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■■ Introducción Casi todos los países de América Latina han vivido una fuerte trans- formación en su clase política duran- te las últimas décadas. Lugares tan diferentes como Brasil, El Salvador, Venezuela, Argentina, Perú, Bolivia, Nicaragua, Chile y Uruguay han ex- perimentado relevos importantes no solamente en las orientaciones ideo- lógicas de sus jefes de Estado, sino también en las redes de poder político que determinan la agenda nacional. Incluso Colombia, uno de los pocos países que ha evitado la «marea rosa» de alternancias hacia gobiernos de iz- quierda, vivió una depuración de su clase política durante los años 90, con una diversidad de juicios en contra México: la transición pendiente Déficit democrático y movilizaciones sociales JOHN M. ACKERMAN México paga hoy las consecuencias de una «transición democrática» que nunca dio poder a la sociedad ni rindió cuentas con el pasado. La escasa calidad democrática tanto de las elecciones presidenciales de 2012 como de los primeros dos años del gobierno de Enrique Peña Nieto evidencia que existe más continuidad que cambio con respecto al pasado autoritario. Sin embargo, el surgimiento de nuevos movimientos sociales, como el de los estudiantes y padres de familia de la Escuela Normal Isidro Burgos de Ayotzinapa, genera esperanza con respecto a la posibilidad de que México pueda transitar hacia otro régimen político en el futuro próximo. COYUNTURA John M. Ackerman: es investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (unam) y director editorial de Mexican Law Review. Se desem- peñó como investigador invitado en la American University de Washington, dc, así como en la Sorbonne Nouvelle (Institut des Hautes Etudes de l’Amérique latine, iheal) y Sciences Po (Paris School of International Affairs, psia), París. Correo electrónico: <[email protected]>. Página web: <www.johnackerman.blogspot.com>. Palabras claves: democracia dirigida, Enrique Peña Nieto, Partido Revolucionario Institucional (pri), México. Este artículo es copia fiel del publicado en la revista NUEVA SOCIEDAD N o 256, marzo-abril de 2015, ISSN: 0251-3552, <www.nuso.org>.

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  • Introduccin

    Casi todos los pases de Amrica Latina han vivido una fuerte trans-formacin en su clase poltica duran-te las ltimas dcadas. Lugares tan diferentes como Brasil, El Salvador, Venezuela, Argentina, Per, Bolivia, Nicaragua, Chile y Uruguay han ex-perimentado relevos importantes no

    solamente en las orientaciones ideo-lgicas de sus jefes de Estado, sino tambin en las redes de poder poltico que determinan la agenda nacional. Incluso Colombia, uno de los pocos pases que ha evitado la marea rosa de alternancias hacia gobiernos de iz-quierda, vivi una depuracin de su clase poltica durante los aos 90, con una diversidad de juicios en contra

    Mxico: la transicin pendienteDficit democrtico y movilizaciones sociales

    John M. AckerMAn

    Mxico paga hoy las consecuencias de una transicin

    democrtica que nunca dio poder a la sociedad ni rindi cuentas

    con el pasado. La escasa calidad democrtica tanto de las

    elecciones presidenciales de 2012 como de los primeros dos aos

    del gobierno de Enrique Pea Nieto evidencia que existe ms

    continuidad que cambio con respecto al pasado autoritario.

    Sin embargo, el surgimiento de nuevos movimientos sociales,

    como el de los estudiantes y padres de familia de la Escuela

    Normal Isidro Burgos de Ayotzinapa, genera esperanza

    con respecto a la posibilidad de que Mxico pueda transitar

    hacia otro rgimen poltico en el futuro prximo.

    COYUNTURA

    John M. Ackerman: es investigador del Instituto de Investigaciones Jurdicas de la Universidad Nacional Autnoma de Mxico (unam) y director editorial de Mexican Law Review. Se desem-pe como investigador invitado en la American University de Washington, dc, as como en la Sorbonne Nouvelle (Institut des Hautes Etudes de lAmrique latine, iheal) y Sciences Po (Paris School of International Affairs, psia), Pars. Correo electrnico: . Pgina web: .Palabras claves: democracia dirigida, Enrique Pea Nieto, Partido Revolucionario Institucional (pri), Mxico.

    Este artculo es copia fiel del publicado en la revista Nueva Sociedad No 256, marzo-abril de 2015, ISSN: 0251-3552, .

  • 5 CoyunturaMxico: la transicin pendiente. Dficit democrtico y movilizaciones sociales

    de polticos de alto nivel por sus re-laciones con el narcotrfico. Ninguno de estos pases ha logrado consolidar un verdadero Estado democrtico y todos enfrentan enormes retos hacia el futuro, pero Mxico ni siquiera ha iniciado el camino.

    El pas hoy paga las consecuencias de una transicin democrtica que nunca empoder a la sociedad ni rin-di cuentas con el pasado. El retorno al poder del viejo partido de Estado el Partido Revolucionario Institucio-nal (pri) en 2012 es solamente el in-dicador ms claro del carcter vaco y estril de este proceso poltico. Pero ms all de los colores y las siglas en el poder, el problema de fondo es que cada da se ensancha ms la amplia brecha entre la clase poltica y la so-ciedad que ha caracterizado el rgi-men mexicano desde hace dcadas.

    Mxico se encuentra frente a una dis-yuntiva histrica. Seguir el ejemplo de los pases latinoamericanos que han logrado encauzar polticamente el descontento social generado por la co-rrupcin y las polticas neoliberales de los aos 80 y 90? O, en contraste, seguir el ejemplo de Estados Uni-dos que, en lugar de llenar los proce-sos polticos de sentido social, los ha vaciado a tal punto que ya no ponen en juego el sistema de dominacin social vigente?

    Plantear esta pregunta como el dile-ma central rompe con la perspectiva

    dominante en el extranjero sobre la si-tuacin poltica en Mxico. La visin externa parte del supuesto de que en el ao 2000 Mxico vivi una exitosa transicin democrtica con la llegada a la Presidencia de la Repblica de Vi-cente Fox, candidato del Partido Accin Nacional (pan). Asimismo, este enfo-que normalmente presenta las refor-mas neoliberales del nuevo presidente, Enrique Pea Nieto, como ejemplos de una segunda transicin complemen-taria, ahora en el mbito econmico, hacia una economa supuestamente ms libre y competitiva.

    El problema con esta perspectiva es que presupone que Mxico ya ha tran-sitado hacia otro rgimen, supuesta-mente de libertades polticas y eco-nmicas, y ha dejado atrs el viejo sistema corrupto y autoritario. En contraste, argumentaremos que hoy existe ms continuidad que cambio con respecto al pasado. Especfica-mente, examinaremos la calidad de-mocrtica tanto de las elecciones de 2012 como de los primeros dos aos del gobierno de Pea Nieto.

    La pregunta clave con respeto al es-tado de la poltica en Mxico no se-ra entonces cmo perfeccionar o consolidar una transicin demo-crtica ya iniciada, sino cul es la naturaleza del escenario que se pre-para para una eventual transicin futura. En principio, todo parece in-dicar que el pas avanza firmemente hacia la consolidacin de una demo-

  • 6Nueva Sociedad 256John M. Ackerman

    cracia administrada al estilo esta-dounidense1. Sin embargo, tambin han surgido importantes iniciativas y movilizaciones sociales, como la de los estudiantes y padres de fami-lia de la Escuela Normal Isidro Burgos de Ayotzinapa, en el estado de Gue-rrero, que indican que an podra existir la posibilidad de caminar ha-cia una democracia ms vigorosa, al estilo latinoamericano. El desenlace final depender del comportamien-to tanto de la clase poltica como de los actores sociales durante los prxi-mos aos.

    La transicin fallida y las elecciones de 2012

    Desde hace siglo y medio, la celebra-cin de elecciones po pulares ha sido la norma en Mxico. El hecho de que el sistema autoritario siempre re-curriera a las elecciones populares como una va para legitimar el ejerci-cio del poder le imprime un sentido diferente a la dinmica poltica de la transicin democrtica en Mxico en comparacin con otros pases. Es-pecficamente, lo importante para el caso mexicano no sera la mera cele-bracin de elecciones populares sino la calidad y la autenticidad de las mismas. Otros pases cuentan con la ventaja de ubicar ms clara mente el momento de su transicin a partir de la entrega del poder, o del derro-camiento, de una dictadura militar o unipersonal. En este contexto, la ce-lebracin de elecciones constituye un

    hito histrico innegable que inaugu-ra una nueva forma de hacer poltica. Sin embargo, en Mxico la situacin es mucho ms compleja y desafiante.

    Por ejemplo, el simple hecho de que en el ao 2000 el pan finalmente hu-biera des plazado de la Presidencia de la Repblica al pri no necesa riamente implica la existencia de una verda-dera transicin en el pas. A lo largo del siglo xx, tambin hubo una clara alternancia de ideologas y grupos polti cos en el poder bajo el cobijo del mismo pri y sus antecesores.

    Los dos indicadores ms comn-mente utilizados para demostrar la existencia de una transicin demo-crtica en un pas, la celebracin de elecciones populares y la alternancia en el poder, son entonces de poca uti-lidad en el caso mexicano. En conse-cuencia, resulta necesario plantear la hiptesis de que tanto la victoria presidencial del pan en 2000 como el retorno del pri en 2012 podran ser solamente dos ejemplos ms del mismo proceso de alternancia auto-ritaria de siempre. En ese caso, se-ra un error hablar de una transi-cin mexicana, y mucho ms de una consolidacin democrtica, ya que estaramos todava dentro del mis-mo sistema poltico autoritario que ha controlado el pas desde 1929.

    1. Sheldon Wolin: Democracy Inc.: Managed De-mocracy and the Specter of Inverted Totalitarianism, Princeton University Press, Princeton, 2010.

  • 7 CoyunturaMxico: la transicin pendiente. Dficit democrtico y movilizaciones sociales

    Pero nuestra conclusin no puede depender solamente de una evalua-cin de la identidad partidista y po-ltica de quien haya ganado la lti-ma eleccin presidencial. Tambin es necesario evaluar la calidad de-mocrtica del proceso por medio del cual se ha realizado el relevo en el poder. Especficamente: la eleccin presidencial de 2012 fue libre y autntica2?

    Los datos disponibles sugieren que no fue el caso, lo cual confirmara la hiptesis de la inexistencia de una transicin democrtica en Mxi-co. De acuerdo con organizaciones de la sociedad civil, en 2012 se im-plement el operativo de compra y coaccin del voto ms grande de la historia de Mxico3. Por lo menos 28% de los electores fueron presionados ile-galmente para votar a favor de un can-didato en particular, 71% de ellos al candidato del pri, Pea Nieto. Asi-mismo, en ms de 20% de las casi-llas electorales se habra violado la secreca del voto4. Y el da despus de la eleccin, miles de personas inundaron supermercados a lo largo y ancho del pas, y sobre todo en el estado de Mxico, donde Pea Nieto haba sido gobernador, para utilizar las tarjetas de dbito que haban re-cibido a cambio de sus votos el da anterior5.

    La presencia de prcticas de mani-pulacin y fraude en un nmero tan grande de casillas electorales tiene

    una enorme importancia, sobre todo cuando se toma en cuenta que la di-ferencia entre el primero y el segun-do lugar en la contienda fue de solo seis puntos porcentuales. Pea Nie-to recibi 38% de la votacin, frente a 32% de Andrs Manuel Lpez Obra-dor, en aquel entonces todava perte-neciente al Partido de la Revolucin Democrtica (prd)6.

    Posteriormente, una comisin espe-cial de la Cmara de Diputados re-velara que Pea Nieto gast 12 ve-ces ms dinero que el lmite de gasto permitido por la ley7. Erog 4.500 mi-llones de pesos (casi 300 millones de dlares), cuando el tope de gasto de campaa era solamente 336 millones de pesos (aproximadamente 26 mi-llones de dlares). Aparentemente, las tarjetas de dbito de supermer-

    2. El artculo 41 de la Constitucin Poltica de los Estados Unidos Mexicanos (cpeum) orde-na en sus primeros prrafos que las elecciones deben ser libres y autnticas para poder ser consideradas acordes con el texto consti-tucional.3. Nick Miroff y William Booth: Mexicos Pre-sidential Election Tainted by Claims of Vote-Buying en The Washington Post, 4/7/2012.4. Alianza Cvica: Boletn de prensa, 3/7/2012, disponible en .5. J.M. Ackerman: Obama Plays Risky Game in Mexico with Embrace of Enrique Pea Nie-to en The Daily Beast, 7/4/2012.6. Instituto Federal Electoral (ife): Programa de Resultados Electorales Preliminares. Elec-ciones presidenciales 2012, .7. Miguel ngel Vargas, Comisin Monex: Pea rebas gastos de campaa en 4.263 mdp en adn Poltico, 11/3/2014.

  • 8Nueva Sociedad 256John M. Ackerman

    cados no fueron los nicos incenti-vos ilegales que utiliz Pea Nieto para conseguir votos. Su campaa tambin reparti tarjetas de un ban-co desconocido, Monex, para finan-ciar a sus operadores polticos en todo el pas. Y los fondos para estas tarjetas se obtuvieron utilizando un esquema de triangulacin financie-ra que cubrira cualquier huella tan-to de los montos reales manejados como de los orgenes del financia-miento. Fue un esquema de finan-ciamiento ilegal muy similar al que utiliza el crimen organizado para lavar dinero sucio8.

    Adicionalmente, el monitoreo de la cobertura televisiva realizado por el Instituto Federal Electoral (ife)9, as como importantes filtraciones perio-dsticas10 y estudios independientes11 revelaron que, efectivamente, hubo un contubernio entre las principales televisoras del pas, en particular Te-levisa, y la campaa de Pea Nieto. Grandes cantidades de dinero pbli-co y privado se canalizaron a las tele-visoras a cambio de la promocin ile-gal del candidato del pri por medio de constantes menciones positivas, supuestamente dentro del contexto de reportajes y anlisis imparciales.

    Las instituciones electorales, en teo-ra autnomas, tambin tuvieron un comportamiento abiertamente parcial hacia el candidato del pri. Por ejem-plo, en su informe sobre las eleccio-nes de 2012, una comisin de obser-

    vacin electoral de la Unin Europea critic duramente al ife por su inac-cin frente a la compra y coaccin del voto12. Este mismo informe tambin seala numerosas deficiencias en el monitoreo de los medios de comu-nicacin llevado a cabo por el ife. Y en un estudio reciente, se ha docu-mentado el comportamiento parcial tanto del ife como del Tribunal Elec-toral del Poder Judicial de la Federa-cin (tepjf) con respecto a la regula-cin de la equidad de las campaas electorales en los medios de comuni-cacin13. El ife y el tepjf se negaron asimismo a llegar al fondo de las ml-tiples denuncias con respecto tanto al rebase del tope de campaa como de la posible utilizacin de recursos ilci-tos en las elecciones14.

    8. Roberto Gonzlez Amador: La operacin Monex encuadra en lavado de dinero: especia-listas en La Jornada, 12/7/2012.9. Monitoreo de programas de radio y tele-visin que difunden noticias, ife-unam, dis-ponible en .10. Mexico Media Scandal: Televisas Alleged Collusion with Pea Nieto en The Guardian, 8/6/2012.11. Jess Cantu Escalante: Las televisoras vul-neran la equidad en la contienda en Desacatos, 5-7/2013, pp. 79-102.12. eu Election Expert Mission Mexico: Informe final. Elecciones generales 1 de julio 2012, disponi-ble en .13. J.M. Ackerman: Instituciones electorales, derecho a la informacin y medios de comuni-cacin durante las campaas presidenciales de 2012 en Revista Mexicana de Ciencias Polticas y Sociales vol. 58 No 219, 2013.14. Eduardo R. Huchim: ife: nuevas defi-ciencias de fiscalizacin en emeequis No 313, 14/10/2013, p. 68.

  • 9 CoyunturaMxico: la transicin pendiente. Dficit democrtico y movilizaciones sociales

    Con mucha razn, entonces, una gran parte de la poblacin mexica-na simplemente no dio crdito a los resultados electorales del 1 de julio de 2012. Los estudios de opinin p-blica ms confiables demuestran que al menos 40% de la poblacin esta-ba convencida de que la eleccin de Pea Nieto no haba sido ni libre ni limpia15. Y durante el primer fin de semana despus de las elecciones, decenas de miles de jvenes toma-ron las calles para protestar en con-tra de la imposicin de un candi-dato a la Presidencia16. En contraste, absolutamente nadie sali a las calles para celebrar la victoria de Pea Nie-to despus de que anunciaron los re-sultados la noche del 1 de julio.

    Es importante recordar que formal-mente Mxico cuenta con un siste-ma muy avanzado de regulacin en materia electoral. Tanto la Constitu-cin como las leyes electorales lo es-tablecen, y prohben cualquier inter-vencin en las campaas polticas de parte del sector privado, de las insti-tuciones gubernamentales o de los medios de comunicacin. El marco regulatorio para las elecciones en M-xico es mucho ms cercano al sistema francs que al sistema estadouniden-se, ya que busca proteger el espacio poltico-electoral como una esfera au-tnoma y de debate autntico17.

    La Constitucin tambin prohbe cual-quier intervencin de los funcionarios pblicos o la utilizacin de recursos

    pblicos en las campaas electora-les. La imposibilidad de la reeleccin inmediata para el mismo cargo18 fa-cilita la aplicacin de estas prohibi-ciones. Y si un funcionario pblico o legislador busca competir para otro puesto, debe renunciar primero a su cargo actual.

    Los actos anticipados de campaa, antes del inicio formal del proceso electoral, tambin estn prohibidos. Y para evitar el abuso de los cargos p-blicos con este fin, est prohibido in-cluir la imagen o la voz del presiden-te municipal o el gobernador de turno en la difusin de las obras de gobierno. Estas ltimas disposiciones legales tambin fueron violadas de manera consistente por Pea Nieto durante su periodo como gobernador del estado de Mxico entre 2005 y 2011.

    15. De acuerdo con la encuesta del peridi-co Reforma relevada entre el 6 y el 8 de julio de 2012, 40% de la poblacin opinaba que las elecciones presidenciales del 1 de julio de 2012 haban sido sucias o muy sucias (Dividen elecciones en Reforma, 12/7/2012). De acuerdo con la encuesta de Covarrubias y Asociados dada a conocer el 28 de agosto de 2012, 47% de la poblacin pensaba que Pea Nieto haba ganado con trampas y solamente 37%, que lo haba hecho limpiamente.16. J.M. Ackerman: La Megamarcha en La Jornada, 9/7/2012.17. J.M. Ackerman: Autenticidad y nulidad: por un derecho electoral al servicio de la democracia, Instituto de Investigaciones Jurdicas, unam, Mxico, df, 2012.18. Esta disposicin fue modificada por la reforma poltico-electoral de 2014. Si bien se mantienen las prohibiciones con respecto a la reeleccin para el presidente de la Repblica y los gobernadores, en el futuro podrn ree-legirse tanto legisladores federales y locales como presidentes municipales.

  • 10Nueva Sociedad 256John M. Ackerman

    Pero aun en este contexto de eleccio-nes fuertemente sesgadas a su favor, Pea Nieto solo obtuvo 38,2% de la votacin popular. Un indicador de la reducida legitimidad del nuevo presidente fueron las fuertes mani-festaciones juveniles en su contra, tanto durante la campaa como du-rante el periodo entre la eleccin del 1 de julio de 2012 y la toma de pose-sin en diciembre.

    Los primeros dos aos de Pea Nieto

    Pea Nieto enfrentaba tres grandes retos al llegar a la Presidencia el 1 de diciembre de 2012. Primero, cumplir sus compromisos respecto de la con-solidacin del modelo de desarrollo neoliberal iniciado por su mentor po-ltico, el ex-presidente Carlos Salinas, durante el sexenio 1988-1994. El asun-to clave en esta materia sera la privati-zacin de la industria energtica, y en particular la petrolera, para abrir nue-vas oportunidades de negocios para las empresas transnacionales. Segun-do, acabar con la enorme desconfianza ciudadana en su persona, en su parti-do y en la calidad democrtica del pas. Y tercero, resolver de alguna manera la grave crisis de seguridad pblica here-dada del sexenio de Felipe Caldern, que sum ms de 80.000 muertos y casi 20.000 desaparecidos durante su gestin entre 2006 y 201219.

    Pea Nieto no solo opt por priori-zar el primer reto, sino que decidi

    subordinar completamente los lti-mos dos a l. Orient todos los esfuer-zos de su gobierno hacia las llamadas reformas estructurales necesarias para completar la transicin econmi-ca iniciada en 198820. En contraste, con respecto a la legitimidad de su gobier-no y la crisis de seguridad pblica, su principales innovaciones fueron es-trictamente mediticas y propagan-dsticas. Modific el discurso guber-namental, al hablar de pragmatismo ideolgico con respecto a la poltica na-cional y un nuevo enfoque ms hu-manista con respecto a la seguridad pblica. Sin embargo, mantuvo la mis-ma lejana de la clase poltica respecto de la sociedad civil y la misma gue-rra militarizada en contra de la socie-dad mexicana que su predecesor.

    Era previsible entonces que, al no re-cibir la atencin requerida, tarde o temprano resurgiran los dos asun-tos aplazados. Esto es precisamente lo que ocurri durante el otoo de 2014 con las amplias movilizaciones

    19. Ana Langner: Caldern, la tragedia en de-rechos humanos en El Economista, 19/11/2012.20. En adicin a la reforma energtica, Pea Nieto tambin impuls reformas en materia laboral, educativa, financiera, fiscal, poltica y de telecomunicaciones. No contamos con el espacio necesario para analizar a fondo cada una, pero en general buscaron alcanzar dos objetivos claves: a) cumplir con las exigencias de los inversionistas extranjeros y de la po-derosa oligarqua nacional respecto a la fle-xibilizacin de los mercados laborales y de inversin, y b) centralizar el poder regulatorio del Estado en manos del Poder Ejecutivo, para ampliar su capacidad de comprar lealtades personales y clientelas polticas.

  • 11 CoyunturaMxico: la transicin pendiente. Dficit democrtico y movilizaciones sociales

    sociales en respuesta al asesinato de seis personas y la desaparicin de 43 estudiantes ms en la ciudad de Igua-la, Guerrero, el 26 de septiembre de 201421. Menos de dos meses despus de la promulgacin de las leyes secun-darias de la reforma energtica, el 11 de agosto de 2014, tanto la crisis de le-gitimidad como la crisis de seguridad pblica irrumpieron con fuerza en la escena pblica. Esta doble irrupcin fue particularmente fuerte ya que implic la emergencia de una fuerza que se haba acumulado a lo largo de dos aos.

    Desde los primeros das de su go-bierno, Pea Nieto implement una estrategia doble con el fin de apaci-guar y controlar la movilizacin so-cial en su contra. Por un lado, recurri a la cooptacin y la domesticacin de lderes de la oposicin poltica. Esta estrategia lleg al extremo, por ejemplo, de anular el Congreso de la Unin como un espacio de debate plu-ral y de contrapeso al Poder Ejecutivo. Por otro lado, recurri a la represin, el control y la infiltracin sistemtica de los movimientos sociales y de los medios de comunicacin.

    El llamado Pacto por Mxico fue la estrategia principal de Pea Nie-to con respecto a la oposicin polti-ca. Este pacto traslad los principales debates y negociaciones polticas del Congreso a las oficinas de la Secreta-ra de Gobernacin. Ya no iban a ser los diputados y senadores quienes de-

    cidieran de manera transparente y p-blica las reformas y las polticas pbli-cas, sino los lderes clientelares de los partidos polticos detrs de puertas cerradas.

    Esta estrategia de contencin de la oposicin y de opacidad en las nego-ciaciones clientelares fue precisamen-te la manera de operar durante dca-das del rgimen del partido de Estado entre 1929 y 2000. En lugar de someter sus propuestas o iniciativas para que pudieran ser debatidas por el Congre-so de la Unin, los presidentes autori-tarios del pri se limitaban a entablar consultas con los sectores del parti-do: el sector campesino, el sector obre-ro y el sector popular, dentro de un contexto de absoluta opacidad y con-trol desde arriba sobre estas organiza-ciones sociales.

    Una de las pocas transformaciones institucionales democrticas ocurri-das entre 1997 y 2012 fue precisamente el empoderamiento del Congreso de la Unin como contrapeso del Poder Eje-cutivo. Durante ese periodo se apro-b una serie de reformas histricas en materia de derechos humanos, transparencia, elecciones, combate a la corrupcin y justicia penal. Asi-

    21. John Gibler: Los Desaparecidos. La crni-ca del 26 de septiembre de 2014, el da en que 43 estudiantes mexicanos desaparecieron y por qu esto puede ser un punto de inflexin para el pas en The California Sunday Maga-zine, 4/1/2015, disponible en .

  • 12Nueva Sociedad 256John M. Ackerman

    mismo, por primera vez en dcadas, el Congreso interpelaba al presiden-te durante sus informes y empez a intervenir de manera significativa en la modificacin y la elaboracin del presupuesto federal22.

    El Pacto por Mxico acab con este pequeo pero importante avance de-mocrtico al cancelar en los hechos la funcin democrtica del Congreso. La estrategia fue tan exitosa que la reforma de los histricos artculos 25, 27 y 28 de la Constitucin, que modi-ficara radicalmente la poltica ener-gtica desarrollada durante ms de 70 aos, fue aprobada en diciembre de 2013 por una mayora calificada en ambas cmaras del Congreso as como en la mayora de los 31 congre-sos locales en un total de solamente diez das y casi sin debate alguno23. Algunos congresos aprobaron la pro-puesta de reforma constitucional en apenas unos segundos.

    Como contrapartida de la cooptacin de la oposicin poltica, el gobierno de Pea Nieto, junto con sus aliados en los gobiernos estatales y locales, de-sat una agresiva y violenta campa-a en contra de los activistas socia-les. Durante su toma de posesin, el 1 de diciembre de 2012, centenares de jvenes fueron brutalmente re-primidos por la fuerza pblica y dos activistas pacficos, Uriel Sandoval y Juan Francisco Kuykendall, resulta-ron gravemente lesionados. Sando-val perdi un ojo. Kuykendall entr

    inmediatamente en coma y muri un ao despus como resultado de las heridas sufridas durante la represin policial. Despus de dos relevos de poder presidencial pacficos, en 2000 y 2006, Mxico retorn en 2012 a los re-levos sangrientos del poder de antao.

    Durante los primeros dos aos del gobierno de Pea Nieto, empeor de manera significativa la ya trgica si-tuacin con respecto a los derechos humanos en el pas. Despus de dca-das en las que los mexicanos haban salido a las calles libremente para de-mostrar su descontento y exigir solu-ciones a sus problemas, de pronto las marchas callejeras fueron sistem-ticamente infiltradas por supuestos anarquistas violentos y casi siem-pre reprimidas por la fuerza pblica. Asimismo, la cantidad de presos po-lticos aument de manera significa-tiva. Tres casos particularmente lla-mativos son los de Nestora Salgado en Guerrero, Jos Manuel Mireles en Michoacn y Mario Luna en Sono-ra. La violencia contra los periodis-tas tambin aument, con asesinatos y desapariciones de comunicadores. Mltiples estudios internacionales

    22. J.M. Ackerman: Budget Accountability in Mexico: High Hopes, Low Performance en Sanjeev Khagram, Archon Fong y Paolo de Renzio (eds.): Open Budgets: The Political Economy of Transparency, Participation, and Accountability, Brookings Institution Press, Washington, dc, 2013.23. Jaime Crdenas: Crtica a la reforma constitu-cional energtica de 2013, Instituto de Investiga-ciones Jurdicas, unam, Mxico, df, 2014.

  • 13 CoyunturaMxico: la transicin pendiente. Dficit democrtico y movilizaciones sociales

    y nacionales han documentado esta grave problemtica24.

    En suma, en lugar de reconocer hu-mildemente el apoyo social minorita-rio a su gobierno y a sus iniciativas de reforma y jugar con las reglas demo-crticas, Pea Nieto decidi retornar a las viejas formas de cooptacin y re-presin autoritaria para apagar el fue-go de la resistencia social. Si bien esta estrategia logr aplazar la respuesta durante un tiempo suficiente como para poder aprobar las reformas, no atendi las races de la problemtica de enorme desconfianza y distancia de la sociedad hacia la clase poltica.

    La crisis en materia de seguridad p-blica se desarroll en un sentido si-milar. Si bien Pea Nieto inici su sexenio enarbolando en el plano dis-cursivo una nueva visin del com-bate contra el crimen organizado, en realidad continu con la misma es-trategia errada iniciada por Calde-rn, que haba convertido el pas en un bao de sangre. En lugar de forta-lecer las instituciones de procuracin de justicia, atacar la corrupcin y re-tirar las fuerzas militares de las ca-lles, Pea Nieto mantuvo firmemente la misma estrategia de militarizacin y de decapitacin de los principa-les carteles de la droga.

    Con su control sobre los medios de comunicacin del pas y sus buenas relaciones con las grandes empresas transnacionales, el presidente mexi-

    cano logr desviar la atencin colecti-va de cuestiones de seguridad pblica a temas de reforma econmica. Sin em-bargo, en realidad, la continuacin de las fallidas polticas de Caldern solo empeor la situacin con respecto a la violencia, el crimen y el narcotrfico en Mxico. De acuerdo con cifras oficiales, la situacin de inseguridad se deterio-r significativamente entre el ltimo ao de Caldern (2012) y el primer ao del gobierno de Pea Nieto (2013)25.

    La masacre y desaparicin de los es-tudiantes normalistas en Iguala el 26 de septiembre de 2014 fue un detona-dor social tan poderoso precisamen-te porque revel en un solo aconteci-miento el doble fracaso del gobierno de Pea Nieto, tanto en materia de legitimidad social como de seguri-dad pblica. Los estudiantes de la Escuela Normal Rural Isidro Burgos de Ayotzinapa, Guerrero, fueron se-cuestrados por policas municipa-les bajo el mando de dos presiden-tes municipales, de las ciudades de Iguala y Cocula, plenamente alia-dos a las bandas del narcotrfico en la zona. Luego fueron acribillados en circunstancias an no aclaradas.

    24. Mxico en Amnista Internacional: In-forme anual 2013. El estado de los derechos huma-nos en el mundo, edai, Madrid, 2013; Human Rights Watch: Informe mundial 2014: Mxico, 2014, disponible en .25. inegi: Encuesta Nacional de Victimiza-cin y Percepcin sobre Seguridad Pblica (envipe), 2014, disponible en .

  • 14Nueva Sociedad 256John M. Ackerman

    Sin embargo, la importancia del acon-tecimiento no se puede reducir al m-bito local, ya que, de acuerdo con el marco jurdico mexicano, las autorida-des federales son las responsables de prevenir, investigar y castigar delitos graves como el narcotrfico y el cri-men organizado. Asimismo, el estado de Guerrero en particular ha sido una zona ocupada por las fuerzas milita-res federales desde la dcada de 1970, cuando se desarroll all una fuerte movilizacin guerrillera. Y en aos re-cientes esta presencia se haba fortale-cido con una activa participacin de la Polica Federal dentro del Grupo Coordinacin Guerrero, responsable de la organizacin de todas las accio-nes de seguridad pblica en el estado.

    El 27o Batalln de Infantera tiene su sede en la ciudad de Iguala. Sin embar-go, los militares dejaron pasar ms de tres horas despus del primer ataque a los estudiantes desarmados antes de aparecer en la escena del crimen. Cuan-do los soldados finalmente llegaron, en lugar de buscar a los victimarios y auxiliar a las vctimas, detuvieron y amenazaron a los propios normalistas. Asimismo, las autoridades estatales y federales dejaron escapar sin interro-gacin alguna al presidente municipal de Iguala, Jos Luis Abarca, antes de que el clamor internacional fuera tan grande que tuvieron que investigar a fondo los acontecimientos.

    La masacre de Iguala revela la pro-fundidad de la infiltracin del Estado

    por el narcotrfico y la corrupcin, as como el total fracaso de la estrategia de Pea Nieto para combatir al cri-men organizado. Pero tambin reve-la el recrudecimiento de la represin en contra de los activistas y las orga-nizaciones sociales. Los normalistas de Ayotzinapa haban sido uno de los grupos ms activos en sus protestas en contra de las reformas estructurales de Pea Nieto y el Pacto por Mxico. Ya en dos ocasiones anteriores estu-diantes normalistas haban sido asesi-nados por su participacin en protes-tas polticas en contra del rgimen sin que nadie hubiera sido llevado a la jus-ticia. El activismo poltico de estos es-tudiantes se explica tanto por la filoso-fa de educacin crtica y comunitaria que inspira el proyecto de las norma-les26 como por el hecho de que la re-forma educativa impulsada por Pea Nieto busca eliminar y reducir la im-portancia de estas escuelas dentro del sistema educativo nacional27.

    La desaparicin de los estudiantes lo-gr entonces unir de un solo golpe a

    26. Tanalis Padilla: Los inquietos en La Jornada, 18/10/2014. V. tb. T. Padilla: Rural Education, Political Radicalism and Norma-lista Identity in Post-1940 Mexico en Paul Gillingham y Benjamin Smith (eds.): La Dic-tablanda: Soft Authoritarianism in Mexico, 1940-1968, Duke University Press, Durham, 2014.27. Luis Hernndez Navarro: Las mentiras sobre la reforma educativa en La Jornada, 15/1/2013. V. tb. L. Hernndez Navarro: Ma-gisterio y reforma educativa: las plazas y la plaza en La Jornada, 3/9/2013 y No habr recreo (Contra-reforma constitucional y desobediencia magisterial), Para Leer en Libertad / Rosa-Lu-xemburg-Stiftung, Mxico, df, 2013.

  • 15 CoyunturaMxico: la transicin pendiente. Dficit democrtico y movilizaciones sociales

    tres importantes grupos sociales indig-nados: el de las vctimas de la guerra contra las drogas, el de los jvenes que han sido reprimidos por sus protestas en contra de las reformas de Pea Nie-to, y el de los maestros que rechazan la reforma educativa. Los tres anteceden-tes ms importantes fueron el Movi-miento por la Paz encabezado por Ja-vier Sicilia durante 2011, el movimiento #YoSoy132 encabezado por los estu-diantes de la Universidad Iberoameri-cana en 2012, y el movimiento de los maestros en 2013. Cada uno de estos movimientos tuvo un impacto impor-tante pero finalmente fue apaciguado o reprimido.

    A partir de los acontecimientos de Iguala, los tres movimientos anterio-res renacieron simultneamente y con una fuerza sin precedentes. En gene-ral, el descontento ciudadano que ha-ba estado creciendo durante dos aos sin ninguna salida posible estall de repente con una fuerza que puso todo el sistema poltico en jaque. Esto es lo que explica la increble solidaridad es-tudiantil, social e internacional con los normalistas, a travs de marchas mul-titudinarias, paros solidarios en ms de 80 escuelas y facultades en el pas, y protestas en ms de 100 ciudades alre-dedor del mundo.

    Escenarios futuros

    Antes de la explosin social del otoo de 2014, todo pareca indicar que M-xico caminaba tranquilamente hacia la consolidacin de un sistema polti-

    co muy similar al estadounidense. A pesar de las estrictas regulaciones le-gales en materia electoral en Mxico, a fin de cuentas la eleccin presidencial de Pea Nieto en 2012 se pareci mu-cho a una para la Presidencia de eeuu. La eleccin no fue decidida por un contraste de ideas o propuestas, sino que fue determinada por los apoyos fi-nancieros y las redes de poder polti-co y meditico. Y una vez que tom las riendas del poder, el nuevo presiden-te impuls las reformas solicitadas por los grandes empresarios nacionales e internacionales, sin importar que fue-ran rechazadas por la mayor parte de la poblacin.

    Sin embargo, las nuevas movilizacio-nes a partir de la masacre de Iguala pareceran abonar el camino hacia una transformacin en la clase pol-tica mexicana al estilo de la mayora de los otros pases de Amrica Lati-na. El retorno del viejo partido de Es-tado en Mxico podra generar una respuesta social explosiva que empuje el sistema de regreso a la rbita latino-americana.

    De acuerdo con el ms reciente Latino-barmetro 201328, solamente 21% de la poblacin mexicana se encuentra sa-tisfecha con el funcionamiento de la democracia. Asimismo, 37% de los encuestados lo que equivale a 43 mi-

    28. Corporacin Latinobarmetro: Latinobar-metro 2013, disponible en .

  • 16Nueva Sociedad 256John M. Ackerman

    llones de mexicanos expresa indife-rencia entre un rgimen democrti-co y uno no democrtico. Esta es, al parecer, la cifra ms elevada que se ha registrado para esta segunda pre-gunta en cualquiera de los 18 pases incluidos durante los 18 aos de apli-cacin de este estudio.

    Mxico tambin registra la tasa de rechazo a los partidos polticos exis-tentes ms elevada. Un claro indica-dor de esto mismo es que 45% de la poblacin est convencida de que la democracia puede funcionar sin par-tidos. Solamente Colombia, Paraguay y Panam se acercan a esta cifra.

    Algunos analistas lamentan estos da-tos como indicadores de una supues-ta cultura poltica dbil en Mxico. Interpretan la enorme decepcin ciu-dadana como una seal de indiferen-cia hacia los procesos democrticos y

    el repudio generalizado a los partidos como resultado de la ausencia de los valores necesarios para sustentar las instituciones polticas. En reali-dad, sin embargo, la situacin es pre-cisamente la inversa, y estas cifras son profundamente esperanzadoras. Son reflejo fiel de la sofisticada concien-cia crtica y las altas expectativas del pueblo mexicano con respecto al des-empeo real del sistema poltico. La mayora de los mexicanos se da cuen-ta de que efectivamente su democra-cia no ha generado cambio alguno para las mayoras y aora un nuevo sistema poltico que realmente los tome en cuenta y resuelva sus nece-sidades bsicas. En medio de tanta simulacin e impunidad, lo preocu-pante sera que la ciudadana acep-tara la realidad tal cual es y confia-ra ciegamente en la clase poltica, y que no manifestara su insatisfaccin y exigiera un pas mejor.

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