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MI VECINA, LA ARGENTINA Alfonso García Serrano Enero 2010

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PRÓLOGO No soy erudito en el tema, pero creo que no me equivoco si digo que la música ha sido y es la más fiel transmisora de valores, culturas y tradiciones. Por la música hemos sabido de revueltas sociales, de política, religión, cómo vivía la gente. Sabemos por la música de profesiones que ya no existen o están en desuso como, por ejemplo, carretero, carbonero de encina, sereno, aguador, etc. La música popular ha ido trasladando de generación en generación esos valores, esa cultura. Ha hecho la misma labor que cualquier historiador y, si cabe, de una forma más amena. Mucha de esa música ha salido de la gente de la calle - esa que peyorativamente se la llama populacho- que tiene la sabiduría y la picaresca adquirida por muchos años de miseria, de comer cuando se puede y mal vivir. Y ese hambre agudiza el ingenio sobremanera. Los juglares del medievo eran todos unos muertos de hambre que dependían de su cítara para rascar el bolsillo a los nobles contándoles las historias que nos han llegado hasta nuestros días. Los romances eran historias cantadas de lo que ocurría en aquellos tiempos tan lejanos . En España, más actualmente, la zarzuela, - entre otros estilos musicales- ha tomado el relevo de esos copleros y ha plasmado en teatros, ya no en las plazas de los pueblos, las escenas cotidianas de nobles y de plebeyos. Aunque se pueda decir que en el siglo XVII, Lope de Vega y Calderón de Barca hicieron obras para ser cantadas imitando a la ópera, aquello solo fue el preludio de la zarzuela. Es en los siglos XIX y XX cuando la zarzuela se desarrolla plenamente. Nombres de compositores como Barbieri, Amadeo Vives, Pablo Sorozábal, Jacinto Guerrero y muchos más, que no nombro por no hacer la lista demasiada extensa, se hicieron populares. Por algo será que la gente haya acudido a sus representaciones y siga haciéndolo durante doscientos años en que se han visto sus obras. Y lo que queda. Pero de unos años a esta parte, parece que fuera un pecado hacer una zarzuela. Que yo sepa, solamente Luis Aguilé (q.e.d.) se ha atrevido a hacer una, casi póstuma, zarzuela (“Viva la Verbena”), que, bien mirado, parece como si la hubiera hecho con miedo a las críticas. Como si fuera cuestión de modas, se ha dejado de hablar de zarzuelas para hablar de musicales americanos al estilo de Broadway. Hemos pasado de hacer música inspirada en compositores alemanes o italianos –aún cuando ya habíamos creado un estilo propio- a otra al estilo americano. También la copla ha cumplido esa función historiadora y ha plasmado como ningún otro estilo los sentimientos, idilios y amoríos de nuestra gente, de nuestra sangre. El pasodoble, otro tanto de lo mismo, y que decir de las canciones típicas regionales, tales como las jotas (aragonesa, manchega, serrana, etc.), sevillanas, isas, muñeiras, sardanas, etc. Pero parece que toda esta música está en decadencia. Pocos son los que se dedican a hacer cosas nuevas. Y, yo me pregunto: ¿tan denigrante es componer de una determinada manera si a la gente le sigue gustando, está enraizada en nuestra cultura y puede seguir siendo un canal de comunicación para transmitir nuestra Historia?. A los historiadores ¿les avergüenza su profesión?, entonces, ¿por qué compositores capaces de hacer zarzuelas, copla, canción española lo han dejado de hacer? ¿se ha perdido la profesión? ó ¿es qué les da miedo el estilo, por caduco o anacrónico? Yo estoy convencido de que si la música gusta y el libreto o la letra es interesante cualquiera que se haga en los siglos XXI, XXII..., cumplirán la misma función que hizo desde el siglo XVI en adelante. . Pero la Historia sigue. Cada cual, a su manera, tiene derecho a contarla. Si mueren los zarzueleros, los copleros, los cancioneros solamente lo sabremos por los tediosos libros

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de Historia, novelistas o dramaturgos y otras fuentes de información, pero seguirá faltando contar la Historia musicalmente a nuestro modo. Humildemente, he osado plasmar un poquito de algo que es actualidad y en el libreto que tienes en tus manos, pongo en boca de mis personajes, pequeñas pinceladas de lo que está ocurriendo en pleno siglo XXI. Yo lo cuento y animo a otros para que cuenten otro trocito y así, entre todos, conformaremos un Tratado de Historia que sirva a los que vengan después para aprender de nuestros errores y no tenerlos que volver a cometer, por eso que dicen de que “quién no conoce su historia la tiene que repetir”. Lo que está a continuación escrito ha nacido con la vocación de ser cantado a nuestro estilo y que suene a música rancia de más de cien años, pero nuestra. No me gustaría que fuera ni una ópera ni un musical americano, ni música de video clip pensada para ser interpretada por un cuerpo escultural que de soporte para estar una semana entre las diez primeras canciones y después olvidarlas para siempre. Una música que nunca tenga actualidad pero que siempre esté presente, como la esencia misma de la Historia que se cuenta cuando ya ha pasado pero la tenemos en permanente recuerdo. Una música con formato zarzuelero que admita desde un pasacalles a un tango o una habanera (no me importaría la mezcolanza, pues el guión lo admite), y, como no, una romanza amorosa. Y que el potpurrí de todo eso le califiquen como quieran, pero que, ojalá, dentro de doscientos años las nuevas generaciones les apetezca seguirlo escuchando y recordando algo que pasó dos siglos atrás. Desgraciadamente, mi capacidad musical es muy limitada y me sería imposible acometer un proyecto para el cual no tengo ni conocimientos ni edad (piensen que soy el espejo del don Antonio de mi obrita, al que luego van a conocer). Quedaría sumamente agradecido si alguien, perdiendo el miedo a resucitar “nuestra música clásica” (¡que existe!), me ayudara a completar mi deseo. Y nada. Espero que les guste. Alfonso García Serrano Enero de 2010

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DEDICATORIA Esta obra se la dedico plenamente a mi mujer, aunque solamente sea porque me ha permitido que deslice mi pasión hacia la vecina. Ella sabe que la quiero mucho y que le soy fiel. Pero me ha dejado que con la imaginación (sólo con la imaginación) me tire... al lado de la vecina y que consienta que me pueda costar hasta el jornal. (Si no lo entiendes ahora, averígualo leyendo lo que viene a continuación). Insisto, te lo dedico a ti porque te lo mereces por permitirme esa libertad de pensamiento, palabra, obra y omisión, aunque sea para pecar.

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MI VECINA, LA ARGENTINA

(PARA COMPOSICIÓN MUSICAL, EN UN ACTO CON CUATRO ESCENAS Y UN APÉNDICE Ó SEMIESCENA) PERSONAJES.- DON ANTONIO:- (Barítono o bajo) Hombre cercano a los sesenta años, de buen ver, banquero (mejor bancario) deseando jubilarse. Algo conquistador. DOÑA ROSA.- (contralto) Ama de casa, esposa de don Antonio, mas o menos de su misma edad y también de buen ver. Algo celosa, aunque con razón. Buena persona, pero cascarrabias. ANTOÑITO.- (Tenor) Joven de casi treinta años, guapo y desenvuelto. Compositor de música y cantante en una orquesta. Poco enamoradizo. Hijo de don Antonio y doña Rosa. ARGENTINA.- (Soprano) Joven también de la misma edad que Antoñito, muy guapa, en sus carnes justas.. Argentina de nacimiento y vecina de la familia descrita. Está estudiando en Madrid. OTROS VECINOS.- En una de las escenas se oye la voz de otros vecinos (sólo voz entre bastidores). Dependiendo de las posibilidades, podrían formar el coro visible para aquellas partes de la obra que lo precise. ESCENA.- Toda la obra se desarrolla en un escenario compuesto por dos ambientes: un salón comedor a la derecha y la cocina colindante por su izquierda. Decorado al uso, sin nada en especial, salvo un sofá que será imprescindible y una mesa de comedor. Al fondo, vistas del rellano de la escalera. El apéndice, a telón bajado y en penumbra.

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ESCENA PRIMERA (Entra don Antonio y se sienta en el sofá con cara de cansancio)

DON ANTONIO - Hola Rosa. Dame un beso. ...hoy vengo con un estrés que, cuando he subido al tren, por poco me quedo tieso.

DOÑA ROSA - ¿Qué te ocurre alma en pena? (en tono mas agrio ¡Dime cual es tu pesar! que cariñoso) ¡Dime lo que te condena! ó ¡calla y no digas “na”!

(pequeño suspense) DON ANTONIO - Tengo trabajo pendiente

para más de una semana y la cola de clientes me crece cada mañana. Tu sabes que en mi Oficina éramos ocho conmigo: pues llama una tal Cristina diciéndome que a Rodrigo le cambian de sucursal

DOÑA ROSA- - ¿A Rodrigo? ¿el de la primera mesa?

¿Ese chico tan cordial que a todo el mundo le besa?

DON ANTONIO - Ese mismo es el que digo. DOÑA ROSA - Entonces, ¿a quién te mandan? DON ANTONIO - Eso mismo pregunté

Y ¿sabes lo que me plantan? DOÑA ROSA - ¿qué? DON ANTONIO - que me sobran dos o tres

y que a partir de mañana me quedo sin el cajero y un par de cantamañanas: un becario que está en cuarto y el otro, oficial primero.

DOÑA ANTONIA - O sea, que os quedáis cuatro. DON ANTONIO - No, solamente con tres.

El segundo, en el asfalto resbaló antes de ayer: y, aparte de otras cosillas, se ha roto un par de costillas la tibia y el peroné

DOÑA ROSA - Pues si que lo tienes crudo DON ANTONIO - Y todavía hay mas cosas DOÑA ROSA - ¡Te van a dar por... , no sé,

por la noche un nuevo curro! DON ANTONIO - No les des ideas, Rosa

¡ Dios! ¿cuándo me jubilaré?...

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(continua don Antonio) ¿Cómo habiendo tanto paro, los que estamos trabajando

cada vez nos van cargando mas peso a nuestras espaldas?

DOÑA ROSA - ¡Pues yo lo veo muy claro! Con pantalones o faldas Si se ahorran dos jornales, si el trabajo sale igual, y a ti te pagan lo mismo, luego en las cuentas anuales... mayor productividad

¡Todo un timo! DON ANTONIO - ¡Puede que sea verdad!

Suena el timbre de la puerta) DON ANTONIO - ¿Quién puede ser a estas horas? DOÑA ROSA - A estas horas ¿quién será?

(Abre, apareciendo la vecina del quinto que dice)

ARGENTINA - Perdone vos, doña Aurora, Las horas, que vengo acá Pero me iba a comer medio huevo con su pan y al ver mi salero ahora no tiene pizca de sal.

DOÑA ROSA - Hija mía, que desgracia, pero yo pondré remedio para que el huevo en su medio te le comas con su gracia. ...Y, pásate para adentro, no (te) quedes hay plantada que de esta casa hasta el centro puedes hacer tu morada.

ARGENTINA - ¡Ay, muchas gracias señora! Mucho, mucho lo agradezco más estando aquí yo sola lejos de mi parentesco.

(Se va Rosa a la cocina a por la sal y se quedan solos, el marido –que está fumando- y la argentina. Don Antonio ya olvidado de su estrés):

DON ANTONIO - ¡Hola, vecina! ¿que tal? ARGENTINA - Bien, muy bien y ¿vos? DON ANTONIO - Bueno... pues yo no estoy mal

pero tú estás mejor Por cierto, ¿como has llamado a mi mujer de pasada?

ARGENTINA - Aurora... ¿es que he errado?

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DON ANTONIO - No vas desencaminada.

Es austral en el verano y en invierno boreal pero su nombre, no en vano es Rosa,... flor del rosal.

ARGENTINA - ¿sólo Rosa ó Rosalina? DON ANTONIO - Es Rosa que, aún con espinas,

con su aroma y su prestancia, a su norte me encamina y me guía con acierto en los viajes de importancia.

Es mi “rosa de los vientos” RGENTINA - Así que vos imagina

a Rosa de marinero pilotando ese velero, que es, en esencia, su vida.

DON ANTONIO - ¡Exacto, querida! Que este cuerpo, aquí, bien puesto es crucero de alta mar en busca del mejor puerto donde poder atracar (Yo te llevaría al huerto (para sí) Pero mi Rosa odia el campo)

ARGENTINA - ¡Qué bonito y que bien dicho! Mas deje de fumar tanto que si no pronto en el nicho varado se va a quedar..

DON ANTONIO - Dejemos eso ya estar y dime, ¿cual es tu gracia?

ARGENTINA - Argentina, por papá que quiso honrar a mi patria

DON ANTONIO - No, si argentina ya sé que eres por ese deje

y por tu porte se ve... ... se ve que argentina eres (señalando de arriba abajo (¡Dios mío, que pechos tersos su cuerpo)

que caderas, que contorno yo con un par de esos

me voy y ya no retorno) (todo esto entredientes) ARGENTINA - No pibe, soy Argentina

por país y cortesía Mi padre cuando emigró y casó con una andina, quiso rendir pleitesía al pueblo que le acogió y por eso me pusieron como le he dicho, señor.

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DON ANTONIO - Entonces tu padre ¿es...? ARGENTINA - Gallego y con devoción.

Su pecho guarda una llama dentro de su corazón y como buen coruñés todas las noches aclama a su divino Patrón.

DON ANTONIO - ¿Es devoto de Santiago? ARGENTINA - ¿Devoto?... no mas le digo

que comulga con bocado de castaña envuelta en higo. Y con la imagen del santo y la mesa por altar termina de comulgar con cuatro o seis lingotazos de orujo que trae de un pazo de su A Coruña natal.

DON ANTONIO - ¡Comulga mucho tu padre! ARGENTINA - Siempre y a cualquier instante.

Que si le nace un ternero que si otro murió antaño. Haceos idea vos... con diez mil acres de heno ¿cómo será su rebaño?. ...Para todo alaba a Dios

DON ANTONIO - ¡Pues si es devoto tu padre! -(haciendo el gesto de empinar el ARGENTINA - En cuestión de devoción codo)

es tanto como mi madre. (Entra Rosa con la sal)

DOÑA ROSA - Bueno, aquí tienes la sal ARGENTINA - Muchas gracias, doña Rosa.

Tenéis vos una esposa que vale un dineral

DON ANTONIO(ensimismado) - ( Buena esposa si que es, pero en cuestión de tesoro en este momento añoro otro tipo de mujer, asÍ como, por ejemplo, este mortal monumento) (refiriéndose a Argentina)

(Se abre la puerta y entra Antoñito, hijo de Antonio y Rosa, un chavalote de veintipocos años, mas o menos como Argentina, alto, bien formado y guapo. Besa a su madre)

ANTOÑITO - Hola mamá, hola a todos. DOÑA ROSA - Mira, esta es Argentina.

...Es una nueva vecina

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DON ANTONIO - (que me está poniendo a tono) (en murmullo) ARGENTINA - Bueno, pues yo ya me voy DOÑA ROSA - Espera un poco mujer

que acabes de conocer a mi hijo, que te doy...

DOÑA ROSA - ¡Como amigo nada más ¡ Que mi madre presta está, a “na” que tiene ocasión, para concertar por mi “to” tipo de relación, solo por verme salir de esta casa sin las llaves

DOÑA ROSA - calla tonto, que tú sabes que yo no te quiero echar pero ¡ganas tengo ya de que la ropa te laves

ANTOÑITO - No tengo ninguna prisa DOÑA ROSA - ¡Mientras planche tus camisas! ARGENTINA - Dice bueno, doña Rosa,

que la amistad es primero aunque, quién sabe si luego la distancia es poca cosa

DOÑA ROSA - Y yo, hija, te asevero que, en lo tocante al amor, indiferencia y pasión no van lejos una de otra.

ANTOÑITO - A mí me la trae floja DON ANTONIO - (pues yo estoy como un león) ( piensa don Antonio) ARGENTINA - (el tema es de tal acento (piensa Argentina)

que mejor vayáme a casa(1) no sea que mi rubor delaté lo que ahora siento). Estas cosas siempre pasan. ( dice ya en voz alta) ... Bueno, vecinos mil gracias

DON ANTONIO - Gracias las que tiene usted (en tono picarón) DOÑA ROSA - Tu compañía fue grata ANTOÑITO - Ha sido todo un placer

Se despide y se quedan solos los tres de la familia. DON ANTONIO - Está buena la vecina DOÑA ROSA - Tú, ¿qué dices, socarrón? ANTOÑITO - Delgada, es algo fina,

como todas..., del montón. DON ANTONIO - y un jamón...

Está en sus carnes justas Pata negra, digo yo (esto dicho con resonancia)

DOÑA ROSA - Mira por donde resulta: uno entendido en jamones y al otro que no le gustan.

(1) Dejar el acento tal cual.

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DON ANTONIO - No, si yo decía que... DOÑA ROSA - Que te gusta, ya lo sé DON ANTONIO - No, mujer

me causa buena impresión y además la pobrecita está muy sola ¡Ay Señor!

DOÑA ROSA - Pues nada, sube deprisa a visitar a la nena y le brindas tu sonrisa para consolar su pena

ANTOÑITO - Dejaos de tonterías. Callad la boca los dos. La chica solo quería hacer su presentación ¡No veis el pretexto tonto con el que ha venido aquí!: “Solo una pizquita así... (con voz fingida, imitando a Argentina) . ..de sal y me marcho pronto”

DOÑA ROSA - Hijo, tu sabes lo mal que sabe un huevo sin sal

ANTOÑITO - El doble de mal que medio pero si no hay mas remedio trago sin paladear

DOÑA ROSA - Antoñito, no hay quién pueda con tu forma de pensar. Así no tengo yo nuera ni aunque te las traiga “atás”

ANTOÑITO - Déjame, madre, de esposas ni argentinas de buen ver. Si es por no lavar la ropa crudo lo vas a tener.

DOÑA ROSA - En fin, vamos a comer que se va a enfriar la sopa.

ANTOÑITO - Por cierto, ¿cómo se llama la que su nación proclama

y que es del quinto vecina? ANTONIO Y ROSA - ¡Argentina! ( los dos a la vez) ANTOÑITO - Eso es como la llaman...

Digo, ¿su nombre de pila? ANTONIO Y ROSA - ¡Argentina! (los dos a la vez) (Se queda el hijo solo en escena cambiando el mantel y empieza su soliloquio) ANTOÑITO - ¡Argentina! Yo pensaba

que argentinas se llamaban a las del país aquel pero, ser nombre también... ¡Cómo ahorran los pamperos! En todo tienen ahorro: en el nombre,

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(continua Antoñito) en la sal que es por el morro, medio huevo que uno entero les da flato

y con lo que les sobre tendrán comida “pa” el gato. Con razón decía yo que esta chica está delgada. aunque a mi padre le agrada, por sus carnes, un montón.

Vienen los padres con la sopera y se sientan a la mesa. Ahora empieza el soliloquio del matrimonio.

DON ANTONIO - ( ¿Quién me iba a decir a mi, que, llegando a los sesenta yo solito por mi cuenta me iba a poner tan cerril, por una chica de treinta? Eso ha sido... que Cupido con su flecha me ha metido el veneno por mis venas.

Estoy como el Hilarión de esa célebre zarzuela “colao” por una mozuela que me ha “clavao” su aguijón. Pensar que la tengo encima me cuesta mucho trabajo aunque lo mismo sería si la tuviera debajo).

DOÑA ROSA - (“Pata negra, digo yo” (imitando al marido) ...Se habrá visto el carcamal, pues no se viene a fijar en esa niña, ¡por Dios! que la triplica en edad! ...Se habrá visto el carcamal igual que le veo yo, que sin cartas “pa” tirar va jugando de farol,

pensando, por su donaire, echar una cana al aire.

¡Dios mío! Estoy celosa ¡mi marido con amante! ¡Me he de quitar cuanto antes de la cabeza esas cosas! Pero nunca está de más que agudice la visión, pues si ver doble es fatal estar miope es peor.)

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(Se levanta doña Rosa y dice)

DOÑA ROSA - Voy (a) por el segundo plato DON ANTONIO - (En este puesto has quedado (murmurando)

en mi corazón un rato ¡por Dios que me está pasando! la he visto solo un segundo y sin que pueda evitarlo está cambiando mi mundo.)

(Querría verla esta noche y sin que nadie nos vea. Tengo que cambiar de coche “pa” montármelo con ella, pues amor, con fundamento, es el más correspondido y qué mejor argumento que un buen coche deportivo.

Cuando vuelva del trabajo cuando coja el ascensor pulso el quinto en vez del cuarto: ¡Ha sido equivocación! La diré cuando me abra. y con mi don de palabra entablo conversación).

(siguen solos padre e hijo)

ANTOÑITO - ¡qué curioso...! ¡Argentina! Es igual su gentilicio como su nombre de pila. Es lo mismo que silicio para quien nace en Sicilia.

DON ANTONIO - Hijo mio, no seas bruto. Silicio en un mineral y sería un exabrupto llamar a los sicilianos como a ese material.

ANTOÑITO - Pues serán primos hermanos DON ANTONIO - Además de burro, terco.

O han sido de poco acierto a los colegios que has ido o no has tenido provecho.

ANTOÑITO - ¡Será eso! DON ANTONIO - ¿Lo primero o lo segundo? ANTOÑITO - ¡Como si quieres lo quinto! DON ANTONIO - Me tocas en lo profundo

si me mencionas el cinco que llevo toda la tarde con pensamientos de altura -y con pesar por tu madre- y el pensamiento perdura.

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ANTOÑITO - ¿Me estás platicando en clave? DON ANTONIO - ¡Vaya! Ya se te ha pegado

el deje de la vecina ANTOÑITO - Pero, eso no es pecado DON ANTONIO - Lo mío es de medicina. ANTOÑITO - ¿Quieres explicarte un poco? DON ANTONIO - Solo sé que aquí sentado

yo me estoy volviendo loco ANTOÑITO - ¿Como no seas mas claro? DON ANTONIO - No puedo decirte mas,

sólo que me encuentro raro y no dejo de pensar en la vecina que ha estado en cuerpo y alma a mi lado.

ANTOÑITO - ¡Y al mío y al de mamá! ¿No estarás enamorado?

DON ANTONIO - ¡Calla y no digas “na”! Entra doña Rosa que viene con una cazuela y el postre , un flan grande

ANTOÑITO - ¡Vaya pedazo de flan! DOÑA ROSA - No sé, porque hoy de gusto

le encuentro un poquito amargo DON ANTONIO - No habrás echado lo justo

de azúcar, ...o es algo que le haya amargado

mientras estaba cuajando (vuelve a sonar el timbre)

DON ANTONIO - Quedáos que salgo yo Veréis que pronto se marchan si son los de Vodafone

(abre y aparece de nuevo Argentina)

DON ANTONIO - (Se avecina mi vecina (cantable) con su tipito ideal. Vive en el piso de encima, Y es una joven divina que la voy a camelar ¡Madre la que se avecina! ¡Ay madre! ¿Por qué vendrá? . ¡que buena está mi vecina!) Vecina ¿qué tal está?

ARGENTINA - ( Me avecino a mi vecino sólo por curiosear porque el hijo del vecino es un pibe que me vino el corazón a tocar ¡Madre cómo esta el vecino! ¡Ay madre! ¿Con quién saldrá? ¡que bueno está mi vecino!) Vecino ¿qué tal está?

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Después del saludo Argentina se dirige a doña Rosa

ARGENTINA - Perdonen vos, mis vecinos, la hora que ya la sé

DOÑA ROSA - No me diga que ha venido (en tono desagradable) buscando sal otra vez

ARGENTINA - No, yo a cuenta de la sal he venido por saber si no les parece mal tomar conmigo café.

DOÑA ROSA - Hija, ¡por Dios! (ahora mas suave) ¡Que molestia te tomas por el favor! Siéntate que no molestas y lo tomamos con vos.

DON ANTONIO - (A otra que se le ha pegado) (entredientes) ARGENTINA - ¡Ay, muchas gracias señora!

...Tengo el cuerpo acostumbrado (fijándose en el flan) a tomar postre a deshora pero siento un no se qué...

DOÑA ROSA - pues por postre que no quede come del flan que aquí ves y si quieres manzanas o mandarinas. que yo voy a la cocina

a preparar el café. (la chica come con fruición mientras los dos la miran)

ANTOÑITO - come un poco mas serena que te vas a atragantar. Puedes comer hasta hartar que tienes la mesa llena, y hay fruta “pa” un atracón.

DON ANTONIO - (Dos peras me comía yo) (Mirando los pechos de la ARGENTINA - Es que está muy rico el flan chica)

y me gusta con placer. DON ANTONIO - Yo no sé porque será,... también siento el no se qué. (y come un poco de flan, ARGENTINA - ¡Que vista tiene la fruta! disimulando) Y las manzanas me gustan DON ANTONIO - Come las que te apetezcan ó llévate las que quieras que mañana, con la cesta, Rosa llena la nevera. (Cantable a ritmo de tango) DON ANTONIO - Tan-go, tan golosa como eres

medio kilo de pasteles te meriendas en Cibeles en Vallecas o en Chinchón.

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Tan-glo, tan glotona y tantos dientes para mantener caliente ese cuerpo de impresión Tan-ja, tan jamona me pareces que cuando te miro a veces te daría un chupetón Ten-go, tengo ganas de comerte pero he de reconocerte que contengo y me retengo el ansia de mi pasión.

(Viene doña Rosa con el café)

DOÑA ROSA - Aquí tenéis el café. Alguien prefiere tomar manzanilla o, tal vez, té

ARGENTINA - Cuando acabe con el flan café solo tomaré DON ANTONIO - Pon, mujer, unas pastitas

o algo para acompañar ARGENTINA - ¿Unas pastitas?,

¡que ricas! Pero, vergüenza me da... que solo bajé a invitarles a que subieran conmigo y no quise incomodarles. ¡créanme lo que les digo!

DON ANTONIO - Tu no incomodas, cariño DOÑA ROSA - ( Habráse visto otra cosa: (para si)

treinta años de casada y no salió de su boca para mí nada de nada. Ni un “lucero” ni “preciosa” y a ella, este “perro faldero” la está haciendo la pelota.)

ANTOÑITO - Y ¿que haces tú por aquí en esta tierra lejana?

ARGENTINA - Me vine para servir... (pequeño paréntesis) el capricho de mi padre que a España siente cercana. Siempre estaba haciendo alarde de que por su Patria madre están los buenos colegios, Escuelas y Facultades.

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ANTOÑITO - Mejor las tascas y bares..., ... y toreros... Un elenco de figuras principales y flamencos... llevando el arte por el mundo a cualquier parte. ...Y sigo con los tipismos, que para el caso es lo mismo: Ciudades monumentales... en atascos y follones Corporaciones locales gastándose los millones, y en transferencias fiscales Comunidades con maña. Eso es, querida, España. Diecisiete Autonomías que van a ser la sangría de todos los españoles. ARGENTINA - ...Hay otras cosas peores. Pues... como os iba diciendo

me mandó para Madrid y vine a estudiar aquí. el master que estoy haciendo

ANTOÑITO - Eres de ciencias o letras ARGENTINA - Amo la Historia del Arte y soy la mas fiel amante de la cultura de Electra ANTOÑITO - ¿Sabes griego, al parecer? ARGENTINA - Y latín... y filosofía ANTOÑITO - ¿no estaban muertas las tres? ARGENTINA - Pues mantienen su valía

que lo escrito en esas lenguas y el amor por la verdad nuestras raíces no mengua.

ANTOÑITO - ¿Raíces? ¡a nuestra edad! Para eso te trae cuenta que estudies mejor el celta.

ARGENTINA - ¡Carallo! ¡y el visigodo! ANTOÑITO - No me “godas”: Tú le escribes una oda al propio rey Recaredo haciendo de recadero entre cristianos y moros. DON ANTONIO - Y, digo yo, Si sabes latín y griego

y, además, hablas gallego, ¿dónde queda el español?

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ARGENTINA - El primero, que para yo hablar con vos siempre tendremos a mano el idioma castellano. Por eso es el que mas quiero. DON ANTONIO - ¡Óle mi niña y su gracia! ¡Catalán, vascuence, bable!, todos tienen su importancia, pero no por la desgracia de aquél que mas gente hable. DOÑA ROSA - Y de tus papás ¿qué tal? ARGENTIAN - Gozan de buena salud DOÑA ROSA - Antes nos dijiste tú

que tienen un pastizal... (moviendo los dedos pulgar ARGENTINA - Vos, doña Rosa, si sabe... e índice)

Figúrese, diez mil acres, mas de cuatro mil hectáreas ¡no creo que se le acaben a mi padre las castañas!

DON ANTONIO - Ni los higos... digo yo ARGENTINA - Alguna higuera plantó ANTOÑITO - Pero...¿esa tierra da higos? DOÑA ROSA - ¿Yo no sé por qué te extraña? DON ANTONIO - (Yo se de uno que no digo) (para sí) ARGENTINA - Y vos que haces, Antonio ANTOÑITO - Si me llevan los demonios,

“liao” con oposiciones ARGENTINA - ¿al Estado? ANTOÑITO - No....Me opongo a que mis padres

quieran tocar mis ...canciones ARGENTINA - En música, ¿eres letrado? ANTOÑITO - No sé si letrado ó cafre DOÑA ROSA - Antonio, modérate.

Te estás poniendo grosero ANTOÑITO - Tu sabes que lo que quiero

nunca os parece bien ARGENTINA - ¿Eres músico ó embustero? ANTOÑITO - Métete en internet

y dime si no es fetén la música de Romero

ARGENTINA - ¿de Romero Montañes? El caso es que al mirarte...

ANTOÑITO - Romero es por mi padre y Montañés por quién ves (señalando a su madre)

ARGENTINA - Me encanta lo que compones ¡Tanto amor! ¡qué poesía! Toda la noche estaría escuchando tus canciones

ANTOÑITO - ¡Ves mamá lo que decía!

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DOÑA ROSA - Si, hijo, si a mi me gusta. Tu padre es quién se disgusta.

DON ANTONIO - No, si yo solo digo que se asegure el sustento procurándose un buen puesto y deje de patear por esos mundos perdido. ¡Eso lo llevo fatal!

ANTOÑITO - Entonces, en Argentina, ¿tengo gente que me escucha?

ARGENTINA - Mucha, a cientos ANTOÑITO - Pues, me cojo la orquestina

y damos allí un concierto. ARGENTINA - Ya se me está haciendo tarde ANTOÑITO - No te vayas, por favor

que quiero antes cantarte musa mía, una canción. Tú canción.

(Antoñito le canta esta canción) ANTOÑITO - Argentina,

Clavellina, flor de amor, eres mi musa perdida que he encontrado escondida en mi pasión Argentina, Clavellina, flor de amor, no te vayas de mi lado que me dejas trastornado y sin razón. Argentina, Clavellina, flor de amor, eres tú, sólo tú, esta canción.

ARGENTINA - Me marcho emocionada ANTOÑITO - Ha sido mucho placer DON ANTONIO - (Mañana la vuelvo a ver) (para sí) DOÑA ROSA - Yo me quedo esperanzada ANTOÑITO - ¿Por qué?

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DOÑA ROSA - No, por nada... Porque tu música rara

la empiezo yo a comprender. ANTOÑITO - Pues es la misma de ayer DOÑA ROSA - ¡Pues yo la encuentro cambiada!. .

¡Y no me digas por qué! FIN DE LA PRIMERA ESCENA

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SEGUNDA ESCENA (A la mañana siguiente, Antoñito –en pijama- se acaba de levantar y se dispone a desayunar. Entra su madre....)

DOÑA ROSA - Es muy mona la vecina ANTOÑITO - No esta mal DOÑA ROSA - Pues ayer tú la veías... ANTOÑITO - ¡Por favor, mamá!

Era sólo poesía DOÑA ROSA - Caramba con el poeta,

encandila al personal y le suda la bragueta

ANTOÑITO - Mira mamá, no lo entiendes DOÑA ROSA - Ya me doy cuenta que no:

coges la mecha y la enciendes. ¡Cómo es sólo una canción...!

ANTOÑITO - Pues claro ese es el juego DOÑA ROSA - ¡Estas jugando con fuego! ANTOÑITO - ¿Tú ves que me haya quemado? DOÑA ROSA - ¡Vete con mucho cuidado! ANTOÑITO - Solo se que, cuando canto

le quiero decir al mundo en diez míseros segundos que no todo es un espanto. Deseo que mis canciones sean ese fiel reflejo que vemos en el espejo cuando salen las pasiones.

DOÑA ROSA - No te veo apasionado ANTOÑITO - Eso es lo que no hay que hacer.

Si estuviera obnubilado por amor de una mujer ¿qué iba yo a componer?

DOÑA ROSA - Te digo lo que Argentina ¿eres músico o embustero?

ANTOÑITO - Pues, para serte sincero, soy el músico que quiero

DOÑA ROSA - Un asaltante de esquinas es lo que eres, Antonio

ANTOÑITO - Sólo me busco la vida cantando, que es lo que sé

DOÑA ROSA - Has probado alguna vez componer sin el demonio que llevas dentro (de) tu ser.

ANTOÑITO - No es demonio, es una musa

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DOÑA ROSA - No hijo mío,...eso es la excusa Esa chica enamorada, ¡porque la vi su mirada!- que comiste con tus ojos, la digeriste a tu antojo y la escupiste a la cara lo que quedo de despojo. La engañaste y te burlaste de su sentimiento puro

cuando ayer tú la cantaste desde un corazón tan duro. Si tú no ves que eso es fraude hijo mío, ¡Dios te guarde!

ANTOÑITO - Empieza bien la mañana DOÑA ROSA - Mejor hubiera empezado,

si no me hubiera enterado del hijo que tengo yo

ANTOÑITO - Si lo sé no digo nada... que es la chica una monada

y que muero de pasión DOÑA ROSA - Poco te hubiera costado

siendo, como he constatado, cínico de profesión.

ANTOÑITO - Bueno, ... ya está bien mamá DOÑA ROSA - No...Si aún no he terminado.

Me queda otra cosa más ANTOÑITO - ¿Me dejas desayunar? DOÑA ROSA - Come mientras yo disparo ANTOÑITO - Apunten, ...fuego DOÑA ROSA - Mira Antoñito, te ruego

no digas nada a tu padre ANTOÑITO - No se nada de papá (delatándose de que algo sabe) DOÑA ROSA - y ¿qué habrías de saber? ANTOÑITO - ¡No... nada... y yo que sé! (despectivo)

¿que es lo que quieres contar? DOÑA ROSA - Que ayer, justo por la tarde,

le vi un poco cambiado con un carácter afable, dadivoso, muy jovial que no es en banquero dado.

Y más cuando de normal Siempre viene echando pestes

ANTOÑITO - Cuando le sale algo mal. Aunque... puede ser que aciertes... (pensando lo que iba a decir) ...Algo cambiado... si...si Eso es que la pasión, el amor y el frenesí... (pequeño suspense y ella cara de admiración)

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(continua Antoñito) que pone en su trabajo le hace cambiar de facción,...

le hace sentir mas feliz. DOÑA ROSA - ¿Has dicho, hijo, trabajo

...cuando su única obsesión es que le jubilen pronto?

ANTOÑITO - Pues entonces, no lo sé ¡Tampoco es padre tan bronco!

DOÑA ROSA - Algo zalamero es. …Quizás no tenga importancia mas me da que la vecina, (él se pone en guardia) al reiterar con constancia las visitas a esta casa, seguro que se imagina... (él pensando que su madre le ha descubierto)

ANTOÑITO ¡Madre, no imagine usted! DOÑA ROSA - (Te engaño por una vez) (en voz baja)

Lo dicho... que se imagina (para continuar en voz alta) que el amor y el frenesí y la pasión ¿por qué no? que por la chica..........fingiste, le hizo cambiar el semblante y mas alegre le viste, aunque fuera confundido, pues pecando de ignorante, se sintió muy complacido

ANTOÑITO - ¿Quién dice madre?... ¿él ó yo? DOÑA ROSA - Está claro que los dos

Él, porque vió a la muchacha mirándote enamorada y tú, porque eres un hacha engañando a quién te ama.

ANTOÑITO - (Cojonudo resbalón) (en voz baja) Si, seguro, eso es ( para continuar en voz alta) DOÑA ROSA - Pues si es así ya son tres. ANTOÑITO - Tres ¿de qué?... ¿de espadas, bastos? DOÑA ROSA - No quiero que corra sangre

aunque habría de correr: la pobre muerta de hambre que no dejó de comer, tu padre que es santo y casto y tu madre que también. Tres somos los engañados por ese endiablado hado que tienes “pa” componer. Pero, te digo una cosa, tu padre merece palos por cosas que se adivinan, yo también, su fiel esposa,

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(Sigue Doña Rosa) pero esa niña preciosa, con un cuerpo que encandila, no se merece el engaño ni en amor, ni en amistad porque la vas a hacer daño y la aprecio de verdad. Porque esa chiquita es buena y sincera y educada. Esa mirada serena, esa cara entusiasmada, esa cultura tan vasta, -por extensa y cultivada- ...un padre que tiene pasta ¿qué mas se puede pedir?

ANTOÑITO - A ver, ¡déjame decir!... ¿acabaste el inventario? ¡algo delgada si está¡

DOÑA ROSA - ¡Es muy decente y honrá! Y basta de cuestionario.

ANTOÑITO - Pues, ¡basta ya! Se oyen voces en la escalera y se asoma Antoñito, y escucha lo siguiente:

OTRAS VECINAS - No hay derecho, Pobre chica (entre bastidores, cantable) - De su casa desahuciá - Parece que tienen prisa para a la calle echar

Antoñito pregunta a una vecina

- ¿Qué és lo que pasa vecina? - Que la quieren desahuciar - ¿A quién? - A la del piso de arriba - ¿A la argentina? - Y ¿por qué? - Porque no puede pagar y debe al arrendador

cinco meses de alquiler. - Tiene que ser un error

¡No me lo puedo creer! ¡Porque no puede pagar! ¡La Argentina!, mi vecina, ¡la mas decente y honrá...!

Entra para adentro y vuelve a estar con su madre

- Has oído, madre, eso - (El caldo ha quedado espeso) (para sí)

Dime ¿qué es lo que pasa? - Argentina,

la vecina, que la echan de su casa

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- Hijo ¿no estarás de guasa? - No madre, digo que no.

Según me dicen, parece, que debe ya cinco meses de pago al arrendador

- ¿Al casero? De ese tío no me fío Ese tío es trapacero La habrá “montaó” cualquier lío... ¡Si no es cuestión de dinero!

- Dicen que no “pue” pagar... - Con la pasta que “tie”el padre,

¿cómo que no pué pagar? - Digo yo..., pienso yo, madre

que a lo mejor el maizal - ¿Qué pasa con el maizal? - Pues... que no es tal - Pues... claro que no - ¡Si ya lo decía yo! - Con un ligero matiz:

su padre tenía pastos, heno, alfalfa o algo así pero, por mas que repaso, ...¿dijo algo de maiz?

- Pues yo no estoy tan seguro... Puede que todo sea cuento ¡Tener hectáreas a cientos y no mandarla ni un duro! No se por dónde me da que en algo somos afines: en embuste y falsedad para cumplir nuestros fines

- Pues si la chica te quiere y ha cantado su milonga mucho mas delito tiene, te pongas como te pongas, tu cancioncita amorosa para alimentar tu ego tratándola como a una diosa y darla, después, el pego.

- Vamos a cambiar de tema que ya me está hartando usted

- O cambias de forma de ser o seguiré con mi lema.

- ¡La mas decente y honrá! (en tono despectivo) - ¡La chica está enamorá!

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Se van los dos de escena y aparece el marido - Rosa, Rosa, me jubilo Viene la mujer y se establece este diálogo:

- ¿A qué se debe tu júbilo?(1) - Han firmado la fusión

Del Banco de Torrejón con el de Valladolid

- Y ¿que me cuentas a mí? - Pues, que sobrando unos cuantos,

para antes del invierno no piso por San Fernando.

- Y ¿qué vas a decidir? - Lo tengo ya decidido

...Yo me salgo de este infierno - ¿Cuanto te dan de despido? - Me voy aunque solo den

lo justo para comer. - Espera... No te ilusiones

que dicen que no hay dinero y en los pactos de Toledo van a cambiar las pensiones. La edad de jubilación la atrasan un año o dos

- Pues nos mandaran al paro. Cerca estoy de los sesenta y nos dicen sin reparos que a partir de los cincuenta quieren echarnos a todos. Con jóvenes preparados hartos ya de hincar los codos, y de listas de parados ¿qué pinto yo trabajando?

- Pues en casa estas sobrando - No te preocupes mujer:

por rutina matinal todos los días saldré. Me apuntaré a una coral, me echaré nuevos amigos, Iré de viaje contigo también a la compra iré y si hace mucho frío y en casa me he de quedar no te voy a dar ni un ruido ¡Juntitos vamos a estar!

- Qué bien, como me entusiasma (con segundas) te voy a tener en casa como si fueras fantasma

(1) nota del autor: el acento destroza la rima, pero me apetece a mí así

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- Si sabes que no me importa el tener que trabajar pero si quiero evitar que me peguen cuatro tortas

- ¿Por qué te las van a dar? - Porque ponemos la cara

en todo lo que se cuece y por lo que se ve y parece hacemos cosas muy raras. Me (he) enterado esta mañana, que por vender Lehman Brother,

a un jefe que tiene canas le han sobado la badana, y se ha “cagao” los calzones. - Pero, ¿eso no puede ser? - Lo es, querida... Lo es

- Algo estará haciendo mal - ¿Tú entiendes como normal

que nos dejes tu dinero y ahora voy porque yo quiero y el director o el cajero te diga que ya no está?

- ¡Pues alguien lo habrá robado! - ¡Pregunta a los americanos!

...El dinero se ha esfumado, no quedan bonos ni ná. Pero a quién le dan las ostias es a un pobre desgraciado que en su vida ha comulgado y tiene a la Iglesia fobia.

- Pues ¡no vendáis esas cosas!, esos bonos de la mierda - Basura... ¡que no te acuerdas! - Mierda o basura, ...¡asquerosas! - Pero el nombre no le invento:

se llaman bonos basura y daban el diez por ciento.

- Eso, a mí, me huele a cuento para escarmentar (a) la usura

- Hay algunos inversores que se tapan las narices y compran lo que les dicen. Nosotros como asesores a clientes confiados también hemos empujado a probar nuevos olores.

- Y se sienten engañados - Pero ¿quién no engaña aquí?

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- ¡Dios mío! ¡Vaya país! Estás “toa” la vida ahorrando y a los bancos engordando hasta que un día constatas que no “tien(en)” gota de grasa y se han quedado mas flacos que un pobre enfermo de tisis. ¡bonos basura!... ¡los bancos! pues ¡cómo no va a haber crisis! (pequeño suspense) Sin dinero no hay trabajo y sin trabajo, más paro. Todo te cuesta más caro; vamos todos cuesta abajo

- Nos dicen que no hay dinero, que tienen que recortar pero ricos y banqueros siguen metiendo en Sincav. Por la prima de Rajoy o por la prima de riesgo estamos pagando hoy muy cerca del diez por ciento. Si el trabajo disminuye, -dicen que por el progreso- y el dinero se diluye entre las manos de esos... chorizos y oportunistas, mercado de vividores, que la ley y servidores los metan a todos presos. y desde arriba hasta abajo limitemos los excesos, ¡o nos vamos al carajo!

- ¡Eso!

En este momento entra el hijo que estaba en su habitación. ANTOÑITO - Hola papá ¿qué me cuentas? DON ANTONIO - ¿Qué te habría de contar? ANTOÑITO - Dice mamá que te encuentra

mas ufano, mas cordial DON ANTONIO - Será porque me jubilo DOÑA ROSA - (¡Por eso será! ) (dice la mujer entredientes) ANTOÑITO - ¿Eso te cambia el humor? DON ANTONIO - Aunque solo sea un rumor. ANTOÑITO - ¿No será lo que imagino? (cuchicheando padre e hijo) DON ANTONIO - ¡Qué pedazo de ca.... (en tono de insulto) ...pacitado adivino! (para terminar la frase con cinismo)

(Se establece un pequeño silencio y continua su hijo)

ANTOÑITO - Sabes lo de la vecina

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DON ANTONIO - ¿Qué vecina? ANTOÑITO - La argentina DON ANTONIO - ¿Qué le pasa? ANTOÑITO - Que la echan de su casa DON ANTONIO - Hijo ¿no estarás de guasa?

- No padre, digo que no Según me dicen, parece que debe ya cinco meses de pago al arrendador

DON ANTONIO - ¿Al casero? De ese tío no me fío Ese tío es trapacero Le habrá “montaó” cualquier lío... ¡Si no es cuestión de dinero!

El caso es que subiendo he confundido el botón y he subido sin saberlo al quinto en el ascensor.

He visto a dos policías que estaban con ella hablando y como no me incumbía a casa he “bajao” pitando.

DOÑA ROSA - (Mira que casualidad: (piensa la madre) montando toda la vida se va hoy a equivocar y ayer conoció a Argentina.) Bueno, vamos a comer (ya en voz alta) que se enfrían las lentejas

DON ANTONIO - Yo no las quiero ni ver DOÑA ROSA - Si no las quieres las dejas.

Vuelve a sonar el timbre DOÑA ROSA - ¡Como sean los de Ono me los como!

Aparece Argentina con una bolsa de mano DOÑA ROSA - Hola vecina ¿qué pasa? ARGENTINA - - Que me han echado de casa DOÑA ROSA - Eso, ¡no puede ser justo! ARGENTINA - No me ha pillado de susto (y se echa a llorar sobre Rosa)

Llevaba ya cinco meses que no pagaba al casero

DOÑA ROSA - Y ¿de tú padre el dinero...? ARGENTINA - Ha tenido sus reveses.

Por eso al despedirme quiero platicarles dos palabras porque es mi honra primero y dudas no quiero que haya.

...No sé por dónde empezar DOÑA ROSA - Hija, no tienes por qué...

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ARGENTINA - Si, me apetece aclarar lo que ayer yo les conté.

DOÑA ROSA - Ya, tú no me digas más discutiste con tu padre. Te ha dejado de mandar

dinero para arreglarte. ARGENTINA - No, doña Rosa, no es eso DOÑA ROSA - ¿Es que tu padre no es rico? ARGENTINA - Tampoco. Es un cliente de peso

del banco de Rosarito. DOÑA ROSA - ¿Es o lo fue hace años? ARGENTINA - Es un dato actualizado DOÑA ROSA - ¿Una desgracia al rebaño? ARGENTINA - Es mucho mas complicado.

Es por lo del “corralito” DOÑA ROSA - ¿Algo que él ha heredado?

Pues si que tiene delito por heredar,... desgraciado

ARGENTINA - No, escúcheme, doña Rosa: “corralito” es un decreto que De la Rúa firmó

DON ANTONIO - Si, Rosa, no es un secreto que a todos los fastidió. DOÑA ROSA - ¿Quién es ese De la Rúa? ARGENTINA - De Argentina un presidente

y aunque él está ya ausente el “corralito” perdura.

DOÑA ROSA - Y ,ese decreto ha quitado,

a sus dueños, los terrenos y a tu padre le ha quedado

un corral y dos terneros. DON ANTONIO - No Rosa, ¡te lo he explicado!

El corralito consiste en que el dinero que existe en Bancos depositado no dejan que te lo gastes. Está como confiscado

DOÑA ROSA - Y si hay rebajas ¿qué haces? Mira, yo no entiendo mucho

pero eso ¿no es un fraude? ARGENTINA - De los grandes,

pero, diga, ¿cómo lucho si el decreto fue aprobado?

DOÑA ROSA - Aquí todo el mundo engaña, incluso hasta los Estados ¡Y nos quejamos de España! Hay que ver, ¡Vaya ganado!

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ARGENTINA - Pues, dicho lo que quería: me voy de mi apartamento por culpa de un Parlamento que en un “pis-pas” nos la lía

DOÑA ROSA - Y más que no te imaginas, pues en mi misma cocina hoy he podido saber que en este mundo tres partes, se pasan la vida entera pensando como engañarles

a la otra parte que queda. ARGENTINA - Vos no entendéis de corrales

de cabras ni de rebaños pero de asuntos carnales...

DOÑA ROSA - ¡Hija mía! Son los años. DON ANTONIO - (Cualquiera le mete a esta (en voz baja)

un par de bonos basura ó queridas ó parientas ¡Tengo que andar con mesura!)

DOÑA ROSA - Y ahora, ¿que vas a hacer? ARGENTINA - No lo sé

No lo he pensado DOÑA ROSA - - Pues ,...

vamos todos a comer, y después, pensaremos algo. Mete por ahí la maleta (señalando un rincón) y siéntete ya a la mesa que voy a por otro plato

DON ANTONIO - Mientras, yo empiezo el reparto Se sientan a la mesa y doña Rosa vuelve con otro plato

ARGENTINA - ¡Ay lentejitas que ricas! Son ustedes un lucero

DOÑA ROSA - Hoy no habrás puesto puchero (con cariñosa sorna) por aquello de las prisas.

ARGENTINA - Vos sabe que no es por eso Es que llevo ya tres meses comiendo huevos y queso y sin comer otras veces

DOÑA ROSA - O sea, has pasado hambre ARGENTINA - Su postre le remedió DOÑA ROSA - Pobre hija mia ¡por Dios! ¿Por qué no bajaste antes? ARGENTINA - Vos conoce lo humillante que es... la necesidad DOÑA ROSA - No digas nada, te entiendo ANTOÑITO - (...Te lo estaba yo diciendo: (cuchicheando con su padre)

si la chica esta delgada es por falta de tajada

DON ANTONIO - Eso es una necedad)

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DOÑA ROSA - Pues, hija, no ha de faltar en esta casa un mendrugo para poder remediar...

DON ANTONIO - ¡La vas a dar el pan duro! (en tono “la chica merece más”) DOÑA ROSA - pues judías o lentejas

o jamón, del que tú raspas no dejas

y un buen flan, que como dice el refrán en la mesa de San Francisco si comen cuatro entran cinco

ANTOÑITO - Este a mí me gusta más: En mesa de San Torcuato mejor comen tres que cuatro

DOÑA ROSA - Anda cállate zampón Que para ti tengo yo

Ya tu ración “reservá” ...Estoy pensando,...esta noche

¿adónde te vas a ir? ARGENTINA - A un parque lejos de aquí, debajo de cualquier porche,

debajo de las estrellas. ANTOÑITO - Si no hay inconveniente

yo puedo dormir con ella DON ANTONIO - Anda, ¡mira el inocente! DOÑA ROSA - No, que tu cama es pequeña ARGENTINA - ¡Por Dios! Vos no se preocupen

Me apañaré como pueda DOÑA ROSA - Mejor será que me ocupe

de buscarte la manera para que puedas dormir al abrigo de las fieras... Antoñito, tú al sofá

que ella dormirá en tu cama DON ANTONIO - Pues no estaría de más... DOÑA ROSA - A ti, aquí, nadie te llama

FIN DEL SEGUNDA ESCENA

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TERCERA ESCENA Es la tarde del mismo día. Están en el salón don Antonio y Argentina. Su mujer está fregando y su hijo está en su habitación. Dice Argentina y establecen este diálogo

- ¡Que buena es su mujer! Es un pedazo de pan Mi vida viene a arreglar con su mejor parecer.

- Su arreglo es provisional Mira Argentina, he pensado ... yo casi estoy jubilado y tiempo me ha de sobrar. Rosa no me quiere en casa y no estoy por la labor de ver como el tiempo pasa sin comerme un polvorón. Como te digo... he pensado que puede ser buena idea que me pase por Ikea a ver muebles rebajados para piso ó habitación que me sirva, en plan de oficio si en ello hay beneficio con mi nueva profesión.

- ¿Estando ya jubilado? - Es que yo adoro el trabajo

y me veo allí volcado trabajándote a destajo.

- ¡Que bueno sois vos, también - ¡No seas tonta mujer!

Lo hago por no aburrirme Y, así, al paso, subirme mi estima... profesional

- Pues no me parece mal - Y una vez allí instalado

como este piso es pequeño, a fe que yo pongo empeño en que vayas a mi lado.

- ¿A su lado? - Si mujer, a mi costado.

Porque costar costarás pero ya tengo pensado como lo voy a cobrar

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DON ANTONIO (sigue) Yo como buen financiero

me muevo por interés y el interés del dinero ya no me causa placer

- ¿Está pensando en prestarme un piso para vivir?

- Si, pero no te alarmes que fórmulas hay por mil

para ambos impedir que tengas morosidad pues con amor y amistad también las deudas se pagan y a una amiga del alma yo la presto hasta el jornal

- Por morosidad no es caso que mi papá ayer, de paso, me dijo tenga paciencia pues parece que la Audiencia le quiere dar un repaso al célebre “corralito” y que ya falta poquito para abolir la indecencia.

- Tú te preocupas por todo mas te voy a consolar: por mi parte te condono si es que hay que condonar.

- No, don Antonio, yo debo lo que haya que pagar Si no transfiere dinero mi padre para restar ...pues que le mande un ternero y la cuenta “liquidá”

- (Es inocente esta chica (don Antonio, pensando) ...No me coge bien la onda pues que la Tierra es redonda, Colón más fácil lo explica.) Dejemos la bagatela (ya en voz alta) que de ello ya habrá ocasión pero vete con cautela y punto en boca y tapón porque no quiero que Rosa sepa de lo que se habló no sea que tenga celos del celo de mi labor y nos coja por los pelos.

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ARGENTINA - Pierda cuidado señor. ¡Decía yo de su esposa que es buena de corazón! ¡pues anda que vos sois manco en asuntos de razón! Lo tiene todo pensado solo por favorecerme. Me veo ya a su lado ¡Habré de corresponderle!

DON ANTONIO - (Manco, (don Antonio, solo, pensando) cuando yo deje mi Banco y esté a tú cuerpo agarrado verás si no tengo manos.)

ARGENTINA - Voy a ir a la cocina por si doña Rosa quiere mandarme a cualquier esquina o que algún plato la friegue

DON ANTONIO - Recuerda lo que te he dicho: punto en boca y un tapón para que no entren bichos.

Se va Argentina y don Antonio se queda leyendo el periódico. Al poco viene su hijo, que dice:

- Lo de esta chica es tragedia - ¿Quién sabe si no es comedia? - ¿Porque esté haciendo teatro? - No. Porque nunca se sabe

cómo acaba la función. - Pues ¿será tragicomedia? - ¡Joven!, ¡guapa! ¡de buen trato!

en que cabeza no cabe que cambie su situación.

- En eso llevas razón. (Pequeño silencio) ...Pues ahora que lo dices una gogó necesito y me da a mi en las narices que tendrá mi plebiscito Si va a trabajar conmigo cobraría una pesetas y después de haber comido está linda la pebeta.(niña) antes la encontraba flaca pero hoy no lo parece. Si ayer no come las pastas esta chiquilla perece

- Y ¡dale con que está flaca! Ya se que no es una vaca pero un buen par de filetes

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le salen de cada pata. - Ni que fuera una ternera - Tu me dirás lo que quieras

pero la chica esta “buena” (con una “b” grave y gorda) - No esta mal, lo reconozco.

Y es que tiene un no se qué que empieza a volverme loco

- No será eso contagioso - No, no creo, no lo sé - Pues deja de hacer el oso

y aclara ya de una vez lo que esa chica es “pa “ ti, que la chica ha confesado que está colada por mí

- Me dejas anonadado, mas no te pongas así que yo te respeto más. mucho más que tú a mamá

- A tu madre ni la mientes - Eres tu el que la miente,

que andas con tus subterfugios y esos pensamientos turbios que la mente te atocina. Y esa chica es muy decente

- ¡Díselo a la argentina! - Claro que preguntaré

y la respuesta la sé - ¡Detente!

¡que vuelven de la cocina! En ese momento entran Argentina y doña Rosa. Dice ésta:

DOÑA ROSA - Una casa es una lata acabas de terminar para volver a empezar y todo el día te ata

ARGENTINA - Si, doña Rosa, lo sé ANTOÑITO - Óyeme, tú, Argentina

¿A ti te gusta la danza? ARGENTINA - Me encanta

Yo di clases de ballet ANTOÑITO - Es que tengo una orquestina

que necesita gogó ARGENTINA - A eso si me apunto yo.

Por escuchar tus canciones me cojo cualquier papel que tengas en el reparto. No me importaría barrer cantar, bailar o dar saltos.

ANTOÑITO - Y ¿qué tal andas de canto?

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ARGENTINA - Estuve por varios años

en el coro de mi Escuela y según cuenta mi abuela un día me hice daño por querer subir a un fa

ANTOÑITO - Si te hago una canción te gustaría cantar

ARGENTINA - No sé si con la emoción... ANTOÑITO - Creo que tienes talento ARGENTINA - Si vos lo dice lo intento ANTOÑITO - Pues, la vamos a ensayar

y cantan la canción:

ANTOÑITO - Para cantar al amor hay que estar enamorado que si no estás, es pecado fingir en una canción.

(ella se inventa otra letra)

ARGENTINA - Cuando le canto al amor es que estoy enamorada pues de la persona amada dice mas una canción

ANTOÑITO - El nombre de amor en vano

nunca se debe decir. Te puedes arrepentir por haberle pronunciado

ARGENTINA - El nombre de amor, amado

no me canso de decir, de volver a repetir y con amor pronunciado

(Repiten el último dúo de estrofas cada uno con su letra y terminan al unísono a dúo) - ¡Ay! dolor, amor, dolor me duele de tanto amor.

ANTOÑITO - Es muy bonita tu voz ARGENTINA - Como todas, ..del montón ANTOÑITO - No digas eso, Argentina

que de una chica divina una frase como esa un día se me escapó y la eché de mi cabeza

ARGENTINA - A la pebeta (chica) ANTOÑITO - No, por Dios

la frase es la que borré.

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A la chica la encontré un hueco en mi corazón

ARGENTINA - ( Y allí ya no caben dos... (pensando) Que desgraciada me siento. Todo me pasa en un día: perdí mi departamento y al pibe que yo quería).

(Antoñito pregunta a sus padres)

ANTOÑITO - Bueno, ¿que os ha parecido? DON ANTONIO - A mi me parece bien

Algo calada he sentido una nota...

ANTOÑITO - Puede ser Y tú, mamá, ¿que me dices?

DOÑA ROSA - Yo que quieres que te diga ...y los dos fueron felices, comieron muchas perdices, ...otra más de tus mentiras.

ARGENTINA - Doña Rosa ¡no la entiendo! DOÑA ROSA - Es que Antonio componiendo

es especialista en farsas por eso a mí ya me harta.

ARGENTINA - Pues yo veo muy bonito lo que compone Antoñito

DOÑA ROSA - ¿La música o lo que dice? ARGENTINA - Juntas van una con otra DOÑA ROSA - Con la música bendice

y con la letra da “ostias” DON ANTONIO - ¡Vaya! Otro que comulga DOÑA ROSA - No te lo tomes a murga (dirigiéndose a Don Antonio) que la cosa está muy seria. ANTOÑITO - ¡Ya estamos con la canción! DOÑA ROSA - ¡Tú ya conoces mi lema! ANTOÑITO - Y si te digo que el tema

hoy sale del corazón. DOÑA ROSA - ¿No se si te creería?

mas por no andar de porfía prefiero doblegar yo

y quedarme esperanzada ANTOÑITO - ¿Por qué? DOÑA ROSA - No, por nada...

Porque tu música rara Hoy la vuelvo a comprender.

ANTOÑITO - Pues es la misma de ayer DOÑA ROSA - ¡Pues yo la encuentro cambiada! .

¡y no me digas por qué!

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FIN DE LA TERCERA ESCENA

CUARTA ESCENA Mañana del día siguiente. Doña Rosa sentada en la mesa con su soliloquio y Antoñito durmiendo en el sofá.

- A esta chica no la entiendo. Ayer estaba radiante, sonriendo, yo diría que queriendo. Se notaba en su semblante que el amor en ella estaba y se bebía los vientos cuando Antoñito pasaba Pero,...llegando la noche se empezó a amodorrar, a perder el apetito... Aunque claro, sin reproches, ¿cómo se puede cenar si se han comido lentejas, par de huevos y un petito, una manzana de postre y engullirse cuatro tejas dos rosquillas y un chupito.? Pero no,...esa desgana no es por ausencia de hambre cuando se está tan galana te comes hasta un fiambre si es que el fiambre se presta. Mas, a mi me da en la testa que es cosa de desengaño. “Antes de echarme la siesta tengo que pasar el paño que no diga la invitada que el polvo no se limpiaba nada mas que de año en año”. ¿Cabilación?, esa es, justo, la palabra, ¿Será por padre o por hijo? ¡Antoñito es una cabra...! ¡se ha “desencantao” de él! Aunque más bien yo colijo y estoy segura que es... de Antonio y su condición que de cabra es como el hijo pero mucho más mayor.

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DOÑA ROSA (sigue) Cómo no pierde ocasión,

viendo a la chica apenada ha “intentao” sacar tajada, brindando su compasión. Y la argentina ha pensado que a falta de pan, las tortas. ligan bien con el pescado Si no le va con el hijo el padre mucho le importa ¡Eso lo sé yo de fijo!. ¡Pensativa es lo que esta! Analiza posiciones o en los brazos del papá o soportando canciones. Estoy celosa , lo sé pero ¿quién me dice a mi si Argentina no está aquí para ganarme la vez? Juntos tengo en el corral a las corderas y al lobo con resultado mortal para animales tan probos Si el lobo enseña el colmillo y la fiera, con su brillo, las atonta y electriza, toma la mejor cordera y a la vieja la hace trizas.

Se despierta Antoñito y entablan esta conversación:

- Hola mamá, buenos días - Buenos días. ¿cómo estás?

¿Estaba duro el sofá? - no más de lo que sabía.

Además, como nos fuimos un poco tarde a acostar yo pronto caí rendido

- Pues, Argentina, ¡que va! La he oído dando vueltas por la noche sin parar.

- Pues yo no me he dado cuenta ...Será por las emociones.

- ¿No serán preocupaciones? - El “corralito”, quizás - No sé en lo que me fundo,

mas, lo que a ella le inquieta creo, es algo mas profundo

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- Pues por problemas de dieta no creo yo que será. Pero, sí...sí, sí es cierto

que yo también he notado que la cara le ha cambiado. Se lo noté en el concierto

- ¿Qué concierto? - El que tuvimos ayer.

...Esa cara...

...ese cuerpo

...esa mirada

...ese acento. La noche entera pasé “privao” con sus movimientos

En este momento se levanta Argentina

ARGENTINA - Buenos días. Vos que tal DOÑA ROSA - Pues, aquí estamos vecina ARGENTINA - Pues, yo he dormido fatal DOÑA ROSA - Te he dicho yo que Argentina (dirigiéndose al hijo)

hoy no había pegado ojo ARGENTINA - Si . No se que me ha pasado

que toda la noche he estado viendo el reloj de reojo.

DOÑA ROSA - Bueno, luego con la siesta tendrás que recuperar ese sueño que te cuesta, por la noche conciliar. Yo me voy a la cocina que se me echa la hora no venga Antonio a deshora y me encuentre sin comida.

Se marcha y se quedan los dos solos

ANTOÑITO - Argentina yo te invoco para que digas verdad... si a mi padre, un casual, le quieres siquiera un poco

ARGENTINA - A tu padre yo le adoro (en tono como exageradamente es un hombre tan cabal admirada por su persona) tan amable, tan formal tan caballeroso y tan...

ANTOÑITO - Basta ya de tantos “tan”

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ARGENTINA - Tu padre es un tesoro

y le quiero con pasión y punto en boca y tapón . que te chivas a tu madre y luego no quiero yo que pueda decir tu padre que Argentina, su vecina, no es fiel en su relación

- Pues, si va en serio la cosa - Un pisito va a comprar

y para que no esté ociosa conmigo compartirá piso, trabajo y esposa

- O sea un “menaje a troi” ¿con consenso de mamá? - Tu madre es beneficiada

que tu padre en los negocios sin hilo no da puntada.

- ¿En los negocios? Créeme, no entiendo nada ¿En qué tipo de negocios?

- No sé, yo estaré acostada - Pues, ¿Cómo acostada? - A su costado ó a su lado

que no lo sé bien de fijo - Y, ¿su nombre no lo dijo? - No dijo como se llama - Prostíbulo, diría yo - No esa palabra tan rara

tu padre no mencionó Es como si fuera un Banco - No me he equivocado tanto - Es algo de financiero - Se pondrá él de cajero.

...Y tu ¿estarás con clientes? - Si, claro, con mucha gente.

Tendremos mucho trabajo y tu padre está dispuesto a trabajar a destajo

- ¿No tendrá para mí un puesto? - Eres igual que tu padre...

Con tal de prestar servicio y ya metido en el ajo haces del trabajo… vicio.

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ARGENTINA (sigue) - Óyeme lo que te digo:

no digas nada a tu madre. a vos pido como amigo que no quiero que se arme ningún posible altercado por no guardar el secreto que, a tu padre, por respeto, le debo el ser guardado. cuando claro me indicó punto en boca y un tapón

- Se dice “en boca y chitón “ - “Tapón” mas silencio infiere.

Y me vuelvo a la cocina por si su tu madre prefiere mandarme a cualquier esquina o que le friegue los platos.

- Mejor te mande al estanco que en las esquinas están las rameras y los bancos ¡Vaya a ser casualidad!

Se va Argentina y se queda solo Antoñito

- Esto no puede pasarme. Ahora que me he enamorado mi padre quiere pisarme el bombón tan deseado. Además, por si no es poco dilucido que mi padre, con consenso de mi madre la quieren tirar a un pozo. Al pozo de la indecencia. del mas conocido oficio. para obtener beneficio y lucro de la indigencia Si no hubiera tanto paro. habría menos esquinas... Tres espadas me han clavado por papá, mamá y vecina. Ahora estamos empatados. y como estamos de igual y no merecen respeto al punto me parapeto y lucho en ese ras para salvar a una chica, que la quiero de verdad, de las ansias de un artista, mi padre, por decir más.

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En este momento entra su padre y dice Antoñito

- ¡Hombre!, ¡“cuasi” jubilado...! - Menos guasa, Antoñito - No, si a mí me importa un pito - Pues yo, muy interesado - Y enamorado... Lo sé

Y me acabo de enterar del contrato laboral que tienes con Argentina

- (Ya me daba a mi la espina (en voz baja) que se iba a divulgar) ¿Qué contrato laboral? (Ahora ya en voz alta)

- Si, hombre, si, la relación - ¿Qué relación? - Lo del putiferio - No me estás hablando en serio - ¿Me ves riendo? ¿a que no? - Yo soy un hombre decente

y esas palabras hirientes me rechinan al oído

- A mí me huele a podrido Mira papá, no estoy ebrio

- Aclara pues el misterio - Por Argentina he sabido...

que vas a montar un piso para no se qué negocio y, por lo que sé, asocio, pues tiene todos los visos, que no será financiero y lo primero que quiero es aclarar este punto en modo claro y certero para pasar al segundo que no es el menos candente: ¿Es Argentina inocente? Y aún nos queda un tercero. A la madre que mas quiero ¿en que parte le compete?. - Mira Antoñito detente - Aquí me ves detenido - Escucha mi contenido:...

El amor llega, así, de esta manera, que uno no se da ni cuenta

- Me parece a mí que esa letra es muy hortera

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- Pero también verdadera...

El mundo va dando vueltas y si una potra alazana en la escalera te encuentras, que te mima y que te ama...

- A ti ¡qué te va a mimar! Te respeta por tus canas y agradecida te está. Amistad es lo que ganas.

- Y el amor, por “descontao”, que yo metido en jarana soy un potro “desbocao”

- Pues no dejo ¡por las bravas! que comas de mi pesebre

- ¡Yo me como esa cebada aunque tu no lo celebres!

- ¡Para tan duro ingrediente tu boca no está adaptada: te voy a ver sin un diente y cuando a la argentina beses se te va a caer la baba!

- ¡Se acabó la discusión! (muy enérgico) (pequeño suspense) A Argentina no la beso, (ya mas sosegado) que a ella renuncio yo - ¿y eso? - Porque quiero,

porque sí. Toda la vida, por ti, me he privado de pucheros, y, para serte sincero, si tú comes de esa olla Ya no quiero para mí Ni una pizca de cebolla. (pequeño silencio)

- Entonces ¿lo del pisito? - Una idea que me vino

“pa” tantear el camino y ponérselo bonito

- ¿Y lo del negocio? - El negocio era decente

Allí no iba a ir mas gente que la de argentina y yo

- Pues tú la habías contado que irían muchos clientes

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- Eso es pura vocación:

viéndome de jubilado añoraba del pasado aquella cola tan larga

- O sea, una fantasía - Sí, todo era invención

Pero ruego tengas calma que solo fue un caletón

- ¡Que Argentina consentía! - ¿Argentina?

¡Esa chica de mi alma! ¡Esa chiquilla divina!... nunca atisbó mi intención por mas que me esforcé yo “pa” que cayera en la cuenta

- Y de mamá ¿qué me cuentas? - A mamá, tú, no la cuentes - Tendré que echar bien la cuenta - Pues, a mi, no me lo cuentes - Si te lo habré de contar Si no entras en razón Y dejas, de una vez, en paz a quién hice la canción. - Me lo tendré que pensar - Ya puedes pensarlo presto que una respuesta merezco. Oigo el ruido de los platos y pisadas de zapatos ¡mamá no se ha de enterar! (los dos a unísono)

Entran doña Rosa y Argentina detrás portando la comida.

DOÑA ROSA - Vamos, ¡todos a la mesa! DON ANTONIO - ¡Dame un besito, mujer,

que hoy te quiero complacer como si fueras princesa!

DOÑA ROSA - ¿Dónde irá éste con esas? ARGENTINA - Será que está enamorado ANTOÑITO - ¡Como potro desbocado! DOÑA ROSA - Pues le sobra fortaleza

aunque esté viejo y cansado ANTOÑITO - ¡Vamos, que le quedan ganas!

Pues, lo dicho ...caballo de la sabana

DON ANTONIO - Éste zángano es un bicho Venga, vamos a comer

DOÑA ROSA - Si, que hoy nuestra vecina se ha metido en la cocina y ha preparado ella el guiso y os vais a relamer

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DON ANTONIO - (¡Si la “hubie(r)a” “llevao a mi piso! ) (en voz baja) DOÑA ROSA - Esta chica es un portento ANTOÑITO - Si, tiene mucho talento ARGENTINA - Dejen sus galanterías

que se bien como soy yo ANTOÑITO - ¿Cómo dices que serías? ARGENTINA - Como todas,... del montón ANTOÑITO - Otra vez con esa frase...

Sabes que me martiriza ARGENTINA - Pues fíjate yo ¡que risa!

por lo que vino después Y en qué posición quede

ANTOÑITO - Espérate que te cante DOÑA ROSA - No hijo, no, que yo no sé

en dónde queda tu arte ¿si en cantar o en componer? que ayer,... eso tan galante, dijiste de esta mujer (Señalando a Argentina)

Se hace un pequeño suspense

ARGENTINA - Entonces... era yo esa (emocionada) la que ocupa ese huequito ¡doña Rosa, me embelesa (besa y abraza a doña Rosa) aunque vos parle poquito

DOÑA ROSA - ¿Por qué lo dices mi niña? ARGENTINA - porque no he perdido todo. Pido, por Dios, no me riña Si, por amor, yo la robo DOÑA ROSA - Si es robo tan deseado Te lo habré de perdonar. pensando que lo has robado por cariño de verdad y que, además, arriesgada ha sido, niña, la gesta pues tu falta de recursos facilitaba el discurso a babosos y aguafiestas. (mirando al marido) DON ANTONIO - En eso pierde cuidado pues se habrían de enfrentar a este pecho desnudado. (dándose golpes con la palma de la mano en el pecho y sin darse por aludido) Si fuese por protegerla estoy dispuesto a matar ANTOÑITO - Mira papá, está perla Es ya de mi propiedad. ¡Dudo no me la descuides! Déjame que yo la cuide Y ocúpate de mama

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DON ANTONIO - No hijo, si yo decía... Porque...¿cómo te diría? (llorando) ...que la quiero de verdad.

Y como suegro estaría A su plena voluntad.

ARGENTINA - Déjelo, vos, Don Antonio y deje ya de llorar. que así para su negocio más tiempo le va a quedar DOÑA ROSA - ¿Qué negocio? (salta como una escopeta) ARGENTINA - (¿Habré metido la pata?) (entredientes)

No me acuerdo lo que es y yo no entendí ni “papa”

DOÑA ROSA - Deja que lo explique él ANTOÑITO - Dejad que lo explique yo que papá con la emoción seguro, no va a poder. ARGENTINA - ¡Caray! ¿cómo se llamaba? ANTOÑITO - (Chis. Tú estate callada) (a ella, al oído) ARGENTINA - ¡Ah! Ya me acuerdo, lo sé Prostíbulo me dijo él (refiriéndose a Antoñito) DOÑA ROSA - A mi no me extraña nada ¡Este tío es un ladino! Lo demás me lo imagino. DON ANTONIO No digas eso ¡por Dios! que yo tan solo he pecado por mucha imaginación y por no estarme parado ANTOÑITO - No es lo que piensas, mamá. Ese nombre quiso dar a su negocio papá por ser acorde a su fin DOÑA ROSA - ¿me puedes decir a mí ese fin...

sin disimulo? ANTOÑITO - Ahí ,...ahí... (pensando que iba a decir) ...Ahí quería yo llegar ... El de cazador de bulos DOÑA ROSA - ¿cazador de bulos? ANTOÑITO - Si, déjamelo explicar: Tu bien sabes que papá Lleva años por un tubo, cuarenta o quizás más, trabajando con la pasta y experiencia no le falta para pronto discernir aquello que huele mal... Una siesta vespertina que no podía dormir...

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ARGENTINA - ¡Quiso que yo me acostara! (doña Rosa, con cara de querer matar a alguien) ANTOÑITO ¡No dijo eso, Argentina! (fusilándola con la mirada)

...¡Él dijo que te apostaras.. (pronunciando mucho la “p”) ...y que atenta le escucharas!

y ¡déjame proseguir! ARGENTINA - ¡Es lo que quise decir! ANTOÑITO - Pues eso, ¡que vió la pasta! y como no se le escapa de los bulos su intención con buen criterio pensó que podía hacer negocio, dando a su imaginación, en cortos tiempos de ocio, (con suspense progresivo hasta asesorando a clientes final de frase) ¡pobrecitos inocentes! en las garras de vampiros. ARGENTINA - ¡Ay madre! ¡Cuánta emoción! ¡Se me escapan los suspiros!. ANTOÑITO - Que si al alza unas acciones de manera exagerada sin mas mérito y valores que una noticia infundada, que si una empresa en la quiebra timando a los inversores, que si unos bonos de mierda DOÑA ROSA - ¡Se llaman bonos basura! ANTOÑITO - Luchando contra banqueros, ... y por denunciar la usura. papá, estará allí el primero... Y el nombre, “pa” que os cuento: Buscando estaba un eslogan... Como a uno que le ahogan dijo sin venir a cuento “busco y cazo, por ti, bulos “ Eso me suena a prostíbulo, rápido le contesté y presto quedé con él que ese nombre le pusiera... ...por la pasta que genera. DOÑA ROSA También rima con patíbulo y allí, con la lengua afuera, voy a colgar a los dos ARGENTINA No doña Rosa ¡por Dios! ¡que no llegaría a suegra!. DOÑA ROSA ¿Te tendrá cuenta ser nuera? ANTOÑITO Bueno, ¿quieres que te cante?

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DOÑA ROSA Mejor que te cuente un cuento que “pa “ eso “tie(ne)” talento y antes de que yo me plante... voy (a) por el segundo plato DON ANTONIO - Espera mujer un rato que escuchemos la canción DOÑA ROSA - Pues se enfría el chuletón DON ANTONIO - ¿De dónde es? ¿de Galicia? DOÑA ROSA - Del país de la vecina DON ANTONIO - Por si es gula o avaricia, el comer sin apetito, que se coma mi Antoñito, “aderezao” con caricias, dos chuletas de Argentina: . la suya y la que yo no como. Mientras voy a la cocina a tomarme un café solo.

Mucho es con el primero que atiborrarme no quiero y luego me sienta mal DOÑA ROSA - ¡Tu padre es un carcamal! (y se retira con él) Se quedan solos Argentina y Antoñito ARGENTINA - ¡Que bien que lo has explicado! (con cierta sorna) ¡ya me he enterado al completo! que de tu padre he dudado tanto exceso de secreto. ANTOÑITO - ¿Has dudado? (él se pone en guardia) ARGENTINA - ¡Si mucho, mucho te digo!... Y mejor ya no prosigo.. ANTOÑITO - ¿Me vas a dejar en ascuas? ARGENTINA - Te lo digo y Santas Pascuas:... ...¿No piensas que don Antonio,... ...que el negocio solo era un “bufette” de tapadera para él ligar conmigo?...

(se hace un pequeño suspense y la da una larga cambiada)

ANTOÑITO - ¡Esto es cosa del demonio! ¡celoso yo de mi padre! ¡Por lo que mucho te quiero!, ¡por la gloria de mi madre! ¡no pienses eso de mí!

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(y ella responde con cara de complicidad)

ARGENTINA - Se que vos sois embustero Se que mientes porque sí a lo que yo me sincero, se que vos me dará celos pero, ...¡vos es para mí! ANTOÑITO - ¿Quieres que te cante ó no? ARGENTINA - Sí, cántame una de amor ANTOÑITO - Cuando yo te conocí tu cuerpo me deslumbró casi ciego me sentí con tu porte seductor Esa ceguera de amor, esa negra oscuridad, solo tu luz interior me pudo, ¡vida!, curar.

Me enamoré de tus ojos de tu cara de tus labios rojos y, también, de tu mirada Me enamoré de tu pelo de tus manos. Me enamoré de tus celos de tu cuerpo tan lozano De todos tus blancos dientes de tu inocencia demente de todo me enamoré Y por eso te he guardado en un huequito encerrado desde que yo te encontré Argentina, mi vecina, es una chica inocente “honra” y la mas decente.

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FIN DE LA CUARTA ESCENA. Apéndice (renovable) Escenario con luz tenebrosa, enfocando a don Antonio, vestido de diablo, con sus cuernos incluidos, y entre las tinieblas el coro. (cantable)

- Soy el demonio de don Antonio el que emociones le da. El que en su vida desaborida pone una pizca de sal. El que le incita, el que le excita, el que le ayuda a pecar. Y al pobre hombre, en otro tiempo canela fina, decir el nombre de la argentina le causa espanto. Para mi duelo y quebranto, merece un templo: se ha vuelto un santo. (El coro vuelve a cantar lo mismo en tercera persona: Es el demonio ..... Para su duelo y quebranto.....)

(continua don Antonio –el diablo-) - Aunque parezca ficción

don Antonio jubiló a medias, ni si, ni no.

- No entiendo lo que nos dice - contesta el coro, mirándose entre ellos. - Que montaron la comedia

“pa” tocarle las narices. Lo he dicho tal cual así

me lo dijo don Antonio: “me jubilan en otoño a medias. Ni no, ni si. Con contrato de relevo nos van a mandar a casa y cada año que pasa un mes y medio, de nuevo, a ponerte la corbata, a levantarte temprano a currar hasta las tres y a volver a dar la mano a los clientes de ayer” Ese fue su testimonio.

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- ¿Con contrato de relevo? (el coro) - ¡ Si no es tocarle... los fueros

que me lleven los “demonios”! ¡Cotizando sin parar

llevan los pobres abuelos..., cincuenta años o más y los hijos van a estar cincuenta años ociosos, perdiendo un tiempo precioso de su vida laboral! ¡El asunto “manda uebos(1)”!:

- ¡Ya lo creo! - Es pura necesidad

que este gobierno haga algo y sin fiármelo largo, para acabar con el paro.

- ¡Claro, claro! …Con los vicios del Congreso…

- ¡Eso, eso! - y también en el Senado

hay que exigir resultados arreglando los problemas o todos para su casa. Porque si no lo que pasa

(es) que se duermen con binomios estrujándose los sesos para analizar el sexo de ángeles y demonios Pero a mi que me registren (mirándose hacia abajo) que soy demonio asexado y en mi huerto no permiten plantar tomates, ni nabos. Tras jurar en la Zarzuela, Señorías con su estudio, han “encontrao” la manera de tocarse los “preludios”

- Y de allí nadie les mueve (el coro) - Pues tenéis lo que prefiere

la mayoría en las urnas viendo lo que os conviene tras reflexiones nocturnas. Más después de haber votado, siempre alguien os da el pego y para engordar su ego apañan con desenfado lo que pasa por sus dedos.

(1) “Uebos” (del latín opus=necesidad, cosa necesaria, por obligación, porque no hay mas remedio). Federico Trillo la utilizó en mala hora, a micrófono abierto en el Congreso y fue criticado por ello, aunque después aclaró que su “manda uebos” era equivalente a “¿es necesario tanto alboroto? ¡No me lo puedo creer!” Le faltó decir que “hay que hablar bien por necesidad, o sea, por “uebos” (la reseña no es mía).

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Porque a derechas o izquierdas, de norte a sur, sin ambages, de honorables personajes

se descubre mucha mierda.

... Y volviendo a don Antonio más tendría que saber porque siendo su demonio estoy para oír y ver. Pero resulta imposible. Se ha vuelto muy reservado Está como ensimismado Está muy poco visible. Desde que se jubiló se ha vuelto como un fantasma, ha perdido la ilusión, y una cosa que me pasma: de una manera inconsciente, lo que me da mala espina, ha borrado de su mente el recuerdo de Argentina. Si lo suyo no es agnesia, va a ser demencia senil. Ha limpiado su conciencia y no sé porque , a mí, me da que estoy en lo cierto y que cualquier día de estos Caronte le ha de servir. Y sentiría su muerte

porque le he “tomao” cariño que ha sido muy inocente, mas inocente que un niño: ...“Palomita no te mueras” oí que decía un día y en una caja traía una palomita nueva, que estaba muy malherida tras pasar bajo su rueda.

Y la paloma murió en contra de sus desvelos y el pobre hombre lloró con dolor y desconsuelo

De su mujer, qué te cuento: tiene un corazón de oro. Doña Rosa es un tesoro aunque parezca un sargento.

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Un hijo de Satanás

que me está martirizando me dice que está pasando que por qué no pecan más. a lo que yo le replico que le cambio mi cliente, “bancario” de pala y pico, por un “banquero” decente. Y en eso estamos... Aunque me veo en calderas echando lo que quemamos para que el fuego no muera. Y es un puesto que no quiero porque tiene sus contrastes: en invierno,... buen brasero, pero,... el verano es sofocante. Además hay otra cosa que la gente no conoce: te pasas toda la noche echando a la lumbre estopa. Si echas de cualquier manera y no echas con constancia o se te apaga la hoguera o salta el volcán de Islandia. Y luego la reprimenda por el cisco que se arma quien la paga es este “menda” y mi cuerpo quiere calma. Así que no se que hacer Que alguien me eche una mano, acepto cualquier humano pecador por el placer. Vendo pecados baratos, a préstamo o al contado, te haré pasar un buen rato si me tienes a tu lado.

Olvídate de pamplinas, de tu ángel de la guarda, que ese te dará la espalda al volver cualquier esquina. El “cuerpo”(1) de los demonios es el mejor preparado. Los ángeles muy alados pero no tienen bicornio. Por algo será que Dios

(1) Puede interpretarse como Institución, gremio, etc. ó como masa corporal.

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(Sigue Don Antonio –el demonio-)

nos dio a los del averno nuestro nueve cero dos y estos imponentes cuernos. - ¿cuernos? (el coro) - Si...si... dos

que el unicornio murió cuando se inventó el estéreo y cuando este mundo etéreo entró en comunicación.

¿Cómo iba yo a poder comunicar con clientes si no tuviera internet y unas antenas potentes? No me queréis hacer caso pero la tecnología(2) permite tener a un paso a un servidor con usía. Y tengo ideas brillantes que te pueden complacer, más con dinero abundante que con bolsillo al revés. Así que, anímate Y llama sin perder tiempo Teléfono novecientos... Dos, sesenta y nueve, tres Y ciento siete, seguido... - Espera que me he perdido (el coro, sacando una libreta cada uno,

demostrando interés por el teléfono. ¡Pobres pecadores!) - ...de cinco, seis, asterisco... - ¡vaya cisco! - veintidós

y acabado en treinta y tres - ¡Lo repite por favor! - ¡llama.... llama.... llámame! (retirándose de escena) FIN DE LA OBRA Nota del autor:

(2 ) Todo avance tecnológico tiene su lado perverso

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Este apéndice, como tal es un añadido a la obra que, prácticamente, acaba con el final del cuarto acto. Pero en enero, acabado ese cuarto acto, me quedaron algunas cosas en el tintero y se me ocurrió añadir un apéndice. Como está tan de moda el concepto “renovable” ó “reciclable”, sobre todo en lo relativo a la energía y al intento de evitar llenar este mundo nuestro de mas mierda, he pensado, ante la duda de convertir este apéndice en un acto más, mantenerle como tal y llamarle apéndice (porque lo es) renovable, de tal manera que en un futuro pueda ser actualizable y, manteniendo el cuerpo central de la obra intacto, modificando solo éste para dar mayor actualidad a la obra. La primera parte cantable no se cambia y, por lo tanto, la música puede permanecer intacta, si bien el resto si es susceptible de modificación. Pero prometo que, al menos por el momento, no pienso tocarla, aunque la Historia continúe. 11 de junio de 2010