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Hugo Martínez Alvarado PRESENTACIÓN: Una visión optimista para el futuro del libro y la lectura. En unos años más las bibliotecas dejarán de tener libros impresos en sus estanterías. En similar forma a como lo hacen los grandes museos del mundo, las colecciones de las obras literarias serán guardadas en seguras bodegas desde donde serán extraídas con fines de exhibición o para eventos destinados a que las nuevas generaciones, conozcan la forma como han evolucionado los soportes y formatos de la narrativa, la poesía y la comunicación. ¿Y qué pasará con los espacios físicos donde hoy se almacenan los libros impresos? Se transformarán en salones para la lectura, el debate, el intercambio de experiencias lectoras y el encuentro entre generaciones de autores, editores, coleccionistas y lectores. Las estanterías serán reemplazadas por sillones y cafeterías, junto con innumerables puntos de acceso para conectar diversos dispositivos que permitan leer. Esta transformación va a ser gradual, pero será inevitable. En otras palabras, las Bibliotecas que persistan en utilizar sus superficies para mantener almacenados libros impresos se transformarán inexorablemente en bodegas pulcras y solitarias. También este cambio se producirá en las Bibliotecas de los Centros Escolares, las que se transformarán en nuevos centros de recursos para el aprendizaje donde el bullicio de niños y niñas buscando e intercambiando información, remplazará el acostumbrando silencio de los salones de lectura. Las pantallas de computadores y tabletas cambiarán los ficheros de referencia bibliográficas y las bibliotecarias y bibliotecarios se transformarán en educadoras(es) activas(os) que formarán a las nuevas generaciones en el desarrollo de hábitos asociados al análisis y selección de información. Evolucionará la labor de las editoriales y se desarrollarán nuevos modelos de negocios, asociados a perfeccionar la oferta literaria y masificar el acceso a nuevos grupos de lectores. La autoedición (cuando el autor se transforma en su propio editor, corrector de estilo, diagramador y distribuidor de su obra), será una alternativa adicional para los que buscan autores y estilos emergentes e innovadores. Los canales de venta de los actuales libros impresos modificarán sus giros comerciales dramáticamente (como ya está sucediendo con las grandes cadenas de librerías en Estados Unidos y Europa). En sus vitrinas persistirán los libros impresos con sus tapas duras, pero en sus contratapas se encontrarán hipervínculos presentados en códigos de realidad aumentada que permitirán acceder desde un teléfono inteligente u otro dispositivo móvil a la lectura del primer capítulo del texto, elementos destacados por lectores que están leyendo este título, recomendaciones de otras obras similares o del mismo autor, formatos disponibles y enlaces a suscripción de avisos personalizables relacionados con el libro seleccionado (por ejemplo, recibir un mensaje de texto en caso que se produzcan descuentos). Dentro de las librerías, la cafetería será un espacio distintivo donde la calidad del espacio de encuentro, descanso y lectura será tan importante como la calidad de la oferta literaria disponible. Los dependientes se especializarán en comprender los intereses de los lectores, los invitarán a probar diversos dispositivos de lecturas y les presentarán los Nuevas formas de leer, nuevas oportunidades para el libro Las pantallas de computadores y tabletas cambiarán los ficheros de referencia bibliográficas.

MARTINEZ Nuevas Formas de Leer

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Nuevas formas de leer, nuevas oportunidades para el libro

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Page 1: MARTINEZ Nuevas Formas de Leer

Hugo Martínez Alvarado

PRESENTACIÓN:

Una visión optimista para el

futuro del libro y la lectura.

En unos años más las bibliotecas

dejarán de tener libros impresos

en sus estanterías. En similar

forma a como lo hacen los

grandes museos del mundo, las

colecciones de las obras literarias

serán guardadas en seguras

bodegas desde donde serán

extraídas con fines de exhibición

o para eventos destinados a que

las nuevas generaciones,

conozcan la forma como han

evolucionado los soportes y

formatos de la narrativa, la

poesía y la comunicación.

¿Y qué pasará con los espacios

físicos donde hoy se almacenan

los libros impresos? Se

transformarán en salones para la

lectura, el debate, el

intercambio de experiencias

lectoras y el encuentro entre

generaciones de autores,

editores, coleccionistas y

lectores. Las estanterías serán

reemplazadas por sillones y

cafeterías, junto con

innumerables puntos de acceso

para conectar diversos

dispositivos que permitan leer.

Esta transformación va a ser

gradual, pero será inevitable. En

otras palabras, las Bibliotecas

que persistan en utilizar sus

superficies para mantener

almacenados libros impresos se

transformarán inexorablemente

en bodegas pulcras y solitarias.

También este cambio se

producirá en las Bibliotecas de

los Centros Escolares, las que se

transformarán en nuevos centros

de recursos para el aprendizaje

donde el bullicio de niños y niñas

buscando e intercambiando

información, remplazará el

acostumbrando silencio de los

salones de lectura. Las pantallas

de computadores y tabletas

cambiarán los ficheros de

referencia bibliográficas y las

bibliotecarias y bibliotecarios se

transformarán en educadoras(es)

activas(os) que formarán a las

nuevas generaciones en el

desarrollo de hábitos asociados al

análisis y selección de

información.

Evolucionará la labor de las

editoriales y se desarrollarán

nuevos modelos de negocios,

asociados a perfeccionar la oferta

literaria y masificar el acceso a

nuevos grupos de lectores. La

autoedición (cuando el autor se

transforma en su propio editor,

corrector de estilo, diagramador

y distribuidor de su obra), será

una alternativa adicional para los

que buscan autores y estilos

emergentes e innovadores.

Los canales de venta de los

actuales libros impresos

modificarán sus giros comerciales

dramáticamente (como ya está

sucediendo con las grandes

cadenas de librerías en Estados

Unidos y Europa). En sus vitrinas

persistirán los libros impresos con

sus tapas duras, pero en sus

contratapas se encontrarán

hipervínculos presentados en

códigos de realidad aumentada

que permitirán acceder desde un

teléfono inteligente u otro

dispositivo móvil a la lectura del

primer capítulo del texto,

elementos destacados por

lectores que están leyendo este

título, recomendaciones de otras

obras similares o del mismo

autor, formatos disponibles y

enlaces a suscripción de avisos

personalizables relacionados con

el libro seleccionado (por

ejemplo, recibir un mensaje de

texto en caso que se produzcan

descuentos). Dentro de las

librerías, la cafetería será un

espacio distintivo donde la

calidad del espacio de encuentro,

descanso y lectura será tan

importante como la calidad de la

oferta literaria disponible. Los

dependientes se especializarán

en comprender los intereses de

los lectores, los invitarán a

probar diversos dispositivos de

lecturas y les presentarán los

Nuevas formas de leer, nuevas oportunidades

para el l ibro

Las pantallas de computadores y tabletas cambiarán los ficheros

de referencia bibliográficas.

Page 2: MARTINEZ Nuevas Formas de Leer

nuevos formatos enriquecidos y

convergentes de literatura, les

presentarán nuevas experiencias

de intercambio con otros lectores

y ofertarán planes de suscripción

de acuerdo a los hábitos de

lectura de cada persona.

¿Es esta una visión demasiado

optimista del futuro del libro y de

su entorno?

Posiblemente. Pero no se basa en

elementos adivinatorios

subjetivos ni esotéricos, sino que

en dos supuestos básicos que

permiten sostener imágenes de

futuro optimistas y atractivas y

que serán desarrollados a

continuación.

Pero también considera una

amenaza que potencialmente

puede entorpecer

significativamente una etapa de

crecimiento y desarrollo positivo

para el libro en los próximos

años, a no ser que se desarrollen

oportunidades de convergencia e

integración de las diversas

oportunidades emergentes.

Este artículo, finaliza con algunas

propuestas para educadores y

padres, con el objetivo de

provocar en las generaciones

adultas un protagonismo

fundamental en el futuro del

desarrollo del libro.

PRIMER SUPUESTO:

Leer no es una opción, es una

necesidad.

En su reconocido trabajo sobre

las Inteligencias Múltiples (1983),

el psicólogo estadounidense

Howard Gardner asegura que los

seres humanos poseemos diversos

tipos de inteligencias ampliando

definitivamente lo que

tradicionalmente se valoraba

como concepto de inteligencia

única. Una de estas es la

“inteligencia lingüística”, la que

se define como “esa forma de

inteligencia que nos da poder

para usar las palabras y para

aprender distintos lenguajes e

idiomas. Es la capacidad de

pensar en palabras y de utilizar

el lenguaje para comprender,

expresar y apreciar significados

complejos...las competencias

propias de la inteligencia

lingüística son hablar, saber,

escuchar, leer y escribir.1”

El lenguaje escrito es una

actividad distintiva de la

naturaleza del hombre y de la

mujer. Desarrollar esta habilidad

(o inteligencia) es parte del

crecimiento y desarrollo de la

personalidad y genera

competencias instrumentales que

facilitarán el desarrollo de

nuevas habilidades e intereses.

¿Cómo están desarrollando esta

inteligencia lingüística las nuevas

generaciones de lectores?

Se suele responder a esta

pregunta con las categorías de las

antiguas generaciones de

lectores, olvidando que la lectura

es también una actividad social,

evolutiva y contextualizada. No

leemos hoy como leíamos hace

cien años, ni lo haremos igual en

los próximos cien años.

Los lectores del siglo veintiuno,

leen y escriben mucho más que

sus predecesores. Pero lo hacen

de forma mucho más diversa,

enriquecida y compleja. Las

nuevas generaciones producen y

consumen información de

1 H. Gardner, La teoría de las

inteligencias múltiples. Fondo de Cultura Económica, México, 1987.

diversas formas y en diversos

formatos, muchos de los cuales

requieren de producciones de

textos que consideran

ciertamente nuevos estilos

literarios que aún no reciben un

nombre estandarizado, pero que

ya están vigentes en el chat, en

la mensajería de textos de los

teléfonos móviles o en los

comentarios de las redes

sociales.

Cuando un adolescente está

comunicándose efectivamente

con siete o más receptores en

paralelo y en forma concurrente

en ambientes de chat y

mensajería instantánea, ¿no está

desarrollando su inteligencia

lingüística? Ciertamente los

estilos narrativos, la ortografía y

la sintaxis de estos escritos,

distan mucho de nuestros

modelos convencionales, pero es

innegable que el objetivo

comunicacional se logra.

El consumo de información es hoy

día, enriquecido por diversos

formatos. Conviven y convergen,

junto con el texto, el hipertexto,

las imágenes, los sonidos, el

vídeo y las diversas capas de

comentarios y textos que

complementan el texto original.

El método de lectura no es

necesariamente lineal (como

suele ser definido y diseñado por

los autores de los textos), sino

que es aleatorio y se vincula a los

intereses y motivaciones del

lector, más que el propósito con

que el autor diseñó el texto de

estudio, el libro de referencia o

la narración literaria.

Las nuevas generaciones leen y

escriben desarrollando

naturalmente su inteligencia

Page 3: MARTINEZ Nuevas Formas de Leer

lingüística, pero lo hacen de una

forma diferente.

Una consideración importante a

esta premisa, es que el mundo de

los jóvenes del siglo XXI es mucho

más letrado, que el mundo de los

jóvenes de la era predigital, en

que la producción de textos se

limitaba en gran parte a los

trabajos escolares y en que el

acceso a la lectura, se definía por

el número de libros que se leían

al año.

Leer es y seguirá siendo una

necesidad, lo que está cambiando

es la forma de satisfacerla.

SEGUNDO SUPUESTO:

Plataformas, formatos y

dispositivos: nuevas

oportunidades para la lectura.

Todo lo que sea posible de

digitalizar, se digitalizará tarde o

temprano. Los libros también.

Pero esto no es ni será inmediato

ni automático.

El libro impreso es una gran

tecnología. Su costo es bajo en

relación a las actuales

tecnologías de transferencia de

contenidos, es seguro, no

requiere de energía adicional

para su funcionamiento ni de

redes de telecomunicaciones de

banda ancha para entregar todas

las prestaciones prometidas. No

se descalibra, no pierde

parámetros de su configuración ni

requiere capacitar a los usuarios

para que saquen provecho de sus

funcionalidades.

Sin embargo, la tecnología del

libro impreso está siendo

remplazada por lectores

electrónicos u otros dispositivos,

que llevarán a un porcentaje

importante de los textos impresos

a la estantería de los objetos

clásicos de la era pre digital.

Para que esto ocurra, los

dispositivos de lectura

electrónica (e-readers) deben

cumplir con las mismas

funcionalidades del texto impreso

y además, agregar valor a la

experiencia de lectura de los

usuarios.

En otras palabras, el libro digital

debe emular eficientemente todo

aquello que es posible realizar

con un libro impreso como

entregar una diagramación

agradable a la vista, pasar

páginas, marcar el punto de

lectura y volver al mismo, etc.

Pero estas funcionalidades, no

son suficiente argumento para

justificar la migración al mundo

digital remplazando a la actual y

estable tecnología analógica.

Los fundamentales y más

significativos argumentos, son

aquellos que agregan valor a la

experiencia del lector y que

justificarán el cambio de formato

y el enriquecimiento o

modificación positiva de hábitos

en la experiencia lectora.

En este sentido, es posible

identificar una escala de nuevas

oportunidades, funcionalidades,

servicios y atributos que

acompañan la digitalización del

libro.

Los primeros son aquellos que

aportan simplicidad y comodidad

a la experiencia lectora.

Ejemplos de estos atributos son

la disminución del peso, la

posibilidad de gestionar y

acceder a múltiples títulos desde

un mismo dispositivo, la opción

de mantener un respaldo de la

biblioteca personal en forma

virtual, etc. corresponden a una

primera agrupación de atributos

que diferencian

significativamente la experiencia

digital con la analógica. En este

mismo nivel están las ventajas

asociadas a la disminución en el

consumo de papel, tinta y otros

componentes que generan un

negativo impacto ecológico.

En un segundo nivel están

aquellas ventajas comerciales

que ofrecen una mayor diversidad

de oferta de títulos, tiempo de

distribución y obviamente,

menores precios y mejores

condiciones para el lector (y

consumidor final). En este ámbito

aparecen nuevos modelos de

negocios, que podrían remplazar

en un futuro próximo la rutina de

pagar por los libros, por un

modelo de suscripción a servicios

de lectura que permitirán al

lector acceder a bibliotecas

infinitas y diversas de títulos con

la sola limitación del tiempo que

el interesado disponga para leer.

En un tercer nivel están las

posibilidades de incrementar la

experiencia lectora a través de

nuevos medios de comunicación.

Por una parte están los libros

enriquecidos (enhanced books)

que incorporan al texto, recursos

multimediales e interactivos,

donde la experiencia lectora

empieza a acercarse a la

experiencia de un espectador de

una película cinematográfica con

la posibilidad de intervenir en los

ambientes de las escenas y en

algunos casos, en la trama misma

de la historia. Un ejemplo mas

complejo de este mismo nivel, lo

representan las emergentes

experiencias transmediáticas,

que vinculan en forma

Page 4: MARTINEZ Nuevas Formas de Leer

sincronizada diversos medios que

convergen en el desarrollo de una

misma narrativa o experiencia.

Esta funcionalidad ya está

disponible en el mundo de los

videos juegos que sincronizan la

partida o una sesión del juego

desde la consola, el computador

o un teléfono inteligente.

También es posible conocer

experiencias de este tipo en

estrategias de marketing o

fidelización de clientes, para la

promoción de programas de

televisión o nuevas películas. En

poco tiempo más, será posible

experimentar nuevos géneros

literarios en los que el desarrollo

de narrativa se vinculará a

diversos medios y fuentes de

provisión de contenidos.

Un cuarto y por ahora último

nivel, es la incorporación de la

dimensión social en la

experiencia lectora. Leer con

otros y en red permitirá

intercambiar ideas, comentarios,

análisis y críticas de la misma

forma como hoy lo realizan

clubes de lectores que se reúnen

periódicamente a socializar las

experiencias de sus miembros.

Los alcances que puedan agregar

el uso de redes sociales en la

lectura, podrían tener efectos

insospechados en el desarrollo

del hábito lector, especialmente

por aquellos grupos que no se

sienten naturalmente atraídos

por la lectura. Otros impactos

también podrían observarse en

las estrategias de los autores

para enfrentar su proceso de

creación. Las tendencias,

comentarios de los lectores en

red, como así mismo la

información que se obtenga de

las actividades, intereses, tiempo

de dedicación, horarios de

lectura y todo aquello que sea

objeto de seguimiento digital

seguramente influenciará las

decisiones creativas que hoy por

hoy, los autores toman sin

considerar opiniones o

antecedentes externos.

Los textos digitales ya están

disponibles y compitiendo por

ganarse un lugar en el mundo de

la lectura. Sin embargo, aún hay

muchas más funcionalidades,

servicios y prestaciones que estos

nuevos formatos podrán ofrecer y

que a su vez generan nuevas

oportunidades para el lector y

para el futuro del libro.

AMENAZAS Y PROPUESTAS:

Convergencia, ambientes y

oportunidades para la

innovación.

La evolución del libro digital

tiene probablemente como mayor

amenaza a su predecesor, el libro

impreso. Sobretodo, porque

ambos formatos tienden a verse

como enemigos que se remplazan

y anulan al encontrarse en el

mismo tiempo y lugar.

Los lectores que defienden a los

libros analógicos, tienden a ver al

libro digital como una amenaza a

los atributos que le dan

significancia y trascendencia al

acto lector. Vislumbran riesgos a

la libertad creativa de los autores

al incorporar las redes sociales en

la retroalimentación a los autores

y consideran que los nuevos

modelos de negocios podrían

verse más influenciados por el

desarrollo tecnológico y los

intereses de la industria digital,

que por el desarrollo de la

cultura y las artes.

Adicionalmente, consideran que

la experimentación de la lectura

interactuando con hojas de papel

está rodeada de elementos

emocionales, que no serán

posibles de experimentar en una

pantalla electrónica.

Los lectores que prefieren los

formatos digitales tienden a ver

al libro impreso como un símbolo

de era pre digital, que limita las

posibilidades y experiencias del

lector del siglo veintiuno. No

conciben que el acceso a la

lectura siga dependiendo de los

canales de distribución

tradicionales y costosos junto con

dañar el ecosistema como fruto

de la explotación de las materias

primas asociadas al papel y la

imprenta.

Ambos extremos, como en todo

orden de cosas, no son una buena

oportunidad para el desarrollo de

la lectura y la expresión escrita.

Un proceso más sostenible

debiera considerar etapas de

convivencia y ampliación de

oportunidades, por sobre la

tendencia a marginar y extremar

las posiciones respecto al mundo

digital y analógico.

Las oportunidades de lograr

converger ambos mundos,

ofrecen mejores expectativas que

enfrentarlos.

¿Cómo puede converger el libro

digital con el libro impreso?

Básicamente, esto será posible en

la medida que los valores

agregados de ambos formatos se

complementen y entreguen una

experiencia enriquecida al

usuario final: el lector.

Aunque incipientes, las

experiencias de vincular la

lectura analógica con el

intercambio de experiencias a

Page 5: MARTINEZ Nuevas Formas de Leer

través de redes sociales ofrecen

un buen ejemplo de

convergencia. Se trata, en este

caso, de ofrecer plataformas que

permitan a los lectores acceder a

información complementaria y de

valor relacionada con los títulos

de su interés, al mismo tiempo

que suscribirse a servicios que

permitan intercambiar

experiencias con otros lectores.

Las recomendaciones que se

reciben de muchas librerías en

línea son fruto de esta

convergencia, al basarse en

hábitos de consumo que permiten

identificar y validar perfiles de

lectores, que a su vez posibilitan

recomendaciones personalizada

en base al comportamiento de

muchos usuarios.

Un poco más sofisticados son los

ejemplos de integración

transmediática que vinculan la

experiencia del lector (desde un

formato impreso o digital) con

ambientes digitales donde es

posible interactuar con

contenidos interactivos

relacionados con la narrativa del

texto original. Una novela

policial, por ejemplo, podría

considerar la suscripción a una

red social dinámica en la que

algunos personajes publican e

intercambian sus experiencias en

forma paralela a los

acontecimientos narrados en el

texto. Es posible además, que

lector pueda ser parte de la

resolución del conflicto

planteado en el texto, a través

de las decisiones e interacciones

que este tenga con los personajes

del libro en la red social.

Pero donde probablemente la

convergencia de ambos mundos

cobrará más valor, será en las

innovaciones que se produzcan en

el momento de la creación

literaria. En unos pocos años más

presenciaremos la llegada de una

nueva generación de autores

(nacidos y formados en el mundo

digital), que incorporarán nuevas

propuestas de escritura y

producción literaria en que la

integración de formatos, el

involucramiento activo de los

lectores y el aprovechamiento

integro del conjunto de

oportunidades del formato digital

permitirán el arribo de nuevos

conceptos de lo que llamaremos

libro.

OPORTUNIDADES PARA LA

EDUCACIÓN:

Nuevas formas de leer, nuevos

recursos para el aprendizaje.

Probablemente es aún muy

temprano aún para hacer

comparaciones y llegar a

conclusiones que nos permitan

comprender cabalmente los

efectos, que las nuevas formas de

leer y escribir tendrá en las

nuevas generaciones. Sin

embargo (y mientras los expertos

se ponen de acuerdo), se debe

reconocer que muchos jóvenes se

sienten más cómodos expresando

sus ideas, emociones y opiniones

en mensajes abreviados,

emoticons o símbolos y en frases

de 140 caracteres, que en

ensayos u otros estilos narrativos

tradicionales. Lo que no

necesariamente significa, que

estén siendo eficientes en la

selección del medio de

comunicación ni en la

construcción del mensaje.

Tampoco la mayor diversidad de

estilos de comunicación escrita,

asegura un mejor desarrollo de

las competencias y habilidades

que implica obtener un adecuado

nivel de inteligencia lingüística.

En otras palabras, la

disponibilidad de formatos

digitales y de nuevas formas de

lectura, no tiene por qué suponer

un impacto positivo automático

en el desarrollo de una mejor

comprensión lectora de las

nuevas generaciones. Aún más, se

corre el riesgo de incrementar la

brecha entre quienes

comprenden lo que leen (y que

tendrán más fuentes de

conocimiento y lectura

disponible) y los que no

comprenden lo que leen (a

quienes la diversidad de formatos

les generará mayores

complejidades).

Sin embargo, las nuevas

oportunidades de lectura son

también oportunidades para la

generación de nuevos ambientes

de aprendizaje que generen

nuevos recursos para el desarrollo

de los componentes de la

inteligencia lingüística.

Una primera oportunidad, está

asociada a la motivación que

genera en las nuevas

generaciones el uso de recursos y

tecnologías digitales en el

proceso de creación de textos

escritos y en el refuerzo del

desarrollo de la comprensión

lectora. Desde los niveles

iniciales, es posible incorporar en

la experiencia lectora formatos

de libros enriquecidos que

despierten con mayor facilidad,

el interés por la lectura y la

exploración de nuevos contenidos

y estilos narrativos y literarios.

En los niveles más avanzados de

la escuela, el acceso a formatos

digitales que incorporen recursos

Page 6: MARTINEZ Nuevas Formas de Leer

que complementen y faciliten la

experiencia de comprensión

lectora al desarrollo lector,

también pueden facilitar la

adquisición de hábitos y

destrezas asociadas a la lectura.

Una segunda oportunidad está

asociada a la incorporación de

variables y recursos sociales en la

incorporación de los nuevos

lectores al mundo literario. Los

positivos impactos del

aprendizaje entre pares y

reforzados por una interacción

permanente para la generación

de nuevas destrezas, son también

aplicables al desarrollo de la

comprensión lectora y el interés

por el libro. Para esto es

necesario diseñar e implementar

espacios de intercambio que

vinculen emocional y

personalmente a cada lector,

evitando que la participación de

los estudiantes genere

mecanismos de control o

evaluación sumativa que

perjudiquen la reputación o

interés de los lectores. El diseño

de experiencias de lectura en red

o social, debe ser planificado

para promover positivamente la

identidad y estilo lector de cada

uno de los participantes.

Dependiendo del nivel escolar,

estas estrategias pueden

considerar crear comunidades en

los que los estudiantes se

apoderen de un personaje

literario y proyecten sus

características e intereses en el

mundo virtual de una red social.

Otras posibilidades son utilizar

herramientas de escritura

compartida para generar finales

alternativos de las historias o

narraciones, factibles incluso de

publicar en Internet o enviar al

autor original.

CONCLUSIONES FINALES:

Oportunidades y urgencia por aprovecharlas.

El mundo del libro está cambiando en sus formatos, mecanismos de distribución, recursos asociados a su

creación y difusión, entre muchos otros componentes que están modificando el concepto tradicional del libro y

la lectura.

Y definitivamente, va a seguir cambiando.

A pesar de la incertidumbre que pueda generar el contexto cambiante y dinámico en la evolución del libro, hay

componentes de la experiencia literaria que permanecen y trascienden los formatos de impresión, distribución o

estrategias comerciales.

Esta migración del texto impreso al mundo digital conlleva nuevas oportunidades para los creadores, lectores y

educadores. Aprovecharlas representa el mayor valor agregado posible de incorporar a este proceso.

En definitiva, el desarrollo de las nuevas oportunidades del libro está asociado a las posibilidades que ofrezcan

los nuevos formatos y tecnologías disponibles, pero por sobre todo, al aprovechamiento de estos nuevos recursos para favorecer a su vez, a las nuevas formas de leer.