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¿Qué es? Es un método de enseñanza musical que se basa en aprender música de la misma manera que aprendemos a hablar cuando somos pequeños. Este método de educación del talento musical, fue desarrollado por el violinista y pedagogo japonés S. Suzuki desde los años 40 y a lo largo de su vida. Su validez y eficacia como método pedagógico musical, y su trasfondo de cuidado y respeto al niño como persona, ha hecho que el método Suzuki se haya extendido rápidamente por los cinco continentes, siendo en la actualidad una de las principales canteras de músicos profesionales y aficionados en países con tradición musical, como EEUU o Reino Unido. Pero este no era el objetivo final de Suzuki, su propósito fue educar en valores a través de la música. ¿Cómo se trabaja con el Método Suzuki? El Método Suzuki estimula las habilidades musicales del niño de edad temprana de igual modo que los padres han estimulado y potenciado su capacidad de habla. Los puntos claves del método son: 1. Los padres son los principales educadores y motivadores del niño. La figura del padre/madre en este Método es de vital importancia. Uno de los padres (el que tiene más disponibilidad de tiempo e ilusión por realizar esta actividad junto a su hijo) aprende primero a tocar el violín/viola para, por un lado, comprender mejor la forma de enseñanza, y por otro lado, poder ayudar a practicar a su hijo en casa dando ejemplo y motivándole. Tras haber adquirido cierta base musical el padre, el niño comienza a asistir a las clases en sesiones conjuntas. De

Metodo Suzuki

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Page 1: Metodo Suzuki

¿Qué es?

Es un método de enseñanza musical que se basa en aprender música de la misma manera que aprendemos a hablar cuando somos pequeños. Este método de educación del talento musical, fue desarrollado por el violinista y pedagogo japonés S. Suzuki desde los años 40 y a lo largo de su vida.

Su validez y eficacia como método pedagógico musical, y su trasfondo de cuidado y respeto al niño como persona, ha hecho que el método Suzuki se haya extendido rápidamente por los cinco continentes, siendo en la actualidad una de las principales canteras de músicos profesionales y aficionados en países con tradición musical, como EEUU o Reino Unido. Pero este no era el objetivo final de Suzuki, su propósito fue educar en valores a través de la música.

¿Cómo se trabaja con el Método Suzuki?

El Método Suzuki estimula las habilidades musicales del niño de edad temprana de igual modo que los padres han estimulado y potenciado su capacidad de habla.

Los puntos claves del método son:

1. Los padres son los principales educadores y motivadores del niño.

La figura del padre/madre en este Método es de vital importancia. Uno de los padres (el que tiene más disponibilidad de tiempo e ilusión por realizar esta actividad junto a su hijo) aprende primero a tocar el violín/viola para, por un lado, comprender mejor la forma de enseñanza, y por otro lado, poder ayudar a practicar a su hijo en casa dando ejemplo y motivándole.

Tras haber adquirido cierta base musical el padre, el niño comienza a asistir a las clases en sesiones conjuntas. De hecho, los padres asisten a todas las lecciones del niño (individuales y colectivas) y, su papel es siempre activo y participativo en ellas (tomar notas, etc.).

Además, crean el ambiente adecuado en su casa y ayudan a su hijo en la práctica diaria (convirtiéndose en los “profesores”).

El objetivo es suscitar el interés y el deseo del niño ya que, el padre/madre actúa como modelo a imitar y como potenciador de su autoestima.

2. Crear un entorno adecuado y un hábito de trabajo constante.

Es muy importante que el ambiente que rodea al niño refuerce el trabajo realizado en clase con el profesor. Es por ello que el Profesor Suzuki anima al padre, desde el primer día de clase, a crear un ambiente musical adecuado para su hijo.

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Los padres tienen mucho que ver en los progresos de su hijo gracias a la dedicación continua y sistemática: Los niños aprenden a convivir de forma habitual y continua con la música ya que:

- Empiezan a ver al padre tocar el violín en casa (al principio de la formación).

- Escuchan, como música ambiental, las piezas del Método Suzuki y van integrando las melodías.

- Practican en casa con sus padres lo aprendido previamente en clase y se van acostumbrando a un horario y lugar fijos.

- Disfrutan de la compañía de su padre/madre y de un momento de atención exclusiva.

- A medida que van madurando y trabajando piezas de más dificultad, son capaces de concentrarse por más tiempo.

La asistencia a conciertos, la escucha de mucha música en casa, el visionado de vídeos de grandes músicos y virtuosos intérpretes, etc., son factores que despiertan el interés musical del niño.

En este ambiente, que fomenta el Método Suzuki, cada niño crece progresivamente hacia un encuentro con su capacidad y sus habilidades y responde en función de los estímulos que recibe de sus padres y profesor.

3. La reacción de los padres y Profesor Suzuki: la motivación y el refuerzo positivo.

Al igual que con el lenguaje, los esfuerzos del niño para aprender a tocar un instrumento se han de elogiar y reforzar constantemente. Es muy importante que el niño perciba una actitud positiva y entusiasta y el apoyo incondicional de sus padres y Profesor Suzuki. La alegría, el amor y el respeto a los niños son el mejor premio y aliciente.

4. Desarrollo de las clases: individuales y de grupo.

El currículo de nuestro proyecto educativo incluye dos tipos de clases: las individuales (una vez por semana) y las colectivas (dos veces al mes).

- En las clases individuales se trabajan aspectos técnicos básicos necesarios para tocar el instrumento como: la postura, el equilibrio, la independencia y coordinación de las dos manos, el movimiento del arco, la colocación de dedos sobre el violín, etc.

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Estas lecciones consolidan las bases del denominado “Triángulo Suzuki” conformado por el niño, padre o madre y profesor. El profesor orienta a los padres hacia unos objetivos comunes partiendo de la situación individual de cada niño.

- En las clases de grupo el niño aprende a tocar junto a otros niños, reforzando todo lo trabajado en la clase individual. Esta actividad desarrolla en los niños habilidades complementarias a las de las clases individuales tales como: mirar constantemente lo que hace el profesor, escuchar atentamente lo que tocan los demás niños, seguir el ritmo que marque el profesor (o pianista), tocar más fuerte o débil según dirija el profesor (o pianista), etc.

Los niños disfrutan al compartir la música con otros niños, al mostrar sus logros musicales en público y al recibir elogios de los demás. Todo esto les anima a practicar más en casa y a “dar conciertos” a todos sus familiares y conocidos...

Estas clases de grupo, además, preparan a los niños para sus futuros conciertos. Aprenden cómo colocarse y distribuirse en el “escenario” (en filas y con buena visión), a estar muy atentos al “director”, a escuchar a toda la “orquesta” (al resto de violinistas, al pianista y demás instrumentos empleados), a tocar todos juntos al mismo tempo y coordinados y a “saludar” mientras el público aplaude.

5. La escucha, la imitación, la repetición y el repaso: ejes del trabajo.

ESCUCHA: Los niños escuchan primero la grabación de la pieza a aprender. La cantan con el nombre de las notas y la van integrando (con diferentes ejercicios rítmicos) y memorizando antes de comenzar a tocarla con el instrumento.

IMITACIÓN: Los niños de 3 y 4 años comienzan a trabajar con su instrumento imitando al profesor en clase y al padre/madre en casa (reforzando así su desarrollo sensorial: oído, vista, tacto...).

REPETICIÓN: El Método de la Lengua Materna guía al niño mediante estímulos repetidos para desarrollar una capacidad y hacerla propia. El principio fundamental de esta metodología es: "la integración mediante la repetición".

REPASO: Los niños Suzuki están constantemente revisando y refinando las piezas ya trabajadas, además de las nuevas aprendidas, tanto escuchándolas como tocándolas.

6. Comienzo de la lecto-escritura (solfeo):

Todos asumimos con naturalidad que a los niños no se les enseña formalmente a leer hasta que su capacidad para hablar ha quedado bien consolidada. De la misma forma, en el Método Suzuki, los profesores esperamos a que los niños, de

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3 años que comienzan con el instrumento, alcancen la edad apropiada en la cual su cerebro está preparado (a partir de 6 y 7 años) y un nivel de destreza básico en el manejo de su instrumento, antes de enseñarles a leer la música y de unir esta destreza lectora a su propia interpretación del instrumento.

7. Piezas del Método Suzuki para violín: repertorio común.

Las piezas del Método Suzuki están estructuradas en 10 volúmenes (con su respectivo CD musical). Estos libros abarcan desde los comienzos de un niño de tres años (con piezas cortas y divertidas que atraen la atención del niño) hasta los Conciertos en Re M y La M de W. A. Mozart (donde el nivel de técnica que se precisa para interpretar estos conciertos es muy alto). Este repertorio común a todos los niños Suzuki favorece la retención y concentración, además, les motiva para avanzar gracias al deseo de tocar piezas más avanzadas que “ya tocan los mayores”.