4
N o nos podríamos llamar cristianos si ante la gravedad del momento social y económico que se está viviendo, per- maneciésemos con las manos cruzadas sin tratar de hacer nada para paliar las situaciones de precariedad e injusticia que está pro- vocando esta crisis. Crisis, cuyo origen emana del individualismo, esa forma de «vivir» que arrasa en nuestros tiempos. Frente a ese individualismo, comunidad, comu- nidad cristiana; con un propósito firme de empezar hacer pequeñas cosas para tratar de ir cambiando el mundo, nuestro mundo que empieza aquí, en la diócesis de Ciudad Real. Cuando en 2009 se comenzaron a sentar las ba- ses de este «Fondo Diocesano por el Empleo», se so- ñaba con facilitar a las personas la posibilidad de auto-realizarse mediante el trabajo. Hoy, aquel sue- ño, es una realidad que se va haciendo más grande año tras año. No cabe duda, de que las personas que han con- tribuido a que el Fondo Diocesano por el Empleo fun- cione han sido movidas por un profundo sentimiento de esperanza, una fuerte ilusión por el cambio a un mundo mejor, un mundo mejor al que los cristianos nos gusta llamar «El Reino». José Luis, Felipe, Prado, Iván, Mohammed… son una realidad tangible de que algo hemos empezado a cambiar, de que empezamos a creer más en la fuerza de lo colectivo, que empezamos a tomar más en serio las palabras de cambio que Jesús nos hace llegar en el Evangelio,… no nos podemos parar!. Tomar la decisión de participar en la construc- ción de ese otro mundo posible, supone actuar sobre aquellos elementos que mantienen una organización del mundo injusta. Parafraseando a San Juan (1Juan 3:14), saber que hemos sido trasladados de la muer- te a la vida, porque ya estamos amando a nuestros hermanos. Ya estamos en movimiento. Ya no es una simple idea. Las personas, movidas por la fuerza del Es- píritu, nos vamos sintiendo invitados a hacer algo diferente, algo alternativo para que el mundo tenga vida. La tarea es ardua y difícil pero vamos a experi- mentar la seducción de Dios para hacerlo. «Todos los creyentes vivían unidos y lo tenían todo en común; vendían las posesiones y haciendas y las distribuían entre todos según la necesidad de cada uno» Hch 2, 44-45 La fuerza de la esperanza Ya estamos en movimiento. Ya no es una simple idea. Las personas, movidas por la fuerza del Espíritu, nos va- mos sintiendo invitados a ha- cer algo diferente. No cabe duda, de que las personas que han contri- buido a que el Fondo Dio- cesano por el Empleo fun- cione han sido movidas por un profundo sentimiento de esperanza.

Memoria web 1

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: Memoria web 1

No nos podríamos llamar cristianos si ante la gravedad del momento social y económico que se está viviendo, per-maneciésemos con las manos cruzadas sin tratar de hacer nada para paliar las

situaciones de precariedad e injusticia que está pro-vocando esta crisis.

Crisis, cuyo origen emana del individualismo, esa forma de «vivir» que arrasa en nuestros tiempos.

Frente a ese individualismo, comunidad, comu-nidad cristiana; con un propósito firme de empezar hacer pequeñas cosas para tratar de ir cambiando el mundo, nuestro mundo que empieza aquí, en la diócesis de Ciudad Real.

Cuando en 2009 se comenzaron a sentar las ba-ses de este «Fondo Diocesano por el Empleo», se so-ñaba con facilitar a las personas la posibilidad de auto-realizarse mediante el trabajo. Hoy, aquel sue-ño, es una realidad que se va haciendo más grande año tras año.

No cabe duda, de que las personas que han con-tribuido a que el Fondo Diocesano por el Empleo fun-cione han sido movidas por un profundo sentimiento de esperanza, una fuerte ilusión por el cambio a un

mundo mejor, un mundo mejor al que los cristianos nos gusta llamar «El Reino».

José Luis, Felipe, Prado, Iván, Mohammed… son una realidad tangible de que algo hemos empezado a cambiar, de que empezamos a creer más en la fuerza de lo colectivo, que empezamos a tomar más en serio las palabras de cambio que Jesús nos hace llegar en el Evangelio,… no nos podemos parar!.

Tomar la decisión de participar en la construc-ción de ese otro mundo posible, supone actuar sobre aquellos elementos que mantienen una organización del mundo injusta. Parafraseando a San Juan (1Juan 3:14), saber que hemos sido trasladados de la muer-te a la vida, porque ya estamos amando a nuestros hermanos.

Ya estamos en movimiento. Ya no es una simple idea. Las personas, movidas por la fuerza del Es-píritu, nos vamos sintiendo invitados a hacer algo diferente, algo alternativo para que el mundo tenga vida. La tarea es ardua y difícil pero vamos a experi-mentar la seducción de Dios para hacerlo.

«Todos los creyentes vivían unidos y lo tenían todo en común; vendían las posesiones y haciendas y las distribuían entre todos según la necesidad de cada uno» Hch 2, 44-45

La fuerza de la esperanza

Ya estamos en movimiento. Ya no es una simple idea. Las personas, movidas por la fuerza del Espíritu, nos va-mos sintiendo invitados a ha-cer algo diferente.

No cabe duda, de que las personas que han contri-buido a que el Fondo Dio-cesano por el Empleo fun-cione han sido movidas por un profundo sentimiento de esperanza.

Page 2: Memoria web 1

Cuando una persona se decide a solicitar un microcrédito, se dirige a los voluntarios que atienden en el programa los miércoles por la mañana. En esta entrevista se les facilita una información exhausti-va sobre los requisitos de acceso, características del microcrédito, documentación exigida y se les en-tregan los impresos para presentar la solicitud (si no los ha conseguido vía internet). En caso necesario se les ayuda a cumplimentarlo.

Una vez recibido el ex-pediente completo, el equipo formado por cuatro volunta-rios y la coordinadora, estudia la viabilidad del proyecto y se adopta la decisión de aprobar o denegar la concesión del crédi-to, comunicándola al interesado por escrito.

En el caso de aprobación, es ne-cesario que el interesado facilite un número de cuenta corriente donde efectuar el ingreso del microcrédito concedido así como para girarle los recibos mensuales de devolución.

El microcrédito se formaliza a través de una escritura pública (los notarios que intervienen son cola-boradores y no cobran honorarios) y se traslada a los Servicios Tribu-tarios de Hacienda en Ciudad Real para anotación de la misma, estando exenta del impues-to de actos jurídi-cos documentados. Después se envía la copia simple al in-teresado, permane-ciendo en nuestros archivos el original.

Pasado un cierto tiempo, com-probamos “in situ” que el pro-yecto se ha ejecutado según lo previsto y pedimos la documen-tación justificativa de Alta en Se-guridad Social y en Hacienda.

Otra de las actividades de los voluntarios es la atención a los me-dios de comunicación que requie-ren datos y, anualmente, se infor-ma de las cifras resultantes, una vez redactada la Memoria Anual.

¿Qué hacen los voluntarios del Fondo?

La Iglesia en Ciudad Real, comparte Con 3 años de experiencia el Fondo Diocesano por el Empleo continúa siendo una iniciativa de la

Iglesia e Ciudad Real, para ayudar a personas desempleadas a promover su propia empresa o negocio, su puesto de trabajo. Para ello El Obispado facilita microcréditos (hasta 5.000 €) al 0% de interés y a devolver en 40 meses.

Un microcrédito es un préstamo:

Sin intereses y sin ningún tipo de gastos.Que hay que devolver en pequeñas cuotas mensuales en 40 meses.Para crear o mantener un puesto de trabajo.Para personas residentes en la provincia de Ciudad Real, cuyos negocios se ubicarán en la

misma.

Es necesario:

El respaldo del sacerdote de la parroquia o director de Cáritas. Firmar un contrato a través de una escritura pública.Justificar la inversión con fotocopia de las facturas.Alta en Seguridad Social cuando se inicie la actividad.

No está destinado a:

Saldar deudas contraídas.Crear empresas que no tienen viabilidad.

Desde el Fondo Diocesano por el Empleo queremos ayudarte

Ponte en contacto con nosotros en:

[email protected]

Tel.: 609 375 306

Page 3: Memoria web 1

A lo largo de 2012 en el Fondo Diocesano para el Empleo se tramitaron 35 solicitudes de ayuda (13 más que en 2011) y se aprobó la concesión de 19 microcré-ditos (6 más que en el año anterior). Tres de ellos fue-ron dirigidos a complementar los concedidos con ante-rioridad y la cuantía total abonada ascendió a 83.500 €.

En cuanto a la distribución de los beneficiarios se-gún el sexo, trece eran hombres y seis mujeres y, en lo que respecta a su edad, cuatro fueron a jóvenes me-nores de 30 años y quince a personas entre 31 y 50 años. Por su origen, 16 microcréditos correspondieron a españoles y 3 a inmigrantes siendo reseñable que, por primera vez, fue superior el número de españoles.

Por lo que respecta al objeto de los microcréditos, 17 de ellos se destinaron a la creación de nuevos pues-tos de trabajo mientras que los 2 restantes tenían como objetivo el mantenimiento de los ya existentes.

Durante este año se ha continuado con los despla-zamientos de componentes del equipo a las diversas localidades para realizar las entrevistas con algunas personas que lo solicitaban y, tras la concesión de los microcréditos, para verificar que los negocios están

abiertos o que siguen manteniendo su actividad. En la actualidad, 13 de los puestos siguen en activo mientras que 3 de ellos no han tenido continuidad. En un caso, el motivo se atribuye a la situación de vulnerabilidad que presentaba la persona y en el resto al difícil momento que sigue atravesando el mercado.

En cuanto a las cuotas mensuales, se están devol-viendo 29 microcréditos con normalidad (4 correspon-den a micro-créditos concedidos en 2010, 8 a concedi-dos en 2011 y 17 al año 2012) mientras que 6 personas no lo están haciendo. A lo largo de este año se ha in-cluido la posibilidad de aplazar la devolución que fue solicitada por 3 personas.

El Fondo Diocesano de Empleo contaba a 31 de diciembre de 2012 con un saldo de 92.162,66 € procedente de los donativos y de las devoluciones mensuales de los microcréditos ya concedidos. Du-rante el año 2012 la comunidad cristiana ha hecho donaciones por un total de 55.902 €, destacando es-pecialmente los 41.000 € que aportaron los sacerdo-tes de la diócesis y los 6.000 € de la Fundación Lux Hispanarium.

•1 puesto para una empresa de actividad gana-dera•2 puestos para un bar - cafetería•1 puesto para una cafetería plum -cake•1 puesto para una empresa de instalación de telefonía•1 puesto para una empresa de limpieza

•1 puesto para una empresa de multiservicios•2 puestos para dos panaderías•1 puesto para una perfumería•2 puestos para una tienda de 24 horas•1 puesto para una tienda de animales de compañía•2 puestos para una tienda de barrio•1 puesto para una zapatería

Distribución de puestos de trabajo creados según las actividades

Año 2011 Año 2012Aportaciones de la comunidad cristiana 9.770,00 euros 55.902,00 euros

N.º de personas beneficiadas 11 16

Cantidad reintegrada por los beneficiados 15.320,00 euros 21.775,00 euros

Balance económico 2012 del FDE

13 personas siguen desarrollando la actividad para la que solicitaron el microcrédito.

3 personas no han podido continuar por el difícil momento del mercado.

Valoración y explicación de los datos

20 personas o entidades han realiza-do en 2012 donaciones para el Fondo Diocesano por el Empleo. También los sacerdotes de la Diócesis.

Balance económico 2011 - 2012

Page 4: Memoria web 1

Historias reales

Una tienda de barrio en Ciudad Real

Mª Eugenia y Andrés recibieron un microcrédito del Fondo Diocesano por el Empleo en el año 2012. Con él pudieron crear dos puestos de trabajo en una tienda de barrio de Ciudad Real.

«Para nosotros tener un local en propiedad ha sido clave a la hora de abrir la tienda, es un gasto menos. Además es una buena calle, muy transitada por el paso de los estudiantes. No tenemos compe-

tencia en esta zona por un ne-gocio similar y contamos con experiencia en trato con el pú-blico.

A pesar de la crisis nos he-mos decidido a abrir la tienda porque pensamos que el mun-do sigue girando aunque quizás más despacio en este momento; este es un tipo de negocio que la gente sigue necesitando, es venta de productos de primera necesidad.

Somos conscientes que al comienzo hay que dar a co-nocer esta tienda de barrio, ganar poco sabiendo que va-

mos a ir consiguiendo una clientela. Nuestra mayor preocupación es ir haciendo frente a las deudas del negocio… y la fortaleza está en que estamos construyendo nuestro propio puesto de trabajo.

Abrir esta tienda nos ha cambiado la vida, es pa-sar de estar parados a poder crearnos un futuro y tener un sueldo a través de nuestro trabajo».

Una cafeteríaJosé Luis, ante la posibilidad de que-

darse sin empleo por el cierre de la em-presa donde trabajaba, decide empren-der su propio negocio junto a su socio y amigo Felipe. Han abierto una cafetería para lo que solicitaron un microcrédito del Fondo Diocesano por el Empleo.

«Abrir nuestro propio negocio es algo nuevo, tener una responsabilidad, algo serio que hay que sacar adelante. Supone tener un trabajo, que hoy en día es más importante que en otros mo-mentos. Es una oportunidad para crecer como persona.

Esta iniciativa del Obispado de Ciu-dad Real para apoyar el empleo nos sorprendió: la facilidad de devolución en pequeñas cantidades a largo plazo y ¡que no se cobraran intereses por un microcrédito! Que se apueste en estos momentos de crisis por este tipo de préstamos sorprende positivamente.

De nuestro trabajo nos ilusiona las personas que llegan a la cafetería, la satisfacción del cliente por-que les hemos atendido bien y saber que tenemos un negocio que es nuestro.

Esta cafetería también es un espacio abierto a lo sociocultural. En nuestro local hay lugar para sen-cillas exposiciones de fotografía o pintura, estamos organizando un «punto de intercambio de libros prestados», vamos a preparar actividades de cuenta cuentos, monólogos y probablemente algún curso de repostería».