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Mejor Vivir: El mejor vivir es un programa habitacional (dentro de los programas del Plan Federal) destinado al mejoramiento de viviendas que tiene un doble objetivo: generar viviendas pero también trabajo, objetivos que tienen que ver con la situación post crisis 2001 y la posibilidad de recuperar las organizaciones sociales surgidas o fortalecidas en aquel momento. A diferencia de programas de vivienda llave en mano, el mejor vivir trabaja pensando la vivienda como PROCESO (entender a la vivienda como el lugar donde las familias invierten toda su vida). Entender la vivienda procesual desde varios puntos de vista: mejoramiento, módulos, intervenciones puntuales. Si bien han existido experiencias previas que abordan el déficit cualitativo (como promeba, lotes con servicios, etc.) estos han sido más puntuales, alterativos o de menor escala. Vale mencionar que la escala, flexibilidad y versatilidad del programa son dos elementos novedosos y los diferentes escenarios de aplicación (por ej. Amaicha-Ampimpa-Los Zazos: aplicado a pueblos originarios, Chaco: personas de situación muy precaria; Misiones: en situaciones de clase media) dan cuenta de su adaptación y deja en duda que estemos hablando de un programa “enlatado”. - El programa requiere la articulación con los actores (prov, municipales, con la organización local). El estado provincial provincial tiene la obligación de ejecución (gralmente institutos de vivienda de cada prov. Autónomo), el Estado Nacional el recurso económico, y provincia articula en las escalas locales para viabilizar su ejecución, según el caso. También interviene por ej. el INAES ya que es necesario la capacitación del trabajo en cooperativas. En el caso local se recupera la organización comunal pero es necesaria la capacitación cooperativista. Por eso hablamos de procesos INTERDISCIPLINARIOS E INTERACTORALES. Por otro lado, en el caso local destacamos en su aplicación en el respeto hacia las costumbres, usos, modos de vivir y técnicas constructivas. - Algunas de las críticas actuales apuntan a la falta de abordaje de la planificación urbana y su crecimiento futuro. Villa Palito podría ser un ejemplo de un modo de trabajo en sentido contrario (primero la planificación y luego la búsqueda de programas para tal fin). - El mejor vivir también ha funcionado en articulación con otros como PROMEBA y otros de urbanización (agua potable). O tb Emergencia Habitacional. - En el tema de los roles, sean los programas enlatados o no, siempre existen grados de flexibilidad, y nuestra formación y compromiso o forma de abordaje que tengamos del problema puede posibilitar esas transformaciones en los programas: posibilidades de articulación y espacios de participación, adaptación, consensos. En este sentido la formación tiene un rol importante: prácticas sociales como espacios alternativos. El perfil del arquitecto que estará accionando en el medio. Responsabilidades compartidas (estado técnicos). Por ej. en Chaco hubo casos de aplicación del mejor vivir en que los técnicos trabajaron con la gente, tratando de incorporar pequeñas particularidades en el programa mientras que otros sólo trabajaron con las empresas, teniendo resultados diferentes en cuanto a formas más ADECUADAS, mas PROPIAS. Nos permite preguntarnos: ¿Qué herramientas hubiera necesitado en mi formación que me posibilite incorporar a las personas, la comunicación con los otros, generar esos espacios de intercambio? - GANAS: Devolver al Estado algo de lo que hemos recibido en nuestra educación.

Mejor Vivir

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Resumen y sistematización. Arq. Belén Pennisi, VSyC, FADU UNL. Taller Vivienda Social y Arquitectura Vernácula, 2012

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Page 1: Mejor Vivir

Mejor Vivir:

El mejor vivir es un programa habitacional (dentro de los programas del Plan Federal) destinado al mejoramiento de

viviendas que tiene un doble objetivo: generar viviendas pero también trabajo, objetivos que tienen que ver con la

situación post crisis 2001 y la posibilidad de recuperar las organizaciones sociales surgidas o fortalecidas en aquel

momento.

A diferencia de programas de vivienda llave en mano, el mejor vivir trabaja pensando la vivienda como PROCESO

(entender a la vivienda como el lugar donde las familias invierten toda su vida). Entender la vivienda procesual desde

varios puntos de vista: mejoramiento, módulos, intervenciones puntuales.

Si bien han existido experiencias previas que abordan el déficit cualitativo (como promeba, lotes con servicios, etc.)

estos han sido más puntuales, alterativos o de menor escala.

Vale mencionar que la escala, flexibilidad y versatilidad del programa son dos elementos novedosos y los diferentes

escenarios de aplicación (por ej. Amaicha-Ampimpa-Los Zazos: aplicado a pueblos originarios, Chaco: personas de

situación muy precaria; Misiones: en situaciones de clase media) dan cuenta de su adaptación y deja en duda que

estemos hablando de un programa “enlatado”.

- El programa requiere la articulación con los actores (prov, municipales, con la organización local). El estado provincial

provincial tiene la obligación de ejecución (gralmente institutos de vivienda de cada prov. Autónomo), el Estado

Nacional el recurso económico, y provincia articula en las escalas locales para viabilizar su ejecución, según el caso.

También interviene por ej. el INAES ya que es necesario la capacitación del trabajo en cooperativas. En el caso local se

recupera la organización comunal pero es necesaria la capacitación cooperativista. Por eso hablamos de procesos

INTERDISCIPLINARIOS E INTERACTORALES.

Por otro lado, en el caso local destacamos en su aplicación en el respeto hacia las costumbres, usos, modos de vivir y

técnicas constructivas.

- Algunas de las críticas actuales apuntan a la falta de abordaje de la planificación urbana y su crecimiento futuro. Villa

Palito podría ser un ejemplo de un modo de trabajo en sentido contrario (primero la planificación y luego la búsqueda

de programas para tal fin).

- El mejor vivir también ha funcionado en articulación con otros como PROMEBA y otros de urbanización (agua potable).

O tb Emergencia Habitacional.

- En el tema de los roles, sean los programas enlatados o no, siempre existen grados de flexibilidad, y nuestra formación

y compromiso o forma de abordaje que tengamos del problema puede posibilitar esas transformaciones en los

programas: posibilidades de articulación y espacios de participación, adaptación, consensos. En este sentido la

formación tiene un rol importante: prácticas sociales como espacios alternativos. El perfil del arquitecto que estará

accionando en el medio. Responsabilidades compartidas (estado – técnicos). Por ej. en Chaco hubo casos de aplicación

del mejor vivir en que los técnicos trabajaron con la gente, tratando de incorporar pequeñas particularidades en el

programa mientras que otros sólo trabajaron con las empresas, teniendo resultados diferentes en cuanto a formas más

ADECUADAS, mas PROPIAS.

Nos permite preguntarnos: ¿Qué herramientas hubiera necesitado en mi formación que me posibilite incorporar a las

personas, la comunicación con los otros, generar esos espacios de intercambio?

- GANAS: Devolver al Estado algo de lo que hemos recibido en nuestra educación.

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- Depende del objetivo de la facultad de cómo formar? Pero también nosotros mismos de tener la intención de

formar parte.

- Ver la realidad. Si tuviésemos la posibilidad de poder ver otras opciones, otras realidades para poder tener

herramientas para elegir qué camino profesional decido elegir.

- Una discusión puede ser la facultad como organización (solución utópica), pero también desde el lugar de los

docentes: el lugar que el docente le da al estudiante, intercambio de saberes (educación popular). La idea que

estudiantes y docentes se retroalimentan es clave para después entender que el arquitecto no es quien tiene

todas las soluciones o respuestas. Esto es lo que permite posteriormente pensar en procesos colectivos y

participativos.

- La responsabilidad también es de los estudiantes.

- Posibilidades de interactuar en situaciones reales.

Los Zazos, 30 julio 2012

Producción colectiva generada por estudiantes, graduados y docentes (UNL, UBA, UNT) que participaron del Taller Vivienda Social y Arquitectura Vernácula: Capacitación y gestión para el desarrollo.

Trabajo en taller sistematizado por Arq. Belén Pennisi (VSyC, fadu unl)