Upload
mariangela-orihuela
View
214
Download
0
Embed Size (px)
Citation preview
Miguel-A.
“La vela en El Vaticano”
Vaya por delante que, aún sintiéndome católico, utilizaría un preservativo cuando me hiciera falta. En torno al tema, hay un falso debate sacado a la luz para denostar a la iglesia católica, por parte de quienes ni saben lo que es la iglesia, ni les importa un rábano cuanto diga.
Es muy cierto que los jerarcas católicos andan desfasados en ésta y en otras materias. Pero no es menos cierto que hablan de ideales adecuándolos a su doctrina. En definitiva, hablan de un ideal… que, aun siendo católico puedes seguir, o no seguir.
La viñeta es humor. Lo incluyo aquí sin más intención que la humorística.
¡Hola, Padre Fulgencio! ¿Se acuerda usted de mí?
Usted nos casó a mi esposo y a mí hace cinco
años.
¡Ah, sí! El último mes que estuve de sacerdote en la parroquia de Santa Catalina. Perdóname hija, ya no recuerdo tu nombre. Pero,
dime, hija, ¿cómo te va en el matrimonio?.
Me llamo Araceli. Nuestro matrimonio va un poco
decepcionante. Pepe y yo nos llevamos bien, pero aun no hemos conseguido tener
hijos. ¡Y eso se echa mucho de menos en una pareja joven,
como nosotros!.
¡Ah, sí! ¡Araceli… García! Siento lo de tu matrimonio. Sí, la falta de
hijos se siente, de casados. Veré lo que puedo hacer. El próximo mes, voy al Vaticano. Ya le pondré una
vela a un santo famoso que hay allí, y le pediré fertilidad para vosotros.
Y pasaron las horas… los días… y los años…
Casi siete años después, los protagonistas de esta historia volvieron a encontrarse. En esta ocasión, al contrario que la vez anterior, fue el Padre Fulgencio quien se dirigió a Doña Araceli.
¡Hola, Señora Araceli! ¿Cómo está usted? ¿Ya tienen
hijos en el matrimonio?.
¡Sí, hijos, sí! Primero, vino el mayor… luego, los mellizos… después, la niña…
más tarde, las gemelas… a continuación, el pequeño… y ahora estoy embarazada con trillizos… Y, para colmo, mi esposo
no puede ayudarme, porque se ha marchado a Italia…
¡Ay, Italia…! ¡Bellísima, Italia…! Roma, ciudad eterna… el
Vaticano… la capilla Sixtina… los frescos de Miguel Ángel. ¡Una
preciosidad…! Pero dígame, usted, ¿qué hace su esposo en Italia?.
¡¡¡Ha ido a ver si puede apagar la puta
vela!!!.