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ISP – “Dr. Joaquín V. González” Profesorado de Historia Materia: Introducción a la filosofía Docente: Marcos Thisted Ficha de Cátedra Nro. 1 I. Esopo, Fábulas: Tenía un astrónomo la costumbre de pasear todas las noches estudiando los astros. Un día que vagaba por las afueras de la ciudad, absorto en la contemplación del cielo, cayó inopinadamente en un pozo. Estando lamentándose y dando voces, acertó a pasar un hombre, que oyendo sus lamentos se le acercó para saber su motivo; enterado de lo sucedido, dijo: -¡Amigo mío! ¿quieres ver lo que hay en el cielo y no ves lo que hay en la tierra? Está bien mirar y conocer a nuestro alrededor, pero antes hay que saber donde se está parado. II. Platón, Teeteto, 174 a: “Como también se dice que Tales, mientras estudiaba los astros… y miraba hacia arriba, cayó en un pozo, y que una bonita y graciosa criada tracia se burló de que quisiera conocer las cosas del cielo y no advirtiera las que tenía junto a sus pies.” 1

Material Para Tales Ficha Nro 2

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Tales de Milet

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ISP – “Dr. Joaquín V. González”Profesorado de HistoriaMateria: Introducción a la filosofíaDocente: Marcos Thisted

Ficha de Cátedra Nro. 1

I. Esopo, Fábulas:

Tenía un astrónomo la costumbre de pasear todas las noches estudiando los astros. Un

día que vagaba por las afueras de la ciudad, absorto en la contemplación del cielo, cayó

inopinadamente en un pozo. Estando lamentándose y dando voces, acertó a pasar un

hombre, que oyendo sus lamentos se le acercó para saber su motivo; enterado de lo

sucedido, dijo:

-¡Amigo mío! ¿quieres ver lo que hay en el cielo y no ves lo que hay en la tierra?

 Está bien mirar y conocer  a nuestro alrededor, pero antes hay que saber donde se está

parado.

II. Platón, Teeteto, 174 a:

“Como también se dice que Tales, mientras estudiaba los astros… y miraba hacia arriba,

cayó en un pozo, y que una bonita y graciosa criada tracia se burló de que quisiera

conocer las cosas del cielo y no advirtiera las que tenía junto a sus pies.”

III. Aristóteles, Política, I 11, 1259 a:

“Pues todas estas cosas son útiles para los que aprecian el arte de las ganancias, como

por ejemplo la maniobra financiera de Tales de Mileto, que atribuyeron a su sabiduría,

pero que tiene carácter universal. En efecto, como lo injuriaban por su pobreza y por la

inutilidad de la filosofía, se dice que, gracias a sus concoimientos astronómicos, pudo

saber cómo sería la cosecha de aceitunas. Así, cuando era aún invierno y tenía un poco

de dinero, tomó mediante fianza todas las prensas de aceite de Mileto y de Quíos,

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arrendándolas por muy poco, pues no había competencia. Cuando llegó la oportunidad y

todos a la vez buscaban prensas, las alquiló como quería, juntando mucho dinero, para

demostrar qué fácil resulta a los filósofos enriquecerse cuando quieren hacerlo.”

IV. Estobeo, Florilegium, LXXX, 3 (Wachsmuth ed., II, 7):

“Bion dijo que los más ridículos eran los astrónomos, que no ven los peces ante sus pies

en las playas pero afirman de sí mismos reconocerlos en el cielo.”

V. Cicerón, Tusculanae Disputationes, V, 114

“Mientras que otros no ven siquiera lo que está ante sus pies, aquél peregrinó por toda la

infinitud sin detenerse ante límite alguno.”

VI. Chaucer, Cuentos de Canterbury, W. W. Skeat ed. Londres 1951, 462, v. 3453-

3461.

“¡Esto tenía que suceder alguna vez! No hay que intentar mirar a Dios por encima del

hombro. Prefiero al hombre sencillo que vive piadosamente en sus creencias. Ahora le

sucede lo que a aquel otro astrónomo que salió un día al campo a observar las estrellas

con el fin de prever el futuro y cayó en un pozo de estiércol, que por desgracia no había

previsto.”

VII. Montaigne, Ensayos, II, 12, ed. Didot, 274 AB

“Me parece bien lo de la muchacha milesia, que observando al filósofo Tales ocupado

sin cesar en la contemplación de la bóveda celeste, con los ojos siempre hacia arriba, le

puso algo en el camino para que tropezara, con el fin de recordarle que sería tiempo de

ocupar su pensamiento con los objetos que están en las nubes sólo cuando estuviera al

tanto de los que están a sus pies. Fue un buen consejo el que le dio, el de dirigir la

atención más bien a sí mismo que al cielo.”

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