3
Esta es mi lista de las cosas que nunca más diré... NUNCA más confesaré “no puedo”, porque “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13). NUNCA más confesaré “pobreza”, porque “Mi Dios suplirá todo lo que os falte conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús” (Filipenses 4:19). NUNCA más confesaré “temor”, porque “Dios no me ha dado un espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio” (2 Timoteo 1:7). NUNCA más confesaré “duda y falta de fe”, porque “Dios ha dado a cada uno la medida de fe” (Romanos 12:3). NUNCA más confesaré “debilidad”, porque “Jehová es la fortaleza de mi vida” (Salmo 27:1) y “El pueblo que conoce a su Dios se esforzará y actuará” (Daniel 11:32). NUNCA más confesaré que “satanás gobierna mi vida”, porque “Mayor es Él que está en mí, que el que está en el mundo” (1 Juan 4:4). NUNCA más confesaré “derrota”, porque “Dios siempre me lleva de triunfo en triunfo, de victoria en victoria y de transformación en transformación en Cristo Jesús” (2 Corintios 2:14). NUNCA más confesaré “falta de entendimiento”, porque “Dios ha hecho también que Cristo sea mi sabiduría (1 Corintios 1:30)”. NUNCA más confesaré “enfermedad”, porque “Por sus llagas fui curado” (Isaías 53:5) y “Jesús mismo tomó mis enfermedades y llevo mis dolencias” (Mateo 8:17). NUNCA más confesaré “esclavitud”, porque “El Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad” (2 Corintios 3:17). ¡Mi cuerpo es Templo del Espíritu Santo!. NUNCA más confesaré “condenación”, porque “No hay condenación para los que están en Cristo” (Romanos 8:1). ¡Yo estoy en Cristo, por lo tanto estoy libre de condenación!

Mi Lista de Nunca Mas

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: Mi Lista de Nunca Mas

Esta es mi lista de las cosas que nunca más diré...

•             NUNCA más confesaré “no puedo”, porque “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13).

•             NUNCA más confesaré “pobreza”, porque “Mi Dios suplirá todo lo que os falte conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús” (Filipenses 4:19).

•             NUNCA más confesaré “temor”, porque “Dios no me ha dado un espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio” (2 Timoteo 1:7).

•             NUNCA más confesaré “duda y falta de fe”, porque “Dios ha dado a cada uno la medida de fe” (Romanos 12:3).

•             NUNCA más confesaré “debilidad”, porque “Jehová es la fortaleza de mi vida” (Salmo 27:1) y “El pueblo que conoce a su Dios se esforzará y actuará” (Daniel 11:32).

•             NUNCA más confesaré que “satanás gobierna mi vida”, porque “Mayor es Él que está en mí, que el que está en el mundo” (1 Juan 4:4).

•             NUNCA más confesaré “derrota”, porque “Dios siempre me lleva de triunfo en triunfo, de victoria en victoria y de transformación en transformación en Cristo Jesús” (2 Corintios 2:14).

•             NUNCA más confesaré “falta de entendimiento”, porque “Dios ha hecho también que Cristo sea mi sabiduría (1 Corintios 1:30)”.

•             NUNCA más confesaré “enfermedad”, porque “Por sus llagas fui curado” (Isaías 53:5) y “Jesús mismo tomó mis enfermedades y llevo mis dolencias” (Mateo 8:17).

•             NUNCA más confesaré “esclavitud”, porque “El Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad” (2 Corintios 3:17). ¡Mi cuerpo es Templo del Espíritu Santo!.

•             NUNCA más confesaré “condenación”, porque “No hay condenación para los que están en Cristo” (Romanos 8:1). ¡Yo estoy en Cristo, por lo tanto estoy libre de condenación!

Page 2: Mi Lista de Nunca Mas

SOY ACEPTADO: Soy hijo de Dios. Juan 1:12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen

en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; Soy amigo de Cristo. Juan 15:15 Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no

sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer.

He sido justificado. Romanos 5:1 Por tanto, habiendo sido declarados justos por la fe, tenemos paz ante Dios mediante nuestro Señor Jesucristo.

Estoy unido con el Señor . 1Corintios 6:17 Pero el que se une al Señor, un solo espíritu es con Él.

Soy propiedad de Dios . 1Corintios 6:20 Cuando Dios los salvó, en realidad los compró, y el precio que pagó por ustedes fue muy alto. Por eso deben dedicar su cuerpo a honrar y agradar a Dios.

Soy miembro del cuerpo de Cristo . 1Co 12:27 Ahora bien, vosotros sois el cuerpo de Cristo, y cada uno es miembro de ese cuerpo.

Soy santo . 1Corintios 6:11 Y eso erais algunos de vosotros. Pero ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios.

Puedo entrar a la presencia de Dios . Efesios 2:18 Pues por medio de él tenemos acceso al Padre por un mismo Espíritu.

Fui rescatado y perdonado de todos mis pecados . Colosenses 1:14 en quien tenemos redención, el perdón de pecados.

Estoy completo . Colosenses 2:10 y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad.

Tú tienes gran valor para Dios. 

Un reconocido personaje inició su seminario sosteniendo un billete de $20 dólares y preguntó a su auditorio: -¿Alguien quiere este billete?– Varias personas levantaron la mano. Entonces les dijo: -Alguno de ustedes recibirá este billete, pero antes voy a hacer algo–. Tomó el billete con su mano y lo oprimió hasta arrugarlo, luego volvió a preguntar si alguien todavía lo quería. Las manos del auditorio se mantenían arriba. –Bien- dijo el orador -¿Y si hago esto?- tiró el billete al suelo y empezó a pisarlo. Después lo recogió sucio y maltrecho del piso y volvió a preguntar si todavía lo querían. Las manos continuaban arriba. –Amigos míos- comentó el orador –Han aprendido una valiosa lección: No importa lo que le hice al billete, ustedes todavía lo quieren, porque su valor no disminuyó, pues todavía vale veinte dólares.

Muchas veces en nuestras vidas somos derribados, somos maltratados, mordemos el polvo debido a las decisiones que tomamos y a las circunstancias que encontramos en nuestro camino, entonces, nos sentimos como si ya no valiéramos nada.

Pero no importa lo que nos haya pasado o nos pueda pasar, nosotros nunca perderemos nuestro valor, porque nuestro valor no depende de nosotros, sino del valor que nos da el Creador.