fotografías deErnesto Valverde

texto deBernardo Atxaga

MedioTiempo

Lo efímero y el azar

Son fotografías al mismo tiempo delicadas y duras, como si estuvieran hechas por dos manos: una mano japonesa que vela por los paisajes, par-ticularmente por los interiores, y una mano alemana que se encarga de los retratos. A veces ambas actúan juntas, como ocurre sobre todo en las que toman como sujeto a personas de poca edad. Son fotografías que muestran un mundo que no es hogar, ni es casa, ni país, con espacios que son hoteles, aviones, autobuses, campos de fútbol, zonas turísticas y, en general, lugares solitarios o lugares en los que cualquier persona se sentiría sola. Solitarias parecen, efectivamente, la mayoría de las personas que aparecen en ellas. Son fotografías que, fundamentalmente, más allá de lo que muestran a primera vista, transmiten el sentimiento que la escritora Carson McCullers describió literariamente en un cuento titulado The Sojourner. John Ferris, el protagonista, vuelve a Estados Unidos después de algunos años de estancia en París, y se detiene por un día en Nueva York, ciudad en la que pasó su juventud, por ver si puede encontrarse allí con sus amigos de la época. Abre su agenda y busca el teléfono de uno de ellos, pero cuando va a marcar el número, se detiene: alguien le comentó que ese amigo, A, se había casado y que, desde entonces, evitaba toda vida social. Busca el número de otro amigo, B, pero tampoco esta vez se decide a llamar, porque B, según tenía entendido, se había hecho muy rico, y no quería saber nada de sus antiguos compañeros. En cuanto a C, no era el mismo desde que estuvo en la guerra, el trato con él se había vuelto difícil. D… Se le había olvidado, D había muerto atropellada por un autobús. John Ferris repasa toda su agenda y acaba por darse cuenta de que no tiene a nadie a quien llamar. Le embarga entonces un sentimiento de azar, de transitoriedad, casi de miedo. Para decirlo con las mismas palabras que Carson McCullers: He suffered a sense of hazard, tran-sience, almost of fear. Fijémonos, ahora, en nosotros mismos, o mejor, en lo que queda en nosotros tras contemplar el trabajo de Ernesto Valverde: ¿no nos sentimos como John Ferris tras su recorrido por la agenda? Las fotografías captan lo que de interinidad hay en nuestras vidas; lo que hay de hazard y transience, de azar y transitoriedad. A veces, a ese sentimiento se le suma el de la tristeza, como nos ocurre al contemplar a la gorila que inclina su cabeza al modo de una Pietà; otras, el de la alegría, como con la imagen de la pareja que se besa, excepción de la desolada serie, capaz por sí sola de aligerar el miedo, fear, que nos inspira la contemplación del mundo.

Bernardo Atxaga

A Juncal