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PSICOLOGIA GENETICA

Merani, Alberto - Psicología Genética

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  • PSICOLOGIA GENETICA

  • L. MERANI

    PSICOLOGIA GENETICA

    PRIMERA EDICION

    TRATADOS y

    ti ~ EDITORIAL GRIJALBO, S. A.

    Mxrco, D. F., 1962

  • @ 1962 por Editorial Grijalbo, S. A. Avenida Granjas, 82. Mxico, 16, D. F .

    Reservados todos los derechos. Este libro no puede ser reproducido, en todo o en parte,

    en forma alguna, sin permiso.

    IMPRESO EN MEXICO

    PRINTED IN MEXICO

  • INDICE GENERAL

    ~FACIO . . . ~ . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 9

    Prir:iera parte

    ETAPAS Y FORMAS DEL DESARROLW PSIQUICO

    ~PTuLo I: EL HOMBRE, FENMENO BIOPscosocIAL . . . . . . . . . . . . . . 15 Definicin. Paralelismo entr lo fsico y lo psquico. Recapitulacin ontofilogentica. Paralelismo psicosoclolgico. Enfoque psicogentico. El hombre, fenmeno biopsicosocial.

    l=&PTULO II: CRECIMIENTO .Y DESARROLLO ........... .. ..........

    Definicin. Etapas y formas del crecimiento. Fisiologa del crecimiento. Relaciones entre crecimiento somtico y desarrollo psquico. La cons-titucin individual.

    "'PTULO III: EvoLUCIN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO Integracin nerviosa y niveles funcionales. Evoiucin funcional y ner-viosa del feto humano. La evolucin nerviosa despus del nacimiento. Las estructuras cerebrales y sus posibilidades.

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    iJu>fruLo IV; . RGAN.ISMo, MEDIO y PSIQUISMO . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55 Sinergia funcional y equilibriq orgnico. Influencia del pasado: especie e individuo. Cuestiones generales de adaptacin. Adaptacin mental del individuo y de la especie al medio natural y social.

    Segunda parte

    LA EDAD EVOLUTIVA

    INFANCIA .................... .._ ............ - ...... .

    El nio y el adulto. Razn del desarrollo psquico. Del acto y el efecto a la actividad ldica. Las disciplinas mentales. Edades de la infancia.

    iru>fruLo VI: PuBE~ ............................ , . . .. .. . . Ruptura del equilibrio individuo-medio. Crecimiento y biosexuaiidad.

    Goce de la intero y propioceptividad. La evolucin del pensamiento.

    .................. .. ... : . . ....... . Definicin. Sentido y valor de la "crisis" de la adolescencia. Descubri-miento del mundo. Hacia una personalidad cristalizada. Erotismo, sexua-lidad, amor. Sentimientos sociales. Pasaje a la juventud y a la edad adulta.

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  • 6 INDICE GENERAL

    Tercera parte

    ORIGENES DE LA SOCIABILIDAD

    CAPTULO VIII: LA ACTIVIDAD PROPIOPLSTICA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 111 Definicin. Origen y mecanismo de las emociones. Expresin de las emociones. La mmica y la imitacin. Las pasiones.

    CAPTULO IX: SOCIEDADES ANIMALES y SOCIEDADES HUMANAS Definicin. Interatraccin e interaccin; Niveles de integracin. Conse-cuencias del agrupamiento social. Sociedades animales y sociedades humanas.

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    CAPTULO X: MANO, CEREBRO y SOCIEDAD .. ' .. .... . . .... . ... . . 134 Definicin. Praxis y evolucin. Trabajo y conocimiento. Conservacin del instrumento y evolucin mental.

    CAPTULO XI: HERENCIA y DESARROLLO PSQUICO . . . . . . . . . . . . . . 146

    Definicin. Somaciones y mutaciones germinale~. Ambiente y seleccin. La herencia psicolgica.

    Cuarta parte

    LOS INSTRUMENTOS INTELECTUALES

    CAPTULO XII: LA ACTIVIDAD SENSOMOTRIZ ... ' . . . . . . . . . . . 159 Definicin. Organizacin y movimiento. La accin sobre el mundo ex-

    , terior. Reacciones senstivomotrices. Conductas instintivas e intelectuales.

    GwTULO XIII : DEL ESTMULO AL CONOCIMIENTO . . . . . . . . . . . . . 171 Diferenciacin y progreso de la actividad sensorial. La percepcin del

    espacio. De la sensacin a la palabra. Comportamiento y grados dei conocimiento.

    CAPTULO XIV: LA ADQUISICIN SIMBLICA: EL LENGUAJE . . . . . . . . . 181 Origen psicobiolgico del lenguaje. De la onomatopeya a la palabra articulada. Adquisicin individual de la lengua. Lenguaje y cono-cimiento.

    Quinta parte LA VIDA EN. SOCIEDAD

    CAPTULO XV: LA VIDA SEXUAL y AMOROSA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 195 Definicin. Hambre sexual. Equilibrio interno y externo. La "vocacin" amorosa. La palabra amorosa. El condicionamiento social. La esperan-za amorosa. Evolucin sexual y afectiva de la mujer. Equilibrio biol-gico y sed de ternura.

    CPTULO XVI : LA FAM.I'LIA, LA EDUCACIN y LA, PROFESIN . . . . . . . . . 211 Definicin. Estructura cultural de la familia humana. La familia como institucin. Educacin y familia. Adaptacin a la vida escolar. Profesin y organizacin social. Orientacin y seleccin profesionales,. organiza-cin del aprendizaje y racionalizacin del trabajo.

  • INDICE GENERAL

    CULTURA, CIENCIA Y EDUCACIN Definicin. Qu son los valores culturales? Qu son los valores cien- tficos? Relacin entre valores culturales y cientficos en la educac,in.

    Sexta Parte

    EDADES DEL HOMBRE

    GNESIS Y FRMAS DE LA PERSONALIDAD Definicin. Gnesis de la personalidad. El problema de las constitu-ciones. Personalidad y libertad.

    iJu>fruLo XIX: INVOLUCIN Y msoLucIN Definicin. Signos de senilidad. Senectud, seilidad y presenilidad. Esterilizacin de las actividades mentales y prdida del sentimiento cro-nolgico. Actitudes frente a la muerte.

    .. ... . ....... . .... . . -. .. . . . . .. . ....... . ...... .. .

    DE NOMBRES

    DE MATERIAS ......... . .... . ...... . ..

    . ............ . .. .. ..

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    . 235

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  • PREFACIO

    LAs CIENCIAS HUMANAS conocen actualmente un favor que no es producto de la moda, sino consecuencia natural de la situacin en que el mundo se encuentra. La psicologa, como eje de todas ellas, est en plena valorizacin y reconstruccin; de apenas dos o tres decenios a esta parte, muchos de sus arcanos se han abierto a la investigacin, y la clsica postura del psiclogo de gabinete, entregado a la introspecci!l. como nico mtodo y al anlisis de testimonios literarios como sola fuente, as como el afn iconoclasta del expe-ri!nentador que tras fas huellas de Wundt se aboc a la medicin matematizante, pretendiendo explicar el fenmeno psquico por medio de ecuaciones y coor-denadas, han cedido a la bsqueda paciente, racional, de causas y consecuen-cias a travs de la evolucin de la especie y del individuo, de sus interacciones con el medio natural y social.

    Un concepto evolutivo y gentico, dinmico y .dialctico, prende las mlti-ples facetas del Proteo mental para explicar al hombre en funcin de los hombres, a stos en razn de la biologa y la histqria. Los compartimientos estancos de las especializaciones se han resquebrajado, y si bien continan siendo imprescindibles como norma de trabajo, la necesidad de sntesis ha superado los resultados parciales, por admirab.les que fuesen, porque a la altura de nuestros conocimientos en todas las ramas del saber las partes ni-camente pueden ser comprendidas en funcin del todo, y ste como fnmeno en constante devenir ..

    La psicologa es ahora una ciencia de sntesis; sus resultados se apoyan en todos los hallazgos. Sin ser extraa a la biologa y a la fsica, a la histo-ria y a la filosofa, pasando por los dems campos del saber y de la cul-tura, confronta la realidad humana como efecto y causa a la vez. Sin ' duda tal situacin impone al psiclogo responsabilidades y deberes distintos de los del fils0fo, del educador, del socilgo y del mdico. Al filsofo corresponde encontrar, dentro de las condiciones de existencia, un sentido a la vida; al ,educador, encender la llama de un ideal y hacerlo amar por los jvenes lo suficiente para que P!Jeda inspirar sacrificios o constituir una norma de vida. Al socilogo, ensear a todos la manera de ser eficaz . . El mdico debe aplicar en el momento oportuno medidas para que la salud no resulte alterada. Mas tambin existen deberes psicolgicos para ellos porque sus quehaceres apuntan a todos los momentos, a todas las actividades de los hombres, y all donde stos se desenvuelven deben estar presentes. Como la raz de las difi-cultades o xitos humanos concierne a lo ms singular de su esencia, a la vida psquica, o repercuten en ella, ~odos deben conocer la psicologa.

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  • 10 PREFACIO

    Ya es lugar comn decir que el mal del mundo de hoy se llama miedo, odio, clera, aburrimiento; demasiado se ha insistido sobre la "angustia vital", con olvido de que si esas entidades existen, y existieron sien:ipre bajo otras denominaciones o con otra intensidad, es porque si las condiciones hacen a los hombres, nunca la humanidad las tuvo humanas y representan el camino ancho de la alienacin en su ms amplio sentido. En tanto haya hambre, ignorandia, desequilibrio del hartazgo y la miseria, la psicologa ser para los males del hombre un sucedneo similar a los calomelanos y al jaborand para la medicina de hoy. Sin duda la mayora de estos deberes y responsabi-lidades ataen a otros ms que al psiclogo, pero en tanto el da venga, y vendr, el hombre de nuestra poca, momento histrico de transicin, requiere atencin ms compleja que no podr lograrse sin que los estudiosos se interesen directamente por la psicologa . .

    Y sin irnos hacia el futuro, sin bu"'cear en las implicacfomes que configuran el hecho humano, ocuparse del hombre comporta siempre un acto psicol-gico. No basta llegar a una solucin ideal de los problemas sociales, no es suficiente indicar la norma adecuada, es necesario aplicar el procedimiento, y ste, filosfico, pedaggico, sociolgico o poltico, supone tanto conocer las ms diversas reacciones del hombre, las diferencias individuales y propiamente psicolgicas, como modelar la existencia a travs de un rgimen que no slo es un conjunto de prescripciones, de voluntades aunadas, sino una manera de vivir.

    Pero una "manera de vivir" no depende nicamente de la voluntad, de las directivas que se dan, sino de las circunstancias que moldearon al indi-viduo, que lo acogen en este momento, y las que lo recibirn en el futuro. Estas circunstancias son tanto de la especie, ms precisamente del gnero H omo al que perteneoemos, como de la sociedad en que vivimos, que nos modela y a la cual modelamos con nuestra accin. La r.elacin dialctica de ambos factores ofrece el ejemplo de cmo de la cantidad nace la cuali-dad: el fenmeno psquico como realidad sustancial de lo humano. Y este fenmeno preside cualquier acto en que est presente la esencia humana, principio y fin de la actividad dirigida hacia el hombre, por el hombre y para el hombre.

    Comprender al ser humano significa ahondar en la esencia y significado de cada una de las edades del hombre, de las etapas y periodos que las com-ponen. La tarea, sin embargo, no se agota con ello; lejos de eso, ni siquiera se logra con la descripcin fenomenolgica, porque a diferencia del animal, cuyas transformaciones siguen el carril biolgico, nuestra especie ha trasla-dado el centro de gravedad de su evolucin al plano social. Si bien los orgenes son comunes, el desarrollo de mano, cerebro y lenguaje, causa y efecto a la vez, productos del vivir en sociedad y razn de nuestra sociabilidad, traslada el baricentro a la historia y modifica en su estructura ntima la trabazn de la vida psquica. Por lo dems, la razn, fen6~eno humano por excelencia, orien-ta la praxis y otrga a la actividad humana capacidad para transformar las circunstancias segn las necesidades. La historia hace al hombre, y ste hace a la historia.

  • PREFACIO 11

    Dominar estas interacciones en toda complejidad, captarlas en los cambios suc;esivos que hacen de cada persona un ser singular que no se repite, es cuestin de mtodo, y en ello asienta el valor primero de la nueva corriente gentica que se impone en. psicologa, as como de la pretensin de originali-dad de este libro. Superar la heterogeneidad de los diferentes niveles de exis-tencia, asentar que la vida no es algo inerte y estable, postular como conse-cuencia de la evolucin el pasaje de una forma a otra, sin poner en duda la utilidad de definiciones conceptuales, significa manejar la herramienta dialctica implcita en la investigacin contempornea; y sin escindir al hom-bre en dos, segn sea considerado su ser corporal o espiritual, estudiarlo a travs de ambas facetas como cualidad y causalidad recprocas,

    Si como autor nos arror:amos una pretensin, es la de haber llevado a sus ltimas consecuencias lo que ya fuera norma en nuestras obras anteriores y que destaca Henri Wallon al escribir sobre ellas: "He podido admirar la exactitud de la informacin y la amplit11d de las perspectivas. He encontrado las ideas y los ~todos que me paree.en fecundos, entre otros el manejo de la dialctica."

    Noblesse oblige, y obligados estamos al viejo y sabio profesor del College de France, que distinguiera con un prefacio a nuestra Introduccin a la psico-loga infantil. Que estas pginas, profondamente inspiradas en sus enseanzas y ejemplo, sean nuestro homenaje para quien la psicologa contempornea tiene la mayor de las deudas.

    ALBERTO L. MERAN!

  • Prin.iera parte

    ETAPAS Y FORMAS DEL DESARROLLO PSIQUICO

  • CAPITULO PRIMERO

    EL HOMBRE, FENOMENO BIOPSICOSOCIAL

    Definicin. Paralelis'mo entre lo fsico y lo psq~ico. Recapitulacin onto-filogentica. Paralelismo psicosociolgico. Enfoque psicogentico. El hombre,

    fenmeno biopsicosocial.

    La idea de hombre, la procedencia de ste, su puesto en el cosmos y su destino final como individuo y especie, han sido desde el alba de la historia punto neurlgico del filosofar. El hecho de que represente al nico ser vivo capaz de reflexionar sobre la propia esencia y valor le confiri diversas pre-eminencias dentro de las jerarquas del pensamiento. Las primeras cosmolo-gas, concepcidnes teolgicas o filosficas acerca del mundo y sus problemas, se ocuparon ms de la estructura del universo que de la posicin del hom-bre en el mismo y procuraron, a travs de aqulla, explicar a ste. Se le convirtiese con Protgoras en el H omo mensurai, el hombre medida de todas las cosas, "de las que son en tanto que son y de las que no son en tanto que no son", o con Scrates, en el objeto ms directo de la preocupacin filo-~fica, preguntar por el hombre es interrogar sobre las cosas porque es, en ltima instancia, una de las cosas, aunque sea la que dice lo que son las dems y ella misma. '

    Con el advenimiento del cristianismo, el problema sufre un giro de no-venta grados para la cultura occidental; la concepcicSn grecorromana resulta "1fi!trada, transmutada por elementos orientales, y el hombre deja de ser una icosa, un objeto, para transformarse en sujeto. Se le concibe como fin supremo de la creacin, algo que est en el mundo y trasciende al mundo, y cuya twopia esencia, a travs de la reencarnacin del Hijo de Dios, concreta lo ~o. No cabe entonces deducir la esencia del hombre de la esencia del toiverso, pues se confunde con Dios mismo y nicamente corresponde ave-taguar el significado des.u pasaje temporal por el mundo; la historia se ocupa. llcl puesto del hombre en el cosmos, la teologa de su origen, la filosofa de su f"malidad, y las tres explican, a travs del hombre, cmo y por qu se jus-~ca el mundo. El hombre se convierte en "ciudadano de dos mundos", que IB;ila entre lo finito y lo infinito, que une a su inmensa miseria, represen-llada por la adscripcin a este mundo, una inmensa grandeza dada por la f,mortalidad del alma y la posibilidad de alcanzar, los elegidos, la visin ltPiterna de Dios. "La naturaleza del hombre -escribir Pascal- se con-liidera de dos maneras: una segn su fin, y entonces e-s grande e incomparable;

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  • 16 PSICOLOGIA GENETICA

    otra segn la muchedumbre, ~orno se juzga de la naturaleza del caballo y del perro por su carrera, y entonces es abyecto y vil. He aqu los dos caminos que hacen juzgar del hombre tan diversamente y que 'hacen discutir tanto a los filsofos."

    La filosofa moderna, sin desechar por completo la idea judaicoaristotlica del hombre, asentada por el cristianismo, retoma en parte la cosmovisin antigua y lo considera como el ser pensante por excelencia, como la razn que explica el mundo y se comprende a s misma. Por la primera y a travs de su trascendencia cobra carcter histrico, distinguindose de los dems seres y cosas; por la segunda, vuelve a ser cosa entre las cosas, una sustancia ms en el universo, compartiendo de tal manera la dualidad que encarna lo divino y lo demonaco. Todava Goethe, en su Fausto, pudo hacer girar la

    esencia de lo humano en torno de este conflicto. La irrupcin del materialismo diaictico, los progresos en el conocimiento

    cientfico del fenmeno vida, terminaron contemporneamente por indepen-dizar la definicin del hombre del dualismo que escindiera su personalidad, y de fin trascendente, de justificacin para la existencia del universo, des-ciende nuevamente a la categora de cosa entre las cosas, pero de cosa sui generis, peculiar, por ser la nica capaz de pensar acerca de su esencia y de elaborar, a travs de la accin, su propio destino .

    *

    Si bien tcitamente todas las filosofas han terminado por considerar al hombre como ser natural, el conflicto entre su esencia inmanente y trascen-dente subsiste en las disciplinas que se suelen agrupar bajo el marbete comn de '"conocimiento del hombre": psicologa, antropologa, caracterologa, etc., expresndose en la doctrina del paalelismo psicofsico que, con matices y gradacion-es ms o menos atenuados o disimulados, cobra nuevo cuerpo en la moderna psicosomtica analtica, y si bien pierde profundidad conceptual no deja de ahondar en la clsica escisin bajo el aspecto prctico al quitar al hombre autonoma como ser pensante, y asentar la premisa de un irracio-nalismo biolgico que lev'anta barreras insalvables entre la conciencia y el mundo, entre su destino y la capacidad para forjarlo. El hombre depende en ltima instancia de la historia, pero es incapaz de hacer historia, tanto en lo breve de la existencia personal- como en lo infinito de la colectiva. Vive de acuerdo con las circunstancias, las pone en marcha a veces, pero nunca las crea o las modifica.

    El paralelismo psicofisiolgico representa un compromiso entre materia-lismo e idealismo; comparte con el primero el concepto de evolucin aplicado a la materia, y sostiene con el segundo la trascendencia e incognoscibilidad del acto de pensar. Nada se le puede objetar como hiptesis general de que a todo fenmeno psquico corresponde un conjunto de fenmenos biolgicos o, ms explcitamente, neurocerebrales. Es demasiado evidente que si para una correcta funcin fisiolgica debe existir sinergia funcional de los rganos, para una correcta expresi:q del , pensamiento debe preexistir una armona

  • .EL HOMBRE , FENOMENO BIOPSICOSOCIAL 17

    entre la actividad del sistema nervioso superior y la actividad psquica. La neuropat6loga y la psicopatologa informan de las desviaciones que uno u otro sentido, y siempre revelan consonancia entre lo orgnito y lo psquico.

    Si enfocado en su totalidad el paralelismo psicofisiolgco aparece como definicin general de la relacin entre soma y psiquis, como hiptesis es tan amplio que implica interpretaciones metafsicas y psicolgicas. En el primer caso se supone la existencia de una correspondencia entre materia y espritu, por el hecho de que ambos se consideran modos de la extensin y del pen-samiento, modos finitos de los atributos de la sustancia nica e infinita que es Dios, como formulara Spinoza hace siglos. En el plano psicolgico encon-tr su ms acabado expositor en F~chner, quien supone la correspondencia fisicopsquica y llega a admitir inclusive la relacin de causalidad o la accin recproca, explicando esta correspondencia mediante el ejemplo ya clsico de la esfera cuya cara es a la vez cncava y convexa, y resulta modificada en ambos aspectos al alterarse uno de los lados.

    Planteada la cuestin a la luz de la psicologa contempornea, o ms pre-cisamente de la psicologa gentica, resulta relativamente fcil sealar un paralelismo estricto en el primer ao de vida, periodo en que la actividad . pquica se distingue por su carcter eminentemente organoafectivo, y en el cual los lmites entre reacciones bi9lgicas de base y psquicas propiamente dichas aparecen es:J:umados, imprecisos, y el fenmeno de la reaccin circular (vid. cap. V) caracteriza la actividad conativa. Mas, en cu';i.nto llega a la esta-cin erecta que cambia el eje de equilibrio del cuerpo, y a los comienzos de la deambulacin que transforma las relaciones del individuo con el mundo it:xterior, se inicia un complicado proceso de maduracin nerviosa, con el cual la funcin de la corteza cerebral gana paulatinamente en complejidad hasta que alcanzan los hemisferios su completa organizacin neurocitoarqui-lliectnica. La creciente nivelacin crongena de las funciones nerviosas, que llesemboca en la cerebracin, el establecimiento de los procesos corticales de llccin e inhibicin, las ligazones o bahnung entre las diferentes reas funcio-nales de la corteza, y los procesos fisicoqumicos que acompaan acciones y

    ~ciones excluyen, de antemano, toda asimilacin esquemtica y global mmo propugna el paralelismo psicofisOlgico. Resulta imposible suponer 'ac-itiones directas, establecer un "vocabulario" de equivalencias fsicas y psquicas, ,-=eptar la frmula de que el rgano es al pensamiento como la plvora a la pq>losin. Desconocemos en su esencia qu acciones mecnicas, fsicas y ql-JDicas acompaan la funcin de la inteligencia o de la voluntad; pero a la fdtura de los conocimientos actuales de la fisiologa del sistema nervioso supe-rior y de la psicologa, no podemos admitir que los procesos psquicos sean tro

  • 18 P S I COL O G I A G EN ET I CA ..

    etapa morfofisiolgica . representara un paso para el psiquismo y caeramos, ~gn el ngulo de donde se enfoque el problema, en el planteo metafsico de considerar la .actividad psquica como revlacin de "facultades innatas", posible gracias al perfeccionamiento de aparatos naturales que actuaran >implemente como transmisores, o en la tesis de un puro biologismo que, con Tyndall, la presenta como "secretacin del cerebro". La primera posicin no supera las crtjcas recientes de las filosofas existencialistas, que situn-dose en el plano fenomenolgico destacan, como hecho de experiencia, ciertas relaciones entre mi "yo" y mi "cuerpo": puedo "acceder" o "resistirme" a los requerimientos de ste, o ste a los de aqul. En cuanto a la segunda, sabemos despus de Pavlov que la actividad de la corteza cerebral consiste en un anlisis y una sntesis incesante de los estmulos provenientes del medio, con lo que se establece un equilibrio entre la funcin cortical y las excita-ciones ambientales --con previa o contempornea irrupcin de las proto-pticas- que brinda, como sntesis dialctica, la transformacin de lo cuan-titativo (excitacin) en cualitativo (reaccin mental). Tambin vale lo upues-to; es decir, la produccin de cambios orgnicos (cantidad) por accin del lenguaje (valor cualitativo del smbolo expresado fonticamente) a travs del sistema nervioso, o por la misma va merced a la accin de actitudes como sealan cambios psquicos ( masculinipcin femenina, o viceversa) derivados de actividades profesionales. Adems, en el estricto plano psicol-gico, el lenguaje coloca al hombre en una etapa mental inalcanzable para el animal,.: la abstraccin, .fenmeno de cuyos alcances la hiptesis del parale-lismo psicofsico no puede dar cuenta, y que condiciona una orientacin ili-mitada en el medio y crea un nivel de adaptacin exclusivo del hombre: el pensamiento.

    *

    El salto que significa el pensamiento, y que distancia a la especie humana de las otras especies animales, no repr~nta una ruptura: de la continuidad filogentica. Por el contrario, seala una de las tantas posibilidades en que conjugados medio, variacin y herencia, fue posible un fenmeno digresivo por el cual surgi un nuevo espcimen. Este nexo de continuidad fue desta-cado a fines del siglo pasado por el evolucionista alemn Haeckel, y desde entonces su importancia en la embriologa comparada es harto conocida. Segn esta teora, la ontognesis de los seres superiores reproduce la filog-nesis de los inferiores : la evolucin del individuo abrevia la de la especie . que le precedi en el camino de la evolucin. . Trasplantada a la psicologa junto con otros aportes de la biologa, la

    hiptesis del paralelismo ontofilogentico, o hip6tesis de la recapitulaci6n, cobr en sta acepcin particular. Se trat de comparar nicamente el desarrollo del individuo con el de su propia especie o, a lo sumo; con especies muy cer-canas, los monos antropoides de mayora de las veces. Agreguemos que esta comparacin se realiza de preferencia sobre el plano de las actividades men-tales o sociales, puesto que como en el caso del paralelismo psicofsico, apenas

  • EL HOMBRE, FENOMENO BIOPSICOSOCIAL 19

    papera.das las primeras etapas de la psic0gnesis se quiebra la analoga entre 1as ms simples funciones psquicas del hombre y de las especies filogen-lkamente ms fomecJiatas. De este modo la aplicacin sin cortapisas de la (lptesis de la recapitulacin exige la introduccin de un presupu!!sto meta-

    ~ bajo la forma de una memoria social hereditaria, en funcin de la cual el individuo en las' diferentes fases del desarrollo psquico reproducira la etapas por que atraves la humanidad, para llegar del psiquismo n.idi-9Rntario del hominida al nivel del hombre contemporneo.

    Stanley Hall fue el primero en introducir este presupuesto al considerar 'Ple el juego infantil repite, bosquejndolas, las etapas por que pas la praxis Rl filium. De esta manera, la actividad ldica del nio representara etapas 91z:ivas y consecutivas de preparacin para la accin, etapas que graduaJ: 9Blte lo acercaran al acto consciente del adulto c;ontemporneo. Las ms 9Eientes investigaciones sobre la sucesin de los juegos segn edades prueban ~ el ludismo mfantil no se homologa con actividades ancestrales; remeda lllllllcti1.c-ulos o acciones propias de la actividad social contempornea, y si

    elemento ms o menos "antiguo" se manifiesta, pronto descubrimos representa la supervivencia de rasgos del pasado en la colectividad del

    - o y de ninguna manera es producto de una supuesta memoria ances-En sentido ms amplio, Carl Gustav Jung sostiene la tesis de una

    m1.n'a colectiva que explicara los problemas del subconsciente planteados su maestro, Freud, y dara razn, con prescindencia de los factores de

    rc1ein, integracin y de la herencia psicolgica, de las etapas que carac-la evolucin del pensamiento infantil, amn de explicar superviven-

    pagicas en el razonar adulto. : La razn primera del fracaso de la hiptesis ontofilogentica en psicologa

    abstraccin de las reservas formuladas en el terreno puramente bio-estriba en que para ver repetidas en los estadios del desarrollo psi-del nio las etapas por que pas la evolucin de la mente en la

    habra que postular una evolucin uniforme y continua del gnero , por presentarse en todas las lneas idnticas bases psicogenticas.

    d pmtrario, sabemos con certeza que cada grupo soci,al ofrece un origen le a otros, con historia natural y social propia, y que los diversos ~es -en trminos psicolgicos equivale a decir mentalidades--

    den a lneas histricas que casi nunca se encuentran.

    *

    te a la imposibilidad de establecer una correlacin ontofilogentica Ja evolucin de la vida psquica permita formular leyes o normas a

    de lo que ocurre en embriologa, y por influjo de los . estudios ~~JS de mile Durkheim, se quiso demostrar que las representaciones

    colectivas y las individuales presentan idnticos caracteres y obede-las mismas leyes de formacin : en todos los estadios del desarrollo Individo y ~ colectividad pasaran por las mismas etapas, sometidos

    :.;,.,~

  • 20 PSICOLOGIA GENETICA

    a leyes particulares y comunes que ngendraran efectos semejantes tanto en la evolucin mental individual como en la colectiva. .

    Negada en gentica, por Weissmann y su escuela, la transmisin heredi-taria de los cara_cteres adquiridos (vid. cap. XI)~ rechazada por su base la hiptesi!! ontofilogentica en psicologa, la idea de la recapitulacin mud del plano historicobiolgico al social. La evolucin de la. mentalidad infantil no recapitulara, en forma abreviada, las fases recorridas por la evolucin psicogentica de la humanidad, pero si reproducira los estadios primarios de la mentalidad colectiva actual, porque idnticas seran las leyes que deter-minaron la eclosin del pensamiento en nuestras estructuras sociales y en el nio que a ellas pertenece. Las investigaciones etnogrficas de Lvy-Bruhl dieron espaldarazo consagratorio a esta concepcin que Piaget, en sus pri-meros trabajos sobre el pensamiento del nio, desarroll en el plano psico-lgico al presentar ambas mentalidades, la infantil y la de pueblos primitivos que todava subsisten, como igualmente sincrtcas y egocntricas. As, las etapas individuales del pensamiento reproduciran en sus grandes rasgos las etapas histricas de la evolucin mental del grupo a que el individuo pertenece, o, por lo menos, de la lnea social de que deriva. Dichos estadios estaran sujetos a las mismas leyes y evolucionaran en escala distinta pero equivalente hacia un mismo fin. El "prirnitivismo" del pensamiento infantil se convierte en contemporneo del primitivismo de la mentalidad colectiva a que per-tenecer.

    Es verdad que en las descripciones de pueblos de culturas primarias, en los mismos trabajos de Piaget acerca del nio y en las interpretaciones de psiquiatras se encuentran abundantes datos que pueden aducirse como prue-bas aisladas de . la hiptesis del paralelismo psicosociol6gico, que acabamos de esquematizar; pero aparte de las objeciones que invalidan tanto la hiptesis ontofilogentica como sta, cabe preguntar en primer trmino: qu se en-tiende por "mentalidad primitiva"?

    Los pueblos de culturas arcaicas que sobreviven ofrecen, de manera in-negable, un elevado grado de socializacin, tanto que nicamente forzando los trminos se puede descubrir en algunos vestigios todava latentes de la horda primitiva. En ellos, como en el nio, se descubre preponderancia de la vida emocional sobre la intelectual: autismo, actividad colectiva de bases ldicas, indistincin entre el deseo y la creencia, tendencia al simplismo y al animismo, percepcin sincrtica antes que analtica, en una palabra, preponderancia del pensamiento mgico sobre el lgico. Pero de aqu a considerarlos radicalmente "primitivos'', en el sentido de que estn estruc-turando una experiencia psicosocial, media un abismo. Por el contrario, poseen una concepcin del mundo, mgica sin duda, pero no por ello desprovis1:31 de racionalidad. Han llegado a una etapa de estancamiento socioeconmico perfectamente explicable dentro del marco de la evolu.cin cultural de nues-tras sociedades, pero no carecen de pasado histrico ni de experiencia men-tal. Sus modos de pensamiento reflejan la calidad de su praxis sobre el mundo circundante, pero estn lejos de reproducir la etapa prehistrica de cuandI

  • EL HOMBRE , FENOMENQ BIOPSICOSOCIAL 21 . .

    91menz a estructurarse la mente humana. Son "primitivos" en relacin con la .x:iedad civilizada contempornea, )ero entre sus sociedades y el modo de .ida realmente primario se extiende el enorme lapso de los procesos que

    n, en la evolucin del gnero humano, de la posicin erecta, y a travs *1 uso instrumental de la mano, al lenguaje articulado. La diferencia que los pme al margen de nuestra civilizacin es, como indica el mismo concepto pvilizacin, cuntitativa y no cualitativa: media un fenmeno de desa-.-Jo socioeconmico y no de evolucin psicogentica .

    .Asimilar la "mentalidad primitiva" a la mentalidad infantil, o viceversa, llDfucir al absurdo una u otra: negar al "primitivo" su evidente grado de

    - cin -base de la cohesin del grupo-- u otorgar al nio todava llJCializado una conciencia de grupo inexistente en l. Una vez ms y pr la. puerta de una analoga arbitraria se introducira subrepticiamente

    pn.::epto metafsico de memoria ancestral, cuando lo que se interpone la mentalidad del nio y la del adulto, civilizado o no, es precisamente

    llllida colectiva que comporta conocimientos positivos, creencias, hbitos de .... mi.ento y de accin, y que con conl;tante presin e interrelacin moldea

    1t-3miento infantil dentro de las normas racionales de la cultura a que -~aec,e. Al nacer el pequeo de ahora o de otras pocas, el "primitivo"

    el de las culturas desarrolladas,. lo hace en un medio historicosocial sui - Luego, con el desarrollo de la sensibilidad exteroceptiva se establece ~in con el medio fsico para, gradualmente, insinuarse el medio con el condicionamiento de la conducta infantil a base de acciones y

    que llevan, por medio de las conexiones nerviosas fundidas en en tos funcionales (estereotipos dinmicos de Pavlov), a la adapta-

    del individuo en un mundo en cambio continuo. Se llega as a lo que .i:i::ni,ente . se denomina en psicopatologa constitucin, o sea la expre- .

    llel equilibrio alcanzado por la accin recproca entre medio e individuo.

    *

    vaco que separa la neurofisiologa de la psicologa, y la de la sociologa y de la antropologa, se requiere una hiptesis

    que retomando el hilo que pretendieran desenrc:>llar el paralelismo . la teora de la recapitulacin ontofilogentica y el paralelismo

    jlllcioli'gi"1co, teja nueva malla prescindiendo de la trama idealista, 1111sta o no, y asegure un enfoque racional lgico en todos sus presu-

    "f GJnclusiones. Cada uno de los planteamientos analizados ofrece una c:in filosfica caracterstica que demasiado a menudo desva a cien-

    m .la tarea de dar coherencia a los propios hallazgos. Los propugnadores .-.msica, de la recapitulacin, del paralelismo psicosociolgico, fueron

    te deterministas en fisiologa, biologa y sociologa, y msticos en

    ~tud logicocientifica para resolver problemas no demuestra que 'n sea imposible, y, pruebas al canto, la psicologa moderna admite

  • 22 PSICOLOGIA GENETICA

    plenamente la correlacin entre la funcin neural y la psquica, as como el condicionamiento por una y otra parte, amn de la interrelacin con el medio sociocultural, que poniendo alas o barreras a la funcin mental adelanta o atrasa la neural. Sumada a .esto la aceptacin de la heredabilidad de los caracteres psquicos adquiridos, se estructura una explicacin racional y lgica. Sin concesiones metafsicas o msticas, sin plantear el quid apriorstico de un alma inmanente o trascendente, sin considerar una fuerza vital indi-vidual capaz de obligar al organismo a realizar lo que por s mismo no hara, se llega a una comprensin coherente de la conducta y el pensamiento, la praxis .Y la gnosis, del gnero humano.

    Empero, no basta la explicacin de los modos y causas del psiquismo, no es suficiente excluir de la psicologa presupuestos metafsicos o fines su-puestamente considerados propios del gnero humano en general. Si las expli-caciones idealistas o materialistas del siglo pasado y principios de ste se revelaron insuficientes, no fue slo por la parcialidad de los enfoques, sino en gran parte por ser psicologa cuyo objeto ha sido, y todava es para algunas escuelas, el hombre en general, llegado a su completo desarrollo y en la espe-. ce adulto occidental o, ms precisamente, europeo. El psiquismo infantil; las circunstancias de medio y sociedad, la patologa mental y orgnica, las etapas del crecimiento, nicamente son invocados para aportar ejemplos ms o menos anecdticos, y el mtodo por excelencia, el que vertebra la descrip-cin fenomenolgica, es la introspeccin que siempre lleva implcita la con-sideracin de razones o fines. Una psicologa de este tipo queda por definicin ajena al sentido de evolucin, a la consideracin de las etapas y sucesin de las formas mentales. Es esttica y, sin embargo, debe afrontar lo dinmico, es unifactica y debe abarcar lo polifactico; considera lo mental . como dado de una vez para siempre y alcanza su mxima expresin cientfica cuando expresa leyes concretadas en tipos generales agrupados en esquemas abstractos. Resulta una psicologa de espaldas a 1a vida, un cartabn para medir hombres, un pretexto cientfico, y de ninguna manera un intento para aproximarse a Juan o a Pedro, a ese hombre concreto que vive circunstancias tambin concretas, que tiene un pasado, que elabora un porvenir y, en todos los casos, hace historia.

    A la psicologa general y generalizadora se opone la psicologa gentica, cuya finalidad es explicar la funcin mental por la historia de su desenvol-vimiento a travs de las edades. Deja de lado temas favoritos de la psicologa abstracta, umbrales de sens~cin, ideacin, imaginacin, ensoacin, etc., suprime distinciones sutiles y siempre tericas, y se aplica a distinguir la integracin de las funciones psquicas a travs de la sinergia orgnica, de la maduracin neuroendocrina y de la interaccin con el medio social. Es, destaca Ren Huber, una psicQlogia del devenir menta~ porque procura ex-plicar al adulto por el conjunto de su pasado y teniendo en cuenta por igual los factores fsicos, biolgicos y sociales que actan sobre esas transforma-ciones; gfobal, porque considera al individuo como unidad y cada aspecto particular lo hace en su integracin con el todo: dinmica, porque no admite

    ,p

  • EL HOMBRE, FENOMENO BIOPSICOSOCIAL 23

    Ja existencia de elementos psquicos atomizados, por ejemplo sensaciones e Imgenes, sino gradaciones en las interacciones que los modifican incesante-mente; funcional, porque tiene ms en cuenta la fisiologa de los diferente~ modos de accin que la anatoma de las estructuras que subyacen. Por nuestra parte agregamos que es histrica, porque no separa al individuo del pasado y de la dinmica evolutiva de la especie y de la sociedad a que pertenece, y tlia/.ctica ---en nuestro enfoque--, porque considera premisa sine qua non la transformacin ontolgica de lo cuantitativo en cualitativo, y viceversa, Jit:versibilidad de la unidad de la materia que se expresa como sntesis evo-lutiva en la dinmica de la praxis y la gnosis concretadas en el pensamiento.

    *

    Sabemos que el pensamiento es la coronacin de unos dos mil millor1es de aos de evolucin biolgica de la especie humana; adems, la historia nos 11Diea que en el relativamente brevsimo perodo de desarrollo de nuestro ll&iero ---el hombre, en el sentido de Homo sapiens, apareci tal vez hace

    cuarto de milln de aos--, un nuevo proceso de transformacin aceler llDS cambios de la base comn de evolucin animal, medio natural-individuo, ISto es, la experiencia acumulativa aunada con una finalidad consciente --el llibajo- en continuo ascenso. Este fenmeno destaca dos caractersticas que IDU piedra de toque para comprender el proceso psicogentico que terminf)

    separarnos radicalmente de las especies ms prximas en la escala zoolgica; 9:anzada la fase humana, el principio central de la evolucin deja de ser lnlgico para convertirse en cultural, y los cambios genticos ceden en pre-9Bnencia a las tcnicas ele transmisin del progreso cultural. De este modo

    persona humana traslada el eje de su praxis al campo de la actividad psico-:ml, y nos encontramos con un acrecentamiento enorme en el grado y

    91edad de los estados psquicos en consonancia con los niveles que va esca-flndo la organizacin sociocultural. La adaptacin del animal se realiza cen-trada en el equipo individual y restringido que proporciona su organizacin

    0 'ca; a las funciones de rganos y sistemas apenas agrega la accin ins-9Dnental de garras, picos, etc., que aseguran la continuidad de una conducta, pro al mismo tiempo restringen todo cambio en la misma excluyendo de la

    - tac.n la posibilidad de cambios individuales. El. animal est rgidamente a la actividad que le prescribe su organizacin corporal, sus acciones

    9JacCiones carecen de proyeccin sobre las acciones y reacciones de la des-cia. El aprendizaje debe ser recomenzado en cada generacin y por ende

    el de los resultados se mantiene siempre idntico. La relacin individuo-es constante, y cuando se presenta un cambio est dado en las condi-~ biofricas y nunca en la estructura del animal en s, que como indi-lliloo debe adaptarse o perecer, y como especie sobrevive a travs del grupo * los ms aptos. El equilibrio para la supervivencia est dado por las con-

    ~es ecolgicas; quebradas stas, y a menudo las quiebra la misma especie & 9lra que irrumpe en el hbitat, se destruyen las bases .de la continuidad

  • 24 PSICOLOGIA GENETICA

    El aparato evolutivo que estudia la biologa y ciencias conexas no es di-rectamente aplicable al hombre, porque, como dijramos, el eje de su evolucin se traslad al plano cultural. La capacidad instrumental dt la mano, cere-bracin progresiva de las funciones nerviosas adaptativas y desarrollo del lenguaje crearon un medio especfico, la sociedad, a travs de cuya evolucin y continuidad histrica se afianzan los cambios individuales. Tenemos, es ver-dad, grupos animales, comunidades que superficialmente pueden parangonarse con las sociedades humanas (vid. cap. IX), pero a las ms perfectas entre ellas, ya sea desde el punto de vista de la mecnica comunitaria -termitas, abejas, etc.-, o las ms dctiles en cuanto a variabilidad de acciones indi-viduales -monos antropoides--, les falta la transmisin de la experiencia individual y colectiva a travs de una sntesis conceptual. El "lenguaje" de gestos o de sonidos de significacin afectiva alcanza para llamar la atencin y .1ada ms. En cambio la palabra, sntesis objetiva de la praxis subjetiva (vid. cap. XIV), asegura la transmisin de experiencias, abrevia el proceso de adaptacin a las condiciones naturales y socioculturales que acogen al individuo, y en cuya transformacin debe a su vez despus colaborar. Com-prendemos as por qu el Horno sapiens es el nico gnero animal que, me-diante la praxis objetivada en el conocimiento -la palabra como seal de seales, elemento capaz de conservar y transmitir experiencias-- diera origen a tribus, naciones, civilizaciones, esto es, al acervo cultural humano. La praxis es, pues, el elemento esencial de este progreso creciente, la que determina

    . la capacidad de actuar dentro de la sociedad, transformando y transformn-dose al concretarse en gnosis, o sea la experiencia acumulada y transmitida por el lenguaje y que documenta la historia. Como seres animales que somos estamos asentados en la biolgico, como individuos provistos de pensamiento en lo psicolgico, y como hombres capaces de transformar la actividad in-terpersonal en lo social. Sin discutir la importancia que se conceda a cada uno de estos elementos en las sucesivas fases que desembocaron en el estado actual de la humanidad, no cabe duda que l individuo termin por repre-sentar el equilibrio armnico de los tres elementos. Si pensamos en trmino~ biolgicos, encontramos que la estructura del organismo es capaz de adecuar respuestas a determinados estmulos y que los cambios que caracterizan el CW'so de la vida individual son sucesivos perfeccionamientos, modificaciones e involuciones de esta reactividad, que depende del predominio de distintas 'etapas y niveles funcionales del sistema neuroendocrino. Los estmulos, en tanto que provenientes del medio natural, son prcticamente constantes, y su accin, tanto para el animal como para el humano, representa una constante comn. Sin embargo, cambia la reactividad, puesto que la capacidad de reac-cin del animal humanizado est acrecentada, afinada, por dos elementos conexos y fundamentales: desarrollo superior del cerebro --que implica pen-samiento y lenguaje- y desarrollo de la mano --que representa poder instru-mental. De este modo tenemos que la relacin entre posibilidades biolgicas y accin del medio deja de ser directa, de realizarse simplemente a travs de la ecuacin estmulo-respuesta, para convertirse en conjugacin. Cada

  • EL HOMBRE , FENOMENO BIOPSICOSOCIAL 25

    paso del aprendizaje humano va ms all del rgido encuadre de una actividad oeurofuncional, que se establece o asienta porque sus resultados siempre superan el lmite d e_ la respuesta exigida por el estmulo a travs de la inten-ponalidad, individual o colectiva, que subyace en el gesto. La actividad adap-tativa se transforma de este modo en trabajo, forma de respuesta y de accin que carece de significado en el individuo aislado y slo adquiere valor por medio del juicio colectivo que hace del mismo una necesidad de tipo comn objetivo. El animal acta segn motivaciones circunstanciales, tambin el

    Jiombre en lo fundamental de su conducta, pero las transforma porque las t:ircunstancias ya estaban preformadas en el medio social por la actividad de otros hombres - la historia- y su direccin apunta al "yo", al individuo como plenitud psicobiolgk.:t, y por intermedio del "nosotros", del indivi-duo como ser socializado que prepara con la accin el destino del grupo concede trascendencia a la actividad de cada uno de los componentes, porque se ensambla con las necesidades comunes y excede, con la produccin, Ja necesidad de momento que mueve a la accin animal.

    El desarrollo de la funcin asienta de este modo en la maduracin de r-lflllS y sistemas -teniendo como eje el sistema neivioso--, y en la integracin de los niveles funcionales propios de la especie, en cada paso de dicha ma-lnracin, con el medio-- teniendo como eje el medio sociocultural para el pero humano. Interaccin reversible sta, que convierte en actuante al acto en potencia y en potencial, en momentos determinados, al que en otras etapas fue actuante. De este modo la actividad del ser humano trasciende la rela-s:in estmulo-respuesta que caracteriza al fenmeno vida en su proceso bsii;:o

    mantener el equilibrio entre medio interno y medio externo, adquiriendo Ja capacidad de actuar sobre el medio segn necesidades objetivas deriva-das de la actitud individual en su interaccin con la evolucin colectiva. IJlarecen as los fines que, motivados histricamente, condicionan la mani-istacin psquica, la actividad mental propia del hombre.

    De este modo, si la psicologa estudia en ltima instancia la personalidad, ~ es, las constantes y variables de la conducta del hombre, no puede reducir-se a un anlisis de factores biolgicos, sociolgicos o historicoculturales tomados

    ~entariamente. El hombre vive en interdependencia con lo:- dems hom-- -, con todos sus antepasados y contemporneos, elaborando desde el naci-

    91iento hasta la muerte nuevas uniones condicionales sobre las que asienta llfim.ero el desarrollo y despus la actividad del sistema nervioso superior,

    _ w involucra la funcin social porque su actividad nicamente cobra sentido IPando se ejercita en el medio propio del hombre: la sociedad. De aqu que

    tricotoma soma-psiquis-socieqad, enraizada en viejos conceptos filosficos IJOetafsicos, desemboque en una psicologa abstracta, que falsea su finalidad,

    toniue los hombres son accin y pensamiento a la vez, y estudiar esa relacin un el medio contemporneo al individuo es la nica manera de interpretar ID lmmano.

    Ahora bien, qu proceso psicobiolgico preside en el hombre la interac-Dio biosocial que aparte del equilibrio entre medio interno y medio externo,

  • 26 PSICOLOGIA GENETICA

    base de la continui~ad vital, d: origen al devenir psquico que culmina con el pensamiento? Pensar significa elaborar racionalmente las caractersticas del mundo exterior e interior --como factor fisiolgico y biolgico-- refle-jados en la conciencia. Para que dicha elaboracin se produzca, a diferencia del animal en cuya mente tambin se refleja el mundo exterior e interior, es menester un proceso asentado en tres etapas psicobiolgicas:

    1 ~ La sensacin, o transformacin de la energa exterior en funcin de lo real;

    2~ La generalizacin, o elaboracin del concepto que refleja las leyes del mundo objetivo ; .

    3" La actividad prctica, o comprobacin en los hechos de la veracidad de las leyes obtenidas por la generalizacin.

    La sensacin es el puente tendido entre el individuo, el medio interno y el externo; en su calidad de estmulos in tero o propioceptivos, o protopticos para denominarlos globalmente con Head, representa el camino por el cual cambios de medio se traducen en estmulos. que llegan a centros nerviosos de niveles diversos segn la especie. Este proceso, comn a hombres y ani-males, es posible por la actividad de los receptores internos y externos --quimio, baro, foto, audiorreceptores, etc.- y determina el equilibrio entre los diversos medios Internos, el cual una vez logrado por obra de la sinergia funcional de aparatos y sistemas, lo adecua a las circunstancias biofricas del medio externo. Representa un proceso moderador y regulador cuya accin se re.aliza por y para el individuo.

    La generalizacin representa la asociacin de dos o ms sensaciones, cuya complejidad est determinada por el grado de cerebracin de la especie, y quen en el hombre ha llegado al ms elevado nivel con las funciones espec-ficas de la corteza cerebral, que se pueden resumir en funciones de anlisis y funciones de sntesis. Este esquema, anclado en la teora de la funcin din-mica de los niveles corticales, de Pavlov, nos explica de qu manera cada individuo, segn el medio que le es propio -estmulos- y su capacidad neurofuncional -herencia biolgica y psquica-, elabora las propias cone-xiones temporarias y constituye el fenotipo o personalidad, punto de arranque de las reacciones propias del individuo frente al ambiente.

    Este proceso se traduce en la actividad volitiva a travs de la comproba-cin de la veracidad de las leyes reflejadas o actividad prctica, que se mani-fiesta de dos modos: por la praxis o accin instrumental, que revela una adecuacin directa entre la respuesta y el conjunto de circunstancias de que deriv el estmulo y cuya gama puede ir del reflejo primario o innato (por ejemplo, retirar la mano que toca un objeto ardiente, lo cual revela la unin temporaria de un estmulo interoceptivo que seala un desequilibrio del medio interno por accin del calor, con una circunstancia externa que provoca ese desequilibrio) a los ms elevados y complejos, en cuya gnesis se asocian excitaciones anteriores denomina.das estereotipos funcionales o dinmicos -me-moria-, con los del momento, exteriorizndose a travs de la conducta o inteligencia prctica que representa la actividad organizada de los animales

  • EL HOMBRE, FENOMENO BIOPSICOSOCIAL 27

    superiores y la c~nducta primaria del hombre. Ahora bien, este es un sistema biolgico que se perfecciona, que logra superar a las dems formas animales por el pensamiento que enraza en la palabra. Producto del vivir en sociedad, la palabra representa la sntesis abstracta de la accin instrumental, engloba t.odas las experiencias pasadas y presentes de la especie y del individuo. Posee tan grande valor de sntesis que con razn Pavlov pudo denominarla "seal de seales", seal humana por antonomasia, que en su contenido semntico y afectivo rene la experiencia de individuos y colectividades, presente y pasado de la especie e individuo (vid. cap. XIV). La movilidad, plasticidad, y el margen de carga conceptual y afectiva de esa "seal de seales", cons-tituyen el pensamiento simblico, cuya accin se ejerce segn los mismos mecanismos combinados de excitacin, inhibicin e induccin que caracte-rizan al proceso de elaboracin antes asentado.

    El cuadro actual del mundo viviente nos muestra una escala de seres en la que el psiquismo se enriquece en directa relacin con el desarrollo de los centros nerviosos superiores. La evolucin es un hecho cuyo retoo terminal es la aparicin de los primates, que con la posicin erecta pudieron liberar la mano, desarrollar la capacidad craneana, formar un rostro y coronarlo con tma frente, signo distintivo de un cerebro mayor, esto es, de un cerebro ms rico en neuronas interconectadas. Mas el cerebro permite la conciencia como 6rgano de integracin, pero no la crea; sus funciones pueden quedar al nivel de los antropoides separados de~ hombre por formas intermedias como las de los Pitecanthropos y Sinanthropos, o permitir la accin del hombre verdadero r--Homo neanderthalensis y Horno sapiens- segn la modalidad de las rela-ciones individuo-condiciones biororicas. La sociedad, prototipo de organizacin fmmana, dio origen al trabajo : empleo con finalidad preconcebida de ins-!rUmentos, y concomitantemente con la creacin del lenguaje, que elev la 111Ctividad mental del plano prctico y concreto al abstracto y general, per-Jniti sumar a la tarea de la evolucin la no menos compleja accin de la historia. De tal manera la aparicin de un psiquismo superior caracteriza la relacin entre lo biolgico y lo social,- y determina la direccin de la evo-hicin humanizante que pone frente al dilema de decidir si el hombre difiere ssencialmente del animal.

    Al margen de hiptesis que todava debaten argumentos espiritualistas o piaterialistas mecarticistas, la ciencia moderna de la persona humana destaca la analoga. de constitucin, pero pone al hombre en cuadro aparte en razn de la mxima complejidad de su cerebro, base de la interaccin dialctica ron el medio que trastrueca. la dependencia cuantitativa caracterstica de la 1t1>Dducta animal, en relacin cualitativa a travs del pensamiento y la apre-ciacin abstracta de cosas y fenmenos, que permite la formulacin de leyes generales y la creacin de conductas, individuales y sociales, cada vez ms ersificadas. De hecho, el animal humanizado manifiesta su superioridad tanto en el plano biolgico como en el social y psquico, pero solamente se Epara radicalmente de las otras especies por la estructura de sus comuni-dades, caracterizadas por el factor historia, que revela la accin de grupos

  • 28 PSICOLOGIA GENETICA

    e individuos, y tipifica una accin dirigida segn principios y fines generales; la actividad consciente que ha terminado por trasladar el eje de la evolucin del plano ecolgico al sociocultural. De si se trata de un fenmeno de emer-gencia o de verdadera trascendencia, queda como tema de discusin para filsofos y psiclogos que an estn al margen de los progresos de fas modernas neurofisiologa y sociologa; para nosotros, con sentido psicogentico, se nos presenta como el ejemplo m~ acabado de la caracterstica dialctica del fen-meno vida, que a travs de la ecuacin reversible cuyos trminos xtremos son lo cuantitativo y lo cualitativo, permite construir lo ms subjetivo, lo ms caracterstico que existe en nosotros, nuestra personalidad, hecha de pensa-miento, conciencia y sentido de libertad frente a los dems seres y al mundo de las circunstancias fsicas y sociales.

  • CAPITULO II

    CRECIMIENTO Y DESARROLLO

    Definicin. Etapas y f armas del crecimiento~ Fisiologa del crecimiento. Rela-ciones entre crecimiento somtico y desarrollo psquico. La constitucin in-

    dividual.

    La modalidad del crecimiento humano es signo de imperfeccin biolgica y razn de nuestras ms elevadas funciones psquicas, cuya actividad presu-pone la te.cminacin del lento trabajo de maduracin que caracteriza a las etapas que desembocan en el estado adulto. Desde el punto de vista biolgico, d crecimiento se presenta como fenmeno vital universal de equilibrio inesta-ble entre la materia viva y las condiciones biofricas, dentro del cual la esta-bilidad del adulto en los seres organizados, y sobre todo en el hombre, aparece como etapa excepcional innecesaria para la reproduccin, pero imprescindible para crear las circunstancias sociales que aseguran la supervivencia de la es-pecie, caracterizada por un ser desvalido en su larga infancia y prcticamente indefenso en la no menos extensa niez, y solamente apto para la accin que asegura la continuidad del fenmeno vital que representa despus de la pubertad.

    No obstante, esta falta de efectividad biolgica del crecirmento humano permite un mayor desarrollo del sistema nervioso superior, que asegura el dominio de la especie Horno sobre las dems especies animales. En efecto, inferior a los insectos y otros mamferos en capacidad reproductiva, privado del equipo insti;umental natural -garras, mandbulas poderosas y guarne-cidas de dientes fuertes, piel acorazada, velocidad de desplazamiento reducida, sentidos semiatrofiados o de acuidad escasa, etc.- que asegura a sus prede-cesores en la escala animal un promedio de vida apto para la reproduccin, el hombre ha logrado crear instrumentos infinitamente ms adecuados, de uso ms especfico y preciso, gracias al desarrollo mental que le es propio, y trasladar el eje de su evolucin del plano biolgico al social. Claude Ber-nard pudo afirmar que "la caracterstica de la mquina viviente no es la naturaleza de sus propiedades fisicoqumicas, sino la creacin de esa mqui-na" . De aqu que el crecimiento animal sea inseparable de la construccin de una forma especfica, patrn que comparte el hombre, pero a travs de un largo e inadecuado proceso que lleg a convertir en superior la vida en sociedad, a travs del dinamismo psquico caracterizado por la gnosis: palabra

    29

  • 30 PSICOLOGIA GENETICA

    y pensamiento, y por la praxis: accin instrumental que excede a los reflejos innatos con fines prefijados por el conocimiento.

    Del crecimiento en general Verworn ha dado la caracterizacin ms sim-ple: "aumento de la sust~cia viviente", de la que derivan definiciones que segn provengan del campo de la embriologa, la fisiologa, la bioqumica, la gentica, la citologa, dan preferencia a expresiones ms complejas y par-ciales, descriptivas, pero casi todas concordes con la milenaria opinin de Aristteles de que el estudio del crecimento es el estudio mismo de la vida. Mas hemos ~entado que el crecimiento humano oscila pendularmente entre el polo . biolgico y el social, influido siempre en mayor grado por los pro-gresos socioeconmicos y socioculturales, transformadores de las condiciones biofricas en tal grado que desde la fecundacin del vulo hasta la edad adulta est presente la accin preventiva, profilctica y educadora de la sociedad.

    Si bien la base del concepto estrictamente biolgico de Verwom sigue rigiendo para el hombre, las sucesivas etapas que caracterizan el "aumento de la sustancia viviente" sealan la relacin entre factores biolgicos y so-ciales, prxicos y gnsicos, cuantitativos y cualitativos, capaces de influr directa o indirectamente sobre el proceso del crecimiento que aparece, de este modo, intrnsecamente ligado al desarrollo de las funciones psquicas superiores. Desde el ngulo de la psicobiologa y de manera genrica podemos definir el crecimiento humano como "aumento completivo en cantidad y cualidad del fenmeno de asimilacin".

    Cuando hablamos de "aumento completivo en cantidad y cualidad", nos referimos tanto al crecimiento como al desarrollo, que considermos con Necdham como "una coordinacin de procesos diferentes, dirigida a pro-ducir una heterogeneidad organizada", que tiene como pivote, agregamos, los procesos neuroendocrinos y cuyo nivel est sealado por la marcha pro-gresiva de las especies animales hacia la cerebracin, que culmina en el hombre y se logra anatmica y funcionalmente a travs de la maduracin -proceso psicobiolgico- y de la integracin -proceso psicosocial. En cuanto al "fenmeno de asimilacin'', caracteriza la actividad de la materia viviente que aumenta indefinidamente su masa por transformacin de mate-riales extraos a su propia sustancia especfica, pero conservando la materia viviente continuamente formada todos los caracteres distintivos de la clula inicial, a los cuales se agregan caracteres individuales, diferenciales. De esta manera el crecimiento del ser humano a partir del huevo, cuya masa inicial es del orden de un milsimo de miligramo, comporta una actividad en la cual sta se multiplica millones de veces conservando los caracteres distint~vos de la especie, que a travs de los elementos sexuales darn origen, en el adulto, a un nuevo ciclo de sntesis; el desarrollo, involucrado dentro de este pro-ceso, seala el perfeccionamiento de un sistema de rganos y aparatos, los nerviosos, que dando la pauta mental de la actividad de la especie, seala dentro del ciclo cuantitativo del crecimiento individual la norma cualitativa que impnen la maduracin y la integracin.

  • CRECIMIENTO Y DESARROLLO 31

    Para el estudio del crecimiento son posibles dos caminos, sealados por Quetelet y Camerer, y respectivamente designados como mtodo generaliza-dor e individualizador. El primero, ms empleado por las escuelas constitu-cionalistas, consistente en someter a determinadas mediciones gran nmero de sujetos de la misma edad y del mismo grupo tnico, elaborando con los datos obtenidos medias aritmticas y seriales. El segundo sigue nicamente unos pocos individuos durante varios aos con investigaciones especiales y en con-diciones ptimas desde el nacimiento hasta la madurez absoluta o trmino del crecimiento que se alcanza, para poblaciones europeas~ entre los 40-45 aos para los hombres y 28-35 para las mujeres. En estas determinaciones cobra grandsima importancia el concepto de normotipo, esto es, de individuo sano de cuerpo y psiquis, crecido y desarrollado de manera armnica en relacin

    co~ el individuo promedio de su edad, y de sus grupos racial y social. De este modo el crecimiento se valora con la determinacin sucesiva de las progre-siones que revelan en el tiempo longitud y peso del cuerpo, y que se traducen grficamente por una curva sigmoide o en forma de S, cuyo anlisis muestra dos segmentos principales: el primero seala un perodo de autoaceleracin; el segundo, otro de autoinhibicin, con un punto intermedio en que cesa el aumento de la velocidad de crecimiento y todava no est iniciada la dismi-nucin del mismo. Esta curva tiene su punto de inflexin hacia los 14 a0s, edad en que --

  • 32 PSICOLOGIA GENETICA

    lQ Perodo neonatal, que comprende los primeros 15-16 das de vida; 29 Perodo del primer alargamiento, que va del final del perodo anterir

    al duodcimo mes, y que est dividido en un primer semestre o perodo pre-dentario, y un segundo semestre, o perodo de denticin inicial;

    39 Perodo del primer llenamiento, o turgor p1rimus, que va de los comien-zos del segundo ao a los tres y medio para ambos sexos;

    49 Perodo del primer alargamiento prevaleciente o proceritas prima, o pequea pubertad de Pende, que va del segundo semestre del cuarto ao al final del sptimo para los dos sexos;

    59 Perodo del crecimiento acelerado en peso, o turgor secundus, que va del noveno al undcimo aos en los varones, del noveno al dcimo en las mu-jeres;

    69 Perodo del segundo alargamiento prevaleciente o proceritas secunda, o fase prepuberal, que va del duodcimo al dcimo tercer ao en los varones, y del undcimo al duodcimo en las mujeres;

    79 Perodo de la pubertad o turgor tertius, que va del dcimo cuarto al dcimo sptimo ao en los varones, y del dcimo tercero al dcimo quinto en las mujeres;

    89 Perodo de la poca postpuberal, o internbilopuberal de Godin, que va del dcimo sptimo al vigsimo pnmer aos en el varn, y del dcimo quinto al dcimo octavo en la mujer;

    99 Perodo del ltimo crecimiento prevaleciente en longitud o turgor quar-tus, fase de madurez completa de las formas masculinas y femeninas, que va hasta los cuarenta o cuarenta y cinco aos en los varones, y de los veintiocho a los treinta y cinco en las mujeres.

    Estos perodos se refieren a las pocas de mayor relieve para el crecimien-to, a momentos que, tanto desde el punto de vista auxolgico como clnico y psicolgico, podemos considerar cruciales para el crecinento y desarrollo del individuo.

    De estos nueve perodos, los seis primeros interesan directamente a las eta-pas del crecinento infantil. Si bien las fases del neonato y el primer ao de vida son considerados como continuacin y complemento del desarrollo fetal, no cabe duda que, tanto auxolgica como psicobiQlgicamente, representan etapas de verdadera construccin y no de continuacin de la vida intrauterina, aunque en algunos aspectos todava se observen desequilibrios. propios del crecimiento fetal.

    La primera infancia, etapa de alimentacin exclusivamente lctea en los mamferos, y que en el hombre dura por trmino medio un ao, presenta su fisiologa enteramente dominada por la funcin digestiva. En condiciones nor-males, el peso del nacimiento es duplicado al sexto mes de vida y triplicado al ao; en cuanto a la talla, el recin nacido gana por trmino medio cuatro centmetros el primer mes, tres el segundo y el tercero, y un centmetro los siguientes hasta completar el ao.

    Un recin nacido cuya talla promedio es de cincuenta centmetros se alarga veinte centmetros en un ao.

  • CRECIMIENTO Y DESARROLLO 33

    El tercer perodo, que termina a los tres aos y medio o cuatro, segn los casos, ofrece como caracterstica ms fcilmente observable la denticin. En el aspecto ponderal, el nio gana cinco gramos por da, con un peso promedio de once kilogramos. Aparte de la adquisicin de caracteres esencialmente humanos, como la marcha con el cuerpo y la cabeza erectos, se instaura un fuerte crecimiento longitudinal. El cuarto perodo, conjuntamente con el sexto, constituyen, tanto auxolgica como biolgicamente, fases . somatognicas de singularsima importancia.. Hacia los cinco aos y medio, el crecimiento pre-senta un nuevo impulso de mxma actividad y es el momento cuando se aprecian las diferencias entre individuos corporalmente grandes y pequeos. A los seis aos y medio, el cuerpo adquiere el tipo morfolgico que tendr en la edad adulta.

    En lneas generales, el crecimiento del nio sufre un cambio tan acen-tuado que muestra el prototipo morfolgico de la infancia a los seis, y a los siete ya parece un adulto en sus proporciones.

    Con sentido morfobiotipolgico, Pende ha destacado, por primera vez, que desde la mitad del cuarto ao al sptimo comienza la aparicin de caracteres sexuales secundarios, aunque bien entendido sin psicosexualidad, lo cual lo lleva a considerar esta etapa como pequea pubertad, por el hecho de que a semejanza de la pubertad propiamente dicha y en especial del primer perodo de sta, se instaura un fuerte crecimiento estatural y ponderal con predominio del primero, que llegara a ocho ce_Qtmetros en los varones y a 10 en las mu-jeres. Al igual que la pubertad, la pequea pubertad de Pende presenta la existencia de formas individuales. En este perodo no es difcil observar pre-cocidades fsicas, sexuales y psquicas, en especial artsticas. En escala redu-cida se bosqueja lo que somticamente debe verificarse en la pubertad verda-dera. La endocrinologa explica este proceso por iniciarse hacia los siete aos la involucin del cuerpo pineal, glndula frenadora de la constelacin hor-mnica sexual.

    En relacin con la psicobiologa el quinto perodo carece de relieves espe-cficos; el biotipo queda asentado en la etapa crucial de los siete aos y la caracterstica ms saliente la constituye una notable adquisicin en la acele-racin del peso. El sexto perodo, sealado por el segundo alargamiento pre-valeciente, entraa para el organismo humano una grave crisis fisiolgica, la pubertad, cuyo fin promedio auxolgicamente considerado slo se alcanzar hacia los diecinueve aos. Entran en actividad las glndulas sexuales, que, bosquejadas desde la vida embrionaria y despus de una accin exclusiva-mente morfognica en el cuarto perodo, cobran funcin especfica de regular la capacidad reproductora de los individuos, con todas las consecuencias fisio--lgicas y psicolgicas implcitas en la misma. La pubertad se traduce sobre el crecimiento global por un aumento muy neto que alcanza su mximo hacia los diecisis aos; entre los trece y los catorce aos la ganancia. ponderal es por trmino medio de cuatro kilogramos por ao. Despus de este impulso acele-:rador, el crecimiento humanQ contina hasta finalizar con ritmo decreciente, tanto en velocidad como en las tasas resultantes. Paicologla genttica.-3.

  • 34 PSICOLOGIA GENETICA

    Las mediciones auxolgicas demuestran qu.e existe una cierta independen-cia entre el crecimiento en talla, que depenqe del crecimiento del tejido seo, y el crecimiento en peso. Como vemos en los perodos somatognicos clasifica-dos por Pende, en el momento de una fase de crecimiento rpido, ste se refleja primero en la talla para luego trasladarse al peso, cumplindose las leyes auxolgicas fundamentales de que antes hiciramos mencin:

    lQ Ley de Viola del antagonismo entre crecimiento morfolgico y creci-miento de la masa. La relacin entre estos dos procesos del crecimiento es tal que, cuando por un defecto de formacin o una anomala hereditaria o adquirida est en exceso el crecimiento en masa, hay carencia en el desarrollo de las formas. El individo sufre un r~tardo o una detencin en la evolucin de las formas corpreas que normalmente deben al~jarse cada vez ms del tipo infantil. Resulta as un hipoevolucionado o atacado de infantilismo en las proporciones. Por el contrario, si falta el crecimiento en , masa, se presenta una rpida y gran diferenciacin de las formas y proporciones; el individuo se acerca aceleradamente a las proporciones del adulto, pero con deficiencia en la masa general del cuerpo.

    Trasladada al plano psicobiol6gico, la ley de Viola se explica por el hecho de que el sistema de la vida vegetativa (vsceras torcicas y abdominales, y aparatos de la asimilacin y acumulacin de energa) estimula el aumento de la masa corprea durante el crecimiento, en tanto que el sistema de la vida de relacin (miembros y aparatos sensomotores y psquicos, rganos del con-sumo de energa) rige la diferenciacin de las formas del tipo infantil al adulto. De aqu que las hipoevoluciones neuropsquicas se presenten la mayo-

    ri~ de las veces acompaadas de infantilismo morfolgico. 2Q Ley de las alternancias de Godin, que seala en el crecimiento perodos

    alternados de crecimiento en \ongitud y en ancho, tanto en la totalidad del cuerpo como en cada uno de los segmentos que lo componen, amn de las alternancias entre el crecimiento de un segmento corpreo y la del segmento que le est superpuesto o subpuesto. As, cuando, por ejemplo, los miembros inferiores se alargan se frena el crecimiento en longitud del busto, o viceversa; cuando un segmento se alarga se frena el crecimiento en anchura del mi~mo, y viceversa. Estas , alternancias son las responsables de toda la serie de apa-rentes desarmonas del crecimiento del nio, en especial de la figura siempre en desequilibrio morfolgico de los adolescentes. Si esta ley rio . se cumple por factores patolgicos hereditarios o adquiridos? surge toda una serie de desarmonas morfolgicas'.

    3Q Ley de Pende de la actividad rtmica y equilibrada de las dos c_onste-laciones harmnicas morf ognicas. Se apoya en el h~cho de que existen, des-de la vida fetal, dos grupos harmnicos: uno que favorece el desarrollo de la masa total del cuerpo y el desarrollo del sistema de la vida vegetativa-anab-lica ( endomesoblasto) . Al primer grupo pertenecen el timo, la corteza supra-rrenal, las hormonas andrgenas, los islotes pancreticos, las hormonas sexuales masculinas y las partiroides, as como las hormonas de las glndulas linftiCas, del hgado, del bazo y de la prehipfisis. Al .segundo grupo corresponden la

  • CREC !MIENTO Y DESARROLLO 35

    tiroides, la hipfisis con la corticotrofina y la tireotrofina, y las hormonas glicoactivas de la corteza suprarrenal.

    pe la accin armnica o desarmnica1 ya sea por intensidad o por ritmo, . . de esos dos grupos hormrucos morforreguladores, Pende hace depender la norinalidad. o anormalidad de las relaciones entre crecimiento y desarrollo, de la alternancia de crecimiento entr. los grandes segmentos corpreos, entre . longitud y ancho. De esta manera se explicaran las alternancias acotadas por la ley de Godin. Si predomina la funcin del grupo hormnico de la vida vegetativa-anablica; se presenta exceso e~ I. masa y, naturalmente, deficien-cia en la diferenciacin morfolgica. Si _el grupo cuya funcin : predomina es el del sistema animal y neuropsquico; esto (:8, excitocatablico, se presenta una rpida y . precoz diferenciacin de formas con masa corprea deficiente. En ambos casos la ley de las alternadas .est destruida;

    En los perodos del transcurrir de la ontogenia, la accin de las hormonas . mrforreguladoras acta de manera diversa. En el. crecimiento del embrin y del feto la tnica est dada por las genohonnonas y hormonas tisulares, espe-cficas p0r lo dems para cada especie animal. La accin . de las .hormonas glandulares que tiene en cuenta la. ley aweolgica de Pende, niC:ament se inicia hacia el tercer mes de vida fetal, .con la formacin de la placenta, que permite el pasaje de las. hormonas .maternas y la consecutiva . accin de la hormona tmica; insulnica y andrgena de 1a. cortical. La situacin hormnica,

    del feto responde a la prevlencia del grupo hormnico excitoailablico, que acelera el . crecimient() en masa y a5egura el predominio del sistema ner\rio50

    vagl o vegetativo, situacin sta que se prolonga en el reden nacido y en el lactante, y que favorece, como es de conocim.iento emprico, el desarrollo de fa masa y de la vida vegetativa. Poco despus del primer ao de vida~ la hormona prehipofisiaria acelera el crecimiento del esquleto y establece la armona de accin entre los dos grupos horninicos antagnicos. que prescribe la ley de la actividad rtmica y . equilibrada de las constelaciones hormnicas morfo gnicas.

    Los comienzos de accirt de fa hormona prehipofiaria del crecimiento sealan un hecho capital en la historia _ neuromorfolgica del horribr, pues-to que a partir de entonces se inicia gradualmente un individuo cada vez . menos subordinad() al sistema vagal y a ls hor1nonas vag~trpic'as, y . cada vez ms .sometido a las directivas del siStema- nerviOso simptic

  • 36 PSICOLOGIA GENETICA

    los mtodos del anlisis gentico, pero los resultados fueron harto desalenta-dores. Los hbridos o mestizos de primera generacin presentan, por .lo gene-

    . ral, una talla intermedia a la de los padres, pero la descendencia de los hbri-dos no permite descubrir una disyuncin neta de los factores celulares. Adems puede ocurrir que el hbrido de primera generacin tenga una talla superior a la del ms grande de sus progenitores. Este fenmeno, conocido en gentica como heterosis, se observa tanto en animales como 'en vegetales, y tambin en el mestizaje de razas humanas; los mestizos entre europeos e indios de la Amrica del Norte, entre bers y mujeres hotentotes en Africa, son de mayor talla que sus padres. De aqu que se deba admitir que los caracteres de la talla -que tipifica etapas y formas del crecimiento-- dependen de numerosos fac-tores cuya accin se adiciona y en cuya interaccin los factores celulares slo seran catalizadores que intervienen en los procesos qumicos del crecimiento en determinada fase de la evolucin del individuo, y que en los vertebrados aparecen, por lo comn, ligados a una modificacin del equilibrio hormonal.

    El enanismo congnito en ratones y en el hombre est determinado por una insuficiencia hipofisiaria que entraa insuficiencia de la tiroides y de las suprarrenales. El injerto de hipfisis permite a los individuos de esta lnea un crecimiento normal. Elementos del mismo tipo intervienen en la diferen-ciacin de las razas humanas; los mogoles son en general hipotiroides, y en el metabolismo de base de las diferentes razas se observa una amplitud de osci-lacin del 25%, superior en todo sentido a las diferencias producidas dentro de una misma raza por estados patolgicos. Hindes, chinos y filipinos pre-sentan un metabolismo basal inferior al de los blancos; los esquimales, superior.

    Los trabajos de Ch. Stockard sobre los caracteres hereditarios de diversas razas de perros son muy significativos. Los daneses y los San Bernardo resul-taron afectados de gigantismo hipofisiario acompaado en los segundos de acromegalia. En cuanto a los bassets y bull-dogs, representaran dos aspectos de un mismo trastorno endocrino que se instaura precozmente en el basset e nhibe el desarrollo de las extremidades, y ms tardamente en el bull-dog, afectando el esqueleto de la cabeza. El cruzamiento de estas dos razas brinda individuos ms anormales todava y por lo comn poco viables.

    El estudio comparado del crecimiento en el hombre y otros mamferos ofrece comprobaciones igualmente sugestivas e incluso permite presumir el camino por e1 cual, junto y gracias a la modalidad de crecimiento humano, se instaur la evolucin del sistema nervioso que nos es caracterstica. La inte-gracin morfolgica del animal se logra en breve lapso; la del hombre, por el contrario, exige una serie de aos suplementarios que sealan, morfolgica-mente, una extrema lentitud del perodo de crecimiento, muchsimo mayor que el de los mamferos de talla equivalente. En todos los estadios de la evo-lucin embrionaria y postembrionaria el crecimiento humano est caracterizado por su lentitud y dbil rendimiento energtico. Estudios comparativos entre el hombre y los monos ~tropoides muestran la enorme diferencia que separa a la infanci_a de ambas especies. Los- antropoides alcanzan la pubertad a los seis aos y la talla mfucima a los diez. El gorila posee todos los dientes de leche

  • CRECIMIENTO Y DESARROLLO 37

    al ao, el chimpanc a los diez meses; el hombre, solamente a los dos aos y medio. La osificacin, tanto del crneo como de los miembros, en el mono de cuatro aos alcanza la etapa que el hombre cumple a los veinte.

    Adems, el antropoide se separa mucho ms de las proporciones de su pro-pio feto que el hombre del suyo y del de los monos, lo cual indica que con razn auxolgica el crecimiento no est ms restringido en los antropoides, sino en los humanos.

    La diferencia fundainental entre los dos gneros est en la duracin de las etapas de crecimiento, puesto que no cabe duda que a la extensin en el hombre corresponde el alargamiento relativo de los miembros posteriores, que hacen posible la estacin bpeda y la reduccin de la laringe, base orgnica del lenguaje articulado. Adems, la lentitud de osificacin del crneo permite al hombre mayor desarrollo de la corteza cerebral. Por otra parte, no resulta extrao al desarrollo psquico el largo proceso de maduracin e integracin humanas que imprimen al sistema nervioso la plasticidad que le permite su-perar al animal en la formacin de reflejos condicionados y de estereotipos din{unicos. Las mltiples experiencias de laboratorio de las escuelas pavlo-viana y behaviorista, as como la prueba emprica de Ja enseanza en el hom-bre y el amaestramiento en los animales, demuestran el papel fundamental que tal plasticidad desempea en el desarrollo del psiquismo.

    *

    Por regla general, los estudios del crecimiento somtico y del desarrollo psquico han seguido caminos paralelos, pero divergentes. Pese a que hace ms de una centuria ilustres fisilogos, psiclogos, pedagogos y pediatras reac-

    ciona~on contra la absorbente independencia de soma y psiquis, fuera de las "declaraciones" que propugnan l. unidad indisoluble de ambos procesos, la metodologa de. las dos ra.nlas observa la ms completa discrepancia de pro-cedimientos, propsitos y fines. El concepto de paralelismo psicofisiolgico est tan arraigado que cuando la "unidad" se insina a travs de experiencias o aparece como punto de prueba, la ms extrema conexin se reduce a inter-icambios cuantitativos, a la equivalencia de estructuras anatmicas o psquicas, pescindiendo del carcter cualitativo de ambos fenmenos y, por lo mis-mo, con absoluta desvinculacin de un punto de partida comn en cuanto a la interaccin que preside el proceso del crecimiento y desarrollo. La moder-na psicosomtica americana, el psicoanlisis en cualquiera de sus expresione~ wtodoxas y heteredoxas, la testologa psicomtrica o proyectiva, escamotean el problema y en todos los casos resultan dualistas en sus conclusiones. A veces lJarten de una declaracin que seala la unidad, pero una unidad rgida, pecanicista, de equivalencias, que concluye siempre, y lgicamente debe ser m, dentro del principio del paralelismo que acatan implcita o explcitamente, por destacar la irreductibilidad de ambos procesos en cuanto a origen y lti-mas consecuencias.

    Ahora bien, .:yendo al meollo de la cuestin, cabe preguntar: cmo . pro-lhar la unidad psicofsica a partir del origen mismo del fenmeno mental? Si

  • 38 PSICOLOGIA GENETICA

    consideramos que el antepasado animl del hombre posea los caracteres ge-nerales de un antropoide y nos atenemos a los hechos sealados de Ja relacin entre estado adulto y embrionario, estamos obligados a reconocer que el pro~

    . ceso evolutivo que cre al hombre es, como afirmara Devaux, un proceso de pedomrfosis, de ''infantilizacin" del individuo adulto, . o segn la denomi-nac.in de .Bolk, :de "fetalizacin". En pocas palabras, este. proceso consiste en que ciertas disposiciones anatmicas fetales propias de los antropoides y de los antepasa4os probables del hombre perduran en ste mientras desapa-recen en el mono adulto,- lo cual nos enfrenta con una variante de las leyes de filognesis y ontgnesis al . afirmar que la evolucin humana se produjo

    . por sucesivas infantilizaciones y no . por remodelamientos de formas adultas. ESta hiptesis, que ha sido denominada .de la "degeneracin fsica del

    hombre'', llama la atep.cin sobre el largo perodo de gestacin y de amaman-tamiento humanos, durante el cual el . cerebro, por no desempear ningn

    , papel en la vida de relacin, multiplic en la filognesis sus clulas nerviosas hasta un nmero no alcanzado por ninguna otra especie animal. El hombre sera un antropoide que bajo la accin de un cliiria d~avorable, de subali-mentacin o de cualquier otra caus.a anloga, habra . sido afectado de infan-tilismo. En este sentido apo.z:tan sorprendente apoyo recientes estudios a.cerc de la etiologa del mogolismo. En 1951, Sergio Levi, basado en una adverten-cia de Bleyer, sostuvo que el problema del m()golismo era de la competencia del citlogo, que la modalidad de aparicin, .las caractersticas somatocln.icas

    . . de los nios moglicos eran de origen cromosmico, y formul la hiptesis de que fuera de las leye5 de transmisin hereditaria se produca un proiceso aceidental .de deSequilibrio cromosmico y resultaba un tipo 'digresivo.

    Los peifeccionamiento5 tcnicos de la investigacin citolgica, derivados principalmente . del estudio de las. consecuencias de las radiaciones atmicas y .basados sobre cultivos in vitro de tejidos humanos, han .permitido estab.Iecer con exactitud, en .el laboratorio atmico 'de Harwell, Inglaterra, que el .n-mero de eromosomas humanos es tanto de 46 como de 48. Adems, en el Instituto de Gentica Mdica de Pars; se pudo comprobar en las clulas cu-tneas de moglicos la pre8ellcia de un cromosoma suplementario, anmalo, pequeo y sutil, que eleva o disminuye. en estos sujetos el nmero de cromo-somas a 47. El hallazgo fue corroborado por Book, en el Instituto de Gentica cie Upsala, y realizando el recuento en clulas cutneas y de la mdula sea, con lo que. excluy la presundn de que el fenmeno se presentara en un nico

    tipo de tejido. Este singular proceso dig:resivo -recordemos que el mogolismo comporta . una . reestructuracin anmala . de la morfologa corporal, de la . si-nergia hormni

  • CRECIMIENTO Y DESARROLLO 39

    A esta profunda modificacin del crecirrento animal, que precisamente caracteriza por pedomrfosis a la especie humana, se suma el fenmeno que Ed. Perrier defini como taquignesis y segn el cual el sistema nervioso de los vertebrados -y teniendo en cuenta que el desarrollo embrioge:tieo de las especies superiores, en especial del hombre, por el proceso de pedomrfosis tiende a efectuarse con el mnimo de reestructuraciones-- en lugar de apare-cer por emigracin individual, simultnea, de elementos procedentes de las profundidades del exodermo, se forma en su totalidad a partir de un canal longitudinal mediano o por el hundimiento de una placa exodrmica que se transforma de inmediato en un tubo ms o menos cerrado, el eje cerebro-espinal. Por el fenmeno de taquignesis, el feto humano posee a los cinco meses de vida intrauterina los doce mil millones de clulas que constituyen el equipo cortical del hombre, y que subsistirn despus sin dividirse aunque el individuo contine su crecimiento.

    Estas explicaciones bastaran p01 s mismas para hacemos comprender en bloque las relaciones entre crecimiento somtico y desarrollo psquico, si su-cesivas valoraciones estadsticas de datos recogidos en centros de estudios del crecimiento y correlativas mediciones psicomtricas no hubiesen dado un co-ciente de correlacin demasiado pobre para llegar a la conclusin de la exis-tencia de una relacin inseparable entre crecimiento somtico y desarrollo psquico. No obstante, lejos de invalidar la sinergia de ambos fenmenos, tales apreciaciones, que niegan casi de plano lo que es de observacin corriente y empriea, y que hablan, refirindose a la primera infancia, en . favor de una interdependencia entre los dos fenmenos, prueban de hecho un pecado ca-pital y un olvido inexcusable con los que se pretende acarrear agua hacia los cangilones del desvencijado molino del paralelismo psicosomtico.

    El pecado est n la transformacin lgica del inters por la estadstica en un culto monotesta por los ndices abstractos y gen~rales erigidos en summa suminarun, aceptados en sus resultados sin discusin crtica ni examen heu-rstico. De aqu que podamos concluir con De Toni que los resultados ne-

    ~tivos o casi negativos obtenidos en este campo sean consecuencia de la imperfeccin del mtodo estadstico mismo, por cuanto los medios y los indices de correlacin son instrumentos grosersimos, incapaces d_e apreciar las variaciones peculiares que se presentan en el individuo cmo expresin unitaria. No basta la determinacin de las tasas de crecimiento con el mtodo generalizador en grupos homogneos, y las de desarrollo psquico en i1_1dividuos singulares, para obtener ndices de correlacin o divergencia. Ambos aspectos deben ser medidos sobre la rrsma individualidad somatopsquica y segn lai. normas del mtodo individualizador. , .

    Por lo tocante al olvido inexcusahle, est en no tener presente que del creci-miento y del desarrollo psquico slo adquirimos cabal comprensin si rela-cionamos al individuo con la especie a que pertenece y con el medio social que esa misma especie creara a travs de sus sucesivas adaptaciones histricils. Ambas etapas tienden a la formacin del adulto, pero alcanzada la plena madurez, . este individuo ofrece caractersticas muy diversas en cuanto al tipo

  • 40 PSICOLOGIA GENETICA

    logrado en uno y otro aspecto. La direccin progresiva del crec1m1ento est determinada de antemano en la constitucin original; el individuo se realiza con pequeas variantes en torno del biotipo que prescribe el nivel de evolu-cin a que ha llegado la especie de que es representante. Por el contrario, desde el ngulo del desarrollo psquico, el camino hacia el nivel del adulto promedio est sometido a la influencia que el medio ejerce sobre el individuo como persona . y no como especie.

    Las condiciones que dentro del gnero humano pueden hacer variar las caractersticas del crecimient9 son propias de todo un grupo, cubren un linaje . y pueden manifestarse dentro de una linea pura, para el hombre, claro est, dentro de los limites restringidos que la variabilidad de uniones permite hablar de lnea pura humana. En cambio, las transformaciones del desarrollo ataen particularmente al individuo; los cambios actan, es verdad, sobre una colec-tividad, pero de manera acentuada y particular se dejan sentir sobre los indi-viduos. Entre ambos aspectos la diferencia bsica es el factor tiempo; el cre-cimiento seala el tipo de adulto a que tiende la culminacin estructural de la especie, organizada sobre un tiempo prcticamente infinito. La. sucesin de individuos representa etapas hacia un prototipo biolgiCo que transporta de manera. hereditaria las adquisiciones positivas. Lo psquico tambin est sos-

    . tenido por sumaciones hereditarias, pero de posibilidades estructurales y no de estructuras ni funciones desarrolladas individualmente. Cada generacin parte en el crecimiento de una piedra angular asentada por las anteriores; en el desarrollo arranca de un ncleo de posibilidades heredadas que los cambios

    del medio pueden anular, dejar como virtuales o realizar. Adems, si la vida con sus caracteres especficos es hereditaria, la mente no lo es. Cada indi-viduo que se desarrolla debe adquirir nuevamente lo que sus padres adqui-rieron antes de l, aunque la herencia psicolgica facilite la tarea, lo cual seala Ja diferencia fundamental entre el tiempo del individuo, subjetivo, psi-colgico, y el tiempo de la especie, objetivo, biolgico. Agreguemos que las modernas investigaciones pedopsiquitricas soviticas indicaran que la ma-yora de los individuos que se presentan como mentalmente insuficientes ha sufrido durante la vida infrauterina 'o sucesivamente lesiones orgnicas del sistema nervioso. Se tratara csi siempre de procesos patolgicos extraos al mecanismo hereditario. Segn P