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Conferencia de Plácido Pascual Avilés en la sede social de la Casa de Jaén en Córdoba, el día 17 de Febrero de 2.012. Presenta al Conferenciante su hijo Plácido Pascual Morales Curriculum del Conferenciante Plácido nace en un pueblecito de Jaén, entre Sierra Morena y la Sierra de Segura, llamado Puente de Génave. Dentro de 2 meses cumplirá 72 años. Tratar de explicar cómo ha discurrido la vida de una persona que ya tiene este número de años, es cuestión harto difícil y largo en el tiempo, por lo que habrá que reducir mucho su biografía. Las primeras letras las aprendió en su pueblo. Cuando contaba 10 u 11 años, marchó al Seminario Conciliar de Jaén con intención de hacerse sacerdote, pero a los cuatro años de estancia en el centro docente religioso, abandonó el lugar, renunciando de una forma seria al celibato religioso. Gesto, dicho sea de paso, que yo le agradezco profundamente, pues de haber seguido el camino de la vocación sacerdotal, lo más probable es que yo no estaría aquí a estas horas presentándolo. Posiblemente mi madre tampoco. Dado el poco e incierto futuro que, en aquellos años, los pueblos de Jaén les ofrecían a los niños de aquellos tiempos, marchó a Sevilla voluntario al Ejército y allí inició realmente su futuro. Al año de estar en Sevilla, con 17 años, marchó con su unidad a Sidi Ifni para tomar parte en el conflicto entre España y Marruecos, de la llamada “La Guerra Desconocida”, una confrontación de no grandes dimensiones, en las que hubo bastantes bajas entre muertos y heridos y a quien le tocó la china de la mala suerte, le tocó, no regresando a España en las mismas condiciones que salió de ella. O quizás nunca regresó. Por no alargarme en su biografía, diré que retornó a España y volvió a irse voluntario otra vez a aquellas tierras, a Sidi Ifni, en donde el destino le preparaba a él, a mi madre y a mí una sorpresa: En aquel lugar, tomé tierra en este mundo. Allí vi por vez primera la luz del sol, tomé mis primeros alimentos y me pude bañar en las aguas del Atlántico. Después de más de 30 años de servicio al Ejército y por lo tanto a España, abandonó reglamentariamente la milicia. Durante su vida militar tuvo diferentes destinos en los que los hijos y mi madre le acompañábamos cuando era fuera de Córdoba. Ya fuera de su servicio al Ejército, nos afincamos de una forma definitiva en Córdoba, ciudad que vio nacer a mis tres hermanos y algunos de sus nietos, entre otros a mis hijos. Pero la vocación de mi padre de servicio a los demás, no desapareció. Estuvo 10 años formando parte de la Junta Directiva de una Asociación de Minusválidos psíquicos; de los diez años, ocho estuvo de Presidente. Por supuesto que lo hizo de forma altruista aportando todos sus desvelos, muchas horas de trabajo y su voz a unas personas que no tenían voz. Diré que la Asociación se llamaba y se sigue llamando APROSUB, que era, supongo que lo seguirá siendo, la segunda con más personas discapacitadas acogidas de toda Andalucía, que daba asistencia en sus colegios, residencias y talleres ocupacionales a más de quinientas personas con deficiencia mental. Dejó la Asociación después de algo más de 10 años. Y como es de espíritu inquieto, no le apetecía esperar dulcemente en un sillón a que su vida se fuera apagando poco a poco. Siguió leyendo libros, devorando libros, algo que ha hecho durante toda su vida, costumbre que sus hijos hemos seguido. Y ahora, desde que los ordenadores se

MI PASIÓN POR LOS LIBROS

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Conferencia de Plácido Pascual Avilés en la Casa de Jaén en Córdoba

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Conferencia de Plácido Pascual Avilés en la sede social de la Casa de Jaén en Córdoba, el día 17 de Febrero de 2.012.

Presenta al Conferenciante su hijo Plácido Pascual Morales

Curriculum del Conferenciante

Plácido nace en un pueblecito de Jaén, entre Sierra Morena y la Sierra de Segura, llamado Puente de Génave. Dentro de 2 meses cumplirá 72 años. Tratar de explicar cómo ha discurrido la vida de una persona que ya tiene este número de años, es cuestión harto difícil y largo en el tiempo, por lo que habrá que reducir mucho su biografía. Las primeras letras las aprendió en su pueblo. Cuando contaba 10 u 11 años, marchó al Seminario Conciliar de Jaén con intención de hacerse sacerdote, pero a los cuatro años de estancia en el centro docente religioso, abandonó el lugar, renunciando de una forma seria al celibato religioso. Gesto, dicho sea de paso, que yo le agradezco profundamente, pues de haber seguido el camino de la vocación sacerdotal, lo más probable es que yo no estaría aquí a estas horas presentándolo. Posiblemente mi madre tampoco.

Dado el poco e incierto futuro que, en aquellos años, los pueblos de Jaén les ofrecían a los niños de aquellos tiempos, marchó a Sevilla voluntario al Ejército y allí inició realmente su futuro. Al año de estar en Sevilla, con 17 años, marchó con su unidad a Sidi Ifni para tomar parte en el conflicto entre España y Marruecos, de la llamada “La Guerra Desconocida”, una confrontación de no grandes dimensiones, en las que hubo bastantes bajas entre muertos y heridos y a quien le tocó la china de la mala suerte, le tocó, no regresando a España en las mismas condiciones que salió de ella. O quizás nunca regresó.

Por no alargarme en su biografía, diré que retornó a España y volvió a irse voluntario otra vez a aquellas tierras, a Sidi Ifni, en donde el destino le preparaba a él, a mi madre y a mí una sorpresa: En aquel lugar, tomé tierra en este mundo. Allí vi por vez primera la luz del sol, tomé mis primeros alimentos y me pude bañar en las aguas del Atlántico. Después de más de 30 años de servicio al Ejército y por lo tanto a España, abandonó reglamentariamente la milicia. Durante su vida militar tuvo diferentes destinos en los que los hijos y mi madre le acompañábamos cuando era fuera de Córdoba.

Ya fuera de su servicio al Ejército, nos afincamos de una forma definitiva en Córdoba, ciudad que vio nacer a mis tres hermanos y algunos de sus nietos, entre otros a mis hijos. Pero la vocación de mi padre de servicio a los demás, no desapareció. Estuvo 10 años formando parte de la Junta Directiva de una Asociación de Minusválidos psíquicos; de los diez años, ocho estuvo de Presidente. Por supuesto que lo hizo de forma altruista aportando todos sus desvelos, muchas horas de trabajo y su voz a unas personas que no tenían voz. Diré que la Asociación se llamaba y se sigue llamando APROSUB, que era, supongo que lo seguirá siendo, la segunda con más personas discapacitadas acogidas de toda Andalucía, que daba asistencia en sus colegios, residencias y talleres ocupacionales a más de quinientas personas con deficiencia mental.

Dejó la Asociación después de algo más de 10 años. Y como es de espíritu inquieto, no le apetecía esperar dulcemente en un sillón a que su vida se fuera apagando poco a poco. Siguió leyendo libros, devorando libros, algo que ha hecho durante toda su vida, costumbre que sus hijos hemos seguido. Y ahora, desde que los ordenadores se presentaron en España, pero no desde el principio, sino cuando a él le apeteció, cuando tomó contacto con ellos por su voluntad, hace solo algo más de tres años, se dedica a escribir. Y con lo que escribe, se va a una copistería, a D. Folio, y le imprimen estos libros que veis aquí. Este es el hobby que tiene a su vejez. Algo que a todos nos gusta. Se pasa las horas sentado delante del ordenador, creando personajes, dejándoles que vivan, poniendo en sus bocas los diálogos más disparatados o razonables que se le ocurren. Creo que efectivamente lo que siente por esos libros, esos y otros que lee, es una verdadera pasión. Es una pasión por los libros.

Nada más. Tiene la palabra el conferenciante.

MI PASIÓN POR LOS LIBROS

Cuando se me ofreció dar una conferencia en la Casa de Jaén en Córdoba, para que hablara sobre Mis Libros, apena si dudé un instante el título que le pondría: Mi pasión por los libros. Ese era el título preciso y exacto. Pero antes de seguir, debo hacer una cita histórica: Los más viejos del lugar seguro que recordamos una anécdota de T.V. española, de hace ya bastantes años. La periodista Mercedes Milá invitó al ya difunto Paco Umbral a uno de sus programas, en donde aprovecharían para que Umbral presentara el último de sus libros y se hiciera propaganda del mismo. El tiempo transcurría y allí se hablaba de todo menos de su libro. El bueno de Paco Umbral veía que el tiempo se acababa y allí se estaba hablando de todo y su libro no salía a escena. Se había tomado unas copas en el mismo estudio, creo recordar que era whisky, y no pudo aguantar más. Reventó y rojo de ira, se dirigió a Mercedes Milá y le dijo a voz en grito y gesto cabreado:

-Pero, bueno. ¿Aquí cuando demonios, (dijo otro taco), se va a hablar de mi libro?

-Ten paciencia, Paco, respondió la Milá sorprendida. Ahora hablaremos sobre el.

-¿Pero como ahora, ni ahora? El programa está a punto de acabar. Yo vengo aquí a hablar de mi libro. Y si no se habla de mi libro, yo me voy. Porque yo quiero hablar de mi libro.

El genio, el mal humor y el tiempo que se acababa, hizo que aquello terminara como el rosario de la aurora. ¿Qué quiero decir? Algo muy simple: Yo no vengo aquí a vender mis libros, entre otras razones porque no los vendo ni se venden. Si es cierto, que de los que estamos aquí, alguien quisiera leer alguno de ellos, lo más que puedo hacer es mandárselo por correo electrónico y que se lo fotocopien en una copistería o que lo lea en el mismo ordenador. Todo esto completamente gratis.

Os haré un relato para que sepáis cual es la génesis de esta vocación de escribir, que no es que me haya brotado por generación espontánea, eso no sería normal. A mí me gusta escribir “cosas” desde que aprendí a juntar la P con la A., la J con la E., etc. Desde mi más tierna infancia me gustaba contar historias, inventarme aventuras, yo que sé… Cuando iba a la escuela en mi pueblo, era demasiado niño todavía para escribir y yo no he sido un niño precoz. Pero cuando a la edad de 10 u 11 años, me fui al seminario de Jaén, aquello ya era un centro docente y empecé a participar en concursos literarios: Prosa y Poesía. Me dieron algunos premios. Ya allí adquirí “nombre”, dicho sea entre comillas, entre mis compañeros de seminario. Pero 4 años después, alguien me comunicó en silencio, que Dios no me llamaba por el camino del celibato. ¡Vamos, que lo de ser sacerdote, no era mi futuro! Y me salí del seminario. Me fui al ejército con 16 años y, aparte de instrucción, teóricas, desfiles, guardias, ejercicios de tiro y todas esas cosas que se hacen en el Ejército y que tan mala prensa tienen o tenían entonces, también me dedicaba a escribir. Escribía cartas a mis amigos y sé que estas tenían gran aceptación. Un amigo, quizás mi mejor amigo, digamos en su recuerdo que se llama Antonio Campayo Romera y en la actualidad vive en Beas de Segura, nos escribíamos y mis cartas las leía su padre, que era abogado. Y le decía a su hijo: Antonio, dile a Placi que no deje de escribirte. Lo hace muy bien y me gusta mucho leer sus cartas. Los textos que le enviaba, no eran nada del otro mundo. Le hablaba del Ejército, de la ciudad en la que estaba, que era Sevilla, posteriormente Sidi Ifni y de las mil y una cosas que un joven con 16-17-18 años puede y suele hablar. Cuando estuve en la guerra de Ifni, le contaba mis “batallitas”. También lo hacía con mis excompañeros de seminario, que leían las cartas en las clases. Recuerdo que una de las que le escribí a mi padre, hablándole de lo que pasaba en Ifni y de lo que yo pensaba, (que alto ponía yo entonces, el ser un soldado español), la carta se la mandó mi padre a un amigo suyo que había estado de Alcalde y de Veterinario en mi pueblo: D. Eulogio Bedmar Martos. Era de Bedmar. La carta se publicó en el periódico “Jaén” en la que D. Eulogio, me colmaba de alabanzas y yo la guardo como oro en paño. Para mí es una reliquia. Tenía entonces 17 años. (Que gran hombre fue D. Eulogio y que grato recuerdo guardo de él)

Cuando las fuerzas españolas intervinientes en el conflicto con Marruecos, regresaron a la península, yo aguanté poco en Sevilla y volví otra vez a tierras africanas: A Sidi Ifni. Mi vida en aquella colonia, que fue declarada provincia española, giró, si no 180, si 90 grados. Una de las misiones que el Ejército tenía, era mantener la frontera, que poco antes España decidió cual sería la línea divisoria con Marruecos.

Por lo que la mayor parte de nuestras vidas y nuestro tiempo lo pasábamos dentro de una alambrada, en unas trincheras cavadas por nosotros y dentro de unos cuartuchos o chabolas subterráneos hechos por nosotros. Nos sobraba tiempo para todo. Yo, como otros militares de aquellas fuerzas, decidí leer libros. Desde que aprendí a leer era insaciable con la lectura. Tebeos, novelas del oeste americano, recortes de periódico… cualquier papel que caía en mis manos, lo devoraba. Por lo que viendo que el tiempo era para mí un regalo de los dioses, leí muchos libros. De muchos autores. De temas muy distintos. Ni citaré títulos, que fueron muchísimos, ni autores, que eran españoles y extranjeros. Aún conservo en mi biblioteca bastantes de aquellos tomos. Nada ni nadie fue capaz de quitarme mi pasión por los libros. Ni siquiera el olor a cera que cuando leía por la noche, dejaban la vela o las dos velas con las que tenía que leer. ¿Recordáis la letra que tenían los libros de la colección Austral? Era pequeñísima. Pues aquello a leerlo con velas. Por supuesto que no había luz eléctrica. Luz natural de día y velas por la noche. Les estaré eternamente agradecido a los libros y al transistor de pilas, que por aquellos tiempos hacía sus pinitos en la sociedad española y tanta compañía me daba.

Debo confesar que cuando la inspiración me llegaba, componía alguna poesía que dedicaba a mi novia, si es que la tenía o al Océano Atlántico, que lo teníamos por allí cerca o a cualquier otro motivo. Como muestra, os recitaré unos versos que dediqué a una chica canaria que vivía en aquel territorio. Su padre era militar también y la chica, que ya estaba “en edad de merecer”, era preciosa. Pero quizás lo que más me llamó la atención en ella, era que a veces se peinaba con una sola trenza. Una trenza negra, bellísima, larga, que ensalzaba aún más su rostro. Pero un día, ¡aciago día!, la niña de la trenza negra, se cortó el pelo. La poesía, se titula: “A una trenza negra”; solo os recitaré unos versos por el tiempo que tenemos, pero completa es más larga. Los versos finales, dicen así:

…¿Qué quieres que más te diga,si estoy llorando de pena,al verte casi sin vida,Cortada tu trenza negra?.Ayer te vi paseandosuelto el pelo hacia tu cuerpo,Y me viste suspirando,roto el loco corazón,por una trenza que ha muerto.Quisiera verla de nuevo,cortando veloz el viento,Recogerla entre mis manosY decirle que la quiero.¡Niña de la trenza negra!¿Por qué cortaste tu pelo?

La verdad es que yo escribía y leía con avidez, con furia, con ansias de letras. Tampoco tenía que hacer mucho más. Y mi vida fue transcurriendo desesperadamente lenta pero entretenida.

¿Cómo me inicié o mejor dicho, me reinicié en mi escritura actual? Con la llegada del ordenador. Algunos amigos y dos de mis hermanas me animaron a hacerlo. Sabiendo de mis devaneos con la escritura, consiguieron demostrarme que un ordenador era mucho más práctico que una Olivetti, Pluma 22. Dejé a un lado mi parte mostrenca y traicioné a la máquina de escribir; me busqué un nuevo compañero: Un ordenador

“Lenovo”. Y ahora, la pobre Olivetti, como el arpa de Bécquer, yace olvidada y cubierta de polvo en un rincón del desván. Y ahora voy a hablar de mis libros.

Inicié la singladura escritora de mi segunda época, como digo, a finales del año 2008. Hace ahora exactamente 3 años y 2 meses y mi producción consiste hasta hoy en 7 libros. Dice un adagio no sé si latino o de otro origen, ni se de quien es, que el hombre, yo diría la persona, hombre o mujer, no está plenamente realizada hasta que ha plantado un árbol, ha tenido un hijo y ha escrito un libro. Yo árboles he plantado varias decenas en una parcelita que tengo y algunos han crecido hermosos y robustos y ya son más altos que yo. Pero yo soy quién les ha dado la posibilidad de que sean así. Hijos he tenido 4. 4 hijos varones. Bien es cierto que para esta acción, he necesitado la colaboración de otro ser humano y elegí para que me echara una mano en mi empeño, a Josefina, a la que yo llamo “mi santa” y que esta noche está entre nosotros. Debo decir en su honor, que me ha satisfecho mucho la forma de cómo ha colaborado y de cómo nos ha salido la obra. Ellos están ahora en la plenitud de sus vidas, cumpliendo el mandato bíblico de “Creced y multiplicaos”, lo que arroja un balance positivo de 7 nietos en plena ebullición. En cuanto a escribir un libro, me lo planteé de forma seria. Lo normal hubiera sido escribir unos relatos facilitos, hablar de la puesta de sol sobre el Mar Muerto, (por cierto, es preciosa), de la vida del caracol desde que nace hasta su cocción en las calderas de los puestos de caracoles, pero no. Yo quise correr un maratón, de algo más de 42 kilómetros, sin haberme entrenado antes corriendo con carreritas cortas o paseos rápidos. Es decir: Como hombre me he realizado. Como persona he cumplido los tres requisitos.

Mis libros.-

Mis primeros libros fueron 3 de tipo familiar. El primero fue un libro sobre la genealogía de mis dos apellidos y los dos de Josefina, mi mujer; en el segundo hice una ampliación de mi primer apellido y el tercero una especie de biografía-genealogía de un abuelo de Josefina. Fue un trabajo ímprobo de investigación. El contacto con los Registros Civiles y eclesiásticos y con las familias, me llevó mucho tiempo, pero tuvo su fruto. Con los apellidos llegué: Con el primero mío, Pascual, consiguiendo 9 generaciones que puedo enumerar. Desde los más antiguos, hasta mis nietos, que son los más modernos. Hay personajes colaterales hasta el año 1710. Tengo memoria escrita de mis antepasados en este apellido, pudiéndolos escribir, el marido y la mujer, desde el año 1750 hasta los de mis nietos. ¡9 generaciones! En los otros apellidos, llego hasta principios del Siglo XIX y finales del XVIII. Tengo fotos, la más antigua del año 1874 y algunas más de ese siglo. Documentos escritos de esa época, partidas de bautismo de 1826, 1801 y 1785. La firma en un Despacho, documento oficial original, del que fuera cuarto y último Presidente de la Primera República: Emilio Castelar. Muchos documentos relativos a nuestros antepasados.

Resumiendo, por no hacer eterno este relato: un árbol genealógico de cada uno de los apellidos en el que nos remontamos a los siglos citados anteriormente. En cuanto al libro del abuelo paterno de Josefina, nacido en diciembre de 1870, (aún no había Registros Civiles, que empezaron a funcionar en enero de 1871), este abuelo fue Maestro de Instrucción Pública, como entonces se les llamaba a los Maestros de Escuela, es un personaje al que merece la pena descubrir. Murió con casi 90 años y toda su vida fue alguien digno de imitar; una persona culta, muy religiosa, ejemplo de sus contemporáneos, de susfamiliares y de sus alumnos. En un libro que se edita en Úbeda: “Úbeda, Hombres y Nombres”, en donde ejerció muchos años su magisterio, se le llamó: Apóstol de la Pedagogía. Fue contemporáneo de Antonio Machado, que estaba de profesor en Baeza, distante unos 7 kilómetrosde Úbeda; pienso que debieron conocerse, máxime cuando una hija de Atilano Morales, que es el personaje a quien me estoy refiriendo, fue alumna de Antonio Machado y tenemos una foto de un curso en donde D. Antonio está rodeado de todos sus alumnos, incluida esta chica, que luego fue maestra y era la única fémina de aquel curso y de la fotografía que obra en nuestro poder. Resumiendo, mis tres primeros libros son de la familia, aunque el trabajo lo he ido alternando con el de los otros, de los que ahora hablaré. Si alguien tuviera interés en saber la “técnica” de trabajo a seguir para saber de sus ancestros, estaré

encantado de explicárselo, aunque cada día va siendo más difícil conseguir partidas de los distintos Registros. Estos 3 libros vieron la luz, el primero: Abril de 2009. El segundo: 8 de diciembre de 2009 y el tercero 4 de mayo de 2010. En 14 meses salieron a la luz 645 páginas que suman los tres tomos. Con los siguientes libros, seré más prolijo. Pero antes quiero leeros la dedicatoria que puse en este último:

DEDICATORIA

Todo el trabajo de este libro está dedicado a su principal autor, D. Atilano Morales y Díaz-Galiano, llamado en vida: El Apóstol de la Pedagogía. Está dedicado a Atilano Morales, personaje singular que a lo largo de su vida destacó por muchísimas virtudes, de las que podríamos resaltar: Su vasta cultura, su amor a la familia y la dedicación permanente a la educación moral, ética e intelectual de los demás.En prueba de reconocimiento y agradecimiento en el quincuagésimo aniversario de su muerte.Sus herederos genéticos y los relacionados familiarmente con ellos.

Desde muchos puntos de España Febrero de 2.010

D. Atilano Rafael Valentín Morales y Díaz-Galiano, nació en Daimiel, Ciudad Real el día 16 de Diciembre de 1870. Murió en Baeza el día 13 de Febrero de 1960. Contaba 89 años de edad. Descanse En Paz

Hasta aquí, mi creación de los libros familiares y genealógicos. Pero mis ansias por escribir, lógicamente no pueden pararse aquí. Mientras hacía el trabajo de los anteriores, me gustaba, cuando se me ocurría una idea, escribirla y guardarla, por lo que mi producción no conocía el descanso. Así pues hay un cuarto, un quinto, un sexto y un séptimo libro.

Libro nº 4. “Realidades y Fantasías”. Tiene 228 páginas. Sale a la luz el día 12 de Octubre de 2009, festividad de la Virgen del Pilar y Día de la Hispanidad. Se lo dedico a mis seis nietos que tenía entonces. La nieta sevillana nacida en Triana, aún no había llegado. Lo divido en 4 partes a las que llamo: Del Pensamiento. De la Milicia. Biografías familiares y De la Poesía. En el apartado del pensamiento tengo artículos, serios, como el que dedico a “La Madrugá” de la Semana Santa sevillana; aquel año la viví allí, en un piso de la Macarena; o el que dedico “Al Aborto”, en donde doy mi opinión sobre este acontecimiento o hecho luctuoso o que cada uno le llame como prefiera; otros escritos humorísticos como pueden ser “El Perol Cordobés”. En este, narro los hechos acaecidos con unos compañeros de profesión, militares, celebramos un perol en el campo con motivo de un ascenso. Esto es verdad. A mí se me “ocurre”, entre comillas, mandar un buro fax a la Ministra de Defensa, para invitarla al perol. Ella se excusa por motivos de agenda. Esto es mentira. La ministra era la Srª Chacón. Cuando les mandé la crónica a mis compañeros y amigos, después del perol, hubo unos cuantos que no conocían bien mi sentido de la ironía y se asombraron de lo de la Ministra. Hubo uno que me pidió copia del buro fax, para guardarlo como recuerdo. Otro de humor en ese apartado es “Consejos Penitenciales” en donde aconsejo a los buenos cristianos lo que deben hacer en Semana Santa. Este es un puro disparate.

En el tratado: “De la Milicia”; destacaría solamente dos y un apéndice: Uno que hablo del “Juramento de Fidelidad a la Bandera”, autobiográfico y otro, una “Carta a Gonzalo”, es una carta a Gonzalo Fernández de Córdoba y Aguilar, el Gran Capitán. Mitad imaginación, mitad fantasía, mucha Historia y muchas verdades, como sus famosas Cuentas. Y aquí, como apéndice, una carta de “Amor y Traición” dirigida al Océano Atlántico. Esta es una de las fantasías-realidades que más me han complacido, después de escribirla.

En mis “Biografías familiares”, lo son todas de mi familia y he procurado que no se pierdan ciertos momentos y ciertas costumbres o episodios históricos que ni deben ni pueden morir.

Y en el último “De la Poesía”, se han recuperado mis tiempos de poeta, que no continúo, porque como decía el clásico: Ahora corren malos tiempos para la lírica. Ya lo decían en el siglo XIX: Allí lo enterraron por no tener una peseta. No sigas. Era poeta. ¿Se referirían a Gustavo Adolfo Becquer? Me vais a permitir que diga unos versos de dos de ellas. Solo unos versos, porque las dos poesías completas son más largas.

La primera es en memoria de mi madre, que murió cuando yo tenía 3 años. La escribí en Sidi Ifni el 2 de noviembre de 1961, festividad de los fieles difuntos. Y habla de un niño, de unos cinco años, que una tarde lluviosa, visita la tumba de su madre en el cementerio de su pueblo. En el nicho hay un retrato de ella. Este es el final de la poesía.

………El niño llega a la tumba,

donde su madre descansa.

Se hacen ecos los suspiros

que de su garganta escapan.

Juntando sus manecitas,

balbucea una plegaria

y eleva su vista al cielo,

su carita está mojada.

Se esconde entre las sombras,

se hace sencilla su alma

y un gemido entrecortado,

escapa de su garganta.

Como cuentas de un rosario

van fluyendo las palabras,

que como incienso oloroso

suben y suben hasta

llegar al Dios Bueno

que cuida las almas santas.

Lloroso, entristecido,

cae de hinojos a las plantas

de una fotografía vieja

carente de vida humana.

Estampa un beso amoroso

al alambre que separa

el lapsus de vida breve

con una muerte muy larga.

Y suave, muy suavemente

de la tierra se levanta.

-Te quiero mucho, mamá

dice y lloroso marcha.

Quedan las sombras atrás

y a lo largo, ya muy lejos,

se oye un rezo muy callado:

– Padre nuestro, que estás en los cielos… Y por terminar con la poesía y este libro, remataré con los primeros versos de otra poesía. Hace ya muchísimos años, casi siglos, yo estuve en mi pueblo 4 meses de colonial, (así se llamaba el permiso que disfrutábamos los militares de aquella plaza), y nos hicimos novios, una chica del pueblo y yo. La poesía la escribí cuando regresé otra vez a Sidi Ifni. Pasé de la gloria que estaba en Puente de Génave al purgatorio de una posición moruna que se llamaba Alat-Ida Usugum. Así comenzaba aquella poesía: Va por ti, Josefina.

Como recuerdo los días que con solo tu silencio demostrabas el amor que desbordaba tu pecho.Nos separamos…La distancia deshizo el embelesode las tardes que moríanjurándonos amor eterno.Ya no puedo ver tu sonrisa,ya no se lo que es el cielo,lo eras todo para mí,eras lo que yo mas quiero.El amor que yo sentíaes ahora amor y anhelo.¿Recuerdas mi despedida?fue allí, en el silenciode aquella calle cualquiera

que sabe tantos secretos.Donde robé tus cariciasy te juré amor eterno.Allí te dije yo un díalo mucho que yo te quiero…….

Después de la parte lírica, vamos a pasar, siguiendo con la pasión por los libros, con el que hace el nº 5.

Libro nº 5 “El Consejo de Ministros y otras historias”. 281 páginas. Ve la luz el mes de Julio de 2010. Se lo dedico “al cielo en donde estarán mis padres”. El Prólogo, excelente comentario, lo escribe un buen amigo y compañero: Jacinto Ruiz Morilla, cordobés de nacimiento y malagueño de adopción. Lo divido en dos partes: 1ª: Un relato largo y 2ª Otras Historias.

Hasta ahora, mis escritos han sido relativamente cortos. No más de algunos folios en donde desarrollo un tema de actualidad o una historia. En este relato me he atrevido a desarrollar una historia, que es un puro disparate entre la realidad y la fantasía. ¿Irreal? Pues no lo sé.

Si me gustaría saber que hubiese pasado si la idea, en vez de ocurrírseme a mí, se le ocurre al protagonista. Los personajes son reales y existen, pero lo que planean es el producto de mi imaginación. ¿Podría haber ocurrido? Alguien tendría que decirlo. La trama de los hechos se desarrolla en 2008. El argumento es el siguiente: Al Presidente del Gobierno se le ocurre celebrar un Consejo de Ministros el día 20 de Noviembre de 2008 en la Basílica del Valle de los Caídos. En la iglesia se pondrá una mesa encima de la tumba del anterior Jefe del Estado y allí, con todos sus ministros, se celebrará el Consejo. Todos llevan el nombre que tenían en 2008, es decir: sus verdaderos nombres. Los ministros existen, el presidente y su mujer existen, los monjes benedictinos existen y la tumba existe. Lo que pasa en esta trama es una tragicomedia, en la que pasé los mejores ratos de mi corta vida delante del ordenador. Corta en cuanto al manejo del ordenador, que aún no llevaba 2 años trabajando con el. Todo puede pasar, porque no hay fantasías ni utopías. Los hechos son ficticios pero pueden ser reales. En fin, como experimento me siento contento de este ensayo. Lo ha leído mucha gente y me dicen que lo han pasado muy bien. En el fondo es un sainete.

Los otros artículos, tienen de todo, como en botica. Me convierto en una rata de biblioteca, buscando por qué en la historia se dijeron ciertas frases por personajes que existieron, como: Paris bien vale una misa; ni quito ni pongo rey, pero defiendo a mi señor; la suerteestá echada; contad los cadáveres; llegué, vi, vencí; a mí la legión; ¡que tropa. Joder que tropa!; ¡¡Tierra!!; Roma no pagatraidores; Yo en lo mío he sido el Papa… Hasta las 7 palabras queCristo pronunció en la cruz. Estas y muchas más. No deja de ser un divertimento histórico basado en la realidad. En otro apartado me entretengo en latinajos, que aún hoy, se siguen usando en el lenguaje jurídico, médico y farmacológico. Tengamos en cuenta que más de un 65 % de las palabras del castellano, tienen su etimología en el latín. Sí, sí. Me refiero al latín y al griego que quitaron de los institutos, porque son lenguas muertas. ¡Ellos, quienes las quitaron, si que están muertos! Algunos latinajos, no muchos para no cansar: Que significa Hábeas corpus; conditio sine quan non; mutatis, mutandi; sine die; si vis pacem, para bellum; acusatio non petita, acusatio manifesta, in dubio, pro reo, etc. etc. etc. Hay bastantes más. Pero este lenguaje es muy corriente, sobre todo en el mundo del derecho.

Entre las frases que cito en esta conferencia, (hay muchas más y muy interesantes), hay una que debo citar por venir de quien viene y decirse en donde se dijo y por ser de donde es el personaje. La frase es: Yo en lo mío, he sido el Papa. Esta frase la pronunció Rafael Guerra Bejarano, apodado “Guerrita” y llamado también “El Guerra”. Torero cordobés, 1.862-1.941.

Se cuenta que, en cierta ocasión, el Marqués del Mérito invitó a Rafael a una cacería a la que también asistía Alfonso XIII. La finca estaba cerca de Andújar, (Jaén) y el torero llegó un poco tarde; cuando ya estaban todos los monteros, incluido el Rey, en la plazuela del cortijo a punto de salir en busca de losvenados y jabalíes, llegó Rafael Guerra. Bajó de un lujoso coche, conducido por su chófer, vistiendo una hermosa capa española, con los forros de suave seda de color morado, que es el color de las capas cardenalicias y de los obispos de la Iglesia. El Reysentía tanto aprecio por el torero, que al verlo llegar y bajarse delcoche tan bien trajeado y encapado, le dijo: -Rafael, que le comentaba yo al marqués, que con esa capa que lleva, parece usted un obispo. Rafael, apercibido de la broma y de la deferencia del Rey para con él, le contestó en el mismo tono: -Perdóneme oste, mahestá, ¿Qué es eso de obispo ni obispo? Que yo en lo mío he sio er Papa. Ante esta ocurrente respuesta, el rey soltó unasonora carcajada, fundiéndose ambos en un abrazo.Famosas son sus frases: “Cá uno es cá uno” o “lo que nopué sé, no pué sé y ademá é imposible”. O cuando preguntó por la profesión de alguien y le contestaron: Es filósofo, dijo: “É que hay hente pá tó”.

Cada vez que escribo algo, si puedo mencionar a Córdoba, lo hago. Procuro que Córdoba salga en algunos de mis escritos, por muchos motivos: Hace casi 46 años que vivo en ella. Aquí han nacido 3 de mis 4 hijos. El otro, el primero, nació en Sidi Ifni. He hecho reuniones en Córdoba con amigos míos. Estoy enamorado de Córdoba. Los mejores momentos de mi vida, los he vivido en Córdoba… así pues en este libro hay un escrito al que titulo: “Algo de Córdoba”, en donde me doy un paseo matinal que coincide con las riadas que hubo a finales de 2009 y principios de 2010. Relato

muchos de los monumentos que hay a la vera del Guadalquivir, los puentes, entre ellos el Romano, la Torre de la Calahorra, el Triunfo de S. Rafael, La Puerta del Puente, La Santa Iglesia Catedral, el Alcázar de los Reyes Cristianos, el Monumento al Amor o los Enamorados,… etc. etc., apuntando algo de historia de todos ellos y aprovecho la ocasión para publicar un montón de fotografías en color de los monumentos descritos y de las riadas de Córdoba, que aparecen en todo su “esplendor” y su trágica e impresionante belleza, pero que tanto daño causaron.

Hay muchas más cosas, historias, algo de la milicia, humor, 2 viajes que hago, a Cartagena y Salou en donde cuento algo de esos pueblos, (el de Salou es un relato típicamente humorístico), pero me parece que inicio en este libro una costumbre que ya no dejo en mis obras posteriores: Acompañar de fotos, muchos de mis recorridos por los lugares a los que voy o aclarar con fotos, otros relatos de muy diferentes temas. No debo tener preferencia por ninguno de mis libros. ¿O sí? Más adelante trato de dar una repuesta a esta pregunta.

Libro nº 6. El título es: “Recuerdos y Añoranzas”. Tiene 289 páginas. Nace el 23 de Febrero de 2011. Está dedicado a mis paisanos de Puente de Génave, a los que vivieron entre 1931 y 1950, (A los vivos y a los muertos).

En Recuerdos y Añoranzas, como en el anterior, El Consejo de Ministros, utilizo un relato algo más largo que los demás, para iniciar el libro. Debo agradecer a la Casa de Jaén, que convocara el certamen literario, creo que fue el año 2010. Esa convocatoria provocó en mí el deseo de participar y me presenté y se me premió el trabajo que fue el inicio de este relato, con el que comienzo este libro. Lo que en el premio de la Casa de Jaén, solo tenía 7 páginas, creo recordar, por la normativa de las bases del concurso, en este libro, con el mismo tema, los mismos personajes y el mismo espíritu literario, desarrollo 107 páginas. Debo decir que todos los que leyeron este relato, lo ponderaron, les gustó y si eran personas de nuestra edad, de mi edad más o menos, todos me dijeron lo mismo: La vida de esos dos niños y la vida de ese pueblecito pequeño de la provincia de Jaén, es un calco exacto de lo que fue nuestro pueblo en la posguerra. En el relato he tratado y creo que lo he conseguido, despolitizar por completo la trama de esta pequeña obra, mitad novela, mitad biografía real. Confieso que disfruté y me emocioné mucho escribiéndola y leyéndola cuando la hube concluido. Todo el relato es un fiel retrato de la España de los años 40 del siglo pasado.

Pero el libro contiene algo más. Un viaje a Lanzarote con una descripción de aquella isla impresionante casi única en todo el mundo: Más de 100 volcanes en una pequeña isla. Hermoso relato de lo que vi en el Parque de Timanfaya y otros lugares de orografía lunar. Siglos de las erupciones volcánicas; piedras seculares solo vistas en este tipo de terrenos por quienes lo visitan. Un reportaje fotográfico acompaña al relato del viaje.

Cultivo después en este libro, lo que a lo largo de la historia, tuvo mucha categoría dentro del género literario: La carta. Es una pena. Ya no se escriben cartas. Primero el teléfono y posteriormente los correos electrónicos, las video conferencias o las muchas formas que hay de estar hablando y viéndose los interlocutores, (no incluyo el silbo gomero, de gran tradición en la Gomera canaria); estos métodos modernos, digo, han acabado con la ilusión de los familiares que tienen un ser querido lejos del hogar; de las parejas de novios separados por la distancia. Ya no se oye decir aquello de: ¡Viene el cartero! Ahora el cartero solo viene para traernos papeles de los bancos o correspondencia de los organismos oficiales, facturas de Endesa, multas del ayuntamiento, la contribución… solo disgustos trae el cartero que no tiene culpa de nada perdiendo todo el romanticismo y familiaridad que antaño tenía. En este libro figuran cartas escritas a algunos amigos, a hermanos, la de una hija quinceañera a su padre, una carta a los Reyes Magos, a quienes Papá Noel y Santa Claus han desplazado casi al país del olvido. Los Reyes Magos habrán tenido que cerrar sus estafetas porque ya no reciben correspondencia de los niños o de los ancianos que les hacían peticiones de sueños y de ilusiones. Cuatro relatos de humor; el humor no falta en ninguno de mis libros, nos hace meditar por lo que nos puede pasar en la vida. La sorpresa que tuve cuando renové la última vez mi D.N.I. Los apuros que pasamos el funcionario y yo, cuando nos dimos cuenta, según se me indicaba en el nuevo documento, que no volvería a renovar el D.N.I.

hasta el año 9.999. Es decir dentro de casi 8 mil años, ¿Cómo iba a volver yo si ya no estaría vivo? Y el funcionario tratando de explicarme que debería volver, porque esa era la Ley.

Y por citar algo de lo que me siento muy orgulloso, mi relato sobre el día de mi Patrona, la Inmaculada Concepción, Patrona de Infantería. El año 2.010 nos trasladamos a Toledo a celebrarlo, haciéndolo en la Academia de Infantería. Algunos me han dicho que este trabajo es de lo mejor que han leído de lo que ha salido de mi pluma, bueno ahora de mi ordenador.

Tengo bastantes relatos de mi vida militar. En todos me siento orgulloso de la profesión que he tenido. Me enorgullezco de mis principios en el Seminario y en el Ejército Español y en ningún momento oculto el origen de mi formación cristiana y española. El relato de la Patrona de Infantería en Toledo, sintetiza de una forma casi completa, que es lo que yo he sentido y siento, cuando un acto Religioso-Militar, pasa por mi vida. Creo que en este escrito, soy capaz de transmitir lo que verdaderamente siento cuando escribo. Así me lo dijeron cuando mis corresponsales electrónicos, leyeron este trabajo, concebido desde la emotividad.

Libro 7º. Por ahora el penúltimo, el último saldrá dentro de pocos meses. Lotería Celestial y Vivencias Personales se titula. 287 páginas. Sale a la luz el 12 de Octubre de 2.011. Coincide en su salida al mundo de los lectores con el nº 4 Realidades y Fantasías, pero 2 años después. Este, nº 7, es por ahora, mi último libro. Se lo dedico a Josefina, mi esposa.

Este, como todos los libros posteriores a los familiares, se inicia con un relato “corto” de solo 81 páginas. Pensad siempre, que cada página es un folio DIN A4. El tema es un poco etéreo y celestial, yo diría que casi divino. Como el mundo se me ha quedado pequeño, he buscado los protagonistas en el cielo y son unos personajes, como podéis suponer, angelicales. Todos sabemos y quien no lo sepa se dice ahora para conocimiento, que Dios, según la Teología, tiene a su servicio ¿a los ángeles? No. Al Servicio de Dios hay una pléyade de servidores divinos y celestiales, que se dividen en 9 grupos llamados Coros, a saber: Serafines, Querubines, Tronos, Dominaciones, Virtudes, Potestades, Principados, Arcángeles, y Ángeles, que son los últimos en el escalafón. Pues una personalidad de cada uno de estos grupos, son los protagonistas principales de esta verídica historia. Y a partir de ahí se inicia el relato en un pueblo español, que captará la atención de los lectores.

También figura en estas páginas, la reunión que tuvimos el año 2011 aquí en Córdoba, en la semana de los Patios, unos 35 matrimonios de distintos puntos de España, los hombres de mi promoción como militar y sus esposas, algo que hacemos desde hace casi 25 años. El año que viene celebramos las bodas de oro en Toledo. Describo de una manera pormenorizada, todas las visitas que hicimos a los distintos monumentos y zonas turísticas de Córdoba. Medina Azahara, la Santa Iglesia Catedral, la Torre de la Calahorra, el Alcázar de los Reyes Cristianos, Plaza de la Corredera… y en nuestros paseos por las calles de Córdoba, explicarles con todo lo que nos encontrábamos, desde la Plaza de las Tendillas, que preside el Gran Capitán, hasta las callejuelas de la Judería, entre las que “nos perdimos” por sus recodos cubiertos de historia. Este relato lo acompaño con muchas fotos del evento. De los patios y de los distintos lugares visitados.

Volviendo a mis relatos religiosos, también describo dos días del Corpus Cristi: En Toledo, que es de los pocos lugares que aún lo celebran en jueves y en Villacarrillo en domingo. Me impactó Toledo en esta fiesta que ya es tradicional y secular en su historia. Describí como mejor supe, todo lo que consistía en ensalzar la fiesta religiosa, desde el inicio con la celebración de una misa por el rito mozárabe en la grandiosa catedral primada, hasta su epílogo con el desfile de los cadetes de la Academia de Infantería, muy cerca del Alcázar y de la plaza de Zocodover. Todo esto acontecía el jueves. El domingo ya estábamos en uno de nuestros pueblos de Jaén: Villacarrillo, que me asombró de una forma como no me esperaba. Invitados por nuestro buen amigo Alfonso López y su mujer, Féliz, vivimos unos días en un pueblo también cargado de historia y de tradición en la festividad del Corpus. Su magnífica iglesia, para mí que era una catedral, cuyo constructor es el famoso y prolífico arquitecto

Andrés de Vandelvira, que tanto rastro de su obra ha dejado en la provincia de Jaén, incluida su catedral. Sus calles engalanadas por sus vecinos, lucían esplendorosas el domingo por la mañana, cuando la procesión del Santísimo Sacramento, las recorría. Vimos como los habitantes de Villacarrillo, mujeres, hombres y niños, trabajaban de forma incansable. Según me decía Alfonso, centenares de vecinos de esta villa, que vivían fuera del pueblo, a muchos kilómetros de distancia, se desplazan todos los años para vivir esta fiesta con sus familiares y paisanos. Pocos días estuvimos en Villacarrillo, pero en el poco tiempo que estuve, pude empaparme algo de su historia, de sus costumbres y alternar con sus gentes que son formidables.

De estos dos actos, el libro lleva gran cantidad de fotos en color, en donde se puede apreciar con la imagen, lo que yo, quizás, no he sabido hacerlo con la pluma.

Relato un viaje que hemos hecho, mi santa y yo, con un matrimonio malagueño amigo a Cantabria y teníamos el campamento base en Santoña. Esta bellísima ciudad marinera, tiene algo más que sus famosas anchoas, que por cierto están buenísimas. 15 días en cantabria que dieron para ver muchísimas cosas y empaparnos de mucha historia de esta bellísima tierra española. Me quedé asombrado de la cantidad de matices de color verde que tiene la tierra por sus sierras cántabras. También se acompaña el relato con fotos.

Y por último dos relatos a caballo entre el humor y la tragedia: “El niño que quiso ser Zapatero”, donde se confunde que es lo que quería ser, si zapatero de los que arreglan zapatos o Zapatero de los que gobiernan naciones. Y otro que se titula “Renta Vitalicia”, donde también jugamos con el doble sentido que se le puede aplicar esta frase: a) Imposición de nuestro dinero en el banco en la modalidad que así se llama o b) en la enfermedad que sin ser grave, nos acompañará el resto de nuestros días, pero no muriendo por su causa, ya que no es grave, pero si suele ser pesada.

Hasta aquí el relato breve del contenido de mis libros. Quizás, para resumirlo, lo mejor es transcribir el epílogo, con el que cierro este último libro. Que dice así:

EPILOGO

Ha concluido el libro. He repasado todos sus escritos para corregir las faltas que he visto, esclarecer ideas cuando he observado que no estaban claras, agregar o suprimir algo con lo que, al releerlo, no estaba conforme. He vuelto a revivir lo narrado por mí a lo largo de más de 200 páginas.

He vuelto a releer la Lotería Celestial con toda su parafernalia angelical, pensando en la muerte y como esta puede producir beneficios a quien sabe manejarla de forma artera y engañosa.

La Asamblea que en el mes de mayo, celebramos en Córdoba, me ha estimulado a seguir reuniéndome con los “supervivientes” de la promoción, ya que merece la pena beber hasta las últimas gotas del cáliz del placer, que aún nos ofrece la vida. La convivencia de esos 4 días, fue plena de dicha, o, como dice la juventud, vivida a tope y lo que es más importante, sin perjudicar a nadie. Tuvimos momentos muy buenos.

Ha resucitado en mí el valor de una fiesta religiosa en diferentes lugares: El Corpus Christi, tanto en Toledo como en Villacarrillo. Ha mostrado de lo que son capaces de hacer y decir los hombres, cuando es un motivo sagrado lo que les empuja a actuar y servir a Dios, trascendiendo de lo puramente material. Vivir unos días inmersos en la religiosidad que esta fiesta conmemorativa, nos trae el calendario católico.

He disfrutado de mi visita a Cantabria, cambiando historia, cultura y costumbres, enriqueciendo mi ego con nuevas experiencias salidas de más allá de mi Andalucía, en la que normalmente vivo. Cantabria ha sido una dosis de aire fresco, un oxigenarse mis conductos sanguíneos, que servirá para vivir más pegado a otros pueblos que practican otra forma de vivir, no muy diferente. Un complemento a nuestras vidas.

Las fotografías me han recordado los momentos que ya mi memoria casi había olvidado, demostrándome que la vida sigue, no solamente con el vivir diario, sino con los recuerdos que están almacenados en nuestras ya decrépitas neuronas.

Y por último me he emocionado con el relato del niño que quería ser Zapatero. La crudeza de sus hechos, la tragedia del género humano cuando sigue una senda equivocada, y la enseñanza de la moraleja que lleva consigo toda fábula que se precie. Y con “La Renta Vitalicia”, he pasado buenos ratos escribiendo el relato. He procurado olvidar o por lo menos aparcar durante un tiempo, algo que me aqueja y que posiblemente, me acompañe hasta mi muerte, pero no será la causa de ella. La escritura y posterior lectura de todos estos hechos, me han llenado de paz y felicidad.

Gracias sean dadas al cielo. En Córdoba, octubre de 2.011. Vale.

Alguien me preguntará por qué no edito lo que escribo: Porque posiblemente me cueste el dinero, me contesto y se lo digo. Es probable que en un examen sobre la calidad de mis libros, la nota supere el aprobado, pero eso no es suficiente para tratar de venderlos en el mercado. No soy famoso, no tengo quien me lance a la calle desde las librerías. Sin querer compararme con D. Miguel de Cervantes, ¡lejos de mí esa temeridad disparatada!, él mismo cuenta en su D. Quijote, suplantando la personalidad del judío Cide Hamete Benengelí, que el autor de su famosísima novela, hubo de venderla una vez escrita en Toledo, lo que hizo a un comerciante judío. Y quien la compró fue quien la comercializó. En fin, yo me escribo mis libros, a los que amo con pasión. Soy su corrector de pruebas, por lo que sé que tienen faltas gramaticales: En las oraciones, en la prosodia, en la sintaxis, en la ortografía… pero esto es lo que hay, me digo. Todos estos libros son míos y los quiero porque son mis hijos y a los hijos se les quiere con sus virtudes y sus defectos. ¿O no? No. Se quiere más a los defectuosos que a los perfectos. Recordad del evangelio la parábola del hijo pródigo. Ahí está la repuesta. Escribiendo, solo pretendo ausentarme por un tiempo, del mundo en el que vivo. Escribo y creo, de crear, mi propio mundo. Y las situaciones, los altercados, las pasiones, las rencillas, las tristezas, las alegrías y los jolgorios, los invento yo y los creo yo. Aunque algunas veces los personajes se me van de las teclas del ordenador y me salen por peteneras y me marginan y me odian o me aman y se acurrucan entre las neuronas de mi cerebro. Escribir en España, es llorar, dijo Mariano José de Larra. Pero yo espero no terminar como él: Saltándome la tapa de los sesos de un balazo. Si es llorar, lloraré. Pero también me hartaré de reír. Mientras pueda, seguiré haciendo esto en mis ratos muertos, porque así los convertiré en mis ratos vivos. Y viviré. Vaya si viviré.

Muchas gracias

Dictada la Conferencia en Córdoba el 17 de Marzo de 2.012

Plácido Pascual Avilés. Vale.