' ocupndose de 'las minuciaspara las cuales el mdico no tiene tiempo', difundiendo las normas de higiene yprevencin de enfermedades transmisibles; pero adems, debiendo ensear el orden y laeconoma domstica". [Entre otros, un objetivo explcito era evitar] 'la improvisacin y lafalta de orientacin cientfica (que) pueden esterilizar los ms generosos impulsos'. "...en1939 se fund la Escuela de Servicio Social del Museo Social Argentino [...] En versinde uno de sus fundadores, [deba formar] 'un profesional capaz de comprender ladiversidad de factores que actan sobre la vida humana para llevarla por sendaequivocada'". (Grassi, 1989).

    -7- Lo que constituy la lnea de la asistencia social para-jurdica, se expres en laEscuela de Asistentes de Menores y Asistentes Penales, creada en 1941 en elPatronato de Recluidas y Liberadas. Esta Escuela pas a depender de la Facultad deDerecho de la Universidad de Buenos Aires en 1946, como Escuela de AsistentesSociales. (Alayn, 1992)

    -8- Esta situacin no ha sido idntica en elr esto del pas: en las Universidades msjvenes, la Carrera se integr a las Facultades de Humanidades y Ciencias Sociales(como es el caso de la Universidad Nacional de Misiones) o de Ciencias Polticas(Universidad Nacional de Rosario), por citar slo algunos ejemplos. Sin embargo, hanproliferado tambin escuelas e institutos de nivel terciario, sin articulacin con centrosacadmicos. En el caso de la Escuela de Asistentes Sociales de la Universidad Nacional de BuenosAires, permaneci en la rbita de la Facultad de Derecho hasta 1985, ao en que porpresin del movimiento estudiantil, en el marco del reciente reingreso a la vida

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    democrtica, pas a depender directamente del Rectorado de la Universidad para,finalmente, pasar a formar parte de la actual Facultad de Ciencias Sociales como Carrerade Trabajo Social.

    -9- Como se ver, no uso el trmino prctica con el sentido de cuasi "actividad material" yal mismo tiempo "pura", que tiene para los trabajadores sociales; la que podrasepararse, as, de los significados y categoras tericas o ideolgicas, que se entiendenubicadas en otro plano. Concepcin que fue llevada al paroxismo en aquella idea del"mtodo sin mtodo", inspirada en los escritos del antroplogo mexicano Manuel Zabala,cuyas propuestas para el trabajo social publicaba en Buenos Aires la editorial ECRO, enlos aos 70; y en la proposicin del "acercamiento sensible a la realidad" como etapa fijade una serie de pasos sucesivos y rgidos de la metodologa, que Lima y Rodrguez(1983) criticaron luego con propiedad. Entiendo el trmino prctica, en principio, comotodo hacer humano, en cualquier mbito constituido como espacio social de accin(como "campo de produccin", para especificarlo en los trminos de Bourdieu, yacitados). Toda prctica humana es, simultneamente, material y simblica. Sus particularidadesrefieren, a la vez, a las especifidades del campo. De ah que pueda hablarse de: laprctica poltica, prctica investigativa, la prctica sindical, la prctica mdica, etc. Ycada una de stas lo es como unidad (compleja y heterognea) que resulta de lasinteracciones de los agentes que ocupan posiciones diversas (de hegemona, de poder,de subordinacin, etc en la estructura de relaciones del campo). Respecto de la prcticade los trabajadores sociales, desarrollo en lo que sigue cul es -segn entiendo- suparticularidad y cules son las limitaciones en la constitucin de una prctica profesionalautnoma.

    -10- Conviene enfatizar, entonces, que la nocin de "intervencin" no tiene de antemanoun sentido policaco.

    -11- Danani (1994-b) hizo un original anlisis acerca de la burocratizacin y la rutinizacinde la tarea, en su presentacin en el Panel sobre la investigacin en Trabajo Social, en elEncuentro sobre Presente y Futuro de la Investigacin Social, realizado en la Facultad deHumanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de La Matanza, en julio de1994.

    -12- Al respecto, ver el desarrollo ms detallado que hace Parisi (1993).

    -13- Aunque las comparaciones suelen ser odiosas, a vaces pueden resultar ilustrativas,si no se pretende asimilar un caso al otro: el ejercicio de la medicina es un ejercicioprofesional; eso no conduce a que todos y cada uno de los miembros de este campo (losmdicos) sean investigadores ellos mismos o que en su prctica cotidiana (en elconsultorio, en el hospital o en la sala) hagan investigacin. Pero la prctica mdica esuna prctica profesional y la de cada mdico en particular, es expresin de aqulla,colectivamente constituida y reconocida como prctica cientfica; esto es, sustentada enla investigacin en reas diversas que ataen al campo: biologa, farmacologa,teconologa mdica, etc)

    -14- Dichoo en trminos prcticos: slo si la vivienda (por tomar un ejemplo cualquiera) essocialmente reconocida como un derecho, no nicamente como una necesidad, elEstado (instituciones ad hoc) podr ser interpelado como garante del mismo y entonces,el desalojo de la familia Fernndezrequerir atencin pblica y dar lugar a accioneslegales, asistenciales, que sern encaradas por aquellos a quienes legtimamente se lesreconoce incumbencia en el caso (entre ellos, los trabajadores sociales).

    -15- Por eso digo antes que se trata de problemas que una soiedad define como tal, apartir de la capcidad de un sector o grupo de hacer hegemnico sus criterios yargumentos. La constitucin de determinadas situaciones como "problemas sociales". oa la inversa, la desproblematizacin" de otras, implica confrontaciones y luchas

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    ideolgicas por significar los mismos. La violencia domstica, es por ejemplo, unacuestin recientemente instituida como tal (como violencia, y por tanto como problemaque interpela a instituciones pblicas). Y esto es el resultado de las luchas feministas porlos derechos iguales de las mujeres. Hasta no hace mucho tiempo -y an hoy para buenaparte de la sociedad- esto era una "cuestin privada" y parte del derecho del marido sobresu esposa. Cuestin similar ocurre con los nios: el castigo fsico puede ser un"correctivo" o un "abuso", depende del criterio que se imponga, de donde -a su vez- sedefinir o no una problemtica social. Que la vivienda, la salud, la educacin, etc., seandefinidas como derechos o mercancas, tiene que ver tambin con la problematizacin odesproblematizacin del acceso a los mismos.

    -16- Obviamente, la cuestin de "problematizar el problema que viene dado", pensadaaqu en relacin al trabajo social, es tambin -cada vez ms- estratgica para laconstruccin de una ciencia social crtica, en la medida en que viene hacindosehegemnico un discurso "pragmtico" segn el cual la investigacin que no tiene estafinalidad inmediata es "ineficiente": el mismo Ministro Cavallo, en su pretensin dedescalificar a los investigadores del CONICET (que por otra parte, en su mayora tambinpertenecen a la Universidad pblica) se puso l mismo como ejemplo del tcnicoeficiente: dijo que no perdi tiempo en Harvard investigando cuestiones de teoraeconmica, sino en cmo resolver cuestiones puntuales. Obviamente, el Ministroesconde su compromiso apriori con los supuestos a partir de los cules se construyen yresuelven esos problemas puntuales, detrs de un modelo imperialista de ciencia.

    -17- No me resisto a la cita de Bourdieu (1989). "Construir el objeto supone tambin quese tiene, frente a los hechos, una postura activa y sistemtica para romper con lapasividad empirista, que no hace sino ratificar las preconstrucciones del sentido comn,no se trata de proponer grandes construcciones tericas vacas [...] se trata de interrogarsistemticamente el caso particular..." ..."Muchos de los objetos reconocidos por la ciencia social no son otra cosa queproblemas sociales que entraron de contrabando en la sociologa: pobreza, delincuencia,juventud, educacin, ocio, deporte, etc [y] las mismas variaran junto a las fluctuacionesde la conciencia social del momento". ..."Uno de los instrumentos ms poderosos de la ruptura (con el problema como dado),es la historia social de los problemas, de los objetos y de los instrumentos depensamiento, es decir, la historia del trabajo de construccin de instrumentos deconstruccin de la realidad social..."

    -18- "...en la actitud natural de la vida cotidiana, los juicios no son verdaderos o falsos -como los de la ciencia- sino vlidos o invlidos, correctos o incorrectos, eficaces oineficaces [...] el caudal de conocimientos del sentido comn (es) un magma detipificaciones, recetas, reglas, definiciones, mximas, etc. y las prcticas derazonamiento de sentido comn [son aqullas] a travs de las cuales esosconocimientos son concretamente aplicados. Son estas prcticas las que articulan asituaciones especficas los elementos de aquel caudal que consideramos apropiados..."(Nun, 1994)

    -19- Podramos citar ejemplos al infinito, que tambin dan cuenta de la imbricacin deelementos de teoras en nuestra interpretacin cotidiana del mundo: Acaso no nosbasta referirnos al "Edipo de Fulano que no puede separarse de su madre", sin tener quepreguntarnos cmo construy Freud su teora del Edipo y mucho menos sobre qusupuestos y referentes empricos. No nos basta reconocer que una vacuna es eficazpara evitar una enfermedad, para drsela a nuestros hijos?, etc

    -20- O, si queremos, en el de las "prcticas de razonamiento de sentido comn", comolas define Nun.

    -21- Corresponde dejar claramente sentado, que al mismo tiempo que postulo queexperiencia y conocimiento cotidiano no son criterios de validacin del conocimiento

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    terico, sostengo que la teora no invalida por s aqullos (como vimos, aquel integraelementos de teoras de campos diversos). Por lo tanto, no estoy haciendo un planteoinverso al que quiero criticar. Lo que digo es que un conocimiento aplicado a reseolver losinfinitos problemas de nuestro desenvolvimiento cotidiano en el mundo, no es criterio devalidacin para un conocimiento que se propone dar cuenta de los procesos socialesimplicados en la ocurrencia de los fenmenos (de cmo y por qu suceden, como sealaGiddens); el que a su vez, no puede dar respuesta inmediata a aquellos infinitosproblemas, que s resolvemos en nuestra experiencia. De ah que tampoco constituyenuniversos contrapuestos, cada uno heterogneo.

    -22- "Para no ser el objeto de los problemas que se toman por objeto es necesario hacerla histori de la emergencia de esos problemas, de su constitucin progresiva, es decir deltrabajo colectivo cumplido en la competencia y la lucha que ha sido necesaria para hacerconocer y reconocer esos problemas como problemas legtimos, confesables,publicables, pblicos y oficiales. Se puede pensar en los problemas de la familia, eldivorcio, de la delincuencia, de la droga, del trabajo femenino, etc. En todos los casos sedescubrir que el problema que el positivismo ordinario (que es el primer movimiento detodo investigador) acepta como de suyo, ha sido socialmente producido en y por untrabajo colectivo de construccin de la realidad social...." (Bourdieu, 1989)

    * Datos sobre la autora: * Estela Grassi Titular de la Materia Antropologa Social II de la Carrera de Trabajo Social (U.B.A.)

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