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María Julia Jiménez

De pequeña ejercitaba la

comunicación con Dios, participaba

de las catequesis de preparación

para los sacramentos, me gustaba ir

a donde mi tía cada ocho días para

saber un poco más de este Dios a la

cual me dirigía. Poco a poco fui

experimentando esa presencia viva

en los acontecimientos de mi propia

vida. Iba creciendo y me encontraba

con interrogantes sobre la vida de

las religiosas y los sacerdotes.

Cada vez me llamaba la esta opción

de vida pero Salí de casa y se

reafirmando mas cuando veía a las

monjas en la calle mis interrogantes

crecían sobre su estilo de vida.

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Experiencias de vida

Pasados los años decidí hablar sobre mi deseo e inquietud con la Señora con

quien trabajaba ella me escucho y me hablo sobre las Hermanas de los pobres o

ancianos desamparados me gusto pero preferí darme tiempo.

Conocí una familia que se conforma por cuatro personas, necesitaban en ese

momento a alguien quien les colaborara pero que fuera interna. En esos días

estaba consiguiendo precisamente trabajo, me ofrecí y la respuesta fue

positiva. Pero en el transcurso del tiempo se dio para compartir mis deseos e

inquietudes sobre mi vida, les conté que me gustaría ser monjita pero que no

conocía bien sobre la vida de ellas, Solo una vez que hable con señora y me

comento sobre unas hermanas pero poco me llamo la atención.

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Las hijas de esta familia estudiaban en el colegio nuestra señora del rosario de la Congregación de hermanas dominicas de Santa catalina de Sena en Sogamoso

(Boyacá). Luego una de las niñas le comento a una de las hermanas

que la niña que trabajaba con ellas desea ser monjita la hermana me mando la razón de que podía ir a

hablar con ella. Fui y ella me habló acerca de su vocación y trabajo como religiosa, desde entonces quise saber más de su vivencia

dentro de la comunidad.

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