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cielo el MARZO 2011 Efemerides astronomicas © NASA Venus iniciación a la observación astronómica

Marzo 2011

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Efemérides Astronómicas. MArzo 2011

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cielo el

MARZO 2011

Efemerides astronomicas

© NASA

Venus

iniciación a la observación astronómica

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iniciación a la observación Astronómica Primera parte

El conocimiento del Universo se basa en la observación. A lo largo de la historia se han desarrollado diferentes técnicas de observación, desde la observación a simple vista, asistida por instrumentos como el sextante o el astrolabio cuya función era medir ángulos y que duró hasta el siglo XVII, hasta los modernos radiotelescopios capaces de captar emisiones de ondas de radio procedentes de algunas zonas del espacio e invisibles al ojo humano. La energía que nos llega del Universo y que nos suministra la información, lo hace mediante las distintas radia-ciones electromagnéticas, diferenciadas entre sí sólo por sus longitudes de onda. De todas ellas tan solo las visibles, una pequeña fracción de infrarrojas y ultravioletas y las ondas de radio pueden llegar a la superficie terrestre. Son las llamadas “ventana óptica” y “ventana radio”. Las demás deben captarse desde fuera de nuestra atmósfera con teles-copios espaciales. algunos consejos...… A la hora de preparar una sesión de observación nocturna, deben considerarse varios aspectos generales de los cuales dependerá que la observación sea un éxito. Para conseguir condiciones de observación adecuadas se requiere alejarse de la ciudad, debido a la con-taminación lumínica, buscar un lugar despejado de forma que pueda observarse en cualquier dirección, y alejarse de carreteras transitadas, pues las luces de los faros de los automóviles impedirían la perfecta adaptación de nuestra vis-ta. Las principales consideraciones a la hora de planificar una noche de observación, aparte de la meteorología, son cuáles son las horas de oscuridad, y qué objetos celestes son visibles esa noche. En relación a las horas de oscuridad, hay que tener en cuenta por un lado cuántas horas de noche tendremos disponibles. Es posible observar aproximadamente una hora y media después de la puesta de sol hasta una hora y media antes de la salida. Naturalmente la cantidad de horas de noche va cambiando a lo largo del año de forma que a finales de junio apenas hay cuatro horas de oscuridad mientras que a finales de diciembre son más de once horas. Durante el mes de marzo el número de horas de noche decrece rápidamente de un día para otro, siendo de nueve a comienzos del mes y de siete al final. En septiembre por el contrario el número de horas crece rápidamente, pasando otra vez de siete horas al comienzo del mes hasta nueve al final del mes. Por otra parte es importante conocer si la luz de la Luna es determinante para nuestras observaciones. Con luna llena la claridad del cielo es tal que sólo las estrellas más brillantes son visibles a simple vista y muchas constelaciones

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resultan difíciles de reconocer. La dificultad para encontrar cúmulos y nebulosas es también mucho mayor. Además al observar por teles-copio se notarán las imágenes menos contrastadas Debemos elegir un día en que la turbulencia atmosférica sea mínima y haya buena transparencia, es decir, con buenas condiciones de visibilidad, en inglés seeing. El seeing se califica en una escala de 0 a 5, en el que 5 marca las mejores condicio-nes de observación posibles, siempre difíciles de alcanzar, ya que en la mayoría de los sitios la temperatura cae rápidamente tras el ocaso del Sol y son los cambios bruscos de temperatura los que más le afectan. En las noches de mala visibilidad las es-trellas chisporrotean y “guiñan” con los colores del arco iris. Bus-quemos noches en las que las estrellas parezcan lucir como planetas y el centelleo sea lento o inexistente. Si no se va a observar la Luna, se elegirá un día sin Luna: Luna nueva, primeros días de creciente o últimos de menguante. También se recomienda unas condiciones de comodidad mínimas como puede ser una tumbona que permita variar la inclinación del respaldo y apoyar la cabeza. Si la observación va a ser larga, hay que ir convenientemente equipado para evitar la perdida de calor. Aunque pueda parecer una trivialidad, nunca se insistirá bastante en la importancia que tiene para el buen desarrollo de una sesión de obser-vación el ir suficientemente abrigado. Para ello se recomienda llevar prendas de abrigo cómodas como forros pola-res, anoraks, botas, gorro y guantes. Siempre es mejor pasarse de ropa que no llegar. El primer paso, antes de comenzar una observación consistirá en adaptarse a la oscuridad, cosa que sucede a los 15 ó 20 minutos, pues en ese tiempo la pupila se habrá dilatado alcanzando un diámetro máximo de 6 ó 7 mm. Si se produce cualquier deslumbramiento, debe dejarse transcurrir otro intervalo de tiempo para una nueva adaptación, por tanto, debe evitarse el uso de linternas potentes. Para consultar cartas y mapas estelares debemos procurarnos una iluminación tenue, preferiblemente de color rojo, al que el ojo es menos sensible. La Luna a través del telescopio también produce deslumbramiento, por tanto, dejaríamos su observación para el final de la sesión de observación, si esto es posible. A simple vista Una persona con vista normal y observando con buenas condi-ciones atmosféricas, puede ver entre cinco y seis mil estrellas. Todas ellas pertenecen a nuestra galaxia y están a distan-cias que oscilan entre unos pocos y varios miles de años-luz. El único objeto extragalactico visible a simple vista en el hemisferio norte es la galaxia de Andrómeda, compañera de la nuestra, la Vía Láctea, en el llamado Grupo Local. Con ayuda de un planisferio y una pequeña linterna roja, para no deslumbrarnos, podremos ini-ciar la observación. Además de aprender a orientarnos y a distin-guir las distintas constelaciones que se ven en las distintas épocas del año, la Vía Láctea, y otras curio-sidades, podemos ver a simple vista el movimiento de algunos planetas, tales como Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno, y la Luna sobre el fondo del cielo (franja del Zodiaco, moviendo retrogra-do, eclíptica), distinguir a las estrellas de los pla-netas por su magnitud y titileo, anotar las trayec-torias de las estrellas fugaces que se vean o anotar su número si esa noche hubiera una lluvia de estrellas; hacer seguimiento del cambio de luminosidad de las estrellas variables comparando su brillo con estrellas fijas próximas (método de Argelander); observar, cuando haya, la evolución de los eclipses de Luna y de Sol, etc.

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No es difícil encontrar en el cielo, si observamos con detenimiento, estrellas de distinta tonalidad de color, las hay blancas como Sirio, Rigel o Vega, rojizas como Betelgeuse o Antares, amarillas como nuestro Sol y Capella y otras anaranjadas como Arturo. También, otra diferencia que se percibe entre las estrellas es su brillo. A las más brillantes, y que se ven nada más ponerse el Sol, como Aldebarán o Altaír, les asignaron astrónomos de la anti-güedad como Hiparcos o Ptolomeo la “primera magnitud”. A las que parecen ser la mitad de brillantes les dieron “magnitud 2” y así sucesivamente hasta la “sexta magnitud” que corresponde a estrellas difícilmente observables en plena noche y en condiciones excepcionales de cielo sereno. En el siglo XIX Pogson calculó de nuevo la escala y estableció que a una diferencia de una magnitud corresponde un factor 2,512. Con esta escala, una diferencia de cinco magnitudes entre dos estrellas supone un cambio de brillo 100. A las estrellas o astros más brillantes que 1 hay que asignarles magnitud 0 o negativa. Así la estrella Sirio, tan importante en la época faraónica y en otras culturas africanas, tiene una magnitud –1’46, Vega 0’03, la Luna llena –12’5 y el Sol –26’7.

Fotografía sin seguimiento Otra manera de hacer observación astronómica es con una cámara fotográfica, pero la débil luminosidad de los objetos astronómicos exige que las fotografías de los mismos tengan largos tiempos de exposición. Esto provoca que el movimiento aparente de las estrellas, debido al giro de la Tierra, de lugar a la aparición de trazas en las fotografías en vez de objetos puntuales. El tiempo que podemos mantener abierta la cámara sin que las trazas sean apreciables, depende de la posición del objeto a fotografiar. En las proximidades del ecuador celeste el tiempo máximo de exposición sin que se aprecie línea en las estrellas es de 20 segundos. Para objetos situados más cerca del polo el tiempo se puede alargar hasta un minuto. Este tipo de observación se puede hacer con una cámara con objetivo normal (50mm) o con un gran angu-lar (28mm). Dicha cámara deberá tener posibilidad de exposiciones prolongadas (posición B), disponer de cable disparador con retención, un trípode estable y deberemos usar una sensibilidad de 400, 800, 1600 ASA o incluso más si nuestra cámara nos lo permite. Aunque a más sensibilidad menor tiempo de exposición también puede aumentar de forma alarmante el ruido con lo que la calidad de la imagen puede empeorar mucho. La forma de hacerlo es dirigir la cámara hacia el objeto a fotografiar, ajustar el objetivo a la posición de infinito y ajustar el diafragma a la máxima abertura. Hay que evitar las vibraciones sujetando bien la cámara al trípode y apretando de forma suave el dispara-dor. Para que no se produzcan oscilaciones al realizar esto último, se puede recurrir al llamado “método del som-brero” que consiste en tapar el objetivo con una cartulina negra antes de disparar y retirarla 4 ó 5 segundos des-

pués de haberlo hecho. Al terminar el tiempo de exposición se procede de la misma forma, primero se tapa con el cartón el objetivo y lue-go se cierra el obturador. Existe la posibilidad de construirse unas tablas de seguimiento con lo cual el tiempo de exposición se puede alargar hasta 4 ó 5 minutos y el número de estrellas visibles será mucho mayor. Con buenas condiciones de visibilidad, un objetivo de 50 mm, una abertura de 2 y una sensibli-dad de 800 ASA se puede alcanzar una magnitud estelar de 9’7 en un minuto de exposición. Las cosas que podemos foto-grafiar van desde constelaciones, nebulosas o cúmulos estelares has-ta seguimiento de la variación del brillo de estrellas variables, estelas de estrellas fugaces, eclipses sola-res y lunares (con teleobjetivos de 200 ó 300 mm), etc. © www.photosbykev.com/wordpress/

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Nanosail-d El pasado 11 de enero la vela solar NanoSail-D conseguía desplegarse convirtién-dose en la primera nave de este tipo en situarse en órbita terrestre baja. Por fin se hacia realidad un sueño que ya tuvo hace 400 años el astrónomo Johannes Kepler cuando observaba la majestuosa cola de los cometas… En realidad esta nave no se propulsa por el conocido viento solar sino que se impulsa gracias a la mínima, pero continua, presión de la propia luz del Sol. La vela, de unos 10 metros cuadrados de superficie, está realizada en un material muy reflectante y puede verse a simple vista con magnitudes entre 4 y 6 pero alguna vez alcanza el brillo de, por ejemplo, Alnitak, del cinturón de la cons-telación de Orión. Se espera que para abril o mayo se desintegre al reentrar en la atmósfera terrestre. La NASA ha organizado un concurso internacional para poder realizar un seguimiento del recorrido de la vela: www.nanosail.org

Los pasos visibles de esta vela los podéis ver en la web: http://heavens-above.com

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L o primero que hay que hacer cuando queremos buscar astros en el cielo es encontrar una referencia, como La Osa Mayor. Esta constela-ción es grande y fácilmente reconocible, además en nuestras latitudes nunca se esconde por debajo del horizonte. Para encontrar esta constelación basta con alzar la vista hacia el cielo en dirección norte, según la hora y la estación, la Osa Mayor puede presentarse en diversas orientaciones, pero en pocos segundos su forma resulta evidente incluso para los novatos. Gracias a la Osa Mayor podremos encontrar poco a poco la mayoría de las demás constelaciones. En primer lugar la Osa Mayor nos sirve par a localizar el norte celeste. Para hacerlo, no hay más que seguir la dirección marcada por las dos últimas estrellas de la constelación en un segmento cin-co veces la distancia entre ellas en la bóveda celeste. Llegamos así a una es-trella bastante brillante que parece relativamente aislada, la Estrella Polar. Esta estrella está situada casi sobre el eje de rotación de la Tierra, por lo que indica de modo bastante preciso la dirección norte. Encontraremos las demás constelaciones haciendo una sencilla deducción utilizando un planisferio. Lo primero que hay que hacer para usar debidamente este buscador de estrellas es colocarlo ante nosotros bien orientado. Para esto debemos colocar hacia abajo la estación del año correspondiente y tenemos que tener en cuenta que solo veremos en el cielo aquellas estrellas del círculo que cai-gan en la ventana blanca del icono de la estación. Por ejemplo, en primave-ra, podremos ver hacia el Oeste las constelaciones Cáncer y Leo queriéndose poner pronto sobre el horizonte; mientras que hacia Este divisamos Bootes, la Corona Borealis, Hércules, y si nos adentramos en la noche podremos ver salir por el horizonte a Lira, el Cisne y Águila. El planisferio que presentamos a continuación te ayudará en tu paseo por las estrellas más brillantes, aquellas que ves a simple vista y con los prismáticos.

Mirando con prismáticos y pequeños telescopios Aquí te mostramos una lista de objetos de "cielo profundo" (en verde en el planisferio) que se pueden observar con prismáticos y pequeños telescopios. Estos objetos son cúmulos estelares abiertos y globulares, nebulosas y ga-laxias. M31, la Galaxia Andrómeda, compañera de nuestra galaxia, la Vía Láctea. Está a 2.2 millones de años luz. M34, cúmulo abierto en Perseo con estrellas muy brillantes. M45, Las Pléyades, un cúmulo joven de más de 300 estrellas. M42, La Nebulosa de Orión, la nebulosa más brillante del cielo. Una inmen- sa nube de hidrógeno donde está naciendo estrellas. M44, cúmulo de El Pesebre, cúmulo abierto en Cáncer. M5, cúmulo globular en Serpens, cerca de Virgo. M4, cúmulo globular fácil de encontrar en Escorpio, cerca de Antares. M13, Gran Cúmulo Globular de Hércules. Contiene 500.000 estrellas. M6 y M7, dos grandes cúmulos sobre el aguijón del Escorpión. M8, la Nebulosa de la Laguna. Parece un parche brillantes de la Vía Láctea. M22, cúmulo globular en Sagitario. Nuestro agradecimiento a Planetario Viajero por la cesión del dibujo de esta página.

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Lentamente las constelaciones de Primavera van apareciendo por el Este en las primeras horas de la noche, mientras las de Invierno se van poniendo por el Oeste. También el día se va alargando y el 21 de Marzo volverá a igualarse en duración con la noche. ¿Qué observar? Nuestra propuesta de observación para este mes es M 44 en Cáncer, también conocido como El Pesebre, La Colmena o NGC 2632, uno de los cúmulos abiertos más notables del cielo por su tamaño aparente, la magnitud de sus componentes, los colores contrastados y la armónica disposición de todo el conjunto. Los griegos y romanos veían a esta 'nebulosa' como un pesebre (Griego: Phatne) asociado a dos asnos que comían en él, Asellus Borealis, el Asno Norte (Gamma Cnc mag 4.7) y Asellus Australis, Asno Sur (Delta Cnc mag 3.9). Erathosthenes cuenta que eran los dos asnos en los que estaban montados los dioses Dio-nysos y Silenus durante la batalla contra los titanes, lo cuales huyeron asustados por los rebuznos de los animales y así los dioses ganaron la batalla. Como recompensa, los asnos fueron puestos en el cielo junto a Phatne. Aratos (260 a.c.) describió estos objetos como "la neblina", Hipparcos (130 a.c.) incluyó los obje-tos en su catálogo de estrellas y lo llamó "la nubecilla". Tolomeo lo cita como una de las siete "nebulosas" que anotó en su Almagesto, y lo describe como la "Forma Nebulosa del pecho del cangre-jo" (Cangrejo=Cáncer)". Según Burnham, apreció en la carta de Johann Bayer (sobre el 1600.) como "Nubilum" ("Objeto nebuloso").

ESTE MES DESTACAMOS ...

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Galileo fue el primero que resolvió este "nebuloso" objeto y dijo: "La nebulosa llamada el 'Pesebre', no es una estrella solitaria, sino un espacio o volumen de más de 40 pequeñas estrellas." Los telescopios mayores confirman la existencia de más de 250 o 300 estrellas como miembros del cúmulo. Según últimas medidas realizadas por el saté-lite astrométrico de la ESA Hipparcos, el cúmulo está a 577 años luz de la tierra (antes se estimaba en 522 años luz), y su edad es de unos 400 millones de años. Curiosamente, tanto la edad como la dirección de desplazamiento de M44, coinciden con la del cúmu-lo Hyades, otro famoso y conocido cúmulo visible a simple vista, que, sin embargo, nunca fue incluido por Messier en su lista ni en los catálogos, posteriores, NGC e IC. Probablemente estos dos cúmulos, aunque separados hoy en día varios cientos de años luz, tuvie-ron un origen común en alguna gran nebulosa difusa de gas que existió hará unos 400 millones de años. Como consecuencia de ello, la población estelar es similar, conteniendo ambos cúmulos gigantes rojas (M44 tiene, al menos, 5 de ellas) algunas enanas blancas.

El cúmulo tiene una magnitud global de 3.7 y apa-rece a la observación como una zona de luminosidad difusa cubriendo 95 minutos de arco. En M 44 abundan las estrellas dobles, e incluso las triples, siendo este detalle, el principal encanto para muchos observadores. Domingo 20 de marzo, Equinoccio de Primavera Se denomina equinoccio al momento del año en que los días tienen una duración igual a la de las noches en todos los lugares de la Tierra, excepto en los polos. La palabra equinoccio proviene del latín aequinoctium y significa «noche igual». En el hemisferio norte se pasa del invierno a la

primavera y se llama Equinoccio de primavera. Este año sucederá a las 23.21 U.T. o 24.21 (tiempo oficial en Espa-ña). En el hemisferio sur se pasa del verano al otoño y se llama Equinoccio otoñal. Los equinoccios ocurren cuando el Sol está en el primer punto de Aries o en el primer punto de Libra. El pri-mero es el punto del ecuador celeste donde el Sol en su movimiento anual aparente por la eclíptica pasa de Sur a Norte respecto al plano ecuatorial, y su declinación pasa de negativa a positiva. También se suele llamar a este punto o nodo Equinoccio Vernal. Actualmente ninguno de los equinoccios se encuentra en la constelación que los nombra, debido a la prece-sión: el primer punto de Aries está en Piscis, y el primer punto de Libra se halla en Virgo. Ahora bien, el equinoccio no es un punto fijo, sino que se mueve progresivamente debido a la precesión y nutación. La primera supone un desplazamiento angular de unos 50,3” por año (1º cada 72 años, aproximadamente) y el equinoccio describe una vuelta completa alrededor del centro de la esfera celeste, en sentido retrógrado, en unos 25.780 años (año platóni-co). En los equinoccios el Sol sale exactamente por el Este y se pone exactamente por el Oeste. La punta de la sombra de una varilla perfectamente vertical recorre una línea que va exactamente de Oeste a Este.

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Días 7, 8 y 9, Júpiter junto a la Luna Estos días de Marzo, al ponerse el sol, podemos ver a Júpiter en el horizonte junto a la Luna creciente,. Estas bellas imágenes pueden servir de despedida para el planeta gigante que dejará de verse a estas horas hasta el año que viene.

20 de marzo, domingo, la Luna se cruza con Saturno El día 20, bien entrada la noche, vere-mos aparecer por Este a la Luna casi llena junto a Saturno anunciando la Primavera.

31 de marzo, martes, Venus y la Luna al amanecer Bonito amanecer el del día 31 con la Luna junto al lucero del alba Venus.

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mercurio A partir de mitad de mes podremos observarlo poco después de la puesta del Sol muy próximo al horizonte y cerca de Júpiter que ya se va escondiendo. Conforme avanza el mes subirá un poco pero sólo lo justo para tener la oportunidad de verlo muy bajo por lo que habrá que buscar una zona libre de obstáculos en el horizonte oeste.

venus Visible muy brillante durante las últimas horas de la noche y primeras de amanecer sobre el horizonte Este. marte Inobservable debido a su proximidad al Sol. júpiter Sólo los primeros días de mes podremos verlo con cierta claridad pero con poca calidad de- bido a su poca altura sobre el horizonte. saturno Podemos verlo toda la noche mirando hacia la constelación de Virgo.

la observación de venus Muchas civilizaciones antiguas dieron dos nombres distintos para identificar a Venus. Creían estar observando dos planetas diferentes. Esta confusión tuvo lugar, sin duda, debido al hecho de que a las pocas semanas de desaparecer por el ocaso aparecía, de nuevo, menos brillante poco antes de la salida del Sol. El error que cometieron los sabios astrónomos antiguos fue no percatar-se de que nunca se veían a la vez los dos cuerpos en el cielo. Curiosamente, aunque los romanos sabían que se trataba del mismo planeta, le siguieron dando dos nombres, uno matutino, Lucifer, “el que lleva la luz” y otro vesper-tino, Vésper. Su comportamiento es muy parecido al de Mercurio aunque, su máxima elongación es muy superior a la de éste, unos 47º, por lo que es fácil verlo en noche cerrada, pero siempre antecediendo o precediendo al Sol. También, y tal y como suce-de con el primer planeta del Sistema Solar, Venus al encontrarse entre nosotros y el Sol nos muestra, a lo largo de su recorri-do anual, sus diferentes fases. Durante la conjunción superior se nos presenta en fase llena y como un puntito luminoso blan-co amarillento de 1ª magnitud y de apenas 24", sin embargo, unos 40 días después, y conforme va avanzando la fase men-guante, su tamaño aparente y brillo van aumentando espectacularmente, convirtiéndose en el rey del firmamento con una magnitud de -4.5 y un diámetro aparente de uno 40". Tres semanas después y, poco antes de su conjunción inferior, Ve-nus alcanza su mayor tamaño aparente, unos 60” de arco, aunque su brillo ha disminuido, ya que pese a estar más cerca de nosotros, la superficie que vemos iluminada es mínima. Al cabo de poco más de una semana, se nos presenta como “el luce-ro del alba” comenzando su fase creciente y desarrollándose el proceso anterior, pero a la inversa. A Venus podemos verlo a lo largo y ancho de casi ocho meses al año, desapareciendo de nuestra vista sólo cuando se encuentra excesivamente cerca del Sol o cuando se nos muestra, durante su conjunción inferior, en su fase nueva. Venus es, después del Sol y de la Luna, el astro más brillante de nuestro cielo. Esto puede sorprender ya que el tamaño del planeta, similar al terrestre, es más bien pequeño, en comparación con, por ejemplo, Júpiter. Sin embargo, dos causas hacen que Venus que sea tan sorprendentemente brillante: la primera es su cercanía al astro rey, aproximadamente unos 90 millones de kilómetros, y la segunda es el fuerte albedo, cercano al de la nieve, que posee el planeta. Este albedo es origina-do por su densa capa de nubes que nos imposibilita la visión de la superficie venusiana, pero que al ser extremadamente reflectante, provoca el reflejo de la mayoría de los rayos que recibe del Sol. Desgraciadamente, los detalles que nos ofrecen estas nubes de monóxido de carbono a través de unos prismáticos o unos telescopios de aficionados suelen ser, en la mayor-ía de los casos, decepcionantes. Solamente en excelentes condiciones y equipando el ocular con un filtro azul o violeta, se pueden apreciar pequeños cambios en su tonalidad, sobre todo en las zonas polares, pero no pudiéndose llegar a observar, por ejemplo, la famosa superrotación de la atmósfera venusiana. En la mayoría de las ocasiones nos conformaremos con apreciar en que momento de la fase se encuentra. Los tránsitos se producen cuando Venus se encuentra entre nosotros y el Sol interponiéndose delante de éste último. Esto solamente sucede cuando los planos de las órbitas de los dos planetas interseccionan. Sin embargo, al estar la órbita de Venus inclinada (7º) con respecto a la terrestre, muy rara vez podemos contemplar este interesante fenómeno. Se producen tan sólo cada 112 años aproximadamente, y tienen lugar en grupos de dos, separados por intervalos de 8 años, y, alternati-vamente en julio y diciembre. Estos pasos se renuevan cada 243 años y con tan solo dos o tres días de diferencia. El próximo será el 6 de junio de 2012 pero no será visible desde España.

VISIBILIDAD DE LOS PLANETAS

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luna

nueva 21h 46m

luna

LLENA 19h 10m

La luna

Saber más...… La libración lunar El movimiento propio de la Luna se traduce en un desplazamiento de oeste a este, sin embargo su movimiento aparente en el cielo para un observador terrestres se produce de este a oeste, consecuencia del movimiento de rotación de la Tierra. La máxima superficie de la Luna visible no es exactamente el teórico 50% sino que puede llegar hasta un 59%, por un efecto conocido como libración que no es otra cosa que meneos que la hacen colum-piarse en un sentido derecha e izquierda y de arriba y abajo. La excentricidad de la órbita lunar hace que su velo-cidad orbital no sea constante y que, por tanto, puedan resultar visibles a lo largo de un mes zonas que normal-mente no podemos observar en los bordes este y oeste. En este caso se habla de una libración en longitud. Así mismo, también tiene lugar una libración en la latitud como efecto de la inclinación de unos 5 grados de la órbita lunar sobre el plano de la eclíptica. Una de estas zonas que podremos ver es el conocido como Mare Orientale que será visible unos determinados días durante los meses de noviembre, diciembre y enero.

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Cráteres lunares

aragón en la luna

C uando miramos a la Luna a través de prismáticos o telescopios, una de las cosas que más nos llama la aten-ción, y que son la característica física más destacable de nuestro satélite, son unas peculiares formaciones

más o menos circulares llamadas cráteres. Hasta la década de los 70 del pasado siglo, no se sabía con exactitud la naturaleza de estos cráteres, aunque la mayoría creía que tenían un origen volcánico. Sin embargo, gracias al análisis de las muestras de rocas lunares traídas por las misiones del programa Apolo se pudo confirmar que la casi totalidad de estos cráteres se formaron hace más de 4.000 millones de años durante el periodo de formación de la Luna cuando era constantemente bombardeada por millones de toneladas de partículas, por ello reci-ben el nombre de cráteres de impacto. Se han observado más de 300.000 cráteres sobre la superficie lunar. De hecho este acribillamiento ha sido, y es tan brutal e incesante, que el suelo de la Luna está cubierto por una fina capa de polvo resultado de la desin-tegración de las rocas por efecto de las altas presiones causadas por los impactos. Su forma circular es debida a que el material de la superficie es expulsado uniformemente por el choque del bólido como si se tratara de una explosión. Sólo cuando el choque es muy oblicuo la forma que adopta es más o menos ovalada. El material arrojado fuera de él a grandes velocidades, produce rayos, líneas brillantes que parten del cráter en todas direcciones y pueden alcanzar grandes distancias. Los materiales que son despedi-dos a baja velocidad producen una delgada capa de eyecta alrededor del cráter. Desde su formación, la superficie de la Tierra y de la Luna han sufrido el impacto de miles de meteoritos. Sin embargo, muy pocos cráteres de impacto se pueden ver en la Tierra porque su antigua estructura ha sido cu-bierta por lava, reciclada por la tectónica de placas o borrada por la erosión del agua y del viento. Pero nada de esto sucede en la Luna, donde hasta el más pequeño de los cráteres perdura desde su formación. Por eso el número de cráteres nos da la edad de cada zona. Las zonas con más cráteres serán más antiguas que las zonas menos craterizadas. También los colores de la eyecta nos indican la composición del material de la corteza.

Cráter Catalán Este cráter de impacto de forma irregular y de 25 kilómetros de diámetro está situado en el borde suroeste de la Luna y sólo se ve cuando hay una fuerte libración. Está dedicado a D. Miguel Catalán Sañudo eminente espectroscopista aragonés cuyos des-cubrimientos tuvieron una enorme relevancia en la Astrofísica y permitieron grandes avance en el desarrollo de la física cuánti-ca. Sin duda uno de los más importantes c

Está situado en las coordenadas lunares: 47 N y 87 W.

Cráter Cajal Este pequeño cráter de tan solo 9 km de diámetro está situado al norte del Mare Tranquilitatis y se bautizó en honor de D. San-tiago Ramón y Cajal, ilustre científico aragonés.

Está situado en las coordenadas lunares:12 N y 31 E.

Montes Pirineos Los Montes Pirineos lunares miden 165 km de largo por 45 de ancho. Se sitúan entre dos Mare, el Fecunditatis y el Nectaris.

Están situados en las coordenadas lunares:15 S y 41 E.

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principales accidentes geológicos lunares

Luna creciente, 6 días después de nueva

La Luna, 3 de Junio de 2006. Telescopio Meade S/C 30cm F/10. Reductor de focal 1/2.5, cámara Canon EOS 20Da. Suma de 42 imágenes de 1/50s a ISO 100. Suma con Iris.

© Grupo Astronómico Silos de Zaragoza

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Cráter Proclus

Cráter theophilus

Cráter aristoteles

Cráter eudoxus Cráter endymion

Cráter plinius

Cráter fracastorius

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Maravillas geológicas de la Luna MESSIERMESSIERMESSIERMESSIER: el cráter cometa Imagen 1 en fotografía izquierda En las llanuras occidentales del Mar de la Fecundi-dad encontramos a los conocidos y bien estudiados cráteres Messier y Messier A. A pesar de que son pe-queños, pueden distinguirse fácilmente por dos bri-llantes y ligeramente divergentes rayos dirigidos hacia el oeste, que dan a la formación un inconfun-dible aspecto de cometa volando sobre la superficie de la Luna.

Los cráteres Messier son visibles el tercer día después de Luna Nueva. El crater Messier (el más oriental) aparece alargado mientras que Messier A es un poco más circular y según se cree actualmente es un doble cráter. En este sentido, su formación se de-be a un impacto rasante de un pequeño meteorito procedente del este con un ángulo de unos 5º. Mes-sier A se formó cuando el proyectil saltó y golpeó la superficie lunar una segunda y quizá una tercera vez. Ambos impactos crearon dos cráteres gemelos de unos diez kilómetros de longitud en el eje más largo y el doble rayo que se formó cuando el segundo choque arrojó en la misma dirección roca finamente pulverizada. Crédito fotografías: NASA y Damian Peach

VALLE RHEITA: VALLE RHEITA: VALLE RHEITA: VALLE RHEITA: ¿cráteres, volcanes o erosión? Imagen 2 en fotografía izquierda También visible tres días después de Luna Nueva está situa-do al sudeste del Mare Nectaris y parece una cadena de cráteres de más de 150 Km de longitud con paredes derrui-das entre ellos. Este valle comienza al norte en el cráter del mismo nombre Rheita. Debido a que el valle es poco profun-do, sus irregulares orillas y ondulados suelos son especial-mente interesantes bajo una iluminación rasante.

Aunque se pensaba que su origen era una cadena de calderas volcánicas alineadas a lo largo de una falla radial del Mare Nectaris, la observación de otros casos semejantes en el Mare Orientale ha llevado a los selenólogos a pensar que estos valles son enormes acanaladuras excavadas por bloques de material lanzados durante el masivo impacto que creó el Mare Néctaris. Crédito fotografía: P. van de Haar

LinnéLinnéLinnéLinné se desvanece Imagen 3 en fotografía izquierda Ningún objeto sobre la Luna ha causado más controversia que el pequeño cráter Linné que emerge al amanecer, cin-co días después de Luna Nueva, en la parte oeste central del Mare Serenitatis. Normalmente un cráter del tamaño de Linné es difícil de ver, pero encontrarlo es fácil porque una capa de material luminoso rodea el cráter en todas direc-ciones.

A la salida o puesta del Sol, Linné es justo un objeto pequeño circular que emerge ligeramente sobre la superfi-cie del “mare”. Luego, conforme la altura del Sol aumenta y cambia el brillo del material que lo rodea, Linné sufre una notable transformación: el material luminoso crece en brillo y todo entonces oculta al diminuto cráter. Esto hizo pen-sar a los astrónomos del siglo pasado que podía tratarse de algún tipo de actividad volcánica cuyos gases producían los periódicos cambios. La polémica perduró hasta 1967, año en que las fotografías de las primeras sondas y sobre todo las fotos detalladas del Lunar Orbiter mostraron que Linné no es nada más que un cráter reciente de 2,4 km de diámetro y una profundidad de 500 m. con un brillante halo de polvo rocoso a su alrededor.

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Durante la primera parte de este mes a la ISS la podremos ver a primeras horas de la noche, incluso cuando todavía haya algo de luz por el horizonte. Tras varias noches durante las que no será visible desde Zaragoza vuelve a aparecer poco antes del amanecer. El día 27 pasará rozando la estrella Vega perteneciente a la cons-telación de Lira. Se trata de una de las estrellas más cercanas a nosotros, sólo unos 25 años-luz, y la quinta más brillante del cielo con una magnitud aparente de 0’03. Curiosamente, y debido al fenómeno conocido como la precesión de los equinoccios, en el año 13.600 la estrella Vega indicará el Polo Norte. A continuación una tabla donde destacamos los pasos de la ISS más luminosos e interesantes. En las páginas siguientes un dibujo de la zona del cielo por donde pasará la Estación Espacial. Os recordamos que las horas de paso son en hora local u oficial. Estos tiempos aunque son bastante exactos pueden tener una va-riación de unos pocos segundos.

Fecha Magnitud Hora comienzo evento Hora final evento 7 de marzo -3.7 20:16:38 20:20:14

9 de marzo -3.7 19:32:08 19:37:58

27 de marzo -3.6 07:20:57 07:26:46

29 de marzo -3.7 06:36:39 06:40:35

30 de marzo -2.5 07:00:14 07:04:53

Principales Pasos visibles desde Zaragoza marzo 2011 Zaragoza, 41.6330°N 0.8830°O

Más pasos e información: http://heavens-above.com

7 de marzo -3.7 20:16:38 - 20:20:14

ISS, estación espacial internacional

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9 de marzo -3.7 19:32:08 - 19:37:58

Vega

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30 de marzo -2.5 07:00:14- 07:04:53

Estrella Polar

Vega

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Zaragoza desde la ISS 12 de febrero de 2011

por el astronauta italiano Paolo Nespoli Foto original: www.flickr.com/photos/magisstra/5446476460/

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1. recinto expo

2. cuarto cinturón

3. urbanización el zorongo 4. plaza

5. puerto venecia

6. polígono de reciclado

7. torrecilla de valmadrid

8. plaza del pilar

9. polígono centrovia-la muela 10. …¿ te animas a encontrar alguna mas?

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La contaminación lumínica¡quién nos ha robado la vía láctea?

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La incorrecta iluminación de nuestras calles y plazas no sólo afecta a la observación del cielo es-trellado sino que está demostrado que influye de manera negativa sobre nuestra salud y sobre la naturaleza, modificando ecosistemas, además de ser un enorme gasto energético malempleado ya que apenas el 50% de la luz llega hasta el suelo. El ahorro en la factura eléctrica podría ser de un 25% y llegar hasta el 40% en algunos casos. Entre todos debemos concienciar a nuestros gobernantes y convencerles de que es necesario promover nuevas directrices que nos permitan recuperar las estrellas. Por que iluminar más no es iluminar mejor… España es el país con más contaminación lumínica de la Unión Europea. Solamente Canarias, y de-bido a la presencia alli de numerosos observatorio astronómicos internacionales, cuenta con una Ley del Cielo que regula la iluminación artificial. Madrid, Barcelona, Valencia y Sevilla están entre las 6 ciudades con mayor potencia por luminaria de la UE.

Uno de los proyectos pilares del Año Internacional de la Astronom-ía 2009 fue “Descubre el cielo os-curo”. Con él, astrónomos profe-sionales y aficionados de todo el mundo lanzaron un mensaje al público y autoridades sobre la po-lución lumínica como otra forma de degradación del medio ambien-te. La excesiva y mal aprovechada luz que ilumina muchos de nues-tros pueblos y ciudades provoca un resplandor, causado por su re-flexión y difusión en los gases y partículas del aire, que hace que se desvanezcan las estrellas y hayamos perdido la noche. Cada vez es más complicado encontrar un cielo puro, oscuro y sin rastro de luz artificial. Más del 90% de las estrellas visibles a simple vista han desaparecido del cielo de nuestras ciudades. Nos han robado la Vía Láctea...

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La contaminación lumínica ¡quién nos ha robado la vía láctea?

La incorrecta iluminación de nuestras calles y plazas no sólo afecta a la observación del cielo es-trellado sino que está demostrado que influye de manera negativa sobre nuestra salud y sobre la naturaleza, modificando ecosistemas, además de ser un enorme gasto energético malempleado ya que apenas el 50% de la luz llega hasta el suelo. El ahorro en la factura eléctrica podría ser de un 25% y llegar hasta el 40% en algunos casos.

Entre todos debemos concienciar a nuestros gobernantes y convencerles de que es necesario promover nuevas directrices que nos permitan recuperar las estrellas. Por que iluminar más no es

España es el país con más contaminación lumínica de la Unión Europea. Solamente Canarias, y de-bido a la presencia alli de numerosos observatorio astronómicos internacionales, cuenta con una Ley del Cielo que regula la iluminación artificial. Madrid, Barcelona, Valencia y Sevilla están entre las 6 ciudades con mayor potencia por luminaria de la UE.

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© Grupo Astronómico Silos de Zaragoza, marzo 2011

www.grupoastronomicosilos.org [email protected]

Telescopio Meade LXD-55 20cm f/4, filtro solar lámina Baader y cámara Canon EOS 20Da. Suma de 218 imágenes de 1/1000s a ISO 100. Alineamiento y suma con Iris. Control colores con Photoshop CS © Grupo Astronómico Silos, 2007

detalle región activa 0963detalle región activa 0963detalle región activa 0963detalle región activa 0963

El sol Regiones activas 14 de julio de 2007

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