7

Click here to load reader

Mi Lucha Con La Mundanalidad

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Describe la lucha con el mundo

Citation preview

  • @2010 Logoi, Inc. Todos los derechos reservados www.logoi.org

    1

    Mi lucha con la mundanalidad No amis al mundo ni las cosas que estn en el mundo (1 Juan 2:15)

    Por Les Thompson

    Escuch la palabra mundanalidad por primera vez cuando, como hijo de misionero en Cuba, oa a la gente hablar acerca de fumar, beber, de las mujeres que usaban lpiz labial, pantalones y piadosas faldas largas. Incluso, observaba que esa palabra siempre se aplicaba a algo que la gente haca o dejaba de hacer.

    Algunos aos despus, en el norte de Colombia, dictaba una charla bblica acerca de la buena y la mala evangelizacin. Afirm que la gente no se va al infierno por fumar o beber. De inmediato me interrumpieron y en todo el auditorio se alzaron las manos de las personas que pedan ser odas. Los dirigentes de la conferencia detuvieron la sesin y me sacaron de la plataforma para examinar la ortodoxia de mi doctrina en privado. Cuando en defensa de lo que dije argument que Charles Spurgeon fumaba puros, fui eliminado como conferencista. Transgred gravemente los principios muy difundidos de la mundanalidad.

    Qu exactamente es la mundanalidad? Habr una lista de cosas que podra hacer o decir que me hacen mundano. Qu me dice la Biblia acerca de este tema? Precisamente es sobre este tema que quiero compartir algunas de mis luchas. Comienzo contando de otras tres lecciones importantes que aprend sobre la mundanalidad.

    Una leccin de la natacin

    Una importante leccin ocurri al principio de mi carrera misionera, cuando un grupo de iglesias de Charleston, West Virginia, me invit a viajar desde Cuba para dirigir sus actividades juveniles en una conferencia familiar de verano. El liderazgo me haba enviado algunas ideas generales, suficiente como para planificar una semana activa y emocionante. A mi llegada le entregu al lder de la conferencia mi propuesta para el itinerario de actividades. Unas horas ms tarde me llam a su oficina y all me encontr frente a cinco pastores obviamente inconformes. El lder de la conferencia se aclar la garganta y seal el itinerario propuesto. Seor Thompson, qu es esto? pregunt. Quiere iniciar las actividades llevando a nuestros jvenes a una piscina? As es le contest. Es una buena manera para que los chicos de las diferentes iglesias se conozcan. Eso significa que usted cree en el bao mixto. Estoy en lo correcto? pregunt. Qu quiere decir con bao mixto? tartamude. Yo nunca haba odo esa expresin. Que hombres y mujeres se baen juntos respondi. Acaso es eso malo? le pregunt sorprendido. Siempre nos hemos baado y nadado juntos en Cuba. Si nadie se lo ha dicho, seor Thompson, sepa que usar traje de bao y exponer la desnudez ante el sexo opuesto tiene que ser abominable a Dios. Y puesto que, evidentemente, no tiene ni la ms mnima idea de lo que es mundano, tememos que sea usted una mala influencia para nuestros jvenes. Cometimos un error al invitarlo. No podemos trabajar con usted.

    Regres a Cuba un poco decepcionado y muy confuso. Era yo mundano? Qu otros pecados ocultos ignoraba?

    Una leccin del vino Otra experiencia aleccionadora fue en 1961 con una invitacin de la Asociacin Evangelstica Billy Graham para ayudar en una serie de cruzadas en Argentina. El equipo lo conformbamos cuatro personas: el evangelista, Jos Camacho; el coordinador, Efran Santiago (ambos de Puerto Rico); y los msicos, el pianista Bill Fasig y yo. Lo nico que saba de Argentina era que desde tiempos

  • @2010 Logoi, Inc. Todos los derechos reservados www.logoi.org

    2

    coloniales se haba producido un fuerte lazo de amistad entre La Habana y Buenos Aires. Ahora estaba a punto de aprender algo acerca de los cristianos en ese pas.

    Nuestra primera noche en Buenos Aires, fuimos invitados a un banquete de bienvenida ofrecido por los lderes de las iglesias locales con el fin de conocernos como equipo. El comedor estaba en el segundo piso de un hotel de impresionante estilo barroco. Al acercamos a una mesa larga preparada par unos cuarenta, nunca olvidar la impresin que me produjo ver que a lo largo de la mesa haba varias botellas de vino! Seguramente se equivocaron al traernos a este comedor. Pero, no, todos entramos y tomamos nuestros asientos. Cmo era esto posible? El beber era pecado! Al menos eso fue lo que me haban enseado como joven en Cuba.

    Cranme, apenas o la oracin pronunciada por la comida, no poda apartar los ojos de las botellas de vino y pareca que ellas tambin me miraban. Dnde estaba? Qu estaba pasando? Tan pronto como dijeron amn, el pastor que estaba a mi lado cortsmente descorch una botella y se ofreci a llenar mi vaso. De manera instintiva, puse mi mano sobre ella, tartamudeando: Lo siento, yo no bebo! Entonces, para aumentar mi confusin, uno de los pastores se levant y ofreci un brindis por Billy Graham. Hasta el da de hoy puedo or el tintinear de todos aquellos vasos de vino.

    Observando mi reaccin negativa, el pastor que estaba junto a m, dijo: No te gusta el vino, o es que piensas que tomar vino es pecado? A lo que respond en tono de disculpa: Eso es lo que fui enseado. Con una sonrisa condescendiente, me dijo: Esta visita a Argentina de veras que te va a ayudar mucho.

    Una leccin sobre el cine

    Algunos meses despus de esta leccin sobre mundanalidad de mi colega argentino, fui invitado por la Misin Latinoamericana para contribuir en un esfuerzo evangelstico dirigido por el Dr. William Thompson (sin parentesco conmigo) en Ciudad de Mxico.

    Nuestras reuniones se celebraron en la Iglesia Presbiteriana Prncipe de Paz, de la calle Humboldt. Recuerdo que la tercera noche fue especial. La iglesia estaba llena. El coro dirigido por Oscar Rodrguez estaba inspirado y yo tena buena voz. El mensaje predicado por el Dr. Thompson fue poderoso. Cuando se extendi la invitacin, una cantidad sorprendente de jvenes pas al frente expresando sus ansias de salvacin. Algunos acudimos a ayudarlos, respondimos sus preguntas y oramos con ellos. Pocas veces en mi vida he estado en una reunin donde la presencia de Dios era tan manifiesta.

    Cuando todo acab, casi una docena de jvenes saltando de alegra me rodearon. Nadie poda dejar de hablar acerca del maravilloso culto. Tenemos que celebrar!, exclam pensando que podamos ir a una heladera y relajarnos mientras recobrbamos la serenidad.

    Entonces sucedi lo inslito. Alguien exclam: S! Vayamos a un cine para celebrar Inmediatamente, los dems se unieron diciendo: Buena idea! Hay un teatro bajando por esta calle.

    La alegra se me escurri. Yo nunca haba ido a un cine. Mis parientes y amigos lo condenaban como un lugar pecaminoso. Se podra celebrar las bendiciones de Dios yendo a tal lugar? Independientemente de mis creencias, en Mxico un grupo de hermanos cristianos no vean nada malo en el cine.

    Solucin a mi enigma Tres supuestos pecados me confrontaban: Hombres y mujeres nadando juntos. Beber vino. E ir al cine. Eran esas cosas realmente mundanas? Cmo podan ser unas cosas malas en una regin del mundo mientras que en otras no? Me sent e hice una lista de todo lo que yo pensaba, o que me haban dicho, que era mundano. Despus de escribirlas me asalt una idea. Acaso he comparado lo que me han enseado que era mundanalidad con los pecados que se mencionan en la Biblia? As

  • @2010 Logoi, Inc. Todos los derechos reservados www.logoi.org

    3

    que me impuse la tarea de buscar algunas listas de pecados en la Biblia. Pronto tuve dos muy importantes, aunque contrastantes.

    Mi lista La lista de la Biblia Bao mixto Inmundicia Pelculas Adulterio Bebidas Lascivia Pintarse los labios Idolatra Mujer que usa pantalones Hechiceras Pantalones cortos Enemistades Mujer con pelo corto Pleitos Barbas Celos Hombres con melena Iras Tatuajes Contiendas Ver televisin Disensiones Leer novelas seculares Herejas Msica estridente Envidias Pantalones (jeans) acampanados Homicidios Joyas excesivas Borracheras Orgas Mentiras Hurto Amargura Enojo Gritera

    Maledicencia Fornicacin Malicia Avaricia Palabras deshonestas Necedades Truhanera Pasiones desordenadas Malos deseos Blasfemias

    La diferencia entre las dos listas fue sorprendente. Todo lo de la ma tena que ver con cosas externas; me parecan tontas en comparacin. Las listas de Pablo (tomadas de Glatas, Efesios y Colosenses) claramente tenan que ver con cosas destructivas y despreciables. Al considerarlas, no me tom mucho tiempo concluir que haba dos tipos de pecados: el primero, que llam pecados sociales, eran aquellos inventados por gente religiosa queriendo ser ms santos que los dems. El segundo los llam pecados bblicos, por ser enunciados de modo especfico en la Biblia. Aun cuando podra cuestionar la validez de los pecados sociales, no haba forma de que pudiera menospreciar o ignorar los pecados bblicos.

    Por qu me preguntaba, fumar, ir al cine, beber y otras cosas por el estilo se toman tan en serio mientras que los pecados bblicos como la ira, los celos, la envidia, la calumnia, la mentira, el hurto rara vez se mencionan? Esos pecados bblicos para m, eran mucho ms dainos que baos mixtos, los cigarrillos, el vino o las pelculas. Al mismo tiempo, reflexionaba, si en la iglesia etiquetramos ciertas prcticas como pecaminosas, acaso lo seran? Es posible que en la iglesia, podamos promover una conciencia contra ciertas cosas que no son condenadas en la Biblia de modo que, con abstenernos de ellas, pensemos que somos ms santos que los que las permiten?

  • @2010 Logoi, Inc. Todos los derechos reservados www.logoi.org

    4

    O es que, sustituyendo la lista de la Biblia con la nuestra, creamos una especie de falsa mundanalidad?

    Ms mandamientos? No basta con los que tenemos? Nos ha sido dado un gran mandamiento: Amar a Dios con todo nuestro corazn, con toda nuestra alma y toda nuestra mente. Y otro ms, casi tan importante como el anterior: Amars a tu prjimo como a ti mismo! Y, para reforzar las demandas de estos dos, se nos dice: No amis al mundo, ni las cosas que estn en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no est en l. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre (1 Juan 2:15-17).

    Este mandamiento esclarecedor me hizo reflexionar mucho. En realidad, qu era mundanalidad? Cmo estaba yo cayendo en eso? Era algo tan sutil que la mayora de las veces ni siquiera nos percatamos de que caemos en ello? En qu manera era mi amor por el mundo mayor que el que senta por Dios? Dos experiencias arribaron a mi mente de inmediato, la primera fue cuando tena trece aos y la segunda a los veinte.

    Un encuentro con Dios Mi primera experiencia, memorable y perdurable con Dios ocurri cuando tena trece aos. Fue una maana de domingo en el Tabernculo Los Pinos Nuevos, el principal escenario de adoracin de la Escuela Bblica que mi padre junto con Bartolom Lavastida establecieron en el centro geogrfico de Cuba. No slo era el lugar donde nac y me haba criado, sino donde como nio viv mis primeras luchas espirituales.

    Mis mejores amigos testificaran que yo era un nio rebelde. Alrededor de mi decimotercer cumpleaos mi madre me llam aparte una noche y me dijo: Leslie, no creo que perteneces a Cristo. Si lo fueras, no habra modo de que mintieras, engaaras e hicieras las terribles cosas que haces. Esa noche no pude dormir. Yo saba que si no crea en Cristo como mi Salvador no ira al cielo. Atormentado por la idea, me di cuenta de que poda hacer algo al respecto. Tom m poco usada Biblia y busqu uno de los versculos que saba muy bien, Juan 1:12: Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios. Esa noche cre en Su nombre, lo recib como mi Salvador y reclam su promesa de que ahora era Su hijo.

    Varios meses despus, un domingo por la maana, estaba escuchando a pap predicar. Pareca que yo era el nico que estuviera en el tabernculo y que Dios estaba hablndome directamente, llamndome a dedicar mi vida a servir a Dios como misionero. El llamado fue claro. Ese domingo por la maana respond consagrando mi vida a l. All sent que Dios me haba escogido para ser misionero a Amrica Latina. A partir de entonces, cuando alguien me preguntaba qu iba a ser cuando fuera grande, le contara confidencialmente esta historia.

    Qu amaba yo?

    Los aos pasaron. Era el verano de 1952, estaba entre mi penltimo y ltimo ao en Prairie Bible College. Poco me di cuenta de que estaba a punto de experimentar mi primera gran tentacin.

    Will Bruce (director promocional de Prairie), me invit a unirme como solista a un pequeo grupo musical que recorra la costa oeste de los Estados Unidos, para actuar principalmente en los encuentros de Juventud para Cristo (JPC). Nuestro itinerario nos llevara a algunos de los ms importantes eventos en la costa oriental: JPC de Seattle, Singspiration de Portland, y el programa de Phil Kerr los lunes por la noche, en Pasadena. Despus de actuar en varias iglesias de la zona, en julio viajaramos al estado de Indiana para participar en la Convencin de JPC en Winona Lake, para concluir en la Avenue Road Church en Toronto, Canad.

  • @2010 Logoi, Inc. Todos los derechos reservados www.logoi.org

    5

    Mi primer evento memorable ocurri en el programa musical bajo la direccin de Phil Kerr. El Auditorio Municipal estaba lleno. Nos programaron para tres nmeros: un do vocal, un tro de trompetas y yo concluira con un solo. Despus de cantar, la gente me sorprendi aplaudiendo fuertemente y pidiendo que repitiera la intervencin. Cant otra cancin seguida por otra solicitud de repeticin. Phil Kerr me indic que cantara de nuevo y enton un tercer nmero. La multitud no dejaba de aplaudir. Di un paso atrs en espera de una indicacin de Phil, cuando o que el solista principal de la noche deca: Saquen a ese chico de la plataforma o me voy de aqu!

    Lo airado de su voz me sorprendi. Supona que los cristianos actuaban desinteresadamente por Cristo, no para presumir. Ese verano tuve que aprender que entre los msicos cristianos hay mucha competitividad, incluso celos. Y yo no qued inmune. Luego me di cuenta que la vanagloria de la vida, como lo llama el apstol Juan, puede ser muy contagiosa. En solo una noche me atrap esa enfermedad. Ahora ansiaba los reflectores y los aplausos que tanto complacan mi ego. Quera ms de aquello, al punto que casi no poda esperar por mi siguiente gran presentacin.

    Una invitacin inolvidable

    Esta se produjo un mes ms tarde, y fue para la Avenue Road Church en Toronto, Canad. Esa noche la aceptacin era obvia, el aplauso estruendoso. Cuando el concierto termin, tres ancianos de la iglesia me arrinconaron y me pidieron que les siguiera a un saln contiguo.

    Despus de estrecharme la mano y explicarme quines eran, uno de los hombres dijo: Ted Smith, nuestro director musical, acaba de dejarnos para trabajar con Billy Graham. Hemos estado buscando un reemplazo y, despus de escucharle esta noche, acordamos que usted es la persona que necesitamos.

    Me qued sin aliento y respond: Pero... no tengo ninguna experiencia. No se preocupe por eso, le ayudaremos. Gracias. Me halaga le dije, pero me queda un ao ms en la universidad. Despus de eso, podra pensar en fungir como director musical de alguna iglesia. Seor Thompson, necesitamos a alguien ahora mismo. Haremos lo posible para que pueda terminar sus estudios aqu en Toronto. Pero... Su sueldo ser ... y mencionaron una cifra que me dej sin aliento. Me haban criado como hijo de misioneros, apenas poda reunir dos monedas de diez centavos, y ahora me ofrecan lo que para m era un tremendo sueldo. Tiene usted auto? S, en el seminario tengo una camioneta Ford 1942. Si acepta nuestra oferta le daremos una marca Chevrolet nueva.

    La cabeza me daba vueltas. El futuro se me presentaba como un cohete gigante. Un trabajo como este era realmente llamativo. Me establecera como msico. Me dara fama, todo lo que quera. Pero, qu pasara con el compromiso que haba hecho con Dios para servirle como misionero cuando tena trece aos? Instintivamente saba que esa oferta chocaba con aquel llamado. Al fragor del momento, dije: No. No veo una manera clara de aceptar su oferta.

    Y me dejaron ir.

    Tom una decisin horrible Al da siguiente viajamos hacia el oeste por la autopista Trans-Canada de regreso a Prairie Bible College, cerca de Calgary, Alberta. Un ao ms de escuela me faltaba. La oferta que acababa de rechazar, sin embargo, arda dentro de m. Por qu dej que una decisin, tomada cuando tena trece aos, interfiriera con una oportunidad tan fantstica? Despus de todo, qu importaba dnde

  • @2010 Logoi, Inc. Todos los derechos reservados www.logoi.org

    6

    servir al Seor, si en Cuba o en Canad? Sin duda, lo importante no era cmo o dnde, sino servirle. Si Dios nos dio talentos, lo importante es utilizarlos donde l sea ms glorificado. En Amrica del Sur apreciaran mi voz tanto como en los Estados Unidos?

    Haba despreciado la mejor oferta que jams se me haba hecho. Me sent como un tonto. Era una locura pensar que una experiencia de la niez poda ser tan importante. Dios no le indica a la gente el trabajo de su vida cuando tiene trece aos. Decidirse por Dios lo hacen las personas maduras que saben lo que estn haciendo. A los trece aos, las emociones de uno pueden engaar y dar mala direccin. Llegu a la decisin que la idea de que Dios me haba llamado para servirle en Amrica Latina era imaginacin ma. As que, mientras en el auto nos dirigamos al oeste, me hice una promesa: Aceptara cualquier buena oferta que me permitiera avanzar en mi carrera.

    Una amarga experiencia El mandamiento de Dios amarlo ms que al mundo no vino a mi mente en ese preciso momento; vendra ms tarde y con mucha agona. Ahora, lo ms importante para m era mi carrera de cantante.

    Poco despus de llegar al seminario Bob Snyder, director musical de la escuela, me llam y me pidi que cantara en una reunin de estudiantes. Acept con mucho gusto. Escogera mi mejor cancin y sorprendera a los estudiantes y al personal. Irnicamente, escog Mi pasado, por A.H. Ackley, una cancin cuyas palabras me censuraran, aunque ms tarde seran mi salvacin.

    De todos modos, fui a un saln de prcticas con mi acompaante para practicar la cancin. l ejecut un hermoso preludio y abr mi boca para cantar. Pero, no sali nada! Me aclar la garganta y le ped que repitiera el preludio. Una vez ms, no sali nada! Lo intentamos varias veces, hasta que al fin tuve que rendirme. Mi voz se haba ido, no poda cantar.

    Yo no estaba resfriado. Ni tena dolor de garganta. Poda hablar, pero no cantar. Por qu? Despus de unos das comenc a sospechar. Sera Dios? Dado que l es quien nos da los talentos, no podra tambin llevrselos? Me estara pasando eso a m porque quera fama y dinero en lugar de la voluntad de Dios para mi vida? estaba tratando de negar la experiencia que tuve con Dios, cuando tena trece aos? Claro, a los trece a1 aos le haba hecho una promesa a Dios, pero acaso era tan vlida? Aunque versculos como: el Seor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo vinieron a mi mente, pero los puse a un lado. Por qu me molesta Dios? Para servirle tendra que renunciar a una carrera como cantante y convertirme en misionero?

    Batall durante tres meses. Por tres meses no pude cantar. Por tres meses me avergenza decirlo luch contra Dios. Dej de orar, dej de leer la Biblia, excepto lo que necesitaba para completar los cursos requeridos en el seminario. Y cuanto ms luchaba, ms miserable me senta. Al fin, una maana de domingo acab la lucha. Solo en mi habitacin, ca de rodillas y le supliqu a Dios que me perdonara. No me import si alguna vez cantaba de nuevo. No me import si quera ser misionero. Yo quera paz. Quera el gozo que desde los trece aos haba disfrutado con l.

    Cun rpido perdona Dios! Me ocurri como al hijo prdigo: sent su abrazo amoroso, sent su aceptacin completa, sent el gozo del perdn total. Participaba del banquete de un amor restaurado. La lucha desapareci y en mi mente escuch el eco de aquella cancin que por tres meses haba tratado de cantar:

    Mi pasado, tan oscuro y avergonzante, Jess lo perdon. O gloria a Dios, Limpi mis penas, me dio gozo y paz, Mi triste ayer todo cubri en la cruz.

    De pronto me di cuenta que era ms que un eco. Estaba cantando! Dios me haba restaurado completamente! Cant, re, y llor de gozo. Estaba libre nuevamente.

    Lecciones aprendidas

  • @2010 Logoi, Inc. Todos los derechos reservados www.logoi.org

    7

    Cincuenta y ocho aos han pasado desde aquella experiencia desafiante. Ya estoy en la tercera edad. Por supuesto, tengo muchas historias de grandes bendiciones recibidas en mi trabajo misionero a lo largo de Amrica Latina, sino con la ventaja especial de la perspectiva del tiempo transcurrido. Cuando yo tena veinte aos no entenda completamente el significado de mi lucha espiritual. Ms tarde, cuando predicaba una serie de sermones en 1 Juan 2:15-17, comprend mejor lo que haba ocurrido. Mi mundanalidad tena poco que ver con cosas como fumar, baarse ambos sexos juntos, el vino y las pelculas; cosas que eran simples pruebas de lo que estaba ocurriendo en el corazn. Mi mundanalidad tena que ver con lo que sala de mis deseos interiores. Como dijo Jess: Nada hay fuera del hombre que entre en l [cosas externas como baos mixtos, vino, el cine, y todos esos pecados inventados], que le pueda contaminar; pero lo que sale de l [de su corazn] eso es lo que contamina al hombre (Marcos 7:15). Lo que yo quera hacer para engrandecerme y encontrar fama, en lugar de lo que Dios peda, eso era mi mundanalidad.

    Ahora puedo ver, mejor que nunca, que muchos de esos deseos sutiles de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida erosionaron mi amor por Dios. He aprendido que la mundanalidad tiene mucho ms que ver con Dios que con el mundo. En esencia, es todo aquello que se interpone entre Dios y yo lo que amo, lo que quiero en este mundo que me separa de Dios.

    No s cuntas veces le he agradecido a Dios por estas experiencias contadas, especialmente la leccin de amor en ese ltimo ao en la mis estudios universitarios. A travs de aquella extraa experiencia en la que perd la voz, l me condujo amorosamente a servir sus maravillosos propsitos en todo el mundo hispano.

    Cranme, nuestras opciones son reales y tienen consecuencias, pero los buenos y eternos propsitos de Dios siempre prevalecern sobre las decisiones que tomemos. Puesto que Dios es soberano, nuestras decisiones no pueden arruinar Sus planes (ya que tal habilidad nos hara ms poderosos que el propio Dios). Por la misma razn, no podemos ganarnos las bendiciones especiales de Dios por el hecho de que tomemos decisiones correctas (eso transformara la gracia de Dios en una simple transaccin de negocios).

    Adems, la Biblia no nos dice que descifremos los planes secretos de Dios para nuestras vidas de modo que evitemos las malas decisiones, ni que cuando las tomemos perderemos sus bendiciones el travieso Jacob nos sirve de buen ejemplo. Los planes de Dios no pueden ser malogrados. l simplemente prevalece de forma amorosa y maravillosa en cada vida y a travs de diversas maneras sobre nuestras debilidades y tentaciones.

    Cuando reflexiono en mi vida, me maravilla el hecho de que a pesar de lo que luch por amar a Dios y la constante pugna del mundo por cautivarme con tantas cosas que no son de l, haya decidido cubrirme con incontables bendiciones. l me ha apoyado en todas mis batallas. l ha despertado en m un creciente amor por Cristo. Y, a pesar de mi corazn pecador y mis modales, en todo mi peregrinaje desde lo ms extremo de Amrica del Sur hasta la ciudad ms nortea de Mxico Dios decidi bendecir a ese indigno chico de Cuba.