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MIGRACIÓN Y CULTURA: IMPLICACIONES PARA LA PRÁCTICA
TERAPÉUTICA1
Sylvia London y Florence Rosemberg
Mayo, 1998
La cultura proporciona significado a la experiencia humana, seleccionándola y organizándola. Se refiere con amplitud a las formas por las que la gente da sentido a su vida, y no a la ópera o a los museos de arte. No radica en un dominio reservado como en la política o en la economía. Desde las piruetas del ballet clásico hasta el más brutal de los actos, la conducta humana se media por la cultura. La cultura abarca lo cotidiano y lo esotérico, lo mundano y lo exaltado, lo ridículo y lo sublime. En cualquier nivel, la cultura penetra en todo.
Renato Rosaldo
Entradas: Migración, cultura, terapia, conversación
Resumen
El objetivo de este trabajo es dar al terapeuta la posibilidad de mirar a través
de los lentes de la migración y de la cultura entre otros, de manera que le sea
útil y le ayude a conformar un lenguaje común para la práctica terapéutica.
Además se trata de entender la interacción y la conceptualización de la familia y
sus posibilidades y dilemas actuales.
Ambos conceptos proveen un vehículo para analizar y evaluar cuándo son
un elemento importante en la conversación y cuándo pueden sesgar el
contenido de la interacción de manera que no sea relevante para los asuntos en
cuestión. Presentamos lo siguiente como una plataforma para adentrarse en la
revisión de las múltiples visiones y la utilización de los conceptos de cultura y
migración en la familia.
¿Qué es Migración?
1 Artículo publicado en Limón Arce, G. (ed) (2005) Terapias Posmodernas: Aportaciones
Construcionistas, Editorial Pax, México pp. 49-57.
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Existen dos niveles semánticos para explicar el concepto de migración. El
primero se encarga de la definición del nivel externo, que incluye la discusión
teórica, y el segundo que analiza la explicación que el migrante mismo le da a
las causas, el proceso y los hechos de la migración. El concepto de migración
incluye dos lados: Uno es emigrar (salir), el otro es inmigrar (ir hacia). El
proceso migratorio también puede ser dividido en dos tipos: internacional y
nacional. Existen múltiples causas para el flujo migratorio, las sociales y las
naturales. En estas últimas, por ejemplo está el empobrecimiento de la tierra y
los desastres ecológicos, como las sequías y las inundaciones. Las sociales son
el resultado de la violencia política, problemas familiares, económicos y
sociales. Pensamos que la mayoría de las migraciones que han ocurrido desde
el principio de este siglo han sido migraciones forzadas. Otro tipo de migración
que ha sido poco estudiada es el retorno al país de origen. Este fenómeno suele
ser voluntario o involuntario. Resulta importante mencionar, para dar al
fenómeno migratorio su debida dimensión, que a finales del milenio el número
total de los refugiados desplazados suman más de 28 millones (World Watch).
Se estima que el número total de migrantes en el mundo es de
aproximadamente 100 millones.
¿Qué es Cultura?
J Spradley define la cultura de la siguiente manera: “El conocimiento
adquirido que la gente utiliza para interpretar las experiencias y generar
conductas sociales. Para entender la cultura existen tres premisas: La primera
es que los seres humanos actúan en torno a las cosas en base al significado
que estas tienen para ellos.
La segunda premisa: El significado de esas cosas se deriva o aparece de la
interacción social que uno tiene con sus semejantes. La cultura como un
sistema compartido de significados se aprende, revisa, mantiene y define en un
contexto de interacción social.
La tercera: Los significados son manejados y modificados a través de un
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proceso interpretativo utilizado por la persona y las cosas con las que
interactúan. Utilizan su cultura para interpretar la situación. La cultura es como
un mapa cognitivo. Las personas no son solamente lectores de mapas; también
son constructores de mapas.” (Spradley, J. 1979:2-4).
La cultura puede ayudar o estorbar las opciones y los deseos de grupos
migratorios para adaptarse e integrarse2 al nuevo medio ambiente, asimismo el
medio ambiente puede ser hostil o amigable a diferentes culturas.
El reto del terapeuta es el de experimentar al “otro” de manera que permita la
legitimación de éste, así como el cuestionamiento inagotable de creencias
prejuicios y valores.
Como se dijo anteriormente, hablar de migración y cultura se convierte en un
tema importante a tratar, no sólo porque es una moda, sino porque es un
fenómeno que ocurre alrededor del mundo al final de este siglo. Las
implicaciones por ignorar la inclusión de estos lentes pueden generar por lo
menos dos problemas específicos:
El primero, si ignoramos estos factores socioeconómicos y políticos, corremos
el riesgo de conceptualizar el problema así como los recursos de la familia de
una manera empobrecida e ineficaz. Esto puede ser visto como una falta de
adaptación al contexto social. La conducta de la familia puede ser interpretada
como “enferma”, “loca”, “rara”, “desadaptada”, disfuncional”, etcétera.
Existe una basta literatura que documenta los casos de los migrantes
forzados como resultado de los abusos de las dictaduras políticas en el Cono
Sur (Chile, Argentina y Uruguay, entre otras muchas en este continente). En los
setenta y ochenta y como consecuencia de la represión política muchas familias
fueron divididas produciendo una gran cantidad de dolor y sufrimiento. Algún
tiempo después cuando algunas de ellas se reunieron en el país receptor, como
resultado de los traumas causados por los cambios vividos, empezaron a
manifestar dificultades familiares.
2 La integración significa un intercambio cultural que se da permitiéndo a cada cultura mantener
sus propias características; asimilación es la pérdida total de la cultura propia al tomar otra.
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Las familias nunca buscan servicios de salud mental por cuestiones de
migración y/o cultura. Acuden a la terapia por otras circunstancias. Cuando
llegan hablan de una gran dificultad y vergüenza manteniendo secretos
familiares que separan a las generaciones y juegan con dos culturas diferentes
algunas veces incapaces de entenderse entre sí. En algunas ocasiones este
secreto se guarda por la necesidad de proteger a los hijos por implicaciones
políticas. En este caso, sería importante que los padres compartan con sus hijos
sus experiencias para alcanzar un mejor nivel de comunicación y confianza.
La importancia de incluir y entender el proceso y las circunstancias de la
migración se convierte en la piedra angular para abrir nuevos caminos al
entendimiento y crear coherencia entre los miembros de la familia. Este podría
ser el caso de una familia con hijos adolescentes que experimentan dificultades
en el país receptor para lidiar con la vieja cultura, enfrentándose a los valores
de la nueva sociedad que ya es suya, esto se complica con las lealtades al país
y a la cultura de origen representada por sus padres.
Un ejemplo interesante podría ser en que aporta la investigación conducida
por Florence Rosemberg y Estela Troya3 en la que trabajamos con migrantes
forzados de El Salvador y Cono Sur, encontramos que las familias que estaban
bien adaptadas en su país de origen, manejaron el proceso migratorio de una
mejor manera. Por el contrario, las familias que vivían conflictos en su país de
origen, presentaron dificultades en el proceso migratorio y en la adaptación al
nuevo contexto. La dificultades en el país receptor se relacionaban con los
conflictos familiares previos a la migración y el estrés del proceso migratorio se
convirtió en un factor más a considerar y no necesariamente en el factor
determinante. El hecho de que la migración forzada no sea el factor principal
que explique las dificultades familiares no significa que los gobiernos y sus
instituciones y sus prácticas políticas puedan explotar, perseguir, asesinar y
expulsar a los miembros de su sociedad, depositando la responsabilidad de la
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salud mental a la institución de la familia.
Enfoques de la cultura dentro de la terapia familiar
Celia Falikov (1995:373-376) presenta cuatro diferentes maneras para
abordar el impacto de la cultura:
El primero es el universalista que afirma que la mayoría de las familias son
más similares que diferentes. La consecuencia de optar por esta visión podría
ser la utilización de ciertos marcos teóricos como las diferencias en las
transiciones del ciclo vital, triangulación o procesos de transición
multigeneracional, entre otros. Esta posición pierde de vista las variables
contextuales tales como: género, etnicidad, clase social, economía, estatus
migratorio y político. Esta visión explica el intento de homogeneización de los
individuos de diferentes culturas por la sociedad occidental dominante.
En mi trabajo como consultora escolar en Massachusetts (Sylvia London),
encontré situaciones donde la conducta de los adolescentes de origen
puertorriqueño y sus tendencias a ser seductores, (cuando sus compañeros
americanos eran más inmaduros en su desarrollo sexual) era interpretado por el
personal escolar como provocador y rebelde, cuando de hecho estaban
respondiendo a modelos de la cultura latina y sus creencias en relación a la
masculinidad. Las reacciones de castigo por parte de la escuela reflejan una
postura universalista y etnocentrista sesgada únicamente por la visión
anglosajona de la adolescencia.
La segunda postura, la particularista, opuesta a la universalista, afirma que
las familias tienden a ser más diferentes de lo que son similares. En esta visión
no hay lugar para las generalizaciones, cada familia es vista como única. La
cosmovisión de la cultura está ligada a las creencias internas de cada familia
más que a la conexión con el contexto global. En este enfoque no hay
posibilidad de teorizar o aplicar ninguna teoría o concepto como: clase,
3 Florence Rosemberg y Estela Troya en: Jóvenes y procesos migratorios: “Nosotros perdimos la
patria” ¿Quedará siempre esa ausencia?”, ed. María Isabel Castillo e Isabel Piper, ed. ILAS,
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etnicidad o cultura. El grado de especificación en cada caso y en cada familia se
traduce en un trabajo empobrecido y peligroso que no deja lugar a las
comparaciones.
La tercera postura es la étnica. Las diferencias familiares se atribuyen a la
etnicidad4 e investiga los rasgos característicos de cada grupo étnico. En esta
visión se enfatizan las similitudes entre los miembros de un mismo grupo étnico.
Este lente puede resultar enriquecedor o limitante dependiendo de la manera
como se aplique la información acerca de las características étnicas en el
encuentro terapéutico. Si el terapeuta utiliza esta información de una manera
estereotipada y prejuiciada y espera que el miembro(s) de un grupo étnico se
comporte de una manera específica, esto lo llevaría a ignorar otras variables
importantes como: clase social, relaciones interétnicas y religión entre otras.
Por otro lado, si utilizamos estos conceptos como un cúmulo de información,
el enfoque étnico puede resultar útil y creativo. Nos gustaría subrayar que la
importancia de las variables étnicas se encuentran íntimamente ligadas al
contexto sociopolítico.
En el caso de los adolescentes puertorriqueños de los que hablamos
anteriormente, la sensibilidad de la escuela en relación a la cultura latina llevó a
la resolución del problema. Por otro lado en el caso de los refugiados
vietnamitas en Boston con los que trabajé (Sylvia London), donde existía un
programa basado en información étnica y cultural que entrenaba al personal
escolar acerca de los posibles problemas que enfrentaba este grupo migratorio,
el programa no resultó ser tan exitoso como se esperaba debido a una
sobregeneralización basada en la postura étnica que perdió de vista la
experiencia idiosincrática de cada familia y el lugar que tenían en la estructura
social de su lugar de origen, por ejemplo, clase o raíces rurales o urbanas.
El cuarto enfoque es el multidimensional. En esta visión la cultura se define
Chile, 1996. 4 La etnicidad es la identificación y clasificación de cualquier grupo o categoría de personas, y
el contraste explícito o implícito que se hace entre ese grupo identificado y otro grupo o
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como el conjunto de miradas compartidas, conductas adaptativas y significados
derivados de la participación simultánea en una multiplicidad de contextos tales
como: origen rural-urbano, lengua, edad, género, cohorte, configuración,
etnicidad, religión, etnicidad, estatus socioeconómico, educación, ocupación,
orientación sexual, ideología política, migración y estado de aculturación.
¿Acaso es posible sostener todos esos lentes simultáneamente? Con el objeto
de lograr esta difícil y retadora tarea sugerimos que el terapeuta se convierta en
un profesional transdisciplinario5 ya sea incorporando saberes de otras
disciplinas o formando equipos transdisciplinarios para aclarar, complejizar y
amplificar los significados de las prácticas derivadas de las variables
mencionadas. Esto nos llevará a una praxis comprometida y responsable.
Nos gustaría compartir un ejercicio para terapeutas interesados en desarrollar
un marco transdisciplinario. Éste consiste en una serie de preguntas:
1. Identifica la cultura(s) a la que perteneces, de acuerdo a etnicidad, religión,
clase, etcétera. ¿Cómo describirías el impacto que esta cultura(s) ha tenido en
tu vida? ¿Cómo esta cultura ha formado tu manera de estar en el mundo?
2. Si identificas la pertenencia a más de una cultura, explora cómo las
diferentes culturas se relacionan e influyen en tu identidad personal.
3. ¿Cuáles son los prejuicios más comunes que se relacionan con esa
cultura?
4. ¿Cuál es el impacto que tienen esos prejuicios en tu relación con esa
cultura? ¿Cómo afectan tu sentido de pertenencia?
Pensar en estas preguntas puede ser el primer paso hacia la sensibilización
de la pertenencia a tu cultura, redes, y la manera como te relacionas con tu
mundo y tu profesión. Este ejercicio no estaría completo si olvidamos incluir tu
relación con el mundo de la terapia.
categoría. Tiene que haber una dicotomía “nosotros”, “ellos”, para poder aplicar el concepto de etnicidad. 5“Nivel transdisciplinario que permite concebir, al mismo tiempo, tanto la unidad como la
diferenciación de las ciencias, no solamente según la naturaleza material de su objeto, sino también según los tipos y las complejidades de los fenómenos de asociación / organización” (Morin, E. 1990:42)
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Otra manera de alcanzar esta postura multidimensional podría ser definir el
rol del terapeuta como un psicólogo-etnógrafo6 esto significa que el terapeuta se
sienta en el consultorio primero como persona, con sus creencias y valores,
después como etnógrafo que provee una amplia cosmovisión del mundo que
incluye múltiples experiencias insertadas en diferentes lenguajes culturales, y
finalmente como terapeuta que posee las habilidades de facilitar un espacio
conversacional.
Para explicar el impacto de la cultura en el marco del terapeuta, escogimos
arbitrariamente dividirlo en dos categorías:
a. La cultura de la terapia definida por el contexto social en la que ésta se
practica (marcos epistemológicos occidentales).
b. La cultura del terapeuta, su marco conceptual y teórico. La manera como
define la conducta humana y su práctica terapéutica y, finalmente su historia de
vida, su bagaje cultural, su sistema de creencias y valores, todo esto
relacionado con la cultura global y local.
Conclusiones
La idea de este trabajo fue la de presentar al terapeuta como un psicólogo-
etnógrafo con la intención de crear un puente para incluir ideas
transdisciplinarias como recursos en el consultorio y en la persona del
terapeuta. Éste enriquecerá su práctica a través de un análisis constante de las
múltiples variables y de la manera como éstas influyen en sus ideas, su manera
de estar en el mundo, su relación con su cultura, con el mundo de la terapia,
con la cultura del consultante y la cultura donde el encuentro terapéutico tiene
lugar.
La terapia desde esta perspectiva, provee la oportunidad para que dos o más
personas con diferentes cosmovisiones puedan estar en desacuerdo con
6 La etnografía es el trabajo de descripción de una cultura. El objetivo de la etnografía como
afirma B. Malinowski es comprender el punto de vista nativo, su relación con la vida y entender la visión de su mundo. Más que estudiar personas, la etnografía significa aprender de las
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apertura a las posturas de los otros.
El enfoque multidimensional de la terapia facilita y exhorta posturas diversas
y complejas valorando las diferencias y utilizándolas como recursos. También
permite más de una respuesta a un problema y más de una manera de alcanzar
soluciones. La diversidad de las culturas enriquece las posibilidades, más aún,
ayuda a conceptualizar cada encuentro terapéutico como único y transcultural
valorando la variedad de las experiencias de vida.
La riqueza de esta conceptualización reconoce que la falta de aceptación de
otros puntos de vista puede tener consecuencias graves con sus limitaciones
políticas e ideológicas como la xenofobia y el racismo.
Concebimos a la cultura como un entramado complejo con múltiples roles y
pertenencias sociales que la gente asume en diferentes tiempos y espacios. La
cultura se construye de una manera dinámica en la coexistencia cotidiana.
Además, este enfoque, reconoce el significado de las diferencias intragrupales
para cada grupo étnico, clase, condición migratoria y nacionalidad.
Finalmente, enfatiza que no existe un estilo terapéutico ni una teoría o
escuela en terapia que sea apropiada para todas las poblaciones y todas las
situaciones.
personas...La etnografía es una cultura-estudio de la cultura...Está basada en el presupuesto siguiente: el conocimiento de todas las culturas es valioso. (Spradley, J. 1979:4-5).
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MIGRACIÓN Y CULTURA: IMPLICACIONES PARA LA PRÁCTICA
TERAPÉUTICA
Noviembre 1998
Sylvia London Florence Rosemberg
Universidad Nacional Autónoma de
México (UNAM)
Campos Eliseos 430-401
Col. Polanco 11560
Mexico City, MEXICO
E-Mail: [email protected].
Escuela Nacional de Antropología e
Historia (ENAH)
Andrés Bello 9-19
Col. Polanco 11560
Mexico City, MEXICO
E-Mail: [email protected]
Las autoras están citadas por orden alfabético.
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