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Mediano EL OJO DEL PASADO Alberto Sabio Alcutén

Mediano

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MedianoEL OJO DEL PASADO

Alberto Sabio Alcutén

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07 PRÓLOGOJosé María Campo Olivar

019 Y DONDE HAY AGUA, UN PANTANO. Mediano, un pueblo bajo el embalseAlberto Sabio Alcutén

021 Presentación

027 Impetuoso Cinca

061 La infraestructura hidráulica: los orígenes de la presa

097 Soldados obreros y trabajadores forzosos

111 Por cuatro perras: las expropiaciones

165 Los dueños del kilovatio y el recrecimiento

195 Con el agua al cuello: historia de una inundación

229 Diáspora y rapiña

265 La torre de Mediano, el ojo del pasado

271 Paisaje de la emoción: el espejo del alma en el agua

281 EPÍLOGO. Punto y seguidoConcha Monserrat Muñoz

292 Fuentes consultadas

296 Bibliografía

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IMPETUOSO CINCA

Desde Mediano, «en medio del llano», se dibuja a lo lejos el horizonte silenciosode los gigantes macizos pirenaicos, rocas calcáreas con millones de años a lasespaldas. Las montañas delimitan cuencas hidrográficas, crean valles, generanmicroclimas, perfilan horizontes, contienen variados estratos de vegetación enfunción de la orientación, la latitud y la altitud… y desempeñan un papel sustan-cial en casi cualquier estrategia económica e hidráulica. De las caudalosas aguasdel Cinca, que con tanto ímpetu pasaban en primavera bajo el escarpe de Me-diano (A Petriza), se desconfiaba con razón: «En Cinca traidora, las piedras seven y la gente se ahoga». Esas aguas nacían al pie de la enorme presencia de lasTres Sorores y hasta su incorporación al Segre, unos 10 kilómetros aguas abajode Fraga, recorrían 172 kilómetros, perdiendo nada menos que 2 520 metros dealtura. Resulta una pendiente verdaderamente elevada, aunque, claro está, no uni-forme. El Cinqueta, importante afluente que se le une al Cinca a los 22 kilómetros,y el Ara que, después del Ésera, es su principal tributario, aportan al Cinca cau-dales considerables procedentes de las montañas de Brazato y Tendeñera, y delos macizos Lardana y Cotiella, que alcanzan alturas superiores a los 3000 metros,«donde las nieves no se funden nunca por completo y las precipitaciones debenser abundantísimas»,2 según se indica en el Plan de Obras Hidráulicas de 1911con indisimulada incertidumbre.

En Mediano no se regaba directamente desde el Cinca; en todo caso, desde losarroyos y barrancos laterales, aguas que permitían el cultivo en las huertas dehortalizas y legumbres, sobre todo nabos, y de ahí que a los habitantes de Medianose les conociese en los pueblos del entorno como bufanapos, según recoge LisónArcal en su relación de motes locales, aunque convendrá recordar que la palabrabofanapo o bufano significa en occitano «presuntuoso y ufano». Bien se ve que,como en todo pueblo que se precie, no faltaban las maledicencias de los muni-cipios colindantes. Pero, a los efectos que ahora nos interesan, esas aguas delCinca reunían caudal y recorrían importantes desniveles, dos vocablos fetichepara la ingeniería hidráulica.

Durantes siglos la vida se organizó en Mediano en torno a la casa, donde regíanprincipios de autoridad, así como derechos y deberes que afectaban a todos sus

Mediano, en su atalayasobre el Cinca, visto desde el caminode Palo. En el proyectoinicial del pantano el pueblo no quedabainundado. Década de1960.

2. Acerca de los datospluviométricos, los ingenierosque redactan los planes decomienzos del siglo XX semuestran casi siempreinseguros y utilizan a menudo elcondicional: «Resultaría que porel desfiladero del Entremón,unos años con otros, debenpasar anualmente más de milmillones de metros cúbicos.Pero es evidente que no puedecontarse con caudal tangrande». ACHE, Plan de ObrasHidráulicas de 1911.

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Casa de construcciónmoderna de finales de los años cincuenta,promovida por loshermanos José y JoaquínPera para viviendas dealquiler. Debido a las obras,muchas familias vinieron a trabajar y vivir al pueblo y se integraron en él. El nombre de esta casa fue cambiando según el apellido o el mote de los inquilinos.

Los dos edificios conrevoco encalado son el viejo ayuntamiento y la escuela de niñas, dondese aprecia el mástil vacíopara la bandera. Al lado,casa Pardina, excelenteejemplo de arquitecturapopular. Las escaleras dela derecha corresponden a la tienda de Almazor,luego de José Cortina.1936.

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Niños sentados en el pedriño de casa Latorre en mayo de 1936 bajo un cartel de «Venta de pan». A la izquierda, casa Pardina, y al fondo, casa López; en un balcón se ventila la ropa y en la falsa germinan los semilleros.

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10. Para el caso de Riegos delAlto Aragón, Sabio (2006).

11. Esta idea de que los regadíosinducirían a una parcelacióninmediata se subraya tambiénen los escritos del católicosocial Severino Aznar (por ejemplo, Aznar, 1930).

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LA INFRAESTRUCTURA HIDRÁULICA: LOS ORÍGENES DE LA PRESA

El embalse de Mediano forma parte de las obras generales de Riegos del AltoAragón que se aprobaron en 1915, aunque no serían adjudicadas hasta 1928, enconcreto a la empresa Valentín Torres Solanot, de Zaragoza. En realidad, el pro-yecto se había iniciado hacia 1911, con la Ley de Regadíos de ese año, cuando laAdministración pública contempló seriamente la posibilidad de hacerse cargo delas infraestructuras hidráulicas y realizar las obras por cuenta propia, despojandoa la iniciativa privada del papel preeminente, aunque discreto, que había tenidohasta entonces, incapaz de aprovechar las posibilidades abiertas por las leyesdespatrimonializadoras del agua. Frente al liberalismo doctrinario anterior, quehabía relegado al Estado a un papel subsidiario de la iniciativa privada, ahora elEstado asumía un mayor protagonismo en la construcción de obras hidráulicas,más aún a partir de 1926 con la creación de las confederaciones hidrográficas,que reforzarían esta vía basada en la obra pública.

Las elites políticas y económicas de cada época nunca son ajenas a las grandesopciones concernientes al agua, aunque a veces esas oligarquías muestren suoposición a los proyectos hidráulicos, contemplados como una amenaza quepodía alterar las estructuras sociales vigentes.10 De hecho, muchos terratenientesaltoaragoneses callaron al principio ante la perspectiva de que llegaran acequiasy canales, pues temían a los riegos por su potencial de parcelar tierras.11 Otrasveces esas elites se autoproclamaron campeonas y defensoras de los Riegos delAlto Aragón, pero a condición de que la empresa se dejara en manos de unosterratenientes «de miras amplias y enfoque racional», y no en las de unos peque-ños campesinos no siempre bien valorados. En todo caso, el regadío podría ayudara modelar las conductas de ese campesinado, si se dejaba instruir, y actuarcomo disolvente de la masificación proletaria/jornalera y, por ende, de ideologíassocialistas y anarquistas en tanto que este regadío contribuiría al proceso de cam-pesinización, es decir, a la formación de una sociedad de pequeños productoresen línea con los planteamientos georgistas y costistas, relativamente cercanosal pensamiento social católico inspirado en la encíclica Rerum novarum del papaLeón XIII. El obrero del campo tenía, en definitiva, la aspiración legítima de con-vertirse en propietario de un pedazo de tierra, bien fuese gracias a la división del

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12. El Diario de Huesca, 14de febrero de 1914.

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comunal, a la presión roturadora, al mercado ordinario de la tierra o, sobre todo,merced al regadío. El desarrollo de la agricultura debía reposar sobre el man-tenimiento de un campesinado numeroso y apegado al terruño, presentado comoel fundamento de la nación porque eran esos campesinos quienes conservabanlos valores patrióticos y morales esenciales. El regadío garantizaría todo esto. Huboincluso un claro interés por mostrar que la difusión de la pequeña propiedad refle-jaba el equilibrio social y la prosperidad de la agricultura, en lo que constituía unafalsa visión idílica porque con los mismos datos se hubiera podido destacar la per-manencia de una gran propiedad dominadora. Frente al mínimo atisbo socialista yla menor amenaza al estatuto de la propiedad privada, se trataba de universa-lizar la función social de la propiedad como estrategia de hegemonía y como factorde estabilidad, pero sin plantear el debate en términos de redistribución másjusta de los recursos. Esto sirvió también, a partir de 1911, para capitalizar laenorme pujanza populista y electoralista que tenía el asunto de los riegos. Y estaestrategia la cultivaron tanto conservadores como liberales, estos últimos desdeEl Diario de Huesca, siempre cercano al barón de Romañá, principal impulsor delPlan de Riegos del Alto Aragón en Madrid y en el despacho de Alfonso XIII.

La aprobación de las obras de Riegos del Alto Aragón se publicó en la Gaceta de9 de enero de 1915. Pero desde tiempo atrás todo un discurso de aliento rege-neracionista había puesto en práctica las tesis conciliadoras de Joaquín Costa:con la fuerza del agua podrían compaginarse los intereses, casi siempre enfren-tados, de agricultura y ganadería, de grandes y pequeños propietarios. En suma,las obras de regadío se contemplaban como el único medio de redención para elcampo aragonés; se consideró «asunto de interés general», por encima de clasessociales, caciques e inclinaciones políticas, aunque todos intentaron acaparar laspromesas de regadío en su favor y llevar el agua a su molino. Si además el regadíoacercaba a los propietarios a sus tierras y reducía el absentismo, la justificaciónparecía completa. La proclama tenía un indudable componente popular. Peroapenas se percibe una perspectiva crítica frente a la distribución de la riqueza;más bien se subraya la tesis de la unidad agraria fraternal y la «comunión demiras» en el campo: «como en la tierra han de encontrarse todos, preciso es quese miren con recíproca buena voluntad el propietario grande, el mediano, el chico,el colono y el bracero».12

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Esta imagen de 1921 muestra algunos obreros que trabajaron en el embalsedelante del edificio que fue la primera sede de la CHE. Aunque era conocidocomo el almacén, sirvió como vivienda. La familia López fue la última que vivióallí tras la inundación del pueblo.

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Proceso de construcciónde las ataguías o murosque posibilitarán el secado del lecho del río Cinca a la par que este esdesviado por los túneleslaterales. Se aprecia el espacio que adquiriráforma de cuenco sobre el que cimentar la presadefinitiva. El Cinca, salvajee indómito, inundará esteespacio a lo largo de los años una y otra vez .Arriba, 1932; abajo, 1935.

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En las imágenes se puedever la construcción de lasdos ataguías que permiten el vaciado del cuencoresultante entre ambas,primero del agua y despuésde las gravas de la glerahasta llegar a la roca dellecho del río. Obsérvese la insignificancia de losobreros y la tecnología delmomento para acometeresta gran obra. 8 de mayode 1935.

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Las tareas de excavación y limpieza de gravas y materiales sueltos del cuenco fueron especialmente largas y penosas, debido al agua, a las inundaciones por rebosamiento y a la rotura de la ataguía superior. En esta fotografía se advierten las duras y difíciles condiciones de trabajo. 1935.

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Durante los años cuarenta, tras la Guerra Civil, innumerables prisioneros, conocidoscomo esclavos de Franco, fueron obligados a trabajar en batallones y campos deconcentración. La presa de Mediano fue uno de esos lugares a los que se enviaronpresos políticos; unos 60 trabajaron allí forzados como mano de obra muy barata.

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La presa inicial se finalizó en 1958. Dos años antes, el Gobierno españolaprobó el proyecto de recrecimiento. Se iniciaba la que se ha denominadoépoca dorada de los embalses. El Estado argumentó esta modificación conrazones técnicas y económicas.

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Este proyecto sería modificado en menos de una década por el nuevo dique,más elevado, que se añadiría y permitiría más capacidad al pantano. 1958.

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Pili Herrero —a la izquierda—, con Begoña Olivar, Luisa Millaruelo y Pepita Fantova —detrás de la vagoneta—, y Dorita Pac —a la derecha—,posando en uno de los escenarios más visitados por los jóvenes de aquellosaños: una de las vagonetas utilizadas en las obras de la presa. 1950.

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Ante casa Pardina, muy pinchas y con zapatos de moda rabiosa.Se identifica, entre otras, a Pilar y María Raval junto con Rosario, del Mesón de Samitier. Década de 1950.

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Imagen de Mediano recién inundado. La noche anterior las últimas familiasque resistieron en el pueblo se afanaban por salvar parte de toda una vida: muebles, libros, vajilla…,recuerdos que se perdieron en lainmensidad del pantano y que nuncallegarán a recuperar. 30 de abril de 1969.

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«Lo que se veía era el aguaanegando las casas, la entrada de la torre,muebles flotando en unpaisaje de tristeza, depérdida, de desolación».Así lo relata una de lasúltimas vecinas deMediano, Rosario Toda.

Las lluvias torrencialescaídas en abril de 1969provocaron una subidaespectacular del nivel delagua. En pocas horasalcanzó e inundó latotalidad de las viviendas.Algunos, ayudados porvecinos de Samitier yLigüerre de Cinca,intentaron salvar loimprescindible. Lo demás lo subieron a la falsa con la esperanza de recuperarlouna vez descendiese el nivel del agua.

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La iglesia fue uno de los primerosedificios alcanzados por el agua.En la torre se divisa la campanade Nuestra Señora de Monclús,que cuarenta años después, en septiembre del año 2009, fue colocada de nuevo en su lugar.Las otras campanas fueronfundidas durante la guerra. Esta daba las horas, llamaba y avisaba a los vecinos. Abril de 1969.

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La plaza de Abajo, con casa López a la derecha y casa Latorre de frente. La imagen del pueblo vivo es de mediados de losaños sesenta.

Década de 1970.

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El agua ha destruido los tejados, aunque las paredes resisten conorgullo. Después de las voladuras con dinamita solo faltó la rapiña:desaparecieron las mejores piedras, sillares, ventanales, dinteles de las puertas… Finales de la década de 1980.

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PAISAJE DE LA EMOCIÓN: EL ESPEJO DEL ALMA EN EL AGUA

Mediano es también un paisaje de la emoción. Únicamente en años de sequíasviolentas permite la naturaleza la visión fantasmagórica del antiguo pueblo. Trasuna larga sequía, cuando baja el nivel del pantano y resurgen las ruinas del viejoMediano, entonces «mi mujer aún siente. Porque vamos a casa y en la habitaciónque hemos dormido desde que nos casamos hasta la inundación, pues aún haybaldosas ahí; y también una bóveda debajo del agua, que aún no ha tenido almapara derribarla. Mira, aquí dormíamos cuando… En este rincón… Aún está ahí elarco de la puerta».85 Cuando bajan las aguas resurge el retorno emocional al pasadoy las viejas piedras se convierten en retazos de vida, en un dormitorio donde se ha-bían pasado tantas noches, en una cuadra o en un detalle decorativo del comedor.Otra vecina insiste en que «salía de casa y no quería ir al pueblo viejo cuando ba-jaban las aguas, pero una fuerza especial me llevaba y me paseaba por todo elpueblo. Ahora no tengo valor. Cuando yo iba, aún se veían las calles y la plaza.Ahora todo es un peñascal».86 Y es que entre los antiguos habitantes de Mediano,convertidos hoy en informantes, la memoria es intensa y viva. El antropólogo GasparMairal la definió muy bien como una memoria colectiva «fuertemente arraigaday plenamente en acción».87 Hablaba el gran profesor Maurice Halbach de la ca-pacidad que tiene el espacio para estabilizar el tiempo. Eso les ha ocurrido aalgunos vecinos del pueblo viejo de Mediano.

El sentimiento entre los más mayores es que la inundación les robó el futuro.«Para mí ha sido una experiencia muy dolorosa y además no la olvido; yo creoque cada día la recuerdo más. Cierro los ojos y veo las calles, todo, todo, de me-moria, oye. Sueño con el pueblo viejo. Y cuando no puedo dormir ya estoy enMediano, por la calle. Me recorro las casas, la gente, lo veo tal cual era, igual».88

El psiquiatra Álvaro Monzón subraya que para algunos vecinos la inundación deMediano fue una especie de quiste interno de no comprensión por parte de losdemás: «Pena, melancolía, la pérdida del pueblo y de todas las vivencias conte-nidas es tan importante a veces como la pérdida de un familiar. Si la pérdida nose integra de alguna forma, puede degenerar en pérdida de autoestima. Sola-mente se subsana si se la reubica simbólicamente en la vida; entonces es posible

85. Este testimonio lo recogeGaspar Mairal (1996: 72).

86. Entrevista a Begoña OlivarSenz, febrero de 2010.

87. Mairal (1996: 67). En estetexto indica también el autor:«fue aquí en Mediano dondedescubrí descarnadamente a la memoria colectiva enacción» (p. 71).

88. Entrevista a Begoña OlivarSenz, febrero de 2010.

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