Material para novenas parroquiales y fiestas de San José

Material para novenas parroquiales y fiestas de San José

Estimados sacerdotes,

les compartimos este material para ser utilizado en las novenas patronales de todas

las comunidades en el Año de San José. Lo hacemos con gran alegría y la esperanza de que

el custodio del Redentor nos ayude a reavivar nuestro ardor misionero y el de nuestras

comunidades parroquiales y educativas.

De modo especial ofrecemos este subsidio pastoral para las fiestas de San José del

19 de marzo y 1 mayo. Es importante recordar que el Papa Pío XII, a solicitud de Mons.

Jorge Chalup, por bula del 30 de noviembre de 1957 lo designo copatrono de nuestra

Diócesis mandando sea celebrado como tal el día 1 de mayo.

El presente material es una novena, elaborada a partir de la carta apostólica Patris

corde y consta de tres partes:

1. Guiones de misa durante los 9 días y día patronal.

2. Material para la predicación para cada día, destinada a los sacerdotes y diáconos.

3. Una catequesis para realizar cada día luego de la comunión o en el momento que se

considere oportuno. Aquí se sugiere cada día un gesto a realizarse en el marco de la

Eucaristía.

Tal como les anunciamos, está también en elaboración un diseño digital que será

enviado oportunamente y podrá ser utilizado para la impresión de cartelería alusiva al Año

de San José.

Reciban mi abrazo fraterno y mi cordial saludo en el Señor.

+ Héctor Luis Zordán m.ss.cc.

Obispo

I

MATERIAL PARA LA PREDICACIÓN

1.- Padre “Amado”: (Primer día de la Novena).

La grandeza de San José consiste en el hecho de que fue el esposo de María y el padre de

Jesús. Por su papel en la historia de la Salvación, es un padre que siempre ha sido amado

por el pueblo cristiano. Lo demuestra el hecho de dar nombre a Iglesias, Parroquias,

Institutos Religiosos y grupos cristianos. Abundan oraciones a él en todos los devocionarios.

Muchos santos y santas le tuvieron una gran devoción (Santa Teresa de Ávila, entre otros).

La confianza en él se resume en la expresión “Vayan a José” de Gn.41,55 donde por la

hambruna pedían pan al Faraón en Egipto y él los enviaba a José, el hijo de Jacob. Como

descendiente de Davis, San José es la pieza que une el Antiguo y el Nuevo Testamento.

San Pablo VI Papa, observa que su paternidad se manifestó concretamente al haber hecho

de su vida un servicio, un sacrificio al misterio de la Encarnación y a la misión redentora

que le está unida. Al haber convertido su vocación humana de amor doméstico en la oblación

sobrehumana de sí mismo, de su corazón y de toda su capacidad en el amor puesto al servicio

del Mesías nacido en su casa.

1º Lectura: Gn. 41,53-57 o 2 Sam. 7, 8-17. Salmo: 86, 1-8. Evangelio: Lc.3, 21-23.

2.- Padre en la “Ternura”: (Segundo día de la Novena).

San José vio a Jesús progresar día tras día “en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y

los hombres” (Lc.2, 52). Jesús vio la ternura de Dios en San José: “como un padre siente

ternura por sus hijos, así el Señor” dice el salmo 69,17 y 145, 8-13.

La historia de la salvación se cumple creyendo “contra toda esperanza” (Rom. 4,18) a través

de nuestras debilidades. Muchas veces pensamos que Dios se basa solo en la parte buena y

vencedora de nosotros, cuando en realidad la mayoría de sus designios se realizan a través

y a pesar de nuestra debilidad. San Pablo confiesa: “tres veces le pedí que aparte de mi… y

me contestó: ¡te basta mi gracia! porque mi poder se manifiesta plenamente en la debilidad”

(2 Cor.12, 7-10). Si esta es la perspectiva de la economía de la salvación, debemos aprender

a aceptar nuestra debilidad con intensa ternura.

El Maligno nos hace mirar nuestra fragilidad con un juicio negativo, mientras que el Espíritu

la saca a la luz con ternura. La ternura es el mejor modo para tocar lo que es frágil en

nosotros. Por eso es importante encontrarnos con la Misericordia de Dios: la Verdad que

viene de Dios no nos condena, sino que nos acoge, nos abraza, nos sostiene, nos perdona.

Como en la parábola del Padre Misericordioso viene a nuestro encuentro y nos devuelve la

dignidad, nos pone nuevamente de pie, celebra con nosotros que este hijo estaba perdido y

ha sido encontrado, (Lc.15, 24).

A través de la angustia de San José pasa la voluntad de Dios, su historia, su proyecto. San

José así nos enseña que tener fe en Dios incluye además creer que Él puede actuar incluso a

través de nuestros miedos, de nuestras fragilidades, de nuestra debilidad. En medio de las

tormentas debemos ceder a Dios el timón de nuestra barca. Muchas veces en la vida,

nosotros quisiéramos tener todo bajo control, pero Él tiene siempre una mirada más amplia.

1º lectura: 2 Cor. 12, 7-9. Salmo: 145, 8-13. Evangelio: Lc.2, 51-52.

3.- Padre en la “Obediencia”: (Tercer día de la Novena).

Así como Dios hizo con María cuando le manifestó su plan de Salvación, también a José le

reveló sus designios y lo hizo a través de sueños, dice en la Biblia. José estaba muy

angustiado por el embarazo incomprensible de María: no quería denunciarla públicamente.

En un primer sueño: “no temas aceptar a María, porque lo engendrado en ella proviene del

Espíritu Santo”. Al despertar, llevó a María a su casa. Con la obediencia superó su drama y

salvó a María, (Mt. 1,19…).

En el segundo: “huye a Egipto porque Herodes lo busca para matarlo”. José no dudó en

obedecer: “tomó al Niño y a su madre y se fue a Egipto”, 2.14…

En el tercero: “regresa porque Herodes ya ha muerto”. Se levantó y regresó a Israel: Mt. 2.

19-21. Pero de camino, ante el peligro de Herodes Arquelao, en un cuarto sueño entendió

que no debía regresar al mismo lugar y se retiró a la región de Galilea, en Nazareth (Mt. 2,

22-23).

San José fue obediente a la orden del mismo Emperador y por eso viajó a Belén para

empadronarse, donde nació el Emmanuel. San Lucas se preocupó de resaltar en su

evangelio, que los padres de Jesús observaban todas las prescripciones de la ley:

circuncisión del Niño, purificación de María, presentación en el Templo del primogénito a

Yavé.

En cada circunstancia de su vida, José supo pronunciar su “fiat”, como María en la

Anunciación y Jesús en el Getsemaní. José en su papel de cabeza de familia, enseñó a Jesús

a ser sumiso a sus padres, según los Mandamientos. En la vida oculta de Nazareth, bajo la

guía de José, Jesús aprendió a hacer la voluntad del Padre: aprendió lo que significa

obedecer, hasta la muerte y una muerte en cruz (Fil. 2,8 ss; y Heb 5,8)

Todos estos acontecimientos muestran que José ha sido llamado por Dios para servir

directamente a la persona y a la misión de Jesús mediante el ejercicio de su paternidad:

coopera en el misterio de la redención y es ministro de la salvación.

1º Lectura. Heb. 5, 7-10. Salmo: Sal. 40, 6-9. Evangelio: Mt. 1, 18- 25. (22 y 23, no).

4.- Padre en la “Acogida”: (Cuarto día de la Novena).

José acogió a María sin poner condiciones previas. Confió en las palabras del Ángel. Y en

este mundo donde la violencia psicológica, verbal y física sobre la mujer es patente, Él se

presenta como figura de varón respetuoso, delicado que se decide por la fama, dignidad y

vida de María. Y en su duda de cómo hacer lo mejor, Dios lo ayudó a optar iluminando su

juicio.

Muchas veces ocurren hechos en nuestra vida cuyo significado no entendemos. Nuestra

primera reacción es a menudo la decepción y rebelión. José deja de lado sus razonamientos

para dar paso a lo que acontece y “lo acoge”, asume la responsabilidad y se reconcilia con

su propia historia. La vida espiritual de José no nos muestra una vía que explica, sino vía

que acoge, que recibe y acepta. Sólo a partir de esta acogida, de esta reconciliación,

podemos también intuir una historia más grande, un significado más profundo.

José no es un hombre que se resigna pasivamente. Es un protagonista valiente y fuerte. La

acogida es un modo por el que se manifiesta en nuestra vida el don de la fortaleza que nos

viene del Espíritu Santo. Sólo el Señor puede darnos la fuerza para acoger la vida tal como

es, para hacer sitio incluso a esa parte contradictoria, inesperada y decepcionante de la

existencia.

La venida de Jesús en medio de nosotros es un regalo del Padre, para que cada uno pueda

reconciliarse con la carne de su propia historia, aunque no la comprenda del todo. El

realismo cristiano, que no rechaza nada de lo que existe, vuelve una vez más. La realidad es

portadora de un sentido de la existencia con sus luces y sombras. En esta perspectiva general,

la fe da sentido a cada acontecimiento feliz o triste.

Entonces lejos de nosotros el pensar que creer significa encontrar soluciones fáciles que

consuelan. La fe que Cristo nos enseñó es, en cambio, la que vemos en San José, que no

buscó atajos, sino que afrontó con los ojos abiertos lo que le acontecía, asumiendo la

responsabilidad en primera persona.

1º Lectura: Rom. 8, 26-30. Salmo: Evangelio: Mt. 1, 18-21

5.- Padre en la “Valentía Creativa”: (Quinto día de la Novena)

La valentía creativa surge especialmente cuando en la vida encontramos dificultades. Ante

los problemas podemos detenernos y bajar los brazos, o ingeniárnoslas de alguna manera

para salir adelante. A veces leyendo los “Evangelios de la Infancia” nos preguntamos por

qué Dios no intervino directamente. José fue el hombre por medio del cual Dios se ocupó

de los comienzos de la historia de la redención. Él era el verdadero “milagro” con el que

Dios salvó al Niño y a su madre. Confió en la valentía creativa de este hombre que cuando

llegó a Belén: se instaló en un establo y lo arregló hasta convertirlo en un lugar acogedor

para el Hijo de Dios que venía al mundo, (Lc. 2, 6-7). Ante la amenaza de Herodes: huyó a

Egipto, (Mt. 2, 13-14).

De la lectura superficial de estos textos pareciera que el mundo está a la merced de los

fuertes y los poderosos, pero la “buena noticia” del Evangelio consiste en mostrar cómo

Dios siempre encuentra un camino para cumplir su plan de salvación. Dios siempre logra

salvar lo que es importante, con la condición de que tengamos la misma valentía creativa

del carpintero de Nazareth, quién sabía transformar un problema en una oportunidad,

anteponiendo siempre la confianza en la Providencia.

Si a veces pareciera que Dios no nos ayuda, no significa que nos haya abandonado: sino

que confía en nosotros, en lo que podamos planear, inventar, encontrar. Es la misma valentía

creativa de aquellos cuatro amigos del paralítico, que terminaron descolgándolo del techo,

debido a la muchedumbre. Jesús reconoció su fe creativa con la que esos hombres trataron

de traerle a su amigo enfermo y pondera su fe. Lo mismo debió ocurrir en el destierro en

Egipto. Podríamos cubrir el silencio del evangelio e imaginar la necesidad de vivienda,

comida y trabajo durante ese tiempo. La Sagrada Familia pasó por lo que viven muchas

familias de migrantes, que arriesgan sus vidas pasando necesidades y adversidades. San José

es un santo patrono especial para ellos que dejan su tierra a causa de la guerra, el odio, la

persecución y la miseria.

Así cada persona necesitada, cada pobre, cada moribundo, cada extranjero, cada prisionero

o enfermo son el “Niño” que José sigue custodiando. Por eso se invoca a San José como

Protector de los indigentes, los necesitados, los exiliados, los afligidos, los pobres y los

moribundos.

1º Lectura: Gal. 4, 4-7. Salmo: Evangelio: Lc.2, 1-7.

6.- Padre “Trabajador”: (Sexto día de la Novena).

A San José siempre se lo ha relacionado con el “trabajo”, San José Obrero, Patrono del

trabajador. Era un carpintero que trabajaba honestamente para asegurar el sustento de su

familia. De él, Jesús aprendió el valor, la dignidad y la alegría de lo que significa comer el

pan que es fruto del propio trabajo.

En nuestra época, donde el trabajo es una urgente cuestión social y el desempleo alcanza

niveles impresionantes, es necesario comprender el significado del trabajo que da dignidad

y del que nuestro santo es un patrono ejemplar.

El trabajo se convierte en participación en la obra misma de la Salvación y en oportunidad

para acelerar el advenimiento del Reino. Se ha convertido en ocasión de realización no sólo

para la persona, sino sobre todo para ese núcleo original de la sociedad que es la familia. La

familia que carece de trabajo está más expuesta a dificultades, tensiones, fracturas e incluso

a la desesperada y desesperante tentación de la disolución. Nunca habrá dignidad humana

sin una posibilidad de un sustento digno.

La persona que trabaja colabora con Dios creador. La crisis de nuestro tiempo (económica,

social, cultural y espiritual) puede representar un llamado a redescubrir el significado, la

importancia y la necesidad del trabajo para dar lugar a una nueva “normalidad” en la que

nadie quede excluido.

La obra de San José nos recuerda que el mismo Dios hecho hombre no desdeñó el trabajo.

La pérdida de trabajo que afecta a tantos (aumentados por la pandemia) debe ser un llamado

a revisar nuestras prioridades. Imploremos a San José Obrero para que encontremos

caminos que nos lleven a decir: Ningún joven, ninguna persona, ninguna familia sin

trabajo.

1º Lectura: el que no trabaja que no coma. Salmo: Evangelio: Mt. 13, 53-58.

7.- Padre en la “Sombra”: (Séptimo día dela Novena).

Según el autor Jan Dobraczynski, para Jesús, San José es la sombra del Padre Celestial en

la tierra: lo auxilia, lo protege, no se aparta jamás de su lado para seguir sus pasos. José

ejerció la paternidad durante toda su vida.

Nadie nace padre, sino que se hace. Y no se hace sólo por traer un hijo al mundo, sino por

hacerse cargo de él responsablemente. Todas las veces que alguien asume la responsabilidad

de la vida de otro, en cierto sentido ejercita la paternidad respecto de él. En la sociedad de

nuestro tiempo, los niños a menudo parecen no tener padre. También la Iglesia de hoy en

día necesita padres. Dice san Pablo: “hijos míos, por quienes de nuevo sufro dolores de parto

hasta que Cristo sea formado en ustedes”, (Gal. 4,19).

Ser padre significa introducir al niño en la experiencia de la vida, en la realidad. No para

retenerlo, no para encarcelarlo, no para poseerlo, sino para hacerlo capaz de elegir, de ser

libre, de salir. Quizás por esta razón la tradición también le ha puesto a José, junto al

apelativo de padre, el de “Castísimo”. No es una indicación meramente afectiva, sino la

síntesis de una actitud que expresa lo contrario a poseer. La castidad está en ser libre del

afán de poseer en todos los ámbitos de la vida. Sólo cuando un amor es casto es un verdadero

amor. El amor que quiere poseer, al final, siempre se vuelve peligroso, aprisiona, sofoca,

hace infeliz. Dios mismo amó al hombre con amor casto, dejándolo libre incluso para

equivocarse y ponerse en contra suya. La lógica del amor es siempre una lógica de libertad,

y José fue capaz de amar de una manera extraordinariamente libre. Nunca se puso en el

centro. Supo cómo descentrarse, para poner a María y a Jesús en el centro de su vida.

La felicidad de José no está en la lógica del auto sacrificio, sino en el don de sí mismo.

Nunca se percibe en este hombre la frustración, sino sólo la confianza. Su silencio

persistente no contempla quejas, sino gestos concretos de confianza. El mundo necesita

padres, rechaza a los amos, es decir: rechaza a los que quieren usar la posesión del otro para

llenar su propio vacío; rehúsa a los que confunden autoridad con autoritarismo, servicio con

servilismo, confrontación con opresión, caridad con asistencialismo, fuerza con destrucción.

Toda vocación verdadera nace del don de sí mismo: al sacerdocio, a la vida consagrada, al

matrimonio.

1º Lectura: 1 Cor. 4, 14-17. Salmo: Evangelio: Mt. 11, 29…

8.- Padre “Adoptivo del Niño Jesús”: (Octavo día de la Novena).

Con corazón de padre: así amó José a Jesús, llamado en los cuatro evangelios “el hijo de

José” Lc. 4,22. Jn. 6, 42. Mt. 13, 55… Mc. 6, 3 ss. Aunque se hable poco de él, es lo

suficiente para entender qué tipo de padre fue y la misión que la Providencia le confió. Tuvo

la valentía de asumir la paternidad legal de Jesús, a quién dio el nombre que le reveló el

Ángel: “Tú le pondrás el nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados”, Mt.

1,21.

Lo presentó en el Templo: para la circuncisión y el sacrificio de rescate.

Lo llevó al destierro de Egipto: en el peligro y entre extraños.

Compartió la vida oculta en Nazareth: muchos años de silencio y en familia.

Peregrinó con Él hacia Jerusalén a los 12 años: vivió la angustia de tres días.

La Paternidad está siempre abierta a nuevos espacios. Cada niño lleva siempre consigo un

misterio, algo inédito que sólo puede ser revelado con la ayuda de un padre que respete su

libertad. Un padre que es consciente de que completa su acción educativa, y de que vive

plenamente su paternidad sólo cuando se ha hecho “inútil”, cuando ve que el hijo ha logrado

ser autónomo y camina solo por los senderos de la vida, cuando se pone en la situación de

José, que siempre supo que el Niño no era suyo, sino que simplemente había sido confiado

a su cuidado.

Siempre que nos encontremos en la condición de ejercer la paternidad, debemos recordar

que nunca es un ejercicio de posesión, sino un “signo” que nos evoca una paternidad

superior. En cierto sentido, todos nos encontramos en la condición de José: sombra del

único Padre celestial.

1º Lectura: Salmo: Evangelio: Jn. 6,40-44.

9.- Padre de la “Iglesia Universal”: (Noveno día de la Novena).

Después de María, Madre de Dios, ningún santo ocupa tanto espacio en la vida y el

magisterio de la Iglesia como José, su esposo. Los últimos Papas han destacado su papel

central en la historia de la salvación. Pio IX lo declaró Patrono de la Iglesia Católica; Pio

XII lo presentó como Patrono de los Trabajadores; y San Juan Pablo II lo proclamó como

Custodio del Redentor. El Pueblo de Dios lo invoca como Patrono de la Buena Muerte.

Por eso, al cumplirse 150 años de que el Beato Pio IX, el 8 de diciembre de 1870, lo declarara

como Patrono de la Iglesia Universal, quisiera que “la boca hable de aquello de lo que está

lleno el corazón” Mt. 12,34, para compartir con uds algunas reflexiones personales (dice el

Papa Francisco).

Este deseo ha crecido durante estos meses de Pandemia: al experimentar que nuestras vidas

están tejidas y sostenidas por personas comunes (corrientemente olvidadas), que no

aparecen en las portadas de los diarios: Médicos, enfermeros, repositores de los

supermercados, limpiadores, fuerza de seguridad, voluntarios, bomberos, sacerdotes,

religiosas y tantos otros que comprendieron que nadie se salva solo. Cuánta gente cada día

demuestra paciencia e infunde esperanza, cuidándose de no sembrar pánico sino

corresponsabilidad. Cuántos padres, abuelos y docentes muestran a nuestros niños, con

gestos pequeños y cotidianos, cómo se enfrenta y transita una crisis, levantando miradas e

impulsando la oración.

Todos pueden encontrar en San José (el hombre que pasa desapercibido, el de la

presencia diaria, discreta y oculta) un intercesor, un apoyo y una guía en tiempos de

dificultad. Él nos recuerda que todos los que están aparentemente ocultos o en “segunda

línea” tienen un protagonismo sin igual. A todos ellos va dirigida una palabra de

reconocimiento y de gratitud.

La misión específica de los Santos no es sólo la de conceder milagros y gracias, sino la de

interceder por nosotros ante Dios. Los santos ayudan a todos los fieles a la plenitud de la

vida cristiana, a la perfección de la caridad. Su vida es una prueba concreta que es posible

la santidad, la vivencia del Evangelio. Jesús dijo “aprendan de mí, que soy manso y humilde

de corazón” (Mt. 11, 25-30) y los santos a su vez son ejemplos de vida a imitar. San Pablo

exhortó explícitamente “vivan como imitadores míos” en 1 Cor. 4, 14-16. Y San José lo dijo

a través de su ELOCUENTE SILENCIO.

SOLO NOS FALTA IMPLORAR DE ÉL LA GRACIA DE NUESTRA CONVERSIÓN.

Fiesta: Patrono de nuestra “Comunidad Parroquial”:

Asumir todo lo reflexionado durante la Novena.

El Papa Francisco en su documento nos transmite no sólo la fe de la Iglesia sino su

propia vivencia y experiencia espiritual en torno a la devoción de San José. Se sabe de su

devoción a la Imagen de San José dormido, a quien le pone debajo un papelito: con sus

peticiones y necesidades de la Iglesia.

Nos cuenta que el objetivo de su Carta apostólica “Patris Corde”, es que crezca el

amor a este gran santo, para ser impulsados a implorar su intercesión e imitar sus virtudes,

como también su resolución.

Hoy debemos pedir parecernos a él, imitarlo, que sea nuestro modelo:

Padre Amado: aceptar, acompañar y cuidar toda vida.

Padre en la Ternura: dejarnos amar y amar a los que nos rodean.

Padre en la Obediencia: en la aceptación de la voluntad del Padre.

Padre en la Acogida: aceptar nuestra historia con sus luces y sombras.

Padre en la Valentía creativa: creativos e ingeniosos ante la dificultad.

Padre Trabajador: darle dignidad al trabajo nuestro de cada día.

Padre en la Sombra: acompañar la vida respetando la libertad del otro.

Padre Adoptivo: acompañar y cuidar la vida, toda vida.

Padre de la Iglesia Universal: conversión eclesial y conversión pastoral.

1º Lectura: Salmo: Evangelio:

II

CATEQUESIS DIARIA

San José, padre amado Leemos en la Palabra: Sus padres iban todos los años a Jerusalén en la fiesta de la Pascua.

Cuando el niño cumplió doce años subieron como de costumbre y acabada la fiesta, María y José

regresaron, pero Jesús permaneció en Jerusalén sin que ellos se dieran cuenta” (Lucas 2,41-42)

Dice el Papa Francisco: “la grandeza de San José consiste en el hecho de que fue el esposo de María

y el padre de Jesús”. Citando a su vez a su predecesor, san Pablo VI, dice, que la paternidad de san José “se

manifestó concretamente al haber hecho de su vida un servicio al misterio de la encarnación.”

San José ha puesto su vida, su vocación al servicio del misterio de la encarnación, este hecho

irrefutable ha producido en el pueblo de Dios un amor especial. En efecto, “san José es un padre que siempre

ha sido amado por el pueblo cristiano, como lo demuestra el hecho de que se le han dedicado numerosas

Iglesias en todo el mundo”

En este primer día de la novena, queremos poner bajo la protección de San José a toda paternidad.

En primer lugar, queremos poner bajo su mirada y protección, la maravillosa vocación de ser padres.

Pidamos por todos los que con valentía asumen el don del hijo y la familia, a pesar de las dificultades.

También, roguemos por aquellos que con generosa grandeza asumen la paternidad del corazón. No

olvidamos tampoco a quienes asumen la vocación de ser padres espirituales de las comunidades cristianas.

Que todos ellos, sepan poner al servicio del amor de Cristo lo que son y han recibido.

Recemos juntos

A cada invocación respondemos. Ruega por nosotros.

San José, esposo de la Madre de Dios. Ruega por nosotros

San José, custodio de María y de Jesús. Ruega por nosotros

San José, padre amado. Ruega por nosotros

Sam José, padre en la ternura. Ruega por nosotros

San José, espejo de paciencia. Ruega por nosotros

San José, padre en la obediencia. Ruega por nosotros.

San José, sostén de las familias. Ruega por nosotros

San José, protector de los consagrados. Ruega por nosotros

San José, modelo de obreros. Ruega por nosotros

San José, esperanza de los enfermos. Ruega por nosotros

San José, patrono de los moribundos. Ruega por nosotros

San José, protector y patrono de la Iglesia. Ruega por nosotros

Gesto sugerido: bendición de los padres; oración por los sacerdotes. Buscar opciones en el Bendicional.

Padre Santo, que en tu designio de amor quisiste confiar la iniciación de nuestra redención

a la custodia de San José, por su intercesión, concede a la Iglesia la misma fidelidad en

la conducción del cumplimento de la obra salvadora. Por Jesucristo nuestro Señor

Día dos

San José, padre en la ternura Leemos en la Palabra: Como un padre es cariñoso con sus hijos, así es cariños el Señor con sus

fieles; él sabe muy bien de qué estamos hechos, sabe muy bien que no somos más que polvo (Salmo 103,13-

14)

Dice el Papa Francisco: “Jesús vio la ternura de Dios en José” También nosotros necesitamos dirigir

la mirada hacia José para recuperar en nuestras vidas la capacidad de amar con sinceridad y transparencia

de corazón. Eso es, la ternura. Un teólogo ha tenido la osadía de escribir sobre la ternura. Él nos dice:

“No es fácil hablar de la ternura. Se corren por lo menos dos peligros. El primero es el de que nos

interpreten mal los que confunden el sentimiento de la ternura con el sentimentalismo […] El

segundo riesgo consiste en ser mirados con recelo por los que piensan que una exposición de un tema

como el de la ternura es de suyo un índice de inmadurez […] confundiendo la ternura con la

debilidad.”1

La ternura, enseña el Cardenal Martini: “es un amor respetuoso, delicado, concreto, atento, alegre,

abierto a la reciprocidad, no ávido, no codicioso, no posesivo, sino fuerte en su debilidad, eficaz y

victorioso, desarmado y desarmante” 2 Los esposos, por lo tanto, deben trabajar mucho para que en la vida

matrimonial se haga presente la ternura. Ésta no es posesión exclusiva de la mujer. Los hombres también

la tenemos, negarlo sería una gran torpeza. Los consagrados y consagradas, también tiene que trabajar para

que en ellos se refleje la ternura de que son capaces.

Recemos juntos





San José, padre en la ternura. Ruega por nosotros

San José, padre en la obediencia. Ruega por nosotros


San José, sostén de las familias. Ruega por nosotros.






Gesto sugerido: traer una foto de la familia y bendición de la misma

1 C. ROCHETTA. Teología de la Ternura, Secretariado Trinitario, Salamanca, 2001; p. 13.- 2 C. MARTINI. La mujer de la Reconciliación. Bogotá, Paulinas, 1986, p. 65.

Padre Santo, concédenos que llevando en nosotros el ejemplo de San José, testimonio

de tu amor, gocemos siempre del don de la verdadera paz en la entrega sincera de cada

día. Por Jesucristo nuestro Señor.

Día tres

San José, padre en la obediencia Leemos en la Palabra: Después de la partida de los magos, el Ángel del Señor se apareció en

sueños a José y le dijo: “levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y permanece allí hasta que

yo te avise, porque Herodes va buscar al niño para matarlo” José se levantó, tomo al niño y a su madre y

se fue a Egipto. (Lucas 2,13-14)

Dice el Papa Francisco: “José no dudo en obedecer, sin cuestionarse a cerca de las dificultades que

podía encontrar” La obediencia no es para José el resultado de sus propios esfuerzos, es más bien, la entrega

en la confianza de que Dios siempre nos conduce a buen puerto.

El secreto de José es confiar y obedecer en el poder de Dios que se le revela. “La Iglesia enseño en

reiteradas veces que no somos justificados por nuestras obras o por nuestros esfuerzos, sino por la gracia

del Señor que toma la iniciativa” (GE 52)

En este tercer día de la novena en honor de san José queremos pedir su valiosa intercesión, para

estemos atentos al querer de Dios que se nos revela de múltiples maneras; y, que con humilde confianza lo

sigamos, aunque ello implique atravesar por oscuras quebradas, recordando aquellas palabras

reconfortantes del salmo que dice: aunque cruce por oscuras quebradas ningún mal temeré (Salmo 23,4)

Recemos juntos














Gesto sugerido: Rezamos por las situaciones difíciles que nos toca atravesar. Las escribimos en una hoja

y la dejamos en una canasta a los pies de la imagen de San José.

Padre Bueno, concédenos que, contemplando el ejemplo de San José, avancemos con

confianza por el camino de esta y podamos cumplir con tu amorosa voluntad. Por

Jesucristo nuestro Señor.

Día cuarto

San José, padre en la acogida Leemos en la Palabra: Este fue el origen de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida

con José y, cuando todavía no habían vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su

esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en

secreto. Mientras pensaba en esto, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de

David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu

Santo. (Mateo 1,18-20)

Dice el Papa Francisco: “José acogió a María sin poner condiciones previas. Confió en las palabras

del ángel. La nobleza de su corazón le hace supeditar la caridad lo aprendido por la ley; hoy, en este mundo

donde la violencia psicológica, verbal y física sobre la mujer es patente, José se presenta como figura de

varón respetuosos, delicado que, aunque no teniendo toda la información, se decide por la fama, dignidad

y vida de María” Recemos y acompañemos a las mujeres que padecen la violencia en cualquiera de sus

graves y tristes manifestaciones.

También nos enseña Francisco que: “la vida espiritual de José no nos muestra una vía que explica,

sino una vía que acoge” Es una gran verdad que hay muchas situaciones y experiencias que nos superan y

no le encontramos explicación alguna. Miremos a José. Él, “deja de lado sus razonamientos para dar paso

a lo que acontece y, por más misterioso que parezca, lo acoge, asume la responsabilidad y se reconcilia con

la propia historia” Pidamos con confianza de hijos a este valioso intercesor para que nos ayude a sanar

nuestras propias heridas, así como ayudar a quienes cargan con el peso de las consecuencias de sus

experiencias dolorosas.

Recemos juntos














Gesto sugerido: Rezar por los enfermos, especialmente por los que están tristes o abatidos.

Padre de todos los hombres, ayúdanos a ser respetuosos con las mujeres como lo ha sido

José. Que su valioso ejemplo nos impulse a confiarte todas y cada una de nuestras heridas

para que tú las cures y podamos avanzar con alegría por el camino de la salvación.

Día quinto

San José, padre de la valentía creativa Leemos en la Palabra: Un día, mientras Jesús enseñaba, había entre los presentes algunos

fariseos y doctores de la Ley, llegados de todas las regiones de Galilea, de Judea y de Jerusalén. La fuerza

del Señor le daba poder para curar. Llegaron entonces unas personas transportando a un paralítico sobre

una camilla y buscaban el modo de entrar, para llevarlo ante Jesús. Como no sabían por dónde

introducirlo a causa de la multitud, subieron a la terraza y, separando las tejas, lo bajaron con su camilla

en medio de la concurrencia y lo pusieron delante de Jesús. Al ver la fe de ellos, Jesús le dijo: «Hombre,

tus pecados te son perdonados». (Lc. 5,17-20)

Dice el Papa Francisco: “si la primera etapa de toda verdadera curación interior es acoger la propia

historia, es decir, hacer espacio dentro de nosotros mismos incluso para lo que no hemos elegido en nuestra

vida, necesitamos añadir otra característica importante: la valentía creativa. Esta surge especialmente

cuando encontramos dificultades. De hecho, cuando nos enfrentamos a un problema podemos detenernos

y bajar los brazos o podemos ingeniárnosla de alguna manera. A veces las dificultades son precisamente

las que sacan a relucir los recursos en cada uno de nosotros que ni siguiera pensábamos tener”

Así como los amigos del paralítico tuvieron la audaz creatividad de llevarlo hasta Jesús por los

techos, José tuvo la creatividad de custodiar a María y al niño para preservarlos de todos mal. Pidamos a

San José que guie y proteja a la Iglesia de la cual es patrono para que ésta no desfallezca ni baje los brazos

en medio de las dificultades que va encontrando en el cumplimiento de su misión.

Recemos juntos














Gesto sugerido: Rezar por la Iglesia (universal/diocesana/parroquia/colegio) Invitar a los consejos

pastorales

Padre Eterno, que has querido convocar a quienes creen en Cristo en la Santa Iglesia

prefigurada desde los orígenes del mundo y manifestada por la efusión del Espíritu, haz

que, por la intercesión de san José, pueda enfrentar con valentía creativa, las dificultades

que se presenten en el fiel cumplimiento de su misión. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Día sexto

San José, padre trabajador Leemos en la Palabra: El hombre fue a decir a los judíos que era Jesús el que lo había

curado. Ellos atacaban a Jesús, porque hacía esas cosas en sábado. Él les respondió: «Mi Padre trabaja

siempre, y yo también trabajo». Pero para los judíos esta era una razón más para matarlo, porque no sólo

violaba el sábado, sino que se hacía igual a Dios, llamándolo su propio Padre. (Juan 5,15-18)

Dice el Papa Francisco: “San José era un carpintero que trabaja honestamente para asegurar el

sustento de su familia. De él, Jesús aprendió el valor, la dignidad y la alegría de lo que significa comer el

pan que es furto del propio trabajo.”

El trabajo constituye el motor de la vida económica y social. La Iglesia siempre ha tenido en alta

estima el valor del trabajo no sólo como parte fundante de la justicia social sino también como participación

en la obra creadora de Dios. De esta manera: “el trabajo se convierte en participación en la obra misma de

la salvación, en oportunidad para acelerar el advenimiento del Reino, para desarrollar las propias

potencialidades y cualidades poniéndolas al servicio de los demás”

Recemos para que todos los hombres puedan acceder al trabajo y a condiciones de trabajo digna.

Pidamos urgentemente que quienes tienen la capacidad de dar trabajo lo hagan diligentemente.

“Imploremos a san José Obrero para que encontremos caminos que nos lleven a decir: ¡Ningún joven,

ninguna persona, ninguna familia sin trabajo!”

Recemos juntos














Gesto sugerido: Bendición de los trabajadores. De las Herramientas de trabajo (Bendicional)

Padre creador de todo el universo, que has confiado los bienes de la creación a todos los

hombres, haz que, por la intercesión de San José, humilde carpintero de Nazaret, no falte

el trabajo digno y estable en las familias, que el fruto del esfuerzo se transforme en

desarrollo integral para gloria tuya. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.

Día séptimo

San José, padre en la sombra Leemos en la Palabra: Entonces yo les dije: No se acobarden ni les tengan miedo. El Señor, su

Dios, que va delante de ustedes, combatirá por ustedes, como lo hizo en Egipto ante sus propios ojos, y

también en el desierto, donde tú viste que el Señor, tu Dios, te conducía como un padre conduce a su hijo,

a lo largo de todo el camino que recorriste hasta llegar a este lugar (Dt. 1,29-31)

Dice el Papa Francisco: “Con la imagen evocadora de la sombre define la figura de José, que para

Jesús es la sombre del Padre celestial en la tierra: lo auxilia, lo protege, no se aparta jamás de su lado para

seguir sus pasos […] Así José ejercitó la paternidad durante toda su vida”

En la actualidad muchas veces parece que los niños y los jóvenes sufren la ausencia de los padres o

el hecho mismo de no tenerlos. En ocasiones debemos afirmar que la orfandad en la que se encuentran los

define como hijos huérfanos de padres vivos.

“Nadie nace padre, sino que se hace. Y no se hace sólo por traer un hijo al mundo, sino por hacerse

cargo de él responsablemente” Por eso queremos elevar nuestras plegarias por todos los hijos que se siente

de hecho huérfanos de padre y madre, para que esta ausencia existencial sea colmada por el amor que se

manifiesta a través del servicio que tantas personas llevan adelante con generosa delicadeza.

Recemos juntos














Gesto sugerido: Bendición de los que trabajan en favor de la niñez y cáritas.

Padre nuestro, en quien se encuentra la fuente de toda paternidad en el cielo y en la tierra,

enséñanos realizar en esta vida la maravillosa vocación de ser padres en la vida

matrimonial, célibe o virginal, mediante la entrega generosa de nuestra vida, a fin de que

como en San José, se transforme en signo de la belleza y alegría del amor. Te lo pedimos

por Jesucristo nuestro Señor.

Día octavo

San José, padre en la libertad Leemos en la Palabra: Al tercer día, lo hallaron en el Templo en medio de los doctores de la Ley,

escuchándolos y haciéndoles preguntas. Y todos los que lo oían estaban asombrados de su inteligencia y

sus respuestas. Al verlo, sus padres quedaron maravillados y su madre le dijo: «Hijo mío, ¿por qué nos

has hecho esto? Piensa que tu padre y yo te buscábamos angustiados». Jesús les respondió: «¿Por qué

me buscaban? ¿No sabían que yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?». Ellos no entendieron lo

que les decía. (Lucas 2,48-50)

Dice el Papa Francisco: “Ser padre significa introducir al niño en la experiencia de la vida, en la

realidad. No para retenerlo, no para encarcelarlo, no para poseerlo, sino para hacerlo capaz de elegir, de ser

libre, de salir. Quizás por esta razón la tradición también le ha puesto a José, junto al apelativo de padre, el

de “castísimo”. No es una indicación meramente afectiva, sino la síntesis de una actitud que expresa lo

contrario a poseer. La castidad está en ser libres del afán de poseer en todos los ámbitos de la vida. Sólo

cuando un amor es casto es un verdadero amor.”

Recemos para que todos los que tenemos alguna forma de ejercer la paternidad, lo hagamos con

limpieza de corazón. Que seamos verdaderos educadores para la libertad responsable sin agobiar o ahogar

a nadie con imposiciones o reglas que impiden madurar.

Recemos juntos














Gesto sugerido: Bendición de los jóvenes

Padre de nuestro Señor Jesucristo, ayúdanos a ejercer la paternidad de modo que seamos

fieles imitadores de san José que supo acompañar durante su vida terrena a aquel que nos

diste como redentor y salvador. Jesucristo que vive y reina por los siglos de los siglos.

Amén.

Día nueve

San José, patrono de la Iglesia Leemos en la Palabra: Cuando Israel era niño, yo lo amé y de Egipto llamé a mi hijo. Yo lo atraía

con lazos humanos con ataduras de amor; era para ellos como los que alzan a una criatura contra sus

mejillas, me inclinaba hacia él y le daba de comer (Oseas 11,1.4)

Dice el Papa Francisco: “al cumplirse ciento cincuenta años de que el beato Pío IX, el 8 de diciembre

de 1870, lo declarara como Patrono de la Iglesia Católica, quisiera -como dice Jesús- que la boca hable de

aquello de lo que está lleno el corazón (cf. Mt 12,34), para compartir con ustedes algunas reflexiones

personales sobre esta figura extraordinaria, tan cercana a nuestra condición humana”

El patrono es el protector. Al contemplar la figura de José, padre adoptivo de Jesús, estamos

invitados a descubrir la delicadeza de la fuerza protectora, de aquel a quien se le confió el cuidado del

redentor. Sin dudas que él es el primer referente humano que tiene el Señor para hablarnos del Padre.

Como san José también nosotros estamos llamados a proteger a Cristo engendrado en el corazón de

cada bautizado, de cada joven, de cada enfermo. “Todos pueden encontrar en José al hombre que pasa

desapercibido, el hombre de la presencia diaria, discreta y oculta, un intercesor, un apoyo y una guía en

tiempos de dificultad”

Pidamos todos por la santa madre Iglesia en estos tiempos de dificultad, acudamos a José.













San José Patrono de la Iglesia. Ruega por nosotros

Dios todopoderoso y lleno de misericordia, que diste a la Virgen María, por esposo, al

hombre justo, el bienaventurado José, hijo de David, y le elegiste para ser el padre adoptivo

de Jesús, concede a la Iglesia, por las oraciones y los méritos de este santo varón, la paz y

la tranquilidad, y otórganos la gracia de gozar un día de la gloria de cielo. Por Jesucristo,

nuestro Señor. Amén

Novena a San José

Guión de la misa -día primero-

PREPARACIÓN:

Queridos hermanos iniciamos esta celebración cantando.

ENTRADA:

En este primer día de la novena en honor a San José, esposo de María y padre de Jesús reflexionamos sobre

su papel en la historia de la Salvación, es un padre que siempre ha sido amado por el pueblo cristiano. San

José es la pieza que une el Antiguo y el Nuevo Testamento. Con todo su corazón amo a su familia, la

familia que Dios le había encomendado y puso todo ese amor al servicio del Mesías que había nacido.

LECTURAS:

Abramos nuestro corazón, y escuchemos el mensaje que el señor hoy nos quiere dejar en su palabra.

ORACIÓN DE LOS FIELES:

A cada una de las peticiones responderemos orando: "Por San José padre amoroso, te lo pedimos

Señor"

• Por el Papa Francisco y toda la iglesia, para que con el mismo amor que san José le dio a Jesús,

ellos también lo entreguen a su pueblo. Oremos.

• Por nuestros gobernantes para que trabajen por el bien de sus comunidades. Oremos.

• Por los que sufren en cuerpo y alma la falta de amor, y encuentren en nosotros alivio y

contención. Oremos.

• Por todos nosotros y las intenciones que tenemos guardadas en nuestro corazón. Oremos.

PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

Presentemos los dones de pan y vino y junto con ellos nuestro deseo de vivir con un verdadero espíritu

cristiano.

COMUNIÓN:

Dios es Amor y el que permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él. Con gran alegría nos

acercamos a recibirlo.

DESPEDIDA:

Como san José Padre Amoroso seamos también nosotros con todos los que nos rodean. Nos despedimos

cantando.

Novena a San José

Guión de la misa -día segundo-

PREPARACIÓN:


ENTRADA:

En este segundo día de la Novena a San José reflexionamos acerca de su ternura como hombre.

Jesús vio la ternura de Dios en José: como un padre la siente por sus hijos.

Hoy tenemos que tener claro que la ternura es una virtud a conquistar, y debemos aprender a aceptar nuestra

debilidad.

LECTURAS:

A través de su palabra Dios nos habla con ternura, escuchemos su proclamación.


A cada una de las peticiones responderemos orando: "Por San José, te lo pedimos Señor"

• Por la Santa Iglesia y el Papa Francisco, para que refleje siempre esa imagen de ternura. Oremos…

• Por nuestro obispo y sacerdotes, para que crezcan en gracia ante Dios. Oremos…

• Por los padres para que dirijan la mirada hacia José y amen con sinceridad. Oremos…

• Por los enfermos, para que sientan la misma ternura que sintió José. Oremos…

• Por nuestras familias, para que sean responsables de guiar a sus hijos con principios y valores

cristianos. Oremos…


Junto al pan y el vino ofrezcamos nuestro egoísmo, para que sean convertidas en ternura y fortaleza.

COMUNIÓN:

En la Eucaristía es Jesús quien se ofrece con ternura para fortalecer nuestras debilidades. Lo recibimos

cantando.

DESPEDIDA:

Vivamos sin miedo a ser amables en nuestros ambientes.

Novena a San José

Guión dela misa -día tercero-

PREPARACIÓN:


ENTRADA:

En este tercer día de la Novena a San José reflexionamos acerca de su obediencia. Desde aquel primer

sueño en se le apareció el ángel para que aceptara a María nunca dudó en vivir la voluntad de Dios y

obedeció en ser el padre terrenal y esposo fiel de una familia sagrada.

LECTURAS:

Por medio de las escrituras y los evangelios, Dios nos dejó su palabra como alimento de cada día.

Atentamente escuchemos lo que nos quiere decir hoy.



• Por la Iglesia y el Papa Francisco, para que nos guíen a ser mejores cristianos. Oremos…

• Por nuestro obispo, sacerdotes y diáconos, para que nos muestren el camino de José de obediencia

y compromiso. Oremos…

• Por los gobernantes, para que sepan atender responsablemente las necesidades de la sociedad.

Oremos…

• Por todos nosotros, para que a imagen de José, sepamos construir familias con valores basados en

Jesús. Oremos…


Con las ofrendas de Pan y Vino, llevemos al altar nuestros deseos de vivir con un corazón abierto a la

salvación que Jesús nos ofrece a cada instante.

COMUNIÓN:

La comunión con Jesucristo, nos implica renovar nuestro espíritu de Amor y seguir el camino que hoy nos

enseña.

DESPEDIDA:

Como lo hizo José, que hoy aprendamos a aceptar obedientemente lo que nos pide Dios para nuestras vidas.

Novena a San José

Guión de la misa -día cuarto-

PREPARACIÓN:


ENTRADA:

En este cuarto día de la Novena a San José observamos al padre adoptivo de Jesús como el padre en la

Acogida.

José protege y cuida de María sin condiciones, a pesar de no entender claramente lo que Dios le ha

encomendado, el recibe a María y la acompaña en la espera del niño Jesús.

Que José nos de fuerza para aceptar cada día con amor a nuestras familias, a nuestra comunidad, a nuestro

prójimo.

LECTURAS:

La Palabra de Dios es la que nos da fuerza para seguir adelante cada día. Abramos nuestro corazón y

escuchemos con atención.



• Por la Iglesia y el papa Francisco, para que nos muestren el camino de recibir y acompañar a

nuestros hermanos. Oremos…

• Por los gobernantes para que sepan renunciar a aspiraciones personales y busquen el bien común.

Oremos…

• Por nuestras familias, para que a imagen de José, sepamos aceptar con fe lo que se nos presenta

cada día. Oremos…

• Por nuestra comunidad, para que demos testimonio con nuestra vida de tu amor, como lo hizo José.

Oremos....


Junto al pan y vino, ofrezcamos nuestro deseo de proteger y cuidar de aquellos que más nos necesitan.

COMUNIÓN:

Ese mismo Jesús que fue aceptado por María y José sin cuestionamientos, hoy nos pide que le abramos el

corazón parta recibirlo. Lo hacemos cantando.

DESPEDIDA:

Nos despedimos con la enseñanza de José: recibamos a todos por igual sin buscar “peros”, “ni atajos”.

Nos despedimos cantando.

Novena a San José

Guión de la misa -día quinto-

PREPARACIÓN:


ENTRADA:

En este quinto día de la Novena a San José vemos que Dios confió en el como padre terrenal de su hijo,

siendo así San José protector del niño y de María, ya que con su creatividad los mantuvo a salvo.

LECTURAS:

Dispongamos nuestros corazones para escuchar lo que Dios nos quiere decir.



• Por la Santa Iglesia y sus pastores, para que tengan la creatividad de San José para acercar a los

hombres al camino de Dios. Oremos…

• Por los gobernantes para que tengan la sabiduría y humildad de San José, para así guiar a la

nación. Oremos…

• Por los que sufren, por los pobres y enfermos para que encuentren en nuestras manos el espíritu

protector de San José. Oremos…


Junto al pan y el vino ofrezcamos al Señor nuestra disponibilidad como lo hizo San José.

COMUNIÓN:

Con su presencia sacramental Dios nos da el alimento para fortalecer nuestra fe.

DESPEDIDA:

Volvamos a nuestros hogares llevando el ejemplo de San José en nuestras vidas.

Novena a San José

Guión de la misa -día sexto-

PREPARACIÓN:

Bienvenidos hermanos iniciamos esta celebración cantando.

ENTRADA:

En este sexto día de la Novena a San José observamos como Jesús aprendió de Él, su padre terrenal, el

valor y la dignidad del trabajo.

LECTURAS:

Abramos nuestro corazón para escuchar la palabra de Dios.



• Por la Iglesia, para que podamos discernir los caminos de Dios como lo hizo San José. Oremos…

• Por los gobernantes para que pidan sabiduría a Dios, para buscar el bien de su pueblo. Oremos…

• Por los que sufren, los enfermos, los abandonados, para que encuentren en Cristo consuelo y

fortaleza. Oremos…

• Por nuestra comunidad, para que tengamos el espíritu, el valor y la voluntad de San José. Oremos…


Junto al pan y el vino ofrezcamos también un corazón puro como lo hizo San José.

COMUNIÓN:

Dios mismo se nos ofrece en el sacramento del altar, con total entrega nos acercamos a recibirlo.

DESPEDIDA:

Regresemos a nuestros hogares dispuestos a ser buenos cristianos como San José nos enseñó con su

ejemplo.

Novena a San José

Guión dela misa -día séptimo-

PREPARACIÓN:


ENTRADA:

En este séptimo día de la Novena a San José reflexionamos acerca de su paternidad como la sombra del

Padre Celestial en la tierra, que valora inmensamente el don de la vida y da testimonio de ello protegiendo

a María y a Jesús.

Que su imagen nos impulse a poner nuestra confianza en Dios y cuidar de los hijos que nos ha regalado.

Dispongamos nuestro corazón para celebrar esta eucaristía.

LECTURAS:

Dios nos habla: escuchemos atentamente su palabra que quiere despertar nuestra fe y hacernos crecer en

el amor.



• Por la Santa Iglesia y el Papa Francisco, para que con su ejemplo hagamos de nuestras vidas un

servicio a los hermanos. Oremos…

• Por nuestro obispo y sacerdotes, para que junto a ellos tengamos siempre una verdadera actitud de

protección a los más débiles. Oremos…

• Por los padres para que sean responsables en la educación y cuidado de sus hijos. Oremos…

• Por nuestras familias para que en ellas el amor sea un verdadero testimonio de unidad. Oremos…

• Por los niños y adolescentes que están solos y alejados de tu Hijo. Oremos…


Junto al pan y el vino pongamos también hoy, el don de nuestra vida, que ella sea convertida en una ofrenda

agradable a Dios.

COMUNIÓN:

Ahora aquí, en la Eucaristía es Jesús que nos da la fortaleza para poder sostener nuestra vocación como

San José. Lo recibimos con alegría.

DESPEDIDA:

Seamos como el padre adoptivo de Jesús y asumamos con responsabilidad la protección de la vida.

Novena a San José

Guión de la misa -día octavo-

PREPARACIÓN:


ENTRADA:

En este octavo día de la Novena a San José miramos a nuestro Santo como Padre adoptivo de Jesús, que

cumple la misión de Dios en todos los momentos de su vida.

Que su imagen nos ayude a educar a nuestros hijos en libertad, evitando la posesión y ayudándolos a crecer

con el ejemplo de obras agradables a nuestro Padre.

Dispongamos nuestro corazón para celebrar esta eucaristía.

LECTURAS:

La Palabra divina proviene del Padre y se derrama sobre nosotros para iluminar y guiar nuestras vidas.

Escuchémosla.



• Por la Iglesia, para que siempre podamos discernir los caminos del bien como lo hizo José.

Oremos…

• Por los gobernantes para que pidan consejo y sabiduría a nuestro Padre y busquen el bien de sus

pueblos según Su voluntad. Oremos…

• Por las familias y especialmente por los padres adoptivos, para que con responsabilidad y amor

guíen a sus hijos y sean los primeros transmisores de la fe. Oremos…

• Por nuestros familiares difuntos que nos transmitieron la fe para que estén gozando junto a la gran

familia del Cielo. Oremos…


Pidamos al padre adoptivo de Jesús que nuestra vida sea un ofrecimiento diario, como los dones que hoy

llevamos al altar.

COMUNIÓN:

José experimentó la cercanía cotidiana de Jesús. Ahora, nosotros podemos dejar entrar nuevamente al

Señor en nuestro corazón. Vayamos a comulgar y cantemos con alegría.

DESPEDIDA:

Vivamos con profundidad nuestra vida porque al igual que a San José, también a nosotros Dios nos reserva

una misión maravillosa. Nos despedimos cantando.

Novena a San José

Guión de la misa -día noveno-

PREPARACIÓN:


ENTRADA:

En este noveno día, en honor a san José, debemos recordar que después de María, Madre de Dios, ningún

santo ocupa tanto espacio en la vida y el magisterio de la Iglesia como San José, su esposo. Los últimos

Papas han destacado su papel central en la historia de la salvación, como Patrono de la Iglesia universal;

Patrono de los Trabajadores; Custodio del Redentor. El Pueblo de Dios lo invoca como Patrono de la Buena

Muerte. Todos pueden encontrar en San José, el hombre que pasa desapercibido, el de la presencia diaria,

discreta y oculta, un intercesor, un apoyo y un guía en tiempos de dificultad.

LECTURAS:

Dispongamos nuestro corazón a la escucha de la Palabra de Dios.


A cada intención oramos: “Por san José patrono de la iglesia escúchanos señor”

• Por el Papa francisco y todos sus pastores para que sean fieles al evangelio y vean en San José un

modelo a seguir. Oremos.

• Por nuestra patria y gobernantes para que busquen el bien de su pueblo. Oremos.

• Por los todos los enfermos y afligidos para que encuentren en nosotros el rostro de Jesús. Oremos.

• Por toda la comunidad para que se sienta protegida por su Santo Patrono. Oremos.


Presentamos los dones de Pan y vino para celebrar la eucaristía que renueva nuestra salvación y la del

mundo entero.

COMUNIÓN:

Jesús nos ofrece el alimento de su cuerpo. Recibámoslo con fe y alegría.

DESPEDIDA:

Demos gracias a Dios por esta misa en honor a san José Patrono de la iglesia universal. Nos despedimos

cantando.

Documents

Material para novenas parroquiales y fiestas de San José