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I .. ( 1 LA PROFESION DE OFICIAL El profetrionalimno y 1011 militares E1 modemo cuerpo de oficiales es un cuerpo profesional y el oficial mo- derno es un profesional. Esta es, quizA, Ia tesis mas fundamental de este libro. Una profesi6n es un tipo especial de gr.tpo funcional con caracte- rfsticas aumamente eapecializadas. Loa escultores, esten6grafos, empresa- rios y publicistas tienen funciones diferentes pero ninguna de tales fun- clones es profesional por naturaleza. E1 profesionalismo, sin embargo, es caracterfstico del oficial modemo como lo es del mMico o del abogado. El profesionalismo distingue al oficial de hoy de los guerreros de epocas an- teriores. La ezistencia del cuerpo de oficiales con caracterfsticas de cuerpo profesional le da una configuraci6n Unica al problema modemo de las re- laciones civioo-militares. · La naturaleza y Ia historia de otras profesiones en tanto que tales ban sido ampliamente analizadas. Sin embargo, el canicter profesional del modemo cuerpo de oficiales ha sido descuidado. En nuestra sociedad, el hombre de negocios puede disponer de mas ingresos, el politico puede disponer de mas poder, pero el profesional se hace acreedor de mas res- peto. Sin embargo el publico, tanto cuanto los especialistas, dificilmente considere al oficial de la misma forma en que considera al abogado o al m6dico y, por cierto, no le acuerda al oficial Ia deferencia que les concede a loa profesionales civiles. Inclusive los mismos militares se ven influidos por su imagen en la mente publica y a veces se han negado a aceptar las consecuencias de su propia condici6n profesional. Cuando el termino "profesional" se ha utilizado en conexi6n con los militares, normalmente ha 19

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1 LA PROFESION DE OFICIAL

El profetrionalimno y 1011 militares

E1 modemo cuerpo de oficiales es un cuerpo profesional y el oficial mo­derno es un profesional. Esta es, quizA, Ia tesis mas fundamental de este libro. Una profesi6n es un tipo especial de gr.tpo funcional con caracte­rfsticas aumamente eapecializadas. Loa escultores, esten6grafos, empresa­rios y publicistas tienen funciones diferentes pero ninguna de tales fun­clones es profesional por naturaleza. E1 profesionalismo, sin embargo, es caracterfstico del oficial modemo como lo es del mMico o del abogado. El profesionalismo distingue al oficial de hoy de los guerreros de epocas an­teriores. La ezistencia del cuerpo de oficiales con caracterfsticas de cuerpo profesional le da una configuraci6n Unica al problema modemo de las re­laciones civioo-militares.

· La naturaleza y Ia historia de otras profesiones en tanto que tales ban sido ampliamente analizadas. Sin embargo, el canicter profesional del modemo cuerpo de oficiales ha sido descuidado. En nuestra sociedad, el hombre de negocios puede disponer de mas ingresos, el politico puede disponer de mas poder, pero el profesional se hace acreedor de mas res­peto. Sin embargo el publico, tanto cuanto los especialistas, dificilmente considere al oficial de la misma forma en que considera al abogado o al m6dico y, por cierto, no le acuerda al oficial Ia deferencia que les concede a loa profesionales civiles. Inclusive los mismos militares se ven influidos por su imagen en la mente publica y a veces se han negado a aceptar las consecuencias de su propia condici6n profesional. Cuando el termino "profesional" se ha utilizado en conexi6n con los militares, normalmente ha

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El soldado y !!l Estado

sido en el sentido de "profesional" por contraste con "amateur" mas que en sentido de "profesi6n" por contraste con "comercio" u "oficio". Las expre­siones "ejercito profesional" y "soldado profesional" han oscurecido la di­ferencia entre el hombre enrolado de carrera que es profesional en el sentido de quien trabaja por ganancias monetarias y el oficial de CIUTera que es profesional en el sentido muy diferente de persona que sigue una "vocaci6n superior" en el seJVicio de la sociedad.

El concepto de profesi6n

El primer paso para analizar el caracter profesional del moderno cuerpo de oficiales es definir el profesionalismo. Las caracterlsticas distintivas de una profesi6n como tipo especial de vocaci6n son su maestria, responsabilidad y ~rporativismo.1

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El profesional es un experto con un conocimiento y una habilidad espe­cializados en un campo significativo del esfuerzo humano. Su maestria se logra s6lo por medio de una prolongada educaci6n y experiencia Es la base de los patrones objetivos de competencia profesional para separar a Ia profesi6n de los legos y medir Ia competencia relativa de los miembros de Ia profi.si6n. Tales patrones son universales. Descansan en el conocimiento y Ia habilidad y son susceptible& de una aplicaci6n general al margen del tiempo y el Iugar. La habilidad o capacidad ordinaria existe s6lo en el presente y esta dominada por el aprendizaje de una tecnica existente sin referencia a lo que ha ocurrido antes. El conocimiento profesional, sin embargo, es intelectual por naturaleza y eapaz de ser preseJVado en Ia . escritura. El conocimiento profesional tiene una historia, y cierto conoci­iniento de dicha historia es esencial para Ia competencia profesional. Las instituciones de investigaci6n y educaci6n son necesarias para Ia extension y transmisi6n del conocimiento y las habilidades profesionales. El contac­_!(:l_entre los aspectos academicos y practicos de una profesi6n se mantiene· a traves de peri6dicos, conferencias y la circulaci6n de personal entre Ia . practica y Ia ensefianza.

La maestria profesional tambien tiene un aspecto vinculado con su alcance del que carece el comercio normal. Es un segmento de Ia tradici6n cultural total de Ia sociedad. El prcfesional puede aplicar con exito su habilidad s6lo cuando es consciente de esta tradici6n mas amplia de la cual el es parte. Las profesiones aprendidas son "aprendidas" simplemente porque son parte integral del cuerpo total de aprendi~e de Ia sociedad. ~n consecuencia, Ia educaci6n profesional consiste en dos .fpS¢si la ~ .!:! imparte antecedentes culturales humanistico:; y tlDlplios, y Ia ~~guJ!qa

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La profesi6n de o/fcial

~ ~ habilidades especializadas y el conocimiento de Ia profesi6n, ~ educaci6n humanfstica del profesional normalmente esta manejada por las instituciones educativas generales de Ia sociedad consagradas a este fin. La segunda Case o fase tec:nica de Ia educaci6n profesional, por otra parte, se da en lnatituciones eapeeiales que dirige la profesi6n misma o con las cuales esta relacionada.

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Responsabilidad .

El profesional es un experto que ejerce Ia practica, trabaja en un contex­to social y desempefia un semcio, como la promoci6n de Ia salud, la edu­caci6n o Ia justicia, que es esencial para el funcionamiento de la sociedad. El cliente de todas las profesiones es Ia sociedad, individual o colectiva­mente. Un qufmico investigador, por ejemplo, no es un profesional, porque el servicio que brinda, si bien es beneficioso para la sociedad, no es esen­cial para su existencia y funcionamiento inmediatos: s6lo Du Pont y la Oficina de Patrones tienen un interes directo e inmediato en lo que el ofrece. El carActer esencial y general de su semcio y el monopolio que ejerce sobre su habilidad le imponen al profesional Ia responaabilidad de cumplir el servicio cuando lo exige Ia sociedad. ~ responsabilidad socitY distingue al profesional de otros expertos que s6lo tienen habilidades w­telectuales. EJ qubnico investigador, por ejemplo, sigue siendo un investi­

"gador qufmico si usa sus habilidades en forma perjudicial para Ia sociedad. Pero el pro.feBional. no puede seguir practicando si se niega a aceptar su responsamlldad social: un medico deja de serlo si usa sus habilidades con fines antisociales. La responsabilidad de servir y Ia consagraci6n a su habilidad constituyen Ia motivaci6n profesional. La remuneraci6n econ6-mica no puede ser Ia meta primordial del profesio~C en tan'to tal. En consecuencia, Ia compensaci6n profesional normalmente esta s6lo en parte detenninada por el intercambio en e) mercado abierto y esta regulada por las leyes profesionales y las costumbres.

El desempeno de un semcio esencial no regulado por Ia expectativa normal de recompensa econ6mica exige alglln patron que gobierne las re­laciones de la profesi6n con el resto de Ia sociedad. Los contlictos entre el profesional y sus clientes o entre miembros de la profesi6n normalmente constituyen el aliciente inmediato para Ia formulaci6n de dicho patron. La profesi6n, asi, se convierte en una unidad moral que plantea ciertos valo­res e ideales que gufan a sus miembros en sus tratos con los legos. Esta gufa puede ser un conjunto de normas no escritas transmitidas a traves del sistema de educaci6n profesional o puede estar codificada en canones escritos de etica profesional.

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El 110ldaJ.o y el Estado

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Corporatiuismo / 1 "t 1~.;., c:= I.J) ~ / ; . ,..

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Los miembros de una profeai6n c:OmpSrten un sentido de unidad organica y de conciencia de sf mismos como grupo distinto de los legos. Este sentido colectivo tiene sus orlgenes en la prolongad!i disciplina y entrenamiento necesarios para Ia idoneidad profesional y establece y hace cumplir los patrones de responsabilidad profesional. Ser miembro de Ia organizaci6n profesional, junto con Ia posesi6n de maestria especial y Ia aceptaci6n de una responsabilidad especial, se convierte asf en criteria de condici6n

· profesional, que distingue publicamente al profesional del lego. El interes de Ia profesi6n exige que se les prohfua a sus miembros capitalizar sus conocimientos profesionales en areas donde dichos conocimientos no tienen aplicaci6n y, de igual forma, que se proteja de los extraiios que podrian reclamar idoneidad profesional debido a sus logros o atributos en otros campos. Las organizaciones profesionales, por lo general, son asociaciones o burocracias. En las profesiones que tienen asociaciones, tales como la medicina y el derecho, el profesional genl!!ralmente actUa de forma inde­pendiente y tiene una relaci6n personal directa con su cliente. Las profe­siones burocniticas, tales como el servicio diplomatico, poseen un alto grado de especializaci6n en el trab&jo y responsabilidades dentro de Ia profesi6n, Ia cual, como un todo, brinda un servicio colectivo a la sociedad. Estas dos categorfa.s no son mutuamente excluyentes: existen elementos blll"'Cniticos en la mayoria de las profesiones asociativas y l.flll asociaciones a menudo complementan Ia estructura formal de las profesiones burocraticas. Las_ profesiones asociativas, generalmente tienen c6digos de 6tica escritos, dado que cada miembro se ve confrontado individualmente con el problema de Ia conducta adecuada bacia clientes y colegas. Las .PIQ~ones b~~~ ~) ·

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La profesiOn de oficial

La maestrla de la oficialidad

;,En que consiste Ia maestria especializada del oficial militar? i}lay algu­na habilidad comlin a todos los oficiales militares que no sea compartida con ninglin grupo civil? A primera vista, dificilmente las casas parezcan asi. El cuerpo de oficiales parece contar con muchas variedades de espe­cialistas, incluida una gran cantidad que tienen su contraparte en la vida civil. Ingenieros, medicos, pilotos, expertos en pertrechos militares, expertos en personal, expertos en inteligencia, expertos en comunicaciones: todos podemos encontrarlos tanto fuera cuanto dentro del modemo cuerpo de oficiales. Aun ignorando a estos especialistas tecnicos, cada uno absorbido en su propia rama de conocimiento, Ia simple division amplia del cuerpo en oficiales de tierra, mar y aire parece crear grandes diferencias en las funciones desempeii.adas y las habilidades necesarias. El capitan de un crucero y el comandante de una divisi6n de infanteria parecen enfrentar­se con problemas muy diferentes, que exigen capacidades tambien muy diferentes.

Sin embargo, existe una esfera distintiva de competencia militar que es comun a todos, o casi todos, los oficiales y que los distingue de todos, o casi todos, los civiles. Su habilidad central est&. quiz&. resumida de la me­jor forma en Ia frase de Harold Lasswell: "La administraci6n de Ia vio­lenc:ia'". La funci6n de una fuerza militar es el combate armada t>.xitoRo. Los debe:ces de los oficiales militares incluyen: 1) Ia organizaci6n. eqdpamiento y en!.renamiento de esta fuerza, 2) el planeamiento de sus acti\r.dades y 3) Ia direcci6n de su funcionamiento dentro y fuera del combate. La direcci6n, funcionamiento y control de una organizaci6n humana cuya funci6n pri­mordial es Ia aplicaci6n de la violencia es una babilidad peculiar del oficial. Es comlin a las actividades de los oficiales de aire, tierra y mar. Distingue

por otra parte, tienden a desarrollar un sentido mas generaf ere respon­sah1Iidad profesional colectiva y del papel adecuado de la profesi6n en Ia

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socieda!!: -1 " ~ .._,.- l ., ' · ,l; . .,. . , ~ oficial militar en tanto que tal de los otroa especialistas que existen en las modemas fuerzas armadas. Las babilidades de estos expertos pueden ser necesarias para el cumplimiento de los objetivos de Ia fuerza militar.

La profesi6n militar

La vocaci6n por formar parte de Ia oficialidad responde a los criterios principales del profesionalismo. En Ia practica, ninguna vocaci6n, ni si­quiera la medicina o Ia ley, reline todas las caracteristicas del tipo profe­sional ideal. La profesi6n .militar probablemente se quede todavfa mas corta respecto de los ideales que cualquiera de aquellas dos. Sin embargo, su caracter fundamental como profesi6n es innegable. En la pnictica, Ia pertenencia a las fuerzas armadas es mas fuerte y efectiva cuanto mas estrechamente se acerca al ideal profesional; es mas debil y mas llena de defectos cuanto mas se aleja de dicho ideal.

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Pero son basicamente vocaciones auxiliares, que tienen Ia misma relaci6n con Ia maestria del oficial que las babilidades de Ia enfermera, el qufmico, el laboratorista, el dietista, el farmac6utico y el tecnico en rayos X con Ia maestria del medico. Ninguno de los especialistas auxiliares que estan incluidos o realizan servicios dentro de la profesi6n militar son capaces de "administrar Ia violencia•, como ninguno de los especialistas que ayudan a Ia profesi6n m6dica es capaz del diagn6stico y tratamiento de Ia enfer-

. medad. La esencia de Ia profesi6n militar esta materializada en Ia tradi­cional admonici6n a los hombres de AnnapoliB respecto de que su deber sera "combatir ]a· flota•. Los individuos, como los medicos, que no son competentes para administrar Ia violencia, pcro que son miembros del cuerpo de oficiales, normalmente se distinguen por titulos especiales e

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El t10kUulo y el EskuhJ

insignias y se los excluye de cargos de mando militar. Pertenecen al cuerpo de oficiales en su caracter de organizaci6n administrativa del Estado, pero no en su caracter de cuerpo profesional.

Dent:ro de Ia profeai6n en sf misma hay eapecialistu en Ia adminia­traci6n de Ia violencia en el mar, Ia tierra y el aire, tanto cuanto hay es­pecialistas en coraz6n, est6mago y ojos dentro de Ia medicina. Un espe-I cialista militar es un oficial especialmente experto en dirigir Ia aplicaci6n de Ia violencia hlijo ciertas condiciones prescriptas. La variedad de condi- , clones en las cuales Ia violencia puede emplearse y las diferentes formas en las cuales puede ser aplicada constituyen Ia base para la especializaci6n subprofesional. Tambien forma la base para evaluar la competencia tecnica relativa. Cuanto mas grandes y mas complejas son las organizaciones de violencia que un oficial es capaz de dirigir y cuanto mas grande es el nu­mero de situaciones y condiciones en las cuales puede ser empleado, mayor es su competencia profesional. Un hombre que es capaz de dirigir s6lo las actividades de un escuadr6n de infantena tiene un nivel tan b~o de ca­pacidad profesional como para ser casi un fronterizo. Un hombre que puede manejar los operativos de una divisi6n aerotransportada o una fuerza de tareas de portaaviones es un profesional sumamente competente. El oficial que puede dirigir las complejas actividades de una operaci6nr combinada que incluye fuerzas marltimas, aereas y terrestres en gran escala est&. en el punto mas alto de su vocaci6n.

Es de inmediato evidente que la fiinci6n militar exige un alto grado de maestria. NirigUn individuo, sea cual fuere su capacidad intelectual natural y sus cualidades de car.1cter y liderazgo, podrfa desempeiiar estas funcio­nes eficazmente sin considerable entrenamiento y experiencia. En una emergencia, un civil no entrenado puede ser capaz de actuar como oficial militar en un nivel bajo durante un breve penodo, tanto cuanto en emer­gencias un lego inteligente puede actuar basta que llegue un medico. Antes de que la administraci6n de la violencia se convirtiera en Ia tarea suma­mente compleja que es en la civilizaci6n moderna, era posible para alguien sin entrenamiento especia.lizado practicar la profesi6n militar. Ahora, sin embargo, s6lo Ia persona que consagra completamente sus boras de trabajo a esta tarea puede esperar desarrollar. un nivel razonable de idoneidad profP.sional. La_habilidad del oficial no es ni un oficio (que es primonlial­mente meainico)-ni\m arte (que exige un talento tinico y no transferible). Por el contrario, ~una habilidad intelectual extraordinariamente_compleja que exige un estudio y"Wienb-el'l!'miento abai-cadores. Debe rec:Oniarse que la hB'6illcfii.d-peCUliar dcl oficlal es la iuhirinistrad6n de Ia violencia, no el acto _de vi.olencia en S{ miS!p_Q . . Disparar UD. rifle, por ejemplo, es basica­mente una 1labilidacl iiiiC"anica; dirigir las operaciones de una compaiifa armada de rifles exige un tipo de habilidad completamente diferente que en parte puede aprenderse de libros y en parte de Ia practica y la expe­riencia. El contenido intelectual de la profesi6n militar exige que el oficial moderno consa{;re alrededor de un tercio de su vida profesional al estudio

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La profj!.i6n de oficial

formal, probablemente una proporci6n de tiempo educative respecto del tiempo de practica mayor que el de cualquier otra profesi6n. En parte esto refleja las oportunidades limitadas del oficial de adquirir experiencia p~ctica en los elementos mas importantea de au vocaci6n. Pero en gran medida tambi~n retleja Ia extrema complejidad de la maestrfa militar.

La habilidad peculiar del oficial militar es universal en el sentido de que su esencia no se ve afectada por cambios en el tiempo o el espacio. Al igual que las calificaciones de un buen cirujano son iguales en Zurich que en Nueva York, los mismos patrones de competencia militar profesional se aplican en Rusia y en Estados Unidos y en el siglo XIX como en el XX. La posesi6n de una babilidad profesional comun es un vinculo entre oficiales militares que supera otras diferencias. La vocaci6n del oficial tambien tiene una historia. La administraci6n de la violencia no es una habilidad que pueda ser dominada sencillamente aprendiendo tknicas existentes. Es un proceso constante de desarrollo, y es necesario que el oficial comprenda este desarrollo y sea consciente de sus tendencias y oorrientes principales. S6lo si es consciente del desarrollo hist6rico de las tknicas de organizaci6n y direcci6n de las fuerzas annadas puede esperar mantenerse en Ia cima de su profesi6n. La importancia de Ia bistoria de la guerra y los asuntos militares recibe un ~nfasis sostenido en todos los escritos militares y Ia educaci6n militar.

La babilidad militar exige un amplio trasfondo de cultura general para dominarla. Los m~todos de organizar y aplicar la violencia en cualquier estadio de la historia estan lntimamente vinculados con todo el modelo cultural de Ia sociedad. Al igual que Ia ley en sus fronteras se mezcla con Ia historia, la polftica, Ia sociolog{a ) la psicologla, la habilidad militar tambien lo hace. Aun mas, el conoc:imiento militar tambi~n tiene fronteras que lindan con las ciencias naturales como la qufmica, Ia fisica y Ia bio­logfa. Para entender su tarea adecuadamente, el oficial debe tener alguna idea de su relaci6n con estos otros campos y las formas en las cuales estas otras areas del conocimiento pueden contribuir a sus propios fines. Ade­mas, DO puede desarrollar realmente SU babilidad analftica, reflexi6n, imaginaci6n y juicio si est&. simplemente entrenado en deberes vocacio­nales. Las habilidades y hlibitos de la mente que le hacen falta en su campo profesional en gran medida pueden ser adquiridos s6lo a t.raves de las avenidas mas amplias del aprendizaje fuera de su profesi6n. El hecbo de que, al igual que el abogado y el medico, este constantemente tratando con seres bwnanos le mge que tenga Ia m8s profunda comprensi6n de las actitudes, motivaciones y comportamientos humanos que estimula una educaci6n liberal. Al igual que Ia educaci6n general se ha convertido en un prerrequisito para entrar en las profesiones del derecbo y la medicina, abora es casi universalmente reconocida como un requisito deseable para el oficial profesional.

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El .aldodo y el Estado

La responsabilidad th la profesilm militar

La maestrfa del oficial le impone una especial responsabilidad social. El empleo promiscuo de su maest.ria para sU. propia ventaja destruirla el teji­do de la sociedad. AI igual que con la practica de la medicina, la sociedad insiste en que Ia administraci6n de Ia violencia se utilice s6lo para fines socialmente aprobados. La sociedad tiene un interes directo, constante y general en el empleo de esta habilidad para el reforzamiento de au propia seguridad militar. Mientras que todas las profesiones en cierto nivel estan reguladas por el Estado, la profesi6n militar es monopolio del Estado. La habilidad del medico es el diagn6stico y el tratamiento; Ia salud de sus pacientes es su responsabilidad. La habilidad del oficial reside en la admi-, nistraci6n de la violencia; su responsabilidad es la seguridad militar de su cliente, la sociedad. El cumplimiento de la responsabilidad exige maestria en la habilidad; la maestria en la habilidad entraiia la aceptaci6n de la res­ponsabilidad. Ambas, responsabilidad y habilidad, distinguen al oficial de otros ti.pos sociales. Todos los miembros de Ia sociedad ti.enen interes en su seguridad; el Estado tiene una preocupaci6n direct& por ellogro de este asi como de otros valores soci.ales; pero el cuerpo de oficiales s6lo es responsable de Ia seguridad militar con exclusi6n de todos los otros fines.

(.Tiene el oficial una moti.vaci6n profesional? Es evidente que no actUa primordialmente por incentivos econ6micos. En la sociedad occidental la vocaci6n militar no esta bien recomperu;ada monetariamente. Tampooo su comportamiento dentro de su profesi6n est& gobe>nado por recompensas y castigos econ6micos. El oficial no es un mercenario que transfiere sus servicios adonde esten mejor pagados, tampoco es el ciudadano-soldado temporario iru;pirado por un intenso patrioti.smo momentaneo ·y una con­ciencia del deber pero sin un s6lido y permanente deseo de perfeccionarse en la administraci6n de Ia violencia. Las motivaciones del oficial son el ' amor tecnico por su oficio y Ia sensaci6n de una obligaci6n social de utili- 1 zar este oficio para el beneficio de la sociedad. La combinaci6n de estos '' impulsoe consti.tuye Ia motivaci6n profesional. La sociedad, por el otro lado, ,. s6lo puede asegurar su motivaci6n si les ofrece a sus oficiales un pago constante y suficiente, tanto cuando estan en el servicio activo cuanto cuando se han retirado. ·

El oficial posee habilidades intelectualizadas, cuyo dominio exige un ·~ intenso estudio. Pero, al igual que el abogado y el m~dico, no es primor- ; dialmente un hombre de laboratorio: trata constantemente con gente. La prueba de su habilidad profesional es 1a aplicaci6n del conocimiento ~co en un conterlo humano. Dado que su aplicaci6n no est& regulada por medioe econ6micos, sin embargo el oficial exige gufas positi.vas que le indiquen sus responsabilidades respecto de sus oficiales colegas, sus subordinados, sus superiores y el Estado al cual sirve. Su comportamiento dentro de la es-

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La pro(eswn. de oficial

tructura militar esta gobernado por una compleja red de regulaciones, cos­tumbres y tradiciones. Su comportamiento en relaci6n con la sociedad est& guiado por una conciencia de que su habilidad s6lo puede ser utilizada para fines aprobados por la sociedad a trav~s de su agente politico, el Estado. Mientras que la responsabilidad primordial del medico es su paciente, y Ia

....,del abogado su cliente, la responsabilidad principal del oticial militar es el Estado. Su responsabilidad respecto del Estado es la responsabilidad del asesor experto. Al igual que el abogado y el mMico, lo preocupa s6lo un

- segmento de las actividades de su cliente. En consecuencia, no puede im­ponerle decisiones a su cliente que tengan derivaciones que vayan mas alia de su campo de competencia especial. S6lo puede explicarle a su cliente sus necesidades en esta Area, asesorandolo respecto de c6mo responder a estas necesidades y luego, cuando el cliente ha tornado su decisi6n, ayudarlo a ponerla en practica. En cierta medida, la conducta del oficial respecto del Estado esta guiada por un c6digo explicito expresado en las leyes y compa­rable a los canones de etica profesional del m~co y el abogado. En mayor medida, el c6digo del oficial est.i manifiesto en costumbres, tradiciones y el constante esplritu de la profesi6n.

El cardcter corporativo th la profesi6n militar

Z La profesi6n militar es una profesi6n publica burocratiza~. El derecho legal a practicar Ia profesi6n est& limitado a miembros de un cuerpo ciii­dadoa.amente definido. Su comisi6n es para el oficial lo que su IOBtncula es para el m~dico . Organicamente, sin embargo, el cuerpo de oficiales es mucho mas que simplemente una criatura del Estado. Los imperati.vos funcionales de seguridad dan origen a complejas insti.tuciones vocacionales que moldean al cuerpo de oficiales basta convertirlo en una unidad social aut6noma. La entrada en esta unidad est& restringida a aquellos que han cumplido con la necesaria educaci6n y entrenamiento, y por lo general se permite s6lo en el nivel mAs hlijo de competencia profesional. La estructura corporativa del cuerpo de oficiales incluye no s6lo a la burocracia oficial sino tambi~n a sociedades, asociaciones, escuelas, peri6dicos, costumbres Y tradiciones. El mundo profesional del oficiai tiende a abarcar una pro­porci6n inusitadamente alta de sus actividades. Por lo comlin, vive Y tra­beja separado del resto de Ia sociedad; fisica y soci.almente es probable que tenga menos contactos no profesionales que 1a mayoria de los demas pro­fesionales. La linea entre el y ellego o civil est& publicamente simboliza· da por uniformes e insignias de rango.

El cuerpo de oficiales es tanto una profesi6n burocrati.ca cuanto una ,.....\ organizaci6n burocrati.ca. [J?entro de la profesi6n, los niveles de idoneidad

se marcan por una jerarqufa de rangos; dentro de Ia organi.zaci6n los de­..?-beres se indican por una jerarqufa de cargos. El rango incide en el indi­

viduo y refleja su logro profesional medido en ~rminos de experiencia,

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El t10ldado y el E•tado

antigiiedad, educaci6n y capacidad. Las designaciones por rango normal­mente las hace el cuerpo de oficiales por sf mismo, aplicando principios generales establecidos por el Estado. Las designaciones para los cargos normalmente est8n. en cierta forma, mas sometidas a Ia intluencia exte­rior. En todas las burocracias, Ia autoridad deriva del cargo; en una bu-

_ rocracia profesional, Ia posibilidad de acceder a un cargo deriva del rango. 1 A un oficial se le permite desempefiar cierto tipo de deberes y funciones en

- virtud de su rango; no recibe un rango porque se le haya asignado un cargo. Si bien en Ia pnictica hay excepciones a este principia, el can'lcter profesional del cuerpo de oficiales descansa en Ia prioridad de Ia jerarqufa

- del rango sabre Ia jerarqufa del cargo. El cuerpo de oficiales nonnalmente incluye un conjunto de "reseiVis-

' tas" no profesionales. Esto obedece a la necesidad fluctuante de oficiales y a la imposibilidad del Estado de mantener continuamente un cuerpo de oficiales del tamaiio necesario para las emergencias. Los resemstas son un .complemento temporario del cuerpo de oficiales y se califican para el rango militar por educaci6n y entrenamiento. Mientras son miembros del cuerpo, normalmente poseen todas las prerrogativas y responsabilidades del pro­fesional del mismo rango. La distinci6n legal entre ellos y el profesional se mantiene, sin embargo, y el ingreso en el cuerpo de oficiales pennanente es mucho mas restringido que el ingreso en el cuerpo de reserva. Los re­servistas pocas veces llegan al nivel de habilidad profesional abierto a los oficiales de carrera; en consecuencia, el grueso de los reservistas esta en los rangos mas bajos de la burocracia profesional, mientras que los rangos mas altos son monopolizados por los profesionales de carrera. Estos ulti­mos, en tanto que elemento constante de Ia estructura militar y debido a su idoneidad profesional superior como cuerpo, non:nalmente tienen a su cargo Ia educaci6n y adoctrinamiento de los reservistas en las habilidades

., y tradiciones de Ia vocaci6n. El reservista s6lo temporariamente asume • responsabilidades profesionales. Sus funciones principales en Ia sociedad

estan en otro campo. Como consecuencia, sus motivaciones, valores y comportamiento a menudo difieren en gran medida de los propios del profesionsl de carrera.

Los hombres enrolados subordinados al cuerpo de oficiales (suboficia­les) son parte de Ia burocracia organizativa pero no de la burocracia pro­fesional. El personal enrolado no tiene ni las habilidades profesionales ni Ia responsabilidad del oficial. Son especialistas en Ia aplicaci6n de Ia vio­lencia, no en su administraci6n. Su vocaci6n es un ofic:io, no una profesi6n. Esta diferencia fundamental entre el cuerpo de oficiales y el cuerpo de suboficiales se refleja en Ia aguda linea que se traza universalmente entre los dos en todas las fuerzas armadas del mundo. Si no existiera este cli­v.ge, podrla haber una sola jerarqufa militar que se extendiera desde los suboficiales de nivel mas b.go basta el oficial mas alto. Pero el caracter diferente de las dos vocaciones hace que Ia jerarqufa organiza':.iva sea discontinua. Los rangos que existen en el cuerpo de suboficiales no cons-

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La pro(ni.On. de ofieiol

tituyen una jerarquia profesional. Reflejan diversas aptitudes, capacidades y cargos dentro del oficio de soldado, y el movimiento bacia abajo y bacia arriba dentro de el es mucho mAs O.uido que en el cuerpo de oficiales. La diferencia entre el oficial y los enroladoa impide cualquier avance general de uno al otro. Los suboficiales individuales de hecho se convierten en oficiales, pero esta es Ia excepci6n mas que la norma. La educaci6n y el entrenamiento necesarios para la profesi6n militar nonnalmente son in­compatibles con un prolongado servicio como enrolado.

NOT AS

1 Este autor ha descubierto e6lo un volwnen en ingl6a que analiza Ia profesi6n de oficial: Michael Lewis: EfiiJle~nd'• Sm ()fficur: TM Story of tM No.tJIJl Pro(euion (Lon­drell, 1939). Mu tfpic:a es Ia ru.toria habitual de laa prof1111iones en Gran Bretaila que e6lo omite mencionar a loa militarea "porque el eervicio que loa aoldadoa estan entre· nados para ofrec:er es uno que 11e espera que nunca sean llamados a desempenar". A. M. Carr-Sauoden y P. A. Wilson: TM Pro(uaion11 (Oxford, 1933), p. 3. Los estudioa so· ciol6gicoa, aiguiendo a Max Weber, generalmente han COD&iderado a los militares una estructura bUJ'OCI'6tica. Ver H. H. Gerth y C. Wright Milla (comps.): From Max Weber (Nueva York, 1946), pp. 221-223; C. D. Spindler: "'lbe Military -A Systematic Analy­sis", Social F-. XXVII (octubre 1948), 83-88; C. lL Pace: "Bureaucracy's Other Face", Social Forua, XXV (octubre, 1946), 88-94; H. Brotz y E. K. Wilson: "Characteristics of Military Society", Arne. Jour. of SociolotlY. LI (marzo :\946), 371-376. Si bien Ia buro­cracia es caracterfatica del cuerpo de oficiales, es, sin embargo, una caracteriatica se· cundaria, no eeencial. Otroe eecritores ban eeguido Ia tendencia liberal a identificar a los militares con !011 enemigoe del Jiberaliamo y ban aubrayado los elementos feudal-aria· tocrtticoll del militariamo. Ver Alfred Vagta: A Hi6tory of Militariam (Nueva York, 1937), y Arnold Rose: "The Social Structure of the Army", Amer. Jour. of Sociology, (Ll (mano 1946), 361-364. Para defmicionea de profesionalismo, ver Carr-Saunders y Wileon: TM Pro(uaiona. pp. 284-285, 298, 303, 365, 372; A. M. Carr-Saunders: Profes· •ion.: TMir Organiz<Jtion tuUl Piau in Society (Orlord, 1928), p. 5; Talcott ParsoDB: • A Sociologist Loob at the Legal Profesaion", Eue~y• in Socio!ngi.clll TMory (Glencoe, Ill , ed. rev., 1954), p. 372 y TM Social System (Glencoe, Ill, 1951), p. 454; Abraham Flexner: "111 Social Work a Prof8811ion?" Proc:e«lif~~Ja, OJDferencia Nacional de Caridad y Correcci6n (1915), pp. 678-681; Roy Lewia y Angus Maude: Profe811ional People (Loodres, 1962), pp. 56-66, 64-69, 210; Roscoe Pound: TM Lowyrr from Antiquity to Modem Ti· mes (St. Paul, 1953), pp. 4-10; R. H. Tawney: TM Acquisitive Soc~ty (Nueva York, 1920), p. 92; Graham Wallu: Our Social Heritage (New Haven, 1921), 105-111. La educaci6n profeaional ee diKute en T. P81110na: "Remarks on Education and the Pro· Ceaaiona", lntntL Joor. of Ethia. XLVII (abril 1937), 366-367, y Robert M. Hutchins: The Ishcr Letvni"'l in America (New Haven, 1936), pp. 51-'5'?. LY alternativu de Ia pro­fesi6n. legal en Eatadoa Unidoa pueden raatrearae en t8rminos del requisito de educaci6n liberal. Ver Pound: Lawyer form Antiquity to Modern Times, p. 229; M. Louise Ru· therford: TM lnfluenu of IM Amcriccln &u- A.nociation on Public Opinion and Lesis· lcJtion. (Philadephia, 1937), pp. 46 sip. Sobre Ia 6tica profesional, ver Taeusch: Profes· sionGl tuUl Buainua Ethics; Benson Y. Landdia: Pro(aaional Codes (Nueva York, 1927); R.D. Kohn: "The Significance of the Profesaional Ideal: Profesaional Ethica and the Public Interest", Annals de Ia Academia Norteamericana, CI (mayo 1922), 1-5; R.M.

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El 110ldado :y el Esta®

Maciver: "The Social Significance of Profesllional Ethics", Ibid., pp. 6-7; Oliver Garceau: The Political Li~ of the Aml!rican Mrdicol Auoci4twn (Cambridge, 1941), pp. 5-11; James H. MIIIUIII: Dacron, Propk, and GoiiUIIml!nt (Boeton, 1953), pp. 36-40; George Shanrwood: An Euay on. Pro{aaional Ethica (PbiJadelphia, 5" edic., 1907, primera edi­ci6n, 1854); Samuel Warren: The Moral, Soeuu and Pro{usionol Dulin of Attomeia and Soliciton (Edimburgo y Loudres, 1848); Hem)' S. Drinker: Legal Etlaial <Nueva York, 1953); "Ethical Standards and Profe1111ional Conduct". Orfgenes de loa valoree ocupa­cionales en general, ver E . C. Hughes: "Peraonality Tupea and the Division of Labor", Aniu. Jour. of SociclotrY, xxxm (Marzo 1928), 762.

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2 EL SURGIMIENTO DE LA PROFESION MILITAR

EN LA SOCIEDAD OCCIDENTAL

Un nuevo tipo aoclal

El arte de combatir es un viejo logro de Ia humanidad. ~rofes~n_mili­tar, sin embargo, es una creaci6n reciente de la sociedad modema. Hist6-ncamente, el profesionalismo ha sido una caracterfstica distintiva de la cultura occidental. w grandes profesiones civiles se originaron a fines de Ia Edad Media y exist£an en una forma sumamente desarrollada a co­mienzos del siglo xvm. La profesi6n militar, sin embargo, fue esencial­mente _p_roducto del siglo XIX,~Era, por cierto, una de las creaciones inS­f!tucionales mas-significativas de dicho siglo. S6lo en las guerras nap0-le6nicas los oficiates empezaron a adquirir una tecnica espeaalizada para distingUlrse . de los I egos y emp~zar a desarrollar los patrones, valores y organizaci6n propios de tal tecnica. El oficial profesional como tipo social es tan exclusivamente caracteristico deJa sociedad-modema como Io- e!iel empresario industrial. A Ia emergencia del cuerpo de oficlales como un cuerpo profesionai aiit6nomo no puede, por cierto, atribufrsele ninguna fecha precisa. Fue gradual y defectuosa. Dos hechos, sin embargo, se destacan. Antes d~ no babfa_algo que_p~dimuno~ ~-\lil cuerpo_ .R.~onal de otic:iales. En l900_tal~ cue~_ ~stian...Yirtu~J!.n!e en !od~los ~-in!P9.rtaqtes.

La emergencia de un cuerpo profesional de oficiales cre6 el problema modemo de las relaciones dvico-militares en Europa y Amaica del Nort.e. Es poaible hablar de los temas de control civil, militarismo y mentalidad militar como existentes antes de 1800, pero la transformaci6n funda­mental de Ia primera parte del siglo XIX hace relativamente carente de

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provecho remontarse a un tiempo anterior a dicha fecha en buaca de luz ~nsabilidad estaban ausg~. LLP...!m'll era_~ sobre los problemas modemos. El conocimiento de los modales y el perfil 1a etica~ del ~o p~Uinal del ~lllercenario de dicho amateur aristoc:ratico e individualist&, el caballero medieval, es 11~ con~tml dejoe Trtmta AAoe (1_618-l~el Uito dt_ks de escasa ayuda para en tender los valores y actitudes profesionales que ejm:itos c;Usciplinados de Gustavo AdolfO. y Oliver Cronwell. • Restos del

. constituyen la mentalidad militar contemporanea. Las actividades de Ia SiStema, sin embargo, persistieron casi basta los comienzos del profesio-guardia pretoriana ofrec:en pocas lec:ciones utiles para el control civil: el nalismo. problema del Estado modemo no es la revuelta armada sino la relaci6n El reemplazo del oficial mercenario por el amateur arist6crata fue del experto con el politico. El civaje entre Ia esfera militar y Ia civil y las fundamentalmente consecuencia de Ia consolidaci6n del poder por parte tensiones resultantes entre las dos son fen6menos de origen claramente de monarcas nacionales que sentfan la necesidad de fuerzas militares

_ reciente. . . permanentes para proteger s~ dominios y para apoyar .• su gob.iemo. 1 Este capitulo aborda Ia gradual emergenaa del cuerpo de ofioales Antes de este tiempo, los ej~ratos y las armadas babfan Sldo orgamzados

como una instituci6n social aut6noma: sus anteeedentes, sus causas y su por reyes y otros gobernantes en Ia medida en que les hacian falta. Pero temprana historia. Prusia, Francia e Inglaterra, las tres principales po- 1a neceaidad de los monarcas era constante y en consecuencia se crearon tencias que fueron pioneras en dicho campo, se utilizaran para ilustrar el el ej~rcito y la armada estables. Los soldados rasos de estas fuerzas paso del preprofesionalismo del siglo XVIII al profesionaliamo del aiglo normalmente eran voluntarios a largo plazo asegurados por periodos de

- XIX. El desarrollo de Ia maestria profeaional, Ia responsabilidad y el cor- ocho a doce anos provenientes de loa niveles mas bejos de la sociedad porativismo se mediran en terminos de la evoluci6n de las cinco institu- por una mezcla de sobomo y coerci6n. Para surtirse de oficiales, los ciones clave de la vocaci6n militar: 1) los requisitos para entrar en el monarcas se volvian a Ia nobleza feudal, a Ia _g_ue todavia estaban re-cuerpo de oficiales; 2) loa medios de ascenso dentro del cuerpo de oficiales; duciendo a su voluntad. Los nob~. eran ya forzados (com\) en Prusia) ya 3) el canicter del sistema educativo militar; 4) la naturaleza del sistema sobornados (como en Francia) para que entraran al servicio del rey. La del estado mayor military 5) el uprit general y la idoneidad del cuerpo de funci6n de reclutamiento se les 'quit6 a los oficiales y se le asign6 a oficiales. Loa cambios en estos factores se vieron acompaiiados por el de- agentes especiales del rey. Las fuerzas militares se convirtieron en sarrollo de una .Stica profesional que ofrecfa el fundamento para el nuevo propiedad de la Corona m6s que en propiedad de sus agentes. Los ofi-militar y sus nuevas instituciones. ciales mismos IMl convirtieron en servidores permanentes de Ia Corona

m6s que en empresarios que actuaban sobre Ia base ~e un contrato. En

La oficialidad ~erceJUiria .y 1a ._aristocnitica : ,.

Los ej~rcitos y armadas conducidos por oficiales eDstfan antes de 1800. Si estos oficiales no eran profesionales, ;.qu~ eran? Generalmente eran mer­cenarios o arist6cratas. Ni~guno de ellos vefa Ia vida militar como una _ profesi6n. Para el mercenario era un negocio; para el arist6aata amateur era un-pasatiempo. En.lugar de Ia meta profeSional de un servicio experto, -los primeros buscaban provecho, los segundos, honor y aventura.

El oficial mercen&rio era el tipo dominante desde el derrumbe del feudalismo basta Ia Ultima parte del aiglo xvn.. Sus origenes estaban en las compa1ifas libres que tlorecieron durante Ia Guerra de los Cien Ailoa (1337-145~. :Sejo el sistem~ercenario, el oficial era esencialmente un empresario, que armaba una compa.dia de hombres cuyos servicios ofre­cla en venta. El oficial mercenario podia poseer un nivel m6s alto o m6s bejo de idoneidad vocacional. El mto, sin embargo, se juzgaba no por patrones profesionales sino pecuniarios. Un ej~rcito se componfa de uni­dades separadas, cada una propiedad de un comandante diferente. Los mercenarios eran individualistas, en cierto grado en competencia entre sf; no poseian ni patrones comunes ni espiritu corporativo. ~ discip~~_y Ill

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breve la funci6n militar se socializ6: el control naaonal reemplaz6 al conu-:,1 privado. Hacia 1789, salvo en la artilleria y la ingenieria, la aristocracia virtualmente tenia el monopolio de los cargos de oficiales en los ejm:itos europeos.1 La oficialidad aris~~ca. fue Ia _Ultima forma de oficialidad preprofesional que logr6 un doDllDlo mcuestionado en la so­ciedad occidental.

• Lu fuerzaa protestantea del aiglo xvm teman muchu aimilitudea aparentea con loa ej6rcitoe profeaiouales del aiglo XlX. En el Nuevo Modelo de Ej6rcito, por ejemplo, Ia diaciplina era eetrict.a, la promoc:i6n era en parte por antigo.edad y en parte por reco­mendaciclo de oficiales auperiorea; Ia c:ompra fllltaba escluida y la polftica drUticamente limitada. Este profeeionaliamo aparente, ain embargo, eataba arraigado en un fervor ideoJ.6cico-religioeo intenao y temporario, en Iugar de eetar baaado en una t«:nica en expanai6n y en una diferenciaci6n funcional. Ver F6lix Pribatsch: Ge•chichte de• Pnu1aischen O{fizicrlwrpa (Brealau, 1919), pp. 5-6; Theodoro A. Dodge: GuatGIIu.t Adolphua (Boston, 2 vola. 1895), cap. 5; John W. Fort:Mcue: A History of the British Anny (Londree, 13 vola., 1899-1930), I, 279-284; C. Cooper King: The Story of the Bri­tish Army (Londres, 1879), p. 39 y aiga.

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El Boldado y el EBtado

Las i.nstituciones aristocraticas del siglo XVlll

lngreso: nacimiento y riqueza

Durante el siglo XVII muchos plebeyos aervfan como oficiales en los ejer­citos prusiano y frances. El siguiente aiglo, sin embargo, vio la gradual excluai6n de estos elementos en la medida en que el origen a.ristocnitico se convirti6 en una exigencia para entrar en todas las ramas del servicio militar, excepto las armas tecnicas de la artillerla y los ingenieros. Even­tualmente en Francia, inclusive las armas •bourgeois• estaban cerradas para quienes no fueran arist6cratas. En Prusia, Federico Guillermo I (1713-1740) forz6 a Ia nobleza a servir en el ejercito y Federico el Grande (1740-1786), convencido de que s6lo los arist6cratas tenian honor, lealtad y coraje, sistematicamente expuls6 a los elementos burgueses del cuerpo de oficiales.

La admiai6n en las escuelas de educaci6n militar preliminar, fundadas tanto en Francia cuanto en Prusia a mediados del siglo XVlli, estaba li­mitada a los arist6cratas. Como consecuencia, el ejercito frances tenia en 1789 6.333 nobles, 1.845 plebeyoe y 1.100 soldados de fortuna en un cuerpo de oficiales de 9.578 hombres. En Pruaia, en 1806, habfa s6lo 700 hombres no nobles en un cuerpo de 7.100 y virtualmente todos ellos estaban en las armas tecnicas. En Francia las neceaidades de Ia ariatocracia detennina­ban el tamaiio del cuerpo de oficiales. Una comisi6n militar era una forma de darle una penai6n a un noble empobrecido. Como consecuencia, en 1775 habia 60.000 oficialea en un ejercito cuya fuerza total era s6lo tres veces dicha cifra. El exceso de personal prevaleci6 en todo el siglo, tanto en Ia guerra cuanto en Ia paz, justo basta antes de Ia Revoluci6n.

En Ia Inglaterra mercantil y plutocnitica posterior ala Restauraci6n tambien Ia aristocracia prevalecia sobre el militarismo. Pero era una aristocracia de riqueza mas que de origen o condici6n. En el ejercito, Ia compra del cargo era el medio tanto de ingresar cuanto de avanzar en todas las armas, excepto los servicios tecnicos. El sistema de compra es­tablecfa Ia condici6n de Ia propiedad para el rango militar, condici6n conscientemente pensada para asegurar una identidad de intereses entre el ejercito y el gobierno y para hacer imposible otra dictadura militar en las Islas Britanicas. El alto precio del cargo, la baja paga, que bacia vir­tualmente imposible vivir del salario de un oficial, y la falta de cualquier sistema de pension o retiro hacian que las comiaiones en tiempos de paz estuvieran monopolizadas por los hijos menores de Ia nobleza campesina que poseian algo de ingreso privado. En la guerra, el cuerpo de oficiales se expandfa al organizarse nuevos regimientos en los cuales las comisiones podfan aer compradas virtualmente por cualquiera que tuviera los fondos necesarios.

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El Burgimiento de la profe•ion militar

Durante la segunda mitad del siglo XVll la Armada britanica tambien empez6 a tener un grupo de oficiales pennanentes. Antes de 1794, sin embargo, no existia ninglin sistema regularizado de ingreso para el gran nfunero de candidatos a oficiales. La mayona de los oficiales empezaba su carrera trabajando como sirvientes de capitanes de barcos que los selec­cionaban personalmente como futuros oficiales. En 1729 el gobierno esta­bleci6 una Academia Naval, para entrenar como oficiales a los hijos de caballeros, entre los trece y los dieciseis aiios de edad. Pero esta escuela nunca fue demasiado exitosa. Los j6venes mas ambiciosos preferian entrar a la Armada a traves del camino de "servidor del capitan". El ingreso en Ia Marina, en consecuencia, se lograba mas por influencia personal y pa­tronazgo que por los requisitos aristocraticos de origen y riqueza. 2

Ascenso: compra, origen y poUtica

La riqueza, el origen y Ia influencia polftica controlaban el ascenso dentro del cuerpo de oficiales anterior a 1800, tanto cuanto el ingreso a el. La operaci6n del sistema de compra en el Ejercito britanico s~ ha analizado antes. En el Ejercito frances, basta el ultimo cuarto del siglo XVITI, la promoci6n tambien era nonnalmente por compra. Los cargos militares m8.s altos estaban monopolizados por la nobleza de corte, mientras que los nobles hacendados m8.s pobres permaneclan en los rangos mas bajos. El patron de la riqueza, sin embargo, entraba en colisi6n con el del origen, y en 1776 la nobleza hacentiada prevaleci6 sobre la monarquia para co­menzar con Ia eliminaci6n de Ia compra. El paso de Ia riqueza al origen como requisito para ascender no perturb6, sin embargo, el monopolio que tenian los grandes nobles de las posiciones mas altas. A menudo, niiios de diez o quince aiios eran nombrados comandantes de regimientos. En 1788 el fen6meno de coroneles •a la bavette• se restringi6 y se introdujeron metodos semiprofesionales de ascenso. Pero a esta altura era demasiado tarde para alterar el sistema del viejo regimen. En Pruaia Ia nobleza mas rancia tambien monopolizaba los cargos mas altos, si bien se mantenfa Ia ficci6n de la promoci6n por m~ritos. En concreto, las consideraciones per­sonates y el capricho del soberano eran factores decisivos. La baja paga, reducida aun mas por Federico el Grande, y la ausencia de cualquier sistema de pensi6n regularizado tambien tendieron a introducir un re­quisito de propiedad.3

La influencia politics generalmente determinaba la designaci6n para los cargos de mando m8.s altos en todas las fuerzas militares. En Francia, las intrigas de la corte seleccionaban al comandante general del Ejercito; durante Ia Guerra de los Siete Aiios la veleidosa influencia de Madame de Pompadour tuvo como consecuencia nada menos que seis comandantes en igual cantidad de ai'ios. En Gran Bretaiia Ia influencia en la Corona, el Parlamento o ambos era esencial para asegurarse y retener el alto mando.

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El solcUulo y el Estado

A menudo, grandes cantidades de oficiales tenfan escaiios en el Parla­mento y hacian uso de su posici6n legislativa para ascender ellos mismos en el ejercito. Su papel dual, sin embargo, tambien los bacia vulnerable& a la presi6n real, que Jorge III, al menos, no dudaba en aplicar. lAs oficia­les de alto rango a menudo eran desplazados de sus puestos por oponerse a los deseos de la Corona. De tanto en tanto, la jerarqufa militar se prostitufa con el fin de solicitar los votos de oficiales. En la armada, tambien, en lo relativo a las designaciones en el nivel mAs alto, "a veces se las bacia por meritos, pero mas a menudo por favor e influencia de ]a fa­milia, los parientes y amigos; en una palabra, por 'in teres"'. 4

EducaciOn: nobles y ticnicos

La educaci6n para formar parte de la oficialidad era incompatible tanto con el Estado primitive de la ciencia militar cuanto con la creencia aris­tocnitica en que los Unicos requisitos para el mando eran los talentos in­natos del coraje y el honor. El primero bacia poco prB.ctica Ia educaci6n militar; el segundo Ia hada innecesaria. Las escuelas militates que existian eran sumamente rudimentarias. Puede dividlrselas en dos tipos generales.

Las primeras eran las escuelas para el entrenamiento preliminar de oficiales de origen noble o gentil. En esta categorla entran la Ecole Mili­taire de Luis XV, establecida en 1751, la Ritter Akademie de Federico el Grande, fundada en 1765, y la Escuela Naval ingles&, creada en 1729. La calidad de los estudiantes y el nivel de instrucci6n e.11 estas escuelas eran uniformemente pobres. La Ecole Militaire estaba especfficamente diseiiada como un medio para subsidiar a la nobleza hacendada mas que para mejorar el ejercito. Los temas militares jugaban un pequeiio papel en su curriculum. Era, como decfa Tuetey: "Una fundaci6n de interis filantr6pico mas que de interes militar .. . ".5 La academia de Federico estaba diseiiada con el fin de entrenar nobles para el servicio diplomatioo tanto cuanto para el Ejercito y ofrecfa una educaci6n sumamente incompleta e imperfect&.

· Los hijos de nobles entraban en el Ejercito prusiano a los doce o catorce afios y recibfan s6lo el entrenamiento mas pobre antes de asumir el mando. La Academia Naval inglesa era de igual pobreza y el Ejercito in­glee no tenfa ninguna instituci6n general de entrenamiento preliminar.

El segundo tipo de escuela militar anterior a 1800 estaba pensado para entrenar tecnicamente a oficiales id6neos para la artilleria y el cuerpo de ingenieros. En ausencia de cualquier ciencia militar real que fuera de interis general para todos los oficiales, estas eran las Unicas armas que ofrecian verdadero alimento al ejercicio intelectual. Dado que estas armas en gran medida estaban formadas por oficiales burgueses, las escuelas militares para impartir este conocimiento tecnico no entraban en conflicto con la teoria de que el oficial aristocratico mandaba por virtud de sus cualidades naturales. Una escuela de ingenieros se estableci6 en Prusia en

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El surginiiento de Ia profesi6n militar

1706. La Academia Militar Real de Woolwich para oficiales de artilleria e ingenieros d~~ de 17.41. Los franceses empezaron a impartir instrucci6n de artilleria en Douai en 1679 y establecieron una escuela de ingenieros en Mezi~res en 1749. El nivel educativo y el caracter de estas escuelas va­riaban considerablemente. Woolwich, por ejemplo, ofrecia elementos tanto de educaci6n militar cuanto general, pero basta que en 1774 se introdujo un examen de calificaci6n, muchos estudiantes eran admitidos sin ninguna preparaci6n real y algunos inclusive sin la capacidad de leer y escribir. Las escuelas tecnicas y las academia& nobles constitufan lo mas parecido a la

1 educaci6n militar que alcanz6 el siglo XVIll. No existfan escuelas para el

· entrenamiento avanzado de los oficiales para el alto mando y los cargos en . el estado mayor.

Estados mayores: desarrollo detenido

El estado mayor militar es esencialmente una instituci6n profesional que concentra el conocimiento tecnico y lo aplica a la administraci6n de la violencia. El antecedente del moderno estado mayor militar apareci6 en los ejercitos de Gustavo Adolfo y Cronwell. Desde mediados del siglo XVII basta fines del xvm, sin embargo, la ausencia de progreso en la organi­zaci6n del estado mayor fue paralela al caracter estatico de Ia ciencia militar. Los sistemas que existfan en 1790 en general se parecian mas a los de ciento dncuenta afios antes que a los de cincuenta afios despues.

La organizaci6n del estado mayor, rudimentaria como era, tiene sus origenes en las actividades de aprovisionamiento necesarias para los ejercitos nacionales permanentes. La figura clave en los primeros estados

..... mayores era el intendente general. Asi como Ia artilleria y el cuerpo de ingenieros eran las unicas armas del servicio que exigfan entrenamiento tecnico, las actividades logfsticas eran la unica funci6n que exig{a un

-:-('planeamiento y un control experto. fEn consecueP.cia, los estados mayores .J, tenfan poco que ver con las operacioiles m.ilitares.' La estrategia y la tactica

segufan siendo provincia del comandante general, asistido por unos pocos ayudantes de campo. Si el general era de bajo calibre, no vefa necesidad de

. _un trab~o organizado de estado mayor. Si era un general capaz ~mo f F~co de Sajonia , tenfa poca necesidad de el. El trab~o de estado mayor era innecesario basta que Ia misma guerra se volvi6 tan compleja como sus actividades de apoyo.

Francia posefa el sistema de estado mayor mas altamente desarrollado del siglo XVIll. Pero s6lo durante cinco aiios, 1766-1771, y nuevamente despues de 1783, Francia tuvo un verdadero estado mayor general en el sentido profesional modemo. Este estado mayor frances, tal como lo or­ganiz6 Bourcet, exigfa exAmenes y trabajo de prueba para ser admitido en el. Una instituci6n cientffica de ese tipo, sin embargo, estaba aislada y fuera de Iugar en el Ejercito frances dirigido aristocraticamente. En Prusia

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El110ldado y el Estado

el embri6n de un estado mayor general existfa en el intendente general y sus asistentes. Sus funciones se limitaban, sin embargo, a pertrechos y fortificaciones, y su influencia y significaci6n siguieron siendo escasas basta el fin del siglo XVlll. En Gran Breta.iia, virtualmente no se bizo ninglin mejoramiento permanente en el funcionmniento del estado mayor mas alia de los arreglos que existfan en el ejercito de Cronwel1.6

Idoneidad y esptritu d£ cuerpo

. ·-- El cuerpo de oficiales del siglo XVIll subordinaba los valores militares de maestrla, disciplina y responsabilidad a los valores aristocraticos dellujo, el coraje y el individualismo. El arist6crata era un amateur en Ia profesi6n

· de oficial; para el no era una vocaci6n con fines y patrones propios, sino un atributo incidental de su Iugar en Ia sociedad. Junto con el ocio, la caza y la buena vida, luchar era parte de su ideal, un pasatiempo valorado por las oportunidades que ofrecla para el deporte y la aventura. Algunos de estos amateurs resultaban soldados id6neos, pero eran las excepciones del sistema, no sus productos. En el Ejercito frances los Unicos oficiales babiles en los aspectos practicos de su vocaci6n eran los soldados de fortuna que, sin embargo, eran s6lo una minorla del cuerpo y estaban restringidos a los rangos mas bajos. El nivel general de competencia en los oficiales franceaes arrancaba gritos de desesperaci6n a sus comandantes. Las condiciones eran poco mejores en los ejercitos prusiano e ingles. La senilidad, corrup­ci6n r. ineptitud del cuerpo de oficiales prusianos creci6 durante el siglo XVIll, en la medida en que los rangos mas altos se llenaron de generales envejecidos y los rangos mas b~os con los hijos menos capaces de Ia no­bleza. El deterioro del cuerpo de oficiales, producto de todo el sistema de selecci6n y organizaci6n de Federico, culmin6 en el desastre de Jena y Ia capitulaci6n de la fortaleza prusiana ante Napole6n.

En Francia Ia intrusi6n de consideraciones sociales en el Ejercito bizo del mantenimiento de la disciplina basada en el rango algo virtualmente imposible. Excepto cuando estaban concretamente reclutando tropas, los oficiales de rango mas alto pero posici6n social inferior les cedian la pre­cedencia a subordinados de familia mas distinguida. En el campo tanto cuanto en la corte se suponia que un oficial mantenia un tren de vida acorde con su condici6n social. La influencia en Ia corte les permitfa a los oficiales abandonar sus responsabilidades militares cuando ternan ganas de hacerlo. En Prusia Ia pobreza del pafs impedia el exceso de lujo que ca­racterizaba a las tropas francesas. Los oficiales prusianos, sin embargo, no tenfan un sentido de responsabilidad e integridad mayor que sus contra­partes francesas y regularmente aprovechaban las oportunidades de 1!n­riquecerse a expensas del tesoro real. El c6digo aristocratico del oficial ­socavaba la disciplina militar: los duelos entre oficiales inferiores y supe­riores eran, por ejemplo, un fen6meno c:omun. En Gran Bretail.a la inter-

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El surgimiento de la profesiOn militar

ferencia persistente del Parlamento y la Corona en los asuntos militares bacia imposible la disciplina. Los miembros del Parlamento intervenian ante las autoridades en favor de amotinados y de desertores que eran parientes y amigos, y los oficiales se sentfan en libertad de dejar sus re­gimientos cuando los enviaban a destinos poco deseables.7

Resumen

El cuerpo de oficiales del siglo XVlll estaha diseiiado para las necesidades de Ia aristocracia mas que para el desempeiio eficaz de Ia funci6n militar . La riqueza, el origen y la influencia personal y politica dictaba Ia desig­naci6n y el ascenso de los oficiales. Niii.os e inc:ompetentes a menudo te­nian altos rangos militares. No habia nadie que tuviera conocimiento profesional. En consecuencia, ninguna instituci6n, excepto unas pocaa es­cuelas tecnicas, estaban disponibles para impartir conocimiento militar, y no habra sistema para aplicar dicho conocimiento en la pmctica. Los ofi­ciales se comportaban como arist6cratas y ternan creencias propias de su clase mas que propias de oficiales. El estado retrasado de Ia vocaci6n militar puede c:ontrastarse con Ia condici6n de la profesi6n legal, medica y clerical en ese momento. La rudimentaria existencia independiente de cada una de ellas bacia impensable el tipo de prostituci6n a que estaba some­tida Ia vocaci6n militar. En resumen, Ia profesi6n militar era sencillamente inexistente.

Ideales preprofesionales: el oficio military el genio natural

El siglo XVIII produjo una inmensa floraci6n de literatura militar que marc6 la culminaci6n de una epoca en el pensamiento militar y el tenue comienzo de un perfil modemo. Unos pocos autores produjeron trab~os dignos de menci6n sobre t6picos especializados, y dos autores del siglo XVIII -Guibert y Lloyd- anticiparon desarrollos del siglo XIX y se acercaron a una visi6n abarcadora y cientffica de Ia guerra.• Pero eran excepciones. El grueso de los escritos estaba arraigado en el pasado y sa­caba sus enseii.anzas de las practicas militares de los griegos y los roma­nos. Carecian de cualquier comprensi6n de la sustancia y los limites de su tema. En Iugar de una concepci6n cientffica de Ia guerra, los escritores ofreclan consejos pri.cticos sobre una amplia variedad de temas desconec­tados. Respecto de las instituciones militares, sustituian la concepci6n de la oficialidad profesional por la glorificaci6n del genio natural. El pensa­miento militar del siglo XVlli era caracterlsticamente preprofesional; no tenia unidad, foco, teoria o sistema. Retlejaba con precisi6n el estado pri­mitivo de la tecnica militar y Ia ausencia de instituciones profesionales.

La deficiencia mas llamativa en el pensamiento militar anterior a 1800

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El soUJodo y el &lado

era Ia ausencia de cualquier concepci6n de Ia ciencia militar como una rama distintiva del conocimiento, unificada y completa en sf misma, sus­ceptible de un an4lisis l6gico de sus elementos eompositivos y sin embar­go dotada de una relaci6n definida con otras ramas del conocimiento. De hecho, los autores militares por lo general negaban la posibilidad de de­S8IT'Ollar alguna vez una ciencia tal, o cualquier principio fijo de la guerra. "La guerra", decfa el mariscal Saxe, Nes una ciencia repleta de sombras en cuya oscuridad uno no puede moverse con paso seguro . . . Todas las ciencias tienen principios y reglas. La guerra no tiene ninguna".' Esta carencia de una ciencia de la guerra puede ser deplorada por Guibert y Lloyd, pero era aceptada como necesaria por Ia mayorfa de los pensadores militares. Tambi6n fracasaban en reconocer 1a posibilidad de analizar 16gicamente Ia guerra en sus subcomponentes. S6lo muy rara vez habfa distinciones te6ricas trazadas entre estrategia. tactica y las otras ramas de la ciencia militar. Como consecuencia, los trabajos sobre la guerra discutfan una mezcolanu miscelanea de t6picos que tenfan escasa o nula relaci6n l6gica entre sf. En 1a medida en que poseian algUn esquema de organizaci6n mas alia del ordenamiento a1.fab6tico, era de naturaleza cronol6gica. Este en­foque era virtualmente identi.oo al de Vegetiua, quien escribi6 en el siglo IV y cuyo trabajo en muchos aspectos era aplicable en el siglo XVII tanto cuanto lo habfa sido cuando fue escrito. Este desarrollo cronol6gico, por cierto, es s6lo el reverso de un enfoque 16gico te6rico que empezaria con Ia naturaleza de la guerra y Ia batalla y luego deducirla el tipo deseable de equipamiento, entrenamiento, organizaci6n y reclutamiento para los fines que las fuerzas militares estaban diseiiadas a lograr. El tipico trabajo militar del siglo XVIII, sin embargo, era un catalogo mas que un tratado.

El escritor cuyo trabajo se destaca en marcado contraste es Henry Lloyd. Lloyd hizo un esfuerzo por captar la esencia de Ia guerra -"La guerra es un estado de acci6n"- y por deducir de esto la naturaleza del ejt§rcito. AI ultimo lo define como "el instrumento con el cual todo tipo de

· acci6n militar es desempeiiado". Entonces procedi6 a analizar al ejercito como a una m.Aquina, considerando las diversas partes y sua interrelacio­nes. A diferencia de Saxe, Lloyd sostenfa que el arte de 1a guerra, Ncomo todos los demas, se funda en ciertos principios 6jos, que por su naturaleza son invariables, cuya aplicaci6n s6lo puede ser variada, pero que son en si

. mismos constantes". Contemporaneo de Bentham, insistfa en un riguroso utilitarismo militar. Revirtiendo el enfoque cronol6gico, adujo que el tipo de campaiia que se librara y el plan de operaciones siempre deberia deter­minar el nlimero y Ia especie de las tropas y Ia cantidad y calidad de los pertrechos.10 AI margen de este historiador ingMs, sin embargo, bubo pocos esfuerzos por llegar a una comprensi6n y definici6n sofisticadas de la guerra.

La teorfa aceptada del siglo XVIll del generalato se centraba en el i:oncepto de genio natural. El mando militar era un arte como la mUsica o la escuJtura, que e:rigfa un talento natural. La competencia militar no

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El 8Ul"gim.iento de Ia pro(nWn militar

podia transmitirse o aprenderse: era el producto de factores puramente subjetivos que existfan dentro de los hombres mAs que el resultado de cualquier cosa derivada de au entorno. Eata idea ea fundamentalmente romantica y antiprofesional. En efecto, era la aplicaci6n en el nivel indi­vidual de la teorfa aristocriitica de que ciertos hombres habfan nacido para mandar y otros para obedec:er. La nobleza sostenfa que s6lo los hombres nacidos en su seno eran capaces de ser o1!ciales. lAs autores militares del lluminismo sostenfan que s6lo un hombre nacido con una capacidad na­tural superior podia ser un comandante de 6xito. Ambas teorfas negaban la posibilidad de producir oficiales o generales a travt§s de instituciones sociales objetivas. La teorla del genio natural era compartida inclusive por los pensadores avanzados del perfodo. Saxe aducfa que existfa una simi­litud basica entre la guerra y las otras artes. Guibert glorificaba al Nge­neral innato". Lloyd sostenfa que la guerra era divisible en dos partes: una parte mAs baja, mec!nica, que puede ser enseDada por reglas y preceptoa, y una parte mas alta, que s6lo pod{a ser dominada por el conocimieJ:!.to natural e intuitivo del genio: "Ninguna regla, ningUn estudio o aplicaci6n, por asiduo que sea, ninguna experiencia, por larga que sea, puede ensenar esta parte; es el efecto ez:clusivo del genio".11

Loa orfgenes del profeaionalismo

La primacfa rU Prusia

~ r - Si fuera necesario dar una fecha precisa a los orfgenes de Ia profesion militar, tendrfa que elegirse el 6 de agosto de 1808. Ese dfa el gobierno pruaiano emiti6 su decreto sobre Ia designaci6n de oficiales que planteaba el patr6n Msico del profesionalismo con claridad indudable:

El unico titulo para la comisi6n de un oficial sera, en tiempos de paz, la educaci6n y el conocimiento profesional; en tiempos de guerra, el valor distinguido y la percepci6n. En consecuencia, todos los individuos de toda la naci6n que posean estas cualidades son candidatos aceptables para los puestos militares mas altos. Todas las preferen­cias de clase existentes antes en Ia instituci6n militar quedan abolidas y todo hombre, sin importar sua orfgenes, tiene iguales deberes e iguales derechos.12

Las grandes reformas de Scharnhorst, Gneisenau, Grolmann y la Comisi6n Militar pruaiana marcan el verdadero comienzo de la profesi6n militar en Occidente. El trabajo de estos lfderes reflejaba una corriente subyacente de pensamiento, an!lisis y escritos que apareci6 en el Ejercito Prusiano en la Ultima decada del aiglo anterior y que estall6 despues de

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El soldado y el Estado

Jena. Este movimiento hizo una aguda ruptura con el siglo XVIII. Schar­nhorst y Gneisenau, no Federico el Grande y su padre, fueron los verda­deros fundadores del modemo Ejercito aleman. Establecieron las institu­ciones y los ideales que dominaron a las fuerzas prusianas durante el resto del siglo y ofrecieron el modelo sobre eJ cual virtualmente todos los otros cuerpos de oficiales en ultima· instancia se modelaron. Cada naci6n ha

..hecho sus contribuciones unicas a la cultura de la sociedad occidental. A r Prusia le toea la distinci6n de ser el origen del_oficial.profesio~al. - La profesionalizacion militar se concentr6 en dos periodos del siglo

XIX. Durante e inmediatamente despues de las Guerras Napole6nicas, Ia mayoria de las naciones establecieron instituciones de educaci6n militar inicial y aflojaron las prohibiciones al ingreso en el cuerpo de oficiales. En el tercer cuarto del siglo, los procesos de selecci6n y promoci6n se vieron reacondicionados, se organizaron los estados mayores generales y se es­tablecieron instituciones educativas militares. En ambos periodos, Prusia encabez6 los avances. Mientras todas las naciones de Europa habian ad­quirido para 1875 los elementos basicos del profesionalismo militar, s6lo en Prusia estos elementos se desarrollaron basta configurar un sistema re­dondo y completo. Las exigencias de educaci6n general y especial para ingresar, los examenes, las instituciones para educaci6n militar elevada, el progreso a partir de los meritos y los logros, un elaborado y eficaz sistema de estado mayor, un sentido de unidad corporativa y responsabilidad, un reconocimiento de los limites de Ia competencia profesional: Prusia poseia estos elementos en un grado extraordinario. Ademas, fue un prusiano, Clausewitz, quien contribuy6 con el fundamento te6rico de la nueva p10-fesi6n. {.Por que este pais particular se puso a Ia cabeza de tal forma? La respuesta se encuentra en las causas generales responsables de Ia emer­gencia del profesionalismo en Europa y en la medida especial en la cual estaban presentee en Prusia. Estos factores eran Ia especializacion tecno­l6gica, el nacionalismo competitive, el conflicto entre la democracia y Ia aristocracia y Ia presencia de una autoridad legftima eatable.

Las condiciones del profesionalismo

El crecimiento de Ia poblaci6n en el siglo XVTI1 y XIX, el desarrollo de Ia tecnologia, los comienzos del industrialismo y el surgimiento del urbanis­mo contribuyeron a aumentar la especializaci6n funcional y Ia divisi6n del trabajo. La guerra, al igual que todo lo demAs, no era mas un asunto simple y poco complicado. Los ejercitos eran mas grandes y, mas impor­tante aun, estaban compuestos de elementos progresivamente mas diver­sos. Una vez, todos los hombres incluidos en las fuerzas militares habfan desempenado Ia misma funci6n: enfrentarse al enemigo con lanzas y es­padas seglln fuera el caso. Ahora los ej6rcitos y las armadas se habian vuelto organismos complejos, que abarcaban a cientos de especialidades

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El surgimiento de Ia profesi6n militar

diferentes, lo cual creaba Ia necesidad de otro tipo de especialista: el es­pecialista en coordinar y dirigir estas diversas partes hacia su meta asig­nada. Ya no era mas posible dominar esta habilidad mientras se seguia siendo competente en muchos otros campos. Especialmente, se volvi6 im­posible ser un experto en Ia administraci6n de Ia violencia para Ia defen­sa e:x:terna y al mismo tiempo estar capacitado en el arden interno. Las funciones del oficial se hicieron diferentes de las del politico y el policia. La especializaci6n tecnologica estaba m4B o menos igualmente presente en todo Occidente. El profesionalismo tenia que surgir. La explicaci6n de su manifestaci6n especial en Prusia se encuentra en sus condiciones sociales y politicas.

V Un segundo factor subyacente en el profesionalismo militar era el 1 crecimiento del Estado-naci6n. La existencia aut6noma de un cuerpo de

' I oficiales al margen de otras instituciones sociales exige tanto que sea ne-'- cesario cuanto que haya suficientes recursos para sostenerlo. Estos dos

elementos eran ofrecidos por el desarrollo del sistema de naciones-Estado. La competencia entre los Estados hizo que cada uno creara un cuerpo de expertos permanentes consagrados a los intereses de Ia seguridad militar. La perdida o la amenaza de perdida de dicha seguridad por Ia guerra, o, especialmente, por Ia derrota militar en la guerra, era para cada naci6n el acicate de la profesionalizaci6n inmediata. Prusia inici6 un cuerpo de ofi­ciales profesional despu6s de su derrota de 1806 e inici6 una segunda ola de profesionalizaci6n a posteriori de su hu.millaci6n por parte de Dina­mares en 1848. El profesionalismo hizo sus avances mas grandes en Francia despues de 1815 y 1870, y en lnglaterra despues de 1856, 1870 y 1902. El tamaii.o del Estado-naci6n tambien ofreci6 suficientes recursos para apoyar a una profesi6n militar permanente. Como parte de la buro­cracia estatal, mas aun, un cuerpo de oficiales s6lo podia mantenerse en sociedades con instituciones gubemamentales altamente desarrolladas.

El elemento de nacionalismo competitivo tenia una aplicabilidad pe­culiar en Prusia. Al carecer de fronteras naturales y con su territorio di­seminado en toda Alemania, Prusia dependia de forma unica de una fuerza militar potente a fin de mantener su independencia e integridad. Los gobernantes de Prusia habian sido conscientes de esto desde mediados del siglo XVll y habian invertido enormes recursos y efectivos militares para el mantenimiento de un ejercito permanente eficaz a lo largo del siglo XVIII. Si Prusia, como afirmaba Mirabeau, no era una naci6n con un ejercito sino un ejercito con una naci6n, ello era porque en un sentido muy especialla existencia del ejercito era esencial para Ia existencia de la naci6n. La derrota y humillaci6n de Prusia a manos de los ejercitos ma­sivos de Napole6n le demostraron a los gobernantes prusianos que el tipo de fuerza. del siglo XVIn no podfa garantizarle Ia seguridad. Para oponerse

/ .-- al nacionalismo de Ia Revoluci6n Francesa, Ia poblaci6n prusiana se habia \ enrolado en el ej6rcito. Para oponerse al genio de Napole6n y a los talen­. tos de sus mariscales elegidos por su capacidad de forma azarosa pero ~

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El BOltkulo y el Etdado

eficaz, los prusianos desarrollaron un cuerpo ·de oficiales colectivamente competente que triunf6 a partir de entrenamiento superior, organizaci6n y consagraci6n al deber. A Ia larga, fue ventajoso para Prusia que ninglln lfder natural apareciera para liberar a Ia naci6n de su derrota. Esta defi­ciencia llev6 a los prusianos a recurrir al entrenamiento sistematico de hombres comunes. Como la potencia importante de Europa mas insegura militarmente, era dificilmente sorprendente que Prusia fuera pionera en Ia creaci6n de un cuerpo de oficiales profesional.

El surgimiento de ideales y partidos democraticos fue un tercer factor que influy6 en el crecimiento del profesionalismo. La ideologia democnitica era hasicamente un sistema de organizaci6n de las instituciones polfticas. Sus defensores, sin embargo, intentaban configurar las instituciones mi­litares tambien seg6n su modelo. Sustituyeron por el ideal representativo el ideal aristocritico: · el cuerpo de oficiales debfa ser democratizado y los oficiales seleccionados no ya por origen sino por elecci6n de sus conciuda­danos. En Ia Revoluci6n norteamericana, la elecci6n de oficiales habra sido el medio de designaci6n prevaleciente en la milicia del Estado. En los primeros dfas de la Revoluci6n Francesa e) mismo sistema intent6 con resultados igualmente poco exitosos. El ideal representativo era, por cierto, tan incompattble con el profesionalismo como el ideal aristocratico. Era, sin embargo, un factor clave para romper el monopolio de los nobles en e) cuerpo de oficiales. El conflicto entre los dos ideales en la primera mitad del siglo XIX produjo un estancamiento favorable al avance del profesio­nalismo. Cuando cada partido queria subordinar a los militares a sus propios intereses y principios, la 11nica base para Ia transacci6n era el reconocimiento mutuo de un cuerpo de oficiales independiente libre de lealtades partidarias o de clase y organizado seg11n intereses y principios propios.

El equilibria favorable al profesionalismo exi.stfa particularmente en Prusia y en menor medida en Francia. En e) primer pais la aristocracia y

· los valores aristocraticos seguian siendo fuertes en el siglo siguiente a J"ena. Al mismo tiempo, florecfan las ideas liberales y la burguesia se habra vuelto cada vez mas poderosa. El conflicto de clases e ideologias rivales por el dominio del cuerpo de oficiales podia resolverse mejor por medio de un cuerpo profesional aislado de la polftica. Las reformas prusianas de 1806-1812 concretamente reflejan esta situaci6n. Los conservadores militares querian mantener la base aristocratica del cuerpo de oficiales. Los refor­madores mas extremos, por el otro lado, querian sustituirla por un sistema de oficiales electivos. Scharnhorst era capaz de equilibrar a un grupo con el otro y producir un sistema basado en patrones profesionales que no satisfacia a ninguno pero era aceptable para los dos. Gouvion St. Cyr us6 Ia misma estrategia una decada mas tarde en Francia. El ejercito que habia estado bsjo Napole6n se habfa impregnado de liberalismo. Los re­accionarios de la Restauraci6n querlan limpiarlo y volver al modelo de 1789. St. Cyr impuso sus reformas de 1818 contra la oposici6n de los ex-

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El sNrgimiento de la profeswn mima;.

tremistas de ambos puntos del espectro politico, pero con e) apoyo de un s6lido bloque de opini6n moderada.a En un pais como lnglaterra, por el otro lado, donde el eonflicto de Ia aristocracill y la democracia si bien existia no era, sin embargo, tan agudo ni tan abarcador como en otras partes, faltaba el mismo fmpetu por aferrarse al profesionalismo como un recurso de transacci6n social. Finalmente, en Estados Unidos, donde no habfa aristocracia y donde el ideal democratico reinaba casi sin cuestio­namiento, este incentivo para el profesionalismo estaba virtualmente ausente.

La diferente fuerza de Ia aristocracia y la democracia en los conti­nentes europeo y americana explica en parte Ia peculiar falla hist6rica de los observadores de ambos )ados del Atlantica para reconocer Ia emer­gencia del profesionalismo militar. En Europa el profesionalismo desafiaba a los arist6cratas dominantes; en consecuencia, se identificaban con la aristocracia. Las consecuencias de esta extrana situaci6n pueden verse en el agudo resumen de De Tocqueville de las caracteristicas clave de un cuerpo de oficiales profesional. Viendo el mundo con ojos europeos, sin embargo, describe estos elementos profesionales como caracteristicos de los "ejercitos democr6.ticos•.1• Paradojalmente, sin embargo, al mismo tiempo los jacksonianos de Estados Unidos atacaban por aristocraticas a las mismas instituciones a las que De Tocqueville etiquetaba de democraticas. Las instituciones, por cierto, no eran ni aristoc:raticas ni democraticas; eran militares. Pero ni la perspectiva aristocratic& ni Ia democratica podfan tlli"erenciarlas del enemigo sociopolitico.

Un Ultimo factor que facilit6 el crecimiento del profesionalismo fue la existencia de una sola fuente reconocida de autoridad legitima sobre las fuerzas armadas. Un oficial profesional esta imbuido del ideal de servicio a Ia naci6n. En la pr,ctica, debe ser leal a alguna instituci6n aislada aceptada en general como materializaci6n de la autoridad de Ia naci6n. Cuando hay autoridades en competencia, o ideas en competencia acerca de lo que deberia ser la autoridad, el profesionalismo se vuelve diffcil, si no imposible, de lograr. El conflicto de ideologias constitucionales y lealtades gubernamentales divide al cuerpo de oficiales y sobreimpone considera­ciones politicas y valores tambien politicos a los militares. La naturaleza de las lealtades politicas de un oficial se vuelve mas importante para el gobierno que el nivel de su competencia profesional.

La necesidad de un solo Iugar de autoridad sobre los militares limita el alcance basta el cual el conflicto de clase puede estimular el profesio­nalismo. El profesionalismo se ve entorpecido mas que ayudado si las clases enfrentadas se identifican- con instituciones gubernamentales en conflicto, cada una de las cuales afirma una cierta autoridad sobre el cuerpo de oficiales o si las dos clases tienen visiones fundamentalmente diferentes de Ia estructura constitutional del Estado. El conflicto de clase redunda en beneficia del profesionalismo s6lo si ambas partes aceptan Ia autoridad de una instituci6n gubernamental particular sobre los militares.

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El so/dado y el Estado

El profesionalismo, en consecuencia, exige Ia remoci6n de las luchaS par­tidarias y del conflicto politico basta que queden a un paso de las fuerzas armadas mismas y la canalizaci6n de la influencia politica sabre los mill­tares a traves de alguna instituci6n formal aceptada del gobierno. Cierto grado minimo de consenso constituci~nal. por lo tanto, es esencial para el profesionalismo militar.

Cuando se lo contempla a la luz de estas consideraciones, el hecho sobresaliente respecto de Prusia, Francia y Gran Bretaiia es que s6lo Prusia estaba en una situaci6n constitucional favorable para el crecimiento del profesionalismo militar. Basico para el profesionalismo prusiano era el reconocimiento del rey como Supremo Senor de la Guerra y llnica autori­dad sabre asuntos militares. A pesar de su creciente poder, la burguesia prusiana nunca pudo, excepto brevemente en 1848-1850 y 1860-1863, cuestionar esta autoridad y afirmar la del Parlamento. En consecuencia, era relativamente facil aislar al ejercito de Ia politica constitucional. *

En Gran Bretaiia, sin embargo, el sistema de control dual establecido por el arreglo constitucional de 1688 demor6 la profesionalizaci6n. El Parlamento tenia el poder de armar y mantener fuerzas militares; el mando y las designaciones estaban dentro de las prerrogativas de la Co­rona. La rivalidad institucional del Ejecutivo y el Legislativo involucraba a las fuerzas armadas britanicas en Ia politics interna basta que en el siglo XIX se estableci6 firmemente Ia supremac{a del Parlamento. Ellogro de esta supremac)a en Ia esfera militar empez6 con Ia creaci6n del cargo de secretario de Estado de Guerra en Ia dkada de 1790 y finaliz6 con Ia abolici6n del cargo de comandante en jefe cien aflos mlis .tarde. Entre tanto, sin embargo, el sistema del siglo xvm habfa sido exportado a las colonias norteamericanas y copiado por los foijadores de Ia Constituci6n norteamericana. Como consecuencia, muchos de los problemas del profe­sionalismo military el control civilluego enfrentados por Estados Unidos se parecen mucho a los de Ia Gran Bretafia de Jorge V.

En Francia, el confl.icto constitucional era mas profunda, dur6 mas tiempo y tuvo muchos mlis efectos adversos sabre el profesionalismo. En casos aislados, como en 1818, este conflicto puede utilizarse para que avance Ia profesionalizaci6n de las fuerzas armadas. Pero normalmente la lucha era tan intensa e implicaba ideologias constitucionales a tal punto antiteticas que la transacci6n a traves del aislamiento del cuerpo de ofi­ciales de la polftica era imposible. Los cismas que dividfan a la naci6n estaban reflejados en sus fuerzas armadas. Republicanos, Legitimistas y bonapartistas haclan todos esfuerzos directos por controlar el ejercito. Los

• Una excepci6n parcial era el miniltro de Guerra quien, deapu6a de 1850, era reeponaable en algunos uuntoe ante el Parlamento y en otroe ante Ia Corona. La po­aici6n del miniatro por momentoe ae volvia inaoatenible, y au reaponaabilidad dual contribuy6 a Ia decadencia de au cargo. Ver Gordon A. Greig: TM Politic. of tM J>ru.. sian Arm.,, 1640-1946 (Odord, 1965), pp. 124-1215, 223-225.

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El surgimiento de la profeswn militar

estadistas franceses estaban desgarrados entre el ideal de un cuerpo de oficiales profesional y completamente apolitico, que mantendria una es­crupulosa neutralidad, y el temor de que, si no ejeroan su influencia para asegurar la lealtad de los oficiales de alto rango a su propia ideologia constitucional, el cuerpo de oficiales podia mostrarse poco confiable o in­clusive revolucionario en una emergencia. Si bien en la Restauraci6n St. Cyr intent6 neutralizar al cuerpo de oficiales profesionalizlindolo, los lf­deres aristocraticos del gobierno insistieron en clasificar a los oficiales seglln sus opiniones politicas, purgando a aquellos que consideraban poco confiables y sometiendo al ejercito a la vigilancia de la policia secreta.15 Los nombres de Macmahon, Boulanger, Deryfus, Sarrail, De Ia Rocque, Petain y De Gaulle testimonian el ulterior compromiso constante del cuerpo de oficiales franceses en la politic8. constitucional.

Seroicio universal.y profesiorudisTTUJ

El surgimiento del nacionalismo y la democracia tenia un producto im­portante que estaba estrechamente vinculado con la emergencia del pro­fesionalismo. Era el concepto de la "naci6n en armas" y su corolario de un ejercito nacional, con soldados rasos reclutados a traves del servicio uni­versal de todos los ciudadanos durante un breve perlodo de aiios. El paso en el cuerpo de oficiales del amateurismo al profesionalismo siempre es­tuvo virtualmente asociado con el paso de los soldados rasos desde solda­dos de rarrera a soldados-ciudadanos. Prusia, el primer pais en profesio­nalizar su cuerpo de oficiales, tambien fue el primero en introducir el servicio universal permanente. La ley del 3 de septiembre de 1814 exig{a que todos los prusianos sllbditos sirvieron cinco aiios en el ejercito per­manente (tres en servicio activo y dos en la reserva) y catorce aiios en la milicia o Landwehr. Si bien los terminos de servicio variaban de tanto en tanto, el sistema blisico establecido por esta ley permaneci6 en vigencia basta Ia Primera Guerra Mundial. En Francia, la conscripci6n, que habia sido empleada temporaria y confusamente durante la Revoluci6n y el Imperio, fue prohibida por Ia Carta de Luis xvm. Junto con sus reformas del cuerpo de oficiales, sin embargo, St. Cyr intent6 introducir una forma de servicio universal. La oposici6n aristocratica lo forz6 a transar con una ley por la cual el ejercito era reclutado tanto por el enrolamiento voluntario cuanto por el azar. Se permitian los sustitutos, sin embargo, y, en Ia medida en que la profesionalizaci6n del cuerpo de oficiales se estanc6 a mitad de siglo, Francia volvi6 a un cuerpo de soldados rasos prerrevolu­cionario compuesto por voluntarios de carrera enrolados. S6lo con el se­gwido impulso de Ia profesionalizaci6n posterior a la guerra Franco-Pru­siana, Francia adopt6 el ejercito masivo. Inglaterra, al igual que Estados Unidos, no introdujo Ia conscripci6n en tiempos de paz basta el siglo XX. El triunfo de Pruaia en 1870, sin embargo, llev6 a los britanicos no s6lo a

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El eoldodo y el Eatado

abolir el sistema de compra en el cuerpo de oficiales, sino tambien a dar un paso en direcci6n a un ejercito masivo: reduciendo el perfodo de servi­cio de diez a seis ados y haciendo agotadores esfuerzos por aumentar los enrolamientoe de corto plar.o,ll

En parte, Ia introducci6n simultanea de la conscripci6n y el profesio­nalismo fue una reacci6n paralela a Ia necesidad de seguridad militar. Prusia profesionaliz6 a sus oficiales y enrol6 por conscripci6n a sus sol­dados rasos como consecuencia de su derrota a manos de Napole6n. Los otros pafses europeos adoptaron estos aspectos gemelos del sistema pru­siano en Ia medida en que sus meritos se les revelaron, sea por observa­ci6n o por experiencia directa y desgraciada. Pafses como Gran Bretana y Estados Unidos, que eran geognillcamente mas seguros, fueron lentos en hacer cualquiera de los dos cambios. Ademas, sin embargo, existfa una relaci6n mas directa entre conscripci6n y profesionalismo. Los amateurs aristocniticos podian ser confiables s6lo en Ia medida en que los soldados rasos fueran regulares de larga data. Cuando estos Ultimos se volvieron soldados amateurs, los ejercitos se hicieron mas grandes y fue necesaria una dirigencia mas capaz y experimentada. Se convirti6 en funci6n de los oficiales constituir el centro duro y constante del cuerpo de efectivos mi­litares, ser responsables del avance de la tecnica militar y entrenar al constante tlujo de hombres enrolados a traves de los rangos. El cambio en la naturaleza tanto del cuerpo de oficiales cuanto de los soldados rasos cambi6 sus relaciones con el resto de Ia sociedad. En el ejercito del siglo xvm los soldados rasos formaban un grupo de desclasados aislado y que generabil desconfianza, sin ndoes o conexiones con e1 resto de la sociedad. · Los oficiales, por el otro lado, tenfan una condici6n definida en la sociedad en virtud de su posici6n aristocnltica. En la reversi6n de papeles que tuvo Iugar en el siglo XIX, los hombres enrolados se convirtieron en una secci6n entremezclada de Ia poblaci6n nacional -ciudadanos de coraz6n- y los oficiales pasaron a ser un grupo profesional separado que vivfa en un mundo propio con pocos vinculos con la sociedad exterior. Mientras que el personal enrolado era la parte mas "militar'" del ejercito del siglo XVlli, los oficiales son Ia parte m4s "militar'" del ejercito moderno.

Algunos autores han tendido a subrayar en exoeso la significaci6n que tuvo Ia introducci6n del servicio universal y a descuidar la impor­tancia de los cambios en el cuerpo de oficialesP La victoria de Prusia sobre Francia en 1870 se debi6 tanto a Ia capacidad profesional superior del cuerpo de oficiales prusiano, y especialmente a su estado mayor ge­nel-al, cuanto al car'cter "masivo• del Ejercito prusiano. Al subrayar el paso del viejo "ej6rcito profesionai• al nuevo ejercito •ciudadano• o "ma­sivo", estos comentadores han oscurecido la aparici6n del profesionalismo en el cuerpo de oficiales. Su descuido de este factor los ha llevado a concluir que los ~rcitos masivos inevitablemente implican la gueJTa total y una rivalidad nacional sangrienta de ferocidad ilimitada. La conscrip­ci6n puede, por cierto, producir tendencias en este sentido, pero estan en

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El aurgimiento de la pro(uiOn militar -

parte equilibradas por Ia maestri& moderadora, racional y calculadora introducida en la dirigencia del ej6rcito por la profesionalizaci6n del cuerpo de oficiales.

La emergeneia de las instituciones profesionales, 1800-1875

lngreso y educaciOn inicial

La evoluci6n de metodos profesionales de ingreso pas6 por tres fases: 1) Ia eliminaci6n del prerrequisito aristocnitico para el ingreso; 2) Ia exigencia de un nivel blisico de entrenamiento y competencia profesional y 3) la exigencia de una educaci6n minima general y la oferta de esta educaci6n en instituciones no man~adas por los militares.

·, En Prusia el decreta del6 de agosto de 1808 aboli6las restricciones de clase para el ingreso. Una elaborada progresi6n de exigencias educativas y de eumeq se estableci6 para asegurar la competencia blisica del cuerpo de oficiales. • A pesar de la apertura formal del cuerpo a todos los candi­datos calificados, las consideraciones aristocniticas todavfa seguian siendo significativas. Los regimientos de guanlia de elite por lo general eran ex­clusivamente aristocniticos, las armas tecnicas en gran medida burguesas y las unidades regulares de linea estaban m4s o menos parejamente di­vididas. Los requisitos de postulaci6n por parte de un coronel de regi­miento o, altemativamente, la admisi6n en Ia escuela de cadetes, hadan posible exclwr candidatos sin los antecedentes familiares adecuados. Los no arist6cratas, sin embargo, siempre fueron un elemento sustancial del cuerpo de oficiales; en la reacci6n posterior a 1815 su proporci6n declin6 desde alrededor de la mitad basta alrededor de un tercio del cuerpo en 1860. Desde ese momenta en adelante, su cantidad aument6 lenta y se­guramente basta que lleg6 a ser alrededor de dos tercios del cuerpo en vfsperas de Ia Primera Guerra Mundial. La educaci6n y los requisitos de examen, que se plantearon en 1865, aseguraron una 90mpetenc:ia blisica en todos los oficiales, aristocniticos o burgueses, que era mucho mas elevada que Ia de cualquier otro ejercito europeo.

• Loa paaoa normales dentro de Ia oficialidad para un eatudiante del gimnasio pruaiano, que lea tomabao entre dieciaiete aAoe y medio y veintitris, alrededor de me­clio lliglo, eran: 1) poatulaci6n por parte del corooel de un regimiento; 2) aprobaci6n del eumen general de artea liberalea, 3) seia meses de aervicio en laa filaa; 4) deaigDaci6n como aubtelliente swordlmot (Portepeefllhnrich); 5) nueve meses de entrenamiento en una eacuela de diviai6n; 6) eumen espec:ialaobre teJnaa militares; 7) aceptaci6n por parte de loa oficiales del regimiento; '8) deaignaci6n como tanienta. El grueao de loa estudiantea que aaiatfan a la eecuela de cadetea daban e1 eumen general a la edad de dieciocho o diecinueve aiiOII y luego aegufan el miamo procedimiento de aquelloa que entraban desde el gimnasio. El procW!imiento de ingreeo de Ia Armada alemana a fines de siglo ee model6 aeglln el lliatema del Ej6rcito. Ver Archibald Hurd y Henry Caatl: Gum41l Sea Power (Londres, 1913), pp. 160-164.

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El soldado y el Estado

Los tempranos reformadores prusianos subrayaban Ia conveniencia tanto de la educaci6n general cuanto de la especial para los oficiales. Al comienzo, sin embargo, los dos tipos de educaci6n se mezclaban con una variedad de escuelas y juntas de examen que producian confusi6n. Pero en 1844 una import.ante reorganizacion aument6 los requisitos de educaci6n general y separ6 claramente Ia educaci6n general de la tecnica. La filoso­fia que habfa detras de este cambio era que el reclutamiento para el cuerpo de oficiales deberla hacerse sobre Ia misma base de reclutamiento que regfa para las otras profesiones cultivadas.•

En palabras de un general prusiano:

El primer y gran objetivo de los examenes militares ha sido asegurar un cuerpo de oficiales liberalmente educado (ein gebildetes Offiziercorps), no, sin embargo, educado en exceso (iibergebildetes); el segundo objetivo ha sido ase­gurar un cuerpo de oficiales profesionalmente educado (ein berufgebildetes Offiziercorps).1•

A los futuros oficiales se les exig{a o que se graduaran del gimnasio y recibieran el certificado de adecuaci6n para Ia universidad o, en ausencia

• Henry Barnard: Militm:Y &h.ools and Courses of IMtruction in the Sc~nu and Art of War (Filadelfia, 1862), pp. 291-292, resumfa Ia teoria de las reformas de Ia ai­guiente manera:

"1. La profeai6n militar, al igual que las dem&e, exige una educaci6n escolar ge­oeml pensada de manera general para cultivar Ia mente, diferente de Ia educaci6o especial y profesional ulterior para Ia cual Ia anterior ea necesaria como trabajo de campo.

"La primera ae compulaa en un eumen para el Swordk.not, Ia segunda en el examen de oficiales.

"2. La educacion preparatoria nec.esaria para un candidato a un Swordknot estA en funci6n de las escuelas comunes del pais ...

"3. El entrenamiento previo necesario no a6lo Je da al candidato una base mAs segura para au ulterior educaci6n militar, sino, por ser el trabajo de campo para todas laa profesiooes, lo deja luego en libertad para cultivar el conocimiento especial neceaa­rio para cualquier profesi6o que puede elegir.

"4. Laa escuelas de diviai6n estan libres de un curso mUltiple de i!llltrucci6n en las cieociaa escolasticas, una tarea que va mae allA de au poder; el resultado de eato es que Ia mayoria de los eerolares eataban poco ava.nzadoe en Ia educaci6n general y formal y apenas basados de forma superficial en loa elementos de las ciencias profeaionales, mientraa que paaaban aiios en aer reclutadoe para un examen, en Iugar de ser educa­dos para Ia vida.

"5. Si las eacuelas de diviai6n tienen un plantel capaz de maestros militares, pueden dar una buena educaci6n profeaional.. .

"6. Por la cantidad de educaci6n liberal neceaaria en el exameo para el Swordlmot, a los amigos de aquellos destinados a Ia profesi6n militar se lea advierte que les ofrezcan una educaci6n igual a Ia recibida por loe miembros de otraa profesiones ... •.

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El surgimiento de la profesi6n militar

de ello, que pasaran un riguroso examen general de seis dias, diseii.ado no tanto para probar el conocimiento factual del estudiante cuanto su capa­cidad intelectual y su habilidad analities. Alrededor de dos tercios de los oficiales venian del gimnasio y otras escuelas que preparaban a los estu­diantes para todas las ocupaciones de Ia vida, mientras que los restantes salian principalmente de las casas de cadetes mantenidas por el Estado para los hijos de anteriores oficiales. Los estudiantes entraban en las es­cuelas de cadetes a Ia edad de diez u once aiios, o entre quince y dieciseis. Si bien los cadetes estaban sometidos a disciplina militar, virtualmente toda Ia instruccion era relativa a temas de artes liberales. El manejo de escuelas preparatorias generales por parte del Ministerio de Guerra vio­laba, por cierto, el principia de la competencia profesional especializada; la educaci6n general ofrecida en las escuelas de cadetes era inferior a la de los gimnasios y los mismos lfderes militares prusianos estaban divididos en cuanto a la conveniencia de mantener las casas de cadetes. La capacidad tecnica de los oficiales prusianos estaba asegurada al exigirles a todos los ingresantes, excepto unos pocos de los estudiantes sobresalientes de las casas de cadetes, que sirvieran seis meses en los rangos de enrolamiento, asistieran a una escuela de division durante nueve meses para recibir entrenamiento tecnico-militar y luego pasaran el examen de oficiales sobre temas tecnicos militares.

En Francia, Ia Revoluci6n borr6 las limitaciones aristocr8.ticas sobre el ingreso. Nunca mas el origen fue un prerrequisito formal para una comi­si6n militar. Durante la Restauraci6n bubo una fuerte presion para que se volviera a las viejas costumbres, pero St. Cyr tuvo exito en establecer con firmeza el principia de que el ingreso deberla darse s6lo por competencia a partir de las escuelas militares y de los rangos. Similares patrones se establecieron para la Marina. A lo largo de todo el siglo XIX ambas nor­mas tuvieron una elevada, si bien variada, proporci6n de oficiales aristo­craticos. Este becho, sin embargo, reflejaba mas el interes predominante entre las familias aristocraticas por una carrera militar que cualquier desvfo en su favor de los requisitos de ingreso.

La ley de St. Cyr y Ia legislaci6n ulterior establecieron que entre uno y dos tercios de los oficiales deberian venir de las escuelas militares y los restantes de los rangos de oficiales no comisionados que tuvieran por lo menos cuatro anos de semcio. Los "privados con rayas" promovidos de los rangos a menudo no eran conscientes de Ia diferencia en responsabilidad y deberes entre los oficiales comisionados y no comisionados y contribuian poco al nivel intelectual del cuerpo de oficiales. Aquellos oficiales que in­gresaban desde las escuelas militares pose(an por contraste tanto una educaci6n general cuanto tecnica buena. Hab(a tres instituciones de ins­trucci6n profesional. La Ecole Polytecbnique (fundada en 1794) dotaba al Ejercito de sus oficiales de artilleria e ingenierfa y a Ia Marina de oficiales de artilleria, arquitectos navales y otros especialistas tknicos. La Escuela Militar Especial para entrenar oficiales para caballerfa e infanteria se

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El110ldado y el Etdado

establecio en Fontainebleau en 1803 y se transfirio a St. Cyr en 1808. Las escuelas navales se organizaron en Brest y Toulon en 1810 y en 1816 se unieron en una sola instituci6n que pas6 a establecene en Brest en 1827. El ingreso en todas estas escuelas era por medio de un examen competi­tive, con los candidatos que habitualmente tenfan entre dieciseis y veinte aiios para el Instituto Politecnico y St. Cyr y entre catorce y dieciseis para la escuela naval. En Ia mayorfa de los casos, sin embargo, se suponia que los candidatos habfan completado el curso habitual del liceo. Para los france.ses todavfa mas que para los prusianos, se suponfa que los oficiales habfan pasado por las escuelas secundarias normales del pais. La Unica excepci6n era el Prytanee Militaire, la tinica escuela realmente prepara­toria militar de Francia, que cada aiio enviaba a un limitado ntimero de hijos de oficiales a los colegios militares. El curso en St. Cyr y en Ia Eco­le Polytechnique duraba dos aiios. El curriculum en St. Cyr inclufa en el primer aiio sobre todo temas cientfficos y en el segundo temas principal­mente militares. En Ia Ecole Polytecbnique Ia instruoci6n era casi exclu­sivamente cientffica y tecnica, con un solo curso aislado sobre arte militar y topografia. Los estudiantes de Ia escuela naval estudiaban temas gene­rales y profesionales durante dos aiios en Brest y luego pasaban un aiio de instrucci6n pnidica a bordo de un buque de entrenamiento. 111

Las prohibiciones aristocr,ticas al ingreso prevalecieron durante mu­cho mas tiempo en el Ejercito britanico que en las fuerzas armadas fran­cesas y prusianas. La primera ruptura en el sistema de compra (aparte, por cierto, de los artilleros e ingerieros) se produjo con el establecimiento del Colegio Militar Real de Sandhurst en 1802. Era necesaria la postula­ci6n por parte del comandante en jefe para entrar en esta instituci6n, pero los graduados recibian su comisi6n sin compra. En Ia mitad del siglo se hicieron esfuerzos para ampliar los caminos de ingreso que no exigieran compra. Pero no fue basta Ia abolici6n de todo el sistema en 1871 que las calificaciones aristocr,ticas dejaron de tener un Iugar formal en los re­quisitos britanicos de ingreso. * En Ia Armada britanica el ingreso como "servidor del capitan" se aboli6 en 1704. Los "voluntarios de primera clase" que se instituyeron. sin embargo, todavfa eran designados por los capitanes de barco. La aprobaci6n por parte del Almirantazgo de estas designaciones pas6 a ser necesaria a partir de 1833, y se instituyeron examenes en 1838-39. En 1848 los poderes de los capitanes se restringieron alin mas, y en 1870 se introdujo un sistema de "competencia limitada• en el cual dos postulaciones preliminares se hadan para cada designaci6n. La eliminaci6n del patronazgo en el ingreso naval britanico, en consecuencia, avanz6 mas

• De las primeru 4.003 designacionea en el Ej4rcito entre 1860 y 1867, 3.167 fueron por oompra y 836 ain oomprL r.. oposici6n a laa ezigenciall educativas para Ia oficialidad fue bien expresada en Ia d6cada de ~850 por el Duque de Cambridge, quien atac6 el sistema prusiano e insiati6 en que por contraate el "oficial britlinico deberia aer un caballero primero y luego un oficial". Citado en Roy Lewis y Angus Maude: Profes· sional People (Londres, 1953), p. 31.

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El aurgi.m.iento de Ia profeaiOn militar

o menos al mismo paso que Ia eliminaci6n de Ia compra del ingreso al Ejercito de dicho pafs.liO

Con el establecimiento del Colegio Militar Real en 1802, Ia reorgani­zaci6n y expansi6n de Woolwich en 1806 y el cambio de la academia naval al Colegio Naval Real en ese mismo aiio, Gran Bretana pas6 a tener ins­tituciones adecuadas de educaci6n profesional preliminar. La asistencia a tales escuelas, sin embargo, no se exigfa en el caso de todos los oficiales. Ademas, DO se hab{a hecho lo necesario para proveer una educaci6n ge­neral. Los estudiantes entraban en Woolwich y Sandhurst desde escuelas publicas, pero Ia escuela publica britanica no ofrecia una educaci6n com­parable con el gimnasio o el liceo. El Almiranta.zgo, mas aun, habia ad­herido a una politica de •agarremoslos j6venes", enrolando futuros oficia­Jes navales a las edades de doce y catorce aiios. Consecuentemente, si el oficial naval querla tener una educaci6n general, tenia que obtenerla del Almirantazgo. Desde 1806 basta 1837 se hizo un esfuerzo por ofrecerla en el Colegio Naval Real de Portsmouth. En 1837, sin embargo, se cerr6 el colegio y Ia educaci6n general se envi6 al mar, ya que los cadetes navales te6ricamente eran educados por maestros a bordo de barcos en navegaci6n. En la pnctica concreta, el entrenamiento en el mar era casi totalmente pnctico y tknico. En 1857 se termin6 con este sistema y se estableci6 un barco de entrenamiento en Dartmouth, donde los cadetes entre doce y catorce aftos recibian dos aiios de instrucci6n antes de ir al mar. En 1886 un comite especial inst6 al Almirantazgo a asegurar "un mayor grado de inteligencia y una educaci6n general mejor-, fuera ofreciendo el mismo una educaci6n general o demorando el reclutamiento de oficiales basta que tuvieran terminada Ia escuela secundaria. En 1903 Ia escuela naval de Osborne se reorganiz6 en un esfuerzo por ofrecer la primera de estas al­ternativas y diez aiios mas tarde tambien se adopt6 el segundo curso de acci6n permitiendo un ingreso especial desde las escuelas publicas.21 Asi, alrededor de cien afios despues de que se exigiera tanto una educaci6n general cuanto especializada para los oficiales del Ejercito prusiano, se convirtieron en obligatorias para los oficiales de la Armada britanica.

Pro moe iOn

El establecimiento de patrones profesionales para el ingreso en el cuerpo de oficiales fue sucedido por el establecimiento de patrones profesionales para la promoci6n dentro del cuerpo. En general, el nuevo sistema de promoci6n adopt6la forma de promoci6n por &.Q.tigiiedad atemperada porIa selecci6n.

En Prusia, Scharnhorst introdujo la idea de los exAmenes como un prerrequisito de Ia promoci6n y subi6 Ia paga de los oficiales para dismi­nuir su confianza en el ingreso extemo. Los oficiales capaces eran pro­movidos r'pidamente en el Cuerpo de Personal General. A pesar de Ia falta de reglas formalizadas, la influencia y el favoritismo jugaron s6lo un

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A

El «JldaJo y el E.tado

papel menor en Ia promocion de los oficiales. La promocion al rango de capitan generalmente seguia Ia antigiiedad, si bien los oficiales extraor­dinariamente capaces, en especial aquellos que se habia presentado para el Estado Mayor General o para la Oficina del Ayudante General, podian ser promovidos mils rapidamente. Por encima del grado de capitan, la promocion se bacia dentro del arma o cuerpo y se seguia con mas rigidez la antigtiedad. Un oficial que era pasado por alto, cuando era su turno de promocion por antigi.iedad, se esperaba que renunciara. La mayorla de loa oficiales pod{an esperar que los promovieran en su momenta al rango de mayor, mientras que Ia gran criba se producla en las promociones de dicho puesto al coronelato. Los examenes se utilizaban como guia para eliminar oficiales en los ingenieroa y Ia artilleria de a pie.

La ley francesa de 1818 era un osado intento por excluir a los ele­mentos no profesionales de Ia promocion. Exigia que dos tercioa de todas las promociones basta el rango de teniente coronel fueran por antigiiedad. El tercio restante de las promociones en los rangos mas bajos y todas las designaciones de coroneles y oficiales en general eran por seleccion. La ley, sin embargo, confiaba demasiado en la antigi.iedad, exig{a terminos muy largos de servicio en los grados inferiores y no impedia totalmente el fa­voritismo aristocratico. Todo el sistema fue revisado por Ia Monarqwa de Julio en 1832. El tiempo necesario en cada grado antes de Ia promocion se redujo significativamente, y la proporcion de designaciones a mayor de­terminadas por antigtiedad se redujo de dos tercios a la mitad. Mas sig­nificativamente, esta ley merecio el titulo de "Carta del Ejercito" porque le garantizaba al oficial su rango excepto en casos de mal comportamiento castigado por corte marcial. Se desarrollo un elaborado sistema de reco­mendaciones para Ia promoci6n, en el cual se trazaban listas de oficiales elegibles para la promocion anual en cada arma, y a partir de las cuales actuaba el inspector general o un comite de oficiales de alto rango. En 1851, se introdujo un esquema abarcador y regularizado de pensiones de jubilaci6n. Hacia mediados del siglo XIX existfan regulaciones formales para Ia promoci6n profesional en el Ejercito frances. En Ia practica con­creta, sin embargo, el sistema todav{a estaba sometido a ciertas deficien­cias y abusos.

Las condiciones eran en cierta forma similares en la Marina francesa. La promoci6n de un grado al siguiente exigia entre dos y cuatro aiios de servicio en el grado inferior y en ciertos casos experiencia de mando. Del grado mas bajo basta capitaine ck {regate (capitan de fragata) la promo­cion era tanto por antigiiedad cuanto por selecci6n; por encima de este grado, por selecci6n solamente. En el ultimo cuarto del siglo XIX la des­aparici6n de las oportunidades de promoci6n producida por el Iento retiro de los oficiales mlis antiguos llevo al uso generalizado del nepotismo y el favoritismo para conseguir los pocos cargos disponibles. Mientras que bajo el Imperio el merito habfa prevalecido en general, en los primeros aii.os de la Tercera Republica la influencia era esencial. La situaci6n eventualmente

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El surgimiento de Ia profeswn militar

se volvi6 tan extrema y la crltica periodistica de las capacidades aparen­temente extraordinarias de los hijos de almirantes y ministros tan fuerte, que todo el sistema fue revisado en 1890. El Consejo del Almirantazgo que habfa existido desde 1824 y que se habfa convertido en foco de favoritismo fue abolido y se instituy6 un sistema de generales inspectores para de­terminar aquellos oficiales merecedores de promoci6n.22

Solo lentamente durante el siglo XIX la politics y la compra se eli­minaron de Ia Armada britanica. El primer paso bacia la restricci6n de Ia pol!tica se dio en 1794 cuando se estableci6 el cargo de comandante en jefe. El nuevo cargo le dio al ejercito una cabeza militar profesional considerada como exterior a la zona de la politica partidaria. Gradualmente este jefe militar asumi6 las designaciones y la disciplina de manos de ministros civiles mas vulnerables politicamente. En 1861 el comandante en jefe re­cibi6 la responsabilidad completa por el mando, Ia disciplina y las desig­naciones del ejercito, sometido s6lo al control general de Ia Corona sobre el gobierno de las fuerzas armadas y la responsabilidad del secretario de Estado de Guerra para el ejercicio de la prerrogativa real. Para asistir al comandante en los nombramientos, cada oficial general debfa remitir in­formes semestrales sobre sus subordinados. Alrededor del mismo momenta, los examenes se hicieron obligatorios para Ia promoci6n de los oficiales de menor rango y el completamiento exitoso del curso del Colegio del Estado Mayor se convirti6 en un prerrequisito para entrar en servicio en los cuarteles generales.

Un verdadero sistema de promoci6n profesional era imposible en el Ejercito britanico en Ia medida en que existiera Ia compra. Hacia 1856 una capitama costaba aproximadamente 2.400 Iibras y una capitan{a de fragata 7.000. El pago sumamente bajo a los oficiales no habfa sido aumentado desde el reinado de Guillermo III y los ingresos indepen­dientes eran sin duda esenciales para una carrera militar. Las criticas a esta situaci6n no faltaban. Lord Grey en 1846 hizo un vigoroso ataque a ella y formulo un programa de reforma sagaz. En 1850 una Comisi6n Real, de igual forma, adopt6 el sistema. Sin embargo, la oposicion a la reforma siguio siendo fuerte. La compra, se seflalaba, aseguraba Ia lealtad del ejerdto al Estado, asegurando que aquel estaria controlado por los mismos intereses de propiedad que dominaban al segundo. Los controles sociopolfticos directos eran preferidos a la confianza en un sentido de responsabilidad profesional. Los conservadores tales como el Duque de Wellington condenaban vigorosamente las propuestas de sus­tituir un "ejercito mercenario" por uno conducido por "hombres de for­tuna y carlicter, hombres que tienen alguna conexi6n con los intereses y la suerte del pais, ademlis de las comisiones que cumplen para Su Mlijestad•. El fantasma del Nuevo Ejercito Modelo todav{a obsesionaba la mente de los soldados y hombres de Estado britanicos doscientos aftos despues de Ia Restauraci6n. SOlo el ejemplo de Ia eficacia superior de la maquina militar prusiana en la guerra con Francia le permiti6 a Lord

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El soldado y el Eatado

Cardwell asegurar Ia abolici6n de Ia compra en 1871. Aun entonces persistian muchas criticas a la idea de un ejercito "profesional", y Cardwell tuvo que subrayar que:

. . . si hay una lecci6n que bemos aprendido de la historia de la ultima campaiia, es esta: que el secreto del exito prusiano se ha debido mas a la educaci6n profesional de los oficiales que a cualquier otra causa a la cual pueda adscribirse. Ni la gallardia ni el berofsmo valdnln mucho sin entrenamiento profesional ... 23

Con renuencia, el Parlamento concedi6 que Moltke podia ser una amenaza mas grande que Cronwell y autoriz6 al gobierno a comprar las comisiones de sus oficiales e instituir un sistema de promoci6n basado en la antigUedad y la selecci6n seg6n e1 mmto.

La promoci6n profesional tuvo un camino mas facil en Ia Armada britinica que en el Ejercito. La politica en gran medida se habia eliminado a comienzos del siglo XIX. MAs alin, no habia sistema de compra. Para Ia Ultima parte del siglo un esquema eficaz de retiro se habfa introducido y despu6s de 1860 todas las designaciones se bacfan sobre la base del "rango" mas que sobre el "cargo". Los marinos de rango intermedio y los subtenientes eran promovidos por examen, los tenientes y los comandantes por selecci6n y todos los dem.As por antigiiedad.

Educacwn

En la medida en que la ciencia de la guerra aument6 en aleance y com­plejidad, las instituciones para su estudio avanzado se volvieron cada vez mas necesarias. Prusia reconoci6 esto mucho antes que cualquier otra potencia, y en 1810 Scharnhorst estableci6 Ia famosa Kriegsakademie en Berlin. Esta escuela estaba pensada para ser una universidad militar de altos estudios en la ciencia de Ia' guerra. Se admitia a los oficiales despues de cinco aiios de servicio, certificaci6n de sus oficiales superiores de que habian desempeiiado sus deberes de forma competente y la aprobaci6n de un examen de diez dfas de duraci6n. Generalmente se elegian cuarenta de sesenta o setenta candidatos por ano. Los temas que se aigfan incluian tactica, historia militar, ciencia de las armas, fortificaciones permanentes y de campo, administraci6n y economia militar y polftica, matematica, artilleria, geografia especial y geologia, deberes de oficina y jurisprudencia militar. Alrededor de la mitad del trabajo academico era a elecci6n y el oficial podia elegir entre historia universal, geografla universal, l6gica, fi­sica, qufmica, literatura, alta geodesia, alta mate!Mtica, frances y ruso. El equipo incluia t.anto instructores militares cuanto civiles, y Ia escuela po­seia una hiblioteca excelente.

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El aurgimiento de la pro(eawn militar

La Academia de Guerra era la instituci6n focal del profesionalismo prusiano. En su debido curso, la asistencia a Ia Acadeniia se convirti6 en un pren-equiaito para ellogro de un alto rango o uno de loa tan cocliciados cargos en el Estado Mayor General. Durante un largo tiempo Ia Academia fue la unica instituci6n de este tipo en Europa. Una medida de su impacto es la estimaci6n de que, en 1859, alrededor del 50 por ciento de la bibliografia militar de Europa se producia en Alemania.u En la Academia de Guerra, al igual que en las escuelas inferiores, el gran enfasis era en el desarrollo de una comprensi6n general y una capacidad teOrica amplia por parte de los estu­diantes mas que en un conocimiento factual detallado reducido a Ia memo­rizaci6n. Los observadores extran,jeros se maravillaban ante el enfasis en alentar -m confianza en si mismo" y el cuidado consagrado a "los objetivos mas elevados de la educaci6n, para formar y disciplinar la mente y alentar bAbitos de reflen6n" .26 Juzgado por los patrones de la modema teoria edu­cativa, el sistema educacional militar prusiano debe haber estado entre los m8s avanZ&!ios de Europa -en lo civil y lo militar- durante el siglo XIX.

Francia, al igual que Prusia, estableci6 un conjunto de escuelas espe­cializadas avanzadas durante la primera parte del siglo XIX. Los franceses, sin embargo, no tenia nada comparable a la Kriegsakademie. La unica instituci6n que se aproximaba remotamente era }a escuela del estado mayor (Ecole d'Application d'Etat Major) establecida por S. Cyr en 1818. El ingreso estaba limitado a un pequefto nlimero de los mejores estudiantes de St. Cyr y de Ia Ecole Polytechnique y a subtenientes en servicio activo. Todos los candidates tenian que aprobar un riguroso examen de temas militares. El curso de estudio era de dos aiios de duraci6n y era mucho mas estrecho en su enfoque y elemental en su naturaleza que el curricu­lum en la Kriegsakademie. La asistencia a la escuela era, sin embargo, necesaria ~ ser designado en el Estado Mayor General. Al igual que otras instituciones propias del profesionalismo frances, la escuela del es­tado mayor no hizo mucbos avances durante el curso del siglo. Como lo seiial6 el agregado militar frances en Berlin en la decada de 1860, todas las instituciones educativas militares francesas eran s6lo "escuelas agri­cola&" cuando se las comparaba con la Kriegsakademie.26

Despues de la derrota de 1871, los oficiales franceses empezaron a organizarse informalmente para su propia autoeducaci6n militar tanto cuanto lo babfan hecho los oficiales prusianoa en 1807. En 1874 el gobierno design6 una comisi6n para estudiar Ia conveniencia de una academia de guerra y en 1876 se estableci6 un curso especial para altos oficiales en la escuela de estado mayor. Finalmente, en 1878, se fund6 una verdadera academia de guerra, Ia Ecole Militaire Superieure. El ingreso a esta es­cuela era por media de un examen competitivo y se les ofreda un curso de dos aiios a los capitanes y tenientes destinados a los altos mandos Y a cargos en el estado mayor. Si bien la Ecole luego tuvo sus altos y bajos, Ia educaci6n militar francesa desde entonces lleg6 a un nivel mucho mas alto que el que habfa tenido antes de 1870.27

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El 110/dado y el Estado

En Gran Bretaiia las instituciones de educaci6n militar se quedaron retrasadas respecto de las de Francia. En 1799 el Duque de York habia abierto una escuela especial con el fin de educar oficiales para el estado mayor. En 1802 bta se reorganiz6 como el Colegio Militar Real, convir­tiendose el curso de estado mayor en el Departamento Superior del Cole­gio. El Departamento Superior jug6 un papel relativamente pequeno en Ia vida militar britanica hasta 1857, cuando se lo separ6 y estableci6 como un Colegio de Estado Mayor separado. Inclusive entonces no estaba a la par de la Academia prusiana y no fue basta mucbos aiios despues que el Ejercito britanico tuvo una escuela verdaderamente avanzada y de alto nivel en lo m.ilitar. Los com.ienzos de Ia educaci6n naval elevada se dieron en 1837, cuando el Colegio Naval Real de Portsmouth se reorganiz6 como escuela avanzada. En 1873 este colegio se mud6 a Greenwich y se convirti6 en el centro de instrucci6n de alto nivel de Ia Armada britanica con el fin de educar oficiales que superaban a los marinos medios "en todas las ra­mas del estudio te6rico y cientifico importantes para su profesi6n".28

Estados mayores

La primacfa de Prusia era especialmente evidente en el desarrollo de un estado mayor profesional. El estado mayor general prusiano data exacts­mente del 25 de noviembre de 1803, cuando el Rey orden6 Ia reorganiza­ci6n del estado mayor de aprovisionamiento del lntendente General exis­tente para que se convirtiera en un verdadero estado mayor general. An­tes, en 1800, el general von Lecoq habia llevado adelante algunas reformas prelim.inares, pero el perfil basico de un estado mayor general en terminos modernos y profesionales se encuentra por primera vez en los memorandos escritos por el coronel von Massenbacb en 1802-1803, que slrvieron como Ia base para la directiva real de ese aflo. Por esta orden los oficiales eran designados para el estado mayor s6lo despues de haber pasado un examen especial y eran rotados ulteriormente entre cargos en el estado mayor y deberes de regimiento. Los deberes del Estado Mayor General se dividian en dos categorlas: deberes permanentes que implicaban el desarrollo de los principios fundamentales de las operaciones m.ilitares y deberes especiales que implicaban problemas m.ilitares babituales y Ia preparaci6n de planes de guerra.

El Estado Mayor General nunca tuvo oportunidad de funcionar efi­cazmente antes de la derrota de Prusia a manos de Napole6n. En 1808, sin embargo, Scharnhorst reorganiz6 el estado mayor, redefini6 de forma mu precisa sus deberes, instaur6 la divisi6n entre el Gran Estado Mayor General de Berlin y el Estado Mayor General de Fuerzas de Tierra, vin­cul6 Ia obtenci6n de cargos en el estado mayor con Ia Kriegsakademie e instituy6 los comienzos del sistema de comando dual por el cual los ofi­ciales del estado mayor compartian la responsabilidad de los comandantes.

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El surgimiento de Ia pro(esi6n militar

Despues de Ia caida de Napole6n, el Estado Mayor General sigui6 ejer­ciendo en tiempos de paz las funciones que antes hab£a ejercido en Ia guerra. A lo largo del siglo XIX, el Estado Mayor General tendi6 a ser Ia plaza fuerte del profesionalismo prusiano. En Ia primeras decadas tuvo que lucbar por su Iugar y reconocimiento tanto contra el Ministerio de Guerra cuanto contra el Gabinete Militar, que tendfa a ser el centro de la reacci6n aristocratica. Bajo elliderazgo de von Moltke, sin embargo, quien se convirti6 en su jefe en 1857, el Estado Mayor General rapidamente adquiri6 preeminencia. La maestria cientifica y racional de Moltke se convirtieron en el ideal dom.inante del cuerpo de oficiales aleman. Desde Ia decada de 1860 en adelante, servir en el Estado Mayor General era el deber mu codiciado del Ejercito aleman. La raya rojo-vino en los panta­lones de los oficiales del Estado Mayor General se convirti6 en el sfmbolo de una nueva elite dentro del cuerpo de oficiales, Ia ~ de Ia profesi6n, lo cual implicaba los patrones m4s altos de conocimiento, competencia y devoci6n al deber. Para el oficial del Estado Mayor General, mucho m4s que para cualquier otro miembro del cuerpo de oficiales, todo lo demas estaba subordinado a los requisitos del seiVicio profesional. "Siempre sean mas que lo que parecen", era el mandata de Moltke a sus oficiales del estado mayor. Medio siglo despues von Seeckt resumi6 Ia tradici6n en Crases agudas:

La forma cambia, pero el espiritu sigue como antes. Es el espfritu de la devoci6n silenciosa y abnegada al deber en el servicio del Ejercito. Los oficiales del Estado Mayor General permanecen an6nimos.21

Probablemente el aspecto m4s revolucionario del sistema prusiano fue su suposici6n de que el genio era superfluo e inclusive peligroso, y Ia confianza debia depositarse en hombres promedio que habian llegado al exito por medio de la educaci6n superior, Ia organizaci6n y la experiencia. Este enfoque, por un lado, subordinaba al individuo a Ia voluntad colectiva y la inteligencia del todo y sin embargo garantizaba al individuo una amplia libertad de acci6n en la medida en que permaneciera en su nivel adecuado y dentro de su esfera de responsabilidad. Era la antitesis de la teorla del siglo xvm del genio militar. Los observadores ingleses del sis­tema prusiano se sentian impresionados por la ausencia de la obediencia esclavista y mecanica a los superiores caracterlstica de otros ejercitos y el nivel basta el cual cada oficial desempenaba su funci6n particular sin intervenir en los deberes de los otros.30

En Francia, en 1800, el general Paul Tbiebault public6 el primer manual de estado mayor del periodo moderno. En Ia prActica concreta, Berthier, el jefe del estado mayor de Napole6n, desarroll6 una organizaci6n del estado mayor general rudimentaria, si bien toda su estructura y su funcionamiento estaban coloreados por la capacidad y el genio de Napole6n

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El1101Jado y el Estado

y por la pequefiez y celos de Berthier. Durante la Restauraci6n, St. Cyr estableci6 tanto un cuerpo de estado mayor cuanto una escuela para en­trenar oficiales para el, pero no un estado mayor general en s{ mismo. Los miembros de este cuerpo eran empleados como oficiales con mando de tropa, en el Ministerio de Guerra y otros cuarteles administrativos, como agregados militares en pafses e:xtranjeros y como instructores en las es­cuelas militares mas altas. No habia, sin embargo, nada parecido a un "Gran Estado Mayor General" con una existencia aut6noma en el Minis­terio de Guerra, tampoco habfa un jefe del estado mayor. En consecuencia, la educaci6n y el trabajo de los oficiales del estado mayor careclan de fin y de foco. Despues de 1831, el cuerpo del estado mayor se volvi6 cada vez mas un servicio estrechamente tecnico preocupado por el dibujo y la to­pografia. El desarrollo del estado mayor frances tambien se vio entorpecido por la continuidad del concepto del siglo XVlli. reforzado por las guerras napole6nicas y africanas, de que el oficial superior era aquel que confi.aba en sus dones naturales innatos mas que en el consejo y la ayuda de e.x­pertos. En general, el nivel de competencia del cuerpo de estado mayor y su capacidad de enfrentarse exitosamente con los problemas que le debe­rian haber correspondido a un estado mayor profesional declinaron len­tamente durante los cuarenta aiios que fueron desde 1830 basta 1870. Para la guerra Franco-Prusiana. el estado mayor frances hab!a alcanzado un punto tan bajo que era ditlcilmente motivo de sorpresa que demostrara no ser en ningtin senti.do equiparable a su contraparte alemana.11

Durante sus gue:rras continentales, Wellington desarrol16 un estado mayor eficaz para el Ej&cito britanico. Con el logro de la paz, sin embargo, el estado mayor britanico mas o menos se desintegr6, y a traves del siglo XIX Gran Bretafia no tuvo un estado mayor general en el sentido moderno de la palabra. El desempeiio inepto del ejercito en Ia Guerra de Crimea tuvo como consecuencia algunos pasos bacia la reconstrucci6n de un estado mayor, pero el Unico resultado perdurable fue Ia creaci6n del Colegio de Estado Mayor en 1857. El unico estado mayor del Ejercito Britanico eran los departamento& de asistencia general y de intendencia: no habfa ningUn verdadero estado mayor que se preocupara por operativos militares e in­teligencia militar: el dominio de la estrategia y la t.Actica frente a Ia ad­ministraci6n y Ia provisi6n. Esta deficiencia no se super6 basta la prime­ra decada del siglo XX, cuando el trabajo de entusiastas tales como Spenser Wilkinson, combinado con las enseiianzas de Ia guerra de los Boer, prod~o una reorganizaci6n del ejercito. En 1904, se cre6 un Consejo del Ejercito, y se instituy6 la posici6n de jefe del Estado Mayor General. Unos pocos llfios mas tarde esto se ampli6 para ofrecer cooperaci6n militar a los dominios a traves del Estado Mayor General Imperial.=

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El 1urgimiento ck la pro(elwn militar

Competencia y espUitu

La valoraci6n de la competencia profesional y del esprit entre los oficiales inevitablemente retlej6 Ia medida basta la cual se habian introducido las instituciones profesionales. lnglaterra sigui6 siendo la mas retrasada de las tres potencias mayores. La maestria de sus l!deres militares se vefa severamente afectada por las consideraciones aristocraticas y sociales que seguian importando en su cuerpo de oficiales basta el siglo XX. Como uno de sus generales lo seiial6, el Ejercito ingles en 1890 todavia estaba divi­dido entre aquellos que adherian a la tradici6n de Wellington y aquellos que querian "hacer del ejercito una profesi6n•.aa En Francia antes de la guerra Franco-Prusiana los oficiales con inclinaciones profesionales e in­telectuales eran considerados con desconfianza. El individualismo era rampante: el ideal del ejercito del Segundo Imperio era el aristocratico •beau sabreur, un hombre de coreje y audacia sin lfmites pero incapaz de retlexi6n•.34 El recbazo de la actividad intelectual y los confines estrechos y rigidos de los sistemas educativo y de estado mayor eran los elementos decisivos en la derrota a manoa de los alemanes. Despues de las reformas de Ia decada de 1870, e) espfritu profesional se volvi6 predominante den­tro de las fuerzas francesas, si bien todavfa estaba estorbado por la con­troversia ideol6gica en torno de Ia naturaleza del estado frances.

La competencia profesional y el esp!ritu profesional alcanzaron su desarrollo mas pleno en Prusia. La perfecta efi.cacia funcional de los ejer­citos prusianos de 1866 y 1870 se destacan en agudo contraste con la tropezante confusi6n del Ejercito ingles de 1856, los ejercitos norteameri­canos de la Guerra Civil y los ejercitos austrlaco y prusiano que Prusia derrot6. La importancia central de las escuelas militares y el papel central del Estado Mayor General le dieron al Ejercito prusiano una corriente intelectual ausente en otras fuerzas. Como un observador ingles comento tristemente en 1859:

El hecho de que Ia educaci6n sea la meta y el fin total del oficial prusiano es una intluencia poderosa que lo lleva a perfeccionarse en su profesi6n; y la certidumbre de la promoci6n a traves del merito, y no por capricho, pone a la totalidad de los oficiales prusianos muy por encima de aquellos que podemos encontrar en el ejercito ingles.36

A pesar de Ia oposici6n de conservadores como Wrangel y Manteuffel, el espfritu del cuerpo de oticiales prusianos se habfa transformado leota­mente desde un espfritu de clase aristocrati.co a un espiritu de casta mi­litar. Despues de mediados de siglo el en.fasis recaia cada vez mas sobre la unidad y camaraderia estrecha de todos los oficiales, al margen de sus

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Elsoldado y el Esta.OO

origenes sociales. La linea se trazaba entre militares y civiles mas que entre burgueses y nobles. La aristocracia del origen habfa sido reempla­zada por Ia aristocracia de Ia educaci6n y el logro. El oficial prusiano era pobre, experto, disciplinado y devoto, parte integral de una comunidad profesional de tejido cerrado. El resultado era un esprit corporativo unico en Europa. En palabras de Ia Comisi6n Educativa Militar Britanica:

La totalidad de los oficiales del ejercito prusiano se con­sideran parte de un solo cuerpo ~1 cuerpo de oficiales­unido por vfnculos y simpatias comunes; el ingreso a este cuerpo se considers a Ia vez como algo que confiere pri­vilegios distintivos e impone deberes peculiares.36

El profemonalismo europeo: el resumen del general Upton, 1875

A pesar de la tenacidad en que incidfan los elementos aristocraticos, hacia 1875 las instituciones basicas del profesionalismo se habian establecido seguramente en las fuerzas armadas de las grandes potencias europeas. Una indicaci6n de este hecho es la descripci6n sumaria de los ejercitos europeos hecha por el general norteamericano Emory Upton ese mismo aiio. Upton habia sido enviado por el general Sherman y el secretario Belknap para estudiar la organizaci6n, tactica, disciplina y educaci6n de los ejercitos de Europa y Asia, con particular atenci6n al sistema militar aleman. En su informe, Upton subrayaba las instituciones profesionales que descubri6 que prevalecfan en toda Europa e inst6 a su inmediata in-troducci6n en el ejercito norteamericano: ·

1. El ingreso en el cuerpo de oficiales s6lo se daba por graduaci6n de una escuela militar o por promoci6n desde los rangos despues de seguir un curso de estudio profesional y pasar un examen calificatorio.

2. La academia de guerra educaba a los oficiales en Ia ciencia avan­zada de la guerra, preparandolos para posiciones en el estado mayor y altos cargos de mando.

3. El estado mayor general exig{a oficiales con "el mas alto entrena­miento profesional". Los oficiales rotaban entre cargos en el estado mayor y cargos de linea.

4. "Para permitirle al gobierno aprovechar los mejores talentos del ejercito, Ia promoci6n rapida, sea entrando en el cuerpo del estado mayor o por selec:cion, se les ofrece a todos loe oficialea que manifiesten un notorio celo y capacidad profesional."

5. Para que el gobierno conozca las calificaciones de sus oficiales, se exigian informes anuales o bianuales por parte de los oficiales al mando,

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El surgimiento de Ia profeswn militar

que mostraran "el celo, aptitud, calificaciones especiales y caracter perso­nal" de sus subordinados.

6. "Loa oficiales se mantienen para el solo beneficio del gobiemo. Si, en consecuencia, 'un oficial es ignorante o incompetente, el gobiemo, por me­dio de infonnes personales y enimenes especiales, puede detener su pro­moci6n y as{ impedir daiios al servicio ... "'7

Formulaci6n de Ia etica profesional: Ia autonom.ia y subordina· ci6n de Ia guerra en el Vom Kriege de Clausewitz

La emergencia objetiva de una complicada ciencia de la guerra y de ins­tituciones profesionales consagradas a dicha ciencia bicieron obsoletas las conc:epciones del siglo xvm de la guerra como un oficio mal definido y del general como un genio natural. Las nuevas condiciones exigfan una nueva teorla que recibi6 su primera formulaci6n abarcadora y explicita en Vom Kriege, de Karl von Clausewitz, publicado p6stumamente en 1831. Signi­ficativamente, Clausewitz habfa sido un ayudante de Scharnhorst y Gneisenau en el trabajo de Ia reforma militar. Escribi6 su libro mientras era director de la Academia de Guerra en los aiios posteriores a 1815. En efecto, el libro ofrecfa la fundamentaci6n intelectual de las reformas en las cuales antes habia participado.

El problema al discutir a Clausewitz y u trablijo es explicar Ia repu­taci6n del primero y la permanencia del segundo. Los comentadores mill­tares han sido virtualmente un8.nimes en saludar a este prusiano de nariz colorada como el pensador militar preeminente de la sociedad occidental -ill Shakespeare o el Goethe de los escritores militares-- y en describir su trabajo como la Biblia de Ia ciencia militar.33 La mayorla de estos co­mentadores ban subrayado las contribuciones de Clausewitz a la evoluci6n de Ia estrategia y la tactica, su comprensi6n y formulaci6n de Ia esencia del metodo napole6nico. La visi6n de Clausewitz de la tactica, sin embargo, hace tiempo que ha quedado superada y su afirmaci6n de los principios de Ia estrategia no es mas distinguida que las de muchos otros pensadores militares. Su contribuci6n significativa se da en un nivel mas alto de analisis y se refiere a la naturaleza propia de la guerra y la relaci6n de Ia guerra con otras formas de actividad humana. Clausewitz no era, por cierto, alguien aislado de las corrientes intelectuales que lo rodeaban. Otros escritores militares estaban orientandose en la misma direcci6n y muchos de ellos anticiparon puntos que se pueden encontrar en De la guerra. Generalmente estos trataban, sin embargo, s6lo aspectos incidentales de los cambios que estaban teniendo Iugar en la naturaleza de la guerra. Clausewitz fue el unico que capt6 y expres6 Ia esencia de esta transfor­maci6n. Por este motivo, merecidamente ocupa. dentro del pensamiento militar, un papel comparable al de Marx en Ia bistoria de la teorla socia­lista: la mayorla de los escritos que aparecieron antes del suyo eran pre-

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El 110ldmlo y el E•tado

liminares, fragmentarios y en consecuencia eran abarcados por su ~o; la mayoria de lo que se escribi6 despues de el era exegetico e interpreta­tivo respeeto del sentido del maestro.

El elemento basico en Ia teoria de Clausewitz es su concepto de la naturaleza dual de la guerra. La guerra es simultaneamente una ciencia aut6noma con su propio metodo y metas y sin embargo una ciencia su­bordinada en tanto que sus fines Ultimos vienen de fuera de sf misma. Este concepto de la guerra es verdaderamente profesional, abarcando como lo bace los aspectos esenciales de toda profesi6n: Ia delimitaci6n de un tema Unico independiente de otros pensamientos y actividades humanas y el reconocimiento de los Umites de este tema dentro del marco total de la actividad y los fines humanos. Clausewitz expresa muchos otros elementos de la etica militar profesional. Pero estos son secundarios. Su contribuci6n . seminar es su concepto de la naturaleza dual de la guerra y el papel del soldado. Dado esto, virtualmente todos los otros aspectos del profesiona­lismo deben necesariamente seguirlo.

Para Clausewitz, la esencia de la guerra, cuando se la considers como una ciencia independiente, como una cosa en sf misma (Krieg an sich~ es la fuerza. •La guerra es, as{, un acto de fuerza para forzar a nuestro adversario a hacer nuestro voluntad. • La guerra en este sentido no permite ninguna limitaci6n. La ciencia de aer general es la ciencia de desarmar o derrocar al enemigo por 1a fuerza. En teoria esto siempre es necesario. En consecuencia, 1a batalla y el derramamiento de sangre no pueden evitarse. "No ae nos hable de generales que conquistan sin derramamiento de sangre." El enfasis de Clausewitz sobre 1a fuerza sin Umites como la esencia de 1a guerra ha llevado a algunos comentadores a suponer que este es el Unico lado de su pensa­miento, que es exclusivamente un glorificador de la violencia sangrienta: Liddell Hart se refiera a Clausewitz como "el Mahdi de 1a masacre masiva y mutua" y "'a fuente de Ia doctrina de Ia 'guerra absoluta',la teoria de la lucha basta el final".st Esto, sin embargo, es una mala interpretaci6n de Clausewitz. S6lo cuando se la considers abstractamente, en teoria, inde­pendientemente de todo lo dem4s, Ia guerra es una violencia sin Umites. En Ia practica, la guerra nunca es un hecho aislado. La fuerza no es un fin en sf mismo. S6lo ae lo justifica cuando se la emplea racionalmente con fines pii­blicos. La guerra siempre esta subordinada a los fines politicos ex:temos que determinan el alcance y Ia naturaleza de Ia violencia que se ha de emplear. Los resultados de Ia guerra nunca son absolutos. "En este sentido todo el campo de Ia guerra deja de estar sujeto a Ia ley estricta de fuerzas llevadas al extremo." Los costos de Ia acci6n militar est8n equilibrados respecto de los fines que se quieren lograr. El objetivo politico de la guerra sigue siendo Ia gu{a a lo largo de toda Ia lucha. La balas simplemente toman ellugar de las notas diplomaticas. En su dicho ID.4s celebrado afirma: "La guerra no es sino una continuaci6n del intercambio politico con una mezcla agregada de otros medios". En resumen, Ia guerra tiene "su propia gram!tica, pero no su propia l6gica".

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El •urgimiento de Ia prore.w" militar

Este concepto de 1a guerra como una ciencia aut6noma y sin embargo instrumental implica una teoria similar respecto del papel del especialis­ta en Ia guen-a. E1 becho de que la guerra tenga au propia gramatka exige que los militares profesionalea eatt\n automados a des&m~llar au maeatrfa en esta gramatica sin interferencias tijenas. La "virtud militar de cualquier ejercito" no se basa en Ia naturaleza de la causa por Ia cual lucha, al igual que la habilidad del abogado no se juzga por la persona de sus clientes. La cualidad natural de un cuerpo militar s6lo puede evaluarse en terminos de patrones militares independientes. Los fines para los cuales el cuerpo militar se emplea, sin embargo, esta fuera de su competencia juzgarlos: "El objetivo politico de Ia guerra realmente queda fuera de la provincia de Ia guerra ... ". La guerra no tiene su propia l6gica y fin. El sol dado siempre debe estar subordinado al estadista. La conducci6n de Ia guerra es res­ponsabilidad del segundo porque "exige una aguda penetraci6n de la po­Htica estatal en sus relaciones mAs altaa".

La subordinaci6n del punto de vista politico ai militar seria irracional, pues Ia politiC& ha creado Ia guerra; la politica es 1a facultad inteligente, Ia guerra a6lo e1 instrumento y no al reves. La subordinaci6n del punto de vista militar ai politico es, en consecuencia, lo Unico poeible.

Un ministro de Guerra no tiene que tener un conocimiento detallado de los asuntoa militares, y los soldados a menudo son malos ministros. El punto de vista militar inevitablemente, por cierto, interactuara con el ob­jetivo politico, y 1a politica debe tomar en cuenta los medios a au disposi­ci6n. Clausewitz expresa 1a advertencia militar ai hombre de Estado res­ped;o de que perciba cuidadoaamente los limites de su fuerza militar al formular metas y compromisos. Pero al final, Ia politica debe predominar. La politica puede, por cierto, "adoptar una orientaci6n errada, y preferir promover fines ambiciosos, intereses privados o Ia vanidad de los gober­nantes", pero eso no le concierne a) militar. Debe suponer que la politica es "'a representaci6n de todos los intereses de Ia comunidad entera•, y obe­decerla como tal. AI formular la primera fundamentaci6n te6rica de Ia profesi6n militar, Clausewitz tambien contribuy6 a Ia primers justificaci6n te6rica del control civil.

NOT AS

1 Ver John U. Nef Ward and HIUfKJil Porgra. (Cambridge, Mass, 1950), pp. 9311ip.; Robert G. Albion: lntrodlu:tion 10 Military Hi6tory (Nueva York, 1929), pp. 9811igs.; John W. Forteecue: A Hitltory o(the British Army (Loodre., 13 vola., 1899-1930), IV, 212-213, V, 223-225; Walter L. Dom: Co~tition for Empire, 1740.1763 (NIUIVa York, 1940), pp. 82-83; Albert Dtuy: L~ Royale en 1789 (Parle, 1888), pp. 26-34; Curt Jany: Gachich~ do KfmiiJlich PreU&BiM:hen Armn (Berlin, 4 vola., 1928-1933), I, 679-699, Ill, 60~. 435· 449; Herbert Roainaki: T'M German Army (Londrea, 1939), pp. 17-19.

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El soldado y el Estado .

• Para Ia referencia al ejhcito frances, ver Duruy: L'Arm.ie Royale, pp. 81, 87 sigs.; Louis Tuetey: Les Offu:iertJ sous L'Ancien Regime: Noble11 et Routuriers {Paris, 1908), passim; Spenser Willtinaon: The French Army Before Napokon {o.dord, 1915), pp. 86 aigs., 92-93, 101; R. Qu~ de Vemeuil: L'Armk en Fraru:a <kpuu Charles VII jusqu'6 la Ro!uolution (Paris, 1880), p. 261; Edgard Bourtaric: Institution11 Militaries de la F~e (Paris, 1863), pp. 413-451. Para Ia mo~acion que subyace a utilizar a! ejercito como un medio de subeidiar a Ia nobleza, ver Herny Guerlac: "Science and War in the Old Regime" {Teeis de doctorado, Harvard Univ., 1S.l), pp. 251-254. El cuerpo de ofi­cialee navales regulares frances era, a! igual que el Ejercito, un monopolio de Ia aria­tocracia. Dom: Competition for Empire, pp. 117-118. Para Ia referencia al Ejercito Prusiano, ver Karl Demeter: Das DeutscM Heer und &inA 0/fiziere {Berlin, 1935), pp. 6-8, 11-13; Jany: Preussi4cMn Armo!e, I. 724-728, II, 219-222, III, 34-37, 420; Felix Priebatsch: lh.schichte detJ Preussi4cMn Offizierlwrps (Breslau,l919), p. 13; Rosinski: Chrrnan Army, pp. 30-35; Hans Speier: "Militarism in the Eighteenth Century", Social ~h. 1111 (agoato 1936), 309-316. Sobe elsistema de compra, ver Charles M. Clode: TM Military Forces of tM Crown {Londres, 2 vola., 1869), I. Apendice XVII; Clifford Walton: Hutory of tM Brimh Standing Army, 1660-1700 (Londres, 18S.), pp. 447-456; Fortescue: Bnwh Army, IT, 29-30, IV, 213; Robert Biddulph: Lord CardweU at tM War Offi.ce (Londres, 1904), pp. 80-87; C.W.C. Oman: WellingtQn's Army, 1809-1814 (Nueva York. 1912), pp. 198-201. Para Ia Armada britanica, ver Michael Lewis: England's Sea O{fi.cers: TM Story of tM Naual Pro("'ion (Londres, 1939), pp. 81 sigs.

1 Para las polrticaa avanzadaa franceeas est& el libro de C. A. Thomas: Les Traruformatioruu tk L'Arm« F~ {Paris, 2 vola, 1887), I. 409-410, 415-416; Du­reuy: L~ Royale, p. 73-76, 83-87, 99-102, Le6n Mention: L'Arm.ie tk L~ien Re­gime tk Loui4 XIV a Ia IUuolucion {Paris, 1900), pp. 136-141, Wilkinson: French Army, pp. 87-88, 93; Albert Babeau: La uie militarire IIOIU L~ncien Rlgime (Paris, 2 vola., 1890), II, cap. ix; Louis Hartmann: La Oflkiers ch L:A.rmh Royale ~t tk la Ro!uolution {Paris, 1910), pp. 5-22. Para comentarios de uno de los soldados ma\s distinguidoe de Ia Francia del aiglo XVIII sobre los efectoe de laa politicas de peraonal francesas, ver Maurice de Saxe: Reue1ies on tM Ar1 of War (Harrisburg, 1944), p. 28. Sobre el aiate­ma prusiano, ver Jan ·r: PreussucMn Armle, 1., 541-543, 722-724, 740, II, 223-225; Priebatsch: Pr~u:uiscMn Offozierlcorpll, pp. 7-9; Gerhard Ritter: Sttaatslcunst und Kriegshandwerlt {Munich, 1954), I. 211; Robert Ergang: TM Potsdam Fahrer (Nueva York, 1941), pp. 78-80.

• A Stenzel: TM Brimh Nauy (Londres 1898), p. 114; Lewis: England's Sea Offi· cers, pp. 85-86; Colde: Military Force11, I, 192-194, II, 93-94, 336-339; J . S. Omond: Parliament and tM Army, 1642-1904 (Cambridge, 1933), pp. 45-49; Forte!cue: British Army, IV, 296-2987; Alfred Vagts: A Hutory of MilitaN {Nueva York, 1937), pp. 49, 67-68.

1 Le1r Ofliciers, pp. 37-38. Sobre laa escuelas francesaa, ver Mention: L:A.rmo!e tk L~ien Regime, pp. 78-84; Babeau: La Vie Militarire, IT, 1-78; Jules Clere: Histoire tk L'Ecole tk la fflcM (La Fleche, 1853), passim; Guerlac: "Science and War in the Old Regime", caps. 9, 12, pp. 228, 246 sigs. Para Ia educacion prusiana, ver Jany: Preus­si4cMn Armee, I, 727-728, lll, 38-41, 423-426; Priebatsch: Preu.ssi4cMn Offizierlwrps, pp. 10-22; Hemy Barnard: Military School. and Courses of 1ntrudion in tM &ience and Ar1 of War {Philadelphia, 1862), pp. 284-288; William 0 . Shanahan: Preussian Military Reforms: 1786-1813 (Nueva York, 1945), pp. 29, 133-134. Sobre las eacuelas inglesllll, ver Clode: Military Forces, I, 457-461; Lewis: England's Sea Officers, pp. 87-88; F.G. Gug­gisberg: "TM Shop": TM Story of tM Royal Military Academy (Londrea, 1900), passim.

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El Burgim.iento de la pro(esiOn militar

forms, pp. 95-96; Duruy: L'Armee Royale, pp. 211-212; Mention: L'Arml!e tk L'Ancien Regime, pp. 141-144; Louis Ducros: French Society in tM Eighteenth Century (Londres, 1926), pp. 299-300; Forteacue: Brimch Army, I, 573-574, U, 26, VTI, 424-246, IX, 86-88, 96, X. 204-206.

1 Los historiadores militares quiza\s han tendido a darle al pensamiento militar del

siglo XVIII mAs credito que el que merece. Ver B. H. Liddell Hart: TM Ghost of Na­poleon {New Haven, 1934), cap. 1; Maz JAhns: Chschi.cht tkr Kriegswi•senschaften {Munich y Leipzig, 3 vola. 1889-1891), III, 1769-1770; Henry Mondarcq: La Strategie: Hutorique Euolution {Paris, 3" ed., 1921), p. 19-29. The HI11tory of the Late War in Germany de Henry Lloyd {Londrea, 2 vola., 1781) fue un best-selkr military fue lefdo cuidadosamente por Napole6n. Ver Liddell Hart, ibid, pp. 190; JAhns, ibid., pp. 2102-2114; y, para la influencia de Uoyd en Clauaewitz, Hans Rothfela: Carl uon Clau­sewitz: Politik unci Krieg {Berlin, 1920), pp. 40-41. El Euai General de Tactiqru de Guibert apareci6 en Parfa en 1770 y fue traducido a! ingles en 1781. Para Ia influencia de Guibert, ver R. R. Palmer: "Frederick the Great, Guibert, Billow: From l>ynastie to National War", en Edward Mead Earle (comp.): Jlalrur of Motkm Strategy <Princeton, 1952), pp. 62-68; Liddell Hart, ibid, p. 69-100; Wilkinaoo: French Army, pp. 54-84. So­bre el "claaicismo• del penaamiento dellliglo xvm. ver Liddell Hart, ibid, p. 15-18, 187; Jlihna, ibid, III, 1774, 1823-1837. Los eecritos de Puaegur, Guachardt, Mesnil-Durand, Maizeroy y Zanthier eon ejemploe ucelentes de Ia preocupac:i6n cluica. En general el termino "estrategia" a lo largo de todo el siglo XVIU estaba todavfa aaociado cones­tratagema. Ver J. J. Graham: EkmentDry Hi4tory of tM Ar1 of War (Londres, 1858), pp. 201-202. The Military 1n11titutions of the Romans {Harrisburg, Pa., 1944), de FJavio Vegecio Renato, era, .agUn. T. R. Phillips, el "tratado militar ma\s influyente del mundo occidental de.Je Ia epoca de Roma basta el siglo XIX".

• JWueria, p. 17. •• Loyd: Hutory, II, i, vi-x, :ax-u:zi, 69-976. 11

Uoyd: History, II, vii, ui; Saxe: Reueries, pp. 119-120; J . A H. Guibert: A Ch­neral Essay on Tactics, Londres, 2 vola., 1781), I. xxvi, xlvi-xlvii, lvii, II, 184-185. Comparar Vagts: Hutory of Militarum, p. 81 a4.,'ll, quien aduce que Ia teoria del genio era fundamentalmente progresista.

11 "Reglement iiber die Beeetzing der SteUen der Portepee-Flhnriche, und tiber die

Wahl zum Offic:ier bei der Infanterie, Kavallerie und Artillerie, 6 Auguat 180 1•, publi­cado por el Estado Mayor prusiano: Die Reorgani&ation tkr PreuuUclaen A.rmee TUJi:h tkm Tilsiter Frieden {Berlin, 1857), vol. U, Sec. 2, pp. 366-369. Ver, en general, Jany: Preussi4cMn Armet, lllm, 426-428, IV, 14.17; Mu Lehmann: Scharnhorst (Leipzig, 2 vola., 1886), ll, cap. I; Shanahan: Prusaiml Militmy Re{oT?M, pauim; Guy Stanton Ford: Stein and tM Era of Reform in Pruui.a, 1807-1815 <Princeton, 1922), passim, pero es­pecialmente cap. 8; J . R. Seeley: Life and Times of Stein (Boston, 2 vola., 1879), I, 397-423; Hans Delbliick: Gnei4e114U {Berlin 2 vola., 1882), I, 117-146; Ritter: Staat&ku118t und Kriegslu:uulwerk, I, 97-101; Craig: Prussian Armyu, pp. 37-75.

11 Sobre Alemania, ver Ritter: Staatkunt und Kiregshandwerk, I, 100-101; Leh­

mann: Scharnhor11t, II, 62-63; Vagts: History of Militari•m, p. 139-145; Demeter: DeutscM Heer, p. 12-14. La mejor fuente eobre Francia es Raoul Girardet: La Societi Militaire dans la France Contemporaine (1815-1939) <Paris, 1953), cap. 1. 14

Democracy in Alnerica {Cambridge, 2 vola., 1836), II, 334-335. En Alemania., Ia lucha entre Ia burguesf.a y Ia ariatocracia no ecilo Cacilit6 la emergen.cia de Ia profesi6ri militar sino que tambien prodqjo una enonne bibliografia monogrifica sobre los papeles de los doe tipos de cuerpos de oficiales.

11

Thomas: 'I'raM{ormatioM, I, 410-422; Girardet: SociiU Militaire, pp. 125-133; Jean Lucaa Diubreton: The Rutoration and tM July MoiiiJI'C,Y (Nueva York, 1929), pp. 54-55; Eyre Crowe: Hi#ory of the Reigns of WW. XVIn and Charla X CLondres, 2 vola., 1854), I, 392 sip. ll, 37-40; J. Monteilhet: La Institutions Mililaire tk Ia Frarace (1814-1924) <Paris, 1926), pp. 9-12; E. Guilloa: La Complou Jlilitaires -Ia Restauration (Parfa, 1895), pa.qim.

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Page 26: masecaths1.s3.amazonaws.com/estadosociedadysegopm/715906307... · E1 modemo cuerpo de oficiales es un cuerpo profesional y el oficial mo derno es un profesional. Esta es, quizA, Ia

El110ldado y el Eatado

11 Shanahan: Pruaian Military Jl4orrru, pp. 75-82, 150 sigs.; G. S. Ford: "Boyen's Military Law", Amer. Hizt. Reu. XX (abril 1915), 528-538, Maa Jihns: Da8 Franzosis­c~ Hecr uon tkr Grouen Reuolution bis zur lhgenwart (Leipzig, 1873), pp. 291-293, 317-319, 380-383; Thomas James Thackery: T~ Military Organization and Adminis­tration of France (Loodres, 2 vole., 1857), I, 61-63; Biddulph: Lord CardweU, p. 211; Osmond: Parliament ond t~ Army, pp. 118-119; Fortescue: British Army, XIII, 560.

11 Ver Hoffinan Niekenon: The Arma Honk, 1793-1939 (Nueva York, 1940, JK.I$ · sim, y Vagts: Hiztory of Militarism, p. 221-241.

11 General von Holleben, citado en Gran Bretatia, Comiai6o de Educaci6o Militar: Account oft~ Sy.Urru of Military Educalion in France, Prruu;i4, Austria, Bavaria and t~ Unit«l SIQta (Londres, 1870), p. 198. Ver tambi~n: Jany: Prets38isc~n Armee, iv, 168-172; Demeter. Der.UM:M Heu, pp. 73-86, 96, 260-265.

11 Ver Barnard: Military School&, pp. 11-132; C. J . East: T~ Armed Strenght of FJ'IUI.Ce (Londrea, 1877), p. 74 sip.; C. de Montzey: lMtitutioM d'Education Militaire (Paris, 1886), passim; James R. Soley: Report on Fonign Sy•tems of NOlJOl Education <Waahincton, 1880), cap. 14. Sobre Ia compoaici6n IIOcial de Joe aervic:ioe franceeea, ver Girardet: Sociai Militain, pp. 50, 61-63, 79-84, 185 siga.; Theodore Ropp: "The Deve­lopment of a Modem Navy: French Naval Policy, 1871-1909" (Tesia de doctorado, Harvard Univ., 1937), p. 95-97.

• Sobre el ~rcito, ver Fortescue: British Army, IV, 972, XIII, 558 aigs.; Clode: Military F~s II, 91-92. Sobre Ia Marina y Ia educaci6n, ver Lewis: England's Sea Officers, pp. 87-111 y ""Repoort of the Committee on the Education of Naval Executive Oflicens", .A.:counts ond Pope ... (cmd. 4885, 1886), pp. nv, uvili..

11 Theodore Schwan: Report on t~ Organization oft~ German Army (Min. de Guerra, Oficina del Ayudante General, Div. de Informaci6o Mil, N" 2, Waahingtoo, 1894), pp. 17-18, D. D. lrville: "Tbe French and Pru..ian Staff Systems before 18701", Jour. oft~ Amer. Mil. Hiat. Found4tion, II (1938), 195-196; Christian W. Gliuler: Offizier and ()ffi.mrltorps tkr Alun Armee in Deutsch !and (Wertheim a.M., 1930), pp. 24-25,38.

21 Thomaa: T~YU~~~formatW..., I. 422-423: East: Armed Strenght of France, pp. 157, 172-183, 200; 'l'hadtery. Military Organization, I, 73-87, 100-111; Louie Trochu: L~m«

. Fra~ en 18Gl (Paris 1867), pp. 108-111; Ropp: "French Naval Policy", pp. 87-94; J . L. de Laneeeon: La MariM ~ au Printerr&fM tk 1890 (Paris, 1890), pp. 273-296.

21 Biddulph: Lord Cardwell, pp. 114-117 y 73-77; Forteecue: Britisch Anny, IV, 871-880; XIII, 20-21, 557-558; Osmond: Parliament and th~ Army, pp. 66-67, 120-121; Clode: Militllry Forcu, II, 92, 161, 374-348, 352-352, 739 .

.. Vagta: Hizrory of Militariam, p. 242. • Gran Bretana: Military Education, pp. 333-334. Ver tambi~o Barnard: Military

School•, pp. 331-336, 395-399; Speoaer Wilkinson: TM Brain of an Army (Loodres, nueva ed. 1913), pp. 147-191.

• Citado en Hittle: Military Staff. 107. 11 D. D. Irvine: '"lbe French Diecovery of Claueewitz and Napoleon", Jour. of the

Amer. Mil. Itutitute, IV (1940), 149-153; East Armed Strength of Frruu:e, pp. 79-80; L. Jablonaki: L'Armie FranpJiae d truuen Les Agu (Paris, 6 vola., 1894), V, 319 aigs.

11 Soley: Foreign Syauma of Naual Educotion, pp. 49 aip.; A. F. Mocker-Ferry­man: Annala of Sondhu...t (Loodree, 1900), pp. 86-87.

• Citado eo John W. Wheeler-Bennett: The Nemui& of Powu: 'I'M German Army in Politi.u, 1918-1945 (Londres, 1953), p. 97. Sohre el Eatado Mayor, ver tambieo Walter Gorlitz: Hiatory of the Gennan ChMral Stoff (Londree, 1953), pp. 15-23, 57-58, 66-69; Rudolf Schmidt. Bilckeburg: Dtu Militiirlrabindt du Preuuisc~n KDnig~ und Deutsclwa KDi#r (8erlfn, 1933), pp. 10-14, 67-96; Paul Broneart von Schellendorff. T~ Du.tiu of 'I'M GeMral Stoff (Loodrea, 3" ed., 1893), pp. 16-22.

• Ver Cor. E . B. Hamley: TM OperatioM of War (Edim.burgo, 3" ed., 1872), pp. 1 ix-x; Willrinaon: Brain of an Army, pp. 102-107. La afirmaci6n de Moltke de la teoria esta citada en F. E . Witton: Moltlce (Loodres, 1921), p. 74-75.

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~~ aurlfimiento de Ia pro(e.iOn m.ilitar

•• Ver Irvine: Jount- Amer. Mil. Hist. Found., II, 198-203; Hittle: Military Staff. pp. 89-107; Schellendorff: Dutielf of the General Staff. pp. 80-83; Jablonski: L 'Armie F~aise. V, 317 sip.

11

Hittle: Military Staff, pp. 127-145, John K Dulop: The Development of the Bri­tish Army, 1899-1914 (Londres, 1938), pp. 23, 198-213; Schellendorft': Duties of the General Staff. pp. 97-108.

u Vu.conde Wolaeley: 'The Standing Army of Great Britain", Harper's LXXX (fe­brero 1890), 346-347.

.. Irvine: Jour. of the Amer. Mil. lnatituu, IV, 146-148, Girardet: Societe Militai­re, pp. 94-95. Para el contraste entre Ia planificaci6n de guerra francesa y Ia alemaoa, ver Hermith von Moltke: 'I'M Franco-German War of 1870-71 (Londres, 2 vols., 1891), I, 3-10.

11

Lascelle Wrua.ll; The Armiu oft~ Great Powers <Londres, 1859), pp. 99-100. 11 Military~. p. 168.

" Emory Upton: The Armiu of Europe and Asia <Nueva York, 1&78), pp. 319-320. 11 Para comentarios tlpieameote adulatorioa aobre Claueewitz, ver Stewart L.

Murray: The Reality of War: A Companion ro Clau.ewitz (Londree, 1914), cap. ii; D.K. Palit: T~ EAetatiol. of Military KnowlediJe Wdenhort, 1950), p. 78; Rosinski: German Army, pp. 12-122. Para un breve an'lisie crltico, ver Hans Rothfela: "Ciaueewitz" en Earle (comp.): Malee,.. of Mrxkrn Strotqry, pp. 93-113. I.loyd, Guibert, Behrenhoret y Billow fueron Joe pr&curaoree imoediatoe mas importantea. Para Lloyd y Guibert, ver antes, p6p. 29-30. Sohre Behrenhont, ver Jllhna: ICriqjswizseiiM!ha(ten, III, 2121-2128; Ernst Hagemann: Die Deutsch~ Lehre uom Kriege: Von Behrenhorst zu ClaWJewitz (Berlin, 1940), pp. 6-20; Vagta: History of Militarism, pp. 92-95. El libro de Billow: Der Geist du Neuren Kriegssystema (1799, trad. ingleaa: TM Spirit of Modern Warfare, Londrea, 1806) ha aido criticado mn ju.ticia por au. ideas estraUgicae del aiglo XVIll; ain embargo, a peur de tDdo refleja uo enfoque aumameote aistematim del estudio de Ia guerra. Ver Palmer, en Earle (comp.): Malcers of Modem Stratrgy, pp. 68 ·74; von CaeDlJDeJur: TM Deuelopment of Strotqrical Scienc~ During t~ NiMtunth Century <Londres, 1905), pp. 1-10. El contemporineo mas important& de Claueewitz era el sui­zo Henry Jomioi, cuyo Precia tk L~ ck Ia G~rre <Paris, 2 vols., 1838) ocupaba el aegundo Iugar a61o respecto de De la 1/flerra eo au influencia aobre el peneamieoto Dlilitar subaiguiente. Todas laa citas de De Ia guerra de eete capitulo y de otras partes del libro eon de Ia traducci6n de 0 . J. Matthija Jollea, Modem Library Edition, con copyright y edici6n de Random House, Nueva York, 1943, y se uaan oon permieo de loe editores. Ver espec:ialmente pp. 34-39, 16-21, 45, 128 aip., 568-571, 594 aigs.

"Ghost of Napoleon, pp. 120-122. Ver tambi~ auT~ British Way in Warfare (Londres, 1932), cap. 1, y para una interpretaci6n similar, A. Lauterbach: "Roota and Implications to the German Idea of Milituy Society", Military A/fairs, V (primavera 1941), pp. 3 Bigs. Erich Ludendorff, un verdadero glorificador de Ia violeocia como fin eo sf miemo, ain embargo, era un lector maa perceptivo de D~ la guerra y reconoci6 Ia diferencia bli.sica entre Claueewitz y j!J miamo. Ver TM Nation at War (Londree, 1946), pp. 11-24. Eo sumas mciente Stratqy (Nueva York, 1954), pp. 352-357, Liddell Hart atempera en cierta forma sua estri~ juic:ioe tempranoa aobre Clauaewitz.

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