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MENSAJES DE LA REINA DE LA PAZ

Mensajes de la Reina de la Paz

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MENSAJES DE LA

REINA DE LA PAZ

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El núcleo de los mensajes que la Santísima Madre da en Medjugorje es de paz, conversión, abandono totalmente confiado en Dios, oración, ayuno, fe viva, vida sacramental.

La verdadera paz, la que viene de Dios, es producto, es gracia de conversión. Convertirse significa regresar a Dios. Es ponerlo a Él como meta de nuestra existencia. Es cambiar radicalmente de vida para centrarla en Jesús, que es el único Camino. Y la Virgen viene precisamente para eso. A enseñarnos, a ayudarnos, a darnos fuerzas para que el Espíritu Santo produzca el cambio en nosotros, la conversión del corazón. Por eso es Ella la Reina de la Paz.

En todos sus mensajes nos está invitando a que nos hagamos disponibles a esta gracia, a que aprovechemos este tiempo que la Misericordia de Dios nos dio. Éste, en efecto, es tiempo de misericordia, es decir tiempo de María. Tiempo de llamado al retorno a la casa del Padre. María es la Pedagoga sublime que nos lleva al Maestro, que es el Señor.

Es así que Ella, incansablemente, nos invita a la oración. Sin oración no hay conversión. En todos sus mensajes nos pide oración. Pero no cualquier oración sino la del corazón, porque ésa nos irá transformando. Es la oración de quien confiadamente se abandona a la Fidelidad, Bondad y Misericordia de su Creador. Orar, orar y orar, repite en uno y otro mensaje. Que significa no sólo estar en oración permanente sino orar con mayor profundidad. Orar hasta que la oración deje de ser monólogo; orar hasta que también sea escucha y revelación; orar hasta que se vuelva alegría.

Como lo hace en todas sus otras apariciones insiste en el rezo diario, -solos, en grupos, en familia- del Santo Rosario, y prefiere que sea completo, los quince misterios. "A vosotros sacerdotes, os exhorto a que invitéis a todos los fieles a rezar el Rosario. Mediante la oración del Rosario habréis de vencer todos los obstáculos interpuestos por satanás contra la Iglesia. Dadle espacio al Rosario, vosotros sacerdotes, recitadlo."

Meditando los misterios del Rosario –nos dice a todos- iremos descubriendo la historia de la Salvación.

En su maravillosa pedagogía nos va llevando –como hizo con la parroquia de Medjugorje, el grano de mostaza que no deja de crecer- desde la oración de la devoción o del recitado puntual a la oración incesante." Orad siempre antes de iniciar vuestras ocupaciones de cada día. También cuando las hayáis finalizado. Si así lo hacéis Dios os bendecirá a vosotros y a vuestros trabajos…Orad continuamente. Orad para desbaratar los esfuerzos de satanás, él es muy fuerte y con todas sus energías quiere destruir mis planes que ya han comenzado a realizarse en vosotros. Vosotros debéis orar y sólo orar. No debéis interrumpir vuestra oración. Tened paciencia y perseverad en la oración. No permitáis que satanás os debilite."

Nos enseña que la mejor oración de petición es la de pedir el Espíritu Santo. "Lo más necesario es orar. Pedid al Espíritu Santo que descienda sobre la tierra y entonces todo se volverá muy claro y el mundo cambiará. Orad todos los días al Espíritu Santo. Vosotros pedís demasiadas cosas y no pedís lo más importante, ¡Pedid el don del Espíritu Santo y lo tendréis todo!.. Debéis orar por la efusión del Espíritu Santo sobre vosotros, sobre vuestras familias, sobre vuestras parroquias. Orad y no os arrepentiréis. Dios os concederá todos los dones con los cuales lo glorificareis hasta el término de vuestra vida terrena." “La gente no sabe orar, va a los santuarios y a la iglesia solamente para ser curados de males físicos o para pedir gracias particulares. Pero no ahondan en la profundidad de la fe…Si poseen el don del Espíritu lo tienen todo, todo lo demás vendrá por añadidura". También pide el ayuno –según la tradición de la Iglesia, los miércoles y viernes- a pan y agua, y del corazón. Mucho antes de la guerra dijo, no en una sino en varias ocasiones, que con la oración y el ayuno es posible evitar las guerras, o detener a las ya iniciadas, y suspender las leyes naturales.

Nos invita a que todo lo hagamos en la humildad y el amor. Ella viene a guiarnos en el amor. Dice la Escritura que la oración del humilde horada las nubes y llega hasta el mismo trono de Dios.

Nos pide que vivamos la Santa Misa, no hay nada más importante que la Misa. Allí es el mismo Jesús el Señor, Dios que se hizo hombre por nosotros, quien se está inmolando al Padre por nuestra salvación. En la Eucaristía está verdaderamente Jesús presente, en alma, cuerpo, sangre y divinidad. Nos llama a la adoración eucarística y a adorar a la cruz.

"Adoren al Santísimo Sacramento del Altar sin interrupción. Yo estoy siempre presente cuando los fieles están en adoración. En ese momento se reciben grandes gracias."

La comunión, o sea el Sacramento Eucarístico, está indisolublemente ligada al Sacramento penitencial o de reconciliación, la confesión. La Virgen, por ello, nos invita a que tengamos al menos una confesión mensual, a los consagrados les pide que sea semanal. La confesión no debe ser un mero recitado de faltas sino la consecuencia del arrepentimiento del pecado. "Si vosotros salís del confesionario como habéis entrado -nos dice- entonces será muy difícil que os convirtáis."

Así como el Señor ponía de manifiesto el valor de la fe, así también lo hace la Virgen. Relatan los videntes que la oración que pone más feliz a la Madre es el Credo. Solicita el rezo diario del Credo. También ella ha dicho a los sacerdotes y a la gente que deben "creer firmemente." Y los enfermos o quienes los llevan e interceden por ellos tienen que tener fe, no vacilar. Tal la condición para sanarse.

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A continuación ofrecemos algunos de los mensajes, de entre los miles que la Virgen está dando.

"Hijos queridos, sabéis que es por vuestra causa que permanezco tanto tiempo, para enseñaros a dar los primeros pasos en el camino de la santidad. Por ello, hijitos, orad sin cesar y vivid todos los mensajes que os doy; porque lo hago con un gran amor hacia Dios y hacia vosotros. Queridos hijos, deseo que comprendáis que Dios os ha elegido a cada uno de vosotros como instrumento para el plan de salvación de la humanidad. Os invito a la oración del corazón para que la oración sea diálogo con Dios. Deseo que cada uno le consagre más tiempo al Señor; satanás es fuerte y desea destruiros y engañaros de muchas maneras. Por ello, mis hijitos queridos, orad todos los días para que vuestras vidas sean un bien para vosotros y para todos aquellos que encontréis. Estoy con vosotros y os protejo, no obstante satanás quiera destruir mis proyectos y parar lo que el Padre Celestial desea realizar acá.

Vosotros no podéis entender cuán importante es vuestro puesto en este plan de Dios, por esto, hijos queridos, orad para que en la oración logréis comprender el plan de Dios a través vuestro. Estoy con vosotros para que podáis realizarlo plenamente.

Hijos, dadle al Señor todo vuestro pasado, todo el mal que se acumuló en vuestros corazones. Deseo que cada uno sea feliz, pero nadie puede serlo con el pecado. Para ello, hijos queridos, orad y en la oración conoceréis el nuevo camino de la alegría. La alegría se manifestará en vuestros corazones y así podréis ser testigos gozosos de lo que mi Hijo y yo deseamos de cada uno de vosotros.

Os invito a que cada uno comience a vivir la nueva vida, que Dios desea de vosotros, y a empezar a hacer buenas obras de amor y de misericordia. No quiero, hijos queridos, que viváis los mensajes y al mismo tiempo cometáis el pecado, que no me agrada.

Por eso, queridos hijos, deseo que cada uno inicie una nueva vida sin que destruya todo lo que Dios obra en cada uno de vosotros y todo lo que os está dando. Os amo, por eso deseo que seáis santos. No quiero que satanás os obstaculice en el camino.

Orad y aceptad todo lo que Dios os pone en esta vía, que es dolorosa, pero a quien comienza a recorrerla, Dios le revela toda la dulzura, de modo que responderá con gusto a cada llamado Suyo.

No deis importancia a las cosas pequeñas de acá. ¡Tended a las del Cielo!

Yo os invito a la conversión total, que es difícil para todos los que no han elegido a Dios. Os invito hijos queridos a que os convirtáis totalmente a Dios. Dios puede daros todo lo que le pidáis; pero vosotros sólo buscáis a Dios cuando vienen las enfermedades, los problemas, las dificultades y pensáis que Él esté lejos de vosotros y que no os escucha y no satisface vuestras oraciones. No, queridos hijos, ¡eso no es cierto! Si estáis lejos de Dios no podréis recibir gracias porque no lo buscáis con fe firme. Oro por vosotros todos los días y deseo aproximaros siempre más a Dios, pero no puedo hacerlo si vosotros no lo deseáis. Por ello, hijos queridos, poned vuestras vidas en las manos de Dios.

Os bendigo.

Queridos hijos, hoy también os invito al total abandono a Dios. En este tiempo deseo especialmente que renunciéis a aquellas cosas a las que estáis adheridos y que dañan vuestras vidas espirituales. Por ello, hijitos queridos, decidíos completamente por Dios y no le permitáis a satanás que entre en vuestras vidas, a través de aquello que os daña y que perjudica vuestras vidas espirituales.

Hijitos, Dios se os ofrece en plenitud y debéis descubrirlo y conocerlo sólo en la oración. Por tanto decidíos por la oración.

Vosotros, hijos queridos, no sois conscientes del gran amor con que Dios os ama; es por ese amor que Él me permite estar aquí con vosotros, para instruiros y ayudaros a encontrar el camino de la paz. Sin embargo, si no oráis no encontraréis ese camino. Por ello, hijos queridos, dejadlo todo y dedicad vuestro tiempo a Dios, y Dios os recompensará y os bendecirá. Hijitos pequeños, no olvidéis que vuestras vidas pasan como una florecilla de primavera, que hoy es maravillosa y mañana no se encuentra rastros de ella. Por ello orad, de modo tal que la oración y el abandono a Dios se vuelvan una señal del camino. Así vuestros testimonios no tendrán solamente valor ahora para vosotros sino para toda la eternidad.

El abandono a Dios debe ser total. Orad, hijitos, para que satanás no os sacuda como ramas al viento. Sed fuertes en Dios. Deseo que a través vuestro el mundo entero conozca al Dios de la alegría. Dad testimonio con vuestras vidas del gozo divino. No estéis ni angustiados ni preocupados. Dios os ayudará y os mostrará el camino. Deseo que améis a todos, a buenos y a malos, con mi amor. Sólo así el amor vencerá en el mundo.

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Hijitos, vosotros sois míos; os amo y deseo que os abandonéis en mí, para que pueda yo conduciros hasta Dios. Orad incesantemente para que satanás no pueda sacar ventajas de vosotros. Orad para que comprendáis que sois míos. Todo lo que hagáis y todo lo que tengáis dadlo a Dios, para que pueda Él reinar en vuestras vidas como Rey de todo.

No temáis porque estoy con vosotros, aún cuando penséis que no hay camino de salida y que satanás es el que reina. Yo os traigo la paz, soy vuestra Madre y la Reina de la Paz. Sólo así el Señor podrá guiaros, a través mío, en las profundidades de la vida espiritual. La invitación que os hago al total abandono en Dios es el llamado a la gran alegría y a la paz que solamente Dios puede daros. Que todo lo que poseáis esté en manos de Dios. Sólo así tendréis alegría en el corazón.

Hijitos, alegraos por todo lo que tenéis. Agradeced a Dios porque todo es don suyo, hacia vosotros. Así podréis en la vida agradecer por todo y descubrir a Dios en todo, aún en las flores más pequeñas. Descubrid a Dios.

Estoy con vosotros e intercedo por vosotros ante Dios, todos los días. Os invito, hijitos, a que me escuchéis y a que viváis los mensajes que os doy. Desde hace ya años que sois invitados a la santidad, sin embargo estáis lejos aún de ello. Os bendigo con la bendición de la alegría.

Queridos hijos, hoy os invito al amor, que es agradable y caro a Dios. Hijitos, el amor acepta todo, todo lo que es duro y amargo, por Jesús que es Amor. Por eso, queridos hijos, orad a Dios para que venga en ayuda vuestra; pero no según vuestros deseos sino según ¡Su Amor!

Abandonaos a Dios para que Él pueda sanaros, consolaros y perdonaros por todo aquello que hay en vosotros y os impide avanzar en el camino del amor. Así Dios podrá plasmar vuestras vidas y vosotros podréis crecer en el amor.

Glorificad a Dios, hijitos, con el Himno a la Caridad (1 Cor 13), para que el amor de Dios pueda día a día crecer en vosotros, hasta alcanzar la plenitud.

¡Qué la Santa Misa sea la vida para vosotros! Tratad de entender que la Iglesia es la Casa de Dios, el lugar donde os reúno y donde deseo mostraros el camino que lleva a Dios. ¡Venid y orad! No estéis mirando a los otros y criticándolos. Que, en cambio, vuestras vidas sean un testimonio en el camino de la santidad.

Las iglesias son dignas de respeto y consagradas porque Dios -que se hizo hombre- está dentro de ellas, día y noche.

Por todo, hijitos, creed y orad para que el Padre os acreciente la fe y luego, entonces, pedid aquello que es necesario. Estoy con vosotros y gozo por vuestras conversiones. Os protejo con mi manto materno.

Queridos hijos, os invito a orar. Hijitos, es mediante la oración que recibiréis paz y alegría. A través de la oración sois más ricos de la Gracia Divina. Por ello, hijitos queridos, que la oración sea vida, para cada uno de vosotros. En particular os invito a que oréis por todos los que están lejos de Dios, para que se conviertan. Entonces, los corazones serán más ricos, porque Dios reinará en los corazones de todos los hombres. Por ello, hijitos, ¡orad, orad, orad!

¡Que reine la oración en todo el mundo!

Yo os bendigo de especial manera con mi bendición materna, e intercedo ante Dios para que os done la conversión del corazón. Desde hace años ya, os estoy invitando y exhortando a una vida espiritual profunda en la simplicidad. Pero vosotros ¡estáis tan fríos! Por ello, hijitos queridos, os ruego que recibáis y viváis mis mensajes seriamente, para que vuestras almas no se entristezcan cuando yo no esté más con vosotros y no pueda guiaros como a niños inseguros, en sus primeros pasos. Por eso, hijitos, leed cada día los mensajes que os he dado y transformadlos en vida.

Os amo y es por eso que os invito, a todos, al camino de la salvación con Dios.

Os invito, queridos hijos, a que os decidáis por Dios, porque el alejamiento de Dios da como fruto la falta de paz en vuestros corazones. ¡Sólo Dios es paz! Por esto acercaos a Dios por medio de la oración personal y entonces viviréis la paz en vuestros corazones. Y así la paz podrá correr como un río, desde vuestros corazones, por el mundo. No habléis de paz, ¡practicadla!"

A todos os pido que ofrezcáis oraciones y sacrificios por mis intenciones para que pueda yo ofrecerlas a Dios por lo que sea más necesario. Olvidad vuestros deseos y orad, hijos queridos, por aquello que Dios quiere y no por lo que vosotros deseáis.

Os invito a que renovéis la oración en familia, para que cada familia se convierta en gozo para mi Hijo Jesús. Por ello, hijos queridos, orad y dadle más tiempo a Jesús, entonces llegareis a entender y a aceptar todo, aún las enfermedades y las más duras cruces.

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Estoy con vosotros y deseo llevaros en mi Corazón y protegeros; pero vosotros no os decidís. Por ello, hijos queridos, os estoy buscando para que oréis y a través de la oración me permitáis ayudaros. Orad, hijitos, para que la oración se convierta, en vosotros, pan de cada día."

La Santísima Madre insiste en su llamado a la conversión, en su camino de oración y penitencia. Hubo veces en que dio mensajes tan lacónicos y elocuentes como éste: "¡Orad, orad, orad!"

Y otras como el 25 de marzo de 1992, en que dijo: "Queridos hijos, hoy como nunca antes, os invito a que viváis y practiquéis mis mensajes en vuestras vidas. He venido hasta vosotros para ayudaros, y es por ello que hoy os invito a que cambiéis de vida, porque habéis tomado por el camino de la desdicha, de la ruina.

Cuando os dije: "Convertíos, orad, ayunad, reconciliaos", vosotros habéis acogido esos mensajes superficialmente. Comenzasteis a vivirles y luego dejasteis de hacerlo, porque para vosotros resultaba difícil. Sabed, hijos queridos, que cuando algo es bueno debéis perseverar en el bien y no pensar "Dios no me ve, no me escucha. No me ayuda". De esa manera os habéis apartado de Dios y de Mí -por motivo de vuestros desdichados intereses-, Yo quería crear, a partir de vosotros, un Oasis de Paz, Amor y Bondad. Dios quería, con el amor vuestro y con Su Ayuda, que hicierais milagros y así dierais el ejemplo. Por eso, os digo "satanás está jugando con vosotros y con vuestras almas y yo no puedo ayudaros porque estáis lejos de mi corazón. Por tanto, orad, vivid mis mensajes y entonces veréis los milagros del amor de Dios en vuestras vidas de todos los días."

Constantemente hace llamados al amor y en esos llamados, en estos tiempos en que el pecado se ha enseñoreado de la humanidad, descubrimos la gracia sobreabundante de Dios. "Queridos hijos, hoy como nunca os invito a orar. Que vuestras vidas se vuelvan plenas de oración. Sin amor no podéis orar. Por ello os invito ante todo a amar a Dios Creador de vuestras vidas; luego reconoceréis y amareis a Dios en todos, como Él os ama a vosotros.

Queridos hijos, esto- que Yo pueda estar con vosotros- es una gracia. Por ello, por el bien vuestro, aceptad y vivid mis mensajes. Os amo y por eso estoy con vosotros para enseñaros y guiaros hacia una vida nueva; la de la renuncia y la conversión. Solamente así descubriréis a Dios y a todo lo que ahora está alejado de vosotros. Hijitos, por esto, -¡orad!

Nuevamente os invito a aceptar y vivir mis mensajes con seriedad. Éstos son los días en que debéis decidiros por Dios, por la paz y por el bien. Que de vuestras vidas y vuestros pensamientos salgan todo odio y todo celo, y que allí sólo esté el amor a Dios y al prójimo. Así, y sólo así, seréis capaces de distinguir las señales de este tiempo. Yo estoy con vosotros y os guío hacia un tiempo nuevo, tiempo que Dios os da como gracia para que lo conozcáis aún más.

Satanás quiere destruir todo lo que es santo en vosotros y en torno vuestro. Él quiere principalmente arruinar vuestras almas y alejaros lo más posible de la vida cristiana y de los Mandamientos que la Iglesia os llama a vivir. Por tanto, hijitos, orad, orad, orad para poder comprender todo lo que el Señor os da a través de mis venidas…

Leed la Sagrada Escritura, vividla y orad para comprender las señales de este tiempo. Este es un tiempo particular y por ello estoy con vosotros para acercaros a mi Corazón y al Corazón de mi Hijo Jesús.

Queridos hijitos, deseo que seáis hijos de la luz y no de las tinieblas; por eso vivid lo que os digo".

Nos propone el refugio que Dios ha preparado para estos tiempos que es la Consagración a su Corazón Inmaculado. Acto éste que cada uno puede hacer en su corazón, y renovarlo diariamente, refrendándolo en el momento de la Eucaristía, y solemnemente en una fiesta mariana. "Me siento muy feliz por quienes han decidido consagrarse a mí. Os agradezco, no os habéis equivocado. Mi Hijo Jesucristo quiere - a través mío- concederos gracias especiales."

La familia y los jóvenes son motivos de particular atención en los mensajes de la Virgen. Fundamentalmente, pide que la familia se reúna a orar, que ore junta, que sea activa en la oración. También: "amad en primer lugar a vuestra familia y luego podréis aceptar a los demás."

Nos insta a seguir el llamado evangélico de construir nuestra casa sobre la sólida roca, que es Cristo -edificar es fruto de la oración del corazón, del amor y la unión familiar-, y no sobre la arena de los tiempos, de los falsos valores que se nos proponen.

Asimismo, la Santísima Madre hace mención a cosas concretas como la televisión diciendo, por ejemplo: "Renunciad a los programas que son un peligro moral para vuestras familias. La televisión ha provocado la destrucción de muchos hogares. Después de ver televisión ya no pueden orar, ya nadie consigue recogerse para entrar en oración… Renovad, en cambio, la oración en familia. Estimulad a los más pequeños a la oración y haced que los niños se acerquen a la Misa" La televisión se interpone en la familia impidiendo la tertulia familiar, contaminando la pureza y los valores morales, haciendo imposible el diálogo con Dios. En Cuaresma ha pedido que apagáramos el televisor. Y otra vez recalcó: "El ayuno del cuerpo es necesario, pero más

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necesario aún es el ayuno del pecado. Renunciar a las pasiones, a los placeres, al alcohol y al exceso de ver televisión. La televisión os está destruyendo, por culpa de ella vosotros ya no sabéis orar."

Cuando la Virgen habla de destrucción no está sólo refiriéndose al desplazamiento que se hace de la oración, por la distracción que provoca ese entretenimiento, sino, antes bien, a los valores antievangélicos, por tanto anticristianos, que a través de ese medio se promueven.

Baste considerar que, según recientes estadísticas de la Comisión Nacional de Televisión de los EEUU, un niño norteamericano ve en 10 años (los que median entre los 5 y los 15 años) de su vida, nada menos que 14.000 muertes violentas, por televisión. A ello hay que sumar estupros, escenas fuertemente eróticas, etc, etc. Los films, aún los dibujos animados están cargados de violencia.

La Virgen nos propone actos concretos, específicos, que nos hagan dirigirnos a Dios. Colocar el televisor a un costado y centrar, físicamente también, en el hogar la Sagrada Escritura. Abrir el Evangelio para escuchar la Palabra de Dios y hacer silencio al mal que quiere invadirnos desde dentro.

Nos invita a que en nuestras casas tengamos en un lugar privilegiado, además de la Biblia, imágenes sacras -bendecidas-, haciendo de él un sitio para reunirnos a orar, leer y meditar la Palabra.

Si osáramos resumir a su esencia los mensajes, notaríamos que como verdadero llamado a la salvación, son apelación a la cooperación en el plan de Dios, que partiendo de lo individual abarca a todos los hijos. Diríamos, entonces, que en sustancia nos está invitando a que nos convirtamos para convertir. "¡Queridos hijos! En vuestras vidas todos habéis experimentado la luz y las tinieblas. Dios concede a cada hombre conocer el bien y el mal. Os invito a la luz que debéis vosotros llevar a los hombres que están en las tinieblas. Todos los días llegan hasta vuestras puertas hombres que viven en las tinieblas. Queridos hijos, ¡dadles la luz!"

Igualmente, nos exhorta a vivir sus mensajes con humildad y a dar testimonio con nuestras vidas. Nos enseña que no se trata de ir pregonando las apariciones o simplemente hablar de los mensajes sino, antes bien, de hacerlos vida para que fructifiquen en nosotros y sirvamos de testimonios para los demás. De nada vale creer en las apariciones o enterarse de los mensajes si no se los practica.

Por otra parte, nos recuerda la Virgen que las pruebas deben servirnos para crecer en el amor y en la fe y para acercarnos a Dios en el amor. Como lo repetimos en el Padre Nuestro debemos también orar para no caer en la tentación, para superar la prueba.

Mensajes dictados por la Virgen entre 1984-1999 1984

Del 1 de marzo de 1984

Queridos hijos, yo he elegido particularmente esta parroquia y deseo guiarla. La protejo en el amor y deseo que todos me pertenezcan. Gracias por haber respondido a mi llamado. Quiero que cada vez sean más numerosos los que estén conmigo y con mi Hijo. Cada jueves daré un mensaje particular.

Del 8 de marzo de 1984

Gracias por haber respondido a mi llamado. Hijos queridos, conviértanse todos los de la parroquia. Este es mi segundo deseo, y de ese modo ayudarán a que se conviertan todos los que vengan aquí.

Del 15 de marzo de 1984

Estoy también agradecida porque esta tarde han venido. Continúen adorando al Santísimo Sacramento. Yo estoy siempre presente cuando los fieles están en adoración. Ese es el momento en que se reciben dones particulares.

Del 22 de marzo de 1984

Queridos hijos, esta tarde los invito particularmente en esta Cuaresma, a que honren las llagas que le fueron infligidas a mi Hijo, por los pecados de esta parroquia. Únanse a mis oraciones por la parroquia para que su sufrimiento le sea aliviado. Gracias por haber respondido a mi llamado. Traten de ser más numerosos los que vengan.

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Del 29 de marzo de 1984

Queridos hijos, esta tarde los exhorto especialmente a que sean perseverantes en las pruebas. Piensen como hoy el Todopoderoso sufre por vuestros pecados. Ofrézcanle a Dios los sufrimientos. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 5 de abril de 1984

Queridos hijos, hoy les pido, muy especialmente, que honren el Corazón de mi Hijo Jesús. Piensen en las heridas infligidas al Corazón de mi Hijo, ese Corazón ofendido por tantos pecados. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 12 de abril de 1984

Hoy os pido, hijos queridos, que dejen las murmuraciones y que oren por la parroquia, porque mi Hijo y yo tenemos un plan particular para esta parroquia. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 19 de abril de 1984

Queridos hijos, tengan compasión de mí. Oren, oren, oren.

26 de abril no hubo ningún mensaje.

Del 3 de mayo de 1984

La vidente Marja Pavlovich - que es quien recibe los mensajes- le preguntó a la Virgen: "Virgen querida, ¿Por qué no me diste mensaje para la parroquia el jueves pasado?" A lo que Ella respondió: "No quiero forzar a nadie para que haga lo que no siente y no desea, aún cuando tuviera mensajes particulares para la parroquia con los que quería despertar la fe de todos los fieles. Sólo una muy pequeña parte ha aceptado los mensajes del jueves. Al comienzo eran muchos más. Lamentablemente para muchos parece que se les hubiera vuelto una cosa ordinaria, y es así que últimamente algunos piden los mensajes más por curiosidad que por fe o devoción hacia mi Hijo y hacia mí."

Del 19 de mayo de 1984

Muchos fieles se sintieron muy tocados por los mensajes de la Virgen. Algunos pensaban que la Virgen no daría ningún mensaje más para la parroquia, pero esta tarde Ella dijo: " Les hablo porque quiero aún hablarles. Procuren ustedes hacer caso de mis consejos".

Del 17 de mayo de 1984

Queridos hijos, estoy feliz porque hay muchos que quieren consagrase a mí. Les doy gracias. No se han equivocado. Quiere, mi Hijo, por mi intermedio darles dones particulares. Mi Hijo es feliz por sus abandonos. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 24 de mayo de 1984

Queridos hijos, ya les he dicho que los he elegido así como son. Yo, Madre, los amo a todos y en todo momento, también cuando tienen dificultades. Por eso no teman. Los amo aún cuando están lejos de mí y de mi Hijo. Les ruego, no permitan que mi Corazón llore lágrimas de sangre por las almas que se pierden en el pecado. Por ello, hijitos, oren, oren. Gracias por haber respondido a mi llamado.

El 31 de mayo de 1984 (Fiesta de la Ascensión)

Había muchas personas presentes. La Virgen no dio el mensaje para la parroquia pero le dijo a la vidente Marja que lo daría el próximo sábado para que fuera dado a conocer el domingo, durante la Misa de once.

Del 2 de junio de 1984

Queridos hijos, quiero esta tarde decirles que en los días de esta novena deben rezar para que el Espíritu Santo descienda sobre sus familias y su parroquia. Oren, no se arrepentirán. Dios os derramará los dones con los que lo glorificarán hasta el fin de sus vidas terrenas. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 9 de junio de 1984

Queridos hijos, mañana por la tarde oren por el Espíritu de Verdad, en particular háganlo ustedes, los de esta parroquia, porque tienen necesidad del Espíritu de Verdad para poder transmitir los mensajes así como son sin quitar ni agregar nada, así como yo los

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he dicho. Recen para que el Espíritu Santo los inspire con espíritu de oración para que oren más. Yo, la Madre de ustedes, les digo que oran poco. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 14 de junio de 1984

No hubo mensaje.

Del 21 de junio de 1984

Oren, oren, oren. Gracias por haber respondido a mi llamado.

El 28 de junio no hubo mensaje.

Del 5 de julio de 1984

Queridos hijos, quiero hoy decirles que deben orar antes de cada trabajo y que deben terminar su trabajo con la oración. Si así lo hacen Dios los bendecirá y bendecirá sus trabajos. En estos días ustedes trabajan mucho y oran poco. Por eso, oren. En la oración encontrarán reposo. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 12 de julio de 1984

Queridos hijos, en estos días satanás quiere enredar mis planes. Oren para que su plan no se lleve a cabo. Yo rogaré a mi Hijo Jesús que les dé la gracia de sentir en las pruebas, infligidas por satanás, la victoria de Jesús. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 19 de julio de 1984

Queridos hijos, en estos días han experimentado la obra de satanás. Estoy siempre con ustedes. No les teman a las pruebas porque Dios los vigila siempre. Me he dado yo misma a ustedes y participo aún en las pruebas más pequeñas. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 26 de julio de 1984

Queridos hijos, hoy también quiero invitarlos a la oración perseverante y a la penitencia. En particular los jóvenes de esta parroquia deberían ocuparse más de orar. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 2 de agosto de 1984

Queridos hijos, estoy hoy feliz y les agradezco por las oraciones. Oren en estos días aún más por la conversión de los pecadores. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 9 de agosto de 1984

Queridos hijos, oren porque satanás quiere aún enredar mis planes. Oren con el corazón y abandónense en la oración a Jesús.

Del 16 de agosto de 1984

Queridos hijos, les ruego a ustedes, en particular a los de la parroquia, que vivan mis mensajes y que los transmitan a todos los que encuentren. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 23 de agosto de 1984

Oren, oren, oren. (Marja dijo que los fieles, especialmente los jóvenes fueron llamados al orden durante la Misa)

Del 30 de agosto de 1984

Queridos hijos, la cruz (del Kricevac) cuando fue construida ya estaba en el plan divino. Vayan en estos días al monte y oren bajo la cruz. Necesito sus oraciones. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 6 de setiembre de 1984

Queridos hijos, sin oración no hay paz. Por eso les digo, queridos hijos oren. Oren bajo la cruz por la paz. Gracias por haber respondido a mi llamado.

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Del 13 de setiembre de 1984

Queridos hijos, aún necesito sus oraciones. Ustedes se preguntarán: ¿Por qué tantas oraciones? Miren alrededor de ustedes, hijos queridos, y verán cuán grande es el pecado que reina en esta tierra. Por eso oren para que Jesús venza. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 20 de setiembre de 1984

Queridos hijos, los exhorto en este día a que comiencen con el ayuno del corazón. Hay muchos que ahora ayunan, pero más que nada porque todos ayunan. Y ése se ha vuelto un hábito que nadie quiere interrumpir. Ruego a la parroquia que ayunen para dar gracias a Dios que me ha permitido detenerme tanto tiempo en esta parroquia. Queridos hijos, ayunen y oren con el corazón. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 27 de setiembre de 1984

Queridos hijos, me han ayudado con sus oraciones para que mis planes se lleven a cabo. Oren aún para que todos los planes se ejecuten. A las familias de la parroquia les pido especialmente que recen el Rosario. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 4 de octubre de 1984

Queridos hijos, hoy deseo decirles que con las oraciones me hacen muy feliz, aunque hay muchos aún en la parroquia que aún no oran y por ellos mi corazón está triste. Oren para que pueda llevar todas sus oraciones y sacrificios al Señor. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 11 de octubre de 1984

Queridos hijos, les doy gracias porque dedican todas sus fatigas a Dios, aún ahora que Él los pone a la prueba con los frutos de la cosecha. Hijos queridos, deben saber que Él los ama y por ello los prueba. Ustedes deben siempre encomendar sus cargas a Dios y no preocuparse por nada. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 18 de octubre de 1984

Queridos hijos, los llamo para que en sus casas lean, todos los días, la Sagrada Biblia, que deberá encontrarse en un lugar visible para que siempre les recuerde que debe ser leída y acompañada con la oración. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de octubre de 1984

Queridos hijos, oren durante este mes. Dios me ha permitido que los ayude cada día, que los defienda del mal. Este es mi mes. Yo se los quiero dar. Ustedes deben solamente orar a Dios y Dios les dará lo que desean. Y yo los ayudaré. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 1 de noviembre de 1984

Queridos hijos, hoy los exhorto a que renueven las oraciones en sus casas. Los trabajos han concluido; ahora deben consagrarse a la oración. La oración debe estar en sus familias en primer lugar. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 8 de noviembre de 1984

Queridos hijos, ustedes no son conscientes de los mensajes que Dios le envía a través mío. Está Él derramando grandes dones y ustedes no lo comprenden. Oren para que el Espíritu Santo los ilumine. Si se diesen cuenta de cuánta misericordia Dios les está otorgando, orarían sin parar. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 15 de noviembre de 1984

Queridos hijos, ustedes son el pueblo elegido y Dios les otorga gran misericordia. No pueden entender cada mensaje que les doy. Ahora sólo quiero decirles esto: oren, oren, oren. No sé qué más decirles porque los amo y deseo que mediante la oración puedan sentir el amor de Dios y el mío. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 22 de noviembre de 1984

Queridos hijos, en estos días deben vivir todos los principales mensajes y plantarlos en sus corazones hasta el jueves. Gracias por haber respondido a mi llamado.

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Del 29 de noviembre de 1984

Queridos hijos, no, ustedes no saben amar y no saben escuchar las palabras que digo con amor. Deben ser conscientes, mis amados hijos, que soy su Madre y que vine a la tierra para enseñarles a escuchar con amor, a orar con amor -y no por la fuerza- para que lleven la cruz. Con la cruz Dios es glorificado a través de cada hombre. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 6 de diciembre de 1984

Queridos hijos, en estos días los llamo a la oración en familia. Muchas veces les he dado, en nombre de Dios, mensajes pero no los han escuchado. Esta Navidad sólo será para ustedes inolvidable si aceptan los mensajes que les doy. Queridos hijos, no permitan que el día de la alegría se vuelva para mí en el día más triste. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 13 de diciembre de 1984

Queridos hijos, ustedes saben que el tiempo del gozo está próximo, y que sin amor nada obtendrán. Por eso lo primero es que amen a sus familias, todos en la parroquia, y sólo así podrán aceptar y amar a todos los que aquí llegan. Que esta semana la dediquen a aprender cómo se necesita amar. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 20 de diciembre de 1984

Queridos hijos, hoy los llamo para que hagan algo concreto por Jesucristo. Deseo que cada familia de la parroquia lleve una flor, como signo de abandono a Jesús, para el día de la Alegría. Deseo que cada miembro de la familia ponga una flor próxima a la cuna para que Jesús pueda venir a ver su abandono a Él. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 27 de diciembre de 1984

Queridos hijos, en esta Navidad satanás quería muy especialmente obstaculizar los planes de Dios. Hijos queridos, ustedes deben haber sentido a satanás aún el día de la Navidad. Pero Dios ha vencido en todos sus corazones. ¡Que la felicidad reine en sus corazones! Gracias por haber respondido a mi llamado.

1985

Del 3 de enero de 1985

Queridos hijos, el Señor les ha dado grandes gracias durante estos días. Querría que esta semana fuese la semana del agradecimiento por todas las gracias que han tenido del Señor. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 10 de enero de 1985

Queridos hijos, hoy también deseo agradecerles por todos los sacrificios, en particular gracias a aquellos que son caros a mi corazón y a los que de buena voluntad vienen hasta aquí. Hay muchos parroquianos que no sienten los mensajes, pero por aquellos que me son particularmente queridos, por ellos continúo dando mensajes para la parroquia. Y aún los daré, porque los amo y porque deseo que ustedes difundan los mensajes con el corazón. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 17 de enero de 1985

En estos días satanás se está fuertemente batiendo contra la parroquia. Y ustedes, hijos queridos, se han adormecido en la oración y sólo pocos de ustedes asisten a la Santa Misa. En los días de la tentación, resistan. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 24 de enero de 1985

Queridos hijos, en estos días han probado la gracia de Dios a través de las renovaciones que acontecieron en esta parroquia. Satanás, con mayor ferocidad aún, quiere quitarles a cada uno de ustedes la alegría. Lo pueden desarmar completamente con la oración, y asegurarse la felicidad. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 31 de enero de 1985

Queridos hijos, hoy deseo decirles que abran sus corazones a Dios como las flores de la primavera buscan el sol. Soy la Madre de ustedes y siempre quiero que estén más cerca del Padre y que Él les ofrezca siempre tantos dones para sus corazones. Gracias por haber respondido a mi llamado.

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Del 7 de febrero de 1985

Queridos hijos, en estos días satanás se ha vuelto evidente en modo particular en esta parroquia. Oren, hijos queridos, para que se cumpla la voluntad de Dios y para que cada acto de satanás termine en la gloria de Dios. Me he quedado con ustedes así tanto para ayudarlos a resistir a las tentaciones. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 14 de febrero de 1985

Queridos hijos, hoy es día en que doy mi mensaje para toda la parroquia, pero no toda la parroquia acepta y vive los mensajes. Estoy triste y deseo que ustedes, hijos queridos, escuchen y vivan mis mensajes. Cada familia debe orar unida y leer la Biblia. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 21 de febrero de 1985

Queridos hijos, día tras día les pido que en la parroquia renueven la oración, pero no responden. Hoy los llamo por última vez. Ahora es Cuaresma y ustedes, como parroquia, pueden adherirse ahora a mi llamado, por amor. Si así no lo hicieren no deseo, entonces, darles más mensajes. Ello me ha sido concedido por Dios. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 28 de febrero de 1985

Queridos hijos, hoy los invito a que en esta semana vivan estas palabras "yo amo a Dios". Queridos hijos, con el amor pueden hacerlo todo, aún aquello que creían que era imposible. Dios quiere que esta parroquia le pertenezca toda a Él. Y yo también lo deseo. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 7 de marzo de 1985

Queridos hijos, los invito hoy a que renueven la oración en sus familias. Hijos queridos estimulen a los otros a la oración y que los más pequeños vayan también a la Santa Misa. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 14 de marzo de 1985

Queridos hijos, en la vida han probado la luz y la oscuridad. A cada uno Dios le da el poder conocer el bien y el mal. Yo los invito a la luz que deben llevar a todos los que viven en la oscuridad. Día a día llega hasta sus casas gente que vive en la oscuridad. Denles, hijos queridos, la luz. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 21 de marzo de 1985

Queridos hijos, deseo hoy darles los mensajes y los invito a que hoy mismo vivan y acepten mis mensajes. Queridos hijos, los amo y he elegido esta parroquia, que me es predilecta, en modo particular y en ella estoy con agrado desde que el Todopoderoso me ha enviado. Es por ello que los invito, hijos queridos, para que ustedes también experimenten un mayor bien. Escuchen mis mensajes. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 24 de marzo de 1985 (vigilia de la Anunciación)

Queridos hijos, hoy los invito a la confesión aún si se han confesado sólo unos días atrás. Deseo que ustedes puedan vivir mi fiesta en sus corazones, pero no podrán hacerlo si no se abandonan al Señor. Por eso mi invitación es: "Reconcíliense con el Señor".

28 de marzo de 1985

Queridos hijos, hoy los invito a que oren, oren, oren. Conocerán en la oración la alegría más sublime y la salida a toda situación que les parezca imposible. Gracias porque se han puesto en movimiento con la oración. Cada hombre es predilecto de mi corazón y agradezco a todos los que han dado en sus familias impulso a la oración. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 4 de abril de 1985 (Jueves Santo)

Queridos hijos, gracias porque han comenzado a pensar más en sus corazones a la alegría de Dios. Hoy es el día en que quería dejar de dar los mensajes porque algunos de entre ustedes no los aceptaban. Pero la parroquia se ha movido y ahora quiero dar los mensajes así como nunca antes ocurrió desde el inicio del mundo. Gracias por haber respondido a mi llamado.

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Del 11 de abril de 1985

Queridos hijos, quiero hoy decirles a todos los parroquianos que oren muy especialmente para que el Espíritu Santo los ilumine. Desde hoy Dios desea poner particularmente a la prueba a la parroquia, para poder fortificarla en la fe. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 18 de abril de 1985

Queridos hijos, hoy les doy gracias por cada apertura de sus corazones. Estoy llena de alegría por cada corazón que se abre al Señor, sobre todo por los de la parroquia. Regocíjense conmigo. Oren todas las oraciones para que se abran los corazones que están bajo el peso del pecado. Yo lo deseo. El Señor a través mío lo quiere. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 26 de abril de 1985

Queridos hijos, deseo hoy decirles que comiencen a cultivar sus corazones como cultivan sus campos. Cultiven y cambien sus corazones para que el Espíritu nuevo de Dios pueda habitar en sus corazones. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 2 de mayo de 1985

Queridos hijos, hoy los invito a la oración del corazón, no la rutinaria. Algunos vienen y no quieren entrar en la oración del corazón. Yo los invito como lo hace una madre, oren para que la oración prevalezca en sus corazones en cualquier situación. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 9 de mayo de 1985

Queridos hijos, ustedes no saben cuántas gracias les da el Señor. Ustedes no quieren moverse en estos días en que el Espíritu Santo obra en modo especial. Sus corazones están vueltos hacia los bienes terrenos y esos bienes los preocupan. Conviertan sus corazones hacia la oración y procuren que el Espíritu se difunda en ustedes. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 16 de mayo de 1985

Queridos hijos, reclamo de ustedes una oración más activa y también a la participación en la Santa Misa. Quiero que la Santa Misa se vuelva para ustedes una experiencia de Dios. Quiero decirles sobre todo a los jóvenes que se abran al Espíritu Santo porque Dios los quiere acercar a Él, en estos días en que satanás está muy activo. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 23 de mayo de 1985

Queridos hijos, sobre todo los invito a que en estos días abran sus corazones al Espíritu Santo. En estos días el Espíritu Santo actúa especialmente a través de ustedes. Abran sus corazones y ofrézcanle sus vidas a Jesús para que Él pueda actuar en sus corazones y los pueda fortalecer en la fe. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 30 de mayo de 1985

Queridos hijos, nuevamente los invito a la oración hecha con el corazón. Hijos queridos, que la oración se vuelva para ustedes el alimento de cada día, especialmente ahora que el trabajo en el campo tanto los absorbe y que no pueden orar con el corazón. Oren y superarán todo cansancio. La oración será para ustedes alegría y reposo. Les doy gracias porque respondieron a mi llamado.

Del 6 de junio de 1985

Queridos hijos, en estos días vendrán hasta aquí, a la parroquia, hombres de todas naciones. Ahora los invito al amor, ante todo amen a sus familiares, y entonces sí que aceptarán y amarán a todos los que lleguen hasta ustedes. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 13 de junio de 1985

Queridos hijos, en este tiempo del cuarto aniversario invito a los de la parroquia a que oren más y a que se abandonen más a Dios en la oración. Sé, hijos queridos, que están cansados y es porque no logran aún abandonarse a mí. Estos días abandónense totalmente en mí. Gracias por haber respondido a mi llamado.

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Del 20 de junio de 1985

Queridos hijos, quiero para estas fiestas decirles que abran sus corazones al Señor de todos los corazones. Denme todos sus sentimientos y todos sus problemas. Los quiero consolar en las tentaciones. Quiero llenarlos con la paz, la alegría y el amor de Dios. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de junio de 1985

Los invito a que todos recen el Rosario. Con el Rosario vencerán todos los males que satanás trata de infligir ahora a la Iglesia Católica. Pido que los sacerdotes recen el Rosario. Dedíquenle tiempo al rezo del Rosario. (La Virgen dic este mensaje a la vidente Marja Pavlovich como respuesta a su pregunta:"¿Virgen, qué deseas de los sacerdotes?".

Del 28 de junio de 1985

Queridos hijos, en este mensaje de hoy quiero invitarlos a la humildad. En estos días han sentido una gran alegría por toda la gente que ha venido y les han comunicado sus experiencias con amor. Ahora los invito a que continúen en humildad y con el corazón abierto hablen a todos los que vienen. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 4 de julio de 1985

Queridos hijos, les doy mis gracias por cada sacrificio que han hecho. Ahora quiero motivarlos para que todo sacrificio sea hecho con amor y en abandono. Deseo que ustedes, que son débiles, comiencen a ayudar con confianza y el Señor a su vez les dará su confianza. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 11 de julio de 1985

Queridos hijos, yo amo a esta parroquia y la protejo con mi manto de toda obra de satanás. Rueguen para que satanás se aleje de esta parroquia y de cada uno de los que llegan hasta aquí. Así podrán sentir todo llamado de Dios y serán capaces de responder con sus vidas. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 18 de julio de 1985

Hoy los invito a que en sus casas tengan más objetos benditos. Que cada uno lleve consigo objetos bendecidos. Bendigan todos los objetos para que satanás los tiente menos, para que tengan así una coraza contra satanás. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de julio de 1985

Queridos hijos, yo deseo guiarlos pero ustedes no escuchan mis mensajes. Los invito hoy a que escuchen mis mensajes y de ese modo podrán vivir todo lo que Dios me dice que debo transmitirles. Ábranse a Dios y Él podrá actuar a través de ustedes y darles todo aquello que necesitan. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 1 de agosto de 1985

Queridos hijos, deseo hacerles saber que he elegido esta parroquia y que la custodiaré con mis manos como a la flor que no quiere morir. Los invito a que se abandonen en mí para que yo pueda donarlos a Dios puros e inmaculados. Satanás se ha apoderado de una parte de mi proyecto y quiere hacerlo suyo. Oren para que no lo logre porque los quiero a todos para mí, para poder ofrecerlos a Dios. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 8 de agosto de 1985

Hijos queridos, hoy los invito a la lucha contra satanás por medio de la oración. Quiere satanás actuar con mayor fuerza, ahora que son ustedes conscientes de su actividad. Queridos hijos, ármense contra satanás y derrótenlo con el Rosario en la mano. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 15 de agosto de 1985

Queridos hijos, hoy los bendigo y quiero expresarles que los amo e incitarlos a que vivan mis mensajes. Los bendigo hoy a todos con la bendición solemne, la que me fue permitida por el Todopoderoso. Gracias por haber respondido a mi llamado.

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Del 22 de agosto de 1985

Queridos hijos, hoy quiero decirle que el Señor desea probarlos y ustedes lo podrán superar con la oración. Dios los prueba a través del trabajo diario. Rueguen ahora para vencer con calma cada una de estas pruebas. Es a través de todas estas dificultades que el Señor les da que se abren cada día más a Dios y que se encuentran con Él con amor. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 29 de agosto de 1985

Queridos hijos, los invito a la oración. Particularmente ahora que satanás quiere servirse de la uva de sus viñas. Oren para que satanás no lo logre. Gracias por responder a mi llamado.

Del 5 de setiembre de 1985

Queridos hijos, les doy hoy gracias por todas sus oraciones. Recen más aún para que satanás se aleje de este lugar. Hijos queridos, el plan de satanás falló. Oren para que todo lo que Dios tiene programado para esta parroquia se realice. Les agradezco particularmente a los jóvenes por todos los sacrificios que han ofrecido. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 12 de setiembre de 1985

Queridos hijos, quiero decirles que en estos días la Cruz debe estar al centro. Oren especial-mente delante de la Cruz, de ella vienen grandes gracias. Hagan ahora, en sus casas, una consagración especial a la Cruz. Prometan no ofender a Jesús en la Cruz y no blasfemar. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 20 de setiembre de 1985

Queridos hijos, los invito hoy a que vivan en humildad los mensajes que yo les doy. Hijos queridos, no se ensoberbezcan porque viven los mensajes. No vayan por ahí diciendo "nosotros los vivimos". Si llevan los mensajes en el corazón y los viven, todos se darán cuenta de ello y no habrá necesidad de palabras, que sólo sirven para aquellos que no escuchan. Para ustedes no hay tanta necesidad de hablar. Hijos queridos, ustedes deben sólo vivir y dar testimonio con sus vidas. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 26 de setiembre de 1985

Queridos hijos, gracias por todas sus oraciones. Les agradezco todos los sacrificios. Deseo, queridos hijos, que revivan los mensajes que les estoy dando; sobre todo vivan el ayuno porque con el ayuno lograrán llevar a cabo el plan que Dios estableció para aquí, para Medjugorje. Así me darán una gran alegría. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 3 de octubre de 1985

Queridos hijos, deseo decirles que den gracias a Dios por todas las gracias que Él les ha dado. Denle gracias al Señor por todos los frutos y alábenlo. Hijos queridos, aprendan a dar gracias por las pequeñas cosas y así podrán agradecer por las grandes. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 10 de octubre de 1985

Queridos hijos, también hoy querría invitarlos a que vivan los mensajes de la parroquia. Invito a hacerlo, particularmente, a los jóvenes de mi querida parroquia. Queridos hijos, al vivir los mensajes también viven el germen de la santidad. Como Mamá los invito a todos a la santidad para que puedan transmitirla a los otros. Ustedes son el espejo de los demás. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 17 de octubre de 1985

Queridos hijos, todo tiene su tiempo. Los invito hoy a que comiencen a trabajar en sus corazones. Ahora que han terminado todas las labores en el campo, ustedes dedican tiempo para limpiar los sitios más abandonados pero dejan de lado sus corazones. Trabajen más y limpien cada rincón del corazón con amor. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 24 de octubre de 1985

Queridos hijos, día a día deseo vestirlos de santidad, de bondad, de obediencia y de amor divino para que sean, día a día, más puros y estén más listos para el Señor. Hijos queridos, escuchen y vivan mis mensajes, quiero guiarlos. Gracias por haber respondido a mi llamado.

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Del 31 de octubre de 1985

Queridos hijos, hoy los invito a que trabajen en la Iglesia. A todos los amo por igual y deseo que todos trabajen según la capacidad de cada uno. Yo sé, hijos queridos, que pueden hacerlo pero que no lo hacen porque no se sienten en condiciones de hacerlo. Deben ser valientes y ofrecer pequeñas flores a la Iglesia y a Jesús, para que todos se sientan contentos. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 7 de noviembre de 1985

Queridos hijos, los invito al amor hacia el prójimo, sobre todo al amor hacia aquellos de quienes reciben el mal, así con el amor podrán verificar las intenciones del corazón. Oren y amen. Hijos queridos, con el amor pueden hacer hasta aquello que les parecía imposible. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 14 de noviembre de 1985

Queridos hijos, yo -la Madre de ustedes- los amo y deseo incitarlos continuamente a la oración. Soy, hijos queridos, incansable y los llamo aún cuando están lejos de mi corazón. Siento dolor por cada uno que se va perdiendo, pero yo soy la Madre de ustedes y perdono fácilmente y estoy contenta por cada hijo que vuelve a mí. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 21 de noviembre de 1985

Queridos hijos, deseo a todos decirles que este tiempo es especialmente para ustedes, los de la parroquia. Durante el verano, ustedes dicen, que tienen que trabajar. Ahora no hay trabajo en el campo y por esta razón los invito a que trabajen sobre ustedes mismos, personalmente. Vengan a la Misa porque este tiempo es a ustedes regalado. Queridos hijos, son muchos los que vienen asiduamente, no obstante el mal tiempo, porque me aman y quieren mostrar su amor hacia mí. De todos ustedes quiero que muestren su amor hacia mí participando de la Misa y el Señor los recompensará generosamente. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 28 de noviembre de 1985

Queridos hijos, quiero a todos darle las gracias por todo lo que han hecho por mí. Querría agradecer especialmente a los jóvenes. Hijos queridos, les suplico que se dediquen conscientemente a la oración y así, en la oración, conocerán la gloria del Señor. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 5 de diciembre de 1985

Queridos hijos, los invito a que se preparen con la oración, la penitencia y las obras de amor para la fiesta de la Navidad. No se preocupen tanto, hijos queridos, por las cosas materiales porque de ese modo no podrán vivir la Navidad. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 12 de diciembre de 1985

Queridos hijos, los invito que para la Navidad glorifiquen a Jesús conmigo. Aquel día se los doy de un modo particular. Los invito a que glorifiquen a Jesús y su nacimiento en ese día. Queridos hijos, oren más y piensen más en Jesús en la Navidad. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 19 de diciembre de 1985

Queridos hijos, hoy los invito particularmente a que amen a su prójimo. Si aman al prójimo sentirán más a Jesús en modo particular para Navidad. Dios les dará grandes dones si se abandonan a Él. Deseo dar a las madres para la Navidad mi bendición especial. Jesús bendecirá a los demás. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 26 de diciembre de 1985

Queridos hijos, deseo agradecer a todos ustedes que han escuchado mis mensajes y que han vivido el día de Navidad lo que les he dicho.Quiero guiarlos de ahora en más -ahora purificados de sus pecados- en el amor. Abandonen sus corazones en mí. Gracias por haber respondido a mi llamado.

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Del 2 de enero de 1986

Queridos hijos, los invito a que se decidan enteramente por Dios. Les ruego, hijos queridos, que se den totalmente y serán, entonces, capaces de vivir todo lo que les digo. No será difícil para ustedes darse totalmente a Dios. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 9 de enero de 1986

Queridos hijos, los invito a que con sus oraciones ayuden a Jesús en la realización de todos los planes que Él está acá llevando a cabo. Además preséntenle también a Jesús los sacrificios para que satanás no pueda hacer nada. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 16 de enero de 1986

Queridos hijos, hoy también los invito a la oración. Necesito sus oraciones para que Dios sea glorificado a través de ustedes. Queridos hijos, les suplico que escuchen y vivan mi invitación materna. Los invito llevada sólo por el impulso por el amor para poderlos ayudar. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 23 de enero de 1986

Queridos hijos, nuevamente los invito a la oración del corazón. Si oran con el corazón, hijos queridos, se disolverá el hielo de sus hermanos y desaparecerá toda barrera. La conversión será fácil para todos los que quieran acogerla. Este es un don que deben implorar para quien les está cerca. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 30 de enero de 1986

Queridos hijos, hoy los invito a que todos oren para que los proyectos que el Señor tiene con ustedes y todo lo que Él quiere hacer a través de ustedes se realicen. Ayuden para que los demás se conviertan, especialmente los que vienen a Medjugorje. Hijos queridos, no le permitan a satanás que se apodere de sus corazones para no volverse imágenes de satanás sino mías. Los invito a que oren para poder ser testigos de mi presencia. Sin ustedes el Señor no puede llevar a cabo lo que quiere. A todos el Señor les ha dado la libre voluntad y ustedes son los que disponen. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 6 de febrero de 1986

Queridos hijos, esta parroquia por mí elegida es una parroquia especial y se diferencia de las otras. Ofrezco grandes gracias a todos los que oran con el corazón. Queridos hijos, yo les doy los mensajes primero a los de la parroquia y después a todos los demás. Ustedes primero deben aceptar el mensaje y luego todos los otros. Ustedes serán responsables delante mío y de mi Hijo Jesús. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 13 de febrero de 1986

Queridos hijos, esta Cuaresma es para ustedes un especial estímulo para el cambio de vida. Comiencen desde este momento. Apaguen el televisor y dejen de lado las varia cosas que para ustedes no son útiles. Hijos queridos, los invito a la conversión individual. Este tiempo es para ustedes. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 20 de febrero de 1986

Queridos hijos, el segundo mensaje para los días cuaresmales es el de renovar la oración delante de la Cruz. Hijos queridos, les ofrezco gracias particulares y Jesús, desde la Cruz, les da dones especiales. Tómenlos y vívanlos. Mediten la Pasión de Jesús y únanse en la vida a Jesús. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 27 de febrero de 1986

Queridos hijos, vivan los mensajes que les doy con humildad. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 6 de marzo de 1986

Queridos hijos, también hoy los invito a que se abran más a Dios para que pueda Él actuar a través de ustedes. En la misma medida en que se abran es que recogerán los frutos. Nuevamente deseo invitarlos a la oración. Gracias por haber respondido a mi llamado.

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Del 13 de marzo de 1986

Queridos hijos, los invito hoy a que vivan la Cuaresma con sus pequeños sacrificios. Gracias por cada sacrificio que me han ofrecido. Queridos hijos, vivan también así en adelante y con amor ayúdenme a ofrecer sacrificios. Dios los premiará. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 20 de marzo de 1986

Queridos hijos, los invito hoy a que sean activos en la oración. Ustedes quieren vivir lo que les digo pero no lo logran porque no oran. Hijos queridos, les ruego que se abran y comiencen a orar. Si lo hacen la oración será para ustedes alegría. No se aburrirán porque orarán de alegría. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 27 de marzo de 1986

Queridos hijos, quiero darles gracias por todos los sacrificios e invitarlos al mayor sacrificio, el sacrificio del amor. Sin amor no pueden aceptarme, ni a mí ni a mi Hijo. Sin amor no es posible que ustedes transmitan sus experiencias a los demás. Por ello, hijos queridos, los invito a que empiecen a vivir el amor en sus corazones. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 3 de abril de 1986

Queridos hijos, deseo invitarlos a que vivan la Santa Misa. Muchos de ustedes han experimentado la belleza de la Misa, pero hay también quienes no vienen de buenas ganas. Yo los he elegido, hijos queridos, y Jesús les da sus gracias en la Santa Misa. Por ello, vivan conscientemente la Santa Misa y que el asistir sea siempre pleno de alegría. Acudan con amor y acepten la Santa Misa. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 10 de abril de 1986

Queridos hijos, hoy los invito a que crezcan en el amor. Una flor sin agua no crece normalmente. También ustedes, hijos queridos, sin la bendición de Dios no pueden crecer. Todos los días deben pedir la bendición para poder crecer normalmente y poder hacer las tareas con Dios. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 17 de abril de 1986

Queridos hijos, ustedes están muy preocupados por las cosas materiales y en lo material pierden todo lo que Dios quiere darles. Hijos queridos, los invito a que rueguen por los dones del Espíritu Santo, los que ahora son necesarios para que puedan dar testimonio de mi presencia acá y de todo lo que les doy. Queridos hijos, abandónense para que pueda guiarlos completamente. Despreocúpense de las cosas materiales. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 24 de abril de 1986

Queridos hijos, los invito hoy a que oren. Ustedes, hijos queridos, olvidan que son todos importantes. Los ancianos de la familia son particularmente importantes. Incítenlos a la oración. Que todos los jóvenes sean con sus propias vidas testimonios para los otros; sean testigos de Jesús. Les suplico, queridos hijos, que comiencen a cambiar por medio de la oración y sabrán, entonces, qué hacer. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 1 de mayo de 1986

Queridos hijos, les ruego que comiencen a cambiar sus vidas en la familia. Deseo que la familia sea una armoniosa flor que quiero dar a Jesús. Queridos hijos, que cada familia sea activa en la oración. Deseo que un día se vean los frutos en la familia. Solamente así los daré a todos como pétalos a Jesús, en la realización del plan de Dios. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 8 de mayo de 1986

Queridos hijos, ustedes son responsables por los mensajes. Es aquí que se encuentra la fuente de las gracias y ustedes, hijos queridos, son los vasos que transmiten estos dones. Por ello, hijitos, los invito a que hagan sus trabajos con responsabilidad. Cada uno será responsable según su propia medida. Hijos queridos, los invito a que distribuyan los dones a los demás con amor y no a que los conserven para ustedes. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 15 de mayo de 1986

Queridos hijos, hoy los invito a que me entreguen sus corazones para que yo pueda cambiarlos y hacerlos símiles al mío. Ustedes, hijos queridos, se preguntan por qué no pueden satisfacer mis pedidos. No pueden porque no me han ofrecido sus corazones para

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que yo los cambie. Ustedes hablan pero no hacen. Los invito a que hagan todo lo que les digo, así estaré con ustedes. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 22 de mayo de 1986

Queridos hijos, deseo darle mi amor. Ustedes, hijos queridos, no piensan en cuánto es mi amor y no saben recibirlo. Yo de muchas maneras quiero manifestarlo pero ustedes, hijitos, no lo reconocen. Ustedes no conocen mis palabras con el corazón y por ello no conocen tampoco mi amor. Queridos hijos, acéptenme en sus vidas y así podrán aceptar todo lo que les digo y todas mis invitaciones. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 29 de mayo de 1986

Queridos hijos, los invito hoy a que vivan en sus vidas el amor con Dios y con el prójimo. Ustedes, hijos queridos, no pueden hacer nada sin amor. Por esto, hijitos, los invito a que vivan el amor recíproco. Sólo así podrán aceptarme y amarme y aceptar y amar a todos los que vengan hasta la parroquia. Todos, a través de ustedes, recibirán mi amor. Por ello, queridos hijos, les ruego que comiencen hoy mismo a amar con el fervor con que yo los amo. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 5 de junio de 1986

Queridos hijos, hoy los invito a que se decidan a vivir los mensajes que les estoy dando. Deseo que sean activos en el vivir y el comunicar los mensajes. Quiero, hijos queridos, que particularmente sean el reflejo de Jesús que iluminará a este mundo infiel que camina en la oscuridad. Deseo que todos sean luz y que den testimonio en la luz. Queridos hijos, no son ustedes llamados a la oscuridad sino a la luz. Por tanto vivan la luz en sus vidas. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 12 de junio de 1986

Queridos hijos, los invito hoy a que comiencen a rezar el Rosario con fe viva. De ese modo podré ayudarlos. Ustedes, hijos queridos, desean recibir las gracias pero no oran. No puedo ayudarlos porque ustedes no quieren moverse. Queridos hijos, los invito a que recen el Rosario para que el Rosario sea el deber que cumplan con alegría. Así comprenderán porqué es que estoy tanto tiempo con ustedes. Deseo enseñarles a orar. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 19 de junio de 1986

Queridos hijos, en estos días mi Señor me ha permitido interceder aún más por las gracias. Es por ello, hijos queridos, que deseo invitarlos nuevamente a que oren. Oren sin cesar así les daré la alegría que el Señor a mí me da. Con estas gracias, hijitos, deseo que sus sufrimientos se transformen en gozo. Soy la Mamá de ustedes y deseo ayudarlos. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 26 de junio de 1986

Queridos hijos, Dios me ha permitido que con Él realizara este oasis de paz. Deseo invitarlos a que se conserve siempre puro. Hay quienes con el desinterés anulan la paz y la oración. Los invito a que den testimonio y que con sus vidas ayuden a conservar la paz. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 3 de julio de 1986

Queridos hijos, a todos hoy los invito a la oración. Hijos queridos, sin oración no pueden sentir ni a Dios, ni a mí ni las gracias que les estoy dando. Por ello los invito a que al inicio y al término del día esté la oración. Hijos queridos, deseo guiarlos, día tras día y lo más que se pueda, a la oración, pero ustedes no pueden crecer porque así no lo quieren. Los invito, hijitos, a que para ustedes la oración esté en primer lugar. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 10 de julio de 1986

Queridos hijos, hoy los invito a la santidad. No pueden vivir sin santidad. Por ello, venzan todo pecado con el amor y superarán, con amor, todas las dificultades que les lleguen. Queridos hijos, les ruego que vivan en ustedes mismos el amor. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 17 de julio de 1986

Queridos hijos, los invito hoy a que reflexionen por qué estoy desde hace tanto tiempo con ustedes. Yo soy la mediadora entre ustedes y Dios; por ello, hijos queridos, deseo invitarlos a que vivan siempre con amor todo lo que Dios les pide. Hijos queridos, vivan en total humildad los mensajes que les estoy dando. Gracias por haber respondido a mi llamado.

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Del 24 de julio de 1986

Queridos hijos, estoy llena de alegría por todos ustedes que se encuentran en el camino de la santidad y les ruego que con sus testimonios ayuden a todos los que no saben vivir en santidad. Por esto, hijos queridos, que sus familias sea el lugar donde nazca la santidad. Ayuden a que todos vivan la santidad, especialmente en sus propias familias. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 31 de julio de 1986

Queridos hijos, el odio crea discordia y no ve a nada ni a nadie. Los invito a que llevan siempre la paz y la concordia. Especialmente, hijitos, en el lugar donde viven empéñense con amor. Que sea el amor el único medio. Con el amor conviertan en bien todo lo que satanás quiere destruir y de lo que quiere apropiarse. Solamente así serán completamente míos y yo podré ayudarlos. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 7 de agosto de 1986

Queridos hijos, ustedes saben que les he prometido un oasis de paz, pero no saben que junto al oasis está el desierto, donde satanás está al acecho buscando tentarlos, a cada uno de ustedes. Hijo queridos, solamente con la oración pueden vencer toda influencia satánica en el lugar donde están. Estoy con ustedes pero no puedo privarlos de la libertad. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 14 de agosto de 1986

Queridos hijos, los invito a que la oración sea para ustedes la alegría del encuentro con el Señor. No puedo guiarlos hasta que ustedes mismos no sientan la alegría de la oración. Deseo conducirlos día tras día pero no quiero forzarlos. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 21 de agosto de 1986

Queridos hijos, les doy gracias por el amor que me demuestran. Ustedes, hijitos, saben que yo los amo inmensamente y que ruego al Señor, día a día, para que los ayude a comprender el amor que les muestro. Para eso, hijos queridos, oren, oren, oren. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 28 de agosto de 1986

Queridos hijos, los invito a que sean modelo en todo para los demás, en especial de oración y de testimonio. Hijos queridos, sin ustedes yo no puedo ayudar al mundo. Deseo que colaboren conmigo en todo, aún en las cosas más pequeñas. Para ello, hijitos, hagan que la oración venga del corazón y que el abandono en mí sea total. Así podré enseñarles y guiarlos en el camino que con ustedes he iniciado. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 4 de setiembre de 1986

Queridos hijos, también hoy los invito a la oración y al ayuno. Sepan, hijitos, que con la ayuda que ustedes me dan puedo hacer todo y obligar a satanás a que no induzca el mal y se aleje del lugar. Satanás está en acecho, hijos queridos, contra cada uno de ustedes. Quiere sobre todo perturbarlos, a todos ustedes, en las cosas de todos los días. Por ello los invito, hijitos, a que el día sea sólo de oración y de total abandono en Dios. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 11 de setiembre de 1986

Queridos hijos, en estos días en que están festejando la cruz yo deseo que también para ustedes la cruz sea alegría. Oren, hijos queridos, particularmente para poder aceptar las enfermedades y los sufrimientos con amor, como Jesús los aceptó. Sólo así podré con alegría darles las gracias y sanaciones que Jesús me permite hacer. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 18 de setiembre de 1986

Queridos hijos, les agradezco también hoy por todo lo que en estos días han hecho por mí. Y en particular, hijitos, les doy gracias en nombre de Jesús por los sacrificios ofrecidos la pasada semana. Hijos queridos, ustedes olvidan que yo espero de ustedes sacrificios para ayudarlos y para alejar a satanás de ustedes. Por eso nuevamente los invito que ofrezcan sus sacrificios con especial amor por Dios. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de setiembre de 1986

Queridos hijos, los invito a que ayuden a todos con su paz para que todos la vean y comiencen a buscarla. Ustedes, hijos queridos, están en la paz y no pueden entender qué significa el no tenerla. Por ello, los invito a que con la oración y con sus vidas ayuden a

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anular lo que hay de mal en la gente, a descubrir el engaño del que se sirve satanás. Oren para que la verdad prevalezca en cada corazón. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 2 de octubre de 1986

Queridos hijos, hoy también los invito a que oren. Ustedes, hijitos, no pueden comprender cuánto valor tiene la oración porque no se dicen a ustedes mismos "ahora es tiempo de oración, ahora no hay nada más importante, ahora, fuera de Dios, ninguna otra persona es importante". Hijos queridos, dedíquense a la oración con amor particular así podrá Dios darles gracias. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 9 de octubre de 1986

Queridos hijos, ustedes saben que quiero conducirlos por el camino de la santidad pero no es mi deseo empujarlos a que se hagan santos por la fuerza. Deseo que cada uno de ustedes se ayude a sí mismo y me ayude a mí mediante pequeños sacrificios. De ese modo puedo guiarlos y ustedes serán, día a día, más próximos a la santidad. Por ello, hijos queridos, no quiero forzarlos a que vivan mis mensajes, pero este largo tiempo que estoy con ustedes es señal que los amo inmensamente y quiero que cada uno se vuelva santo. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 16 de octubre de 1986

Queridos hijos, hoy también deseo mostrarles cuánto los amo. Sin embargo, me desagrada el no poder ayudarlos a que cada uno comprenda mi amor. Satanás quiere conquistarlos por medio de las cosas de todos los días y quiere tomar el primer lugar en sus vidas. Por esto, hijos queridos, los invito a la oración y al total abandono a Dios. Oren permanentemente. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 23 de octubre de 1986

Queridos hijos, hoy también los invito a la oración. Y en particular, hijitos, los invito a que oren por la paz. Hijos queridos, sin sus oraciones yo no puedo ayudarlos para que se lleve a cabo el mensaje que el Señor me dio para ustedes. Por ello, hijitos, oren para que en la oración conozcan la paz que Dios les da. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 30 de octubre de 1986

Queridos hijos, hoy también deseo invitarlos a que tomen y vivan seriamente los mensajes que les doy. Hijos queridos, es por ustedes que he permanecido tanto tiempo, para ayudarlos a que pongan en práctica todos los mensajes que les doy. Por ello, hijitos, vivan con amor hacia mí, todos los mensajes que les estoy dando. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 6 de noviembre de 1986

Queridos hijos, deseo hoy invitarlos a orar todos los días por las almas del Purgatorio. Toda alma necesita la oración y la gracia para llegar a Dios y al amor de Dios. Haciendo eso, hijos queridos, ustedes recibirán nuevos intercesores que les ayudarán en la vida a saber que todas las cosas de la tierra no son importantes para ustedes, que sólo hacia el Cielo deben tender. Por ello, hijos queridos, oren sin cesar para que puedan ayudarse a ustedes mismos y ayudar también a los otros, a quienes la oración les llevará alegría. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 13 de noviembre de 1986

Queridos hijos, también hoy los invito a que oren con todo el corazón y a que día tras día cambien sus vidas. Especialmente los invito, hijos queridos, a que por medio de oraciones y sacrificios comiencen a vivir como santos. Deseo que cada uno de ustedes que ha estado en la surgente de las gracias venga al Paraíso con su don particular, que me dará, es decir con la santidad. Para ello, hijitos, oren y cambien día a día sus vidas para hacerse santos. Yo les estaré siempre cerca. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 20 de noviembre de 1986

Queridos hijos, también hoy los invito a vivir y a seguir con amor particular todos los mensajes que les doy. Queridos hijos, Dios no quiere que sean tibios e indecisos, sino que se abandonen completamente a Él. Ustedes saben que los amo y que ardo de amor por ustedes. Por tanto, hijos queridos, decídanse también a vivir el amor y día a día conocerán el amor de Dios. Hijos queridos, decídanse por el amor para que el amor reine en todos, pero no el amor humano sino el divino. Gracias por haber respondido a mi llamado.

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Del 27 de noviembre de 1986

Queridos hijos, hoy también los invito a que me consagren sus vidas con amor para que los pueda guiar en el amor. Los amo, hijitos, con amor especial y deseo conducirlos a todos al Cielo, a Dios. Quiero que comprendan que esta vida, en comparación con la del Cielo, dura poco. Por ello, hijos queridos, nuevamente hoy decídanse por Dios. Sólo así podré mostrarles cuánto los quiero y cuánto deseo que todos estén salvos y conmigo, en el Cielo. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 4 de diciembre de 1986

Queridos hijos, también hoy los invito a que preparen sus corazones para estos días en que el Señor desea particularmente purificarlos de todos los pecados de sus pasados. Ustedes, hijitos, no pueden hacerlo por sí mismos, es por eso que yo estoy aquí para ayudarlos. Oren, hijos queridos, sólo así podrán conocer todo el mal que hay en ustedes y ofrecerlo al Señor para que Él pueda purificar totalmente sus corazones. Por ello, hijos queridos, oren sin cesar y preparen sus corazones en la penitencia y el ayuno. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 11 de diciembre de 1986

Queridos hijos, los invito para que en este tiempo oren, particularmente, para poder vivir la experiencia de la alegría del encuentro con Jesús que nace. Hijos queridos, deseo que vivan estos días como yo los vivo. Quiero guiarlos con alegría y mostrarles el gozo, al cual deseo llevar a cada uno de ustedes. Para ello, hijitos, oren y abandónense totalmente en mí. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 18 de diciembre de 1986

Queridos hijos, nuevamente deseo invitarlos a la oración. Cuando ustedes oran son muchos más bellos, son como flores que después de la nieve muestran toda su belleza y los colores se vuelven indescriptibles. Así ustedes también, hijos queridos, después de la oración muestren más esa belleza delante de Dios, para volverse más queridos para Él. Por ello, hijitos, oren y abran su intimidad al Señor para que Él haga de ustedes una flor bella y armoniosa para el Paraíso. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de diciembre de 1986

Queridos hijos, hoy también bendigo al Señor por todo lo que está haciendo conmigo y, en particular, por el don de hoy también poder estar con ustedes. Queridos hijos, el Padre está en estos días ofreciendo gracias particulares a todos los que abren sus corazones. Los bendigo y deseo que ustedes también, hijitos, conozcan las gracias y se pongan todos a disposición de Dios, para que Él sea glorificado a través de ustedes. Mi Corazón sigue sus pasos atentamente. Gracias por haber respondido a mi llamado.

1987

Del 1 de enero de 1987

Queridos hijos, deseo hoy invitarlos a todos a que vivan, en el nuevo año, todos los mensajes que les estoy dando. Hijos queridos, saben que es por vuestra causa que permanezco tanto tiempo, para enseñarles a dar los primeros pasos en el camino de la santidad. Por ello, hijitos, oren sin parar y vivan todos los mensajes que les doy porque lo hago con un gran amor hacia Dios y hacia ustedes. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 8 de enero de 1987

Queridos hijos, quiero agradecerles por cada respuesta a mis mensajes. Especialmente, hijos queridos, les doy gracias por todos los sacrificios y oraciones que me han ofrecido. Hijos queridos, desde ahora en más, deseo darles mensajes no todos los jueves sino los 25 de cada mes. Ha llegado el tiempo en que se ha cumplido todo lo que mi Señor ha querido. Desde hoy daré menos mensajes pero igualmente estoy con ustedes; por ello, queridos hijos, les ruego que escuchen mis mensajes y los vivan para que yo los pueda guiar. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de enero de 1987

Queridos hijos, ahora quiero invitarlos a todos a que vean, desde hoy, la nueva vida. Queridos hijos, deseo que comprendan que Dios los ha elegido a cada uno de ustedes como instrumento para el plan de salvación de la humanidad. Ustedes no pueden entender cuán importante es su puesto en este plan de Dios, por esto, hijos queridos, oren para que en la oración puedan comprender el plan de Dios a través de ustedes. Estoy con ustedes para que puedan realizarlo plenamente. Gracias por haber respondido a mi llamado.

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Del 25 de febrero de 1987

Queridos hijos, deseo hoy cubrirlos con mi manto y conducirlos hacia el camino de conversión. Queridos hijos, se los ruego, denle al Señor todo su pasado, todo el mal que se acumuló en sus corazones. Deseo que cada uno de ustedes sea feliz, pero nadie puede serlo con el pecado. Para ello, hijos queridos, oren y en la oración conocerán el nuevo camino de la alegría. La alegría se manifestará en sus corazones y así podrán ser testigos gozosos de lo que mi Hijo y yo deseamos de cada uno de ustedes. Los bendigo. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de marzo de 1987

Queridos hijos, les agradezco hoy por sus presencia en este lugar desde donde les doy gracias especiales. Los invito a que cada uno comience a vivir la nueva vida que Dios desea de ustedes y a empezar a hacer buenas obras de amor y de misericordia. No quiero, hijos queridos, que vivan los mensajes y al mismo tiempo cometan el pecado, que no me agrada. Por eso, queridos hijos, deseo que cada uno inicie una nueva vida sin que destruyan todo lo que Dios obra en ustedes y todo lo que les está dando. Les doy mi bendición especial y permanezco junto a ustedes en el camino de conversión. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de abril de 1987.

Queridos hijos, hoy también invito a todos a la oración. Sabed, hijos queridos, que Dios concede gracias especiales en la oración; por eso búsquenlas y oren para poder llegar a comprender todo lo que aquí les ofrezco. Los invito, queridos hijos, a orar con el corazón. Entiendan que sin oración no pueden comprender todo aquello que Dios programa a través de cada uno de ustedes; por ello oren. Deseo que a través de cada uno se lleve a cabo el diseño de Dios; que crezca todo lo que Dios les ha puesto en el corazón. Por esa razón oren para que la bendición de Dios pueda protegerlos de todo el mal que los amenaza. Los bendigo, hijos queridos. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de mayo de 1987

Queridos hijos, invito a cada uno a que comience a vivir en el amor de Dios. Queridos hijos, ustedes están prontos a cometer el pecado y a meterse, sin reflexionar, en las manos de Satanás. Los invito a que cada uno se decida conscientemente por Dios y contra Satanás. Soy la Madre de ustedes y es por eso que deseo conducirlos a todos a la santidad completa. Quiero que cada uno sea feliz aquí en la tierra y que cada uno esté conmigo en el Cielo. Queridos hijos, ése el propósito de mi venida aquí y mi deseo. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de junio de 1987

Queridos hijos, hoy les agradezco y deseo invitar a todos a la paz del Señor. Deseo que cada uno experimente en su propio corazón la paz que Dios da. Hoy quiero bendecirlos a todos; los bendigo con la bendición del Señor. Y les suplico, hijos queridos, que sigan y vivan mi camino. Los amo, hijos queridos; y es por ello que quizás tantas veces los invito y les doy gracias por todo lo que están haciendo según mis intenciones. Les ruego, ayúdenme para que pueda ofrecerlos al Señor y para que los salve y los guíe por el camino de salvación. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de julio de 1987

Queridos hijos, les ruego que desde hoy acojan el camino de santidad. Los amo, por eso deseo que sean santos. No quiero que Satanás los obstaculice en el camino. Queridos hijos, oren y acepten todo lo que Dios les pone en esta vía, que es dolorosa, pero que para quien comienza a recorrerla Dios le revela toda la dulzura, de modo que responderá con gusto a cada llamado Suyo. No les den importancia a las cosas pequeñas de acá. ¡Tiendan a las del Cielo! Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de agosto de 1987

Queridos hijos, hoy también los llamo a todos para que cada uno se decida a vivir los mensajes. Dios me ha concedido también este año, que la Iglesia me ha consagrado, de poderles hablar y de poderlos incitar a la santidad. Queridos hijos, busquen ante Dios las gracias, que Él les concede por mi intermedio. Estoy pronta para interceder ante Dios por todo lo que busquen, porque Dios me ha permitido obtenerles las gracias. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de setiembre de 1987

Queridos hijos, hoy también deseo invitarlos a todos a la oración. Que la oración sea para ustedes la vida. Queridos hijos, dediquen el tiempo sólo a Jesús y Él les dará lo que buscan. Él se les revelará en plenitud. Queridos hijos, Satanás es fuerte y espera a cada uno de ustedes para probarlo. ¡Oren! Así no podrá dañarlos ni obstaculizarlos en el camino de santidad. Queridos hijos, crezcan día a día mediante la oración, siempre más, hacia Dios. Gracias por haber respondido a mi llamado.

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Del 25 de octubre de 1987

Queridos hijos, deseo hoy invitarlos para que cada uno de ustedes se decida por el Paraíso. El camino es difícil para todos aquellos que no se han decidido por Dios. Hijos queridos, decídanse y crean que Dios se les ofrece en plenitud. Están invitados y es necesario que le respondan la invitación al Padre que os invita a través mío. Oren para que en la oración cada uno de ustedes pueda alcanzar la plenitud del amor. Los bendigo y deseo ayudarlos para que cada uno esté bajo mi manto. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de noviembre de 1987

Queridos hijos, también hoy los invito para que cada uno se decida nuevamente y se abandone completamente en mí. Sólo así podré también yo presentar, a cada uno, a Dios. Queridos hijos, saben que los amo inmensamente y que quiero a cada uno para mí. Pero Dios a todos les ha dado la libertad, la cual yo respeto con todo amor, y me someto, en mi humildad, a ella. Deseo, hijos queridos, que respondan de modo tal que todo lo que Dios ha programado para esta parroquia se lleve a término. Si no oran no serán capaces de descubrir mi amor y los proyectos que Dios tiene sobre esta parroquia y sobre cada uno de ustedes. Oren para que Satanás no los atraiga con su orgullo y su falsa fuerza. Estoy con ustedes y deseo que me crean que los amo. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de diciembre de 1987

Queridos hijos, alégrense conmigo; mi corazón se regocija por Jesús. Desde hoy deseo dárselos a ustedes... Quiero, hijos queridos, que cada uno le abra su corazón a Jesús y yo se los daré con amor. Deseo, hijos queridos, que Jesús los transforme, los instruya y los custodie. Hoy ruego, de modo especial, por cada uno de ustedes y los presento al Señor para que Él se manifieste en ustedes. Los invito a la oración sincera del corazón para que sus oraciones sean un encuentro con el Señor. Denle al Señor el primer lugar en el trabajo y en la vida de todos los días. Hoy los invito seriamente a obedecerme y hacer todo lo que les digo. Gracias por haber respondido a mi llamado.

1988

Del 25 de enero de 1988

Queridos hijos, hoy también los invito a la conversión total, que es difícil para todos los que no han elegido a Dios. Los invito hijos queridos a que se conviertan totalmente a Dios. Dios puede darles todo lo que le pidan; pero ustedes sólo buscan a Dios cuando vienen las enfermedades, los problemas, las dificultades y piensan que Él esté lejos de ustedes y que no los escucha y no satisface sus oraciones. No queridos hijos, ¡eso no es cierto! Si están lejos de Dios no podrán recibir gracias porque no lo buscan con fe firme. Oro por ustedes todos los días y deseo aproximarlos siempre más a Dios, pero no puedo hacerlo si ustedes no lo desean. Por ello, hijos queridos, pongan sus vidas en las manos de Dios. Los bendigo. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de febrero de 1988

Queridos hijos, también hoy deseo invitarlos a la oración y al abandono total a Dios. Sepan que los amo y que vengo acá con amor para mostrarles el camino de la paz y de la salvación de sus almas. Deseo que me obedezcan y que no le permitan a Satanás que los seduzca. Queridos hijos, Satanás es fuerte y es por esto que pido sus oraciones y que me las ofrezcan por aquellos que están bajo su influjo, para que ellos se salven. Den testimonio con sus vidas y sacrifiquen sus vidas por la salvación del mundo. Estoy con ustedes y les doy gracias. Luego, en el Cielo, recibirán del Padre la recompensa que les ha prometido. Por eso, hijitos, no se preocupen. Si oran Satanás ni siquiera mínimamente puede enredarlos, porque ustedes son hijos de Dios y Él tiene Su Mirada puesta en ustedes. ¡Oren!, que el rosario esté siempre en sus manos y sea señal para Satanás que me pertenecen. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de marzo de 1988

Queridos hijos, hoy también los invito al total abandono a Dios. Ustedes, hijos queridos, no son conscientes del gran amor con que Dios los ama; es por ese amor que Él me permite estar con ustedes, para instruirlos y ayudarlos a encontrar el camino de la paz. Sin embargo, si no oran no encontrarán ese camino. Por ello, hijos queridos, déjenlo todo y dedíquenle el tiempo a Dios, y Dios los recompensará y los bendecirá. Hijitos pequeños, no olviden que sus vidas pasan como una florecilla de la primavera, que hoy es maravillosa y mañana no se encuentra rastros de ella. Por ello oren, de modo tal que la oración y el abandono a Dios se vuelvan una señal del camino. Así sus testimonios no tendrán solamente valor ahora para ustedes sino para toda la eternidad. Gracias por haber respondido a mi llamado.

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Del 25 de abril de 1988

Queridos hijos, Dios desea hacerlos santos y es por eso que a través mío los invita al total abandono. ¡Que la Santa Misa sea la vida para ustedes! Traten de entender que la Iglesia es la Casa de Dios, el lugar donde los reúno y donde deseo mostrarles el camino que lleva a Dios. ¡Vengan y oren! No estén mirando a los otros y criticándolos. Que, en cambio, sus vidas sean un testimonio en el camino de la santidad. Las iglesias son dignas de respeto y consagradas porque Dios -que se hizo hombre- está dentro de ellas día y noche. Por todo, hijitos, crean y oren para que el Padre les acreciente la fe y luego, entonces, pidan aquello que es necesario. Estoy con ustedes y gozo por sus conversiones. Los protejo con mi manto materno. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de mayo de 1988

Queridos hijos, los invito al total abandono a Dios. Oren, hijitos, para que Satanás no los sacuda como ramas al viento. Sean fuertes en Dios. Deseo que a través de ustedes el mundo entero conozca el Dios de la alegría. Den testimonio con sus vidas del gozo divino. No estén ni angustiados ni preocupados. Dios los ayudará y les mostrará el camino. Deseo que amen a todos, a buenos y a malos, con mi amor. Sólo así el amor vencerá en el mundo. Hijitos, ustedes son míos; los amo y deseo que se abandonen a mí para que pueda yo conducirlos hasta Dios. Oren incesantemente para que Satanás no pueda sacar ventajas de ustedes. Oren para que comprendan que son míos. Los bendigo con la bendición de la alegría. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de junio de 1988

Queridos hijos, hoy los invito al amor, que es agradable y caro a Dios. Hijitos, el amor acepta todo, todo lo que es duro y amargo, por Jesús que es amor. Por eso, queridos hijos, oren a Dios para que venga en ayuda de ustedes; pero no según sus deseos sino según ¡Su Amor! Abandónense a Dios para que Él pueda sanarlos, consolarlos y perdonarlos por todo aquello que hay en ustedes y les impide avanzar en el camino del amor. Así Dios podrá plasmar sus vidas y ustedes crecer en el amor. Glorifiquen a Dios, hijitos, con el Himno a la Caridad (1 Cor. 13), para que el amor de Dios pueda día a día crecer en ustedes hasta alcanzar su plenitud. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de julio de 1988

Queridos hijos, los invito hoy al total abandono a Dios. Todo lo que hagan y todo lo que tengan dénselo a Dios para que pueda Él reinar en sus vidas como el Rey de todo. No tengan miedo porque estoy con ustedes aún cuando piensen que no hay camino de salida y que Satanás reina. Yo les traigo la paz, soy su Madre y la Reina de la Paz. Los bendigo con la bendición de la alegría para que Dios sea todo para ustedes en la vida. Sólo así el Señor podrá guiarlos a través mío en las profundidades de la vida espiritual. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de agosto de 1988

Queridos hijos, los invito a que se regocijen por la vida que Dios les da. Hijitos, alégrense en Dios creador porque los ha creado de manera tan maravillosa. Oren para que sus vidas sean agradecimiento gozoso que brote de sus corazones como un río de alegría. Hijitos, den gracias sin cesar por todo lo que tienen, por cada pequeño don que Dios les da. Así la bendición de la alegría de Dios descenderá siempre en sus vidas. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de setiembre de 1988

Queridos hijos, los invito a todos, sin distinciones, al camino de la santidad en sus vidas. Dios les ha concedido el don de la santidad. Oren para conocerlo mejor y poder así dar testimonio de Dios con sus vidas. Queridos hijos, los bendigo e intercedo por ustedes ante Dios, para que sus caminos y sus testimonios sean completos y sean una alegría para Dios. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de octubre de 1988

Queridos hijos, mi invitación, a vivir los mensajes que les doy, es cotidiana. De manera particular, hijitos, querría acercarlos más al Corazón de Jesús. Para ello, hijitos, hoy los invito a la oración dirigida a mi querido Hijo Jesús para que todos sus corazones sean suyos. Y también los invito a consagrarse a mi Corazón Inmaculado. Deseo que se consagren personalmente, como familias y como parroquias para que todo pertenezca a Dios a través de mis manos. Por ello, hijitos, oren para comprender el valor de estos mensajes que les doy. No pido nada para mí misma sino que pido todo para la salvación de sus almas. Satanás es fuerte y por eso, hijitos queridos, refúgiense en mi Corazón materno con una oración incesante. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de noviembre de 1988

Queridos hijos, los invito a la oración para que en ella se encuentren con Dios. Dios se ofrece y se dona a ustedes pero desea que ustedes en su libertad respondan a su llamado. Para ello, hijitos, durante el día encuentren el tiempo para orar en la paz y en la

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humildad y para encontrarse con Dios Creador. Estoy con ustedes e intercedo por ustedes ante Dios. Por todo velen, para que cada encuentro en la oración sea un gozo por haber encontrado a Dios. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de diciembre de 1988

¡Queridos hijos, los llamo a la paz! Vivan la paz en sus corazones y en sus lugares para que todos puedan conocer la paz que no viene de ustedes sino de Dios. Hijitos, hoy es un gran día, alégrense conmigo. Celebren el nacimiento de Jesús con mi paz, la paz con la que he venido como su madre, Reina de la Paz. Hoy les doy mi especial bendición. Llévenla a toda criatura para que tenga la paz. Gracias por haber respondido a mi llamado.

1989

Del 25 de enero de 1989

Queridos hijos, hoy también los llamo al camino de santidad. Oren para poder conocer la belleza y la grandeza de este camino en el que Dios se les manifiesta de un modo particular. Oren para poder estar abiertos a todo lo que Dios obra a través de ustedes y para poder agradecer a Dios en sus vidas., y alégrense por todo lo que El hace por medio de cada uno de ustedes. Los bendigo. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de febrero de 1989.

Queridos hijos, hoy los invito a la oración del corazón. Durante este tiempo de gracia deseo que cada uno de ustedes se una a Jesús. Sin la oración incesante no pueden sentir la belleza y la grandeza que Dios les ofrece. Por ello, hijitos, llenen siempre sus corazones aún con las oraciones más pequeñas. Estoy con ustedes y velo constantemente por cada corazón que se dona a mí. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de marzo de 1989

Queridos hijos, los invito a que se abandonen totalmente en Dios. Es mi invitación a la gran alegría y a la paz que solamente Dios puede darles. Estoy con ustedes e intercedo por ustedes ante Dios todos los días. Los invito, hijitos, a que me escuchen y a que vivan los mensajes que les doy. Desde hace ya años que son invitados a la santidad, sin embargo están lejos aún de ello. Yo los bendigo. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de abril de 1989.

Queridos hijos, los invito a que se abandonen totalmente en Dios. Que todo lo que posean esté en manos de Dios. Sólo así tendrán alegría en el corazón. Hijitos, alégrense por todo lo que tienen. Agradezcan a Dios porque todo es don suyo hacia ustedes. Así podrán en la vida agradecer por todo y descubrir a Dios en todo, aún en las flores más pequeñas. Descubran a Dios. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de mayo de 1989.

Queridos hijos, los invito a abrirse a Dios. Miren, hijitos, cómo la naturaleza se abre y da vida y frutos, también yo los invito a la vida con Dios y al abandono total a El. Hijitos, estoy con ustedes y deseo continuamente iniciarlos en la alegría de la vida. Deseo que cada uno descubra la alegría y el amor que sólo en Dios se encuentran y que sólo Dios puede dar. Dios no quiere nada de ustedes sólo el abandono. Por tanto, hijitos queridos, decídanse seriamente por Dios, porque todo el resto pasa pero solamente Dios permanece. Oren para poder descubrir la grandeza y la alegría de la vida que Dios les da. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de junio de 1989.

Queridos hijos, hoy los invito, a todos, a que vivan los mensajes que desde hace ocho años les estoy dando. Este es tiempo de gracia y deseo que, para cada uno de ustedes, la Gracia de Dios sea grande. Los bendigo y los amo con un amor especial. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de julio de 1989.

Queridos hijos, hoy los invito a que renueven sus corazones. Ábranse a Dios y denle todas sus dificultades y cruces para que El pueda todo transformarlo en alegría. Hijitos, si no oran no pueden abrirse a Dios. Por eso, de ahora en más decídanse a consagrar un tiempo del día para el encuentro con el Señor en el silencio. Así, con Dios, serán capaces de testimoniar mi presencia aquí.

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Hijitos, no quiero obligarlos pero den libremente, como hijos de Dios, a El vuestro tiempo. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de agosto de 1989

Queridos hijos, los invito a orar. Hijitos, es mediante la oración que recibirán paz y alegría. A través de la oración son más ricos de la Gracia Divina. Por ello, hijitos queridos, que la oración sea vida, para cada uno de ustedes. En particular los invito a que oren por todos los que están lejos de Dios para que se conviertan. Entonces los corazones serán más ricos, porque Dios reinará en los corazones de todos los hombres. Por ello hijitos oren, oren, oren! Que reine la oración en todo el mundo! Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de setiembre de 1989

Queridos hijos, los invito hoy a que agradezcan a Dios por todos los dones que han descubierto en sus vidas, aún por aquel don más pequeño que hayan percibido. Junto a ustedes doy gracias y deseo que todos sientan el gozo de los dones y que Dios sea todo para todos. Entonces, hijitos, podrán crecer incesantemente en el camino de la santidad. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de octubre de 1989

Queridos hijos, también hoy los invito a la oración. Repetidamente los invito pero ustedes están aún lejos. Por ello, decídanse desde hoy, seriamente, a consagrar su tiempo a Dios. Estoy con ustedes y deseo enseñarles a orar con el corazón. En la oración del corazón encontrarán a Dios. Por eso, hijitos, oren, oren, oren. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de noviembre de 1989

Queridos hijos, los estoy invitando ya desde hace años mediante los mensajes que les voy dando. Hijitos, a través de los mensajes deseo crear en sus corazones un bellísimo mosaico para que pueda ofrecerlos a Dios, a cada uno de ustedes, como imagen original. Por ello, hijitos queridos, deseo que sus decisiones ante Dios sean libres porque El les dio la libertad. Oren, entonces, para que puedan decidirse solamente por Dios, libres de toda influencia satánica. Ruego a Dios por esta intención y pido se abandonen a Dios. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de diciembre de 1989

Queridos hijos, hoy los bendigo de especial manera con mi bendición materna, e intercedo ante Dios para que les done la conversión del corazón. Desde hace años ya los estoy invitando y exhortando a una vida espiritual profunda en la simplicidad. Pero ustedes ¡están tan fríos! Por ello, hijitos queridos, les ruego que reciban y vivan mis mensajes seriamente, para que sus almas no se entristezcan cuando yo no esté más con ustedes y no pueda guiarlos como a niños inseguros en sus primeros pasos. Por eso, hijitos, lean cada día los mensajes que les he dado y transfórmenlos en vida. Los amo y es por eso que los invito a todos al camino de la salvación con Dios. Gracias por haber respondido a mi llamado.

1990

Del 25 de enero de 1990

Queridos hijos, en este día los invito a que se decidan y a que elijan a Dios ante todo y sobre todo, para que Él pueda hacer maravillas en sus vidas y para que día tras día sus vidas se vuelvan alegría para Él. Por esto, hijitos, oren y no dejen a satanás que obre en sus vidas a través de malentendidos, incomprensiones, y falta de acogimiento entre unos y otros. Oren para poder comprender cuál es la belleza y la grandeza del don de la vida. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de febrero de 1990

Los invito, queridos hijos, al abandono a Dios. En este tiempo deseo especialmente que renuncien a aquellas cosas a las que están adheridos y que dañan sus vidas espirituales. Por ello, hijitos queridos, decídanse completamente por Dios y no le permitan a satanás que entre en sus vidas a través de aquello que los daña y que perjudica sus vidas espirituales. Hijitos, Dios se les ofrece en plenitud y deben descubrirlo y conocerlo sólo en la oración. Por tanto decídanse por la oración. Gracias por haber respondido a mi llamado.

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Del 25 de Marzo de 1990 (Fiesta de la Anunciación)

Queridos hijos, aún cuando no sean conscientes estoy con ustedes. Deseo protegerlos de todo lo que satanás les ofrece y mediante lo cual los quiere destruir. Así como he llevado a Jesús en mi seno, así también, hijos queridos, deseo llevarlos a ustedes hacia la santidad. Dios los quiere salvar y les envía mensajes a través de los hombres, a través de la naturaleza y de muchas otras cosas que les puedan ayudar a comprender que deben cambiar el rumbo a sus vidas. Por esto, hijitos, entiendan ustedes también la grandeza del don que Dios les da por mi intermedio, que los protejo con mi manto y los conduzco hacia la alegría de la vida. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de abril de 1990

Queridos hijos, los invito hoy a que reciban y vivan seriamente los mensajes que les doy. Estoy con ustedes y deseo, hijos queridos, que cada uno esté lo más cerca posible de mi corazón. Por ello, hijitos, oren y busquen la voluntad de Dios en sus vidas de todos los días. Deseo que cada uno descubra el camino de la santidad y en él crezca hasta la eternidad. Rogaré por ustedes e intercederé ante Dios para que comprendan la grandeza de este don que Dios me da de poder estar con ustedes. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de mayo de 1990

Queridos hijos, los invito a que se decidan a vivir seriamente esta novena (de Pentecostés). Consagren su tiempo a la oración y al sacrificio. Estoy con ustedes y deseo ayudarlos para que crezcan en el renunciamiento y la mortificación para poder entender la belleza de la vida de aquellas personas que a mí se donan de un modo especial. Queridos hijos, Dios los bendice de día en día y desea el cambio de sus vidas. Por ello oren para poder tener la fuerza de cambiar sus vidas. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de junio de 1990

Querido hijos, deseo hoy agradecerles por todas sus oraciones y sacrificios. Los bendigo con mi especial bendición materna. Los invito a que se decidan por Dios y a que por medio de la oración descubran Su Voluntad día tras día. Deseo, hijitos queridos, llamarlos a todos a la total conversión para que la alegría esté en vuestros corazones. Estoy contenta que sean hoy tan numerosos. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de julio de 1990

Queridos hijos, los invito a la paz. He venido aquí como Reina de la Paz y deseo que se enriquezcan con mi paz materna. Queridos hijos, los amo y deseo guiarlos a todos hacia la paz que sólo Dios puede dar y que enriquece a cada corazón. Los invito a que se vuelvan portadores y testigos de mi paz en este mundo sin paz. Que la paz reine en todo el mundo, que está sin paz pero que ardientemente la desea. Los bendigo con mi bendición materna. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de agosto de 1990

Queridos hijos, deseo hoy invitarlos a que con seriedad acepten y realicen en sus vidas los mensajes que les estoy dando. Sepan, hijitos, que estoy con ustedes y deseo guiarlos al cielo en el camino, que es bello para todos los que lo descubren en la oración. Por ello, hijitos queridos, no olviden que estos mensajes que les doy deben llevarlos a cabo en sus vidas de todos los días, de modo que puedan decir: ¨He aferrado los mensajes y los he puesto en práctica¨. Queridos hijos, los protejo con mi oración delante del Padre Celestial. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de setiembre de 1990

Queridos hijos, los invito a la oración del corazón para que la oración sea diálogo con Dios. Deseo que cada uno le consagre más tiempo al Señor; satanás es fuerte y desea destruirlos y engañarlos de muchas maneras. Por ello, mis hijitos queridos, oren todos los días para que sus vidas sean un bien para ustedes y para todos aquellos que encuentren. Estoy con ustedes y los protejo no obstante satanás desee destruir mis proyectos y parar lo que el Padre Celestial desea realizar acá. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de octubre de 1990

Queridos hijos, los llamo hoy a orar de manera especial y a ofrecer sacrificios por la paz del mundo; satanás es fuerte y quiere con toda su fuerza destruir la paz que viene de Dios. Por eso, queridos hijos, rueguen conmigo en modo especial por la paz. Estoy con ustedes y deseo ayudarlos con mi oración y deseo conducirlos por el camino de la paz. Los bendigo con mi bendición materna. No olviden vivir los mensajes de paz. Gracias por haber respondido a mi llamado.

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Del 25 de noviembre de 1990

Queridos hijos, hoy los invito a hacer obras de misericordia con amor y por amor hacia mí y hacia sus hermanos y hermanas. Queridos hijos, todo lo que hagan por los otros háganlo con gran alegría y humildad hacia Dios. Estoy con ustedes y día tras día le ofrezco a Dios sus oraciones y sus sacrificios para la salvación del mundo. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de diciembre de 1990

Queridos hijos, los invito hoy especialmente a orar por la paz. Queridos hijos, sin la paz no podrán tener la experiencia del nacimiento del pequeño Jesús, ni hoy ni tampoco en sus vidas de todos los días. Para ello rueguen al Señor de la Paz, para que los proteja bajo Su Manto y los ayude a comprender la grandeza y la importancia de la paz en sus corazones; así serán capaces de difundir la paz desde sus corazones a todo el mundo. Estoy con ustedes e intercedo por ustedes ante Dios. Oren porque satanás desea destruir mis proyectos de paz. Reconcíliense unos con otros y ayuden con sus vidas a que la paz reine sobre toda la tierra. Gracias por haber respondido a mi llamado.

1991

Del 25 de enero de 1991

Queridos hijos, hoy -como nunca antes de ahora- los invito a la oración. Que la oración sea oración por la paz. Satanás es fuerte y quiere destruir no sólo la vida humana sino también la naturaleza y el planeta en el que viven. Por ello, hijitos queridos, oren para poder estar protegidos, por medio de la oración, con la bendición de Dios. Dios me ha enviado a ustedes para que los ayude. Si as lo quieren aferren el rosario que es el que puede hacer milagros en el mundo y en sus vidas. Los bendigo y permanezco con ustedes hasta que Dios lo quiera. Gracias porque ustedes no traicionarán mi presencia aquí. Gracias porque sus respuestas sirven al bien y a la paz. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de febrero de 1991

Hoy los invito, queridos hijos, a que se decidan por Dios porque el alejamiento de Dios da como fruto la falta de paz en sus corazones. ¡Sólo Dios es paz! Por esto acérquense a Dios por medio de la oración personal y entonces vivirán la paz en sus corazones. Y así la paz podrá correr como un río desde sus corazones por el mundo. No hablen de paz, practíquenla. Los bendigo a cada uno y a sus decisiones. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de marzo de 1991

Queridos hijos, hoy también los invito a que vivan la Pasión de Jesús en la oración y en unión con El. Decídanse a darle más tiempo a Dios que les ha donado estos días de gracia. Por tanto, hijos queridos, oren y de manera especial renueven en sus corazones el amor por Jesús. Estoy con ustedes y los acompaño con mis oraciones. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de abril de 1991

Queridos hijos, hoy invito a todos para que la oración sea del corazón. Que cada uno encuentre tiempo para la oración, para poder en ella descubrir a Dios. No quiero que hablen de oración sino que oren. Que todos y cada día de ustedes esté pleno de oración de agradecimiento a Dios por la vida y por todo lo que tenéis. No quiero que sus vidas se vayan en palabras sino que glorifiquen a Dios con obras. Estoy con ustedes y agradezco a Dios por cada momento que paso con ustedes. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de mayo de 1991

Queridos hijos, hoy invito a todos ustedes, quienes han escuchado el mensaje mío de paz a llevarlo a cabo con serenidad y amor a la vida. Muchos son los que piensan que mucho hacen hablando de los mensajes, pero no los viven. Los invito, hijos queridos, a la vida y a que cambien todo lo que es negativo en ustedes, para que sea transformado en positivo y en vida. Queridos hijos, estoy con ustedes y deseo ayudar a cada uno a vivir y a que dé testimonio con la vida de la Buena Nueva. Queridos hijos, estoy con ustedes para ayudarlos y conducirlos al Cielo. En el Cielo hay alegría; a través de la alegría pueden, ya desde ahora, vivir el Cielo. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de junio de 1991

Queridos hijos, hoy en este gran día que me han regalado deseo bendecirlos a todos y decirles que estos días, mientras estoy con ustedes, son días de gracia. Deseo enseñarles y ayudarles a caminar en el camino de santidad. Son muchos quienes no quieren escuchar mis mensajes ni aceptar con seriedad lo que digo, por eso es que los invito y ruego para que con sus vidas y en la vida de

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todos los días den testimonio de mi presencia. Oren, Dios los ayudará a descubrir cuál es la verdadera razón de mi venida. Por tanto, hijitos, oren y lean en la Sagrada Escritura el mensaje para ustedes. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de julio de 1991

Queridos hijos, los invito a que oren por la paz. En este tiempo la paz está particularmente amenazada y necesito que ustedes renueven el ayuno y la oración en sus familias. Hijos queridos, deseo que entiendan cuál es la seriedad de la situación y que mucho de lo que ocurra dependerá de sus oraciones. Pero ustedes oran poco. Queridos hijos, estoy con ustedes y los invito a que, con seriedad, comienzan a orar y a ayunar como lo hacían en los primeros días de mi venida. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de agosto de 1991

Queridos hijos, hoy también los invito a la oración -más que nunca- ahora que mi plan comienza a realizarse. Satanás es fuerte y quiere bloquear los planes de paz y de alegría y hacerles pensar que mi Hijo no sea fuerte en sus decisiones. Por ello les invito, hijos queridos, a orar y ayunar aún con mayor fuerza. Los invito a la renuncia durante nueve días para que con su ayuda todo lo que deseo realizar, a través de los secretos iniciados en Fátima, se lleve a cabo. Los invito, hijos queridos, a comprender la importancia de mi venida y la seriedad de la situación. Deseo salvar a todas las almas y presentarlas a Dios. Por ello roguemos para que todo lo que he iniciado se realice totalmente. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de setiembre de 1991

Queridos hijos, los invito especialmente a todos a la oración y a la renuncia porque ahora, como nunca, satanás quiere mostrar al mundo su rostro vergonzoso con el que quiere seducir a todos los que pueda llevándolos por el camino del pecado y de la muerte. Por esto, queridos hijos, ayuden a mi Corazón Inmaculado para que triunfe sobre un mundo de pecado. A todos les pido que ofrezcan oraciones y sacrificios por mis intenciones para que pueda yo ofrecerlas a Dios por lo que sea más necesario. Olviden sus deseos y oren, hijos queridos, por aquello que Dios quiere y no por lo que ustedes desean. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de octubre de 1991

Queridos hijos, oren, oren, oren.

Del 25 de noviembre de 1991

Queridos hijos, esta vez también los llamo a la oración. Rueguen para que sean capaces de comprender lo que Dios desea decirles mediante mi presencia y a través de los mensajes que les doy. Deseo acercarlos siempre más a Jesús y a Su Amor herido para que puedan comprender el amor sin medida que a cada uno de ustedes les es dado. Por ello, hijos queridos oren para que desde sus corazones brote una fuente de amor sobre cada hombre y sobre quienes los desprecian; así, con el amor de Jesús, serán capaces de vencer toda miseria en aquel mundo doloroso que es sin esperanzas para quienes no conocen a Jesús. Gracias por todos sus sacrificios y oraciones. Oren para que pueda ayudarlos aún más. Necesito sus oraciones. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de diciembre de 1991

Queridos hijos, hoy les traigo de manera especial al pequeño Jesús para que los bendiga con Su Bendición de Paz y Amor. Queridos hijos, no olviden que ésta es una gracia que mucha gente no comprende ni acepta. Así ustedes, que dicen que sois míos y que piden mi ayuda, den todo de ustedes mismos y ante todo den su amor y su ejemplo en sus familias. Ustedes dicen que la Navidad es fiesta familiar, por eso queridos hijos pongan en sus familias a Dios en el primer lugar, para que El pueda darles la paz y protegerlos no sólo de las guerras sino también en la paz de todo ataque satánico. Si Dios está con ustedes, entonces lo tienen todo; pero cuando no lo quieren son pobres y están perdidos y no entienden dónde están. Por ello, hijos queridos, decídanse por Dios y luego recibirán todo. Gracias por haber respondido a mi llamado.

1992

Del 25 de enero de 1992

Queridos hijos, hoy los invito a que renueven la oración en familia para que cada familia se convierta en gozo para mi Hijo Jesús. Por ello, hijos queridos, oren y denle más tiempo a Jesús, entonces llegarán a entender y a aceptar todo, aún las enfermedades y las más duras cruces. Estoy con ustedes y deseo llevarlos en mi Corazón y protegerlos; pero ustedes no se decidan. Para ello, hijos

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queridos, los estoy buscando para que oren y a través de la oración me permitan que los ayude. Oren, hijitos, para que la oración se convierta en ustedes pan de cada día. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de febrero de 1992.

Queridos hijos, los invito hoy a que - a través de la oración- se acerquen más aún a Dios. Sólo así podré ayudarlos y protegerlos de cualquier ataque de satanás. Estoy con ustedes e intercedo por ustedes ante Dios para que El los proteja. Pero tengo necesidad de sus oraciones y de sus ¨sí¨. Ustedes pierden fácilmente en las cosas materiales y humanas y olvidan que Dios es su mejor amigo. Por ello, queridos y pequeños hijitos míos, acérquense a Dios para que El pueda protegerlos y custodiarlos contra todo mal. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de marzo de 1992.

Queridos hijos, hoy como nunca antes, los invito a vivir y practicar mis mensajes en sus vidas. He venido hasta ustedes para ayudarlos y es por ello que hoy los invito a que cambien de vida, porque han tomado por el camino de la desdicha, de la ruina. Cuando les dije: ¨Conviértanse, oren, ayunen, reconcíliense¨, ustedes han acogido esos mensajes superficialmente. Comenzaron a vivirlos y luego dejaron de hacerlo, porque para ustedes resultaba difícil. Sepan, hijos queridos, que cuando algo es bueno deben perseverar en el bien y no pensar ¨Dios no me ve, no me escucha. No me ayuda.¨. De esa manera se han apartado de Dios y de Mí.-por motivo de sus desdichados intereses- Yo quería crear, a partir de ustedes, un Oasis de Paz, Amor y Bondad. Dios quería, con el amor de ustedes y con Su Ayuda, que hicieran milagros y así dieran el ejemplo. Por eso les digo ¨satanás está jugando con ustedes y con sus almas y no puedo ayudarlos porque están lejos de mi corazón. Por tanto, oren, vivan mis mensajes y entonces verán los milagros del amor de Dios en sus vidas de todos los días. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de abril de 1992.

Queridos hijos, también hoy los invito a la oración. Sólo con oración y ayuno se puede detener la guerra. Por ello, hijos queridos, oren y den testimonio con sus vidas que son míos y que me pertenecen, porque satanás, en estos días turbulentos, quiere seducir a la mayor cantidad posible de almas. Por tanto los invito a que se decidan por Dios y El los protegerá y les mostrará lo que tienen que hacer y el camino que deben recorrer. Invito a todos quienes me han dicho ¨sí¨ a renovar la consagración a mi Hijo Jesús, a Su Corazón y a Mí, de modo que podamos usarlos más eficazmente como instrumentos de paz en este mundo sin paz. Medjugorje es, para todos ustedes, una invitación a orar y también a vivir los días de gracia que Dios les da. Por tanto, hijitos queridos, acepten con seriedad la invitación a la oración. Estoy con ustedes y sus sufrimientos es también el mío. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de mayo de 1992

Queridos hijos, hoy también los invito a la oración para que a través de ella se acerquen más aún a Dios. Estoy con ustedes y deseo a todos conducirlos por el camino de la salvación que Jesús les ofrece. Cada día que pasa estoy más con ustedes aún cuando no se den cuenta de ello y no quieran reconocer que están poco unidos a mí con la oración. Cuando llegan pruebas y problemas entonces sí que dicen ¨¡Dios! ¡Madre! ¿Dónde están ?¨. Sólo espero que me den su ¨sí¨ para ofrecérselo a Jesús, para que El los colme con Su Gracia. Por tanto, acepten mi invitación, una vez más, a empezar nuevamente a orar hasta que la oración se les vuelva alegría. Entonces descubrirán en sus vidas de todos los días que Dios es Todopoderoso. Estoy con ustedes y los espero. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de junio de 1992

Queridos hijos, hoy estoy feliz aún cuando en mi corazón haya un poco de tristeza por los que han iniciado este camino y luego lo han abandonado. Mi presencia aquí es, pues, para guiarlos en el nuevo camino, el Camino de Salvación. Por ello los invito día tras día a la conversión. Pero si no oran no pueden decir que se están convirtiendo. Rezo por ustedes e intercedo ante Dios para que haya paz, primero en sus corazones y después alrededor de ustedes. Que Dios sea su paz. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de julio de 1992

Queridos hijos, nuevamente hoy los invito a la oración, a una oración llena de gozo, de modo que en estos tristes días ninguno sienta tristeza en la oración sino el encuentro gozoso con Dios su Creador. Oren, hijitos, para que puedan estar más cerca mío y sentir, a través de la oración, qué deseo de ustedes. Estoy con ustedes y todos los días los bendigo con mi bendición de Madre, para que el Señor pueda llenarlos con la abundancia de Su Gracia en sus vidas de todos los días. Agradezcan a Dios el don de mi presencia con ustedes, porque les digo ¨Esta es una gracia¨. Gracias por haber respondido a mi llamado.

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Del 25 de agosto de 1992

Queridos hijos, deseo hoy decirles que los amo. Los amo con mi maternal amor y los invito a abrirse completamente a mí para que yo pueda, por medio de ustedes, convertir y salvar al mundo, en donde hay muchos pecados y tanto que no es bueno. Por tanto, queridos hijitos míos, ábranse completamente a mí para que pueda, cada vez más, guiarlos a todos hacia el inefable amor de Dios Creador que se les revela día tras día. Estoy con ustedes y deseo revelarles y mostrarles que Dios los ama. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de setiembre de 1992

Queridos hijos, hoy también quiero decirles que estoy con ustedes, aún en estos días inquietos en los que satanás quiere destruir todo lo que mi Hijo Jesús y Yo estamos construyendo. El quiere por sobre todo arruinar sus almas y alejarlos la más posible de la vida cristiana y de los Mandamientos que la Iglesia los llama a vivir. Satanás quiere destruir todo lo que hay de santo en ustedes y a su alrededor. Por tanto, hijitos, oren, oren, oren para comprender todo lo que el Señor les da a través de mis venidas. Gracias por haber respondido a mis llamados.

Del 25 de octubre de 1992

Queridos hijos, los invito a rezar ahora que satanás es fuerte y quiere adueñarse, todo lo que pueda, de las almas. Oren, hijos queridos, y tengan más confianza en mí porque estoy con ustedes para ayudarlos y guiarlos por el camino nuevo hacia una nueva vida. Por ello, queridos hijitos, escuchen y vivan lo que les digo, porque para ustedes es importante- cuando no esté más con ustedes- recordar mis palabras y todo lo que les he dicho. Los invito a iniciar una vida nueva cambiando y decidiéndose por la conversión. Cambiando no con palabras sino con la vida. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de noviembre de 1992

Queridos hijos, hoy como nunca los invito a orar. Que vuestras vidas se vuelvan plenas de oración. Sin amor no pueden orar. Por ello los invito ante todo a amar a Dios Creador de sus vidas; luego reconocerán y amarán a Dios en todos, como Él los ama. Queridos hijos, esto -que Yo pueda estar con ustedes- es una gracia. Por ello, por el bien de ustedes, acepten y vivan mis mensajes. Los amo y por eso estoy con ustedes para enseñarles y guiarlos hacia una vida nueva; la de la renuncia y la conversión: Solamente así descubrirán a Dios y a todo lo que ahora está alejado. Hijitos, por esto, ¡oren! Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de diciembre de 1992

Queridos hijos, deseo ponerlos a todos bajo mi manto y protegerlos a todos de los ataques satánicos. Hoy es el día de la paz, pero en todo el mundo hay mucha falta de paz. Por ello los invito a que conmigo construyamos- mediante la oración- el nuevo mundo de la paz. Yo sin ustedes no puedo hacerlo y es por esto que a todos los invito con amor materno a que me ayuden, y el resto lo hará Dios. Por tanto ábranse a los planes de Dios y a sus proyectos para poder colaborar con Él al bien y a la paz. Y no olviden que la vida que tienen no es de ustedes sino que es un don con el que deben dar alegría a los otros y guiarlos hacia la vida eterna. Queridos hijos, que la ternura de mi pequeño Jesús los acompañe siempre. Gracias por haber respondido a mi llamado.

1993

Del 25 de enero de 1993

Queridos hijos, hoy los invito a aceptar y vivir mis mensajes con seriedad. Éstos son los días en que deben decidirse por Dios, por la paz y por el bien. Que de sus vidas y sus pensamientos salgan todo odio y todo celo, y que allí sólo esté el amor a Dios y al prójimo. Así, y sólo así, serán capaces de distinguir las señales de este tiempo. Yo estoy con ustedes y los guío hacia un tiempo nuevo, tiempo que Dios les da como gracia para que lo conozcan aún más. Satanás quiere destruir todo lo que es santo en ustedes y en torno suyo. Él quiere principalmente arruinar sus almas y alejarse lo más posible de la vida cristiana y de los Mandamientos que la Iglesia les llama a vivir. Por tanto, hijitos, oren, oren, oren para poder comprender todo lo que el Señor se da a través de mis venidas. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de febrero de 1993

Queridos hijos, hoy los bendigo con mi bendición materna y a todos los invito a la conversión. Deseo que cada uno de ustedes se decida a cambiar su vida y que cada uno trabaje más en la Iglesia. No con palabras o con pensamientos sino con el ejemplo. Que sus vidas sea un alegre testimonio de Jesús. No pueden decir que están convertidos porque sus vidas deben volverse una conversión diaria. Para entender qué deben hacer, hijitos, oren, y Dios les hará comprender qué es necesario concretamente que hagan y en qué tienen necesidad de cambiar. Estoy con ustedes y los pongo a todos bajo mi manto. Gracias por haber respondido a mi llamado.

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Del 25 de marzo de 1993

Queridos hijos, hoy -como nunca antes de ahora- los invito a rezar por la paz. Por la paz en sus corazones, la paz en las familias, la paz en el mundo. Porque satanás quiere la guerra, quiere que falte la paz, quiere destruir todo lo que hay de bueno. Por tanto, hijos queridos, ¡oren, oren, oren! Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de abril de 1993

Queridos hijos, hoy los invito a que despierten sus corazones al amor. Miren la naturaleza y vean cómo ella está despertando, ello los ayudará a que abran sus corazones al amor de Dios-Creador. Deseo que despierten el amor en sus familias de modo que allí donde hay odio y falta de amor reine el amor. Y cuando haya en sus corazones amor entonces habrá también oración. Entonces, hijos queridos, no olviden que estoy con ustedes y que los asisto con mi oración para que el Señor les dé la fuerza para amar. Los bendigo y los amo con mi materno amor. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de mayo de 1993

Queridos hijos, los invito a abrirse a Dios por medio de la oración para que el Espíritu Santo comience a hacer milagros en y a través de ustedes. Yo estoy con ustedes e intercedo ante Dios por cada uno porque, hijos queridos, cada uno de ustedes es importante en el plan de salvación. Los invito a que sean portadores de bien y de paz. Dios sólo puede darles la paz si se convierten y oran. Por tanto, hijitos míos queridos, oren, oren, oren, y hagan todo lo que el Espíritu Santo les inspire. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de junio de 1993

Queridos hijos, hoy también me alegro por sus presencias aquí. Los bendigo con bendición materna e intercedo por cada uno de ustedes ante Dios. Nuevamente los invito a que vivan mis mensajes y a ponerlos en práctica en sus vidas. Estoy con ustedes y los bendigo a todos día tras día. Queridos hijos, éstos son tiempos especiales, y por ello estoy con ustedes para amarlos y protegerlos, para proteger sus corazones de satanás y acercarlos a todos, siempre más, a mi Hijo Jesús. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de julio de 1993

Queridos hijos, les doy gracias por sus oraciones y por el amor que me muestran. Los invito a decidirse a orar por mis intenciones. Queridos hijos, ofrezcan novenas sacrificándose en aquello en que se sientan más apegados. Deseo que sus vidas estén unidas a mí, soy su Madre y deseo, hijitos queridos, que satanás no los arranque de mi mano porque él quiere llevarlos hacia el mal camino pero no puede hacerlo sin el consentimiento de ustedes. Por esto, hijitos, renueven la oración en sus corazones y así comprenderán mi llamado y mi vivo deseo de ayudarlos. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de agosto de 1993

Queridos hijos, hoy deseo que comprendan que soy su Madre y que deseo ayudarlos e invitarlos a la oración. Solamente mediante la oración podrán entender y aceptar mis mensajes y practicarlos en sus vidas. Lean la Sagrada Escritura, vívanla y oren para comprender las señales de este tiempo. Este es un tiempo particular y por ello estoy con ustedes para acercarlos a mi Corazón y al Corazón de mi Hijo Jesús. Queridos hijitos, deseo que sean hijos de la luz y no de las tinieblas; por eso vivan lo que les digo. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de setiembre de 1993

Queridos hijos, yo soy su Madre y los invito a acercarse a Dios a través de la oración porque solo Él es su paz, su Salvador. Por eso, hijitos, no busquen el consuelo material sino a Dios. Ruego por ustedes e intercedo por cada uno ante Dios. Pido sus oraciones para que me acepten y acepten también mis mensajes como lo hacían en los primeros tiempos de las apariciones. Sólo cuando abren los corazones y oran ocurren milagros. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de octubre de 1993

Queridos hijos, en estos años los he llamado a que vivan lo que les digo pero ustedes viven poco mis mensajes. Hablan pero no los viven; es por ello que esta guerra está durando tanto. Los invito a que se abran a Dios y a que vivan con Dios en sus corazones, viviendo el bien y dando testimonio de mis mensajes. Los amo y deseo protegerlos de cualquier mal, pero ustedes no lo quieren. Queridos hijos, no puedo ayudarlos si no viven los Mandamientos de Dios; si no viven la Santa Misa; si no abandonan el pecado. Los invito a convertirse en apóstoles del Amor y de la Bondad. En este mundo sin paz den testimonio de Dios y los bendecirá y les dará lo que buscan de Él. Gracias por haber respondido a mi llamado.

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Del 25 de noviembre de 1993

Queridos hijos, los invito a prepararse en este tiempo, como nunca antes de ahora, para la venida de Jesús. Que el pequeño Jesús reine en sus corazones. Sólo serán felices cuando Jesús sea su amigo, entonces no les será difícil orar, ni ofrecer sacrificios, ni testimoniar la grandeza de Jesús en sus vidas porque Él les dará la fuerza y la alegría en este tiempo. Estoy próxima a ustedes con mi intercesión por la oración; los amo y a todos bendigo. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de diciembre de 1993

Queridos hijos, hoy me lleno de gozo con el pequeño Niño Jesús y deseo que la alegría de Jesús penetre en todos los corazones. Hijitos, les doy -con mi mensaje y junto a mi Hijo Jesús- la bendición, que reine la paz en todos los corazones. Hijitos míos, los amo e invito a todos a que se acerquen a mí con la oración. Ustedes hablan, hablan pero no rezan. Por ello, hijitos, decídanse por la oración; solamente así serán felices y Dios les concederá lo que piden. Gracias por haber respondido a mi llamado.

1994

Del 25 de enero de 1994

Queridos hijos, todos ustedes son mis hijitos. Yo los amo, pero no deben olvidar que sin la oración no pueden estar cerca de mí. En este tiempo Satanás quiere crear desorden en sus corazones y en sus familias. Hijitos, no cedan. No le permitan que los dirija y que dirija sus vidas. Los amo e intercedo por ustedes ante Dios. Oren, hijitos. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de febrero de 1994

Queridos hijos, hoy les doy gracias por sus oraciones. Todos ustedes me han ayudado para que esta guerra termine lo más pronto posible. Estoy junto a ustedes y oro por cada uno, les suplico: oren, oren, oren. Solamente mediante la oración podemos vencer el mal y proteger todo lo que Satanás quiere destruir en sus vidas. Soy la Madre de ustedes y los amo a todos por igual e intercedo por ustedes ante Dios. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de marzo de 1994

Queridos hijos, hoy me regocijo con ustedes y los invito a abrirse a mí y convertirse así, en mis manos, en un instrumento para la salvación del mundo. Yo deseo, hijitos, que todos ustedes quienes han sentido el aroma de la santidad, a través de estos mensajes que les estoy dando, los lleven a este mundo hambriento de Dios y del Amor de Dios. Les agradezco a todos por haber respondido en tal cantidad y a todos los bendigo con mi bendición maternal. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de abril de 1994

Queridos hijos, a todos hoy los invito a que se decidan a orar por mis intenciones. Hijitos, a cada uno lo invito a que me ayude a que mi plan se lleve a cabo a través de esta parroquia. Los invito ahora, de manera especial, para que se decidan, hijitos míos, a recorrer el camino de la santidad. Solamente así estarán cerca mío. Los amo y deseo a todos conducirlos conmigo al Paraíso. Por eso, si no son humildes y obedecen los mensajes que les doy no podré ayudarlos. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de mayo de 1994

Queridos hijos, los invito a que todos tengan más confianza en mí y a que vivan en mayor profundidad mis mensajes. Estoy con ustedes e intercedo por ustedes ante Dios. Pero espero que sus corazones se abran a mis mensajes. Alégrense porque Dios los ama y todos los días les da la posibilidad que se conviertan y que crean más en Dios creador. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de junio de 1994

Queridos hijos, me alegro, hoy, en mi corazón viéndolos a todos aquí presentes. Los bendigo y los invito, a todos, a que se decidan a vivir mis mensajes que aquí les doy. Deseo, hijitos, conducirlos a todos hacia Jesús porque Él es la salvación de ustedes. Por eso, hijitos queridos, cuanto más oren tanto más serán míos y de mi Hijo Jesús. Bendigo a todos con mi bendición materna y les doy gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de julio de 1994

Queridos hijos, hoy los invito a que se decidan a dar su tiempo, pacientemente, para la oración. Hijitos, ustedes no pueden decir que son míos y que experimentan la conversión a través de mis mensajes si no están listos a dar su tiempo a Dios, todos los días.

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Estoy cerca de ustedes y los bendigo a todos. Pero, hijitos, no se olviden que si no oran no pueden estar cerca mío y cerca del Espíritu Santo, que los conduce al camino de la santidad. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de agosto de 1994.

Queridos hijos, hoy estoy unida a ustedes en la oración. De un modo especial, orando por el don de la presencia de mi amado hijo en la patria de ustedes. Hijitos, oren por la salud de mi hijo más amado, que sufre; pero que yo he elegido para estos tiempos. Ruego e intercedo ante mi Hijo Jesús, para que se lleve a cabo el sueño que han tenido sus padres. Oren, hijitos, especialmente porque satanás es fuerte y quiere destruir la esperanza de sus corazones. Los bendigo. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de setiembre de 1994

¡Queridos hijos! Con ustedes me regocijo y los invito a la oración. Hijitos, oren por mi intención. Necesito de sus oraciones, y es a través de ellas que deseo acercarlos a Dios. Él es su salvación. Dios me manda para ayudarlos y para conducirlos hacia el Cielo, que es su meta. Por ello, hijitos ¡oren, oren, oren! Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de octubre de 1994

¡Queridos hijos! Estoy con ustedes y hoy mi gozo es grande, porque el Altísimo me concedió estar junto a ustedes para instruirlos y para guiarlos en el camino de la perfección. Hijitos, deseo hacer de ustedes un hermoso ramillete de flores para presentárselo a Dios, el día de Todos los Santos. Los invito a abrirse y a vivir tomando a los santos como ejemplo. La Madre Iglesia los ha escogido para que ellos sean un estímulo en su vida diaria. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de noviembre de 1994

¡Queridos hijos! Hoy los llamo a la oración. Estoy con ustedes y los amo a todos. Yo soy su Madre y deseo que sus corazones sean símiles a mi corazón. Hijitos, sin la oración ustedes no pueden vivir ni decir que son míos. La oración es alegría. La oración es lo que desea el corazón humano. Por ello, acérquense, hijitos, a mi Corazón Inmaculado y descubrirán a Dios. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de diciembre de 1994.

Queridos hijos. Hoy gozo y ruego con ustedes por la paz; paz en sus corazones, paz en sus familias, paz en sus deseos y paz en todo el mundo. Que el Rey de la Paz hoy los bendiga y les dé la paz. Yo los bendigo y llevo a cada uno de ustedes en mi corazón. Gracias por haber respondido a mi llamado.

1995

Del 25 de enero de 1995

Queridos hijos, los invito a que le abran a Jesús la puerta de sus corazones tal como la flor se abre al sol. Jesús desea llenar sus corazones de paz y de gozo. Ustedes, hijitos, no podrán hacer realidad la paz si no están en paz con Jesús. Por eso, hijitos, los invito a la confesión para que pueda ser Jesús su verdad y su paz. Por tanto, hijitos queridos, oren para tener la fortaleza de hacer realidad lo que yo les digo. Estoy con ustedes y los amo. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de febrero de 1995

Queridos hijos, hoy los invito a que sean misioneros de los mensajes que aquí, en este lugar tan querido por mí, estoy dando. Dios me ha permitido permanecer aquí, con ustedes, tanto tiempo y por ello, hijitos, los invito a que vivan con amor los mensajes que les doy y a que los transmitan a todo el mundo, de modo tal que un río de amor fluya entre la gente que está llena de odio y sin paz. Los invito, hijitos, a que sean paz donde no hay paz y luz donde hay tinieblas, para que cada corazón acepte la luz y el camino de la salvación. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de marzo de 1995

Queridos hijos, hoy los invito a vivir la paz en sus corazones y en sus familias. Donde no se ora, hijitos, no hay paz y no hay amor donde no existe la fe. Por eso, hijitos, a todos los invito para que se decidan, hoy nuevamente, por la conversión. Yo estoy, hijos queridos, cerca de ustedes e invito a todos a mi regazo para ayudarlos, pero ustedes no lo desean y así satanás los tienta y en las más pequeñas cosas la fe desaparece. Por eso, hijitos, oren y mediante la oración obtendrán la bendición y la paz. Gracias por haber respondido a mi llamado.

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Del 25 de abril de 1995

Queridos hijos, hoy los invito al amor. Hijitos, sin amor ustedes no pueden vivir ni con Dios ni con los hermanos. Por eso, los invito a todos a abrir sus corazones al amor de Dios, el cual es más que grande y está abierto a cada uno de ustedes para mostrarles el camino de la salvación, el camino del amor. Si ustedes no aman a Dios no podrán amar ni a su prójimo ni a aquel a quien odian. Por eso, hijitos, oren y a través de la oración descubrirán el amor. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de mayo de 1995

¡Queridos hijos! Los invito, hijitos, a que me ayuden, por medio de sus oraciones, para que se acerquen a mi Corazón Inmaculado tantos corazones como sea posible. Satanás es muy fuerte y quiere con todas sus fuerzas atraer hacia él y hacia el pecado a todas las almas que pueda. Por ello, hijitos, es que merodea para a cada momento atrapar más. Les ruego, hijitos, que oren y que me ayuden a ayudarlos. Soy la Madre de ustedes y los amo, y es por eso que deseo ayudarlos. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de junio de 1995

¡Queridos hijos! Hoy, estoy feliz por verlos en tal cantidad, que hayan respondido y venido a vivir mis mensajes. Los invito, hijitos, a ser mis gozosos portadores de paz en este mundo sin paz. Oren por la paz, a fin de que, tan pronto como sea posible, pueda reinar un tiempo de paz, el cual espera impacientemente mi Corazón. Yo estoy cerca de ustedes, hijitos, e intercedo por cada uno ante el Altísimo. Los bendigo con mi bendición maternal. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de julio de 1995

Queridos hijos, los invito a la oración porque sólo en oración podrán ustedes comprender mi venida aquí. El Espíritu Santo los iluminará para que entiendan que deben convertirse. Hijitos, deseo hacer de ustedes un hermoso ramillete preparado para la eternidad, pero ustedes no aceptan el camino de conversión, el camino de salvación que les ofrezco a través de estas apariciones. ¡Oren, hijitos! Conviertan sus corazones y acérquense a mí. Que el bien supere al mal. Los amo y los bendigo. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de agosto de 1995

Queridos hijos, hoy los invito a la oración para que la oración sea para ustedes vida. Una familia no puede decir que está en paz si no ora. Por eso, que la mañana comience con la oración matutina y la noche termine con el agradecimiento. Hijitos, estoy con ustedes, los amo y los bendigo y deseo que cada uno de ustedes esté en mi abrazo. No pueden estar en mi abrazo si no están dispuestos a orar todos los días. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de setiembre de 1995

Queridos hijos, hoy los invito a enamorarse del Santísimo Sacramento del altar. Hijitos, ¡Adórenlo en sus parroquias! Así, estarán unidos al mundo entero. Jesús será su Amigo y ustedes no hablarán de Él como de alguien a quien escasamente conocen. La unión con Él será alegría para ustedes y se convertirán en testigos del amor que Jesús tiene por cada criatura. Hijitos, cuando ustedes adoran a Jesús también están cerca mío. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!

Del 25 de octubre de 1995

Queridos hijos, hoy los invito a que se dirijan a la naturaleza porque allí han de encontrar a Dios el Creador. Hoy los invito, hijos queridos, a que le den gracias a Dios por todo lo que Él les da. Dándole gracias a Él ustedes descubrirán al Altísimo y a todos los bienes que los rodean. Hijos pequeños, Dios es grande y grande es su amor por cada creatura. Por tanto, oren para poder comprender el amor y la bondad de Dios. En la bondad y en el amor de Dios el Creador estoy yo también como un don hacia ustedes. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!

Del 25 de noviembre de 1995

Queridos hijos, los invito hoy -a cada uno de ustedes- a que vuelvan nuevamente a amar. A Dios, ante todo, que ha salvado y redimido a cada uno de ustedes. Y luego a los hermanos y hermanos que les están cerca. Hijitos, ustedes sin amor no pueden crecer en santidad y no pueden hacer obras buenas. Por ello, oren, hijos queridos, sin cesar para que Dios les revele su Amor. Los he a todos invitados a que se unan a mí y a que amen. Hoy también estoy con ustedes y los invito a que descubran el amor en sus corazones y en sus familias. Ustedes deben amar para que Dios pueda vivir en sus corazones. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!

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Del 25 de diciembre de 1995

Hoy también, hijos queridos, con ustedes me regocijo y les traigo al pequeño Jesús para que Él los bendiga. Hijitos, los invito a que sus vidas se unan a Él. Jesús es el Rey de la Paz y solamente Él puede darles la paz que ustedes buscan. Estoy junto a ustedes y les presento, de una manera especial, a Jesús, ahora, en este tiempo nuevo en el que es necesario decidirse por Él. Este tiempo es un tiempo de gracia. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!

1996

Del 25 de enero de 1996

Queridos hijos, hoy los invito a que se decidan por la paz. Rueguen a Dios para que les dé la paz verdadera. Vivan la paz en sus corazones y entenderán que la paz es el regalo de Dios. Hijos queridos, sin amor ustedes no pueden vivir la paz. El fruto de la paz es el amor y el fruto del amor es el perdón. Estoy con ustedes e invito a cada uno de ustedes, hijitos, a que antes que nada perdonen en la familia y luego podrán perdonar a los demás. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!

Del 25 de febrero de 1996

Queridos hijos, hoy los invito a la conversión. Este es el mensaje más importante que aquí les he dado. Deseo, hijitos, que cada uno de ustedes sea portador de mis mensajes Hijos queridos, los invito a vivir los mensajes que les he estado dando durante estos años. Este tiempo es un tiempo de gracia. Especialmente ahora en que la Iglesia los invita a la oración y a la conversión. También yo los invito, hijitos, a vivir los mensajes que les he venido dando desde aquí. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!

Mensaje anual a Mirjana del 18 de marzo de 1996

¡Queridos hijos! Deseo que este mensaje, que les doy por medio de mi servidora (Mirjana) lo mediten largamente. Hijos míos, el amor de Dios es inmenso. No cierren sus ojos, no tapen sus oídos cuando les repito: el amor de Dios es enorme. Escuchen mi invitación y mi pedido por medio del cual estoy instruyéndolos. Consagren su corazón y hagan de él la morada del Señor, para que Él habite para siempre. Mis ojos y mi corazón han de permanecer siempre aquí, aun cuando no aparezca más. Sigan en todo así como se los pido y como los guío hacia el Señor. No rechacen el Nombre del Señor y no serán rechazados. Acepten mis mensajes para ser aceptados. ¡Hijos míos, decídanse! ¡Este es tiempo de decisión! Sean justos y de corazón inocente para que pueda así llevarlos al Padre. Yo estoy aquí porque el amor de Él es inmenso. Gracias por estar aquí.

Del 25 de marzo de 1996

Queridos hijos, los invito a que nuevamente se decidan a amar a Dios por sobre todas las cosas. En estos tiempos en que -por causa del espíritu de consumismo- se olvida lo que significa amar y apreciar los valores auténticos, los invito -una vez más- a poner a Dios en el primer lugar en sus vidas. No permitan que satanás los atraiga por medio de las cosas materiales sino que decídanse, hijitos, por Dios que es libertad que es amor. Elijan la vida, no la muerte, y en este tiempo cuando mediten la pasión y la muerte de Jesús, los invito, hijitos, a que se decidan por la vida, que floreció por medio de la Resurrección. Que sus vidas hoy se renueven a través de la conversión que los llevará a la vida eterna. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de abril de 1996

Queridos hijos, hoy nuevamente los invito a que pongan la oración en primer lugar en sus familias. Hijitos, si Dios está en primer lugar ustedes buscarán la voluntad de Dios en todo lo que hagan. De este modo, su conversión diaria será más fácil. Busquen, hijitos, con humildad lo que no está en orden en sus corazones y así comprenderán lo que tienen que hacer. Entonces, la conversión ha de ser una tarea diaria que realizará con gozo. Yo estoy con ustedes, hijitos, y los bendigo a todos y los invito a que sean mis testigos a través de la oración y la conversión personal. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de mayo de 1996

Queridos hijos, deseo hoy agradecerles por todas sus oraciones y sacrificios que ofrecieron en este mes a mí consagrado. Deseo, hijitos, que ustedes también sean activos en este tiempo, el cual, a través mío, está unido al Cielo de manera especial. Oren para poder comprender que es necesario que todos ustedes colaboren, con sus vidas y con sus ejemplos, a la obra de la salvación. Hijitos, deseo que los hombres se conviertan y que en ustedes me vean a mí y a mi Hijo Jesús. Intercederé por ustedes y los ayudaré a que se vuelvan luz. Ayuden a otros para que ayudándolos sus almas también encuentren la salvación. Gracias por haber respondido a mi llamado.

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Del 25 de junio de 1996. 15 to. Aniversario de las Apariciones

Queridos hijos, hoy quiero agradecerles todos los sacrificios que me han ofrecido en estos días. Hijitos, los invito a que se abran a mí y se decidan por la conversión. Sus corazones, hijos queridos, aún no están completamente abiertos a mí y por tanto nuevamente los invito a que se abran a la oración, a fin de que en la oración el Espíritu Santo los ayude para que sus corazones se vuelvan de carne y no de piedra. ¡Hijitos, gracias por haber respondido a mi llamado y por haber decidido caminar conmigo hacia la santidad!

Del 25 de julio de 1996

Queridos hijos, hoy los invito a que se decidan por Dios cada día. Hijitos, ustedes hablan mucho de Dios y dan poco testimonio con sus vidas. Por ello, hijitos, decídanse por la conversión para que sus vidas sean verdaderas delante de Dios, de modo tal que en la verdad de sus vidas testimonien la belleza que Dios les ha dado. Hijitos, nuevamente los invito a que se decidan por la oración, porque en la oración podrán vivir la conversión. Cada uno se volverá, en la simplicidad, similar a un niño que está abierto al amor del Padre. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de agosto de 1996

¡Queridos hijos! Escuchen, porque deseo hablarles e invitarlos a tener más fe y confianza en Dios, que los ama fuera de toda medida. Hijitos, ustedes no saben vivir en la gracia de Dios, por eso nuevamente los llamo a todos a que lleven la palabra de Dios en sus corazones y en sus pensamientos. Hijitos, coloquen las Sagradas Escrituras en un lugar visible en sus familias, léanla y vívanla. Enseñen a sus hijos, porque si ustedes no son un ejemplo para ellos, los hijos se alejan en la ausencia de Dios. Reflexionen y oren, así Dios nacerá en sus corazones y sus corazones serán gozosos. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de setiembre de 1996

Queridos hijos, hoy los invito a que ofrezcan sus cruces y sus sufrimientos por mis intenciones. Hijitos, soy la Madre de ustedes y deseo ayudarlos buscando la gracia para ustedes ante Dios. Hijitos, ofrezcan sus sufrimientos como regalo a Dios para que se vuelvan una flor bellísima de alegría. Por ello, hijitos, oren para poder comprender que el sufrimiento puede volverse alegría y la cruz el camino de la alegría. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de octubre de 1996

Queridos hijos, hoy los invito a abrirse a Dios, el Creador, a fin de que Él pueda transformarlos. Hijitos, ustedes me son muy queridos. Yo los amo a todos y los llamo a estar más cerca de mí y a que su amor por mi Inmaculado Corazón sea más ferviente. Deseo renovarlos y guiarlos con mi Corazón al Corazón de Jesús, que aún hoy sufre por ustedes y los llama a la conversión y a la renovación. A través de ustedes deseo renovar el mundo. Comprendan, hijitos, que ustedes son la sal de la tierra y la luz del mundo. Hijitos, los invito y los amo, y de una manera especial les imploro ¡conviértanse! Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de noviembre de 1996

Queridos hijos, hoy nuevamente los invito a la oración, para que se preparen a la venida de Jesús, con la oración, el ayuno y los pequeños sacrificios. Hijitos, que este tiempo sea un tiempo de gracia para ustedes. Aprovechen de todo momento y hagan el bien porque sólo así podrán sentir el nacimiento de Jesús en sus corazones. Si ustedes dan el ejemplo con sus vidas y se vuelven signo del amor de Dios entonces la alegría prevalecerá en los corazones de los hombres. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de diciembre de 1996

Queridos hijos, hoy estoy con ustedes de una manera especial, teniendo a Jesús Niño en mis brazos, y los invito, hijitos, a que se abran a su llamado. Él los invita a la alegría. Hijitos, vivan alegremente los mensajes del Evangelio, los que les estoy repitiendo desde que estoy con ustedes. Hijitos, soy la Madre de ustedes y deseo revelarles el Dios del amor y el Dios de la paz. No quiero que sus vidas permanezcan en la tristeza sino que se realicen en la alegría, según el Evangelio, para la eternidad. Solamente así sus vidas tendrán sentido. Gracias por haber respondido a mi llamado.

1997

Del 25 de enero de 1997

Queridos hijos, los invito a que reflexionen acerca de su futuro. Ustedes están creando un mundo nuevo sin Dios, sólo con sus propias fuerzas, y es por esto que no están contentos y no tienen la alegría en el corazón. Este tiempo es mi tiempo, por ello, hijitos,

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los invito nuevamente a orar. Cuando encuentren la unidad con Dios sentirán el hambre de la palabra de Dios y sus corazones, hijitos, desbordarán de alegría. Darán testimonio del amor de Dios dondequiera que estén. Los bendigo y les repito que estoy con ustedes para ayudarlos. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de febrero de 1997

Queridos hijos, hoy también los invito de manera particular a abrirse a Dios Creador y a volverse activos. En este tiempo, hijitos, los invito a que vean quién tiene necesidad de su ayuda espiritual o material. A través de sus ejemplos, hijitos, ustedes serán las manos tendidas de Dios, que la humanidad busca. Sólo así comprenderán que son llamados a dar testimonio y a transformarse en alegres portadores de la palabra y del amor de Dios. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 2 de marzo de 1997 (A Mirjana)

Queridos hijos, rueguen por sus hermanos y hermanas que aún no han encontrado el amor del Padre, por aquellos para quienes la vida en la tierra es muy importante. Ábranle sus corazones y vean en ellos a mi Hijo que los ama. Sean mi luz e iluminen a todas las almas en las que reinan las tinieblas. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 18 de marzo de 1997 (A Mirjana)

Queridos hijos, como Madre les ruego que no continúen por el camino que han tomado. Este es un camino sin amor por el prójimo y por mi Hijo. Sobre este camino sólo han de encontrar dureza y vacío en el corazón, y no la paz a la que todos anhelan. Solamente aquel que ve en el prójimo a mi Hijo y lo ama es quien tendrá la paz verdadera. Aquel que deja que mi Hijo reine en su corazón sabe qué es la paz y la seguridad. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de marzo de 1997

Queridos hijos, hoy los invito de manera especial a tomar la cruz en sus manos y a meditar en las llagas de Jesús. Pídanle a Jesús que sane sus heridas, las que ustedes, hijos queridos, han recibido durante sus vidas por causa de sus pecados o debido a los pecados de sus padres. Solamente así comprenderán, hijos queridos, que el mundo necesita de la sanación de la fe en Dios creador. Por medio de la pasión y muerte de Jesús en la cruz comprenderán que sólo con la oración pueden, también ustedes, volverse apóstoles de la fe, viviendo, en la simplicidad y en la oración, la fe que es un don. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de abril de 1997

Queridos hijos, hoy los invito a que unan sus vidas a Dios Creador, porque sólo así sus vidas tendrán sentido y comprenderán que Dios es amor. Dios me envía entre ustedes por amor, para ayudarles a comprender que sin Él no hay ni futuro ni alegría, y, por sobre todo, no hay salvación eterna. Hijitos, los invito a que dejen el pecado y a que acepten la oración en todo tiempo para que en la oración puedan reconocer el sentido de sus vidas. Dios se da a aquel que lo busca. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de mayo de 1997

Queridos hijos, hoy los invito a glorificar a Dios. Que el nombre de Dios sea santo en sus corazones y en sus vidas. Hijitos, cuando están en la santidad de Dios, Dios está con ustedes y les dona la paz y la alegría, que sólo vienen de Dios a través de la oración. Por ello, hijitos, renueven la oración en sus familias y sus corazones glorificarán el santo nombre de Dios, y el Paraíso reinará en sus corazones. Yo estoy cerca de ustedes e intercedo ante Dios por ustedes. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de junio de 1997

Queridos hijos, hoy estoy con ustedes en un modo especial y les traigo mi bendición maternal de paz. Oro por ustedes e intercedo por ustedes ante Dios para que comprendan que cada uno de ustedes es portador de paz. No pueden tener paz si sus corazones no están en paz con Dios. Por ello, hijitos, oren, oren, oren, porque la oración es el fundamento de su paz. Abran sus corazones y denle tiempo a Dios de modo tal que Él será su amigo. Cuando se tiene verdadera amistad con Dios ninguna tempestad puede destruirla. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de julio de 1997

Queridos hijos, hoy los invito a responder mi invitación a la oración. Deseo, hijos queridos, que en este tiempo encuentren un rincón para la oración personal. Deseo guiarlos hacia la oración del corazón. Solamente así comprenderán que sin la oración la vida de ustedes es vacía. Descubrirán el sentido de sus vidas cuando hayan descubierto a Dios en la oración. Por ello, hijitos, abran las puertas de sus corazones y comprenderán que la oración es alegría, sin la cual no pueden vivir. Gracias por haber respondido a mi llamado.

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Del 25 de agosto de 1997

Queridos hijos, Dios me concede este tiempo cual don para ustedes, para que pueda instruirlos y conducirlos en el camino de la salvación. Ahora, hijos queridos, ustedes no comprenden esta gracia pero pronto ha de venir el momento en el que añorarán estos mensajes. Por ello, hijitos, vivan todas las palabras que les he dado en este período de gracia y hagan revivir la oración hasta cuando ella se vuelva alegría. Invito de manera particular a todos los que se han consagrado a mi Corazón Inmaculado a que sean ejemplo para los otros. Invito a todos los sacerdotes, religiosos y religiosas a rezar el Rosario y a enseñar a los otros a orar. Hijitos, el Rosario es particularmente importante para mí. Por medio del Rosario es que ustedes me abren sus corazones y yo puedo ayudarlos. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de setiembre de 1997

Queridos hijos, hoy los invito a que comprendan que sin amor no pueden entender que Dios debe estar en primer lugar en sus vidas. Por eso, hijitos, los invito a todos a amar, no con amor humano, sino con el amor de Dios. Así sus vidas serán más hermosas y no interesadas. Comprenderán que Dios se da por amor del modo más simple. Hijitos, para que puedan comprender mis palabras que les doy por amor oren, oren, oren y así podrán aceptar con amor a los demás y perdonar a todos aquellos que les han hecho mal. Respondan con oración; la oración es el fruto del amor hacia Dios Creador. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de octubre de 1997

Queridos hijos, hoy también estoy con ustedes y a todos los invito a renovarse viviendo mis mensajes. Hijitos, que para ustedes la oración sea la vida y sean ejemplo para los demás. Deseo, hijitos, que se vuelvan portadores de paz y de la alegría de Dios en el mundo de hoy, que no tiene paz. Por ello, hijitos, ¡oren, oren, oren! Estoy con ustedes y los bendigo con mi paz maternal. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de noviembre de 1997

Queridos hijos, hoy los invito a que comprendan su vocación cristiana. Hijos queridos, los conduje y los estoy conduciendo a través de este tiempo de gracia para que se vuelvan conscientes de su vocación cristiana. Los santos mártires morían dando el testimonio: "soy cristiano y amo a Dios por sobre todas las cosas". Hijitos, hoy también los invito a regocijarse y a ser cristianos llenos de gozo, responsables y conscientes de que Dios los llamó de un modo especial para que llenos de alegría sean las manos extendidas hacia aquellos que no creen y para que, a través del ejemplo de sus vidas, ellos puedan recibir la fe y el amor de Dios. Por ello, oren, oren, oren para que sus corazones puedan abrirse y sean sensibles a la Palabra de Dios. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de diciembre de 1997

Queridos hijos, hoy nuevamente me alegro con ustedes y los invito al bien. Deseo que cada uno de ustedes medite y lleve la paz en su corazón y diga: "¡Yo quiero poner a Dios en el primer lugar en mi vida!". Será así, hijitos, que cada uno de ustedes llegará a ser santo. Hijitos, díganle a cada uno: "Yo te deseo el bien" y él ha de responder con el bien y el bien, hijos queridos, habitará en el corazón de cada hombre. Esta noche, hijitos, les traigo el bien de mi Hijo que dio su vida para salvarlos. Por ello, hijitos, alégrense y extiendan las manos hacia Jesús, que es solo bien. Gracias por haber respondido a mi llamado.

1998

Del 25 de enero de 1998

Queridos hijos, hoy los invito a todos nuevamente a la oración. Sólo con la oración, hijos queridos, sus corazones cambiarán, se volverán mejores y más sensibles a la palabra de Dios. Hijitos, no le permitan a satanás que los arrastre y haga de ustedes lo que quiere. Los invito a que sean responsables y decididos y a consagrar cada día a Dios, en la oración. Que la Santa Misa no se vuelva para ustedes un hábito sino la vida. Viviendo cada día la Santa Misa sentirán la necesidad de la santidad y crecerán en santidad. Yo estoy cerca de ustedes e intercedo ante Dios por cada uno de ustedes para que Él les dé la fuerza para cambiar el corazón. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de febrero de 1998

Queridos hijos, también hoy estoy con ustedes y nuevamente los invito a todos a acercarse a mí a través de sus oraciones. Los invito especialmente a la renuncia en este tiempo de gracia. Mediten, hijitos, y vivan, por medio de sus pequeños sacrificios, la Pasión y Muerte de Jesús por cada uno de ustedes. Sólo si se aproximan a Jesús comprenderán el amor inconmensurable que Él tiene por cada uno de ustedes. Por medio de la oración y de sus sacrificios se han de volver más abiertos al don de la fe, al amor por la Iglesia y por las personas que los rodean. Los amo y los bendigo. Gracias por haber respondido a mi llamado.

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Del 25 de marzo de 1998

Queridos hijos, también hoy los invito al ayuno y a la renuncia. Hijitos, renuncien a aquello que les impide estar más cerca de Jesús. Especialmente, los invito a que oren, ya que solamente con la oración podrán vencer la propia voluntad y podrán descubrir cuál es la voluntad de Dios aún en las cosas más pequeñas. Hijitos, será con sus vidas cotidianas que ustedes han de volverse ejemplo y darán testimonio si viven para Jesús o contra Él y su voluntad. Hijitos, deseo que lleguen a ser apóstoles del amor. A partir del amor que ustedes tengan, hijitos, se reconocerá que son míos. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de abril de 1998

Queridos hijos, hoy los invito a abrirse a Dios a través de la oración, como una flor se abre a los rayos matinales del sol. Hijitos, no teman. Yo estoy con ustedes e intercedo ante Dios por cada uno para que sus corazones acepten el don de la conversión. Hijitos, únicamente así comprenderán la importancia de la gracia en estos tiempos y Dios estará más cerca de ustedes. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de mayo de 1998

Queridos hijos, hoy los invito para que se preparen con oración y sacrificio a la venida del Espíritu Santo. Hijitos, este es un tiempo de gracia y por eso nuevamente los invito a que se decidan por Dios Creador. Permítanle que los cambie y los transforme. Que sus corazones estén dispuestos a escuchar y vivir todo lo que el Espíritu Santo tiene en su plan para cada uno de ustedes. Hijitos, permítanle al Espíritu Santo conducirlos por el camino de la verdad y la salvación hacia la vida eterna. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de junio de 1998

Queridos hijos, hoy deseo agradecerles por vivir mis mensajes. A todos los bendigo con mi bendición maternal y los llevo ante mi Hijo Jesús. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de julio de 1998

¡Queridos hijos! Hoy, hijitos, los invito a estar con Jesús por medio de la oración, para así poder descubrir la belleza de las creaturas de Dios mediante la experiencia personal en la oración. Ustedes no pueden hablar ni dar testimonio de la oración si no oran. Por ello, hijitos, permanezcan con Jesús en el silencio del corazón, para que Él los cambie y los transforme en su Amor. Hijitos, éste es para ustedes un tiempo de gracia. Aprovechen de él para la conversión personal porque cuando tienen a Dios lo tienen todo. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de agosto de 1998

¡Queridos hijos! Hoy los invito a estar aún más cerca mío por medio de la oración. Hijitos, soy su Madre, los amo y deseo que cada uno de ustedes se salve y esté conmigo en el Cielo. Por esto, hijos queridos, oren, oren, oren hasta que sus vidas se vuelvan oración. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de setiembre de 1998

¡Queridos hijos! Hoy los invito a volverse testigos míos viviendo la fe de sus padres. Hijitos, ustedes buscan signos y mensajes y no ven que –con el amanecer de cada día- Dios los llama a convertirse y a regresar al camino de la verdad y de la salvación. Ustedes hablan demasiado, hijitos, pero trabajan poco en su propia conversión. Por ello, conviértanse y comiencen a vivir mis mensajes no con palabras sino con la vida. De ese modo, hijitos, tendrán la fuerza de decidirse por la verdadera conversión del corazón. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de octubre de 1998

¡Queridos hijos! Hoy los invito a acercarse a mi Corazón Inmaculado. Los invito a renovar en sus familias el fervor de los primeros días, cuando los llamé al ayuno, a la oración y a la conversión. Hijitos, ustedes han aceptado mis mensajes con un corazón abierto a pesar de que no sabían qué era la oración. Hoy los invito a que se abran totalmente a mí para que pueda transformarlos y guiarlos al Corazón de mi Hijo Jesús, para que Él los llene con su amor. Sólo así, hijitos, encontrarán la verdadera paz, la paz que sólo Dios les da. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de noviembre de 1998

Queridos hijos, hoy los invito a prepararse a la venida de Jesús. Particularmente, preparen sus corazones. Que la Santa Confesión sea para ustedes el primer paso de conversión y, luego, hijos queridos, decídanse por la santidad. Que la conversión y la decisión

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por la santidad comiencen hoy, no mañana. Hijitos, a todos los invito al camino de la salvación y deseo mostrarles el camino hacia el Paraíso. Por ello, hijitos, ¡sean míos! y decídanse conmigo por la santidad. Hijitos, acepten la oración con seriedad y oren, oren, oren. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de diciembre de 1998

Queridos hijos, en esta alegría navideña deseo bendecirlos con mi bendición. De manera especial, hijitos, les doy la bendición del pequeño Jesús. Que Él los llene con su paz. Hoy, hijitos, ustedes no tienen paz pero la anhelan. Por ello, con mi Hijo Jesús los invito en este día a que oren, oren, oren, porque sin oración no tienen ni alegría, ni paz ni futuro. Anhelen la paz y búsquenla. Dios es la verdadera paz. Gracias por haber respondido a mi llamado.

1999

Del 25 de enero de 1999

Queridos hijos, nuevamente los invito a la oración. Ustedes no tienen la excusa de que tienen que trabajar más, porque la naturaleza aún duerme un sueño profundo. Ábranse a la oración. Renueven la oración en sus familias. Pongan la Sagrada Escritura en un lugar visible en sus familias. Léanla, medítenla y aprendan cómo Dios ama a su pueblo. Hoy también se manifiesta su amor ya que me envía para llamarlos al camino de la salvación. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de febrero de 1999

Queridos hijos, también hoy estoy con ustedes de una manera especial, contemplando y viviendo en mi Corazón la Pasión de Jesús. Hijitos, abran sus corazones y denme todo lo que hay en ellos. Las alegrías, las tristezas y todo dolor, aún el más pequeño, para que pueda yo ofrecerlos a Jesús y para que Él, con su inconmensurable amor, queme y transforme sus tristezas en el gozo de su Resurrección. Es por esto que ahora los llamo, hijitos, de un modo particular, a que abran sus corazones a la oración, así, a través de ella, puedan volverse amigos de Jesús. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 18 de marzo de 1999 (A Mirjana)

¡Queridos hijos! Deseo que me entreguen sus corazones para conducirlos por el camino que lleva a la luz y a la vida eterna. No quiero que sus corazones se extravíen en la oscuridad del presente. Los ayudaré. Estaré con ustedes en ese camino para que puedan descubrir el amor y la misericordia de Dios. Como Madre les ruego que me lo permitan. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de marzo de 1999

Queridos hijos, los invito a la oración del corazón. Los invito especialmente, hijitos, a que oren por la conversión de los pecadores, por aquellos que con la espada del odio y de la diaria blasfemia traspasan mi corazón y el de mi Hijo Jesús. Oremos, hijitos, por los que no quieren conocer el amor de Dios, aunque estén en la Iglesia. Oremos para que se conviertan y así la Iglesia resucite en el amor. Hijitos, solamente con el amor y la oración pueden vivir este tiempo que les es dado para la conversión. Pongan a Dios en el primer lugar y entonces Jesús resucitado se volverá el amigo de ustedes. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de abril de 1999

Queridos hijos, también hoy los invito a la oración. Hijitos, sean portadores gozosos de paz y de amor en este mundo sin paz. Por medio del ayuno y de la oración testimonien que son míos y que viven mis mensajes. ¡Oren y busquen! Oro e intercedo por ustedes ante Dios, para que se conviertan y para que sus vidas y sus comportamientos sean siempre cristianos. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de mayo de 1999

Queridos hijos, hoy también los invito a que se conviertan y crean con mayor fuerza en Dios. Hijitos, ustedes buscan la paz y oran de distintas maneras pero aún no le han dado el corazón a Dios, para que Él pueda llenarlos con su Amor. Esta es la razón por la que estoy con ustedes, para enseñarles y para acercarlos al Amor de Dios. Si aman a Dios por sobre todas las cosas, entonces les será fácil orar y abrirle el corazón. Gracias por haber respondido a mi llamado.

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Del 25 de junio de 1999

Queridos hijos, hoy les doy gracias porque viven mis mensajes y con sus vidas dan testimonio de ellos. Sean fuertes, hijitos, y oren para que la oración les dé fuerzas y alegría. Sólo así cada uno de ustedes será mío y yo los guiaré por el camino de la salvación. Hijitos, oren y con sus vidas testimonien mi presencia aquí. Que cada día sea para ustedes un testimonio gozoso del amor de Dios. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de julio de 1999

Queridos hijos, hoy también me regocijo con ustedes y los invito a todos a la oración del corazón. Hijitos, los invito a que todos, aquí conmigo, agradezcamos a Dios por las gracias que les da a través mío. Deseo que comprendan que quiero crear aquí, no sólo un lugar de oración, sino también de encuentro de corazones. Deseo que mi corazón, el de Jesús y vuestros corazones se fundan en un único corazón de amor y de paz. Por ello, hijitos, oren y alégrense por todo lo que Dios hace aquí, a pesar de que Satanás provoca pleitos e intranquilidad. Yo estoy con ustedes y los conduzco a todos por el camino del amor. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de agosto de 1999

Queridos hijos, hoy también los invito a que den gloria a Dios Creador en los colores de la naturaleza. Él les habla también por medio de la flor más pequeña, acerca de su belleza y de la profundidad del amor con el que los ha creado. Hijitos, dejen que la oración brote de sus corazones como agua fresca de manantial. Que los campos de trigo les hablen de la misericordia de Dios hacia cada creatura. Por ello, renueven la oración de acción de gracias por todo lo que Él les da. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de setiembre de 1999

Queridos hijos, hoy nuevamente los invito a que se vuelvan portadores de mi paz, especialmente ahora, cuando se habla de que Dios está lejos. En verdad, jamás ha estado El tan cerca de ustedes. Los invito a que renueven la oración en sus familias leyendo la Sagrada Escritura, y que experimenten la alegría en el encuentro con Dios, quien ama a sus creaturas infinitamente. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de octubre de 1999

Queridos hijos, no olviden: este es un tiempo de gracia. Por eso, ¡oren, oren, oren ! Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de noviembre de 1999

Queridos hijos, también hoy los invito a la oración. En este tiempo de gracia, que la cruz sea la señal de amor y de unidad por la cual llega la paz verdadera. Por lo tanto, hijitos, oren, especialmente en este tiempo, para que en sus corazones nazca el Niño Jesús, creador de la paz. Sólo con la oración llegarán a ser mis apóstoles de la paz en este mundo sin paz. Por eso, oren hasta que la oración se convierta para ustedes en gozo. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!

Del 25 de diciembre de 1999

Queridos hijos, este es un tiempo de gracia! Hijitos, hoy de una manera especial con el Niño Jesús a quien llevo en mis brazos, les doy la posibilidad de decidirse por la paz: con vuestro Sí a la Paz y vuestra decisión por Dios, se abre para vosotros una nueva posibilidad para la paz. Solamente así, hijitos, el tiempo de este siglo será para vosotros un tiempo de paz y de prosperidad. Por eso, pongan al Niño Jesús recién nacido en el primer lugar en vuestras vidas, y El los conducirá por el camino de la salvación. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!

Mensajes dictados por la Virgen en el Año Santo 2000 Del 25 de enero de 2000 Queridos hijos, los invito a la oración incesante. Si oran están más cerca de Dios y Él los conducirá por el camino de la paz y de la salvación. Es por eso que hoy los llamo a dar la paz a los otros. La verdadera paz está sólo en Dios. Abran sus corazones y vuélvanse dadores de paz, y los otros, por medio de ustedes y en ustedes, han de descubrir la paz, y así ustedes darán testimonio de la paz y del amor que Dios les da. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!

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Del 25 de febrero de 2000 Queridos hijos, despierten del sueño de incredulidad y de pecado, porque éste es un tiempo de gracia que Dios les da. Utilicen este tiempo y busquen la gracia de la sanación de sus corazones por parte de Dios para que puedan con el corazón mirar a Dios y a los hombres. Oren particularmente por aquellos que no han conocido el amor de Dios, y den testimonio con sus vidas para que también ellos puedan conocer a Dios y a su inconmensurable amor. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de marzo de 2000 Queridos hijos, oren y aprovechen este tiempo porque es tiempo de gracia. Estoy con ustedes e intercedo ante Dios por cada uno de ustedes para que vuestro corazón se abra a Dios y al amor de Dios. Hijitos, oren incesantemente hasta que la oración se vuelva para ustedes alegría. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de abril de 2000 Queridos hijos, hoy también los invito a la conversión. Ustedes se preocupan demasiado de las cosas materiales y poco de las espirituales. Abran sus corazones y vuelvan a trabajar más en la conversión personal. Decídanse a dedicar cada día un tiempo a Dios y a la oración, hasta que la oración se vuelva para ustedes un encuentro gozoso con Dios. Solamente así la vida de ustedes tendrá sentido y contemplarán con alegría la vida eterna. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de mayo de 2000 Queridos hijos, con ustedes me regocijo y, en este tiempo de gracia, los invito a una renovación espiritual. Oren, hijitos, para que en ustedes habite el Espíritu Santo en plenitud, de modo tal que en la alegría sean capaces de dar testimonio a todos aquellos que están lejos de la fe. Hijos queridos, oren especialmente por los dones del Espíritu Santo, para que en el espíritu del amor estén, cada día y en cada situación, más cerca del hermano y superen toda dificultad con sabiduría y amor. Estoy con ustedes e intercedo por cada uno de ustedes ante Jesús. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de junio de 2000 Queridos hijos, hoy los invito a la oración. Quien ora no teme el futuro. Hijos queridos no lo olviden, estoy con ustedes y los amo a todos. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de julio de 2000 Queridos hijos, no olviden que están aquí en la tierra en camino hacia la eternidad y que sus moradas están en el Cielo. Por ello, hijitos, estén abiertos al amor de Dios y abandonen el egoísmo y el pecado. Que la alegría de ustedes esté sólo en descubrir a Dios en la oración de todos los días. Por tanto, aprovechen este tiempo y oren, oren, oren. Dios está cerca de ustedes en la oración y por medio de la oración. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de agosto de 2000 Queridos hijos, deseo compartir con ustedes mi alegría. En mi Corazón Inmaculado siento que son muchos los que se han acercado a mí y que, de manera especial, orando y convirtiéndose, llevan en sus corazones la victoria de mi Corazón Inmaculado. Deseo agradecerles y estimularlos a trabajar más para Dios y su Reino, con el amor y la fuerza del Espíritu Santo. Estoy con ustedes y los bendigo con mi bendición maternal. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de setiembre de 2000 Queridos hijos, hoy los invito a abrirse a la oración. Que la oración se vuelva alegría para ustedes. Renueven la oración en sus familias y formen grupos de oración, así experimentarán alegría en la oración y comunión. Todos los que oran y son miembros de grupos de oración, están abiertos a la voluntad de Dios en sus corazones y con alegría dan testimonio del amor de Dios. Estoy con ustedes, los llevo a todos en mi corazón y los bendigo con mi bendición maternal. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de octubre de 2000 Queridos hijos, hoy deseo abrirles mi corazón maternal e invitarlos a todos a orar por mis intenciones. Deseo renovar con ustedes la oración e invitarlos al ayuno, que deseo ofrecer a mi Hijo Jesús para la venida de un nuevo tiempo, un tiempo de primavera. En este año jubilar muchos corazones se abrieron a mí y la Iglesia se está renovando en el Espíritu. Me regocijo con ustedes y doy gracias a Dios por este don y los invito, hijitos, a que oren, oren, oren para que la oración se vuelva para ustedes alegría. Gracias por haber respondido a mi llamado.

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Del 25 de noviembre de 2000 Queridos hijos, hoy, cuando el Cielo está de manera especial cerca de ustedes, los invito a la oración, para que a través de la oración pongan a Dios en el primer lugar. Hijitos, hoy estoy cerca de ustedes y bendigo a cada uno con mi bendición maternal, para que tengan fuerza y amor para todas las personas que encuentren en su vida terrena y para que puedan dar el amor de Dios. Me regocijo con ustedes y deseo decirles que vuestro hermano Slavko ha nacido al Cielo y que intercede por ustedes. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de diciembre de 2000 Queridos hijos, hoy -cuando Dios me ha concedido estar con ustedes, con el pequeño Jesús en brazos- me regocijo con ustedes y doy gracias a Dios por todo lo que ha hecho en este año jubilar. Doy gracias a Dios especialmente por todas las vocaciones de aquellos que han dicho "sí" a Dios en plenitud. A todos los bendigo con mi bendición y la bendición de Jesús recién nacido. Oro por todos ustedes para que nazca la alegría en vuestros corazones y para que también en la alegría lleven ustedes la alegría que yo tengo hoy. En este niño les traigo al Salvador de sus corazones y a Aquel que los invita a la santidad de la vida. Gracias por haber respondido a mi llamado.

2001

Del 25 de enero de 2001

Queridos hijos, hoy los invito a renovar la oración y el ayuno, aún con mayor entusiasmo, hasta que la oración se convierta en alegría para ustedes. Hijitos, quien ora no teme el futuro y quien ayuna no teme el mal. Les repito una vez más: sólo con la oración y el ayuno hasta las guerras pueden ser detenidas, las guerras de vuestra incredulidad y de vuestro miedo por el futuro. Estoy con ustedes y les enseño, hijitos: es en Dios que está vuestra paz y vuestra esperanza. Por ello acérquense a Dios y pónganlo en el primer lugar en sus vidas. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de febrero de 2001

Queridos hijos, este es un tiempo de gracia. Por eso, oren, oren, oren hasta que comprendan el amor de Dios por cada uno de ustedes. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de marzo de 2001

Queridos hijos, hoy también los invito a abrirse a la oración. Hijitos, viven en un tiempo en que Dios les da grandes gracias, y ustedes no saben aprovecharlas. Se preocupan de todo lo demás, menos del alma y de la vida espiritual. Despierten del sueño cansado de su alma y digan a Dios con todas sus fuerzas, Sí. Decídanse por la conversión y la santidad. Estoy con ustedes hijitos, y los invito a la perfección de su alma y de todo lo que hacen. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de abril de 2001

Queridos hijos, también hoy los invito a la oración. Hijitos, la oración hace milagros. Cuando estén cansados y enfermos y no sepan cuál es el sentido de sus vidas, tomen el rosario y oren; oren hasta que la oración se vuelva para ustedes un encuentro gozoso con vuestro Salvador. Estoy con ustedes e intercedo y oro por ustedes, hijitos. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de mayo de 2001

Queridos hijos, en este tiempo de gracia los invito a la oración. Hijitos, trabajan mucho pero sin la bendición de Dios. Bendigan y busquen la sabiduría del Espíritu Santo para que los guíe en este tiempo, a fin de que comprendan y vivan en la gracia de este tiempo. Conviértanse, hijitos, y arrodíllense en el silencio de vuestro corazón. Pongan a Dios en el centro de vuestro ser, para que puedan en alegría testimoniar las bellezas que Dios les da continuamente en vuestra vida. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!

Del 25 de junio de 2001 XX Aniversario de las Apariciones

Queridos hijos, estoy con ustedes y los bendigo a todos con mi bendición maternal. Hoy especialmente, cuando Dios les da abundantes gracias, oren y busquen a Dios a través mío. Dios les da grandes gracias, por eso hijitos, aprovechen este tiempo de

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gracia y acérquense a mi corazón para que pueda conducirlos a mi Hijo Jesús. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!

Del 25 de julio de 2001

Queridos hijos, en este tiempo de gracia los invito a acercarse aún más a Dios a través de la oración personal. Aprovechen el tiempo de reposo y den a su alma y a sus ojos el reposo en Dios. Encuentren la paz en la naturaleza y descubrirán a Dios Creador, a quien podrán agradecer por todas las creaturas; entonces encontrarán gozo en sus corazones. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!

Del 25 de agosto de 2001

Queridos hijos, hoy los invito a todos a decidirse por la santidad. Que para ustedes, hijitos, la santidad esté siempre en primer lugar en sus pensamientos y en cada situación, en el trabajo y en las palabras. Así, la pondrán en práctica poco a poco, y paso a paso la oración y la decisión por la santidad entrarán en sus familias. Sean verdaderos con ustedes mismos y no se aten a las cosas materiales sino a Dios. Y no olviden, hijitos, que la vida de ustedes es pasajera como una flor. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 25 de setiembre de 2001

¡Queridos hijos! También hoy los invito a la oración, especialmente hoy cuando Satanás quiere la guerra y el odio. Yo los invito de nuevo, hijitos: oren y ayunen para que Dios les dé la paz. Testimonien la paz a cada corazón y sean portadores de paz en este mundo sin paz. Yo estoy con ustedes e intercedo ante Dios por cada uno de ustedes. Y no teman, porque quien ora no teme el mal y no tiene odio en su corazón. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!

Del 25 de octubre de 2001

Queridos hijos, también hoy los invito a orar con todo el corazón y a amarse los unos a los otros. Hijitos, ustedes han sido elegidos para testimoniar la paz y la alegría. Si no hay paz, oren y la recibirán. Por medio de ustedes y de su oración, hijitos, la paz comenzará a fluir en el mundo. Por ello hijitos, oren, oren, oren porque la oración obra milagros en el corazón de los hombres y en el mundo. Yo estoy con ustedes y doy gracias a Dios por cada uno de ustedes que ha acogido con seriedad la oración y la vive. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!

Del 25 de noviembre de 2001

Queridos hijos, en este tiempo de gracia los invito nuevamente a la oración. Hijitos, oren y preparen sus corazones para la venida del Rey de la Paz, de modo que con su bendición Él dé la paz al mundo entero. Ha comenzado a reinar la inquietud en los corazones y el odio rige en el mundo. Por eso, ustedes que viven mis mensajes sean luz y manos extendidas hacia este mundo sin fe, para que todos puedan conocer al Dios del amor. No lo olviden, hijitos, yo estoy con ustedes y los bendigo a todos. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!

Del 25 de diciembre de 2001

Queridos hijos, hoy los invito y los animo a la oración por la paz. Los invito especialmente hoy, cuando traigo en mis brazos a Jesús recién nacido, a unirse a Él por la oración y volverse un signo para este mundo sin paz. Anímense los unos a los otros, hijitos, a la oración y al amor. Que su fe sea para los otros un estímulo para creer más y amar más. Los bendigo a todos y los invito a estar más cerca de mi Corazón y del Corazón del Niño Jesús. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!

2002

Del 25 de enero de 2002

Queridos hijos, en este tiempo, mientras aún están mirando atrás, hacia el año pasado, los invito, hijitos, a mirar profundamente en sus corazones y a decidirse a estar más cerca de Dios y a la oración. Hijitos, ustedes están aún atados a las cosas terrenales y poco a la vida espiritual. Que esta invitación mía de hoy sea también para ustedes un estímulo para decidirse por Dios y por la conversión de cada día. No pueden convertirse, hijitos, si no dejan los pecados y no se deciden por el amor hacia Dios y hacia el prójimo. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!

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Otros Mensajes a los videntes

Aparición anual a Jakov del 25 de diciembre de 2001 En la última aparición diaria a Jakov Colo el 12 de septiembre de 1998, Nuestra Señora le dijo que de ahora en adelante tendría una sola aparición al año, cada 25 de Diciembre, el Día de Navidad. Y así sucedió también este año. La aparición comenzó a las 15.30 hs y duró 5 minutos. La Virgen dio el siguiente mensaje: "Queridos hijos, hoy cuando Jesús nace de nuevo para ustedes, de una manera especial, quiero invitarlos a la conversión. Oren, oren, oren por la conversión de sus corazones a fin de que Jesús pueda nacer nuevamente en todos y more en ustedes y venga a reinar en todo su ser. Gracias por haber respondido a mi llamado!" Apariciones a Marija del 12 y 13 de diciembre de 2001 (12 de diciembre) Dijo Marija, la vidente: Cuando llegó esta noche la Santísima Virgen le encomendé a todos los presentes y todas nuestras intenciones, las que tenemos en nuestros corazones. Y Nuestra Señora comenzó a rezar sobre nosotros, pero no oró por mucho tiempo. Hoy es la Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe. Nos bendijo, miró a cada uno de nosotros y dijo: "Vayan en paz, nos encontraremos mañana en el mismo lugar y a la misma hora". (13 de diciembre) En el momento de la aparición, encomendé a cada uno de nosotros y nuestras intenciones. Ella extendió sus manos sobre nosotros por un largo tiempo. Luego le pedí que nos bendijera y bendijese todos los objetos que habíamos traído. Ella así lo hizo. Y luego permaneció un poco tiempo con nosotros, le pregunté si tenía algo para decirnos. Ella sonrió y dijo: "No olviden que soy la Madre de ustedes y que los amo". Luego hizo el signo de la cruz y partió. Mensaje del 14 de diciembre de 2001 dado a Ivan en Medjugorje, en la Colina de las Apariciones. Ivan dijo que la Santísima Virgen llegó feliz y con tres ángeles. Como de costumbre, al comienzo de la aparición la Santísima Virgen saludó a cada uno con su saludo maternal y dijo: ¡Alabado sea Jesucristo, hijos queridos! Por un largo momento Nuestra Madre del Cielo oró sobre cada uno y los bendijo con su bendición maternal. Luego de eso, Ivan encomendó a los presentes y sus necesidades, las intenciones de sus familias y como siempre, especialmente a los enfermos. Luego, la Gospa dijo: Queridos hijos, aquí esta noche, nuevamente su Madre querría llamarlos de un modo especial, en este tiempo, tiempo de gracia, a comenzar a rezar en sus familias, rezar por sus hijos y a través de esta oración que todos se preparen para el gran día que está viniendo. ¡Hijos queridos, oren, oren, oren! Luego del mensaje todos rezaron juntos el Padrenuestro y el Gloria. Estando en oración, nuestra Madre dejó luego la señal de una cruz luminosa con las palabras: "Vayan en paz, mis hijos queridos".

Aparición a Ivan del 4 de octubre de 2001 (en un encuentro de oración en Boston (EEUU))

Ivan dijo que la Santísima Virgen llegó llena de gozo y extendió sus brazos sobre los presentes y oró durante un largo rato. Especialmente oró por los enfermos. La Virgen repitió sus mensajes de oración –particularmente por la paz- y la renovación de la oración en la familia. Ella dijo que Satanás ahora está fuerte y está atacando a las familias. Luego, Ivan explicó qué significa crecer en santidad: la paz es la piedra angular de la santidad y la oración es el vehículo para la paz. Ivan puso énfasis en la importancia que tiene la oración, preguntándose porqué habría la Madre de Dios continuar pidiéndonos oren, oren, oren si eso no fuese la cosa más importante para nosotros.

Aparición a Ivan del 14 de setiembre de 2001: Mensaje de la Gospa - Orar por la PAZ El siguiente mensaje fue dado a Ivan en la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, en la Colina de las Apariciones. 14 de septiembre, 2001 La reunión del grupo de oración de Ivan había comenzado a las 21:30 hs en el primer lugar de las apariciones en la Colina, no en la Cruz Azul. Muchas personas estaban presentes. Ivan tuvo la aparición de la Virgen a las 22 hs, y contó que la Santísima Virgen llegó muy triste, muy triste por sus hijos que en esta tragedia de EEUU perdieron sus vidas. Durante un largo tiempo oró sobre los presentes con los brazos extendidos y los bendijo a todos. Ivan luego encomendó a todos los presentes y sus necesidades. La Gospa dijo:

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"Queridos hijos, paz, paz, paz. Mis hijos queridos oren por la paz, oren junto a su Madre por la paz. Gracias por haber respondido a mi llamado" Todos rezaron con la Gospa el Padrenuestro y el Gloria. Después, la Gospa al irse dejó la señal de la luz y una Cruz diciendo: "Vayan en paz mis hijos queridos." Mensaje a Ivan del 7 de setiembre de 2001: Mensajes de PAZ Ante la tragedia que vive los EEUU y que todos compartimos, se vuelve mucho más claro y directo el mensaje que nuestra Madre, Reina de la Paz, le dio a Ivan en su aparición del pasado viernes 7 de setiembre. Fue a eso de las 11 de la noche en la Colina de las Apariciones. Luego de orar un largo rato sobre los presentes y por la paz en el mundo, la Santísima Virgen dio su mensaje: "También ustedes oren por la paz en el mundo".

Aparición anual de la Santísima Virgen a Mirjana Soldo el 18 de marzo de 2001 La aparición duró 5 minutos, desde las 9.45 hasta las 9.50 de la mañana. La Virgen bendijo a todos y dio un mensaje. Ella fue firme y clara en sus palabras. "Queridos hijos, hoy los llamo al amor y a la misericordia. Dense amor unos a otros así como el Padre de ustedes se los da. Sean misericordiosos (pausa) - con el corazón. Hagan buenas obras, no dejen pasar mucho tiempo para hacerlas. Cada obra de misericordia que viene del corazón los acerca más a mi Hijo".

Enero 1 de 2001, aparición a Marija en la Colina de las Apariciones (Podbrdo)

Esta noche, cuando vino Nuestra Señora, yo les encomendé a todos nosotros, nuestras intenciones, y a todos los enfermos aquí presentes. Nuestra Señora oró sobre nosotros y nos bendijo. Ella estaba regocijante y vino con cinco ángeles. Nos dio un mensaje: “Esta noche deseé, especialmente, que ustedes estuvieran aquí. De modo especial ahora, cuando Satanás está libre de las

cadenas, los invito a que se consagren a mi Corazón y al Corazón de mi Hijo. Particularmente ahora, hijos míos queridos, los invito a que estén cerca de mí por medio de vuestras oraciones. A todos los bendigo con mi bendición maternal.” Y nos bendijo a todos con el signo de la Cruz diciendo: “Vayan en paz, hijos míos queridos”.

Mensaje dado a Jakov el día de la Navidad de 2000

Desde el año 1998 en que Jakov Colo recibió el último secreto, las apariciones para él son en el día de Navidad. Hoy la aparición comenzó a las 15.20 hs y duró 10 minutos. La Virgen llegó llena de gozo con Jesús Niño en sus brazos. Bendijo a todos y dio el siguiente mensaje: "Queridos hijos, hoy cuando Jesús nace y por su nacimiento trae inconmensurable alegría, amor y paz, yo los llamo, especialmente, a que le digan su “sí” a Jesús. Abran sus corazones, para que Jesús entre en ellos, venga a habitar en ellos y comience a obrar a través de ustedes. Sólo así podrán comprender la verdadera belleza del amor de Dios, de su alegría y su paz. Hijos queridos, regocíjense en el nacimiento de Jesús y oren por todos aquellos corazones que no se han abierto a Jesús para que así Jesús pueda entrar en cada uno de sus corazones y pueda empezar a obrar a través de ellos, de este modo cada persona será un ejemplo de la verdadera persona por medio de quien Dios opera".

Del 18 de marzo de 2000 a Mirjana

Queridos hijos, no busquen vanamente la paz y el bienestar en cosas y en lugares equivocados. No dejen que sus corazones se endurezcan amando la vanidad. Invoquen el nombre de mi Hijo. Recíbanlo en el corazón. Sólo en el nombre de mi Hijo experimentarán el verdadero bienestar y la verdadera paz del corazón. Solamente así conocerán el amor de Dios y lo difundirán. Los invito a que se vuelvan mis apóstoles.

Del 2 de enero de 2000 a Mirjana

Nunca como hoy mi corazón pide vuestra ayuda. Yo, vuestra Madre, ruego a mis hijos para que puedan ayudarme a realizar aquello por lo que el Padre me ha enviado. Él me ha enviado en medio de vosotros porque su amor es grande. En este tiempo grande y santo en el que habéis entrado, orad de un modo especial por aquellos que no han sentido el amor del Señor. Orad y esperad.

Del 25 de diciembre de 1999 a Jakov

Queridos hijos, hoy, aniversario del nacimiento de mi Hijo, en tanto mi corazón está pleno de un gozo inconmensurable, los invito a todos con amor a la completa apertura y al completo abandono en Dios. Expulsen todas las tinieblas del corazón y dejen que la luz y el amor de Dios penetren en sus corazones y permanezcan siempre. Sean portadores de la luz de Dios y de su amor a todos

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los hombres de modo que, en ustedes y por medio de ustedes, todos puedan experimentar la verdadera luz y el verdadero amor que sólo Dios puede dar. Los bendigo con mi bendición maternal.

Del 18 de marzo de 1999 a Mirjana

¡Queridos hijos! Deseo que me entreguen sus corazones para conducirlos por el camino que lleva a la luz y a la vida eterna. No quiero que sus corazones se extravíen en la oscuridad del presente. Los ayudaré. Estaré con ustedes en ese camino para que puedan descubrir el amor y la misericordia de Dios. Como Madre les ruego que me lo permitan. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 18 de marzo de 1997 a Mirjana

Queridos hijos, como Madre les ruego que no continúen por el camino que han tomado. Este es un camino sin amor por el prójimo y por mi Hijo. Sobre este camino sólo han de encontrar dureza y vacío en el corazón, y no la paz a la que todos anhelan. Solamente aquel que ve en el prójimo a mi Hijo y lo ama es quien tendrá la paz verdadera. Aquel que deja que mi Hijo reine en su corazón sabe qué es la paz y la seguridad. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Del 2 de marzo de 1997 a Mirjana

Queridos hijos, rueguen por sus hermanos y hermanas que aún no han encontrado el amor del Padre, por aquellos para quienes la vida en la tierra es muy importante. Ábranle sus corazones y vean en ellos a mi Hijo que los ama. Sean mi luz e iluminen a todas las almas en las que reinan las tinieblas. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Mensajes sobre el futuro

Las profecías acerca del futuro están contenidas en los secretos. Sin embargo, los mensajes advierten acerca del tiempo inmediato. Así, por ejemplo el 25 de julio de 1990: "Queridos hijos, os invito a la paz. He venido aquí como Reina de la Paz y deseo que os enriquezcáis con mi paz materna. Queridos hijos, os amo y deseo guiaros a todos hacia la paz que sólo Dios puede dar y que enriquece a cada corazón. Os invito a que os volváis portadores y testigos de mi paz en este mundo sin paz. Que la paz reine en todo el mundo, que está sin paz pero que ardientemente la desea. Os bendigo con mi bendición materna. Gracias por haber respondido a mi llamado."

A todos los que siguen los mensajes de Medjugorje les resultó muy extraño que la Virgen mencionase tantas veces la palabra "paz". Alrededor de dos semanas después ¡Sadam Hussein invadía el Kuwait!

El 19 de octubre de 1985, todos notan que Mirjana está profundamente triste después de la aparición. La razón es que la Virgen le ha hecho ver, como si se tratase de un film, la realización del primer secreto, que es un aviso. "El aviso es muy doloroso", dice la vidente. Cuenta que le había hecho dos preguntas a la Virgen: "Este aviso ¿vendrá pronto?" Recibiendo la respuesta afirmativa de la Virgen. "Pero, ¿cómo Dios puede tener entonces un corazón tan duro?" La Virgen contestó: "No, no es el buen Dios que tiene el corazón duro; sois vosotros los que tenéis endurecido el corazón. Mira a tu alrededor y daos cuenta de ¡cuántos y qué horribles pecados cometéis diariamente!" Luego, dice Mirjana, la Virgen se mostró muy afligida por los incrédulos. En tanto, nos invita a la conversión, aprovechando este período de gracia y misericordia. Después del aviso vendrá un tiempo de prueba muy doloroso.

En sus apariciones anuales, la Virgen suele recordarle los secretos a Mirjana. En una de esas ocasiones dijo: "Los cinco grandes acontecimientos están muy cerca. Conviértanse y digan a la gente que no tengan miedo. Para quien cree, la muerte no es una tragedia; es un paso a una vida más bella."

También, no hace mucho, nos recordó: "dentro de poco añorarán los mensajes que les estoy dando."

El mundo y la Iglesia están atravesando el momento más difícil en la historia de la humanidad, y también el más hermoso, cuando más gracias se están derramando. Este es el tiempo de las visitas de María, como nunca antes ocurrió. Además, así lo hizo saber en Medjugorje, éstas son sus últimas apariciones en la tierra.

Mirjana deberá decirle a Padre Petar los secretos con diez días de antelación. Luego ambos ayunarán durante siete días. Finalmente, tres días antes el sacerdote lo dará a conocer al mundo.

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Es nuevamente Mirjana quien dice: "Yo que conozco todos los secretos, cuando veo a personas que hacen lo que no deben hacer, me dan ganas de llorar."

En 1985, en el curso de una entrevista, dice Ivan: "Y no tendré sosiego hasta que haya gritado a todos y con todas las fuerzas de mi ser, las palabras de la Madre de Jesús: ¡Este es el último tiempo para que se conviertan antes que sobre ustedes se derramen

las catástrofes!"

El Padre Slavko dice que en cuanto a todo lo que pueda venir de malo para la humanidad, no hay que prestar mucha atención a ello. Los videntes están tranquilos (y agregamos que se casan, así ya lo hicieron Ivanka, Mirjana, Marja, Ivan y Jakov). Ellos dicen: "Dios es mi Padre". Por eso no se debe hablar tanto de castigos, sino de fe, de amor, de reconciliación, de esperanza y de triunfo de María.

Mensajes a sus hijos sacerdotes

Entre los mensajes de los días 25, el siguiente menciona específicamente a los sacerdotes:

Del 25 de agosto de 1997

"Queridos hijos, Dios me concede este tiempo cual don para ustedes, para que pueda instruirlos y conducirlos en el camino de la salvación. Ahora, hijos queridos, ustedes no comprenden esta gracia pero pronto ha de venir el momento en el que añorarán estos mensajes. Por ello, hijitos, vivan todas las palabras que les he dado en este período de gracia y hagan revivir la oración hasta cuando ella se vuelva alegría. Invito de manera particular a todos los que se han consagrado a mi Corazón Inmaculado a que sean ejemplo para los otros. Invito a todos los sacerdotes, religiosos y religiosas a rezar el Rosario y a enseñar a los otros a orar. Hijitos, el Rosario es particularmente importante para mí. Por medio del Rosario es que ustedes me abren sus corazones y yo puedo ayudarlos. Gracias por haber respondido a mi llamado."

Fuera de los mensajes que da desde Medjugorje a todo el mundo los días 25, hay otros:

Los que dio no sólo a Marja (quien tiene como misión aquellos mensajes) sino a otros videntes de Medjugorje, principalmente a Jelena, dirigidos a algunos sacerdotes en particular (casos del P. Slavko o del P. Tardif) o a todos en general como respuesta a preguntas que se le hacían. A continuación transcribimos algunos:

"Los sacerdotes deben visitar a las familias, en particular aquellas que ya no practican y se han olvidado de Dios. Los sacerdotes deben llevar el Evangelio de Jesús a la gente y enseñarlos a orar. Ellos mismos también deben orar y ayunar más, y deben dar a los pobres lo que ellos no necesitan." (30/5/84).

(¿Qué le dices a los sacerdotes y religiosos?) "Que sean fuertes en la fe y que protejan la fe de su pueblo." (¿Quieres dar una señal para los sacerdotes?) "Que tomen el Evangelio y entenderán todo." (Este mensaje fue dado al inicio de las apariciones)

(En otra oportunidad les dijo) "Diríjanse al corazón. Las palabras no bastan, vayan hacia el corazón."

"Sé que en ésta y en todas las parroquias pueden orar 4 horas por día, pero aún no lo entienden porque viven solamente para el trabajo." (A propósito de la parroquia Santiago Apóstol de Medjugorje. Este también ha sido uno de los primeros mensajes. El actual programa parroquial de dos rosarios (gozosos y dolorosos) antes de la Misa vespertina, del rosario de la paz (los 7 PN, Ave y Gloria) al final de la Misa, y a continuación la oración para los enfermos y los misterios gloriosos, que se repite todos los días excepto los jueves cuando a la Misa sigue la hora de adoración eucarística; así como la adoración eucarística de los miércoles y sábado por la noche y la adoración a la cruz todos los viernes por la noche; todo ese programa se realiza a pedido de la Santísima Virgen).

"No sólo se vive de trabajo sino también de oración." (Mensaje dirigido a los sacerdotes)

(En el día de la Anunciación) "Hoy delante de Dios digo mi 'sí' por todos ustedes. Lo repito: digo mi 'sí' por todos ustedes."

(Marja le pregunta a la Sma. Virgen qué les pide a los sacerdotes y obtiene la respuesta siguiente) "Los exhorto a todos a la oración del rosario. Inviten a esta oración. Será con el rosario que vencerán todas las dificultades que satanás opone a la Iglesia. ¡Recen, sacerdotes, el rosario! ¡Encuentren el tiempo necesario para el rosario!" (25/6/85).

(A sacerdotes venidos de Liverpool) "Prediquen estos mensajes, Hablen de los hechos de Medjugorje. Continúen creciendo en sus oraciones." (29/9/83).

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(Ante una pregunta de Ivan acerca de los sacerdotes) "Hay que decirles que yo transmito al mundo el mensaje de Dios desde siempre. No creer es realmente un pecado. La fe es vital elemento, pero no se puede obligar a nadie a creer. La fe es el fundamento del que todo deriva." (31/12/81)

"Deseo que el Padre Slavko se quede aquí, que guíe la vida parroquial y que recoja las noticias para que a mi partida quede una imagen de todo lo que sucedió. Ahora oro por Slavko y por todos los que trabajan en esta parroquia. (3/2/85)

(A los sacerdotes del Movimiento Sacerdotal Mariano) "Un mensaje para ustedes y para todos los que me aman. Hijos queridos, oren incesantemente y pidan al Espíritu Santo que siempre los inspire. En todo lo que pidan, en todo lo que hagan, busquen sólo la voluntad de Dios." (13/10/84)

(Mensaje que la Virgen dio para el padre Emiliano Tardif, sacerdote canadiense de la Renovación Carismática Católica, que estaba en Medjugorje.) "Debe difundir mis mensajes por todo el mundo. Que al centro de sus esfuerzos esté Jesús, y ¡sólo Jesús!" (23/8/83).

"Para la curación de los enfermos es muy importante hacer las oraciones siguientes: el Credo, 7 Padrenuestros, 7 Avemarías y 7 Glorias, y ayunar a pan y agua. Está bien imponer las manos sobre los enfermos. Está bien ungirlos con óleo santo. No todos los sacerdotes tienen el don de sanación. Para despertar este don debe el sacerdote orar con perseverancia y creer firmemente." (25/7/82).

"Con la oración se obtiene todo" (mensaje dirigido a unos seminaristas. 13/2/82).