Migrante Entre Las Demás

Embed Size (px)

Citation preview

  • 7/26/2019 Migrante Entre Las Dems

    1/35

  • 7/26/2019 Migrante Entre Las Dems

    2/35

    MIGRACIN Y DESARROLLO, VOL. 10, NO. 18

    2012 PRIMER SEMESTRE6

    Abstract

    Nowadays, the exercise of prostitution is almost always linked to mi-

    gration and mobility. Tese displacements and the human dramas theyinvolve are usually analyzed from the perspective of trafficking and co-

    ercion. However, these aspects do not determine all migration flows in

    Bolivia, where the sex trade is a rather marginal outcome of traffic. aking

    into account the sociodemographic characteristics (age, education level

    and mobility) of the people lawfully practicing prostitution in Bolivia

    (mostly women), we intend to trace migrationrelated behaviors of eco-

    nomically active women in this country. Tis is not just to understand the

    territorial configuration of the sex trade, but also to restore some socialfeatures to a category of people who tend to fade behind prejudices.

    Keywords:Bolivia, sex workers, migration, prostitution, life strategies.

  • 7/26/2019 Migrante Entre Las Dems

    3/35

    MIGRACIN Y DESARROLLO, VOL. 10, NO. 18

    2012 PRIMER SEMESTRE 7

    Hoy en da, el ejercicio de la prostitucin est casi siempre liga-

    do a migraciones y movilidades. Dadas las formas en que seha constituido, en el siglo pasado, la mirada sobre este fen-

    meno, y debido a los dramas humanos que conllevan (Schettini, 2005),estos desplazamientos son analizados especialmente desde la perspec-tiva del trfico y de la coercin directa; sin embargo, estos aspectos nodeterminan todos los flujos. En Bolivia, el trfico organiza una franjabastante marginal del mercado del sexo.

    Este artculo se propone, entonces, reubicar los comportamientos

    de las personas que ejercen legalmente la prostitucin en Bolivia casi todas mujeres dentro del estudio de las estrategias migratorias

    de las mujeres econmicamente activas de este pas, partiendo de sus

    caractersticas sociodemogrficas (edad, nivel de educacin y movili-

    dad). Con esto se busca no solamente alcanzar una comprensin ms

    completa de la configuracin territorial del mercado del sexo, sino res-

    tituir a este grupo humano algunas de sus coordenadas sociales, las

    cuales tienden a desvanecerse tras los prejuicios construidos alrededor

    de su marginalidad.

    Para esta investigacin, nos hemos basado en la sistematizacin delas fichas individuales elaboradas por el personal mdico de los consul-torios del programa nacional ITS/VIHSida,1 donde las trabajadorassexuales2 tienen que actualizar cada semana su libreta de salud. Untrabajo de campo etnogrfico permiti afinar el anlisis.

    1. Agradecemos a los responsables de los programas ITS/VIHSida y de los Servicios

    Departamentales de Salud (SEDES) que permitieron llevar a cabo este censo.2. Las mujeres que se prostituyen en Bolivia empezaron a adoptar, a fines de los aosnoventa, la denominacin de trabajadora sexual bajo el impulso de los servicios na-cionales de salud, siguiendo el uso de organismos multilaterales como la ONUSIDAy la Organizacin Internacional del Trabajo (OIT). En Bolivia, la tenencia de estable-cimientos de prostitucin es legal pero su ejercicio no se inscribe en el marco de laLey General del Trabajo. Ms all del debate ideolgico, empleamos ac el trminotrabajadora sexual para ubicar analticamente la prostitucin dentro del mercadolaboral, mientras que conservamos prostituta o puta cuando nos referirnos a lasconstrucciones sociales.

  • 7/26/2019 Migrante Entre Las Dems

    4/35

    PASCALE ABSI, HUBERT MAZUREK Y NOEM CHIPANA

    MIGRACIN Y DESARROLLO, VOL. 10, NO. 18

    2012 PRIMER SEMESTRE8

    Hasta hace no mucho tiempo, las prostitutas bolivianas tenan que usar

    el mantn negro que caracteriza los registros fotogrficos policiales delos aos treinta como prenda distintiva (ParedesCanda, 1998). Hace

    menos tiempo an, a finales de los aos noventa, estaban enclaustradas.

    odava hoy, dentro de las ciudades se asignan espacios particulares a

    los lenocinios. Estas medidas se inscriben en el marco de una poltica

    reglamentarista3cuyo inters por regular la prostitucin conforma la ins-

    titucin de una frontera tangible entre las prostitutas y la gente decente.

    Esta segregacin ha llevado implcita la idea de que las prostitutas

    son, por naturaleza, diferentes de las otras mujeres. Los antroplogosfsicos de los siglos XIX y XX buscaban en sus cuerpos medicin de lacara y de los rganos sexuales, caractersticas de la pilosidad, etctera,los rastros naturales de su propensin al sexo venal (Lombroso, 1991[1895]; Dorlin, 2003); por su parte, los psiclogos se encargaban de ha-cer coincidir estos rasgos del cuerpo con alteraciones de la mente. Porsupuesto, se recurra tambin a explicaciones econmicas, pero tenaque haber algo irreductible a los factores externos que explicara por qualgunas mujeres se animan a dar el paso y otras no.

    En la actualidad, las perspectivas se han transformado. Los anlisissobre este fenmeno ponen mayor nfasis en el contexto socioecon-mico en que se produce la entrada en la prostitucin, mientras que losfactores psicolgicos ya no son vistos como parte del patrimonio biol-gico de las personas, sino como el resultado de su trayectoria familiar.No obstante, es necesario reconocer tambin que no ha desaparecidodel todo la idea de que existe algo que les es propio y que las cienciashumanas podran desvelar.

    3. O sea, el reconocimiento legal de los establecimientos de prostitucin. En Bolivia, loslenocinios son reglamentados por las municipalidades, las cuales otorgan permisos y

    vigilan el cumplimiento de requisitos, como el pago de impuestos, la exclusin de me-nores de edad y de quienes no tienen al da la libreta de salud. El reglamentarismo noimplica el reconocimiento de los empleados como trabajadores respaldados por la leygeneral del trabajo (ver nota 2).

  • 7/26/2019 Migrante Entre Las Dems

    5/35

    MIGRANTE ENTRE LAS DEMS. LA CATEGORA PROSTITUTA A PRUEBA DE LAS ESTADSTICAS

    MIGRACIN Y DESARROLLO, VOL. 10, NO. 18

    2012 PRIMER SEMESTRE 9

    Sin embargo, hace tiempo que los socilogos refutaron la idea de quela realizacin de un acto transgresivo como lo sera la prostitucin,de acuerdo con las normas sociales hegemnicas tiene necesariamen-

    te que entenderse en relacin con caractersticas propias de quienes lollevan a cabo (Becker, 2009 [1963]). De hecho, la trasgresin no es unacualidad intrnseca del acto, ni del actor en s, sino de lo que en un con-texto dado se entiende por legtimo o no. As, opciones que para algu-nos analistas demuestran el fracaso de la socializacin de los gruposprimarios, como el robo o la prostitucin, pueden entenderse, desdeotro punto de vista, como elecciones racionales para enfrentar una si-tuacin particular (Kessler, 2004:31). Por esta razn, el nico rasgo que

    con seguridad encontraremos compartido entre todos los que cometenla misma trasgresin es el de poder ser identificados como transgreso-res. Para el caso que nos interesa, es el de poder ser etiquetados comoprostituta/o y haberse apropiado, de una manera u otra, esta etiquetaidentitaria (Becker, 2009 [1963]).

    Centrar el anlisis sobre las caractersticas de los individuos per-

    sonales o sociales conlleva descuidar el contexto sociopoltico espe-

    cfico donde cobran vida. Es claro, por otra parte, que los estudios que

    adoptan esta perspectiva no se olvidan de denunciar las asignaciones de

    gnero que construyen la sexualidad femenina al servicio de necesidades

    masculinas supuestamente naturales y restringen el acceso de las muje-

    res a otras fuentes de recursos. De hecho, entre las casi 2,5004personas

    registradas por nuestra investigacin, no hemos logrado identificar ms

    de 35 hombres,5muy pocos como para poder aislarlos en el anlisis. Ade-

    ms de reflejar la ley de la demanda la mayor parte de los clientes son

    hombres heterosexuales, estas cifras hablan tambin del desencuentro

    entre la creciente demanda de trabajo por parte de las mujeres y la fal-

    ta de oportunidades que las espera en el mercado laboral. En Bolivia,este fenmeno ha contribuido a aumentar significativamente el nmero

    de prostitutas bolivianas a lo largo de los ltimos 20 aos. Sin embar-

    go, muchas investigaciones no logran ir mas all de esta constatacin

    4. Logramos analizar 2,474 fichas.5. Son garzones homosexuales que se prostituyen ocasionalmente, as como algunostravestis (sobre todo en Cochabamba y Santa Cruz).

  • 7/26/2019 Migrante Entre Las Dems

    6/35

    PASCALE ABSI, HUBERT MAZUREK Y NOEM CHIPANA

    MIGRACIN Y DESARROLLO, VOL. 10, NO. 18

    2012 PRIMER SEMESTRE10

    para articular las trayectorias individuales con factores nada universales,

    como pueden ser, para el caso boliviano, la inexistencia de servicios ins-

    titucionales que ayuden a las mujeres a atravesar momentos difciles, las

    transformaciones del tejido social o la creciente presin de estndares devida y de consumo relacionados con la urbanizacin.

    Tales parmetros, y los otros muchos que enuncian los estudios so-bre prostitucin, no actan de la misma manera, ni simultneamente,en las trayectorias individuales, lo que imposibilita generalizar algunasvariables aisladas, aun articulaciones recurrentes, como la causa por lacual ciertos individuos dan el paso: observar que muchas mujeres queejercen la prostitucin provienen de hogares humildes o que han sido

    vctimas de violencia familiar no basta para hacer de la pobreza o de laviolencia familiar en s un determinante de la prostitucin. Resulta muyproblemtica la extrapolacin de relaciones vlidas en un nivel macropara explicar hechos individuales, como se ha demostrado para el nexoentre desempleo y delincuencia (Kessler, 2004). Constatar, a la inversa,que los datos estadsticos no permiten siempre distinguir las personasque se prostituyen de las que no, no implica tampoco que haya que vol-ver a predisposiciones sicolgicas individuales como las que fundamen-tan la figura de la prostituta histrica, la loca del lenguaje popular.Prejuicios como el de problemas hormonales, ninfomana, flojerao inclinacin por la vida festiva siguen alimentando la idea de queciertas mujeres estn hechas para putas, sin interrogar la adecuacinvoluntaria de las mujeres al personaje social de la prostituta.

    Entonces, la entrada en la prostitucin combina de manera diferentepara cada caso y, por ende, no generalizable, elementos de la estructurasocial macro el lugar que otorga la sociedad a las mujeres tanto en surelacin con la sexualidad masculina como con la familia, la escuela y el

    mercado del trabajo con contextos nacionales histricamente ancla-dos (polticas pblicas, procesos sociales, etctera), trayectorias sociales(origen, nivel de estudio, posicin en la familia, edad al nacimiento delprimer hijo, etctera), as como experiencias y construcciones indivi-duales siempre nicas. Es en esta alquimia, refractaria a cualquier es-tadstica ni reflejo de estructuras ms amplias ni azar de los aconte-cimientos que se produce el incidente, el encuentro o la oportunidad

  • 7/26/2019 Migrante Entre Las Dems

    7/35

    MIGRANTE ENTRE LAS DEMS. LA CATEGORA PROSTITUTA A PRUEBA DE LAS ESTADSTICAS

    MIGRACIN Y DESARROLLO, VOL. 10, NO. 18

    2012 PRIMER SEMESTRE 11

    que hace dar el paso. De hecho, a la preguntapor qu, muchas mujeresempiezan a responder hablando de la persona (amigo de la infancia,vecino o conocido, generalmente mujer) que les abri las puertas del

    ambiente, resaltando la importancia decisiva de redes sociales que es-capan a toda perspectiva cuantitativa. Explican su situacin ms comoel resultado de un incidente en su trayectoria, una crisis personal, que atravs de factores estructurales ms amplios, lo cual es finalmente carac-terstico del contexto neoliberal.6

    Las amigas que funcionan como intermediarias de la entrada en laprostitucin corresponden ms a mecanismos informales de enganche(no siempre remunerados)7que a lo que se llama convencionalmente el

    trfico de personas, el cual supone un grado de coaccin mayor (redesorganizadas de reclutadores, confiscacin de papeles, relaciones sexua-les forzadas, etctera). Sin negar la existencia de tal trfico en Bolivia, losmecanismos de entrada en la prostitucin que observamos durante loscuatro aos de nuestra investigacin etnogrfica, generalmente no co-rresponden a este esquema, salvo en casos aislados de menores de edad,destinadas sobre todo a establecimientos de Santa Cruz (capital econ-mica de las tierras bajas, cercana a Brasil) o a otros pases fronterizos.

    Por supuesto, puede parecer tenue la frontera entre el trfico propia-mente dicho y los engaos de las agencias de empleo que prometenun trabajo de mesera o las mentiritas de los intermediarios que slomencionan el hecho de acompaar a los hombres a tomar. Sin embargo,la gran mayora de las mujeres con quienes hemos hablado coinciden enque tenan alguna idea de dnde se metan; en todo caso, pudieron ha-berse dado la vuelta y no lo hicieron. Esta configuracin vuelve posibley pertinente la comparacin estadstica entre las trabajadoras sexualesy las dems mujeres; autoriza, adems, a hablar de estrategias laborales.

    6. Favorecido por la valoracin oficial del autoempleo, el hecho de asumir que su situa-cin econmica es antes que todo una responsabilidad individual es comn entre loscuentapropistas bolivianos.7. A veces, los administradores de los locales mandan un conocido a buscar mujeres enlos establecimientos nocturnos de otras ciudades (u otros pases). Ms frecuentementeson, sin embargo, las mismas trabajadoras quienes actan como intermediarias, y nosiempre a cambio de una comisin, pues consideran que la prostitucin es una salidaeconmica para las mujeres en dificultad.

  • 7/26/2019 Migrante Entre Las Dems

    8/35

    PASCALE ABSI, HUBERT MAZUREK Y NOEM CHIPANA

    MIGRACIN Y DESARROLLO, VOL. 10, NO. 18

    2012 PRIMER SEMESTRE12

    Los datos que aqu se presentan fueron compilados entre 2003 y 2005

    con base en las fichas personales o crdex de los trabajadores sexua-les registrados en los programas ITS/VIHSida de las nueve capitales dedepartamento del pas, as como en la ciudad de El Alto.8La mayor parteson personas que ejercen en lenocinios y clubes nocturnos, donde lalibreta de salud es regularmente controlada, pero las cifras contemplantambin las trabajadoras de la calle y las que se reclutan por el peridicoy acuden a los exmenes mdicos. De hecho, una misma persona puedeoscilar entre estas varias estrategias.

    La informacin disponible no permite cruzar los crdex de un aoa otro para realizar un seguimiento o una estimacin de la entradaanual en la prostitucin; adems, para algunos aos, esta informacinpuede ser muy incompleta y tampoco se logra siempre eliminar los do-bles cuando una persona est registrada en varios lugares. Por ello, lamuestra no tiene que ver con el nmero total de personas que ejercen laprostitucin en Bolivia; se trata de una estimacin cuantitativa utilizablepara un estudio relativo entre ciudades. De hecho, debido a las caracte-rsticas de los crdex y a la gran cantidad de clandestinos que ejercende manera ocasional en circuitos no oficiales o en provincias alejadasde las oficinas de los programas ITS/VIHSida, es imposible cifrar elnmero de trabajadores sexuales.9 Por ende, estas personas tampocoaparecen en nuestro estudio, lo que deja de lado gran parte del territorionacional; no obstante, la gran movilidad de las trabajadoras sexuales alo largo del pas nos permite plantear la representatividad de la muestra.

    8. La informacin es muy heterognea de una ciudad a otra. Generalmente se seala el

    nombre, la fecha de nacimiento o la edad, el lugar de trabajo, el nivel de estudios y el ori-gen geogrfico; sin embargo, mientras algunos registran el departamento de nacimientoo el nombre del pueblo, otros contienen fotocopias de los carnetsque permiten obtenerdatos ms finos, en particular, el nombre del municipio; por ello, el lugar de origen fuecodificado a nivel de la provincia nivel intermedio suficiente para tener una buena ideade la distribucin espacial, en la medida en que el municipio no siempre est indicado.9. Slo para dar una escala, en ciudades intermedias como Sucre, Tarija o Potos (de 140mil a 170 mil habitantes), existe una decena de lenocinios legales compartidos por 100 a150 mujeres. Estas cifras son mayores, por supuesto, en aglomeraciones como La Paz, ElAlto o Santa Cruz, que cuentan con un milln de habitantes, aproximadamente.

  • 7/26/2019 Migrante Entre Las Dems

    9/35

    MIGRANTE ENTRE LAS DEMS. LA CATEGORA PROSTITUTA A PRUEBA DE LAS ESTADSTICAS

    MIGRACIN Y DESARROLLO, VOL. 10, NO. 18

    2012 PRIMER SEMESTRE 13

    Por su parte, la investigacin etnogrfica se apoya en observacionesy entrevistas que se llevaron a cabo entre 2005 y 2009, principalmenteen Potos y Sucre. Unas 40 historias de vida permiten afinar el anlisis

    de los datos cuantitativos.

    En su gran mayora, las trabajadoras sexuales registradas han nacido en

    zonas urbanas (ver mapa 1): el 64.7% proviene de una capital depar-

    tamental, 41% de municipios de ms de 500 mil habitantes y 70% de

    municipios de ms de 50 mil. La distribucin geogrfica de los lugares

    de nacimiento muestra una clara concentracin en torno a la ciudad deSanta Cruz y a la aglomeracin La PazEl Alto, con 43% de las trabajado-

    ras. En realidad, esta distribucin refleja en gran medida la distribucin

    geogrfica de la poblacin femenina total (Pereira y Montao, 2004).

    Constatar que la prostitucin en zona urbana es un hecho de mujeresoriundas de zonas urbanas contradice la idea segn la cual el camposera un vivero para los lenocinios. Adems, se evidencia un nexo entrela proximidad de los lugares de nacimiento y una ciudad grande: lasprovincias ms alejadas de los grandes centros urbanos en particularen el Altiplano y en los valles de Chuquisaca casi no proveen trabaja-doras sexuales. La proximidad de un mercado del sexo, donde circula lainformacin, parece entonces esencial para la entrada en la prostitucin.

    El mapa 1 muestra la distribucin del nmero de trabajadoras sexua-les registradas segn su provincia de nacimiento. El nivel gris indica laratio, por cada provincia, entre este nmero y la poblacin femenina delmismo rango de edad (expresado por mil). Estos datos permiten reali-zar tres observaciones:

    La primera tiene que ver con la distribucin de la ratio (trabajadoras

    sexuales/nmero total de mujeres) en las capitales de departamento. Se

    puede observar una ratio promedio alrededor de 0.46 por mil en

    la mayora de las capitales de departamento, pero con dos particula-

    ridades en la distribucin: una ratio ms baja en el caso de La PazEl

    Alto, y una ratio importante en el caso de las ciudades de tierras bajas

  • 7/26/2019 Migrante Entre Las Dems

    10/35

    PASCALE ABSI, HUBERT MAZUREK Y NOEM CHIPANA

    MIGRACIN Y DESARROLLO, VOL. 10, NO. 18

    2012 PRIMER SEMESTRE14

    (Santa Cruz, rinidad, Riberalta). As, esta ratio muestra una tendencia

    a entrar en la prostitucin ms marcada en Santa Cruz que en La Paz;

    A nivel de las provincias, aparecen de manera muy clara provincias

    mineras (Rafael Bustillos, Pantalen Dalence), comerciales o fronte-rizas (Sur Chichas, Gran Chaco, Vaca Diez o German Bush) en lasque se da una sobrerrepresentacin de trabajadoras sexuales en re-lacin con la poblacin femenina. Resalta tambin la relativa impor-tancia de las provincias que conocen procesos de colonizacin de latierra, en particular la zona de YapacaniEl Chor, las provincias delBeni, del Norte La Paz y de los Yungas. Por ende, las mujeres que ejer-cen la prostitucin nacen, en gran medida, en regiones que tienen un

    movimiento econmico importante o son atractivas en relacin conla migracin interna. Se sabe que las provincias organizadas en tornoa una fuerte especializacin productiva (la minera, la colonizacinagrcola, el comercio fronterizo), son al mismo tiempo particular-mente vulnerables a las crisis: atraen a los migrantes en pocas deauge y expulsan a la poblacin cuando se derrumba su actividad eco-nmica. De hecho, las historias de vida muestran que gran parte delas trabajadoras sexuales que nacieron en estas provincias son hijas demigrantes originarios del campo o de aglomeraciones ms pequeas.De esta manera, las ciudades de estas provincias constituyeron unaetapa en una trayectoria de migracin familiar que culmina con elpaso hacia la gran ciudad, donde las mujeres fueron registradas, aun-que hubieran nacido en ciudades de provincia. Se trata de un com-portamiento comn dentro de la poblacin migrante en Bolivia, parala cual las ciudades intermediarias suelen ser una etapa de transicin,tantopara el circuito de migracin como para la movilidad pendu-lar, hacia ciudades ms grandes como las capitales de departamento

    (Castro Rovira, 1996; Instituto Prisma, 2002; Ministerio de Desarro-llo Sostenible y Planificacin, 2002; Mazurek, 2008), y

    La baja proporcin de mujeres nacidas en las zonas ms deprimidasdel pas, especialmente en el rea rural, contradice la hiptesis segnla cual la probabilidad de dedicarse a la prostitucin crece conjunta-mente con el nivel de pobreza. No cabe duda que la falta de dinero yde oportunidad econmica desempea un rol esencial en la decisin

  • 7/26/2019 Migrante Entre Las Dems

    11/35

    MIGRANTE ENTRE LAS DEMS. LA CATEGORA PROSTITUTA A PRUEBA DE LAS ESTADSTICAS

    MIGRACIN Y DESARROLLO, VOL. 10, NO. 18

    2012 PRIMER SEMESTRE 15

    de ingresar en la prostitucin, pero se articula con factores ligados almundo urbano, como la migracin, las promesas del consumo y delascenso social.

    En resumen, la ciudad o, ms an, la gran ciudad, es a la vez mercadodel sexo y un vivero para el ejercicio de la prostitucin. Las ciudadesintermedias juegan un papel de transicin desde la provincia pequeahacia la gran ciudad.

    Nmero de trabajadoras sexuales registradassegn lugar de nacimiento (por provincia)

    Fuente: Datos de los programas ITS/VIHSida, 2004. Elaboracin propia. Las cifras pueden serdiferentes a las de los cuadros, en la medida en que algunas fichas no han podido ser ubicadasgeogrficamente. Realizacin: IRD, PA/HM.

  • 7/26/2019 Migrante Entre Las Dems

    12/35

    PASCALE ABSI, HUBERT MAZUREK Y NOEM CHIPANA

    MIGRACIN Y DESARROLLO, VOL. 10, NO. 18

    2012 PRIMER SEMESTRE16

    Las trabajadoras extranjeras

    Bolivia no es un destino atractivo para los candidatos a la migracin

    internacional y tampoco lo es para los trabajadores sexuales. De nuestramuestra, slo 208 personas (8.5% del total censado) entre las cualesno hemos podido identificar hombres provienen del extranjero (vertabla 1). Ms de la mitad (105) son brasileas que trabajan en Cobija;en su gran mayora (89), son originarias del estado de Acre. Este efectode proximidad se observa en otras ciudades de frontera que escapan anuestra muestra.10

    Nmero de extranjeras registradas

    Brasil 125

    Argentina 26

    Per 21

    Ecuador 14

    Paraguay 11

    Colombia 5

    Chile 1

    Cuba 1

    TOTAL 208

    10. Roth y Fernndez (2004) identifican tres rutas de migracin transfronteriza desdeBrasil: una se origina en el estado de Acre, en las ciudades de Ro Branco, Brasileia,Epitasolandia y Assis Brasil, para terminar en Cobija; la segunda relaciona el estado deRondonia, desde las ciudades de Puerto Velho, Presidente Medici, Cerejeiras y GuajarMirim, con Guayaramern; la tercera ruta vincula Cuiab y Cceres, en el estado deMato Grosso, con San Matas, en el Departamento de Santa Cruz, y Campo Grande,Miranda y Corumb, en el estado de Mato Grosso del Sur, con Puerto Surez, en el De-partamento de Santa Cruz. En el caso de Argentina, los pasos de frontera ms notoriosson PocitosYacuiba; OranBermejo y La QuiacaVillazn.

  • 7/26/2019 Migrante Entre Las Dems

    13/35

  • 7/26/2019 Migrante Entre Las Dems

    14/35

    PASCALE ABSI, HUBERT MAZUREK Y NOEM CHIPANA

    MIGRACIN Y DESARROLLO, VOL. 10, NO. 18

    2012 PRIMER SEMESTRE18

    Adems de los movimientos pendulares de las mujeres que trabajan

    cerca de las fronteras de sus pases de origen, a los que vuelven a menudo,

    observamos tambin migraciones transfronterizas ms puntuales, como

    el caso de las brasileas que llegan para Carnaval. Las que se instalan enBolivia suelen seguir el patrn de migracin interna de sus compaeras

    bolivianas, lo que explica la presencia de extranjeras a lo largo del pas.

    Desde el fin del rgimen de enclaustramiento de los aos noventa, lastrabajadoras sexuales pueden cambiar libremente de lugar de trabajo.

    Esta posibilidad se traduce en frecuentes desplazamientos que les per-miten tentar suerte en otras ciudades cuando el negocio decae, cuandolos clientes estn aburridos de ver las mismas caras, o por el gusto dedescubrir nuevos horizontes. Existe una regla tcita que aleja las muje-res de la ciudad donde han nacido: el miedo a ser descubiertas por pa-rientes o conocidos. Los datos de los crdex arrojan algunas luces sobrelas lgicas de este nomadismo.

    En la tabla 2 se establece la ratio entre el nmero de trabajadorassexuales registradas segn lugares de trabajo y la poblacin de referen-cia (mujeres urbanas entre 20 y 34 aos) de las mismas ciudades. Laratio atestigua la fuerte atraccin de las ciudades mineras Potos yOruro, lo que confirma la capacidad de las trabajadoras sexuales paraseguir los flujos econmicos. Hay que notar que nuestros aos de refe-rencia (20042005) corresponden al despegue de los precios internacio-nales de los minerales. Centenares de hombres solos haban llegado a lasminas, sumndose a los clientes habituales. Las historias de vida mues-tran que el cultivo de la hoja de coca ha desempeado un rol similar al

    principio de 2000, cuando dinamiz el mercado del sexo en las zonas decolonizacin, sobre todo en los trpicos del Chapar.

    Los casos de arija, rinidad y, sobre todo, de Cobija que tambin

    tienen una ratio de trabajadoras sexuales muy superior al promedio

    son de ms difcil interpretacin, debido al bajo volumen de la muestra.

    Quizs la atraccin tenga que ver con su situacin de ciudades de transi-

    cin: pionera, en el caso de rinidad, y fronterizas, en los dos otros casos.

  • 7/26/2019 Migrante Entre Las Dems

    15/35

    MIGRANTE ENTRE LAS DEMS. LA CATEGORA PROSTITUTA A PRUEBA DE LAS ESTADSTICAS

    MIGRACIN Y DESARROLLO, VOL. 10, NO. 18

    2012 PRIMER SEMESTRE 19

    Nmero de trabajadoras sexuales registradas, de mujeres urbanas de 20 a 34 aos

    y ratio segn el lugar de trabajo

    Potos 311 17240 18,0

    Cobija 26 2599 10,0

    Trinidad 87 9424 9,2

    Oruro 237 26448 9,0

    Sucre 120 27943 4,3

    Tarija 88 19276 4,6

    Santa Cruz 686 162839 4,2

    Cochabamba 205 73249 2,8

    La Paz 305 114258 2,7

    El Alto 198 88887 2,2

    ,

    Las tablas y la grfica siguientes permiten vislumbrar algunas carac-tersticas de la movilidad de las trabajadoras sexuales, entre lugar denacimiento y lugar de trabajo. La primera es la centralidad de la mi-gracin: casi 68% de las mujeres registradas ejercen la prostitucin enun departamento diferente al de origen, a lo cual se aade el 17.9% delas que han nacido en el mismo departamento, aunque no en la ciudaddonde trabajan (tabla 3). Para la mayora de las mujeres que provienen

    de ciudades de menos de 100 mil habitantes (aproximadamente el 50%de la muestra), la prostitucin implica una residencia en una ciudadms grande que la de su origen. Esta constatacin confirma el carcterurbano del fenmeno de la prostitucin.

  • 7/26/2019 Migrante Entre Las Dems

    16/35

    PASCALE ABSI, HUBERT MAZUREK Y NOEM CHIPANA

    MIGRACIN Y DESARROLLO, VOL. 10, NO. 18

    2012 PRIMER SEMESTRE20

    Procedencia de las trabajadoras sexuales segn ciudades de trabajo

    Sucre 84,3 7,8 7,8

    La Paz 49,8 12,5 37,7

    El Alto 37,4 62,1 0,5

    Cochabamba 80,0 16,1 3,9

    Oruro 83,1 4,2 12,7

    Potos 90,5 5,6 3,9

    Tarija 69,3 13,6 17,0

    Santa Cruz 30,6 20,6 48,8

    Trinidad 67,1 18,8 14,1

    Cobija 84,6 11,5 3,8

    , , ,

    La grfica 1 representa dos informaciones: 1) la proporcin de mujeresnacidas en la ciudad donde estaban trabajando en los aos de referencia

    de la investigacin (ms del 33% para el crculo grueso, entre el 10 y el33% por el crculo ms fino, y menos del 10% para el resto de las ciuda-des); y 2) los flujos entre ciudades, representados por las flechas; los mssignificativos estn representados por las flechas gruesas (segn la tabla4); otros, tambin significativos, por las flechas ms finas; los importan-tes en cantidad (aunque no significativos en el sentido estadstico), serepresentan con las flechas en trazo punteado.

  • 7/26/2019 Migrante Entre Las Dems

    17/35

    MIGRANTE ENTRE LAS DEMS. LA CATEGORA PROSTITUTA A PRUEBA DE LAS ESTADSTICAS

    MIGRACIN Y DESARROLLO, VOL. 10, NO. 18

    2012 PRIMER SEMESTRE 21

    Representacin de los flujos migratorios entre ciudades de las trabajadoras sexuales

    Matriz de movilidad entre lugar de nacimiento y lugar de trabajo

    Chuquisaca 18 7 4 5 4 15 7 23 0 0 83 78,3La Paz 14 153 124 34 73 35 4 31 0 0 468 40,8Cochabamba 8 25 7 41 22 40 6 50 3 0 202 79,7Oruro 4 8 14 15 40 12 3 11 1 0 108 63,0Potos 17 9 12 18 20 29 5 17 2 0 129 77,5Tarija 2 7 2 9 4 14 27 28 3 0 96 71,9Santa Cruz 47 74 23 66 59 127 32 476 48 0 952 50,0Beni 5 22 10 15 15 34 4 50 28 22 205 86,3Pando 0 0 2 2 0 0 0 0 0 4 8 50,0Total 115 305 198 205 237 306 88 686 85 26 2251Nacidosfuera

    84,3 49,8 37,4 80,0 83,1 90,5 69,3 30,6 67,1 84,6 %

  • 7/26/2019 Migrante Entre Las Dems

    18/35

    PASCALE ABSI, HUBERT MAZUREK Y NOEM CHIPANA

    MIGRACIN Y DESARROLLO, VOL. 10, NO. 18

    2012 PRIMER SEMESTRE22

    El anlisis de la grfica 1 y del cuadro 4 permite observar lo siguiente: Se da una mayor tendencia para que las mujeres trabajen donde han

    nacido si en ese lugar existe un gran mercado del sexo y un mayor

    anonimato. As, ms del 50% de las mujeres que han nacido en losdepartamentos de Santa Cruz o La Paz ejercen en las capitales delmismo departamento. En el caso de Oruro, Tarija y Trinidad, exis-te tambin una proporcin importante de trabajadoras nacidas en lamisma ciudad;

    Se pueden evidenciar tres sistemas de movilidad: un sistema en el

    Oriente (Santa Cruz y Trinidad) que tiene pocos flujos con el resto

    del pas, o que expulsa mujeres hacia el Occidente y las principales

    ciudades atractivas; un sistema occidental (La PazEl AltoOruro),que recibe mujeres y expulsa pocas; y un sistema central (Cocha-

    bambaPotosSucre), caracterizado por su fuerte conectividad con

    las dems ciudades y donde la mayora de las mujeres provienen de

    otro lugar, y

    La tercera caracterstica, indicada por las clulas resaltadas en gris,11

    tiene que ver con las direcciones y los destinos privilegiados de movi-

    lidad; stos son casi siempre de proximidad. Por ejemplo, las trabaja-

    doras sexuales que han nacido en Oruro se encuentran de preferencia

    en El Alto, en Cochabamba y en Oruro; lo mismo se observa entre las

    de Potos, que estn tambin en Sucre. Eso significa que la movilidad

    se dirige hacia las ciudades ms grandes situadas cerca de donde se ha

    nacido.

    La eleccin de ciudades bien conectadas (transporte directo) con loslugares de origen tiene que ver con lgicas familiares tpicas de las situa-ciones de migracin. La mayor parte de las trabajadoras sexuales tienen

    hijos que dejan al cuidado de los abuelos maternos.12La eleccin del

    11. Los valores de estas clulas muestran un ndice de Khi2 por encima de 1, lo que significauna especificidad particular de la relacin. Para una explicacin del uso de la prueba Khi2de Pearson, ver http://es.wikipedia.org/wiki/Prueba_%CF%87%C2%B2_de_Pearson.12. Los nios mas pequeos suelen acompaar a sus madres, quienes los confan a nierasmientras trabajan o descansan; sin embargo, cuando entran a la escuela, ya no pueden seguirlos desplazamientos de sus madres. Algunas se estabilizan, otras los confan a sus parientes.

  • 7/26/2019 Migrante Entre Las Dems

    19/35

  • 7/26/2019 Migrante Entre Las Dems

    20/35

    PASCALE ABSI, HUBERT MAZUREK Y NOEM CHIPANA

    MIGRACIN Y DESARROLLO, VOL. 10, NO. 18

    2012 PRIMER SEMESTRE24

    no dejan duda sobre el peso de una experiencia de migracin anteriora la entrada en la prostitucin entre las mujeres que encontramos, msan considerando que gran parte de las trabajadoras sexuales son hijas

    de migrantes, es decir, han nacido en una ciudad o un departamentodiferente que el de sus padres.

    El carcter econmico de estas migraciones previas es evidente: ir

    a vivir con otros parientes puede significar un deseo de ruptura con

    los padres, pero acompaa tambin una bsqueda de autonoma eco-

    nmica que desemboca en un empleo. Por lo general, ni los tos ni los

    hermanos soportan la totalidad de los gastos de la migrante; la mitad

    de las migraciones estn ligadas con la bsqueda de oportunidades la-

    borales. De esta manera, la entrada en la prostitucin y el nomadismoque la sigue se inscriben en las estrategias econmicas de la poblacin

    femenina en general.

    La entrada en la prostitucin puede atestiguar las dificultades de

    las migrantes para lograr sus metas econmicas, a la vez que refleja

    la vulnerabilidad, aunque tambin la libertad de las mujeres jvenes

    que escaparon de la vigilancia de sus padres. La migracin previa logra,

    adems, una sensacin de anonimato muy importante para el trabajo

    sexual. De hecho, de las 31 mujeres que ya haban migrado antes de

    ejercer la prostitucin, 19 se haban iniciado en la ciudad donde resi-

    dan entonces. En este sentido, parte de las mujeres entran en la prosti-

    tucin en una ciudad distinta a la de su origen, aunque hayan vivido ah

    luego de una primera migracin. El rol de las terminales de autobuses

    de las capitales departamentales en el enganche de migrantes aisladas

    para la prostitucin (Ailln, Campos y Domic, 2002) confirma tambin

    el nexo con la migracin.

    Es sugerente el hecho de que 25 de las mujeres entrevistadas han

    tenido una experiencia previa de empleada cama adentro en una casao un restaurante. Estos empleos poseen la gran ventaja de no prescin-dir de capital econmico, ni escolar, y de brindar alojamiento a las mi-grantes, as como apoyo econmico del patrn (adelantos, regalos), conquien la relacin suele ser tambin invertida afectivamente. Estas facili-dades, decisivas en situacin de migracin, son muy parecidas a las queofrece la prostitucin en lenocinio, lo que favorece el paso de un empleo

  • 7/26/2019 Migrante Entre Las Dems

    21/35

    MIGRANTE ENTRE LAS DEMS. LA CATEGORA PROSTITUTA A PRUEBA DE LAS ESTADSTICAS

    MIGRACIN Y DESARROLLO, VOL. 10, NO. 18

    2012 PRIMER SEMESTRE 25

    al otro. Los patrones son sustituidos por los locatarios para resolver losproblemas inmediatos de las migrantes, adems de que los lenociniossiempre tienen empleo disponible.

    Investigar el origen y la reparticin de las trabajadoras sexuales en Bo-livia lleva a interrogar recurrentes discursos en torno de la sobrerrepre-sentacin en los lenocinios bolivianos de mujeres cambas, o sea, oriun-das de las tierras bajas y clidas del Oriente del pas (Santa Cruz y, enmenor medida, Beni y Pando). Nuestras cifras (ver mapa 1) confirman

    que, reportado a la poblacin femenina en general, la ratio de las tra-bajadoras sexuales nacidas en el Oriente del pas es superior a lo que seobserva en otras partes, inclusive en la capital La Paz que cuenta unnmero de habitantes similar al de Santa Cruz. Sin embargo, las tablas3 y 4 muestran que no existen flujos especficos de cruceas o benianas,quienes siguen los mismos patrones migratorios que las dems: ejercenprincipalmente en la ciudad grande cercana a su lugar de nacimiento.

    En la voz popular, la presencia de las cambas en los locales de pros-titucin se traduce por interpretaciones esencialistas ancladas en la su-puesta predisposicin de las orientales a la flojera, al sexo y a la platafcil, en una clsica correspondencia imaginaria entre la naturaleza delmedio y aqulla de las mujeres. Mientras que el clima tropical favore-cera esttica y erticamente el cuerpo de las cambas volvindolasms putas, la austera cordillera forjara mujeres rudas y sacrificadas,particularmente aptas al empleo domstico.

    La camba es ms caliente, ms artista para tirar, las kollas [mujeres

    del Occidente] son ms frgiles. La camba lo que quiere es lujo, no quie-

    re un buen catre as, la camba no sabe trabajar. La kolla piensa primeroen sus hijos, la camba en sus uas. Juicios expeditivos como ste de la

    duea de local de Santa Cruz muestran cmo los imaginarios populares

    construyen conjuntamente las figuras estereotipadas de la puta y de la

    camba por contraste con las mujeres del Occidente. Antes de ser sobre-

    rrepresentadas en los lenocinios, las mujeres cambas aparecen as, fan-

    tasmagricamente, sobrerrepresentativas del arquetipo de la prostituta.

  • 7/26/2019 Migrante Entre Las Dems

    22/35

    PASCALE ABSI, HUBERT MAZUREK Y NOEM CHIPANA

    MIGRACIN Y DESARROLLO, VOL. 10, NO. 18

    2012 PRIMER SEMESTRE26

    Las trabajadoras sexuales, tanto del Occidente como del Oriente,evocan tambin hbitos de relaciones precoces con hombres mayores acambio de regalos con la supuesta complicidad de las madres que

    interpretan como un paso hacia la prostitucin. La centralidad de lasmisses y otras magnficas en la vida econmica y poltica de SantaCruz incluyendo las manifestaciones de regionalismo (Gustafson,2006) refuerza la idea de la educacin de las mujeres del Oriente enel uso estratgico de su cuerpo como capital. Adems de ofrecer el ano-nimato, el relajamiento del control social y las promesas de consumo detodas las grandes ciudades, Santa Cruz posee tambin, probablemente,la vida nocturna ms dinmica del pas, lo que tiene ms que ver con sus

    caractersticas econmicas y su rol de ciudad de paso que con la natu-raleza de su gente. La densidad de sus discotecas, karaokesy choperasfavorece el acceso de las jvenes al ambiente de la noche, as como al en-cuentro con enganchadores. De hecho, de las 15 mujeres entrevistadasque nacieron en el departamento de Santa Cruz, nueve se iniciaron enla ciudad del mismo nombre; la mitad de las mujeres registradas en ellason oriundas del mismo departamento.

    Las historias de vida brindan otra pista para comprender la mayorpresencia de mujeres de tierras bajas en los lenocinios. Poco ms dela mitad de las entrevistadas 11 de 20 se iniciaron en la prostitu-cin antes de que su primer hijo cumpliera tres aos; se trata de madresmuy jvenes, muchas veces menores de edad, que criaron solas a su hijo.Adems de no contar con el apoyo del progenitor, muchas sufrieron deldistanciamiento de sus propios padres a raz del embarazo. Es difcilemplearse con un nio en brazos, y pocas actividades permiten cubrir ala vez sus necesidades materiales y el cuidado de nieras. Hoy, las muje-res tienen a su primer hijo, en promedio, cuatro aos mas jvenes en las

    tierras bajas (oriente y valles tropicales de La Paz) que en las tierras altas(Mazurek, 2010). En este sentido, el nmero de adolescentes embaraza-das, que sigue en aumento en las tierras bajas, puede estar en relacincon su presencia en los lenocinios.

    Si bien los motivos reales de la presencia de las mujeres del orienteboliviano en los lenocinios tienen poco que ver con los clichs, stostienen consecuencias bien reales: la dificultad expresada por las mujeres

  • 7/26/2019 Migrante Entre Las Dems

    23/35

  • 7/26/2019 Migrante Entre Las Dems

    24/35

    PASCALE ABSI, HUBERT MAZUREK Y NOEM CHIPANA

    MIGRACIN Y DESARROLLO, VOL. 10, NO. 18

    2012 PRIMER SEMESTRE28

    establecimientos ms selectos, pero si las cholitas raras veces alimen-

    tan las fantasas de los hombres orientales, son en cambio muy busca-

    das en las regiones andinas y mineras como Potos u Oruro, al punto

    que algunas mujeres de vestido adoptan la pollera como argumentode marketing: llama la atencin que se les apoda las transformers.

    Dos deseos contradictorios orientan la libido de los clientes: por unaparte, el gusto de compartir con una mujer social y generacionalmentecercana con quien se pueda fcilmente entablar cierta complicidad y,por otra, la voluntad de demostrar poder apoderndose de una mujerms joven, con plusvala ertica, o sea, camba o extranjera. De esta ma-nera, la distribucin de las mujeres entre locales y ciudades no se puede

    entender sin tomar en cuenta el peso de los imaginarios sociotnicos enel funcionamiento del mercado del sexo y sus ganancias diferenciales enfuncin de su edad, de su origen y de las fantasas de los clientes.

    Lo hemos recalcado: la casi totalidad de las personas censadas son mu-

    jeres jvenes. La edad promedio es de 23.9 aos, con un mnimo de

    13 aos y un mximo de 51 aos. La existencia de menores en nuestra

    muestra se explica por el hecho de que, en algunas ciudades, las mu-

    jeres fueron personalmente censadas en los locales y no mediante los

    crdex. Siendo su prostitucin prohibida por ley, los menores suelen

    ocultarse de los servicios de salud o falsificar sus papeles para obtener

    su libreta de salud.

    En Bolivia, ser joven no impide tener ya una larga trayectoria laboral.Las historias de vida muestran mujeres que han ejercido varios oficiosdesde sus 12 o 13 aos, generalmente como empleadas domsticas o de

    algn negocio. Muchas intentaron perseguir sus estudios en paralelo. Laprostitucin no es entonces la primera eleccin en el mercado laboral;tampoco la ltima. La juventud de las trabajadoras permite suponer quepara la mayora hay otra vida despus.13 En el mapa 2 se puede ver la

    13. Investigaciones llevadas a cabo en Potos, Sucre y El Alto (Reyna Reyes, 2002; Amat-ller, 1999; Alicia, 1996) reportan que entre 40 y 60% de las mujeres dicen ejercer estaactividad desde menos de un ao. Algunas ahorran para abrir un negocio propio, lo que

  • 7/26/2019 Migrante Entre Las Dems

    25/35

    MIGRANTE ENTRE LAS DEMS. LA CATEGORA PROSTITUTA A PRUEBA DE LAS ESTADSTICAS

    MIGRACIN Y DESARROLLO, VOL. 10, NO. 18

    2012 PRIMER SEMESTRE 29

    distribucin de la edad promedio de las trabajadoras sexuales segn sulugar de nacimiento.

    Nmero de trabajadoras sexuales registradas y edad promediosegn lugar de nacimiento (por provincia)

    Fuente: Datos de los programas ITS/VIHSida, 2004. Elaboracin propia. Las cifras pueden serdiferentes a las de los cuadros, en la medida en que algunas fichas no han podido ser ubicadasgeogrficamente. Realizacin: IRD, PA/HM.

    constituye su principal objetivo. Sin embargo, muchas veces la edad es tambin un fac-tor por el que las mujeres empiezan a encontrar difcil la salida de la prostitucin, justocuando sus ganancias estn decayendo; entonces, se vuelve una alternativa encontrar unhombre que las mantenga u ofrezca el capital necesario para una reconversin.

  • 7/26/2019 Migrante Entre Las Dems

    26/35

    PASCALE ABSI, HUBERT MAZUREK Y NOEM CHIPANA

    MIGRACIN Y DESARROLLO, VOL. 10, NO. 18

    2012 PRIMER SEMESTRE30

    En el mapa se resaltan significativas diferencias de edad entre las muje-res nacidas en las provincias poco pobladas no siempre rurales (don-de las mujeres son mayores) y las ciudades (donde son ms jvenes).

    As, no solamente las mujeres de las pequeas provincias, a menudoaisladas de los grandes ejes viales, son menos propensas a entrar en laprostitucin, sino que lo hacen ms tarde. Este hecho parece corroborarla importancia de la proximidad de un mercado del sexo (generalmenteuna ciudad grande) para la entrada en la prostitucin, la cual requiere,para las mujeres de las zonas rurales, esta etapa previa de migracin quehemos analizado.

    Las provincias del departamento de Cochabamba parecen ser una

    excepcin por la fuerte proporcin de mujeres que entran jvenes enla prostitucin (en general, cuatro aos antes del promedio nacional).Se puede relacionar este fenmeno con el de la grfica 1, que muestraCochabamba como una ciudadcruce, cuyo rol en la conformacin deuna cuenca de migracin ya fue puesta en evidencia para la poblacinen general (Hinojosa, 2004). El carcter fuertemente comercial de estaciudad, que atrae muchos comerciantes de los pequeos municipios deldepartamento, es un factor de entrada precoz en la vida activa que po-dra explicar un ingreso igualmente temprano en la prostitucin.

    La filas de la tabla 5 indican la edad promedio segn el depar-tamento de origen de las mujeres que trabajan en ciudades capitales,ubicadas en las columnas. Las cifras en gris corresponden a las que hannacido en el mismo departamento en que trabajan. La tabla es ordenadapor edad promedio creciente. Su lectura confirma que, tanto en lo quetiene que ver con el origen como con el lugar de trabajo, Pando (aun-que con una dbil muestra) y Cochabamba tienen las trabajadoras msjvenes; las siguen Santa Cruz y Sucre. Las mujeres mayores se encuen-

    tran en los departamentos con fuerte actividad minera o en las zonas decolonizacin, donde los locales parecen menos (o nada) exigentes en loque se refiere a la edad de las mujeres que reciben.

  • 7/26/2019 Migrante Entre Las Dems

    27/35

  • 7/26/2019 Migrante Entre Las Dems

    28/35

    PASCALE ABSI, HUBERT MAZUREK Y NOEM CHIPANA

    MIGRACIN Y DESARROLLO, VOL. 10, NO. 18

    2012 PRIMER SEMESTRE32

    alto y supera el 50%; lo mismo pasa con la educacin superior. No existeentonces diferencia significativa entre el nivel educativo de las prostitu-tas y el de la poblacin total de mujeres del mismo rango de edad.

    Estas constataciones contradicen la opinin segn la cual un niveleducativo inferior al promedio sera uno de los factores que explicaranel ingreso en la prostitucin. Tampoco se puede afirmar que la migra-cin y la estada en una gran ciudad, acompaadas por la entrada en laprostitucin, permitan seguir estudiando. Es verdad que en los leno-cinios, donde trabaja la mayora de las mujeres que conforman nues-tra muestra, el ritmo de vida y el consumo de alcohol son difcilmentecompatibles con obligaciones estudiantiles; tampoco es fcil renunciar

    a los rditos del nomadismo. El fenmeno de mujeres que financian susestudios universitarios gracias a la prostitucin quizs se d en mayormedida entre trabajadoras sexuales ocasionales, no registradas, o queejercen en circuitos menos convencionales. En cambio, es cierto quemuchas trabajadoras mantienen a sus hermanos, permitindoles seguirsus estudios.

    Nmero de trabajadoras segn nivel de educacin, lugar de nacimiento o de trabajo

    []

    []

    []

    []

    []

    []

    Chuquisaca 16 0 34 2

    La Paz 151 129 255 312 27 41

    Cochabamba 66 82 107 107 14 13

    Oruro 23 86 68 139 5 11Potos 28 117 67 190 10 4

    Tarija 33 41 40 44 6 3

    Santa Cruz 205 117 508 400 26 24

    Beni 77 37 128 51 5 0

    Pando 3 22 5 4 0 0

    Total 602 631 1212 1247 95 96

  • 7/26/2019 Migrante Entre Las Dems

    29/35

    MIGRANTE ENTRE LAS DEMS. LA CATEGORA PROSTITUTA A PRUEBA DE LAS ESTADSTICAS

    MIGRACIN Y DESARROLLO, VOL. 10, NO. 18

    2012 PRIMER SEMESTRE 33

    Si las mujeres tienen una evidente desventaja en la educacin que reper-cuta en bajos niveles de remuneracin en el mercado laboral, eso no espropio de las que llegan a negociar sexo. Al contrario, el hecho de haber

    alcanzado cierto nivel escolar podra jugar un papel no despreciable enla entrada y la permanencia en la prostitucin. En una sociedad dondeel bachillerato, y aun el diploma de la educacin superior, ya no signifi-can un empleo seguro, la prostitucin responde tambin a las esperan-zas frustradas de las mujeres de no obtener un lugar satisfactorio en elmercado laboral a pesar de poseer un cierto nivel de estudio, y lograracumular rpidamente un capital se torna la nica salida.

    Si bien el nivel educativo promedio de las trabajadoras sexuales no di-

    fiere significativamente del de las mujeres bolivianas en general, la tabla6 permite apreciar varias diferencias en funcin del lugar de nacimiento

    o de trabajo. Hemos subrayado en gris los datos ms significativos.

    En el caso de Oruro o Potos, vislumbramos una inmigracin impor-tante de mujeres con un nivel bajo de educacin (primario) desde SantaCruz o Beni. En los dems departamentos, el equilibrio entre las doscifras significa que no existe una diferencia significativa de educacinentre las mujeres que migran y las que no migran. Solamente en el casode La Paz se puede evidenciar una proporcin ms elevada de mujerescon nivel universitario, lo que podra sugerir una migracin an msselectiva de universitarias hacia La Paz, o el mejoramiento del nivel uni-versitario con la entrada en la prostitucin, pero los efectivos quedanmuy marginales.

    Observamos, entonces, que el nivel educativo puede influir sobre ellugar de trabajo, al ser mayor la migracin de las mujeres con menoresniveles hacia las regiones mineras o de colonizacin. Quizs esta cons-tatacin tenga que ver con la reparticin territorial de establecimientos

    ms o menos selectos en cuanto al nivel de estudio de sus trabajadoras.Puede tambin reflejar estrategias previas a la entrada en la prostitucin,como la migracin de mujeres quienes, habiendo cumplido la segun-daria, piensan tener mayores oportunidades en ciudades ms grandes,como La Paz o Santa Cruz.

  • 7/26/2019 Migrante Entre Las Dems

    30/35

    PASCALE ABSI, HUBERT MAZUREK Y NOEM CHIPANA

    MIGRACIN Y DESARROLLO, VOL. 10, NO. 18

    2012 PRIMER SEMESTRE34

    Clasificacin en base al nivel de educacin y el edad promedio

    segn lugar de nacimiento

    Fuente: Datos de los programas ITS/VIHSida, 2004. Elaboracin propia. Las cifras pueden serdiferentes a las de los cuadros, en la medida en que algunas fichas no han podido ser ubicadasgeogrficamente. Realizacin: IRD, PA/HM.

    La sntesis del mapa 3 muestra la estructura del espacio en relacin conla edad y el nivel de educacin de las trabajadoras sexuales segn su lu-gar de nacimiento. Los crculos negros representan el grupo de mujerescon un nivel de educacin inferior al promedio y una edad inferior alpromedio (los crculos en gris ms claro) o superior al promedio (loscrculos blancos). La casi totalidad corresponde a la pequea provincia,

  • 7/26/2019 Migrante Entre Las Dems

    31/35

    MIGRANTE ENTRE LAS DEMS. LA CATEGORA PROSTITUTA A PRUEBA DE LAS ESTADSTICAS

    MIGRACIN Y DESARROLLO, VOL. 10, NO. 18

    2012 PRIMER SEMESTRE 35

    en general rural. Al contrario, resalta el eje OruroCochabambaSantaCruz (los crculos en gris ms oscuro), asociado a muchas pequeasprovincias donde la actividad de la minera o de la colonizacin es pre-

    dominante. Esto significa que los lugares que tienen una actividad eco-nmica dinmica o coyuntural corresponden a una entrada ms tem-prana en la prostitucin de jvenes que ya tienen una cierta educacin,hasta secundaria. Son estas jvenes que suelen salir a una ciudad msgrande, en bsqueda de ascenso social.

    Al evaluar la reflexin sobre las estrategias de las personas que se prosti-tuyen, el nfasis puesto en el trfico contribuy a invisibilizar este gruposocial dentro de los anlisis de las trayectorias migratorias de los habi-tantes de Bolivia. Una de las principales conclusiones de nuestro estudioes la centralidad de la movilidad en la vida de las trabajadoras sexuales,estrategia que suele ser anterior a la de la prostitucin. Muchas mujeresse han iniciado en ciudades a las que haban migrado por otros motivos,en particular, en busca del empleo domstico, la esperanza de alcanzarun cierto nivel de educacin, la recomposicin familiar (en torno deparientes que ya haban migrado) y, para las mas jvenes, un deseo deindependencia. Pero la migracin no siempre cumple con esas prome-sas. Al alejar a las mujeres del entorno familiar, se produce, en cambio, elprimer requisito para la entrada en la prostitucin: el anonimato.

    Una vez instaladas las mujeres en la prostitucin, la migracin setransforma en circulacin nmada. El rastreo de las oportunidades delmercado es tpico del trabajo sexual como se observa en otras regio-nes del mundo, como Espaa (Osos Casas, 2006), a la vez que respon-

    de a caractersticas generales de las trayectorias migrantes en Bolivia. Eneste sentido, la prostitucin es una estrategia ms dentro de las interac-ciones empleomigracin.

    Nuestro estudio muestra que la lgica de la entrada en la prostitu-cin no depende del origen, menos an del nivel de educacin; tampocoexiste un origen determinante desde las bolsas de pobreza. Al contrario,la mayora de las mujeres que ejercen en las ciudades provienen de la

  • 7/26/2019 Migrante Entre Las Dems

    32/35

    PASCALE ABSI, HUBERT MAZUREK Y NOEM CHIPANA

    MIGRACIN Y DESARROLLO, VOL. 10, NO. 18

    2012 PRIMER SEMESTRE36

    ciudad y poseen un bagaje escolar dentro de los promedios nacionales,en todo caso superior al de las mujeres oriundas de las zonas ms ru-rales. La prostitucin sera, entonces, ms una expresin de frustracin

    social (por ejemplo, frente a las expectativas generadas por los estudiosy la migracin) que de miseria, y no genera una poblacin marginal (esdecir, reconocible por sus caractersticas sociales, al menos desde lasvariables tomadas en cuenta por este estudio). Los embarazos precocesy la migracin previa son elementos recurrentes de la trayectoria de lastrabajadoras sexuales; sin embargo, las historias de vida no permitenvislumbrar caractersticas familiares o personales propias de las mujeresde los lenocinios, si no es de haberse dado la oportunidad de entrar en

    el ambiente cuando estaban muy necesitadas de dinero y techo.Al igual que lo observado en el conjunto de la poblacin migrante,la migracin de las prostitutas es una circulacin por etapas. Los flujoshacia las capitales departamentales no provienen del mundo rural, sinode otras ciudades grandes o intermedias. No obstante, como en el casogeneral, el dinamismo econmico vuelve ms atractivas ciudades mspequeas, especialmente las de zonas mineras (Potos, Oruro), los fren-tes de colonizacin o de desarrollo agrcola y las zonas de intercambiofronterizo. Esta migracin por etapas inscribe las trayectorias indivi-duales dentro de historias familiares: muchas de las trabajadoras sexua-les son tambin hijas de migrantes; sus padres son oriundos de zonasrurales o de aglomeraciones ms chiquitas que donde nacieron antes deemprender, en su momento, el salto hacia las capitales de departamentodonde las encontr nuestro estudio.

    Las oportunidades econmicas de las ciudades de destino se con-jugan con su accesibilidad (en relacin al lugar de nacimiento de lasmujeres: migracin de proximidad, o del lugar donde se encuentran:

    migracin por etapa) para dibujar los grandes flujos. El nomadismo delas trabajadoras sexuales mantiene un anclaje familiar, ya que la ma-yor parte de sus hijos viven con los abuelos maternos, lo cual suponecircular entre lugares que permiten regresar fcilmente (adems de serrentables). No se trata de buscar un lugar en el cual vivir a mediano olargo plazo, sino de seguir el dinamismo econmico.

  • 7/26/2019 Migrante Entre Las Dems

    33/35

    MIGRANTE ENTRE LAS DEMS. LA CATEGORA PROSTITUTA A PRUEBA DE LAS ESTADSTICAS

    MIGRACIN Y DESARROLLO, VOL. 10, NO. 18

    2012 PRIMER SEMESTRE 37

    El horizonte ltimo suele ser el retorno a la regin de origen, en par-ticular, la ciudad ms prxima, donde las ganancias son invertidas en laconstruccin de una casa, el mejoramiento de la vivienda de los padres

    o un negocio. En este sentido, la circulacin de las trabajadoras sexualesse asemeja a la de los emigrantes que partieron solos para Espaa con laesperanza regresar con un capital para invertir.

    Al igual que la entrada en la prostitucin suele ser favorecida porun encuentro y los consejos de una mujer o un hombre del ambiente,la eleccin de los lugares de destino resulta de un intenso intercambiode informaciones dentro de los lenocinios: las que llegan hacen sus re-comendaciones (cul ciudad, cul local), las que se van buscan com-

    paeras de viaje, otras vuelven para enganchar a sus compaeras a pe-dido de un administrador, lo cual es muy similar a cualquier procesode movilidad laboral alimentado por la construccin de imaginarios deoportunidades a partir de la experiencia del entorno social (Hinojosa,2004; Mazurek, 2009). Esto demuestra que la entrada en la prostitucinno slo tiene que ver conla oferta de la mano de obra (y, por ende, conlas caractersticas) sino tambin con la demanda.

    Al contrario de las interpretaciones esencialistas sobre la naturale-za de las mujeres cambas, el dinamismo del mercado del sexo de SantaCruz amplifica el efecto bola de nieve; sus ventajas, en comparacincon las cholitas, consisten en poder trabajar a lo largo del pas. El pesode los imaginarios de gnero, raza y edad en la configuracin de la ofertay la demanda se confirman con algunos mercados especficos, como elmercado minero o el del altiplano, donde las mujeres son, en su mayo-ra, oriundas de la cordillera y con ms edad. Los clichs alimentan lapromocin de la joven, universitaria o camba, que ocupa la partedelantera de la escena en los anuncios de los peridicos y de los sitios de

    Internet. Sin embargo, las mujeres del Occidente que se hacen pasar porcambas y las cholitas transformersrecuerdan que el marketingetno-geogrfico no tiene necesariamente que ver con el lugar de nacimiento.

    El patrn de migracin de las prostitutas sigue, entonces aunquecon algunas peculiaridades, la lgica del resto de la poblacin; si elenlace entre prostitucin y oportunidad econmica no genera dudas, la

  • 7/26/2019 Migrante Entre Las Dems

    34/35

    PASCALE ABSI, HUBERT MAZUREK Y NOEM CHIPANA

    MIGRACIN Y DESARROLLO, VOL. 10, NO. 18

    2012 PRIMER SEMESTRE38

    orientacin de los flujos tampoco. Esta lgica contrasta con el imaginarioque considera a la prostituta como el objeto pasivo de negocios ajenos,o como un ser irracional y ajeno a las estrategias laborales convencio-

    nales. Los resultados del estudio confirman el carcter infundado de laideologa reglamentarista segn la cual la prostitucin tendra que ver,prioritariamente, con un cierto tipo de mujeres. Al demostrar la impo-sibilidad de establecer correlaciones automticas entre variables como laescolaridad, la pobreza o el origen tnicogeogrfico y la entrada en laprostitucin, se comprueba que la prostitucin se inscribe dentro de lastrayectorias migratorias de mujeres jvenes, finalmente muy parecidas alas de otras chicas de su edad.

    A, S., G. Campos y J. Domic (2002), xplotacin sexual de nias, nios y adoles-

    centes en la ciudad de a az y ciudad de l lto, La Paz, Informe de Consultora.

    A Por Mujeres Nuevas (1996), rabajo exual de mujeres en la ciudadde l lto, La Paz, Enda.

    A, Patricia (1999), rabajadoras del amor: studio exploratorio sobrela prostitucin en la ciudad de ucre,Sucre, Centro Juana de Azurduy.

    B, Howard (2009 [1963]), utsiders: hacia una sociologia de la desvia-cin, Barcelona, Siglo XXI.

    C Rovira, Jos (1996), rea urbana y migraciones internas en Boliviaen J. Cordova y J. C. Roux (comps.), rimera reunin nacional de geografaboliviana, La Paz, UMSAORSTOM, pp. 147170.

    D, Gimena; R. Egez, G. Vera, J. C. Atila, E. Castellanos y R. Gonzlez(2004), nvestigacin sobre la explotacin sexual comercial (ESCI) de nias,nios y adolescentes en obija, uayaramern y acuiba, La Paz, SEPA.

    D, Gimena; R. Egez y P. Vargas (2002), xplotacin sexual comercial de

    nias, nios y adolescentes en ochabamba y anta ruz de la ierra, La Paz,Informe de consultora.

    DORLIN, Elsa (2003), Les putes sont des hommes comme les autresenRai-

    sons Politiques,(11), pp. 117132.

    G, Mara y Sonia Snchez (2006), inguna mujer nace para puta,Bue-nos Aires, Lavaca.

  • 7/26/2019 Migrante Entre Las Dems

    35/35

    MIGRANTE ENTRE LAS DEMS. LA CATEGORA PROSTITUTA A PRUEBA DE LAS ESTADSTICAS

    G, Bret (2006), Spectacles of Autonomy and Crisis: Or, What Bullsand Beauty Queens Have to do With Regionalism in eastern Bolivia enour-nal of atin merican nthropology,11 (2), pp. 351379.

    H, A. G. (comp.) (2004),igraciones transnacionales. isiones de orte yudamrica, La Paz, CEPLAGUMSS/ Universidad de olosa/ PIEB/ CEF/ Plural.

    I Prisma (2002), oblacin, migracin y desarrollo en olivia, La Paz,Instituto Prisma.

    K, Gabriel (2004), ociologa del delito amateur, Buenos Aires, Paidos.L, Cesare (1991 [1895]), a femme criminelle et la prostitue, Pars,

    Jerme Millon.M, Hubert (2009), Migraciones y dinmicas territoriales en igra-

    ciones contemporneas. ontribucin al debate. C. Salazar. La Paz: CIDES

    UMSA, CAF, pp. 1134.______ (2008), res preconceptos sobre migracin interna en Bolivia en evis-

    ta de umanidades y iencias ociales,14 (12). En ingls: (2007), Tree pre

    concepts regarding the internal migration SciELO Social Sciences; disponible

    en http://socialsciences.scielo.org/pdf/s_rhcs/v3nse/scs_a02.pdf, pp. 115.

    ______ (2010), Limpact territorial du vieillissement en Bolivie: un problmestructurel enutrepart, 1/2010.

    M de Desarrollo Sostenible y Planificacin (2002), igracin inter-na. studios de los movimientos poblacionales en olivia, La Paz, CODEPO,

    USAID/Bolivia, UNFPA.P (2004), nforme de desarrollo humano en anta ruz.PCanda, Antonio (1998), e rameras, burdeles y proxenetas, La Paz,

    ISLA.P, R. y J. G. Montao (2004), l roceso de urbanizacin en olivia,

    19922001, La Paz, CODEPOINE.R Reyes, Aleyda (2002), ntervencin del trabajo social en la vulneracin

    de los derechos humanos de las TSC en la ciudad de otos,Tesis de licencia-tura, Potos, UATF.

    R, Erick y Eric Fernndez (2004), valuacin del trfico de mujeres, adoles-centes y nios/as en olivia, La Paz,OIM Bolivia, OEA; disponible en http://www.oas.org/atip/oas/bolivia%20report.pdf.

    S Pereira, Cristiana (2005), Lavar, passar e receber visitas: debates

    sobre a regulamentao da prostituio e experincias de trabalho sexual em

    Buenos Aires e no Rio de Janeiro, fim do sculo XIX enadernos pagu(25), pp.

    2554; disponible en http://dx.doi.org/10.1590/S0104-83332005000200002.