Metodologia de La Investigacion en La Historia de La Psicologia

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  • 7/25/2019 Metodologia de La Investigacion en La Historia de La Psicologia

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    PSYKHE

    2014, Vol. 23, 1, 1-12

    doi:10.7764/psykhe.23.1.584

    Copyright 2013 by Psykhe

    ISSN 0717-0297www.psykhe.cl

    Acerca de la Metodologa de Investigacin en la

    Historia de la Psicologa

    On the Research Methodology of the

    History of Psychology

    Hugo Klappenbach

    Universidad Nacional de San Luis

    El artculo comienza analizando las principales tendencias en investigacin en el campo de la historia de la psicologa

    y lo que fue la oposicin entre la historiografa whig y la historiografa crtica.Seguidamente, se analizan las distintas

    fases de la metodologa de investigacin en historia de la psicologa. Para ello se comparan las actividades de la

    investigacin en historia con las actividades de la investigacin en las ciencias naturales y en las ciencias sociales.

    Como resultado de ese anlisis comparativo se concluye que las fases de la metodologa de la investigacin en el

    campo de la historia de la psicologa, en cierta medida, coinciden con las fases de la metodologa de la investigacin

    en otras disciplinas cientcas.

    Palabras clave: historiografa, psicologa, investigacin, metodologa

    The paper begins by analyzing the main research trends in the eld of the history of psychology and the classical

    opposition between Whig historiography and critical historiography. Afterwards, it analyzes the various stages of

    the research methodology used in the eld of the history of psychology. In order to do this, the research activities of

    the historian of psychology are compared to those conducted in both the natural sciences and the social sciences. As

    a result of this comparative analysis, it is possible to conclude that the stages of the research methodology applied

    in the eld of the history of psychology coincide to some extent with the stages of the research methodology used in

    other scientic elds.

    Keywords: historiography, psychology, research, methodology

    Acerca de la Metodologa de Investigacin en Historia de la Psicologa

    La Cuestin del Mtodo y los Inicios de la Profesionalizacin en Historiografa de la Psicologa

    Desde una perspectiva internacional, el inters por la historia de la psicologa no es nuevo. Ms todava,

    por el lado de la historia, la nouvelle histoirey su antecedente directo, la Escuela de los Annales, proponan

    el abordaje de nuevos objetos de estudio, de manera que la historia no se limitara a la historia poltica o de

    las grandes personalidades. En esa direccin, Lucien Febvre (1952/1992, p. 32) recomendaba: Historiadores,

    sean gegrafos, abogados, socilogos o psiclogos, no cierren los ojos ante el gran movimiento que, delante de

    ustedes, transforma a una velocidad vertiginosa las ciencias del universo fsico. (traduccin ma).

    Por el lado de la psicologa, por as llamarlo, se ha sealado que, aun antes de la aparicin de la psicologa

    cientca en el ltimo cuarto del siglo XIX, ya Carus haba escrito una historia de la psicologa apenas

    iniciado el siglo XIX (Littman, 1981). Un estudio de revisin clsico revelaba que, solamente en ingls, haba

    no menos de 180 libros sobre historia de la psicologa hacia 1988 (Hilgard, Leary & McGuire, 1991). En el ao

    2004 se publicaba el primer volumen del Handbook of Psychology, dedicado precisamente a la historia de la

    psicologa. El editor del volumen sealaba que la Librera del Congreso de los Estados Unidos registraba al

    menos 44 libros con el ttulo History of Psychology, siendo el ms antiguo el de Brett, en 1912 (Freedheim,2003).

    Hugo Klappenbach, Consejo Nacional de Investigaciones Cientcas y Tcnicas y Laboratorio de Investigacin en Ciencias del

    Comportamiento, Universidad Nacional de San Luis, Argentina.

    El trabajo fue nanciado por el Consejo Nacional de Investigaciones Cientcas y Tcnicas y por la Secretara de Ciencia y

    Tcnica de la Universidad Nacional de San Luis.

    La correspondencia relativa a este artculo debe ser dirigida a Hugo Klappenbach, Laboratorio de Investigacin en Ciencias del

    Comportamiento, Universidad Nacional de San Luis, Avda. Ejrcito de los Andes 950, IV Bloque, Ocina 71, D5700HHW San Luis,

    Argentina. E-mail: [email protected]

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    KLAPPENBACH2

    El problema o la discusin sobre el mtodo en la historia va de la mano del debate acerca de la cienticidad

    de la historia. Son cientcas las investigaciones en el campo de la historia de la psicologa? Si se respondiera

    armativamente, de qu carcter son esas investigaciones? Dicho de otra manera, qu tipo de conocimiento

    cientco constituye el conocimiento en historia de la psicologa?

    En esa direccin, se podra esperar que en los tratados sobre historia de la psicologa la cuestinmetodolgica ocupara un lugar preponderante. Sin embargo, no parece ser as. No es difcil constatar que

    la cuestin metodolgica no est ampliamente desarrollada, no obstante que en el primero de los textosmencionados por Freedheim (2003), el de Brett, el autor llama la atencin de que el desarrollo de la psicologa

    haba estado ntimamente relacionado con el de la losofa. Por tal razn, argumentaba Brett, existieron pocas

    obras dedicadas al tema: pocos intentos de escribir un relato independiente de este campo del conocimiento yesos pocos son defectuosos en el mtodoy ejecucin [cursiva agregada] (Brett, 1912, p. vii; traduccin ma).

    Por supuesto que no puede desconocerse que la situacin cambi despus de 1960. Robert Watson, en su

    clebre denuncia de la historia de la psicologa como un rea descuidada, sealaba que la historia de la psicologatiene sus propias reglas y mtodos complicados, concluyendo que el conocimiento de la metodologade lahistoria historiografa es esencial para lograr algo ms que una familiaridad anecdtica con cualquierrea susceptible de ser abordada histricamente [cursiva agregada] (Watson, 1960, p. 255; traduccin ma).

    Los cambios originados a partir de 1960 se orientaron precisamente hacia una mayor vinculacin entre

    historia de la psicologa e historia, particularmente historia de las ciencias, historia social e historia de las

    ideas, en los que la cuestin del mtodo pas a ser central. Uno de los renovadores de la historia de la cienciaen la dcada de 1960, Robert Young, sealaba en 1966 en la Universidad de Cambridge que los estudiosen historia de las ciencias del comportamiento no han desarrollado todava una apreciacin clara acerca delmtodo histrico y de la historiografa (Young, 1966, p. 31, traduccin ma). Para solucionar esa carencia,

    en 1968 tuvo lugar el primer Curso de Verano sobre Historia de la Psicologa en la Universidad de New

    Hampshire, con nanciacin de la National Science Foundation (Broek, Watson & Ross, 1969). Con aquel

    curso se haba propuesto la formacin de profesores universitarios interesados en historia de la psicologay, a tal n, el director del programa, Josef Broek, haba planteado seis necesidades de formacin. Algunas

    de esas necesidades estaban directamente relacionadas con la problemtica que me ocupa, como tomarconciencia de las tcnicas involucradas en la investigacin histrica, el conocimiento de archivos, documentosy otros lugares de relevancia para el hallazgo de fuentes de informacin o las explicaciones en historia de la

    psicologa que se relacionan con el clima losco de cada perodo y con las ideas en los campos limtrofes,

    desde la medicina y la biologa hasta la ciencias sociales.

    Las necesidades planteadas por Broek evidenciaban el proyecto de consolidar un campo de especializacin,

    abierto al mismo tiempo al intercambio con campos anes. El perl de los profesores invitados denotaba ese

    acercamiento a la historia de las ciencias y la losofa: desde Henry Guerlac, historiador de la ciencia en

    Cornell University, George Mora, del Departamento de Historia de la Psiquiatra en la Yale University,

    Julian Jaynes, de Princeton University, hasta invitados del campo de la losofa, como J. Agassi, de la Boston

    University, o Robert Sears, de Stanford, o de la propia historia de la psicologa, como Robert Mac Leod,

    tambin de Cornell, Richard Solomon, de la University of Pennsylvania, y el clebre Gardner Murphy, entre

    otros.

    Merece destacarse que en ese curso existi un panel dedicado precisamente a temas metodolgicos y en

    el mismo se planteara como una de las caractersticas del historiador de la psicologa ideal: l deberaestar familiarizado no slo con el contenido de la historia de la psicologa, sino tambin con la metodologa dela investigacin histrica[cursiva agregada] (Broek et al., 1969, p. 311; traduccin ma). Inclusive, que una

    consecuencia de aquel curso hubiera consistido en la organizacin de Cheiron, la sociedad especializada enel estudio de la historia de las ciencias sociales y del comportamiento, puede leerse en la misma direccin deuna mayor profesionalizacin y autonoma en relacin con el campo especco de la psicologa.

    Quince aos ms tarde, el propio Robert Watson (1975) reconoca que los trabajos publicados en esos

    aos en historia de la psicologa (y campos anes, como historia de la psiquiatra) brindaban una atencin

    compartida hacia la metodologay la historiografa y que la publicacin en cooperacin dentro del campo sonindicadores de un centrarse profesionalmente, de acuerdo con el tema de esta charla [cursiva agregada] (p.10; traduccin ma).

    Puede armarse, entonces, que desde la dcada de 1960 la reexin y el inters por la cuestin metodolgica

    no han estado ausentes en la historiografa de la psicologa. Ms todava, la cuestin metodolgica es uno

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    de los aspectos centrales en la distincin entre un abordaje historiogrco whig (despreocupado por la

    metodologa historiogrca) y un abordaje historiogrco crticoo entre la denominada historia tradicional

    de la psicologa y la nuevahistoria de la psicologa (Danziger, 1984; Furumoto, 1989; Harris, 1997, 2009;

    Klappenbach, 2006).

    La Importancia Metodolgica Para la Historiografa Crtica

    Sin embargo, todava en 1989 se argumentaba que los cursos universitarios de psicologa a nivel de gradosobre historia de la psicologa y los libros de textos en los que se basaba esa enseanza no se apoyaban en

    una formacin especca en historia de la psicologa y reejaban esa falta de entrenamiento en mtodos

    historiogrcos [cursiva agregada] (Furumoto, 1989, p. 9, traduccin ma). Y un estudio hacia el cambio del

    nuevo siglo, en base a 357 programas o carreras de historia de la psicologa en universidades norteamericanas,

    evidenciaba anlogas limitaciones. Los autores concluan que los cursos de historia de la psicologa analizados

    no reejaban los avances acadmicos producidos en la investigacin especializada en la disciplina (Hogan,

    Goshtasbpour, Laufer & Haswell, 1998). Esta disociacin seguramente responde a causas diferentes y, por

    la misma razn, admite interpretaciones diversas. Podra responder a una fractura esencial entre la funcin

    crtica de la investigacin histrica acadmica y especializada, por una parte, y la funcin pedaggica y

    socializadora de los cursos de historia de la psicologa, por otra. Esa fractura es paralela a la fractura entre

    la historia crtica y la historia celebratoria. Kurt Danziger, una de las personalidades ms relevantes en

    la renovacin historiogrca de las ltimas dcadas del siglo XX, haba notado el papel de ciertos textos

    de historia psicologizada(psychologized history) cuyo objetivo primario no es contribuir a la investigacin

    histrica, sino a la persuasin pedaggica (Danziger, 1995, p. 116; traduccin ma). El recurso a lainvencin

    de tradiciones, brillantemente analizado por Hobsbawm (1983/2002a, 1983/2002b), tambin ha caracterizado

    la historiografa de la psicologa (Klappenbach, 2006). Pero tambin se puede interpretar la disociacin en

    otros trminos. En un anlisis que cuestiona la denominada historiografa crticade la psicologa, Lovett

    (2006) sealaba que muchas historias caracterizadas comopresentistas y whigistaspor la historiografa

    crtica, en realidad podan considerarse complementarias de los estudios iniciados de la nuevahistoria. En

    particular, el autor adverta una actitud prejuiciosa del historiador profesional, incompatible con un verdadero

    posicionamiento crtico: por una parte, actitud descalicadora hacia el estado actual de la psicologa; por la

    otra, una posicin cuestionadora a partir de la aplicacin de categoras de anlisis pre-establecidas (y, en

    tal sentido, a-crticas). Resulta evidente el cuestionamiento de Lovett hacia la historiografa deudora de la

    Escuela de Frankfurt y posiblemente su postura requiera, a su vez, de una nueva revisin crtica.

    Aun cuando puedan cuestionarse varios aspectos de la argumentacin de Lovett, considero que haydos aspectos que pueden rescatarse de su trabajo. El primero es la necesidad de interrogar de una manera

    cuestionadora a la propia historiografacrtica. Esta exigencia ya haba sido advertida por Kurt Danziger

    (1984), como una exigencia mnima o como una historia crtica aun en sentido dbil, ya que una historiografa

    crtica, por supuesto, debe () adoptar una actitud crtica y autorreexiva dirigida inclusive a sus propios

    esfuerzos (p. 100; traduccin ma). El segundo aspecto, solidario con el anterior, es la necesidad de re-

    examinar numerosos tpicos que desde la nueva historia pudieron haber quedado planteados de una manera

    dicotmica. En esa direccin, desde la Universidad de York, una de las instituciones ms prestigiosas en

    el desarrollo de la nueva historia de la psicologa, se ha planteado la posibilidad de que los historiadores-

    psiclogos apliquen diferentes enfoques para el estudio de las grandes personalidades, algo que desde el

    programa de la nueva historia pareca casi vedado (Ball, 2012).

    La mencin del historiador-psiclogoo historiador interno al campo de la psicologa no resulta tampoco

    una cuestin menor. Todo el perodo de profesionalizacin de la historia de la psicologa posterior a 1960enfatiz, con justicia, los benecios que poda generar la perspectiva del historiador externo al campo de la

    psicologa y promovi en las dcadas siguientes la emergencia de destacados historiadores de la psicologa

    externos a la disciplina psicolgica. Con todo, la cuestin sobre el historiador interno o externo involucraba

    una cuestin conceptual y, al mismo tiempo, institucional, que no resultaba fcil de resolver. En Alemania,

    en 1964 el reconocido historiador de la ciencia, Bernhard Sticker, cuestionaba el lugar institucional adecuado

    de las historias de las ciencias en la organizacin universitaria. Cules eran los departamentos pertinentes

    para incluir los cursos de historias de las ciencias, los departamentos de historia o los departamentos de

    ciencia? (Sticker, 1964). Georges Canguilhem (1968), en Francia, retom el interrogante de Sticker, sealando

    que no se trataba de una cuestin nicamente institucional o burocrtica, sino que de una propiamente

    epistemolgica, relacionada con la precisin del objeto de estudio de la historia de la ciencia. Canguilhem

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    KLAPPENBACH4

    adverta una contradiccin esencial en la historia de la ciencia, entre el mtodo (lamthode), por un lado, y

    el destino (ladestination), por el otro. Segn el mtodo, la historia de la ciencia estara prxima a la historia;

    en cambio, segn el destino o nalidad, estara prxima a la ciencia (Canguilhem, 1968).

    En esa direccin, el carcter del historiador, interno o externo al campo psicolgico, presenta diversas

    aristas. Por una parte, el reconocimiento del carcter histrico de la historia de la psicologa implicaba la

    incorporacin de las metodologas y herramientas propias del campo histrico; tal movimiento, en cierto

    sentido, alejaba la historia de la psicologa de la psicologa, aproximndola a la historia. Pero, por otra,aquella cuestin sobre el destino de la historia de la ciencia incorpora la necesidad de un nuevo movimiento,

    esta vez de una nueva aproximacin al campo de la psicologa, aunque reconociendo las exigencias de

    profesionalismo en el dominio de las herramientas propiamente historiogrcas. En tal contexto, apenas

    esbozado, una armacin de Paul Veyne (1971/1984), que se ha extendido en los ltimos 20 aos, resulta un

    verdadero desafo, si no una provocacin: la historia, a falta de mtodo, requiere poseer una determinada

    cultura (p. 139).

    Me interesa confrontar la armacin de Veyne y sealar caminos alternativos a los propuestos por l.

    Dems est decir que la expresin de Veyne incluye una caracterizacin de la historia con la cual es difcil no

    coincidir: el anlisis histrico requiere contextualizar los fenmenos estudiados en una perspectiva cultural

    y social amplia. Sin embargo, es necesario discutir, con nfasis, que la historia carezca de un determinado

    mtodo, a menos que, como el conocido personaje de la serie The Big Bang Theory, el fsico terico Sheldon

    Cooper encarnado por Jim Parsons, consideremos que lo nico que requiere la historia es una buena memoria

    y la capacidad para repetir (Lorre, Molaro, Goetsch & Cendrowski, 2011).

    Quisiera en lo que sigue plantear algunas de las caractersticas de la metodologa histrica en trminos

    de fases o momentos de la investigacin, sin suponer que esos momentos necesariamente se suceden

    cronolgicamente, aunque s lgicamente. Como existen numerosas perspectivas de la metodologa histrica,

    aqu quisiera apoyarme en dos de ellas aparentemente antitticas, pero curiosamente coincidentes en

    numerosos aspectos. Me reero a la perspectiva de uno de los ms destacados historiadores marxistas,

    Eric Hobsbawm, recientemente fallecido, y a la perspectiva de Karl Popper, considerado uno de los ms

    importantes lsofos e historiadores de la ciencia, fuertemente crtico de las ciencias sociales (al menos en la

    versin que le correspondi refutar, la de la Escuela de Frankfurt).

    Primera, Segunda y Tercera Fases Metodolgicas en la Investigacin Histrica

    Eric Hobsbawm (1997/1998) sealaba que en primer lugar todo trabajo histrico entraa hacer unaseleccin, una minscula seleccin, de algunas cosas, partiendo de la innidad de actividades humanas del

    pasado y de lo que afect a tales actividades (p. 73). Podra armarse, entonces, que la investigacin histrica

    comienza por un acotamientodel tema a investigar. Como en cualquier investigacin y como en cualquier

    disciplina cientca, el primer momento metodolgico es la delimitacin oconstruccin de un objeto de estudio

    acotado. Esta delimitacin del objeto de estudio en modo alguno surge de la simple observacin emprica. Al

    contrario, esa primera fase metodolgica de la investigacin histricainspirada en Hobsbawm no se aleja en

    lo esencial de lo planteado por Karl Popper en su cuarta tesis sobre la lgica en las ciencias sociales:

    En la medida en que quepa en absoluto hablar de que la ciencia o el conocimiento comienzan en algn

    punto tiene validez lo siguiente: el conocimiento no comienza con percepciones u observacin o con la

    recopilacin de datos o de hechos, sino conproblemas. No hay conocimiento sin problemas. (Popper,

    1969/1973, p. 102; la cursiva es original)

    Un concepto anlogo expresaba Lucien Febvre (1952/1992). Sealaba que el historiador no iba al azarentre los hechos; al contrario, el historiador siempre parte de un proyecto preciso en su mente, unproblema

    a resolver, una hiptesisde trabajo [cursiva agregada] (p. 7; traduccin ma). Y subraya con nitidez la

    importancia de denir un problema: Es que plantear unproblemaes precisamente el principio y el n de

    toda historia. Sin problemas, no existe la historia[cursiva agregada] (Febvre, 1952/1992, p. 21; traduccin

    ma).

    El otro gran responsable de la emergencia de la Escuela de los Annales, Marc Bloch, en su clsica

    introduccin a la historia, obra que qued inconclusa debido a su fusilamiento por parte del ejrcito alemn

    en 1944, comparta idntico presupuesto. El gran historiador francs recordaba que la mera observacin

    resulta intil si no est guiada adecuadamente por preguntas,ya que en el principio est la inteligencia

    (Bloch, 1993/1996, p. 87).

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    Otro autor clsico, en este caso de la psicologa, pero reexionando en clave histrica, se expresaba en

    trminos anlogos:

    Todo lo que se describe como hecho es ya teora, dice Mnsterberg, recordando las palabras de

    Goethe, al fundamentar la necesidad de la metodologa (1922). Cuando nos tropezamos con lo que

    denominamos vaca y decimos: esto es una vaca, al acto de percibir unimos el de pensar, incluyendo

    la mencionada percepcin en un concepto general. () Lo que uno ve no es, en realidad, una vaca.

    () Lo que se ve es algo grande, negro, que se mueve, muge, etc.; y se comprende que es una vaca,y ese acto es un acto de clasicacin, de inclusin de un fenmeno aislado dentro de la categora

    de fenmenos anlogos, de sistematizacin de la experiencia, etc. As, la propia lengua encierra los

    fundamentos y las posibilidades de la cognicin cientca del hecho. La palabra es el germen de

    la ciencia, y en este sentido cabe decir que en el comienzo de la ciencia estaba la palabra[cursiva

    agregada] (Vygotski, 1927/1991, p. 281).

    Es decir, junto con la primera fase en la investigacin histrica, se puede plantear que surgen la segunda

    y la tercera casi simultneamente. La segunda fase, entonces, consiste en el establecimiento de las preguntas,

    problemas ohiptesis de trabajoque guiarn la investigacin, sin los cuales no sera posible acotar un objeto

    de estudio.

    Numerosos historiadores subrayan que las hiptesis pueden ser explcitas o no. Por otro lado, la nocin

    de hiptesis a veces se relaciona nicamente con el mtodo hipottico-deductivo y la precisin de las hiptesis

    nulas en determinado tipo de investigaciones. Desde la perspectiva que vengo abordando, queda claro quesiempre existen hiptesis en el desarrollo de una investigacin, aun cuando no se las explicite. Por tal razn,

    considero que, ya que siempre existen, es una buena prctica que en esa segunda fase se precisen. En este

    sentido, considero adecuada la formulacin de Febvre, quien utiliza la expresin hiptesis de trabajo. En el

    mundo anglosajn ese fue un trmino que hace ms de 100 aos precis y claric George Mead (1899), para

    quien el ltimo criterio para considerar la validez de las hiptesis en las ciencias sociales est relacionado

    con que efectivamente funcionen en la complejidad de las fuerzas sociales intervinientes en cada fenmeno:

    En el mundo social debemos reconocer la hiptesis de trabajo como la forma en la que todas las teoras

    deban ser modeladas tan completamente como en las ciencias naturales. El ms elevado criterio que

    podemos presentar es que la hiptesis operar (shall work) en el complejo de fuerzas en el cual lo

    introducimos (Mead, 1899, p. 369; traduccin ma).

    En las ltimas dcadas se ha revalorizado el signicado del concepto tanto para las investigaciones de

    corte historiogrco o en las ciencias sociales en general (Deegan, 1987; Hill, 1993) como para investigacionesen el campo de las humanidades (Hewitt, 2006). En la investigacin en psicologa en Amrica Latina tambin

    se ha propuesto un concepto con un sentido anlogo al de Mead, el trmino hiptesis tentativa (Quintana-

    Pea, 2006). Posiblemente la sugerencia de que la psicologa social y la sociologa de Mead constituyen ms un

    esquema terico-conceptual (conceptual/theoretical frame) que una teoraper se(theory per se) se encuentra

    indudablemente inspirada en aquella nocin amplia y general con la cual Mead explicaba las hiptesis de

    trabajo (Stryker, 2008).

    En relacin con la importancia que juegan en el inicio de la investigacin estas preguntas, problemas o

    hiptesis, Popper (1969/1973) adverta una nueva arista que precipita una fase siguiente:

    Tampoco hay ningn problema sin conocimiento. Es decir, que este comienza con la tensin entre

    saber y no saber, entre conocimiento e ignorancia: ningn problema sin conocimiento ningn

    problema sin ignorancia, porque todo problema surge del descubrimiento de que algo no est en orden

    en nuestro presunto saber; () o expresado quiz ms adecuadamente en el descubrimiento de unaposible contradiccin entre nuestro supuesto conocimiento y los supuestos hechos [cursiva agregada]

    (p. 102; traduccin ma)

    De lo expresado por Popper, se desprende una tercera fase metodolgica desde el punto de vista lgico

    y no necesariamente cronolgico, centrada en el estudio de los antecedentes oel estado del arte del objeto

    acotado en la primera fase metodolgica a partir de los problemas o hiptesis de trabajo explicitados en

    la segunda. Es decir, no resulta suciente haber delimitado y establecido un objeto de estudio desde una

    pregunta o hiptesis precisa; es necesario que la investigacin se apoye y parta de lo que ya se conoce sobre

    ese objeto de estudio.

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    Es posible que esta perspectiva exija discutir algunas armaciones que se han apoyado en cierta vulgata

    kuhniana, como me atrevo a denominarla, segn la cual el verdadero conocimiento nunca sera acumulativo

    o continuo, sino que sera necesariamente revolucionario o discontinuo. El propio Kuhn (1962/1971) descubri

    pronto que su tesis central en La Estructura de las Revoluciones Cientfcas haba sido errneamente

    interpretada, en primer lugar, porque en la posdata de 1969 a su libro reconoci que se haba asociado el

    cambio revolucionario al de acontecimientos extraordinarios como los de Coprnico, Newton o Einstein:

    En parte a causa de los ejemplos que he escogido y en parte a causa de mi vaguedad con respecto a lanaturaleza y las proporciones de las comunidades en cuestin, unos cuantos lectores de este libro han

    concluido que mi inters se basa fundamental y exclusivamente en las grandes revoluciones, como

    las que suelen asociarse a los nombres de Coprnico, Newton, Darwin o Einstein. Sin embargo, yo

    creo que una delineacin ms clara de la estructura comunitaria ayudara a iluminar la impresin

    bastante distinta que yo he querido crear. Para m, una revolucin es una clase especial de cambio,

    que abarca cierta ndole de reconstruccin de los compromisos de cada grupo. Pero no tiene que

    ser un gran cambio, ni siquiera parecer un cambio revolucionario a quienes se hallen fuera de una

    comunidad determinada, que acaso no consista ms que en unas veinticinco personas. Y simplemente

    porque este tipo de cambio, poco reconocido o analizado en la bibliografa de la losofa de la ciencia,

    ocurre tan regularmente en esta escala menor, es tan urgente comprender el cambio revolucionario,

    en contraste con el acumulativo. (pp. 277-278)

    Pero, en segundo lugar, y esto posiblemente sea ms signicativo, porque Kuhn (1972/1975) tambin

    reconoci el papel que jugaba en la historia de la ciencia el cambio acumulativo:

    ...en la ciencia como en la geologa hay dos clases de cambio. Uno de ellos, la ciencia normal, es el

    proceso generalmente acumulativo mediante el cual se robustecen, articulan y amplan las creencias

    aceptadas por una comunidad cientca. (...) Desde luego, como dice Toulmin, las dos clases de cambio

    se interpenetran: las revoluciones no son ms totales en la ciencia de lo que lo son en otros aspectos

    de la vida. [cursiva agregada] (p. 415)

    La investigacin historiogrca, como cualquiera investigacin, requiere el mayor conocimiento posible

    de los antecedentes ya conocidos del objeto de estudio o del estado del conocimiento del tema, el que debe

    ser lo ms exhaustivo posible. Es recomendable que el investigador transite por la mayor cantidad de bases

    de datos de resmenes y de texto completo que resulten posibles y por todos los repositorios en los que

    presumiblemente puedan hallarse estudios relacionados con su objeto de investigacin.

    La reorientacin a partir de 1960 de la nueva historia de la psicologa se impuso la exigencia de larevisin crtica de las fuentes primarias de los autores o corrientes analizados. Esta exigencia resulta

    fundamental y necesaria para una adecuada investigacin histrica, pero puede resultar insuciente. Es

    decir, paralelamente al relevamiento y anlisis de las fuentes primarias (textos originales, correspondencia,

    documentos administrativos y legales, material de archivo en general), la investigacin histrica exige otros

    dos relevamientos y anlisis, tambin de manera exhaustiva: el de fuentes primarias relacionadas con el

    objeto de estudio y el de la bibliografa secundaria sobre el objeto de estudio y sobre el campo relativamente

    prximo al tema de estudio.

    En sntesis, la exigencia del relevamiento y estudio de fuentes primarias no exime del necesario

    conocimiento de la bibliografa secundaria que haya analizado y estudiado ese tema o los temas anes.

    Cuarta, Quinta y Sexta Fases Metodolgicas en la Investigacin Histrica

    Una vez realizadas las fases anteriores, se hace necesario seleccionar el diseo o diseos metodolgicospara la recoleccin/reconstruccin de datos, lo que habitualmente constituye el momento identicado con la

    metodologa de la investigacin propiamente dicha (cuarta fase) e inmediatamente, de manera prcticamente

    simultnea, es necesario precisar las fuentes primarias (fuentes documentales o fuentes orales) que habrn

    de investigarse, lo que tambin se denomina el corpus documental otestimonial, segn se trate (quinta fase).

    Cuando hablo de diseo me reero a los artefactos lgicos e instrumentales que el investigador introduce

    para acceder o construir los datos, a partir de las hiptesis de trabajo que ha bosquejado. Los diseos de

    las investigaciones historiogrcas no siempre encajan en las clasicaciones de investigaciones psicolgicas,

    porque se trata de estudios de naturaleza histrica y no psicolgica. No obstante, algunos estudios que

    utilizan datos cuantitativos o bibliomtricos se podran enmarcar en variaciones de estudios ex-post facto

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    METODOLOGA E HISTORIA DE LA PSICOLOGA 7

    retrospectivos, de acuerdo con la clasicacin de Montero y Len (2002, 2005), variacin, a su vez, de los

    estudios que los mismos autores haban denominado anteriormente estudios descriptivos mediante anlisis

    de documentos(Montero & Len, 2001). Una de las caractersticas de los estudios ex-post facto es que no

    permiten la manipulacin de variables, toda vez que los hechos ya han sucedido y de lo que dispone el

    investigador es de los vestigios o testimonios o documentos relacionados con los mismos.

    La clasicacin de Montero y Len (2007) se puede sintetizar en una clasicacin bien general, en la cual

    los autores incluyen tres grandes categoras: estudios tericos, estudios empricos cuantitativos y estudiosempricos cualitativos. Explcitamente, los autores decidieron no considerar los denominados estudios

    combinados (mixed methods). Est sucientemente extendida una posicin epistemolgica que enfatiza la

    diferencia radical entre metodologas cuantitativas y cualitativas. No obstante ello, cada vez ms se viene

    justicando la adopcin de posiciones que sostienen la complementariedad dialctica de ambos abordajes

    metodolgicos y, por ende, la necesidad de combinar o integrar diferentes enfoques. As, en la presentacin

    de una nueva revista denominada precisamente Journal of Mixed Methods Research, los editores han llegado

    a plantear el surgimiento de una nueva era de mtodos combinados (Tashakkori & Creswell, 2007, p.

    3; traduccin ma). Entre los variados campos de aplicacin de estos nuevos enfoques combinados, puede

    mencionarse tanto el de la psicologa y educacin (Morell & Jin Bee Tan, 2009) como el de la historia (Cohen,

    Flinn & Morgan, 2007). Inclusive podra argumentarse que los clsicos estudios cuantitativos en muchas

    de sus fases incluyen aspectos o momentos cualitativos. Un buen testimonio podra constituirlo un estudio

    tpicamente cuantitativo publicado en formato IMRAD (Introduccin, Mtodo, Resultado y Discusin)

    caracterstico tanto del estilo para las ciencias de la American Psychological Association (APA) como el deVancouver o el de Chicago. Aun cuando los datos de la seccin Resultados pudieran presentarse de un modo

    totalmente cuantitativo, el momento de la Introduccin y el de la Discusin incluyen consideraciones y anlisis

    que pueden considerarse cualitativos. Y de manera anloga, aun cuando Denzin y Lincoln (2005) sostengan

    que en lo fundamental los mtodos combinados desconocen el contexto crtico de los enfoques cualitativos ya

    que responden a la lgica experimental, podra sealarse que los estudios cualitativos ya contemplaban un

    proceso de combinacin metodolgica, por ejemplo, la triangulacin, especialmente la metodolgica y terica

    (Denzin, 1978).

    Lo que interesa es que del conocimiento que el investigador ha adquirido de su campo de estudio a partir

    del relevamiento de las fuentes primarias y secundarias, posee un conocimiento detallado y amplio de los

    diferentes diseos en su campo de investigacin, lo cual le posibilita seleccionar el o los ms adecuados al

    objeto de estudio y a las condiciones y recursos materiales y humanos en los que se va a llevar a cabo la

    investigacin.La quinta fase metodolgica, ntimamente entrelazada con la cuarta, implica la seleccin de las fuentes

    y/o de los testimoniantes claves de los que emergern los datos empricos de la investigacin. Esta fase se

    enlaza directamente con la sexta, que constituye el momento ms emprico de la investigacin: larecoleccin o

    construccin de datosprevia seleccin del corpus documental o testimonial(fuentes primarias). Robert Young

    (1966) remarcaba la importancia de esta fase y de la posibilidad de que el trabajo de archivo contribuyera a

    la instalacin de archivos o centros de documentacin de investigacin en historia de la psicologa:

    Hasta cierto punto, por supuesto, el historiador de la ciencia inevitablemente se encuentra en el

    exterior y, en consecuencia, busca a travs de la vida, correspondencia, reseas de libros, informes

    de evaluadores y otros documentos contemporneos para tratar de captar los matices de una poca y

    sumergirse en los problemas tal como parecan en su momento. Esto fue siempre buen conocimiento

    y Kuhn nos ha recordado que tal vez sea la esencia del mtodo histrico en la ciencia. Por lo tanto,

    en nombre de los futuros historiadores de las ciencias del comportamiento, se agradece saber que serealizan para que los materiales estn disponibles (p. 31; traduccin ma)

    Queda claro que los distintos modelos epistemolgicos reconocen ese momento de la investigacin, ya sea

    que algunos los denominen simplemente recoleccin de datosu otros lo denominen construccin de datos,en

    el sentido de que los datos, como se indicaba para la primera fase, no estn all esperando que el investigador

    los recoja de manera natural, sino que son el resultado de un proceso de construccin intelectual y social.

    Tambin sobre esta cuestin ha existido en el campo de las ciencias sociales una tendencia a polarizar

    momentos complementariamente dialcticos del proceso de investigacin. En una obra ya clsica de historia

    de la psicologa, Vygotski (1927/1991) observaba el fenmeno en toda su dimensin, al sealar la validez de

    dos tesis contrarias:

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    METODOLOGA E HISTORIA DE LA PSICOLOGA 9

    Tambin existen diferentes formatos para la presentacin del anlisis de los datos. Habitualmente,

    estos formatos reciben el nombre de estilos de comunicacin. Tanto en ciencias naturales y sociales como

    en humanidades es posible vericar la existencia de diferentes estilos de comunicacin cientca, como

    tambin distintos modelos de referencias, de inclusin de notas, entre otros. Internacionalmente se encuentra

    sumamente difundido el modelo de la Universidad de Chicago, precisamente porque distingue dos estilos de

    presentacin de anlisis y de comunicacin bien diferentes: por una parte, el estilo conocido como Chicago para

    las ciencias, estrictamente, estilo con autor y ao, y el estilo conocido como Chicago para las humanidades,

    estrictamente, estilo con notas y bibliografa (University of Chicago Press, 2010).

    En el campo de la psicologa, la APA ha establecido el APA Editorial Style. El problema del estilo

    comunicacional en campos como la psicologa y la antropologa se haba planteado ya en 1928, cuando la

    National Research Council de los Estados Unidos promovi un encuentro cientco convocado por Madison

    Bentley. El informe nal de dicho meeting, aun cuando no estableci normas muy precisas para los autores,

    ya recomendaba un estndar en el procedimiento, para el cual las excepciones, sin lugar a dudas, seran

    necesarias (Bentley et al., 1929, p. 57; traduccin ma). En 1944 John Anderson y Williard Valentine

    publicaron la primera gua de publicacin autorizada por el Directorio de Editores de la APA. Hay que

    advertir dos caractersticas de esa edicin. En primer lugar, se trataba de recomendaciones destinadas a

    publicar dentro de las siete publicaciones entonces editadas por la APA y,en segundo lugar, explcitamente

    se trataba de recomendaciones dirigidas a los jvenes graduados:

    Los editores consideran que es necesario un resumen de esta naturaleza, teniendo en cuenta su

    poltica de promover contribuciones de los miembros ms jvenes de la profesin, muchas de las cuales

    son escritas para publicacin por primera vez [cursiva agregada] (Anderson & Valentine, 1944, p.

    345; traduccin ma)

    En la dcada siguiente madurara un estilo propio de la APA. En 1952 apareci la primera Gua que se

    denomin Publication Manual (APA, 1952), aunque todava publicada como un suplemento delPsychological

    Bulletin,y en 1957 se edit el primer libro con ese nombre (APA, 1957), actualmente ya en la sexta edicin

    (APA, 2010).

    En el campo de investigacin de la historia de la psicologa resulta interesante constatar que existen

    publicaciones en el formato de la APA y en el formato de Chicago para las humanidades. La publicacin

    editada por la Sociedad de Historia de la Psicologa, la divisin 26 de la APA, la revista History of Psychology

    acepta que le sean sometidos a consideracin artculos escritos en ambos estilos.

    Queda claro que no existe un formato nico para presentar los estudios empricos en el campo de lahistoria de la psicologa. Por una parte, los estudios cuantitativos y especialmente los bibliomtricos, bien

    representados en la publicacin espaola Revista de Historia de la Psicologa, especialmente en sus primeros

    aos, posibilitan la presentacin de datos en el clsico estilo Introduccin, Mtodo, Resultados y Discusin.

    Los primeros editores de la revista espaola han publicado un libro que se puede considerar metodolgico y

    que ya constituye un clsico de las tendencias bibliomtricas en historia de la psicologa (Carpintero & Peir,

    1981). En cambio, otros estudios requieren de otro tipo de formato, ms narrativos, habituales en el campo

    de la historia.

    Conclusiones

    Es posible armar, entonces, que, contrariamente a lo sostenido por Paul Veyne (1971/1984), la historia,

    a falta de mtodo, requiere poseer una determinada cultura (p. 139), la historia y la historia de la psicologa

    tienen una metodologa bien precisa y clara.Por otro lado, los momentos o fases metodolgicos que aqu hemos presentado de manera sumaria en

    realidad son anlogos a los de cualquier disciplina cientca, tanto las ciencias naturales como las ciencias

    sociales.Ello no implica desconocer las particularidades de la metodologa en historia de la psicologa ni

    armar que la investigacin en ciencias naturales y ciencias sociales sea idntica. De ello se desprende que

    la historia, entonces, es una ciencia cuya metodologapuede ser enseada y aprendida como la de cualquiera

    investigacin.

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    KLAPPENBACH10

    En esa direccin, podemos nuevamente retomar algunos conceptos de Popper, una personalidad

    aparentemente tan extraa a la historia:

    a) El mtodo de las ciencias sociales, al igual que el de las ciencias de la naturaleza, radica en ensayar

    posibles soluciones para sus problemas es decir, para esos problemas en los que hunden sus races.

    Se proponen y critican soluciones.

    b) Si es accesible a una crtica objetiva, intentamos refutarlo, porque toda crtica consiste en intentos

    de refutacin.c) Si un ensayo de solucin es refutado por nuestra crtica, buscamos otro. [cursivas agregadas]

    (Popper, 1969/1973, pp. 103-104)

    Para nalizar, me gustara retomar a Eric Hobsbawm. Resulta interesante comprobar que una de las

    caractersticas de la historia como disciplina es su dicultad para establecer leyes generales del desarrollo de

    las sociedades, aunque se lo haya intentado desde distintos enfoques tericos e ideolgicos. De la mano de ello,

    aun cuando por supuesto se puedan extraer experiencias de la historia, no parece sensato exigirle a la misma

    posibilidades de prever, como es posible establecer predicciones del comportamiento de cuerpos celestes o

    de determinadas partculas fsicas. Sin desconocer ello, Hobsbawm (1969/1981) sealaba, a propsito de su

    investigacin sobre los bandoleros sociales:

    Dos breves notas metodolgicas: en primer lugar, ser claro que he tratado de explicarpor qu el

    bandolerismo social es tan extraordinariamente uniforme a lo largo de los siglos y continentes. Se

    puede someter a prueba esta explicacin? S, en la medida en que predice, hablando en sentido amplio,cmo actuarn los bandidos y qu historias la gente contar sobre ellos en zonas hasta el momento no

    estudiadas [cursiva agregada] (p. 9; traduccin ma)

    Es decir, Hobsbawm atribuye a la historia la capacidad de prediccin en sentido amplio. Ms todava,

    esta es el criterio de demarcacin acerca de la verdad de una determinada explicacin historiogrca, lo cual

    acerca las posiciones de Hobsbawm a los planteos de Popper sobre la lgica de las ciencias sociales, aun con

    todas las diferencias entre ambos.

    Lo que he pretendido en este trabajo es demostrar que, desde posiciones ideolgicas, epistemolgicas y

    tericas bien diferenciadas (Popper y Hobsbawm, por ejemplo), es posible discutir y cuestionar la armacin

    de que la historia carece de mtodo. Con ello, se arma tambin que el conocimiento en historia de la psicologa

    es cientco y que, como tal, requiere de una metodologa precisa capaz de orientar sus investigaciones.

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    Fecha de recepcin: Enero de 2013.

    Fecha de aceptacin: Noviembre de 2013.

  • 7/25/2019 Metodologia de La Investigacion en La Historia de La Psicologia

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    C o p y r i g h t o f P s y k h e i s t h e p r o p e r t y o f E s c u e l a d e P s i c o l o g i a d e l a P o n t i f i c i a U n i v e r s i d a d

    C a t o l i c a d e C h i l e a n d i t s c o n t e n t m a y n o t b e c o p i e d o r e m a i l e d t o m u l t i p l e s i t e s o r p o s t e d t o a

    l i s t s e r v w i t h o u t t h e c o p y r i g h t h o l d e r ' s e x p r e s s w r i t t e n p e r m i s s i o n . H o w e v e r , u s e r s m a y p r i n t ,

    d o w n l o a d , o r e m a i l a r t i c l e s f o r i n d i v i d u a l u s e .