19
MATERIALISMO CULTURAL: desarrollo de los planteamientos de Marvin Harris. Harris, Marvin: El materialismo cultural , Madrid: Alianza, 1982 PREFACIO Para los marxistas dialécticos el materialismo cultural, con su insistencia e cientifismo, la investigación empírica y la contrastabilídad en la tradición del positivismo lógico (que no debe confundirse con el positivismo francés, parece to partido por el statu quo . !l propio tiempo, para "umanistas, eclécticos e idealistas énfasis en el determinismoinfraestructural "ace al materialismo cultural pr#cticamente indiscernible del mar$ismo de principios del siglo $$. %a i&qui tanto, lo acusa de ser un economicismo mec#nico, vulgar, burgués' la derec"a, serm#s que mar$ismo leninismo. Según mi propia forma de concebirlo, el materialismo cultural combina el pragmatismo y empirismo angloamericano con lo mejor del marxismo, a saber, el estudio marxiano de las condiciones materiales clave para la comprensión científica de la vida social humana. Claves conceptuales : *marxistas dialécticos Marx defiende !e n" exis#e !na esen$ia de %ser &!'an"( !e realizada, sin" !e el &"')re es #ra)a*", a$#ividad+ El #ra)a*" la a$$i-n es &!'an" $"n la 'is'a na#!raleza $"n el res#" de seres &!'an"s+ A #rav/s del # #ransf"r'a la na#!raleza "$!.a !n .!es#" de#er'inad" en la s"$iedad+ 0"r #"d sex#a #esis s")re e!er)a$& !e %la esen$ia &!'ana n" es al3" a)s#ra$#" in&er realidad, el $"n*!n#" de las rela$i"nes s"$iales+( Marx #"'a de He3el el es!e )esis !ntítesis *íntesis + Sin e')ar3", es#e es!e'a dial/$#i$" n" sirve .ara ex.li$ar el desarr"ll" 5el 6desenv"lverse67 del es. ri#! " la $"n$ien$ia, sin" de la 'a#eria+ 0"r ell", M '/ri#" de ex."ner de !n '"d" $"n$e.#!al la dial/$#i$a, a!n!e l" &i$iera al re 'a#eria $"'" .!n#" de .ar#ida, !e es .re$isa'en#e la .r".!es#a 'arxis#a, He3e La dial/$#i$a 'arxis#a re.resen#a !na inversi-n del .lan#ea'ien#" &e3elian": . 'a#eria 5en#endida s")re #"d" en !n sen#id" e$"n-'i$"7 es la $lave ex.li$a#iva la dial/$#i$a de la Idea de He3el, Marx .r"."ne !na dial/$#i$a de la realidad rev"l!$i"naria+ esde es#a -.#i$a, n" #endr s-l" fines ex.li$a#iv"s " des$ri in#en#a '"difi$arla, ser !n ele'en#" ' s !e indi!e las $"n#radi$$i eli'inadas+ El ."der de la dial/$#i$a reside en#"n$es n" s-l" en s! $a.a$idad $a.a$idad .r $#i$a, rev"l!$i"naria+ La $"n#radi$$i-n es el '"#"r de la realid se .resen#an de !n '"d" a)ier#", ina$a)ad": las s n#esis al$anzadas n" s"n .er s $"n#radi$$i"nes !e #er'inar n 'anifes# nd"se, dand" l!3ar a n!evas s n# Marx desarr"lla el materialismo "istórico , !e #ra#a de $"'.render la &is#"ria la e$"n"' a a dial/$#i$a+ ea'"s en !/ $"nsis#e es#a #e"r a 'arxis#a+ La na#!raleza el ' #ransf"r'ad"s ."r !n ser &!'an" !e ."r esen$ia es a$#ividad, #ra)a*", di'ensi ."r el 'a#erialis'" $l si$"+ El &"')re es# en 'edi" de la realidad, r"dead" ;ni$a'en#e es $"n#e'.lada, sin" #a')i/n #ransf"r'ada, es en es#a #ransf"r'a$ verdadera esen$ia del &"')re+ A #rav/s de la .raxis 5.r $#i$a<#ra)a*"7 Marx i en#re !n idealis'" de'asiad" ale*ad" de las $"sas, !n 'a#erialis'" de'asiad" S! in#en$i-n ;l#i'a es a'.liar el .!n#" de vis#a de !n 'a#erialis'" de'asiad" idealis'": 'edian#e !n .lan#ea'ien#" din 'i$", ."de'"s en#ender al &"')re en H"')re realidad es# n n#i'a'en#e !nid"s a #rav/s del #ra)a*", verdadera ese

MATERIALISMO CULTURAL Desarrollo Expositivo

  • Upload
    ventaj

  • View
    7

  • Download
    0

Embed Size (px)

DESCRIPTION

antropologia

Citation preview

MATERIALISMO CULTURAL: desarrollo de los planteamientos de Marvin Harris.Harris, Marvin: El materialismo cultural, Madrid: Alianza, 1982PREFACIOPara los marxistas dialcticos el materialismo cultural, con su insistencia en el cientifismo, la investigacin emprica y la contrastabildad en la tradicin del positivismo lgico (que no debe confundirse con el positivismo francs), parece tomar partido por el statu quo. Al propio tiempo, para humanistas, eclcticos e idealistas el nfasis en el determinismo infraestructural hace al materialismo cultural prcticamente indiscernible del marxismo de principios del siglo xx. La izquierda, por tanto, lo acusa de ser un economicismo mecnico, vulgar, burgus; la derecha, de no ser ms que marxismo-leninismo. Segn mi propia forma de concebirlo, el materialismo cultural combina el pragmatismo y empirismo angloamericano con lo mejor del marxismo, a saber, el estudio marxiano de las condiciones materiales como clave para la comprensin cientfica de la vida social humana.

Claves conceptuales: *marxistas dialcticos: Marx defiende que no existe una esencia de ser humano que deba ser realizada, sino que el hombre es trabajo, actividad. El trabajo y la accin es lo que pone en contacto al ser humano con la misma naturaleza y con el resto de seres humanos. A travs del trabajo el hombre transforma la naturaleza y ocupa un puesto determinado en la sociedad. Por todo esto, dir Marx en la sexta tesis sobre Feuerbach que la esencia humana no es algo abstracto inherente a cada individuo; es, en realidad, el conjunto de las relaciones sociales. Marx toma de Hegel el esquema dialctico de Tesis-Anttesis-Sntesis. Sin embargo, este esquema dialctico no sirve para explicar el desarrollo (el "desenvolverse") del espritu o la conciencia, sino de la materia. Por ello, Marx dir que Hegel tuvo el mrito de exponer de un modo conceptual la dialctica, aunque lo hiciera al revs: en vez de tomar la materia como punto de partida, que es precisamente la propuesta marxista, Hegel opta por la conciencia. La dialctica marxista representa una inversin del planteamiento hegeliano: para el autor de El capital, la materia (entendida sobre todo en un sentido econmico) es la clave explicativa de la realidad. As, frente a la dialctica de la Idea de Hegel, Marx propone una dialctica de la realidad y de su transformacin revolucionaria. Desde esta ptica, no tendr slo fines explicativos o descriptivos de la realidad, sino que intenta modificarla, ser un elemento ms que indique las contradicciones internas que deben ser eliminadas. El poder de la dialctica reside entonces no slo en su capacidad terica sino tambin en su capacidad prctica, revolucionaria. La contradiccin es el motor de la realidad, y los procesos dialcticos se presentan de un modo abierto, inacabado: las sntesis alcanzadas no son perfectas, e incluyen dentro de s contradicciones que terminarn manifestndose, y dando lugar a nuevas sntesis de la realidad.Marx desarrolla el materialismo histrico, que trata de comprender la historia y la economa a travs de la dialctica. Veamos en qu consiste esta teora marxista. La naturaleza y el mundo social estn ah para ser transformados por un ser humano que por esencia es actividad, trabajo, dimensin que parece olvidada por el materialismo clsico. El hombre est en medio de la realidad, rodeado de una naturaleza que no nicamente es contemplada, sino tambin transformada, y es en esta transformacin donde se expresa la verdadera esencia del hombre. A travs de la praxis (prctica-trabajo) Marx intenta superar la tensin entre un idealismo demasiado alejado de las cosas, y un materialismo demasiado apegado a las mismas. Su intencin ltima es ampliar el punto de vista de un materialismo demasiado rgido, y rebajar las alas al idealismo: mediante un planteamiento dinmico, podemos entender al hombre en relacin con las cosas. Hombre y realidad estn ntimamente unidos a travs del trabajo, verdadera esencia del ser humano, que a la vez lo realiza y transforma la naturaleza. El materialismo histrico de Marx se empobrece si se entiende como una teora metafsica o filosfica. Ms bien, debe ser comprendida como una teora de la economa, la sociedad y la historia, tres fenmenos esencialmente humanos. En estas tres dimensiones de la vida humana, existe una misma clave explicativa, y un mismo motor: la contradiccin y la lucha de clases. La primera idea que cabe destacar es que la estructura econmica es la base real de la sociedad. si nos detenemos a descomponer el mismo concepto de estructura econmica. sta vendra configurada por las relaciones de produccin y las relaciones de propiedad. Aquellas relaciones que se establecen entre los hombres derivadas del proceso de produccin reciben el nombre de relaciones de produccin. Tienen, al menos, dos vectores centrales: la relacin proletario-burgus (relacionada con el concepto de alienacin y plusvala) y la relacin del proletario con el resto de proletarios. Estas relaciones se expresan jurdicamente en las relaciones de propiedad, que permiten al capitalista apropiarse de los medios de produccin y, lo que es an ms grave, de la naturaleza, convertida ahora en materia prima del proceso productivo. En el capitalismo, la burguesa se aduea de los medios de produccin y las materias primas, mientras que los proletarios tan slo son dueos de su propio trabajo, convertido, como ya vimos, en mercanca. El trabajo unido a los medios de produccin forman lo que Marx denomina fuerza productiva.Esta estructura econmica formada (relaciones de produccin+relaciones de propiedad+fuerza productiva) crea una superestructura ideolgica, que es el conjunto de productos, costumbres y representaciones culturales que sirven a un doble fin: justifican y legitiman aquella estructura que los ha creado y, por otro lado, esconde u oculta el conflicto y la contradiccin que existe en la base econmica. La ideologa estara formada por el sistema poltico, las leyes, la religin, el arte... todos ellos sirven para justificar el status quo, y para distraer la capacidad crtica del proletariado. Infraestructura y superestructura mantienen una relacin bidireccional: por un lado, la infraestructura genera una superestructura que justifica a la primera, y que por tanto puede influir de un modo determinante en su mantenimiento, aceptndose tambin la posibilidad de que pudiera modificar las relaciones que se establecen en la infraestructura. Como ocurre en el resto de la filosofa marxista, debemos entender las relaciones entre ambas de un modo flexible y dialctico, y en ningn caso desde una ptica mecanicista y cerrada.(La concepcin materialista de la historia parte de la tesis de que la produccin, y tras ella el cambio de sus productos, es la base de todo orden social; de que en todas las sociedades que desfilan por la historia, la distribucin de los productos, y junto a ella la divisin social de los hombres en clases o estamentos, es determinada por lo que la sociedad produce y cmo lo produce y por el modo de cambiar sus productos. Segn eso, las ltimas causas de todos los cambios sociales y de todas las revoluciones polticas no deben buscarse en las cabezas de los hombres ni en la idea que ellos se forjen de la verdad eterna ni de la eterna justicia, sino en las transformaciones operadas en el modo de produccin y de cambio; han de buscarse no en la filosofa, sino en la economa de la poca de que se trata. Engels en Del socialismo utpico al socialismo cientfico de 1880).*positivismo lgico: la defensa del empirismo, el rechazo rotundo de la metafsica y una orientacin unificadora de la ciencia en sus lenguajes y en sus mtodos. A pesar de su heterogeneidad de grupos, el neopositivismo, denominado tambin positivismo lgico o neoempirismo se vertebr en torno a ciertas ideas compartidas, como por ejemplo: la crtica de la metafsica, la unificacin de las ciencias (el deseo de unificacin de la ciencia mediante la utilizacin de un nico mtodo, la induccin, y un nico lenguaje, el lenguaje observacional), y la "verificacin" como criterio de demarcacin entre lo que es ciencia y lo que no lo es. La lgica inductiva (o inductivista) establece el desarrollo de lo particular a lo general, de hechos a leyes, de lo concreto a lo abstracto, de lo observable a lo terico.*determinismo infraestructural: para el materialismo cultural, los sistemas socioculturales tienen una estructura tricotmica, con un componente infraestructural, un componente estructural, y por ltimo, un componente supraestructural (infraestructura, estructura y superestructura). La infraestructura est constituida por dos distintos elementos: el modo de produccin, que son las estrategias de subsistencia, las relaciones tecnoambientales, los ecosistemas y sistemas de trabajo. Pero tambin el modo de reproduccin, que incluye los factores demogrficos (cuidado de nios, control de la poblacin,)La estructura est constituida por lo que Harris llama economa domstica y economa poltica. La economa domstica incluye los roles de edad y sexo y los sistemas de organizacin familiar, mientras que la economa poltica incluye las relaciones de produccin, sistemas de estratificacin, sistemas de organizacin poltica, guerra y organizacin militar. La superestructura incluye arte, msica, ritual, deporte, ciencia, mitos-religin, y todos los elementos ideacionales. La lnea de causalidad en la vida social va desde la infraestructura a la estructura y a la superestructura. Para Harris la infraestructura tiene una prioridad causal y esto significa, como principio evolutivo, que los cambios tienden a iniciarse en la infraestructura, y ello trae consigo cambios en la estructura y superestructura. "Los modos de produccin y reproduccin conductuales etic determinan probabilsticamente las economas domstica y poltica conductuales etic, que a su vez determinan las superestructuras conductual y mental emic". Harris, Marvin. 1982 [1979], El materialismo cultural En definitiva, para explicar los fenmenos socioculturales, segn Harris, se debe dar prioridad a las teoras basadas en variables infraestructurales: tecnolgicas, ecolgicas y demogrficas. Las variables estructurales y las superestructurales estn supeditadas a las infraestructurales, contribuyendo a la regulacin de los sistemas socioculturales, pero no pueden buscarse en ellas las causas de los mismos.

A pesar de que un nmero considerable de antroplogos ha adoptado la estrategia materialista cultural, la mayor parte sigue inclinndose por alguna de las otras alternativas disponibles. La ms popular de stas niega la necesidad misma de adoptar una estrategia definida. Se trata de la alternativa que denomino estrategia del eclecticismo. Ser eclctico equivale a sostener que toda estrategia investigadora puede contribuir a la solucin de ciertos enigmas y que no cabe predecir cul de ellas ser ms fructfera en un caso dado. El eclecticismo se presenta a s mismo como el campen de la mentalidad abierta. Pero, en realidad, constituye un compromiso estratgico tan cerrado como cualquiera de sus rivales, pues mantener indefinidamente abiertas todas las opciones supone tomar una posicin estratgica muy clara. Lo que garantiza la amplitud de miras no es el eclecticismo, sino el choque de las diferentes opciones estratgicas, entre las que ste se incluye. Al defender la superioridad del materialismo cultural, no abogo, pues, por la supresin de las estrategias rivales. Me limito a recalcar que la comparacin sistemtica de estrategias alternativas es un ingrediente esencial de la empresa cientfica. Aun cuando no invent el materialismo cultural, s soy el autor de la expresin (en The Rise of Anthropological Theory). Permtaseme explicar por qu escog, precisamente, estos dos vocablos. El materialismo del materialismo cultural representa un reconocimiento de la deuda contrada con la formulacin marxiana de la influencia determinante de la produccin y otros procesos materiales. El materialismo cultural es una estrategia cuyos presupuestos epistemolgicos entroncan con las tradiciones filosficas de David Hume y el empirismo britnico, presupuestos que desembocaron en Darwin, Spencer, Tylor, Morgan, Frazer, Boas y el nacimiento de la antropologa como disciplina acadmica. En cuanto al calificativo cultural de nuestro materialismo, ste sale a relucir debido a que las causas materiales de los fenmenos socioculturales difieren de las que, en rigor, corresponden a los determinismos de ndole orgnica e inorgnica. As, nuestra estrategia es contraria a los materialismos reduccionistas de corte biolgico, tales como las explicaciones raciales, sociobiolgicas o etolgicas de las diferencias y semejanzas culturales. Adems, el trmino cultural expresa con mayor exactitud que otros como histrico o sociolgico el hecho de que los fenmenos que tratamos de explicar son humanos, tanto sincrnicos como diacrnicos, tanto prehistricos como histricos.

Claves conceptuales: *sincronismo y diacronismo: Con el revivir del inters por la evolucin a manos de los neo-evolucionistas, a mediados del siglo veinte, el pasado remoto cobr una posicin verdaderamente destacada en antropologa. Durante el periodo que antecedi la segunda gran guerra los antroplogos, especialmente en Estados Unidos, se encontraban ms ocupados por el presente, presente que los diriga a la confrontacin. El nfasis marcado por autores como Steward (1977), White (1943, 1949), Service (1971, 1975) y Sahlins (1990) durante la posguerra contribuy al desarrollo de una teora antropolgica del cambio cultural que comprenda la totalidad de la historia. El sincronismo en el mbito antropolgico se enmarca en el estudio de lo acontecer en el presente (espacio-funcional), mientras que el diacronismo hace referencia al estudio de la evolucin en el tiempo de los hechos sociales (tiempo-histrico). En lingstica, dos puntos de vista diferentes y complementarios, pueden ser adoptados cuando se analizan hechos de lengua. El enfoque diacrnico se interesa en la historia de la lengua, y estudia sus evoluciones (la etimologa, la evolucin fontica, la semntica, el lxico, la sintaxis, etc.). El trmino es un prstamo lingstico construido sobre las races griegas -, a travs , y , tiempo ; la lingstica comparada, por ejemplo, tiene una aproximacin obviamente diacrnica. El enfoque sincrnico se interesa en una lengua en un momento preciso de la historia. Esa palabra tambin deriva de dos races del griego antiguo: -, con , y , tiempo . La gramtica escolar, en lo esencial, es sincrnica, pues indica cuales son las normas consideradas como reglas de una lengua, las que pueden haber variado respecto de estados anteriores. Los trminos sincrona y diacrona, y la construccin terica de su oposicin, fueron desarrolladas por Ferdinand de Saussure, primer lingista que separ claramente los dos puntos de vista. En antropologa, el trmino diacrona fue adoptado por la corriente estructuralista francesa. Claude Lvi-Strauss haba conocido la obra del lingista suizo Ferdinand de Saussure, creador de la dada terica diacrona-sincrona. De ah la retom aproximadamente con el mismo sentido que se usa en lingstica. La comparacin sincrnica se realiza en una sola cultura y en un momento concreto, o entre culturas que son contemporneas, prximas o alejadas geogrficamente. De este modo, la investigacin se refiere a un momento especfico o a un tiempo nico. Viene a ser como un corte perpendicular de una situacin en un momento dado y se estudia su estructura. Por otro lado, la comparacin diacrnica o longitudinal se lleva a cabo en una sola cultura y en distintos momentos o entre varias culturas separadas en el tiempo. La investigacin extiende su anlisis a una sucesin de momentos temporales y el corte es transversal, lo que permite estudiar la evolucin del fenmeno en el periodo dado. Este tipo de investigacin puede ser, a su vez, retrospectiva o histrica, es decir, sobre el pasado, o prospectiva o predictiva, sobre el presente y el futuro.

*emic y etic: Los trminos emic y etic fueron introducidos por primera vez por el lingista Kenneth Pike basndose en la distincin entre phonemics (fonologa) y phonetics (fontica). Pike argument que este tipo de distincin basado en la interpretacin del sujeto (fonema) frente a la realidad acstica de un sonido deba extenderse a la conducta social (fontica). Los trminos fueron popularizados en la antropologa social por Marvin Harris, quien los reutiliz con acepciones ligeramente diferentes a las que haba dado Pike. Estos conceptos cobraron inters en la redefinicin del mtodo etnogrfico en corrientes como la nueva etnografa de los aos 50, la etnolingstica etnociencia o etnosemntica. La distincin emic / etic se usa en las ciencias sociales y las ciencias del comportamiento para referirse a dos tipos diferentes de descripcin relacionadas con la conducta y la interpretacin de los agentes involucrados. Se entiende generalmente emic como el punto de vista del nativo y etic como el punto de vista del extranjero, mediante una serie de herramientas metodolgicas y de categoras. Una descripcin emic es una descripcin en trminos significativos (conscientes o inconscientes) para el agente que las realiza. As por ejemplo una descripcin emic de cierta costumbre de los habitantes de un lugar estara basada en cmo explican los miembros de esa sociedad el significado y los motivos de esa costumbre. Una descripcin etic es una descripcin de hechos observables por cualquier observador desprovisto de cualquier intento de descubrir el significado que los agentes involucrados le dan. A veces la descripcin etic y emic de un mismo fenmeno no coinciden, tal como mostr el antroplogo Marvin Harris en varios de sus trabajos. Eso hace importante atender a ambos tipos de descripciones. Por otro lado las motivaciones para buscar un tipo de descripcin u otro pueden estar basadas en el tipo de trabajo. Los cientficos interesados en la construccin local de significado no podrn dejar de atender a descripciones de tipo emic. En cambio los cientficos interesados en investigaciones comparativas tratarn de buscar descripciones etic.Por lo que se refiere a la antropologa, el problema fundamental radica en el riesgo de que el antroplogo no pueda separar adecuadamente sus valoraciones personales de las que son propias de los actores que l estudia. El antroplogo debe recorrer un camino en el que resplandezca su rigor desde el punto de vista cientfico. Nada ms superarse el evolucionismo empez a discutirse este problema en la antropologa, y muy pronto se hizo mencin de la doble mirada del antroplogo, es decir, de la compartida con los nativos y de la suya propia. Mientras Franz Boas teorizaba sobre este asunto en Estados Unidos, los funcionalistas ingleses se planteaban idntico problema. B. Malinowski lo expresa muy claramente a propsito de sus reflexiones sobre el trabajo de campo en Los argonautas del Pacfico occidental (1922). el antroplogo tienen dos formas de ver las cosas. Una de ellas es la que logra proyectando su mirada desde el interior del sistema, es decir, adoptando temporalmente los valores y las apreciaciones de los estudiados, a la cual denominamos emic. La otra perspectiva, llamada etic, es la que logra mirando al sistema desde fuera, es decir, como si el antroplogo estuviera fuera de la sociedad que estudia. La perspectiva emic es la gran aportacin de la antropologa, la que brota de ese mtodo de trabajo que denominamos con el nombre de observacin participante. El antroplogo se integra en el seno de la cultura que pretende captar y se convierte en uno ms de cuantos participan de la misma. De esta manera evita la distorsin de analizar los valores ajenos con parmetros propios. Sin embargo, el antroplogo, una vez que ha realizado su trabajo de campo, ha de llevar a cabo las imprescindibles comparaciones. Debe establecer analogas entre la cultura que ha estudiado y la suya propia. Y, adems, entre estas dos culturas y las que conoce a travs de la informacin que proporcionan otros antroplogos. Entonces, las visiones emic, suyas o tomadas en prstamo de otros cientficos, deben ser conjugadas con algunas apreciaciones. El relativismo del que se ha valido el antroplogo para captar el punto de vista de los estudiados no debe ni puede ser absoluto. En definitiva, siendo imprescindible el punto de vista emic, el antroplogo no prescinde por entero de las observaciones etic acerca de una cultura. Emic y etic se alinean por analoga con otros pares de conceptos similares como subjetividad y objetividad o nomottico e ipsativo, ya que la interpretacin emic es una descripcin en trminos significativos mientras que una interpretacin etic lo es en trminos observables. Parece evidente la proximidad a un enfoque cientfico para el concepto etic mientras que el emic se reserva una idea ms identificada con la cultura. O lo que parece lo mismo, una aproximacin a la verdad universal y objetiva contra una idea subjetiva y vivencial.

Primera parteEL MATERIALISMO CULTURALCOMO ESTRATEGIA DE INVESTIGACIONINTRODUCCION A LA PRIMERA PARTEDos son las partes de que consta la descripcin y valoracin de una estrategia investigativa; consecuentemente, dos sern las partes en que se divida la presente obra. En primer lugar, es preciso describir y evaluar los rasgos esenciales de dicha estrategia. Despus, hay que pasar a describir y evaluar las alternativas estratgicas. La primera parte versar, por ende, sobre los principios epistemolgicos y tericos que subyacen a la construccin de las teoras materialistas culturales. Tambin se esbozar un amplio conjunto de teoras interrelacionadas a fin de mostrar el alcance real o potencial y el grado de coherencia del corpus terico del materialismo cultural. La segunda se ocupa de las estrategias alternativas. Ambas partes son necesarias, ya que las descripciones y evaluaciones inteligentes requieren que expliquemos no slo por qu estamos a favor de una cosa determinada, sino tambin por qu estamos en contra de lo que esa cosa no es.

Captulo 1LAS ESTRATEGIAS DE INVESTIGACIONY LA ESTRUCTURA DE LA CIENCIA

El induccionismo estrechoA principios del siglo xvn, Francis Bacon declar que la ciencia consista en la consagracin de la autoridad del experimento y la observacin por encima de la razn, la intuicin y la convencin. Pese a que muchos siguen considerando hoy en da la recopilacin de hechos y su organizacin inductiva en forma de teora como el principio fundamental del mtodo cientfico, lo cierto es que la concepcin baconiana de los hechos y las teoras y de la relacin existente entre ambos era, ya en su propia poca, completamente utpica. El que los hechos no hablan por s solos se evidencia ya en la propia aceptacin por parte de Bacon de los errores contenidos en lo que parecan ser los hechos ms obvios. Para l era un hecho que la Tierra careca de movimiento porque a simple vista se aprecia que no se mueve; y asimismo que la vida se generaba de forma espontnea, ya que siempre nacen gusanos en la carne putrefacta y siempre aparecen ranas despus de cada chaparrn. Lo que est claro es que los grandes avances que debemos a un Newton, un Darwin o un Marx jams se habran producido si stos se hubiesen limitado a una recoleccin de hechos de tipo baconiano. Sin teoras que guen la recopilacin de datos y que permitan distinguir entre apariencias superficiales y significativas, los hechos nunca son de fiar. Debemos tener presente, empero, que las teoras carecen igualmente de significado en ausencia de los hechos.

El equilibrio entre induccin y deduccinComo teora filosfica sobre el conocimiento cientfico, el induccionismo baconiano siempre ha sido combatido por teoras opuestas que afirman la supremaca de la teora imaginativa sobre los hechos, de la deduccin sobre la induccin. Rene Descartes, por ejemplo, con su bsqueda de la certeza mediante la deduccin pienso, luego existo, consideraba su obra como un correctivo de la de Bacon. Cabe vincular tanto a Bacon como a Descartes con grandes linajes filosficos: el empirismo y el positivismo, de una parte, y el cartesianismo y el racionalismo, de otra. En la historia real de las ciencias fsicas, naturales y sociales, los induccionistas baconianos puros han sido tan escasos como los realistas cartesianos; es decir, ni el modo de pensamiento inductivo ni el deductivo han sido empleados de manera exclusiva. La ciencia siempre ha consistido en una interaccin entre induccin y deduccin, entre empirismo y racionalismo; cualquier intento de trazar una lnea de separacin a uno u otro lado chocar con la realidad de la prctica cientfica. La principal funcin de estas alternativas aparte de dar trabajo a los filsofos ha sido la de proporcionar municin para abatir las teoras de otros o para construir las propias.

El empirismo de HumeEl empirismo y positivismo actuales no descienden tanto de Francis Bacon como del filsofo britnico del siglo xvin, David Hume. La ms importante contribucin de Hume a la filosofa de la ciencia fue su comprensin de los lmites de la induccin. Hume seal que todas las generalizaciones sobre causa y efecto se basan meramente en la observacin de una conjuncin repetida de acontecimientos. Es imposible mostrar la necesidad de tal conjuncin con absoluta certeza, ya que no puede demostrarse que hechos que aparecieron anteriormente en una combinacin determinada y que fueron interpretados como causa y efectos, vayan a combinarse del mismo modo en todos los casos futuros. El remedio que Hume propona para la carencia de certeza del conocimiento cientfico basado en la induccin no era, empero, el racionalismo (o el misticismo), sino la insistencia en que la verificacin emprica de las conjunciones constantes constitua el mejor modo de adquirir conocimiento sobre el mundo.Debera desprenderse de lo que ya he dicho sobre los distintos modos de conocimiento que no suscribo el arrogante desprecio del conocimiento no cientfico al que Hume pareca inclinado y del que se ha acusado a los positivistas lgicos del siglo xx (Suppe, 1977). Sin embargo, como materialista cultural, no puedo por menos de suscribir el proyecto humeano bsico de separar el conocimiento adquirido por va de la interaccin entre razn y observacin controlada del adquirido por medio de la experiencia, la inspiracin o la revelacin no sujetas a disciplina.

Quin necesita la certeza?Despus de Hume, ya no poda considerarse a la ciencia como una forma peculiar de conocimiento porque fuera capaz de alcanzar la certeza. Antes bien, su peculiaridad estriba en que asegura ser capaz de discernir entre diferentes grados de incertidumbre. A l enjuiciar teoras cientficas no tratamos de saber cul de ellas es la que conduce a predicciones exactas en todos los casos, sino cules llevan a predicciones exactas en mayor nmero de casos. El no lograr una predecibilidad total no invalida una teora cientfica; constituye sencillamente una invitacin a hacer las cosas mejor.

Definicin del positivismoPositivismo es el nombre con que el filsofo social del siglo xrx Auguste Comte bautiz el modo de conocimiento cientfico. Al igual que Hume, Comte deseaba que la ciencia superase los debates estriles sobre conceptos metafsicos como Dios, el alma y las esencias eternas. En buena medida, el vapuleo crtico de que son objeto los enfoques positivistas en las ciencias sociales, obedece a la confusin del positivismo y el empirismo con el induccionismo estrecho. (Claude Lvi-Strauss, por ejemplo, emplea el trmino empirismo con intencin peyorativa; vase pg. 237). Pero entre los numerosos errores que cabe encontrar en la obra de Auguste Comte no figura ciertamente el del induccionismo estrecho. Como deca el propio Comte: Ninguna observacin real de cualquier clase de fenmenos es posible sin la gua inicial y la interpretacin final de algn tipo de teora (1832-42, I V : 418). Quin podra encajar mejor que Charles Darwin en la imagen del cientfico emprico decimonnico? Y, sin embargo, Darwin comprendi no menos que Comte que, para la identificacin de los hechos pertinentes y cruciales, la investigacin no respaldada por hiptesis explcitas era completamente estril. Darwin escribi: La observacin debe hacerse en pro o en contra de algn punto de vista si ha de rendir algn servicio (citado en Hull, 1973: 21). Por otra parte, la sola mencin del nombre de Herbert Spencer debera bastar para acallar al coro de antiempiristas que imaginan a la ciencia social decimonnica ofuscada por un exceso de induccin. Con razn se ha dicho de Spencer: Fue un hombre para quien la definicin de tragedia era: una hermosa teora asesinada por un feo hecho. Por ello, los recientes ataques a los modelos cientficos emprico-positivistas no hacen sino distorsionar la historia de la ciencia cuando asocian al positivismo o empirismo con la ausencia de una fase hipottico-deductiva en la conduccin de la investigacin.

El positivismo lgicoDurante la primera mitad del siglo xx, la posicin antimetafsica de Hume fue desarrollada y defendida por el movimiento filosfico denominado positivismo lgico. Nacido en Viena, este movimiento continu la lucha empirista contra las entidades metafsicas, absolutas y trascendentes. Se llamaba positivista por su agresiva postura antimetafsica, y lgico porque aplicaba principios lgicos para establecer el significado de las expresiones lingsticas. Siguiendo a Hume, los positivistas lgicos dividan los enunciados con significado en dos clases: proposiciones formales, como las de la lgica o la matemtica pura, a las que consideraban como definiciones o tautologas; y proposiciones fcticas, cuyo requisito es la verificabilidad emprica. Ambas clases se suponan exhaustivas, de manera que si una oracin no lograba expresar ni algo que fuera verdadero o falso desde un punto de vista formal ni tampoco algo contrastable empricamente, se entenda que no contena proposicin alguna. Poda tener un significado emotivo, pero era, literalmente, un disparate. Lo que sealaban era que si un enunciado no afirmaba nada que pudiera demostrarse verdadero o falso, en nada contribuira al incremento del conocimiento.

El operacionalismoPara los positivistas lgicos de la escuela vienesa, el significado de un enunciado era indisociable de una descripcin de los pasos empricos y lgicos necesarios para verificar la existencia de los acontecimientos o relaciones a los que dicho enunciado hace referencia. En la versin desarrollada por el fsico y. filsofo Percy Bridgman (1927), estos pasos se denominan operaciones, y el significado de un trmino con un referente emprico se supone idntico al conjunto de operaciones que permitiran a una serie de observadores independientes establecer la existencia del acontecimiento. Ahora bien, aunque todo el mundo reconoce que la necesidad de operacionalizar los conceptos empleados en un enunciado cientfico es uno de los requisitos metodolgicos fundamentales, tambin se reconoce que la versin extrema del operacionalismo propuesta por Bridgman no puede sino desembocar en un empobrecmiento del alcance de las teoras cientficas, por no decir en una ruptura total de la comunicacin cientfica. La propia tarea de especificar los pasos operacionales necesarios para llegar a un acuerdo sobre la existencia de una estructura compleja se tornara imposible si no contramos, al menos, con ciertos trminos cuyo significado se deriva del lenguaje natural y cuya validez depende de la experiencia prctica de una comunidad cientfica determinada.

Karl Popper y el criterio de demarcacinBajo la influencia del positivismo lgico, la frontera entre la ciencia y las otras formas de conocimiento pas a ser, para muchos pensadores, la formulacin de hiptesis contrastables cuya verdad probable dependa de observaciones y experimentos operacionalizados realizados por observadores independientes. La contrastacin de las hiptesis cientficas deba efectuarse mediante predicciones como la existencia de partculas nuevas o de especies antes desconocidas deducibles de las propias hiptesis (Hempel, 1965: 12). Mediante la contrastacin de las hiptesis y la aceptacin de aquellas que han quedado mejor confirmadas, la ciencia avanza hacia teoras cada vez ms eficaces y precisas, que a su vez posibilitan la prediccin de gamas de fenmenos cada vez ms amplias. A la mayor parte de los cientficos en activo les parecer irreprochable esta exposicin si se considera como una definicin mnima de la adquisicin de conocimiento cientfico; sin embargo, en los ltimos tiempos ha sido objeto de severos ataques y debe modificarse. La figura ms influyente en lo que concierne al desarrollo de nuevos criterios fue el filsofo ingls Karl Popper. Segn Popper, sustituir las certezas por probabilidades no constituye una respuesta adecuada a la crtica humeana de la induccin. Desde un punto de vista lgico, la ciencia no puede ser descrita como un mtodo para verificar hiptesis, sino, a lo sumo, como un mtodo que conduce a la falsacin de hiptesis. En apoyo de esta afirmacin, Popper arguye que existe una fundamental asimetra lgica entre verificacin y falsacin. As, la hiptesis todos los cisnes son blancos no es verificable, ya que, aunque se hayan efectuado un milln de observaciones de cisnes blancos, siempre cabe la posibilidad de que aparezca uno negro en la siguiente observacin. (De hecho, se han encontrado cisnes negros en Australia y en muchos otros lugares.) Por otra parte, si la hiptesis afirma no todos los cisnes son blancos, una sola observacin de un cisne negro basta para confirmarla.Estas consideraciones nos sugieren que el criterio de demarcacin que hemos de adoptar no es el de la verificabilidad, sino el de la falsabilidad de los sistemas. No exigir que un sistema cientfico pueda ser seleccionado de una vez para siempre en un sentido positivo; pero s que est estructurado lgicamente de tal manera que sea susceptible de seleccin, en un sentido negativo, mediante pruebas empricas. Ha de ser posible refutar por medio de la experiencia un sistema cientfico emprico. (Popper, 1959: 40-41.)Los paradigmas de Thomas KuhnLa definicin popperiana de la ciencia no acierta a resolver el problema que presenta la existencia de lo que Thomas Kuhn denominara paradigmas: esto es, realizaciones cientficas universalmente reconocidas que, durante cierto tiempo, proporcionan problemas y soluciones modlicos a una comunidad cientfica (1970). Estos ejemplos aceptados de la prctica cientfica que comprenden, al mismo tiempo, leyes, teora, aplicacin e instrumentacinaportan modelos de los que surgen tradiciones particularmente coherentes de investigacin cientfica {ibid.: 10). La existencia de un paradigma garantiza que, en todo momento, una ciencia madura se consagrar exclusivamente a la resolucin de problemas en un mbito limitado, aunque fructfero.Esto constituye lo que Kuhn denomina el perodo de ciencia normal. Sin embargo, no es durante estos perodos cuando se realizan los descubrimientos cientficos ms decisivos; esto ocurre ms bien durante las revoluciones paradigmticas (por ejemplo, cuando la astronoma copernicana reemplaz a la tolemaica, la dinmica newtoniana a la aristotlica, o la mecnica cuntica a la electrodinmica clsica). Pero, para describir lo que sucede cuando chocan los paradigmas, se hace necesaria una ruptura an ms profunda con el modelo de Popper.Cmo se resuelve, pues?

Evaluacin de paradigmasPara Kuhn, las revoluciones cientficas se producen como consecuencia de las anomalas con que tropiezan quienes practican la ciencia normal. Estos se ven impotentes para resolver un nmero cada vez mayor de problemas, lo que conduce a una crisis, que a tu vez brinda la oportunidad para la aparicin de un nuevo paradigma. Kuhn, sin embargo, no aporta una teora que explique por qu triunfa un paradigma y no otro en un momento determinado. Como Popper, niega rotundamente que la eleccin de paradigmas pueda atribuirse a un proceso de seleccin que favorezca a aquellos que ms se aproximan a la verdad. Pero, en este sentido, es ms radical que Popper, subrayando que, por lo general, ni siquiera se seleccionan con arreglo a algn tipo de principio progresista. Para defenderse contra la acusacin de relativismo (yo lo calificara de oscurantismo), Kuhn, en la segunda edicin de Structure of Scientific Revolutions, acab por sugerir una serie de criterios que permitan distinguir, en todo momento, una teora ms moderna de otra anterior (205-206). Entre ellos figuran la exactitud de las predicciones; el carcter ms esotrico (menos cotidiano) del objeto de estudio, y la cantidad de problemas resueltos. Pero dichos criterios slo son aplicables a las teoras insertas en paradigmas, y no a los propios paradigmas. Cuando un paradigma reemplaza a otro, cambian tambin los enigmas resueltos. De ah que resulte imposible saber dnde encaja un paradigma, por contraste con una teora, en la historia general de la ciencia. No podemos afirmar si la ciencia ha progresado en realidad o no. De hecho, Kuhn sostiene que, desde un punto de vista paradigmtico, la teora general de la relatividad de Einstein se halla ms prxima a la de Aristteles que cualquiera de estas dos con respecto a la de Newton (207).

La prdida del paradigma: Paul FeyerabendLa falta de fe por parte de Kuhn en el progresismo inherente al conocimiento cientfico se encuentra apenas a un paso del anarquismo epistemolgico de Paul Feyerabend. Segn Feyerabend, la contribucin ms importante de Kuhn consiste en el reconocimiento de que el dilogo entre los paradigmas es imposible; es decir, de que son inconmensurables. Las teoras slo son refutables cuando comparten un mismo paradigma; las teoras inconmensurables no pueden refutarse mutuamente. Exigiendo, no ya menos, sino ms anarqua epistemolgica, Feyerabend sostiene que la flexibilidad y aun el descuido en cuestiones semnticas son prerrequisitos del progreso cientfico (1963: 33). Con Feyerabend, describimos un viraje completo desde el conocimiento probable de una cosa al no conocimiento de nada. El anarquista epistemolgico, convencido de que todo conocimiento es igualmente inseguro, afronta as la absurda tarea de tratar de convencer a los dems de la certeza (o probabilidad) de que todas las verdades son igualmente falsas. Mientras Feyerabend se limite a ocuparse de montaas lunares o mecnica cuntica, sus puntos de vista no podrn hacer mucho dao. Pero existen otros dominios del conocimiento en los que el relativismo epistemolgico supone una gran amenaza para nuestra supervivencia. La medicina es uno de ellos, y hay muchos ms en el terreno de las ciencias sociales. No podemos permanecer indiferentes ante la cuestin de si la causa del cncer es la brujera o algn defecto en la qumica celular. Anlogamente, tampoco podemos abandonarnos a elucubraciones desbocadas sobre la determinacin de las causas de la pobreza o de la existencia de una clase dominante en los Estados Unidos. Creer o no creer que la contaminacin constituya una amenaza, que las naciones subdesarrolladas se estn empobreciendo, que las multinacionales estn fomentando una carrera armamentstica nuclear, que la guerra sea instintiva, que las mujeres y los negros sean inferiores, o que la revolucin verde sea un fraude, no puede ser cuestin de gustos.

El reencuentro con los paradigmasAfortunadamente, los herederos de Hume han seguido en sus trece y se han resistido a dejarse arrastrar a la tumba que los relativistas y anarquistas filosficos haban cavado para ellos. Aun reconociendo que realmente existe una especie de superestructura de presupuestos de ndole esencialmente metafsica que tiene precedencia sobre las teoras y los hechos, no ven razn alguna para que tales presupuestos denominados programas de investigacin por el protegido de Popper, Imre Lakatos no puedan compararse y evaluarse desde la perspectiva de su adecuacin cientfica: La historia de la ciencia ha sido y debe ser la historia de la competencia entre programas de investigacin (o, si se prefiere, entre paradigmas.) Cmo deben compararse y evaluarse los programas de investigacin? En esencia, demostrando que las teoras originadas bajo los auspicios de un determinado paradigma resuelven con mayor eficacia los rompecabezas kuhnianos que sus rivales. Lo que caracteriza a una teora progresiva es la prediccin de hechos nuevos, pues para explicar cientficamente un hecho dado es necesario explicar junto con l un hecho nuevo. Dicho de otro modo: los cientficos no se ven libres jams de la obligacin de ser inteligentes. No nos podemos limitar a realizar un balance mecnico de casos refutatorios y confirmatorios; debemos estar siempre al tanto de la posibilidad de que las pruebas no midan aquello que debieran medir, y debemos aceptar la responsabilidad de evaluar las consecuencias de la falsacin en relacin con una red de teoras interrelacionalas y estar preparados para aportar una teora, en sustitucin de la rechazada, que encaje mejor en sta o en otra red de teoras (mejor en el sentido de que ayude a explicar predecir, describir ms cosas que la teora rechazada).

Justificacin filosfica de este libroEntre los filsofos en el sentido de que el progreso cientfico depende de amplias comparaciones de teoras, redes de teoras y paradigmas enteros. Como subraya el filsofo Larry Laudan (1977: 120): Toda valoracin de tradiciones de investigacin y teoras debe realizarse dentro de un contexto comparativo. Lo que importa no es cuan progresiva o efectiva sea una teora o tradicin en un sentido absoluto, sino ms bien cul es su efectividad o progresismo en comparacin con los de sus competidoras.Como ha indicado Nicholas Maxwell (1974a, 1974b), la posibilidad de evaluar ciertos paradigmas y teoras, incluso antes de examinar sus productos sustantivos, depende de que aceptemos un supuesto crucial acerca del propsito de la ciencia: que la meta final de la ciencia es descubrir el mximo grado de orden inherente al universo o a cualquier campo de estudio. Maxwell califica a esto de empirismo orientado hacia una meta. Los paradigmas cuyo objetivo consista meramente en averiguar qu es lo que hay en un determinado campo, desinteresndose por el descubrimiento de relaciones ordenadas, se considerarn as acientficos o, como mnimo, menos cientficos que sus competidores.Estoy de acuerdo con el valor que Maxwell otorga a la importancia de la coherencia y la orientacin hacia metas de los paradigmas como criterio de cientificidad. Ya va siendo hora, pues, de reemplazar los paradigmas rudimentarios e inconscientes, bajo cuyos auspicios han venido desarrollando su labor investigativa la mayor parte de los antroplogos, por descripciones explcitas de los objetivos, reglas y presupuestos bsicos. A este propsito obedece mi libro.

La definicin de ciencia y de estrategia de investigacinLos proyectos y orientaciones hacia metas propuestos porMaxwell no representan sino una aceptacin del hecho de que elconocimiento cientfico se ve favorecido por la conversin de lospresupuestos rudimentarios, implcitos e inconscientes en conjuntosde directrices organizadas, explcitas y conscientes.A la vista del desacuerdo en lo que atae a la equivalencia parcialde trminos como paradigmas (Kuhn), tema (Holton), programasde investigacin (Lakatos), tradicin de investigacin(Laudan) y proyecto (Maxwell), me inclino por la expresin estrategiade investigacin para designar las directrices de que venimoshablando. Estrategia tiene la ventaja sobre paradigma tema y tradicin de que denota una explicitud consciente, y espreferible a programa y proyecto, que Uevan la connotacin dergida adhesin a una serie preestablecida de observaciones y experimentos.Por estrategia de investigacin entiendo un conjunto explcitode directrices relativas al estatuto epistemolgico de las variables aestudiar, las clases de relaciones o principios sujetos a leyes queprobablemente manifiestan tales variables, y el creciente corpus deteoras interrelacionadas a que la estrategia ha dado lugar hasta elpresente. El objetivo de las estrategias de investigacin en generales dar cuenta de las entidades y acontecimientos observables y desus relaciones mediante teoras parsimoniosas, convincentes e interrelacionadas,susceptibles de correccin y mejoras a travs de lacontrastacin emprica.La meta del materialismo cultural, en particular,consiste en explicar el origen, mantenimiento y cambio delinventario global de diferencias y semejanzas socioculturales.Eneste sentido, comparte con otras estrategias cientficas una epistemologaque persigue la limitacin de los campos de investigacina los acontecimientos, entidades y relaciones cognoscibles por mediode procedimientos u operaciones pblicas de carcter explcito,lgico-emprico, inductivo-deductivo y cuantificable, susceptiblesde replicacin por parte de observadores independientes. Esta restriccin,inevitablemente, slo es un objetivo ideal y no una condicinrgida, pues reconozco que la operacionalizacin total anularala capacidad de enunciar principios, relacionar teoras y organizarpruebas empricas, y adems pasara por alto la propia existencia deestrategias de investigacin. Media un abismo, sin embargo, entreel reconocimiento de que las estrategias y los trminos no operacionalizados,cotidianos y metafsicos son necesarios para la conduccinde la investigacin cientfica, y las invitaciones a lo Feyerabendde arrojar por la borda todas las limitaciones operacionales.

Cul es la alternativa?La ciencia representa una contribucin nica e inapreciable dela civilizacin occidental. Esto no quiere decir que muchas otrascivilizaciones no hayan contribuido tambin al conocimiento cientficoinventando pesas y medidas, clasificando plantas y animales,registrando observaciones astronmicas, viajando a tierras remotaso experimentando con procesos qumicos y fsicos. Con todo, fueen Europa occidental donde por vez primera se codificaron las reglascaractersticas del mtodo cientfico, donde recibieron expresin consciente y fueron sistemticamente aplicadas a todo el espectrode fenmenos inorgnicos, orgnicos y culturales.Restarle importancia a este logro es tan insensato como peligrosopara los intelectuales de cualquier sociedad. Es indudable queexisten muchos modos de conocimiento, pero tambin debemos admitirque afirmar que la ciencia posee un valor de singular trascendenciapara toda la humanidad no es un simple alarde de fanfarroneraetnocntrica. Tan slo un modo de conocimiento ha estimuladoa sus adeptos, a lo largo de toda la prehistoria y la historia, aponer en tela de juicio sus propias premisas y a exponer sistemticamentesus propias conclusiones al examen hostil de los incrdulos.Cierto es que las discrepancias entre la ciencia como ideal yla ciencia tal como se practica reducen de manera sustancial sus diferenciascon la religin y otros modos de buscar la verdad. Peroes precisamente en esta faceta ideal en la que la singularidad de laciencia merece ser defendida. Ningn otro modo de conocimiento sebasa en un conjunto de reglas diseadas explcitamente para trascenderlos sistemas de creencias previos de tribus, naciones, clasesy comunidades religiosas y tnicas antagnicas, con el objeto de alcanzarun conocimiento igual de probable para cualquier espritu racional.A quienes dudan de la capacidad de la ciencia para realizareste proyecto debe exigrseles que demuestren qu otra alternativaecumnica y tolerante puede hacerlo mejor. A menos que pruebenque algn otro sistema de conocimiento universalista conduce a criteriosde verdad ms aceptables, su intento de desbaratar la credibilidaduniversal de la ciencia en nombre del relativismo cultural,por bienintencionado que sea, supone un crimen contra la humanidad.Y esto es as porque lo que se denomina alternativa a la cienciano es, en realidad, la anarqua, sino la ideologa; no se trata depacficos artistas, filsofos y antroplogos, sino de fanticos agresivosy de mesas dispuestos a aniquilarse mutuamente y a destruir elmundo si as lo requiriese la demostracin de sus puntos de vista.

Captulo 2LA EPISTEMOLOGIA DEL MATERIALISMOCULTURAL

determinismo infraestructuralSistemas culturalesEstructura tricotmicainfraestructuraestructurasuperestructura

modos de produccinmodos de reproduccineconoma domsticaeconoma poltica

elementos ideacionales