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DEL SABER AL COMPRENDER: NAVEGACIONES Y REGRESOS. Manfred A. Max-Neef Universidad Austral de Chile Valdivia, Chile

Max Neef-Del Saber Al Comprender

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  • DEL SABER AL COMPRENDER:NAVEGACIONES Y REGRESOS.

    Manfred A. Max-NeefUniversidad Austral de Chile

    Valdivia, Chile

  • POR QU ESTAMOS DONDE ESTAMOS?

    La vida es una interminable secuencia de bifurcaciones. La decisin que tomo,implica todas las decisiones que no tom. La ruta que escojo, es parte de todas lasrutas que no escog. Nuestra vida es, inevitablemente, una permanente opcinentre una infinidad de posibilidades ontolgicas. El hecho de que estuve en unlugar determinado, en un momento muy preciso, cuando una determinadasituacin aconteci o una determinada persona apareci, pudo haber tenido unefecto decisivo para el resto de mi vida. Unos minutos ms temprano o ms tarde,o algunos metros ms all o ms ac en cualquiera direccin, podran bien haberdeterminado una bifurcacin distinta y, por lo tanto, una vida completamentedistinta. Ya lo deca el gran filsofo espaol Jos Ortega y Gasset: Yo soy yo y micircunstancia.

    Lo que vale para vidas individuales, es vlido tambin para comunidades ysociedades. Nuestra as llamada civilizacin occidental es el resultado de suspropias bifurcaciones. Somos lo que somos, pero podramos haber sido distintos.Revisemos, pues, algunas de nuestras determinantes bifurcaciones.

    En algn momento del Siglo XII, en Italia, un joven llamado Giovanni Bernardone,en verdad muy joven y muy rico, decidi cambiar radicalmente su vida. Comoresultado de su transformacin lo recordamos hoy con otro nombre: Francisco deAssis. Francisco, cuando se refera al mundo, hablaba del hermano Sol y de lahermana Luna, del hermano lobo y del fuego, del agua y de los pjaros y de losrboles, tambin como hermanos. El mundo que describa y senta era un mundoen el que el amor no slo era posible, sino tena un sentido universal.

    Algn tiempo despus, tambin en Italia, escuchamos la resonadora voz delbrillante y astuto Machavello, advirtindonos que: Es mucho ms seguro sertemido que amado. El tambin describe un mundo; pero no slo lo describe, sinoque lo crea.

    El mundo que tenemos hoy no es el de Francisco. Es el mundo de Machiavello.Francisco fue la ruta no navegada. La navegacin que escogimos fue la deMachiavello, e inspirados por l hemos construido nuestras concepciones sociales,polticas y econmicas.

    En 1487, otro joven muy joven, de slo 23 aos de edad, Francesco Pico dellaMirndola, se prepara para defender pblicamente sus novecientas tesis sobre laconcordia entre las diferentes religiones y filosofas. El se niega a enclaustrarsedentro de las limitaciones de una sola doctrina. Convencido de que las verdadesson mltiples, y jams una sola, aspira a una renovacin espiritual que puedareconciliar a la humanidad.

  • Algunos aos ms tarde, creyente fervoroso de la verdad absoluta y de lasposibilidades de la certeza, Francis Bacon nos invita a torturar a la Naturaleza,para a travs de esa tortura extraerle la verdad.

    Dos mundos, una vez ms. Uno representando la ruta que navegamos y el otro laruta no navegada. No aceptamos el camino sugerido por Pico della Mirndola.Optamos por aceptar la invitacin de Bacon y, de ese modo, continuamosaplicando su receta con eficiencia y entusiasmo. Continuamos torturando a laNaturaleza, a fin de extraerle lo que consideramos ser la verdad.

    En el ao 1600, Giordano Bruno arde en la hoguera, vctima de su pantesmo,puesto que pensaba que la tierra es vida y tiene alma. Todo, para l, sonmanifestaciones de vida. Todo es vida.

    Tres dcadas ms tarde, murmura Descartes en sus Reflexiones Metafsicas: Atravs de mi ventana, lo que veo, son sombreros y abrigos que cubren mquinasautomticas.

    No navegamos la ruta de Giordano Bruno. Escogimos la de Descartes y, de esamanera, hemos sido testigos del triunfo del mecanicismo y del reduccionismo.

    Para Newton y Galileo, el lenguaje de la Naturaleza es la matemtica. Nada esimportante en la ciencia que no pueda ser medido. Nosotros y la Naturaleza,observador y lo observado, como entidades separadas. La ciencia es la supremamanifestacin de la razn, y la razn es el atributo supremo del ser humano.

    Goethe, cuyas contribuciones cientficas fueron injustamente opacadas por muchotiempo, quizs por ser demasiado heterodoxas para su poca, o porque parecaabsurdo e inaceptable que un poeta pudiera incursionar en la ciencia, se sentaincmodo con lo que consideraba como limitaciones de la fsica newtoniana. ParaGoethe: La ciencia es tanto una ruta interior de desarrollo espiritual, como unadisciplina destinada a acumular conocimiento sobre el mundo fsico. Implica noslo la preparacin rigurosa de nuestras facultades de observacin y reflexin, sinoadems de otras facultades humanas que puedan sintonizarnos con la dimensinespiritual que subyace e interpenetra lo fsico: facultados como sentimiento,imaginacin e intuicin. 1 La ciencia, como Goethe la conceba y practicaba, tienecomo propsito supremo la excitacin de nuestra capacidad de asombro, a travsde un mirar contemplativo (Anschauung), en que el cientfico llega a ver a Dios en laNaturaleza, y la Naturaleza en Dios.

    1 Jeremy Naydler, Goethe on Science, pg.23. Floris Books, Inglaterra, 2000. Traduccin ma.

  • Otra vez dos mundos. Otra bifurcacin. Fascinados an por sobrecogedor brillo deNewton y Galileo, hemos escogido no navegar la ruta de la ciencia Goetheana.Sentimiento, intuicin, conciencia (consciousness, Bewustsein) y espiritualidadsiguen exiliados del reino de la ciencia, a pesar del surgimiento de puertas que,para ellas, se abren desde la fsica cuntica. La enseanza de la economaconvencional que, por increble que suene, se considera ciencia libre de valores(value free science) es un caso conspicuo. Una disciplina en que la matemtica seha convertido en un fin en s mismo en vez de herramienta, y que desprecia comocarente de valor todo lo que no puede ser medido, ha generado modelos einterpretaciones tericamente atractivas, pero totalmente desvinculadas de larealidad.

    Johannes Brahms compuso des conciertos para piano y orquesta. Al margen decul de los dos pueda gustarle ms a uno, la fascinacin est en el primero. Dehecho, se trata de una esplndida exposicin de la ruta que Brahms finalmentedecidi no navegar. Nos hemos quedado para siempre con la gran curiosidad decmo habra sido el otro Brahms.

    La cosa es as. Una ruta no navegada, recordada slo por ratones de biblioteca, yuna ruta navegada a la que le atribuimos logros y xitos espectaculares. LaUniversidad en particular, ha escogido las rutas de Machiavello, Bacon, Descartes,Galileo y Newton. En lo que respecta a Francisco, Pico, Giordano, y Goethe (elcientfico) han quedado como notas a pi de pgina de la historia.

    Como resultado de la ruta navegada, hemos logrado construir un mundo en el que como lo sugiere el filsofo cataln Jordi Pigem 2 - las virtudes cristianas talescomo: fe, esperanza y caridad, se manifiestan hoy en da metamorfoseadas como:esquizofrenia, depresin y narcisismo. Nuestra navegacin, sin duda, ha sidofascinante y espectacular. Hay mucho en ella digno de la mayor admiracin. Sinembargo, si la esquizofrenia, la depresin y el narcisismo son ahora el espejo denuestra realidad existencial, , es porque sbitamente nos descubrimos en unmundo de confusin. En un mundo de desencanto, donde el progreso se haceparadjico y absurdo, y la realidad se hace tan incomprensible que buscamosdesesperado escape en tecnologas que nos ofrecen acceso a realidades virtuales.

    ADONDE HEMOS LLEGADO?

    Hemos alcanzado un punto en nuestra evolucin humana, caracterizado por elhecho de que sabemos mucho, pero comprendemos poco. Nuestra escogidanavegacin ha sido piloteada por la razn, y nos ha llevado al puerto del saber.

    2 Jordi Pigem, La Odisea de Occidente: Modernidad y Ecosofa, Editorial Kairs, Barcelona, 1993.

  • Como tal ha sido una navegacin asombrosamente exitosa. Jams, en toda nuestraexistencia, hemos acumulado ms conocimiento (saber) que durante los ltimoscien aos. Estamos celebrando la apoteosis de la razn. Sin embargo, en medio detan esplndida celebracin, sbitamente nos asalta la sensacin de que algo falta.

    As es; podemos alcanzar conocimiento (saber) sobre casi cualquier asunto que nosinterese. Podemos, por ejemplo, guiados por nuestro admirado mtodo cientfico,estudiar todo lo que existe, desde visiones teolgicas, antropolgicas, sociolgicas,psicolgicas e incluso bioqumicas, sobre un fenmeno humano llamado amor. Elresultado ser que sabremos todo lo que se puede saber sobre el amor. Pero unavez satisfecho nuestro conocimiento, tarde o temprano descubriremos que jamspodremos comprender el amor, a menos que nos enamoremos. Tomaremosconciencia de que el conocimiento no es la ruta que lleva al comprender, puestoque el comprender est en otra ribera, y precisa, por lo tanto, de otra navegacin.Descubriremos, entonces, que slo podemos pretender comprender aquello de locual nos hacemos parte. Que el comprender es el resultado de la integracin,mientras que el saber ha sido el resultado de la separacin. Que el comprender esholstico, mientras que el saber es fragmentado.

    Finalmente hemos alcanzado el punto en que estamos tomando conciencia de queel conocimiento (saber) no es suficiente y que, por lo tanto, debemos aprender acomprender, a fin de alcanzar la completitud de nuestro ser.

    Es probable que estemos comenzando a darnos cuenta de que el saber sincomprender es hueco, y que el comprender sin saber es incompleto. Precisamos,por lo tanto, emprender, por fin, la navegacin hasta aqu pospuesta. Pero parapoder iniciarla, debemos enfrentar el desafo de un cambio de lenguaje.

    Sostena el ya mencionado Jos Ortega y Gasset, que cada generacin tiene sutema. A ello podemos agregar que, adems, cada generacin o perodo histricoest dominado, o cae bajo el hechizo de un lenguaje. No hay nada de malo en ello,siempre y cuando el lenguaje dominante de un determinado perodo resultecoherente con los desafos de ese perodo. Lo importante de tenerse en cuenta esque el lenguaje influye nuestras percepciones y, por lo tanto, moldea nuestrasacciones. Recorramos algunos ejemplos.

    Durante los primeros tres siglos del segundo milenio de la civilizacin occidental,el lenguaje dominante tena un contenido teleolgico, en el sentido de que lasacciones humanas deban justificarse en nombre de un llamado superior queestaba ms all de las necesidades de la cotidianeidad. Ello hizo posible laconstruccin de las grandes catedrales y de los esplndidos monasterios, donde eltiempo era un factor irrelevante. Que la construccin de esta o aquella catedral ibaa demorar quinientos aos? Y qu importa! Nadie estaba apurado. Despus de

  • todo se trataba de construir para la eternidad, y la eternidad no es tiempo infinitosino atemporalidad. Habra que alegrarse de que en esos tiempos el lenguaje de laeficiencia econmica an no se haba inventado. La trascendencia estaba en el acto yno en el tiempo requerido para realizarlo. A diferencia de nuestra poca eficientistaen que el mrito radica en hacer lo ms posible en el menor tiempo posible; elmrito de entonces radicaba en hacer lo mejor posible en el tiempo que fueranecesario. Se trataba, pues, de un lenguaje coherente con los desafos de sustiempos. Algo que me permite afirmar, por escandaloso que pudiera sonar hoy enda, que la inmensa mayora de las obras inmortales creadas por la humanidad hansido producto de la lentitud y de la ineficiencia.

    El lenguaje dominante del siglo XIX fue bsicamente el relacionado con laconsolidacin del estado-nacin. Los grandes discursos de lderes polticos comoDisraeli, Gladstone y Bismarck son ejemplos pertinentes. Sin adentrarnos endetalles, cabe aseverar que el lenguaje dominante de aquella poca fue coherentecon los desafos que esa misma poca planteaba. De hecho fue el siglo XIX en elque se consolid el estado-nacin.

    Es recin en el siglo XX que el lenguaje dominante es el econmico; especialmentedespus de la segunda guerra mundial. Una rpida revisin nos revela aspectosinteresantes. A fines de la dcada de los veinte, y comienzos de los treinta, pocade la as llamada gran depresin mundial, emerge la economa keynesiana. Ellenguaje keynesiano es, en parte, producto de la crisis, con capacidad deinterpretarla y superarla. De hecho fueron los planteamientos de Keynes que elPresidente Roosevelt favoreci para superar la crisis en Estados Unidos. Podemosafirmar que se trataba, una vez ms, de un lenguaje coherente con el desafo de sumomento histrico.

    El siguiente cambio, en este caso de sub-lenguaje, ocurre en los cincuentas ysesentas, con el surgimiento del lenguaje desarrollista. Se trataba de un lenguajeoptimista, utpico e incluso alegre. Los economistas que escriban en esos das,sentan que finalmente estaban claros los mecanismos para superar elsubdesarrollo y la pobreza. Todos sentamos, a pesar de los obstculosprovenientes de los poderes fcticos, que estaba claro lo que haba que hacer. Y esoprovocaba una especie de romntica euforia. No viene al caso aqu enumerar lasrecetas. Sin embargo, lo que cabe destacar es que an cuando las metas quecreamos alcanzables no se alcanzaron, se dieron importantes cambios sociales ytransformaciones positivas, especialmente en Amrica Latina, durante el perodo.Se trata, por lo tanto, de un lenguaje al menos parcialmente coherente con losdesafos de los tiempos.

    Y finalmente alcanzamos las ltimas tres dcadas del Siglo XX, con la emergenciadel lenguaje neoliberal. Lenguaje y modelo que se han impuesto y conquistado el

  • mundo entero. Lenguaje y modelo de contenido pseudo-religioso por susimplismo y dogmatismo, que asegura el bienestar para todos quienes respeten yse atengan a su catecismo. Lenguaje y modelo que ha dominado, y siguedominando, un perodo en el que la pobreza a niveles globales se ha incrementadodramticamente; la carga de la deuda ha aniquilado a muchas economasnacionales, generando una brutal sobreexplotacin tanto de personas como derecursos naturales; la destruccin de ecosistemas y de la biodiversidad hanalcanzado niveles desconocidos en la historia de la humanidad; y una acumulacinde riqueza financiera en cada vez menos manos, que ha alcanzado obscenasproporciones. Los desastrosos efectos de este lenguaje, por primera vezabsolutamente incoherente con los desafos de su poca, son claros y visibles paraquien quiera mirar y ver. No obstante, quienes sustentan el poder y manejan lasgrandes decisiones, prefieren mirar hacia el otro lado y continuar aferrados a estapseudo-religiosa mezcolanza.

    DESDE AQU: HACIA DONDE?

    Hemos logrado ser seres exitosos, pero incompletos. Es muy probable que seaprecisamente esa incompletitud la responsable de las desazones y ansiedades quealteran nuestra existencia cotidiana en el mundo de hoy. Quizs ha llegado elmomento de hacer una pausa y reflexionar. Tenemos ahora la oportunidad deanalizar con acabada honestidad, el mapa de nuestra navegacin, con todos suslogros y azares, con todas sus glorias y tragedias. Completado lo cual, podraresultar apropiado desenterrar el mapa alternativo de la ruta que optamos por nonavegar, y buscar all orientaciones pertinentes capaces de rescatarnos de nuestraconfusin existencial.

    Quizs tendra sentido que comenzramos a ver hermanos y hermanas a nuestrorededor. Quizs sera positivo intentar creer en las posibilidades de armona entredistintas verdades. Quizs nos beneficiara atrevernos a creer que la tierra s tienealma y que todo es vida. Quizs sera bueno aceptar que no hay razn alguna paradesterrar la intuicin, la espiritualidad y la conciencia del reino de la ciencia. O,para decirlo con las palabras de Goethe: Si buscamos solaz en el todo, debemosaprender a descubrir el todo en la parte ms pequea, porque nada es msconsonante con la Naturaleza que el hecho de que pone en operacin en el detallems pequeo aquello que pretende como un todo.3

    Nuestra apasionada bsqueda del saber, ha postergado nuestra navegacin haciael comprender. Nada debiera impedir ahora la iniciativa de esa navegacin, si no

    3 Mencionado por Jeremy Naydler, en Goethe on Science, pgs. 92-93, Floris Books, Inglaterra, 2000.

  • fuera por una economa que, practicada bajo el embrujo del lenguaje neoliberal,contribuye a acrecentar nuestra confusin y a falsificar el propio saber.

    Ninguna sustentabilidad (que por cierto requiere del comprender) acabar porlograrse sin un profundo cambio de lenguaje. Un nuevo lenguaje que abra laspuertas del comprender; ello es, no un lenguaje de poder y de dominacin, sino unlenguaje que emerja desde lo ms profundo de nuestro auto-descubrimiento comopartes inseparables de un todo que es la cuna del milagro de la vida. De lograrprovocar dicho cambio, quizs alcancemos a experimentar la satisfaccin de habergenerado un siglo en el que valga la pena vivir.

    Cabe la esperanza de una navegacin hacia aquella ribera que nos convierta enseres completos, capaces de comprender la completitud de la vida.